Una noche fría

En una noche fría de invierno, paseaba un vago y viejo lobo por la

montaña. En un pequeño lago que había en el valle, y donde se reflejaba
la luna llena. Mientras el lobo aullaba, la gente del pueblo miraba
atemorizada a la montaña que los rodeaba; la silueta del lobo se
distinguía bajo la luz de la luna. La gente del pequeño pueblo llevaba
mucho tiempo intentando matar al lobo, el cual siempre estaba
acompañado de murciélagos que lo seguían con silencio fúnebre y algo
aterrador. Había una niña la cual tenía cierta curiosidad por la historia del
lobo. La gente no sabía de qué se alimentaba ni por donde se movía. Ella
por más que buscaba huellas o alguna pista, pero siempre llegaba a un
callejón sin salida. Una mañana la niña encontró unas huellas que se
dirigían a una casa abandonada a la orilla de un río. La niña las siguió,
entró en la casa y descubrió que estaba llena de murciélagos y cuervos
que al parecer estaban al servicio del lobo. De un momento a otro se
escucharon pasos a gran velocidad, el lobo se acercaba. El lobo llegó y se
plantó delante de la niña. La niña muy asustada no supo cómo reaccionar
así que comenzó a correr en cualquier dirección. Corrió y corrió hasta que
llegó a un puente de madera, miró atrás y vio que el lobo se le acercaba
muy rápido. Lo cruzo corriendo y justo cuando llegó al otro lado el puente
cayó junto al lobo. Se escucharon aullidos del lobo mientras caía y los
cuervos y murciélagos aparecieron de repente para salvar al lobo. El lobo
fue salvado. La niña, aún presenciando aquel espectáculo en el que
murciélagos y cuervos salvaban a un lobo, no dejo de corre por miedo a
que él le alcanzara. Siguió corriendo hasta que llego a una pequeña cueva
que había en el bosque. Allí paso la noche y la mañana siguiente al
despertarse, una gran sorpresa se llevó, ya que a su lado yacía un perro,
de color canela claro, con ojos hambrientos pero amables, miedosos, pero
valientes, con trufa muy negra que se movía de lado a lado con tal de
percibir todos los olores que allí había, con estructura delgada y
elegante... Y fue ese mismo perro que al ver que ella se movía, con
movimientos lentos por miedo a que el también le atacara, el que dió un
salto hacia su lado y, acercándose lentamente, le acarició con su diminuta
cara y le acompañó a casa para que nadie le pudiera hacer daño.

Personajes:
Personaje o escenario Imagen Quien lo agrega

Lobo Alex
Murciélago Alex

Niña Cristian

Cuervo Cristian

Perro Noelia

Cueva Noelia
Alex - Color naranja
Cristian - Color azul
Noelia - Color gris