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Revista de Neuro Psiquiatria, 55: 167-182, 1992 PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA: CINCO MOVIMIENTOS PARA SUPERAR LA MULTIPLICIDAD DE ENFOQUES PSICOTERAPEUTICOS* Por MARTIN R. TEXTOR** RESUMEN Se presenta en primer lugar el desarrollo de la psicoterapia durante las dos iiltimas décadas. Se enfatiza la répida multiplicacion de enfoques y las consecuencias negativas de la formacién de “escuelas" de psicoterapia, Se expone ademds cinco nuevos desarrollos en el campo de la psicoterapia: 1) La investigaci6n de "factores no espectficos de trata- ‘miento” que se encuentran presentes en todos los enfoques de psicoterapia y causan el cambio comportamental; 2) La busqueda de un lenguaje comin, en el cual se da énfasis especial a la psicologia cognitiva; 3) Eclecticismo, por el cual los clinicos emplean conceptos y técnicas de diferentes enfoques de psicoterapia; 4) La combinacién y usin de las dos mayores orientaciones psicoterapéuticas (psicoandlisis y conductismo); y,.5) La psicoterapia integrativa que intenta la confluencia de todos los enfoques psicoterapéu- ticas importantes en una teorla comprehensiva, SUMMARY First an overview of the development of psychotherapy during the last two decades is presented, Thereby the rapid multiplication of approaches and the negative consequen- ces of the formation of "schools" of psychotherapy are stressed. Afterwards five new * La versién en alemén se publicé en Psychologische Rundschau, 1988, 39: 201-211. La versién en espafiol, autorizada por el autor y por a casa Verlag fir Psychologie (Dr. C. J. Hogrefe) es de Ramém Leén y Alfredo Zambrano. + Suaatsinstinut fr Frohpidagogik und Familienforschung, Munich, Alemania. 168 M.R. TEXTOR developments in the fields of psychotherapy are described: (1) The research on "nonspe- cific treatment factors" which are present in all approaches of psychotherapy and cause behavioral change; (2) The search for a common languaje, where special emphasis is given to cognitive psychology; (3) Eclecticism, whereby clinicians use concepts and techniques from different approaches of psychotherapy which remain separate; (4) The combination and fusion of two major orientations of psychotherapy like psychoanalysis and behaviorism: and (5) Integrative psychotherapy which aims at the integration of all important approaches of psychotherapy into an encompassing theory, a whole. PaLannas - clave: Psicoterapia, psicoterapia ecléctica, enfoques psicoterapéuticos. Key worps: Psychotherapy, eclectic psychotherapy, psychotherapeutic approaches. Si se examina el desarrollo de la psicoterapia en las dos iiltimas décadas podrd constatarse una répida multiplica- ci6n de enfoques terapéuticos. Asi, por ejemplo, en el volumen de Hexanxs (1980) se distingue més de doscientos cincuenta. Sobre todo en los afios sesentay a comic zos de los setenta -una época de activa experimentacién en el planio social- apare- ci6 en América del Norte y en Europa occidental un enfoque terapéutico tas otro, dado que la ciencia y la opinién pablica premiaban més la originalidad y la naz, de elaboracién y justificacién de las teorias ya existentes (GarAELD, 19823; HERMANN, 1979; PerzoLp, 1980; Textor, 1983a; Warp, 1983) Los creadores de los nuevos enfo- ques psicoterapéuticos ganaron seguido- resa través de publicaciones, conferencias y actividades docentes, de modo tal que Pronto surgié un elevado mimero de “es- cuelas” psicoterapéuticas auténomas. Estos enfoques alcanzaron igualmente pronto una gran poputaridad, si bien esto no tanto debido a la eficacia de sus proce- dimientos sino fundamentalmente por el carisma y la decidida conviccién de sus principales representantes, 0 sencillamen- te porque algunos de sus postulados guar- daba concordancia con el Zeitgeist (GouD- rau, 19832). ‘Los seguidores de una escuela tien- den a entenderla de modo absoluto y a re~ presentarla de manera dogmatica, consi- derdndola como la mejor y creyendo que es apropiada para el tratamiento de todo tipo de pacientes. Tienden, al mismo tiempo, a rechazar otros enfoques. Sobre esto opinan GotprRteD & PADAWAR (1982): "Inasmuch as the social systems that surround the field of psichotherapy are typically organized according to schools of thought, there is the unfortuna- te tendency to stereotype therapists who align themselves with another viewpoint” (pg. 20). Los seguidores de una escuela estén -vamos a emplear un término fre~ cuente- como ciegos para los conceptos hipstesis de otros terapeutas, mirando sus ideas con desconfianza y reaccionando a muchos de ellos con burlas o con exagera- do rechazo, Rioans (1984) ofreve una explicacién para este comportamiento: “The unfriendliness scems understanda- ble only in terins mutual lack of unders- tanding of each other's goals, methods, PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA 169 vocabularies, and the narcissism inherent in what in perceived as a threat to one’s own belief system" (pg. 196). Asf pues, Jos terapeutas hablan diferentes lenguajes, no entienden muchos de los términos de otras corrientes psicoterapéuticas y, tie- nen frecuentemente problemas para en- tenderse unos con otros (KAMINSKI, 1970). Debido a los factores econémicos y de tiempo asociados al entrenamientoen Psicoterapia (ei mismo que, como se sabe, se lleva a cabo por lo general tras la finali- zacién de los estudios profesionales y mientras se desempefia la profesién), ¢l terapeuta s6lo puede entrenarse en una corriente determinada, en cuya eleccién intervienen preferencias personales, ca- racteristicas de personalidad y actitudina- les, pero, asimismo, otras cireunstancias més bien casuales (por ejemplo, las orien- taciones te6ricas de los profesores, las posibilidades de capacitacién en la zona o ifstiuicién en fa cual tribaja’y La8'eventua- les necesidades del empleador) tienen una influencia muy importante, Asi, el tera- ppeuta somete a sus pacientes alas técnicas y procedimientos aprendidos en cada en- foque psicoterapéutico, el cual, de este modo, se convierte en el teal “criterio de indicacién”. Con esto, los problemas es- pecificos y las caracteristicas del paciente tienen escaso significado, de manera que de la inmensa variedad de técnicas y pro- cedimientos desarrollados por otras es- cuelas de psicoterapia no siempre se eli- gen las mejores o las més apropiadas para los pacientes (cfr. Boy & Pine, 1983; La- ZARUS, 1983; RAUCHFLEISCH, 1982; Tex- ‘oR, 1983b). Esto significa que “el tipo de tratamiento al que seré sometido el pa- ciente dependerd bajo determinadas cir- cunstancias de modo decisivo de qué tera- peuta busca” (Rauciusiscr, 1982; pg. 29) Esta situacién se modifica muy poco si el terapeuta después ampifa su enfoque con-concepios y técnicas de una o dos corrientes psicoterapéuticas mas. Asi, caracteristicas generales de los enfoques terapéuticos suelen ser su unilateralidad y gran simplificacion, Las escuelas psicoterapéuticas enfatizan s6lo “elementos” aislados (Texto, 19836), esto es, amplios dominios del organismo humano o bien del contexto interpersonal quedan al margen. Los enfoques terapéu- ticos que les estén subordinados iluminan s6lo determinados aspectos de cllos de acuerdo con las perspectivas y puntos de vista de cada enfoque. Por ejemplo, la psicologia profunda enfatiza en el incons- ciente, la terapia comportamental en la conducta y en la cognicién, asf como ta terapia gestiltica lo hace en lo afectivo, mientras al mismo tiempo otros dominios de lo humano no son considerados en absoluto o son sumamente descuidados (Lazarus, "1983; Pérzoib, 1980; Textor, 1983b; Warp, 1983). ‘Una consecuencia de Ia unilaterali- dad de los enfoques terapéuticoses que los marcos perceptuales de los terapeutas son limitados. Puesto que los seguidores de, uma escuela se concentran en elementos y aspectos determinados, olvidan por lo general una cantidad de variables en la situacién vital de sus clientes y en la situa- cin de tratamiento, permanecen ajenos a impresiones muchas veces de gran impor- tancia, confunden efectos con causas y viceversa, y muchas veces no legan a determinar con claridad las vivencias det paciente (cfr. Bor & Pine, 1983; Kazon, 1984; Lazarus, 1983; Scuacur, 1984; Textor, 1983a, 1983b), inclusive, es fre~ ‘cuente que ellos nieguen algunas percep- ciones que entren en contraposicién con Jos conceptos ¢ hipétesis de sus enfoques terapéuticos (GouDrRIED & PADAWAR, 170 M.R. TEXTOR 1982). A esto se agrega, por supuesto, el hecho que también se suele ignorar los puntos de vista para la intervencién que no se consideran adecuados segiin la corrien- tealacual se adscribe el terapeuta. Porlo general, el repertorio de procedimiento y de técnicas de los seguidores de una es- cuela es limitado, ya que ellos con muy escasa frecuencia toman en cuenta los otros enfoques terapéuticos, Es evidente que de esa unilaterali- dad de enfoques terapéuticos resulta, como no podfa ser de otro modo, una estrechez del trabajo préctico. La limita- cién a determinados elementos como “inconsciente”, “conducta” 0 “cognicién” puede condenar al fracaso a un tratamien- tosi, por ejemplo, las causas de los proble- mas no son diagnosticadas correctamente. También puede suceder que una orienta- cidn terapéutica determinada no ofrezca estrategias y técnicas apropiadas para cl tratamiento de cierto tipo de pacientes o de alguna indole especial de problemas. Con respecto a esto, nos parece de interés ex- presar los puntos de vista de Frank: "I may well be that the success of a therapist with particular patients depends on how consonant the therapeutic program is with patient's style of problem solving. For example, interview therapies might be most successful with patients who are in- trospective and self-analytical; behavioral therapies and cognitive therapies would be especially attractive to patients who ac- tively try to solve problems, either by ac- tions or rational thinking; and humanistic therapies might appeal most to the philo- sophically minded” (pg. 23; véase tam- bién Procuaska & Di Clemente, 1982; Sarzman, 1984). Para decirlo de otro modo, puede suceder por ejemplo que algunos psicote- rapeutas humanistas tengan poco éxito con pacientes muy analiticos o particular- mente . Dado que esta unilaterali- dad y timitacién caracteriza a todos los enfoques terapéuticos, no sorprende que las tasas de éxito en todas ellas sean simi- ares. Asf, Fran (1984) escribe: "Com- parison for one form of therapy with anot- her, however, has failed to demonstrate convincingly that anyone is superior 10 any of the others for most psychiatric ill- nesses" (pg. 18; véase GarFiELD & BERGIN, 1978; Hyan, 1981; Kazpn, 1984). En Ios afios pasados muchos tera- peutas han reconocido que los enfoques terapéuticos s6lo reflejan una parte de la realidad clinica y que tienen un cardcter cientffico no siempre muy elevado. Esto ha originado una nueva fase en el desarro- llo de la psicoterapia. Asi, Kazpwn (1984) piensa: "Advances in psychotherapy have been slow, a fact often attributed to the inherent complexity of treatment and the multyplicity of clinical problems to wich ‘treatments are directed. Recent progress has stemmed in part from the acknowledg- ment that answers are not likely to come from singular, narrowly conceived theare- tical views" (pg. 161; véase Garten & Papawar 1982). Una consecuencia es que enfoques existentes son empleados en nuevos aspectos 0 en elementos particula- res. Ast, los factores cognitivos han gana- do en significacién para la terapia del ‘comportamiento, mientras que en la psi- cologia profunda se considera cada vez més influencia del medio ambiente (Goupraienp, 1982; KENDALL, 1982). Deseo sin embargo referirme a otros cinco desarrollos en ef terreno de la psicotera- Pia; estos son: 1) La busqueda de aspectos ‘comunes; 2) La biisqueda de un lenguaje comin; 3) Eleclecticismo; 4) La sintesis de dos enfoques terapéuticos; y, 5) La psicoterapia integrativa. PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA In LA BUSQUEDA DE ASPECTOS COMUNES De la constatacién que, a pesar de las grandes diferencias entre los distintos cenfoques terapéuticos en general se obtie- ne la misma tasa de éxito enel tratamiento (Garreip & Beran, 1978; HYAN, 1981), surge la pregunta acerca de cuales son los procedimientos terapéuticos y los méto- dos a través de los cuales se consigue real- mente cambios positivos en los clientes: tAseguran los diferentes enfoques tera- péuticos los cambios deseacos con dife- rentes medios,o sencillamente, aplican di- ferentes conceptos tericos en la descrip- ci6n de fenémenos que son en verdad muy parecidos, pero en cuyo significado no han sido entendidos con claridad? (Gar- FIELD, 1982a; pg. 4). Un grupo de psicote- rapeutas, entre los cuales se puede men- cionar a FRANK, GARFIELD, GOLDFRIED, ‘SLOANE y STRUPP, contestan a esta pregun- tacon la tesis de que hay un conjunto de factores de influencia que son comunes a todas las escuelas psicoterapéuticas, Es- tos factores, que determinan en una gran medida las modificaciones en los pacien- tes, suelen denominarse “aspectos comu- nes", “factores no-especificos de trata- miento” 0 "infraestructura terapéutica”. Ellos deben ser precisados por medio del andlisis comparativo de los diferentes ‘enfoques terapéuticos, con lo cual se bus- ca alcanzar como resultado un modelo integrado de modificaciones terapéuticas (Ganiietn, 1982a; Procuaska & DiCus- MENTE, 1982), En la bisqueda de aspectos comu- nes uno no puede basarse de modo total en Jo que informan los terapeutas 0 en lo que describen en sus publicaciones, puesto que hay en todo esto muchas contradiccio- nes entre lo expresado en el plano teérico y la respectiva praxis: “Although adhe- rents of particular schools of psychothe- apy, tend to emphasize their particular approach and its distinctly unique aspects, their descriptions of their therapy may not (and frequently do not) corresponsed to their actual behavior and interactions in the therapeutic situation, As GLover (1955) and others have shown (Lieser- wan, YALOM & Mitss, 1973), therapists of one schoo! or orientation actually func- tion and view therapeutic phenomena in different ways. Therapists from different schools may also show similar qualities and behaviors in their work with patients" (Ganrmp, 1982c, pg. 616); fa tltima afirmacién es certificada por BaRRET, Hamre & Mauer (1978); y Lenwarp & BERNSTEIN (1960). As{ comprueban por ejemplo Murray (1956) y TRUAX (1966), que Cart Rocers emplea la técnica del reforzamiento verbal (esto es, un conoci- do procedimiento de la terapia del com- portamiento) pero no la describe. Es por 50 que para buscar semejanzas es indis- pensable observar a los terapeutas en su trabajo, para lo cual deben emplearse pro- cedimientos cientificos: "It is in the obser- vation of what clinicians acmally do that we are likely to arrive at common and unique factors in therapeutic change” (Gotprrmp & Papawar, 1982; GoLrRiED, 1983a). A favor de la existencia de aspec- tos comunes significativos habla el hecho que los clientes de terapeutas de diferentes corrientes atribuyan el éxito del tratamien- to a factores tales como a personalidad del terapeuta, un mayor conocimiento de si mismo 0 una mejor comprensién de los propios problemas; esto ¢s, no a factores que dependen de alguna orientacién tera- péutica especifica (SLOANE, STAPLES, CRiS- ‘ToL, Yorxston & Wwirrle, 1975). Seme- 172, ‘M.R. TEXTOR janzas adicionales son, por ejemplo, las ‘expectativas positivas de los clientes, y la creencia del terapeuta en la efectividad de los procedimientos y técnicas utilizadas por él. Casi todos los terapeutas mencio- nana sus clientes una explicaciGn para sus problemas, dan una nueva (y muchas ve- ces novedosa) perspectiva para los mis- mos, les ofrecen posibilidades para eva- Juar la realidad y hacen uso de la suges- ti6n, de los consejos, déndotes coraje, im- pulséndolos al cambio de comportamien- to (Garmen, 1982 a; Gouprnien, 19832; VAN QUEKELHERGHE, 1979), De especial significado es la rela- cién terapéutica, la cual, independiente- mente de la orientacién, es establecida por los terapentas exitosos de modo andlogo (Stoawe et al., 1975). Las habilidades indispensables para edificar una relacién terapéutica exitosa se pueden ensefiar ( y aprendet) sin que sea necesario vincular- Jos a una corriente terapéutica determina- da, Es asf como programas ateoréticos de entrenamiento se han desarrollado ya des- de los afios sesenta por CaRKHURY, EGAN y otros (Warp, 1983). Es por cierto evidente que las se- mejanzas sefaladas hasta ahora son de tuna naturaleza muy general y en ultima instancia dicen poco en el plano efectivo del tratamiento y del pronéstico. Sélo cuando los representantes de este movi- miento acepten la invocacién de Go.p- ratep & Pabawar (véase arriba) y empleen métodos de investigacién propios de las ciencias sociales en el estudio de los afrontes psicoterapéuticos (como obser- vador no participante; por ejemplo en una cémara de observaci6n 0 por medio de grabaciones de video), serd posible que las similaridades que se determinen adquie~ ran una nueva dimensién en el trabajo Practico: LA BUSQUEDA DE UN LENGUAJE COMUN Cada teoria psicoterapéutica ha desarrollado un lenguaje propio con sus propios términos, fos cuales dificultan la ‘comprensién por parte de otros enfoques Psicoterapéuticos. A esto se agrega que los conceptos de otras direcciones de la psicoterapia muchas veces adquieren con notaciones negativas o generan reacciones de rechazo o de burla (Gouprrmp & Papawar, 1982; Kammski, 1970; Scaacur, 1984). Estas barreras termino- légicas han levado a que algunos cientifi- cos intenten desarrollar un lenguaje uni- forme que sea aceptable para todos los te- rapeutas. Ast por ejemplo, se ha sugerido utilizar el lenguaje cotidiano como termi- nologia comin a todos los psicoterapeutas (Daiscoi, 1987). Pero, como se sabe, atin ‘nel lenguaje comiin y corrientelos térmi- nos tienen miiltiples connotaciones y, por Jo tanto, con el propésito de hacerlos utili- zables para los fines a los cuales nos veni- mos refiriendo, seria necesario formular nuevas definiciones. El producto final seria, con todo esto, de nuevo un "lenguaje artificial". ‘Otra posibilidad seria la de tradu- cir el lenguaje de una teoria psicoterapéu- tica en ef de otra. Es ast que, por ejemplo, Dowarp y MILLER, ya en el aflo 1950 publicaron un libro en el cual trasforma- ban todos los conceptos psicoanatiticos en otros, propios de la teoria del aprendi- zaje. Este procedimiento fracass, sin ‘embargo, por el hecho de que no todos los terapeutas estarfan dispuestos a accptar como lenguaje comin la terminologia de una teoria terapéutica como la base para la discusi6n y lacomunicacién cientt- ficas. PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA 173 Algunos representantes de este movimiento suelen recurrir a lenguajes de dominios no clinicos de la psicologia. Asi, Rvie (1978) y VAN QUEKELBERGHE (1979) intentaron hacer del Jenguaje de la psicologfa cognitiva la base de la psicote- rapiay fundamentar laactividad terapéuti- ca en las teorfas del aprendizaje y de la actividad, y en los modelos de la interac- cién y de la resolucién de problemas. ‘Consideremos, amodo de itustracién de lo ‘expuesto, lo emprendido por VAN QUEKEL- BeroE (1979): emprendié el anélisis cognitive psicoldgico de la psicoterapia centrada en el cliente, la psicoterapia ges- tdltica, el psicoandlisis y otras corrientes psicoterapéuticas, paralo cual trasformé y reestructuré los procedimientos diagnés- ticos y las técnicas psicoterapéuticas én conceptos y categorias de la psicologia cognitiva (enfatizando los procesos de s0- luci6n de problemas) (cfr. KaMiNski, 1970), “También aqui Hay, én esencia, la eleceidn arbitraria de un determinado len- ‘guaje, y, por lo mismo, no se debe esperar que un grupo muy grande de terapeutas se considlere obligado a adoptarlo, Ademés, queda abierta la pregunta de si con la ayuda de un lenguaje que no proviene del dominio clinico de la psicologia se puede describir exitosamente todos los fenéme- nos clinicos. ECLECTICISMO En Jos diltimos afios ef significado de las escuetas en la prictica de la psicote- rapia ha disminuido cada ve2 més. Sobre esto opina GarFELD (1982a): "Si bien mucho de lo que aparece publicado y de lo que se transmite en cursos de formacién psicoterapéutica indica una fuerte orienta- cign hacia una escuela determinada, los seguidores incondicionales de escuclas son una minoria entre aquellos que traba- jan en la psicoterapia" (pg. 3). En lugar de esta ortodoxia, el mimerode psicoterapeu- tas que optan por una posicién ecléctica es cada vez mayor. De acuerdo con una encuesta de 1961 se definia en los Estados Unidos el 40% de psicol6gos clinicos como eclécticos; alrededor de 15 afios después el porcentaje se habia elevado al 55% de terapeutas (Garry & KurTz, 1977) y sblo el 58% de psicélogos clinicos (Keizy, Goupserc, Fiske & Kirxowski, 1978; véase Larson, 1980). Los terapeutas eclécticos adoptan conceptos, hipStesis y técnicas de diferen- tes corrientes, Kazpin (1984) escribe: “Bclectisism tends to draw from several different approaches, recognizing their separate integrity" (pg. 160). Los terapeu- tas eclécticos eligen aquellos conceptos, procedimientos y métodos que: ~ ‘Soni los itids adecuados y gs qiie mejor cortespanden ala -individualidad’ de cada cliente y a sus problemas especifi- cos (esto es, se utiliza Ja terapia mas adecuada para 61 y se desarrolla un plan terapéutico especifico); ~ Son los que prometen mas éxito y apare- ‘cen més efectivas y, por ende, més uti- lizables; ~ Son aquellos con los cuales el psicotera- peuta como persona, con sus caracteris- ticas, debilidades y fortalezas, mejor puede trabajar, y con los cuales ha obte- nido éxito en el pasado. Los terapeutas con orientacién cecléetica vinculan conceptos, estrategias y técnicas de diferentes enfoques terapéuti- cos en una infinidad de variaciones, unos con otros, eligiendo en todos los casos s6lo algunos muy.pocos elementos y mé- todos de cada una de ellas. La razdn principal para este modo de actuar se en- 174 M.R.TEXTOR cuentra en el cardcter ya descrito de las teorfas psicoterapéuticas (cfr. GARFIELD, 1982a; Kazpmy, 1984; PLavM, 1981; Tex Tor, 1983a; Uraax, 1981). Los terapeutas eclécticos pueden utilizar también dos 0 hasta tres enfoques terapéuticos uno al lado del oto. Si com- binan dos enfoques complementarios que suelen ser exitosos en problemas diferen- tes, entonces los suelen emplear en el pro- bblema para el cual cada uno de los enfo- ques demuestra ser el més exitoso o el més apropiado, De tal modo que ellos cambian de un enfoque terapéutico al otro, sin con- fundirlos ni mezclarlos en demasia, Si ellos conocen poco una de las técnicas, entonces suelen buscar el apoyo de algtin colega especialista a través de la consulta, la coterapia o la terapia paralela (Brex & BRink.ey-Bink, 1974; Ruoaps, 1984; Scuacur, 1984), Algunos terapeutas em- plean los dos enfoques terapéuticos selec- cionados en casi todos to problemas de sus pacientes, partiendo del presupuesto que los dos en conjunto tendrén un efecto mucho mayor que uno s6lo (un efecto de naturaleza energética: el efecto de combi- nacién es mayor que la suma de efectos con la utilizacién separada de cada uno de os enfoques). Un segundo enfoque tera- péutico puede ser también de utilidad al comienzo del tratamiento; asi, por'ejem- plo, se puede alcanzar con la terapia del comportamiento la superacién de algunos sintomas y, con esto, el establecimieto de Jaconfianza hacia el terapeuta; después de esto puede ser mucho mas factible desa- rrollar un tratamiento de orientacién psi- codinémica, E3 segundo enfoque terapéu- tico puede ser empleado también como pauta de accién adicional o como procedi- miento de ayuda: asf por ejemplo la inter- pretacién psicodindmica de resistencias y transferencias y la determinacién de caus sas de problemas en el pasado del paciente puede extracr a un tratamiento conductual de un callej6n sin salida, mientras que la utilizacién de técnicas conductuales pue- de ayudar de modo decisivo al progreso y éxito de una terapia psicoanalitica, a trae vés de la extincién de determinadas reac- ciones (inhibiciones, angustias, fobias, etc.) 0 del ejercicio de nuevas formas de comportamiento (Riioaps, 1984), Como puede verse, ambos enfoques psicotera- péuticos permanecen siempre uno al lado del otro (cfr. Garmin & Kurtz, 1977), ‘Los terapeutas eclécticos pueden tener pues en base a su perspectiva inte- gradora, acceso a un mayor mimero de técnicas y procedimientos psicoterapéuti- cos que los seguidores ortodoxos de una escuela de psicoterapia y pueden, por ello, reaccionar de un modo més flexible. Si se hace excepcién de los representantes de esa orientacién, que combinan los dos en- foques terapéuticos conocidos, observa- mos que los eclécticos, sin embargo, en oposicién a los representantes de escuclas no han desarroliado alguna “edificacién tedrica” careciendo de un sistema explici- tode referencias. Sus enfoques y modos de trabajo son por lo general provisorios, asistemdticos ¢ inespecificos, tienen una apariencia més bien arbitaria y parecen estar teflides por una marcada subjetivi- dad en lo que se refiere a la eleccién de conceptos, hipdtesis y técnicas. Asimis- mo, sus moos de-accién son dificiles de ser procesadas y evaluados. Frecuente- mente se formula contra ellos el reproche deun "sincretismo carente de orientacién" (Piavm, 1981; cfr. Textor, 19832), ‘Una excepcién a esto lo constituye emperoel “eclecticismo técnico” de Laza- aus (1967, 1983). Este autor se orienta siempre de acuerdo con una sola direccién terapéutica (la terapia del comportamien- PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA 175 10) y toma de otros enfoques sélo aquellos procedimientos que le parecen més apro- piados para cada caso, sin reconocer 0 tomar en mayor consideracién las teorfas que los sustentan, De este modo, el repro- che antes seftalado Jo alcanza sélo de modo parcial. SINTESIS DE DOS ENFOQUES PSICOTERAPEUTICOS. Algunos psicoterapeutas, que mu- chas veces se autocalifican de eclécticos, vinculan dos orientaciones terapéuticas en un nuevo afronte psicoterapeutico. En oposicién al eclecticismo, en el cual la in- dependencia de los enfoques que se em- plean queda sin ser afectada, aqui las dos corrientes son mezcladas y se busca que imegrarlas. Asi escribe por ejemplo Wacirez (1984): "My aim is not simply the practical application of a combination of clinical procedures but rather to work toward a thorouhg conceptual integration” (pg.37). El nuevo enfoquees més amplio, ofrece una imagen mucho més abarcativa del hombre y de la realidad, contiene mas conocimientos sobre la psicopatologia y la patologia social, da como resultado -como consecuencia del mayor mimero de méto- dos de observacién- més datos diagndsti- cos; por tiltimo, pone a ka técnicas que los enfoques iniciales que la componen, Asi, deberia posibilitar un trabajo mas efectivo y exitoso (cfr. KtER- MAN, 1983; MenpELsom & SILVERMAN, 1984; Scuacur, 1984). Con gran frecuencia se sucle com- binar el psicoandlisis con fa terapia del comportamiento (GarnerLo & Kurrz, 1977; Gotprep, 1982), habiéndose tle- vado a cabo los primeros ensayos sobre el Particular en los alos sesenta (ARKowrr2, 1984). Asf por ejemplo, Wactrret. opina: "It is my general premise that psychody- namic and behavioral approaches to psychotherapy, and to the understanding of personality, are fat more compatible than is generally recognized, and that an integration of the concepts and observa- tions accumulated by these two approa- ches can greatly enrich our clinical work and our understanding of human beha- vior" (pg. 5). Através de la sintesis del psicoand- lisis y de la terapia del comportamiento los psicoterapeutas obtienen un muy amplio marco de referencia, dado que el primero se concentra en aspectos internos de la actividad humana (como son el pensa- Tien, los sentimientos y las fantasias) y en el pasado, en tanto que Ja terapia del comporlamiento trabaja sobre aspectos exteriores y en tomo al presente. Asi, los elementos psicodindmicos del nuevo en- foque se refieren a procesos inconscientes y conflictos internos, como por ejemplo pulsiones contrapuestas, angustias, etc; y arasgos de personalidad y a motivaciones personales. Igualmente, dichos elementos llevan a concentrarse en el contenido y ¢l significado de formas de conducta, sus origenes y causas. Por el contrario, los elementos de la terapia del comportamien- to conciemnen los vinculos entre reaccio- nes, las funciones te las formas de com- portamicnto, los motivos normales (biis- queda de reforzadores positivos) y al pro- ceso del aprendizaje. Insisten en fa in- fluencia del ambiente interpersonal en el individuo (via estimulos o reforzadores, etc,), mientras que los elementos psicoa- naliticos se refieren a factores inconcien- tes (por ejemplo, transferencia, mecanis- mos de defensa, introyecciones y depen- dencias), que se manifiestan en las rela- ciones interpersonales y las influyen nega- tivamente. También explican cémo es 176, M.R..TEXTOR que eventos externos son elaborados en ta subjetividad de cada individuo, qué valor y significado atribuye a éstos, asi como a los seres humanos que lo rodean (cfr. Brak & Bronxtey-Bink, 1974; Braby, 1982; opt, 1983b; GoLvFRIED & PaDa- wan, 1982; Marmor, 1982; Procrasta & DiCueMenre, 1982; Roaps, 1981, 1984; Satzmax, 1984; WactTeL, 1977, 1982, 1984). De acuerdo con los elementos pro- pios de la terapia del comportamiento del nuevo enfoque terapéutico es posible lle- gar a un acuerdo con el cliente acerca de objetivos terapéuticos especificos y ope- racionalizables. Ademés se puede ganar metas adicionales a través de la compren- sign y esclarecimiento (por medio de los elementos psicoanalfticos) de deseos re~ primidos y generadores dle angustia. Los elementos propios de la terapia del com- portamiento comprenden un gran niimero de técnicas, con’ la cuales determinadas reacciones pueden ser provocadas, modi- ficadas, suprimidas 0 entrenadas; todo lo cual permite la realizacién de determina- dos cambios comportamentales y cuya aplicacién puede ser determinada de modo sistemético y detallado. A su vez, los elementos psicoanaliticos conducen el Enfasis de las modificaciones comporta- mentales autoiniciadas, que sonel resulta- do del insight y de la catarsis, ta introspec- ci6n, el recuerdo, elautoconocimiento y et control interno. Los elementos psicoana- iticos offecen técnicas (tales como la in- terpretacion, el andlisis de los sueflos y de la transferencia) que permiten fa mejor ‘comprensi6n de los procesos y contenidos inconscientes, de fuerzas y motivos ocul- tos, todo lo cual posibilita que et cliente gane cada vez mejor y més detallado co- nocimiento de los orfgenes de los conflic- tos en su biografia personal, En resumen se puede decir con Procaaska & DiCue- enre (1982): “An integrative approach seems a combination of the two approa- ches as providing a more balanced view that moves along the continous dimen- sions of inner to outer control, subjetive to objetive functioning, and self-t0 environ- mentally-induced changes” (pg. 281), En esa medida, ambos enfoques se comple- ‘mentan en una sintesis. Por supuesto, no solo se puede combinar el psicoandlisis (sobre todo en su forma ortodoxa, dado que otros enfo- ‘ques se suelen emplear poco en este con- texto) y la terapia del comportamiento (Asxowrtz, 1984), sino también otros en- foques psicoterapéuticos (GoLDFRiED, 1982, 1983b; Perzotp, 1980; Ricks, WaN- DeRsMAN & Porren, 1982), Es evidente que todas estas corrientes de la psicotera- pia pueden conducir a teorias sistematicas mucho més amplias y abarcativas que agquelias sobre las cuales se basan y, con ello, permitir abordar con mayor éxito ta realidad del cliente en toda su ‘indole compleja, PSICOTERAPIA INTEGRATIVA Los psicoterapentas. integrativos buscan unificar casi todas las corrientes psicoterapsuticas conocidas en una teoria ‘que aspira a ser abarcativa y completa. Se preocupan de enlazar y vincular los cono- cimientos relevantes al tratamiento, con- ceptos, hipétesis, procedimientos diag- nésticas, métodos y técnicas de los mas variados enfoques terapéuticos en una unidad, intemamente organizada y co tente. El conocimiento previo en elcampo de la psicoterapia debe unificarse en una totalidad arménica, que supere la inmensa variedad de enfoques aislados. Para esto deben vincularse elementos complemen- PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA. 177 tarios de diversos enfoques terapéuticos, asi como aquellos que parezcan incompa- tibles contrapuestos. La integracién debe en esto producirse tanto en ¢l plano tedrico como también en el de las estrate- gias clinicas (mecanismos y principios de la modificacién terapéutica) y en el de las técnicas. La teorfa que se busca desarro- ar serfa con esto mucho més abarcativa que la simple combinacién de dos enfo- ‘ques terapéuticos, asi como més objetiva, sistematizada, cientifica y con un valor més general que las “teorfas personales” de muchos psicoterapeutas eclécticos. En base a la sobresumatividad y la sinergia ella deberia tener con respecto a las ante- riores una nueva calidad (véase Gotp- FRIED, 1983a; Kanansxt, 1970; Kazpm, 1984; Kenvait, 1982; Perzowp, 1980; Procuaska & DiCLemenre, 1982, Scuacut, 1984; Texror, 1983a). Los psicoterapeutas integrativos Parten por lo general de una concepeién holistica’ y abarcativa del ser humano. Bllos la conceptualizan como un organis- ‘mo pensante, actuante y con capacidad para sentir, con numerosas necesidades; y consideran ademds todos os aspectos de “Integrative therapy utilizes and include all reasonable and major theories of perso- nality development. Its theoretical foun- dation is based on viewing the whole per- sonasa physical, psychological, and spiri- ‘ual being” (Ursan, 1981, pg. 418). Siel psiquismo humano tiene una determinada estructura y el acontecer de la vida psico- l6gica responde a ciertos principios, tales procesos, principios y estructuras deben ser aprehensibles en una teorfa.’ Pero los psicoterapeutas integrativos también con- ceptian al hombre como un ser social, Es asf que incorporan en su trabajo la consi- deraci6n de las zelaciones interpersonales y sistemas ms amplios, como la familia, lared social, el dominio taboral y la socie- dad, as{ como las influencias provenientes de ellos sobre el individuo, Estos psicoterapeutas, de otro la- do, consideran una serie de problemas, ¢ yas causas pueden hallarse en los més versos dominios de la vida del hombre. En base a esta imagen multidimensional del hombre y de sus problemas ellos con- sideran necesario el disponer del mayor iimero posible de enfoques terapéuticos, esto es, de métodas, procedimientos, t6c- nicas y estilos de actuacién, afin de poder intervenir en las més variadas formas pa- tol6gicas (en el plano desu imaginacién, sus ideas, sentimientos, emociones y hasta funciones biol6gicas, incluyendo, por su- puesto, también a las relaciones interper- sonales) de sus clientes pero asimismo, en su contexto social. Sélo asf seria posible elegir un modo de abajo aecaat, on bes caracigristicas de persopilidad, fa hi persoral y fas necesidades decadapacien: te ya su problemdtica concreta (véase Boy & Pine, 1983; Braby, 1982; Garnet, 1982a, 1982b; Greewsaum, 1979; Hunt, 1976; Kanaxsei, 1970; Lazarus, 1983; Marwor, 1982; Ricks, WANDERSMAN & Poveen, 1982; SaLzMan, 1984; Texror, 1983b; Urban, 1981). Firrau (1981) utiliza para su teo- ria de la terapia integrativa precisamente un “modelo de ser humano total” (Modell von ganzheitlichen Menschen) y distingue seis dimensiones: intelecto, emocién, comportamiento, cuerpo, espiritu y mate- ria, Este autor procede a ordenar alrede- dor de 20 orientaciones.terapéuticas en funcién de esas seis dimensiones y del modo en que se centran en una de ellas: Pero Firrkau considera también el medio social de las personas, en cuya me- ddida los aspectos sisteméticos referidas @ 178 M.R. TEXTOR la terapia ¢ igualmente aspectos de comu- nicacién y concemientes a la familia son integrados en su modelo. De un modo semejamte procede PeTzoi» (1980), quien conceptia al ser humano como un orga- nismo en el que se integran el cuerpo, el alma y el espiritu y que vive en un deter- minado medio fisico y social. De acuerdo ‘con esta concepcién, Perzoxp subordina al cuerpo las somatoterapias (terapia del movimiento y de la respiraciGn, bioener- gética, ete.), al alma las psicoterapias (psicologia profunda, terapia del compor- tamiento, psicoterapia no directiva, tera- pia gestéltica, etc), y al espiritu las noote- rapias (“cura de almas", meditacién), re- servando para el medio interpersonal las socioterapias (terapias de grupo, tera- pia del medio y dela comunicacién, socio- drama, etc.). En esta concepcién Prrzoup toma en cuenta siempre las interacciones y mutuas influencias y ve a todas las teorias unidas a través de vinculos perma- nentes (véase Textoa, 1983b). Otros modelos integrativos son presentados por ‘ejemplo por Kassan (1977) y GReewaum (1979). Si se revisa las publicaciones de los psicoterapeutas integrativos se debe ano- tar, sin embargo, que hasta ahora se ha desarrollado en primera linea modelos para la integracién de enfoques psicotera- péuticos. Teorias amplias y abarcativas, en Ias cuales todos los conceptos impor- tantes, las hipétesis, los resultados y ias téenicas de una variedad de conocidas corrientes terapéuticas se encuentran inte- ‘gradas en un todo, aun se hallan en fase de ensayo. Asi por ejemplo, yo he intentado desarroltar una weotfa de esta indole parael rea de la terapia familiar, para lo cual me fue necesario circunscribirme slo a los enfoques americanos (TExToR, 1985). A partir del hechode que el ser humano es un sercon muy variadas y ricas aristas y que las situaciones de la vida y, por supuesto, también las del tratamiento, son de una ‘gran complejidad, intenté explicar las di- ferencias entre los muchos enfoques psi coterapéuticos a través de la circunstancia de que éstos, por un lado, debido a sus diferentes perspectivas, consideran asi- mismo diferentes partes o clementos del mismo objeto y, por ot7o, iluminan sélo determinados aspectos de dichos elemen- tos, Pero dado que hay una sola realidad es necesario y al mismo tiempo posible, desarrollar una teoria de la personalidad, del ser humano sano, de la psicopatologia y de la psicorerapia en la cual casi todos los aspectos descritos esten enlazados y los elementos te6ricos provenientes de tas diversas orientaciones dan una panorémi- ca mayor. Puesto que las diferentes partes de Jos enfoques psicoterapéuticos son com- plementarios y, por lo general , las afirma- ciones contrapuestas pueden ser llevadasa una adecuada sintesis, es posible -de acuerdo con el modo que se ha descrito- hacer que surja una teorfa imegrativa que abarque més pero sobre todo mejor la rea- lidad de la naturaleza humana, del am- biente interpersonal, cultural y socioeco- némico y que, ademas, refleje de un modo més preciso la situaci6n terapéutica y permita, por iiltimo, una aproximacién mis certera a la psicopatologia y a la so- ciopatologia, ofreciendo mejores y mas diferenciados procedimientos diagnésti- cos y iécnicas y estrategias terapéuticas. Creo que con las teorias que he propuesto, jas de la familia "sana", de ta patologia a y de fa terapia de fa familia, he dado un paso de gran importancia para el logro de una teoria psicoterapéutica inte- ‘grativa, ya que he integrado y sistematiza- do casi todos tos conceptos, hipdtesis y PSICOTERAPIA ECLECTICA E INTEGRATIVA 179 téenicas de conocidos terapeutas nortea- mericanos de la familia (Texror, 198: ‘véase Fuerst, 1983; ScHacu, 1984; Tex: oR, 1983b). Una teorfa imvegrativa de la psico- terapia que comprenda todos los enfoques puede ser desarrollada s6lo por medio de! trabajo de un grupo de cientificos, Para ello se puede mirar la contribucién de aquellos terapeutas que en el pasado inten- taron una sintesis de corrientes psicotera- péuticas 0 que, por lo menos, dieron algu- nos pasos en esa direccién. Una teorfa integrativa, sin embargo, nunca podrd ser definitiva, sino que deberé permanente- mente modificarse y enriquecerse a través de la incorporacién y consideracién de nuevos conocimientos y observaciones. Asi pues, la integracién es en realidad un proceso de duracién infinita. A esto se agrega el hecho que los enfoques psicote- rapéuticos poseen por lo general un funda- ‘mento empirico bastante débil (GaRFELD, 1982a; HitTox, 1983). Es necesario por ello, incorporar a la psicoterapia integrati- valos nuevos conocimientos més elevan- tes de la psicologia general, la psicologia del desarrollo, de la personalidad, y de la psicologia social, asi como de la sociolo- gia, [a pedagogia y la medicina, Por su- puesto, se deberd permanentemente desa- rrollar nuevos y cada vez mas sofisticados trabajos de investigacién (véase Boy & Pine, 1983; ScHacHT, 1984; Texror, 1983b; WacuTeL, 1984), ‘Como teoria cientifica, fa teoria in- tegrativa de la psicoterapia puede, por un lado, comprender todos los conceptos, procedimientos diagnésticos, estrategias, técnicas terapéuticas apropiadas para la aprehensién, conocimiento, conceptuali- zacign y tratamiento de los problemas hu- manos, De otra parte, debido asu comple- jidad ella parece poseer, por lo menos en el momento actual, una aplicabilidad prdctica més bien limitada, si se tiene en consideraciOn que en las situaciones de tratamiento son mucho més aplicables enfoques terapéuticos menos refinados, mAs simples y reduccionistas, de corte tecnolégico (Bunce, 1967, HERRMANN, 1979; Textor, 1985). Es por eso que una terapia integrativa serd de gran significa- do, sobre todo en el terreno de la ciencia y de la preparacion de futuros psicoterapeu- tas. Si se comparan los cinco movi- mientos presentados en este articulo es posible precisar que ellos parten de tres puntos criticos distintos a las diferentes cotrientes psicoterapéuticas: 1) las muy parecidas tasas de éxito de enfoques tera- péuticos muy diferentes; 2) la "multipli- cidad lingiifstica” de la psicoterapia y los problemas que resultan de ella: y, 3) la unilateralidad y limitaciones de los enfo- ques terapéuticos aislados. Es asi que se busca desarrollar: 1) un modelo integrador de las modificacio- nes terapéuticas; 2) un lenguaje comin, \inico y aceptable para todos los psicotera- peutas; 3) un tratamiento adecuado a la individualidad y a los problemas de cada uno de los clientes; 4) un enfoque de tratamiento més general con mas concep- los, procedimientos diagnésticos y técni- cas terapéuticas; y, 5) una tworfa que abarque los conceptos demostrados, las hipétesis y los métodos de todos los enfo- ques terapéuticos, Respectivamente, se diferencian también los cinco modos de accién de los representantes de estosccinco movimientos: 1) un andlisis comparativo de enfoques terapéuticos en su relacién con una investigacidn empirica de trata- miento in vivo; 2) la traduccién de los diferentes idiomas de tos psicoterapeutas en uno determinado; 3) la elecciGn espe- 180 M.R. TEXTOR cifica para el caso de conceptos relevantes y de técnicas apropiadas asi como su combinacién; 4) la combinacién de dos enfoques terapéuticos en un nuevo enfo- ‘que: y, 5) la integracién del mayor niime- ro de enfoques terapéuticos conocidos en una teorfa organizada y con consistencia imema. Los terapeutas que estén compro- metidos en esta empresa se han organiza- do en Ia Society for the Exploration of Psychotherapy Integration (SEPS). En 1985 esta sociedad Ilev6 a cabo su primera convencién anual en los Estados Unidos y desde 1983 edita un Newsletter. Otros terapeutas han fundado la International Academy of Eclectic Psychotherapists que comenz6 la edicién en 1981 del Interna- cional Journal of Eclectic Psychotherapy (publicado por 1a editorial Brunner and Mazel, New York, USA). ZUSAMMENFASSUNG Zuerst wird cin Uberblick tiber dic Entwicklung der Psychotherapie in den vergan- genen zwei Jahrzehnten gegeben, wobei die rapide Vermehrung von Therapieansitzen und ie negative Konsequenzen der "Schulbildung" herausgestellt werden, Anschliessend wer- den fiinf neuere Entwicklung im Bercich der Psychotherapie beschrieben: (1) dic Untersuchung von Faktoren, die allen Therapieanstitzen gemeinsam sind und positive Veriinderungen bewirken; (2) die Suche nach einer gemeinsamen Sprache fiir Psychotera- peuten, wobci z. B. auf die Kognitive Psychologie zuriickgegriffen wird; (3) der Eklekti- zismus, bei dem Praktiker Konzepte, Hypothesen und Techniken aus verschiedenen Therapieansitzen verwenden, wobei sie diese in ihrer Eigenstindigkeit bestehen lassen; (4) die Kombination und Verschmelzung von zwei Therapierichtungen sowie; (5) di Integrative Psychotherapie, bei der nahezu alle bekannten Therapieansiitze au einer umfas- senden Theorie, zu einem Ganzen vereint werden sollen. BIBLIOGRAFIA 1, Angowrrz, H.(1984); "Historical Perspective on the Integration of Psychoanalytic Therapy and Be- havioral Therapy", En Psychoanalytic Therapy and Behavior Therapy. ls Integration Passible?, H. Ax kowitz & S. B, Messer (Eds.), Plenum, New York = 2. Banner, CL, Hare, J.B. & Mitten, LC (1978); "Research on Child Psychotherapy”. En Handbook of Psychotherapy and Behavior Change: ‘An Empirical Anatysis. S. L. Gatfield & A. E. Bergin (Es), Wiley, New York. 3. Bink, L. & BRinkiey-Biax, A. W. 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