len Estambul, en 1996,
3SCO, y se apoyaba en el
que la reestructuracion y
‘ropolitano s6lo eran posi-
‘ven la recuperacién del
adad. En buena cuenta se
¥eoncepto de centralidad
entendiendo que el Centro Hist6rico no es un
espacio mds en la cludad, sino més bien el eje
de una gran metropoli cuyo desarrollo
depend de la acertada articulactén en el te
rritorio de los diferentes sub-centros que la cl
dad ha ido creando y cuyas interdependen
clas mas importantes se originan en el area cen:
tral. Sin embargo, si éstas no estan debida-
mente estructuradas en un Plan Maestro, que
oriente ese desarrollo, es inevitable la ge-
neracion de consecuencias perversas como
la sobreutilizacién del Centro Histérlco, que
recibe al diano menos de 1.5 millones de usua-
Fos voluntarios e involuntarios.
Lo anterior quiere decir que las politicas de
recuperacion del Centro Hist6rico son también
politicas metropolitanas, pero que dependen
ademés de la participacién de propietarios,
Inversionistas privados, residentes, usuarios y
la opinién pablica y de ese Plan que oriente y
promueva las miltiples actuaciones.