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40 - | __ ESTUDIOS PREHISTORICOS. 4 comer al borde del Occéano con los escelentes etiopes. No podia ser este Occéano el Atlintico desconocido con seguridad por Homero y por sus predecesores; puesto que los pelasgos, de que Zeus era el dios nacional, eran originarios del Asia, y subsiste la opinion que los representa como sa=- -lidos del Caucaso’por emigraciones sucesivas pa- ra venir 4 poblar el Asia menor, la Grecia y la Italia. Hace otra vez mencion Homero del Occéano cuando Iris deteniéndose en su morada invita 4 Boreas y 4 Céfiro 4 que obedezcan al llamamien- to que les hace Aquiles para-soplar en la hoguera donde estaba el cuerpo de Patroclo. Obligada 4 sentarse en su banquete, dice que tiene que ir al borde del Occéano entre los etiopes que sacrifi- can ricas hecatombes 4 los Inmortales. (1) Lo que demuestra desde luego que el Occéano de ‘Homero no esta al Oeste ni al Sud, es el pasage en que dice «que el pueblo y la ciudad de los Ci- merianosestan 4 1a orilla del profundo y movible Occéano.» (2) La descripcion mds precisa. de la Isla de los Cimerianos, de lacual ha tomadosu nombre actual el Bésforo y que hacia parte de las islas que forman hoy la peninsula de Taman, laha proporcionadoStrabon. Este Occéano es pues el mar de Azof. Todavia observa Homero despues que la (1.) Tiada XXIII v., 192. (2). Od, X1.v. 14, MOREAU DE JONNES« 41 constelacion de la Osa no se bafia en el Occéano y que en las extremidades de la tierra Céfiro re- fresca su aliento en sus aguas. Lo que acaba, en fin de aclarar la posicion del Occéano de que habla la antigtiedad es el texto del Argonauta de Orfeo, donde se dice que el navio Argos alsalir-de los bajos del pats de los Cimerianos entré por un estrecho en el Occéano Cronio 6 Saturniano. Da~ do el Bésforo Cimeriano este estrecho no puede ser otro que el de Yenikale. Pero gde dénde viene este nombre de Occéano dado al mar de Azof? gpor qué el Almagestes de Ptolomeo designa el lago Oural con la voz Omeanos, cuando sus sd- banas de agua estan léjos de realizar la idea de infinito que Meva consigo la denominacion de Occéano? La respuesta nos la proporcionan dos grandes autoridades en materia de geografia an- tigua: Strabon y Plinio. Crates, dice el primero, considera el Occéano de que habla Homero como un golfo que se diri- ge de la zona del invierno.al mediodia..(1-) Plinio es m4s preciso: «Supongo dice, aunque las opiniones se hallan divididas sobre este pun- to, que el Palus Motides debe formar parte del Occéano navegable. Es un golfo del Occéano, 6 mas bien un depésito de aguas del Occéano, que ha formado una laguna. (2)> El autor jatino habla 4 este propésito de la (1) Strab. VIII p. 295. (2) Pli. 1, Ilcap, LX VI, 42 ESTUDIOS PREHISTORICOS. mar Piutrida cuyos bajos ocupan una gran parte del mar de Azof. Lo que aqui se entrevée apare- ce claramente en Pomponio Mela cuando afirma que el Caspio es un golfo del Occéano Scttico. ¥ . afiade que el Occéano toca al Asia por tres par- tes, llam4ndose Kous al Oriente, Indicus al Me- diodia y Scitécus al Norte. (1) Segun Herodoto se decia bajo el imperio de esta creencia que el Occéano comienza al Estey que rodea la tierra con sus aguas; y Strabon es- t& convencido de que la tierra es un cuadrilate- ro rodeado por todas partes del mar exterior. Supone este mar poco lejano, puesto. que hace mencion de pueblos que estan, segun dice, situa- dos al borde del Occéano entre el Tanats y él Rhin, (2) Todas las nociones anteriores 4 Herodoto ates- tiguan que segun las ideas de su tiempo la tierra acababa en el Palus Meotides y que alli comenza- ba el Occéano. Mr. Gladstone, en sus bellos estu- dios sobre Homero, ha observado que este autor coloca al Norte de la Tracia, del Epiro y de la Pe- ninsula Itdlica, no un continente, sino una ex- tension de mar que comunica con el Ponto Euxi- mo y el Adridtico. La misma creencia sugeriria 4 Apolonio de Rodas la idea de hacer pasar 4 los Argonautas, duefios del Vellocinio de Oro, del mar Negro al Adridtico, para escapar 4 la (1) De «situ orbis» 1.1 19. (2) Stra. 1,1 pags. 74 y 16. x MOREAU DE JONNES. 43 persecusion del rey de Colguida. Los guerreros de Aites siguiendo el mismo camino traban com- bate con los Argonautas cerca de las riberas de la Yliria, y habiendo sido -vencidos, no osan yolver 4 Colquida y se fijan en aquellos parages fundando la ciudad de Pola. (1) Los Orientales bien informados de la geo- grafia del Asia creian en la existencia de un Oceéano al Norte. En la noche 49 de los cuen- tos 4rabes, propone un mégico al sultan que traslade su capital en medio del Occéano por encima del Cducaso. Los antiguos Aryas cono- cian el Occéano que Ilamaban Varuna, y habian hecho de él como los Griegos un Dios generador de los hombres. Como el sanscrito Varunt equi- vale 4 Occidente puede seguirse de ello que pa- ~ ra los habitantes de las riberas del Ganges el Oceéano estaba al Oeste. Es de notar que con la misma voz marus designaban los Aryas el mar vasto y el desierto infinito; sin duda porque ha- biendo sucedido el uno al otro se identificaban en su recuerdo. La creencia en un Occéano Septentrional fué la de los primeros historiadores de Alejandro Magno, intérpretes de las nociones geograficas esparcidas entonces por el Asia. 280 alios antes de J.C., Patroclo, general de Seleuco, publicé trabajos geogrdficos por los cuales se ha averi- guado algo de la descripcion del Asia hecha por (1) Apoll, «Argon, lL. IV. 44 ESTUDIOS PREHISTORICos. érden de Alejandro que le habia comunicado su tesorero Xenocles. Patroclo era gobernador de los paises que circundan el Caspio, y afirma, no obstante, que este mar desemboca al Septentrion en el Occéano del Norte y que siguiendo sus cos- tas se podia llegar hasta la India. - Esta creencia se hallaba tan arraigada que Pomponio Mela, el cual escribia bajo el empera- dor Claudio, pretendia que més all& del monte Céucaso se extendian las riberas del Occéano. Afiade que Comelio Nepote, autor de tanta au- toridad, contaba bajo la fé del mismo Quinto Me- tello Celer, que este general siendo procénsul en la Gallia recibié en regalo del rey de los Bosie- nos muchos indios. Habiéndoles preguntado eémo habian venido de su pafs, le contestaron que una tempestad los habia impelido lejos de los mares de la India, y que despues de haber atravesado el intérvalo que la separa de Europa, habian abordado 4 las orillas de la Germania. qd) Suponiendo un litoral al Este de la Germania abusaban estos antepasados de los bohemios de nuestros dias de la credulidad del Cénsul; pero no por ello debe dejarse de meditar sobre este asunto teniendo presentes las numerosas infor- maciones geogrdficas que habia debido propor- cionar la guerra de Mitridates y la espedicion de Pompeyo al Céucaso, hecho un siglo antes. En él siglo trece de nuestra era, Mama en fin (1) P. Mela, «Detitus orbis» 1. UI cap, V. MOREAU DE JONNES. 45 el geégrafo Edrisi Occéano al mar tenebroso que junta la mar de Sin (China) y bafia la tierra de Gog y Magog (El Céucaso). Seguia este aun las indicaciones de los antiguos. Al ver hoy la estepa rusa atravesada por ca- minos de hierro, cuesta trabajo reemplazarla en la imaginacion con un mar. Al Oeste, en los al- rededores de Odessa, maduran las ricas espigas que subvienen al consumo de Europa cuando su propia recoleccion es insuficiente. Hacia el cen- tro se extiende la estepa en anchas ondulacio- nes cubiertas en primavera de prados esmaltados por flores del mismo tipo como sucede en lds lu- gares de formacion reciente. A los sentinculos suceden las anémonas; los botones de oro prolon- gan hasta perderse de vista su brillante tapiz sembrado de espesos y gigantescos cardos, capa- ces de cubrir la choza del cosaco. Cuando los ca- lores han quemado sus raices, los arrancan los Vientos: del otofio y arrojan su seca maleza 4 través. de la Ilanura por donde ruedan hasta el mar en saltos fantdsticos. Aproximdndose al Caspio el desierto se hace semejante al Sahara y las tempestades de arena recuerdan al simoun. Matorrales de un rojo encendido orlan las ribe- ras de las lagunas agotadas en las cuales pro- ducen espejismos las capas de sal incrustradas en sus lechos. Pero sinos alejamos veinte y tres siglos atras ofrecerdn estos mismos lugares un aspecto muy diferente. La descripcion hecha por Herodoto que 46 ESTUDIOS PREHISTORICOS. visité por si mismo la Scitia es extremadamen- te curiosa porque revela un estado intermedio entre la Rusia actual y el Occéano- primitivo. No se ha prestado bastante atencion 4 las noti- cias_ topogrdficas que proporciona este. autor acerca del pais que nos ocupa, presumiendo que las habia inventado cuando no fuesen errdneas, A pesar de que la critica ha tenido que confesar mas de una vez que ha acusado con precipitacion de error 6 credulidad al viejo historiador. En su libro cuarto tan abundante en nocio- nes preciosas, nos ensefia Herodoto que toda la Scitia estaba cortada por estensiones considera-. bles de agua. «El primer rio de la Scitia, dice, es el Ister, despues del cual viene el Tyras (Dnieper) que sale de un gran lago situado al Norte. El Hypanis (Bug) sale tambien de un lago en torno del: cual pacen los caballos blancos salvajes, al cual se llama la madre de Hypanis. Se remonta este rio durante cinco dias de navegacion; su agua es dulce, pero se hace amarga por su mez- cla con la fuente Exampea. El cuarto rio:es el Borystenes, cuyo origen no se conoce, el-cual se junta al Hypanis.» Mela pretende que el Borys- tenes sale tambien de un lago. Herodoto cita otros rios que han desapareci- do. Mas alld del pueblo de los Melanclenes no hay mas que pantanos y el pais est4 deshabita- do. Los Budinos y Gelones habitan cerca de un extenso lago y pantanos donde hay arroyos -y castores. MOREAU DE JONNES. 47 Sale por fin el Tanais en una region muy le- jana de un gran lago para ir 4 otro mayor, el Meotis. Herodoto que conocia bien los lugares dice mds adelante que lalaguna Meotides era tan grande por lo menos como el Ponto Euxino. Aun concediendo algo 4 la exageracion no puede uno negarse 4 creer que el mar de Azof se extendia entonces mucho més lejos que ahora al Este, y tambien que al Oeste y en el centro se hallaban lagos considerables que se deshacian hdcia el Sud en cuerdas de agua de las cuales se han secado muchas con los receptdculos que los alimentaban. Debe inducirse que en una época anterior se reunian todas estas capas de agua con el mar Azof de un lado, no formando si- no una sola masa, y por la otra con el mar Cas- pio, confundido con el Oural. Esta masa de agua merecia el nombre de Occéano por la imponente superficie que presentaba. No pudiendo ser atribuida la desaparicion gradual del Occéano Scitico 4 otra cosa que 4 un levantamiento general de su lecho represen- tado hoy por la Rusia, se puede aplicar 4 este fenédmeno la regla de progresion que los sabios de la Suecia han evaluado en el mfnimun de un centimetro por afioé un metro por siglo. Resul- tar4 entonces que no teniendo mds de 12 4 15 metros sobre los mares que la rodean, la Rusia que en algunas partes esta hoy 4su nivel casi, estaria algunos siglos antes de Homero cubierta Por un mar interior que se uniria con el 10ar 48 ESTUDIOS PREHISTORICOS. ~ Glacial, el Caspio y el Béltico. Antes aun, cuan- do los pueblos medio salvages empezaban 4 for- mar grupos sedentarios, hace 5000 afios, cuan- do las ciudades nacian al borde del mar Negro, no laestepa, sino la Rusia entera estaria sumer- gida por un Occéano que limitaria al Norte el monte Oural y que se prolongaria al-Este en las soledades dé la Tartaria, mas alla4 del lago Bai- kal: al Oeste se perderia en los pantanos de la Polonia y bajo las florestas ahogadas de la Pru- sia azotando con sus olas los Carpatos y circu- lando por los estrechos sinuosos de los Alpes de Carintia. Su profundidad media no debia pasar de la del BAltico que tiene de cuarenta 4 cincuen= ta metros en su parte mas profunda, entre la Suecia yla Alemania. ~ Los mares desaparecidos durante el ultimo perfodo geoldgico debian ser naturalmente poco profundos. Los que cubrieron el Sahara, las Pampas de América y las praderas de los estados Unidos, no diferirian del Occéano Scitico y han debido sin duda su desecacion 4 las mismas causas, MOREAU DE JONNES. 49 CAPITULO III. _ ‘La fuente del diluvio. iL Cuando se estudia la configuracion de las ri- beras del mar de Azof ocurre preguntarse cémo es que su lecho no ha participado del movimien- to general que vacié la estepa. gQué barrera invisible ha detenido la marcha de la elevacion bajo las aguas? Aquif nos hallamos en presencia de otro fenémeno. Resulta evidentemente de las observaciones de los viajeros, que el mar de Azof es un antiguo rater. Las costas profundamente desgarradas de la Crimea septentrional, las montajias fistu- jadas con anchos abismos, las rocas de Opouk janzadas 4 través del Bésforo, los numerosos vol- 4 50 ESTUDIOS PREHISTORICOS. : canes de nafta y cieno de Taman y de Yenikale atestiguan, como ha dicho un esplorador sdbioy perspicaz, que se ha realizado en estos lugares de- bajo del mismo mar un prodigioso esfuerzo plu- toniano. Todavia se manifesté en el siglo alti- mo, cuando el 5 de setiembre de 1799 despues de un ruido subterrdneo acompafiado de temblores de tierra y de truenos se vi6 salir sibitamente del mar de Azof una isla de 721 toesas de largo, 48 de anchura y 7 de elevacion. En el centro de esta nueva tierra se abria un crdter vomitando fuego y fango. Al ajio siguiente desaparecié tan stbitamente como habia aparecido. En 1814 sur- gié otra isla mucho mds pequeiia y duré tres meses. : Se sabe por los historiadores que las riberas del mar Negro estaban sugetas desde muy anti- guo 4 frecuentes trasformaciones. Amiano Mar- celino menciona en el siglo 1v horribles temblores de tierra, que tuvieron lugar en, la. Macedonia, el Asia y el Ponto, «Ciudades enteras fueron destruidas; Nicomedia quedé arruinada; los rios se entreabrieron y salieron de ellos torbellinos de vapores bituminosos; las llamas que corrian entre las tinieblas, quemaron durante cinenen- ta dias. Una tempestad furiosa estallé: al. mis- mo tiempo como si el, Dios Supreme hubiese des— encadenado los vientos de los cuatro. 4ngulosde la tierra.» (1) Q) Am, Mare, -L, XVH, cap, Vil. MOREAU DE JONNES. 51 El 4lveo del mar Negro aparece, pues, ante nosotros como una-de esas Amplias bocas por las cuales se exhalan los gases igneos desde el foso central hasta la superficie de la tierra. Se con- cibe qae la fuerza que elevaba lentamente los terrenos adyacentes haya sido contrariada aqui en su accion y que las agitaciones frecuentes de esta region hayan suspendido en ella el _moyi- miento de ascension durando un largo perfodo. La intensidad del volcan se ha debilitado hace yarios siglos, y los aluviones han colmado r4- Pidamente el abismo. El mar de Azof no escede en profundidad de 124 15 metros, teniendo solo unos tres 6 cuatro en los bajos de Ja mar Pitrida. En el Norte se eleva 4 pico por una muralla de 35 metros desde cuya cima se precipitan en el mar las corrientes que vienen de la estepa. Todavia no han tenido tiempo ni fuerza estas corrientes para cavarse sendas en aquel precipicio que se agranda lentamente, y seria de grande oportuni- dad que los viajeros,, 6, los sabios, 61a Academia de Ciencias de San Petersburgo estableciesen se- fiales 6 unaescala, como la que levanté Linneo en Upsal, sobre esta parte del mar de Azof, la cual midiera la marcha progresiva del levanta- miento de les terrenos de la estepa. La desigualdad entre el nivel del mar de Azof Yel Occéano Scitico tendiendo 4 elevarse cons- tantemente, tuvo que causar. necesariamente Srandes_ perturbaciones. durante el periodo en que el fondo del Occéano comenzé, bajo el es- . 82 ESTUDIOS PREHISTORICOS. fuerzo de la impulsion subterranea, 4 rebasar sordamente el nivel del mar Negro. Pudo bastar entonces una sacuaida atmosférica para precipi- tar las aguas y provocar espantosos desborda- mientos. Las montafias de hielo precipitandose del Norte al Sud y disolviéndose sibitamente ba- joel calor de una temperatura igual 4 la del mediodia de Europa; las tempestades de nieve y las Nuvias abundantes producidas por la eva- poracion condensada de tan vasta extension de agua; las mareas equinoxiales repercutiendo su choque hasta las cadenas centrales de Europa y de Asia, para refluir sobre las tierras bajas veci- nas, debieron producir formidables movimientos de que pueden formar idea los que hayan habi- tado paises intertropicales. Bajo una presion lo- cal de la atmésfera se infla el mar, forma un dorso enorme que sobrepuja la ribera y una ma~ sa negra coronada de espuma, avanza formida- ble desde el fondo del horizonte con la rapidez del galope de un caballo. Dénse 4 este fenédmeno proporciones colosales; estiéndase desde los mon- tes dela Tracia al CAucaso el, Occéano Seftico yertiendo la masa enorme de sus aguas en el recipiente del mar Negro, cuyas aguas recha- ‘adas invadieran las riberas, destruyesen las ciudades, inundasen las campifias, exterminasen las poblaciones, y digase si en estas huellas se reconoce facilmente el azote cuyo recuerdo ocu- pa un lugar tan importante en las primeras tra~ MOREAU DE JONNES- 53 diciones de los pueblos; aquel 4 que se d4 el nom- bre de Dilubio. Es un hecho de grande interés la coinciden- cia de este ultimo cataclismo terrestre con el principio de las sociedades humanas. Todas las naciones civilizadas de Europa han hecho men- cion de él en el orfgen de su historia, y no pa- rece dudoso que el Ponto Euxino, al que se re- fieren todas las tradiciones, fuera el teatro de este gran acontecimiento. Diodoro cuenta que segun la opinion popular el Ponto Euxino se habia hallado cerrado pri- mitivamente como un lago; pero que habiéndose hinchado sibitamente las aguas, se esparcieron por las llanuras de Europa y Asia y rompieron la barrera que separaba dicho mar Negro del Mediterraneo. Lo que prueba sobre todo que el desbordamiento empezé por el Norte es la creen- cia aceptada por los geégrafos antiguos de que el Ponto Euxino era un producto del Palus Meo- tides, que se vertia por el Bésforo cimeriano. El mar de Azof era llamado por esto Matrem ma- ris, madre del mar, lo que no es admisible sino consideréndolo como intermediario del Occéano Scitico. En sus genealogias divinas d4 Hesiodo Con efecto por padre de Pontos 4 Okeanos. Los antiguos hacen mencion de varios dilu- Vios. Jenofonte cuenta cinco; el primero tuvo lugar bajo Ogiges hijo de Neptuno y rey de los Pelasgos atenienses; el segundo en tiempo de Hércules duré un mes; el tercero bajo otro Ogi- 54 ESTUDIOS PREHISTORICOS. ges devasté el Atica; el cuarto que fué el de Den- calion se prolongé durante tres meses enteros ¥ afirma Cedreno que tuvo lugar doscientos cua- renta y ocho afios despues del de Ogiges; el quin- to sobrevino en tiempo de la guerra de Troya y fué designado con el sobrenombre de Faroun. El poeta Nonnus cuenta solamente tres; los de Ogiges y Dencalion y el que arrojé de su pa- tria 4 Dardano el fundador de Ilion. El Génesis es sabido que solo hace mencion de uno. Este debié ser evidentemente el mds considerable por la extension de sus efectos, y sw rectierdo quedé profundamente grabado en la memoria de las poblaciones que asistieron 4 é1. La tradicion mi- tica que se refiere 4 este diluvio y que nace en- tre los diversos puebtos 4 108 cuales parecen ha- ber servido de cuna las riberas del Euxino, nos ayudara 4 demostrar tambien que és en ese pa- rage donde hay que busear el escenario de esa gran catdstrofe. i. En efecto, la leyerida es idéntiea entrée los Hebreos, los Caldeos, Indios, Griegos, Céltas y Escandinavos, y entre todos 6lios es evidénte qie se aplica 4 un mismo atonteviniento. En Grecia fué el diluvio de Dencalion, que segun Diodoro fuéun rey de la Scitia, que escapéd solo en un MOREAU! DE’ JONNES: 5S barco con sw muger Pirra de la inundacion que cubrié la tierra entera. Abordé 4 la cumbre del Parnaso en Focida, y cuando se hubieron reti+~ rado las aguas descendié 4 la llanura y vino 4 ser él padre de la mayor parte de las poblaciones de la. Grecia. Esta aventura es en su esencia la misma de Noé el patriarea hebreo y del caldeo Xisuthrus que 4 la aproximacion del azote se refugiaron en un area con:sus familias y sobre- vivieron solos 4 la destruccion del género hu- mano del que vinieron 4 ser los reproductores. - La leyenda caracteriza con estos diversos epé- nimos 4 los:pueblos de raza diferente agrupados en aquella época al borde del mar Negro; y el doble movimiento hacia el Sud delos unes por Occidente y de los otros por Oriente indica cla- ramente que la causa de su dispersion estaba hacia el Norte de dicho mar. Sdbese que Noé abordé 4 la Armenia; ias gentes del pais ensefian como prueba un fragmento del arca incrustrada en la roca cerca de la cima del Ararat. En-el valle de Araxa se hace ver 4 los viajeros el mon- te Koulpe donde se encuentra la mina de sal que el patriarca exploté el primero, y los renuevos de la vifia que plants al salir del diluvio. Los ‘Triades celtas hablan del desbordamien- to dellago Llion que cubrié toda la tierra y aho- 86 4 todos los hombres 4 escepcion de Dwyhan y Dwybach que se salvaron en un barco y fueron 4 repoblar la isla de Bretaiia. Cuentan tambien sus poemas que Hu Gadarn condujo 4 Bretafia el pue- 56 ESTUDIOS PREHISTORICOS. blo Cymri del pais de Haff, situado del lado don~ de est4 Constantinopla, segun un comentador.. Ahora bien, al decir de Plutarco (I) los cimbros: 6 Cymri antepasados de los celtas de Juntland,. de la Armorica y de la Gran Bretafia eran origi- narios del Bésforo cimertano por su nombre. - Los Sagas del Norte hacen mencion de Bel< gemar y su muger que escaparon solos en un barco 4 Ja inundacion universal. Los sabios co- mentadores del Edda islandés presentan como re~ sultado cierto de sus pacientes estudios sobre la mitologfa del Norte, el de que Odin y sus tribus vinieron de las riberas del mar Negro de donde aportaron la civilizacion 4 Alemania y 4 las ori- Ilas del Baltico. (2) ‘El poema Sanscrito Bhagavata refiere que bajo el séptimo Manon la tierra entera quedé sumergida bajo las aguas y la especie humana exterminada 4 escepcion del virtuoso rey Vais- wata y siete santos personages cuyos descendien- tes repoblaron el mundo. No se puede afirmar con entera seguridad que los primeros Aryas que se establecieron 4 las orillas del Ganges y el Djumnah, estos herma- nos de las familias helénica y germana, vivieran originariamente con estas en los bordes del Euxi- no; lo que sf se puede tener por cierto es que vi- _nieron 4 la India desde el Noroeste, que cono- (1) Plut, «Mario» (2) «Edda seemunda, Glossar» t. III. MOREAU DE JONNES. 57 cian por consiguiente el Occéano y debieron re- cibir de primera mano la leyenda diluviana. . Encuanto 4 los Pelasgos, padres de las na- ciones del mediodia de Europa, nos dicen clara- mente los historiadores antiguos cual fué su pais natal, estando undnimes para declarar que los Curetos, Telquinos, Mesenios, Arcadienses, Tri- gios, colonizadores del Asia Menor, y del Pelo- poneso, los Ligurios de Iliria, los Umbrios de Italia, eran originarios de la Scitia y del Cdu- caso. Todos estos pueblos conservaban la me- moria de terribles inundaciones que les habian compelido 4 abandonar su tierra natal. Un gran namero sorprendido por el azote habia pereci- do bajo las aguas; los que lograron ganar las montaiias se encontraron reunidos en tal multi- tud que no pudiendo subsistir alli tomaron la determinacion de emigrar y construyeron canoas y balsas con las cuales debieron ganar la Tracia pasando de alli Tesalia. (1). Un acontecimiento tan extraordinario cuya causa era un misterio para todos, debié impre- sionar hondamente la imaginacion popular con un prolongado espanto que se perpetuaria de generacion en generacion y daria orfigen 4 lo marayilloso. Bajo el imperio de ideas religiosas que este acontecimiento contribuyé 4 arraigar, creyeron las naciones facilmente que la Divini- dad, Jehovd segun los hebreos, Saturno segun (4) Diod. 1. 1V.—Plin. 1. Il, cap. XIV.—Solin. cap. VII. 58° ESTUDIOS PREHISTORICOS. Beros, Jipiter segun Platon, habia querido cas= tigar 4 los hombres por su perversidad salvando’ solamente algunos justos. Los sacerdotes, con el fin de propagar la idea moralizadora de} casti- goy la recompensa, inscribieron en sus libros mis- ticos esta leyenda maravillosa que tomé el ca- racter de un dogma pasando de una religion 4 otra. Por una inspiracion semejante atribuyeron los Padres de la iglesia la destruccion de Her- culano 4 las impiedades cometidas por los idéla- tras de Siria, y al reanudar Domiciano las per- secuciones se representé constantemente al Ve- sabio por los: legendasios como el instrumento de la célera de} Altisimo. Los’ Pelasgos atravesando la Armenia y el Asia Menor para dirigirse 4 Grecia, towaron la leyenda del Diluvio universal y se la apropiaron haciendo su héroe 4 Denealion. Las tribus célti- cas y géticas unidas-en una vasta confederacion, la de los hermanduros, sé escalonaban aun en tiempo de Strabon en el centro de Europa desde las boeas del Rédano hasta él Baltico. Las rela- ciones miticas de Grecia y del Oriente les Nega- ron por los comerciantes y viajeros y trasmiti- das de un pueblo 4 otro no tardaron en tomar plaza en los cantes de los Escaldas y en confan- dirse: com las tradiciones particulares’ de cada nacion. C Desde luego se comprende: que todos estos pueblos aunque de razas y lenguas distintas aceptaran una esplicacion sobrenatural y uni- MOREAU DE JONNES. 59 forme del prodigio de que habian sido testigo sus padres; pero esta ereencia quedé limitada 4 los que habian sido riberefios del mar Negro, y no hay que tomarla como undnime enla antigtie- dad. Naciones reputadas por su ciencia y en que la civilizacion habia adelantado en siglos 4 las demas, estaban distantes de participar de ella. Los sacerdotes de Sais ensefiaron 4 Lolon cuan- do visite’ el Egipto, que antes del diluvio de Dencalion, el solo de que los griegos habian te- nido conocimiento, hubo otras inundaciones considerables en el Asia; pero afirmaban quesu pafs habia estado al abrigo de estas calamidades, y atribuian 4 esto la conservacion de sus anales desde los tiempos md4s remotos. Asf lo reflere Platon. 3 ; Lo mismo sucede con los Persas. El historia- dor Ibn Shahna asegura que muchas clases de Magos de la India y de la China, negaban que el diluvio hubiese sido universal. Decian solo que en tiempo de Themuras, uno de los reyes mito- l6gicos del Tran, hubo en Occidente una terrible inundacion que penetré bastante dentro de la Armenia. La opinion de Zoroastro se dice que éra tambien la de que el mundo no habia sido stiimergido. Atinqgue Mahoma haya adoptado en él Koran la tradicion hebrdica, la: mayor parte de 108 escritores arabes se hallan lejos de parti- ee sobré este asunto de la opinion de su legis- Los testimonios m4s comprobados se reunen, 60 ESTUDIOS PREHISTORICOS, pues, para colocar en el Euxino el lugar central de la gran catdstrofe, y no podria buscarse en otra parte con verosimilitud. El Occéano Sciti- co ha debido- ser por tanto Ja fuente del dituvio- Aun seria mds esacto decir de los diluvios, por- que como lo aseguran los sacerdotes egipcios y Genofonte, hubo seguramente varios. Segun el autor griego el ultimo debié ser una inundacion meramente local. El Occéano disminuido por sus precedentes desbordamientos y por una evapo- racion que su poca profundidad hacia mas acti- va, habia perdido aquel poder debido 4 la masa inmensa de sus aguas que 1500 6 1800 ajios an- tes habia hecho tan aterradora su irrupcion, cuando la impulsion ascendente del fondo rom- piendo el equilibrio de su superficie con la del mar Negro, hizo que sus ondas, desmesurada- mente engrosadas con las aguas diluviales, se precipitaran en el Ponto Euxino en un torrente de 200 leguas de extension. 2 Nada es mds probable que el mismo cataclis- mo se produjera igualmente al Norte. En este fenémeno se encontraria la razon aun ignorada de la destruccion completa y evidentemente ins- tanténea de aquella familia de grandes elefantes llamados mamouths cuyos caddveres han sido descubiertos en nimero tan considerable en Jas embocaduras de los rios de la Siberia y en las islas del mar Glacial. Sorprendidos por la inun- — perecerian todos; pero sus cuerpos enor- mes, tragados primero por las nieves, resurgi- MOREAU DE JONNES. 61 rian gradualmente con el suelo. Sus carnes cu- bdiertas aun de pelos espesos se han conservado tan intactas bajo la influencia del frio, que han servido de pasto 4 los perros. El marfil de sus colmillos ha sido objeto, despues de muchos si- glos, de un comercio activo entre los habitantes del pais y de la China. A partir del siglo doce antes de nuestra era, entraria, pues, el Occéano Scitico en su perfodo de desecacion. La operacion se verificaria rapi- damente, porque 700 afios despues, en tiempo de Herodoto, el lecho solidificado del Occéano, aun- que entrecortado aun por lagos y por rios, fué ocupado por grupos numerosos de poblaciones, némades las unas, y ya sedentarias las otras y viviendo en ciudades de madera. Cinco siglos despues, en Jos primeros afios de nuestra era, se habian hecho aquellos némades pueblos ricos y comerciantes. Los Aorsas y los Agathyrsas del Ponto Euxino, atravesaban, conduciendo largas filas de camellos cargados con las mercancias de ia India y de Babilonia, aquellos mismos luga- res en que sus primeros padres habian navegado en otros tiempos. 62 ESTUDIOS PREHISTORICOS. CAPITULO Iv, La Atlantida,—Las columnas de Hércules. I. Refiere Platon en el Timeo, que cuando. Solon visitd el Egipto obtuvo nocianes interesantes so- bre los acontecimientos de.los tiempos pasados de que habian conservado la tradicion los sacer— dotes de Sais, como los més antiguos de pais ci- vilizado. Entre estas relaciones la que més le sorprendié fué la leyenda de un pueblo desapa- recido que ccupaba una isla situada en el Oc- céano. Esta isla cuya extension era considera- ble pues Platon le asigna 3000 estadfos de lar- go y mds de 2000 de ancho, sé‘abismé en el mar en un dia y una noche 4 consecuencia de grandes. temblores de tierra. - MOREAU DE JONNES.. 63 El filésofo griego no indica 4 qué nacion ni 4 qué raza perteneria el pueblo que la habitaba; lo representa como muy avanzado en civilizacion pues que su ciudad principal encerraba vastos edificios y su puerto abierto al medio dia nume- rosas naves que hacian un comercio activo. La temperatura era tibia y dulce, y las montaiias que se elevaban en el centro de la isla abriga- ban la ciudad contra el viento del Norte, La an- tigttedad de este pueblo-era finalmente tan grande que Neptuno habia sido su primer soberano. La época de su desaparicion tambien lo era, puesto que aseguraron 4 Solon que los Atenienses des- cendian de algunas familias escapadas 4 la ca- tAstrofe en que se habia anegado aquel pueblo. Platon dié 4 esta isla el nombre de Atlantida, «Estaba situada, dice, en el mar AtlAntico, an- tes del estrecho que los griegos Haman las Colum- nas de Hércules.» Esta indicacion ha parecido bastante hasta aqui 4 los arquedlogos que no han querido tra- tar de quimérica la existencia dela isla de Pla- ton, y han expresado generalmente la opinion de que se hallaba en el Occéano AtlAntico. Tour- nefort pretende que Jas Canarias son algunos de sus vestigios, y véen la extipguida familia de- los Guanchos cuyas mémias.llenan en largas fi- las las cayernas del. pais, los restos dela nacion de los Atlantes. Otros han ido m4sJejos; han su- puesto que se trataba dela América, la cual ha- bia sido conocida de los hombres primitivos,al- 64 ESTUDIOS PREHISTORICOS. gunos miles de afios antes de Colon. El viejo au- tor sueco Olayo Prudbeck cuya prodigiosa eru- dicion no se ha comprendido en tres siglos, ha escrito muchos infélios para demostrar que la Atléntida no era otra cosa que la Suecia. Juan Euremius ha creido hallarla en Oriente, Baer en Ja Palestina, otros en Santo Domingo. E] ilustre Bailly escribiendo sus cartas sobre la Atlintida erré mucho tiempo por Asia hasta que detenién- dose de go!pe se decidié 4 colocar la isla miste- riosa en el mar Glacial, despues de haber su- puesto un enfriamiento considerable de la tem- peratura del globo. Todas estas hipdtesis no han hecho mds que oscurecer la cuestion. Lo primero que hay que ver, es si los detalles topograficos proporciona- dos por el Timeo pueden aplicdrsele, cosa que se ha descuidado. Estos detalles no se refieren 4 punto alguno, y todas Jas suposiciones caen ante la lectura atenta del escritor griego. Los dos términos Occéano Atldntico y Columnas de Hér- cules forman la base de la sola interpretacion plausible hecha por los autores modernos; pero analizando el relato de Platon se apercibe que no se trataba de nuestro Occéano Atlantico ni del estrecho de Gibraltar, designado antigua- mente con el nombre de columnas de Hércules. «La Atlantida era de forma cuadrada, dice el Timeo, y de ella se podia pasar facilmente 4 las otras islas, y de estas 4 todo el continente rodea- do del mar que se llama Pontos.» MOREAU DE JONNES. 65 Habia, pues, varias islas, aunque Platon no haya hablado como desaparecida bajo el mar mas que de una. Proclo parece en su comentario del Timeo haberse hallado mejor instruido que el gran fildsofo y d4 detalles muy esplicitos sobre el asunto. -«Habia all{f, dice, siete islas Atlanticas de las que dos estaban consagradas 4 Proserpina, tres 4 Pluton, una 4 Amnon. La séptima colocada en medio 4 mil estadios pertenecia 4 Neptuno.» Pro- clo observa igualmente que de estas islas se puede pasar 4 la Tierra Firme que est4 préc- sima. Nada semejante existe ni ha podido existir en el Occéano Atlantico entre Africa y Europa. Las islas Canarias estan demasiado lejos para que pueda decirse que era cosa facil pasar de ellas 4 la tierra firme. Ademds Platon afirma que Nadie ignora que la profundidad de las aguas y la fuerza de las corrientes que atraviesan el estrecho por el cual comunican el Atlantico y el Mediterraneo no consienten la suposicion de que la elevacion del fondo haya puesto nunca obsté- culo 4 la navegacion. Ademés que ni existen casi islas sobre el litoral africano ni sobre el de Es- Pafia. Salvo nueve 6 diez escollos préximos 4 las Costas no las hay tampoco en el estrecho de Gi- 5 66 ESTUDIOS PRERISTORICOS. have praltar, y sin embargo Scylax, Aviéno, Mare noy Mala, estdn de actierdo para colocar én islas las colimnas de Héreules, Scylax de Caryandia - - hizo un viaje por drden de Dario; su relacion que data del siglo VI, antés de nuestra era, ha sido trancada y es en gran parte apécrifa. Solo tin fraginento pasa por auténtico, el que se titula: Deseripcion de stele islas habitadas de que cada tina parecen unirse al continénte, donde ést&si- tuada Gades. En este trozo dice: «Las islas de Gades pertenecén 4 Europa; una de ellas contie- ne una ciudad. Allf se encuentran las columnas de Hércules; la que est4 en la Lybia es baja; la que est4 en Europa por el contrario es elevada; estan opuestas la una 4 la otra.» Testo Avieno observa que entré la Lybia y la Europa hay dos islas Namadas las Colummas de Héroules, Separadas por una distancia de 30 és- tadfos. Florestas salvages Ias cubren enteramen- te y sus playas inhospitalarias son el espanto de los viajeros. Segun Marciano conduce al mar Atlantico un paso el cual esté casi enteramente rodeado por la tierra: De un lado esté el pro- montorio ae Lybia, del otro el de Europa; y 4 cada Iddo stn situadas islas distantes entre sf cerca de 20 estadios que se Haman las Columnas de Héreules. (1) See No tanemos necesidad de llamar la atencion sobre la desemejanza que existe entre el estado (i) Avie. Ora marit, 354.=Mart, Herael,, v. 143, MOREAU DE JONNES. 67 Teal de'las cosas y estas descripciones, tan con- formes‘entre si,'sin embargo. Los escritores.que hemos citado no pueden haber mentido todos.y con un ‘mismo ‘propésite; ha de haber aqui por tanto alguna equivocacion. -Creyéndose que ha- blaba del Gades 6 CAdiz actual gno habrdn des- crito, aun sin saberlo algun otro Gades situado en parte distinta? Los geégrafos antiguos, salvo algutlasraras escepciones, no visitaban los luga- res de que hablaban, limitdndose 4 copiar las relaciones antiguas que tenian 4 Ja vista, lo cual les ha inducido 4 incurrir mds de una vez en.es- trafias equivocaciones. La cuestion vale la pena de ser examinada, puesto que se trata de diluci- dar un hecho geogrdfico que parece haber sido ignorado por la misma antigtedad. Il, Aclaremos ante todo el sentido que debe atri- buirse 4 la palabra Gades, de donde se deriva C4diz, asf como la denominacion de, gadiridas aplicada por los poetas 4 las Columnas de Hér- cules. Solin nos ensefia que gades significa en lengua puinica estrecho. Segun Plinio este tér- mino expresa viam utrinque septam, y segun Avieno aggere preeducto Gad tuvo, pues, primi- 68 ESTUDIOS PREHISTORICOS. tivamente el sentido genérico de entrada, paso cerrado. Las emigraciones cresitas y peldsgicas la esparcieron en Asia y Europa, aplicandola 4 las localidades maritimas que presentaban este aspecto. La encontramos como radical en Catta- ro, bahfa de Iliria, Jahde en Oldemburgo, que ofrecen ambos entradas estrechas. Se halla este término en Engaddéne en los Alpes Béticos, y en Engaddi garganta de las montafias de Judea. Del primitivo gad se han formado en resiimen gaden gatt, puesto en Aleman; gada en danés, gate en inglés. Se puede concluir lo que hemos ya dicho; que la palabra gades se aplicaba & to- dos los estrechos- No es dudoso, sin embargo, que este término designa al estrecho de Gibraltar en los escritos de los gedégrafos latinos. Causa sorpresa leer en un autor tan reciente como Plinio esta frase sin- gular:

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