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Suetto de Polifilo (Neneciay 1499), ¢s uno de los libros més curiosos y enigmaticos salidos de unas prensas. Quienes lo conocen bien saben que oculta una rara hermosura y um apasiona- Ren eee eee eee ba oe Ooo omc CML Cle or oe mismo siglo xvi, el Suerio de Polifilo se ha vis- to rodeado de un aura de esoterismo enfermi- Pete eet tet tr eT ee eee Sonera ido de una imprenta ilustre y hermoseado con abundantes y preciosas xilografias, esté, toda- via hoy, envuelto-en misterios. pe eee one ee rico de estirpe medieval y. enciclopedia huma- nistica de vocacién totalizadora, ya que contic- ne una ingente amalgama de conocimicntos Pree eet mer ee rs gicos, gemoldgicos y hasta culinarios. Wii SUENO DE POLIFILO FRANCESCO COLONNA BIBLIOTECA| UPY, yee ES epee ee eee UNIVERSIDAD POLITECNICA VALENCIA (ONE Francesco Colonna EDICION Y TRADUCCION POUL Te ay PRIMBRA BDICION EN EL ACANTILADO noviembre de 1999 YfPULO ORIGINAL Hypnerotomacbia Polipbili Publicado por: BL ACANTILADO Quademns Crema, S. A., Sociedad Unipersonsl ‘Muntaner, 452 - 08006 Barcelona ‘www elacantilado.com cotteo@elacantilado.com Tel 934 144 906 - Fax: 934 147 107 © por Ia edicién y la traduceién: r999 by Pilar Pedraza © de esta edicién: 1999 by Quaderns Crema Derechos exelustvos de edicién: Quadems Crema, 8. A. I9BN: 84-95559-05-7 DBPOSITO LEGAL: B. 49.036-1999 BLISABET NAVARRO Correccién de pruebas MARTA SERRANO Producci6n gréfica MERGE PUJADAS ProducctOn editortal VieTOR IGUAL, S.. Compasicibn fotomecénice RomanvA-vaLis Inpresi6n y encuadernacién Bao les sanciones establecidas por las leves, ‘eucdan rigurosamente prohibidas, sin ie autorieacién Dor escrito ce ios ttulares del copyright a seproduceln total © parcial de este obra por cualquier medio o procedimiento meeinico 0 lectronico, actual o futuro—incluyendo las fotecoptasy le difusién 8 través de Internet—y la distribucicn de efemplares de este ‘dicign mediante alquice @ pissin pal DAD POLITEC! VALENCIA INDICE 2. [to prestano Introduccin 1. Laobra, 19 — 2. Elautor,27 — 5. La lengua, 33 4- Las fuentes, 36 ~ 5. Los grabados, 4r — 6. Influencia del Sueio de Polfilo, 46 — 7. Ediciones y traducctones, so 8. Bibliografia, 55 SUENO DE POLIFILO ” LEONARDO GRASSI DE VERONA A-GUIDO, TLUSTRESINO DUQUE DE URBINO, SALUD. 6 POLIFULO A POLIA. SALUD 76 io} POLIFILO COMIENZA SU (CER.BL ADORNO ADMIRABLE DE SU INGRESO. ¥, QUE, RIENDO LURGO VOLVERSE ATRAS, VE AL. DRAGON MONSTRUOSO, INCREIBLEMENTE ATERRORIZADO POR EL CUAL EMPRENDE LA HUIDA POR LUGARBS SUBTE- RRANEOS. FINALMENTE; BNCURNTRA LA. DESBADISI~ MA SALIDA Y.LLEGA A UN LUGAR AMENO, 14s (var) POLIFILO HABLA.DE LA‘ AMENIDAD DE LAREGION ALA (QUE FUR A PARAR, VAGANDO POR LA CUAL‘ENCONTRO UNA FUENTE EXQUISITA ¥-MUY NOTABLE, ¥ COMO VIO VENIR HACIA Sf A CINCO ENCANTADORAS DA- MISELAS, QUE, MARAVILLANDOSE DE SU LLEGADA A AQUEL LUGAR, LE TRANQUILIZARON PIADOSAMENTE, Y LEINVITARON A SUMARSE'A SUS PLACERES. 161 tvm) POLIFILO, TRANQUILIZADO POR LAS CINCO NINFAS, PUE CON ELLAS A LAS TERMAS, DONDE HUBO MUCHO REGOCIJO POR LO QUE OCURRIG BN LA FUENTE ¥ DU- RANTE LA UNCION. CONDUCIDO DESPUES ANTE LA REI~ NA BLEUTERILIDE, VIO POR.BL CAMINO.Y.EN EL PA LACIO COSAS NOTABLES ¥ UNA HERMOSA FUENTS. 178 ox} POLIFILO GUBNTA COMO. PUEDE CUAN INSIGNE ERA LA MAJESTAD DE LA REINA Y LA NATURALEZA DE SU MORADA ¥ SU ADMIRABLE -LUJO, ¥ COMO ELLA SE BX- ‘TRANG DE SU LLEGADA, YSU BENIGNAY AFABLE ACO- GIDA ¥-CUAN MARAVILLOSO Y.ESPLENDIDO FUE SU PANQUETE; QUE EXCEDIG LA: MEDIDA HUMANA, ¥ EL LUGAR INCOMPARABLE BN QUE TUYO LUGAR...» 20 tx} POLEFILO SIGUE CONTANDO QUE DESPUSS DEL GRAN BANQUETS HUBO UN-ELEGANTISIMO BAILE QUE-FUB UN JUEGO, ¥ QUE'LA:REINA LE'ENCOMENDO A DOS DISTINGUIDAS MUCHACHAS, QUE LE CONDUJERON A (QUE ADMIRARA COSAS DELICIOSAS ¥ GRANDES. ¥, HA- BLANDO CLARAMENTE, DISIPARON ALGUNAS DE.SUS. DUDAS. FINALMENTE, LLEGARON ANTE LAS TRES PUER- ‘TAS ¥ 61 SE QUEDO EN LA DE EN MEDIO, BNTRE LAS AMOROSAS NINFAS. 233 bx} LAS LASCIVAS MUCHACHAS LE 'DEJAN-SOLO’ EN ESTE. LUGAR DESIERTO Y UNA NINFA ELEGANTISIMA LE SALE AL ENCUENTRO. POLIFILO DESCRIBE AMOROSA- MENTE SU BULLBZA Y SU INDUMENTARIA. 269 bx) oe LA BELLISIMA NINFA LEGA HASTA’ POLIFILO, 118+ VANDO UNA ANTORCHA'EN LA MANO IZQUIERDA. LE. ‘TOMA CON LALIBRE ¥ LE INVITA A IR CON-BLLA, EN- TONCES COMIENZA POLIFILO A SENTIR INFLAMADOS SUS SENTIDOS, ABRASADO POR EL, DULCE AMOR DE LA. ELEGANTE DAMISELA, 217 Exit) POLIA, TODAVIA NO RECONOCIDA POR EL ENAMORADOPO- LEFILO, LB TRANQUILIZA GRACIOSA Y AMABLEMENTE, ¥ 41, A CAUSA DE SUS ADMORABLES BELLEZAS, SE ENTREGA AL AMOR EN SU MENTS. ¥ CUANDO AMBOS SE ACERCAN ‘A.LOS TRIUNFOS, VE CON MUCHO PLACER A INNUMERA- BLES JOVENCITOS Y MUCHACHAS SOLAZANDOSE. 284 [xtv)- POLIFILO VE EN EL LUGAR YA DICHO LOS CUATRO CA+ RROS TRIUNEALES:BN HONOR DEL SUPREMO JOPITER, ‘TODOS HECHOS DE DIVERSAS PIEDRAS.¥ D5 PRECICS!- SIMAS JOYAS, MUY:‘VENERADOS POR -LA°MULTITUD DE. FELICES JOVENES. 293 {xv} LA NINFA CUENTA BLOCUSNTEMENTE A FOLIPILO DB (QUIENES SE COMPONIA LA MUCHEDUMDRE DE LOS j6- VBNES AMANTES YDB LAS ENAMORADAS ¥ DIVINAS MUCHACHAS ¥ COMO. YUBRON AMADOS POR LOS:DIO- SES, Y VE LOS.COROS DE LOS DIVINOS PORTAS GAN- ANDO. ye ixvid LA NINPA, TRAS HABER EXPLICADO DIESTRAMBNTS A SU POLIFILO LOS MISTERIOS TRIUNFALES ¥ EL AMOR DIVINO, LE INVITA A|PROSEGUIR BL CAMINO, POR EL. QUE VE CON GRAN PLACER OTRAS INNUMERABLES NINFAS SOLAZANDOSE CON MIL BNTRETENIMIENTOS Con sus GRATISIMOS AMANTES POR ENTRE LAS FLO- RES, LAS FRESCAS SOMBRAS, LOS CLAROS ARROYOS ¥ LAS LIMPIDISIMAS FUENTES. POLIFILO, MUY ALTERA~ DO POR EL AMOR, ENLOQUECIA, PERO, TEMPERANDO- SE CON LA-RSPERANZA, SE TRANQUILIZO, CONTEM- PLANDO EL DULCE ROSTRO DE SU BELLA NINFA... 326 ixvan) LA NINFA CONDUCE AL ENAMORADO POL{FILO FOR OTROS BELLOS LUGARES, EN LOS QUE'VE INNUMERA- BLES NINFAS.QUE SOLEMNIZAN Y FESTEJAN ALEGRE- MENTE EL TRIUNFO DE VERTUMNO ¥ POMONA BN TOR- NO 4 UN ALTAR SAGRADO. LUEGO LLEGAN A UN MA- RAVILLOSO TEMPLO, CUYA ARQUITECTURA DESCRI- BE EN:PARTE, Y CUENTA QUE EN'EL LA NINFA APAGA, CON GRAN SOLEMNIDAD SU ANTORCHA, POR MANDA- TO DE LA SACERDOTISA, ¥ LE MANIFIESTA QUE 5S'SU POLIA. LUEGO ENTRA CON LA SACERDOTISA EN EL SANTUARIO PARA REALIZAR UN SACRIFICIO 5 INYO CA ANTE EL ALTAR DIVINO ALAS TRES GRACIAS. 338 fxvind) POLIA OFRECE DEVOTAMENTE LAS TORIOLAS; VUBLA SOBRE EL ALTAR UN PEQUENO ESPIRITU ¥ LA SACER- DOTISA’DIRIGE UNA ORACION A'LA DIVINA VENUS. LUEGO ESPARCE LAS ROSAS ¥ CUANDO HA HECHO EI. 'SACKIFICIO DE LOS CISNES, BROTA DE ALLE MILAGRO- SAMENTE UN ROSAL CON FRUTOS ¥ FLORES. LOS DOS COMEN DE ELLOS. DESPUES LLEGAN ALEGREMENTE A UN TEMPLO EN RUINAS, CUYOS RITOS EXPLICA POLIA A POLIFILO, PERSUADIENDOLE DE QUE ENTRE EN 1A ‘CONTBMPLAR MUCHOS EPITAFIOS ANTIGUOS. VUELVE EL ESPANTADO Y ES TRANQUILIZADO POR ELLA, ¥ CUANDO ESTAN JUNTOS; POLFILO SE INFLAMA-DE. AMOR VIENDO LAS.INMENSAS BELLEZAS DE POLIA. 384 Exped POLIA PERSUADE A POLIFILO PARA QUE VAYA A VER LOS ANTIGUOS EPITAFIOS EN EL-TEMPLO DESTRUIDO. ALLI VE POL[FILO COSAS ADMIRABLES ¥, AL CONTEM- PLAR POR ULTIMO EL RAPTO DE PROSERPINA, TEME HABER PERDIDO INCAUTAMENTS A SU POLIA ¥ VUEL~ VE-A ELLA ASUSTADO. LUEGO VIENE EL DIOS AMOR, QUE INVEEA\A'POLIA ¥'A POLIFILO. A ENTRAREN.SIT NAVECIELA. HABIENDO LLAMADO AQUEL A CEFIO, NAVEGAN FELICES ¥ LOS DIOSES MARINOS DEMUES- ‘TRAN A CUPIDO.GRAN VENERACION. 208. [xx] POLIFILO CUENTA QUE LAS NINFAS, TRAS HABER FLE~ NADO LOS REMOS, COMENZARON A CANTAR SUAVE MENTE. ¥ QUE SENT{A UNA GRAN DULZURA DE AMOR, PORQUE POLIA COMPETIA CON BLLAS EN BLCANTO. 461 Exxr] LLEGARON ALEGREMENTE AL DESEADISIMO LUGAR, CUYA DIGNA AMENIDAD AFIRMA POLIFILO, DESCRI- BIENDO OPORTUNAMENTE SUS PLANTAS, HIERBAS Y AVECILLAS, PERO ANTES LA. FORMA DE LA NAVEGILLA. ¥ CUBNTA QUS, AL DESCENDER, DE ELLA EL SENOR CUPIDO, SALIERON A SU ENCUENTRO PARA HONRAR- LE MUCHAS NINFAS PORTADORAS DE TROFEOS. 472 fxxu} (CUANDO SALIBRON DE LA NAVECILLA, VINIERON ASU ENCUENTRO INFINITAS NINFAS CON TROFEOS, 30- BERBIAMENTE VESTIDAS. POLIFILO DESCRIBE LA MISTERIOSA FORMA DE 108 OBJETOS PROCESIONALES. QUE OFRECIERON A CUPIDO ¥ LA PROCESION DEL RRO TRIUNFAL, QUE FUB SEGUIDO POR BL Y POLIA ATADOS. Y QUE LLEGARON EN MAXIMO TRIUNFO A LA PUERTA DEL ADMIRABLE ANFITEATRO, BL CUAL DES~ (CRIBE POL{F1L.0 COMPLETAMENTE POR DENTRO ¥ FOR FUERA, 522 fxxmnn) POLfFIL0 DESCRIBE EL ADMIRABLE ARTIFICIO DE LA FUENTE DE VENUS QUE HAB{A EN EL CENTRO DEL AREA DEL TEATRO, ¥ COMO FUB ROTA LA CORTINILLA Y MIO ALA MADRE DIVINA EN SU MAJESTAD ¥ COMO BLLA JMPUSO SILENCIO A LAS NINFAS QUE CANTABAN, DE LAS QUE CONSIGNO TRES A POLIA-Y TRES'A: EE LUEGO CUPIDO LES HIRIG A LOS DOS-Y LA DIOSA-LES MOJO CON BL AGUA DE LA FUENTE ¥ POLIRILO FUE REVESTIDO. POR ULTIMO, A LA LLEGADA DE MARTE, SB DESPIDIERON ¥ SE RETIRARON. 564 xxiv] POLIFILO CUBNTA QUE, ALA LLEGADA DBL: GUERRE- RO, SALIERON DEL. TEATRO CON SUS.ACOMPANANTES Y LAS OTRAS NINFAS. LLEGARON A-UNA FUENTE $A GRADA, DONDE LAS:NINFAS HABLAN: DEL: SEPULCRO DE ADONIS ¥ DE COMO LA DIOSA ACUDIA A £1. TODOS LOS ANOS A CUMPLIR LAS CEEEMONIAS SANTAS; ¥, CE SANDO EN-SUS DANZAS.¥ CANTOS, CONVENCIERON LUEGO A FOLIA DE QUE CONTASE SU ORIGEN ¥ SUS. AMORES. 580 Exxv] CUBNTA AQUI LA DIVINA POLIA SU'NOBLE ¥ ANTIGUO ORIGEN ¥ COMO TREVISO FUE BDIFICADA POR SUS AN- ‘TEPASADOS. ¥ QUE ERA ORIUNDA’ DE LA FAMILIA LE- LIA, ¥ DB. QUE MODO, SIN’ ELLA-ADVERTIRLO Y SIN DARSE CUENTA, SE ENAMORG DE ELLA DESMESURA- DAMENTE SU QUERIDO POLIFILO. 593 fxxvi] ATACADA POLIA POR LA PESTE, 1120 UN VOTO A DIA- NAY, HABIENDOSE CONSAGRADO A ELLA, POR CASUA- LIDAD LA VIO POLIFILO EN EL TEMPLO, DONDE UN DiA DESPUES LA ENCONTRO SOLA ORANDO. CONTOLE SU PENA ¥ EL MARTIRIO QUE SUFRIA AMANDOLAY {Lz DIDIO ALIVIO, PERO ELLA, PERMANECIENDO INN SERICORDE, LB VIO DESVANECERSE COMO MUBRTOY EMPRENDIO LA HUIDA COMO UN MALHECHOR. 603 Exxvir] POLIA TERMINA DE CONTAR SU CRUBLDAD ¥ COMO, AL HUIR, FUE ARREBATADA POR UN TORBELLINO ¥ ‘TRANSPORTADA SIN DARSE, CUENTA A UN BOSQUE, DONDE VIO QUE DOS MUCHACHAS ERAN DESPEDAZA- DAS. LUEGO, COMO VOLVI6 EN sf ESPANTADA, DES~ Pugs, DURMIBNDO, LE PARECIO-SER RAPTADA. POR DOS VERDUGOS. ATERRORIZADA POR BLLO, SE MOVIO EN.SUENOS ¥ $8 DESPERTARON ELLA Y SU NODRIZA, LA CUAL LE DIO TIL CONSEJO SOBRE LA RAZON DB. AQUBLLO. 20 [xxvan) POLIA CUENTA DE QUE MODO LA SAGAZ NODRIZA LE ACONSEJ6, POR MEDIO DE VARIOS EJEMPLOS ¥ PARA DIGMAS. QUE EVITARA LA IRA Y LAS AMENAZAS DE Los DIOSES; ¥ COMO UNA MUJER, DESESPERADA POR UN. AMOR DESMESURADO, SB MATO; ¥ LE RECOMENES QUE FUERA SIN TARDANZA A LA SACERDOTISA DEL SANTO TEMPLO DE.LA SENORA VENUS, QUE LE DARA UN CONSEJO CONVENIBNTE ¥ FFICAZ. 66 [xxix] POLIA, TEMEROSA'DE LA‘IRA DIVINA A CAUSA DE:LOS BJEMPLOS DE LA PRUDENTS NODRIZA, COMENZO A ENAMORARSE CON BUENA DISPOSICION ¥ FUE Ab [DEMPLO DONDE YACIA MUERTO POLIFILO ¥, LLORAN- DO YiDERRAMANDO LAGRIMAS ¥ ABRAZANDOLB, 1B yiz0. RESUCITAR, ¥ CUENTA COMO LAS NINFAS PE DIANA 10S PUSIBRON EN FUGA ¥ LAS VISIONES QUE {10 FOLIA EN SU CAMARA:'Y QUE LUBGO, YENDO/AE SANTUARIO DE VENUS, ENCONTRG AI. BNAMORADO poLirio. 650 fxxxl pons $B ACUSO ANTE LA SACERDOTISA DEL ‘TEMPLO DE SU PASADA IMPIEDAD ¥ DECLARO, MOSTRANDO. 4 ‘POLIFILO PRESENTE, QUE AHORA ESTABA COMPLETA MENTE LLENA DE UN AMOR ARDIENTB. LA RELIGIOSA MATRONA LLAMO ANTE ELLA ESTE, SL CUAL SUPLI 6 QUE LES CONFIRMARA A AMBOS BN SU MEDITADA RESOLUCION. POLIA, A CAUSA DEL AMOR IMPACIENTE Ques cREciA EN ELLA SIN CESAR, NTERRUMPIO TA [RESPUESTA. 665 (xxx) “APENAS HUBO ACABADO POLEFILO SU DISCURSO, POLIA te pupans6 EL VBHEMENTE AMOR POR BL QUE HABIA Sino {NTIMAMENTE ALCANZADA, AS{ COMO LA GRAN, AVIDEZ QUE SENTIA DE AMARLE, CON VARIOS EJEM™ alos, ¥ PARA MANIFESTARLE SU PASION ARDIENTE, te pio UN BESO DULC{SIMO COMO PRUEBA DE SU GRAN AMOR. DESPUES CUBNTA LO QUE LE RESPON DIO LA VENERABLE SACERDOTISA or fxxxu) OpRDECISNDO LAS ORDBNES DE LA SACERDOTISA, PO- L{FILO ALABA LA PERSEVERANCIA Y'CUENTA; SUPRE- MIBNDO LO QUE-YA HA DICHO DE SUS AMORES, COMO NiO A POLIA'EN BL TEMPLO DURANTE UNA FIESTA ¥ COMO FUE AGITADO SUMAMENTE POR BL AMOR: LUB+ Go SE DUBLE DE SU ALEJAMIENTO. LE MANIFIESTA SU TORMENTO TRAS HABER TENIDO LA IDEA’ DE ENVIARLE UNA CARTA. on pox} PRIMERA CARTA QUE POLIFILO CUENTA HABER BSCRIE TO A SU POLIA, Y QUE, COMO ELLA NO SE CONMOVIG EN ABSOLUTO, LE ENVIO La SEGUNDA. 688 poo) poxisito PROSIGUE SU DOLOKOSA HISTORIA ¥ CUEN: ta QUE, XA QUE FOLIA NO SE MOSTRE CONMOVIDA TOR SUS CARTAS, LE ENVIO UNA TERCERA ¥ COMC, PeRSBVERANDO BLA TODAVIA BN SU CRUELDAD, LA UNCONTRO POR CASUALIDAD SOLA ¥ REZANDO EN Fl TEMPLO DE DIANA, DONDE £1 MUIIO. LUBGO RESUCI” ‘416 BNTRE SUS DULCES ABRAZOS. “or Exxxvl POL{FILO PROSIGUB SU NARRACION ¥ CUENTA QUE SU RSPIRITU, AI. REGRESAR A SL, SE LE APARECIO ¥ =F TABLO ALEGREMENTE, DICIENDOLE QUE HABIA ES- "TADO EN PRESENCIA DB LA DIVINA PAFIA, PROPICLA ¥ DENEVOLA. ¥ QUE, TRAS HABER OBTENIDO SU GTA- 1A, ESTABA DE REGRESO FELIZMENTE PARA VIVIEI- ARLE: 108 bexxvil POLIFILO DICE QUE, ARENAS SE HUBO CALLADO SU ALMA, SE HALLO VIVO ENTRE LOS BRAZOS DE POLIA LUSGO, ROGANDO A LA SACERDOTISA QUE LES UNIERA A AMBOS EN UN AMOR PERPBTUO, PUSO FIN A SU DIS- CURSO. ¥ POLIA CONCLUYE EL RELATO QUE HIZO A LAS NINFAS.DE COMO SE BNAMORO DE POLIFILO, ¥ EL DE ELLA, 16 Exxxve] ‘CUBNTA FOLIFILO QUE CUANDO POLIA SE CALLS, HA- fA TERMINADO AL MISNO TIEMPO LA GUIRNALDA BE FLORES, QUE LE PUSO EN LA CABEZA, BESANDOLE SUA~ VEMBNTE. LAS NINFAS, QUE HABYAN ESCUCHADO DU- RANTE TODO AQUEL TIEMPO LA HISTORIA DE AMOR, VOLVISKON A SUS PLAGERES ¥ SH DESPIDIBRON. FOLIA Y POLIFILO SE QUEDARON SOLOS, HABLANDO DE AMOR. Y POLIA, ABRAZANDOLE ESTRECHISIMAMENTS, DESA- PARECIO JUNTO,CON BL SUENO, 78 Dexxvin) ACABA AQUE POLIFILO SU LUCHA DE AMOR EN SUEROS, LAMENTANDO QUE AQUEL NO FUERA MAS LARGO ¥ QUE BL SOL ENVIDIOSO PRODUJERA BL NUEVO Dia. 722 EPITAFIO DE POLIA 124 Notas Bs INTRODUCCION 1. LA OBRA La Hypnerotomachta Polipbili o Suetio de-Polijilo (Ve- necia 1499), es uno de los libros més curiosos yenigma- tucos salidos de unas prensas: Gnoli se refiere'a él: como. cia mayor obra fentéstica, el nico poema del siglo xv», en tanto que Croce lo.condena con estas. palabras: «Si ese libro no hubsera sido tan serio, largo y pesado; se po- dria mterpretar como una caricatura del Humanismo», Quienes lo‘conocen bien saben que, tras su aparente de- formidad, se-oculta una rara hermosura y ut’ apesionado anhelo de perfeccién, sabiduria y belleza absolutes, bajo elsigno del Amor..Desde-el mismo siglo xv1, el Suefto de Polifito se ha visto rodeado de un aura.de esoterismo y preciosismo enfermizo.de la que no es culpablesu autor sino sus comentaristas, porque, como sefialan Popelin y Mario Praz, una obra semejante atrac-las interpretacio- nes més estrafalatias como un cuerpo débil les enferme- dades. Por otra parte, pese a que se trata de-uno de los li- bros més atractivos del Renacimiento, salido de una imprenta ilustre y hermoseado con abundantes y precio- sas xilografias—a las:que debe en.gran medida su fortu- na—, todavia cstd cnvuelto.en-misterios: slo se-conoce su autor por conjeturas, y hay al menos dos candidatos a serlo: un veheciano y un romano; se ignorael nombre del artista que disefié los grabados y Ja raz6n queumpulsé al mecenas, Leonardo Grasst, a sufragar la edicién, El mis- mo Aldo-el Viejo, ef impresor,'no dej6 su.nombre més 19 queen el Gltimo folio, en una fe de exratas que falta en al- gunos ejemplares, La obra se divide en dos libros, asimétricos en cuanto a extensién, escritos con distinta técnica literarta y de con- tenido aparentemente contradictorio, aunque sin duda salieron dela misma pluma, En el primero, el Protagonis- ta de ambos, Polifilo, narra en primera persona un com- plicado viaje en suefios a través de regiones y construc- ciones alegéricas de cardeter amoroso, En el segundo, ‘que se enmarca dentro del mismo suefio del personaje, ef relato esté en boca de su amada Polia, que cuenta su pro- pia historia y la del propio Polifilo en tanto que amante suyo, Cuando lanarracién de Polia termina, Polifilo des- pierta y maldice la luz del nuevo dia, que ie arrebata las delicias y tormentos del amor, Preceden al texto los elementos usuales en la época: una dedicatoria del mecenas de la edicién, Leonardo Grassi, al Duque de Urbino; unos versos laudatorios.de fos humantstas Gianbattista Scita y Andrea Marone y, cosa menos comiin, una dedicatoria del propio Polifilo a Polia, a quien se dinige como si estuviera viva, pese a que en Ja obra hay tres epitafios que la lloran. No consta el autor, pero uniendo las primeras letras de cada uno de 4os 38 capitalos que integran el libro, se lee: «Poliam fra ter Franciscus Columna peramavit» («el het meno Fran- cisco Colonna adoré a Polia.»} Leonardo Grassi, cuyo nombre aparece latinizado en el proemio como Leonardo Craso, pagé el libro y se lo dedicé a Guidobaldo de Montefeltro, Duque de Urbino, en reconocimiento por su generoso comportamiento can tun hermano suyo que habia militado bajo su mando en el asedio de Bibbtena, Se desconoce el nombre de este her- mano, pero el dato es titil porque proporciona una fecha, ya que se trata de un episodio dela guerra de 1498'entre Florencia y Pisa, un afio antes de la. publicacién: del libro. Para ayudar a tos pisanos, los venecianos habfan reclutado al Duque:Guidobalde de Montefeliro, que sulrié-una serie de graves reveses, perdiendo todas las fortalezas expugnadas saivo la de Bibbiena, en la que se vio obligado a refugiarse: : Grass procedfa “de una ilustre familia veronesa, Doctor por la Universidad de Padua, fue Protenotario Apostélico, capitén de la ciudadela de Verona y supe- sintendente de las fortificaciones paduanas. Aunque pa- rece haber sido un hombre culto, no se le conoce mas obra literaria que la-epistola proemial de la-Hyperoto- machta, redactada en discreto latin, Muchos estadiosos se han preguntado la razén-por ia que financié un libro tan. caro. Biadego responde'que Grasst debfa ser, si no arquitecto en el estricto sentido de Ja palabra, al menos aficionado a'la arquitectura y entendido en ella, como lo prueba elhecho de que se encargara de las fottificacio- nes de Padua, Esto explicaria su interés en asumir Ja edicién-del Swemo. Podria haber inspirado ¢ inc.uso di- rigido la parte artistica del libro. Esta hipétesis, que im- Presiona como sensata, se muestra enseguida débil. En 1a-Hypnerotomachia tio hay rastro de-preocupaciones en. el terreno deta fortificacién, contrariamerte a lo que ocurre en otras obras de la segunda: mitad del sigho-xv. como el Tratado de Arquitectura de Filarete (hacia 1460). Las investigactones de Casella y Pozzt arrojen una ay tuz nueva sobre el problema. Casella recuerda la'afirma~ cién de-Scaligero. de-que Leonardo Grassi se-ocupaba de antigiiedades, rasgo:que parece haber sido comén-en su familia y que puede explicar-el attactivo que-ejercid sobre éi la Hypnerotomachra. Como veremos mas ade- lante al ocuparnos del espinoso problema de le paternt- dad. de la‘obra,.si.su autor fue cl-Francesco. Colonna propuesto-por Apostolo Zeno y. por'Temanza, venecia- no, fraile del convento de SS. Giovanni ¢ Peolo de Ve- necia-y bachiller por Padua, el problema se simplifica. Casella.y Pozzi sefialan que, puesto que Grassi estaba en estrechas relaciones.con Padua,.ambos personajes pu+ dieron conocerse en esta ciudad, Si Colonna y Grassi fueron amigos, no.es descabellado suponer. que se lan- zaran juntos a la empresa de editar la Hypnerotomachia, obra del primero. La carta dedicatorta al Duque de Urbino va seguida en el proemio del libro por un poema en el que Giambat- tista Scita alaba la generosidad de Grassi, al que califica de segundo padre de la obra. Scita, natural-de Feltre, era un bumanista de cierto renombre, profesor de gramética y poeta, amigo de Pietro Bembo, Giovanni Pico delle Mi- randola y Aldo Manuzio. Mantenfa relaciones con, Vero- nay con los Grassi, de modo que no es de extrafiar que pusiera su pluma a conttibucién en une obra pagada por Leonardo y editada por su amigo Aldo. De sus relactones, con Colonna, por el contrario, no sabemos nada. El'per- sonaje que pone fin a.los versos proemiales del Suefiay, que oculta, sin duda sabiéndolo, el nombre-de su autor. es Andrea Marone de Brescia, profesor de letras en Bres ciay Ferrata, poeta en la corte de Leén X y amigo del hu- 22 ‘manista Pierto’ Valeriano: No se le conocen relaciones, con‘Aldo, pero pudo tenerlas por medio de Pierio. Tras estos elementos protocolarios comienzan los 24 capfuulos de la primera parte del Sveffo. Constituye ésta en, si misma una novela alegérica, que se inscribe en el con- junto de «visiones» medievales, bajo el signo del amor en- tendido como lucha. Se trata-del relato de una ascension spiritual desde las-vacilaciones, errores y miedos juveniles hasta Ja conquista del dominio de los sentidos y del libre albedrfo, Ja eleccién de la vocacién vital—desdefiando ia via ascétice y la gloria mundana—y la consumacién sim- bélicadel matrimonio con la amada por medio dele rotu- ra del velo de Venus con Ia flecha de oro de Cupido. Este claro hilo alegérico esta enmaratiado por las minuciosisi- mas desctipciones anticuarias y la morostdad en Jaexpo- sicién ret6rica de los sentimientos del protagonista; que confieren a Ja novela su peculiar aspecto de morstruoso pastiche de una Antigiiedad imaginariay cast oriental: Este libro es, en realidad, un injerto de poema alegé- tico de estirpe medieval y enciclopedia-humanistica de vocacién totalizadora, ya que contiene una ingen‘e amal- gama de conocimientos arqueolégicos, epigréficos, ar- ‘quitecténicos, litirgicos, gemoldgicos y hasta culinarios. De lamitologia al ajedrez. de la astronomfaval arte de re~ cortar setos, en él estén vertidos todos los conocimientos del autor, al que no es necesario imaginar experto en une avotra de estas artes, sino sintetizador de una serie limi- tada de fuentes literarias y de experiencias vitales-en un mundo tan rico en estimulos como Ie Italia de fines del sigio xv. cuando los esplendores del ocaso medieval se confundian con los del albade una nueva maniera de en- 23 tender Jas relaciones con la Antigiiedad cldsica. Sus:co- noctmientos'de arquitectura-resultan de una-asimilaci6n muy personal de los tratados de Vitravio y:Alberti; los de Astronomfa, de Higinio; los de botanica y piedras, de Plinto y de los herbariosy lapidarios de la época, y'asisu- ‘cesivamente. El céimulo de conocimientos que maneja; en su-ma- yoria librescos, est congelado y paralizado.en los crista- Jes de una prosa-de ritmo lentisimo; que disecciona los menotes detalles como un bisturi, haciendo que el lector sea incapaz no ya de vet el conjunto del bosque sino ni siquiera los. érboles mismos, porque nos muestra:cada hoja, y en cada hoja cada netvio, visto por los ojos ultra- sensibles yun tanto espantados.del protagonista. Todo, ademés, es tan.prectoso como si hubtera sido tocado por Midas. Elector se siente abrumado portanto esplendor, sobre todo si olvida que lo narrado en el priter libro tie- ne un cardcter patadisiaco y simbélico, Refleja un mundo ideal, envuelto en la bruma de oro de-la nostalgia de lo urrecuperable: la Antigitedad y Polia, la amada muerta, fundidas ambas en ehalma del amante como una fuente de perpetuo tormento y delicia. El segundo libro, por‘el contrario, es una novelaque podriamos calificer de costumbrista si-no fuera por su estilo pedante. De argumento muy cotidiano bajo el ro- paje fastuoso-del estilo, Polia ya no aparece como una hinfa misteriosa sino como una muchacha algo simple, ne en realidad se llama Lucrezia Lelliy.se hace monja de Diana para cumplir un voto emitido en.el.curso de una grave enfermedad. Mentiene une luche:interior un tanto mezquina entre su desco de no romper sus votos y: 24 Ja mala conciencia por-hacer suftir-alenamorado Poli: filo, ademés de estar asustada porla posibilidac de-que Cupido la castigue porssu crueldad hacia su amante. Por ‘iltsmo, se ablanda y se.casa con él Puede que ambos:libros fueran eseritos en distintas €pocas y luego ensamblados de una forma ua tanto for- zada, Ciertamente, todo.es'sofiado, ya que en‘la primera pagina Polifilo se duerme y en a iltima despietta, Y es sofiado, ademés, en breves instantes de un amarecer de ptimavera, Pero lo que cuenta Polia en el'segundo libro no casa con el contenido del primero, Es dificil ottentar- seen el laberinto que constituyen ambos, si no es:tecu- triendo.a expedientes sinuosos como el concebido por Gnoli, segiin el cual el segundo libro es un todo zetrado que debié ser compuesto antes que el primero y estaba destinado a ser Gnico. El autor-decidié Inego.alargar la visién que tuvo el.alma de Polifilo durante su muerte aparente en el templo de Diana, en un, trabajo. mas am- plio y de distinto talante, por lo que el espacio en-que se mueven los personajes del libro segundo es «realm, y el del primero alegérico. De hectio, en ambos alcarzan los amantes la presencia de Cupido y Venus, yen amtos apa- recen los castigos del Amora los mortales que see resis- ten. Pero lo que en-el segundo libro es cuestiéa de Ii- rncas, en el primeto esta prodigiosamente ampliado a causa de la‘hinchazén erudita:-Esta explicacin, que insinda una especie de mise en abfme, es a mas hermosa posible deila estructura del Suefto de Poliilo y honta la imagine cién de quien la invent6. El segundo libro: parece un relato autobiogtatfico. |, Proporciona muchos detalles acerca de Lucrezia Lelli de 25. Treviso’ y en’ él sé-menciona una’peste-que tealiente tuvo lugar en esa ciudad por-aquellas fechas. El cambio de nombre’ de Lucrezia a Polia ha intrigado siempre'a la critica. Algunos estudiosos, como Temanza y Federici, imaginaron que se trataba'de una persona con dos nom- bres, el primero de los cuales seria Lucrezia y el segundo Ippolita, enmascarado en el literario de Polia. Quienes han considerado a ésta como una alegorfa sin existencia real, han buscado significados en Ja etimologfa griega de la palabra. B. De la Monnoye, en el siglo xvi11, pensaba que Polia significa lo mismo que la-palabra latina cant- tiesy hace referencia'a ia Anuigiiedad. Pero canities no es antigiiedad sino vejez canosa. Por sw parte, A. Zeno la hacia. detivar del adjetivo pollus, y vela’en ella una per- sonificacién de la ciencia universal, ‘mientras que’ para Ganoli se trata de una alegorfa de la Verdad, y para Cal- vesi, de la Sabidutia. En el texto Polia funciona de un modo ambivalente: en el segundo libro es sin‘duda una tal Lucrezia Lelli, muchacha de carne y hueso. En el prime- to, una ninfa de belleza tan espléndida como impersonal, misteriosamente dotada de conocimientos anticuatios, conductora erudita de Polifilo a través del pats de Venus y.con ciertos tasgos alegéticos que la emparentan con las amadas ideales como Laura o Beatriz. Los dos libros constituyen una glorificacién apasio- nada de Venus y Cupido, vencedor de los propios dioses y dotado de dos-armas terribles, inventadas por Ovidio: ia flecha de oro que enamora, y la de plomo que causa re- chazo. El panerotismo de ia novela no es una origina- lidad del autor, ya que tiene rafces medievaies y fine die vulgado sobre todo por los filésofos neoplaténicos del: 26 Renacimiento temprano, En el Serio ni siquiera consti: tuye un. sistema coherente sino mas-bien un estado de nimo, que impregna la visién del mundo sin corformat- Ja por sf mismo. Matices epictiteos brillan de vez en cuan- do, stendo el mas importante el hecho de situar a Baco y Ceres en el cottejo de Venus. Desconocemos la fecha en que se compuso el Sue A la vista de la que aparece en un epitatio al final del Gl- tumo capitulo, se ha pensado que puede datarse alrede- dor de 1467, lo cual es dudoso, ya que hay en él influen- caas muy claras de obras postetiores; si bien ol autor pudo conocer algunas de ellas por manuseritos antes de que fueran impresas. De todos modos, parece que debe pensarse més bien en una fecha tardia, més cercana a la impresién en 1499. 2. BL AUTOR Una de las incégnitas més irtitantes de la Hypnerotoma- chta es la que concieme a su autor. El Libro no t-ae nin- gin indicio claro sobre quién lo escribi6, pero uniendo Jas primeras letras de cada capitulo se lee: «Poliam frater Franciscus Columna peramavit» Jacques Gohotry cité este actéstico en una edicién francesa del siglo xv del Suefio, en cl reverso del frontispicio, y relacioné al nom. ‘bre de Francesco Colonna con Ja ilustre familia omana de-este nombre. Z En 1723, Apostolo Zeno creyé haber encontrado la clave del enigma del autor del libro; una nota manuseri- se encontraba entonces en el convento dominico ve- neciano Delle Zattere, que decia asf, en latin, con fecha de 152%: Elnombre del verdadero autor es Franciscus Columna ve~ rneciano, que fue de 1a orden de predicadores y que, por et amor ardentisimo que tenfa hacia una tal Hipélita de Treviso, la llama, cambidndole el nombre, Polia, a la cual dedic6 la obra, como indican las letras capitulares de fos libros, ya que tuntendo la primera letra de los capitulos de cada libro. dicen juntas asf; Poliam frater Franciscus Columna peramavit. Atin vive en Venecia en SS, Giovarint ¢ Paolo. Esta nota un poco fantasmal, ha sido buscada pot otros investigadores sin el menot resultado, Puede tratarse de una falsa noticia de Zeno. Dentro del mismo siglo xvim1, Tommaso Temanza atribuyé también el Suefio de Polifilo al Francesco Co- Jonna véneto. La cultura del autor de la Hypnerotoma- chia sobre asuntos ortentales le hizo pensar que nuestro autor estuvo en Oriente, ya que alos venecianos de aquel tiempo es resultaba relativamente facil emprender ese tipo de viajes. Con los mismos argumentos imaginatios; atribuye a Colonna viajes por toda Italia, singularmente a Roma. Conoceria en Treviso'a Teodoro Lelli, legado a esa sede episcopal en 1462: Siempre segiin Temanza, el Obispo Lelli tendrfa una sobrina Hamada Ippolita,de'ta que Colonna se enamors, En toro a 1464, la ciudad de Treviso fue atacada por la peste y, encontréndose Ippo" Jita én peligro de muerte, hizo voto de retirarse del mun- do y llevar una vida casta si lograba recobrar Ja salud: El Obispo Lelli gobemné Ia iglesia de ‘Treviso hasta 14663! 28. a8 afio.en que murié, Ippolita murié el mismo afio.o ai me- nos se marché de Treviso, Jo.que provocé la d=sespera- cién de Colonna, Temanza llega a preguntarse si éste no serfa tal vez matido de Ippolita antes de hacerse fraile, Jo cual daria un sentido legitimo y honesto a la ruptura por su parte del velo de Venuis en la isla de Citerea, uno de los pasajes més escabrosos del Swesio. Fuera. como fuese, concluye, ella mutié antes que él y Francesco vis- 4i6 cl habito de Santo Domingo en el convento venecia- no de $S. Giovanni e Paolo, donde acabé de escribir el libro. Siguiendo las huellas de-Temanza, Federici y Marche- se, la critica del siglo xax fue précticamente unénime al atribuir a un fraile veneciano, llamado Francesco Co- Jonna, la paternidad, del Sueifo de Polifilo, salvo Gnoli (1899), que confiesa no librarse de la duda de quetras los. habutos de fray Francesco.se ocultera en realided.un hu- anantsta ilustre que quisicra conservat en esta ccasién el anonimato, por el carécter paganizante y algo licencioso del libro. En nuestro siglo esta sospecha ha sido recogida por.Ana Khomentovskaia, que propone para el chuma- nista ilustre» cle Gnoli.el nombre de Felice Feliciano (2432-1480), al que attibuye el Sueffoa base deuna serie mencionado por Andrea Marone en el ti- ‘mo poema del Proemio, 42 ean 3) EALENGUA ~ Lo que més ha contribuido a impedir el conociniiento y _ lacdifusi6n de la Hypnerotomachia, ha sido la oscuridad ‘desu lenguaje. La mayor parte de la critica se refiere a él - -con-une irtitacién mas o-menos velada, pero Focos se Han detenido a estudiatlo en’ profundidad. Los contem- pordneos ya hicieron notar lo anémaloide esta lengua ex- “ uavagante, algunos alabando su novedad, como Grassi, = que'en-la dedicatoria'a Guidobaldo de Montefeltro es- 1 cribe: «Hay en él-una cosa admirable: que, aunque ha- 5 bla nuestra lengua, para entenderle hace falta conocer la gniegay la romana no menos que la toscana y vernacula.» “ Bstuvo de moda en ciertos circulos, rebasando el érnbito _ meramente literario, para pasar a ser jerga hablada por ‘ exquisitos, porque Castiglione lo vitupera ésperamente nel Cortesano (1528). En el siglo xvitr el lenguaye del Sueiio comenz6 a in- Aeresar como objeto de estudio'y especulacion, El pro- - blema de dilucidar surnaturaleza vino a complicirse por el deseo de interpretar unas palabras del autof en la de- --dicatoria a Polia, cuyo sentido esta atin por esclarecer ‘yigue ha atormentado a muchas cabezas ilustres, entre = ellas la de Apostolo Zeno. En el Suefo se lee: «ll quale | Aono (llibro} soto poset al tao solete et ingerioso i stantia recucto, io-il commeto.» Zeno pensaba que el a “saiovo estilo» al que Colonna vertié su libro, segtin él 5 comenzado en lengua vulgar, ¢s una jerga de latin, grie- lengua vulgar pero que, a instancias de Polia, el autor lo tradujo.¢ la extrafia Jengua en que finalmente fue publi- cado, A lasjerga» descrita por Zeno afiade huellas del dialecto de los Abruzzos, que seria la lengua materna de 1a joven. Otros, entre ellos Popelin y Ephurussi, pensa- ron.gue el libro se empez6 en Latin, pero finalmente se escribié en lengua vulgar, aunque dejando la huella cul- terana de una sintaxis latinizente y un vocabulario ar- queolégico, El paso.siguiente fue pensar en una lengua culterana y un estilo pedante propio de los humanistas del Quattrocento, del que el Suerfo no seria sino un ejem- plo entre otros. Fabbrini comenz6 a poner algo de luz en estas oscuridades prectsamente gracias a.la hipétesis de que Colonna, utilizando un lenguaje artificial, lo forj6 a su capticho, trastocando sus elementos y embelleciéndo- Jo con aportaciones.tardo-antiguas y personales, lo.gue ‘no quiere decir que se tratara de algo completamente nuevo ¢ inventado por él. Para él, la cuestién-del aban- dono del estilo inicial no se refiere a Ja lengua, sino al paso del verso propio de los poemas alegéricos como la Amorosa Vistone, ala prosa. Giovanni Pozzi ha estudiado de forma cuidadosa y cientifice la lengua de Colonna, realizando una diseceién de las fuentes y despejando gran niimero de incégnitas que se debfan més a la tgnorancia de los estudiosos que al misterio del objeto de estudio, Remitimos a sus.libros al lector interesado, pero daremos aqu{ un breve resumen desus tesis, por su importancta, El Suerio esta escrito fun; damentalmente en lengua vulgar, empleada como capa raz6n poco significativo y lena de un contenido exprest vo que deriva de otros idiomas, especialmente del latin.” 34 EL gricgo no es-esencial y tiene un carfcter preciosista, ‘generalmente usado en formas adjetivales que eemaltan eltexto, al que se engarzan como ratas joyas, 6 biea como Sustantivos que'designan objetos o circunstanciss anti- guos, constituyendo entonces auténticos arqueologismos. La gran masa del cuerpo de la novela es una mezda, cast 4 partes iguales, de latin y lengua vulgar, en la quelo ver- ndculo véneto esté ausente. Bllatin de Colonna, pot otra Parte, no es el'clésico ciceroniano sino el eclécticoy pre- iosista de fines cel Quattrocento, cuyos cultivaderes no loconsicleraban una lengua muerta sino viva y actual: Los -__ Prestamos que toma de los clésicos tardfos, como Apule- Youson siempre palabras raras y desiumbrantes. De Ovi. ‘dio:no sélo asimilé 1a mayor parte de su propia cultura ‘mitolégice sino también ciertas-palabras extraiics:: De » Plinio aprovech6 multivud de vocablos-técnicos, singu- « “larmente de botanica, arquitectura y lepidaria, De Vitra. "oy Alberti, précticamente toda la terminologia arqui- | Hect6nica que maneja, "7 Porat seiala que el autor en lengua vulgar latinizante més cercano a Colonna es A. Vinciguetra, veneciano que “ ttabaj6 por los mismos afios, Por el contrario, no han dado ___ fesultado las comparaciones con grandes humanistas co. Eo Pietro Bembo o Etmolao Barbaro. Fuera de estas in. Ee fluencias, hay que sefialar que es frecuente en Colotna la [feacion de ciertas criaturas lingiisticas attificiales, que Lf Poza califica de «sirenas» y «centauros». En efecto, el au- Hy toride la Hypnerotomachia toma con frecuencia rafces lati as 0 vulgares y les afiade «colas» absolutamente insélitas 1} Amenudo'estrafalarias, pero de gran efecto, obtentendo _ Some resultado palabras nuevas de gran fuerza expresiva 35 sas, como el Roman de la.Rose, Boccaccio'lo.emples fre cuentemente y de él lo tomé el autor del Suesto de Polif Jo, En este iltimo es,ademés, un recurso que permite que Polia muerta reviva en Ja imaginacién. del protagonista, que sélo puede amarla en suefios porque no-es mas-que un recuerdo, Igualmente tépico es el recurso a las distin» tas puertas o senderos que el protagonista encuentra en su camino y entre los que debe escoger uno, En él se ins- cribe un ciclo de temas renacentistas, uno de los cuales es scuyo\Trattato di Arebitettura no vio la'luz de latmprenta __ etisu tiempo y data de los afos sesenta del sigloxv, pudo _ inspirarle el remate de las cépulas con estatuas giratorias ‘planta del laberinto acudtico,Segtin Pozzi, lo conocis: auavés: ‘de una versién latina adquirida por el convento de SSGiovanni e Paolo en 1490. ‘olonna maneja Ja terminologia arquitecténica de Vi- | truvioy Alberti libremente, sin importarle contradecirse, © Resultacurioso que, tras haber proclamado que lo esencial el del Suevio de Escipion. ©. cde‘una construccién es su estructutay no su otnato, st En.cuanto a les fuentes de la erudicién de Colonna: 2" gutendo-a Albert, recargue las que invents con una one que hacen del Swe7o una enciclopedia delossaberes desu pe ‘mentacién abrumadora, La estética de sus edificios guarda época, son diversas pero no inabarcables, y apatecenfija- 415 41 zclacién-con 1a de los'fondos de los cuadros de sus con. das en el Commento dela edicién de Giovanni Pozzi. Pa: "8 temporéneos, sobre todo los de Mantegna, y en ella do- saremos revista a los aspectos més significativos. La-enre: ‘miia-un colorido destumbrante y un gran Iujo en los ma. vesada arquitectura de Colonna, mucho menos clisica o: “tentalesLos.elementos decorativos, que emplea con gtan antigua de lo que él mismo pretendia, depende esencial- _ profusion para embellecerlo todo, desde los grandes frisos mente de Vitruvio y Alberti. La edicién princeps del trata-. “atgultect6nicos hasta los bordados de Jas enaguas de las do De Re Aedificatona apareci6 en Florencia en 2485, unfaspertenecen al universo estético: de los Lombardi: algunos afios después de la muerte de Alberti (1472), {gntegna, Pinturicchio y Andrea: Bregno..No imagina aunque la redaccién de Ja obra data de la época en. que “hnuchas pinturas, y sin embargo prodiga los mosaicos, lo éste estuvo en Roma, en la corte de Nicolés V, a quien des ‘ “que'no es'de extrafiar en un veneciano, si admitimos la ht- bid.mostrarsela ya en 1452. No sabemos si Colonna se, sirvié del incunable.o dena copia manuscrita, que pudo”” “fe haber conocido.antes que la primera edicién.-Ademés) $s de pétrafos casi literales, tomé del tratado de Alberti muy chos términos que designan elementos arguitect6nicos; aunque no siempre los aplicé con propiedad. De Vitruvio,: cuya edici6n prnceps data de 1486, pero dela que tam bign circulaban copias manuserttas antes, dependen mu; tica’por los materiales preciosos, dle los que se revele ‘fan conocedor, en gran parte través de la lectura de Pl: nia (edicién princeps, x 465) ydiversos lapidartos, pero se- 38 39 La erudicién mitolégica depende de las Metamorfo- s15 de Ovidio, El Asno de Oro de Apuleyo, las Saturnales de Mactobio, la Genealogta Deorum de Boccaccio y las Pébulas de Higinio. Debfa de conocer la obra de Ovidio casi de memoria, ya que al utilizarla, incurre a veces en etrores de detalle, como sino se hubiera tomado la mo- lestia de cotejar sus recuerdos con el texto. Sus concei- mientos astronémicos proceden del Poema Astronémico de Higinic, publicado en Venceia en 145. Hay quienes encuentran en el texto del Sve7io abundantes elementos alquimicos.-No faitan, desde luego, y tal vez hay claves alquimicas de carécter metaférico referentes.al-vige ini- cidtico-del protagonista por las diferentes regiones ale: géricas de.su stinerario amoroso, pero ello no significa ‘que el Sueffo.sea obra de un alquimista, n1 tampoco-que se trate de un libro de cardcter hermético propiamente dicho. Claves herméticas hay en muchas y muy diversas obras de la época, porque la alquimia formaba parte del corpus de conocimientos y afloraba como un elemento més en cualquier construccién cultural. Lo-discutible es pretender una interpretacién alguimica de la totalidad. de fa obta, como en el caso de Fierz-David, cuyo libro, por otra parte, es interesante y sugestivo. El estado-de fnuestros conocimientos nos permite construir-un autor de amplia formacién humanistica general y gustos perso- nales muy acentuados, pero no necesatiamente un mago; un astrélogo,o un alquimista. Tampoco vamos a desco- nocer u olvidar por ello ia importancia que:estas.ramas. | del saber tenfan en sw-época y que influyeron en la. Hyp- nerotomachia sin duda, como han puesto de manificsto. los trabajos de Calvesi y Kretzulesco-Quaranta. 40 5. LOS GRABADOS ‘La-imagnifica serie de-los x71 grabados:que ilustran-las dos ediciones aldinas de la Hypuerotomachia, es la tes- ponsable de Ja fortuna del libro en todas las épocas. A pesar de su belleza y de que revelan la intervencién.d>-un creador de gran talento, su patetnidad no esté clara La critica Jos ha atribuido a diversos artistas italianos de la segunda mitad del siglo xv; sin el menor apoyo docu- mental. Al pasar revista a la bibliograffa, se tiene laim- presién de que cada historiador presenta un candidato y se ve. obligado:a forzar los. pocos datos con los que se cuenta para hacerlo encajar em el molde vacio del Ilama- do «maestro del Palffilon, como los pies de las aspiraates + enel zapato de Cenicienta, - scoLas incoherencias que una mirada atenta descubre en muchos de los grabados, hacen pensar que el xildgrafo no ~ fic’el mismo que el dibujante'y que aquél se'encontss a “veces desorientado ala hora de tallar los disefios. Donati -selialado estos extores—que generalmente consisien ‘en:confusiones en el drapeado de figuras adyacentes—y distingue, en principio, dos personas; el attista y el xil6- ‘grafo,:pero: ramificando incluso a este ultimo en otros -dos:uno muy habil, realizador, por ejemplo, del grabado ‘de Polifilo ante la reina Eleuterilide (n.° 25), y otro me- ‘osidiestro, que tallaria ilustractones secundarias como'la ~ arcade Cupido (n.° 117). Tak duplicidad de manos no es ‘de extrafiar si la obra se encargé a un tallér xilografico, ‘en-el:que cl maestro o algtin oficial diestro se encargaria En cuanto al dibujante o inventor, la cosa se compli- ca sitenemos en cuenta que el manuscrito entregado por Grass: a Aldo:debfa contener, al menos en esbozo, algu- nas de Jas ilustraciones, segiin.se colige de ciertas re- ferencias-del texto incluso a figuras que no llegaron a realizarse. Segtin Donati, pertenecen al autor literario todas las figuras.arqueolégicas, las geomeétricas y las.ale- géticas, todas las-arquitecturas y sus partes, y tdos los objetos aislados y simbélicos. Piensa que algunos de es- tos disefios se tallaron sin alteraciones.y que otros fueron retocados y corregidos-por un maestro, al que-denomina «decorador del Polifilon. distinto del autor del'texto y del artista que realiz6 os grabados mis complejos. Por Jo que respecta'al autor literario, Donati dice que fue un buen dibuyante, pero que sus perspectivas adolecen. de simplicidad. En cuanto al «decoradorm, se caracteriza pot Ja utilizaci6n de gartas aladas, mascarones de perfil con barbas de:follaje, delfines, serpientes esqueméticas de perfil y sirenas 0 arpfas. El maestro de las composiciones més complejas y de las figuras humanas podria haber sido Benozzo Gozzoli (1420-1497), yen efecto, algunos de los grabados recuerdan no sélo Ja elegancia general de Ja estética benozziana sino incluso detalles parecidos a Jos de algunas de sus pinturas. Peto no.son suficientes ‘como para, sin negar ung posible influencia, attibuiile directamente la ilustracién del libro. Giovanni Pozzi no acepta la attibucién a Benozzo ni ja distincién-de cinco manos diferentes trabajando en uh s6lo volumen. Segiin él; intervinteron dos artistas: un di- bujante técnico para las arquitecturas y otro més avanza- do para las partes més complicadas con paisajes y figu- 42 F t ras: El primero podria haber sido Francesco Colonna, aunque Pozzi sefiala que:por aquellas fechas habia en el convento de’SS.’Giovannt-e Paolo dos pintores «pros- pettici» que podrian haberle ayudado. En cuanto al 'se- gundo maestro, debié de ser un veneciano que tetfe muy presente la obra de Andrea Mantegna (1435-1506). Pro- Pone al-autor anémimo de una miniatura-(cédice Mar- ano it. 264 (4924), f.23 3x) en la que'apatecen, entre otras,-una figura de Marte idéntica 4 la'del'soldedo-del carro'de Dénae (n.*:55b). Pata Pozzi ambas son de la:mus- mamano, y ambas del «maestro del Polifilo», M, Saimi atribuye esta miniatura a Benedetto Bordo~ he, uno de los pintores mas intcresantes que se movieron en Venecia @ caballo entre los dos siglos, pero tampoco ‘e/atribucién del Polfilo a Bordone tiene mucho funda: mento. Poppelreuter sefiala'en los gtabados del Suefio das influencias de la pintura de Mantegna y de Pelma el + Viejo.insiste en las semejanzas entresalgunas de les ilus- tractones de éste'con pequeiias obras de arte, como pie- ras incisas, tetracotas, monedas-y medallas, etc, que abundaban en las colecciones de antigiiedades de la épo- ‘cu De'la amitacién de tales modelos, practicada entre ‘otros por Bellint, poco puede decirse sobre la identidad del artista, ya que se encontraban en todas partes ¥ cual- ‘quiera:podia servirse de ellas. ‘= Huelsen emprendié sus investigaciones sobre el mun- iSfigurativo del Suefio partiendo de la base de las posi « bles!copiss e imitaciones de antigtiedades, aunque con- retando de qué monumentos dinicos y existentes en un Glosiigar se sirvi6 el «maestro del Polifilon. Comenzd por grabado del dios del Sol de la sala del trono de Eleute- 43 rilide (n.° 26), que Poppelreuter habia crefdo imitado de ciettos relieves del joven-y, el éguila por separado; Huels sen sefialé que no era necesatio recurrir a estos. modelos dispersos, puesto que existe uno en el que ambos apare. cen unidos: el bello altar dedicado al dios palmirense del Sol. Se conserva en el Museo Capitolino; y debié salir ala, luz hacia 1470 © poco después, probablemente en uno de Jos numerosos santuanios dedicados a divinidades orien- tales de Via Portuense. Otro ejemplo notable de influen- cia de una pieza romana concreta serfa el del grabado que representa un friso del anfiteatro de Venus (n.° 149), que. guard relacién con.los relieves de sarcéfagos sobre el tema del viaje del alma por mar hacia las islas de los Bie= naventurados. Se parece espectalmenteal de las Nereidas del Louvre, que.a fines del Quattrocento estaba en la iglesia de San Francesco en Trastevere. Los jeroglificos del Sueffo detivan, segin Huelsen, de-un friso romang que se hellaba entonces en la iglesia de San Lorenzo Ex: tramuros (actualmente en el Museo Capitolino) y.que-se cee que pettenecfa a un templo de Neptuno, porque esté adomnado con objetos relacionaidos con el mar y con ins- trumentos de sactificio. Por otra parte, ef mismo auton hace notar que ¢l.anfiteatro de Venus se parece ai Coli- sco, y que la fuente de las Tres Gracias (n.°.22)-es-una. reinterpreteci6n del grupo que actualmente se encuenitra. en a Libreria Piccolomini de la catedral de Siena,:pero que en Ia época de la Hypnerotomachta estaba en el Pa~ lazzo Colonna de Roma, Huelsen concluye que el autor, 4 del Suefio debe de haber tenido a su disposicién una serie de dibujos de monumentos antiguos existentes en Roma, pero no aventura una hipétesis de «romanidad» del autor a4 40). | tigna; Benedetto Bordone, Buonconsiglio, Giovanni Be- | lis, Jacopo de Barbari et, se basan sobre todo en el wecho de que en los grabados'n.” 5 y r4 aparece una pe- jainas-clasicas y-el aire solemne de sus composiciones, sficomo su técnica decorativa: Pudo tratarse de un dis- “cipulo suyo. quizé no un pintor de primera fila pero si ih buen lustrador. Entre muchas de las obras en las que “ sehha teconocido su mano se encuentran el fronuspicio = del Plauto, publicado en 1511 pot Soatdis, el merco de = forido negro del Herédoto impreso por'los hermanos de = Gtegoriisien 1494, asf como la traduccién staliana de las _ Metanorfosis de Ovidio de Buonsignote, libro impreso 45 6. INFLUENCIA DEL «SUENO DE POLIFILO® La influencia del Sueifa ha sido mayor fuera de Italia, En Talia, hasta cierto punto, nacié muerto a causa de su ex- centricidad: demasiado arcaizante y demasiado mametis- ta, demasiado etudito para ser novela y demasiado fan- téstico para ser tratado. Ningtin arquitecto prictico de la época podia sacar provecho de una abra semejante, de caricter eminentemente utdpico. Por otra parte, ha in- fluido més en épocas de quiebra'del Clasicismo que en el Renacimiento: en ¢! Manterismo y el Preciosismo fran- cés, en el Romanticismo, en el Prerrafaelismo y en el Sim- bolismo. Pese al desfase de los ideales del Syefio con los de su propia época—no tan grande, por otra parte, como se ha pretendido—, y a que la edicién-princeps parece haber sido un fracaso editorial que proporcioné a Grasst mas pérdidas que ganancias. lo cierto es que més tarde debié de tener algiin éxito en determinados circulos, ya que los sucesores de Aldo el Viejo hicieron. una segunda medio siglo después. La Hypnerotomachta estuvo muy de moda durante el reinado de Francisco Ten su versién original: el musmo rey posey6 un ejemplar del incunable aldino. Es sabido, por otra parte, que la obra de Colonna interesé a Rabelais, que en el Gargantita se refiere expresamente a ella a propésito de Jos libros lefdos.por su héroe. La for- tuna de las ediciones francesas se debi a que su traduc- tor, Jean Martin, tuvo el descarado «actetto» de rehacer la obra de Colonna para adaptarla alos gustos de su patsy su época, Ademés de.aligeraria considerablemente desu £4- rrago descriptivo, se salt6 con agilidad pasmosa todos los, 46 parrafos.oscurosy las mitologias demasiado denscs. Su es- tilo dgil espiritual y cortesatio, hace de lanovela una deli- ia incluso.para aquellos que odian la arquitectura. Cual- quier dama francesa cultivada podfa seguit las peripecias dela alegoria amotosa de Polifilo sin gran esfuerzo, yade- més tenfa ante sf unos grabados de gracia excepcional, obra de un manierista francés. A la apreciacién err6nea de la critica de que Ia in- fluencia del Swefo en Francia murié hacia 1600, contes- t6 A. Blunt en un brillante artfculo en el que demuestra que siguié haciéndose notar ex diversos campos: Ja li- teratura preciosista, la sdtira y la alquithia,la teoria de la arquitectura, Ja emblemética, la arquitectura de jardines (columnata:de-Versalles) y la pinture barroca (Simon Vouet). En el.siglo xvair se hizo en Francia una nueva edicién, lo que prueba que el interés seguia vivo, y en el ‘XIX Interes6 a roménticos y simbolistas. Charles Nodier posefa un ejemplat dea edici6n aidina, Inspirandose en © @escribié-un cuento no muy brillante pero que indica una viva curiosidad hacia la obra y, sobre todo, hacia las figuras enigméticas de Colonna y Polis, todo allo en- yuelto en una atmésfera de carnaval veneciano. En Inglatetra el Suefo interes6 a los literatos y artis- “tas de la segunda mitad del siglo x1x, entre ellos Alger- “non Ch, Swinburne, Aubrey Beardsley, William Mortis y © Edward Burne-Jones. Beardsley se interesé por los gra- bados de la edicién aldina, pero también por el texto de Golonna y por su estilo, cuya huclla puede verse en Ve- es Spy ‘Tanbauser. Mottis y los prerrafaelistas tenfan que Sentirse fascinados por una obra que sintonizaba tan 47 por ia belleza del libro:como.obra de arte:Por sf. mismo proporcionaba un modelo ideal para sus proptas edicio- nes de lujo: Burne-Jones; por su parte, resumié de modo magistral las relaciones de ia estética del Sweffo' con la suya en un cuadro titulado Love among the Ruins (Na- tional Trust, Wightwick Manor), en el que vemos.a una pareja de amantes melancdlicamente enlazados-entie ruinas y rosales espinosos, gue tienen como fondo una obra arquitecténica ecléctica, clasicista y medieval, en la que destaca una-puerta en forma de arco de triunfo con un recargado friso de amores. En Italia.el libro ejercié cierta influencia sobre los artistas posteriores, especialmente sobre los pintores, y esté estudiada en unas cuantas obras, como ¢l cuadro de Garofalo. de 1a National Gallery de Londres conocido como Sacrificio. En otras més ilustres;:como la Tempes- tad de Giorgione y el Amor sacro-y amor profano de Ti- ziano, se ha sefialado’y se reconoce, sin llegar a precisar- se satisfactoriamente, sin duda porque se trata de obras may complejas, que se alimentan de diversas fuentes. En Espafia la huella del Sweito es especialmente note- bie e indudable en los relieves de uno de los lados del an- tepecho del claustro de la Universidad de Salamanca, en Jos-que se verticron literalmente varios de los grabados de las ediciones aldinas, como indicaron Luis Cortés y Santiago Sebastidn. Yo misma tuve ocasién de demostrar que se habia utilizado también parte del texto mismo de Ja obra de.Colonna. Los grabados nimeros 34 33.45% y 45b, 14,90 y 91, acompatiados por sus correspondien- tes inseripetones, adornan esta joya del arte espafiol. del Renacimiento, transmitiendo un mensaje de prudencia y 48 moderacién, El mentor de este programa:pudo ser el rec- tor de Ja Universidad, Fernén Pérez de-Oliva, nacido en, Cérdoba a fines-del'siglo xv y-muerto en Salamanca.en 1533, del que se sabe que estuvo en Roma y que edemés cra aficionado al lenguaje pedante latinizado, semejante al de Colonna, en el que escribié algunes obras. El hecho de que la Hypnerotomacia se utilizara en Salamanca con una finalidad jeroglifica:no carece de im- portancis. Generalizando, podemos decir que en el Re- nacimiento el jeroglifico es una imagen de objeto, animal o planta, de cardcter ideogritico sumbélico y con equiva Jencia griega 0, més frecuentemente, latina, Detiva di- rectamente de ios signos de los obeliscos egipcios que es- taban ala vista en Roma, y de ciettos frisos de templos romanos como el de Vespasiano en el foro, adomados con. instrumentos litirgicos como péteras, segures, bu- = erdineos y aguamaniles. Cuando a principios del siglo xv se:compré el manuscrito de los Hieroglyphica de Hote- polo, que pretendia dar las equivalencias.de los jerogli- “ficos fara6nicos, parecié que se tenia el instrumento para interpretar la sabidurfa contenida en los: monumentos més'antiguos dela Humanidad, el saber de Adan trans- mitido a los sacerdotes egipcios. El autor de la Hypne- rotomachia y Piero Valertano ampliaron la interpreta- ‘ci6n simbélica de animales, plantas y objetos, y crearon uncorpus de simbolos que se consideraban dotados de {iy /una-virtud especial: la de ser vehfculo de unos saberes ue podian captarse por intuicién, Pierio los ststemati- 26 en.un libro enciclopédico (Hieroglyphica, Basilea 1551), entras.que Colonna se limita a utilizarlos en detcr- inados iugares del suyo. El jeroglifico més notable del 49 Sueiio de Polffilo-y:que:més fortuna ha tenido poste- niormente es-el del anclay el delfin con el lema Semper ‘festina-lente (Apresizate siempre despacio), que fue adop- tada por Aldo Manuzio.como ex libris de su casa.tspo- grifica, 7. EDIGIONES Y TRADUCCIONES La primera edicién del Suefio de Polifilo lleva por titulo: Hypnerotomachta Poliphili, ubt humana omnta non nist sommum esse ostendit, atgque obiter plurima scite sane quam digna commemorat. Su fecha y.el nombre del impresor aparecen.sola- mente en el folio de erratas; al final del libro: Venetiis Mense decembri MID. in aedibus Aldi Manutié acuratis- sime. Bs un bello in-folio ilustrado con 171 grabados en madera y cuyas letras capitulates estén adornadas. Algu- nos finales de capitulo o de folio estan compuestos en ti- pograffa piramidal, lo que proporciona a la pagina un singular encanto, Las abreviaturas son muy numerosas en el texto y abundan Jos errores, no todos registrados en ta fe de erratas final. Los sucesores.de Aldo el Viejo publicaron. una se- gunda edicién bajo el titulo de: La Hypnerotomachsa de Polifilo, cio® pugna d'amore 1n sogno dov’ egli mostra cbe tutte le cose humane son sono altro che sogno: dove narra,” < ‘molte altre cosa digne di cognitione. Venetiis, 1345. Es un libro casi idéntico al de Aldo, pero tiene corre. gidas algunas erratas. Para los grabados se utilizaron tas. lanchas de Ja edicion anterior, salvo los némeros 64.73 50 = menos extenso que el original y practicamente constituye _ wiussumen y una recreacién del de Colonna, aligerado “de-una’ ‘patte considerable de su erudicién mitolégica, = Dotanica-y arquitectnica. La obta francesa esti sscrita 19,20,81,105y 139, que fueron rehechos.y son de in- fertor calidad: Alaiio siguiente se publicé le primera versi6n france- sa del Suefio, utulada: Hypnerotomachie ou Discours du Songe de Poliphile, dedussant comme Amour le combat é V occaston de Polia, Soubz la fiction de quoy Pauteur, mos- ‘Arant que toutes choses terrestres ne sont que vantté, traic- te de plusieurs matizres.profitables et dignes de mémotre. Nowvellement traduct de langage italien en Frangois A Parts, par Jacques Kerver, aux cochez, rue Saint Jacques, MD.X-LV.L Avec Privilege du Roy. En la dltima:hoja hay un Hermes con la divise x ue Peaztent, El frontispicio esté adornado con un grabado en el que un sétiro, una ninfa y amorcillos sostienen la tatja de pergamino que contiene el titulo, La traduccién ves.de Jean Martin, y el libro fue unpreso por Loys Cya- neus para Jacques Kerver. que no era editor-impresor sino editor-librero, Es-un magnifico in-folio de 526 -pégi- ‘nas, adomado con nuevas xilografias, El texto va pre- ‘cedido por una epistola dedicatonia de Jean Martin al iconde de Nantheuil le Haudouyn, Henri de Lenoacourt ‘Jean"Martin habfa traducido ya otras obras latinas ¢ ita. _Aianas, entre ellas los tratados de Vitruvio, Alberti y los {4 dos primeros libros de Serlio, En un avvso. al lector ad. jerte que ha reducido la «prolixité plus qu’asictique» el libro italiano a «une briefvieté Frangoise, qui con- ‘ehtera beaucoup de gens.» En efecto, el libro es nucho on ademés en un estilo flexible y elegante, que facilita la lec- tura, Sus grabados son bellfsimos, més fieles al texto ori- ginal que los'de las ediciones aldinas y més numerosos. Desde el punto de vista temético y compositivo depen- den de las xilografias aldinas, pero su estilo es mos- traba atin las ruedas girando por los aires a de su carro, Peto, apareciendo diligente “con sus veloces caballos, primero Piroo y luego Eous, EP onde de punprencroen Ja luminosa cuddniga de ihija,:no se demoraba en seguitla velocfsimo, y cente- ae iz ae eroscuro); alcanzando la linea extrema del hortzonte divide los hemisferios, donde, huyendo, cedfa el paso ls estrella que precede al sol para renovar el dia; Por en- Hos montes Rifeos estaban apacibles-y no soplaba agitar los flexibles mimbres y los lénguidos sauces € nar los fragiles-abetos, bajo los lascivos cuernos de! fabiéndomedolido amaxgamente durante largo rate ethechoiy‘deitan desgraciado estado y ya cansados idosiespititus de pensar indtilmente, me nu- falazy falso placer ocasionado justamente y sit. Le pi {aumamente grabada como mi invasora. ¥ ya co Esaba a:palidecer el esplendor de las trémulas y cen- eantes:estrellas,.cuando, en silencio, mi corazén he- iitabeimpaciente a aque enemigo deseado del en las arenosas playas. A la hora, pues, en que la dol te Hero suspiraba ardientemente en las escarpad las doloose infausta macite det nedador Let Fy ielcecomo remedio dil yeficez, Y semejance era sino una renovacién ctuel de mt tormen: sjieupensando en la condicién de los desgracia , cya suerte es deseat morir dulcemente po sino mi querida y meditabunda Agrypnia.” La cual haberme dado variada conversacién. para consolats mente a temperar semejante pertuzbaci6n y, pensand que ya era hora de que me durmiera, pidié licenciajpa retirarse. Asi que, a solas con los altos pensatnientos.d amor, consumtendo insomne la larga y tediosa:noc desconsolado y suspieando a causa de mi colt ose calmdo un tanto mi llsnto exterior y frenado ssoide das liquidas lagrimas, con las mejillas hundi- Gleamioroso, abatimiento, deseaba el natural y opor- nas o.'Entonces, entrecerrados los himedos ojos s pérpados enrojecidos, fluctuando entree éspers “a ‘Save!imuerte. fue invadida y ocupada sin de- “el dulce suefio aquella parte que no est4 unida icon los espiritus amantes y despiertos mt 8 mo queno tiemble y arda al meditar sobre ella? Eelat mirabeo terradors? Me parecié eter euoa ampli inuca que se presentaba muy dornada, dean y 1a de diversos colores por muchas clases de . 1 eetacteda por sume sy, nabsen ela! slency ning@in ruido ni voz alguna Ilegaba a mis nee yel tempo era dulce bajo los gratos rayos 7 a st YVagando por este lugar con temorossadmiraién, de> cfa yo entre mi: «Aqui no aparece pingtin eh Nut mee deseosa mitada, ni animal salvaje, selvatico, silvestr ane mnético, ni seve algeria alguna, ni ivienda campesina pt Cobijo de pastores, 1 cabaia ni choza» Tgulmente, €9 aquellos herhoxes logeres novelas pastors a 1 yegiierizos, tocando sus rust s ee negherac fios ni manadas. Peto, confiado a’causa de la tranquilidad de la regi6n-y la benigoidad del lugar y casi stn temor,mi- raba, caminando de acé para alld, las tiernas frondes que reposaban inméviles, sin ver ninguna otra cosa. Y asi mt viaje sin meta me Llevé a una espesa selva, en. laicual, apenas entré, perdf mi camino no sé como. Mi coraz6n en suspenso fue invadido-de repente por un sé- bito' temor que se difundié por mis pélidos miembros junto con los apresutados latidos, y mis mejillas perdie- _fon’stt color. A mis ojos no se ofrecia huella alguna ni endero y en la espinosa selya no aparecian sino densas as, punzantes espinos, el fresno salvaje desagradable is;serpientes, rudos oimos gratos a las fecundas vides, “alcomoques, cuya corteza es empleada como ornamento £2 porilas mujercs:"* duras encinas silvestres, fuertes robles _ yf encinas lenas de bellotas y de ramas tan abundantes 2) que no permitian llegar completamente los gratos rayos © del'sol al suelo cuajado de rocfo, sino que, formando una ‘copula de frondas, no deyaban penetrar la luz vivifican. te: Yode este modo me encontré en medio de la fresca soibra, en el atre hiimedo y en el oscuto bosque, pot lo ‘que'comencé enseguida a sospechar con fundamento y a greet que habia legado a la vastisima selva Hercinia, y siaueallt ‘no habia otra cosa que guaridas de fieras dafiinas “cubiles‘de.animales salvajes y de bestias feroces. Por sentfa gran terror al pensar que, estando indefeaso i0rante, podia ser destrozado por un hirsuto y col- lido'abali, como Charidemo, o por un uro furioso y nbriento o-una silbante serpiente, y ver mis cames Eghsdmidasivrazmente por lobus aullantes que podfan psiltaime y desmembrarme de un modo miserable. De- aes 81 sontentado y despavorido, me propuse, desechando toda pereza, no demorarme més en aquel sitio, encontrar la salida y huir de los peligros que me amenazaban, y apre- surar mis ya indecisos y desordenados pasos. Iba tropezando frecuentemente en lis rafces que so- bresalian del suelo, vagando perdido de acé para allé, ora ala derecha, ora ala izquierda, ota retrocediendo, ora avanzando, no sabiendo a dénde encaminarme, porque habia Ilegado a un lugar espeso, lleno de malezas y esp1- nos, y me encontraba completamente arafiado por las ra- mas y con la cara herida por las espinosas zarzas y por los frutos silvestres. Y m1 toga,” lacerada y retenida por Jos agudos cardos y otras plantas.espinosas, impedia int fuga retraséndola. Adémés, como no vefa indicio alguno de pisadas humenas ti-trazas de sendeto, no poco des; confiado y temeroso, aceleraba més mis pasos. Y, sea por. Ja rapidez de mi marcha, sea por el calor del mediodfa 0 por ei movimiento de mi cuerpo, me sentia muy.sofocs do, bafiado de sudor mi frfo pecho. Entonces, no sabtes te en pensamientos terribles. Y a mis gritos mezclados sf} TEMIENDO POL{FILO LOS :PELIGROS DEL OScURO BOSQUE, DIRIGE UNA ORACION A JUPITER, SALE LINTELIGENCIA COMENZABA A.OFUS- cazse y mis sentidos a obnubilasse- testa el punto de no: saber qué opcién debia clegir,staftontar ia odiosa muette.o ex SOMMZE™ perar en el sombrio'y oscura bosque ton slvaei6m meterte y corriendo de acd pata alléintentabe _¢Onitodas mis fuerzas salir; pero, cuanto mas penetrabs ‘Sh él’al azaty més se-oscurecia. Y enloquecido por un _ #20 pavor, ya solamente esperaba que cualquier crude. ‘(Gina fiera, asalténdome desde alguna parte, comenzara = adeworarme. O bien yendo a ciegas y sin darme cuenta, eime'en una profunda fosa o en un hoyo, o precipiter, cien alguna vasta abertura de la tierra y terminar para lempre Ja fastidiosa vida, como Anfiarao | filldo en un abismo mefitico de la tierra, y despefiarme -désdemayor altura que el impio Pyreneo, De este moc, Shimeate estaba desconcertada y casi sin esperanza, y yo y buscaba la salida por caminos extta- con suspiros sélo Eco, singularisima émula de la vou, se” ofrecta como iiltsma respuesta, perdiéndose mis resona tes gemidos entre ei chirriante canto dei ronco amanteied| de la aurora’ cubierta de rocio y el de los estridentes grt los. Finalmente, en este escabroso € impracticable bo: salir de la oscura selva, 82 ua tanto y me volvié un pocoide dnimo, aunque tenfa el echo abrasado por frecuentes suspiros y por la ansie- eid del alma y 1a faiga del cuerpo, y pensé de qué modo podifa apagar mi rida sed. Asf que anduye por ‘aque Ju- gi buscando con-atencién algo de.agua y, después de explorar durante largo tiempo, seme ofrecié muy. opor_ fUnemente una alegre fuente que surgfa con una gruesa Vena de-agua fresce. En aquel lugar descubrf plantas pa- lustres como gladiolos, llantén, le listmaquia en flor j la ingélica,"” All nacta.una clarisima corriente que, discu- \do en atroyuelos de caprichoso y-tortuoso lecho por tr medio de la:desierta selva, se ensanchaba incremerta. = {@ potllaadicin de ottos muchos riachuelos que iba e. = Hblendo, Sus fluidas y sonoras ondas-saltaban sobre los “obstéculos.de las ptedras y-de-los troncos caidos. ¥-reci- - Bfa gran aumento, ademés de tos impetuosos y ondulan- Res torrentes que flufan de la nieve derretida de unos al, 7 Pibesiyhelados montes que no parecian muy distantas, b {eablancos como si estuvieran bajo el fro signe de Pan* 2 Bo'metemerosa huida habia dado con ella muchas ests encontraba al algo de oscura luz, porque los a. ‘es dtboles'se-abrian un poco.en sus copas sobre el tio Cehagoso y.se vela-cl cielo lacerado por las.ramas, unas frondosas-y ‘otras :secas: terrible lugar para un hombre falc seiencontraba solo y perdido, viendo la otra orilla wvia mas oscura ¢ inextricable que ésta. Aqui me es- ir algunas-veces la silbante ruina de los arboles dejtamas y un romperse crepitante de tron. ten y aie, ol humana merece por ustos ruegos la gyudadivina y ser escuchada.con . cae ‘ahora, doliente por haber cometido alguna igre a te rego, sumo padre y eterno rector delos-dioses spe: riores, intermedios ¢ inferiores, que plazca a tu ak real divinidad librarme de estos mortales peligros y de . srr pssient,y termina con esa valance nia ni por un medio mejor ¥ alt, come Aqueménides, que, bo- srt por el teasibe Celpe, se dfs imploran- te = Bess con vox assy splcante, dean ates moni por manos de hembres enemigos que deg muerte horrenda, asi y no de otro modo ort We “aca. pens habe teminado la devote orsfn, shes meat ert com ef corn puestown dl at a indo, pensando firme z oeioch alo hoabren de buene von aoe me encontré inadvertidamente euiadd ldbanete tio bosque: Y como si, procs ni a. ‘othe, hubiesslegedo aun nueve dio tenia loro blades porgie hess tempo que no contemplaba smable ln, y me encontraba vid, apessdumbrado ansioso. La deseada luz me hizo sentirme como si = Estaba muy sedientoy acetado, con la cra y las mands ensangrentadas ycubiertas de péstuls por las mori Io agradable que me era la luz tes ortigas y,a pesar de ai Era tal mised que lasfres cuperada, no la tenia cn nada. s a brisas no podfan refrescatme y en vano tratabarde Y¥ -queriendo yo, Polifilo, aterrado-y afligido, huyen- do de*tanto hotror, sacar las ‘deseadas aguas. sobre las verdes orillas; hincéndome de rodillas y cerrando'los de- dos hice-un gratisimo vaso para beber, que introdujeen la fuente y llené'de agua para oftecerla.a la exasperada y anhelante boca y refrescar La sequedad:de mi pecho ar- diente, Aquellas gratisimas y frescas orillas me eran-en- tonces mas agtadables que el Hypane y el Ganges alos indios, el Tigris y el Eufrates 2 los arimenios, el Nilo alos etfopes y sti inundacién, que empapa la tierra tostada, los egipetos, y el Etidano a los pueblos ligures. Y no fue tampoco tan agradable-al padre Liber 1a fuente que le mostré el catnero: que hufa. Ocurrié. que apenas tuve Ja apetitosa agua encesrada en el hueco de mis manos y la aproximaba ye a mi boca abierta, en aquel mismo instan- te of un canto dorto, que no me parece posible que lo in- ventara ni el snismo Thamizas, el Tracio, que, penetrando por el cavernoso laberinto de mis orejas, Se meti6, dulce ® y armonioso, en mt inquieto corazén, Sus voces no eran terrestres y su atmonia, su increible sonoridad’y su de- sacostumbrada ptoporcién eran mayores,-ay de mf, de’ cuanto se podria imaginar, porque sin duda aguello su- peraba las posibilidades de la narracién. Su-dulzura y-el deleite que procuraba me parecian més placenteros’ que la bebida que iba a llevarme a'los'labios. Cast fuera de mf, con la:inteligencta estupefacta y ef apetito adormecido, “ abrf los dedos que retenian # el agua, que cayé al hamedo: suelo, sscEntonces, como un animal que, cegado por el dulce “cebos no percibe la tramps oculta, posponiendo mi nece- sidad:natural, marché sin demora hacia aquellas notas s0- ‘brehumanas, caminando a toda prisa, Pero, cuando pen- sabe:razonablemente que ya habia llegado a ellas, las ofa “sn otteparte, y cuando répidamente alcanzaba aquella _Baiecfan estar en otra, Y asi como yo cambiaba de lager, | delimiemo modo cambiaba, cada vez mis suave y dlicio- _jsila:voz.con sus celestiales atmonfas, A causa ce-esta vvaniéfatiga y de haber corrido tanto y de estar tan sedien- sme senti tan débil que apenas podia mantener en pie insado cuerpo. Mis énimos agitados no eran ya capa- le'Sostener por més tiempo el cuerpo gravemeate fa- spor el miedo pasido, por la urgente sed, por la ave ansiedad-y por el calor, y, abandonado.por mis 87 | | fuerzas naturales-no deseaba-ni apetecia otra, cosa: que dar tranguilo reposo a mis debilitados miembros, mara- villado de lo que me estaba ocurriendo, idiotizado por la eliflua voz y mucho mas por éncontrarme en una regién desconocida y salvaje, aunque hermosa: ‘Ademés, me causaba un profundo dolor-el haber perdido de vista aquella fuente tan laboriosamente en- conttada y que habia buscado con tanto ahinco. Por to- das estas cosas, permanecf con el énimo perplejo y muy pensativo, Finalmente, habiéndose apoderado de m{ un gran cansancio, con todo el cuerpo estremecido por es- caloftios y abatido, me acosté sobre a hémeda hierba bajo una encina ruda y viejfstma que tenia abundantes frutos harinosos y encerrados en cépsulas, desdefiados por la fértil Caonia, y frondosas ramas nudosas y amplias que daban fresca sombta, y el tronco hueco, y que crecla en medio del espacioso y herboso prado. Yaciendo sobre el costado szquierdo, aspiraba débilmente con los labios. agrietados las frescas brisas con mas ansias que el cierva: fugitivo que, mordido en los flancos por los feroces pei | ros y con el pecho herido por una flecha, apoyada entre los hombros la poderosa cabeza con los cuernos com ramas, incapaz ya de sostenerse en pie; cae de rodillas cansado y moribundo. Asi, yaciendo en semejante ago: nia, meditaba profundamente sobre los-hilos intrincadi: simos de la voluble Fortuna y los encantos de la meléfic; Circe, preguntandome st no habria sido hechizado:pe: sus f6rmulas 0 si se habrfa usado contra mf le ruedamiés. gica. Ante tales y tantos espantos que me asaltaban; pensaba cémo podria hallar all entre hierbas tan diver? | sas, la mercurial moly”® con su negra raiz, como ayud 88 | cho.con los griegos. Sospechaba, pensativo, que tal vez medicamento, Y.luego decfa: «Esto no es a muerte, pero gqué es sino una maligna’ dilacién de ella, tan deseada por mi?» Sumido asf en estas perniciosas agitaciones, mis fuer. as eran escasas y no pensaba encontrar salvacién alguna > sino en recibir y aspirar frecuente y profundamente las __ frescas brisas, reunitlas y calentarlas en el pecho, donde * todavia palpiteba un poco de calor vital, y exhalarlas fue- | gohacia afuera con ia dvide garganta. ¥ manteniéndome deeste modo semivivo, como titimo refrigerio cogta las hojas que se habian conservado htimedas de rocio bajo ia frondosa encina y, llevéndolas a ls palidos y ésperos la- bios, las lamia y las chupaba con gran avidez para zefres- ‘arn poco mt paladar sediento, y deseaba entonces que © Mipsipila me mostrara Ja fuente Langia, como habfa he- darme cuenta me habia mordido la serpiente Dipsa’* / gnlavvasta selva, tan insoportable era mi sed. Ror tiltimo, {7 eaunciando alla fastidiosa vida y condenéindola, perplejo = {yenajenado por gravistmos pensamientos, casienloqueci. 5 De auevo, bajo le sombrade la-encina, la anchurosa ‘vo opacidad de cuyas ratas era muy atractiva, i »efuipreso de un gran suefio y, habiéndose » cesparcido por mis miembros un dulce sopor, me parecié que me dormia otra vez. a x * me encontré de-nuevo'en otto lugar, pero més agradable que el anterior. No estaba rodeaco de montes fsperos y tocas salientes, ni interrumpido por riscos y zatzales, sino, con gran armonfa, rodeado de colinas de altura modera> da; cubiertes de j6venes encinillas, de robles, frestos, abe- dules y encinas frondosas y tiers avellanos y alisos.y tt- los y arces y acebuches, dispuestos segtin la altura de las colinas. Y en la llanuta habia gratos bosquecillos de otros arbustos silvestres, y floridas retamas y diversas clases de hhierbas muy verdes. Aqui vi cftisos, carrizos, cerintas, pa> aceas almizcladas, floridos rantinculos, hierbas de ciervo y.fudas, y otras varias hierbas y flores igualmente nobles y muchas otras ttiles y desconocidas, esparcidas: por los prados. Toda esta alegre regin se oftecfa abundantemen- . te-adornada de verdor.-Luego, un poco mis-allé de su 1 mitad, encontré una playa de arena y guijarros senibrada J dispersamente de algunos matojos de hierba. Acul se pre- {Sento a mis ojos un alegre palmeral, con las hiojas:apunta- | das:y lanceoladas de tanta utilidad paratos egipcios, con "gran abundancia desu dulcisimo fruto, Las palmeras, car- -gadas de racimos, eran de distintos tamafios: algunas pe- ‘quefias; muchas medianas y otras rectas-y altas, simbolo © “dlesido para representar‘la victoria pora resistencia que =, ofrecen al peso agobiante. Tampoco en este lugar encon- 7) ge habitantes m1 animal alguno; pero, paseande solitario © entre'las hermosisimas palmeres, que no estaban apifia- es guardando intervalos entre sf, pensanco que las mu] POLEPILO CUENTA AQU{ QUE LE PARECIO:DOR- | MIRSE-DE/NUEVO-¥/SE ENCONTRO EN SUENOS EN. UN VALLE CUYO EXTREMO. ESTABA ADMIRABLE~ MENTE CERRADO CON UNA PORTENTOSA'PIRAMI- DE DIGNA DE ADMIRACION, QUE TEN{A:UN ALTO OBELISCO ENCIMA: ¥ QUE EXAMINO ESTAS DOS CO SAS SUTILMENTE, CON CUIDADO ¥ PLACER. ALIDO DE LA ESPANTOSA SELVA Y IX ae KY del espeso bosque, y habiendo abandona- B®) do Jos otros lugares a que primero me refe- ti, con el dulce suefio que se habia difundi- {un hambriento y carnivoro labo com la boca Ilene. Su vis- do por mis fatigados y abatidos miembros, ~ £1 hizo-que se me etizaran los cabellos al instante y, aun- 90 9x que queria gritar, no tenfa voz. Pero él huyé siibitamente. Y yo, habiéndome repuesto un tanto, levantando los ‘ojos hacia la parte donde las colinas parecian juntarse, vi alo Jejos une increfble altura en forma de torre o de alti- sima atalaya y una gran construccién que, aungue todavia: aparecia imperfectamentey semejaba obra’ y estructura antigua, Los gractosos. monticulos del:valle se elevaban: cada vez mas en: la-direccién de.este edificio y los veia uunsdos con él, que cerraba el espacio entre dos de-ellos.¥: | estimando aquello muy digno de ser visto, emprendih cia alli el camino sin tardanza y, cuanto:més me aproxt) ‘maba, tanto més descubrfa que era obra ingente y magni fica y se multiplicaba mi deseo de admiratla, aunque ya: no me parecia elevada atalaya, sino tal vez un altisimo obelisco erigido sobre un enorme montén de piedras. 92 Sw altura excedia sin comparacién 1as cimas de los montes que ta rodeaban y-la de cualquier monte célebre que haya existido, sea el Olimpo, el Céucaso 0 el Cileno, Cuando Hegué avido:a este lugar desietto, embargado Por el indecible placer de poder contemplar ibremente {an gran attevimiento de fa atquitectura y la inmensidad de la construccién y su maravillose altura, me detuve a murat y considerar todo ei volumen y el grosor de esta fragmentada y medio destruida estructura de céndido marmol de Patos. Sus sillares caibicos y rectangulates es- taban unidos sin cemento y dispuestos y colocades con Perfecta igualdad, ten pulidos y sefialados de rojo sus || bordes que nada més perfecto podria habetse heer, en fanto que entre las junturas no habria podido penetrar el ‘objeto més sutil y afilado, Alli encontré columnas tan no- bles, de toda clase de formas, lineamentos y materias, fome no cabe imaginar, unas rotas y-otras preservadas “intactas en su sitio, con capiteles y atquitrabes de eximia anvencién yarduo trabajo de escultura;-cormisas, zéforos o frtsos, arquitrabes cutvos, grandes fragmentos de esta, tas privadas de los broncineos y perfectos miembros: J) ‘nichos,y conchas yvasos de piedra néimida, y de porfi o y de distintos mérmoles, grandes pilas, acueductos y “otros casi mfinitos fragmentos de noble escultura, cuyo rimitivo estado eta précticamente imposible recone. _ rumen su integridad, cast reducidos como estaban a su “materia primitiva apenas desbastada, caidos y. esparci- ‘Mosporel suelo aquty alld «Sobre estas destrozadas ruinas y entre ellas, habian ‘srecido muchas hicrbus silvestzes, principalmente el al. ftamuz, diftcil de romper, con sus semillas en forma de 93 habichuela, y las dos clases de lentisco y la garra de oso y el cinocéfalo y la asafétida y 1a clematide y la rubia cen- téurea'y muchas otras de las. que suclen germinar.en las rruinas y en los rotos muros muchas hierbes, y la colgan- te cimbalatia y pequefios arbustos de punzantes:zarzas. Entre ellas reptaban algunos grandes lagartos, y muchas veces también sobre los muros cubiertos de arbustos en aquellos desiertos y silenciosos lugares, asustandome al principio no poco, porque estaba muy nervioso. Em mu- chos lugares habfa fragmentos dé superficie curva de ofi- tay de pérfido y de color de coral y de otros muchos tonos agradables y pedazos de figuras de bulto.redondo y en mediorrelieve, indicando st excelencta y declarando, sin hacer injusticia anuestra época, que aquellos antiguos ha- ban alcanzado la perfeccién en tal arte, Cuando me hube aproximado a la parte central del frente de la grande y no- table obra, vi una puerta intacta, admirable y conspicua, propotcionada al resto del edificio, situado entre uno y otro de los montes rotos, cuya dimensién podia conjetu- rarse a ojo que era de seis estadios y veinte pasos. Las laderas. de estos montes estaban igualadas per- pendicularmente desde la cima hasta el-pie, lo cual me tuvo muy pensativo sobre qué clase de snstrumentos fé- rreos y con qué fatiga y nimero de brazos de hombres fue realizado, con semejante vigor, tal y tan grande arti- ficio, increfblemente trabajoso y que debié de suponer un inmenso gasto de tiempo. Aqu{. como digo, esta ad- mirable construcci6n se unia, con calculada adhesi6n, a uno y otro monte, y por esta unidn se cerraba el valle, de modo que nadie podia salir de ély tenfa que retroceder 0 entrar por la puerta abterta. Sobre'esta ingente obra de 4 fébrica, cuya altura desde su coronamiento hasta la base oesteredbato calculé que podia set perfectamente de un quinto de estadio,’se alzaba una pirémide ent forna de punta de diamante, que era portentosa. Al verla pensé razonablemente que nunca se pude concebir y levantar tan increfble artefacto sin inconmensurable gasto de di- nero y tiempo y una enorme multitud dle hombres. Por lo ue, si yo consideraba imposible juzgar su inmensidad, que era tal que al mirarla se fatigaba la vista y se obnubi. Jaban los demas sentidos, cuanto mas dificil y agotador no habria sido construitia? Ahora trataré de describirlo todo brevemente de la mejor manera de que sea capaz mi inteligencia, Cada una de las caras del perimetro del plinto situe- do bajo el arranque de las gradas de la admirable pi- rémide colocada sobre el edificto que antes mencioné, media seis estadios de longitud, que multiplicadas por dos cuatro lados dan veinticuatro estadios, dimensisn de todo el perimetro def plinto. En cuanto a ia alture, tra- zando desde cada angulo las lineas con la misma medida que a Hnea inferior del plinto y reuniéndolas conve- nientemente en el vértice superior, constitufan la figura piramidal perfecta: la perpendicular sobre el cent:o de las diagonales det plinto media cinco sextos de las lineas ascendentes. Estainmensa y terrible pirémide se alzaba a punta de diamante en gradas de admirable y exquisita simetria y / tenia mil cuatrocientos diez escalones, menos diez de ellos destinados a terminar la punta. En lugar de éstos | esluba situado un maravilloso cubo sélido y estable de monstruosa magnitud, inverosimilmente colocado a:se- 95 mejante altura, de la misma piedra de Paros que las gta: das, que-era basa y soporte del-obelisco. Esta desmecu, rade piedta, mayor que el disco arrojado-por el Tidida, descendia en un perimetro de seis'partes; dos en bajada yuna en el plano de la parte superior, de una anchura de Cuatro pasos de dismetto. En su cara superiot se alzaban cuatro pies de arpia:de metal fundido, con pelos y uites cn las zatpas,fijos y firmemente aplomados en los éngu. tos sobre-as lineas diagonales, de una altura de dos pa- Sos'y una anchura proporcionada. Estos, entrelazéndose bellisimamente, fandidos con admirables follajes y fru: tos y lores de tamafio adecuado, formaben un anillo que unia ef cubo aun stan obelisco. Sobre ellos se alzaba el obelisco, firmisimamente superpuesto. Su-anchura era de dos pasos y.su altura de siete, adelgazindose hacia {a punta segén las reglas del arte. Bstaba hecho de grant. to rojo de Tebas y en sus.caras habia jeroglificos egip- “los notablemente escuilpidos; y era liso, terso y iustroso como un espejo En su punta; sobrepuesta con gran habilidad yarte, descansaba una basa de oricalco en la que'ademés habia ‘una maquina giratoria en forma de cupulillafjada sobre tun pemo o ee que retenfa Ja imagen de una ninfa, obra elegante de la materia antes mencionada, capaz de'llenar de estupor a quien la miraba atentamente y‘con mirada insistente. Sus proporciones eran tan estudiadas que per- mitfan verla de tamajio natural en el aire, mirandola des- deabajo, Ademas del tamafio de aquella estatua. era cosa que Icnaba de admiracién considera con qué: atrevi: miento habja sido elevada Y puesta en cl aire « tanta al- tra. Su vestidura volante dejaba al descubierto parte de 96 Jas carnosas paitdtillasy dos alas abuertas estabish epi ciides entre sus hombtos, figurando el acto de volar’ Sa bellisima cara y mirada benévola estaban vueless hace Jas alas, Tenia el cabello situado en la frente, en trenzas auc volaban libremente, y la parte del rénco y le mica calvay sin pelo; y sus cabellos se extendfan en el sentido del vuelo, En su mano derecha, segiin se la miraba, sos- ‘shia una artistica cornucopia llena de todos los bieres, vuelta hacia la tierra, y con la otra mano se apretabe el dlesnudo pecho. Esta estatua giraba fécilmente de un lado a otro segiin soplabayla brisa, con tal chirtido det roce de la vacia méquina metélica como nunca se oy6.en ¢levatio romano. Y donde:sus pies tozaban el pedesal ‘que tenfan debajo, se producia un tintineo superior al de {a eampanilla de las termas de Adnano y al de aquelle ‘situada sobre las cinco pirémides. No creo de-ninguna pueda comparatse ni i6n de maravillas, que yo estaba absorto en su conside leno de un estupor insensato, y sobre tode me ‘arevillaba le inmensidad dela obra yla abundancia y la tutileza del fecundo y agudisimo'ingenio y el gran euide, ido y la exquisita diligencia del atquitecto, pues gcon qué “fomeratia invencibn artistica, con qué valor y fuerza hie “tpana y orden y gasto inctefble, pudo elevar en el aire el Peso, tivalizando con el cielo? eCon qué palancas, con qué redondas poleas, con qué gras y polispasios y otras ‘maquinas tractoras y bien tramadas armadiiras? Guncde silencio ante esta cualquier otra increible y grandiosa Konstruccién, | 97 Volvamos, pues, a la'vastisima pirémide, bajo la cual yacia un ingente y'sélido plinto o basamento o prisma cuadrangular de catorce pasos de altura y seis estadios ‘de extensi6n o longitud, sobre el que se alzaba el escelén inferior de la enorme pirdmide. Yo pensaba que tio ha: bi sido trafdo aqui por la industria humana, sino escul- Dido en el monte mismo por el trabajo de ésta, y reduct= ‘da'su gran mole a aquella figura y esquema en el mismo lugar. El resto de los escaiones estaba hecho habilmente ‘con bloques de piedra. Aquel inmenso prisma no se adheria alas montafias colaterales del valle, sino que a una y otra parte del p. to, a mi derecha, habfa sendos espacios vacios de diez asos cada uno. En su mitad estaba atrevida y perfecta- ‘mente esculpida la cabeza con sexpientes de la espantosa -|>> Medusa, figurada vociferante y grufiona como una furia, |; on los ojos terrorificos hundidos bajo las contraidas ce. Jas'y con la frente surcada de arrugas y la boca grande y completamente abierta, Esta boca estaba excavada por tuna calle recta y abovedada, que penetraba hasta el cen- tro 0 hasta la linea media perpendicular trazada desde el vértice de la ostentosa pirémide, de la cual era amplisi- ‘mo ingreso y entrada, A esta abertura de la boca se subia Bor sus enmarafiados cabellos, realizados por el artifice ;* ‘con impensable sutileza det intelecto y el atte y derroche de imaginacién, con tanta regularidad y perfecta adap- _ tacién, que hacfan de perfectos escalones para subir ala boca abrerta. Y en lugar de las crenchas tizadas como zarcillos, vefa con admiracién que las viboras y retoret ‘das serpicutes, con vivaces e ingentes espirales, se ento- aban’ en torno a la monstruosa cabeza confusamente, 99 formando magnificos ttrabuzones. El rostro y las: pen- dencteras serpientes escamosas estabsn figurados con trabajo tan perfecto, que me produjeron no poco horror Y espanto: en sus ojos habfan incrustado piedras.duras muy relucientes, de modo que, st yo no hubiera estado se- guro de que la materia eta mérmol, no me hubiera-atre- vido a aproximarme con tanta despreocupacién. La calle de que he hablado, esculpida dentro de la toca, conducia a una tortuosa escalera de caracol situada enel centro, por le que se subja a la altisima cima de la pirémide, ala superficie del cubo donde se alzaba el obe- fisco. Apatte de toda esta notable y. maravillosa obra, juzgué excelentisimo que el antedicho caracol estuviera iluminado por todas partes claramente, ya que el inge- nioso y.agudisimo arquitecto habfa hecho astutamente algunas aberturas para la luz, con grande y exquisita in- vencién, en tres partes, inferior, media y superior, que correspondfan a la posicién del sol en su curso: Ia infe- rior estaba iluminade por Jas aberturas de arriba, la su- pettor por las de abajo: y algunos reflejos de Luz ilu- minaban suficientemente las partes opuestas, Tan bien calculada fue la regla de la exquisita disposicién del sa- bio matemitico en Jas tres caras, oriental, meridional y ocerdental, que a cualquier hora del dfa la escalera.es: taba iluminada y clara, ya que las aberturas estaban esta; blecidas y distribuidas en diversos lugares de la enorme pirémnide auf y alld simécricamente. Liegué a la parte de le mencionada.abertura dela boca subtendo por otra sélida y recta escalera que estaba © excavada en ta misma roca en el basamento inferior del edificio, a la parte derecha, al lado del monte.cortado, 100 donde estaba el intervalo de tos diez pasos, subi por ella slertamente.con mas curiosidad de la que tai'vez eralici~ ta, Cuando Hegué finalmente al paso:de'la escalera ala boca, subiendo por innumerables escalones no sin aan esfuerzo y vértigo por la altisima escaleta de caracol, mis ojos no soportaban mirar abajo y todas las cosas inferto: tes me parecian imperfectas: ¥ por esto no me attevfa a salir del centro, Y aqui; altededor de la salida superior 0 final y abertura de la sinuosa escalera, estaban dispues- tos y fijados en cfrculo muchos balaistres de metal en forma de huso de medio paso de altura y de un pie de in- ‘f tervalo de centro a centro. Estaban ceftidos-por arciba | conun remate ondulado,** que daba la vuelta, de! mismo _ metal. Estos husos rodeaban y cerraban el-borde de la abertura y el vacio de la salida superior de la escalera, salvo en la parte por'la que se salfa a la superficie, de modo que ningtin incauto se precipitara por ef aguiero __ dela sinuosa caverna, cosa facil, ya que la desmesurada | altura producia vértigo, Bajo la base del obelisco hebia fijada una tablilla de bronce con une antigua inscripcién F em-caracteres nuestros, gttegos y arabes que me hizo ‘comprender que aquél estaba dedicado al Sol suptemo. Incluso las medidas de toda la gran estructura estaban notadas y descritas, y en el obelisco el nombre del ar- quitecto, en griego: AIKAE O AIBYKOE AI@OAOMOE OP@OEEN ME. LICHAS LIBYCUS ARCHITECTVS ME “OBREXIT.> Volvamos a.la Jastra o pedestal situado debajo.de la pirémide, en cuyo frente vi la elegante y magnifica es- cultura.de'una cruel gigantomaquia a la que Gnicamente faltaba el soplo.vital, relieve excelente de admirable tra bajo, con.tal movimiento y tanta vivacidad en sus magni. ficos cuerpos,,que superaba todo lo que se puede.con- tat. Lo fingido, émulo de la naturaleza, estaba expresado con tanta propiedad, que los ojos y.los pies se fatigaban, corsiendo avidamente de una parte a.otra. No de otro mo- do“ ocurtia con los vividos cabsllos: unos estaban ten didos ca el suelo, otros cayendo en su carrera; otros, he- ndos y golpeados, parecian despedirse de a agradable vida y, clavando penosamente los-cascos sobre los cuer- pos cafdos, staban futtosos y desbocados. En cuanto a Jos Gigantes, tras lanzar las armas arrojedizas,se abraza- ban estrechamente unos.con. otros: algunos eran. arras~ trados con los pies enganchados en los estribos, otros pi- soteados pesadamente bajo sus cuerpos, y algunos se cafan de sus.caballos heridos: otros, derribados,.prote- giéndose boca arriba can el escudo, luchaban; muchos levaban corazas y cinturones de los que pendian. espa das, algunas de ellas como las antiguas. usadas por los petsas, y méluples instrumentos de aspecto mortifero. La mayor parte eran de infanterfa y luchaban confusa- mente con lanza y escudo; algunos levaban lériga y cas-' co, con la cimera decorada con insignias variadas; y otros iban desnudos, gritando con el corazén valetoso, dis- } puestos a morir; otros,.con corazas adornadas con diver- sos y nobilisimos ornamentos militares. Muchos estaban representados gritando formidablemente; otros, con aire obstinado y furioso; otros, moribundos, con un silencio 102 que expresaba el cfecto'de la’ naturaleza; y; por diltimo; ‘otros muertos, todos'con miiltiples y nunca vistas mé: quinas bélicas y mortiferas. Estaban‘de manifiesto los robustos miembros y los misculos hinchades y presenta- ban a los ojos la accién de los huesos y los huecos donde se estiraban los duros tendones: Esta lucha parecia tan espantosa y hortible, que se disfa que el cruel Marte, po- deroso con las armas, estaba presente alli, luchando con Porfitidn y Alcioneo, y venfa a’la memoria la fuga ue empiendieron al oft el rebuzno del asno. Todas estas imagenes eran de tamafio y altura superiores al natural y destacaban perfectamente. El relieve de la talla era de clarisimo marmol resplandeciente y el plano del fondo de piedra negristma, introducido para mayor belleza y gracia de la piedra blanca y para destacar la obta escults- ica. En resumen, habja aqut infinitos cuerpos magnifi- ‘os, esfuerzos supremos, actos violentos, atavfos milita- tes y diversas clases de muertes y una victoria incierta, Ay de mf, el espiritu exhausto, la inteligencia confundida y Jos sentidos obnubilados por tanta variedad son incap- ces no sélo de narrar el conjunto, sino de expresar cabal- ‘mente una sola parte de tan perfecta obra de escultura, Y, ademas; ¢dénde nacié tanta audacia y tan ardien- te deseo de juntar y amontonat piedras en semejante mon- t6n, ctimulo y altura? z¥ con qué medio de transpor- te, con qué porteadores, con qué catros, con qué ruedas fue arrastrada tal cantidad de piedras? 2Y sobre qué base fueron reuntdas y apiladas? ¢¥ sobre qué cimientos fueron exigidos el altfsimo obelisco y la snmensa pirémi- de? Jamas Dindcrates se mostrs més pretencioso ni pro- puso a Alejandro Magno semejantes medidas para su al- 103 ‘isima invencién en el Monte Athos. Porque esta amplt- sima estructura sobrepasa sin duda Je insolencia egipcia y supera los maravillosos laberintos..Calle Lemnos, en- mudezcan los teatros, no se le iguale el alabado mauso- leo, porque esta obra sin'duda,no fue conocida por el que describié Los siete milagros 0 maravillas del mundo, ni nunca en siglo alguno se vio nt imaginé cosa semejan- te, ante Ja cual hay que guardar silencio incluso sobre el admirable sepulcro de Nino. Por Gltimo, consideraba atentamente qué opuesta y obstinada resistencia tendrian que ejercer las bovedas inferiores para sostener y soportar tanta pesadez y peso tan intolerable o qué clase de pilares hexagonales 0 te- tragonales o qué columnas enanas de sostén habria de- bajo. Por.esa consideracién, juzgué razonable: pensar que 0 bien todo formaba parte de la masa del monte mismo, o bien que estaba constituido por una mezcla de hormigén y cascajoy gruesas piedras. Para averiguar dénde estaba la verdad, miré por la amplia puerta yvigue en el fondo habfa una densa dscuridad yuna concavidad. En el siguiente capitulo describiré brevemente la noble disposicién de esta puerta, junto con el admirable y soberbio edificio, cosas dignas de memoria eterna, fv} POLIFILO, TRAS HABER HABLADO DE PARTE DE.LA INMENSA ESTRUCTURA Y DE LA VASTisIMA PIRA- MIDE ¥ EL ADMIRABLE OBELISCO, EN EL SIGUIEN- TE. CAPITULO DESCRIBE OBRAS GRANDES. Y MA- | RAVILLOSAS Y PRINCIPALMENTE UN CABALLO, UN COLOSO YACENTE Y UN ELEFANTE, PERO EN ES PECIAL UNA PUERTA ELEGANTISIMA. forra y JustisIMAMENTE PUEDE PER- mitirseme que dige que en todo.el mun- do jamais fueron concebidas mi vistas por mirada humana otras obras semejantes a 4 éstas en magnificencia. Y cast me atreve- ria'a.decir que tal atrevimiento en la edificacién y tales [ attificios no pudieron ser ejercitados, ni aun concebidos, © por el saber y las fuerzas humanas. Mis sentidos estaban tan cautivados y estupefactos en el placer de esta intensa yobstinada contemplaci6n, que a mi rapaz memoria nc © scudian sino pensamientos placenteros y alegres, Estabe “ ‘mirando con aplicacién y cutiosidad todas las partes que " lntrbten correspondian al hermoso conyunto, exemmnan- j.. do.la putisima factura de aquellas excelentes y eximias estatuas de piedra, cuando, siibitamente excitado, suspi- | s€ sollozando célidamente, _¢ 0° mis suspitos amorosos y sonoros resonaban en este lugar solitario y desierto y de aire enrarecido al acordar- ide mt divina.y desmesuradamente deseada Polia. Ay de:mf, poco tiempo transcurrfa sin que aquella amorosa elestial Idea acudiera como un fantasma ami mente y 103 acompaiiara mi desconocido camino. En ella antdaba mi alma ardorosamente, sintiéndose’segura como en una guamnici6n.protegida o en un asilo invidlablé. ¥ habien- do Hegado dé este modo «-semejante lugar, donde mis ojos estaban arrobados y ocupados en la contemplacin de las abundantes y nobles obras antiguas, admiré sobre todo una bellisima puerta, tan maravillosa, de tan incref- ble arte y de unas lineas tan elegantes, que nunca pudo construusse y acabarse cosa igual. No tengo la suficiente sabidurfa como para poder describisla perfectamente, ptincipalmente porque en nuestra época os términos vernéculos, familiares y nativos peculiares de la arquitec- tura estn muertos y enterrados con'los hombres verdade- 10s. Oh, exeerable y sactilega barbatie, como has invadi- do y expoliado la parte mas noble del'preciose tesoro y sagrarto latino, y hecho que el arte, antes juzgado tan dig- no, esté ahora ensombrecido y ofendido por una injurio- saignorancta? Esta ignorancia, asociada con ja murmura: dora, insaciable y pérfida avaricia, ha cegado al-arte en aquella parte que hizo a Roma sublimeyy peregtina empe- atria Delante de esta egregia puerta (pienso que debo de- cir esto primero), habfa une piaza cuadrangular a cielo abierto, de treinta pasos de didmetro, pavimentada ad: mirablemente con lastras cuadradas de marmol que es: | taban separadas unas de otras por cintas de’otra piedra de distinto adorno, y.que formaban diversos dibujos y entrelazos de distintos colores. Este pavimento estaba arruinado en muchas de sus partes y cubierto de mato: jos. En los extremos del patio, a derecha e izquierda, pa? ralelos a los montes, habla dos érdenes de columnas al 106 mismo nivel, con el justo intervalo entre columina y:co- Jumna exigido, por el-orden. areéstilo,”> que habia ‘sido observado exquisitamente. El primer orden-se iniciaba en-ambas partes al borde-o extremo:del pavimento en la metopa’éo frente de la'gran puerta; y entre una colum- ata y otra habia un espacio de quince pasos, La mayor parte de las columnas estaban intactas, con los capiteles déricos 0 en forma de almohadén, con los vértices 0 vo- utas en forma de caracol pendiendo a uno y otto lado; gobresaliendo de los equinos en forma-de anillo y con los, astragalos aplicados debajo, midiendo esta parte un tercio del caprtel, Ia anchura del cual era un semnididmetro de la, columna. Sobre los capiteles descansaba el epistilo o ar: quitcabe recto continuo, en su mayor parte fragmentado ¢interrumpido. Muchas columnas estaban despojadas de sus capiteles y sepultadas bayo Jas ruinas hasta su parte su- pettor y saliente'del astrégalo, el hipotraquelio y la-hip6= icsis."’ Siguiendo el curso de'la columnata, atin subsistian antiguos plétanos'y latireles silvestres y cipreses y'espino- 28'zarzas. Suponfa yo que aquello fue un hipédromo o un pértico o pista-de carreras o un paseo porticade o ambu- {acto o una amplia extensiGn de pérticos hipetros 0 tal vez lugar de un canal temporal como los de los circos.”* En esta plaza, a diez pasos de la puerta, vi un caballo alado y saltador, con las alas de bronce abiertas, de enorme lamaiio, Su casco ocupaba sobre la superficie del pedestal cinco pies en citculo; y desde el céfculo inferior del casco ““hasta:debajo. del pecho, nueve pies, con debida propor- cién. Tenia la cabeza libre y sin freno, con dos orejas pe- uefias, una adelantada y otta hacia atrés, y sus crines on- + daladas y abundantes cafan sobre Ja parte derecha.de su ror cuello. Muchos nifios intentaban cabalgar sobre su lomo y inguno era capaz de mantenerse en él, a causa de su velo- cidad y de sus violentas sactididas: unos se cafany otros.es- taban caidos ya, unos de bruces y otros de espaldas,y otros subfan agarrdndose; algunos se-aferraban vanamente con Jas manos @ Jas largas erinesy otros, caidos, intentaban le- vantarse bajo el cuerpo del que los habia arrojado. Jamentos era solamente por ser inertes, porque el attifi- ‘ceno pudo inspizarles:el aliento vital: tan éptimamente imitaban Ja verdad de la naturaleza. Ceda,-pues, ante ésta, la obra del agudo ingenio del imprudente Pery.ao y Ja del judfo Hiram” y 1a de cualquier otro.gran broncis- ta, Daba'a entender que los nifios entraban deun modo desgraciado por la puerta abierta, El pegma o pedestal era maravilloso: de anchure tura y longitud adecuadas pare sostener Ja maquina que tenfa encima, estaba hecho de un sélo bloque de mérmol con vetas de distintos colores y manchas sueltas, gratas a a vista, dispuestas confusamente en infinitas mezclas. En el frente de dicha piedra que daba a la puerta, vi so- brepuesta una corona de mérmol verde, de hojas del amargo apio mezcladas con otras de hinojo. Dentro de ella baba un cfrculo de piedra blanca incrustado, que tenfa grabada esta inscripcién en maydsculas latin: fgualmente, en la cara opuesta, habfa una corona de ho- Jas del mottal acéntto, con esta mscripeién: , Enel lado derecho estaban cinceladas algunas figuras al- En a superficie del pedestal estaba fijada con plomo una plancha del mismo metal, que contenia los cascos det caballo y los muchachitos caidos: toda Ja compost- cidn y masa fue fundida conjuntamente con admirable arte de fundicién. Ningén, jinete habia sido capaz toda- via de montar semejante montuta, porlo que las estatuas parectan doloridas y cansadas. ¥ st no se podian off sus 108 de hombres y muchachas danzando, cada uno con dos tos tros: el de delante risuefio y el posterior Horando. ¥ bai= Jnban en corto, cogiéndose de la’ mano, hombre con hom- bre y mujet con mujer, un brazo de cada hombre pasando por debajo del dela mujer y el otto porencima. ¥ asi erila- zados, marchaban‘uno tras otro, de modo que siempre.an rostro alegre estaba vuelto hacia el triste de la persona’pre- cedente. Eran siete hombres y siete mujeres, tan perfecta- mente esculpidos, con sus vivaces movimientos’y el re- vuelo de sus'topas, que.no acusaban a su habil artifice de otro defecto que el de no haber dado le voz a unos y las lagrimas @ otros. Este corro estaba egregiamente tallado dentro de una figura delimitada por dos semtcircuilos.”® « Bajo esta figura ovel-vi.escrita Ja siguiente:palebra; Tssevs. Vi luego que en otto lado habia muchos adoles- centes que se dedicaban a coger flores entre diversas hierbas y arbustos, y con ellos muchas hetmosas ninfas gue bromeaban con alegria y se las arrebataban cat samente. Era obra perfecta del mismo artifice que le an- {erior y enmarcada en la misma figura, bellisimamente joldurada, y les molduras de ambas estaban revestidas de exquisite hojerasca. Debajo de ella, de la manera que ya dije, habia algunas maytisculas grabadas que forma- ban esta sola palabra: amissio, Eran letras extmias, cuya anchura estaba sacada de la novena parte y un poco mis del diémetro del cuadrado.. [No poco estupefacto, meditabia y miraba con cutiosi- ded y sumo placer aquella maquina ingente, fundida en forma de animal por el ingenio humano, dignisima inven- ‘ci6n en la que cada miembro participaba perfectamante en la egregia armonfa y compaginacién del conjunto. Mi- _ Hindola,me vino a la memoria el funesto caballo Sejano.** Luego, estando ofuseado por tan attificioso misterio, seoftecié a mis ojos el espectéculo no menos admirable de ‘un chorme elefante y sentf un gran deseo de dirigitme ha- gia él. Pero he aquf que entonces of en otra parte un gemi- _. do.humano como el de un enfermo y me detuve, con los cabellos erizados. Apresurando mis pasos hacia el gemsdo sin otro pensamiento, subf por un montén de rutnas y de grandes fragmentos de mérmol. Al acercarme, vi un enor- mney admirable coloso con los pies descalzos y horadados “ylas piernas aguereadas y vacfas, y yendo a su cabeza son “horror para inspeccionarla, conjeturé que la briea que se introducia en sus abiertas plantas, divina invencién, pro- rn vocaba el gemido que lanzaba. El coloso yacis'en el suelo boca artiba y estaba fundido en metal con admirable habi- lidad. Era de edad mediana y estaba un poco elevado por una almohada que sostenfa su cabeza, Tenfa cara de enfer- mo, con la boca abterta que daba a entender suspiros y ge- midos, y su altura era de 60 pasos. Se podia trepar por sus cabellos hasta el pecho. y por los rrzados y revueltos pelos de su espesa barba a ia boca abierta en un lamento, Todo él estaba horadado completamente y vacto, asf que, estimulado pot la cutiosidad y sin mas consulta, me introduje en su boca, bajé los escalones de su garganta hasta el estmago,'y luego.” Hegué, un tanto despavorido, por oscuros conductosy todas las demés partes de las visceras:nteriores. jQué » admirable invencién! Vi todas las partes unternas abiertas, como en un cuerpo humiano, cada una con su denomina- ign, esertta en tres idiomas, caldeo, griego y latin: intesti- os, nervios y hucsos; venas, mtisculos y carne, y la enfer- medad que en cada una'de ellas se genera y su causa y su curaciéa y remedio, Habfa acceso y cémoda enttaca a to- das las retorcidas visceras, con respiradetos diversemente distribuidos por todo el cuerpo para iluminar los lugares ‘oportunos, y no constaba de una sola parte menos que el cuerpo natural. Cuando me dediqué al corazén, lei cémo ‘Se generan los suspiros del amor y dénde daiia cl amor gra- vemente. Aqui, muy conmovido, extraje de lo més hondo de m1 corazén un mugiente suspiro, invocando a Polia, gue of retumbar con no poco hotror por toda le méquina de bronce. Su arte exquisito ensefiaba cémo es el hombre, aun sin saber anatomfa, {Oh, preclaros ingenios pasados, oh edad verdaderamente éurea, cuando la virtud estaba de acuerdo con le fortuna, para este siglo dejaste sélo como erencia la ignorancia y sw rival la avaricia! Dirigiéndome a otra parte, vila frente de una cabeza femenina, del tama. o que antes dije, algo descubietta entre las ruins y con el resto sepultado entre grandes bloques. Y juzgando que se ia de factura semeyante al coloso, no me detuve a miratla yy tegresé al primer lugar, temeroso de aquellas ruinas des- ‘compuestas y desniveladas. “Alli, no muy distante del gran caballo y a su mismo ni- ‘vel, se oftecfa a la vista un enorme elefante de uria:piedra nds negra que la ‘obsidiana, .sembrada copiosamente-de ppartfculas de oro y plata como polvillo resplandeciente, Su _ ‘claro lustre era testumonio de su dureza, porque reflzjaba Jos objetos como un espejo, excepto donde el metal haba di- fundido su verdoso otin, ya que en la parte superior de su amplisimo lomo tenfa una maravillosa gualdrapa de bron- ce con dos cintas que cefifan esttechamente su monstruosa corpuiencia. Entre estas. grandes ligaduras, con anclajes puestos en la misma piedra, se sostenia un pilar cuadran- gular que correspondia a la anchura del obelisco situado sobre el lomo, ya que ningiin peso perpendicular debe te- net debajo aire 0 un espacio vacto, si quiere ser solide y du- radero. El pilar estaba bellamente inscrito en tres de sus caras con caracteres egipcios. Este monstruo, cuyo lomo servia de peana al obelisco, estaba figurado y realizado ma- ravillosa y habilmente, segtin las reglas del arte dela escul- tura, Sobte la gualdrapa, convenientemente adornada con muchas figurillas y clavos y escenss ¢ invenciones, se alza- ba, firmisimamente asegurado, un obelisco de ptedra lace- demonia verdosa. Su didmetro inferior era de un paso, que muluplicado por siete dabe la altura, hacia la cual les caras se adelgazaban hasta acebar en punta, En ésta sobresalia fi jada una redondisima esfera de materia transparente y lus- trosa. La enorme bestia estaba noblemente situada sobre la lisa superficie de un gran pedestal de duristmo pérfido cui- dadosamente disefiado, con sus dos grandes colmillos so- brepuestos y unidos, hechos de una piedra blanguisima y brillante. De la gualdrapa de bronce colgaba prendido un egtegio pectoral de su misma materia, ricamente decorado, cen medio del cual estaba esertto en latin: «Bl cerebro esté en Ja cabeza.» Y de manera semejante, Ja uni6n del cuello y ia gran cabeza estaba rodeada por una magistral ligadura de ja que pendia sobre Ja amplisima frente un atrevido adoro sumamente notable, de bronce, compuesto por dos cuadra- 114 ATS TAT FP tos y de lineas'elegantes. En su superficie, rodeada de molduras revestidas de follaje, vi algunas IVfp letras j6nicas y arabes, que de- fan ast?” Su voraz probéscide no toca- bala superficie del pedestal, sino que estaba levantada, algo vuelta hacia la frente, ylas otejas, sarca- das de artugas en forma de red, eran larguisimes y estaban gechas. ‘La imagen era un poco menor del tamaiio natural. En el oblon- g0 perimetro del pedestal esta- ban cincelados jetoglificos, es de- ci, caracteres egipcios, Se mos- twaba provisto adecuadamente del debido aredbato, plin- to, gola, toro y escocia, con sus astragalos o néxtrulos y la ‘cma inversa. En Ja parte superior tenia gola y collarino, es- cocias y denticulos y astragalos, maravillosamente propor cionados @ Je anchura. Su longitud, anchura y altura eran, respectivamente, de doce, cinco y tres pasos, y tenia los ex- tremos redondeados. En Ja patte posterior semicircular de ‘este pedestal encontré una escalera de siete escalones que subia hasta su parte superior, por la cual subi, évido de no- vedad; y en el pilar cuadtangular que estaba situado bgjo la | gualdrapa vi excavada una puerteclla, cosa de gran adraira- ci6n en una materia tan dura. Conducta a un tinel ascen- dente excavado con habilidad y provisto de algunos berro- tes de metal a modo de escalones, por los que se podia subir Smodamente y penetrar en el cuerpo vacio del elefante, f| TON OF KAI EYOYIA 115 ses Lleno de vida curiosidad, entré y subi. Encontré que el grande y prodigioso monstruo estaba comipleta- mente vacio como una cueva, excepto que el mismo pi- lar que lo sostenia por debajo continuaba por dentzo y permitia el paso de um hombre hacia la cabeza y la par- te posterior. Agu{ ardia una lémpara inextinguible, sus- ‘pendida con cadenas de bronce en la parte convexa del. lomo, que proporcionaba una luz. semejante a la:ce'una célda. Gracias a ella pude ver en esta parte posteror.un antiguo sarcéfago excavado en'la misma piedra, sobre el cual habia una perfecta smagen vutil desnuda; de tema- fio natural, coronada, de piedra ‘negrisima, pero con los dientes, ojos y ufias cubiertos de plata relticiente. Esta- been pie sobre la cubierta del sarcéfago, que ere abo- vedade, revestida de escamas y con otros exauisitosador- aos, Sefialaba con un cetro de cobre dorado hacie ade- ante y sostenfa en la mano izquierda un escudo cénca- venison oboe TYMNOE BN EIMH AN OHPI- ONEMEKAAYYEN.ZHEELEY. PHEHAEEASON ME. NVDVSESSEM,BESTIANIME ‘TEXISSET,QVAEREETINV? NIESMESINITO. vo en forma de calavers de caballo, que tenfa escrita en tres:tdiomas; hebreo,rdtico y latin, en pequetias letzas, esta sentencia:*? NUDVS ESSEM, BESTIA NI ME TEXISSET. (QVABRE Br INVENIES. ME SINITO. Este objeto inusitado hizo que permaneciera no poco estupecfacto y un tanto.horrorizedo. No. me demoré alli demasiado y, volvigndome hacia la salida, viarder y alum- bbraren el otro lado una limpara semejante aia que he des- «tito, de modo que, atravesando el hueco de a subida, me dirigi hacia te cabeza del animal, En este lado encontré una antiquisima sepultura del mismo tipo que ls anterior, y sobre ella otra escultura, pero. de reina. Tenia ésta le: vantado el brazo derecho, sefialando con el indice el lugar situado a sus espaldas, y con la otra mano sostenfa una ta- ep ma MAIVA PIP jane OM asaya hn Bee NT HO OETIEEL.AABE EKTOYAE TOYOHEAYPOY,OSON ANA PEKOLITAPAINDAEOS AA BH TEN KEPAAHN.MHA TITOY E0MATOS. WISQUIS ES, QVANTVN GYNavE LIRVERIT. Hv. IVS THESAVRISVME AT MONEO , AVFER"CAPVT. CORPS NE TANGITO. blilla que se'apoyaba sobre la cubierta del satcéfago; en ella estaba escrito en tres idiomas este epigrama::* QVISQVIS BS, QVANTVN CVNQVE LIBVERIT HIVIVS THXSAURI SUME. AT MONEO: AVFER CAPVT. CORPYS NE -TANGITO, Maravillado por tan gran novedad, digna de relato, y habtendo lefdo los enigmas varias veces, quedé comple- tamente ignorante y muy dudoso de su interpretacién y oscuro significado. Por esto, no me atrevia a hacer nade Y-me sentia cast atemortzado'en este lugar terrible y os- curo a pesar de la luz de las limparas. Ademas me acu. ciaba el deseo de contemplar la: puerta triunfal, 1o cual constituia la causa més legitima de que no me entietu- Viera alli. Ast que, con el pensamiento y propésito de volver tras la contemplacién de ia puetta, y dedicerme con més tranquilidad a calibrar esta magnifica invensién delingenio humano, me ditigi répidamente a la abertura ¥, bayando, sali det monstruo sin visceras, iQué inven. isn impensable, qué exceso incalculable de trabajo y ‘qué temerario atrevimiento humano! ¢Qué clase de tre. Pano o de otras maquinas de trabajo fueron capaces de perforar la gran dureza y resistencia de esta piedva y va. lat materia tan tenaz, haciendo concordar el hueco in. terior con la forma externa? Cuando por fin regresé'a la Blaza, vi en el pedestal de P6rfido, dignfstmamente cincelados alrededor, estos jero alificos: primero un bucténeo con dos instrumentos agrt- 7 (Solas atados a los cuernos; y un altar sosteoido sobre dos ies de macho cabrio y con una llama ardiendo encima, y x19 en su frente un ojo-y un buitze; Iuego una jofaina, y un aguamanil; siguiéndole, un ovillo de hilo atravesedo por ‘un huso; y un vaso antiguo con la boca tapada, Una suela con un ojo y con, dos ramas atravesadas y hermosamente atadas, una de olivo y otra de palma; un ancla y una oca: una lémpara sostenida por una mano; un timén anuguo con un ramo de olivo atado: Inego, dos garfios, un del- fin; y, por Glumo, un arca cetrada. Eran, estos jeroglt- ficos esctituras realizadas en 6ptima escultura. Medité sobre estas antiquisimas y sagradas escrituras y Jas inter- preté asi: BX LABORE DEO NATVRAB-SACRIFICA LIBERALITER, PAVEA ‘TIM REDVCES ANIMVM DEO SVBIFCTUM, FIRMAM CVSTO- DIAM VITAE TVAE MISERICORDITER GVBERNANDO TENEBIT, INCOLVMENQVE SERVABIT.?® 120 Cuando abandoné esta excelentisima, mistertosa.¢ impensable obra, volvi a mirar de nuevo el: prodigioso caballo: tenia la cabeza huesuca y flaca y.proporcional- mente pequefia, y parecfa una éptma representacién de Jainconstancia y la impaciencia; vefase casi el temblor de sus catnes y se diria que eta antes vivo que fingido. Tenta una palabra griega incisa en la frente: GENBA. Fabia muchos otros grandes trozos y fragmentos de diverso.di- sefio, entre grandes montones de ruinas destrozadas. Y, de todas, el tiempo voraz yvolador sélo habia respetado y dejado intactas,estas cuatro cosas: la puerta, el caballo, el coloso y el clefante. jOh, padres santos, antiguos arth. fices! ¢Qué clase de crueldad invadié vuestra gran vir tud, que os Hevasteis con vosotros a la tumba tantes ri- quezas, que debieran haber sido nuestra herencia? ‘Cuando Hegué a le antiquisima puerta, obra suma- mente admirable, exquisitemente ajustada a las reglas del arte, adornada con notables esculturas y maravillosamen- te construida con diversidad de lineamentos, siendo yo es- tudioso y estando inflamado por el deseo de entender el fecundo concepto y aguda invencién del perspicaz atqui- tecto y sus dimensiones y lineamentos, hice asi: primero med{ cuidadosamente un cuadrado situado bajo las co- Jumnas, dos a cada lado de la puerta, y por esta medi- da comprend/ facilmente toda su simetria, que explicaré "ahora brevemente, Un cuadrado, dividido por tres lfneas _ > tectas y tres trasversales equidistantes,”” da como resulta- {do dieciséis cuadrados. Afiadiendo al cuadrado grande su ated y dividiendo lo afiadido del mismo modo, se ob- ‘uenen veinticuatro cuadrados. Esta cuadrfcula es ail y portuna para transportar en pequelio y hacer segmentos en trabajos delicados o'en pintura, Tirando en'la'primera figura ABCD dos diagonales y luego otres dos liness, una recta y otra trasversal, de modo que todas ellas se corten, se generan cuatro cuadrados. Uniendo los puntos medios de los lados de la figura afiadida, se construye un rombo. ‘Trazando de esta manera las figuras que he dicho, me preguntaba qué raz6n tienen los ciegos moderns para estimarse habiles en el atte de construir, cuantdo no saben ni qué es, haciendo fuera de toda tegla sus edifi- cios falsos sagrados y profanos, piblicos y privados, no observando la perfecta simetria y olvidando la que ense- fia la naturaleza. Pues es regla de oro y ensefianza celes- te, como canta el poeta, quella virtuid y'la felicidad con- sisten en la justa medida. ¥ cuando esto se abandona y se neglige, necesariamente viene el desorden y todas las co- sas resultan falsas, porque es torpe cualquier parte in- congruente con st'conjunto y, sin orden y normas, equé cosa puede resultar cémoda, grata y digna? Pues'la cau- sa de un error tan inconventente nace de Ja ignorancia negativa y tiene su origen en la carencia de educacién. Y ademés, la perfeccién de una obra de arte digna no es ‘enemiga dela rectitad; sino que el arquitecto babil y cui: dadoso, para favorecerlas con un agtadable aspecto, pu- Je caprichosamente su obra con aumentos o disminucio- nes, pero conservando sobre todo integro lo sélido y en armonia con todo el conjunto. Llamo sélido a todo el ‘cuerpo de la fabrica, que es la principal atencién, inven- cién, pensamiento y simettia del arquitecto. Bien estu- diada y levada a cabo sin accesorio alguno, indica, sino me equivoco, la excelencia de su ingenio, porque ador! nat después es.cosa facil, aunque el arquitecto debs co" x22 nocer dénde ha de ir colocado el adorno y.colocar la.co- fona'en la.cabeza y-no-en los pres: y,.asi, las ovas-z.den- ticulos y otros ornamentos se deben destinar a sus lugares adecuados. La ordenacién y la principal invencién es cosa de la que participan pocos, en.tanto.que'los ormamentos se prestan al trabajo comin incluso de muchos vulgares € idiotas. Pero os artifices manuales son servidorss det arquitecto. Este no debe sucumbsr de ningin modo a la maldita y pérfida avaricta. Y, ademés de tener.anstrucs cin; ha de ser bueno, no locuaz, benigno, benéyolc, dul- ce, paciente, amable, fértil, investigador curioso, univer- saly lento: digo lento, porque no debe precipitarse en el error. Y ya basta de esto. Para terminar, reduciendo.las tres dltimas figuras obtemidas @ una sola,.comprendiendo la dividida en 16 cuadrados y la afiadida, se productré esta figura, de la cual se retiran el rombo y las diagonales, dejando las tres perpendiculares y las tres rectas, salvo las partes, dela li- ‘nea media que son cortadas por las perpendiculares, y de este modo se obtiencn dos rectingulos perfectos, uno ‘superior y otro inferior, cada uno de los cuales contiene cuatro cuadrados. Trazando una diagonal en ef rectén- gulo de abajo y ditigiéndola perpendicularmente hacia Ja.linea AB se encontraré habilmente, por lo que Je falta Para alcanzarla, el grosor del arco y de Jas antas. La ‘inea ‘AB seré el lugar conventente para el arquitrabe. El un. to medio de la linea truncada EF seré el de inflexién del ‘arco, que debe medir tanto en sus cuernos invertidos “cuanto es el semididmetro de su anchura. De otto modo, si,esto falta, no lo juzgo perfecto, pues fue exquisita y euidadosamente observado por les Sptimos y expertos 123 antiguos en sus arcos pate darles clegancia y'la resisten- cia adecuada'y evitar la ocupaci6n ide la’ proyeccién de Jos abacos. El pedestal 0 podio situado bajo las dobles columnas auno yotro lado-de la puerta comenzabe por un plinto de un pie de altura al nivel del pavimento, que-se contt- nuaba a modo de escalén en el espacio en que se abria ésta. Sus cimas reversas, toros,:canalfculos y astrégalos subfan en escalones hasta el pedestal y, con el ligamento debido y requerido; constituian los z6calos o bases de las antas. Y, del mismo modo, sobre el podio corria la:cor- nisa con Ja cima tecta y los otros lineamentos. Encontré que el espacio comprendido entre Ja linea AB y la supertot de toda la figura, MN, estaba dividido cen cuatro partes, tres de las cuales correspondian al ar- quitrabe, friso y comnisa. La cornisa constaba de una par- ‘te més que el arquitrabe y el friso: es dectr, que, si fueran asignadas einco partes al arquitrabe y otras tantas alfri- so, la cornisa ocuparia seis. Y excedia‘este' imite tanto més cuanto gue el sabio y babil artifice habfa dado a'su ‘camacto una inclinacién de medio pie: esto no lo hizo por capricho. sino para que la'parte inferior de las esculturas situadas encima no fuera ocultada por la prominencia de 1a cornisa, aunque hubiera podido agrandar las partes st- guientes de los ornamentos, como el friso. y salitse de” este modo de la simetria que se habfa impuesto. Sobre este primer remate continuaba un cuadrado perfecto, construido con esta regla: 1a longitud de sus lados co: rrespondfa a la unién del friso con la vertical de las co- umnas y era el doble de la anchura de la cornisa supe- ior: Este cuadrado se repetia a cada lado-de la puerta. Et x24 espacio restante sobre ésta estaba-dividido.en siete par- tes reservada la de en medio para un nicho, en el que es- taba colocada une estatua de ninfa: luego, habia tres a cada lado. El saliente de la corsa superior es fécil de trazar: se construye un cuadrado con los lados del mismo tamaiio que la anchura de ésta, se traza la diagonal y ella da la medida del saliente. Ahora, tomando:en conjunto toda Ja figura de.los veinticuatro cuadrados, se halla la sesquidltera, OPQT, que contiene cuadrado y medio. Este tiltimo medio cua- drado se divide en sets partes iguales por medio de cinco Ifmeas horizontales, El punto medio de la quinta y Gltima ptopotciona el vértice del frontén; trazando desde él la {inea oblicua hasta el punto en que se corte con la que determina la cornisa, aparece su inclinacién conven:en- te, Sus bordes 0 extremos se unfan justamente con los ci- macios de! saliente de la cornisa rampante. Finalmeate, el frontén participaba con exquisita correspondencia de los lineamentos de fa elegante cornisa: en su patte infe- rior usurpaba su primera parte sobre.el plano del zec- tdngulo, y, en la superior, una parte de la cornisa denti- culada, quedando dentro contenido su plano triangular. La puerta, cuya materia era brillante y agradable, fue cuidadostsimamente construida con bloques de piedra -ortados con perfecta regularidad, combinéndose perice- tamente los miembros de los ornamentos con Las unio- ‘nes de las predras y en correspondencia con las escul: © nuras.sobrepuestas. A uno y otto lado del espacio que ella cenpaba, con dos.pasos de intervalo, se alzaban or- 125 tadas en, oe de ruinas hasta-el zécalo. Yo; apar- tando los detritus, puse al descubterto sus-basas de bron- ce, cuya ‘materia era la misma en gué estaban notable- mente fundidos los capiteles. El didmetro del grosor inferior de Ja columna era el doble de la altura de una basa, y su altura de mas de treinta y dos‘codos. Las dos cercanas a la puerta cran de finfsimo pérfido y las otras de agradable ofita; estaban estriadas 0 canaliculadas’y magnificamente ejecutadas. Més allé de éstas habia‘otras dos parejas a derecha e izquierda, con moderado éntasis, de durisima piedra lacénica. El-radio de la circunferencia inferior de la columna eva la altura de la basa, que constaba de toros, ¢scocia 6 troquilo y plinto, Dividida este altura en. tres partes, el plinto ocupaba una, y su anchura era de didmetro y me- dio, Dividiendo las otras dos partes en cuatro, una co- rrespondia al toro superior; divididas las tres restantes en dos, ung era para el toro inferior y otra para ef troquilo céncavo, cuyos astragalos median un séptimo de su altu- ra. Encontré que tales medidas habfan’ sido observadas por los sabios artifices: Sobre los captieles de-tas colum- nas se extendia un egregio arquittabe o epistilio, con la fascia inferior adornada con esferillas 0 petlas; la segun- dia, con largos husos partidos, y entre uno y otro dos vers tebras intercaladas engarzades en hilos; la tercera estaba hermosamente revestida de oteyuelas con ‘noble follaje-y caulfeulos de perfectisima factura. Sobre el arquitrabe corria el friso, que estaba adornado con sinuosas frondas, con Jos tallos formando grandes espirales'y follaje de paémpanos profundamente esculpides, en los que anida: ban muchos péjaros. Luego seguia una exquisita Iinea de 126 mutulos, con armoniosos intetvalos, sobre los cuales co- menzaba Ja gradaci6n inversa de una gruesa cornisa, Mas arriba de este remate Ja mayor parte del edificio estaba destrozado y ruinoso, con huellas de grandes ventanas ‘gemelas desprovistas de sus ornamentos, que apenas da- ban una idea de cémo fue Ia obra entera y perfecte. Bajo el arquitrabe descrito se-alzaba el frontén de la intacta puerta. Entre su declive y la linea del arquitrabe quedaba lun-espacio en forma de escaleno, es decir, de triangulo de Jados desiguales. El arquitrabe, en el espacio entre las ca- lumnas, estaba soportado, por maravillosos modillones con el intervalo requetido por las reglas del arte. En ka fi- gura escalena, ocupando el mayor espacio posible, habia exeavados dos cfrculos en forma de plato, con los bordes contorneados de tindulas, pequefias golas y escocias; en medio de las molduras destacaba un toro noblemente re- vestido de hojas-de encina, compaginadamente uestas una sobre otra, envueltas.en-cintas excavadas, con algu- nos fratos diseminados. En el interior habfa dos venera- bles figuras de busto en relieve, con palio anudado en el - hombro izquierdo a le manera antigua. Tenfan hirsutas barbas y las frentes laureadas y su aire era digno y majes- tuoso. En el saliente cuadtado del friso sobte las colum- ‘as que-he descrito antes, habia este relieve: un éguila con Jas alas extendidas posaba sus garras sobre una grue- Sa.guirnalda de hojas y frutos, que colgaba en el medio y cuyos delgados extremos estaban sostenidos a.un lado y tro por cintas volantes cast exentas, Lanotable puerta estaba situada sobre el suelo de lo- a8 de.mérmol entre las columnas del muru con suna perfeccién. Y, puesto que ya he dado la explicacién de 127 {os principales miembros de esta puerta magnifica, paré- ceme oportiuno deseribir en el siguiente capitulo sus gra- tos y hermosisimos adoinos. Porque'para tun arquitecto es més dificil hacer que hacer bien: Y ‘para ello, lo pri- mero es disponer y concebir, como antes se dijo, lo:s6li: do de toda 1a obra antes que los ornamentos, que son 2¢- cesotios de fo principal. Para lo pritnero:se requiete la fecunda habilidad de uno sélo, pero para'lo segundo son necesarios imuchos artesanos manuales ignorantes:(lla- mados por los griegos obreros), los cuales, como se ha dicho, son los instrumentos del arquitecto. ivi ‘{TRAS HABER DADO SUFICIENTE EXPLICACION DE LA GRAN PUERTA'Y DE SU SIMETRIA, POLIFILO PRO- SIGUE SU DISCURSO DESCRIBIENDO OPTIMAMEN- ‘TE SU ACABADO Y TRABAJAD{SIMO ADORNO ¥ CUAN ADMIRABLEMENTE ESTABA COMPUESTA, UEGO A LA NOBLE MUCHEDUMBRE de los que se dedican'al placentero amor, que no se stenta molesta porque me haya demorado tanto en el anterior rela- to. Tal vez no les ha agradado, deseosos como estén de gne se trate de aquello que, aunque en'sf mismo es amargo, constituye el alimento del que se nu- OBS tren con dnimo pactente sus corazones, alegremente de- " dicados a cllo. Peru uv sea yo inculpado por eso, pues tiene Ia culpa le vartabilidad natural de los afectos bii- 128 manos: el pan, grato al paladar sano, algunas veces ex de- sagradable al enfetmo, pero enseguida vuelve a gustar- le cuando, habiéndolo, comido, se siente mejorLorhice para expreser la finalidad propia de Ja arquitectura, que es la consecucion de la armonia de lo sélido del edificio, Después, el arquitecto es libre de reducirlo a divistones menudas, como el misico, que habiendo concebico el tono y medido el tiempo en una méxima, luego lo divide en menudas particiones.cromiticas y lo tefiere al con- junto. De modo semejante, tras la invenci6n. ta principal xegla peculiar al arquitecto es.la cuadratura, que con sus pequetiisimas divisiones le permite mantener Ja armonia yelzitmo del edificio y distribuir.en él Jos adornos con- venientes sin daiiar el conjunto. Gracias a la observacién de estas reglas, a puerta que digo, era bellisima por su admirable composicién y por su excelente invencién, y, teniendo unidas en sf tanta elegancia extraordinaria y tan.cuidadosa distribucién, parecia irreprochable hasta en sus menotes detalles. Por lo tanto, estimo ahora ade- cuado describir su perfecta composicién. Lo primero que se presenta.a ia derecha es el estilo- podio 0 columnipedio bajo las basas de las columnas. “Este, si se le.quita la.cornisilla de arriba-con sus meldu- sas} permanece més ancho que alto, segéin las reglas. del atte, ¢s decir, cuadrangular, Me conviene utilizar térmi. nos conocidisimos, aunque no vernéculos, porque se ha © corrompido y mermado, aquel tesoro nuestro de pala- bras con las que podriamos explicar adecuadamente to- ~ das las particularidades de esta obra. Pero con los que _ sno entienden estos términos, tendremos que razonar 129 Asi pues, en esta, como yo la llamo, ara, se habia con- servado Ie superficie frontal, con delicados relieves en alebastro transparente, discretamente rebajada entre go- tas cubiertgs de hojas, En ella habia sido esculpido con gran cuidaflo un hombre de edad madura,*° robusto y de aspecto réstico, con espesa barba cuyos pelos se rizaban en el mentén a causa de su dificil salida a través dela dura piel. Estaba sentado sobre una piedra y cubierto con una Piel de macho cabrfo que, pelada en su parte posterior, hab{a atado en tomo a sus caderas, mientras que la parte anterior pendia, con la pelambre hacia dentro, entre sus pietnas musculosas, Delante de él, entre sus gruesas pan- torzillas, habfa un yunque fijado-en un nudoso tronco. Inclinado sobre éste con el martillo en alto, fabricaba un par de candentes alitas, forjéndolas a golpes. Enfrente es- taba senteda una nobilisima matrona que tenia sobre los hombros delicados dos plumosas alas. Sentado en su regazo habfa un nifio desnudo, su hijo, con las nalguitas sobre la carnosa pierna que la diosa madre tenfa un poco levantada, ya que su pie desnudo estaba apoyado sobre tuna piedra, unida con el asiento del martilleante artesano simulando un montfculo, que contenia también una cue- vecilla con una pequefia fragua ‘en la que-ardfa un fuego semejante al carbiinculo, La matrona tenfa las abundan- ‘es crenchas lindamente levantadas sobre la amplia frente en torno a la cabeza, y estaba tan delicadamente tepre- sentada que no sé cémo las restantes figuras que presen ciaban aguella obra de artesanfa no se movfan hacia ella Habie también un guerrero de zostro airado, cubierto con una antigua coraza con la égida, con la espantosa ca- beza de la Medusa en el pecho y otros nobles adornos: un 130 ‘tahalf atravesaba su ancho pecho, y sostenia con’el mus- culoso brazo, algo levantado, una lanza. Su cabeza estaba rotegida por un casco con cimera y penacho y su-atto bbrazo no se vefa, porque estaba oculto por las figuras de delante. Detrés de la cabeza inclinada del artesano, apa- recfa un joven del que s6lo se veia del pecho para artiba, vestido de pafio fino. El artista habfa realizado cuidedo- samente esta obra y la habfa introducido enel marco on. dulado det ara sobre un fondo de piedra de color ccral, ‘que estaba colocada bajo los cuerpos y los miembros des. nudos ‘de las figuras. Su color se difundia'a través de Ia Piedra traslicida y-daba como resultado un'tono rosado “que contrastaba con el rojo del espacio vacto entre agu las. Todo al lineamento de este subcolumnio se repetfa ‘en el otro, cambiando s6lo ia escena representada En el subcolumnio izquierdo ‘estaba esculpido un ‘hombre desnudo de edad viril, de mirada benévola y con elaite de tener una gran rapidez. Estaba sentado sobre lun astento cuadrado adornado con antiquisimos cincela- dos. Calzaba coturnos cuyas cintas envelvian sus picrnas _ hasta Ie pantorrillay tenia dos alas en cada pie. Y figua- baallila misma matrona que en el relieve anterior, repze- sentada desnuda a la manera de las diosas, de cuyo pecio ‘delicado brotaban dos firmes senos, duros y redondos, y feofa anchas caderas. Una y otra eran tan semejantes que se deducia claramente que representaban a'la misma per- ‘Sona, pero ésta ofrecia su hijo al hombre para que lo eda- - ¢ara. Este mostraba astutamente tres flechas al ni 10, ya ~ Jalado, que: andando sobre sus | Plececitos, se inclinaba ha- ie; por tal acto se comjeturaba ficilmente en qué arte Jeiba a adiestrar. La divina madre sostenfa un carcaj vi- 131 cfo y.un arco sin. tensar, A los pies del maestro yecta un caduceo con sexpientes, También aquise encontraba el guetzero, yuna mujer con casco, vestida con una volante camisa. que.dejaba al descubierto sus pechos, Llevaba ésta sobre una lanza un trofeo que consist(a en una core- za colgada del asta y-une esfera con dos ales en la punta; entre una y otra ala estaba escrito: Nun. winava.*? Las dos columnas dénicas de pérfido relucientey.ter- so, de siete digmetros de altura, que estaban situadas so- bre estos.cuadrados, eran de un oscuro color, purpura, con manchitas redondas més claras confusamente dise- minadas. Cada una‘tenfa. veinticuatro estefas entre los bien dispuestos astragalos o.cordones: pero. de sus tres pattes, sélo la inferior estaba reforzada con junquillos, La raz6n por la.que estaban estriadas asi y con-el.tercio acanalado, pensé que eta el hecho.de que esta excelente fabrica 0 templo debfa estar dedicada rituaimente a un dios y una diosa, ya fueran madre e hijo, padre y madre, padre © hija 0 algo similar. Porque los sabios padres ai, ‘tiguos atribufan al sexo femenino mayor parte de acana- Jadura que al masculino a causa de que su librice natu- raleza excede a la viril en Jascivia. El otigen de todas Jas columnas estriadas fue el estar destinadas a templos de diosas, indicéndose por medio de las estifas el plegado del vestido femenino: y sobre ellas usieron el capitel con las volutas pendientes.hacia abajo Para umitar la retorcida cabellera de las mujeres y sus ador, nos, Aquellas caridtides que tienen como capitel una 112 da cabeza de mujer, fueron situadas cn el templo de aquel pueblo rebelde cuando fue reconquistado, para perperua ‘memoria de su inconstancia, semejante a Ja femenina, 132 Estas altas y exentas columnas'a que me referiase’al: zaban sobre basas de bronce; sus toros, 0 cimbties que descansaban sobre plintos, estaban estrechamente ro- deados por una faja de hojas de encina con sus frutos, que les daba 1a vuelta. Los capitetes que las coronaban eran de Ja misma materia que las basas,'de la forma con- veniente y requerida por la armonfa del conjunto, mejo- "tes que los que hizo Calimaco Catategnos para expresar __lavbelleza del acanto que habia getminado sobre el vestt. » lld'en la sepultura de la virgen corintia, Estaban cubier: tos:por abacos u opérculos curvos adornados en el cén- to con el lit1o’ Su vaso estaba egregiamente revestido or dos filas de ocho hojas de acanto al modo romano 6 ~ Corinto. Fuera de las hojas brotaban las bélices meno- es, que. adelanténdose hasta el centro del vaso, levanta. _ banel lirio, adherido bellisimamente a la patte céncava | del dbaco, y fuego los cauliculos se enroscaban en espiral _ bajo el saliente de éste. Parectan las columnas que puso Agripa con tanto acierto'en el pronaos del Pantedn:-Su altura era igual al diémetro integro.de la patte infe-tor, // guardando la simetria en todas sus partes ¥ accesorios.#* /* Elumbral de la puerta era una enorme piedra durist- ima de color verde, sembrada de maculas blancas, negras yramarillas y de otras diversas manchas imprecisas. So- bbre‘él se alzaban las rectas jambas, destacadas en Ja en- trada y relucientes. Su anchura era de un paso, como el __jimbral, pero sti cara externa sobresalia notablemente. No ‘habia sefial alguna de goznes ni en el umbral viel intel, nt indicio de las cabezas de hierro de las ‘gtapas que sostienen los semicapiteles depicdra, Desde. allfsu- _- big’el arco, con las molduras requetidas y los mismos or- 133 namentos que las.fasctas delarquitrabe, es decir, bolas o. perlas, husos partidos y ensartados y,orejuelas de perso y. ‘indulas a la manera antigua, sinuosas 0 desflecadas, y los cauliculos, Su espine.o fibula o-clavet era notabilfsima, adiitable, de invencién sutil y atrevida y elegante acaba do: pues vi aténito un, guila casi de. bulto,redondo, con Jas alas abertas, hecha de pedra duraynegrisima, Tenfa agattado amorosamente por sus vestidusas a un nifiono- bie y delicadisimo,.con tanto cuidado que les puntiagu- das.y ggnchudas ufias; volviéndose hacia abajo, no, dafia: ban Jas tiernas.carnes. ¥. arrastréndole.con las garras por Jos bordes.de las ropas, abrazando con las. patas el gor- dezuelo y redondo pecho, desnudaba al nifio que colgaba de ella, del:ombligo. para abajo: las.tiernas nalguillas se retorcian entre los muslos cubiertos-por-las.plumas del ave, Este hermosisimo niifio, digno de quien lo habia rap- tado para si, presentaba en su carita muestras. de. estar. asustado por lo que ocurtia, Tenia abiertos los bracitos y. se-habfa agarrado, estrechamente .con Jas gordezuelas’ ‘manos al hueso remeto,,(que es el que une el cuerpo a las. alas abiertas para.el vuelo de forma.que puedan mover- se). Y, echando hacia atrds las piernas turgentes e infan- tiles, habfa.puesto los. piececitos sobre la ancha cola, Esta, que era bellistma, descendia por debajo de la claye. del arco. El nifio estaba esculpido hébilmente en le-capa blanca del agata u 6nice, y el ave en el sardénice, que es; Ja otra capa de la piedra, Esta exquisita escultura me. dejé estupefacto, pensando,con qué perspicacia imaging, cl elegante artista una aplicacién tan adecuada de la na: turaleza de esta piedra.a tal funcién y propésito. Al ver, | ‘que el dguila tenia erizadas las plumas cercanas al pico y; 134 éte entreabierto, mostrando le lengua-como,jadeando, conjeturé que estaba Ilena de amoroso deseo. Seguia‘con su espalda la vuelta del arco, y también leespalida del nifio colgado.** El intrad6s-del arco tenia un sofito dispuesto en pe- quefios casetones cuadrados egregiamente disefiados, en cuyo centro colgaban en altorrelieve rosetas por tada la anchura.de las jambas hasta Ja altura de los capiteles, desde los que:se intciaba Je curvatura del arco sobre el hueco de la puerta, En Jos triéngulos que generaba el arco habja sendas past6foras? de nobilisima escultura, con la,téenica que el vulgo Hama de camafeo. Los patios revoloteaban en tomno al cuerpo virginal, dejando al descubierto pate de las bellas piernas, pecho y brazos. Estas ninfas, con el ca- bello suelto y descalzas, tendian hacia el,vano el trofeo de la victoria, Eran lechosas y blanguisimes, y ocugaban todo el espacio triangular, cuyo fondo era de piedta ne- ‘grisima que imitaba metal. Detrés de.las columnas se veian las blancas placas adheridas de excelente métmol. Sobre el arquitrabe se asentaba el friso, en medio del cual habfa sujeta una tablilla de metal dorado, con un epigrama de egregias mayéisculas griegas grabades en »plata incrustada, que decia asf: @EOIE A@POAITHI KAI TAI YIOQI EPQTI AIONYEOE KAI AHMHTPA. EK TON IaIQn MHTPI EYMITAGEETATHI « Finalmente, en el mismo frontén del templo o fron: Lspicto, bajo la comisa superior, en la parte-plana, apa- 139 récfan incisas eh perfectas maydsculas éticas estas dos palabras: bios aiGioKoros**Tal era la admirable compo- sicién y.excelente disposicién que se observaba en esta conspicua y bellisima puerta, Si toda su admirable armo- nia no quedara suficientemente explicada, debe achacar- se a mi temot hacia la prolijidad y ala carencia de los vocablos adecuados para describirla completamente. Y- puesto que el tiempo devorador habfa dejado intacta so- lamente ésta, no juzgué oportuno pasar adelante sin ha- ber-dicho y tratado algo de ella en particular Esta claro que las ruinas del edificio que dije por to- das.partes hacfan gran ostentacién de construccién ad- mirable, y esto se apreciaba a simple vista porque habia aqut y all algunas obras ‘que se habfan conservado in- tactas, como en las partes inferiores algunas columnas ‘enanas, concebidas para resistir un tremendo peso. Otras eran corintias, de éntasis nunca visto, con la modera- da-hinchazén que requerfa la simetria y segan las exi- gencias del peso y el adorno, ingémiosamente extrafda su ‘habit proporcién a semejanza con-el cuerpo humano. Igual que a un hombre que tiene que sostener un gran peso, le conviene tener anchas plantas bajo piernas ro- bustas, asf en una construccién armoniosa se atribuye el peso alas columnas enanas y el adorno a las corintias y j6nicas, que son graciles. Todas las partes tenfan una iau- dable-elegancia, segiin requetia la armonia de la cons: truccién, El reparto de la coloracién de los mérmoles era adecuado a dar gracia a los objetos, y asf habla pérfide ofita, piedra néimida; alabastro, piropecile, piedra lac demonia y marmol blanco y rojo sembrado de blanquisi- imas.inanchas, y-otras piedras de diversos colores confu- 140 } Q samente mezclados; y.columnes cuya altuta se calculaba por otra regla que la del diémetro inferior. Encontré tam- bién una rara especie de basas en forma de almohadén, que tenfan sobre el plinto dos escocias sepatadas por una interposicién de hipotraquelios y astrégalos, con el toro encima. En diversas partes las ruinas estaban ocultas por la colgantey densa yedra, que serpeaba del suiclo hacia att- ba, con sus dispersos racimos abundantes en negras ba- yas y su verdosa pelusa, La madera de esta planta, con- vertida en copa, separa a Baco de Tetis;** y aqui y alla, ocupando muchos lugares del antiguo edificio, habia muchas otras plantas de las que ctecen sobre los muros En las hendiduras crecfa la vivaz digital, y en otras partes colgaban el cotiledén; y el erogenetén, que lleva un nom- bre tan grato, pendia hacia abajo en las cortaduras. ¥en otras roturas crecfan le parietal y le diurética alsinia y el helecho y el adianto y el asplenién, a'franjas, con el re- ‘verso del color de Ja herrumbre, y Ja nudosa selenita me- nor y otras plantas que gustan de la vetustez de los muros y de las piedras, y el culantrillo y la verdosa oliveta, ha- bitantes de ias ruinas; de modo que muchas dignas obras estaban cubiertas y escondidas. 'Y las grandes y torneadas columnas que estaban caf- das parecfan més bien un confuso montén de troncos de- rtibados en el suelo. Entre las ruinas aparecian restos de notables estatuas de diversas formas y actitudes: muchas ‘estaban desnudas, algunas vestidas con tinicas arruga- das que se adherfan al cuerpo desnudo, dejando adivinar Jos miembros cubsertos por ellas; unas se apoyaben en ef pie izquierdo y otras sobre el derecho, teniendola.cabe- x42 za perpendicular'sobre el centro del talén de apoyo y el otro pie libre y despojado de todo peso, extendido; con una altura de seis ptes © cuatro codos. Algunas estaban atin integras, en pie sobre sus pedestales, y otras senta- {das en tronos con modesta disposicién, Vi innumerables trofeos, botines de saqueos ¢ infinitos ornamentos ybu- créneos y créneos de caballo dispuestos con el debido intervalo; de sus cuernos colgaban testos de guimaldas con ramas y frates, mas gruesas en el centro que en los extremos, con nifios que jugaban a cabalgar, De todo ello se inferfa inmediatamente cuan fértil era el ‘ingenio del docto arquitecto en cuidado, estudio y aplicacion y cudn fecunda se mostraba su inteligencia en vigilencia y con cuénto placer habfa Ievado a cabo labortosamente su propésito. Y también cuén grande era la euritmia que demostraba la talla de la piedra y cuanto arte mostraba la escultura: pues tanta era la facilidad del artifice, que su - materia parecfa ser antes blanda arcilla y ereta que du- _ to marmol; y cuan estrechamente habfan sido unidas las piedras unas a otras y qué bien ordendas estaban, nive- Jadfsimas y regulatmente situadas, Este fue el arte auténtico, que pone al descubierto nuestra confiada ignorancia, detestable presuncién y ma- Aifiesto y dafiosfsimo error. Esta es la clara luz que dul- cemente invita a sa contemplacién para iluminar nues- = tr0s ojos ofuscados, porque ninguno permanece ciego © con los ojos abierios si no es que, resistiéndose a dla, la _-rebuye, Esta es la que acusa a la nefanda avaricia, apsz Y ‘dije asf entre mi razonablemente: «Tal vez en el interior ‘etd la venerable ara de los misteriosos sactificios y las Tlainas sagradas ola estatua de la divina Venus o.Afrodi- ‘10, ola de su hijo arqueto y sagitatio.» Y cuando puse el {pte derecho en el sagrado umbral, me salié al encuentro ‘un tat6n blanco que hufa. ¥ habiendo entrado con cu- tiosidad rapidamente y.sin otro pensamiento en el bri- ante y abicrto acceso, se presentaron 4 mis ojos esr. tadores cosas dignas de eterna atencién. Alli, a derechae ~ lizquierda, la pated estaba cubierta de planchas de mér- ‘moles pulidisimos, y en medio de cada muro habia in- -ceustado un gran cfrculo, ‘rodeado por una frondosa co- _rotia, en notable asociacién de relieves: el citculo eta de ‘piedra negrisima, resistente al duro hierro, de brillo es- ‘Bejo, Cuando pasé entre ambos (sin darme cuenta de su ‘txistencia) fui repentinamente asustado pot mi propia ithagen. No menos prestamente fui repuesto pot un ines- erado placer, porque en ellos se ofrecfa claramence el jicio de las escenas de mosaicos admirablemente pinta- ‘Alas en las dos partes:inferiores, bajo los brillantes es- bids, habia a lo largo de las paredes asientos de piedra. ‘Et’pavimento estaba limpio y sin polvo y hecho con un. iHtdable trabajo cerémico; el coloreada sofito se halla- ‘ballibre de-las detestables telaraiias porque pasaba pot 147 alli continuamente el soplo ‘de una biisa fresquisima. Es- te sofito alcanzaba las paredes cubiertas con las planchas de mérmol bajo.una ligadura, de invencién sutilisima, que se extendia desde los capiteles de las derechfsimas antas haste el otto extremo del acceso, en una longitud que estimé aproximadamente de doce pasos. Sobre la elegante ligadura comenzaba a ascender en atco el sofito, segiin 1a curvatura del arco de Ia puerta. Su fecunda invencién se mostraba en sus hermosos re lieves, que consistian en monstruillos acuaticos nadan- do en el agua simulada y tritones en las moderadas olas: y mujeres con retorcidas colas'de.pez, que se sentaban en hermosas actitudes sobre sus espaldas, algunas de ellas desnndas, enlazadas alos monstruos en mutuo abra- 20; algunos tocaban flautas; otros, instrumentos fantés- ticos, algunos iban montados en extrafias bigas arrastea- das por pacientes delfines, coronados con la frfa flor del nenufar, algunos vestidos con las hojas de esta plant algunos tenfan multitud de vasos llenos de frutos y cor- nucopias rebosantes; otros se-azotaban mutuamente, con manojos de Iirios y flores de barba silvana; algunos se protegfan con catdos: los de la otra parte uchaban montados en caballos marinos y otras bestias diversas y nunca vistas, protegidas por caparazones; y aqui se daba curso a le lascivia y tenfen lugar juegos y fiestas; estaban éptimamente esculpidos y figurados con sus gestos vi- vaces y sus movimientos, y adornaban completamente uno y otro lado. En la vuelta de Ja boveda vi una cuidadosisima obra f de mosaico compuesta por exquisitas tesélas de vidrio, | unas con la superficie dorada y otras de colores diversos 148 y.gtatisimos, Lo que primero se advertfa era un friso de dos pies de anchura que dabe la vueita @ todo el espacio dela béveda, desde la ligadura para arriba, y corria por la mitad del techo en dos bandas, Era de colorido muy Vivo y las hojas que lo compontan tenfan el verdor de las esmeraldas, con el envés purpéreo y sus flores eran azu- les y rojas, todo ello con graciosas curvas y entrelazos, Entre estas bandas, a un lado, vi pintada esta historia an tigua: Europa jovencita nadando hacia Creta sobre el fingido toro; y el rey Agenor que mandaba a sus hijos Cadmo, Fénix y Cilice que siguietan 2 la seducida her- ‘mana para encontratla; y cémo ellos, al no hallarla, na- taron en Ja fuente al escamoso dragén con gran arrojo. Y cémo, tras haber consultado a Apolo, determinaton jun- to con sus compatieros edificar la ciudad alli donde se ~ détuviera la mugidora ternera: por eso aquel pafs hasta hoy conserva su nombre, derivado del mugir de los -0- 10s: Edificaba, pues, Cadmo, Atenas, el otro hermano, « Fenicia y el tercero, Cilicia.* Esta pintura musivaria ex. presaba oportunamente la historia y estaba éptimamen- te-dispuesta y realizada con esmerado cuidado, con as “ ficciones, las representaciones y los colores naturales que exigian los hechos y los lugares. En el recténgulo de enfrente vi, realizado de un ‘iodo semejante, cémo la lasciva Pasifae, encendida por 8 amor infame, escondida y encerrada en la falaz mé- ‘quina de madera, se unia con el robusto toro en abrazo _setteto.. ¥-luego al Minotauro, de fotma monstruosa, ‘reso y enicarcelado en el fatigoso y extraviado Laberinto, © Por tltimo, al sagaz Dédalo. habiendo huido ingeniosa- ‘mente de aquel encierro, fabricando para sf y para fea: 149 Jas alas: y a este pobre infeliz, sin hacer caso del manda- toyel ejemplo del padre, precipitandose en el ancho mar —al motit dio su nombre alas aguas icarias—; luego al padre, que se habia mantenido incélume, colgando, para cumplir su-voto; Ja maquina voladora de plumas en el tempio de Apolo, Sucedié que yo miraba y remirabs, con la boca abier- ta y-sin pestefiear, con el animo arrebatado, prestando s6lo atencién a aquellas historias bellisimas, tan bien dis- puestas y petfectamente ordenadas y pintadas con sumo arte y elegantemente expresadas, que se habian conser- vado intactas, Tan tenaz, era-el material de unién, que las teselas de vidrio, colocadas de forma compacta y uni das permanentemente, estaban intactas hasta entonces y ninguna fuera de su sitio, porque el magnifico artifice habia puesto sumo cuidado en esta obra excelente. Y allf caminaba yo paso a paso, examinando con atencién con cudnta habilidad en el arte de Ja pintura habia tenido: cuidado de colocar con meditade distribucién las figuras més cercanas en los planos adecuados y cémo as Hineas de los edificios atrastraban hacia el objeto y.cémo algu- nos lugares cast se perdian de vista y las coses imperfec: tas se reducfan poco @ poco alo perfecto y llegaban.a Jos ojos como en la realidad; con los exquisitos adornos, aguas, fuentes, montes, colinas, bosquecillos, animales, I colorido'se degradaba con ta distancia y con la snei- dencta de la luz y con los oportunos.teflejos en los plie~ : gues de los vestidos y en los otros detalles, con no poca ‘emulacién de-ia ingeniosa naturaleza: Tan admirado y, absorto. estaba en contemplacién, que casi me hallaba fuera de mi. 150 De este modo, habie Megado al final del corredor, donde terminaban las graciosas escenas, y més alld la os. cutidad era tan densa que no me atrevia a enitar, Pero cuando me volvia hacia la puerta para salir, iba oyendo un incesante fragor de huesos y ctepitar de follaje por Jas abruptas ruinas. Me quedé de repente en suspenso y arrancado de mi dulce entretenimiento, Y luego of més claramente ain como si arrastraran un gran buey muesto por aquel lugar lleno de ebrojos y por las hacinedas ruines desniveladas, acercéndose a a puerta con un esttépito cada vez mas préximo y mayor. Y of el enorme silbido de una serpiente desmesurada, Me quedé estupefacto y sin habla. con los cabellos erizados, y no me resolvia a huir introduciéndome por aquellas tenebrosas oscur-dades. 10h, desgractado ¢ infortunado de mf! He aquf que de repente veo con toda claridad alcanzar el umbral dela puetta, no cual Androcles en su cueva, a un Jeéa cojean- do, sino @ un espantoso y horrible dragén que tenia una temblorosa lengua trifida vibrante, las mandfoulas re- chinantes provistas de dientes puntiagudos y en forma de sierra y la gruesa piel cubierta de escamas. Se desliza- ba sobre el pavimento de conchas recorriendo con las batientes alas el Jomo rugoso y entoscaba la larga cola con movimientos de serpiente, con grandes nudos capa ip. ces—jAy de mf, que estaba medio muerto!—de espantar «al belicoso y acorazado Marte y de hacer temblar al te- | ible Héreules, vencedor de Caco, a pesar de su nudosa clava tomada a Molorquio, y de hacer a Teseo volverse © -atrds en su temetaria empresa, y de atertorizar al gigante ‘Tifén més de lo que los dioses superiores fueron aterro- 151 a i e cido, obstinado ¢ impenetrable que hay'existido jamés. Jy de mf, seta capaz incluso de arrancar de su puesto a Atlas, que sostiene la boveda de los cielos, quéno heria con un hombre joven y de poco’ énimo, solo en lugares desconocides y que se enconttaba inerme y-asustado! Percibf que de sus fauces brotaba un aliento’humeante, asqueroso y funesto, y, desconfiando de cualquier huida y de escapar del mortal peligro, sintiendo que las fucrzas abandonaban mi gnimo, invogué temblando.¥ aterrori- zado a cada una de las divinas potencias. 'Y; dando media vuelta sin demora, penetré en la os- curidad y emprendi la fuga répidamente por la parte in- terior, para mf desconocida, de aquel lugar tenebroso, y hui por diversas y oscuras revueltas y pasajes sinuosos. All pensé firmemente que habia llegado a la inextricable bo fibrica del sagaz Dédalo o al laberinto de Porsena, que contenfa tantas intrincadas vueltas'y revueltas y nume: Tosas puertas para fingir la salida y hacer regresat a los misfnos ceminos equivocados; o a la caverna Ilena de an- ttos del terrible Ciclope o'a'la oscura cueva del rapaz Caco. Y hasta que mis ojos no se acostumbraron un poco tle oscuridad, no era capaz-de-ninguna manera, desgra ciado de mi, de ver nada.sino que caminaba con los bra- 20s extendidos ante-el rostro para no toparme, al corter, + ¢on algéin pilar, asumiendo le funcién de mis ojor ciegos, - Como un caracol, con su casa a cuestas, que extiende sas catnosos cuernecillos para tantear el camino y ‘os con- - trae ante los obstaculos, Io mismo hacfa'yo con los bra: _ 4os, palpando para no chocar con los enormes costenes dela montafia y dela pirdémide. Ycuando me volvia a mi- _ Tir ot el cruel y espantoso dragon me seguia, la hz habfa ~ désaparecido completamente. © Me encontraba, pues; en las ciegas visceras ¢ imprac- ticables caminos de las cavernas sombrias y en mayor te- ror y mortal espanto que Mercurio cuando se convittié en ibis y Apolo en cuervo y Diana en la avecilla eropén- dola y Pan en imagen doble;* y en mayores que los de Edipo, Ciro, Creso y Perseo; y en mayor terror y ruina _ due el ladr6n Trasileo convertido en oso, y en mayores 7 dhpustias que Psiquis y en peligros més trabajosos que Jos de Lucto convertido en asno, cuando ofa el concilia- lo de los ladrones sobre su muerte, sin ninguna op- ei6n que seguir, sin saber qué hacer y desesperado.* En ‘Ete punto, ademas de todos los miedos antedichos y de 108 'terrores y espantos que me habfan puesto asustadisi- lo ynervioso, el vuelo frecuente en torno.a mi cabeza de 153

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