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BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO ‘Volumen 1 ©. G. June CONFLICTOS DEL ALMA INFANTIL ‘Volumen 2 Kane Horney LA PERSONALIDAD NEUROTICA DE NUESTRO TIEMPO ‘Volumen 3 W, Houurrscuer INTRODUCCION AL PSICOANALISIS Volumen 4 F, Kiweun y R. E, Drexenson LA FORMACION DEL CARACTER ‘Volumen 5 J. Rumwey y J. Mater SOCIOLOGIA La Ciencia de la Sociedad ‘Volumen 6 Atparp ADLER GUIANDO AL NIRO ‘Volumen 7 Ener Fromar EL MIEDO A LA LIBERTAD ‘Volumen 8 uenep N. Warrenean FiNGS BE LA EDUCACION VoLUMEN 8 i | ALFRED N. WHITEHEAD | | LOS FINES | DE LA EDUCACION Y OTROS ENSAYOS MAIR. A4LB | PRESENTACION DE LA EDICION CASTELLANA JUAN MANTOVANI Director del Instituto de Giencias de la Educacién de la Universidad de Buenos Aires. JORGE GONZALEZ BOT EDITORIAL PAIDOS BUENOS AIRES 19 OF ee eee THE AIMS OF EDUCATION AND OTHER ESSAYS i Publicado por ‘Meron Booxs ‘The New American Library of World Literature, Inc, Nueva York Traduccién de Dora Ivsisxt IMPRESO EN LA ARGENTINA (PRINTED IN ARGENTINA) Queda hecho el depésito que previene la Ley N? 11.723 Copyright de todas las ediciones en castellano by EDITORIAL PAIDOS © Cabildo 2454 Buenos Aires {NDICE Presentacién de Ia edicién castellana, por JUAN Manrovant beete tees Prefacio : 1. Los fines de la educacién Il El ritmo de Ia educacién TIL. Las demandas sitmicas de libertad y plina IV. La educacién tdenica y sus relaciones con la ciencia y la literatura V. El lugar de los estudios clésicos en Ia edu- cacion VI. El curso de matemiticas ... VII. Las universidades y su funcién . VIII. La organizacién del pensamiento IX. Anatomia de algunas ideas cientificas ... X. Espacio, tiempo, relatividad Pag. 13 1s 35 54 73 96 116 134 149 172 220 4 PRESENTACION DE LA EDICION CASTELLANA Alfred North Whitehead (1861-1947) es uno de los filésofos anglosajones mas destacados de nuestra época. | De una profunda y prolongada dedicacién a la matemé- tica, que comienza en la juventud, pasa luego al terre- no de la filosofia, culminando en una vigorosa metafi- sica. A los sesenta y tres afios de edad fué nombrado * | profesor de filosofia en Harvard. Se distinguia’ por el sentido universal de su saber, y puede ascgurarse que su_vida revela una obstinada vocacién de estudio de, la ciencia y Ia filosofia y una amplitud extraordinaria de espiritu, Es uno de los fundadores de Ia moderna légica matemitica, Especializado también en las ciencias de la | naturaleza, no tardé en exponer una filosoffa del orga- nismo, Su interés por Ia fisica y por In historia se con- creté en trabajos de gran repercusién. De él ha escrito I. M. Bochenski en La filosofia actual: “El sistema que desarrolld a base de Ia fisica contiene toda una serie de ideas biolégicas y desemboca en una filosofia de la reli- gidn. El estilo de este gran légi¢o resuena, a las; veces, como el Ienguaje de los misticos. A su universalidad en el saber se alia la simpatia universal de su entendimien- to por las mas diversas direcciones espirituales y arti 4, cae, Positivo en el modo de enfrentarse con los proble- | mas, gran trabajador, analitico en los detalles y ‘dotado | exttuordinariamente pata la visidn sintétiea, representa, |” || con su obza el arquetipo del filésofo en el sentido més \ noble de la palabra”, | i 8 ALERED Ne WiilLbiibaD | Es explicable que una mente tan hicida, rica y orgé- nica, disciplinada por severos principios y alentada por una constante actitud critica, mostrase interés por gran- des problemas humanos, tales como el de Ja educacién, The ‘Aims of Education and Other Essays, que aparece ahora en esta primera versién espaiiola, reine, como lo explica en el prefacio, siete trabajos sobre aspectos ted- ticos y practicos de Ia educacién y tres de materia cien- tifica especial, En sus concepciones educativas parte de la idea fun- damental “de que los estudiantes son seres 'vivientes, de una activa plasticidad que debe ser estimulada y orien tada en| el curso de su autodesenvolvimiento. ‘También son seres vivos los educadores, y ambos conceptos con- vierten el pensamiento educativo del filésofo inglés en una enérgica reaccién contra las ideas muertas y la educacién estitica. En todas sus paginas propugna una educacién viva y dinémica, porque para él a cultura ¢s actividad del pensamiento y receptividad ante la be- Hezay los sentimientos humanos. “Un hombre simple= mente bien informado —dice— es lo mis fastidioso ¢ indtil que hay sobre Ja tierra”. Lo que importa al edu- car‘a’un nifio es que no Ilegue a las que llama “ideas ihertés”, aquellas que la mente se limita a recibir, pero que no utiliza, verifica o transforma en nuevas combi- naciones, Atribuye grandes estragos a las ideas inertes en Ja evolucién de la humanidad; y contra el estanca- miento mental que provocan, el sistema de educacién debe precaverse mediante Ia tenaz aplicacién de dos principios: “No ensefiar demasiadas materias” y “Lo {que se ensefia, ensefiarlo a fondo”. Whitehead tiende ha- cia una educacién vital que se propone incorporar al espiritu en formacién pocas e importantes ideas, sus- ceptibles de ser combinadas y aplicadas a las situaciones ; LOS HINES bE LA EDUCACION » de la vida real. La singularidad de sus ideas no impide advertir el sentido realista del pensamiento anglosajén. Atribuye a las ideas generales un poder de comprensién; que ¢s algo mis que el simple anilisis légico que inclu- ye. Combate toda forma de pedanteria y artificio, pro- ducto de la acumulacién sin vida, Su juicio es siempre certero, y no hay palabras en sus ensayos que puedan ser omitidas, Sus reflexiones, apreciaciones y observacio- nes revisten extraordinario interés y sugestin, y son de viva actualidad. Llama Ja atencién este filésofo sobre ciertos problemas de esta materia, como es el que se.re- fiere al arte y la ciencia de Ja educacién. Sostiene que nadie puede creerse dotado de un genio especial para la ensefianza si sélo posee conocimiento de alguna rama de la ciencia o de Ja literatura, Cuando Whitehead expone ideas educativas, junto a su espiritu teérico deja traslu- cir una rica experiencia, Sus alusiones al sistema tradi- cional de exdmenes, que se caracteriza por recoger el aspecto verbal de la materia, son adecuadas y oportunas para el mismo sistema actualmente imperante en Hispa- noamérica, En definitiva, para Whitehead el fin de la, educacién no es introducir en Ja mente cierta cantidad de conocimientos inertes, sino desenvolver y utilizar a Ja misma cn cuanto ella “es actividad perpetua, delic da, receptora, que responde a estimulos”, Con sus consejos dirigidos a los maestros pricticos les recuerda que para Iegar a una educacién viva hay que extirpar In fatal desvinculacién de las matetias, que mata Ia vitalidad-de nuestro moderno programa de es- tudio. “Sélo hay una materia para la educacién, y es la Vida en todas sus manifestaciones”, dice, Pocos pensa- dores han explicado, como lo hace Whitehead, Ia educa- cién como conversién del conocimiento en vida. La re- forma de los programas educativos debe mirar, mas que e spe ae ALFRED N. WHITEHEAD al conocimiento en si, a los atributos humanos que se propone despertar y desenvolver. En este libro aparece también estudiada Ia diferencia entre Ia educacién general y la educacién especial, hoy puestas otra vez en debate y revisién, Las distingue de este modo: “La cultura general se propone fomentar una actividad de la mentes Ia carrera especializada utili- za esa actividad”, Pero las concibe interpenetrandose, no separadas, sino en unidad, integrando al hombre que de- be ser a la vez cultura y saber, formacién y especialidad. Asegura que no hay un curso de estudios que provoque -solamente cultura general y otro que dé conocimientos especiales. Lo que se busca con las dos fases de la edu- cacién es que la mente educada integralmente alcance el estilo, que es la suprema moralidad del espiritu para Whitehead; es el equilibrio, la medida y la moderacién. Algunos de los ensayos de este libro han sido leidos ante los principales educadores de Inglaterra y estén ditigidos a formular principios correctos y practicos para organizar un plan de estudios segiin el orden de Jas ne~ cesidades reales y un orden de obligada precedencia, vis- tos ambos con espiritu critico, El ensayo titulado “El ritmo de la educacién” es de gran utilidad para revisar los fundamentos de Ja practica educativa en todos sus ciclos y grados, y para distinguir las funciones caracte- risticas de cada etapa. Asi define la misién de la uni- versidad como Ja de la capacitacién del alumno “para deshacerse de los detalles en beneficio de los principios”, y agrega: “Un principio del que estamos empapados es mds un hébito mental que una afirmacién formal”. El lector de este libro podr4 hallar explicados en el curso de sus paginas el decaimiento de los ideales educa- tivos, pues en las escuelas de la antigiiedad —afirma— los filésofos aspiraban a impartir sabiduria; en los mo- an LOS FINES DE LA EDUCACION 11 dernos colegios nuestro propésito es mas humilde: ense+ fiar materias. Es decir, se ha producido un| transito: de, Jo vivo a Jo inerte. Igual espiritu se descubre en la co- municacién destinada a examinar la naturaleza esencial! de la educacién técnica y sus relaciones cdn Ja educacién' liberal. Hay en ella una interpretacién del trabajo como juego, como placer, triunfando sobre Ja fatiga; y tam- bién una doctrina de Ia capacitacién educativa para el trabajo técnico, concebida con espiritu liberal. Con! pa~ labras sencillas dice Whitehead al respecto: “La educa- cién debe despedir al alumno con algo que sabe bien y algo que puede hacer bien”, lo que equivale a asegurar la unidad entre Ja teoria y Ia practica, el conocimiento y la aplicacién. Desarrolla profundas consideraciones, so- bre Ia educacién literaria, la educacién cientifica y’ la educacién técnica, complementadas con un andlisis sobre el lugar de los estudios clisicos en la educacién. En este ensayo comenta Jos resultados de la ensefianza clisica, el estudio del griego y particularmente del latin, dentro de una orientacién formativa, demostrados por siglos de ex- periencia, y también sefiala los motivos que determinan a decadencia actual de esos estudios. Considera que ahora otras disciplinas despiertan interés general, enri- quecen el intelecto y desarrollan Ia capacidad de rela- Ciones complejas dentro de las concretas caracteristicas del munds contemporineo, En este ensayo puede adver~ tirse una gran riqueza de observaciones sobre situacio- nes y problemas relacionados con la formacién de la mente, no sdlo por Ja influencia del estudio de lenguas clisicas y modernas sino también por cl trabajo alrede- dor de disciplinas que hoy constituyen Ia base de la vida del hombre, tales como Ja Tecnologia, Ia Ciencia, el Arte y la Religién. El mismo interés despierta el capitulo ti- tulado “El curso de mateméticas”, que trata con la 12 ALEAED N. WHITEHEAD pfecisién caracteristica de su mente formada con pre- dominio en el seno de las mismas. Como ningiin sistema educativo prospera en el vacio, divorciado de todo in- mediato contacto con Ia atmésfera intelectual imperan- te, la educacién moderna es afecta a Ins matemiticas, porque éstas son un elemento de su atmésfera. “Las uni versidades y su funcién”, ensayo que integra este libro, fué preparado bajo el efecto que le produjo hace unas décadas la gran expansién de las universidades en los Estados Unidos de Norteamérica, Realiza un examen de aspectos y problemas de Ia ensefianza superior que son de interés actual y que algunos él ha vivido durante su ejercicio docente en centros universitarios de ese pais, particularmente en las aulas de Harvard, Los tres tlti- mos temas, aunque no se refieren a materia educativa, por su indole general unos y filos6fico otros, se vinculan a los anteriores y aseguran la unidad de este libro de gran interés por sus ricas sugerencias y de gran autoridad por él extraordinario espiritu, cientifico y metafisico a Ja. vez, de.una de las mas grandes figuras del penia- miento contemporineo, Juan Manrovant Buenos Aires, julio de 1957. PREFACIO El tema general de este volumen es la educacién en su aspecto intelectual. Una idea principal es desarrolla~ da a través de los diversos capitulos, ilustrindose desde varios puntos de vista, Podemos definirla en pocas pa labras: Los estudiantes son seres vivientes, y el prop= sito de Ia educacién es estimular y orientar su autodes- envolvimiento. Surge como corolario de esa premisa, que Jos maestros son también seres vivos con pensamientos vivieutes. HI libro todo es una protesta contra los cono- cimientos muertos, vale decir, contra Ias ideas inertes: Los diferentes capitulos, con excepcién del noveno, han sido dirigidos como ponencias a diversos congresos de cuerpos educativos y de sociedades cientfficas. Son ‘el resultado de experiencia practica, reflexiones sobre pric tica de Ia educacién y algunas criticas sobre el signifi cado de los temas que constituyen su contenido, ° Las referencias al sistema educacional corresponden 2 Inglaterra, Los fracasos y éxitos del sistema de ese pais son algo diferentes a los de otros paises. Pero esas refe- rencias son simplemente ilustrativas: los principios ge- nerales se aplican por igual a casi todos los paises. La primera de‘las ponencias fué presentada en el afio 1912 a la Seccién Educacional del Congreso Internacio- nal de Mateméticos, reunido en Cambridge, Inglaterra, y [a diltima en el afio 1928 en Ia Escuela Comercial de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts. BOUZAS ‘Los capitulos 1, 4, 5, 8, 9 y 10 han sido publicados en ay mi libro The Organisation of Thought (Williams and Norgate Londres, 1917). El capitulo 2, El Ritmo de la Educacién, fué publicado como un folleto por separado 14, ALFRED N. WHITEHEAD JORGE GONZ! (Christophers, Londres, 1922). En esta reedicién hay AVL | omisiones pero no otras alteraciones. En particular, los tres capitulos finales del presente libro, con algunas i omisiones, permanecen tal como fueron publicados en 1917. No deben ser interpretados como comentarios a LOS FINES DE LA EDUCACION, I mis escritos posteriores a‘esa fecha. La relacién inversa es la verdadera. ———S SEE Culvura es actividad del pensamiento, y receptividad Debo mi agradecimiento al editor de The Hibbert ——Tlh Bélleza y sentimientos humanos. Los fragmentos de Journal por petmitir la reedicién del Capitulo 3, Las de- ~--“jaiformacién no tienen nada que ver con ella. Un hombre ‘mandas ritmicas de libertad y disciplina, y el Capitulo "simplemente bien informado es lo més fastidioso ¢ imatil 5, El lugar de los clasicos en la educacién; también al que hay sobre la tierra. Lo que debemos tratar de pro- editor de The Atlantic Monthly por permitir la reedi- {~~ ducir es hombres que posean al mismo tempo cultura cién del Capitulo 7, Las Universidades y su funcién, YW conocimiento experto en determinada « especialidad. ~--~°Suis" conocimientos especializados Jes servirin_de punto ACN W. jae partida, yu cultura les hard. profundizar, con Harvard University. losofia'y cleeasie con cl arts, Debemos recordar ‘que “A desenvolvimiento intelectual que vale es el autodes ‘arrollo, y que éste se produce principalmente, entre los ——Giecistis y los treinta afios de edad. En cuanto a la pre“ paracién, la parte mis importante la dan Jas madres an- tes de los doce afios de edad, Una frase pronunciada por el Arzobispo Temple ilustra mi pensamiento, Ante la sorpresa manifestada por ci éxito en la vida posterior de un hombre que, de muchacho, en Rugby, no se ha- | bia destacado, respondié: “No importa lo que se es a % Ios dieciocho afios, sino lo que se llega a ser después’, | Al educar a un nifio en Ia actividad del pensamiento, |. debemos cuidarnos, por sobre todas las cosas, de Jas que ~ v-i-|/ || Iamaré “ideas inertes”, es decir, ideas que la mente se, | 1 limita al recil ir, pero que no utiliza, verifica 0 trans- “| forma en nuevas combinaciones. En a historia de la educacién, el fendmeno mas im- al de que esciielis “de ensefianza qué : con un femiénts dé genio, en la ge- <7 iaetation! Siguiente sblo exhiben pedantéria y rutina, La F< “raada esti en que se las sobrecarga de ideas inertes. La oat edicicion” con ideas inertes’ noes solamente ses, sobre todo, perjudicial. Corruptio optimi, pessima, Ex- cepto en ratos intervalos de fermento intelectual, en el © pasado Ia educacién ha estado radicalmente infectada de [ideas inertes. Esa es la razn por Ia cual, las mujeres inteligentes, de poca instruccién pero que han visto mucho del mundo, son a tal punto, en la vida media, la "parte mis culta de Ia comunidad. Se han salvado de esa © carga de ideas inertes. Toda revolucién intelectual que haya, alguna vez conmovido a la humanidad, incivé 1» ha_ sido una_apasionada,protesta “Ignbrancia_de te psicologia humana, ha procedido lue~ “go, por medio de algiin eiquema educativo, a trabar_ |——~nuevamente a fa humanidad con ideas inertes de su pro- pia elaboracién, ‘Veamos ahora cémo podemos precavernos, en nuestro sistema dé éduicacibn, contra ese estancamiento mental: femos dos mandamieiitos educativos: “No’ ens -—"Fa¥ demasiadas materias”, y “Lo que se ensetia, ensefarlo w fondo” “ET resultado de ensefiar pequeiias partes de un gran mimero de materias, es Ia recepcién pasiva de ideas in~ conexas, no iluminadas por ninguna chispa de vitalidad. Las ideas introducidas en In educacién de un nifio han de ser pocas e importantes, y susceptibles de combinarse en todas las formas posibles, El nifio debe hacerlas suyas, ._Lamentablemente, con_patética f | debe descubrit” qué lis idéas genlerales dai uma” comprene '—Gis un talento 2 mantenerse oculto? Desde luego, cual- —"séite persistente, La tinica utilidad de un_conocimiento >a pasado __-to-wxistes ES tierra bendita; porque es el pasado y es el. "pear “peare ¥ “de Moligre ‘no es menos pasada’ que la de y comprender su aplicacién actual en las circunstancias de su vida real. Desde el comienzo mismo de su educa~ cién, el nifo ha de sentif Ia alegria “del descubrimientor ~~ “sibir de esa cortienite de acontecimientds que fluye a tra= és de la vidi, que 3 sa vida. Entietido por. Giga” algo mas que un simple andlisis Iégico, si bien éste Entiendo ese término en el séntido"@n & ‘utiliza en el proverbio francés: “comprenderlo| todo, es perdanarlo todo”, Los pedantes. educacién stil. Pero si la ediica , Equé €8?. quiera sea nuestro objetivo en In vida, Ia educacién ha de ser til. Fué vtil para San Agustin, y lo fué para Na- poledn, Es util, porque In comprensién es util, * Paso por alto la comprensién que proviene del aspecto literario de la educacién, Tampoco quertia que se suptt= sieta que me pronuncio sobre los métitos relativos de un, plan de estudios clisico 0 moderno. Sélo_qu ee notar que ln comprensién. que deseanioe es Ta. de un. pre: puede —atiiine menosprecio del presence. Bl presente contiene todo, evan “futuro. Al mismo tiempo, debe observarse que una época “no pertenece menos al pasado si haexistido doscientos” ‘afiés atrés que’ si'data de dos mil. No nos dejemos enga- ——Har por la pe @efa ‘de las fechas. La “época ce Shake Sfocles de los santos constituye una ~agna e inipitadota'aRrup pero s6lo tiene un lugar de reunién posible, que es el presente; y el espacio de tiempo que cualquiera de ellos debe atravesar para Hegar 18 ALFRED N, WHITEHEAD 4 ese punto de encuentro, es de muy escasa importancia, ‘ Pasando ahora al aspecto cientifico ¥ légico de Ja edu- , Ti eacion; recordaremos que” taitibiéa”aqui” tas ideas que no ~~ | RT Setilizan” soa” positivamente nocivas. Por utilizar una | Sc idea, “entiendo relacionarla con esa’ cortignté, Compuestas. [SBP de"seasaciones, sentimientos, esperanzas, deseos, y activi- | i .- dades mentales, que forman nuestra vida. Podemos ima- ginar un conjunto de sees capaces de fortalecer sus al- j mas mediante Ja revisién pasiva de ideas inconexas; la | “=. Humanidad no est4 construida por tales seres, con ex- | ©, cepéién, quiz, de algunos editores de periddicos, H En Ia preparacién cientifica, lo primero que debe ha- |) getse con una idea es probarla. Pero permftaseme por un momento ampliar el significado de “probar”; quiero de- | cir probar su valor. Ahora bien, una idea sélo tiene va- | 25) Jor si las proposiciones a Jas que esti incorporada son yer~ j daderas, De ahi que una parte esencial de la prucba de js ‘una idea sea la prueba, ya experimental o légica, de Ja [<)> verdad de las proposiciones. Pero no es esencial que esa |". prueba de la verdad constituya la primera introduccién a In idea. Después de todo, su asercién por Ia autoridad (> de maestros respetables es suficiente evidencia para co- |.) menzar a considerarla. En nuestro primer contacto con un conjunto de proposiciones, comenzamos por apreciar su importancia. Es lo que todos hacemos en la vida pric- tiea. No intenisiios, en sentido estricto, probar 0 des- mentir algo, a menos que su importancia lo haga mere- cedor de tal honor. Esos dos procesos de prueba, en sen- tido limitado, y de apreciacién, no exigen una rigida se- paracién en el tiempo. Pueden ser casi simultdneos, Pero en cuanto uno de ellos deha gozar de prioridad, lo soré el de apreciacién por el uso, Ademés, no hemos de empefiarnos en utilizar las pro- posiciones aisladamente. Por supuesto, no quiero, signifi- ici EERE 10S FINES DE LA EDucacion. | | car un pequefio grupo de experimentos exclusivament para ilustrar la proposicién I y luego la prueba della pro» posicién I, un pequeiio grupo de experimentos exclusiva-. mente para ilustrar Ja proposicién If y luego la pruebal de la proposicién Il, y asi hasta el final del libro. Nada se-'” ria mas tedioso, Las verdades interrelacionadas se| utili zan en bloc, y las diversas proposiciones se emplean en cierto orden y con cierta reiteracién, Elijase algunas apli-| caciones del tema tedrico y estidieselas simultaneamen: te con la exposicién tedrica sistematica, La exposicién, teérica ha de ser breve y sencilla, pero estricta y rigida cen sus aleances, No debe ser demasiado larga, para facili- tar su cabal y exacto conocimiento, Las consecuencias de una plétora de conocimientos tedricos a medio digerir son deplorables. Asimismo, la teoria no debe entremezclarse con la practica. El nifio debe saber, sin lugar a dudas, cuando esté probando y cudndo esté utilizando. Afirmo que lo que se prucba debe ser utilizado, y lo que se uti za debe —en cuanto sea factible— ser probado. Estoy’ lejos de aseverar que la prueba y la utilizacidn son una misma cosa, A esta altura de mi disertacién el modo més directo de evar adelante mi argumento es en forma de una digresién. Slo ahora comprendemos que el arte y la ciencia de la educacién requieren un genio y un estudio propioss y que ese genio y esa ciencia son algo mis que un simple conocimiento de alguna rama de la ciencia 0 Ja literatura, Esa verdad fué percibida en parte en la ge- neracién precedente; y los rectores, algo crudamente, trataron de complementar Ii erudicién de los profesores a sus étdenes con la exigencia de jugar correctamente al cricket y una aficién al futbol. Pero la cultura es algo més que el cricket, que el futbol y que cierta cantidad de conocimientos. Boe que se escribe un libro de texto de verdadero valor educativo, con toda seguridad algin critico diri que es dificil ensefiar con él. Naturalmente que ha de ser di- ficil ensefiar con él. Si fuera facil, el libro deberia ser quemado, pues no puede ser educativo, En Ia educacién, como en todo, Ja senda ancha y florida conduce a un lu- gar malsano, Ese camino funesto esté representado por un libro o una serie de lecturas que practicamente habili- ta al estudiante para aprender de memoria todas las pre- guntas que probablemente se le formularin en el prd- ximo examen anual. Y de paso diré que no ¢s posible ningiin sistema educativo a menos que toda pregunta he- cha directamente ante el alumno en cualquier examen sea formulada 0 modificada por el maestro que ha ensefiado a ese alumno Ia materia sobre Ia que se le examina, El asesor externo puede informar sobre el plan de estudios (© Sobre el desempefio de los alumnos, pero nunca se le permitira formular al alumno una pregunta que no haya | sido estrictamente supervisada por el maestro, © por lo | menos inspirada por una larga conversacién con éste. | ‘Hay algunas excepciones a esa regla, pero son excepcio- | nes, y facilmente pueden subsumirse en la regla general Volvamos|ahora a mi anterior afirmacién, la de que_| TT T"Tas ideas tedricas deben sienipte”hallar importantes. apli~| caciones dentro del plan de estudios del alumno. No es am perspectivas en la. vida, las oportunidades ofrecidas por el ambiente que rodea a Ia escuela, y otros factores de esa indole. ‘Por esa razén los exdmenes anuales uniformes resultan fatales. No lo denunciamos porque seamos ma- nidticos y nos guste acusar las cosas establecidas. No somos tan infantiles, Desde Iuego, tales eximenes tienen también su utilidad para probar Ia flojedad de los cono- cimientos del alumno. La razén de nuestro desagrado es mis definida y practica, y es que ese sistema de exime- nes mata lo mejor de Ja cultura. Si analizan ustedes a la luz de la experiencia la tarea central de la educacién, en- contraran que el logro de sus fines depende de un deli- cado ajuste de muchos factores variables. La razén esté en que tratamos con mentes humanas, "no con a —“gnuierta. El Tlamado ala curiosidad, al discernimiento, a factiltad de dominar un complicado enredo de circuns- tancias, el uso de la teoria como factor de previsién en casos especiales —todos esos poderes no pueden ser im- partidos por una regla fija, englobada en un programa de examen, Me dirijo a ustedes como maestros practicos. Con bue- nia disciplina, siempre se puede introducir en Ia mente de una clase, cierta cantidad de conocimientos inertes, Ustedes toman un libro de texto y hacen que los alumnos Jo aprendan. Cuanto més, mejor. El nifio sabe entonces resolver una ecuacién cundrética (1 '). Peto, gcual es el objeto de ensefiar a un nifio a resolver tina eGuacion cua Hi leactones ‘deng Tuna doctrina #4cil~de~aplicar;~sino~suimamenté dificil. ~~ |'—draticaP Hay una respuesta tradicional a esa pregunta, = Etevaimpliciio el problema de mantener vivo el con | See <7 miento, de evitar que se'torne inerte, que es el problema |": 1 Ecuacién cuadrdtica. - (Del latin quadratum). Correspon- esta de I edad. pe eee etaeeadion ae SS arms peat dependent de varios factores, | fegundo geado. Al Joarismi, Hamado también Mohimed Abenmusa, MGidenno| de (los cuales puede ser desprediado, a saber: cl Iamado también Mose, dio la repla que usamos hoy dia para resol” J ino i "ver ecuaciones que conticnen el cuadrado de Ja incégnita que bus genid del maestro, el tipo intelectual de los alumnos, sus’ mea cbgnita 1 22 ALFRED N, WHITEHEAD LOS FINES DE LA EDUCACION 23 mino real hacia el aprendizaje a través de una alegre senda de brillantes generalizaciones. Hay un proverbio que habla de a dificultad de ver el bosque, a causa de los arboles. Esa dificultad es exactamente el punto que | —eomo para haberle permitido vivir a través de los tiem- | . EI problema de Is educacién es hacer, Ge pos. Pero a pesar de su semiverdad, contiene un error alumno Vea el bosque por medio de los arboles Fs radical que amenaza ahogar el genio del mundo moderno, |, sOlucién que propongo, es exticpar la fatal désyinie : No sé quién fué el primer responsable de esa analogia de 5 materias, que mata Ja vitalidad de i Ia mente con un instrumento muerto. Puede haber sido ts \ uno de los siete sabios de Grecia, 0 todos ellos juntos. +. Quienquiera que haya sido el creador de esa analogia, ~~ En lugar de°esa sola’ unidad, que es la Vida, ofrecemos no hay duda de Ja autoridad que ha adquirido por la los nifios, sin conexidn alguna: Algebra, Geometria, Cien- continua aprobacién que le prestaran eminentes personas, cia, Historia, un par de idiomas, jamés dominados; y por) Pero cualquiera sea el peso de Ja autoridad, o la gran fin lo més pesado, Literatura, representada por ejemplo aprobacién que pueda alegar, no vacilo en denunciarla — (: por obras de Shakespeare, con notas filolégicas’y breves como una de las concepciones més fatales, erréneas y anilisis de la trama y el cardcter, que en esencia han de peligrosas que se hayan introducido en la teoria de la edu") ser encomendados a la memoria. Puede decirse que se- cacién, La mente nunca es pasiva; es una actividad per~ mejante lista representa la Vids, tal como se la" conoce on: -petua, delicada, receptiva, que responde a estimulos. No. | “al diatio' vivir? Lo’ mejor que puede decirie de ella; ex que’ |) pueden ustedes postergar su vida hasta que haya sido | ———-consticuyewun“ripido {ndice que ina deidad’ revisara” ‘afilada, El interés que ofrezca vuestra materia debe ser -—-mentalmente ‘mientras pensaria en li ereacida de un | ———~jawvecado aqui y ahora; los poderes que ustedes fortalez. | mundo, no habiendo determinado todavia cémo com- (year en el alumno deben ser_ejercit mui y ahora; las |) ponerlo. » "EC Verto" a <7 posibilidades de vida_mental_que imparta vuestra ense- | Volvamos ahora a las ecuaciones cuadriticas, Tene | ————“ianza deben ser exhibidas aqui.y ahora, Tales la regla = de oro de la educacién, que es una regla muy dificil Se La dificultad es precisamente ésta: la aprehensién de | ideas generales, los habitos intelectuales y ef placentero. interés en Ia realizacién mental, no pueden ser invocados por ninguna clase de palabras, por més exactamente que | se ajusten, Todos los maestros practicos saben que fa edu~ cacién es un paciente proceso de dominio de los detalles, i minuto a minuto, hora a hora, dia a dia. No hay un ca i ‘ mos todavia entre manos Ia interrogacién no contestada, gPor qué debe ensefiarse a los nifios a resolverlas? A me-! | nos que las ecuaciones cuadraticas encuadren, dentro de! | | un plan de estudios coherente, no hay por supuesto razén) alguna para ensefiarlas, Ademas, por importante |que sea el; '):” lugar de las matematicas en una cultura completa, 'sos-) pecho que para muchos tipos de muchachos la solucién| ‘a de las ccuacivnes cuadréticas pertenece’ al, as- pecto especializado de Ias matematicas. Debo recordarles| i aqui que hasta ahora no he dicho nada sobre la psicolo-, eet PTS a 24 ALEREU Ne Wisstnainaes gia o el contenido de Ia especializacién, que ¢s parte tan “necesaria de una educacién ideal. Pero todo eso escapa a nuestro verdadero problema, y sélo lo dejo establecido a fin de evitar que se comprenda mal mi respuesta, Las ecuaciones cuadrdticas forman parte del Algebra, y 1 algebra es el instrumento intelectual que ha sido creado para esclarecer los aspectos cuantitativos del mun- do. No hay manera de escapar a él. De uno a otro extremo, el mundo esté infectado de cantidad. Hablar con sentido es hablar en cantidades: Es intitil decir que la nacién es grande: gcuinto mide? Es inutil decir que el radium es escaso: gen qué cantidsd? No podemos evadirnos de la cantidad, Volaremos hacia la poesia y la misica, y la can- tidad y el mémero nos enfrentarén en nuestros titmos y octavas. Los intelectos elegantes que desprecian In teorfa de la cantidad, s6lo estin medio desarrollados. Son més dignos de piedad que de vituperio. Los fragmentos de je- rigonza que en su época de estudiantes les fueron ense- fiados en nombre del Algebra, merecen algiin desprecio. Esa cuestién de In degeneracién del Algebra en una jerigonza, tanto en las palabras como en los hechos, brinda un patético ejemplo de Ia inutilidad de reformat os programas educativos sin una clara concepcién de Jos atributos que se anhela despertar en las mentes vi- ientes de los nifios. Hace pocos afios se clamaba por la necesidad de reformar el Algebra escolar, pero habia un acuerdo general en el sentido de que los grificos lo arreglatian todo, Asi, pues, se suprimicron muchas otras ensefianzas y se introdujeron las representaciones grit “cass por lo que yo sepa, sin ninguna idea tras ellas, sino “tan sélo representaciones grificas. Ahora todo cuestio- nario de examen contiene una o dos preguntas sobre grificos, Personalmente, soy un entusiasta partidario de "Tos grAficos. Pero dudo de que hasta ahora hayamos ga- sey eHow La LUULAGIUN 4, nado mucho, No podremos poner Ia vida dentro de un progtama‘de edueacién general si no logtamos mostrar su relacién con cierta caracteristica esencial de toda per= cepeién inteligente © emocional. Es un dicho dificil, pero es verdad; y no veo cémo hacerlo mis facil. Al realizar esas pequefias alteraciones formales, nos vence Ia verdadera natursleza de Ins cosas. Somos Ianzados con- tra va adver jado hébil, quien hari que el guisante esté siempre bajo el otro dedal. rio dem: La reforma debe comenzar en el otro extremo. En primer lugar, debemos resolver en cuanto a esos aspec- tos cuantitativos del mundo que son bastante simples para introducitlos en Ia educacién general; luego se po dra formulat un: programa de dlgebra que casi encon- trard su ejemplificacién en esas aplicaciones. No tene- mos por qué temer por nuestros predilectos grificos. Los tendremos en abundancia una vez que comencemos a tratar el algebra como un medio serio de estudiar el mundo, Algunas de Iss mas simples aplicaciones las en- contramos en las cantidades que surgen del més simple estudio de la sociedad. Las curvas de la historia son més vividas e informan mejor de los secos catélogos de nom- bres y fechas que comprenden Ia mayor parte de ese frido estudio escolar. Qué propésito se consigue con un catalogo de reyes y reinas indistintos? Tomas, Ricardo © Pedro, estin todos muertos. Las resurrecciones gene- rales son un fracaso, y es mejor postergarlas. El flujo cuantitativo de las fuerzas de Ja sociedad moderna es susceptible de una representacién muy simple. En cam- bio, se estudia la idea de'variable, de funcién, de tasa de cambio, de ecuaciones y su solucién, como una ciencia abstracta, por si misma, No, por supuesto, con Jas pom= posas frases con que me he referido a ellas, sino con 26 ALFRED N. WHITEHEAD esa repeticién de simples casos especiales propia de la ensefianza. Siguiendo ese curso, Ja rata de Chaucer a la Muerte Negra, de la Muerte Negra a los modernos problemas del Trabajo, vinculara los relatos de los peregrinos me- dievales con la ciencia abstracta del algebra, puesto que ambos ofrecen diversos aspectos de un solo tema, la Vida. Sé lo que muchos de Uds. piensan en este momento: que el curso preciso que acabo de esbozar no es el mismo que Uds. hubieran clegido, 0 aun tomado en considera cién. Estoy completamente de acuerdo. No afirmo tam- poco que yo mismo lo hubiera hecho. Pero vuestra ob- jecién es precisamente Ja razéa por la cual wn sistema de eximenes externos es fatal para la educacién. El pro- Géip por el cual se muescran las aplicaciones del cono- cimiento, debe, para ser eficaz, depender esencialmente del carécter de los alumnos y del genio del maestro. Dejo a un lado, por supuesto, las més faciles aplicacio- nes, con las cuales Ia mayoria de nosotros estamos fami- liarizados, Me sefiero a los aspectos cuantitativos de las ciencias tales como la mecinica y Ia fisica. Con igual propésite, podemos también representar gri- ficamente Ia estadistica de los. fenémenos sociales en relacién al tiempo. Eliminamos luego el tiempo entre pares de fenémenos vinculados entre si. Podemos asi determinar hasta dénde hemos mostrado una verdadera conexién causal y hasta dénde una simple coincidencia temporal. Observamos que podriamos haber representa do grificamente con relacién al tiempo una serie de ¢s- tadisticas de un pais y otra serie de otro pais, y asi, con una adecusda elecion de vépieas, haber obsenido grfi- cos que sepurs chibirian 9 Deseamos saber cémo disesiis cuanto queremos. acereame: | beat LOS’ FINES DE LA EDUCACION | a Ahora bien; al considerar esa descripcién, debo rogar- Jes que recuerden lo que he hecho notar mas arriba, Ea || primer lugar, uaa misma orientacién del pensamiento no serviri para vodos los grupos de nifios. Por ejemplo, debo. 7 esperar que los nifios inclinados a la [artesanja deseen |=) algo mis conereto y, en cierto sentido, mis dinimico que lo que acabo de establecer. Tal vez! esté equivocado, | pero eso es lo que yo supondria, En segundo Iugar, no, considero que una hermosa lectura estimule, de una sola’ vez, a una clase contemplativa, Esa no es la manera) :n/ que procede In educacién. No; todo ol tiempo los alum- nos deben trabajar afanosamente, resolviendo problemas, dibujando grificos y haciendo experimentos, hasta que tengan un completo dominio de la materia. Yo describo las explicaciones aisladas, las direcciones que han, de darse a sus pensamientos. Los alumnos deben senitir que estin estudiando algo, y que no estén simplemente. eje- cutando minués intelectuales, . Finalmente, si Uds. preparan alumnos para algtin exa~ men general, el problema de una cabal ensefianza se complica sobremanera. ¢Han observado Uds, alguna vez as molduras en zig-zag alrededor de un arco normando? El trabajo antiguo es bello, el moderno es feo, La razén. reside en que cl trabajo moderno esté hecho segtin una medida exacta, mientras que el antiguo varia de acuerdo con a idiosincrasia del obrero, Alla se comprime, aqui * se expande. Lo esencial para lograr que los alumnos aprueben sus eximenes es dar igual peso a todas las par- tes del programa. Pero el ser humano es especialista por naturaleza. Un hombre ve una materia completa donde otro sélo halla algunos ¢jemplus sueltvs. Comprendo que arece contradictorig tener en cuenta In especializacién 2 un plan de estudios especialmente dispuesto para ofre~ cor una cultura amplia. Sin contradicciones el mundo ap c i | | | i | | i j | seria mis simple, y tal vez més insipido. Pero estoy se- guro de que en Ia educacién, donde se excluye Ia espe- cializacién se destruye 1a vida. ‘Veamos ahora otra gran rama de la educacién mate- mética en general; me refiero a Ia Geometria. Los mis~ mos principios son ap! meridianamente clara, rigida, breve ¢ importante, Debe ‘excluirse toda proposicidn que no sea absolutamente nece- 'saria pata mosttar la principal vinculacién de las ideas, pero las grandes ideas fundamentales han de estar todas | presentes, Ninguna omisién de conceptos tales como los | de Similitud y Proporcién. Debemos recordar que, debi- do a la ayuda que brinda Ia presencia visual de una fi- gura, la) Geometria es una disciplina de excelencia sin igual para el ejercicio de las facultades deductivas del Fazonamiento, Sigue luego, naturalmente, el Dibujo Geo- métrico, ‘con su ejercitaciin para la mano y el ojo. || All igual que el Algebra, In Geometria y el Dibujo Geométrico deben ser extendidos mas alli del mero circulo de las ideas geométricas. En una vecindad in- ‘dustrial, Ja prictica del taller y la maquinaria, forman Ja extensién aptopiada. Por ejemplo, en el Politécnico de Londres se ha logrado eso con gran éxito, Para muchas " escuielas secundarias, opino que el levantamiento de pla- ‘nos y mapas ¢s Ia aplicacién natural. En particular, Ja \planimetria conducir’ a los alumnos a una compren- sién viva de la aplicacién inmediata de las verdades geo- métricas, Simples instrumentos de dibujo, una” cade- na y un compis de agrimensor, permitirin a los alum- nos Ilegar desde el levantamiento de planos y mensura de un campo hasta Ia construcccién del mapa de un pequefio distrito, La mejor educacién ha de hallarse en Ia obtencién de la mayor informacién partiendo del ins- trumento més sencillo. La provisién de instrumentos bles. Ta parte tedrica ha de ser ‘ complicados merece la mayor desaprobacién, El haber construido el mapa de un pequefio distrito, haber con- siderado sus caminos, sus contornos, su geologia, su cli- ma, su relacién con otros distritos, los efectos sobre Ia situacién de sus habitantes, ensefiaré mis historia y geo- grafta que cualquier conocimienrs de (© de Behren’s Straits. No hablo de una nebulosa lectura sobre el tema, sino de una seria investigacién, en la que todos los hechos reales son determinados en forma de- finitiva con ayuda de conocimientos teéricos exactos. Un problema matemético tipico seria el siguiente: Medir tal campo, trazar un plano del mismo en tal escala y hallar su superficie. Seria un buen procedimiento impar- tir las proposiciones geométricas necesarias sin su prue- ba. Luego se ensefiarfan Jas pruebas de las proposiciones simultaneamente con Ja realizacién de la medicién. Afortunadamente, el problema planteado por el as- Perkin Warbeck —pecto pein de li eduicacién’ es rads fécil de-resol-- > ala provision de una_cultura_ ger Hay varias razones para ello. Una de esas razones ‘es que muchos de los principios de procedimiento que deben observarse.son los mismos en ambos casos, y ¢s innecesario recapitularlos, Otra razén es que a prepara: cién especializada tiene Iugar —o debiera tener lugar— en una etapa més avanzada de la carrera del alumno, de modo que el material es mis facil de trabajar. Peto in dudablemente, la razén principal es que el estudio espe~ cializado es normalmente un estudio de particular inte- rés para el estudiante, Lo estudia porque, por alguna razén, desea sabetlo. Aqui radica toda Ia diferencia. La cultura general se propone fomentar una actividad de Ja mente; la carrera especializada utiliza esa actividad, Pero esa antitesis no es perfectamente neta. Como he- mos visto, en la carrera general aparecerin focos de espe- » 1) Senelarse” bajo Ta - 3080", ALFRED N, WHITEHEAD - "cial interés, y de igual manera, en el estudio especiali- zado, las vinculaciones exteriores del tema conducen el pensamiento fuera de los limites de esa especialidad. Repetimos: no hay un curso de estudios que dé sola- “Pr Tmente cultuifa general y otro que dé conociinientos espe- “ciales. "Los temas seguidos con el propésito de lograr una” ‘ediicacién general son temas especiales~estudiados espe- cialmente; y por su parte, una de las maneras de estimu- lar la actividad mental general es fomentar una aficién especial. No se puede dividir Ja capa sin costuras del (/) japtendizaje. Lo que ta educacién debe impartir es un \“/intimo sentido del poder de las ideas, de Ia belleza de las / ideas y de la estructura de Jas ideas, junto con un cuer- s("Tpo particular de conocimientos peculiarmente relaciona~ “\ do con Ia vida delser a quien pertenece, ts de la estructura de las ideas es aquel aspecto de una mente cultivada que sélo puede désarro- fluencia de un estudio especial, Me refie~ to a°esa vision que abarca la totalidad del tablero, de ‘ajedrez, Ta incidencia de un griipode“idéas sobre otro. Silo un estudio espocts! puede dar esa eapacidad de apre- tla exacta formulacion de las ideas generales, de sus relaciones, de su utilidad en Ja comprensién de Ja vida. ‘Una mente asi disciplinada seria a un tiempo mas abs- tracta y mas Cone¥eta, Ha “sido” ejércitada’ent la com: "Spiel del pensamiento abstracto y en el andlisis de Jos hechos. nte, se desarrollaria la més austera de las cua- rontales e ‘basado™ ei Ta “adimizacién del logro de un. fin. iplemente y sin desperdici “Tidades x El estilo en el Nate, én Ia literatura, en la cienciay en li Wgica, on la realizacién practica, tiene fundamentalmente las. mismas cualidades estéticas: logro y restriccién, El amor a un Es” un" seitido a LOS’ FINES DE LA EDUCACION 31 objeto en si y por si mismo sin el sofcliento placer -de una distraccién mental, es el amor al estilo manifestado en exe estudio, =e Esto nos lleva nuevamente a nuestro punto de partida: crf utilidad de Ja educacién, El estilo, en su més alto sen ““tido, es la ultima adquisicién de la mente educada; es ~también la més til. Abarca In totalidad del ser: El ad=~ niiistrador con sentido del estilo odia el despilfarro; el ingeniero con sentido del estilo economiza materiales, el artesano con sentido del estilo prefiere el buen trabajo, El ‘ =“éstilo es la suprema moralidad de la mente, | wwePéro por enciiia del” estilo, y por encima def conoci-__ miento, existe algo, una vaga forma, como el destino wD aed encima de los dioses griegos. Ese algo es el Poder. El es- tilo es Ia elaboracién del poder, la restriceién dél poder: __f Pero; sobre" todo, “el” poder de alcanzat ef fin’ desérdoes tilo, el efecto de nuestra actividad es previsible, y’ TT revision es el don supremo otorgado al hombre por. doses. Con el estilo, el poder se acrecienta, porque’ la je Propésita, y,¢5. Tente no se distrae en cosas ajenas a su | més factible lograrlo, Ahora bien, el estilo ¢s privilegio exclusive, del experto” ¢Quién ha ofdo hablar del estilo’, de un pintor aficionado, del estilo de un poeta ‘aficio- | mado? El estilo es siempre el producto del. estudi |p sializado, es Ta contribucién del especialismo.a 77a educacién inglesa en su fase actual, adolece tie. PREZ AU M3 ALL ee WM Peatea de ebjeriva detinide y dean miscanisino externo que i |}“gnata su vitalidad. He considerado en el presente trabajo los objetivos que deben regir Ia educacién. A ese respec- to, Inglaterra oscila entre dos opiniones, No ha decidido si ha de producir aficionados o expertos. El cambio pro- fundo que el siglo XIX ha producido en el mundo es que el aumento de los conocimientos ha permitido Ia previ- sién. El aficionado es esencialmente un hombre con apre- ciacién y con inmensa versatilidad en el dominio-de una rutina dada. Pero carece de Ia previsién que proviene del conocimiento especializado, El objeto de este trabajo es sugerir la manera de producit expertos sin perder Tis vit “tudes escnciales del aficionado. El mecanismo de nuestra ~~~ edudacién secundaria es rigide donde debigea ser liberal y flojo donde debiera ser rigido, Toda escuela est obliga da, bajo pena de extincién, a preparar sus alumnos para un limitado grupo de eximenes determinados. Ningin maestro tiene libertad para_desarrollar su educacién ge-. oR sus estudios especializados en concordancia “con “Has ‘oportunidades dé su escuela,-queson ereadas’ por sa esis directivo, su medio ambiente, su clase de alumnos y los fondos de que dispone. Opino que ningiin sistema de pruebas periddicas destinado primordialmente a exami- nar individualmente a los escolares puede dar otro resul- tado que un despilfarro educativo, Primordialmente son las escuelas y no los escolares las que \deben ser examinadas, Cada escuela debe garanti- e--tudlioss Lag sidrmas de ‘esas escuclas deben ser comproba- das ly corregidas. Pero el primer requisito de la reforma educativa es Ja escuela como unidad, con su plan de ¢s- ‘tudios aprobado en base a sus propias necesidades, y des grrollo por su propio cuerpo docente. Si dejamos de ase- zar sus propios diplomas, basada en su propio plan déés>~ Pt i >> gurar eso, caemos simplemente de un formalismo en otro, de un montén de ideas inertes en otto. Al afitmar que Ia escuela es la verdadera unidad edu- cativa en cualquier sistema nacional, para salvaguardia de su eficiencia, he considerado como alternativa el sis- tema de ex4menes periddicos individuales del escolar, Pero toda Escila esta frente a su Caribdis, 0, dicho en Jenguaje mas familiar, hay una zanja a cada lado del ca- }) mino, Serd igualmente fatal para la educacién si caemos en manos de un departamento supervisor que tenga Ia im- presién de que puede clasificar todas las escuelas en dos © tres rigidas categorias, obligando a cada tipo de ellas - a adoptar un rigido plan de estudios, Cuando digo que Ja escuela es Ia unidad educativa, quiero decic exactamen- te lo que digo, no una unidad mayor 0 menor. Cada e- +) cuela debe tener Ia pretensién de ser consideradi Gi #6la2 TCO sus circtiAstancias especiales. La clasificacién de Yas 7 TT Bewelas para ciekt6s piopésitos es necesaria. Pero no debe i permitirse ningin plan de estudios absolutamente rigido, no modificado por su propio cuerpo docente, Exactamen.. te los mismos principios, con las correspondiente modi caciones, se aplican a las universidades y escuelas técnicas, Cuando se considera en toda su magnitud la importan~ cia de esa cuestién de Ia educacién de In juventud de un pais, las vidas arruinadas, las esperanzas frustradas, los fracasos nacionales que resultan de la frivola inercia *Giie se Ja trata, es dificil contener la ifis Eat RES de'In vida moderna, la regla es absoluta: la raza que | no valora Ja inteligencia ejercitada, est4 sentenciada, To- do nuestro heroismo, simpatia social, ingenio, nuestras | victorias en Ia tierra o en el mar, no pueden hacer retro- ceder el dedo del destino, Hoy nos mantenemos, Mafiana, Ja ciencia_habré avanzado wn’ paso mis, y al juicio’ que . [7Pronuncie’ sobre el ineducado sera inapelable, on ‘Oridicio- 34 ALFRED N, WHITEHEAD No podemos contentarnos con menos que el antiguo sumario de ideales educativos que fué cortiente en un tiempo, desde los albores de nuestra civilizacién, La esen- cia de Ia educacién es ser religiosa é es la educacién religiosa? t ER dhceeion religiees ex aquella que inculca el deber 10, ¥ Ia reverencia. El deber surge de nuestro control poten “ cial sobre el Guirso de los acontecimientos. Ahi donde el cimiento obtenible pudo haber: cambiado los hechos, Ha ignorancia tiene la culpa del vicio, Y Ja base de la re- ~"varencia es la percepeién de que el presente entrafia en fst la suma completa de la existencia, anterior y posterior, “—~esa"total amplitud del tiempo, que es Ia eternidad, AG22 I EL RITMO DE LA EDUCACION Por “el ritmo de Ia educacién” sue en su aplicacién prictica es bien conocido por quie- nes tienen experiencia educativa. Por esa razén, cuando recuerdo que estoy hhablando para un auditorio formado Por algunos de los principales educadores de Inglaterra, ho espero que lo que diré sea nuevo para ellos. Pero si creo que ese principio no ha sido sometido a une diss cusién adecuada, ni se han tomado en cuenta todos los factores que deben guiar su aplicacién. entiendo cierto principio Trataré ante todo de establecer escuetamente lo que en- tendo por el Ritmo de la Educacién, tan escuetimente como para evidenciar el objeto de esta disertacién, El Principio a que me refiero es simplemente éste: las dife- fentes materias y modos de estudio deben ser abordados por los alumnos en momentos adecuados, cuando han al. canzado el grady apropindo de desarrollo mental. Con- vendrén ustedes conmigo en que ésta es una verdad tri. Hada, conocida por todos y jamas puesta en duda, Es mi vehemente deseo acentuar el catécter obvio de la ides fundamental de mi conferencia; una de Jas Tazones, es porque este audivorio seguramente la habra descubierto Por si mismo. Pero Ia otra razén, Ia razén por Ia cual he tlegido este tema para hablar de dl, es que no creo que sa verdad evidente haya sido manejada en la préctica | educativa con Ia debida atencién hacia Ia psicologia de los diseipulos. Las tareas de la infancia ‘Comenzaré poniendo en tela de juicio la adecuacién de ciertos principios segtin los cuales se suele determinar - el orden de las materias de estudio. Quiero significar con ello que esos principios slo pueden ser aceptados como correctos si se los explica de manera que esa expli- cacién pueda ser sostenida, Consideremos en primer tér- mino el criterio de Ja dificultad. No es verdad que las materias, mas faciles deban preceder a las mas dificiles. Por el contrario, algunas de las mas arduas deben apren- derse primero, porque la naturaleza asi lo dicta y por- que son esenciales para Ja vida. La primera tarea inte- Iectual que afronta un hablado, ;Qué tremenda tarea, a de correlacionar los significados con los sonidos! Requiere un anilisis de las ideds y un anilisis de los sonidos. Todos sabemos que el nifio lo hace, y el milagro de su realizacién es expli- + cable, Pero asi son todos los milagros, y sin embargo para el sabio siguen siendo milagros. Slo pregunto si, ante ese ejemplo tan claro, cesaremos de decir despropé- sitos acerca de la necesidad de posponer las materias més dificiles. gCual es el tépico siguiente en Ia educacién de las mentes infantiles? La adquisicién del lenguaje escrito; es decir, Ia corrclacién de los sonidos con las formas. ~ yBuen Dios! gEs que nuestros educadores se han vuelto locos? Someten a esos parlanchines gorgojos de scis afios de edad a tareas que acobardarian a un sabio con largos afios de labor. Asimismo, Ia tarea més dificil en matema~ ticas es el estudio de los elementos del algebra, y no iio os ta adquisicin del lenguaje AUS HINES DEL oe obstante, debe preceder a Ia relativa simplicidad del cileulo diferencial. No’ continuaré desarrollando mi tesiss sélo dejaré sen- tado que Ia postergacién de la dificultad no es un camino seguro en el laberinto de Ia prictica educativa. El otto principio que puede aplicarse para determinat el orden entre los distintos tépicos es el de la preceden= cia necesaria. Evidentemente, aqui pisamos terreno mis firme. Es imposible leer “Hamlet” antes de saber leer, y el estudio de los enteros debe preceder al de las frac- ciones. Y sin embargo, aun este firme principio cede al ser escudrifiado, Ciertamente es verdadero, pero sélo lo es si se limita artificialmente el concepto de una materia de estudio, El peligro de ese principio esta en que s¢ lo acepta en un sentido para el cual es casi una verdad ne~ cesaria, y se Jo aplica en otro sentido, para cl cual es falso. No se puede leer a Homero sin saber Jeers pero mis de un nif, y en épocas pasadas mas de un hombre, ha navegado con Ulises sobre las aguas de la Fantasia, mediante Ja ayuda de Ja palabra hablada de una madre © de algin bardo errante. La aplicacién indisctiminada del principio de Ia precedencia necesaria de unas mate- rias a otras, en manos de personas obtusas, aficionadas a Ia organizacién, ha producido en Ia educacién Ia aridez del Sahara, Etapas del crecimiento mental La razén del titulo que he elegido para esta diserta- Gin, “El ritmo de la educacién”, proviene de otra erfti- ca.a las ideas corrientes. A menudo se concibe el progreso del alumno como un avance seguro y uniforme, no di- ferenciado por cambios de tipo o alteraciones del pasos por ejemplo, se considera que un muchacho comienza con 38 ALFRED N. WHITEHEAD el latin a los diez afios de edad, y por medio de un desarrollo uniforme, llega a ser un estudiante de huma- nidades a los dicciocho o veinte afios, Sostengo que ¢sa concepcién de Ia educacién se basa en una falsa psicolo- gia del proceso de desarrollo mental, que ha obstaculiza- do gravemente la eficacia de nuestros métodos. La vida es esencialmente periddica, Comprende periodos diarios, con sus alternativas de trabajo y distraccién, de activi- dad y descanso, y periodos estacionales, que establecen las épocas. laborables y las de vacaciones; y se compone también de marcados periodos anuales. Son los grandes y-evidentes periodos que nadie puede pasar por alto. Hay también periodos més sutiles de crecimiento mental, con sus recurrencias ciclicas, y no obstante siempre diferen- tes al pasar de un ciclo a otro a pesar de que las fases subordinadas se reproducen en cada ciclo. Por esa razén he elegido el término “ritmico”, para. significar esen- cialmente las diferencias contenidas dentro de una ¢s- tructura de repeticién, La falta de atencién al ritmo y al caricter del crecimiento mental es el principal origen de Ja torpe ineficacia de la educacién. Creo que Hegel ha estado acertado al dividir el progreso en tres fases que llamé tesis, antitesis y sintesis; pero para el objeto de la aplicacién de esa idea a la teoria de la educacién, no creo que los nombres que les dié sean muy apropiados, En relacién con el progreso intelectual, yo las denominaria: fase de Ja fantasta, de la precisién y de la generalizacién. La etapa roméntica La etapa romantica es Ia de Ia aprehensién primera. La materia-tema tiene la vivider de la novedad; contie- ne deritro de si vinculaciones inexploradas con posibi- LOS FINES DE LA EDUCACION 39 lidades semidescubiertas mediante répidos vistazos y a medias ocultas por la riqueza del material. En esta fase el conocimiento no se ve dominado por el procedimien- to sistemético. El sistema que sea menester, seré creado por partes, ad hoc, Estamos en presencia de una’ inme- diata cognicién del hecho, que sélo intermitentemente somete el hecho a una diseccién sistematica, La emocién romintica ¢s esencialmente Ja consecuencia de Ia exci tacién producida por Ja transicién de los hechos desnu- dos a los primeros barruntos de la importancia de. sus relaciones inexploradas. Por ejemplo, Crusoe era simple- mente un hombre, la arena no era mas que arena, las huellas eran sencillamente huellas y Ia isl una, simple isla, y Europa eta el bullicioso mundo de los hombres. Pero la sibita percepcién de las posibilidades, medio re~ veladas y medio ocultas, que ligan a Crusoe, Ia arena,, las huellas y la solitaria isla apartada de Europa, es lo! que excita la fantasia. He tenido que tomar para ilustracién tun caso extremo, a fin de aclarar perfectamente mi pen- samiento. Pero interprétese éste como una alegoria que representa Ja primera fase del ciclo del progreso. La edu~ cacién debe ser esencialmente la puesta en orden de un fermento que se agita ya en la mente: no se puede educar la mente in vacuo, En nuestra concepcién de la educa- cién, tendemos a limitarla a la segunda fase del ciclo: 1a fase de la precisién, Pero no podemos limitar asf) nuestra tarea sin falsear la concepcidn total del problema. Nos interesan por igual el fermento, el logro de la precisién y los consiguientes frutos. La etapa de la precision La etapa de la precisién representa también una adqui- sicién de conocimientos. En esta etapa, la amplitud de las relaciones est4 subordinads a Ia exactitud de la formu- lacién, Es Ja etapa de la gramitica, la gramitica del len- guaje y Ia gramitica de Ia ciencia. Procede imponiendo a la aceptacién de los estudiantes una determinada m: neta de analizar Jos hechos desmenuzindolos. Se suman nuevos hechos, pero son hechos que encuadran en el anilisis. Es evidente que no puede haber una fase de la preci sién sin Ia existencia previa de una fase romintica. Si no hay hechos que hayan sido ya vagamente aprehendi- dos en su mas amplia generalidad, no hay nada que ana- lizar. El anilisis no seria entonces mas que una serie de afirmaciones carentes de significacién, relativas a los hechos en si, producidas artificialmente y sin ninguna vinculacién ulterior. Como ya he sefialado, en esta fase no nos limitamos a permanecer dentro del circulo de los hechos descubiertos en la época romantica. Esos hechos han revelado ideas con posibilidades de vasta significa- cidn, y en la fase de Ia precisién adquirimos otros hechos en'un orden sistemitico, los cuales forman, de esa mane- ‘fa, tanto una tevelacién como un anilisis de la materia- tema general de la fase romantica. La etapa de la generalizacion La etapa final de la generalizacién equivale a la sinte- sis de Hegel. Es un retorno al romanticismo, con la ventaja de disponer de ideas clasificadas y de la técnica pertinente, Tal es el fruto que ha sido la meta de la preparacin realizada durante la fase de la precisién. Es al éxito final. Tomo haber ofrecido un anilisis ocioso de ‘ideas un tanto evidentes. Pero era necesario hacerlo por- que Jas observaciones que haré a continuacién presupo- ee ence aa ‘nen nuestro conocimiento perfectamente claro del ca- rcter esenicial de ese triple ciclo. Los procesos ciclicos La educacién debe consistir en una continua repeti= cidn de tales ciclos. Cada leccién debe formar, en pe- quefio, un ciclo del que brotan sus propios procesos subordinados. Los grandes periodos deben acabar en realizaciones definidas, que forman a su vex los puntos de partida para nuevos ciclos. Debemos desterrar la idea de un fin Jejano y mitico de la educacién, Los alum- nos deben sentir continuamente la alegria de haber al- canzado un fruto y de volver a comenzar, si es que el maestro Jos estimula en exacta proporcién a su éxito en Ia satisfaccién de Jos anhelos ritmicos de sus alumnos. La primera etapa romantica de un infante es su des- pertar al conocimiento de los objetos y a Ja apreciacién de sus vinculaciones. El crecimiento de su mente toma la forma exterior de su ocupacién en coordinar sus per- cepciones con sus actividades corporales, Su primera fase de precisién es el dominio del Jenguaje hablado como instrumento para clasificar su contemplacién de los objetos y para fortalecer su comprensién de las relacio- nes emocionales con otros seres. Su primera etapa de generalizacién es el uso del lenguaje para un usufructo clasificado y ampliado de los objetos. Ese primer ciclo de progreso intelectual desde el logro, de Ja percepcién “hasta la adquisicién del lenguaje, y desde Ja adquisicién del lenguaje hasta el pensamiento clasificeado y la percepeién aguzada, requeriré un estu- dio mas minucioso, Es el iinico ciclo del progreso que podemos observar en su estado puramente natural, Los 42 ALFRED N. WHITEHEAD ciclos posteriores estin necesariamente tefiidos por. el procedimiento del modo usual de educacién, Hay en él una caracteristica que lamentablemente sucle faltar en Ia educacién subsiguiente, y es la de acabar cn un éxito completo. Al final del mismo, el nifio sabe hablar, sus ideas estdn clasificadas y sus percepciones estén aguza- das. Es mucho més de lo que puede decirse de la mayo- xia de los sistemas de educacién tal como se aplican a la mayoria de los alumnos. ¢Pero, por qué ha de ser asi? Ciertamente, un recién nacido parece ser el menos pro- misorio de los sujetos para el progreso intelectual, cuan- do recordamos las dificultades de Ia tarea que le aguarda. Supongo que ello se debe a que Ja naturaleza, bajo la forma de las circunstancias que le rodean, le impone una tarea para la cual el desatrollo normal de su cerebro se adapta perfectamente. No creo que haya ningiin miste- rio particular en el hecho de que un nifio aprenda a hablar y en consecuencia a pensar mejor; pero si que ello ofrece materia de reflexién, En [a educacién subsiguiente no hemos buscado pro- cesos ciclicos que se completen en un tiempo limitado y que dentro de su esfera determinada aleancen wn éxito completo. Ese cumplimiento es un caricter sobresaliente del ciclo natural de los infantes. Posteriormente, ini- ciamos a un nifio en alguna materia, digamos Latin, a Ja edad de diez afios, y esperamos que, por un sistema uniforme de ensefianza formal, legue a su meta a los veinte afios. El natural resultado es el fracaso, tanto en el interés como en Ia asimilacién, Cuando hablo de fraca~ $0, comparo nuestros resultados con el brillante éxito del primer ciclo natural. No creo que ello se deba a que nuestra tarea es intrinsecamente demasiado ardua, si re- cordamos que el ciclo de Ia infancia es el mis dificil. Se debe a que nuestras tareas estén planteddas en una LOS FINES DE LA EDUCACION 43 forma antinatucal, sin ritmo, sin el estimulo de. éxitos intermedios y sin concentracién. | No he hablado todavia de esa concentracién que es gminentemente caracteristica del progreso infantil, La’ | tealizacién de ese ciclo absorbe la totalidad del ser del nitio, No tiene éste ninguna otra.cosa en qué distraer su desarrollo mental. A’ ese respecto, hay una impre. sionante diferencia entre el ciclo natural y la historia Subsiguiente del desarrollo del estudiante, Es perfecta, mente obvio que Ja vida es muy vatiada, y que el dese arollo natural de ta meate y el cerebro les permite adaptarse al mundo multicolor al que estin destinados No obstante, luego de la concesién hecha a esa conside- racién, seré prudente que reservemos cierto grado de concentracién para cada uno de los ciclos subsiguientes, En particular, hemos de evitar una competencis —de di versos temas en la misma fase de sus ciclos. El defecto de Ia antigua educacién era la concentracién arritmica sobre un solo tema indiferenciado, Nuestro moderno sis- tema, con su insistencia en una educacic minar, y su facil tolerancia del andlisi en distintas materias, es una < iin general preli- del conocimiento ‘eceién igualmente arrit~ -mica de fragmentos dispersos. Debemos esforzarnos por tsjet en la mente del educando una armonia de parrone por medio de Ia coordinacién de los diversos clememen, de Ja instruccién en ciclos subordinados, cada uno de tllos de valor intrinseco para la inmediata aprehension del alumno, Debemos almacenar nuesteas miesey eads ten en la estacién debida, 44, ALEKLD Ny Weiltenabay we seve ane oa puede retener pensamientos por medio de la reunién de ae La etapa romantica de la adolescencia Pasemos ahora a algunas aplicaciones coneretas de las ideas desarrolladas en Ia primera parte de esta confer rencia. Al primer ciclo de Ja infancia, sucede el ciclo de la adolescencia, con el cual se inicia Ia més intensa fase romintica que jams hayamos de experimentar. Es en esta fase cuando se graban las lineas del caracter. De la ma- nera en que el nifio sale de la fase romantica de la ado- Iescencia depende el modo en que su vida subsiguiente ser moldeada por los ideales y coloreada por In imagina- cidn. Prosigue ripidamente Ia generalizacién de Ja capa- cidad producida por Ia adquisicién del lenguaje hablado y de la lectura, La fase de generalizacién correspondien- te al ciclo infantil es relativamente corta debido a la escasez del material romintico infantil. El conocimien- tojinicial de! mundo, en cualquier sentido desarrollado de la palabra “‘conocimiento”, comienza en realidad des- pués de concluido el primer ciclo, y asi surge en la tre~ menda edad roméntica, Ideas, hechos, relaciones, relatos, historias, posibilidades, el arte de las palabras, los sonidos, la forma y el color, se agolpan en la vida del nifio, agi- tan sus sentimientos, excitan su apreciacién ¢ incitan sus impulsos a parejas actividades. Entristece pensar que sobre esta edad de oro cae tan a menudo la sombra de la mentira, Me refiero a ese periodo de unos cuatro aiios de la vida del nifio, que en los casos comunes cae aproxi- madamente entre los ocho y los doce o trece afios, Es el primer gran periodo de la utilizacién del idioma nativo y el de los poderes desarrollados de manipulacin y de observacién. El infante no puede manipular, el nifio sis el infante no sabe observar, el nifio sis el infante no ae palabras, el nifio si. El nifio penetra asi en un nuevo mundo. Por supuesto, Ja fase de Ja precisién se prolonga como recurrente en ciclos menores que forman remansos den- tro del gran periodo roméntico. El perfeccionamiento de hh escritura, de la lectura, de los elementos de Ja aritmé- tica, y de enumeraciones de hechos sencillos, tales como los reyes de Inglaterra, son todos elementos de precisién, sumamente necesarios como entrenamiento para la con- centracién y como adquisiciones tiles. Sin embargo, son esencialmente de: cardcter fragmentario, mientras que la gran fase romintica es la marejada que empuja al ni- fio hacia Ia vida del espiritu. El éxito del sistema Montessori se debe a que reconoce a preponderancia de lo romintico en ese periodo del crecimiento. Si ésta es Ja explicacién, sefala también las limitaciones de Ia utilidad de ese método, Es el sistema que en cierta medida es esencial para toda fase roméntica. Su esencia es el ramonco y el estimulo de Ia viva loza- nia, Pero le falta Ja restriccién que es indispensable para las grandes etapas de precisién. El dominio del lenguaje Al acercarse al final de In gran fase roméntica, el curso ciclico del crecimiento favorece en el nifio la aptitud para el conocimiento exacto. El lenguaje es en- tonces materia natural para un ataque concentrado, Es el modo de expresién con el que el nifio esté completa ‘mente familiarizado. Conoce los relatos, historias y -poe- mas que ilustran sobre Ia vida de otros pueblos y de otras civilizaciones. Por esa razén, desde los once afios 46 ALFRED N. WHITEHEAD de-edad en adelante se requiere una concentracién gra- dualmente acrecentada hacia el conocimiento preciso del Ienguaje. Finalmente, durante los tres afios que van des- de los doce hasta los quince, deberd predominar un ataque en masa sobre el Ienguaje, planeado de manera que dé un resultado definido, valido por si-mismo, Me atrevo a afirmar que dentro de esos limites de tiempo, y mediante una concentracién adecuada, podriamos pedir que al cabo de ese periodo, el nifio posea dominio del inglés, sea ca- paz de leer de corrido un francés sencillo y haya com- pletado Ia fase elemental del latin, es decir: un conoci- miento preciso de las partes menos complicadas de la gtamitica latina, el conocimiento de Ia construccién de oraciones latinas y Ja lectura de algunos fragmentos de autores apropiados, acaso simplificados y en gran parte suplementados con ayuda de las mejores traduccio- nes literarias, de manera que Ia lectura del otiginal, més la traduccién, le proporcione Ia comprensién del libro como un todo literario. Opino que ese grado de adquisi- cién de-esos tres idiomas esté bien al alcance del nifio comiin,’siempre que no haya debido distraer sus esfuerzos hacia la precisin en una multiplicidad de otras materias, Incluso, algunos nifios mejor dotados podrian Iegar més lejos. El latin les seria facil de aprender, de manera que, podrian comenzar con el griego antes de finalizar ese) periode, siempre con la condiciéa de que tengan inclina-| cién a la literatura y de que piensen proseguic luego esos estudios al menos durante varios afios. Las demés mate- rias ocuparin un lugar subordinado en el horario y serén emprendidas con un espiritu diferente. En primer lugar, se debera recordar que las materias semiliterarias, como. Ja Historia, han de ser ampliamente vinculadas con el estudio de los idiomas. No seria posible leer literatura in. glesa, francesa o latina sin impartir algunos conocimien- | LOS FINES DE LA EDUCACION 47 4 tos de historia de Europa. No quiero decir que deba abandonarse toda ensefianza especial de historia, pero. si sugiero que el tema debe ser mostrado con lo que he denominado espititu romantico, sin someter a los alum- nos a Ia prueba de una recoleccién precisa de detalles en gran escala sistematica, | if En ese periodo del crecimiento, la ciencia ha de estar en su fase roméntica, Los alumnos deben ver’ por si mismos y experimentar por si mismos, con precisién de pensamiento s6lo fragmentaria. La esencia de la impor. tancia de la ciencia, tanto para el interés tedrico como | para fines tecnoldgicos, reside en su aplicacién a detalles coneretos, y toda aplicacién de esa indole plantea un nuevo problema de investigacién. Por esa razéa, toda ensefianza cientifica comienza y termina con la inyesti- gacién y con la adquisicién del dominio de la materia tal como se produce en la naturaleza. La experiencia dird cuil es Ia forma exacta de orientacién adecuada a’esa edad, y cudles son las limitaciones exactas de la experi- mentacién. Pero afirmo que este periodo es la verdadera edad para el romance con la ciencia. : Concentracién en la ciencia Hacia los quince afios de edad,’ la edad de la precisién en el lenguaje y del romance con la ciencia’ toca a su fin, para ser sucedida por un periodo de generalizacién| en el Ienguaje y de precisién en Ja ciencia, Ser un periodo breve, pero de vital importancia. Pienso en una labor de cerea de un afio, y sugiero que habré de aleerar en forma decisiva el balance del anterior plan de estudios. Habra una concentracién en la ciencia y una decidida disminucién del trabajo lingiistico, Un afto de trabajo cientifico, apenas finalizado el anterior estudio roman- tico, haré comprender a cada uno los principios mis im- portantes que rigen el desarrollo de Ja mecénica, la fisi- ca, la quimica, el Algebra y la geometria. Comprender que no se inician en esas ciencias, sino que ordenan un estudio discursive previo mediante una exacta formula- cién de sus| principales ideas. Tomemos, por ejemplo, al | Algebra y la geometria, materias que elijo por estar lige-,| ramente familiarizado con ellas. En los tres aiios ante- | riores se ha, trabajado sobre Ja aplicacién de las férmulas algebraicas y proposiciones geométricas més simples, a los~ problemas del levantamiento de planos, o de algin otro trabajo cientifico que contenga célculos. De esa manera, se ha afirmado cuidadosamente la aritmética mediante la insistencia en resultados numéricos definidos, y se ha lo- grado familiaridad con las ideas de las formulas’ literales 'y de las propiedades geométricas; también se han incul- cado algunos mécodos menores de manipulacién, No hay asi mucho tiempo que perder para Hegar a las ideas de Ja ciencias. Los alumnos estén preparados para el redu~ cido cuerpo de verdades algebraicas y geométricas que deberin conocer cabalmente. Ademis, en el periodo an- terior algunos jévenes habrin demostrado aptitud para Jas mateméticas y habran adelantado un poco més, acen- tuando también sus matemiticas en el ultimo afio a ex- pensas ‘de algunas de las demis materias. Tomo las mate~ miticas simplemente como ilustracién. Mientras tanto, el ciclo del lenguaje esté en su fase de generalizacién. En esta fase, cesa el estudio preciso de Ja gramética y la composicién, y el estudio del Ien- guaje se limita a Ia lectura de Ja literatura con especial atencién a sus ideas y a Ia historia general que le sirve de base; asimismo, el tiempo asignado a la historia se dedicaré al estudio preciso de un breve periodo definido, clegido para ilustrar exactamente Jo ocurrido en una época importante y también para mostrar cémo emitir los tipos mas simples de juicio sobre hombres y con- ductas, He esbozado entonces en sus lineamientos el curso de Ja educacién desde Ia primera infancia hasta los dieci- séis afios y medio aproximadamente, ordenado con cierta atencién a los pulsos ritmicos de Ja vida, De esa manera u otra parecida, es posible una educacién general a tra~ vés de la cual el alumno tenga la ventaja de Ia concen tracién y de In espontaneidad. Ast, Ia precisiOn ilustraré siempre sobre materias ya aprehendidas y que claman por un tratamiento drastico. Todo alumno se habri con- centrado por turno en una variedad de materias dife- rentes, y sabra dénde esté su punto fuerte, Finalmente —y de todos los objetivos a alcanzar, éste es el més caro a mi corazén— los estudiantes de ciencias habrin obte- nido una educacién literaria de incalculable valor. y también, en Ia edad mis impresionable, una temprana iniciacién en ef habito de pensar por si mismos en la regién de Ia ciencia, Después de los dieciséis afos, surgen nuevos’ proble- mas. Para los estudiantes de literatura, la ciencia pasa a Ia fase de Ia generalizacién, en gran parte en forma de lecturas sobre sus principales resultados e ideas genera- es. Comienzan nuevos ciclos de estudios lingitisticos, Hiterarios ¢ histéricos. Pero ya no se necesitan mayores detalles. Para Jos estixdiantes de ciencias, la precedente fase de precisién se prolonga hasta finalizar el perfodo escolar con una creciente aprehensién de ideas generales més amplias. En este petiodo de Ia educacién el problema es dema- sindo individual, 0 por Io menos se descompone en de- masiados casos, para ser susceptible de un amplio trata- 50 ALFRED N, WHITEHEAD miento general. Sugiero, sin embargo, que todos los es- tudiantes de ciencias debieran conservar su fraricés iniciar el estudio del aleman si no lo hubieran ya apren- dido, Educacién universitaria Quisiera ahora hacer algunas observaciones con res- pecto a la importancia de esas ideas para una educacién ‘universitaria, ‘Todo el periodo de crecimiento desde Ia infancia hasta Ja edad adulta forma un solo gran ciclo, Su fase romin- tica se extiende a Jo largo de los primeros doce aiios de la vida, su fase de precisién comprende todo el periodo de educacién secundaria, y su fase de generalizacién es el period de entrada en Ia edad adulta, Para aquellos cuya educacién formal se prolonga més de la edad esco- lar, el curso universitario o su equivalente es el gran periodo de generalizacién. El espiritu de generalizacién debe dominar en Ia Universidad. Las conferencias deben ser dirigidas a quienes estin ya familiarizados con los detalles y procedimientos; ¢s decir, familiarizados pot lo menos en el sentido de que éstos sean tan congruentes con la preparacidn preexistente como para ser ffcilmente adquiridos, Durante el periodo escolar, el estudiante ha estado mentalmente inclinado sobre su pupitres en la Universidad debe ponerse de pie y mirar a su alrededor. Por esa razén, es fatal malgastar el primer afio de la universidad yolviendo sobre el antiguo trabajo con el espiritu de entonces. En la escuela, el joven se alza peno- samente desde lo particular hnucia las ideas generals; en la Universidad, debe partir de las ideas generales y estu- diar su aplicacién a casos coneretos. Un curso universi- tario bien planeado es un estudio del vasto alcance de la LOS FINES DE LA EDUCACIGN | N | generalidad. No quiero decir que deba ser abstracto en el sentido de divorcio de los hechos concretos, sino que el hecho concreto debe ser estudiado como ilustrador. de: la extensién de las ideas generales. Cultivo del poder mental « Es el aspecto de Ja preparacién universitaria en el que coinciden el interés teérico y In utilidad prictica, Cual- quiera sea el niimero de detalles con que atestemos a nuestro estudiante, la probabilidad de que encuentre lue- go en Ia vida alguno de ellos es casi infinitesimal, y si realmente lo encuentra, habré probablemente olvidado cuanto se le enseié sobre él. La instruccién verdadera- mente util proporciona comprensién de unos pocos prin- cipios generales que se apoyan de manera firme en su apli- cacién a una variedad de detalles concretos, En la pric-| tica subsiguiente, Jos hombres habrin olvidado nuestros detalles particulares; pero recordaran, por un sentido co- min inconsciente, cémo aplicar los principios a las cir- cunstancias inmediatas. El aprendizaje es indtil hasta que se hayan perdido los libros de vcxto, queinado las notas tomadas y olvidado las minucias que se aprendieron de memoria para los ex4menes. Aquello que, en calidad de detalles, se necesite continuamente, permaneceré fijo en Ja memoria como hechos evidentes, como el sol y Ia luna; y lo que sélo casualmente se necesite, se podra buscarlo en cualquicr obra de consulta. La funcién de Ja Uni- versidad es capacitar al alumno para deshacerse de los detalles en beneficio de los principios. Cuando hablo de ptincipios, no me refiero siquiera a formulaciones. ver- bales. Un principio del que estamos totalmente empapa- dos es més un habito mental que una afirmacién formal, Se convierté en Ia manera en que reacciona la mente al estimulo apropiado en forma de citcunstancias ilus- trativas. Nadie da rodeos si tiene presentes sus conoci- mientos en forma clara y consciente, La cultura mental _no es mas que la manera satisfactoria en que debe fun- cionar Ia mente cuando su actividad es estimulada. A menudo ,se habla del aprendizaje como si estuviéramos jlando las paginas abiertas de todos los libros hemos leido, y entonces, cuando se presenta Ia ocasién, elegimos Ia pagina pertinente para leer en voz alta al universo. Afortunadamente, Ia verdad es muy distinta de esa cruda ideas y por esa razén, el antagonismo entre la de- manda de conocimiento puro y Ia de adquisicién profe- sional debiera ser mucho menos agudo de lo que una falsn concepcién de Ja educacién nos haria esperar. En otras palabras, el ideal de Ja Universidad no es tanto el conoci- \/ miento como el poder. Su funcién es convertir el cono: ‘imiento del muchacho en el poder del hombre. El cardcter ritmico del crecimiento | Concluiré con dos observaciones que deseo hacer por via de precaucidn en la interpretacién de mi pensamien- to, EI objeto de esta conferencia es sostener el cardcter "ritmico del crecimiento. La vida interior espiritual del | hombre es un tejido de muchos hilos, Estos no crecen simultaneamente, por extensién uniforme, He tratado de ilustrar esa asercién considerando el desarrollo normil 1 de Is capacidades de un nifio en circunstancias un tanto favorables pero también con capacidades medianas. Tal vez haya construido mal los fenémenos usuales, Es muy || probable que haya cometido esa falla, pues la evidencia f | LOS FINES DE LA EDUCcACION 53 Somolcia y dificil. Pero ningén extoe a exe respecte debe perjudicar el punto. principal gin el cual al desarrollo de la mencal tun ritmo que envuelve un entretejido todo el proceso dominado por un ciclo mayor sue poe al mismo cardcter general que los’ ciclos menone cones nidos en él. Ademis, ese ritmo exhibe ciertas leyes cone. rales que son vilidas para la mayotia de los alumnos, Js calidad de muestea ensefianza deberi adaptarse si, fase del ritmo en que se hallan nuestros alumros Bl at blema de un plan de estudios no es tanto In rceiée ae imateris, pues todas las materias deber ser, on cere Inicindas desde los albores de la mentalidad, El oni verdideramente importante es el de la calidad que ko de asumir el procedimiento educatico, au Mi segunda precaucién es rogar a Uds. no exageten Jn delimicacién encre las eres fases de un ciclo, Tore fuerte sospecha de que muchos de Udsy al oirme ‘oes, lar las tres fases en caida ciclo, se decian: ;Céno fe gusta a los matematicos establecer divisiones form lat Puedo asegurarles que no son las matemitieas ny I, incompetencia literaria Ia que puede haberme eonducida al error contra el que les estoy previniendo, Desde as quieto significar en todos los casos una distincién dee fasis, de penetracién: lo romantico, Ia precisién y la gene- talizacién estén siempre presentes. Pero se van alter, nando en el predominio, y esas altetnativas son I constituyen los ciclos. ae de ciclos, estando Bite LAS DEMANDAS RITMICAS DE LIBERTAD Y DISCIPLINA El debilitamicnto de los ideales es una triste evidencia del fracaso del empefio humano, En las excuslas de ta antigiiedad, los fildsofos aspiraban 2 impartir sabic bs en los modernos colegios, nuestro propésito es més hu- milde: ensefiar materias. La caida desde Ja divina sabi- dutia, que era a meta de los antiguos, hasta el conoci- miento de las materias segiin los libros de texto, logrado por Jos modernos, matca un fracaso educative manteni- do a través de las épocas, No sostengo que en Ia practica de Ia educacién Jos antiguos hayan obtenido mayor éxito | # que nosotros. No hay mis que leer a Luciano y observar ‘sus satiricas representaciones de las pretensiosas deman-| das de los filésofos, para comprender que los antiguos no. pueden jactarse de ninguna supetioridad oe sovocra a ese respecto. Lo que 2firmo es que, en los albores de, nuestra civilizacién europea, los hombres comenzaron con los grondes ideales que deben inspirar la educacién, y que graduslmente nusstros ideales fueron decayendo ‘ 3 encundrarse en sucstra pricticn. ; Cuando los ideales descienden al nivel de In préctica, dl resultado es el estancamiento. En pastiulae, en cuans to concebimos la educacién intelectual comio is sled adquisicién de apeitudes mentales mecinicas y de f6rmu- LOS FINES DE LA EDUCACION. las establecidas para expresar verdades ditiles, no puede haber progreso alguno, si bien habré mucha actividad, en medio de un inoperante reordenamiento de compen- dios, en el infructuoso esfuerzo por subsanar Ia inevitas ble falta de tiempo. Debemos tomar como un hecho ineludible el que Dios haya hecho el mundo de tal manera / que existen més temas de conocimiento deseables que los que cualquier persona cs capaz de adquirir. Nada se ‘puede esperar encarando el problema por medio, de Ja enumeracién de los temas que cada uno debiera dominar, Son demasiados, y todos con excelentes méritos. Después de todo, tal vez sea afortunada esa plétora de material, porque Jo que hace interesante el mundo es una deliciosa ignorancia de importantes verdades. Lo que anhelo gra- bar en ustedes es que, si bien el conocimiento es uno de \los principales, objetivos de la educacién intelectual, existe otro ingrediente, mas vago pero mas grande, 'y, “que tiene mayor predominio en su importancia. Los an~ | tiguos lo lamaban “sabiduria”. No se puede ser sabio sin “tener cierta base de conocimientos; pero es facil adquirie | conocimientos y permanecer carente de sabiduria, | ' | La sabiduria es Ia manera de poseer el conocimiento, | Concierne al manejo de los conocimientos, a Ia scleccién, de los mismos para Ja determinacién de las cuestiones: |” | importantes, a su empleo para valorizar nuestra’ expe- “slencia inmediata. Ese dominio del conocimiento, que | constituye la sabiduria, es la ms intima libertad de que se pueda gozar. Los antiguos comprendieron claramente | —mis claramente que nosotros— la necesidad de domi- nar los conocin is por Me hi sabiduria. Mas, en fa persecucién de la sabiduria en el terreno de Ia edu: i cacién practica, fallaron lamentablemente. Para decirlo sencillamente, su prictica popular suponia que la sabi- _ darid podia ser impartida a los jévenes por medio de | filésofos que les declamaran. De aqui la multitud de .-tthico camiho hacia Ia sabiduria es Ia libertad en presen- cimiento es la disciplina en Ia adquisicién de hechos orde- hados. La libertad y Ia disciplina son ambas esenciales en la educacién, y de aqui el titulo de esta disertaciéni “Lis demandas ritmicas de libertad y disciplina”. En a educacién, Ia antitesis entre libertad y discipli-, na no es tan marcada como podriamos imaginar en base 4 un anilisis légico de los significados de ambos términos, La \mente del alumno es un organismo en crecimiento, Por una parte, no es una caja para Ilenatla despiadada- mente de ideas ajenas; y por otra parte, la adquisicién dordenada de conocimientos es el natural alimento para wna inteligencia en desarrollo, En consecuencia, el objetivo de una educaciin idealmente concebida seria que In dis ciplina surgiese voluntariamente de Ia libre eleccién, y que Ja libertad obtuviese un enriquecimiento de po: lidades como consecuencia de Ja disciplina. Ambos prin- cipios, libertad y disciplina, no son antagénicos, pero de- ben ser ajustados en Ia vida del nifio de manera que correspondan totalmente a una natural inclinacién de Ia personalidad en desarrollo, Esn adaptacién de la libertad y la disciplina a la natural inclinacién del desarrollo es Jo que en otra parte he denominado “el ritmo de la edu- cacién”. Estoy convencido de que muchos lamentables fracasos en el pasado han sido debidos a Ja falta de aten- cién a Ja importancia de ese ritmo. Mi posicién principal es que Ja nota dominante de Ja educacién en su comienzo y, fin, es la libertad, pero que hay una fase intermedia ‘de disciplina con subordinacién de la libertad; y ademés, que no hay un tinico ciclo de tres fases: libertad, disci- plina, libertad, sino que todo el desarrollo mental esta © obscuros filésofos en las escuelas del mundo antiguo, El ‘cia del conocimiento. Pero la tinica senda hacia el cono- compuesto de ciclos de esa indole, y de ciclos formados 2 su, vez pot ciclos semejantes. Ese ciclo es una célula o Iadrillo, y ta fase completa de crecimiento es una estruc- tuta orginica formada por tales células. Al analizar cada “una de esas células, llamo al primer perfodo de libertad “fase romantica”, al periodo intermedio de disciplina’ se de Ia precisién”, y al periodo final de libertad "fase de Ia generalizacién”. Me explicaré con mayores detalles. Sin interés no pue~ de haber desarrollo mental, El interés es el sine qua non para Ja atencién y Ia aprehensién. Pueden ustedes esfor- zarse por despertar el interés mediante vatas de abedul, © con el incentivo de una actividad agradable. Peto sin interés no habra progreso. Ahora bien, el modo natural por el cual Jos organismos vivientes son excitados hacia el adecuado autodesenvolyimiento es el gozo. El infante es incitado a adaptarse al medio ambiente por ef casio de su madre y de su nifiera; comemos porque nos agrada una buena cena; sometemos las fuerzas de la naturaleza porque una insaciable curiosidad nos impulsa al descu- brimientos nos agrada el ejercieio y disfrutamos con la poco cristiana pasién de odiar a nuestros enemigos peli- grosos. Indudablemente, el dolor es un medio subordi- nado para impulsar a un organismo a Ia accién, pero sélo obra cuando el placer ha fracasado. El gozo es el acica- te sano y normal para el élan vital. No sostengo que po- demos sin riesgo abandonarnos al impulso de los mayores placeres inmediatos. Lo que quiero decir es que debemos tratar de ordenar el’ desarrollo del caracter a Io largo de una senda de actividad natural, placentera en si misma. La rigidez subalterna de la disciplina debe ser ditigida (a asegurar algtin bien duradero, si bien un objeto ade- cuado no debe estar muy por debajo del horizonte, para que el interés necesario pueda ser mantenido, 58 ALFRED N. WHITEHEAD - El segundo punto preliminar que deseo sefialar, es la falta de importancia —en realidad, el daiio— del cono- cimiento estéril. La importancia del conocimiento resir de ‘en su utilidad, en nuestro dominio activo sobre él, es-decir, en Ia sabiduria, Es mera convencién hablar del simple conocimiento, aparte de la sabidutia, y de que ésta imparte una peculiar dignidad a su poseedor. No comparto esa reverencia a un conocimiento tal, Todo depende de quién posee el conocimiento y qué hace con 4. El conocimiento que afiade grandeza al carfcter es un conocimiento manejado de manera que transforme toda fase de experiencia inmediata. Es con respecto a la actividad del conocimiento que una disciplina exce- siva es tan perjudicial en Ia educacién, El hibito del pensamiento activo, espontineo, sélo puede ser generado por una libertad adecuada. La disciplina indiscriminada malogra sus propios objetivos embotando la mente. Los que tratan de cerca a los jévenes recién egresados de la escuela o de Ia Universidad, advierten de inmediato las mentes. embotadas de aquellos cuya educacién ha con- sistido en la adquisicién de conocimientos inertes. Asi- mismo, el tono deplorable de Ia sociedad inglesa con respecto a Ja ensefianza es un tributo a nuestro fracas educative. Ademés, ese apresuramiento por impattir me-” ros conocimientos resulta contraproducente, La mente humana rechaza el conocimiento impartido en esa fore ma. El anhelo de expansién, de actividad, propio de la juventud, se ye frustrado por la rigida imposicién de: conocimientos disciplinados. La disciplina, cuando Ile- to be Examinemos ahora con més detenimiento el ritmo de esos naturales anhelos de Ja inteligencia humana, primer proceder. de Ia mente en un nuevo ambiente simple experiencia, va 4 de un tumuleo de ideas y experienci catisfard un natural anhelo de sabiducia que afiade mente sui rene LOS FINES DE LA EDUCACION 59 consiste en una actividad un tanto discursiva en medio mule . Es un proceso de descubrimiento, de acostumbramiento a curiosas res- puestas, de iniciacién de nuevas experiencias, de obser- vacién de lo que ocurre como consecuencia de nuevas aventuras, Ese proceso general es natural y ofrece un interés absorbente. Con frecuencia hemos debido obser- var nifios de edades comprendidas entre los ocho y los trece afios, absorbidos en ese fermento. Este est domi- nado por el misterio, y anatematizado por la bestia que + destruye el misterio. Es, pues, indudable que esta fase del desarrollo exige ayuda y atin disciplina, El ambien- te dentro del cual opera la mente debe ser cuidadosa- mente seleccionado. Por supuesto, debe ser elegido de acuerdo con Ia fase de crecimiento del nifio, y adapta do a las necesidades individuales. Es un sentido, es uha _Iimposicién desde afueray pero en un sentido mis pro- + fundo, responde al llamado de Ia vida dentro del nifo. © En Ia conciencia del maestro, el nifio ha sido enviado a fsa telescopio para mirar las estrellas; en la conciencia J del nifio, se le ha dado libre acceso a Ia gloria de los cielos. Si no existe, obrando en alguna parte, aunque {7 oscuramente, aun en el mas torpe de los nifios, esa trans- ~ figuracién de Ia rutina impuesta, la naturaleza del nifio se negara a asimilar el material ‘ajeno. Nunca deberd || olvidarse que Ia educacién no es un proceso semejante al de Menar de objetos un bal; tal simil es completa mente inaplicable, Es, por supuesto, un proceso total- s la asi- -ganismo vivo, y to- los sabemos cudn necesario es para Ia salud el alimento’ | agradable en condiciones adecuadas. Si guardamos inues- fos zapatos en un bail, alli permanecerén hasta que Jos saquemos; pero no sucede lo mismo si damos a un nifio una alimentacién inconveniente. Esa fase romintica inicial necesita ser guiada de otra manera. Después de todo, el nifio es el heredero de mu- chos siglos de civilizacién, y es absurdo dejarle perderse en el Iaberinto intelectual de los hombres de Ja Edad Glacial, De ahi que, hest to, el destacar los actos importantes, las ideas simplificadoras y los nom-_ bres usuales, fortalece realmente los impetus naturales del alumno. Nada se puede hacer en Ia educacién sin dis- ciplina} y nada se puede hacer sin libertad; pero en la fase romintica, debe acentuarse siempre Ia libertad, pa- fa permitir al nifio ver y obrar por si mismo, Sostengo que inevitablemente se produce un bloquco en Ia asimi- Jacién ‘de Ias ideas cuando se impone una disciplina de ptecisién antes de que Ia fase romintica haya seguido su.curgo en Ia mente en crecimiento. No hay compren- sién| fuera de la etapa roméntica. Creo firmemente que | Ia causa’ de tantds fracasos en el pasado ha obedecido ala falta de un estudio cuidadoso del lugar que perte- nece alo roméntico. Sin Ia aventura romantica, lo me- jor que puede suceder es adquirir conocimientos iner: tes’ sin| iniciativa,’y lo peor, despreciar Ias ideas —sin tener conocimientos. Pero! cuando esa fase romantica ha sido guiada co- tectamente, aparece un nuevo anhelo. La frescura de le inexperiencia se ha marchitado, hay un conocimien- j|/ to general de los hechos y tcorias fundamentales, y, por | Sobre todo, ha habido un abundante ramoneo indepen- APlishtelbnete experiencias dircctns, que supone aventura | de pensamiento y de accién, El esclarecimiento que pro- | iyiene del conocimiento preciso puede ahora ser comprent | dido. Este corresponde a las evidentes exigencias del sen- | tido.comtin, y opera con material familiar. Ahora es el tof wey ute We La LBUCACION 61 momento de avanzar hacia el conocimiento exacto del tema, y de retener en Ia memoria sus rasgos sobresa- | lientes. Es Ix fase de Ja precisién. Es la tinica fase del _ aprendizaje dentro del plan educativo tradicional, ya sea en Ia escuela o en la Universidad, Habla que apre der Ia materia, y no habia nada mfs que decit en cuanto 8 Ia educacisn. El resultado de esa indebida extensién de un periodo sumamente necesario del desarrollo, fué Jn produccién de una multitud de zopencos, y de unas pocas personas ilustradas cuyo interés natural habfa so- brevivido a esos planes de estudio. En realidad, siempre existe In tentacién de ensefiar a los alumnos un poco |) mas de hechos y de teorias precisas que los que pueden [| asimilar en Ia fase en que se hallan, Bastaria que pu- dieran hacerlo para que ello resultase til, Nosotros hablo de los maestros de escuela y de los rectores de ||. Universidades— olvidamos que sélo somos elementos su- | bordinados en Ia educacién de un hombre formado; y que, a su debido tiempo, nuestros alumnos aprenderin | Por si mismos en su vida ulterior, Los fendmenos del cre- cimiento no pueden ser apresurados més alla de ciertos Himites muy estrechos. Pero un profesional inhdbil pue- / de facilmente dafiar un organismo sensible, Cuando ya se ha dicho todo por via de precaucién, hay todavia algo més, para llegar a conocer los detalles fundamen. tales y las principales generalizaciones exactas y adqui- rir un fécil dominio de Ia técnica. No ¢s posible esca- par al hecho de que las cosas han sido descubiertas, y de que para ser eficaces. en el mundo moderno debemos po- seer un acervo de adquiisiciones definidas en el terreno de la practica, Para escribir poesia hay que estudiar mé- | trica, y para construir puentes se debe estudiar Ta resis- tencia de los materiales. Hasta los profetas hebreos tu- }) vieron que aprender a escribir, Io que en esa época re- : : 4 62 ALFRED N. WHITEHEAD queria probablemente un esfuerzo no despreciable, El arte no educado del genio es —con las palabras del Li- bro de Plegarias— wna cosa vana, una invencién que nos €s cara. . Durante Ja fase de la precisién, Io romintico pasa a tuna situacién subalterna. La fase esté dominada por el hecho includible de que hay caminos rectos y caminos equivocados, y verdades definidas que, conocer, Pero lo romintico no ha muerto, y ¢l arte de la enseiianza con- siste en fomentarlo dentro de una aplicacién definida a Ja tarea sefialada, Una de las razones por Jas cuales debe ser fomentado es que lo roméntico es un ingre- diente necesario de esa sabiduria equilibrada que cons- tituye la meta propuesta. Pero hay otra razén: el orga~ nismo no absorbera los frutos de la tarea a menos que la fase xoméntica mantenga vivos sus poderes de adqui- sicién. El verdadero objeto es descubrir en la prictica ese equilibrio exacto entre {a libertad y Ia disciplina, que dari el mayor progteso sobre los conocimientos a ad- quirir, No creo que exista ninguna formula abstracta capaz de establecer una regla aplicable a todas Jas ma- terias, a todo tipo de alumnos a cada alumno en par ticular; salvo, por cierto, la formula del equilibrio ritmi- co sobre la que he insistido, a saber: en el primer esta- dio, el progreso requiere que se acentie la libertad, y ‘en el siguiente estadio medio debe acentuarse Ia reali- zacién definida de tareas asignadas, Admito sin reservas que, si la fase romantica ha sido convenientemente di- Tigida, [a disciplina de la segunda fase es mucho menos visible, que los nifios saben cémo hacer su trabajo, de- Sean realizarlo bien, y se puede sin riesgo confiar en So finica disci- ellos en lus detalles. plina verdaderamente importante ea aut ¥ que ésta sélo puede lograrse por un amplio uso de Ia La autodiseiplina, 105 FINES DE LA EDUCAGION © | 63 | libertad. ¥ sin embar LY argo —tantos son los puntos delica- dos a censiderar en Ia educacién— en la vida ee a tio haber adquirido el habito de realizar ale, b : _gremente tareas impuestas. Las condiciones se cumplen st las ta. reas corresponden a los anhelos naturales del alimno en su estadio de progreso, si ellos exigen su maximo es- fuerzo, si llegan a un resultado evidente, y si se otorea una libertad razonable en el modo de ¢; r e jecucién, La dificultad de hablar sobre la manera en que un maestro habil mantendra viva la fase romantica en sus alunos, proviene del hecho de que, Jo que lleva mu- cho tiempo pata ser descrito, requicre poco tiempo pata ser hecho. La belleza de un pasaje de Virgilio puede ser transmitida insistiendo en la belleza de la enunciacién | verbal, que no Ileva mis tiempo que Ia pronunciacién corriente, El énfasis sobre la belleza de un argumeiito | Matemitico, en su ordenamiento de consideraciones ge- | nerales para desenredar un hecho complejo, es el modo © mis rapido de procedimiento. La responsabilidad ‘del |, macstro en esta fase es inmensa, Para decir la yerdad excepto en el raro caso de que el maestro posea|genion [no creo que sea posible levar a una clase entera muy | /'Iejos por el camino de la precisién sin perder cierto gra bdo de interés. Es el desdichado dilema de que la inicia- |tiva y Ia instruccién son ambas necesatias, y que Ja ins. truccidn es capaz de matar Ia iniciativa, Pero esa admisién no significa condonar la brutal ignorancia de los métodos para subsanar ese hecho em barazoso. No es una necesidad te6rica, sino que surge porque el perfecto tacto es inalcanzable en el tratamien- to de cada caso p. 1 part, los meétodos ‘aban el interes; ahora discutimos Ja mas necesa— aby } empleados mat _-nera de reducir el daiio a su minima expresién. Me lic } imito a emitir la advertencia de que Ja educacién es un problema dificil, que no puede ser resuelto mediahte- und sola formula. ‘A ese respecto, hay una consideracién prictica mu- chas veces despreciada. El territorio del interés romin: tico es vasto, mal delimirado, y no es susceptible de ser controlado por limites explicitos. Depende de fortuitos relmpagos de discernimiento. Pero la zona del conoci- miento preciso, tal como se exige en cualquier sistema educative general, puede y debe ser claramente deter- minada. Si es demasiado amplia, destruiré el interés y frustara su objetivo; si es demasiado estrecha, en toda materia de cada tipo de plan de estudios, el conocimiento preciso requerido debe ser determinado después de la més concienzuda investigacién. Eso no parece cumplir- se ahora de ninguna manera efectiva. Por ejemplo, en los estudios clisicos de los jévenes destinados a una carrera cientifica —una clase de alumnos en Ia que tengo gran interés—: 2Qué vocabulario latino es el que definida. mente debieran conocer? ¢Y cudles son las reglas y cons- trticciones gramaticales que debieran dominar? gPor qué no determinar éstos de una vez por todas, y Inego diri- gir todo ejercicio a grabar en Ia memoria sélo és0s y a comprender sus derivados, tanto en latin como en fran cése inglés, En cuanto a las demas construcciones y pa- Iabras que se presentan en la lectura de los textos, pro- porcionar una informacién completa de la manera més | f4cil, Una cierta precisién inflexible es esencial en la” educacién, Estoy seguro de que uno de los secretos del éxito en Ja ensefianza consiste en formularse mental- mente con toda claridad qué es lo que el alumno ha lle- gado a saber de manera precisa, El maestro cesar enton- | ces en| sus vanos intentos para abrumar a sus alumnos on la memorizacién de una cantidad de cosas de esca- ‘a importancia, El secreto del éxito es In marcha, y ef f deeall | feereto de Ja marcha es Ia concentracién, Pero, con © tespecto al conocimiehto preciso, la palabra claye es | marchas, marchar, marchar. Adquirit. répidamente el conocimiento, y luego uilizarlo, $i se puede utilizaclo, se lo retendré, Llegamos asi al tercer estadio del ciclo ritmico, Ja fase de In generalizacién, Hay aqui un retorno 2 lo ro, mintico, Ahora se sabe algo definido; se han adquirido aptitudes y se comprenden clarame : yes generales, tanto en su formulacién como en su cjem- plificacién detallada. El alumno desea ahora utilizar sus ~ auevas armas, Es un individuo efectivo, y son efectos fos que desea producir. Recae en las aventuras discur, sivas de la fase romintica, con la ventaja de que su mente est ahora disciplinada. En ese sentido, la educa cin debe comenzar con la investigacién y terminar 7 con Ja investigacién. Al fin de cuentas, todo ello no es sino una preparacién para lidiar con las experiencias | Jnmediatas de la vide, una preparacién que permite ;afrontar cada momento inmediato con las ideas perti- fnentes y las acciones adecuadas. ies comienza invocando la iniciativa ni termina alentindola, > debe ser errdnea. Pues todo su objetivo es la produccién | de sabiduria activa. nte las reglas y le Una educacién que no ~ En mi labor en las universidades, me ha impresionado mucho Ia parélisis del pensamiento inducida en los alum- _ Ros por Ja acumulacién sin objeto de conocimientos pre- _ isos, inertes e initiles. El principal propésito de un - dero carécters esto es, como un hombre ignorante que ‘piensa, que utiliza activamente esa pequefia porcién de Conocimientos. En cierto sentido, el conocimiento dismi- huye a medida que aumenta Ia sabidurfa, puesto que los ‘es son absorbidos por los principios. Los detalles de 66 ALFRED N, WHITEHEAD conocimiento que sean importantes, se aprenderin ad oc en cada circunstancia de la vida, pero el habito de la utilizacién activa de principios bien comprendidos es la posesién final de la sabiduria. La fase de Ia pre- cisién es In del progreso en Ia aprehensién de principios por medio de la adquisicién de un conocimiento preci- so de los detalles. La fase de In generalizacién es la fase de abandono de los detalles en beneficio de la aplica- cién activa de los principios, rélegindose los detalles a la zona de los hibitos subconscientes, No continuamos reteniendo explicitamente en la mente que dos més son son cuatro, aunque una vez hemos tenido que aprender~ Jo de memoria, Confiamos en el hébito para nuestra aritmética elemental. Pero Ia esencia de ese estadio es el paso de Ja relativa pasividad de Ia recepcién de la en- sefianza a a activa libertad de la aplicacién, Por supues- to, durante esa fase, se actecentaré el conocimiento pre- ciso mis activamente que antes, porque la mente ha experimentado el poder de Ia precisién y responde a Ia adquisicién de verdades generales y de abundantes ejem- plos particulates, Pero el aumento de los conocimientos se hace cada vez mis inconsciente, como si fuera un in- cidente derivado de cierta activa aventura del pensa~ miento. Eso es cuanto se refiere a las tres fases de la unidad ritmica del desaivollo, De una mance: general, todo el periodo de educacién esté dominado por ese ritmo tri- ple. Hasta la edad de trece 0 catorce afios es Ja fase r0- mintica, de catorce a dieciocho In fase de la precisién, , y de dicciocho a veintidos Ja fase de la generalizacién. Pero éstos son sélo caracteres término medio, que ma- tizan el modo de desarrollo en conjunto, No pienso que | todos Jos alumnos completen simulténeamente sus fa- alguna gran realizacién LOS FINES DE LA EDUCACION 167, ses en todas las materias. Por ejemplo, tras el lenguaje inicia su fase de precisién por medio del aprendizaje del vocabulario y la geamitica, ln eisach estaria en plena fase romantica. La fase romanticn del lengusje comienza en Ia infancia con In adgusiign del habla, de manera que pasa temprano al estadio de prec sién; en cambio, In ciencia Hega con posterioridad, Por fx ra, un inculeaién preia do cena on ead temprang detruye I inicaiva y el inters,y elimina toda probsbilldad de que exe tGpico tongs alguna que le contenido en Ia comprensién del nifio. Asi, la fase omintica de Ta ciencia continuatia vavios aios después lc haber comenzado el estudio preciso del Tenguaje. Hay otros ciclos menores, cada uno de ellos com- ae ae ie 7 tres fases, que siguen su curso en ca- a eee ada semana y en cada perfodo. Esté el Pri. conccimiento general de algin tépico en sus yoo posibilidades, el dominio de los detalles relevantee, Sa nalmente el ordenamieato de la totalidad del tema a In luz del conocimiento pertinente, A menos que los ‘lume fos estén continuamente sostenidos por Ia invocacién del interés, Ia adquisicién de Ia técnica y la excitacién ducida por el éxito, jamés podein progresar, y clei: mente perderin el entusiasmo. Di — agral, en los ditia que mien iéndolo en forma ge- excuelas de tetra han enyiado a Jas universidades wna eas j6venes desanimados, inoculados contra todo brove de celo intelectual. Las universidades han secundado lop vestuerzos de las escuelas, acentuando el fracaso. En con- Secuencia, el alegre entusiasmo de Ja juventud se voleé hacia otros tépicos y Ia Inglaterra asi educada carecié ide hospitalidad para las ideas. Cuando podamos sefalnr. de nuestra nacién. —esperemis - trecha, os ALGKED Ne Witttenau que ea otra cof que una guerra— que haya sido logia- | | da en las aulas/de nuestras escuelas y no en sus campos |, de juego, entonces podremos estar contentos con nue y tros modos de educacién. Hasta aqui he discutido la educacién intelectual, y | mi argumento se ha sujetado a una base demasiado es- | espués de todo, nuestros alumnos viven, y no. | pueden jser cortados en trozos, como las \piezas de un rompecabezas. En Ja produccién de un mecanismo, la energia|constructiva sé encuentra fuera de él, y afiade unas piezas separadas a otras. El caso es muy diferente del de un organismo viviente, que crece por su propio impulso hacia el autodesenvolvimiento, Ese impulso puede ser estimulado y guindo desde fuera del organis- | mo,|y puede también ser destruido. Pero, a pesar de todos los estimulos y guias exteriores, el impulso crea dot hacia el crecimiento proviene de adentro, y es in- tensamente caracteristico del individuo. La educacién es'la guia del individuo hacia la comprensién del arte de vivir; y entiendo por “arte de vivir” Ia mas completa | ealizacién de variadas actividades que expresan las po- tencialidades de esa criatura viviente frente al medio que | le rodea, Esa plenitud de realizacién implica un sentido | attistico, que subordina las menores a las mayores posi- bilidades de Ia personalidad indivisible, La ciencia, el arte, la religién, la moralidad, nacen de ese sentido de los valores dentro de Ia estructura del ser. Cada indivi- duo realiza Ja aventura de su existencia. El arte de lt vida es el guia de esa aventura. Las grandes religiones de la civilizacién incluyen entre sus elementos originales la sublevacién contra Ia ineuleacién de la moral como une setie de prohibiciones aisladas. La moralidad, en el mez~ quino sentido negativo del término, es el mortal enemigo ide’ la religién. Pablo denuncia la Ley, y los Evangelios hablan con vehemencia en contra de los fariseos. To- da religin manifiesta en sus comienzos un antagonismo igualmente intenso, y que disminuye a medida que la 'religién envejece. Ningtin aspecto de la educacién tie- ne tanto que ganar de Ia atencién a Ia ley ritmica del crecimiento, como la educacién moral y religiosa, Cual- quieta sea Ia manera correcta de enunciar las verdades religiosas, es fatal para Ja religién insistit en un prema- turo estadio de precisién, La vitalidad de la religion se manifiesta en la manera en que el espiritu religioso ha sobrevivido a la ordalia de Ia educacién religiosa. El problema de Ia religiin en Ia educacién es demasia- do amplio para discutirlo a esta aleura de mi disertacién. Me he referido a él para alejar la sospecha de que los principios aqui defendidos deben ser entendidos en un sentido limitado, Analizamos Ia ley general del progte- so ritmico en los distintos periodos de Ia vida, abar- cando el despertar inicial, Ja disciplina, y la culmina- cién en el plano més clevado, En lo que insisto ahora es en que el progreso comienza desde adentro: el descu- brimiento lo hacemos nosotros, Ia disciplina es auto- disciplina, y cl fruto es el resultado de nuestra propia iniciativa, El maestro tiene una doble funcidn, Le co- tresponde despertar cl entusiasmo por resonancia de su propia personalidad, y crear el ambiente de un conoci- miento mis amplio y un propésito més firme. Esté alli para evitar el derroche, que en los planos inferiores de Ja existencia es el medio natural de evolucién, La supte- ma fuerza motriz, tanto en. la ciencia como en la mora~ lidad y en Ia religién, es el sentido del valor, el sentido de Ja importancia, Se presenta bajo las diversas formas del misterio, la curiosidad, la reverencia o el culto, del 70° ALFRED N, WHITEHEAD tumultuoso deseo de proyectar la personalidad en algo fuera de si mismo. Ese sentido del valor impone a la vi- da tareas increibles, y sin él la vida se hunde en la pasi- vidad de sus tipos inferiores, La mas penctrante demos- tracién de esa fuerza es el sentido de Ia belleza, el sen~ tido estético de la perfeccién. Este pensamiento me lleva a preguntar si cn nuestra educacién moderna da- mos suficiente relieve a las funciones del arte, La educacién tipica de uestras escuclas publicas fud planeada para jévenes de hogares cultos y de buena posi- cién, Han viajado por Italia, Grecia, Francia, y a menu- do sus propios hogares estan rodeados de belleza, Nin- guna de esas circunstancias se da para la moderna edu- cacién nacional en las escuelas primarias y secundarias, © aun para Ja mayoria de los jévenes de ambos sexos en nuestro sistema ampliado de escuelas piblicas. No se puede ignorar impunemente, en Ia vida del espiritu, un factor tan importante como el arte. Nuestras emociones estéticas nos proporcionan vividas aprehensiones del ya- _ lor. Si se las mutila, se debilita todo el sistema de apre- hensiones espitituales. El reclamo de libertad en la edu- cacién trae consigo el corolario de que debe atenderse al desarrollo de toda Ja personalidad. No podemos desoir arbitrariamente sus urgentes demandas. En estos dias LOS FINES DE LA EDUCACION Pera te a ese hecho evidente, précticamente cerramos las puet- tas del arte a las masas populares, :Puede extrafiarnos que semejante educacién, despertando y frustrando an- hhelos, conduzea al fracaso y al descontento? La estu- pidez del procedimiento esté en que el arte, en sus sen- cillas formas populates, es precisamente lo que podemos dar a la nacién sin forzar indebidamente nuestros recur: sos. Podemos, quiz, mediante algunas reformas, evitar th peor clase de trabajo pesado y Ia inseguridad dell em- Pleos pero nunca podremos aumentar en gran propor- cién el promedio de ingresos. En ese aspecto, tody es. Peranza de Utopia nos esti vedada. Sin embargo, no requeriria un gran esfuerzo utilizar nuestras escuelas para producir una poblacién con cierto amor a la mtn sica, gusto por el teatro, y placer en la belleza de Ja for. ma y el color. Podriamos también proporcionar los me- dios para satisfacer esas emociones en Ja vida general del || pueblo. Si se piensa en los medios mas simples, se verd que Ia incidencia en los recursos materiales seria infi |/™5 y cuando se haya hecho eso, y el pueblo aprecie ampliamente lo que el arte puede dar —sus goces y Ss terrores— gno es factible que profetas, clérigos y) estadistas se encuentren en una posicién mis firme cuan- do hablen al pueblo del amor de Dios, de la inexorsbi, de economia, oimos hablar mucho sobre Ia futilidad de nuestros esfuerzos educativos y de la posibilidad de xes- tringirlos, El empefio en desarrollar una mera intelec+ tualidad esta destinado a un rotundo fracaso, Es pre- cisamente es0 lo que hemos hecho en nuestras escuelas js, Hacemos to stifiviente para excivar y-n0 lo lidad del deber y del amado del patriotismo? Shakespeare escribié sus obras para un pueblo inglés educado en Ia belleza de Ia tierra, en medio de la pompa de Ia vida de fines de la Edad Media v principios del as seni viv, al otro lado del geéano, mantenia vivo el llamado a la aventura,-Hoy ¥, caando un nue bosiaute para satisfacer, La historia nos enseiia que el florecimiento del arte es la primera actividad de las na- ciones en el camino de Ja civilizacién. Sin embargo, fren- ffatamos con un pueblo reunido en masa en las ciuda- es educado en una época cieatifica. No dudo de que, 4 menos que hallemos nuevos métodos pata los nuevos tiempos, part mantener en nyestro puchlo In vid de! cspiritu, tarde 0 temprano, en medio de una salvaje erupeién de anhelos frustrados, el destino de Rusia se- 84 el destino de Inglaterra. Los historiadores escribirén, como epitafio, que su caida se debid a Ia ceguera espi- itual de sus clases dirigentes, a su torpe materialismo y 4 su farisaico apego a las mezquinas formulas de algun estadista habil. Iv LA EDUCACION TECNICA Y SUS RELACIONES CON LA CIENCIA Y LA LITERATURA El tema de esta comunicacién es Ia éducacién téc- nica, Deseo examinar su naturaleza esencial y también sus relaciones con una educacidn liberal, Tal investiga j/ cién nos ayudaré a comprender Ias condiciones necesa- tias para el buen resultado de un sistema nacional de preparacién técnica, Es también una cuestién candente entre los profesores de mateméticas, por cuanté las ma- temdticas figuran en Ia mayoria de los cursos técnicos. No seria préetico profundizar sa discusin sin anc tes forjar en nuestra mente el ideal superior hacia el que deseames encaminarnos, por mas modestos que sean _fos resultados que esperamos obtener en un futuro pré= Uximo. La gente se asusta de los ideales; y es asi como en- ntramos la formulacién del estado ideal de la huma. | nidad, puesta por un dramaturgo modernot en boca de un sacerdote loco: “En mis ensuefios, es un pais donde | ¢l Estado es Ia Iglesia y-Ia Iglesia es el pueblo: tres en “tho y uno en tres. Es una sociedad en la que el tin. bajo es juego y el juego es vida: tres en uno y uno en tes, Es un templo en el que el sacerdote es el orador ¥ 1 Gh Benwano Suraw: Jobn Bull's Other Island, 74 ALFRED N. WHITEHEAD el orador es el adorado: tres en uno y uno en tres. Es tuna divinidad en la que toda vida es humana y toda hu- manidad divina: tres en uno y uno en tres, Es, en una palabra, el ensuefio de un loco”. La parte de ese discurso sobre la que deseo dirigit la atencién est comprendida en Ja frase; “Es una socie~ dad en Ia que el trabajo es juego y el juego es vida”, Este ts al ideal de Ja educacién técnica. Suena demasiado mis- tico cuando lo confrontamos con los hechos reales: los millones de trabajadores cansados, descontentos, men- talmente indiferentes, y por otra parte los empleadores No intento realizar un anilisis social, pero se convendra conmigo en que los hechos sociales presentes estin muy lejos de ese ideal. Ademés, estamos de acuerdo en que un empleador que dirigiera su empresa en base al prin- cipio que “el trabajo debe ser juego”, se arruinaria en una semana. La maldicién que pesa sobre Ja humanidad, de pala- bra y de hecho, es Ia de tener que vivir del sudor de su frente, Pero la razén y Ia intuicién moral’ han visto en esa maldicién la base del progreso. Los primeros mon- jes benedictinos hallaban placer en trabajar, porque en- tendian que de esa manera se convertian en compaiieros de trabajo de Cristo. Despojada de su vestidura teolégica, subsiste In idea esencial de que el trabajo debe ser transfundido con la yisién intelectual y moral, y convertido asi en un pla- cer, triunfando sobre a fatiga y el hastio que causa, ‘ 4 ost formalaciin abs 1 uno de nosotros. refi tracta en una forma mis coneseta, score con su pate ticular punto de vista. Exprésenla ustedes como gusten, en tanto no pierdan en los detalles Ja mira principal. Cov mo quiera que Ja expresen, siempre seri 1a Yinica espe~ ranza real de la humanidad laboriosas y esté en manos LOS FINES DE LA EDUCACION 75 de los maestros técnicos feras de actividad, dianamente vaya a jes de antaio, La inmediata necesidad de la n stan cantidad de trabajadores e. genio inventive, y de emplend de nuevas ideas. Hay un medi é ah ay in mello —y silo uno— de legac a sos adm ‘bles reulidos. Ese mismo medio es Is produccign de Shrece amb de ciencia y emplendores que sientan pltce gm su trabajo, Veamor el asunto pricticamente 4 Jb luz de nuestro conocimiento de ln aeturalees hs mana comin. Es probable que un obrero eanmado » por muy habiles que sean sus manos, a grin produccién de trabajo de primera clases contrario, limitaré su produccién, ‘an Y procuraré evadir In inspeccién, a auevos métodos; seré un foco de ideas revolucionatias por ninguna comprensidn his condiciones tratadas, que se avecinan, la probabilidad de nicos y de quienes controlan sus es- el moldear a la nacién para que coti. sus tareas con el espiritu de los mon- acién es la de poseer una xpertos, de hombres con lores atentos al desarrollo dé una Por el haré mal su trabajo,‘ i tardara en adaptarse s de descontento, leno impracticables, no controlado n del real funcionamiento de Si, en los atribulados tiempos se deseara aumentar apreciablemente ihe I edueacién eens iene cee iin no, La sociedad tendra entoncts lo que ve emote Asimismo, el genio inventivo requiere une sceivi ental agradable como condicida para ew vlen tid cio, “La necesidad es Ia madre del invento dice wa nat tio proverbio. “La nec-iaad es la omedee de . ie esta mucho mas cerea de la eal id. La base del _fearvollo de Ia invencién moderna es la eiencia, ta cast totalmente el fruto de Ia placentera curiosida a itiosidad dice un ne- de fiitiles eva- | Ta tercer clase a que debemos referirnos es Ia de los | empresarios. Cabe observar que son los empleadores ya ptdsperos quienes son personas importantes, que tienen relaciones comerciales en todo el mundo, que poscen ya ‘riquezas./Sin duda, habré siempre un proceso continuo + de suba y baja de los negocios, Pero es initil esperar un comercio floreciente si en conjunto las empresas prds- ‘peras padecen atrofia, Ahora, si esos hombres consideran sus negocios como simples medios.indiferentes para ad- quirir otras oportunidades de vida sin relacién con ellos, carecen de estimulo para su actividad, Se encuentran ya muy bien, y el simple impulso de sus actuales compro misos comerciales les hace seguir adelante. No son en absoluto capaces de molestarse en ensayar Ins dudosas probabilidades de nuevos métodos. Su verdadero espiri- tu esti en el otro lido de su vida. EL ansia de dinero ptoducira avaricia y no espiritu de empresa. La huma- nidad tiene mucho més que esperar de los industriales que sienten placer en su trabajo que de aquellos que persisten en fastidiosos negocios con el objeto de fun- dar hospitales. Finalmente, no puede haber perspectivas de paz in- dustrial mientras los patronos y la masa de trabajado- res se consideren empefiados en la desalmada operacién de quitar dinero al publico. Sélo una concepcién mis amplia del trabajo realizado, y del servicio que de esa manera se rinde a la comunidad, pueden servir de base a la cooperacién simpatica. De las consideraciones que anteceden, extraemos la conclusién de que, tanto para los patronos como para Jos obreros, una educacién técnica o tecnoldgica, para ser capaz de satisfacer las necesidades practicas de la na: cién, debe ser concebida con espiritu liberal, como un real esclarecimiento intelectual respecto a los principios as A a. o LOS FINES DE LA EDUCACION 77 La figura mitica de Platén puede representar Ig mo- derna educacién liberal, como Ia de Sin Benedicto re- - ptesenta Ia educacién técnica, No necesitamos compli- veatnos con las calificaciones necesarias para una repre~ “sentacién exacta de los verdaderos pensamientos de am- {bos hombres. Los mencionamos aqui como figuras sim- ‘bélicas, arquetipicas de conceptos antitéticos. Conside- ramos a Platén a la luz del tipo de cultura que él inspira. En esencia, la educacién liberal es una educacién pa- | 1a el pensamiento y para Ia apreciacién estética. Su, pro! cedimiento consiste en impartir el conocimiento de las obras macstras del pensamiento, de Ia literatura imagi- nativa y del arte, La accién que ella contempla es el mando, Es una educacién aristocritica que implica ocio, Ese ideal platénico ha rendido imperecederos servicios a fh civilizacién europea. Ha estimulado el arte, ha fo- ‘mentado ese espiritu de desinteresada curiosidad que es - el origen de Ja ciencia, ha mantenido Ia dignidad del es- “ piritu frente a la fuerza material, una dignidad que re- clama libertad de pensamiento. Platén no se preocupé, como San Benedicto, de ser un compafiero de trabajo de sus esclavos; pero le corresponde un lugar entre los emancipadores de Ia humanidad. Su tipo de cultura es la peculiar inspiracién del. aristécrata liberal, la clase que ha dado a Europa la libertad ordenada que hoy posee. Durante siglos, desde el Papa Nicolis V hasta Ia escue- ‘Ja de los jesuitas, y desde los jesuitas hasta los modernos Hi directores de las escuelas publicas inglesas, ose ideal cdu- cativo ha contado con el firme apoyo del clero. Para ciertas personas, es una educacién muy buena, Se adapta a su mentalidad y a las circunstancias en que 78 ALFRED N. WHITEHEAD se desarrolla su vida, Pero se ha reclamado para ella al- go mas que eso, Toda educacién hia sido juzgada adecua- da 0 defectuosa segiin su aproximacién a ese nico tipo. La esencia de ese tipo de educacién es un amplio co- nocimiento discursivo de la mejor literatura, y su pro- ducto ideal es el hombre que esté al_corriente de lo me- jor que se ha escrito. Habré aprendid los principales idiomas, conocer Ja historia del apogeo y Ja decadencia de Jas naciones, la expresién poética del sentimiento hu- mano, y habré lefdo los grandes dramas y novelas, Po- seeré también un conocimiento elemental de as prin- cipales filosofias, y habri leido atentamente aquellos filésofos que se distinguen por la claridad del estilo, Es obvio que, excepto al final de una larga vida, no tendré mucho tiempo que dedicar a alguna otra cosa, si se propone cumplir aproximadamente ese pro- grama, Nos recuerda el céleulo hecho en un didlogo de Luciano, segin el cual, para que un hombre pudiera justificar su prictica de alguno de los sistemas éticos corrientes, debia haber pasado ciento cincuenta afios examinando sus eredenciales, Tales ideales no son para los seres humanos. Lo. que se entiende por cultura liberal no es algo tan ambicioso como un conocimiento completo de Ja variada expresion literaria del hombre civilizado desde Asia hasta Europa y desde Europa hasta América. Sélo exige una reducida seleccién; pero una verdadera seleccién de lo mejor. Ten- go mis dudas de una seleccién que incluya a Xenofonte y omita a Confucios pero de todos modos no he leido a nninguno de los dos en el original. El ambicioso progra- Ja educacion liberal se rauce en wiliclad al es tudio de algunos fragmentos literasios inciuidos en wn par de idiomas importantes, Pero Ia expresién del espiritu humano no se limita a LOS FINES DE LA EDUCACION 79 fa literatura, Estin las dems artes, y esta la ciencia, Ademés, Ia educacién debe ir més allé de la recepcién pasiva de ideas ajenas. Los poderes de iniciativa deben ser fortalecidos. Desgraciadamente, Ia iniciativa no sig- nifica una determinada adquisicién; hay iniciativa en el pensamiento, en la accién, y existe la imaginativa ini- ciativa del arte, y esas tres categorias requieren mu- chas subdivisiones. Es una curiosa ilusién la que nos hace creer que era posible poseer una cultura mis completa cuando habla menos que saber. Ciertamente, la nica ventaja era la mayor posibilidad de permanecer inconscientes de la ig- norancia. No puede haber sido una ventaja para Platén el no haber Ieido a Shakespeare, a Newton ni a Darwin, Los resultados de Ja educaciéa liberal no han empeorado en los ultimos tiempos, El cambio est4 en’ que se han descubierto sus pretensiones, | Sostengo que ninguna carrera puede pretender, que su programa de estudios sea idealmente completo. ‘Tamn- poco son de menor importancia los factores omitidos, El insistir en la cultura platénica de desinteresada apre- siacién intelectual es un error psicolégico, La accion y nuestra influencia en el curso de los acontecimientos dentro de la inevitable relacién de causa a efecto, som fundamentales, Una educacién que se esfuerza por di- vorciar la vida intelectual o estética, de esos hechos fun- damentales, Ileva consigo la decadencia de la civiliza- cién. La cultura debe ser esencialmente para la accién, y su efecto emancipar el trabajo de la asociacién con tareas sin objeto. Del mismo modo, el arte existe para que conozcamos lo que nuestros sentidos pueden brin- dunos, Enaltece el mundy de los La curiosidad atidos ent desinicresada es pasin por Yaa visién intelectual ordenada de la vinculacién’ de los acontécimientos. Pero la meta de tal curiosidad 6 Ia, “unién de|Ja accién al pensamiento. A menudo se hace’ ‘en Ja ciencia abstracta. Ningiin hombre de ciencia quie- re saber por saber. Adquiere conocimientos para satis- facer su pasién por el descubrimicato. No es que descu- bre para saber, sino que sabe para descubrir. El placer que el arte y Ia ciencia pueden conferir a la tarea es Ja alegria que nace del intento logrado. Idéntico placer obtienen el hombre de ciencia y el artista. EI antagonismo entre-una educacién técnica y una educacién liberal es falso, No puede haber una educa- cién técnica adecuada que no sea liberal, ni una educa cin liberal que no sea técnica es decir, ninguna edu- | |cacién que no dé al mismo tiempo una visién técnica ¢ | intelectual. Con palabras més sencillas, la educacién de- | be despedir al alumno con algo que sabe bien y algo que ls puede hacer bien. Esa intima unién de la practica y la | teorla beneficia 2 ambas. El intelecto no puede ‘trabajar eri el vacio. El estimulo del impulso creador exige, espe- ‘cialmente en el caso de un nifio, Ja rapida transicién a «Ia prictica. La geometria y Ia mecénica, seguidas por la, practica industrial, adquieren esa realidad sin la cual lis mateméticas son puro palabrerio. Son tres métodos principales los requeridos en un siste- ‘ma nacional de educacién, a saber: el curso literario, |); el cientifico y el técnico, Pero cada uno de esos cur || 808 debe incluir a los otros dos. Quiero decir que toda || forma de educacién debe dar al discipulo una técnica, | wna ciencia, un conjunto de ideas generales, y apreci cin estética, y que cada uno de esos aspectos de su pre- \ paracién debe estar iluminado por los otros. La falta de tiempo, aun para el més favorecido de los alumnos, hace imposible desarrollar en forma completa cada curso, €aso omiso de la esencial intervencién de la accién aun Siempre debe haber un acento dominante. La més di- fecta educacién estética recae naturalmente en el curso técnico en aquellos casos en que lo exige la preparacién para un arte u oficio artistico. Pero es de gran impor- tancia tanto en In educacién cientifiea como en la li- terarin, El método educativo del curso de literatura es el es- tudio del Ienguaje, es decir, el estudio de nuestro medio més habitual para comunicar a los demas nuestros esta~ dos mentales. La técnica que se debe adquitir os Ia téc- nica de la expresién verbal, Ia ciencia es el estudio de Ia estructura del lenguaje y el anilisis de las relaciones del Jenguaje con los estados mentales transmitidos. Ade- mas, las sutiles relaciones del lenguaje con el sentimien- ‘to, y el alto desarrollo de los érganos de los sentidos ne- cesarios para Ia palabra escrita y hablada, hacen que el ,acertado empleo del lenguaje despierte penetrantes apre- ‘ciaciones estéticas. Finalmente, la sabiduria del mundo se conserva en las obras maestras de Ja composicién lin- gilistica, Ese curso tiene el mérito de la homogeneidad. Todas sus diversas partes estén coordinadas y cada una de ellas beneficia a las demés, No nos puede sorprender que ese ‘curso, al quedar ampliamente establecido, hubiera pre- tendido ser el unico tipo perfecto de educacién. Su de- fecto consiste en acentuar indebidamente Ja importan- cia del lenguaje. De hecho, Ja variada importancia de la expresin verbal es tan abrumadora que resulta dificil estimarla con sensatez, Las recientes generaciones han | sido testigos de Ia retirada de Ja literatura y de las for- mas literarias de expresién de su posicién de importan- cin Yinica en In vida intelectual. Para ser yerdaderamente uin servidor y un ministro de Ia naturaleza hace falta algo mis que aptitudes literarias, 82 ALFRED N. WHITEHEAD Una educacién cientifica es primordialmente una pre- paracién en el arte de observar los fenémenos natura- les, y en el conocimiento y deduccién de las leyes con- cernientes a la sucesién de tales fendmenos. Pero aqui como en el caso de la educacién liberal, nos encontramos con las limitaciones impuestas por la brevedad del tiem- po. Hay muchos tipos de fenémenos.naturales, y a ca- da tipo corresponde una ciencia con. sus peculiares mo- dos de observacién, y sus peculiares tipos de pensamien- to aplicado a Ja deduccién de las leyes. Un estudio de la ciencia en general es imposible en la educacién, y to- do Io que puede lograrse es el estudio de dos o tres cien- cias afines. De aqui la carga de estrecha especializacién que se impone a toda educacién primordialmente cienti- fica. Es evidente que esa carga puede estar bien cimen- tada; y vale la pena considerar cémo, dentro de los li- mites de una educacién cientifica y con la ventaja de tal educacién, el daiio puede ser evitado, Para ello es menester considerar la educacién técnica. Una educacién técnica es, primordialmente, una prepa racién en el arte de utilizar los conocimientos para la manufactura de productos materiales, Esa educacién acentia Ia habilidad manual, la accién ¢ocrdinada de Ja mano y el ojo, y el discernimiento en el control del proceso de construccién. Pero el discernimiento requie- re conocimiento de aquellos procesos naturales de los cuales la manufactura es Ia utilizacién. Asi, el cono iniento clientifico debe intogcar de alguna mani paracién técnica, Si reducimos el aspecto cientifico a su minima expresién, lo limitaremos a los expertos cien- tificos; si lo elevamos al maximo, lo impartiremos en cierta medida a los hombres y —lo que es de no menor importancia— a los directores y gerentes de negocios La educacién técnica no esté necesariamente ligada Ia pre- LOS. FINES DE LA EDUCACION 83 i exclusivamente a la ciencia en su aspecto mental) Pue- de ser una educaciéa para un artista o para aprendices de un officio artistico. En tal caso, la apreciacién esté- tica tendré que ser cultivada en relacién con ella, Un aspecto nocivo de la cultura platénica ha sido su total descuido de la educacién técnica como integrante del completo desenvolvimiento de los seres humanos idea- les. Esa omisién ha surgido como consecuencia de dos antitesis desastrosa: una de ellas, entre mente y cuerpo, y [a otra, entre pensamiento y accidn. Agregaré aqui, al solo efecto de evitar criticas, que no ignoro que los griegos valoraban altamente la belleza fisica y la acti vidad fisica. Sin embargo, tenian ese pervertido sentic do de los valores que es la Némesis de la esclavitud, Dejo sentado, como axioma educacional, que en la ensefianza habré trastornos tan pronto como se olvide que los alumnos tienen cuerpo. Tal es exactamente al error del post-renacimiento del sistema platénico de’ es- tudies, Pero a Ia naturaleza no se Ja puede tener a raya; desalojada de Jas aulas en Ja educacién inglesa, no tar. 6 en regresar triunfante, bajo la forma de atlecismo. Las relaciones entre la actividad intelectual y el cuer- Po, aunque difundidas en toda sensacién corporal, estin concentradas en los ojos, los ofdos, la vez y las manos. Hay una coordinacién de los sentidos y cl pensamiento, y también una influencia reciproca entre la actividad cerebral y Ja actividad material crea ort. En esa inter- acciéa las manos son particularmente importantes, Es un punto discutido si la mano humana cred el cerebio humano, o si el cerebro creé la mano. Seguramente, la telacidn es intima y reciproca. Relaciones tan profunda- mente asentadas no se debilitan en gran ptoporcién por 1) algunos escasos siglos de desuso en familias excepeionales, El desuso del trabajo manual es una causa que contri. buye al letargo cerebral de las-aristocracias, que sblo st ‘ye mitigado por el deporte, en el que Ja actividad cere- bral se reduce al minimo y Ja destreza manual carece de sutileza. La necesidad de constante exposicién escrita y oral es un leve estimulo para Ia capacidad de pensa- miento de las clases profesionales. Los grandes lectores, que no cultivan otras actividades, no se distinguen por la sutileza del pensamiento, Tienden a ser timidos pen- sadores convencionales. Sin duda, ello es debido, en parte, a su excesivo conecimiento, que sobrepasa su capacidad de pensar; pero en parte se debe a la ausencia del esti- mulo cerebral que proviene de las actividades producti- vas de Ia mano o la voz, Al estimar la importancia de Ia educacién técnica, debemos elevarnos por sobre el concepto que vincula exclusivamente ol saber a los libros, El conocimiento directo es la base suprema de la vida intelectual. En gran medida, los libros transmiten una informacién de se- gunda mano, que como tal no puede nunca aleanzar la importancia de Ja practica inmediata, Nuestra meta es ver los sucesos inmediatos de nuestra vida, como casos particulares de nuestras ideas generales. Lo que se apren- de por conducto ajeno es un fragmento de informacién || “de segunda mano, que ilustra ideas derivadas de otro |, fragmento de informacién de segunda mano, Esa falta de experiencia directa es el secreto de la mediocridad de Jos que son grandes eruditos y nada mis. Son mansos porque nunea se han visto amedrentados por los hechos, La principal importancia de In influencia de Francis Bacon no reside en alguna peculiar teoria del razona- miento inductivo que haya podido formular, sino en la rebelién que inspiré contra la informacién de segunda ‘mano. : El mérito particular de una educacién cientifica debe | i | t 8 RINLS Di LA uu ser el fundar el pensamiento sobre observaciones direc- tas; y el correspondiente mérito de una educacién téc- nica es qué sigue nuestro profundo instinto natural de traducir el pensamiento en habilidad manual, y la ac vidad manual en pensamiento. EI pensamiento invocado por Ia ciencia es el pensa- miento Idgico, Ahora biens Ia légica es de dos clases: la légica del descubrimiento y la légica de lo descubierto, La légica del descubrimiento consiste on pesar las probabilidades, descartar Jos detalles que no se juzgan Pertinentes, vaticinar las reglas generales que rigen el desarrollo de Jos acontecimientos, y someter a prueba las hipétesis mediante experimentos adecuados. Esta es Ja légica inductiva, Ta légica de lo descubierto es Ia deduccién de los espe- ciales sucesos que, en determinadas circunstancias, deben acaecer de acuerdo con las presuntas leyes naturales, Ast, una vez descubiertas o supuestas las leyes, su utilizacién depende enteramente de Ia Iégica deductiva. Sin Ia légi- ca deductiva, Ia ciencia seria completamente imétil Ascender de lo particular a Jo general no setia més que un juego estéril, si no pudiéramos luego invertir el pro- ceso y descender de lo general a lo particular, ascendien- do y descendiendo como los Angeles en In escala de Ja- cob. Cuando Newton hubo conjeturado Ia ley de gra- vedad, procedié de inmediato a calcular la fuerza de atraccién de Ia tierra sobre una manzana que esta en su superficie y sobre In luna. Notemos de paso que Ia légica inductiva seria imposible sin la légica deductiva. Por es0 los célculos de Newton fueron una etapa esencial en su verificacién inductiva de la gran ley, Las matemitieas no son sino Ias partes més compli~ cadas del arte del razonamiento deductivo, especialmen- te en lo.que concicéne al ntimero, la cantidad y el espacio, Ge ALFRED N, WHITEHEAD En la ensefianza de la ciencia, debe incluirse el arte de pensar, es decir, el arte de formular concepciones cla- ras aplicables a experiencias de primera mano, el arte de vaticinat las verdades generales que corresponden, el arte de verificar esos vaticinios, y el arte de utilizar las ver- dades generales deduciendo racionalmente casos parti- culares de cietta peculiar importancia. Ademis ¢s me- nester una facultad de exposicién cient{fica, de manera que se puedan establecer claramente los conceptos rele- vantes, partiendo de una masa confusa de ideas, car- gando el debido acento sobre los puntos importantes, En el momento en que una ciencia o un pequefio gru- po de ciencias, sean enseiiadas de esa manera amplia, con Ja debida consideracién al arte general de pensar, ha- bremos adelantado un buen trecho hacia Ia correccién del especialismo en Ia ciencia. Lo peor de una educa cibn cientifica basada, como debe necesariamente serlo, en una o dos ramas particulares de la ciencia, es que los profesores, bajo In influencia del sistema de exdmenes, s6lo son capaces de atestar a sus alumnos con los estre~ chos resultades de esas ciencias especiales, Es esencial des- tacar continuamente Ia generalidad del método, y con- trastarla con Ja especialidad de la aplicacién particular, Un hombre que sélo conoce su propia ciencia, como una rutina peculiar a esa ciencia, no sabe ni siquiera eso. Garece de fertilidad de pensamiento, y de la facultad de cstimar ripidamente el valor de otros conocimientos, No descubriré nada, y seré inepto para las aplicaciones pricticas. 2 inelusién de lo g al en lo particular es ¢: ogee cil de efectuar, especialmente en el caso de Jos alumnos mis jévenes. El arte de la educaciéa nunca es facil. Superar sus dificultades, especialmente aguellas de la educacién elemental, es una farea digna LOS FINES DE LA EDUCACION rae teh del mas grande genio. Es la preparacién de'almas hus! manas, Ba Las matemiticas, bien ensefiadas, serian el instrumen- to mis poderoso para implantar gradualmente esa idea de generalidad. La esencia de las matemiticas es estar Perpetuamente descartando Jas ideas mas especiales en beneficio de las mis generales, y los métodos especiales en favor de los métodos generales. Expresamos las con. | diciones de un problema especial en forma de ecuacién, ero esa ecuacién servird para ctros cien problemas, di. | seminados en diversas ciencias, El razonamiento general. |, ¢s siempre’ el razonamiento poderoso, porque 1a légica + deductiva es la propiedad de la forma abstracta. Aqui también debemos ser cautelosos. Arruinaremos la educacién matematica si la utilizamos solamente para difundir verdades generales. Las ideas generales son Jos medios para relacionar resultados particulares. Después de todo, son los casos especiales concretos los que tic- nen importancia. Por eso, en el manejo de las matemé- ticas no se debe ser demasiado concreto en los resultados ni demasiado general en Jos métodos. El curso esencial del razonamiento es gencralizar lo particular y luego particulatizar lo general. Sin generalidad no hay razo- namiento, sin concrecién no hay significacién, La cencrecién es la fuerza de Ja educacién técnica, Les recordaré que las verdades que carecen de gran ge neralidad no son necesariamente hechos concretos: Por ejemplo: x + y = y + x es una verdad algebraica més general que 2 + 2 == 4, Pero “dos mas dos son cuatro” es de por si una propusniv sumamente general que carece dle todo elemento de conerecidn. Para obtener una proposicién concteta, es indispensable Ia inmediata in- tuicién de una verdad concerniente a objetos particula- res: por ejemplo, “estas dos manzanas y esas dos man- y “ciéa conereta, si se tiene percepcién directa 0 recuerdo, zanas juntas forman cuatro manzanas” ¢s una proposi inmediato de Jas manzanas. como aplicacién y no como férmulas vacias, ho hay al ternativa para la educacién técnica. La simple observa cién pdsiva no basta, Sélo In creacién permite una vivida penetracién en las propicdades del objeto producido por medio de ella. $i deseas comprender algo, hazlo ti mise mo, es/una regla justa. Las facultades cobrarin vida, los. pensamientos seran vividos gracias a su inmediata trans- formacién en actos. Las ideas adquiririn esa realidad que praviene de percibir los limites de su aplicacién. \ A fin de obtener Ia plena comprensién de las verdades| |. En Ia educacién clemental esta doctrina se ha puesto en prictica desde hace tiempo. Los nifiitos aprenden a) familiatizarse con las formas y colores mediante las sen= cillas operaciones manuales de recortar y de agrupary Peto por bueno que esto sea, no es exactamente lo que quiero significar, Esa es la experiencia practica antes de pensar, antecedente del pensamiento que habra de crear ideas: una disciplina verdaderamente excelente, Pero la educacién técnica debe ser mucho mis que eso: es una experiencia creadora mientras se piensa, experiencia que realiza el pensamiento, experiencia que ensefia a coordi« nar accién y pensamiento, experiencia que lleva a asociat pensamiento con perspicacia y perspicacia con realiza- cién, La educacién técnica da Ja teoria y una aguda penetracién de los puntos en que falla Ia tcoria, La educacién técnica no debe ser concebida como una deformacién de Ia perfecta cultura platénica, es decir, como una preparacién defectuosa que, lamentablemente, es inevitable debido a las uprimentes condiciones de vida. Ningiin ser humano puede aleanzar algo mas que wa conocimiento fragmentario y un fragmentario entrena~ aus cues bE LA EBUCAGION ” miento de sus aptitudes. Hay, no obstante, tres caminos principales por los que podemos avanzar con buena espe- ranza de Iegar al mejor equilibrio de intelecto y caréc- ters esos caminos son el de Ja cultura literaria, el de Ja cultura cientifica y el de la cultura técnica. Ninguno de esos caminos puede ser seguido exclusivamente, sin grave menoscabo de Ia actividad intelectual y del cardc- ter, Pero una simple mezcla mecénica de los tres planes de estudio produciré malos resultados, en forma de in- formaciones fragmentarias nunca interrelacionadas o uti- lizadas. Hemos anotado ya como uno de los puntos fuer- tes de la cultura literaria tradicional el que todas sus partes estin coordinadas. El problema de Ia educacién es retener el acento dominante, ya sca literatio, cienti- fico 0 técnico, y, sin perder Ia coordinacién, infundir en cada aspecto'de Ia educacién algo de los otros dos, Para definir el problema de la educacin técnica fije- mos Ia atencién en dos edades: una, a los trece afios, cuando termina la educacién elemental; y la otra, a los diecisiete, cuando termina Ja educacién técnica com- prendida dentro de los limites del programa escolar. Estoy enterado de que para los artesanos, lo mas usual ¢s un curso de tres afios en las escuclas técnicas menores. En cambio, para Jos oficiales navales y para las clases dirigentes en general, puede invertirse més tiempo. De- seamos considerar los principios que rigen un plan de estudios que deje a esos jévenes a Ia edad de diecisiete afios en situacién de poscer una habilidad técnica util a Ia comunidad. Su instruccién técnica manual debe comenzar a los trece afios, incidiendo en modesta proporcién sobre el resto de su tarea, e ir aumentando cada aio, para al- canzar finalmente una proporcién adecuada, Sobre todo, no debe ser demasiado especializada, Los detalles y 90 ALFRED N. WHITEHEAD artimafias de un negecio, adaptados a un determinado empleo, se ensefiarin en cada casa de comercio, y no deben fermar parte esencial del curso escolar. Un em- pleado bien preparado los aprender con Ja practica en poco tiempo, En toda educacién la principal causa de fracaso es la rancidez. La educacién técnica esta conde- nada a muerte si la concebimos como un sistema para tomar a los jévenes y darles sélo una aptitud manual altamente especializada. La nacién necesita elasticidad en el trabajo; que los hembres puedan cambiar su tra- bajo, no sdlo de un puesto a otto, sino también, dentro de limites razonables de aptitudes afines, de una especia- lidad de trabajo a otra. Sé que estoy pisando un terreno delicado, y no pretendo que, mientras se especializan en una clase de trabajo, Jos hombres deban ser repentina- mente puestos en otra tarea. Esa es una cuestién de or- ganizacién de la empresa que no concierne a los educa- mo el principio d. cuuniento debe ser mas amplio que la especializacién final, y que Ja facultad resultante, de adaptacién a variadas deman- das, es beneficiosa para los trabajadores, para los em- pleadores y para la nacién, Al considerar el aspecto intelectual del plan de estu- dios, debemos guiarnos por el principio de la coordina- cién de Ics mismos. En general, los estudios intelectuales més inmediatamente vinculados con el adicstramiento manual seran algunas ramas de la ciencia. De hecho, in- teresaré. mas de una rama; y aun cuando asi no fuera, es imposible limitar cl estudio cientifico a una sola del- gada linea de pensamiento. No obstante, es posible, con tal que no apretemes demasiado Ia clasificacién, agrupar “‘grosso modo” los estudios técnicos segiin Ia ciencia pre« dominante en ellos, Hallaremos asi seis divisiones, a sae ber: 1) técnicas geométricas; 2) técnicas mecinicas; dores, Sélo ai que e} ut LOS FINES DE LA EDUCACION a1 3) técnicas fisicas; 4) técnicas quimicas; 5) técnicas biolégicas y 6) técnicas del comercio y de los servicios sociales, Con esta divisién, queremos significar que, aparte de Js ciencias auxiliares, alguna ciencia en particular debe predominar en la preparacién de la mayoria de las ccupaciones. Podemos, por ejemplo, enumerar la carpin- teria, la herreria artistica y muchos oficios artisticos, entre las técnicas geométricas. Del mismo modo, la agri cultura es una técnica biolégica. Probablemente el arte culinario, si incluye la provisién de alimentos, estaria situado entre las ciencias biolégicas, fisicas y quimicas, aunque de eso no estoy seguro. Las ciencias relacionadas con el comercio y el servicio social serlan: en parte, el algebra, incluso atitmética y estadistica, y en parte, In historia y la geografia. Pero esta seccién es algo heterogéne> en sus afinidades cien. tifteas. De cualyuier suede, ly manera exacta en que se Clasifiquen los estudios técnicos en relacién a la ciencia, €s.una cuestién de detalle. Lo esencial es que, pensando tun poco, es posible hallar cursos cientificos que ilumi- nen la mayoria de las ocupaciones. Ademis, el problema ha sido bien comprendido y brillantemente. resuelto en muchas escuelas tecnolégicas y escuelas técnicas menores en todo el pais, Pasando de Ja ciencia a la literatura, en nuestra reseiia de los elementos intelectuales de la educacién técnica,” fotamos que muchos estudios oscilan entre ambasi por sjemplo, Ia historia y la geografia, Ambas son esenciales en Ia educacién, con tal que scan Ia verdadera historia y Ja verdadera geografia, También Jes libros que dan generales y orden informes descriptivos de resultados mientos de ideas en diversas ciencias, entran en esa cate. goria. Esos libros serian, en parte, histéricas y, en parte, expositivos de las principales ideas que han surgido final- | mente, Su valor en Ia educacién depende de sus cualida- des.como estimulantes mentales. No deben estar inflados con gas en cuanto a las maravillas de la ciencia, y deben estar informados con una visién amplia, Es lamentable que el elemento literario de la educa- cin raramente haya sido considerado aparte del estudio gramatical. La razén histérica esta en que cuando se formé el moderno sistema platénico de estudios, el latin y el griego eran las tinicas Haves que hacian accesible la gran literatura. Pero no hay una vinculacién necesaria entre Ia literatura y la geamética. La gran época de la literatura griega habia pasado ya antes de Ja Ilegada de los gramaticos de Alejandria, De todos los tipos de hom- bres que hoy existen, los eruditos clisicos son los que mis lejos estin de los griegos del tiempo de Pericles. El mero jconocimiento literario es de escasa impor- tancia, Lo tinico que importa es eémo se conoce. Los hechos relatados no son nada. La literatura sélo existe para expresar y desarrollar ese mundo imaginative que es nucstra vida, el rcino que esti dentro de nosotros. De ah{ que el aspecto literario de la educacién técnica deba consistir en un esfuerzo por hacer que los alumnos gusten de Ia literatura. No importa qué es lo que cono- cen, lo fundamental es el placer que les proporciona. Las grandes universidades inglesas, bajo cuya directa [ autoridad se examina a los escolares sobre obras de Sha- | Kespeare, provocando una segura destruccién del placer |, que podrian proporcionar, deberian ser procesadas por | asesinato| de) almas, © Ahora’ bien, hay dos clases de placer intelectual: el ‘placer de la|creacién y el placer del descanso. No estén. “necesariamente separados. Un cambio de ocupacién pue- de dar toda|la suma de goce que proviene de Ia concu- | sso Ue LA EDUCACION 93 rrencia de ambas formas de placer, literatura es realmente creacién. La palabra escrita, su imisica y sus asociaciones no son sino estimulos, Le vt sign que ellas evocan es nuestro propio hacen, Nady Bingin otzo genio que el nuestro propio, pusde Lane Vivir muestra propia vida, Pero, salvo para aquellos naa se dedican a ocupaciones literarias, ly lieeratute as et bign un descanso, Ejerciea val. La apteciacién de la ane placer del descanso se obtiene sin ninguna ayuda, ia pies consists simplemente en dejar de hacer. Cierta scanso puro es condicién necesasia para 's salud. Sus peligeos son notorios, y Ia naturalore he uunido a la mayor parte del necesario descansoy ap il placer, sino el alvido del sueiio. El placer de In crc ¢s el resultado de un esfuerzo, comenzar, Ese placer es necessri avance con rapider y fructifig nales, «ibresutat Ia produccién sin dat deseanso a los ttabae . jadores es una politica econémica desastrosa. Habré un acini y tequiere ayuda para io para que el trabajo jue en resultados origi- tados, inempleables. Igualmente desastroso _Retlodos de intenso esfuerzo con otros de pu Tales periodos son el @ qe sean ri es alternar : ro descanso, origen de Ta degenetacién, a menos igurosamente restringidos. La recreacién nor. mal debe ser cambio de actividad, que satifaga Ina j amhelos de los instintos. Los juegos proporcionse en WG ectividad. Realizarlos en forma aislada aconede ct de cAaNso, pero su exceso nos deja vacios, ~ Es aqui donde Ia literatura y el arte pueden desempe- 94 ALFRED N, WHITEHEAD 10s FINES DE LA EDUCACION Lh fiar un papel esencial en una nacién sanamente organi- zada, Sus servicios a la produccién econdémica sélo serian inferiores a los del suefio o el alimento, No hablo ahora de Ja preparacién del artista, sino de Ja aplicacién del arte como condicién de una vida sana. Es andlogo a la Inz del sof en el mundo fisico. Una vez que hayamos librado nucitras mentes de la idea de que el conocimiento debe ser exigido, no hay ninguna dificultad 0 erogacién en et hecho de favorecer el desarrollo del placer artistico. Tedos los escolares po- drian ser enviados, a intervalos regulares, a los teatros i vecitios, donde podrian subvencionarse las representacio- _ nes de obras adecuadas. Lo mismo para los conciertos y ic peliculas cinematograficas. Es menos probable la atrac- { de un idioma extranjero en toda educacién. $é, por ob:| servacién: directa, que eso es posible para los niios artes. sanos. Pero con lo expuesto basta para explicar los prin. ipios que deberian regir la educacién estatal, _ En conclusién, recurro al pensamiento de los benedie- finos, que salvaron para la humanidad la agonizante| | Civilizacién del mundo antigue, por medio de la unin. del conocimiento, el trabajo y Ia energia moral. Nuestra daiio esta en concebir los asuntos précticos como el sei nado del mal, donde el éxito sélo es posible mediante a climinacién de los ideales, Creo que esa concepcidn es una falsedad, desmentida directamente por la experiencia Practica. En Ja educacién, ese error toma la tombe de una mediocre visién de la preparacién técnica. Nuestros | antepasados en Ia noche de los tiempos se salvaron por Ia insuflacién de elevados ideales en las grandes or, ob ‘ zaciones, Es nuestra tarea, sin imitacién servil, ejercitak 4 libremente nuesttas energias creadoras, i i cién popular de Ia pintura; pero tal vez interesaria la reproduceién de escenas o ideas que hubieran sido tema | | de lectura de los nifios. Los alumnos mismos deben ser H alentados en sus esfuerzos artisticos. Sobre todo debe {| cultivarse el arte de leer en voz alta. Los ensayos de H Roger de Coverley, de Addison, son perfectos ejemplos de prosa leible. = E] arte y Ja literatura no solamente tienen un efecto fs indirecto sobre Jas principales energias vitales. Directa- mente, dan visién. El mundo se ensancha, extendiéndose 25 més alld de lo que nos ofrecen los sentidos materiales, con sutilozas de reaccién y con vibraciones de emocién, La visién es el necesario antectente Jel consol y la i direceién, En la lucha de razas, que en iltima instancia 4 se decidiré en los negocios y no en los campos de bata- i Ils, Ia victoria pertenecers a aquellos cuyas reservas de ‘ie energia obren en condiciones favorables para su desarro- | lo. Una de esas condiciones esenciales es el Arte, Si hubiese tenido tiempo, hay otras cosas que me gus- i taria haber dicho: por ejemplo, abogar por la'inclusién v EL LUGAR DE LOS ESTUDIOS CLASICOS EN LA EDUCACION EL futuro de los estuios cisiods en este pais no v2 a ser decidido por el placer que el erudite a en los elisers, ni por Ia uti ea se. a disciplina de earfeter que se obti filosofia clésicas han sido demostrados por Ss los i periencia, EL menoscabo de la enseanza clisica no se produce porque los eruditos de hoy amen los clisicos menos que sus antecesores. Se produce eee en al pasado, los estudio clisicas reinaban en tod is esfera de Ia educacién superior. No habia ie cs por consiguiente, todos los estudiantes se empapaban de bu maniades durante toda, eu vide eceat, y el dominio de éstas en ls universdades sélo era sivalizado por la limitada disciplina de las Parent Eis .cuencias de ese estado de cosas. Ha Bran demands. de hamanisas al solo objeto de a cosas: istia cultura clasica en todo me io rida ° elise seesiis defen asa apticnd para Tos ex dios clisicos era sinénimo de eapacidad; y finalmente todo joven que ofrecia In més leve promess en tal sen- tido cultivaba su interés natural 0 adquirido ts dios humanistas. Todo eso se ha ido, y para ~ve tues DE LA EDUCACION 97, “Humpty Dumpty era un huevo bueno mientras estaba sentado encima de I pared, pero ya nunca se lo poded recomponer”.t Existen ahora otras disciplinas, contiene temas de amplio interés, con relaciones comple. jas y que presentan, en su desenvolvimiento, las sags nobles realizaciones del genio en su poder de imaginacién ¥ en su intuicién filoséfica. Casi todos los medios de vide fon hoy profesiones aprendidas, y requieren una o més de esas disciplinas como substrato de su pericia teenies La vida es corta, y el periodo plistico en que'el cerebro estd en condiciones de recibir ensefias ain, Por consiguiente, aun cuando todos los nidos te adaptarin a ello, es absolutamente imposible maneonee vun sistema de educacién en el cual se ne truecién completa como erudito clisico, previa a la adqui Sicién de otras disciplinas intelectuales, Como mienoro de la “Comisién del Lugar de los Clisicos en la Educ, cién”, he tenido 1a desdicha de escuchar muchas lamen. taciones ineficaces por parte de testigos de las tendencine mercenarias de los padres modernos, No creo que el pade moderrio de cuzlquier clase sex mis mercenario que sus Precursores, Cuando las humanidades eran el camino del Progreso, constituian el tema popular de estudios, FH 'h oportunidad ha cambiado de lugar, y los estudigs ele. sicos estin en peligro. zNo fué Aristételes quien dijo aue un buen ingreso era un agregado deseable para une vida intelectual? Me prégunto cémo Aristételes, como padre, hubiera chocado con el director de una de nucseras Brandes escuelas piblicas. Segin el ligero conocimiente ue poseo de Aristételes, sospecho que hubiera habido cada una de las cuales nzas es mas corto cesite una ins- 3 Se sefiere 4 una cencién infantil inglesa, Dumpty (un huevo) estaba sentado sobre tuns’p, adio pudo volver a componerlo, [7.] on Ia que Humpty. red, enyé do allay 98 ALFRED N. WHITEHEAD una controversia, y que Aristételes hubiera levado la mejor parte, He tratado de apreciar en todo su valor el peligro que amenaza a los clasicos en los sistemas edu- cacionales, La conclusién que he extraido es de que el futuro de los estudios clasicos se decidiré en los proxi- mos afios en las escuelas secundarias de Inglaterra. Dentro de una generacién, las grandes escuelas piblicas tendrin que seguir Ja corriente, les agrade 0 no. La situacién est4 dominada por el hecho de que en el futuro, el noventa por ciento de los alumnos que dejen la escuela a Ia dieciocho afios, no habrin leido jamés un libro clasico en el original. He ofdo y leido mas de una bella exposicidn sobre el valor de los clisicos para el erudito que lee a Platén y’a Virgilio en su sillén, Pero esas personas nunca leerin a los clasicos ni en sus sillo- fies ni en ninguna otra parte. Hemos Iegado a producir una resistencia a los clisicos que afecta a ese noventa por ciento de los alumnos, Si se suprimen los clisicos del plan de estudios para esa seccién, el restante diez por ciento no tardard en desaparecer, Ninguna escuela tendré personal para enseftarlos. El problema es urgente, No obstante, seria un gran error concluir que los es- tudios clisicos enfrentan una opinién hostil, ya sea en las profesiones o por parte de los dirigentes de industria que han dedicado su atencién a la relacién entre educa- cidn y eficiencia. La ultima discusién, publica o privada, sobre este tema, a que he asistido, fué un breve y enér- gico debate en una de las principales comisiones de una gran universidad moderna, Los tres representantes de la Facultad de Ciencias, destacaron firmemente la impor- sia de fos estisias el sicos em tazca J ‘ir como disciplina preliminar para los hombres de ciencia. Men- ciono este incidente porque en mi experiencia es tipico: Debemos recordar que todo el problema de la educa~ LOS FINES DE LA EDUCACION 99 cidn intelectual gira alrededor de 1a falta de tiempo. Si Matusalén no fué un hombre bien educado, Ja culpa fué suya o de sus maestros. Pero nosotros debemos realizar uestra tarea en cinco afios de escuela secundaria. Los estudios clisicos sélo pueden ser defendidos sobre Ia base de que, dentro de ese periodo, y compartiendo ese tiem- Po con otras materias, son capaces de enriquecer el inte. lecto més rapidamente que cualquier otra disciplina divi. gida al mismo objeto. En los estudios clisicos procuramos, por medio de un cabal estudio del lenguaje, desatrollar la mente en las regiones de In ligica, Ia filosofia, la historia y la eapta- cién estética de la belleza literaria, El estudio de los idiomas —Iatin o griego— es un medio subsidiario para el logro de esa finalidad ulterior. Censeguido el objeto tos idiomas pueden ser abandonados, a menos que la opor” tunidad y Is eleccién Heven a proseguir su estudio, Hay ciertas mentes, y entre ellas algunas de las mejores, para tas ‘cuales el andlisis del lenguaje es el camino que. | conduce a Ia meta de Ia cultura, Pata ellas, una maripo- 81 0 una maquina de vapor tienen mucha més signifi cacién que una frase latina. Eso ocurre especialmente ¢n los casos en que hay un rasgo genial que surge de la vivida aprehensién estimuladora de Ia originalidad de Pensamiento. La oracién verbal empleada, casi siempre dice cosas erréneas para esas personas, y las confunde por su trivial incoherencia, | Pero en general, el camino normal es el anslisis del Ienguaje, Representa la mejor medida comtin para log slumavs, y fa tarea mis manejable por el maestro. Fo ste punto debo iaterrogacme a mi mismo. Mi otro yo me pregunta: ¢Por qué no ensefias légica a los || alumnos, si quieres que aprendan esa materia? No seria |) | ése el procedimiento directo? Respondo con las palabras) | de un gran hombre, recientemente fallecido, cuyo dece- 0, significa una gran pérdida para nosotros: Sanderson, el director de Oundle. Su frase era: “ellos aprenden por contacto”. El sentido de estas palabras esté en Ia faiz de Ia verdadera prictica de la educacién, Esta debe par- tir del hecho particular, concreto y definido para el conocimiento individual, y evolucionar gradualmente ha- cia Ia idea general, El dafio que debe evitatse es el repaso ‘de_afirmaciones generales que no tienen referencia algu- na a las experiencias de “cada persona, Apliquemos ahora ese principio a la determinacién del mejor método de ayudar a un nifio en el anilisis filosé- fico del pensamiento, Dicho mis sencillamente: Cudl es la mejor manera de dar al nifio claridid en sus pen Samientos y sus afirmaciones? Las afirmaciones genera- Jes de un libro de Iégica no se relacionan con cosas de lay que el nifio haya oido hablar alguna vez. Pertenecen al grado stiperior de educacién universitaria o poco menos, Se debe comenzar con el anilisis de oraciones familiares, ,en el idioma nacional. Pero ese procedimiento gramatical, si se prolonga mas alla de los grados elementales, es ho- ‘triblemente arido. Ademis, tiene Ia desventaja de que s6lo analiza hasta donde lo hace el propio idioma. Nada hace por arrojar luz sobre la compleja significacién de las frases, palabras y habitos mentales, propios del pais. {EL paso siguiente es ensefiar al nifio un idioma extran. Ueto. Aqui se’ adquiere una enorme ventaja, al alejarse jdel! fatigante ejercicio formal por el ¢jercicio| mismo, {EI anilisis es ahora automético, mientras la atencién del ilumno se dirige a expresar Jo que desea on el i lioma, a jcomprender a quien le habla o a descifrar lo que un autor ha escrito. Todo idioma compendia un tipo deter= minado de mentalidad, y dos idiomas necesatiamente pre- entan al alumno cierto contraste entre ambos tipos. El LOS Pivko UE LA EDUCACION 101 Seatido comtin indica que se debe comenzar con el fran. cé Jo ances posible en Ja vida del nifto. Si se ce rico, se fa a pensar en francés sin la intervencién del inglés en- es nifio medio lo loges, y adquiere pronto la capacidad de mone jt ¥ comptender frases sencillas en francés, Came dije antes, Ja ganancia ‘es enorme; y, pot afadidurn, a atk eS arrol el sentido del lenguaje, que es Ia apreciacign sub- Gonsciente del Ienguaje como instrumento de estrucees definida, Es exactamente en este momento cuando la iniciacién del latin es el mejor estimulo pata Ia expansién mental. Kot Clementos del Jatin muesttan un easo conerere pe- culiarmente claro de lenguaje como estructurs Siempre gue Ia mente se haya desarrellado al punto de llegar a est idea, el hecho salta a la vista. En ‘cambio, puede no ser advertido en relacién al inglés y al francés. Ue buen inglés, sencillo, iré dicectamente a un francés incorrec- {2 ¥ a Ia inverss, de un buen francés se itd a un inglés Ia cena’, La diferencia entre el francés incorrecte’ de Js traduecién literal y el buen francés, conn debiera eribitse, es a menudo demasiado sutil parm eve punto oe explicar, Ambos idiomas tienen Ia misma modernidad de expre- Sign. Pero en el caso del inglés y el latin el contrace’ ce conarinag! & evident, aunque no tan grande como pura constituir una dificultad insuperable, Segtin el testimonio de fos maestros, el latin es une 102 ALFRED N. WHITEHEAD materia bastante popular; yo sé que siendo escolar, me gustaba. Creo que esa popularidad se debe a la sensacién de esclarecimiento que acompafia a su estudio, Se sabe que se esti descubriendo algo. En cierto modo, las pala- bras se insertan en las letras de distinta manera que en inglés 0 en francés, con extraias diferencias de con- notacién. Desde luego, cl latin es en~cierto medo un idioma mas batbarico que el inglés. Esté un paso mis cerca de Ia oracién como unidad indivisible. Esto me conduce al punto siguiente, En mi némina de los dones que otorga cl latin, he colocado Ia filosofia entre Ia légica y Ia historia. A ese respecto, éste es su verdadero lugar. El instinto filoséfico que el latin des- pierta, oscila entre aquellas dos y enriquece a ambas. El anilisis del pensamiento, que interviene en la traduccién, sea del inglés al latin o del latin al inglés, impone ese tipo de experiencia que es la necesaria introduccidn a la légica filoséfica. Si en la vida posterior yuestro oficio es pensar, agradeced a la Providencia que ordené que durante cinco afios de vuestra juventud hiciérais una prosa latina una vez por semana y explicérais diariamen- te algun autor latino. La introduccién a cualquier mate- ria es el proceso de aprendizaje por contacto. Para esa mayoria de las personas para quienes el lenguaje es el es- timulo ms directo para In actividad del pe el camino hacia el esclarecimiento de lx com desde Ja simple gramética inglesa al francés, del francés al latin, y atraviesa también los elementos de la geome- tria y del Algebra, No necesito recordar a mis lectores que puedo invocar la autoridad de Platén para el prin- cipio general que sostengo, De la filosofia del pensamiento pasamos ahora a la filosofia de la historia. Recurro nuevamente a la gran frase de Sanderson, “aprenden por contacto”, ¢Cémo es samiento, prensién va posible en este mundo que un nifio aprenda historia’ por contacto? Los documentos originales, cartas constitucio- nales y leyes, y Ia correspondencia diplomatica son in- comprensibles para él. Un partido de futbol es quizé un débil reflejo de la batalla de Maratén. Pero esto s6lo, equivale a decit que Ia vida humana, en todas las edades y circunstancias, tiene cualidades comunes. Por lo de- mis, todo ese material politico y diplomatico con que agobiamos al nifio constituye una visién muy limitada de Ia historia. Lo realmente necesario es que tengamos una percepcién instintiva de la perspectiva de los hechos, de los pensamientos e impulsos estéticos y raciales que han dirigido Ja atribulada historia de Ia humanidad, Ahora bien, el imperio romano es el cuello de la botella, a través del cual la vendimia del pasado se ha vertido en la vida moderna. En cuanto concierne a Ja civilizacién europea, la clave de Ia historia es la comprensién de’ la mentalidad de Roma y de la obra de su Imperio. En el idioma de Roma, que sintetiza en forma litera- ia el panorama romano, poscemos el mis simple mate- tial por cuyo contacto podemos obtener una apreciacién de las cottientes que cambian el curso de los aconteci- mientos humanos. Las evidentes relaciones entre los idio- mas francés e inglés con el Intin, constituyen por si solas una filoso/ia de la historia, Consideremos el con- traste que el inglés presenta con. respecto al francés: la completa ruptura del inglés con la antigua civilizacién britanica y cl lento y subrepticio regreso de palabras y frases de origen mediterréneo con sus cargas de sentido civilizado; y en el francés, la continuidad de desarrollo, en medio de visibles huellas de rudo choque. No pido pretensiosas y abstractas lecturas sobre tales puntos. El hecho se ilustta solo. Un conocimiento elemental del francés y el latin, siendo el inglés Ia lengua materna, | | | | LOS FINES DE 1a EpucaciN| =| 103, | | ‘imparte Ja necesaria atmésfera de realidad al relato de “Jas migraciones raciales que crearon nuestra Europa, El | “idioma /es la encarnacién de Ia mentalidad de la raza que Te did origen. Cada frase y cada palabra sintetiza cierta idea habitual de los hombres y mujeres mientras araban sus campos, atendian sus hogares, y construian sus ciu- dades, Por esa razén, no hay verdaderos sinénimos entre palabras y frases de diferentes idiomas. Todo cuanto he dicho no es mas que un bordado sobre ese vinico tema, y nuestro esfuerzo por resaltar su decisiva importancia, En el inglés, el francés y el latin tenemos un tridngulo, dos de cuyos vértices, el inglés y el francés, muestran dos expresiones distintas de dos importantes tipos de mentalidad moderna, y as relaciones entre esos vértices y el tercero ponen de manifiesto procesos alternatives de derivacién de la pasada civilizacién mediterranea. Ese es el tridngulo esencial de la cultura literaria, que con~ tiene en si Ia lozania del contraste, y que abarca tanto cl presente como el pasado. Se extiende a través del es- pacio y el tiempo. Esas son las razones que justifican nuestra asercidn de que en Ja adquisicidn del francés y el latin se ha de hallar el modo mis facil de aprender por contacto la filosofia de la légica y Ia filosofia de la historia. Sin esa experiencia intima, yuestros anilisis de pensamiento y vuestras historias de acciones carecen de valor, No pretendo, ni lo creo por un momento, que ¢sa ruta de la educacién sea otra cosa que Ja ruta més simple y mis facil para la mayoria de los alunos, Estoy segu- 10 de'que existe una amplia minoria para la cual el acento ha de ser diferente, Pero si creo que ésa es Ja ruta que puede dar el mejor resultado para Ja gran mayoria. Tiene también la ventaja de haber sobrevivido a la prue~ tba de la experiencia. Creo que deben introducirse grandes ‘modificaciones a la prictica existente para adaptarla a cee ee en BULLEN aw las actuales necesidades. Pero en conjunto, esa base de la educacién literaria requiete In mejor entendida tradicién y el mis-completo cuerpo de profesores experimentados, capaces de realizarla en a practica. Tal vez haya observado el lector que hasta ahora no he dicho nada de las glorias de Ia literatura romana. Por supuesto, Ia ensefianza del latin debe efectuarse por me- dio de Ia lectura de literatura latina con los alumnos. Esa literatura posee vigorosos autores que han logrado representar la mentalidad romana en una diversidad de tépicos, incluso su apreciacién del pensamiento griego. Uno de Jos méritos de la literatura romana es su relativa carencia de genios sobresalientes. Hay escasa diferencia entre sus autores; ellos expresin su raza, _y muy poco aquello que esté mis all de voda diferencia de raza, Con excepcién de Luctecio, se siente siempre las limita- ciones de su obra. Tacito expresaba las opiniones del Se- nado Romano, y, ciego a las realizaciones de Ia adminis- tracién provincial romana, sdlo veia que los libertos griegos estaban reemplazando a los aristécratas romanos. El Imperio Romano y Ia mentalidad que lo cred, absor- bieron el genio de los remanos, Muy poco de Ia literatura romana hallaré su camino en el reino de los cielos, cuan- do los hechos de este mundo hayan perdido su importan- cia. Los idiomas del cielo serin el chino, el griego, el francés, el alemin, el italiano y el inglés, y los santos benditos se deleitarin con esas ureas expresiones de la vida eterna, Les abufrirén el fervor moral de la litera tura hebrea, en su lucha contra un desaparecido mal, y los autores romanos que han tomado el Foro por el es- trado del Dios viviente. Al ensefiar el latin, no lo hacemos con Ja esperanza de que los autores romanos, leidos en el original, sean para nuestros alumnos compafieros para toda la vida. La lite- 06 ALFRED N, WHITEHEAD ratura inglesa es mucho mas grande: es mis rica, mas profunda y més sutil. Si os agrada la literatura, gabando- nariais por Cicerén a Bacon, Hobbes, Locke, Berkeley, Hume y Mill? No, a menos que vuestro gusto entre los modernos os lleve a Marcin Tupper. Tal vez anhelis reflexionar sobre Ja infinita diversidad de Ia existencia hhumana y Ia renecién del earcter ante tas circunstancias. gCambiariais a Shakespeare y los novelistas ingleses por Terencio, Plauto y el banquete de Trimalcién? Luego es- tin nuestros humoristas, Sheridan, Dickens y otros, gHa reido alguien asf leyendo a un autor latino? Cicerdn fué uun gran orador, que tuvo por escenario Ia pompa del Tmperio. Inglaterra puede también citar estadisas inspi- rados para exponer la politica con imaginacién, No os cansaré con una larga lista que abarque la poesia y la historia, Sélo deseo justificar mi escepticismo en cuanto a Ia pretensién de que In liveratura latina expresa con sebresaliente perfeccién el elemento universal de la vida humana, No ric, y dificilmente Iora. , No debsis desecharla por su contexco, No es una lite- ratura en el sentido en que In han producido Grecia e “Inglaterra. El latino tiene un solo tema, y es Roma Roma, la madre de Europa— y la gran Babilonia, la ramera cuya condena describe el escritor del Apocalip- sist “Bstando lejos por el vemor de su tormento, dicien- dot Ay, ay, de aquella gran ciudad de Babilonia, aque- Ils fuerte ciudad; porque en una hora vino tw juicio! "Y Tos mereaderes de Ja tierra Horan y se lamentan sobre ella, porque ninguno compra més su mercancias “Mercancia de oro y de plata, y de piedras preciosas, y de perlas, y de lino fino blanco, y de purpura, y de seda, y de esearlata, y de toda madera olorosa, y de todo vaso de marfil, y de todo vaso de madera preciosa, y de bronce, y de hierro, y de matmol; LOS FINES DE LA EDUCACION 107 “WY canela, y especias, y ungiientos, y de incienso, y de vino, y de aceite; de flor de harina y ttigo, y de bestia, ¥ de ovejas; y de carros, y de siervos, y de almas de hombres”, Es asi como aparecia Ia civilizacién romana a los pri- metos cristianos. Pero luego la eristiandad misma forma parte de ese afloramiento del mundo antiguo que Roma leg6 2 Europa, Heredamos el aspecto dual de las civil zaciones del Mediterraneo oriental, Ta funcién de la literatura latina fué expresar a Roma, Cuando, a Inglaterra y Prancia, la imaginacién sea car paz de agregar a Roma en el trasfondo, se habré echa. do firmemente las bases de Ia cultura. La comprension de Roma retrotrae a esa civilizacién mediterranea de Ja que Roma fué la iltima fase, y muestra autométicamen- te la geografia de Europa y las funciones de mares y rigs y de montafias y Hanos. El mérito que tiene ese estudio dentro de la educacién de la juventud es su concrécidn, su inspiracién para la acciéa, y la uniforme grandeza de las personas, en sus caracteres y sus obras, Sus ideales ran grandes sus virtudes eran grandes y sus vicios eran Brandes. La educacién moral es imposible sin la habitual Wisién de Ta grandeza, Si no somos grandes, poco impor ta To que hagamos o lo que resulte, El sentido de gran. deza ¢s una intuicién inmediata, no la conclusién de ua argumento. Esté permitido a los jovenes en trance de conversié in teligiosa mantener ef sentimionto de ser un gusano y no un hombre, mientras dure su convieeign de grandeza en grado suficiente para justificar la eterns ira de Dios. El sentido de grandeza es el fundamento de Ja moral. Estamos en los umbrales de una eta democei. tica, y queda atin por determinar si la igualadad del hom. bre debe ser entendida en un nivel elevado o bajo, En ninguna época fué tan esencial mantener ante la juvens tnd la visién de Roma: un gran drama en si mismo, con derivaciones mas grandes aun. Nos hemos internado ya en el tépico de la apreciacién estética de Ia calidad lite- raria. Es aqui donde mayores reformas requiere Ja ense~ fanza clisica tradicional para adaptarse a Jas nucvas condiciones. Esa ensefianza esti obsesionada con Ja for- macién de eruditus clisivos acabados. La vieja cradicién, sin remordimiento alguno, dedicaba los primeros pasos a la adquisicién de idiomas, y confiaha luego en el am- biente literario corrjente para asegurar el gusto por la literatura. Durante los tltimos afios del siglo x1x, otras materias invadieron el tiempo disponible, Con demasiada frecuencia, el inico resultado fué la pérdida de tiempo en el fracdso del aprendizaje de idiomas. A menudo pienio que los alumnos egresados de las grandes escuclas inglesas muestran una deplorable falta de gusto intelec- tual, que proviene de esa sensacién de fracaso. El curso escolar de estudios clisicos debe ser planeado de manera que se alcance claramente un resultado definido. Hari "sido |demasiado numerosos los fracasos en el camino hacia un ambicioso ideal de erudicién. Al aproximarnos a toda obra de arte, debemos com- portarnos convenientemente con respecto a dos factores Ia escala y el compas. No es satisfactorio para el arqui- tecto que se examine con un microscopio Ia catedral de San Pedro en Roma, y Ia Odisea resulta insipida si se Ja Ice a razén de cinco renglones por dia. El problema que se nos presenta es exactamente ése, Estamos frente a alumnos que nunca sabrin suficiente Jatin para leerlo rfpidamente, y la visién que debemos iluminar es de vvasta escala, pues abarca Ia historia de todos los tiempos. © Se comprobars que es csencial efectuar win cuidadaso es- tudio de la escala y el compés, y de las funciones corre- Intivas de las diversas partes de nuestro trabajo, No he LOS FINES DE LA EDUCACION 109 eonseguido dar con ninguna literatura que trate ese pro- blema con referencia a la psicologia de los alumnos. Es, tun secréto masénico? He observado a menudo que, si en una asamblea de grandes eruditos se introduce el tépico de las traduccio- ‘nes, su reaccidn, en cuanto a sus emociones y sentimien- tos, es exactamente In misma de la gente decente en pre- sencia de un desagradable problema sexual, Un matemé- tico no tiene respetabilidad escolistica que perder, asi que encararé la cuestién, De toda Ja linea de pensamiento que vengo desarro- Ilando, se desprende que una exacta apreciacién del sig- nificado de las palabras latinas, de Jas maneras en que esas ideas se vinculan en Ia construccién gramatical, y del aspecto de conjunto de una oracién latina con su dis- tribucién del énfasis, constituye Ja yerdadera columna vertebral de los méritos que reconozco en el estudio del latin, Por consiguiente, toda vaguedad de la ensefianza que pase por alto las bellezas del idioma, frustra total- mente el ideal que he presentado, Es un error utilizar a traduccién como medio para permitir a los aluminos alejarse del Intin lo més répidamente posible, o para eludir el esfuerzo de la mente para familiarizarse con la construccién, Exactitud, definicién, y facultad de and- lisis independiente, son algunos de los principales premio del estudio completo, Pero aun estamos frente al inexorable problema del compis, y a los breves cuatro o cinco afos del curso total. Todo poema ha de ser leido dentro de ciertos’It- mites’de tiempo. Los contrastes, las imagenes y Ia tran sicién de modos, deben corresponder con el vaivén de ritmos en el espiritu humano, Estos tienen sus periodos, que se resisten a ser extendidos mis alli de ciertos Limi. tes, Tome usted la mejor poesia del mundo, y si Ia reco- 110 ALFRED N, WHITEHEAD trea tropezones, al paso del caracol, de una obra de arte pasaré a ser un montén de desperdicios. Pensemos en Ja mente del nifio a medida que realiza minuciosa- mente su estudio: él lee “al tiempo que”, luego sigue una pausa con una referencia al diccionario; continiia: “un dguila”, luego otra referencia al diccionario, seguida por un periodo de asombro ante Ia construccién, y asi " sucesivamente, gLe ayudaré ello a obtener una visién de Roma? Con toda seguridad, el sentido comin indica que deberd usted procurarse Ia mejor traduccién literaria que pueda, la que mejor conserve el encanto y vigor del original, leerla en voz alta, al ritmo adecuado, y afiadir aquellos comentarios que puedan aclarar la comprensién. El ataque al latin estar& entonces fortalecido por Ja sen- sacién de que atesora una obra de arte viviente, Hay quien objeta que una traduccién es sensiblemente inferior al original. Por supuesto que lo es, y por eso ¢s que el joven debe dominar el original latino. Cuando el original haya sido dominado, se le podra dar el ritmo que Ie corresponde. Abogo por un sentido inicial de la uni- dad del conjunto, obvenido mediante la lectura de una traduccién al paso normal, y por una apreciacién final del pleno valor del conjunto, obtenida mediante a lec~ tura del original al compas normal. Wordsworth habla de los hombres de ciencia que cometen “el crimen para la diseccida”. Comparados con elivs, los cr del pasado fueron verdaderos asesinos. El sentido de la belleza es ansioso y vehemente, y debe ser tratado con Ia debida reverencia. Pero contintio, La suma total de literatura latina necesaria para transmitir Ja visién de Roma es mucho més grande que In que a los estudiantes les es posible estudiar en el original. Debcrian leer més Virgilio, més Luctecio, més historia y mas Cicerén, que Jo que pueden leer en latin, En el estudio de un autor, LOS FINES DE LA EDUCACION 1 los trozos escogidos en latin deben revelar en la forma ms clara y completa Ja mente del autor, aunque sin la fuerza de las palabras en su propio idioma, Pero. seria un grave dafio no leer ningiin trozo de un autor en sus propias palabras originales, La dificultad de la escala incide grandemente en la presentacién de la historia elisica. Todo cuanto se ponga a la vista de les jévenes debe tener sus raices en lo par- ticular y lo individual. Pero nosotros queremos ilustrar Jos caracteres generales de periodos enveros. Debemos hacer que los estudiantes aprendan por contacto. Pode- mos exponer los medos de vida por representaciones visuales. Hay fotografias de edificios, reproducciones de estatuas, y dibujos de vasos o frescos que ilustran mitos religiosos 0 escenas domésticas, De esa manera podemos cemparar_ a Roma con la precedente civilizacién del Mediterrinco oriental, y con el subsiguiente periodo de Ja Edad Media. Es esencial Hlevar a la mente de los nifios Ja manera como cambiaban los hombres, en su apariencia, sus moradas, su tecnologia, su arte y sus creencias reli. giosas. Debemos imitar el procedimiento de los zoélogos, que tienen toda Ja creacién animal en sus manos, y en~ sefian mediante la demostracién de ejemplos tipicos. Lo mismo debemos hacer para exponer Ia posicién de Roma en la historia, La vida del hombre basada en la Tecnologia, la Ciencia, el Arte y la Religidn., Las cuatro estan interre- lacionadas, y surgen de su mentalidad total. Peco hay particular intimidad entre la Ciencia y la Tecnologia, y entre el Arte y la Religién, Ninguna organizacin social puede ser comprendida sin referencia a esos cuatro facto- es subyacentes, Una moderna miquina de vapor hace el trabajo de mil esclavos en el mundo antiguo. La toma de esclavos era'la clave, en gran parte, del antiguo im- perialismo. Una moderna imprenta es un aditamento esencial para una moderna democracia. La clave de la mentalidad moderna es el continuo avance de Ia ciencia, con Ia consecuente modificacién de las ideas y progreso de Ia tecnologia. En el mundo antiguo la Mesopotamia y Egipto fueron posibles gracias al riego. Pero el Imperio Romano existié en virtud de la més grande aplicacién de la tecnologia que hasta ese momento hubiera visto el mundo; sus caminos, sus puentes, sus acueductos, sus tineles, sus cloacas, sus grandes edificios, su flota mer- cante organizada, su ciencia militar, su metalurgia y su agricultura. Ese era el secreto de Ia expansin y unidad de la civilizacién romana, Muchas veces me he pregun- tado por qué los ingenieros romanos no inventaron la miquina de vapor. Si lo hubiesen hecho, qué diferente hubiera sido Ia historia del mundo. Lo atribuyo al hecho de que vivian en un clima célido y no habfan introdu- cido el té y el café, En al siglo xxvmr miles de hombres se sentaban junto al fuego y obseryaban cémo hervian ‘sus marmitas. Desde luego, todos sabemos que Herdn-de Alejandria inventé un aparato que constituye una leve anticipacién de las modernas turbinas a vapor. Todo cuanto se necesitaba era que los ingenieros romanos se hhubieran impresionado con Ja fuerza motriz del vapor, mediante el senillo procedimiento de observar sus mar- mitas, ; ' Aun no se ha establecido la verdadera relacién entre a historia de Ja humanidad y el impulso unificador del avance tecnolégico. Durante los ultimos cien afios,

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