de los que ya la sabfan, tal vez con Fuensalida 0 con Fr. Juan de
Ribas. En poco tiempo legé a conocerla tan perfectamente qui
seqtin testimonio de los contemporsineos,
y compuso obras en mexicano para la
os y de sus ministros, Fr, Bernardino hizo arte
y vocabulario, dejé sermones y escri
Tlatelolco, y compartieron en paz el respe su provincia *,
APOSTOL ALPINISTA
1 P. Sahagiin vivié en el convento de Tlalmanalco, ese apa-
cible sitio préximo
y donde pasé sus tiltimos afios Fr, Martin de Valencia. De un arro-
bamiento de este fraile viejo y santo fue testigo el joven Padre
Sahagtin, como lo hemos referido en otro lugar ®.
Fr. Bernardino refiere que estuvo en las cimas de los voleanes.
“Hay un cerro muy alto —dice en su Historia General— que hu-
‘mea, que esté cerca de la provincia de Chalco, que se Hama Popo-
catépetl, que quiere decir ‘monte que humea’; es monstruoso y
digno de ver, y yo estuve encima de él. Hay otra sierra junto a és
que es la sierra nevada, y Udmase Iztactepetl, que quiere di
sierra blanca: es monstruoso de ver lo alto de ella, donde solia ha-
ber mucha idolatria; yo la vi y estuve sobre ella” ®.
Es probable que estas ascensiones, que superaron las de los
conquistadores Ordaz, Montafio y Mesa,
s haya hecho el P. Saha~
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a saber: su afan investigador y su celo en desterrar idolatrias. Es
sabido que los indios idolatraban y sacrificaban de preferencia cn
os montes y lugares sefialados, que tenfan por diosa a la Mujer
Blanca y xendian culto a su imagen no sélo en los templos, sino
también en una cueva de la misma sierra. Enterado de esto Fr.
Bernardino, decidiria ir en busca de la cueva para cerciorarse del
culto idolatrico y evitarlo.
Varias excursiones debié haber hecho nuestro fraile por la Fe-
fgién de los voleanes para observar sus caracteristicas. Hablando de
un rfo que se formaba de las nieves del Popocatépet!
soterraba y volvia a salir entre Huejotzingo y Acapetlaoacan, y
afiade: “Yo vi el origen y el lugar donde se sume y el lugar donde
torna a salir”,
Fue testigo de una erupcién del Pico de Orizaba, que describe
asf: “Ha pocos alos que comenzé-a arder la cumbre de él; y yo
le vi muchos afios que tenta la cumbre cubierta de nieve, y después
vi cuando comenzé a arder, y las lamas aparectan de noche y de
dia, de mds de veinte leguas” *; Esta erupcién fue el afio de 1545.
MAESTRO EN EL COLEGIO DE SANTA CRUZ
Después de residir en Tlalmanalco por espacio de unos 3 afios,
vuelve el P. Sahagtin a Tlatelolco, y en 1536 asiste a la ceremonia
de fundacién del colegio de Santa Gruz, donde se hizo cargo de
la eftedra de latin. Hombre humilde, tranquilo y estudioso, halla-
ria el P, Sahagén en el trabajo docente uno de los mejores medios
de cumplir su misién, “No era é —dice su biégrafo Tcazbalccta—
as apostélicas en que se distinguieron mu-
chos de sus hermanos. Sin dejar de observar con toda puntualidad
la regla, nt de cumplir con sus deberes de misionero, trabajaba
también de otro modo més oculto, y no con menor provecho, en
la vitia del Senor” *.
* Ib, tI, p. 3
* Toazmazcers,