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INTRODUCCIÓN

En la actualidad el ser humano vive inmerso en un medio familiar,


social y económico cargado de tensiones.
Los avances en la tecnología, el proceso de globalización, las
exigencias cada vez mayores a obtener un nivel académico y profesional más
elevado son, entre otros, factores muy importantes que han generado, como
consecuencia, un aumento significativo en los niveles de estrés en las
personas.
Evidencia de este fenómeno es la tendencia, en el ser humano, a
volcar su atención a técnicas terapéuticas no agresivas, opuestas a la medicina
alopática tradicional, que le ayuden a encontrar paz y tranquilidad, a reducir los
niveles de ansiedad, a equilibrar sus emociones.
Esto fue precisamente lo que motivó al médico y bacteriólogo inglés,
Dr. Edward Bach, a buscar un método terapéutico que curara al individuo como
ser integral, no únicamente sus síntomas.
El Dr. Bach no estaba satisfecho con la forma en que la medicina
alopática trabajaba, por lo que abandonó su práctica y se dedicó al estudio de
la homeopatía, la cual tampoco lo satisfizo totalmente.
En su intensa búsqueda de un método curativo integral, llegó a la
conclusión de que en la naturaleza debía estar la respuesta que buscaba.
Habiendo sido diagnosticado con cáncer y con un pronóstico de pocos meses
de vida, abandonó su consultorio de la ciudad, quemó todos sus libros de
medicina y se mudó al campo, a Gales. Fue allí donde descubrió los primeros
dos remedios de lo que llegaría a ser su sistema, Mímulos e impaciencia,
precisamente las dos emociones más fuertes que él estaba experimentando en
ese momento.
Un año antes de su muerte, acaecida en el año 1936, el Dr. Bach
había descubierto 38 remedios florales, preparado el Rescue Remedy y escrito
todos sus conocimientos. Por fin estaba tranquilo: su sistema ya estaba
completo.
Sin embargo, el Dr. Bach. “no ofreció ninguna explicación científica de
cómo o por qué actuaban esos remedios. En efecto, era consciente de las
tendencias a que está sujeta la ciencia, y ha encarecido a los demás a que
mantengan sus remedios apartados de la ciencia, apartados de las
teorías”(Bach, 1997)
Gracias al Dr. Bach, ahora existe una forma rápida, efectiva y segura
de aliviar los problemas psicosomáticos sin tener que ingerir medicamentos
que puedan causarnos más malestar que alivio.

OBJETIVOS
Objetivo general:

• Determinar los alcances de los Remedios Florales de Bach en el


tratamiento de enfermedades psicosomáticas.

Objetivos específicos:
• Describir el surgimiento de las Flores de Bach
• Describir los problemas psicológicos y/o físicos que pueden ser
tratados con Flores de Bach
• Indagar la posibilidad de combinar el tratamiento de Flores de
Bach con la medicina tradicional

JUSTIFICACION

El Dr. Edward Bach descubrió que hay ciertas plantas naturales con
poderes curativos extraordinarios. Durante gran parte de su vida se dedicó a
encontrar estas plantas curativas, y a crear y a perfeccionar un sistema de
sanación con estas plantas.
“Siempre tuvo la convicción que la curación debía ser suave, benigna
y con la menor dosis de sufrimiento” (Espeche, 1995). Esto estaba en total
contradicción con las técnicas y métodos de la medicina tradicional y aún en la
actualidad.
Muchos años antes de que Edward Bach descubriera sus remedios
florales, existió un señor que pensaba igual acerca de que el ser humano debía
ser considerado y curado en su complejidad. Este señor era Samuel
Hahnemann, médico profesional, creador de la homeopatía clásica, que
también había decidido abandonar todos sus lujos y comodidades para
“encontrar una manera fácil y segura de curar las enfermedades”
Así, luego de especializarse en bacteriología y de realizar importantes
estudios sobre toxemia intestinal, Bach conoció la homeopatía y se dedicó a
ella. Comenzó a preparar medicamentos homeopáticos a partir de sus
vacunas, los cuales ya no se inyectaban, sino que podían ser tomados
directamente por los pacientes. En su tratamiento con estos remedios, Bach se
orientaba cada vez más en los estados y disposiciones de ánimo y al carácter
del enfermo, y cada vez menos en los síntomas fisiológicos. Sin embargo, “le
molestaba que los medicamentos utilizados procedían de cepas bacterianas y
o eran de origen puro, natural. Así fue como surgió la idea que le llevó a la
búsqueda de plantas que actuaran sobre los estados de ánimo de sus
pacientes, pudiendo prescindir de los medicamentos utilizados hasta entonces.”
(Schmidt, 1997)
El buscaba un sistema curativo sencillo, eficaz, y suave y dirigió su
mirada a la naturaleza con la convicción de que en ella estaba la respuesta que
estaba buscando. El estaba convencido de que “… la enfermedad es el
resultado de un ´desencuentro´, del alejamiento o la disonancia entre el alma y
personalidad, entre el mundo interno y el mundo externo, e intuye que en las
flores, como máxima expresión del reino vegetal, hay una respuesta a esta
discordancia; y que en estas pueden intervenir terapeutamente en todos los
procesos emocionales que preceden y acompañan a la enfermedad”(Bach,
1993).
En el año 1930 Bach abandonó su consultorio en Londres y la
medicina convencional, después de que le descubrieron cáncer y le dieron un
máximo de tres meses de vida. Se fue a vivir al país de Gales, para así poder
continuar con sus estudios e investigaciones sobre las plantas curativas.
“En Gales, en completa comunión y haciendo uso de los que en
Parapsicología se denomina Psicometría (o capacidad extrasensorial de captar
información de la materia), seleccionó algunos tipos de flores que luego
incorporó a su sistema. Mediante este tipo de sensibilidad especial, percibía las
propiedades curativas de las flores, las que posteriormente investigaba para
confirmar sus efectos”. (Espeche, 1995). Experimentó estos efectos primero
consigo mismo, luego con animales y plantas, y después con personas.
Simultáneamente, la recuperación de su salud fue total.
En la selección de plantas, Bach se guiaba por una intuición que con
el tiempo se iba haciendo más fuerte, “… finalmente, le bastaba tocar una flor o
probar su sabor para sentir el estado de ánimo sobre el cual la flor podría tener
su efecto positivo”. (Schmidt, 1997)
Después de varios años, su sistema estaba perfeccionado; un sistema
que incluía 38 esencias florales diferentes, con diversos poderes, y una
combinación: el Remedio Rescate.
Este sistema terapéutico ha alcanzado tal importancia, que incluso la
Organización Mundial de la Salud lo reconoce como “medicina preventiva”
desde el año 1976.
Es importante que las personas estén conscientes de nuevos métodos
que pueden ayudar a aliviar sus problemas y que pueden ser empleados solos
o con medicina alopática, potenciando sus resultados y disminuyendo sus
efectos secundarios.
Además, la medicina convencional suele tener una forma más
agresiva e invasora de tratar al paciente y se concentra, principalmente, en
acabar con la enfermedad y sus síntomas, en vez de acabar con la raíz de
ésta. Por tal razón, cualquier persona puede tomar estas esencias florales: una
madre a punto de dar a luz, el bebé recién nacido, un adulto mayor, etc; por
cualquier problema en la vida e incluso para ayudarnos en la aceptación de la
muerte.
La terapéutica floral es “un procedimiento energético, no
farmacológico, reaccional y clínico, que busca además el alivio del dolor y la
curación, el cambio de vida y ayudar al paciente en su proceso de evolución”.
(Espeche, 1993). Se dirige a los estados y disposiciones de ánimo, así como al
carácter del enfermo, y poco o nada a los síntomas fisiológicos.
“Como terapéutica no farmacológica brinda un conjunto de remedios
que no poseen principios activos químicos o biológicos, pero si vibracionales”.
La terapia floral de Bach “es utilizada con éxito no solamente por
profanos o naturópatas, sino también por muchos médicos, aunque en realidad
no comprendan cuál es el modo de acción de estas infusiones de flores”
(Scheffer-Storl, 1993)
Hasta ahora no se ha podido comprobar a nivel científico la acción de
estos remedios florales. “ Ni siquiera con los más modernos equipos técnicos
de investigación se han podido detectar agentes activos en las esencias
florarles… No sabemos pues por qué es lo que ocurre exactamente durante la
toma de una esencia floral de Bach”. (Schmidt, 1997)
No se encontraron ni se conocen estadísticas acerca de los efectos y
resultados alcanzados con estos remedios, ni siquiera el centro de Bach de
Inglaterra ofrece datos de este tipo. En Costa Rica tampoco se encontraron
datos.
Los remedios florales actúan sobre la totalidad del organismo. Pueden
ayudar a solucionar todo tipo de enfermedades, tanto mentales como
emocionales, tales como depresión, traumas, miedo, fobias, falta de seguridad,
cansancio, entre otros. Se conoce de varias personas que, sufriendo de
grandes traumas y fobias, con ayuda de estos remedios florales, han podido
continuar con su vida y superar estos temores que tanto les atormentaban.
Existen nuevos grupos de esencias para las terapias florales
conocidas como la Nueva Generación. Entre estas se encuentran las de Bush,
California y Pegasus, aunque no son tan conocidas como las flores de Bach y,
por ser tan recientes, todavía no se conocen bien sus efectos

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