Barthes

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98 Moda, el poder de las apariencias para su funcién distintiva es importante que no se extienda més allé dela clase, también lo es que no distinga a individuos aislados, sino ala clase entera, $i su valor fuera meramente esttico, si no reflejara mas que el {usto particular de cada tno, estableceria una gradactén en liga de una ddemarcacién, El gusto, que es personal, no tiene nada que ver con la ‘moda, que es un hecho social. Una clase se defiende del mérito personal, que la disuelve, y de la vulgarizacién, ‘obligada a conciliar unos rasgos contradictorios: debe ser lo suficiente. ‘mente ficil de seguir como para aleanzar la uniform) Cientemente dificil de imitar como para seguir siendo Por todo ello, la creatividad personal sélo se tolera de os limi- tes que la propia moda impone. Cuando la moda no ¢s més que una cues- {ion de estética y de gusto, representa para el traje exactamente lo mismo Aue el eso para ol arte. Mientras que el artista acepta libremente y de Principios de cualquier estilo que le permitan realizarse y la moda burguesa impone despoticamente su uniformidad He de razones que nada tienen que ver con I ta siempre se le permit belleza de su obra esté por encima de cualquier atrevimiento, y jusifiea aualgulerindiseiplina;en el peor de los casos, su independenciale obliga a correr el riesgo de no ser comprendido a la primera. Pero, bonito y favorecedor que sea un traje,en absoluto se puede tolerar seg contrario @ los dictados de la moda imperante, a no ser que se uzca en tuna mascarada 0 un baile de disfraces, y, por supuesto, en privado. Por 80 las modas de la burguesia moderna, sobre todo en cuanto al atuendo masculino, son mucho menos bonitas, o al menos de una suntuosidad mucho menos espectacular, que las de la aristocraciay la burguesia del Antiguo Régimen. Su valor estético esti subordinado y supeditado a eu funcién distintiv Pragmento del francés, La Barire ot le niveau), ppublicado en espa pe Socioligicas, Madrid, 2004 Dolores Beltrin de Felipe, LA MODA, LAS CIENCIAS Y EL TIEMPO Roland Barthes La moda y las ciencias humanas inimitable, iste en imitar lo que en principio se mostré inimit Scents freien es areaoceicma en eae logia por cuanto ésta estudia principalmente las sociedades modernas, industrials, yla moda es un fendmeno que; historicamente, es ivo de esas sociedades. Sefalaremos que existen pueblos y socieda- al total inmovilismo de la sociedad. itura, la moda plantea un problema muy interesante, si bien no excesivamente estudiado. El problema es compe- tencia de la sociologia de los encuentros entre culturas: en paises como ica, lai de indole indigena, esa los de la joven Africa, la indumentaria tradicional iedemleelicineadalls oats slashes whocte plac dened colores y dibujos, pero quedan sometidos a 0 : oi decide ues lero ‘moda ya la renovacion de los detalles. 9 ‘Moda, el poder de las apariencias interés del hecho estriba en el encuentro de una civilizacién vestimen- i ajena ala moda con el fendmeno de la moda. La conclusién parece ue la moda no esté ligada a una forma particular y determinada del minados rasgos eatin vinculados dentro del ritmo del moda. ‘inicamente un problema de ritmo, un problema El historiador se enfrenta aqu{ a un problema apasionante, el de un sis- de cadencia en el tiempo. tema cultural particular que parece esapar al detetminismo de la ‘4a moda plantea un problema més penetrante y mas paradgjico a los ria, Occidente ha conocido, en trescientos afios, multitud de cam multitud de evoluciones, conmociones ideolégicas, afectivas, historiadores que a los sociélogos, La o iblica, mantenida y favo- ; : ay cen o “ etc. pero ninguno de esos trascendentes acontecimientos recida por la prensa, los cronistas, etc. tiene una idea de la moda como fenémeno esencialmente caprichoso, el fruto de lainventiva del modi 9s ha tenido repercusiones en los contenidos ni en los ritmos de Para esa opinion la moda todavia se emplaza en una mitologia de la cre. La Revolucion francesa no llegé a perturbar verdaderamente ese acin libre, que escapa a la sistemstica a la regularidad; mito de la profu- ritmo, Nadie en el mundo puede establecer razonablemente la ms mini- tinea, bastante romdntico en definitiva. {Acaso no se ma relaci6n entre el talle alto y el Consulado; como maximo, los grandes lo hacen todo con nada? acontecimientos historicos pueden acelerar o retrasar los retornos abso- Los historiadores 0, mas. exactamente, los etni ‘se han preocupado lutamente regulares de la moda. y Por este aspecto creador de la moda. Kroeber, ae eee ee La historia del vestido masculino es algo distinta dela del vestido feme- no, llevé a cabo un estudio rico: ¥ profundo del vestido de noche femeni- nino. El vestido masculino actual, de tipo. ‘occidental, se constituyd en su ‘no en Occidente a lo largo de unos tres siglos, partiendo de las reproduc- forma genera ic pattern) a principios del siglo XIX bajo el ne

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