Enciclica

You might also like

Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 192
CARTA ENCICLICA LAUDATO ST’ DEL SANTO PADRE. FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMUN 1. | «Lavpsro st’, mi Signore» — «Alabado seas, mi Sefior», cantaba san Francisco de Asis. En ese hermoso céntico nos recordaba que nuestra casa comin es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una ma dre bella que nos acoge entre sus brazos: « Alaba do seas, mi Sefior, por la hermana nuestra madre tierra, Ia cual nos sustenta, y gobietna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba», 2. Esta hermana clama por el dafio que le pro: vocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella Hemos crecido pensando que éramos sus pro: pictarios y dominadores, autorizados a expoliatla, La violencia que hay en el corazén humano, he- tido por el pecado, también se manifiesta en los sintomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivien- tes. Por eso, entre los pobres mas abandonados y maltratados, esta nuestra oprimida y devasta- da tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rv 8.22). Olvidamos que nosotros mismos so- mos tierra (ef. Gr 2,7). Nuestro propio cuerpo est constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura, " nso dels eriatras: Font Francescane (FF) 263, Nada de este mundo nos resulta indiferente 3. Hace mas de cincventa afios, cuando el mundo estaba vacilando al filo de una crisis nuclear, el santo Papa Juan XXIII escribié una enciclica en la cual no se conformaba con rechazar una guerra, sino que guiso transmitir una propuesta de paz. Dirigié sa mensaje Pacem in ferris a todo cl emundo catélico», pero agregaba «y a todos los hombres de buena vo- luntad». Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero ditigirme a cada persona que habita este pla- neta, En mi exhortacion Evangel gaudium, escribi a Jos miembros de la Iglesia en orden a movilizar un proceso de reforma misioners todavia pendiente, En esta enefclica, intento especialmente entrar en didlogo con todos acerca de nuestra casa comin. 4, Ocho afios después de Pacem in terris,en 1971, 1 beato Papa Pablo VI se refirié a la problemati- ca ccolégica, presentindola como una crisis, que cs «una consccuencia dramaticay de la actividad descontrolada del ser humano: «Debido a una explotaci6n inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de destruitla y de ser a su vez victima de esta degradacién».? También hablo ala FAO sobre la posibilidad de una «catistrofe ecolégica bajo el efecto de la explosién de la civi- lizaciGn industrial», subrayando la «urgencia y la necesidad de un cambio radical en el comporta- 2 Carta ap. Octngeina advenions (14 mayo 1971), 21: AAS 63 (1971), 416-417, 4 miento de la humanidad», porque «los progresos cientificos mas extraordinatios, las proezas técni- cas mas sorprendentes, el crecimiento econémico més prodigioso, si no van acompagiados por un auténtico progreso social y moral, se vuelven en definitiva contra el hombre». 5. San Juan Pablo II se ocupé de este tema con vun interés cada vez mayor. En su primera enci- clica, advirti6 que el ser humano parece «no per- cibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo».‘ Succsivamen- te lam a una comersién ecolégica global.’ Pero al mismo tiempo hizo notar que se pone poco empeiio para «salvaguardar las condiciones mo- rales de una auténtica ecolegia bumana».® La des- truccién del ambiente humano es algo muy serio, porque Dios no sélo le encomendé el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de de- gradacién, Toda pretensién de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en «los estilos de vida, los modelos de produccién y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que sigen > Dinowrs 4 la FAO on 20 25 aniversore (16 noviembre 1970): AAS 62 (1970), 833, © Carea enc. Redomptor hominis (4 marzo 1979), 15: AAS 71 (1979), 287. 5 CE Catiguesis (17 enero 2001), 4: L'Ossrratre Romans, ed. semanal en lengua espafiola (19 enero 2001), p12. © Carea enc, Centrinac annus (1 mayo 1991), 38 AAS 83 (1991), 841 hoy la sociedad»,’ El auténtico desarrollo humano posee un caricter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atencin al mundo natural y «tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexién en un sistema ordenado».* Por lo tanto, la capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la base de la donacién originaria de las cosas por parte de Dios? 6. Mi predecesor Benedicto XVI renové la in- vitacién a «eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economia mundial y corregir Jos modelos de crecimiento que parecen ineapa- ces de garantizar el respeto del medio ambien- te». Record que el mundo no puede ser anali- zado s6lo aislando uno de sus aspectos, porque «el libro de la naturaleza es uno ¢ indivisible», e incluye el ambiente, la vida, la sexualidad, la fami- lia, las relaciones sociales, etc. Por consiguiente, «a degradacién de la naturaleza esta estrecha- mente unida a la cultura que modela la conviven- cia humana»! TH Papa Benedicto nos propuso reconocer que el ambiente natural esté Ileno de * Ibid, 58, p. 863, * Juan Pablo Il, Carta ene, Sells re soils (30 dciern bre 1987), 34: AAS 80 (1988), 559. "CE. In, Carta enc, Contsinar annur (1 mayo 1991), 37 AAS 83 (1991), 840, © Diane al Caerpediplomatesareitado ant la Santa Sede (8 enero 2007): AAS 99 (2007), 73 © Carta ene. Caritar in teritate (29 junio 2009), $1: AAS 101 2009), 687. 6 heridas producidas por nuestro comportamiento irresponsable. También cl ambiente social tiene sus heridas. Pero todas ellas se deben en el fondo al mismo mal, es decir, ala idea de que no existen verdades indiscutibles que guien nuestras vidas, por lo cual la libertad humana no tiene limites. Se olvida que wel hombre no ¢s solamente una li- bertad que él se crea por si solo. Fl hombre no se crea a si mismo. Es espiritu y voluntad, pero tam- bién naruraleza».”? Con paternal preocupacién, nos invit6 2 tomar conciencia de que la creacién se ve perjudicada «donde nosotros mismos so- mos las iiltimas instancias, donde el conjunto es simplemente una propiedad nuestra y el consu- mo es sdlo para nosotros mismos. El derroche de Ia creacién comienza donde no reconocemos ya ninguna instancia por encima de nosotros, sino que s6lo nos vemos a nosotzos mismos»."” Unidos por una misma preoenpaciin 7. Estos aportes de los Papas recogen la re~ flexién de innumerables cientificos, filésofos, tedlogos y organizaciones sociales que enrique- cieron el pensamiento de la Iglesia sobre estas cuestiones. Pero no podemos ignorar que, tam- bién fuera de la Iglesia Catdlica, otras Iglesias y Comunidades cristianas como también otras religiones— han desarrollado una amplia preocu- % Discurso al Deutscher Bundestag, Berle 22 septiembre 2011): AAS 103 2011), 664. 'S Discurso al clr del Diese de Balgano-Breseanone (6 agos- to 2008): 4S 100 (2008), 634, pacidn y una valiosa reflexién sobre estos temas que nos preocupan a todos. Para poner sélo un ejemplo destacable, quiero recoger brevemente parte del aporte del querido Patriarca Ecuménico Bartolomé, con cl que compartimos la esperanza de la comunién eclesial plena. 8, El Patriarca Bartolomé se ha referido par- ticularmente a la necesidad de que cada uno se arrepienta de sus propias maneras de dafiar cl planeta, porque, «en la medida en que todos generamos pequefios dafios ccoldgicos», esta- mos llamados a reconocer «nuestra contribu- cién — pequefia o grande ~ a la desfiguracién y destruccién de la creacidny."* Sobre este punto él se ha expresado repetidamente de una mane- ra firme y estimulante, invitindonos a reconocer los pecados contra la creacién: «Que los seres humanos destruyan la diversidad biolégica en la creaciGn divina; que los seres humanos degraden la integridad de la tierra y contribuyan al cambio climatico, desnudando Ia tierra de sus bosques naturales o destrayendo sus zonas hiimedas; que los seres humanos contaminen las aguas, el suelo, el aire, Todos estos son pecados»."® Porque «un crimen contra Ja naruraleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios». ™ Memije para el ia de orain por la rossi de la reciin (septiembre 2012, © Discurso on Santa. Bérbara, California (8 noviembre 1997); ef Jouns Cunvssiveis, On Bart as in Hearn: Eelgial Vision and Initiatives of Ecumenical Pariarch Bartholomew, Bronx, New York 2012. Ibid 9. Al mismo tiempo, Bartolomé llamé la aten- cin sobre las raices éticas y espirituales de los problemas ambientales, que nos invitan a encon- trar soluciones no sélo en la técnica sino en un cambio del ser humano, porque de otro modo afrontarfamos sélo los sintomas. Nos propuso pasar del consumo al sacrificio, de la avidez a la generosidad, del desperdicio a la capacidad de compartir, en una ascesis que «significa aprender a dat, y no simplemente renunciar. Es un modo deamar, de pasar poco a poco de lo que yo quiero alo que necesita el mundo de Dios. Es liberacién del miedo, de la avidez, de la dependenciay."” Los cristianos, ademés, estamos llamados a «aceptar el mundo como sacramento de comunién, como modo de compartir con Dios y con el préjimo en una escala global. Es nuestra humilde conviccién que lo divino y lo humano se encuentran en el mis pequefio detalle contenido en los vestidos sin costuras de la creacién de Dios, hasta en el Ultimo grano de polvo de nuestzo planeta»,"* San Francisco de Asis 10. No quiero desarrollar esta enciclica sin acudir a un modelo bello que puede motivarnos. Tomé su nombre como guia y como inspiracién en el momento de mi eleccién como Obispo de Roma. Creo que Francisco es cl ejemplo por ex- © Conferenia eno! Monasterio de Ubtin, Noruega (23 junio 2003) "© Discurso «Global Responsibility and Feolegcal Sustainabiliy lsng Remark, 1 Vértice de Halk, Estarmbul 20 junio 2012). 9 celencia del cuidado de lo que es débil y de una ccologfa integral, vivida con alegria y autenticidad, Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecologia, amado también por muchos que no son etistianos. El manifesté una atenciGn particular hacia la creacién de Dios y hacia los més pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegria, su entrega generosa, su corazén universal. Era un mistico y un peregrino que vivia con simplicidad y en una maravillosa armonia con Dios, con los otros, con la naturale- za y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupacién por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compro- miso con la sociedad y la paz interior. 11, Su testimonio nos muestra también que una ccologia integral requiere apertura hacia catego- rias que trascienden el lenguaje de las matemati- cas o de la biologia y nos concctan con la esencia de lo humano. Asi como sucede cuando nos ena- moramos de una persona, cada vez que él miraba el sol, la luna o los mas pequefios animales, su re- accidn era cantar, incorporando en su alabanza a Jas demas criaturas. FE] entraba en comunicacién con todo lo creado, y hasta predicaba 2 las flores «inviténdolas a alabar al Seftor, como si gozaran del don de la razén»." Su reaccién era mucho mis que una valoracién intelectual 0 un célculo econdmico, porque para él cualquier eriatura era "Tomas px Criano, Vida primers de San Franco, XXIX, Bi: FF 460. 10 una hermana, unida a él con lazos de carifio, Por entia lamado a cuidar todo lo que existe. Su discipulo san Buenaventura decia de él que, alleno de la mayor ternura al considerar el origen comiin de todas las cosas, daba a todas las eria- turas, por mas despreciables que parecietan, el dulce nombre de hermanas».®” Esta conviecién no puede ser despreciada como un romanticismo irracional, porque tiene consecuencias en las op- ciones que determinan nuestro comportamiento. Si nos acercamos a la naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor y a Ja maravilla, si ya no hablamos el lenguaje de la fraternidad y de la be- lleza en nuestra telacién con el mundo, nuestras actitades serén las del dominador, del consumi- dor © del mero explotador de recursos, incapaz de poner un limite a sus intereses inmediatos. En cambio, si nos sentimos intimamente unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotarin de modo espontineo. La pobreza y la austeridad de san Francisco no eran un ascetismo radical: una meramente exterior, sino algo renuncia a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio. 12. Por otra parte, san Francisco, fiel a la Eseri- tura, nos propone reconocer la naturaleza como un espléndido libro en el cual Dios nos habla y ne hermosura y de su bondad: s refieja algo de s «A través de la grandeza y de la belleza de las eria- ® Lagonda maior, VIM, 6: FF 1145, it turas, se conoce por analogfa al autor» (Sb 13,5), y «su eterna potencia y divinidad se hacen visibles para la inteligencia a través de sus obras desde la creacién del mundo» (Rv 1,20). Por eso, él pedia gue en cl convento siempre se dejara una parte del huerto sin cultivar, para que crecieran las hier- bas silvestres, de manera que quienes las admira- ran pudicran clevar su pensamiento a Dios, autor de tanta belleza.”” EI mundo es algo mas que un problema a resolver, es un misterio gozoso que contemplamos con jubilosa alabanza Mi llamado 13, El desafio urgente de proteger nuestra casa comin incluye la preocupacién de unis a toda la familia humana en la bisqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrés en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La huma- nidad atin posce la capacidad de colaborar para construir nuestra casa comin, Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que, en los mis variados sectores de la actividad humana, es- tin trabajando para garantizar la proteccién de la casa que compartimos. Merecen una gratitud es~ pecial quienes luchan con vigor para resolver las consecuencias dramiticas de la degradacién am- biental en las vidas de los mas pobres del mundo, ® CE Towss pr CHaNo, Vide segunda de San Francie, (CIY, 165: FF 750. 12 Los jévenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cémo es posible que se pretenda cons- truir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los suftimientos de los excluidos. 14, Hago una invitaciéa urgente a un nuevo diilogo sobre el modo como estamos constru- yendo el futuro del planeta, Necesitamos una conversacién que nos una a todos, porque el desafio ambiental que vivimos, y sus raices hu- ‘manas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecolégico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la con- cientizacién, Lamentablemente, muchos esfuer- vos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sélo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demas. Las actitudes que obstruyen los caminos de solucién, aun entre los creyentes, van de la negacién del problema a la indiferencia, la resignacién cmoda o la confian- za ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva. Como dijeron los Obispos de Sudéfrica, «se necesitan los talen- tos y la implicacién de todos para reparar el dafio causado por el abuso humano a la creacién de Dios».” Todos podemos colaborar como instru~ mentos de Dios para el cuidado de la ereacién, 2 Coxmaisca pr 10s Onsos Caroucos pet Sox Ds Aric, Paral Statmenton th Eironmetal Cris septiembre 1999) 13 cada uno desde su cultura, su experiencia, sus ini- ciativas y sus capacidades. 15. Espero que esta Carta enciclica, que se agrega al Magisterio social de la Iglesia, nos ayu- de a reconocet Ia grandeza, la urgencia y la her- mosura del desafio que se nos presenta. En pri- mer lugar, haré ua breve recortido por distintos aspectos de Ia actual crisis ecolégica, con el fin de asumir los mejores frutos de la investigacién Gientifiea actualmente disponible, dejarnos in- terpelar por ella en profundidad y dar una base concreta al itineras ético y espiritual como se indica a continuacién. A partir de esa mirada, retomaré algunas razones que se desprenden de la tradicién judfo-cristiana, a fin de procurar una mayor coherencia cn nuestro compromiso con elambiente, Luego intentaré llegar a las raices de Ja actual situacién, de manera que no miremos slo los sintomas sino también las causas mas profundas. Asi podremos proponer una ecologia que, entre sus distintas dimensiones, incorpore cl lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea. A la luz de esa teflexién quisiera avanzar en algunas lineas amplias de dilogo y de accién que invo- lucren tanto a cada uno de nosotros como a la politica internacional, Finalmente, puesto que estoy convencido de que todo cambio necesita motivaciones y un camino educativo, propondré algunas lineas de maduracién humana inspiradas en el tesoro de la experiencia espiritual cristiana, 14 16. Sibien cada capitulo posce su temitica pro- pia y una metodologfa especifica, a su vez retoma desde una nueva Gptica cuestiones importantes abordadas en los capitulos anteriores. Esto ocu- tre especialmente con algunos ejes que atraviesan toda la enciclica. Por ejemplo: la intima relacién entre los pobres y la fragilidad del planeta, la con- viecién de que en el mundo todo esta conectado, Ja critica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnologia, la invitacién a buscar otros modos de entender la economia y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecologia, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabi- lidad de la politica internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida. Estos temas no se cierran ni abandonan, sino que son constantemente replanteados y en- riquecidos. CAPITULO PRIMERO. LO QUE LE ESTA PASANDO ‘A NUESTRA CASA 17. Las reflexiones teolgicas o filoséficas sobre Ja situacién de la humanidad y del mundo pueden sonar a mensaje repetido y abstracto si no se pre- sentan nuevamente a partir de una confrontacién con el contexto actual, en lo que tiene de inédito para la historia de la humanidad, Por eso, antes de reconocer e6mo la fe aporta nuevas motivaciones y exigencias frente al mundo del cual formamos parte, propongo detenernos brevemente a consi- derar lo que le esté pasando a muestra casa comiin, 18. Ala continua accleracién de los cambios de Ja bumanidad y del planeta se une hoy la inten- sificacién de ritmos de vida y de trabajo, en eso que algunos llaman «rapidacién», Si bien el cam- bio es parte de la dinmica de los sistemas com- plejos, la velocidad que las acciones humanas le jimponen hoy contrasta con Ja natural lentitud de Ja evolucién biolégica. A esto se suma el proble- ma de que los objetivos de ese cambio veloz y constante no necesariamente se orientan al bien comin ya un desarrollo humano, sostenible e in- tegral. El cambio es algo deseable, pero se vuclve preocupante cuando se convierte en deterioro del mundo y de la calidad de vida de gran parte de la humanidad 7 19. Después de un tiempo de confianza irra- cional en el progreso y en la capacidad humana, una parte de la sociedad esta entrando en una etapa de mayor conciencia. Se advierte una cre- Giente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupacién por lo que esta ocurrien: do con nuestro planeta. Hagamos un recorrido, que sera ciertamente incompleto, por aquellas cuestiones que hoy nos provocan inquietud y que ya no podemos esconder debajo de la alfombra. El objetivo no es recoger informacién o saciar nuestra curiosidad, sino tomar dolorosa concien- cia, atrevernos a convertir en sufrimiento perso- nal lo que le pasa al mundo, y asi reconocer cual €s la contribucién que cada uno puede aportar. I. CoNTAMINACION ¥ CAMBIO CLIMATICO Contaminaciin, basuray cultura del descarte 20, Existen form: s de contaminacidn que afec las personas. La exposicién a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, espe- cialmente de los mas pobres, provocando mi llones de muertes prematuras. Se enferman, por cjemplo, a causa de la inhalacién de clevados ni- veles de humo que procede de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma la contaminacién que afecta a todos, de- bida al transporte, al humo de la industria, a los depésitos de sustancias que contribuyen a la aci- tan cotidianamente 18. dificacién del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrot6xicos en general. La tecnologia que, liga- da a las finanzas, pretende ser la tinica solucién de los problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las milltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve ua problema creando otros. 21. Hay que considerar también la contami nacién producida por los residuos, incluyendo los desechos peligrosos presentes en distintos ambientes. Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por afio, muchos de ellos no biodegradables: residuos domiciliarios y co merciales, residuos de demolicién, residuos clini: cos, electrénicos ¢ industriales, residuos altamen te t6xicos y radioactivos. La ticrra, nuestra casa, parece convertirse cada vez més cn un inmenso depésito de porquerfa, En muchos lugares del planeta, los ancianos afioran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura Tanto los residuos industriales como los produc- tos quimicos utilizados en las ciudades y en el agro pueden producir un efecto de bioacumula- cin en los organismos de los pobladores de z0- nas cercanas, que ocurre aun cuando el nivel de presencia de un elemento téxico en un lugar sea bajo. Muchas veces se toman medidas sélo euan- do se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas. 19 22, Estos problemas estan intimamente ligados a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rapidamente se convierten en basura. Advirta- mos, por cjemplo, que la mayor parte del papel que se produce se desperdicia y no se recicla, Nos cuesta reconocer que el funcionamiento de los ecosistemas naturales es ejemplar: las plantas sintetizan nutrientes que alimentan a los herbi- voros; estos a su vez alimentan a los seres carni- voros, que proporcionan importantes cantidades de residuos organicos, los cuales dan lugar a una aueva generacidn de vegetales, En cambio, el sis- tema industrial, al final del ciclo de produccién y de consumo, no ha desarrollado la capacidad de absorber y reutilizar residuos y desechos. ‘Toda- via no se ha logrado adoptar un modelo circular de produccién que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limi- tar al maximo el uso de los recursos no renova- bles, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y teciclar. Abor- dar esta cuestin seria un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero, pero observamos que los avances en este sentido son todavia muy escasos. El cima como bien comin 23, Elelima es un bien comin, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana, Hay un consenso cientifico 20 muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climatico, En las tltimas décadas, este calenta- miento ha estado acompafiado del constante crecimiento del nivel del mar, y ademés es dificil no relacionarlo con el aumento de eventos me teoroldgicos extremos, m: allé de que no pueda atribuirse una causa cientificamente determina- ble a cada fenémeno particular. La humanidad esta llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de produc cida y de consumo, para combatir este calenta~ miento 0, al menos, las causas humanas que lo producen © accnttian, Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la drbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios cien lan que la mayor parte del calentamiento global de las til timas décadas se debe a la gran concentracién de gases de efecto invernadero (anhidrido carbéni- co, metano, éxidos de nitsdgeno y otzos) emiti- dos sobre todo a causa de la actividad humana, Al concentrarse en la atmésfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve potenciado especialmente por el patrén de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fésiles, que hace al corazdn del sistema energético mundial. También ha incidido el aumento en la prictica del cambio de usos del suelo, principalmente la deforestacién para agricultura. 2 24, A su ver, el calentamiento tiene efectos so- bre el ciclo del carbono, Crea un citculo vieioso que agrava atin mas la situacién, y que afectard la disponibilidad de recursos imprescindibles como elagua potable, la energia y la produccién agrico- Ja de las zonas més calidas, y provocara la extin- cin de parte de la biodiversidad del planeta, El derretimiento de los hielos polares y de planicies de altura amenaza con una liberacién de alto ries- g0 de gas metano, y la descomposicién de la ma- teria orginica congelada podria acentuar todavia mas la emanacién de anhidrido carbénico. A su ver, la pérdida de selvas tropicales empeora las cosas, ya que ayudan a mitigar el cambio clima- tico. La contaminacién que produce et anhidri- do carbénico aumenta la acidez de los océanos y compromete la cadena alimentaria marina. Si Ja actual tendencia continia, este siglo podria ser testigo de cambios climaticos inauditos y de una destruccién sin precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros. El erecimiento del nivel del mar, por ejemplo, puede crear situaciones de extrema gravedad si se tiene en cuenta que la cuarta parte de la po- blacién mundial vive junto al mar o muy cerca de él, y la mayor parte de las megaciudades estan situadas en zonas costeras. 25. El cambio climatico es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, econdmicas, distributivas y politicas, y plantea uno de los principales desafios actuales para la 22 humanidad, Los peores impacts probablemente recacrin en las proximas décadas sobre los pai- ses en desarrollo. Muchos pobres viven en lu- gares particularmente afectados por fenémenos relacionados con el calentamiento, y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de las re- servas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos fo- restales. No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les permitan adaptarse a los impactos climaticos o hacer frente a situaciones catastroficas, y poscen poco ace: sociales y a proteccién, Por ejemplo, los cambios del clima originan migraciones de animales gctales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos productivos de los 9 a servicios ve- més pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos, Fs tragico el aumento de los migra tes huyendo de la mis ria empeo. rada por la degradacién ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convencio: nes internacionales y evan el peso de sus vidas abandonadas sin proteccién normativa alguna. Lamentablemente, hay una general indiferencia ante est s tragedias, que suceden ahora mismo en distintas partes del mundo. L ante estos dramas de nuestros hermanos y her- manas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes so- bre el cual se funda toda sociedad civil. falta de reacciones 23 26. Muchos de aquellos que tienen més recur- sos y poder econémico o politico parecen con- centrarse sobre todo en enmascarar los proble- mas © €n ocultar los sintomas, tratando sélo de reducir algunos impactos negativos del cambio climatico. Pero muchos sintomas indican que esos efectos podran ser cada vez peores si conti- suamos con los actuales modelos de produccién y de consumo, Por eso se ha vuelto urgente imperioso el desarrollo de politicas para que en los préximos afios la emisién de anhidrido car- bénico y de otros gases altamente contaminantes sea reducida dristicamente, por ejemplo, reem- plazando la utilizacién de combustibles fésiles y desarrollando fuentes de energia renovable. En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a energias limpias y renovables. Todavia es necesatio desa~ rrollar tecnologfas adecuadas de acumulacién. Sin embargo, en algunos paises se han dado avances que comienzan a ser significativos, aunque estén lejos de lograr una proporcién importante, Tam- bién ha habido algunas inversiones en formas de produccién y de transporte que consumen me- nos energia y requieren menos cantidad de ma~ teria prima, asi como en formas de construccién © de saneamiento de edificios para mejorar su eficiencia energética, Pero estas buenas pricticas estan lejos de generalizarse. LL. La CuBSTION DEL AGUA 27. Otros indicadores de la situacién actual tie- nen que ver con el agotamiento de los recursos 24 naturales, Conocemos bien la imposibilidad de sostener el actual nivel de consumo de los pai- ses més desarrollados y de los sectores mas ricos de las sociedades, donde el habito de gastar y ti- rar alcanza niveles inauditos, Ya se han rebasado ciertos limites maximos de explotacién del pla- neta, sin que hayamos resuelto el problema de la pobreza. 28. El agua potable y limpia representa una cuestién de primera importancia, porque es in- dispensable para la vida humana y para sustentar los ecosistemas terrestres y acuaticos. Las fuen- tes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La provision de agua permanecié relativamente constante durante mu- cho tiempo, pero ahora en muchos lugares la de- manda supera a la oferta sostenible, con graves consecuencias a corto y largo término, Grandes ciudades que dependen de un importante nivel de almacenamiento de agua, sufren perfodos de dis- minucién del recurso, que en los momentos eti- ticos no se administra siempre con una adecuada gobernanza y con imparcialidad. La pobreza del agua social se da especialmente en Africa, donde grandes sectores de la poblacién no acceden al agua potable segura, o padecen sequfas que di- feultan la produecién de alimentos. En algunos paises hay regiones con abundante agua y al mis- ‘mo tiempo otras que padecen grave escase7. 29. Un problema particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres, 25 que provoca muchas muertes todos los dias. En- tre los pobres son frecuentes enfermedades rela~ cionadas con el agua, incluidas las causadas por microorganismos y por sustancias quimicas. La diarrea y el célera, que se relacionan con servi- cios higiénicos y provisién de agua inadecuados, son un factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil. Las aguas subterraneas en muchos lugares estén amenazadas por la conta- minacién que producen algunas actividades ex- tractivas, agricolas ¢ industriales, sobre todo en paises donde no hay una reglamentacién y con- troles suficientes. No pensemos solamente en los vertidos de las fabricas. Los detergentes y pro- ductos quimicos que utiliza la poblacién en mu- chos lugares del mundo siguen derramandose en rios, lagos y mares. 30. Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso es- caso, convertido en mercancia que se regula por las leyes del mercado, En realidad, ef aceso al agua potable y segura es um derecho bumano bésico,fundamen- tal y universal, porgue determina la sobrevivencia de las personas, y por lo lanto es condicién para el eercicio de dos demas derechos bumanos, Este mando tiene una grave deuda social con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque eso es neyarles el de- recho a la vida radicado en su dignidad inalienable. Esa deuda se salda en parte con mas aportes econd- micos para proveer de agua limpia y saneamiento 26 a los pueblos mas pobres, Pero se advierte un derroche de agua no sélo en paises desarrolla- dos, sino también en aquellos menos desarrolla- dos que poscen grandes reservas. Esto muestra gue el problema del agua es en parte una cuestién educativa y cultural, porque no hay conciencia de la gravedad de estas conductas en un contexto de gran inequidad 31. Una mayor escasez de agua provocari el aumento del costo de los alimentos y de distin- tos produetos que dependen de su uso, Algunos estudios han alertado sobre la posibilidad de su- frir una escasez aguda de agua dentro de pocas décadas si no se actia con urgencia, Los impac- tos ambientales podrian afectar a miles de millo- acs de personas, pero es previsible que el control del agua por parte de grandes empresas mundia- les se convierta en una de las principales fuentes de conflictos de este siglo.” TIL. Péapia De BIoDIVERSIDAD 32, Los recursos de a tierra también estan sien- do depredados a causa de formas inmediatistas de entender la economia y la actividad comercial y productiva, La pérdida de seivas y bosques im- plica al mismo tiempo la pérdida de especies que podrian significar en el futuro recursos suma- mente importantes, no slo para la alimentacién, CE, Salads al perconal de la FAO (20 noviembre 2014) AAS 106 2014), 985, 27 sino también para la curacién de enfermedades y para milltiples servicios. Las diversas especies contienen genes que pueden ser recursos claves para resolver en el futuro alguna necesidad hu- mana o para regular algiin problema ambiental. 33, Pero no basta pensar en las distintas espe- cies s6lo como eventuales «recursos» explotables, olvidando que tienen un valor en si mismas, Cada afio desaparecen miles de especies vegetales y ani- males que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podran ver, perdidas para siempre, La inmensa mayorfa se extinguen por razones que tic- nen que ver con alguna accién humana, Por nues- tra causa, miles de especies ya no darn gloria a Dios con su existencia ni podrin comuniearnos sa propio mensaje, No tenemos derecho. 34, Posiblemente nos inquieta saber de la ex- tincién de un mamifero o de un ave, por su ma- yor visibilidad, Pero para el buen funcionamien- to de los ecosistemas también son necesarios los hongos, las algas, los gusanos, los insectos, los reptiles y la innumerable variedad de microorga- nismos, Algunas especies poco numerosas, que suclen pasar desapercibidas, juegan un rol critico fundamental para estabilizar el equilibrio de un lugar. Es verdad que el ser humano debe interve- nir cuando un geosistema entra en estado critico, pero hoy el nivel de intervencién humana en una realidad tan compleja como la naturaleza es tal, que los constantes desastres que el ser humano ocasiona provocan una nueva intervencién suya, 28 de tal modo que la actividad humana se hace om- nipresente, con todos los riesgos que esto im- plica, Suele crearse un circulo vicioso donde la intervencién del ser humano para resolver una dificultad muchas veces agrava mds la situacién. Por ejemplo, muchos pajaros e insectos que des aparecen a causa de los agrotéxicos creados por Ja tecnologia son sities a la misma agricultura, y su desaparicién deberd ser sustituida con otra in- tervencién tecnolégica, que posiblemente traera nuevos efectos nocivos, Son loables y a veces ad- mirables los esfuerzos de cientificos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano, Pero mirando el mun- do advertimos que este nivel de intervencién hu- mana, frecuentemente al servicio de las finanzas y del consumismo, hace que la tierra en que vivi- ‘mos en realidad se vuelva menos rica y bella, cada ver més limitada y gris, mientras al mismo tiem- po el desarrollo de la tecnologia y de las ofertas de consumo sigue avanzando sin limite. De este modo, parece que pretendiéramos sustituir una belleza irreemplazable ¢ irrecuperable, por otra creada por nosotros. 38. Cuando se analiza el impacto ambiental de algiin emprendimiento, se suele atender a los efectos en el suelo, en el agua y en el aire, pero no siempre se incluye un estudio cuidadoso sobre el impacto en la biodiversidad, como si la pér- dida de algunas especies o de grupos animales o vegetales fuera algo de poca relevancia, Las ca- 29 reteras, los nuevos cultivos, los alambrados, los embalses y otras construcciones van tomando posesién de los habitats y a veces los fragmentan de tal manera que las poblaciones de animales ya no pueden migrar ni desplazarse libremente, de modo que algunas especies entran en riesgo de extincién. Existen alternativas que al menos mi- tigan el impacto de estas obras, como la ereacién de corredores biolégicos, pero en pocos paises se advierte este cuidado y esta previsién. Cuando se explotan comercialmente algunas especies, no siempre se estudia su forma de crecimiento para evitar su disminucién excesiva con el consiguien- te desequilibrio del ecosistema. 36. El cuidado de los ecosistemas supone una mirada que vaya mis alla de lo inmediato, porque cuando sélo se busca un rédito econémico rapido y facil, a nadie le interesa realmente su preserva- cidn. Pero el costo de los daiios que se ocasionan porel descuido egofsta es muchisimo mas alto que el beneficio econémico que se pueda obtener. Ea el caso de la pérdida o el dafio grave de algunas es- pecies, estamos hablando de valores que exceden todo célculo. Por eso, podemos ser testigos mu- dos de gravisimas inequidades cuando se pretende obtener importantes beneficios haciendo pagar al resto de la humanidad, presente y futura, los altisi- mos costos de la degradacién ambiental. 37. Alguaos paises han avanzado en la preser- vacién eficaz de ciertos lugares y zonas ~en la 30 tierra y en los oeéanos~ donde se prohibe toda intervencién humana que pueda modificar su fi- sonomia o alterar su constitucién original, En el cuidado de la biodiversidad, os especialistas in- sisten en la necesidad de poner especial atencién a las zonas més ricas en variedad de especies, en especies endémicas, poco frecuentes 0 con menor grado de proteccidn efectiva, Hay luga- res que requieren un euidado particular por su enorme importancia para cl ccosistema mundial, © que constitayen importantes reservas de agua y as{ aseguran otras formas de vida, 38. Mencionemos, por ejemplo, esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonia y la cuenea fluvial del Congo, © los grandes acufferos y los glaciares. No se ignora Ja importancia de esos Iugares para Ia totalidad del planeta y para el futuro de la humanidad. Los ecosistemas de las sclvas tropicales tienen una biodiversidad con una enorme complejidad, casi imposible de reconocer integralmente, pero cuando esas selvas son quemadas 0 arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos afios se pierden in- numerables especies, cuando no se convierten en aridos desiertos. Sin embargo, un delicado equi- librio se impone a la hora de hablar sobre estos lugares, porque tampoco se pueden ignorar los enormes intereses econémicos internacionales que, bajo el pretexto de cuidarlos, pueden aten- tar contra las soberanias nacionales. De hecho, 31 existen «propuestas de internacionalizacién de la Amazonia, que s6lo sirven a los intereses eco- némicos de las corporaciones transnacionales».”* Es loable la tarea de organismos internacionales y de organizaciones de la sociedad civil que sensi- bilizan a las poblaciones y cooperan criticamente, también utilizando legitimos mecanismos de pre- sién, para que cada gobierno cumpla con su pro- pio ¢ indelegable deber de preservar el ambiente y los recursos naturales de su pais, sin venderse a intereses espurios locales o internacionales. 39. El reemplazo de la flora silvestre por areas forestadas con arboles, que generalmente son monocultivos, tampoco suele ser objeto de un adecuado andlisis. Porque puede afectar grave- mente a una biodiversidad que no es albergada por las nuevas especies que se implantan, Tam- bién los humedales, que son transformados en terreno de cultivo, pierden la enorme biodiver- sidad que acogian. En algunas zonas costeras, es preocupante la desaparicién de los ecosistemas constituidos por manglares. 40. Los océanos no sélo contienen la mayor parte del agua del planeta, sino también la mayor parte de la vasta variedad de seres vivientes, mu- chos de ellos todavia desconocidos para nosotros y amenazados por diversas causas. Por otra par- te, la vida en los tios, lagos, mares y océanos, que 2 V Conmeanscia GeNenat net Beiscopano Lannov- RICANO DE. Canuss, Dacumente de Apareida (29 junio 2007), 86. 32 alimenta a gran parte de la poblacién mundial, se ve afectada por el descontrol en la extraccién de los recursos pesqueros, que provoca disminucio- nes dristicas de algunas especies. Todavia siguen desarrolléndose formas sclectivas de pesca que desperdician gran parte de las especies recogidas. Estdn especialmente amenazados organismos ma- rinos que no tenemos en cuenta, como cicrtas for- mas de plancton que constituyen un componente muy importante en la cadena alimentaria marina, y de las cuales dependen, en definitiva, especies que utilizamos para alimentatnos, 41. Adentrandonos en los mares tropicales y subtropicales, encontramos las barreras de co- ral, que equivalen a las grandes selvas de la tierra, porque hospedan aproximadamente un millon de especics, incluyendo peces, cangrejos, molus: cos, esponjas, algas, etc. Muchas de las barreras de coral del mundo hoy ya son estériles o estan en un continuo estado de declinacién: «:Quién ha convertido el maravilloso mundo marino en cementerios subacuaticos despojados de vida y de color?» Este fendmeno se debe en gran par- te a la contaminacién que llega al mar como re- sultado de la deforestaci6n, de los monocultives agricolas, de los vertidos industriales y de méto- dos destructivos de pesca, especialmente los que utilizan cianuro y dinamita. Se agrava por el au- mento de la temperatura de los océanos. Todo Contunkncia pr 108 Oniseos CavOucos Dx FHAPINAS, (Carta pastoral Whar Happening t our Beata! Land? (29 enero 1988, 33 esto nos ayuda a darnos cuenta de que cualquier accién sobre la naturaleza puede tener conse- cuencias que no advertimos a simple vista, y que cicrtas formas de explotacién de recursos se ha- cen a costa de una degradacién que finalmente llega hasta el fondo de ls eeéanos. 42, Es necesario invertir mucho més en inves- tigaci6n para entender mejor el comportamiento de los ecosistemas y analizar adecuadamente las diversas variables de impacto de cualquier modi- ficaciGn importante del ambiente, Porque todas Jas criaturas estén conectadas, cada una debe ser valorada con afecto y admiracién, y todos los se- res nos necesitamos unos a otros. Cada territorio tiene una responsabilidad en el cuidado de esta familia, por lo cual deberfa hacer un cuidadoso inventario de las especies que alberga en orden a desarrollar programas y estrategias de protec- ci6n, cuidando con especial preocupacién a las especies en vias de extincidn. IV. DETERIORO DE LA CALIDAD DE LA VIDA HUMANA Y DEGRADACION SOCIAL 43, Si tenemos en cuenta que el ser humano también es una criatura de este mundo, que tiene derecho a vivir y a ser feliz, y que ademas tiene una dignidad especialisima, no podemos dejar de considerar los efectos de la degradacién ambien- tal, del actual modelo de desarrollo y de la cultura del descarte en Ia vida de las personas. 34 44, Hoy advertimos, por ejemplo, el crecimien- to desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para vivir, debido no solamente a la contaminacién originada por las emisiones téxieas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la contamina. cin visual y actistica, Muchas ciudades son gran des estructuras ineficientes que gastan energia y agua en exceso, Hay bartios que, aunque hayan sido construidos recientemente, estén congestio nados y desordenados, sin espacios verdes sufi cientes. No es propio de habitantes de este planeta vivir cada vez més inundados de cemento, asfalto, vidrio y metales, privados del c Ja naturalez acto fisico con 43, Enalgunos lugares, rurales y urbanos, la pri vatizacién de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas de particular belleza se vuelva dificil. En otros, se crean urbanizaciones «ecolégicas» sélo al servicio de unos pocos, don: de se procura evitar que otros entren a molestar una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad bella y llena de espacios verdes bien cui- dados en algunas areas «seguras», pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los descar- tables de la sociedad. 46. Entre los components sociales del cambio global se incluyen los efectos laborales de algunas innovaciones tecnolégicas, la exclusién social, la inequidad en la disponibilidad y el consumo de energfa y de otros servicios, la fragmentacién so- 35 ial, el crecimiento de la violencia y el surgimien- to de nuevas formas de agresividad social, el nar- cotrafico y el consumo creciente de drogas entre los mas jévenes, la pérdida de identidad. Son sig- nos, entre otros, que muestran que el crecimien: to de los tiltimos dos sigos no ha significado en todos sus aspectos un verdadero progreso inte- gral y una mejora de la calidad de vida. Algunos de estos signos son al mismo tiempo sintomas de una verdadera degradacién social, de una si- lenciosa ruptura de los lazos de integracién y de comunién social. 47. A-esto se agregan las dinémicas de los me- dios del mundo digital que, cuando se convierten cn omnipresentes, no favorecen el desarrollo de una capacidad de vivir sabiamente, de pensar en profundidad, de amar con generosidad. Los gran- des sabios del pasado, el tiesgo de apagar su sabidurfa en medio del rui- do dispersivo de la informacién. Esto nos exige un esfuerzo para que esos medios se traduzcan en ua nuevo desarrollo cultural de la humanidad y no en un deterioro de su riqueza més profunda. La verdadera sabidutia, producto de la reflexién, del didlogo y del encuentro generoso entre las perso- nas, no se consigue con una mera acumulacién de datos que termina saturando y obnubilando, en una especie de contaminacién mental. Al mismo tiempo, tienden a reemplazarse las relaciones rea- les con los demas, con todos los desafios que im: plican, por un tipo de comunicacién mediada por neste contexto, correrfan 36 internet. Esto permite seleccionar o eliminar las relaciones segin nuestro arbitrio, y asf suele gene- rarse un nuevo tipo de emociones artificiales, que tienen que vet mas con dispositivos y pantallas que con las personas y la naturaleza, Los medios actua- les permiten que nos comuniquemos y que com- partamos conocimientos y afectos. Sin embargo, 2 veces también nos impiden tomar contacto diree- to con la angustia, con el temblor, con la del otro y con la complejidad de su experiencia personal. Por eso no deberia llamar la atencién que, junto con la abrumadora oferta de estos pro- ductos, se desarrolle una profunda y melancélica insatisfacci6n en las relaciones interpersonales, 0 un dafiino aislamiento. alegria V. INEQUIDAD PLANETARIA 48, Blambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar ade- cuadamente la degradacién ambiental si no pres tamos atencién a causas que tienen que ver con la degradacién humana y social. De hecho, el dete- tioro del ambiente y el de Ja sociedad afectan de un modo especial a los mas débiles del planeta: «Tanto la experiencia comin de la vida ordina- tia como la investigaci6n cientifica demuestran que los mas graves efectos de todas las agresio- nes ambientales los sufre la gente mas pobren. % Coxpinsncia Fetsconal, BouiviaNa, Carta pastoral so bre medio ambiente y desarrollo hamano en Bolivia El univer~ do de Dies para la vids 2012), 17. 37 Por ejemplo, el agotamiento de las reserva itico- las perjudica especialmente a quienes viven de la pesca artesanal y no tienen cémo reemplazatla, la contaminacién del agua afecta particularmente a los mas pobres que no tienen posibilidad de com- pra agua envasada, y la elevacién del nivel del mar afecta principalmente a las poblaciones costeras empobrecidas que no tienen a dénde trasladarse. Flimpacto de los desajustes actuales se manifiesta también en la muerte prematura de muchos po- bres, en los conilictos generados por falta de re- cursos y en tantos otros problemas que no tienen espacio suficiente en las agendas del mundo.” 49. Quisieta advertir que no sucle haber con- ciencia clara de los problemas que afectan par- ticularmente a los excluidos. Ells son la mayor parte del planeta, miles de millones de personas. Hoy estan presentes en los debates politicos y econémicos internacionales, pero frecuentemen- te parece que sus problemas se plantean como un apéndice, como una cuestién que se afiade casi por obligacién o de manera periférica, si es que no se los considera un mero dafio colateral. De hecho, a la hora de la actuacién conereta, que- dan frecuentemente en el tltimo lugar. Ello se debe en parte a que muchos profesionales, for- madores de opinién, medios de comunicacién y centros de poder estan ubicados lejos de ellos, en reas urbanas aisladas, sin tomar contacto directo ® CE Conremencin Fescoral. ALEMANA. ComISION PARA Asoxtos Sociatss, Der Klimanandel: Bronpunks gobaler,intergee ratonlr und bkologcher Gersctikeit (septiembre 2006), 28-30, 38. con sus problemas. Viven y reflexionan desde la comodidad de un desarrollo y de una calidad de vida que no estén al alcance de la mayoria de la poblacién mundial, Esta falta de contacto fisico y de encuentro, a veces favorecida por la desinte- gracién de nuestras ciudades, ayuda a cauterizar Ja conciencia y a ignorar parte de la realidad en anilisis sesgados. Esto a veces convive con un discurso «verde», Pero hoy no podemos dejar de reconocer que 1m verdadero planteo ecoligco se conver te siempre en un planteo social, que debe integrat a justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la terra como el clamor de sos pobres. 50, En lugar de resolver los problemas de los pobres y de pensar en un mundo diferente, al- ‘gunos atinan slo a proponer una reduccién de Ja natalidad, No faltan presiones internacionales a los paises en desarrollo, condicionando ayudas econdmicas a ciertas politicas de «salud repro- ductivay. Pero, «si bien es cierto que la desigual distribuei6n de la poblacién y de los recursos dis- ponibles crean obstéculos al desarrollo y al uso sostenible del ambiente, debe reconocerse que el crecimiento demogrifico es plenamente com- patible con un desarrollo integral y solidatio».2* Culpar al aumento de la poblacién y no al con- sumismo extremo y selectivo de algunos es un modo de no enfrentar los problemas. Se pretende ® Consejo Powrinicio Justicia ¥ Pa, Compendia dela Doe trina Sail dela leva, 483, 39 legitimar asi el modelo distributive actual, donde una minoria se cree con el derecho de consumir en una proporcién que seria imposible generalizar, porque cl planeta no podsfa ni siquiera contener los residuos de semejante consumo. Ademés, sa- bemos que se desperdicia aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen, y «el ali- mento que se desecha es como si se robara de la mesa del pobre».” De cualquier manera, es cierto que hay que prestar atencién al desequilibrio en Ja distribucién de la poblacién sobre el territorio, tanto en el nivel nacional como en el global, por- que el aumento del consumo llevaria a situaciones regionales complejas, por las combinaciones de problemas ligados a la contaminacién ambiental, al transporte, al tratamiento de residuos, a la pér- dida de recursos, a la calidad de vida. 51. La inequidad no afecta sdlo a individuos, sino a paises enteros, y obliga a pensar en una ética de las relaciones internacionales. Porque hay una verdadera «deuda ecol6gica», particular- mente entre el Norte y el Sur, relacionada con desequilibrios comerciales con consecuencias en el ambito ecolégico, asi como con el uso despro- porcionado de los recursos naturales Hevado a cabo histéricamente por algunos paises. Las ex- portaciones de algunas materias primas para sa- tisfacer los mercados en el Norte industrializado han producido dafios locales, como la contami- » Catsgusic (5 junio 2013): LlOsevatere Roman, ef, s0- smanal en lengua espatiola (unio 2013), p. 12. 40 naciéa con mercurio en la mineria del oro © con didxido de azufte en la del cobre. Especialmente hay que computar el uso del espacio ambiental de todo el planeta para depositar residuos gascosos que se han ido acumulando durante dos siglos han gencrado una situacién que ahora afecta a todos los paises del mundo, El calentamiento ori- ginado por el enorme consumo de algunos paises ricos tiene repercusiones en los lugares més po- bres de la tierra, especialmente en Africa, donde cl aumento de la temperatura unido a la sequia hace estragos en el rendimiento de los cultivos, A esto se agregan los dafios causados por la expor- tacidn hacia los paises en desarrollo de residuos sélidos y liquidos téxicos, y por la actividad con- taminante de empresas que hacen en los paises menos desarrollados lo que no pueden hacer en los paises que les aportan capital: «Constatamos que con frecuencia las empresas que obran asi son multinacionales, que hacen aqui lo que no se les permite en paises desarrollados o del llamado primer mundo. Generalmente, al cesar sus activi- dades y al retirarse, dejan grandes pasivos huma- nos y ambientales, como la desocupacién, pue~ blos sin vida, agotamiento de algunas reservas naturales, deforestacién, empobrecimiento de la agricultura y ganadetia local, ctateres, cettos tri- turados, rios contaminados y algunas pocas obras sociales que ya no se pueden sostener»." ® Onisnos DE LA REGION Dg ParAGoNtA-CoMAnE (Are _gentins), Menaaje de Navidad (diiemlore 2009), 2 41 52, La deuda externa de los paises pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecolégica, De diversas maneras, los pueblos en vias de desa- rrollo, donde se encuentran las mAs importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el de- sarrollo de los paises més sicos a costa de su pre~ sente y de su futuro. La tierra de los pobres del Sur es rica y poco contaminada, pero el acceso a la propiedad de los bienes y recursos para satis- facer sus necesidades vitales les esté vedado por ua sistema de relaciones comerciales y de pro- piedad estructuralmente perverso, Es necesario que los paises desarrollados contribuyan a resol- ver esta deuda limitando de manera importante cl consumo de energia no renovable y aportando recursos a los paises mas necesitados para apoyar politicas y programas de desarrollo sostenible. Las regiones y los paises mas pobres tienen me- nos posibilidades de adoptar nuevos modelos en orden a reducir el impacto ambiental, porque no tienen la capacitacién para desarrollar los proce- sos necesarios y no pueden cubrir los costos, Por so, hay que mantener con claridad la conciencia de que en el cambio climatico hay responsabilidades diversficadas y, como dijeron los Obispos de Es- tados Unidos, corresponde enfocarse «especial- mente en las necesidades de los pobres, débiles y vulnerables, en un debate a menudo domina- do por intereses mas poderososy."! Necesitamos 9» ConmanNcia ni: 10s Onisros Caro1scOs DE 108 Esra bos UNID08, Gibbal Climate Change: A Plea for Dialgue, Prudence andthe Common Gond (15 junio 2001), 2 fortalecer la conciencia de que somos una sola familia humana. No hay fronteras ni barreras politicas 0 sociales que nos permitan aislarnos, ¥ por eso mismo tampoco hay espacio para la globalizacién de la indiferencia. VIL L.A DEBIIDAD DE LAS REACCIONES 53, Estas situaciones provocan el gemido de Ja hermana tierra, que se unc al gemido de los abandonados del mundo, con un clamor que nos reclama otro rumbo, Nunca hemos maltratado y lastimado muestra casa comiin como en los ilti- mos dos siglos, Pero estamos llamados a set los instrumentos del Padre Dios para que nuestro planeta sea lo que él sofié al crearlo y respon- da a su proyecto de paz, belleza y plenitud, El problema es que no disponemos todavia de la cultura necesaria para enfrentar esta crisis y hace falta construir liderazgos que marquen caminos, buscando atender las necesidades de las genera- ciones actuales incluyendo a todos, sin perjudicar a las generaciones futuras, Se vuelve indispen- sable crear un sistema normativo que incluya li- mites infranqueables y asegure la proteccién de los ecosistemas, antes que las nuevas formas de poder derivadas del paradigma tecnoeconémico terminen arrasando no sélo con Ia politica sino también con la libertad y la justicia, 54, Llama la atencién la debilidad de la reac- cién politica internacional, El sometimiento de Ja politica ante la tecnologia y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales 43 sobre medio ambiente, Hay demasiados intereses particulares y muy facilmente el interés econémi- co llega a prevalecer sobre el bien comin y a ma- nipular Ia informacién para no ver afectados sus proyectos. En esta linea, el Dacumento de Aparecida reclama que «en las intervenciones sobre los re- cursos naturales no predominen los intereses de grupos cconémicos que arrasan irracionalmente Jas fuentes de vida.” La alianza entre la economia y la tecnologia termina dejando afuera lo que no forme parte de sus intereses inmediatos. Asi s6lo podrian esperarse algunas declamaciones superfi- Gales, acciones filantr6picas aisladas, y aun esfuer- zos por mostrar sensibilidad hacia el medio am- biente, cuando en la realidad cualquier intento de Jas organizaciones sociales por modificar las cosas seri visto como una molestia provocada por ilusos romanticos 0 como un obsticulo a sortear. 55. Poco a poco algunos paises pueden mos- trar avances importantes, el desarrollo de contro- les mas eficientes y una lucha més sincera contra Ja corrupcién, Hay mas sensibilidad ecolégica en las poblaciones, aunque no alcanza para modifi- car los hébitos dafiinos de consumo, que no pa- recen ceder sino que se amplian y desarrollan. Es Jo que sucede, para dar sélo un sencillo ejemplo, con el creciente aumento del uso y de la intensi- dad de los acondicionadores de aire, Los merea- © V Cosutiicia Guia Dit. EescoPabo Larinoaw RICANO ¥ DEL Cant, Document de Apareida (29 junio 2007), a7 44 dos, procurando un beneficio inmediato, estimu- lan todavia mas la demanda. Si alguien observara desde afuera la sociedad planetatia, se asombra- rfa ante semejante comportamiento que a veces parece suicida. 56. Mientras tanto, los poderes econdémicos ian justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulacién y una busqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad huma. na y el medio ambiente. Asi se manifiesta que la degradacién ambiental y la degradacién humana y ética estan intimamente unidas. Muchos dirén que no tienen conciencia de realizar acciones in morales, porque la distracci6n constante nos qui- tala valentia de advertir la realidad de un mundo limitado y finito. Por eso, hoy «cualquier cosa que sea fragil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los interes contin es del mercado divini zado, convertidos en regla absoluta».® 57. Es previsible que, ante cl agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrés de nobles reivindicaciones. La guerra siempre produce dafios graves al medio ambiente y a la ti- queza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan cuando se piensa en las armas nuclea~ res y en las armas biolégicas, Porque, «a pesar de © Exhort, ap. Evangel goudiuor 24 noviembre 2013), 56 AAS 105 2013), 1043, que determinados acuerdos internacionales prohi- ban la guerra quimica, bacteriolégica y biolégica, de hecho en los laboratotios se sigue investigan- do para el desarrollo de nuevas armas ofensivas, capaces de alterar los equilibtios naturales». Se requiere de la politica una mayor atencién para prevenir y resolver las causas que puedan originar nuevos conflicts. Pero el poder conectado con las finanzas ¢s el que mas se resiste a este esfucrz0, y los disefios politicos no suclen tener amplitud de miras, ha © In. Categuesis (17 enero 2001), 3: LOzwrtatre Romane, ced, semanal en lengua espafiola (19 enero 2001), p12, 48 CAPITULO SEGUNDO EL EVANGELIO DE LA CREACION 62. Por qué incluir en este documento, dirigido a todas las personas de buena voluntad, un capitulo referido a convicciones creyentes? No ignoro que, en el campo de la politica y del pensamiento, algu- nos rechazan con fuerza la idea de un Creador, © Ja consideran irrclevante, hasta el punto de relegar al ambito de lo irracional la riqueza que las reli- giones pueden ofrecer para una ecologia integral y para un desarrollo pleno de la humanidad, Otras ‘veces se supone que constituyen una subcultura que simplemente debe ser tolerada, Sin embar- 20, la ciencia y la religién, que aportan diferentes aproximaciones a la realidad, pueden entrar en un dislogo intenso y productive para ambas. 1. LA10z QUE OFRECH LA FE 63, Si tenemos en cuenta la complejidad de la crisis ecolégica y sus miiltiples causas, deberfa- mos reconocer que las soluciones no pueden lle- gar desde un tinico modo de interpretar y trans- formar la realidad. También es necesario acudir a las diversas riquezas culturales de los pueblos, al arte y a la poesia, a la vida interior y a la espiritua- lidad, Si de verdad queremos construir una eco- logia que nos permita sanar todo lo que hemos destruido, entonces ninguna rama de las ciencias 4“ yaninguna forma de sabiduria puede ser dejada de lado, tampoco la religiosa con su propio lenguaje. Ademas, la Iglesia Catélica esta abierta al didlogo con el pensamiento filoséfico, y eso le permite producir diversas sintesis entre la fe y la raz6n, En lo que respecta a las cuestiones sociales, esto se puede constatar en el desarrollo de la doctrina social de la Tglesia, que esta lamada a enriquecer- se cada ver mas a partir de los nuevos desafios 64, Por otra parte, si bien esta enefelica se abre 2 un didlogo con todos, pata buscar juntos ca- minos de liberaci6n, quiero mostrar desde el co- mienzo cémo las convicciones de la fe ofrecen 2 los cristianos, y en parte también a otros cre- yentes, grandes motivaciones para el cuidado de ja naturaleza y de los hermanos y hermanas mas fragiles. Si el solo hecho de ser humanos mueve a las personas a cuidar el ambiente del cual for- man parte, «los eristianos, en particular, descu- bren que su cometido dentro de la creaci6n, asi como sus deberes con la naturaleza y el Creador, forman parte de su fev.” Por eso, es un bien para Ja humanidad y para el mundo que los ereyentes reconozcamos mejor los compromisos ecolégi- cos que brotan de nuestras convicciones. TL, La SABIDURIA DE LOS RELATOS BIBLICOS 68. Sin repetir aqui la entera teologia de la crea- cida, nos preguntamos qué nos dicen los grandes ® Juan Paavo II, Menage para la Jornada Mundial de la Pag, 1990, 1S: AAS 82 (1990), 156. 50 relatos biblicos acerca de la relacién del ser hu- mano con el mundo. Fin la primera narracién de Ja obra creadora en el libro del Génesis, el plan de Dios incluye la creacién de la humanidad, Lucgo de la creaci6n del ser humano, se dice que «Dios vio todo lo que habia hecho y era my bueno» (Go 1,31). La Biblia ensefia que cada ser humano es creado por amor, hecho a imagen y semejanza de Dios (cf, Gr 1,26). Esta afirmacién nos mues- tra la inmensa dignidad de cada persona humana, que «no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremen- te y entrar en comunién con otras personas». San Juan Pablo II recordé que el amor especia- lisimo que el Creador tiene por cada ser huma- no le confiere una dignidad infinita* Quienes se empefian en la defensa de la dignidad de las per- sonas pueden encontrar en la fe cristiana los ar- gumentos mis profundos para ese compromiso. 1Qué maravillosa certeza es que la vida de cada persona no se pierde en un desesperante caos, en un mundo regido por la pura casualidad 0 por ciclos que se repiten sin sentido! Fl Creador pue~ de decir a cada uno de nosotros: «Antes que te formaras en el seno de ta made, yo te conocia» (Jr 1,5). Fuimos concebidos en el corazén de Dios, y por eso «cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de noso- ° Cateisma del Iglesia Catia, 357. CE Angelus (16 noviembre 1980): L'Ossrnutore Romano, cd, semanal en lengua espaiiola (23 noviembre 1980), p. 9. 51 tzos es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario».” 66. Los relatos de la creacién en el libro del Gé- nesis contienen, en su lenguaje simbélico y na~ rrativo, profundas ensefianzas sobre la existencia humana y su realidad hist6rica, Fistas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres selaciones fundamentales estrechamente conecta- das: la relacién con Dios, con el préjimo y con la terra, Segtin Ia Biblia, las tres relaciones vitales se han roto, no sélo externamente, sino también dentro de nosotros. Esta ruptura es el pecado, La armonia entre cl Creador, la humanidad y todo lo creado fue destruida por haber pretendido ocu- par el lugar de Dios, negindonos a reconocetnos como criaturas limitadas. Este hecho desnaturali- 26 también el mandato de «dominar» la tierra (cf, Gu 1,28) y de «labrarla y cuidarlay (cf. Gn 2,15). Como resultado, la relacién originariamente armo- niosa entre el ser humano y la naturaleza se trans- formé en un conflicto (cf. Gn 3,17-19). Por eso es significativo que la armonia que vivia san Francisco de Asis con todas las criaturas haya sido interpreta- da como una sanacién deaquella ruptura. Decfa san Buenaventura que, por la reconeiliacién universal con todas las criaturas, de algtin modo Francisco retornaba al estado de inocencia primitiva.” Lejos de ese modelo, hoy el pecado se manifiesta con » Busepicro XVI, Howls ono! slome iii del ministers peri (24 abil 2005): AAAS 97 (2005), 7U1 © Ck Legenda maior, VILL, FF UM, 52 toda su fuerza de destrucci6n en las guetras, las di- versas formas de violencia y maltrato, el abandono de los mas fragiles, los ataques a la naturaleza, 67. No somos Dios. La tierra nos precede y nos ha sido dada, Esto permite responder a una acusacién lanzada al pensamiento judfo-eristia- no: se ha dicho que, desde el relato del Génesis que invita a «dominar» la tierra (cf. Gn 1,28), se favoreceria la explotacién salvaje de la naturaleza presentando una imagen del ser humano como dominante y destructivo, Esta no es una correcta interpretacién de la Biblia como la entiende la Iglesia, Si es verdad que algunas veces los cris: tianos hemos interpretado incorrectamente las Escrituras, hoy debemos rechazar con fuerza que, del hecho de ser creados a imagen de Dios y del mandato de dominar Ia tierra, se deduzea un dominio absoluto sobre las demés criaturas. Es importante leer los textos biblicos en su con- texto, con una hemenéutica adecuada, y recordar que nos invitan a «labrar y cuidar» el jardin del mundo (cf. Gu 2,15). Mientras «labrar» significa cultivar, arar 0 trabajar, «cuidar» significa pro- teger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relacién de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza, Cada comu- nidad puede tomar de Ja bondad de la tierra lo que necesita para su supervivencia, pero también tiene el deber de protegerla y de garantizar la continuidad de su fertilidad para las generaciones faturas. Porque, en definitiva, «la tierra es del Se- 53 for» (Sa/ 24,1), a él pertenece «la tierra y cuanto hay en ella» (Dr 10,14). Por eso, Dios niega toda pretensién de propiedad absoluta: «Ia tierra no puede venderse a perpetuidad, porque la tierra es mia, y vosottos sois forasteros y huéspedes en mi tierra» (Ly 25,23). 68, Esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo, porque «él lo ordené y fueron creados, 1los fi por siempre, por los siglos, y les dio una ley que nunca pasara» (Sal 148,5b-6). De ahi que la legislacién biblica se detenga a proponer al ser humano varias normas, no sélo en relacién con los demas seres humanos, sino también en rcla- cién con los demés seres vivos: «Si ves caido en el camino el asno o el buey de tu hermano, no te desentenderis de ellos {...] Cuando encuentres en el camino un nido de ave en un Arbol o sobre Ja tierra, y esté la madre echada sobre los picho- nes o sobre los huevos, no tomaras a la madre con los hijos» (D¢ 22,4.6). Ea esta linea, el des- canso del séptimo dia no se propone sélo para el ser humano, sino también «para que reposen tu buey y tu asno» (Ex 23,12), De este modo ad. vertimos que la Biblia no da lugar a un antro- pocentrismo despético que se desentienda de las demés criaturas. 69. Ala vex que podemos hacer un uso tespon sable de las cosas, estamos llamados a teconocer 54 que los demas seres vivos tienen un valor propio ante Dios y, «por su simple existencia, lo bendi- cen y le dan gloriay,* porque el Seftor se regocija en sus obras (cf, Sa/ 104,31), Precisamente por su dignidad nica y por estar dorado de inteligencia, el ser humano esti llamado a respetar lo creado con sus leyes internas, ya que «por la sabidurfa el Scfior fundé la tierra» (Pr3,19). Hoy la Iglesia no dice simplemente que las demés criaturas estin completamente subordinadas al bien del ser hu- mano, como sino tuvieran un valor en s{ mismas y nosotros pudigramos disponer de ellas a volun- tad, Por eso los Obispos de Alemania ensefiaron que en las demas criaturas «se podrfa hablar de la prioridad del ser sobre el ser sil». El Cateciomo cuestiona de manera muy directa ¢ insistente lo que serfa un antropocentrismo desviado: «Toda criatura posee su bondad y su perfeecién propias [---] Las distintas criaturas, queridas en su ser propio, reflejan, cada una a su manera, un rayo de Ja sabiduria y de la bondad infinitas de Dios. Por esto, el hombre debe respetar la bondad propia de cada criatura para evitar un uso desordenado de las cosas». 70. [En la narracién sobre Cain y Abel, vemos que los celos condujeron a Cain a cometer la in- © Cateciome de la lleva Calica, 2416. © Coxsinsneia Eniscoral. AVEMANS, Zukunft der Sehip- fing — Zahanpt der Menscsit. Exkiang der Deatoben Bichaihon “oven, Fragon der Unive snd der Eznergeverorgung (1980), H,2 © Catecicme de la lleva Catia, 339, 55 justicia extrema con su hermano. Esto a su vez provocé una ruptura de la relacién entre Cain y Dios y entre Cain y la tierra, de la cual fue exilia- do, Este pasaje se resume en la dramitica conver- sacién de Dios con Cafn. Dios pregunta: «¢Dén- de esta Abel, tu hermano?», Cain responde que no lo sabe y Dios le insiste: «Qué hiciste? jLa voz de la sangre de tu hermano clama a mi desde el suelo! Ahora seras maldito y te alejaras de esta tierra» (Gu 4,9-11). Bl descuido en el empeito de cultivar y mantener una telacién adecuada con el vecino, hacia el cual tengo el deber del cuidado y de la custodia, destruye mi relacién interior con- migo mismo, con los demés, con Dios y con la tierra. Cuando todas estas relaciones son descui- dadas, cuando la justicia ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida esta en peli- gro, Esto es lo que nos ensefia la narracién sobre Noé, cuando Dios amenaza con exterminar la humanidad por su constante incapacidad de vi- vir a la altura de las exigencias de la justicia y de la paz: «He decidido acabar con todos los seres humanos, porque la tierra, a causa de ellos, esta lena de violencia» (Gn 6,13). En estos relatos tan antiguos, cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida una conviccién actual: que todo esta telacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demés. 71. Aunque «la maldad se extendia sobre la faz de la tierra» (Gn 6,5) y a Dios «le pesé haber 56 creado al hombre en la tierra» (Gr 6,6), sin em- bargo, a través de Noé, que todavia se conser- vaba integro y justo, decidié abrir un camino de salvaci6n, Asi dio a la humanidad la posibilidad de un nuevo comienzo. ;Basta un hombre bueno para que haya esperanzal La tradicién biblica es- tablece claramente que esta rchabilitacién impli- ca el redescubrimiento y el respeto de los ritmos inscritos en Ia naturaleza por la mano del Crea- dor. Esto se muestra, por ejemplo, en la ley del Shabbat, P1 séptimo dia, Dios descansé de todas sus obras, Dios ordené a Israel que cada séptimo dia debia celebrarse como un dia de descanso, un Shabbath (cf. Gn 2,2-3; Ex 16,23; 20,10). Por otra parte, también se instaur6 un afio sabatico para Israel y su tierra, cada siete afios (cf. Ly 25,1-4), durante el cual se daba un completo descanso ala tierra, no se sembraba y sélo se cosechaba lo in- dispensable para subsistir y brindar hospitalidad (cf. L25,4-6). Finalmente, pasadas siete semanas de afios, es decir, cuarenta y nueve afios, se cele- braba el Jubileo, afio de perdén universal y «de liberacién para todos los habitantes» (Lv 25,10). El desarrollo de esta legislaci6n traté de asegurar cl equilibrio y la equidad en las relaciones del ser humano con los demés y con la tierra donde vivia y trabajaba. Pero al mismo tiempo era un reco- nocimiento de que el regalo de ia tierra con sus frutos pertenece a todo el pueblo, Aquellos que cultivaban y custodiaban el territorio tenfan que compartir sus frutos, especialmente con los po- bres, las viudas, los huérfanos y los extranjer 37 «Cuando coseches Ia tierra, no legues hasta la La burbuja financiera también suele ser una burbuja productiva, En definitiva, lo que no se afronta con energfa es el problema de la economia real, la que hace posi- ble que se diversifique y mejore la produccién, que las empresas funcionen adecuadamente, que Jas pequefias y medianas empresas se desarrollen y ereen empleo. 190, En este contexto, siempre hay que recor- dar que «la proteccién ambiental no puede asegu- rarse s6lo en base al célculo financiero de costos y beneficios. El ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos del mereado no son eapaces de defender o de promover adecuadamente».’™ Una vex mas, conviene evitar una concepeién magica del mercado, que tiende a pensar que los problemas se resuelven slo con el crecimiento de los beneficios de las empresas o de los indivi- duos. {Bs realista esperar que quien se obsesiona por el maximo beneficio se detenga a pensar en > CE CoxrereNcta DEL Enisconano Mexicano, Coste 16% Emscorat ta LA PasroRAl Soci, Jesmerit ida’ efperan- dels indlgoas y campesinos (14 enceo 2008) © Consejo Pownpicio Jusricin v Paz, Compendio de ta Dostrina Socal de alec, $70 145 los efectos ambientales que dejara a las proximas generaciones? Dentro del esquema del rédito no hay lugar para pensar en los ritmos de la natura. leza, en sus tiempos de degradacién y de regene- racién, y en la complejidad de los ecosistemas, que pueden ser gravemente alterados por la in tervencién humana, Ademés, cuando se habla de biodiversidad, a lo sumo se piensa en ella como un depésito de recursos econémicos que podria ser explotado, pero no se considera seriamente el valor real de las cosas, su significado para las per- sonas y las culturas, los intereses y necesidades de los pobres. 191, Cuando se plantean estas cuestiones, al- gunos reaccionan acusando a los demas de pre- tender detener irracionalmente el progreso y el desarrollo humano. Peto tenemos que conven- cernos de que desacelerar un determinado ritmo de produccién y de consumo puede dar lugar a otro modo de progreso y desarrollo, Los esfuer zos para un uso sostenible de los recursos natu- rales no son un gasto indtil, sino una inversién que podra ofrecer otros beneficios econémicos a medio plazo. Sino tenemos estrechez de mi- ras, podemos descubrir que la diversificacin de una produccién més innovativa y con menor im pacto ambiental, puede ser muy rentable, Se trata de abrir camino a oportunidades diferentes, que no implican detener Ia creatividad humana y su suefio de progreso, sino orientar esa energia con cauces nuevos. 146 192. Por ejemplo, un camino de desarrollo productivo més creative y mejor orientado po- dria corregir el hecho de que haya una inversién tecnolégica excesiva para el consumo y poca para resolver problemas pendientes de la humanidad; podria gencrar formas inteligentes y rentables de teutilizacién, refuncionalizacién y reciclado; po- dria mejorar la eficiencia energética de las ciuda- des, La diversificacién productiva da amplisimas posibilidades a la inteligencia humana para crear c innovar, a la vez que protege el ambiente y crea mas fuentes de trabajo, Fista serfa una creativi. dad capaz de hacer florecer auevamente la no- bleza del ser humano, porque es més digno usar Ia inteligencia, con audacia y responsabilidad, para encontrar formas de desarrollo sostenible y equitativo, en el marco de una no amplia de lo que es la calidad de vida, En cambio, cs més indigno, superficial y menos eteativo insistir en crear formas de expolio de la naturalez para ofrecer nuevas posibilidades de consumo y de xédito inmediato. ama sélo 193. De todos modos, si en algunos casos el desarrollo sostenible implicara nuevas formas de crecer, en otros casos, frente al crecimiento voraz ¢ irresponsable que se produjo durante muchas décadas, hay que pensar también en detener un poco la marcha, en poner algunos limites racio- nales ¢ incluso en volver atris antes que sea tarde. Sabemos que es insostenible el comportamien: to de aquellos que consumen y destruyen mas 147 y més, mientras otros todavia no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana. Por eso ha Uegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda erecer sanamente en otras par- tes. Decia Benedicto XVI que «es necesario que las sociedades tecnolégicamente avanzadas estén dispuestas a favorecer comportamientos catacte- tizados por la sobriedad, disminuyendo el propio consumo de energia y mejorando las condiciones de su uso»." 194, Para que surjan nuevos modelos de pro- greso, necesitamos «cambiar el modelo de desa- rrollo global», lo cual implica reflexionar res- ponsablemente «sobre el sentido de la economia y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones»."® No basta conciliar, en un térmi- no medio, el cuidado de la naturaleza con la ren- ta financiera, o la preservaci6n del ambiente con cl progreso. En este tema los términos medios son sélo una pequefia demora en el derrumbe. Simplemente se trata de redefinir el progreso, Un desarrollo tecnolégico y econémico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integral- mente superior no puede considerarse progreso. Por otra parte, muchas veces la calidad real de la vida de las personas disminuye -por el deterioro © Monee para be Jornada Mural dela Paz 2010, 9: AAS 102 2010), 46. 1 Did © Ibid, 5p. 3, 148 del ambiente, la baja calidad de los mismos pro- ductos alimenticios o el agotamiento de algunos recursos— en el contexto de un crecimiento de la economia, En este marco, el discurso del creci- miento sostenible suele convertirse en un recur- so diversivo y exculpatorio que absorbe valores del discurso ecologista dentro de la logica de las finanzas y de la tecnocracia, y la responsabilidad social y ambiental de las empresas sucle reducirse una serie de acciones de marketing ¢ imagen, 195, Elprincipio de maximizacién de la ganan- cia, que tiende a aislarse de toda otra considera- ci6n, es una distorsién conceptual de la econo- mfa: si aumenta la producciéa, interesa poco que se produzca a costa de los recursos futuros 0 de Ia salud del ambiente; si Ia tala de un bosque au- menta la produccién, nadie mide en ese céleulo Ja pérdida que implica desertificar un territorio, dafiar la biodiversidad o aumentar la contamina- cidn, Fs decir, las empresas obtienen ganancias caleulando y pagando una parte infima de los costos. Sélo podria considerarse ético un com- portamiento en el cual «los costes econdmicos y sociales que se derivan del uso de los recur- sos ambientales comunes se reconozean de ma- nera transparente y sean suftagados totalmente por aquellos que se benefician, y no por otros por las fururas generaciones»." La racionalidad instrumental, que s6lo aporta un andlisis estético ® Brxupicro XVI, Carta ene. Cartas in veritate (29 junio 2009), 50: 4-48 101 (2008), 686, 149 de la realidad en funcién de necesidades actua- les, est4 presente tanto cuando quien asigna los recursos ¢s el mercado como cuando lo hace un. Estado planificador. 196, ¢Qué ocurre con la politica? Recordemos el principio de subsidiariedad, que otorga liber- tad para el desarrollo de las capacidades presen- tes en todos los niveles, pero al mismo tiempo exige mas responsabilidad por el bien comtin a quien tiene mis poder. Hs verdad que hoy algu- nos sectores econdmicos ejercen mas poder que los mismos Estados, Pero no se puede justificar una economia sin politica, que seria incapaz de propiciar otra légica que tija los diversos aspec- tos de la ctisis actual. La légica que no permite prever una preocupacién sincera por el ambiente es la misma que vuelve imprevisible una preo cupacién por integrar a los més frigiles, porque «en el vigente modelo “exitista” y “privatista” no parece tener sentido invertir para que los lentos, débiles 0 menos dotados puedan abrirse camino en la vida». 197. Necesitamos una politica que piense con visién amplia, y que lleve adelante un replanteo integral, incorporando en un didlogo interdisei- plinario los diversos aspectos de la crisis. Muchas veces la misma politica es responsable de su pro pio descrédito, por la corrupcidn y por la falta de Bxhort ap. Esunguli’goudinm 24 noviembre 2013), 209: AAS 105 (2013), 1107 150 buenas politicas piblicas. Si el Estado no cumple su rol en una regién, algunos grupos econémicos pueden aparecer como benefactores y detentar el poder real, sintiéndose autorizados a no cumplir ciertas normas, hasta dat lugar a diversas formas de criminalidad organizada, trata de personas, narcotrifico y violencia muy dificiles de erra- dicar. Si la politica no es capaz de romper una logica perversa, y también queda subsumida en discursos empobrecidos, seguitemos sin afrontar los grandes problemas de la humanidad. Una es- trategia de cambio real exige repensar la totali dad de los procesos, ya que no basta con incluir consideraciones ecolégicas superficiales mientras no se cuestione la I6gica subyacente en la cultu- ta actual, Una sana politica deberia ser capaz de asumir este desafio. 198. La politica y la economia tienden a culpar se mutuamente por lo que se refiere a la pobreza y ala degradacién del ambiente. Pero lo que se espera es que reconozcan sus propios errores y encuentren formas de interaccién orientadas al bien comin. Mientras unos se desesperan sélo por el rédito econémico y otros se obsesionan sélo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras 0 acuerdos espurios donde Jo que menos interesa a las dos partes es preser- var el ambiente y cuidar a los mas débiles. Aqui también vale que «la unidad es superior al con- flicto».” ‘© Ibid, 228: p. 1113, ‘V._L.As RELIGIONS FN FIL DIALOGO CON LAS CIENCIAS, 199. No se puede sostener que las ciencias em- piricas explican completamente la vida, el entra~ mado de todas las criaturas y el conjunto de la realidad. Eso seria sobrepasar indebidamente sus confines metodolégicos limitados, Si se reflexio- na con ese marco cerrado, desaparecen la sensi- bilidad estética, la poesia, y aun la capacidad de la raz6n para percibir el sentido y la finalidad de las cosas." Quiero recordar que «los textos religio- sos clisicos pueden ofrecer un significado para todas las épocas, tienen una fuerza motivadora que abre siempre nuevos horizontes [...] ¢Es razonable y culto relegarlos a la oscuridad, slo por haber surgido en el contexto de una creencia religiosa?».!"? En realidad, es ingenuo pensar que los principios éticos puedan presentarse de un modo puramente abstracto, desligados de todo “CE Cart ene. Lamon fisi (29 junio 2013), 34 AAS 105 Q013), 577: «La luz de la fe, unida a la verdad del amon, 10 €8 jena al munclo material, porque el amor se vive siempre fen cuerpo y alma; la luz de Ia fe es una luz encarnada, que pe cede de la vida luminosa de Jess. Iumina incluso la materia, confla en su ordenamiento, sabe que en ella se abre un eamine de armonia y de comprensin cada ver mis amplio. La mirada de Ia ciencia se benelicia asf de la fe: esta invita al cientiico a estar abierto a la realidad, en toda su riqueza inagotable. La fe espierta el sentido eritico, en cuanto que no permite que la investigacién se conforme con sus formulas y la ayuda a darse cuenta de que la naturaleza no se reduce a ells, Invitando a rmaravillarse ante ef misterio de la creacién, la fe ensancha los hhorizontes de la s226n pata laminar mejor el mundo que se presenta allos estadios de a ciencia, “2 Exhore. ap. Eeanglt gaudium (24 noviembre 2013), 256; AAS 105 2015), 1123, 152 contexto, y el hecho de que aparezcan con un lenguaje religioso no les quita valor alguno en el debate piblico. Los principios éticos que la raz6n cs capaz de percibir pueden reaparecer siempre bajo distintos ropajes y expresados con lenguajes diversos, incluso religiosos, 200. Por otra parte, cualquier solucién técnica que pretendan aportar las ciencias ser4 impoten- te para resolver los graves problemas del mun- do si la humanidad pierde su rumbo, si se olvi- dan las grandes motivaciones que hacen posible Ja convivencia, el sacrificio, la bondad. En todo caso, habra que interpelar a los creyentes a set coherentes con su propia fe y a no contradecirla con sus acciones, habré que reclamarles que vucl- van a abrirse ala gracia de Dios y a beber en lo mas hondo de sus propias convicciones sobre el amor, la justicia y Ia paz. Si una mala compren- sién de nuestros propios principios a veces nos ha Hevado a justificar el maltrato a la naturaleza © el dominio despético del ser humano sobre lo creado © las guerras, la injusticia y la violencia, los creyentes podemos reconocer que de esa manera hemos sido infieles al tesoro de sabiduria que de- biamos custodiar, Muchas veces los limites cul- turales de diversas épocas han condicionado esa conciencia del propio acervo ético y espiritual, pero es precisamente el regreso a sus fuentes lo que permite a las religiones responder mejor alas necesidades actuales. 153 201. La mayor parte de los habitantes del plane- ta se declaran creyentes, y esto deberia provocar alas religiones a entrar en un didlogo entre ellas orientado al cuidado de la naturaleza, a la defensa de los pobres, a la construecién de redes de re peto y de fraternidad. Es imperioso también un didlogo entre las ciencias mismas, porque cada una suele encerrarse en los limites de su propio lenguaje, y la especializacidn tiende a convertir- se en aislamiento y en absolutizacién del propio saber. Esto impide afrontar adecuadamente los problemas del medio ambiente. También se vuel- ve necesatio un diélogo abierto y amable entre los diferentes movimientos ecologistas, donde no faltan las luchas ideoldgicas. La gravedad de la crisis ecoldgica nos exige a todos pensar en el bien comin y avanzar en un camino de didlogo que requiere paciencia, ascesis y generosidad, re- cordando siempre que «la realidad es superior a Ia idea». © Ibid, 281: p UNA, 154 CAPITULO SEXTO EDUCACION Y ESPIRITUALIDAD ECOLOGICA 202. Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace falta I conciencia de un origen comiin, de una pertenencia mutua y de un futu- r0 compartido por todos. Esta conciencia basica permitiria el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida. Se destaca asi un gran desafio cultural, espiritual y educative que su- pondré largos procesos de regeneracién. T. APOSTAR POR OTRO FSTILO DE VIDA 203. Dado que el mercado tiende a crear un mecanismo consumista compulsivo para colocar sus productos, las personas terminan sumergidas en la voragine de las compras y los gastos innece- sarios. El consumismo obsesivo es el reflejo sub jetivo del paradigma tecnoeconémico. Ocurre lo que ya sefialaba Romano Guardini: el ser huma- no «acepta los objetos y las formas de vida, tal como le son impuestos por la planificacién y por os productos fabricados en serie y, después de todo, actiia asi con el sentimiento de que eso es lo racional y lo acertado»."** Tal paradigma hace “Dar Ende dr Newt, Waccnurg 1965°, 66-67 (ed. esp El ocase dela Edad Moderna, Madtid 1958, 87) creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que inte- gran la minoria que detenta el poder econémico y financiero, En esta confusién, la humanidad posmoderna no encontré una nueva compren- sidn de si misma que pueda orientarla, y esta falta de identidad se vive con angustia, Tenemos de- masiados medios para unos escasos y raquiticos fines. 204. La situacién actual del mundo «provoca una sensacién de inestabilidad ¢ inseguridad que a su vex favorece formas de egoismo colecti- vo». Cuando las personas se vuelven autorre- ferenciales y se afslan en su propia conciencia, acrecientan su voracidad. Mientras més vacio esta el corazdn de la persona, més necesita ob- jetos para comprar, poseer y consumir. En este contexto, no parece posible que alguien acepte que la realidad le marque limites. Tampoco existe en ese horizonte un verdadero bien comin. Si tal tipo de sujeto es el que tiende a predominar en una sociedad, las normas sélo serin respetadas en la medida en que no contradigan las propias necesidades. Por eso, no pensemos sélo en la posibilidad de terribles fenémenos climaticos o en grandes desastres naturales, sino también en catastrofes derivadas de crisis sociales, porque la obsesién por un estilo de vida consumista, sobre 8 Juan Paso IL, Monje para la Jornada Mundial de la Pas 1990, 1s AAS 82 (1990), 147 156 todo cuando sdlo unos pocos puedan sostener- lo, s6lo podsa provocar violencia y destruccién reciproca, 205. Sin embargo, no todo esta perdido, por que los sezes humanos, capaces de degradarse hasta cl extremo, también pueden sobreponerse, volver a optar por el bien y regenerarse, més alla de todos los condicionamientos mentales y so: Giales que les impongan. Son capaces de mirarse a si mismos con honestidad, de sacar a la luz su propio hastio y de iniciar caminos nuevos hacia Ja verdadera libertad. No hay sistemas que anulen por completo la apertura al bien, a la verdad y la belieza, ni la capacidad de reaccién que sigue alentando desde lo profundo de los cora- zones humanos. A cada persona de este mundo Ie pido que no olvide esa dignidad suya que nadie tiene derecho a quitarle. 206. Un cambio en los estilos de vida podria llegar a ejercer una sana presién sobre los que tienen poder politico, econémico y social. Es que ocurre cuando los movimientos de consu- midores logran que dejen de adquirirse ciertos productos y asf se vuelven efectives para mo- dificar el comportamiento de las empresas, for zandolas a considerar el impacto ambiental y los patrones de produccién. Es un hecho que, cuan- do los habitos de la sociedad afectan el rédito de las empresas, estas se ven presionadas a producir de otra manera, Bllo nos recuerda la responsabi- lidad social de los consumidores. «Comprar es 157

You might also like