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Holisticos y especializados: Los usos futuros de 1a antropologia social Eduardo L. Menéndez’ El desarrollo de la antropologia social se caracteriza, especialmente desde la década de los cincuenta, por un con- tinuo incremento de las especialida- des. Si bien este proceso es comin a las diferentes ciencias, en nuestra dis- iplina presenta caracteristicas parti- culares. El proceso de especializacién en antropologfa social se inicia en la dé- cada de 1930 en algunos paises euro- peos y en los EEUU; y a partir de su influencia se impulsa en gran medida a especializacién en los paises lati- noamericanos, a través de particulari- dades nacionales y regionales, pero * Ancropdlogo, CIESAS, Ciudad de México. que evidencian no obstante una noto- ria similaridad con las tendencias de los paises centrales. Mas aan, el desarrollo de las es- pecializaciones permite observar una tendencia crecientea la homogeneiza- cién; sobredeterminada por los obje- tivos, necesidades y proyectos de las antropologias desarrolladas en los pafses centrales, y especialmente de la antropologia norteamericana. La re- Jacion paises centrales/paises periféri- cos, permite observar, ademis, el dominio de tendencias teéricas y me- todolégicas en la antropologfa social que no s6lo han negado determinadas partes de la realidad social en el pasa- do, sino también en la actualidad. Esta 10 Eduardo L. Menéndez, negaci6n se expresa tanto a través de las particularidades de las antropolo- gias nacionales, como del desarrollo de las especialidades, de manera tal jue determinados campos de la reali- son ignorados por algunas especia- lizaciones pese a la significacién que los. mismos tienen para las problematicas estudiadas. Estos y otros procesos indican la existencia de un desarrollo desigual dentro del proceso de homogenciza- cién; pero ademis la presencia/ausen- cia de determinados problemas, puede ser indicador significativo no sélo de las orientaciones diferenciales regio- nales respecto de las antropologias dominantes; sino también, de las rela- ciones establecidas entre los sectores académicos y las fuerzas sociales de cada pais. En este trabajo, analizaré prime- roel desarrollo de una especialidad, la antropologia médica; para luego ob- servar algunas tendencias del proceso de especializacién a nivel de la antro- pologia social en general, que tienen consecuencias paraddjicas en la pro- duccién antropolégica regional. El anilisis del proceso de especializacién anivel general y regional es importan- te porque expresa no sélo la visibilidad y construccién de nuevas problemati- cas, sino también el reconocimiento y constituci6n de nuevos, o por lo menos diferentes, actores sociales. En este anilisis parto de la antro- pologia médica, pues considero que a través de la misma se pueden observar con mayor transparencia algunas ca- racterfsticas conflictivas del desarrollo de la antropologia social; dado que pone en evidencia determinadas for- mas de pensar la cultura, ms all de las diferentes corrientes teéricas que han dominado nuestra disciplina. Asi mismo, posibilita observar algunas de las principales situaciones conflictivas resultantes del proceso de especializa- cidn. Pero ademas, nos permite obser- var la secundarizacién de un campo problematico, analizar las causas de su negacién, y los factores que conduje- ron a construirlo como campo espe- cializado. ‘También seleccioné la antropolo- gfa médica porque en la actualidad, constituye, por lo menos en. los EEUU, la principal especialidad an- tropolégica; para 1989, sobre 4,000 antrop6logos activos, alrededor de 1,800 se dedicaban en dicho pais a estudiar problemiticas de antropolo- gia médica, Para 1994 se estima que el 50% de los antropélogos norteameri- canos trabajan dentro de este campo. En consecuencia, nuestro andlisis tie- ne como eje inicial, no una disciplina secundaria sino una de las mas dina- micas; por lo menos en los EEUU, y también en Canad. LA REPRODUCCION DE UN SABER Mi anilisis respecto de la emergencia de la antropologia médica como espe- cialidad, parte de una obviedad: reco- nocer que por lo menos una parte de los objetos/sujetos de investigacin de dicha disciplina no son nuevos sino que formaban parte de las tematicas Holisticos y especializados estudiadas por la antropologia social y por la etnologta. Lo que realiza la nueva disciplina, por supuesto a través de antropélogos, es una resignifica- cién de las viejas tematicas a partir de interrogantes que hacen emerger as- pectos antes ignorados; algunos de los. cuales, no obstante, siguen siendo negados por parte de la antropologia por lo menos a nivel nacional. Para dar un ejemplo de lo que quiero decir: la antropologia social en cuanto disciplina general describia y analizaba la muerte, pero con escasa 0 ninguna referencia a la mortalidad. Més atin, en la antropologfa social lati- noamericana actual, la muerte aparece escasamente referida a los conjuntos sociales actuales; y es propuesta prefer- entemente como una investigacién y/o reflexién sobre nuestras formas cultura- les del pasado, como expresi6n de cos- movisiones mas 0 menos organizadas, pero sin que podamos observar con claridad el significado de la mortalidad en lavidacotidiana de nuestras culturas previas; y sobre todo, sin contar con investigaciones que articulen muerte y mortalidad referidas a Ia vida per- sonal y colectiva de los actores sociales que actualmente estudia nuestra an- tropologia (ver Lugo, 1994). Tero no sélo Ja antropologia social ha negado, 0 -si se prefiere- no hainclui- do la descripcién etnogréfica de los he- chos de mortalidad, sino que no maneja la significacién que -para los diferentes grupos estudiados por ella- tiene el pro- ceso salud / enfermedad / atencién (de ahora en adelante proceso e/a). Mejor dicho, los estudia casi exclusivamente como aspectos simbélicos, pero sin des- cribir y analizar, por ejemplo, el papel de la mortalidad como expresi6n de las desigualdades étnicas; o el papel de la enfermedad y la atencién en las demandas politicas y sociales de los grupos y movimientos sociales carac- terizados por su situacién de margina- Gién, opresién y/o dominacién. No s6lo en el presente, sino en el pasado (Menéndez, 1981), una parte de las reivindicaciones y/o demandas planteadas por/para los grupos indi- genas, campesinos, obreros y/o margi- nales, han referido, por lo menos a nivel manifiesto, a determinadas con- diciones de salud/enfermedad/ aten- cién. No es un hecho casual que los Jogros inmediatos de la revolucién cu- bana -y su contrastacién con el resto de los paises latinoamericanos- se die- ra en gran medida durante los sesen- ta, setenta y parte de los ochenta en torno a las condiciones que posibilita- ron Ja reducci6n de la mortalidad, el acceso realmente gratuito a los diferen- tes niveles de atencién de la enferme- dad o el logro de patrones nutricionales excepcionales para América Latina. ‘No es un hecho fortuito que parte de las principales demandas précticas del neozapatismo refieran actualmente ala obtencién de mayores coberturas y mejores servicios de salud, abatimiento de la desnutrici6n, disminucién de Ja mortalidad infantil, etc. Es decir, que determinados procesos de sfe/a aparecen como objetivos politicos, que sin embar- go casi no forman. parte del conjunto de procesos estudiados por los analistas de la actual situacién chiapaneca. * Estas demandas no refieren exclusivamente a 12 Eduardo L. Menéndez Desde mi punto de vista, ni el distanciamiento histérico respecto de la muerte, ni la ignorancia 0 secunda- rizaci6n por los especialistas en poder econémico y poder cultural de los pro- cesos de s/e/a constituyen hechos ca- suales; son expresién de la escasa significacién que el estudio de estos procesos ha tenido para la ciencias sociales y antropolégicas producidas en América Latina, pero también -has- tano hace mucho tiempo- de la antro- pologia social desarrollada en los pafses centrales. Sin embargo, a partir de un mo- mento hist6rico determinado se gene- 16 la apropiacién antropolégica del proceso s/e/a; dando lugar a la organi- zacién de la antropologia médica como especialidad a mediados de la década de 1960.2 Como ya lo senalé, esta especialidad se constituye a partir de teméticas que ya venfa estudiando Ia antropologia, pero -debe subrayar- se- no fué Jo tematico en si, sino la problematizacién de determinados aspectos de la realidad social, observa- daa través de procesos de s/e/a; lo que los grupos subalternos. Al respecto, ¢s importante subrayar que la principal queja presentada ante la Comision Nacional de Derechos Humanos entre mayo de 1995 y mayo de 1996 correspond a las demandas sobre asistencia médica. La primera que {ja refiere a negligencia médica, con 486 casos; y la séptima, ¢s sobre negacién de la atencién médica, con 164 casos (CNDI!, 1996). Comparativamente, lemos obsetvar que la violacion de los derechos Indfgenas s6lo constieuyé Ja decimocuaria causa, con, 69 quejas, En este trabajo hablo de la antropologia médi- ca, pero debe aclararse que, dentro de ésta existen varias tendencias teérico/metodolégicas que pre= sentan diferencias conflictivas que han dado lugar a fuertes debates entre las mismas. (Mer Gaines 1991, Singer 1989, 1990). favoreci6, entre otras causas, el desa- rrollo de esta disciplina. Si bien Ja an- tropologia médica recorté un nuevo campo, debe subrayarse que también se formulé interrogantes similares a las que pueden hacerse desde otras especialidades. Lo que varia es el cam- po respecto del cual se generan estas interrogantes; la especificidad que los mismos adquieren y, en determinados casos, la referencia a nuevos actores sociales o a Ja recuperacién de deter- minados aspectos en los viejos actores. Desde esta perspectiva, es im- portante sefialar que esta orientacién produce actores hasta entonces no con- siderados centrales, como son los ca- sos del enfermo, del paciente, del curador, del adicto, de los grupos de autoayuda, de los movimientos socia- les centrados en lo patoldgico 0 en la diferencia, de Jas organizaciones pro- fesionales de los diferentes tipos de curadores,? etc; y recupera nuevos es- pacios grupales e institucionales como pueden ser el consulforio de médicos o de curadores populares, las institucio- nes de seguridad social, el hospici los lugares de atencidn a discapacita- dos 0 los institutos de investigacién biomédica. Este campo de especializacin se constituye a partir de procesos que son decisivos para la produccién y re- produccién no sélo social y cultural sino biolégica de los grupos. El mis- mo, puede implicar el andlisis de al- * Las organizaciones profesionales refieren tanto a biomédicos comoa curaclores populares, Desde los ‘ochenta se han desarrollada numerosasasociaciones locales de tipo étnico frecuentemente impulsadas por of Instituto Nacional Indigenista. Holisticos y especializados 13, gunos procesos y problemas para en- tender la relacién y convivencia de determinados sectores sociales con las altas tasas de mortalidad infantil que los afectan a nivel de grupo familiar (Sheper-Hughes, 1992); o la significa cidn cultural que en términos de rela- ciones de hegemonia / subalternidad pueden tener los sindromes cultural- mente delimitados (De Martino, 1968); , también, la persistencia de las desi- gualdades sociales y econémicas al in- terior dela atenci6n médica a enfermos terminales (Sudnow, 1971); 0 la signifi- cacién creciente del dolor, en especial del dolor crénico, difuso y generaliza- do en las sociedades contemporaneas (Del Vecchio Good ¢t. al. 1992). Dada la mayor opacidad y/o la mayor obviedad que los procesos de s/e/a presentan en la vida cotidiana, puede observarse con mayor trasparen- cia -a través de los mismos- la presencia y consecuencias de determinados pro- cesos que son mas dificiles de describir a partir de instancias mas estructuradas ¢ ideologizadas. Por ello, desde nuestra perspectiva, las relaciones de hegemo- nfa/subalternidad o los juegos transac- cionales organizados en tornoa procesos de poder y micropoder, pueden ser analizados a través de la enfermedad, Ja muerte, la estigmatizacién o Ja cura, con una posibilidad mayor de obtener interpretaciones estratégicas que otros campos de la realidad social. Desde nuestro punto de vista -y este es un aspecto actualmente central enlas discusiones tedricas en antropo- logia médica- el estudio del proceso s/e/a cuestiona la antigua y todavia vigente escisidn entre el orden econd- mico/politico, que algunos denomi- nan estructural, y el orden simbélico, que varios denominan cultura; en la medida que gran parte de los proble- mas estudiados por la antropologia médica evidencia la necesaria articu- lacién que existe entre ambos érde- nes. O mejor dicho, evidencia la incorreccién de tratar lo estructural sin considerarlo también simbélico y lo cultural sin considerar lo estructu- ral o, si se prefiere, estructurandose. Al respecto, la cuestién metodo- légica central en antropologia médica, como en cualquier otra especializa- cién, tiene como punto de partida la especificidad del problema a investi- gar; y desde la misma, establecer las articulaciones con la dimensién eco- némica, religiosa, étnica o politica. Desde la antropologia médica, la des- cripcién y anilisis de lo étnico o de lo econémico en sino son objetives per- tinentes, sino su inclusién a través de la especificidad del proceso s/e/a a in- vestigar. Describir y analizar los saberes que sobre la muerte infantil tienen madres del nordeste brasileiio (She- per-Hughes, 1992) 0 que sobre el ta- rantulismo tienen campesinos del sur de Italia (De Martino, 1968), 0 que sobre Ja atencién de enfermedades tienen grupos subalternos de diferen- tes comunidades mexicanas (Mendo- za 1994, Menéndez 1984, 1988, Médena 1990, Osorio 1994), supone incluir no sdlo sus construcciones sit bélicas, sino articularlas con las condi ciones de pobreza, de explotacién y de subordinacién dentro de Ja cual cons- truyen sus representaciones y practicas. 14 Eduardo L. Menéndez. Si las problematicas de Ja antro- pologia médica tienen -en por lo me- nos algunas de las antropologias de los paises centrales- la significacién que estamos proponicndo, éPor qué las investigaciones antropolégicas so- bre procesos de s/e/a tienen tan escaso desarrollo en América Latina? ¢Por qué este campo que a nivel de la an- tropologia social tuvo también un muy bajo interés, se constituye como espa- cio importante en algunos pafses cen- trales y no entre nosotros? Una primera respuesta conch ria que a nivel regional esta situacién no es particular de la antropologia médica, dado que ocurre con toda una serie de campos posibles de investiga- cién. Para América Latina no seria demasiado adecuado pensar en tér- minos de especializaciones -dada la polivalencia de nuestros investigado- Tes- el pasaje de un campo temitico a otro segiin vayan cambiando los inte- reses personales, la situacién ocupa- cional, los objetivos y condiciones institucionales; y por supuesto, la rea- lidad a investigar. Entre nosotros el proceso de especializacin se habria dado superficialmente;constituirfa sobre todo una tendencia de las antro- pologias de algunos de los paises cen- trales, que no guardaria relacién con nuestras necesidades y objetivos re- gionales. Sin negar estas posibilidades, considero que entre nosotros existen campos de especializacién disciplina- ria o por lo menos tematicos, més all4 de que se reconozcan como tales, o que como investigadores concretos pase- mos de un campo a otro. Los estudios sobre campesinado, sobre lo étnico 0 los organizados en torno a lo politico, constituyen especializaciones concre- tas; cémo también en los dltimos afios los estudios sobre la religién o la edu- cacion conforman espacios particula- res de produccién antropolgica.t La existencia de estos campos de especializacion -asumiendo que algu- nos tienen mayor continuidad y signi- ficacién que otros- es lo que posibilita observar la importancia de los dife- rentes procesos y contenidos en la in- vestigacién antropolégica. A partir de los productos de investigaci6n, inclui- da la investigacién/accién; de lo pre- sentado en los diferentes tipos de reuniones académicas; de la oferta do- cente, etc. obtenemos una versi6n res- pecto de la importancia diferencial que tienen lo étnico, lo campesino, lo obrero, lo politico, o lo médico en el quehacer antropolégico nacional; ims alld de la aceptacién o negacién discursiva de la existencia de especia- lidades entre nosotros. En la época en que los estudios sobre campesinado constitufan una de las especialidades de mayor desarro- * Este proceso de especializacién se percibe con, mayor transparencia a través de las lineas de inves- tigaci6n, Areas, talleres o especialidades mediante las cuales se onganizan los estudios de postgrado (Maestria y Doctorado) en antropologia en las dife- rentes instituciones formativas (ENAH, CIESAS, COL- MICH, UAM-T, UNAM). Inclusive, puede observarse el proceso de transformacién en la oferta/demanda de especialidades. Ast, durante la década de los setenta -y parte de Jos ochenta-fié muy notorio cl papel de los estudios sobre campesinado y clase obrera, los cuales se redu- Jeron notablememe en fa segunda parte de los ‘ochenta. Durante este tiltimo lapso se incrementa- ron las temiticas sobre el género, la dimensi6n sim- bélica Ia etnicidad. Holisticos y especializados 15 Ilo, donde (sobre todo en los trabajos de orientacién economicista de las di- ferentes tendencias) era comtin ha- blar de dominacién, de explotacién, o de autarquia y autonomia relativa donde se hacfa referencia a las condi- ciones de subsistencia y de pobreza- era raro, por no decir inexistente, que estas condiciones refirieran a los pro- cesos de s/e/a. No se hacian referencias a las tasas de mortalidad infantil, a Jas muertes evitables, a la mortalidad ma- terna, a la desnutricién, al dominio de enfermedades infectocontagiosas 0 a las enfermedades ocupacionales,? pese a ser estos algunos de los princi pales indicadores que expresaban d chas condiciones de dominacién y explotacién o su papel decisivo en la produccién, reproduccién y conse- cuencias biosociales de la unidad do- méstica campesina. Estos estudios del campesinado no analizaban al conjunto de sindro- mes culturalmente delimitados ni las estrategias campesinas de atencién, pese a que expresaban gran parte de la ideologia de los grupos estudiados. Apartir de los mismos podian llegar a entenderse algunos de los principales mecanismos de control y autocontrol cultural ¢ ideolégico estrechamente li- 3 La lectura de los trabajos anvropelégices sobre campesinado, inchisive de estudios sobre el t ticnen que ver con su trabajo: pese a que Ia Organi- zacién Internacional del “Trabajo viene sefialando desde 10s setenta que es en los sectores ruvales, incluidio el campesinado de los paises dependientes, donde se can las mas altas tasas de accidentes ocw- pacionales. gados a las condiciones de identidad y pertenencia étnica expresadas tran- saccionalmente en las relaciones de hegemonfa/subahernidad —(Menén- dez, 1981). En otros trabajos he analizado como en las investigaciones sobre es- trategias de supervivencia, sobre gé- nero o religién, ocurre un proceso similar al sefialado respecto de los estu- dios del campesinado,® Ahora bien, dado que estos con- ceptos y técnicas demostraron su ca- pacidad metodolégica, y que podian ser adecuados para impulsar determi- nadbs tipos de proyectos, una parte de ellos fueron apropiados por la biome- dicina a través de investigaciones y/o de intervenciones, generando fre- cuentemente una modificacion y ero- sién de los mismos al adecuarlos a sus objetivos. Debe sefialarse que estas apropiaciones fueron desarrollados no sdlo por médicos, sino por los pro- pios antrop6logos al wabajar dentro del campo biomédico. Conceptos como estilo de vida, au- toatencién (gestién) o participacién social, fueron convertidos en conducta de ries- go, autocuidado © recurso para la salud; reduciéndolos a conceptos operativos, y escindiéndolos del significado teéri- coy metodolégico a partir de los cua- les fueron construidos (ver Menéndez, 1995, 1996). 15 Respecto dle esta airmacién, ver Mac Andrew y Edgerton 1969, Marshal 1883, Mongan 1985, Gus- field 1963, 1981 y 1987, Stein 1985 y' 1990, 32 Eduardo 1. Menéndez Al sefialar este proceso, no cues- tiono la apropiacién y resignificacion biomédica, ya que la misma opera a partir de sus propios objetivos, sino la erosién de instrumentos que pierden su capacidad de producir un determi nado tipo de informacion que posibi lita pensar ¢ interpretar la realidad de otra manera, también éficaz. La bio- medicina, por diversas razones, aplica estos y otros conceptos al observar su utilidad, pero el tipo de aplicacién conduce generalmente a dejar de lado aquellos elementos que justamente significarfan ver determinados aspec- tos o generar modificaciones que di- cho saber no puede ver ni pretende modificar." Un proceso similar esté ocu- rriendo con la apropiacién de las téc- nicas cualitativas, las cuales estén modificando su sentido en la produc- cién de la informacién a partir de las demandas de un mercado que descu- bre su importancia y tas impulsa por lo menos dentro de ciertos tipos de investigaci6n y accién. Al igual que los conceptos, estas técnicas se fueron constituyendo a partir de una aproxi- macién no solo holistica, sino referida a determinada concepcién de la reali- dad observada desde dentro de la mis- ma; procurando la calidad mas que la cantidad y asumiendo que la construc- cién del dato se da en una relacién ** Lo que estamos concluyendo reficre a las li- rneas dominantes del Modelo Médico Hegem6nico, incluida la dimenensién salubrista oficial, pero no ignora a que una parte de las criticas propuestas han sido realizadas por médicos generalmente inchados en la perspectiva de la Atencién Primaria Integral. Ver S.S@ M 1988, Menéndez, 1992h, Menénder, 1993. investigador/actor social que no es neutra, que supone espacios de difi- cultad y complicacién cultural respec- to de los cuales el trabajo de campo de mediana o larga duracién se convierte en decisivo, ete. El hecho de que estas técnicas produjeran informacién estratégica -y tuvieran un posible papel, no sélo en la investigacién sino en la interven- Gin respecto del estudio de procesos para los cuales las aproximaciones cuantitativas evidenciaban limitaci nes- condujo al impulso de las mis- mas. Pero dadas las necesidades del mercado, de abaratamiento de costos, de entrenamiento de personal, etc. se fueron impulsando cada vez mas lo que se denomina etnografias répidas (Scrimshaw y Hurtado, 1988). En con- secuencia, se modifican las técnicas para que en el menor tiempo se ob- tenga informacién basica para el pro- blema a comprender oa modificar. Respecto de algunos problemas, este uso no modifica sustancialmente el sentido de la informacién y/o acciones a obtener pero silo hace respecto de otros, al producir un tipo de datos y de andlisis que no son los que permitirfan inter- pretar y/o actuar eficazmente sobre di- chos problemas. Mas atin, el manejo de la informacién obtenida, asf como la divisién del trabajo desarrollada entre los investigadores de los pafses centra- les y los de los dependientes, estaria generando pautas neocoloniales en el proceso de investigacién y de accién (ver Buzzard 1984, Herman y Bentley 1992, Trostle 1992), Debo reiterar que una parte de estas modificaciones y orientaciones estn siendo desarrolladas por los pro- pios antropélogos en funcién de un mercado que orienta esta modifica- cién. Asi, el uso cada vez mas frecuente de encuestas estadisticas no sélo obe- dece al deseo de trabajar con muestras representativas con casos no gener: zables o de significacién tipolgica, sino que obedece también a que 1a obtencién de la informacién y su pro- cesamiento son mis rapidos 0 que no compromete al investigador con el tra- bajo de campo sino en términos de supervision. Es decir, el antropélogo puede producir mas répido, lo cual no es un hecho desdefable en un medio donde la productividad se convierte en una de las principales medidas de los ingresos econdmicos. Lo mismo podemos decir para ciertas adaptaciones generadas respec- to de la entrevista semiestructurada, de las historias de vida o de los grupos denominados focales. En el manejo de éstas y otras técnicas se estén generan- do tendencias que colocan el eje sobre la rapidez y/o la simplificacion. Ahora bien, los aspectos analiza- dos presentan efectos paraddjicos, ya que la competencia en un mercado multidisciplinario deberfa conducir a que la antropologia, por lo menos en algunas de sus especializaciones,genere datos mas seguros, de mayor especifici- dad y menos conjeturales. No es lo mismo -en el caso de la antropologfa- describir y analizar las representaciones que sobre el empacho tienen determi- nados actores sociales para entender su propio papel dentro de la cosmovision deun grupo,que describir y analizar las representaciones y las prdcticas que es- tos mismos actores tienen sobre la dia- rrea para desarrollar y aplicar un pro- grama_ educacional que posibilite la reduccién de la mortalidad por gas- troenteritis en menores de tres aitos. Esta preocupacién por mejorar la ca- lidad del dato que no negamos que existe; sin embargo, es reorientada por las necesidades de un mercado que exige productos répidos; lo cual entra por lo menos en conflicto con las maneras de producir antropolégi- cas, o por lo menos de determinada calidad antropolégica. Pero estos riesgos de la especiali- zacién, que como vemos no pueden ser analizados en términos aislados de las relaciones interdisciplinarias y del mercado, ¢Afectan también a la antro- pologia latinoamericana, 0 sélo son problemas de las antropologfas cen- trales? Apresurémonos a decir que va- trios de los aspectos resefiados afectan directamente la produccién de nues- tra antropologia, y que hay algunos que la afectan més. Asi, la posibilidad de que las pers- pectivas socioantropolégicas se in- cluyan con cierta autonomia dentro de las instituciones biomédicas, apa- rece notoriamente mis limitada en los diversos paises de la regién que en paises como Canada o los EEUU. Si bien hay instituciones y coyunturas que posibilitan ¢l mantenimiento de una autonomfa relativa del trabajo an- tropolégico, ésto suele ser momen- taneo o suele concluir con un Proceso de exclusién 0 de asimilacién.!> "in factor a incluir, es la notable desocupacién snédic a nivel regional, fa cual orienta a una parte 34 Eduardo L. Menéndez Esta tendencia a la especializa- cién se da dentro de un proceso de continuidad/discontinuidad que -en los paises de la region- puede limitar el desarrollo de las especialidades, a partir de condiciones de muy diferen- te tipo que operan sobre el desarrollo académico. La especializacién de la antropologia s6lo puede desarrollarse en un mercado que pueda construir puestos de trabajos aunque sea provi- sionales. La dependencia cada vez mayor de financiamientos, coloca en una situaci6n de inestabilidad no sdlo ciertos campos, sino el propio trabajo. éCudnto tiempo mds tendran altos fi- nanciamientos los estudios sobre la mujer; las investigaciones sobre salud reproductiva; los trabajos sobre aspec- tos nutricionales; sobre SIDA; 0, para referirnos a otras especialidades, so- bre ciertos aspectos del negacio de la cultura? Pero mis alla de este proceso, y asumiendo las tendencias y consecuen- cias del proceso de especializacién, la interrogante nuclear para nosotros radi- ca en si la aproximacién antropolégica podré o no seguir generando aproxima- ciones metodol6gicas que posibiliten la produccién de ctnografias, interpreta- ciones y/o intervenciones estratégicas para la comprensién de por lo menos algunas problematicas. deestos profesionalesa trabajar sobre problemas que implican el uso de técnicas y enfoques antropol6gi- cos. Esto puede darse a través del Aparato Médico Sanitario o de onganizaciones no gubernamentales. BIBLIOGRAFIA AGUIRRE Beltran, Gonzalo. Programas de salud en la situacién intercultural. Ins- tituto Indigenista Interamericano, México. 1955. —Antropologia Médica. CIESAS, México. 1986. BALANDIER, Georges. L'Anthropologie appliqué aux problemes des pays sousde- velopés. Les Cours de Droit, Parts. 1954-55. —Sociologie actuelle de UAfrique noire. BULF, Paris, 3 edicion. 1971a. —Sens et fruissance. RU.F, Paris(hay ver- si6n parcial al espafiol: Teorfa de la descolonizacién. Tempo Contemporé- neo, Buenos Aires), 197 1b. BENEDICT, Ruth. Raza, ciencia y politica. Fondo de Cultura Econémica, Méxi- co. 1941(1940). BONFIL Batalla, Guillermo, Diagndstico sobre el hambre en Sudzal, Yucatan. Ins- titututo Nacional de Antropologia e Historia, México. 1962. BUZZARD, Shirley. "Apropiate research for primary health carean anthropo- logist view" en Social Science & Medi- cine 19(3): 237-46. 1984. 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