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Teatro Contemporéneo. El compromiso con una ética y una estética Sara Molina a Teatro Contemporaneo. El Compromiso con una ética y una estética arte, aunque para nosotros en el sentido de Craig solo sea 1. Un conttinum estético del mundo interior SSS Pan on a del mundo exterior del mundo interior.. fous cnais a cee tncune earliest EEE cE ee EESE CEE Cea ele Mv eos de une eed pv cnmascirane y 2h vez su deseo conto de revel Ia Josep Beuys aprendié de su maestro el escultor esallamay conellael futuro del teatro. Pero aun nuestzo tuabajo puede que ro sea mas que in- tentar fomentar una sensibilidad tal que favorezea esta laren. Et trece de marzo de 1994 podiamos leer cas y a toda ta sie dad como sefalaba ensuarticulo Horacio Fernéndez. esto entre ottas rezones por la caract tuye la esencia de fo teatral, esto es, Trente a los continues simulacros de pensamiento moderno (Emrich), este nada esotético aviso nos si- tua dentro de un universo en el cual el teatro como que se dia laextravagantesiluacin de lo representa do. 413 l compromiso es extremo en la prctca diaia de nues- {10 ‘oficio'. Nose trata pues, solo de formacidn, de fuerza dle expresion, de estructuras de forma y efecto, ete. etc. Se trata de sero no set de viviro tan solo dura Frente a la creacion de signos escénices que disimu- Tan que teas de ellos na hay nada, nada verdadero de lo f a muerio y ba Puede que estemos definitivamente cansados, que en- contremes initil este esfuerzo, ridfeula su ingenua de un repentino catarro: estas wna precaucién instil pero absobtorsente neceseia En su condicién de intruso que viene a mirar, que quiere ver sin ser visto, pero fenido siempre en cuen- ta, el espectador agazapado en las sombras, al que con mayor © menor disimulo la escena convida a su festin permanente, tiene que sentir de nuevo la auo- rice del teniro (Federico Garcia Lorca) frente a la a= toridad de su gusto y su opinién, de su incontrola- ble poder consumista, Es Lorca el que con lucidez, nada metaférica en esta ocasién, plantea a penas co- ‘menaado el primer acto de la pieza inconcluss, Co- ‘media sin Titulo en las palabras del personaje autor algo respecto de este asunto de manera explicta: Ait tor..a usted le gusta o no le gusta aplaude o rechaza peto Ja tuunca jurga, A To que el espectador responde que: la snien ley del teatro eset juicio del espectador. Sacindo como esta por la légica de su tiempo. Pero atin més; Autor (Violenfo) Agué no estames en el tentro Parece necesario que nos preguntemos, no tan per- plejos como el personaje cel espectador: ;Dénde es- tamos? O tal vez mejor atin: Donde queremos es- (0, haber indagado com cde nuestra imaginacién, al orden pavoroso de la geo- metria de nuestros instintos. Autor: No estamos en el teatro. Después y a partir de esta aftrmacidn hecha en 1936 por Federico Garcia Lorca, el teatro en Andalucia ter dria que marchar de nuevo hacia Ja aventura de it, eescribir y dotar de nuevas significaciones aria préctica, con escenas que remitan a la verdad en 1995, dela renovacion de su propio te que algo se puede hacer. furdir ol duende con el demontio teotbgico dels busqueda de ese lugar dance la geometri lnnita con ef efi. Las més fructiferas tentativas del siglo XX han otor- gado a la escena esa epidemia de la que habla la Duse y esa muerte. Craig, Artaud, Kantor son ejem- plos lo suficientemente intes para cualquie- 1a de nosotros. Pero, hacemos exhibicién de una asepsia y ‘una amnesia significativas, por que adn a pesar de nuestro incuestionable interés por Ia muerte, tan slo nos emplea- mos en un ejercicio de simula ci6n de ta vida; adulacién del que mira, ani- mando sin pudor su torpe ejer- cicio de opinién basado, a me- ‘nudo, en su necesidad de que elaboremos sin cesar signos que le remitan a a complacen- cia y laxitud intelectual, al uni- verso cerrado de su personali- dad y buen gusto, la continua buen uso de la critica; signos que le permitan seg dado en la mediocridad inte- loctual a la que le condenan las leyes de la mercaderia y el ne- gocio, Foto2 Lorea dice que de limites y Beuys que es necesario revitalizar todo lo que tiene que ver 6 A parte de estar entreteni- dos intentando sobrevivir zen que més nos esta- mos empleande? Hay gente que no va jamis al teatro. Nos pregunta- ‘mos porgué las salas a menudo estén vacias, Parece ser que el espectactor espera mucho del teatro, lo-es: ta todo, Asiste a ese encuentro leno de Iictas ex- pectativas y haciendo ejercicio de esa autoridad que no le cortesponde y que ha perdido el teatro, se que- Ja. Se queja por todo y de todo: si la pieza es “clésica” esperaba esa tarde algo més “moderne”, ssi hay mucho texto echars de menos la forma y si el texto es descaradamente innovadar se reguntaré melancélic lida, porqué ya no se ven en Jos escenarios aquellas extracr- dinarias piezas truido ya como un indeleble juego de munecas rusas, don ‘otra, en un eterno discurso cul- tural de andar por easa~ qué no se representan aquellas grandes obras de teatro? que nunca ha visto, por las que no pagaria un duro, porque entre ‘tras cosas el teatro siempre pe. rece caro, a las que duos te estard interesado en ir, aque lias piezas que estaban lenas iten mientras que dura fa representacién pensar ‘en otra cosa © mejor atin, no pensar en nada. Porque gut ls gentes que vas al teatro no. pensar, an como a agusto yl [Lorea). Los més jovencs, no esa sino por la virulencia de su composicgn infor rativa,exigisin una adecuscién més estricta de In ‘senica a sus costumbres darias 0 ese rasgo prim vo, salvaje, que les haga sentir que asisten aun stat cultural gemuino..,gQué podemos hacer?! Nadie va a tener en cuenta aspectos de contexto, la historia que se ha escrito del teatro, las vangunrdias del siglo veinte, nuestras limitaciones, nuestras in- fluencias o relaciones?...Podviamos seguir eitando al ‘azar y siempre se tratarfa de pedir demasiado de Ia esencia misma de la vida etc, etc. Y es cutioso porque sabemos que toc eso es posible y que a me- nutclo trabajamos por conseguirlo Podén decir en diltima instancia, los més hu culturalmente hablando, los mas honestos en. nos generales, que no saben, que no entienden nada de featro. Pues claro que también se trata de eso. Desde luego que st. SeRores espect nada de teatro. Basta por tanto ya én de su torpeza, una torpeza que ‘cual en la medida de sus posibilidades y de su inte- és, seamtos siempre justos, evitar, a nada que el asun- to les sea tan apreciado como en general dice serles el arte escénico, No les vamos a consentir, por sux 46% Pectador y de alzar nuestro wuelo hacia el origen det aire, para intentar seducir a quien verdaderamente Apéndice Se pude ir al cine con la pretensién del to 0 de la evasidn, pero esa posicién frente gana terreno, es siempre ida. Una decepein para un espectacior hi- ‘0 puede suponer su renuncia absoluta a volver al TEATRO. Una mala pelicula, por el con- gue hacer dosistir del empefio de ver cine. Fsto, por supuesto, no estars permitido en general al arte de Ia escena, La cuestién es que, tal vez, todo esto podria actuar en nuesteo escénico-, En todos esos momentos en que per- demos nuestro tiempo. Si hieiéramos de ella al igual que el espectador y con plena consciencia lo que verdaderamente os: una situacién vinics, De la cual no lo esperamos todo pero, a la que somos capaces de entregarnos. Puede entonces que esa situacion trabaje para nosotros y ivamente, en el desarrollo de in con el espectador. led tiene miedo... Pero vayase, En su eas tere lm ira espendndoo, Porque de lo que para algunos se trata es dle establecer srenmbio, una rela- } Otro apéndice tanto como de preservar nos corresponda.. 8é fo que gu Bacon), hacer fo que no 58 es cbmo conseguirlo (F, Se trata bésicamente, de intentar desarrollar otro mo- delo de relac el paiblico y el espectacior, ba- ‘séndonos en una tradicién teatral que debemos cono- cor y reconocer, adaptada a nuestras necesidades, ‘comprometides con ca y la dad, de Ia expansion de un proyecto de luz demuestra, de Ia sombra de su de la existent se trata entonces, desde hace tiempo, no de nalidad, ni tan siquiera de Ia extroversi¢n de un m: de emociones vividas como dela explota- ese sentido en el cual se busca una experiencia del 18> presente como plenitud, se intenta un viaje de lo que somos alo que podifamos llegar a ser. Me interesa todo lo que cualquier artista 0 artesano puede © no estar acompafa viene © deja que intervenga trabajo, dénde busca los mater en que medida inter- fen el proceso de etc. En especial ticos, los geélogos, los trapecisias...Y claro esté, la ‘gente de teatro. Por supuesto, la gente que so dedica a trabajar en el teatro, Sobre todo aquellos que mis ‘que dedicarse a desarrollar hbilidades buscan conti- rnuamente los medios y situaciones que trabajen para la sensibilizactén de nuestro espiritu...Crear. luna cortiente de pensamiento continuo que nos in- tegre en un discurso colectivo... ..en ocesiones mar co un texto de lectura comin durante los ensayos para los actores. Ja pintura me obsesiona.... Mioficio es MIRAR,.. s0 trata de encontrar una relacién impacable en el uso del azar... Luego, también, el asunto del tema: Encontrar un tema que agite profundamente el espa cio vacio directamente desce tu sistema nervioso. Beuys, Bacon, Rothko son Ia tirada eje. Leo a menu: do acerca de ellos: biografias, entrevista, articulos. El chaman, el licido y el mistico. Creo que nadie ha hecho reflexiones mas certeras que F. Bacon, sobre el ‘asunto del proceso de creacién cuando habla de "ac- de Ia intervencién del azar en el proces nacidn imaginaria. Se podria pensai nes nada tiene que ver con el mundo del tea curso més que tesrico de com cin de una expe: En Ia direccién interesante “Jamas ret toujours vrai" (Artaud), La representacién, ro es més que una parte del proceso y cada espectscu- ono sera mas que la parte cle un proceso atin mayor que es Ia vida, auestza vida, No hay Scmlas para codificar oso. Se vive y punto. Se nos vive, Sino somos capaces de resist en esta contradiccién, entonces se tratard de eso, de que no hemos sido capaces, De lo contrario el tiempo lo dirs por noso- 3, nada podemos hacer mientras tanto salvo trabax siscutible detiro y une in do de inventar- nuevos modelos de relacién 0 y el espectador. Previo a esto estin, fen la sala de ensayo, con el ajamos. se es el lugar de las ‘laboradas a la luz de una heren- La escenificacidn podira ser “otra cosa’, atin a pesar de estar delimitada por los modelos de produccién 1e produce bajo el modelo ‘apitaistao el comunista” (Beguys) si en ese lugar de ‘ensayo se articula dia a df, el lenguaje de los nuevos -moradores del espacio vaci “ya no hay artistas solo Intentar algo, aunque sea desde nuestra probad: capacidad, para ser algo que no responda al deseo del AMO, Se lo que quiero hacer dice pero, no sé como conse- sentirme por tanto vivo. 419 bese

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