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SAP Oviedo 30 de Diciembre de 2009
SAP Oviedo 30 de Diciembre de 2009
Id Cendoj: 33044370012009100453
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Oviedo
Sección: 1
Nº de Recurso: 103/2009
Nº de Resolución: 453/2009
Procedimiento: CIVIL
Ponente: AGUSTIN AZPARREN LUCAS
Tipo de Resolución: Sentencia
Resumen:
MATERIAS NO ESPECIFICADAS
AUD.PROVINCIAL SECCION N. 1
OVIEDO
SENTENCIA: 00453/2009
SENTENCIA Nº 453/09
Ilmos. Sres.
PRESIDENTE
MAGISTRADOS
VISTOS en grado de apelación por esta Sección 001 de la Audiencia Provincial de OVIEDO, los
presentes autos de JUICIO VERBAL 0000871 /2007, procedentes del JDO. DE LO MERCANTIL N. 1 de
OVIEDO, Rollo 0000103 /2009 , entre partes, como Apelante CALDERYS IBERICA REFRACTARIOS S.A.
representada por la Procuradora de los Tribunales Dª. ISABEL GARCIA-BERNARDO PENDAS, y bajo la
dirección letrada de D. JOSE MANUEL SIMON ANES, y como Apelado el REGISTRO MERCANTIL DE
ASTURIAS en situación procesal de rebeldía.
ANTECEDENTES DE HECHO
SEGUNDO.- El Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de Oviedo dictó Sentencia en los autos referidos con
fecha 28-10-08 cuyo fallo es del tenor literal siguiente: "Desestimar la demanda interpuesta por CALDERYS
IBERICA REFRACTARIOS S.A. contra el Registro Mercantil de Asturias, en situación procesal de rebeldía,
absolviendo a la parte demandada de las pretensiones formuladas en su contra, sin que proceda condena
en costas".
TERCERO.- Notificada la anterior Sentencia a las partes, se interpuso recurso de apelación por la
parte demandante CALDERYS IBÉRICA REFRACTARIOS, S.A., que fue admitido en ambos efectos,
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previos los traslados ordenados, remitiéndose los autos a esta Audiencia Provincial con las alegaciones
escritas de las partes, no habiendo estimado necesario la celebración de vista.
CUARTO.- Se señaló para deliberación, votación y fallo el día 21-04-09, quedando los autos para
sentencia.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- Se presenta recurso contra la sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Oviedo que
desestima la demanda formulada por la Sociedad Calderys Iberica Refractarios S.A. frente a la calificación
negativa del Registrador Mercantil denegando la inscripción solicitada por aquella para la modificación de
los Estatutos sociales, denegación que se concreta en la pretendida regulación de un sindicato o agrupación
de acciones en el art. 9.I de dichos Estatutos.
La calificación negativa del registrador se basa en un motivo general y tres concretos, que son los
siguientes:
Con carácter general, según el Registrador, no son inscribibles las normas estatutarias relativas al
sindicato o agrupación de las acciones referentes al ejercicio del derecho de voto, por cuanto los sindicatos
de voto son acuerdos de carácter extrasocial. Un compromiso de esta índole sobre el ejercicio del derecho
de voto choca con los arts. 105, 106.2 y 107 de la LSA, con la igualdad de trato de los accionistas y con el
carácter deliberante de los órganos sociales en cuanto principios configuradores de la sociedad anónima.
Como motivos concretos para la denegación, la Nota de Calificación considera que: a) La exigencia
de acuerdo unánime para la adopción de determinados acuerdos por la Asamblea de sindicados, que
implica derecho de veto para el accionista minoritario, es contrario a los principios configuradores de la
Sociedad Anónima (arts. 10 y 93 TRLSA); b) La atribución al Comisario del sindicato de la facultad de
certificar los acuerdos de éste, está al margen del art. 109 del RRM ; y c) La prohibición absoluta para los
accionistas sindicados de ejercitar los derechos de asistencia y voto en la Junta General contradice lo
dispuesto en los arts. 105 y 106 del TRLSA.
Los sindicatos de voto, ante la ausencia de regulación legal en nuestro sistema, han sido estudiados
por los tribunales siguiendo definiciones doctrinales, así la SAP de Barcelona, Sección 15ª, de 15 de
diciembre de 1999 , los define como la agrupación voluntaria de personas, físicas o jurídicas, que se
comprometen entre sí o ante terceros, a no ejercitar el voto o a ejercitarlo en los órganos de la sociedad,
bien por sí mismos, bien mediante representante, en el sentido decidido previamente, con el fin de llevar a
término una influencia más o menos estable en la marcha de la sociedad, bien mediante la constitución de
una mayoría compacta que ostente el control de la misma, bien mediante la constitución de una minoría que
haya de ser tenida en cuenta por los accionistas mayoritarios encargados de la dirección de aquella.
El sindicato o agrupación de acciones incorporado al art. 9º. I de los Estatutos de la Sociedad actora
se encuadraría en los denominados mixtos, de voto y bloqueo, ya que como dice la propia redacción de la
norma estatutaria cuestionada, se agrupan las acciones "a los efectos de la regulación de su transmisión a
terceros y del ejercicio por los accionistas de los derechos de voto en la Junta General de Accionistas", por
lo que en principio, partiendo de esa doble naturaleza, habría que descartar cualquier objeción al contenido
relativo a la sindicación de bloqueo, es decir a las reglas recogidas en la norma estatutaria Sexta del
Sindicato, que limita la libre transmisibilidad de las acciones SERIE "A", ya que como dice la SAP Madrid,
Sección 28ª de 14 de febrero de 2008 la eficacia de este tipo de cláusula limitativa a la libre transmisión de
acciones "resulta incuestionable a tenor de lo establecido en los artículos 63 del TR de la LSA y 123 del
RRM". Tal tipo de normas, por otra parte, aparecen desde hace tiempo incorporadas en los Estatutos de
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determinadas sociedades, como la aquí actora, de tipo familiar a través de cláusulas que permiten a los
socios impedir que las acciones de la misma vayan a parar a manos de terceros ajenos a las familias
constituyentes.
TERCERO. Limitada la cuestión litigiosa al sindicato de voto, tanto la Nota del Registrador como la
sentencia apelada parecen descartar con carácter general la introducción de este tipo de agrupación de
acciones en los Estatutos sociales, sin necesidad de entrar a examinar los concretos acuerdos, ya que en la
Calificación registral se insiste en que "resulta plenamente justificado, en términos generales, el rechazo a la
inclusión en las cláusulas estatutarias de las normas reguladoras de los sindicatos de voto" y, como se ha
dicho, el Juez de instancia, concluye que la inclusión de los sindicatos en los Estatutos implicaría
desconocer la propia naturaleza de aquellos.
No comparte esta Sala esta primera objeción, al menos con el carácter general con el que se plantea,
pues si bien es cierto que la doctrina, con práctica unanimidad, considera como una nota característica de
estos pactos su carácter extraestatutario y que en la realidad los sindicatos de acciones han tenido
tradicionalmente esa naturaleza parasocial o extrasocial, precisamente porque sus normas podrían chocar
con los principios configuradores de la Sociedad, lo cierto es que nada impide que en aras de una mayor
transparencia en el tráfico jurídico mercantil se puedan llevar a los Estatutos y dotarlos de la publicidad que
su inscripción en el Registro Mercantil supone; de hecho en las sociedades cotizadas y para velar por los
intereses de los inversores y por la transparencia del mercado, el art. 112 de la LMV , tras definir como
pactos parasociales aquellos que incluyan la regulación del ejercicio del derecho de voto en las juntas
generales o que restrinjan o condicionen la libre transmisibilidad de las acciones en las sociedades
anónimas cotizadas, exige que se les dé publicidad así como su inscripción en el Registro Mercantil.
Es cierto que tal inscripción y publicidad, en este caso, no se hace necesariamente a través de los
Estatutos, pero en principio no se ve obstáculo alguno, a que, como sucede en el presente caso, cuando
todos los accionistas actuando de manera unánime acuerdan incluir el acuerdo de sindicación de acciones
en los estatutos no pueda accederse por el motivo de que dichos acuerdos tengan naturaleza extrasocial,
pues tal naturaleza se pierde en el momento en que se incluyen en los Estatutos de la Sociedad, tras un
acuerdo adoptado por la Junta General de Accionistas pasando a ser acuerdos sociales, y, sobre todo,
cuando la inclusión de dicho acuerdo, en principio y sin entrar en el examen concreto de sus normas, no
parece perjudicar ni a la Sociedad, que es la que está pidiendo aquí su inscripción registral, ni a los socios,
pues se trata de la voluntad unánime de ellos, ni a terceros que siempre tendrán mayor conocimiento del
funcionamiento de la sociedad si los pactos son públicos que si se encuentran en el ámbito exclusivamente
privado o reservado y por tanto desconocido para el tercero.
CUARTO. Otra cuestión distinta es el examen de los concretos motivos de denegación del
Registrador ya que aunque no se refiere a ellos la sentencia apelada, deben examinarse al impugnar el
ahora apelante la Nota calificadora del Registrador que los recoge.
Como dice la sociedad apelante, entre sus argumentos para oponerse a la objeción general antes
rechazada, "los pactos sociales podrán ser legales o ilegales, pero nunca parasociales y en consecuencia
podrá rechazarse la inscripción si el contenido del acuerdo societario es contrario a la Ley...". Y
precisamente es en la cuestión de la legalidad o ilegalidad de los acuerdos de sindicación de voto donde ha
de buscarse la solución del presente litigio, es decir, si los concretos acuerdos indicados por el Registrador
relativos fundamentalmente al ejercicio del derecho de voto son contrarios a la Ley y por tanto no pueden
inscribirse.
La primera duda que se plantea es si un acuerdo adoptado unánimemente por todos los accionistas
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de la Sociedad en una Junta General debe darse por válido en cualquier caso en virtud del principio de
autonomía de la voluntad declarado por los arts. 10 del TRLSA y 1255 del c.c.
Por otra parte, en el ámbito de la Unión Europea cuyas normas tienen cada vez más influencia directa
en la normativa societaria española, existe una mayor tendencia hacía el control de la actividad societaria
para conseguir una mayor transparencia en el mercado único, aunque como se deduce del informe de la
comisión de expertos designada por la Comisión Europea para la reforma y modernización del derecho
societario en Europa, conocido como "Informe Winter", el mayor control y transparencia se exige en el caso
de las sociedades cotizadas en que parece imponerse la exigencia de un cuerpo normativo uniforme y
obligatorio para garantizar la protección de los inversores, mientras que en el caso de las sociedades
cerradas, que según dicho informe serían aquellas cuyas acciones no son libremente transmisibles y no
podrían, por esa causa, ser admitidas a negociación en bolsa o en las cuales una titularidad dispersa no es
concebible, como ocurre en la sociedad aquí apelante, parece haber más espacio para la autonomía de la
voluntad.
Incluso el mismo Tribunal (STS de 29 de noviembre de 2007 ) se ha enfrentado con el problema del
orden público como límite de la autonomía de la voluntad y tras reconocer que "esta Sala ha constatado la
dificultad de fijar el concepto de orden público como límite de la autonomía privada" añade "que se ha de
encontrar el orden público entre los principios configuradores de la sociedad, en cuanto haya de impedir que
el acuerdo lesione los derechos y libertades del socio (STC 43/1986, de 15 de abril ), pero no ciñéndose a
los derechos fundamentales y libertades públicas garantizadas constitucionalmente, sino a derechos que
afecten a la esencia del sistema societario (SSTS 18 de mayo de 2000, 26 de septiembre de 2006 ). La idea
de referir el orden público a los "principios configuradores de la sociedad" se encuentra en otras decisiones
(SSTS 21 de febrero de 2006, 30 de mayo de 2007, 19 de julio de 2007 ) y, como señalaba la Sentencia de
5 de febrero de 2002 (y sigue la de 19 de julio de 2007 ) un acuerdo social puede ser contrario al orden
público por su contenido o por su causa, lo que permite valorar el propósito práctico perseguido con el
acuerdo...".
QUINTO. Examinando por tanto las objeciones que el Registrador Mercantil opone a la inscripción de
concretos acuerdos del Sindicato de voto, de las tres que señala, dos de ellas se refieren al ejercicio del
derecho de voto, mientras que la tercera hace referencia a "la atribución al Comisario de facultades
certificantes al margen de lo dispuesto en el art. 109 del RRM ". No parece que el acuerdo adoptado en
relación a que las certificaciones del Libro de Actas de las Asambleas del sindicato de accionistas,
legalizado notarialmente para uso del sindicato, sean expedidas por el Comisario o por Notario con
exhibición del libro de actas, constituya una infracción a la Ley o vulnere principios societarios ya que en
nada repercute en las facultades de certificación que otorga el art, 109 del RRM al Secretario o a los
administradores del Consejo de Administración esta facultad concedida al Comisario por un grupo de
accionistas que se limita a las actas internas de la Asamblea del Sindicato y no a facultad de certificar las
actas y los acuerdos de los órganos colegiados de las sociedades mercantiles, que es a lo que hace
referencia el mencionado artículo.
Donde radica el problema es en cuanto a las objeciones que pueden afectar al ejercicio del derecho
de voto en la Junta de accionistas de la Sociedad.
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La primera objeción aparece en la norma estatutaria Quinta 2. pár. 12º del Sindicato que exige la
unanimidad dentro de la Asamblea general de síndicos para la adopción de acuerdos que impliquen la
autorización al Comisario para votar a favor en la Junta General de Accionistas de la Sociedad en
representación del Sindicato, en acuerdos relativos a la modificación del propio art. 9 en que se establecen
las normas del Sindicato, así como los relativos a transformación, fusión y escisión de la Sociedad, emisión
de obligaciones por la Sociedad, o abstenerse en la votación sobre dichos asuntos (folio 29 de los autos).
Para el Registrador este pacto implica la concesión de un derecho de veto al accionista minoritario
que considera contrario a los principios configuradores de la Sociedad Anónima, como confirman las
Resoluciones de la DGRN de 26 de febrero y 15 de abril de 1991, citadas en la Nota de calificación. En
concreto se produciría la vulneración del art. 10 en relación con el 93 del TRLSA, porque este último
precepto establece en su número 1 que "Los accionistas, constituidos en junta general debidamente
convocada, decidirán por mayoría en los asuntos propios de la competencia de la junta".
Efectivamente la doctrina considera esta norma como derecho necesario y en consecuencia solo
permite, o incorporar a los Estatutos el régimen legal, o la elevación del quórum y de las mayorías. Se
entiende que la Ley no prohíbe fijar una mayoría reforzada (así lo admite la Resolución de la DGRN 15 de
abril de 1991 ) pero impide la exigencia de la unanimidad en cuanto supone atribuir al socio un derecho de
veto.
La ilicitud de este acuerdo cuestionado por el Registrador aunque pudiera plantear dudas en cuanto
que la norma estatutaria discutida no está imponiendo la unanimidad en determinados acuerdos de la Junta
General de Accionistas, que es lo que impide la interpretación del art. 93 del TRLSA , sino en determinados
acuerdos de la Asamblea de Síndicos, sin embargo indirectamente y en todo caso dependiendo de la
mayoría que ostente el Sindicato dentro de la Sociedad, habría que entender que vulnera el citado art. 93 .
SEXTO. La segunda de las objeciones que afecta al derecho de voto y en este caso sí a su ejercicio
directo, se refiere a la norma estatutaria Quinta 3. pár. 2º al expresar que "ninguno de los propietarios de
acciones sindicadas SERIE "A" podrá individualmente ejercitar derechos de asistencia y voto en Junta
General" (folio 30).
Esta norma es consecuencia de la representación conferida al Comisario por parte de todos los
accionistas del Sindicato para la asistencia y representación de estos en las Juntas Generales de
Accionistas de la Sociedad; para el Registrador la prohibición absoluta de ejercitar individualmente los
derechos de asistencia y voto en la Junta General por parte del socio vulnera los arts. 105 y 106 del TRLSA,
a lo que habría que añadir, ahora sí, las objeciones que con carácter general se oponían a la inserción de
los sindicatos de voto, como la contravención de los principios de igualdad de trato de los accionistas y el
carácter deliberante de los órganos sociales, como principios configuradores de la Sociedad Anónima.
Además debe añadirse que tal privación de los derechos de asistencia y voto no tiene límite temporal
si la relacionamos con la norma Cuarta de los Estatutos del Sindicato que establece la duración indefinida
de éste mientras persista la Sociedad y subsista la clase de acciones serie A.
Este tipo de acuerdos son los habituales en los sindicatos de voto parasociales, en relación a los
cuales existe una amplia discusión jurídica sobre su validez en el ámbito externo a la Sociedad, opinando la
mayoría de la doctrina y deduciéndose de la práctica de los tribunales que tales pactos tienen validez si bien
limitada al ámbito interno del Sindicato y sin que puedan oponerse a la Sociedad, de forma que es válido el
voto emitido por un accionista vulnerando el pacto de sindicación, sin perjuicio de las responsabilidades
internas en que pudiera haber incurrido por el incumplimiento de lo pactado. Así lo reconoce la SAP
Barcelona, Sección 15ª, de 15 de diciembre de 1999 , cuando dice que "el voto emitido por el socio
eludiendo la disciplina del Sindicato de voto del cual es miembro, es un voto plenamente legítimo y eficaz en
el ámbito social con independencia de los efectos que genere en el ámbito parasocial del sindicato de voto".
En el mismo sentido se pronuncia la SAP de Valencia, Sección 9ª, de 15 de julio de 2009 al señalar
que se "cuestiona la legitimación de la actora sobre la base de haber suscrito un pacto de sindicación de
acciones... por el que renunció a sus derechos políticos por haber sido cedidos, asumiendo la voluntad de la
mayoría y delegar en los síndicos su voto, emitiendo la demandante su voto en flagrante incumplimiento de
tal pacto"; como añade esta sentencia, "la legitimación de la actora... es clara y patente para el ejercicio de
la acción entablada desde el momento en que es accionista... sin que el pacto de sindicación de las
acciones, le reste o prive de manera alguna de tal cualidad, cuando además tal negocio jurídico es entre los
accionistas de la demandada y por tanto entre ellos desplegará su eficacia".
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El problema surge por tanto cuando, como ocurre en el presente caso, se pretende revestir de
carácter societario la regulación del Sindicato, tradicionalmente parasocial, pues dichos pactos examinados
por la jurisprudencia tienen naturaleza contractual y no societaria, lo que supone que al pasar a formar parte
de las normas de la sociedad deben respetar las leyes y principios por los que se rige la Sociedad Anónima
produciéndose en la norma estudiada una clara vulneración del derecho de asistencia y voto, al privar
indefinidamente a determinados socios de unos derechos que son esenciales en el ámbito societario.
Examina esta cuestión la SAP Cuenca, Sección 1ª, de 8 de junio de 1998 , aunque en relación a la
votación para elección del Consejo de Administración, señalando que "la posibilidad de agrupación
voluntaria de acciones ex artículo 137 no se compadece con la posibilidad de una previsión estatutaria,
voluntaria en origen, pero impuesta obligatoriamente en lo sucesivo, no sólo para los socios que la
establecieron o acataron, sino también para quienes en el futuro puedan alcanzar la condición de socios.
Ante la aludida vulneración, la imposibilidad de inscripción debe abarcar por tanto a toda la regulación
del sindicato de voto como expresa la Nota de calificación del registrador, sin que sea posible mantener el
resto de normas de dicho sindicato al ser esenciales para su funcionamiento las que resultan nulas.
OCTAVO. La desestimación del recurso por los motivos expuestos en esta resolución debe llevar a la
confirmación de la sentencia en cuanto rechaza la demanda interpuesta por la sociedad actora contra el
Registro Mercantil de Asturias, debiendo mantenerse la no inscripción del art. 9 I de los estatutos de la
Sociedad Anónima Calderys Ibérica Refractarios, incluida la norma estatutaria Sexta relativa a la
transmisión de acciones sindicadas de la Serie A, ya que si bien el Registrador no opone objeción alguna a
la misma, y esta sentencia, en su fundamento de derecho segundo, considera su contenido válido, sin
embargo al estar vinculada al resto del art. 9. I y quedar afectada por la nulidad de dicha parte, resulta
procedente el rechazo de su inscripción como hizo el Registrador, sin perjuicio de que los accionistas
puedan incluir la concretas normas relativas a la transmisibilidad de acciones de la Clase A en los Estatutos
de la Sociedad.
NOVENO. Procede por tanto la desestimación del recurso de apelación presentado por la entidad
actora con la confirmación de la sentencia por los argumentos que aquí se exponen y sin que proceda la
condena de la apelante al pago de las costas de la apelación al estimar esta Sala que existen serias dudas
de derecho que quedan reflejadas en los anteriores fundamentos de esta resolución, todo ello de
conformidad con el art. 394.1 aplicable por remisión del art. 398. 1 de la LEC .
FALLO
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