Nota preliminar
En una buhardilla fria, después de agotadoras jorna-
das de trabajo, la bella Célestine R... escribe un diario
personal en el que repasa su vida de sirvienta. Una
serie de malos empleos, o de buenos empleos que ella
misma se ocupé6 de arruinar, la fueron alejando de
las casas importantes, del Paris de palacetes lujosos y
departamentos burgueses donde siempre trabajo, pa-
ra terminar recalando en esta residencia de provincia
donde todo es chato, atrasado y sin brillo, desde los
patrones hasta sus compajieros de servicio, desde las
pequeiias intrigas vecinales hasta la moral y las ideas
politicas generalizadas.
Ya en las primeras lineas, Célestine R... nos advierte
que pretende poner en su diario “toda la franqueza que.
hay en mf y, cuando haga falta, toda la brutalidad
que hay en la vida”. No es su culpa, advierte, que las
almas al desnudo “exhalen un olor tan fuerte a podre-
dumbre”. En la dedicatoria, Mirbeau se enorgullece de
que éste sea un libro “sin hipocresia”. El artificio artistico
elegido-la escritura del diario—apuesta a mostrar de una
manera mds veraz, menos “literaria”, la vida tal como
realmente es y como nunca se la percibe. A través de sus
palabras, el personaje de Célestine enseguida se nos hace
visible, adquiere un cuerpo lleno de vida, de emocién y
de fuerza triste que se transmite a todo el texto.NOTA PRFLTMINAR
Las anotaciones van y vuelven entre cl presente en
la casa de los Lanlaire, los millonarios del pueblo con
su historia de riqueza oscura atrds, su vida apagada
y su nombre ridiculo, y diferentes escenas del pasado.
Cada casa en la que Célestine trabajé cs un muestra-
rio de vicios. Desfilan el fetichista, la malquerida, el
moribundo, la severa indecente, el oportunista politico
0 literario, los esnobs, los matrimonios por interés, y
todos con su dinero mal habido y sus aventuras sexua-
les indiscriminadas, infames y deshonestas: “j Ah}, jlos
burgueses! {Qué comedia eterna!”, “Saquenles los vi-
cios que los sostienen como las vendas que sostienen a
las momias... Y ni siquiera son fantasmas, no son mas
que polvo, cenizas... muerte...”. El poder y el placer,
inmorales, estan siempre del lado de los patrones. A su
vez, los sirvientes tampoco son puros: cl contacto con
ese ambiente los corrompié. El sirviente ya “no es un
ser normal”, sino “un monstruoso hibrido humano.
Del pueblo, del que reneg6, perdid la sangre generosa y
la fuerza inocente... Dela burguesfa obtuvo los vicios
vergonzosos, sin haber podido adquirir los medios
de satisfacerlos...”. El sirviente de la época todavia
esta a mitad de camino entre el antiguo siervo y el
moderno trabajador. Sus derechos son pocos y muy
relativos. La camarera, !a “femme de chambre”, es
otro objeto en la habitacién de los sefiores. Prohibida
para ella la maternidad, queda condenada a los abor-
tos clandestinos 0 “espontaneos” por los mismos que
le dan clases de decencia, En cuanto a las patronas,
las “majitresses”, pasan por todos los significados que
esa palabra abarca en francés: ama, duefia, sefiora,
maestra y amante.
10NOTA PRELIMINAR
A través de todas esas escenas, Célestine va contan-
do su propia historia, que por otra parte no deja de
ser una suma de bajezas. Por suerte para la novela, a
pesar de su protesta contra la hipocresia y las injusti-
cias y de su compasion por los que sufren, Célesting no
es buena. Siempre “apurada por estar en otra parte”,
cuando se le ofrece a felicidad la rechaza de plano.
Busca el dolor y el crimen. Por momentos siente “como
una necesidad, como una locura de ultraje...”. Siempre
tuvo debilidad por los canallas, y encuentra corres-
pondencias secretas entre el crimen, especialmente el
asesinato, y el amor. “jY bueno, si, eso!... un buen
crimen me conmueve como un buen macho...”.
Ademéas de las desventuras de Célestine, el texto
trata los sucesos politicos y sociales del momento, es-
pecialmente cl caso Dreyfus. La primera version del
“Diario...” aparecié en forma de folletin en L’Echo
de Paris entre diciembre de 1891 y abril de 1892. Pero
después de varios aiios en suspenso, el texto como
lo conocemos fue apareciendo en la Revue Blanche,
también por entregas, entre enero y junio de 1900. Es
cuando empieza la revisién del juicio a Dreyfus. El
diario de Célestine cubre esos tiltimos meses antes de
la revision. En esta segunda versién el texto se cargo
de politica, desnudando el nacionalismo antisemita de
los personajes, y se hizo fuertemente antiburgués, an-
timilitarista y anticlerical.
El paso de L’Echo de Paris, periddico donde, se-
gin la acusacién de Zola, el ejército desplegaba su
campafia de prensa, a la Revue Blanche, donde los
intelectuales franceses se agrupaban a favor de Drey-
fus, muestra el camino elegido por Mirbeau. Pero en
11NOTA PRELIMINAR
su pasado habia habido una época muy diferente y que
lo marcé a fuego. Entre 1872 y 1886, obligado por la
necesidad, Mirbeau habfa trabajado como secretario
y escribiendo panfletos, discursos y libros por encargo
para distintos personajes de lo mas reaccionario de la
politica francesa. Entonces se definia como un “pro-
letario de Jas letras en lucha contra el infame capital
literario”. ¢Quién mejor que él entonces para sacar ala
luz los sentimientos de los sirvientes y los prostituidos?
¢Cuanto del odio de Célestine por el orden social no
lo incubé escribiendo novelas por encargo, editoriales
andénimos en L’Ordre y folletos de propaganda bo-
napartista y antisemita? ¢Cudnta culpa y necesidad
de “limpiar su mancha” habja en la violencia de su
voz? Como Célestine, Mirbeau tampoco habia sido
bueno.
Periodista de renombre, Octave Mirbeau tuvo
mucho éxito como escritor, principalmente con este
Diario de una camarera y |a obra teatral Los negocios
son los negocios, una critica despiadada a la sociedad
burguesa de la Belle Epoque que se representé en todo
el mundo. Tolstoi lo Ilamé “el mas grande escritor
francés contempordaneo, el que mejor representa el
genio secular de Francia”, y Mallarmé, “el que salva-
guarda el honor de la prensa”. Habia nacido en 1850
y murio en 1917.
Diario de una camarera tuvo tres versiones cinema-
tograficas. Una de 1916, rusa, dirigida por M. Martov.
Una de Jean Renoir durante su paso por Hollywood,
en 1946, y por tiltimo la de Luis Bufuel, de 1964, con
Jeanne Moreau como la bella Célestine. Ninguna es-
tuvo a la altura de un texto que, mas alla de su gracia
13)NOTA PRELIMINAR
picaresca, de su narracion agil y de su exploracion del
infierno social, cuando Célestine se hunde en lo mas
profundo del dolor (en los recuerdos de la infancia, en
la sala de espera de la oficina de empleos, en el amor
asesino y suicida por el sefior Georges y en muchas
imagenes oscuras e intensas), alcanza una fuerza que
no cede al tiempo y todavia conmueve.
Makino FiszMaN