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REPUBLICA DE CHILE XII CENSO GENERAL DE POBLACION Y I DE VIVIENDA Levantado el 24 de Abril de 1952 Tomo I RESUMEN DEL PAIS SERVICIO NACIONAL DE ESTADISTICA Y CENSOS SERVICIO NACIONAL DE ESTADISTICA Y CENSOS LUIS CARCAMO CANTIN Director General OMAR ROJAS MOLINA Jefe del Departamento de Geografia y Censos CARLOS CIRERA REBALLO Jefe de Seccién Censos y Tabulacién Colaboraroi CARLOS BARRALES ESCOBAR Como Seeretario General del Censo. Como Asesores Técnicos: ALBERTO ARCA PARRO, de la N. U. JOHN W. MORSE, de EE. UU. Como Inspectores Provineiales del Censo en: TARAPACA Julio Opazo V. ANTOFAGASTA Sergio Martinez P. ATACAMA Federico Vargas V. COQUIMBO Luis Gutiérrez ACONCAGUA, Carlos Piraino P. VALPARAISO Enrique Evans Z. O'HIGGINS Felipe Céspedes P. COLCHAGUA Osvaldo Perez O. CURICO Antonio Neubauer L. TALCA Antonio Neubauer L. MAULE Jorge Gonzalez G. LINARES Mario Bravo L RUBLE Raul Enriquez F. CONCEPCION Orlando Baettig I. ARAUCO Eudocio Rivas R. BIO-BIO Daniel Pérez A. MALLECO Melania Zamorano O. CAUTIN José Saavedra E. VALDIVIA Hernan Verdugo V. OSORNO Mario Opazo G. LLANQUIHUE Oscar Navarrete de la F. CHILOE Jorge Puelma I. AISEN Eduarde Bafados B. MAGALLANES José Leal P. En el anélisis y publicacién de este volumen: ROLANDO MELLAFE ROJAS LUIS VIDALES JARAMILLO INTRODUCCION Con el presente volumen se inicia Ja publicacién de los resultados definitivos dei XII Censo General de Poblacion y I de Vivienda, levanta- do el dia Jueves 24 de Abril de 1952, en cumplimiento del Decreto N° 1.242, de 11 de Octubre de 1951 del Supremo Gobierno Corresponde este primsr tom» a un resumen nacional de los datos suministrados por cl Censo y en tal virtud recoge en sus paginas la tota- lidad de la encuesta que se hizo a ia poblacion, segtin los siguientes atri- butos: (a) los biclégicos (edad y sexo); (b) los relatives al estatuto legal de las personas (estado civil y nacionalidad); (c) los educacionales, y (d) Jos relacionados cen las caracteristicas econémicas de los habitantes Estos atributos, ademas, han sido sometidos a la disiribucion geo- grafica por areas de empadronamiento (urbana y rural), en gue vive la po- blaci6n chilena. Los cuadros nacionales de este tomo rednen Ia totalidad de la en- cuesta, segtin dos conceptos fundamentales: (a) resumen del pais por eda- des y (b) resumen del pais por provincias. En ellos esta reflejada Ia es- tructura demografica de Chile, segtin los resultados del conse Se ha estimado que la publicacién de los resultados obtenidos en Ia. forma presentada en este volumen facilita Ia consulta, a Ia vez que evita el recargo de cuadros, que seran desarrollados al publicar los datos Pro- vinciales, en Jos que se hard la distribueién por comunas EI texto incluye un capitulo sobre tos antecedentes, métodos y pro- cedimientos del levantamiento censa} de 1952. La “Memoria Censal” est siendo objeto de atencidn en este periodo de desarrollo estadistico de nues- tros paises, como acompafiante insustituible de toda empresa censal. Ello se explica, por cuanto la historia pormenorizada del censo, cuando es si- multanea a éste, apareja notorias conveniencias para los censos futuros en Jos campos de Ia téenica y de la economia de los mismos. Indicados Ins aciertos, podran convertirse en tendencias; sefialadas las fallas, casi siem- Pre costosas, quedaré el antecedente para evitar su repeticién, al mismo tiempo que sera el testimonio del nivel de la técnica empleada en cada pe- riodo censal, base estimable para la mejor comprensién de la tradicién cen- sal del pais. Los “antecedentes y métodos” que se presentan, tienen esa finalidad expresiva. Ademés de Ia deseripeién geografiea de Chile, que aparece en for- ma sintética, se hace una presentacién, la primera de su especic, de ia historia censal del pais, para atender a Ios requerimientos de la moder- na técnica de la literatura estadistica y a las necesidades propias del cono- cimiento de la naturaleza de esta clase de investigaciones en nuestro pais. Se ha considerado oportuno complementar Ia presentactén de tos cuadros con breves comentarios sobre los rasgos més sallentes en ellos. La literatura de interpretacién estadistica est’ tomando gran auge, a me- dida que crece el ntimero de personas que se acercan a Ias fuentes de la produccién estadistica. El consumo de estadisticas, en efecto, no es ya un privilegio exclusive de matemAticos, investigadores y estudiosos. La ne~ cesidad de estar informados, ensancha las posibilidades del interés esta~ distico a nticleos cada vex mas vastos de la poblacién, desde los sectores de profesionales, industrials y comerciales hasta los estudlahtiles. Estos co- mentarios tienen el caracter de indicaciones, no de estudio exhaustive, y van dirigidos especialmente a aquellas personias no habitiadas al manejo de cifras estadisticas, pero que’ tlenen interés por los resultados del Censo. Los datos censales de las Provinclas se publtearén a continnactén de este Resumen General, y como se ha dicho, en ellos serdn tncluidas las Co- munas, lo que dard a la publicacién de este Censo un cardcter notortamen- te completo. Cada tomo contendré un numero detefshinado de Provinclas. Para la agrupacién en tomos de las 25 Provincias, se tivo eti cuenta Ia distri- bucién por Zonas que utiliza la Corporacién de Fomento de la Produccién (CORFO), de uso generalizado, en funcién de las regiones geo-econémicas lograficas de la repiblica. En aplicactén de este principto, Ias Prov jas apardterin agrupadas en los restantes voliimenes hasta donde ello s¢a posible, de Ia manefa si- guiente: ‘Tomo 1.—Norte Grande y Norte Chico: : (Tarapacd, Antofagasta, Atacami'y Coqutmbo). Tomo III.—Nucleo Central: (Aconcagua, Valparaiso, Santiago, O'Higgins y Colehagua). Tomo IV.—Niicleo Central: (Curieé, Talca, Linares, Maule y Suble). ‘Tomo V.—Concepcién y La Frontera: (Concepeién, Bio-Bio, Arauco, Malleco y Cautin). Temo VI.—Regién de los Lagos y Region de Los Canales: (Valdivia, Osorno, Llaquihue, Chiloé, Aiséfi y Magallanes) El Censo de la Vivienda, el primero que se reallza en Chile, forma parte integrante del Censo de Poblacion, con €I’que constituy6 ura sola operacién censal. En consideracién a Ia slghifiedtlén de estos xnteceden- tes que inefden en un problema de vital importancla pata éI’mejoramien- to del nivel de vida de nuestros conéfudadanés, ¥ a’ {ue ‘estos datos cen- sales serdn aprovechados especialmente por los organtsnfos encargrdes del desarrollo de Ja planificacién habitacional del pals, se ha resuelto In confecclén de un volumen dedicado especialmente a esta miterta: DESCRIPCION DEL PAIS América ocupa practicamente toda la latitud norte a sur a lo largo de unos 15.000 Kms., apareciendo como un continente aisiado entre la masa ocednica que forman el Océano Atlantico y el Pacifico. América del Sur es de forma m4s o menos triangular, presenta la mayor anchura, en las regiones tropicales entre el Ecuador y el Trépico de Capricornio, quedando la parte mas angosta ligeramente encorvada hacia el este y totalmente rodeada de mares hasta los 55° de latitud sur. Su su- perficie total es alrededor de los 18.000.000 de Km2. Desde el punto de vista morfolégico, Sud América se reparte entre el sistema montafioso andino y tres grandes lanuras: la de Guayanas ¥ de! Brasil que son altas y la de Patagonia que es baja. Las dos primeras Manuras altas estén separadas del sistema andino por tres planicles ocupa~ das por grandes rios: el Orinoco, el Amazonas y el Parana. EI sistema andino domina el costado oeste de Sud América; en 61 se encuentran 5 paises andinos por excelencia: Bolivia, Ecuador, Perit, Co- lombia y Venezuela. Chile ocupa la regién austral de este sistema a lo largo de 4.200 Kms. entre la cordillera de los Andes y el Océano Pacifico, con una anchura aproximada a la de Italia y una longitud de 4 veces la de Francia, equivalente por ejemplo, aproximadamente, a la distancia que hay desde Dinamarca hasta el deslerto del Sahara. La superficie de Chile continental es de 741.767 Kms2., incluyendo on esta cifra 378,5 Kms2, de islas. Enumeradas de norte a sur estas islas son: San Félix y San Ambrosio (26920' S. de lat.-809W de long.). Salas y Gomez (26930" S. de lat.-105928 'W long.). Isla de Pascua (27910’ de lat.-109926" ‘W de long.). Archipiélago de Juan Fernandez (33940' S. de lat.-789 W de long.). Isla Diego Ramirez (56930' S. de lat.-68044’ W de jong.). Como territorio extra continental hay que considerar también la Antértida Chilena, entre los 53 y 90 grados de longitud 'W., con una su- perficie de 1.250.000 Kms2., en la que el presente Censo de poblacién arro- 46 un total de 87 habitantes En la extensa longitud de Chile continental, desde los 17 a los 56° de latitud 8. apretada por el océano y Ja cordillera, caben gran cantidad se formas, climas y sistemas hidrologicos, que a primera vista parecen ex- presar una total anarquia; sin embargo, se pueden descubrir alli algunos sistemas, clerta agrupaci6n de fenémenos caracteristicos en determinados lugares, que sin mayor extorsién marcan zonas perfectamente difereucia~ das. El manto humano que se extendié en el pais, ya lo consideremos an- t6ctono o exético, hubo de distribuirse a lo largo de esta configuracion ca- prichosa, wbicdndose de la manera més efectiva, de acuerdo con cl medio y sacando el mejor provecho de él. 8 ‘XIl CENSO GENERAL DE POBLACION ¥ I DE VIVUNDA Si recordamios que cada una de estas zonas ofrece postbilidades e inconvententes diferentes a los grupos humanos que sé instalaron en ellas, independientemente de su propia evoluci6n ‘Iistérico-social, inferiremos que la diferente naturaleza del sub-suelo, el clima, la vegetacién, etc., han te- aldo una porcién de importancla en la determinacién del ntimero, de las formas de agrupacién y vivienda de los hombres que vivieron o viven en las diferentes zonas. El cardcter selective y ¢l determinismo geogrifico sobre el hombre es en verdad discutible, pero'sea como fuere, el medio ejer~ ce su influencia en mayor o menor grado. Nos encontramos asi, cn el ca- so de Chile, ante algunos hechos de evidente estima: la existencla de al- gunas zonas bien caracteristicas desde el punto de vista geografico: el he- cho de que estos sectores corresponden'a entidades administrativas, pro- ducto de un largo proceso politi¢o-econémicg, y el que estas zonas al ser ocupadas por el hombre, no han dejado de estar presentes, con sus natura- lezas mas rigidas y mds diictiles, en el desarrollq pasado y actual de las agrupaciones humanas que dentro de elias se, formaron. Longitydinaimente, el. pais +, ivide ep tres eutidages:, Cordillera de la Costa, Depresién' Intermedia y, Cordillera de los Andes. Tales formacio- nes son Tas 0 menos claras 0 adquieren diferentes caracteristicas, segun se avanza dé norte a sur .. Sy ce cab te En el norte, desde los 17°.de latitud sur, comlenga.el territorio na- cional con una zona de desiertos, donde 1a, actividad, econémica tunda- mental es la mineria, acompafiada de luna neauefp.agrieultura de oasis y de una ganaderia secundazla de especies cazacteristigas, del desierto an- dino de altura. El desarrojlo indystrial es acorde cop jas condigiones cli- miaticas y la prodiueccién fundamental... ny Esta region se conoce con el nombre de,Norte Grande y desde el pun- to de vista administrativo abarca las provinglas de Tarapacdy Antofa- gasta. 1 Coa Contintia al sur la regién denominada Norte Chigo, que abarca las provinelas de Atacama y Coquimbo. Es una zona de transicién entre el de~ sierto, que se extiende hasta los 30° de latitud sur, y un paisaje de vege- tacién esteparia, con las primeras’ asoclacignes boscosas. La agricultura y la minerfa son aqui las actividades fandamentales. EI relieve en faJas Iongitudinales se ve en el Norte Chico interrum- pido por cordones montafiosos transversales; organizacién morfoldgica que ayuda a un mejor destino pluviométrico, que’a su vez se traduce en la exis- tencia de pequefios rfos de curso completo. . : Desde la provincia dé Aconcagua a fa‘dé‘Nuble, 6cupando 10 provih- clas, se extiende él Niicleo Central. El pais foma de huevd su forma en fajas longitudinales, que se van hacierido cdéda vez m4s nitiday. El agua de las uvias es suficlente aqui para mantener un paisaje parecido al de tipo mediterréneo, con algurios bosques de importancia ‘en las faldas cor- dillefanas; sus'rios son de régimen nivoso. . Desde el punto de vista humano y ecdnoinieo hid esta Ia region mas densante habitada; es de cultivos intensivos’y, de concentraclén in- dustrial y comercial por excelencia. wes foutyie La region que sigue al sur, comprendjda ‘entre Jag Biivinclas de Con- eepelép_y Cautin, se ha denoininado Concépelon y LA Etgntera. Ahi se desarrollé durante 3 siglos la guerra de Arau¢o, dandole una fisonomia hu- mana y econdmica especial; actualmente experiménta alguna coricentra- ci6n de poblacién y un surgimfentd industrlal de impottancia. En Concepelén y La Frontera la cordillera. ge, 1a,cqsta comlenza a desaparecer después de un considerable crecimiento; Ja de los Andes des- prende cordones transversales que quitan aj, Valle, Longitudinal su conf: nuidad uniforme y dan a los rfos caracteristigas agpegtates. Las Pluvias au- mentan considerablemente de norte a sur, pero queda atin una breve esta~ DESCRIPCION DEL PAIS 9 cion seca*y calurosa que mantiene un horizonte agricola apreciable; ho- rizonte que en el lapso de 100 afios ha ido extirpando la selva boscosa. Las provincias de Valdivia, Osorno y Llanguihue fueron también es- cenario de la guerra de Arauco por siglos; en el siglo XIX fue una zona de colonizacién y el centro de inmigracion europea. Su agrupacién se co- noce bajo el nombre de Region de Los Lagos. Esta region practicamente no tiene estacién seca, forma un paisa- je de selva con algunos cuadros de pastizales. El Valle Longitudinal se abre con gran anchura y Iuego desaparece en Ja depresion que forman e} Seno de Reloncavi, Canal de Chacao y Golfo de Ancud; en dicho valle y en Elgunas cuencas cordilleranas se ublean numerosos lagos, conectados por ros. La zona més austral es la Regién de los Canales; comprende las pro- vinelas de Chiloé, Aisén y Magallanes. Es un sector de costas despedazs.- das, de canales y archipiélagos (Chilo¢, Chonos, Guaitecas, etc.) La cor- dillera de los Andes forma aqui la parte continental junto con algunas por- clones de la meseta patagénica. El clima eS de iluviosidad extrema, pero esta caracteristica dismi- nuye hacia el oriente en la medida en que se toma contacto con la Pa~ tagonia transcordillerana. Es una regién de actividad ganadera, explota~ sion de bosques e industrias extractivas, que todavia esté ablerta a la colonizacion (1). (1) En los volimenes alguientes se daré una deseripelén geogrética y una pequesia histo- rla administrative de cada wna de estas zonas y de Ins provincias que las componen. RESESA DE LA HISTORIA CENSAL DEL PAIS En ningiin pais americano faltan documentos de orden particular 0 estatal que expresen Jas cantidades numericas de su poblacién en las di- ferentes etapas de su desarrollo histérico. En el periodo de la conquista y colonia los datos de que se puede dis- poner son s6lo aprovechables después de un serio andlisis y una critica de- puradora, pues los documentos que se refieren a la poblacién en general, en cualquiera de sus atributos, adolecen de una multitud de defectos y li- miltaciones que provienen del espiritu de la época, de los fines e intencio- nes con que fueron confeccionados, de las dificultades de una técnica de recuento incipiente dentro de un sistema administrative atin no totalmen- te consolidado. La preocupacion censal de cardcter puramente demogra- flea aparece por lo general algunos afios después del perfodo revoluciona- rio, cuando se siente en las nuevas reptiblicas la necesidad de planear es- tructuras politicas mas eficaces o de cuadrar los sistemas de gobierno al complejo econémico social que se venia formando a Jo largo del siglo XVIIL y que hace crisis en la primera mitad del XIX. Chile no escapa a la regla general de Hispanoamérica; para el pe- riodo colonial no existen sino por excepelén documentos que se refieran exclusivamente a la poblacién del reino en su atributo numérico. En el periodo republicano en cambio, nuestro pais ha ido creando una larga tra~ dicién censal, que comienza en los mismos instantes en que se gesta la re~ volucién de la independencia y que se contintia firme, pero irregularmen- te, a partir del lapso 1831-35, fecha del primer recuento de cardcter mas 0 menos moderno y completo. De 1835 a 1952, 0 sea, en un lapso de 117 afios, se han efectuado 12 Censos de cardcter nacional .Los periodos censales, Por una u otra causa, han carecido de regilaridad. Ocho afios después del censo realizado en 1835, se verifica un nuevo empadronamiento general, el de 1843. Pero lue- g0, por dos periodos, los censos se levantan a distanctas de once afios: el - de 1854 y el de 1865, A partir de 1865, los censos tienden a tomar el ritmo decenal hasta el de 1895. Pero el siguiente solo se realiza doce afios después, en 1907. El perfodo intercensal més largo, de 13 afios, tiene lugar cuando después de este tiltimo censo, sdlo se levanta el siguiente en 1920, Nueva- mente la tendencia decenal, ahora para los afios terminados en cero, vuel- ve a marcarse en la actividad censal con la serle de censos en 1920, 30 y 40. Por ultimo, transcurren doce afios para realizar el nuevo Censo de Poblacion, pues el que debfa efectuarse en 1950, s6lo se cumple dos afios més tarde, en 1952. Los Censos de la Repiiblica han seguido la curva del desarrollo na- clonal y por ‘tanto ganado en precisién y calidad intrinseca, hasta el wl- timo, de 1952, el que presenta una caracterictica primordial que to dife- rencla de Jos anteriores: la de su incorporacin a la moderna corriente es- ia ‘401 CENSO GENERAL DE POBLACION ¥ I DE VIVIENDA tadistica dé criterto continental, que hace que en lo fundamental sus re- sultados sean comparables con los obtenidos por el censo de las otras na- ctones de la comunidad americana. La poblacién indigena a Ja Megada de los espafioles | . TEV co 3 tees SMe ky aera, ~ La dpinién de Ios historiadores e investigadores hace fluctuar la po- blacién intligena a la legada de los espafioles entre 400.000 y 1.500.000. fq elfra a un milion 0 un poco mas no nos parece exagerada para todo el territorio actual de Chile, incluyendo Chfloé y las regiones australes, pe- ro sin lo que después fueron las provincias trasandinas de Cuyo. Ricar- do Latchan, La Agricultura pre-colombina en Chile y los paises vecinos; Domingo Amunategui Solar, en varias obras; John Cooper, Handbook of South American Indians, tomo Il, p4g. 694; se maniflestan partidarios de-esta Cafitidad o de alguna préxima & ella. A la opinion de’ los ‘investi- gadores hay que agregar’el testimonio de’ lds cronfstas presenclales 'y de aquellos que recogieron la tradicién de la época; todos ellos dan cifras que sobrépasan al mifiién. Quiz4'el Grilco que se mantflesta contrario a astg- nar una ¢ifra elevada a la poblacién indigena de esos afios es Felipe Gé- mez de Vidautre én su Historia Geografica Natural y Civil del Reino de Chije. . Los ctonistas vernaculos que viviéron las primeras consecuencias desastrosas de IA guerra, admirando al mismo tlempo la capacidad bélica de los aliorigenes y qué cantaton lds hazafias medio’ épicas y legendarlas de los priméros eonquistadores, hicieron crecer voluntariamente el ntime- ro de guérreros indigenas que Se les opontan o dteron grandes proporcio- nes @ los lugares potilados que iban descubriendo o conquistando. Asi, Ma~ rifio‘de Lovera da en su obra diversas cantidades de habitantes para las regiones que formaban el reino’de Chile, cantidades que sumadas sobrepa- san los 2.000.000 de almas. . Otros documentos y crénteas, de muy varlada procedencia, como son las cartas de log cabildos, de gobernadores, de procuradores’y otras, tlen- den a exagerat la disminucién de la poblacién indigena, alegando en fa- vor de este heclio los estragos de la guerra, el maltrato y abuso de los en- comenderds, Ias pestes, sequias y hambrunas, la baja natalidad, etc. La idea de la tapida disminucién de la poblacién indigena fue tema constan- te durante los siglos XVI y XVI; se renové cata vez que se discutieron problemas como la evangelizactén, la justa guerta, Ia falta de mano de dbra, 0 que se pedfa alguna granjeria de tipo econdmiteb; esta idea trafa aparejada la de una alta poblacién indigena a la Hegada de los espafioles. Es posible que al reaccionar contra'la tendencia de’ abultar Ia pri- mitiva poblacién y la repentina disminucién de ella, que tiene’ su origén en las mismas fuentes documentales espafiolas, autores como José Toribio Me- dina, Los aborigenes de Chile, Luis Thayer Ojeda, Elémentos étnicos que han intervenido en la poblacién chilena, y otrds, s¢ manifiestan més de acuerdo con una poblacién indigena autéctona que fluctia alrededor de Jos 500,000 individuos. . “ Tomando en cuenta todos estos datos’ y haciendo un estudio de las condiciones del medio geografico y el’ desarrollé dé 108 cultivos, y por otra parte de'lgs razones que los tiiversos'autorés dan para asignay una u otra cifra a la poblacién, hemos Wegado a Ia éantidad dé"1.000.000 o un mi- mero aproximado para Ja poblacién indigena en esos abs. Es mfuy inte- resante al respecto el célculo ‘que hace StéWard én el“Tomo V, pags. 658- 633-868 del Handbook of ‘South American Indias. Washington, 1946. ‘Esta poblact6n estaba repartida desigualmerite a Io ldrgo del terri- torio, stendo la zona central, igual que para Ia poblaclén actual, la més _RESENA HISTORICA 19 densamente poblada. Existia alguna aglomeracién entre el Bio-Bio y el canal de Chacao; en algunos valles del Norte Chico y en la Isla de Chiloé (1) La poblacién chilena a fines del siglo XVI Ya dijimos que para Chile colonial no existen sino por exceneién documentos que se refieran a la poblacién total del reino y que sefialen al mismo tiempo algunos atributos de ella. Sin embargo, hay tal caytidad de testimonios que de un modo u otro tocan el tema, que bien se puede afirmar la posibilidad de realizar con el periodo colonial igual labor que con el republicano, para el cual se cuenta con los censos de poblacion. Cabe advertir, eso si, que cualquier investigacién sobre la poblacién colonial chilena arroja cifras que a primera vista son poco ajustaday ala realidad, sobre las cuales se hace siempre necesario una labor de afing- miento y un buen ntmero de explicaciones e investigaciones suplementa- rias. En todo caso, a pesar de cualquiera investigacién suplementaria. los resultados demograficos seran imprevisibles y al parecer confusos para un periodo historico de inmigracién caprichosa, de fuerte migracién inter- na, de fuerte mortalidad, de natalidad abundante en algunos sectores so- ciales o geograficos y deficitaria en otros; en un periodo de guerra con- tinua, terremotos, pestes, inundaciones, etc. Podemos enumerar las siguientes limitaciones y aleances para los documentos aprovechables en el edlculo de la poblacién colonial chilena. I.—A pesar de que los informes que el Consejo de Indias necesita- ba para la solucién de los problemas de una gobernacion que era frontera constante y territorio fundamental para la subsistencia Cel Imperio colo- nial americano, éstos se hacfan generalmente a base de cdlculos aproxi~ mados 0 de las matriculas de los Obispados y Corregimientos, no siempre exactos, pues la composicion social de la Colonia permitia una gran pobla- clén sin filiacion alguna, ademés de las complicaciones que resultaban de una guerra’ permanente II/—Desde el punto de vista téenico estos diferentes empadrona- mientos 0 censos parciales tienen la dificultad de la desuniformidad de cla’ ses y razas. En algunos casos se acostumbraba distinguir lo que los espaiio- les lamaban “castas”: espafioles, europeos, espafioles americanos, mestizos, ete., pero en otros se adoptaba un eriterio mas general y se hablaba sola- mente de blancos, mestizos, indios, negros, incluyendo entre los blaneos a Jos criollos y entre ios mestizos a los mulatos y zambos. Las condiciones fundamentales que hay que tener en cuenta en cual- guier cAleulo de poblacion colonial, espeotalmente sobre los siglos XVI y VHT, son: 1.—Los recuentos de poblacién se hacian a base de “vecinos”, pala- bra que implica especialmente Ia posesion de un’ solar o propiedad y la existencia de un jefe de familia; “moradores”, que tiene’un sentido mas restringido, pero que a menudo se refiere también a. vecinos; “hombres de guerra” o simplemente “soldados”, en cuyo caso no se trata de un dato de poblacién total. 2.—Para €1 caso de los indios se habla-generalmente de: “indios de guerra”, “indios tiibutarios”, “yanoconas”, ‘‘indios de paz”;.en estos :ca- sos tampoco se trata de ‘una poblacién totaly hay que multiplicar 1g.ct- fra dada eri el documento, bien por 4, cuya distribucion seria la de un in- dio, su mujer y dos hijos,-o por 20, que encierra una familia mas grande (Q) Wéhee ta Carta etnogrifiea de Chile-n In-Megada de 10s espafioles, que 36 sneuye, al fis wal dé este capitulo, 4 Xif CRNSO GENERAL Di BOBLACION ¥ f DE VivIeNDA 3.—Al tragarse de indios én ‘eémputos hechos por entidades religio- sas, se refleren generalmente a indios cristiatios o bautizados; pefo sabemios que en Ia practica se inclufan bajo este titulo Indios que en realfdad eraa de guerra o que éstando de paz en clerto momentb se sublevabatl, suman- dose a las parclgiidades de, guerra. . oo 4.—Cuando se trata en general de indos de paz y guerra o de mesti- zos blancos 9 de color, hay siempre una buena cantidad sin coniputar, de- bido a ‘una considerable migracién interna, “vagabundaje”, segin los do- cumentos de la época, es decir, Individuos sin domic{iio, permanencia, ni “asiento” fijo. . 5.—El tinico mimero que se refiere a 1a poblacién total, con todas las castas, edades, ete., es aquel que se expresa como “almas”, con la tmica estriecién de que por lo comin en el caso de los Inds, ae reflete @ indlos de paz. : En Chile 1a conquista tlende a prolongarse indefinidamente al con- fundirse con la guerra de Arauco; esta situacién tiéne un caratter mas nitido en los primeros afigs y perdura asi hasta la aparicloén de una “fron- tera” en la ifnea del rio Blo-Bio entre los afios 1601-1603. Cuando esto ocurre; las regiones que se-encuentran al norte de dicho rio, tlegen opor~ tunidud de evoluctonar en forma demogrdfica formal, aunque con-las per- turbaciones econgmicas y sociales que son comprerisibles en un pais de frontera. Los primeros decenios de 1a conquista estén marcados por un régi- men riguroso de trabajo ¢ompulsivo, miles de indios sé repartenr-entre los veeinos y soldadgs beneméritos; él trabajo én las minis, lavaderos-y en 1a agricultura, rompe el equiprio sccio-econdmico del ‘{ridio; la guerra, las estes y emfermedades qde se manifiestan con extradrdinaria Virulencia en la poblacién indigena, las hambrunas, én fin, toda la qutebra ‘del siste- ma social, hacen que la poBlacién indigend, baje enidritiemente en: ntime- 10. Todos los cronistas, todos los testimoniés estan acordes en este ‘hecho. Angel Rosenblat en La peblacién indigena yt! mestizaje en Amé- rica, (Tomo 1, pag. 88) da las siguientes cifras para la poblacién chilena de 1570: ~ : Poblacion blanca Negros, mest{zos y mulatos Pob. Indigena Pob. Total 10,000 10.000 600.000 -000 No hay para los tlfmos_afios del siglo XVI ningiin censo o frag- mento de 1; los documentos arrojan muy diferentes cifras; segiin estos ef numero de indios de guerra y de paz flucttia entre 200.000 y més del mi- lér, pero todos hablan de su disminucién, que hacen fluctuar entre la ml- tad de los que antiguamerite: existian y un tercio de ellos. El cranista Lo- vera dice que la peste, tabardillo, sarampl6n, Influenza, etc., hicleron que disminuyera a um tercio Ja poblacién total de Indios. Vasquez de: Espi- noza opina que el afio 1628 habian muerto en la guerra més de 60.000 indios amigos de ids .espafioles. La compulsa fiel de un buen nimero de documentos y cténicas da la cantidad de 600.000 indios de paz y guerra y de todas las edades* hacta los alrededores del afio 1600. La poblacién espafiola y del mestizaje crecté notablemente s-pesar de las bajas produgidas por la guerra y la deserci6n. Barros Arana, si- guiendo el informe “que Miguel de Olavarria presentara al virrey’ dél Pe- rf, dice que hastd el afio 1508 habian Iegado a Chile 3.670 soldatios es- pafioles, a los que habria qué agregar las mujeres, los sacerdotes, lds co- ‘Tmerciantes, etc. Las bajas fuerori conslderables; el cronista Vagauer de Espinoza opina que hasta @l afio 1628 hablin muerto 15.000 espafioles; pe- ro al mismo tlemgo la on del mestizaje ‘fue importante, dado el sistema de repartimiéntos de indigenas y el estado general que resulta de RESERA HISTORICA a5 Je conquista; podria calewlarse para esos afios la existencia de unos 20.000 mestizos blincos y 8.000 de color. La revision de los diversos documentos y crénicas y 1a critica de ellos da para el afio 1600 la siguiente poblacién aproximada: Esnafioles Mestizos blancos Negros y mestizos © Indios ‘Total de color 10.000 20.000 8.000 600.000 638.000 La poblacién chilena a fines del siglo XVII Las cantidades que se pueden dar para estos afios resultan también. 8610 de los datos que arrojan los documentos consultados. Hay que adver- tir. sin embargo, que por esa época atin no estaban incorporades al predo~ minio espafiol la totalidad de los indigenas de Chile; a Io largo de los si glos XVII y XIX las tribus que vivian desde Vaidivia al sur comienzan recién a ser tomadas en cuenta por los espafioles en sus cfleulos de pobla~ cion; es por eso que en la mayoria de los recuentos la poblacién indigena total aumenta. La guerra de Arauco se estaciona en las fronteras; Santiago y. sus alrededores tienen el mayor potencial humano; siguen Hegando socorros de soldados, que apuran ia formacion del mestizaje, el cual participa en todas las actividades ‘del pais. Pero al mismo tiempo continua la deser- cién y Ja fuga, y en las zonas de frontera del Bio-Bio al sur hay un cons- tante transplante de poblaciones, especialmente indigenas. La poblacién indigena permanece pues estacionaria, por efectos de la guerra, las pestes, el trabajo excesivo y el transplante. La poblacién blanca, mestiza y negra no pudo dejar de crecer. Para la mitad del si- glo, 1650, Angel Rosemblat ha hecho el siguiente cdleulo. (Id. Tomo I, pag. 59). Blancos Negros Mestizos Mulatos: Indios ‘Total 15.000 5.000 8.000 2,000 520.000. 550.000 Por esos afios los informes enviados al rey, que ahora conocemos a través de una buena cantidad de documentos, dan Ja cifra de 38.500 in- dios tributarios en todo el pais, incluyendo Mendoza, lo que daria unos 120.000 indios de paz para todo el territorio. Las Misiones de los Jesuitas y de otras Ordenes son para este siglo una valiosa ayuda en el conocimiento de la poblacién indigena. El cape- Mah José Gonzalez Rivera, por ejemplo, hace en el afio 1699 un curiosc cAleulo, 2 partir del nimero de familias de les Misiones, siguiendo las no- ticias que é] tenia y atribuyéndole a cada familia 20 individuos. De la, ciu- dad de Concepcién a la region de Valdivia, calcula el Capellan Gonzalez, 220.000 indios; de Valdivia a Chiloé, hasta el Estrecho de Magallanes, 282.600. Lo que da un total de 503.200 indios de todas las edades y sexos (1). La poblacion de Chile, a fines del siglo XVII, tomando en cuenta la provincia de Cuyo, puede avaluarse en Ia siguiente forma: Espafioles Mestizos blancos Negros o mestizos Indios _—‘Total’ de color 25,000 45.000 20.000 500.000 590.000 (2) Medine Manuscritos, Tomo 170 Doc. 3563, Pig. 141. 18 dat CENSO GENERAL De POBLACION: ¥ 1 OR VIVIENDA La poblacién de Chile en el siglo XVI EL siglo 3 VIII es para Chile una époda de expingion” econémica y humana por exdelencia, uha de sus caracterfsticas histéticas fundamenta- Tes es la fundacton ‘de’ ctitiades. La preocipactén de poblar 0 reducir a “orden y policta” a las familias dispersas en las 4reas Turales, atrajo el interés de los ggbernadores sobre el recuento’ mas o menos serio de los ha~ bitantes del territorio. Ademas, por diferentes reales é¢dulas y desde mu- cho tiempo antes se habla pedido a virreyes y gobernadores que hiciesen descripciones fieles y cuidadosas de las poblaciones y sus distritos; como ya hemos dicho Chile hab{a sido una gobernacl6n en constante convut- si6n bélica y téda clase de conmociones extrafias, que dificultaban la la- bor en esta indole; por lo‘demas, segin escribe Humbolt, la gente se re- sista porfladanifnte alos recuentos censales. Entre 1778 y 1779, durante el gobierno de don Agustin de Jéuregaf, se realiz6 en Chile el primer cehso de cardcter general, en cumplimiento a una Real Cédula expedida por el Despacho Universal de Indias en no- viembre de 1776. Este empadronamlento se hizo tomando como bases fun= damentables los euratos y ‘los corregimlentos, haciendd distincién de “cla- ses, estados y castas, inclusién de los parvulos, acompafiando un plan del modo con que se: habla de hacer” (1). No sabemos si por imposibilidad material de la época o por haberse perdido postertormente los‘papeles, no conocemos el mencionado censo en forma completa. Las difefentes coptas y noticias que tenemos sobre él abarean solamente 1a poblacién del Obispado de Santiago, que por esos afios.se extendia a partir del despoblado de Atacama, desde el lugar deno- minado cerro San Benito y,la Rada de Paposo, a 259 de latitud sur, hasta las proximidades de la actual ciudad de Linares. “Agrega ademas la po- blacién de la provincia de Cuyo, estimada en 60.000 habitantes. -Hay que advertir que entre los “blancos” se incluyeron a los criollos, dejando la categoria de “‘mestizos” para aquellos individuos que tentan os- tensiblemente sdrigre de color. Los resultados generales de dicho censo son los stgutentes: Blancos . : : 190.919 Mestizos . 20.651 Indios ... . : 22.568 Negros... ... ++ 25.508 . 258.646 El afio 1784, al ser nombrado el corohel don Fréhetico Rurtédo co- mo intendente de Chiloé, se le ordend efeciitat tin eénso de esa fsla y sus inmedlaciones, Calbuco, etc. En esta ocasién se hi hincapié en la dis _ griminacign’ de los fugares en que Ios censalids viviaii yUA el sexo. Los resultados fueron los siguientes: Castro . ““Espatioles ... ... 10.045 Indios... 0... . 8.750 Chacao Espafioles ... .. . . 3.107 Indios ... Dalam @) Copia de un manyserito original del Archivo de Tndins de Sevilla. Aidfencia de Chile-Legajo 397, Véase cuadro comparativo No 1 en este volumen. RESESA HISTORICA 7 Calbuco Espafioles ... . : seer eee ee 1,934 Indios ... . bee tee tees 1,408 TOTAL 22. ce cee cee cee cee cee cee cere e 26,708 El afio 1791, bajo, el gobierno de don Ambrosio O'Higgins, se efec- tud un nuevo recuento de poblacién que obedecié a propésitos de politica econdmica. Esta vez se efectué enteramente a base de los libros parroquia~ les. Sus resultados generales fueron los siguientes: Obispado de Santiago ... ... 6.2 we. ee see + 203.782 Obispado de Concepcion ... ... ... see eee ee 105.214 308.846 En el Obispado de Concepeién no esta comprendida la poblacién de Chilo, Calbuco y Chacao, debido a que administrativamente dependia del ‘Virreinato del Pert y a que, como hemos dicho, siete afios antes se habia levantado un censo completo de esa region. ‘Como el empadronamiento a que nos referimos anteriormente, tam- poco comprendia las Hamada “tierras de infieles”, donde sélo algunos mistoneros tenfan acceso, don Ambrosio O'Higgins se vié en la necesidad de levantar en ei afio 1796 un recuento parcial de la poblacién infiel so- lamente. Este nuevo recuento se hizo a base de lenguaraces, misioneros y capitanes de la frontera y dio la cifra de 95.504 individuos. Por ititimo el afio 1793, se efectué un tercer recuento, que parece mas més bien una repeticton o segunda versién del censo efectuado por An’ brosio O'Higgins. El area geogréfica del empadronamiento fue exactamen- te el territorio imitado por los rios Maule y Valdivia, Falté una parte de la zona central y a totalidad del norte dei pafs; tampoco se computaron las poblaciones de indios infieles. El recuento de 1793 arroj6 un total de 118.707 habitantes cristiano. Las cantidades que resultaron de los empadronamtentos anterior- mente descritos coinciden en general con la de 400.000 habitantes que da. Manuel de Salas en su estudio “Sobre el estado de 1a agricultura, indus- trla y comercio del reino de Chile” (1), seguramente él tuvo a la vista al- guno de los documentos a que aqui hacemos referencta. Sin embargo, la experiencia en la observacién de este tipo de documentos nos aconseia aumentar dicha cifra en un alto porcentaje, para dar cabida a una om sidn censal de gran monto, resultado, de defectos técnicos y dificultades politicas y geogréficas. Respecto a la poblacién indigena infiel tenemos para esos afios el testimonio de Fray Melchor Martinez, que en su “Informe sobre las mi- siones transetintes”, (2) dice que en e) afio 1806, existian en la regién cor~ dillerana, que se extiende desde el rio Mawie hasta Chiloé, unos 130.000 in~ Gios infieles, que desde el levantamiento indigena de 1599 no habian vuel- to a estar sujetos al dominio espaficl. Este ejemplo nos afianza la idea del alto porcentaje de omisién en los recuentos de la époce. De Ja totalidad de Ias.cifras anotadas anteriormente, podemos infe- rir que la poblacién de Chile al finalizar el sigio XVIII, sin ia provineia de Cuyo, pero tomando en cuenta la poblacién indigena no anotada en los archivos parroquiales, liegaba aproximadamente a los 600.000 habitantes. De ellos unos 360.000 conservaban sangre ind{gena pura, 160.000 eran mes- (1) Copta Manuserita, Archivo Barros Arana 2-25-1-(2). (2) Copia Manuserita. Archive Barros Arana 2-25-1-(1),

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