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Movimientos sociales:

TIC y prácticas políticas nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 94-101

Carlos Eduardo Valderrama H.*


Este artículo destaca ciertas dimensiones de la relación entre los movimientos sociales con la constitución de una
esfera pública cualitativamente diferente de la que hasta hace unas décadas existía en el espacio político de las sociedades
modernas, así como con algunas prácticas políticas que toman como referencia la constitución de redes y el uso de
tecnologías de la información y la comunicación.
Palabras clave: movimientos sociales, tecnologías de la información, redes sociales, prácticas políticas, esfera pública.

Este artigo destaca certas dimensões da relação entre os movimentos sociais com a constituição de uma esfera pública
qualitativamente diferente à que faz umas décadas existia no espaço público das sociedades modernas, assim como em
algumas práticas políticas que tem como referência a constituição de redes e o uso de tecnologias da informação e da
comunicação.
Palavras-chaves: movimentos sociais, tecnologia da informação, redes sociais, práticas políticas, esfera pública.

This article highlights some dimensions of the relation among social movements, the constitution of a public scenario
qualitatively different from that that existed until a few decades ago in the political space of modern societies, and some
political practices that take the constitution of networks and the use of the communication and information technologies
as a reference point.
Key words: social movements, information technologies, social networks, political practices, public scenario.
Dibujos EMBRERA: Astrid Ulloa

ORIGINAL RECIBIDO: 29-I-2008 – ACEPTADO: 27-II-2008

* Sociólogo. Doctorando del programa sobre la sociedad de la información y el


conocimiento de la Universidad Abierta de Cataluña. Docente/investigador del
Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos de la Universidad Central,
IESCO. E-mail: cvalderramah@ucentral.edu.co

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No pretendemos otra cosa que Sin embargo, abordar los movi- a la constitución de redes y esfera pú-
aprovechar todas estas herramientas mientos sociales en el marco de la blica, y a la dimensión política de las
comunicacionales que se metieron sin sociedad informacional (Castells, tecnologías de la información y la co-
permiso en los Tambos, Kankuruas, 1999) significa empezar a desenmara- municación. En la primera parte, en-
Malokas y asambleas, para el fortaleci-
ñar la intrincada y compleja red de tonces, mostraremos la relación
miento de cada proceso local, regional,
nacional, y así globalizar nuestro pensa-
interdependencias que resultan de existente entre la emergencia de nuevas
miento y nuestras apuestas, de la mano entrecruzar dos cuestiones fundamen- prácticas políticas y la configuración
con otros sectores, porque en este maravi- tales: el papel mediador que las TIC de una esfera pública cualitativamente
lloso país la lucha de la Colombia (y los medios masivos de comunica- diferente de la que hasta hace dos o
marginada es por la SOBERANÍA DE ción tradicionales) juegan en los pro- tres décadas habíamos conocido. En
TODOS LOS COLOMBIANOS1 . cesos comunicativos –de diverso la segunda parte, analizaremos algu-
SICO-ONIC2 espesor y alcance–, y las profundas nos aspectos de la dimensión políti-
transformaciones de las dinámicas ca de la tecnología que merecen ser

D esde que Manuel Cas-


tells (1999) nos mostró –in ex-
políticas de la sociedad, las cuales destacados en relación con el uso que
de ella hacen algunos movi-
mientos sociales.
tenso– la estrecha relación
entre la transformación de los
movimientos sociales, el uso Movimientos
de las tecnologías de la infor- sociales, redes y
mación y la comunicación esfera pública
(TIC) y las estructuras socio-
políticas de una nueva socie- Antes de abordar este pri-
dad, es muy común encontrar mer punto, debo aclarar que
hoy relatos académicos –y para el efecto de este artículo,
otros un poco más anecdóti- consideramos las prácticas po-
cos– sobre la acción política líticas como un tipo particu-
en el nuevo escenario informa- lar de prácticas sociales3 . Es
cional y comunicacional. Des- decir, como un conjunto de ac-
de los diversos análisis del ya ciones de agentes colectivos (en
paradigmático uso político de este caso los movimientos
la Red por parte del EZLN, pa- “Señor de Monserrate”, Pedro Lugo de Albarracín, s. XVII, madera sociales y los grupos que los
sando por la manera como se tallada (detalle), iglesia de Monserrate, Bogotá.
constituyen), que involucran
organizaron ciertas protestas acciones rutinarias, se relacionan con
antiglobalización (Seattle, Génova, pasan por la crisis estructural de la objetos tecnológicos (ciertas dimen-
etc.), por las acciones colectivas con- legitimidad de las formas del ejerci- siones materiales y digitales de las tec-
tra los atentados del 11 de marzo en cio político tradicional y del corres- nologías de la información y la
Madrid y el manejo político que el pondiente descentramiento de las comunicación) y despliegan una prác-
gobierno español quiso darle al insu- prácticas políticas de los espacios tica discursiva que contempla diversas
ceso, por el uso de los mensajes de institucionales también tradicionales dimensiones, las cuales van desde el
texto vía celular en las marchas con- (Beck, 1993; Giddens, 1995; Martín- conocimiento tecnológico hasta el
tra la guerra en Irak, hasta la forma Barbero, 2000; Hopenhayn, 2001). posicionamiento ideológico, pasando
como ciertas comunidades de los por las lecturas del contexto socio-
países del Tercer Mundo se organizan Pero como ese esfuerzo excede los político en el cual y con el cual defi-
políticamente aprovechando nodos propósitos y el aliento de este ejerci- nen sus actuaciones.
tecnológicos (como los telecentros en cio, aquí únicamente vamos a presen-
Latinoamérica), los estudios abundan tar algunas ideas en torno a la relación Hecha esta aclaración –evidente-
apelando a las más variadas perspec- de estas dos cuestiones que hemos lla- mente esquemática–, podemos co-
tivas teóricas y políticas. mado fundamentales. Nos referiremos menzar afirmando que sin duda alguna

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hemos venido presenciando en las úl- en el pasado. Siguiendo a Castells lectivos que habían venido operando
timas cuatro décadas una paulatina (2001), podemos caracterizar esta bajo esquemas más tradicionales. En
transformación tanto de las prácticas nuevas prácticas a partir de varios ele- efecto, la red es una de las maneras
políticas de los movimientos sociales4 mentos: a) se organizan y movilizan como tanto desde el punto de vista
como de las prácticas discursivas que en torno a valores culturales, es de- organizativo como desde el punto de
sobre ellos ha elaborado la academia. cir, amplían sus reivindicaciones más vista comunicativo funcionan la ma-
De hecho, y en relación con este segun- allá de intereses de clase o intereses yoría de estos movimientos (Castells,
do aspecto, uno de los tantos debates de carácter sectorial y llevan sus lu- 1999 y 2001; Finquelievich, 2000;
álgidos es sobre si realmente existen chas a planos de interés incrustados León, Tamayo y Burch, 2001 y 2005;
“nuevos” movimientos sociales o si es en modos de vida y construcciones Finquelievih y Kisilevsky, 2005)6 . A
el mismo “vino viejo en odres nuevos” de sentido o visiones de mundo. Di- partir de la configuración de nodos
(Mees, 1998). Aquí asumimos con pre- ríamos que los movimientos sociales locales conectados y apoyados por
caución esta diferenciación, para seguir luchan hoy por la configuración de las TIC, los colectivos adquieren di-
puntualizando la perspectiva, pues nuevas prácticas sociales en las cuales mensiones regionales, nacionales y
para algunos especialistas esta distin- cada vez más la cultura deviene en globales.
ción es a todas luces inconveniente y política (Escobar, 1999; Hopenhayn,
lo que más bien se presentan son con- 2001). b) Reemplazan el vacío deja- Sin embargo, es necesario aclarar
diciones nuevas para la acción social do por la crisis de las organizaciones que si bien es cierto que las TIC se
colectiva. Mess (1998: 317) afirma que políticas verticalmente integradas: los constituyen en una especie de plata-
la distinción entre viejos y nuevos partidos tradicionales operan como forma tecnosimbólica; que son un
movimientos carece de utilidad analí- maquinarias clientelistas en función medio esencial de comunicación y
tica básicamente por tres razones: no de los tiempos electorales y otras or- organización en todos los ámbitos de
existe comparabilidad, no existen ar- ganizaciones (sindicatos, asociaciones la práctica social; y que en esta medi-
gumentos sólidos que demuestren el formales de ciudadanos, etc.) se tor- da los movimientos sociales y los
cambio cualitativo, y porque todos los nan ineficientes en términos de la par- agentes políticos lo utilizan como
movimientos son viejos y nuevos a la ticipación ciudadana en la medida en una herramienta para actuar, informar,
vez, en tanto recogen la experiencia y que persisten en mantener una orga- reclutar, organizar, dominar y contra-
se adaptan a las nuevas condiciones. nización y un modelo de comunica- dominar (Castells, 2001); también es
Otros autores le otorgan importancia ción vertical, burocrático y rígido. c) cierto que las TIC no juegan un pa-
a dicha distinción en tanto sugieren Asumen un carácter global –o por lo pel meramente instrumental y la re-
que gracias a la incorporación de las menos lo pretenden–, especialmente lación de los movimientos sociales
TIC en el seno de los movimientos a través de las tecnologías de la co- con ellas se enmarca, entre otras co-
sociales, ha cambiado la práctica, la municación y la información. sas, en la propia apuesta y en las
organización y el discurso en niveles mismas prácticas políticas de los mo-
profundos y no meramente en el ni- En el marco de estos tres rasgos, vimientos sociales. Es decir, el mapa
vel instrumental u organizacional queremos resaltar un aspecto que nos de la relación TIC y movimientos
(Rodríguez, 2002: 6). parece muy potente porque de alguna sociales se configura entre lo que las
manera sintoniza con una tendencia tecnologías permiten hacer, la mane-
Sea como fuere, y más allá de su de la constitución emergente del teji- ra de apropiarlas y usarlas (incorpo-
denominación, no podemos negar do social. Difícilmente podemos ne- rándolas y rutinizándolas) y el
que frente a un cierto agotamiento gar que hoy buena parte de este tejido discurso o práctica discursiva, es de-
de la política tradicional5 y de los y la acción de los sujetos en diferentes cir, el sentido propiamente político
modos de organización interna clási- ámbitos se estructuran a partir de una de los colectivos. De esta manera, las
ca de los colectivos políticos, hoy organización en red (Castells, 1999; apuestas organizativas (jerarquías, re-
estamos ante la presencia de unos Held et al., 1999; Carnoy, 2000). Este des, lugar y función de los nodos, flu-
movimientos sociales que exhiben en tipo de organización es también una jos y producción de información, etc.)
sus prácticas políticas una serie de dimensión fundamental de algunos de y las apuestas participativas (sentidos
rasgos que representan un quiebre los movimientos sociales emergentes y lugares otorgados a la otredad, nive-
con respecto a formas de saber hacer y de la transformación de algunos co- les de decisión y empoderamiento,

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etc.), son el resultado de la tensión les el liderazgo tiende a difuminarse vale la pena resaltar que la mayoría de
entre estos tres elementos: TIC, apro- entre los participantes en tanto cada las prácticas políticas de estas redes se
piaciones y prácticas discursivas. uno, en la medida de su participación realiza en un espacio sociopolítico que
(debatiendo, enviando a sus contac- es una mezcla entre lo virtual y lo pre-
Ahora bien, el uso y apropiación tos correos electrónicos, etc.), se con- sencial, en tanto es a través de relacio-
de las TIC y la configuración de re- vierte en un pequeño líder que nes tanto virtuales como presenciales
des por parte de los movimientos construye su propio nodo8 . Como que se generan, mantienen y proyec-
sociales ha contribuido, junto con dicen Jara y Baumann (2001:s/p), tan las acciones políticas y su inciden-
otros factores7 , al surgimiento de una “los ciudadanos pueden participar ac- cia sobre los centros de toma de
esfera pública cualitativamente dife- tivamente en la difusión de sus opi- decisiones. Es en la continuidad en-
rente. Frente al hecho de que hoy ya niones, debates y cuestiones de tre lo virtual y lo presencial en donde
no existe una esfera pública ni unifi- interés y podríamos decir que se tra- las prácticas políticas de los movimien-
cada, ni atada a los medios de comu- ta de opinión pública sin mediacio- tos sociales le dan cuerpo a los lazos
nicación del Estado (Keane, entre lo local y lo global. Con-
1997: 57 y ss.), es necesario sideramos que las relaciones
resaltar que la nueva con- sociales en línea no se encuen-
dición de la comunicación tran aisladas de las interacciones
global, y especialmente la pre- fuera de línea ni de las media-
sencia de las TIC, ha genera- ciones culturales del mundo
do una esfera pública más presencial; más bien, pensamos
global y autónoma, en la cual que ambas son el resultado de
se reconfigura la información una mutua afectación, inscritas
política y se ejerce cierta sobe- ambas en el campo amplio de
ranía en la medida en que no la cultura y entre las cuales po-
obedece directamente a las re- demos encontrar tanto conti-
gulaciones estatales. En este nuidades como rupturas9.
mismo sentido, se puede cons-
tatar la existencia de una serie Para finalizar este apartado,
de condiciones tecnosim- y en relación con el caso espe-
bólicas para el surgimiento de cífico que nos ocupa, pode-
esferas públicas radicalmente mos decir que viejas prácticas
más desprendidas del referente políticas y de configuración de
Virgen cristiana, c. 1650, madera tallada, taller neogranadino,
territorial y nacional, propi- 1 m. de altura (detalle). Museo de Arte Colonial. Archivo ICC. esfera pública se encabalgan
ciando la circulación de infor- sobre nuevos dispositivos
mación política entre las partes más nes aunque no por ello menos social- sociotécnicos, soslayando muchas de
alejadas del planeta. Sin embargo, lo mente elaborada”. sus características técnicas que po-
más importante para resaltar es la drían potenciar novedosas prácticas
emergencia de una serie de intersti- Así, lo que aquí tenemos es la democráticas y participativas. En efec-
cios de lo público-comunicativo des- presencia de una esfera pública abso- to, no basta con tener una tecnolo-
de los cuales no sólo se pueden lutamente novedosa, que convive gía que posea unas características
expresar las nuevas formas de hacer conflictivamente con otras de carác- potentes en términos de rapidez,
política sino que ellos mismos se ter más tradicional gestadas principal- interactividad, multimedialidad,
constituyen en prácticas políticas mente en y por los medios masivos hipertextualidad; que cuente con es-
desinstitucionalizadas y con alto po- de comunicación de carácter privado. pacios para la creatividad y la argu-
tencial contrahegemónico. Estos in- mentación como chats, listas y foros
tersticios son espacios como las Pero esta esfera pública adquiere de discusión, entre otros; si no exis-
llamadas bitácoras (weblogs en inglés), sentido en la medida en que encuen- te simultáneamente tanto una volun-
las listas de discusión, los foros te- tra solución de continuidad con el tad política de democratizar los
máticos en Internet, etc., en los cua- ejercicio del poder. En este sentido, procesos de configuración de una es-

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fera pública como las condiciones intervenciones culturales que crean, son “sistemas hechos por el hombre
socioculturales para que los públicos ellas mismas, nuevas culturas y de- que parecen requerir o ser fuertemen-
políticos puedan participar cualifica- marcaciones del campo social”. te compatibles con los tipos particu-
damente en ella. En este sentido, es lares de relaciones políticas”. Este
muy importante saber que la intro- Ahora bien, en el nivel político, tipo de tecnologías están ligadas a
ducción y uso de las TIC en la esfera que es lo que ahora nos interesa, y maneras propias e institucionalizadas
pública no necesariamente significa basándonos en Langdon Winner de ejercer poder. Para el autor, se tra-
más democratización, que el acceso (1987), podemos decir que la rela- ta de procesos que tienen la posibili-
a más información tanto global como ción entre los artefactos y la política dad de modificarse o apropiarse de
local no implica automáticamente se encuentra constituida a partir de manera diferente según los contextos
más poder político o mayor cualifi- dos dimensiones. La primera hace re- o según los usos dados; conllevan en
cación o calidad en la participación ferencia a la forma en que la tecno- sí mismos dimensiones políticas en
pública. Simultáneamente lo el sentido de que adoptarlos
que está en juego son los pro- significa así mismo adoptar una
cesos de democratización de forma de vida, una forma de
los medios y la democratiza- sociedad, una forma de estable-
ción a través de ellos. Las lu- cer determinado tipo de rela-
chas no aluden solamente a la ciones sociales.
conexión, al acceso físico a los
aparatos, a la formación en Para el caso de las TIC,
tecnología y al desarrollo de ambas dimensiones son rele-
ciertas competencias, sino vantes y ambas se implican di-
también al control, especial- rectamente con las prácticas
mente de contenidos, y a la políticas de los movimientos
apertura y perpetuación de sociales, sus rutinas, las inter-
ciertas prácticas democráticas acciones entre los colectivos,
de participación. sus prácticas discursivas, etc. La
primera dimensión, que ha
sido ampliamente documenta-
De instrumento da, alude a la manera como los
a tecnología “Virgen y Niño (cuarterones)”, s. XVIII, óleo/tela (detalle). movimientos sociales las usan
inherentemente Santuario de Bojacá. Archivo: ICC. políticamente. Algunas investi-
política gaciones (Khan y Séller, 2004;
logía –su diseño, producción, uso y Tilly, 2005; Grillo, 2007) han anali-
Partimos del supuesto de que las apropiación– puede utilizarse para zado cómo se conforman redes para
TIC no son meros instrumentos o incrementar “el poder, la autoridad protestar en contra de intervenciones
herramientas de transmisión de in- y el privilegio de unos sobre otros”. militares (en Irak, por ejemplo), para
formación que pueden ser usados de Utilización que va más allá de sus mostrar cómo una gran cantidad de
manera uniforme e indiferenciada propósitos y usos aparentes para los medios independientes y de fuentes
por parte de los diversos usuarios. que fue diseñada y producida. Muchas de emisión no controladas o mani-
Tampoco creemos que sean escena- disposiciones físicas de tecnologías de puladas por los grandes medios de co-
rios y plataformas tecnológicas neu- la comunicación, el transporte o de municación, fueron capaces de
tras en las cuales se desarrollan otra índole, contienen propósitos autogestionar información (caso
dinámicas comunicativas de diverso políticos implícitos o explícitos, cons- Indymedia, verbigracia), dar puntos
orden e intensidad. Por el contrario, cientes o inconscientes. de vista diferentes a los amañados por
como lo afirma Escobar (1999: las comunicaciones oficiales, reportar
331), toda “tecnología inaugura un La segunda se refiere a lo que el las opiniones y acciones antibélicas
mundo, una multiplicidad de ritua- autor denomina las “tecnologías de todo el mundo, y para mostrar
les y de prácticas. Las tecnologías son inherentemente políticas”, las cuales cómo algunos líderes y personas in-

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teresadas usan Internet o la telefo- TIC y en el hecho de que las tecno- dinamizado y fortalecido las prácti-
nía móvil (desde las movilizaciones logías “inauguran mundos nuevos” cas políticas en dos áreas: el trabajo
antiglobalización, hasta las protes- (para retomar la anterior cita de Es- en red y las actividades de comunica-
tas en Filipinas, pasando por las cobar), estos usos y apropiaciones ción e información. En este sentido,
movilizaciones de los mapuches) (instrumentalmente o no), transfor- resaltan las confluencias entre colec-
como herramientas eficaces para la man las prácticas de los movimien- tivos y redes sociales plurales y
coordinación operativa en la orga- tos sociales. Sus rutinas; sus formas diversas que se benefician de los acu-
nización de grandes o medianas organizativas; su relación con los mulados organizativos y propositivos
movilizaciones. otros, con los objetos mismos y con de cada uno de ellos, y “las posibili-
su entorno; sus prácticas discursivas, dades de comunicar, acceder a infor-
Con respecto a la segunda dimen- se ven transformadas. mación, desarrollar y compartir
sión, podemos afirmar que en tanto conocimientos, con severas implica-
los movimientos sociales no son pro- Para mencionar sólo un ejemplo, ciones en el convivir social”. A través
ductores de tecnología10 , la relación llamamos la atención sobre lo que de la experiencia de articulación y
que se construye pasa principalmente posiblemente ha sucedido –y debe confluencia de agrupaciones,
por la experimentación y la creativi- estar sucediendo– con los cambios
dad en los procesos de transferencia, del lugar de la comunicación en la los movimientos sociales han
uso y apropiación de la misma. Es acción colectiva de algunos movi- venido procesando la importan-
decir, está en los propios movimien- mientos sociales. A través de una cia de apropiarse de tales recur-
tos definir la manera como las TIC se investigación realizada a 87 organi- sos, en particular de la Internet,
incorporan en sus rutinas, en el seno zaciones usuarias de la red telemática lo que implica no sólo ser usua-
mismo de sus prácticas políticas. española Nodo 50, los autores encon- rios, sino también profundizar
traron cómo algunas de ellas, gracias en el entendimiento de sus ló-
Pueden optar por acogerse plena- al uso de las nuevas tecnologías, co- gicas para poder sacar un pro-
mente a las plataformas tecnosim- menzaron, por una parte, a centrar vecho pleno. Pero además se va
bólicas que las TIC proponen, las de manera decidida su trabajo políti- perfilando que tienen un rol a
cuales desde su diseño mismo se en- co en torno al mundo de la comuni- jugar en la defensa de los inte-
cuentran generalmente atravesadas cación y la información, y por otra, a reses populares, de cara a la
por los intereses del mercado y por transformar ciertos aspectos organi- orientación del desarrollo e
hegemonías de diverso tipo, o pue- zacionales, como es el caso del tipo y implementación de las NTIC,
den por el contrario re-diseñarlas vía clase de tareas cotidianas y el lugar lo cual implicaría no sólo in-
la apropiación misma, la adaptación que ocupa el espacio físico en su or- cidir en las instancias de deci-
cultural o la transferencia tecnológi- ganización operativa (López, Roig y sión respectivas, sino incluso
ca crítica en función de su propio pro- Sádaba, 2003). reconceptualizar el discurso
yecto político. Por esta razón, sin que dominante y tomar cartas en
las TIC sean instrumentos neutros, Para el caso de América Latina, la disputa de sentidos [sobre
encontramos usos y apropiaciones León, Burch y Tamayo (2001 y 2005), la tecnología y las TIC] (León,
con proyectos que van desde la más en unas recientes investigaciones so- Burch y Tamayo, 2001).
extrema derecha (movimientos xenó- bre este tema, hicieron un seguimien-
fobos, por ejemplo) hasta la más ex- to al equipamiento y acceso a las redes De lo anterior se desprende una
trema izquierda, pasando por toda la electrónicas, a la utilización y la apro- especie de hipótesis: la comunicación
escala de tonalidades entre estos dos piación tecnológica e informativa, al se comienza a volver concientemente
polos –si es que aún este topos (dere- funcionamiento en red y a las políti- política. Podríamos estar asistiendo a
cha-izquierda) nos sirve para compren- cas y estrategias de comunicación de una especie de “giro comunicativo”
der la actual complejidad política de ciertas organizaciones agrupadas en la que va del informacionismo a la cons-
los movimientos sociales–. Comunidad Web de Movimientos trucción conjunta de sentidos. Esta
Sociales. Algunas de las constata- construcción semiótica de lo político
Pero como insistimos en el carác- ciones de los autores hacen referen- no sólo define agendas públicas, par-
ter inherentemente político de las cia a que el uso de las tecnologías ha ticipación, empoderamientos, etc.,

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además redefine las propias prácticas: La puja del mercado y la puja por el nectados entre sí: formas de activida-
rutinas de acción, dinámicas organiza- control de la propiedad intelectual des corporales, formas de actividades
mentales, los objetos y su uso, un cono-
cionales, incorporación de hábitos, y la libre circulación de las ideas no cimiento de contexto en la forma de
relación con el entorno, relación con es en vano. entendimiento compartido, conoci-
el otro, prácticas discursivas. Esto es lo mientos técnicos, estados emotivos y co-
que puede estar sugiriendo tanto la Pero tampoco hay duda de que nocimiento motivacional.
comprobación de que los movimien- si bien al acceso a las tecnologías de 4 Para efectos de una mejor compren-
tos políticos y ciertas organizaciones la información y la comunicación es sión de nuestro punto de vista, de ma-
nera breve diremos que los movimien-
se consideran, a partir del uso de fundamental para no pocos millo- tos sociales son una red de relaciones
Internet, medios de comunicación, nes de personas de los países del que conecta colectivos heterogéneos.
como la situación inversa: colectivos Tercer Mundo, la cuestión de fon- Dicha heterogeneidad está dada por
la diversidad de formas de acción, por
o medios de comunicación virtuales do es el sentido de las prácticas po- los alcances, por el número de agen-
que devienen organizaciones sociales líticas en los procesos de uso y tes, por las formas organizativas y, en
inscritas en un movimiento (López, apropiación –y si es del caso produc- cierto nivel, por el tipo de intereses.
Roig y Sádaba, 2003: 56). Igualmen- ción– de dichas tecnologías. Es cla- Pensamos también que parte de esta
heterogeneidad se inscribe en una ten-
te es lo que nos puede estar señalan- ro, como lo hemos tratado de decir, sión entre la tradición y el cambio en
do que, por ejemplo, la Comunidad que el sólo acceso a las TIC, o su términos de las prácticas sociales y el
Web de Movimientos Sociales esté, en uso instrumental, no significa inme- ejercicio de lo político, es decir, entre
su propia práctica de trabajo en red, diatamente democratización. Esta lo que se ha denominado viejos y nue-
vos movimientos sociales.
rescatando el histórico vínculo entre pasa por el respeto a la diferencia en
comunicación y acción que “ha veni- los entornos políticos tanto virtuales 5 Entendida como aquélla que se ejerce
en los escenarios tradicionales (parti-
do rompiéndose paulatinamente des- como presenciales, por el hecho de dos políticos, parlamento, etc.)
de hace un siglo y medio con la que el poder ejercido on line tenga 6 Dice Castells (2001: 165): “Los proce-
irrupción del telégrafo y las posterio- solución de continuidad off line, por sos de cambio social conflictivo en la
res tecnologías de la comunicación, la transformación de ciertas prácti- era de la información giran en torno
que –para decirlo en palabras redon- cas políticas aún ancladas en jerar- de los esfuerzos por transformar las
categorías de nuestra existencia a base
das– establecieron el mundo de los quías y exclusiones de diverso tipo, de construir redes interactivas como
‘mass media’ y la consecuente ‘socie- por la posibilidad de globalizar los formas de organización y movilización.
dad del espectáculo’” (León, Burch y procesos locales y regionales, y pasa, Estas redes, que surgen de las resisten-
Tamayo 2001). en fin, por el ejercicio de la sobera- cias de sociedades locales, se proponen
vencer al poder de las redes globales
nía de todos los marginados. para así reconstruir el mundo desde
abajo. Internet proporciona la base
Hacia la soberanía material que permite a estos movimien-
tos movilizarse en la construcción de
una nueva sociedad”. Añadiríamos
Tienen razón los indígenas co- Citas hoy la telefonía móvil, habida cuenta
lombianos cuando afirman que la de los desarrollos tecnológicos que es-
1 Mayúsculas en el original. tán permitiendo una convergencia
actuales TIC se nos metieron sin pe- mediática y la multiplicación de fun-
dir permiso en las malokas, en los 2 SICO: Sistema Indígena de Comunica- ciones en estos pequeños aparatos.
tambos y en las asambleas. Pelearon ción de Colombia. ONIC: Organiza-
ción Nacional Indígena de Colombia. 7 Concentración mediática en grandes
con otras TIC y vencieron: el chasqui corporaciones, privatización de los me-
y el maguaré son un recuerdo del pa- 3 De manera general, podemos decir que dios y consecuente dominio de éstos
las prácticas sociales se configuran en sobre aquéllos de carácter nacional.
sado. Un folklore para delicia de no campos de actividades humanas entre-
pocos ministerios de la cultura de tejidas, que son incorporadas y rutini- 8 La experiencia más reciente para el
los países latinoamericanos. No hay zadas, y que se organizan alrededor de caso colombiano fue el proceso de la
conocimientos compartidos o prácti- organización de la marcha del 4 de
duda de que hoy las TIC son un cam- febrero del presente año contra las
cas de entendimiento compartido
po de lucha, de que la esfera públi- (Schatzki, 2001). Siguiendo a Reckwitz
Farc y el que se está llevando a cabo,
ca que de allí está emergiendo en el momento de la elaboración de
(2002), una práctica social es un tipo de
este artículo, para organizar una ma-
alberga una infinidad de utopías y comportamiento rutinizado que com- nifestación el 6 de marzo contra los
que su control se vuelve estratégico. prende varios elementos interco- crímenes de los paramilitares, el des-

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plazamiento de los campesinos y en , S. y G. Kisilevsky, 2005, “La ción, disponible en: <http://alainet.
homenaje a las víctimas de la desapari- sociedad civil en la era digital: organiza- org/publica/msred/>, consultado en
ción forzada, ambos procesos usando ciones comunitarias y redes sociales sus- septiembre de 2006.
intensivamente el portal de red social tentadas por TIC en Argentina”, docu-
mento de trabajo No. 41, Buenos Ai- , S. y E. Tamayo, 2005, Movimien-
Facebook y el correo electrónico.
res, Instituto Gino Germani / Univer- tos sociales y comunicación, Quito, Agen-
9 De hecho, el concepto de cibercultura sidad de Buenos Aires, disponible en: cia Latinoamericana de Información,
ha sido utilizado para la teorización <http://www. iigg. fsoc.uba.ar/Publica- disponible en: <http://www. alainet.org/
sobre las nuevas formas de sociabili- ciones/DT/DT41.pdf >, consultado en publica/movcom/mov_ soc_com.pdf>,
dad que surgen en torno a los usos de enero de 2008. consultado en septiembre de 2006.
Internet, “tanto para explicar la emer-
GRILLO, O., 2007, “Políticas de identidad LÓPEZ, S.; G. Roig, e I. Sádaba, 2003,
gencia de patrones culturales en línea
en Internet. Mapuexpress: imaginario Nuevas tecnologías y participación políti-
como para hacer referencia a grupos
activista y procesos de hibridación”, en: ca en tiempos de globalización, Bilbao,
y movimientos sociales que toman
Razón y Palabra, No. 54, disponible en: Instituto de Estudios sobre el Desa-
Internet como el centro de sus activi-
<http://www. razonypalabra.org.mx/ rrollo y Cooperación Internacional,
dades e incluso como factor esencial
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