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A ACER COCRCC enn mnInY Fo BTCUrter Ree eee eee SOC nT sion de un capitulo dedieado a a Cee mT mec re OST OKOSme STS del analisis del consumidor y productor individuales en con PRS Ares los teoremas relevan- CSCS TERE) ean ee ec me ToT CURR CU Cee an ant RUT reece meet eae CN aC Cee Ree DOME ae eT er Julio Segu _ Analisis rites 1) tt ee Alianza Universidad Textos ciones de dichas teorias a cum Ce OS ee ee de la vida. oferta de trabajo. ence Ca ene) cambio técnico, Con esti base se aborda el estudio del equili- brio general competitive y sus Oe erent cere SCR re etre SCE CaCO RUS mas tales como el niicleo, lt inclusion de los actives finan- STO To ace Te brio temporal, ete, Se analizan eae eT sistema competitive no asignat ORCC mS eee es oO ee eee eee ma er Ten un capitulo al tratamiento tra- dicional de ka teorist de los pre- eC Ty Cn eae PARC OG SUT SNCS Cont Te Ue rere ee eT pomennte ert nenire ST TTR RUT re rare Toes CTS ee COC PUSCU CO SUCH Um EEC ST RU eee Te PCM EMCO ery Aer eneereoee nee BRU UerOy a INDICE PRESENTACION .... NOTACION UTILIZADA .... Capitulo 1. INTRODUCCION . aeeene Bibliografia Capitulo 2. TEORIA DEL CONSUMIDOR Y DE LA DEMANDA . Pee wera Asignaci6n de recursos y eficiencia La coordinacion de las decisiones econémi Asignacién y distribucién: algunas fimitaciones del anélisis de eficiencia. EI proceso de modelacién dél andlisis econdmico . Andtsis parcial, general y problemas de ¢agrepacin Contenido del libro .. La estructura de las preferencias individuales... La funcién de utilidad como representacién de las preferencias. Equilibrio del consumidor: teoremas fundamentales .... Efectos de variaciones de precios y renta sobre las cantidades deman- dadas de equilibrio Relaciones entre bienes: complementariedad y sustitui Dualidad en el consumo: funciones de demanda compensadas Restricciones de las funciones de demanda Formas especificas de las funciones de utilida neidad, homoteticidad y separabilidad . Agregacién en la teorfa del consumo. 7 8 Indice Oe 10. La teoria de la preferencia revelada ......---.---+ 2 APENDICE 8 Bibliografia . 82 Capitulo 3. TEORIA DE LA PRODUCCION ......... 83 1. La representacion de la tecnologia . 84 2. El equilibrio del productor individual: maximizaci6n del beneficio y funciones relevantes . 88 3, Dualidad y costes en la teoria de la produccion. 93 4. Corto y largo plazos.........-- 100 5. Agregacién de funciones de oferta: del agente a la industria . 105 6. La producci6n conjunta .. 109 APENDICE 116 Bibliografia 121 Capitulo 4. TEMAS DE TEORIA DEL CONSUMO Y DE LA PRODUC- CION. . . 123 1. Sistemas completos de demanda: sistema lineal de gasto, modelo de Rotterdam y sistema casi-ideal . 123 2. Formas especificas de funciones de producci6n y costes 132 3. Comparacidn entre situaciones alternativas: excedente del consum dor, variacién equivalente y compensada. 139 4. Comparacién entre situaciones alternativas: nimeros indice de pre- cios, coste de la vida y reales... 145 5. Eleecién trabajo-ocio: oferta individual de trabajo e impuestos. Sala- rio de espera.. 152 6. Eleccion intertemporal: consumo-ahorro . 162 7. La incorporacién del cambio técnico en la funcién de produccién..... 168 Bibliografia ... Capitulo 5. TEORIA DE LA ELECCION EN CONDICIONES DE INCER- TIDUMBRE .. 179 1. Introducci6n y conceptos bisicos .. 179 2. Axiomética de la eleccin en situaciones de riesgo y existencia de la funcién de utilidad esperada . 183, 3. Medida del. grado de aversién al riesgo 185, 4. La demanda de consumo bajo incertidumbre 188 5. La demanda de aseguramiento .... 189 6. Demanda de consumo temporal bajo incertidumbre 191 Indice 9 7. La empresa precio-aceptante bajo incertidumbre . 8. Limitaciones de la hipotesis de la utilidad esperada 9. Eleccién con probabilidades subjetivas.. Bibliografia Capitulo 6. TEORIA DEL EQUILIBRIO GENERAL COMPETITIVO. 1. Anilisis grafico del EGC en una economia de intercambio puro 2. El equilibrio competitivo en una economia de intercambio puro lisis formal .. 3. El equilibrio competitivo en una economia de intercambio y produc- cion: andlisis grafic 4. Existencia de equilibrio general competitive 5. Existencia de equilibrio en condiciones de incertidumbre . 6. Propiedades normativas del equilibrio competitivo: teoremas de opti- malidad... 7. Unicidad del equilibrio competitivo 8. Estabilidad del equilibrio competitivo Bibliografia ... Capitulo 7. TEMAS DE EQUILIBRIO GENERAL... El nicleo en una economia de intercambio puro . Economias regulares y criticas. Estabilidad sin recontratacién. Equilibrio temporal y desequilibrio . Dinero, activos financieros y precios en el modelo competitivo . Un caso particular de modelo de equilibrio general: el abierto de Leontief Sy eeNe Bibliografia Capitulo 8. FALLOS DE MERCADO .. Efectos externos Bienes publicos. Rendimientos crecientes....... De vuelta al equilibrio general: “6ptimos de segundo orden Optimos de segundo orden y precios 6ptimos Impuestos y eficiencia . aeeene Bibliografia .. Capitulo 9. COMPETENCIA PERFECTA, MONOPOLIO Y COMPETEN- CIA IMPERFECTA... . 1. Mercado competitivo: equilibrio 192 194 197 201 203 204 2u1 219 223 232 236 241 253 255 255 271 275 282 288 295 297 298 318 321 324 327 339 339 10 indice NO 2. Monopolio de oferta.. 3. Alpunas formas concretas de monopolio de oferta 4. Otras formas de monopolio: monopolio de demanda y monopolio bila- teral ... . . 5. Competencia imperfecta y oligopolio: una introduccién 6. Oligopolio cerrado homogéneo: soluciones cliisicas 7. Comportamiento colusivo .. 8. Barreras a la entrada... 9. Diferenciacién de producto y competencia monopoli 10. Gastos en publicidad 11, Innovacién tecnoldgica y estructura de mercado Bibliografia ... secseseee Capitulo 10. INTRODUCCION A LA TEORIA DE LA ELECCION SO- CIAL... free fm Conceptos bisicos y propiedades exigibles Algunos ejemplos de reglas de decision social Funciones de bienestar social: teoremas de imposibilidad . La condicién I: cardinalidad y comparaciones interpersonales Criterios ético-légicos .. Equidad y distribucién de la renta .. Algunas conclusiones sobre elecciGn social . Notas sobre el disefio de mecanismos de elecci6n social Sraveyne APENDICE... Bibliografia .... REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS... INDICE ANALITICO. 343 351 355, 363 365 373 378 386 392 396 399 # Z Esta edici6n incluye algunas modificaciones sustanciales. La mas importante, la inclusién de un capitulo nuevo, el 5, sobre eleccién en condiciones de incertidumbre lo que, a su vez, exigi6 1a aparicién de un nuevo epigrafe en el capitulo 6 sobre existencia de equilibrio general competitivo bajo incertidumbre. Ademés, los dos capitulos que en las ediciones anteriores discutfan aplicaciones de las teorfas de eleccién de los agentes individuales, se han refundido en uno (el nuevo 4), elimi- nando algunos temas y revisando el tratamiento de los restantes. Por tiltimo, los dos capitulos dedicados a teoria de los precios se han sintetizado en uno (el 9) que incluye sélo el tratamiento: bésico de monopolio, oligopolio (con una introduccién al tema de coaliciones y barreras), competencia monopolistica, y un tratamiento basico de la publicidad y la innovacién tecnolégica. La edici6n se ha visto notoriamente mejorada gracias a las sugerencias realizadas a diversas partes del texto por Jordi Jaumandreu y Joaquin Lorences. Madrid, octubre de 1993. " NOTACION UTILIZADA A=(x. Xn) = i med AcB A= Int A ANB AUB fAoB = el conjunto A formado por los elementos Xp oe By el elemento x, pertenece al conjunto A. A esta contenido en B (es un subconjunto de B) AcByBcA conjunto de elementos interiores a A. = interseccin de A y B (elementos comunes a ambos). = unidn de A y B (elementos pertenecientes aAoaB). = producto cartesiano de los conjuntos A, ... Ay (conjunto ordenado de k-tuplos). = conjunto n-dimensional de los nimeros rea les. = subconjuntos n-dimensionales de _némeros reales positivos y no negativos. conjunto vacio. para todo. existe, no existe. existe al menos un. tal que. Zimplica ¥ (Z es condicién suficiente para Y). Z implica ¥ e Y implica Z (¥(Z) es condi- cién necesaria y suficiente para Z(Y)). = fes una correspondencia que transforma cada elemento o subconjunto de A en un elemen- to ylo subconjunto de B. = correspondencia inversa de f. 13 En cdlculo diferencial las notaciones habituales son: P(x) 0 dF(x)/dx P(x) 0 PF (x)/dx? F(x) 0 OF(x)/ax, F(x) 0 &F(x)/8x,3x, derivada total de F(x), funci6n de una variable. = derivada segunda de F(x). derivada parcial de F(x) respecto a x,. segunda derivada parcial cruzada de F(x) res- pecto a x; y x). H(t) = de(t)/de = derivada respecto al tiempo de x. En el célculo matricial, los escalares aparecen en cursiva, los vectores en negrilla mintiscula y las matrices en negrilla mayscula. Una matriz A puede representarse también haciendo explicitos sus elementos como {a,} 0 sus filas 0 columnas como {a}. Cuando aparezcan operaciones matriciales del tipo xAy 0 Bp no se utilizarén signos de trasposicién, suponiendo que se trata de vectores filas 0 columnas segin ~ Jo requiera la operaci6n. La notacién de matrices particionadas es del siguiente tipo. El sistema de ecua- ciones: (F, = 9F/8x,8x,) La submatriz de derivadas parciales se expresa como F, el determinante de la matriz completa con otra letra negrilla, por ejemplo, D, y Dj indica el adjunto correspondiente al elemento (i, j) de D. Siendo x, e y, los componentes i-ésimos de dos vectores x ¢ y con el mismo niimero de elementos: x>y significa Wi: x, > y, x>y significa Wi: x, > y,, Ali: x) > y, x2y significa Wi: x; > y, (puede ser x = y) Simbolos econémicos de utilizacién frecuente son: relacién binaria «al menos tan deseado como». = relaci6n binaria «preferido a» = relacién binaria «indiferente con». tyw que si van acompafados de un subindice / identifican al agente h-ésimo. Estas Notacién utilizada 15 relaciones binarias cuando en el capitulo 10 se refieren no a agentes sino a relaciones sociales, se representan respectivamente por R, P, I. pa vectores de precios. xy = vectores de cantidades. Z(p), Z(p, 4) vectores de exceso de demanda. emo elasticidades de demanda, oferta y sustitucién, respectivamente, definidas con signo positivo. 1, A (a veces y, 5, a, B) multiplicadores de Lagrange. ° tasa o factor de descuento. Los teoremas, formulas y graficos se identifican por dos digitos: el primero indica capitulo y el segundo el mimero de orden dentro del mismo. Capitulo 1 INTRODUCCION Asignacién de recursos y eficiencia En cualquier economia existen unos recursos escasos que se emplean, segtin la tec- nologfa existente, para producir bienes y servicios finales que, a su vez, se dedican a satisfacer necesidades. Por tanto, toda economia tiene que resolver el problema de cémo organizar la producci6n y distribucién de los recursos productivos y los bienes. La tecnologia existente en un momento dado determina, por una parte, cudles son los bienes producibles y, por otra parte, cuales son las combinaciones factores- productos obtenibles. Es decir, la tecnologia determina la lista de bienes y los pro- gramas de produccién posibles. Ademés, toda economia tiene, en un momento dado de tiempo, una dotacién de recursos productivos en cantidades limitadas, lo que permite acotar, de entre todos los programas de produccién técnicamente posibles, aquellos que son factibles. No todos los programas productivos tienen las mismas caracteristicas desde el punto de vista de la utilizacién que hacen de los recursos. Si la dotacién de estos se usa de forma tal que podria obtenerse mayor cantidad de algunos bienes 0 ser- vicios sin por ello tener que disminuir la cantidad producida de otros, es claro que los recursos no se estan utilizando en forma eficiente. Los programas productivos factibles eficientes son s6lo aquellos que agotan la capacidad productiva de los re- cursos, entendida en el sentido de no poder ampliar la produccién de unos bienes mas que a costa de reducir la de otros. En resumen, la tecnologia y la dotacion de recursos permiten determinar los pla- nes de produccién factibles y eficientes, pero resultan insuficientes para resolver el problema de cual de los planes eficientes debe Ilevarse a cabo. Para ello sera preciso conocer, ademés, tanto las reglas de comportamiento de las empresas como la va- 18 Andlisis microsconémico Joracién que las mismas hacen de los recursos que emplean y los bienes y servicios que producen. Por su parte, cada consumidor tiene unas preferencias que le permiten valorar distintas combinaciones posibles de bienes a consumir. Si suponemos —por sencillez de discusién— que el consumidor no se satura respecto a ninguno de los bienes, cualquier cantidad, por grande que sea, de los mismos seré posible en el sentido dado al término cuando comentabamos la tecnologia. Pero no todas las combina- ciones de bienes posibles seran ademas factibles, porque las adquisiciones de! con- sumidor se verdn restringidas por el hecho de que su capacidad de gasto es limitada. ‘También desde la perspectiva de los consumidores existe una idea de eficiencia en la asignacién, Supongamos una situacién muy simplificada en que dos consumi- dores tienen unas dotaciones de bienes que pueden intercambiar. En estas condi- ciones una asignacién eficiente ser4 aquella distribucién de los bienes entre ambos consumidores de forma tal que ninguno de ellos pueda mejorar su posicién mas que a costa de empeorar la del otro. En resumen, hemos obtenido una primera propiedad relevante de las asignacio~ nes de bienes: la eficiencia. El tema de la eficiencia es un aspecto central del andlisis ‘conémico ya que un sistema que logre asignaciones eficientes siempre seré mejor —a igualdad 4e las restantes circunstancias— que otro que dé lugar a asignaciones ineficientes. Esto es ast porque la eficiencia significa la imposibilidad de que se pueda mejorar la posicin de algiin agente econdmico sin perjudicar a algiin otro. Es decir, una asignacidn eficiente de recursos es aquella que no desaprovecha re- cursos que podrian mejorar la posicién de alguien sin alterar la de los demas. Al andlisis de las asignaciones eficientes se dedicard Ia mayor parte de este libro. ‘Sin embargo, y con ser muy importante, la eficiencia no es la tinica propiedad deseable de una asignacién. Una asignaciGn eficiente puede ser considerada, con arreglo a los valores sociales predominantes, poco justa 0 equitativa en el sentido de que la sociedad preferiria otra alternativa en la que algunos agentes mejoraran a cambio de que otros empeoraran. Como es obvio, considerar una asignacién como preferible a otra desde el punto de vista social —del conjunto de los agentes— implica la formulacién de juicios de valor, tema complejo que serd tratado en la segunda parte del libro. 2. La coordinacién de las decisiones econémicas Los agentes que forman parte de una economia (productores, consumidores y, eventualmente, el sector publico) toman decisiones. Las empresas determinan la cantidad de recursos a contratar y de bienes a producir; los consumidores deciden fas cantidades de recursos que van a vender a las empresas y las de bienes y servicios que van a adquirir con su renta; el sector piblico, en la medida que es consumidor ¥ puede ser productor, toma ambos tipos de decisiones y, ademés, puede detraer ¢ inyectar capacidad de pago a los agentes individuales por medio de impuestos y subvenciones. Para que los agentes tomen sus decisiones es preciso no solo que cada unidad produetiva conozca cudles son los programas de produccién factibles y técnicamente Introduccion 19 eficientes y que cada unidad de consumo conozca la dotacién de recursos con que cuenta y sus preferencias. Es también preciso que existan valoraciones relativas de los bienes y los recursos. Todas las decisiones individuales implican intercambio de bienes y recursos (las empresas cambian bienes por recursos, los consumidores re- cursos por bienes) y para realizarlo hay que conocer cudles son las relaciones de intercambio entre los mismos 0 sus precios relativos. Cémo se determinan estas relaciones de intercambio entre todos los bienes (recursos, bienes intermedios y finales) constituye, por tanto un aspecto fundamental del proceso de toma de deci- sién de los agentes econémicos. Si cada agente econémico toma sus decisiones en forma individual, es fécil ima- ginar que no pueda Ilevarlas a cabo. Si, por ejemplo, dado un precio del pan, los consumidores desearan adquirir un millén de barras de pan y los panaderos deci- dieran fabricar s6lo novecientas mil, la economia no estarfa en equilibrio. Sin ne- cesidad de entrar en la discusi6n técnica del concepto de equilibrio, nos encontra- riamos con que las decisiones tomadas por los agentes no son compatibles entre st. Una situaci6n dificil, que harfa poco itil al mecanismo de asignacién de recursos al no existit coordinacién entre los agentes. En el ejemplo comentado, los agentes para tomar sus decisiones cuentan, ademas de con su informacién personal (tecnologia las empresas, dotacién de recursos y preferencias los consumidores), con unos precios a los que han de comprar y vender. Y estos precios son los que transmiten la informacién que permite a cada agente tomar sus decisiones. Por tanto, el problema de coordinaci6n de las decisiones in- dividuales se traduce en un problema relativo al mecanismo de transmisin de la: informacion del sistema de asignacién de recursos que hace que cada agente disponga de la necesaria para tomar sus decisiones de forma que resulten compatibles con las tomadas por los restantes agentes. Dos caracteristicas del mecanismo de asignaci6n resultan fundamentals desde este punto de vista: su grado de descentralizacién informativa y la estructura de incentivos. Discutiremos ambas con dos ejemplos concretos de mecanismos: el com- petitivo y uno planificado. Para discutir el primero, afiadamos a los consumidores y productores un agente ficticio (el llamado subastador walrasiano) encargado de hacer piblico un precio en el mercado de pan y recabar de cada agente la cantidad que a dicho precio estaria dispuesto a comprar o vender. Si la economia cumple ciertas caracteristicas (que serdn analizadas en detalle en el capitulo 6) y el subastador actia aumentando (re- duciendo) el precio del pan cuando la cantidad total demandada es mayor (menor) que la ofrecida, la repeticin de este proceso de ajuste del precio conducir4 a en- contrar uno al que ambas cantidades se igualen. En ese momento el subastador «abre» el mercado y deja que los agentes intercambien libremente a dicho precio. Ahora las decisiones de todos los agentes estardn coordinadas en el sentido de ser simulténeamente compatibles y el mercado de pan se encontraré en equilibrio a dicho precio. En el sistema descrito, la informacién relevante se trasmite exclusivamente a través del precio, y ningdn agente sale del mercado con més informaci6n de aquella con la que entré. Ningtin consumidor conoce las preferencias o capacidad de gasto de otro consumidor, ni la tecnologia de empresa alguna. Ninguna empresa tiene 20. Andlisis microeconémico Ons COCO informacién sobre la capacidad de gasto o preferencias de consumidor alguno, ni sobre la tecnologia de otra empresa. Ni siquiera el subastador tiene informacién alguna sobre los agentes, ya que s6lo conoce, a cada precio hecho piblico, las cantidades totales demandadas y ofrecidas. Pero ni siquiera tiene que almacenar esta informacién agregada. Se trata, por tanto, de un sistema informacionalmente descen- tralizado. Un corolario de la descentralizaci6n informativa es el anonimato de los agentes, ya que el sistema funcionaria exactamente igual si; numerando a los agentes del 1 al N, cambidramos los nimeros de identificacién de los mismos: el sistema no iden- tifica a los agentes individuales, Discutamos ahora un sistema distinto: ademas de consumidores y productores existe una oficina planificadora (OP) que trata de maximizar la cantidad producida del tnico bien. La OP ofrece a cada empresa unas cantidades de recursos y les pide como respuesta los valores de las productividades marginales de cada recurso. Re- cibidas las respuestas a OP ajusta las dotaciones ofrecidas a cada empresa aumen- tando (disminuyendo) los recursos asignados a aquellas empresas que declaran ma- yores (menores) productividades. Cuando, en el limite, la productividad marginal de cada recurso sea igual en todas las empresas, asignaré a cada una las cantidades de recursos correspondientes y dejar que cada productor Ileve a cabo su plan. Se trata ahora de un sistema centralizado informacionalmente en que la OP recoge la informacién suministrada por cada empresa y lo hace de forma no andnima, porque en cada intercambio informativo la OP tiene que decidir si a cada empresa concreta le aumenta o disminuye su dotacién de recursos. Los dos mecanismos descritos ejemplifican los dos polos opuestos en cuanto a descentralizacién informacional, y también se diferencian por el tipo de informacion que se intercambian los agentes para lograr un grado de coordinacién suficiente. En el mecanismo del subastador éste emite precios y recibe como respuesta cantidades, en el caso de la OP ésta emite cantidades y recibe como respuesta productividades marginales (valoraciones de cada empresa de los recursos). El segundo aspecto a considerar esta relacionado con el hecho de que, dado que los agentes individuales toman libremente sus decisiones, el buen funcionamiento del sistema slo podré garantizarse si los agentes se comportan de forma coherente con los objetivos perseguidos por el mecanismo de asignacién, es decir, si éste es compatible desde el punto de vista de los incentivos. Expresado en otros términos, para que los sistemas descritos asignen en la forma deseada, la informacién que los agentes transmiten al subastador o a la OP ser correcta, y s6lo lo sera si los agentes obtienen ventajas por hacerlo asi y desventajas por transmitir una informacién fal- seada. Si, por ejemplo, la OP sancionara fuertemente pequefias desviaciones en el cumplimiento de los planes productivos de las empresas, estas tenderian a transmitir unas productividades menores a las reales como forma de cubrirse del riesgo de incurrir en desviaciones, lo que haria que el sistema no asignara eficientemente sus recursos. En resumen, el estudio de las formas en que se organiza y coordina la produccion y distribucién de bienes exige definir con precisién el sistema de asignacién en el {que se trabaja, y ello implica especificar los agentes econémicos, formular los ob- jetivos y reglas de comportamiento de los mismos, y comprobar que la.estructura Introduccién 24 de incentivos que caracteriza la economia permite hacer compatibles los objetivos perseguidos por el sistema con el comportamiento efectivo de los agentes. iciones del anilisis de eficiencia 3. Asignacién y distribucién: algunas limi La economfa se ocupa, en general, de tres grandes grupos de problemas: de asignacién de recursos, de distribucién y de reproduccién del sistema. El primer tipo de problemas ya ha sido comentado en el epigrafe precedente, pero conviene ahora sefialar que permite tres tipos de planteamientos. (i) Tratar de definir un mecanismo de asignacién, una economia, que en con- diciones ideales asigne eficientemente. Este planteamiento conduce al andlisis de equilibrio general competitive o de un mecanismo de planificacién que dé lugar a asignaciones eficientes (tema tratado en los capitulos 6 y 7). (ii) Investigar mecanismos de asignacién que permitan asignar en forma eficien- te en aquellos casos en los que el sistema no funcione bajo condiciones ideales. Este planteamiento conduce al andlisis, por ejemplo, de mecanismos especificos para el caso de bienes puiblicos en que no existen precios individualizados de adquisicién de los mismos (tema tratado en el capitulo 8). (iii) Partir del hecho de que la sociedad formula unos juicios de valor respecto a lo que considera deseable y disefiar mecanismos de asignacién que permitan sa- tisfacer dichos criterios colectivos, estimando si se desea los costes en términos de eficiencia técnica de dicha asignacién. Este planteamiento conduce a, por una parte, analizar las formas en que se pueden generar los juicios de valor colectivos —teoria de Ia eleccién social (tratada en el capitulo 10)— y, por otra parte, a ver cémo pueden cumplirse estos en la practica —teoria de la politica microeconémica—. Como resulta obvio, en los dos primeros planteamientos del tema de la teorfa de la asignacién, el objetivo fundamental es el de la eficiencia, por lo que el andlisis terminara proporcionando una asignacién eficiente, siendo un subproducto la distri- bucién de la riqueza y renta resultantes de dicha asignacion. Esto es obvio en cuanto se tiene en cuenta que el andlisis de asignacién eficiente (y su paradigma basico, el andlisis de equilibrio competitivo [EC]) toma como dadas las dotaciones iniciales de recursos y su distribucién entre los individuos, es decir, la distribuci6n de la riqueza. Siendo esto asf, las rentas de los agentes individuales que presenta una economia competitiva tras generar un equilibrio ser4 simplemente el resultado de multiplicar la dotacién individual de recursos (exégena al modelo) que los precios de EC cuya nica propiedad, en su caso, es la eficiencia. La distribucién es un subproducto de la eficiencia asignativa y la historia familiar. Este es el motivo —como se verd en el capitulo 7— por el cual los supuestos més heroicos y ad hoc del andlisis del modelo de equilibrio general competitivo van destinados a garantizar que todos los agentes pueden sobrevivir a los precios de equilibrio de la economfa. Expresado en otros términos, a asegurar que la distribu- cién de la riqueza no sea tan desigual que los salarios de eficiencia del sistema conduzcan a que ciertos agentes obtengan unas rentas que les impidan alcanzar los consumos de subsistencia. Pese a la limitacin sefialada, la importancia del anélisis de eficiencia est fuera 22. Andlisis microeconémico de toda duda, aunque no agote el conjunto de problemas relevantes del anélisis econémico. Y ello por tres motivos. Uno primero es obvio: si el tedrico no se considera legitimado para opinar sobre si una asignacién eficiente puede considerarse mejor o peor que otra desde el punto de vista del bienestar colectivo, la caracterizacién de aquella y el andlisis de las posibles formas de alcanzarla agotard su campo de estudio. Pero aunque se consi- dere que la optimalidad social es més importante que la eficiencia, también sera esencial que conozca los resultados de la teoria de la asignacién eficiente. Por ejem- plo, una asignacién més equitativa que la de EC implicara unos costes en términos Ue uso no eficiente de los recursos que han de conocerse para poder determinar cual es la asignacién dptima desde el punto de vista colectivo. La decisién entre equidad y eficiencia s6lo puede hacerse sobre la base de conocer los costes de una en tér- minos de la otra y lograr la combinacién 6ptima entre ambas con arreglo a los juicios de valor que sean al caso. La segunda raz6n es que el andlisis de EC constituye un punto de partida idneo para introducir, a partir del mismo, diversas perturbaciones en su funcionamiento. La existencia de monopolios, rendimientos crecientes y todo tipo de indivisibilida- des, la aparicién de efectos externos, la existencia de informacién asimétrica, y un largo etcétera, plantean problemas de existencia y eficiencia de! equilibrio cuya so- lucion ha de investigarse a partir del modelo basico de EC. Por tiltimo, la tercera raz6n de la importancia del andlisis de eficiencia es que, incluso desde un punto de vista critico, el caracter prescriptivo-negativo de la teorfa del EC es esencial. Conocer las condiciones fuertemente restrictivas de las que de- pende que una economfa competitiva pura funcione de forma eficiente, constituye tuna guia indispensable para plantearse problemas relevantes, y un excelente arsenal en manos del critico del sistema. Por titimo, dado que los problemas de reproduccién de la economia constituyen la integracién en un contexto temporal y dinémico de los problemas de asignacién y distribucion, también el andlisis del crecimiento econémico resulta tratado, desde ia perspectiva de la teoria de la asignacién eficiente, como un tema subordinado a esta. La conclusién mas inmediata de toda esta discusién es que el andlisis puro de eficiencia constituye un marco insuficiente para plantearse los problemas de distri- bucién de la riqueza y del crecimiento econémico. Pero también lo es que la recu- rrente polémica sobre la relevancia del andlisis de EC carece de contenido real y slo es explicable por la existencia de dos puntos de vista. Uno primero que consi- dera que los problemas econémicos son, esencialmente, problemas politicos de dis- tribucion de poder que nada tienen que ver con asépticos andlisis de mecanismos de asignacién eficiente. Uno segundo que postula que el tedrico sélo puede trabajar en el campo de la economia pasitiva, y que la formulacién de juicios de valor es ajena al mundo del anélisis econdmico. Ambas posiciones son erroneas. La primera, porque aun aceptando la mayor, ello no implica que la teoria de la asignacion no sea relevante, sino tan s6lo que no se plantea, por ejemplo, problemas de cambio social. La segunda, porque muchos de los problemas relevantes desde el punto de vista econémico exigen para su tratamiento la formulacin de juicios de valor, y estos tiltimos se encuentran tratados en profundidad por una de las ramas mas Introduccion 23 eS: sugestivas de la teoria econémica —la teorfa de la eleccién social—, aunque no por supuesto por la teorfa del EC. Para terminar la discusién sobre los limites del andlisis de asignacién eficiente, es preciso sefialar que un enfoque tan acotado como el descrito ha de utilizarse con una gran precision y modestia si se desea no caer en el error de cometer extrapo- laciones inadmisibles. Para prevenir contra este uso inadecuado del andlisis econé- mico bastard discutir un ejemplo. El estudio del equilibrio general competitivo (EGC) permite llegar a la conclu- sién de que en un marco institucional caracterizado por la propiedad privada, la actuacién paramétrica respecto a los precios de los agentes individuales, dada la distribuci6n inicial de la riqueza, en condiciones teéricamente ideales, el sistema de mercado competitivo conduce a una asignacién eficiente de los recursos productivos. No es infrecuente que, tras obtener este resultado, algunos tedricos concluyan que la mejor forma de organizacién social es aquella que permite el funcionamiento sin roces del libre mercado, y que las deficiencias resultantes del mismo respecto a la distribucién (en caso de que existan) se derivan exclusivamente de la tecnologia, las preferencias individuales y la historia, que constituyen datos para el economista. No es infrecuente que algunos tedricos concluyan esto, pero es incorrecto, por- que dicha postura sélo podria mantenerse como minimio bajo una larga cléusula condicional que rezara: «si se considera que la mejor forma de organizaci6n social es la propiedad privada, si se considera que no existen objetivos sociales distintos de los individuales, si se considera que la participacién del agente en el proceso Productivo no conforma sus preferencias, si se considera que la eficiencia es el objetivo fundamental de la sociedad...». Y esta cldusula no puede defenderse desde el punto de vista de la teoria de la eficiencia por las limitaciones que la misma impone a sus planteamientos. Un economista puede defenderla como ciudadano, pero en este caso el respaldo cientifico se desvanece y nos encontramos, en el mejor de los casos, con un buen especialista en céleulo econémico que es, al margen de su profesién, un ciudadano muy conservador. 4. El proceso de modelacién del andlisis econémico Tanto los consumidores como las empresas son objeto de un tratamiento formal- mente idéntico en el sentido de suponer que su actuacién es el resultado de un proceso de optimizacién condicionada en el que cada agente trata de maximizar una funcién objetivo que valora los resultados de sus decisiones, viéndose sometido a unas restricciones. Las diferencias entre ambos tipos de agentes no se encuentran, por tanto, en la estructura formal de su comportamiento cuanto en el tipo de funcién objetivo que les caracteriza y las restricciones a que se ven sometidos. Lo primero que se necesita, por tanto, es disponer de una repres cuada de los objetivos de cada tipo de agente, por lo que el andli postulando una serie de axiomas que permiten garantizar la existencia de una re- presentacién funcional del objetivo perseguido por el agente. En el caso del consu- midor los axiomas garantizan que sus preferencias son representables por medio de una funcién de utilidad que permite decidir entre cualesquiera-dos combinaciones 24 Andlisis microeconémico de consumo posibles cudil es preferida. En el caso del productor los axiomas relativos a la tecnologia permiten obtener una representacién funcional de combinaciones factores-productos técnicamente eficientes Una vez formuladas las funciones objetivo, se hacen explicitas las restricciones. Por ejemplo, en el caso del consumidor, si nos planteamos cémo distribuye una renta dada entre los distintos bienes de consumo, la restriccién serd que el gasto en que incurra no puede superar a la renta disponible. En el caso del productor, po- demos suponer que dispone de unas dotaciones iniciales dadas de recursos, lo que le impide obtener cantidades de productos que requieran mayor volumen de recur- sos que los disponibles. Planteados asi los problemas de consumidor y productor, se obtiene que las cantidades demandadas de todas las mercancfas dependen de una serie de paréme- tros ajenos al comportamiento de cada agente individual (precios, rentas) y, a partir de aqui se pueden contestar preguntas operativas del tipo ;6mo reaccionan los agentes ante cambios en las variables ex6genas?, ;c6mo alteran sus decisiones los agentes ante determinados cambios del marco institucional? Como puede observarse, el método utilizado es el deductivo puro, pero la forma de trabajo del andlisis econémico presenta algunas caracteristicas especificas que merece la pena sefialar brevemente. (1) Dado que los axiomas y criterios de decision de los agentes tratan de re presentar estilizadamente las condiciones reales en que estos desarrollan sus acti Gades, es relevante preguntarse —en un modelo dado— cules son aquellos axiomas mas restrictivos y su posibilidad de relajacién. Un ejemplo tipico es el de los ren- dimientos crecientes de escala (RCE). Se sabe que el problema de maximizacion Gel beneficio no est acotado en presencia de RCE y, por ello, se postula su ausen- Gia. Sin embargo, los RCE son frecuentes en los procesos productivos del mundo real, por lo que una parte significativa del andlisis de EGC se ha dedicado a garan- tizat bajo qué condiciones pueden existir asignaciones eficientes en presencia de RCE. Por tanto, y al margen de la llamada polémica sobre el «realismo de los supues- tos», el andlisis econdmico debe tener en cuenta el grado de que los distintos axio- mas y supuestos representan adecuadamente los rasgos estilizados de la realidad o, por el contrario, suponen simplificaciones convenientes en una primera aproxima- cién, que deben relajarse en etapas posteriores del anilisis (2). Algunas veces ciertos axiomas implican la adopcién de un determinado jul- cio de valor, lo que no sucede en las ciencias de la naturaleza. Por ejemplo, para poder disponer de un criterio de elecci6n colectivo entre asignaciones alternativas, ts preciso postular un conjunto de axiomas compatibles entre sf, lo que impone restricciones a las propiedades deseables que pueden exigirse al mecanismo de elec~ Gién social, Prescindir de unas propiedades a cambio de otras implica juicios de valor, O, mas sencillo, en el andlisis de eficiencia comparativa basado en excedentes, se supone que lo importante es maximizar el excedente total de productores y con. Sumidores, lo que implica el supuesto de que una unidad de cuenta de excedente gn manos de las empresas proporciona el mismo bienestar social que si esté en manos de los consumidores. (3) Puesto que en economia no existen experimentos controlados para poder Introduccion 25 contrastar la bondad de las teorias, no suelen existir pruebas cruciales respecto a la validez de un teorema. Es frecuente encontrar trabajos empiricos que postulan de- terminados resultados y causalidades y otros que disienten de los anteriores, siendo ambos correctos desde el punto de vista de las técnicas econométricas utilizadas. Sin tratar con ello de restar importancia al contenido empirico de las proposiciones analiticas, y a su posibilidad de contraste con la realidad concreta, el estatuto del andlisis econémico como «ciencia empirica» es bastante débil, y es conveniente tener en cuenta que, con frecuencia, tras la defensa de uno u otro tipo de proposiciones (sobre todo si se refiere a formas de intervencién sobre el sistema) se encuentran intereses econémicos 0 politicos. El resumen, como recomendacién l6gicamente trivial pero no innecesaria para prevenir contra usos interesados o incorrectos del andlisis, convendria siempre tener presente que los resultados de los modelos son vélidos sdlo bajo los supuestos for- mulados, y no con cardcter universal y que, con frecuencia, existen supuestos im- plicitos cuya modificaci6n altera de forma significativa las conclusiones del andlisis. El método deductivo y el uso del instrumental matematico presentan, desde este punto de vista, la ventaja de exigir que los supuestos se hagan explicitos. Algo que, con frecuencia, no sucede en los tratamientos inductivos o estrictamente literarios. 5. Andlisis parcial, general y el problema de la agregaci6n La nocién de equilibrio como situacién en que los comportamientos optimizado- res de los agentes individuales son simulténeamente compatibles, puede analizarse en distintos planos. La diferenciacién mas importante es la existente entre andlisis general y andlisis parcial: cuando se consideran las interrelaciones existentes entre todos los agentes y variables se esta en el campo del anilisis general, y cuando se aisla una parte de la economfa y se supone que no resulta influida por el resto de la misma, nos encontramos en el campo del andlisis parcial. Es un resultado conocido, e intuitivamente evidente, que las cantidades deman- dadas de cada bien por cada consumidor dependen de los precios de todos los bienes y de su renta (andlisis general). Sin embargo, con frecuencia, el economista trabaja suponiendo que la cantidad demandada de un bien concreto slo depende de su propio precio (andlisis parcial). Una visién radical de la diferencia entre ambas formulaciones podria conducir a la conclusién de que las tnicas funciones correctas de demanda son las primeras y que, por tanto, el andlisis parcial es erréneo. Veamos cémo esto no es asi, existiendo varias formas de justificar el andlisis parcial. Una primera posibilidad es el supuesto ceteris paribus que supone que todas las. variables excepto aquella que se analiza se mantienen constantes. Este proceder resulta, sin embargo, poco satisfactorio, porque para que sus resultados sean com- patibles con el andlisis general es preciso aceptar que en una economfa puede, por ejemplo, cambiar el precio de un solo bien y seguir en equilibrio aunque no se alteren los restantes. Una via més satisfactoria desde el punto de vista tedrico de justificar el andlisis parcial es la siguiente. Es posible que si las funciones de preferencias de los consu- midores tienen determinadas caracteristicas, el andlisis general conduzca a que las 26 Andlisis microeconémico funciones de demanda de los bienes dependan s6lo de su propio precio. En este ‘caso no se trata de suponer que se mantienen constantes todos los pardmetros re- Ievantes del sistema excepto uno, sino que estos realmente no afectan a las canti- dades demandadas de un determinado bien. Bajo estas condiciones, por tanto, el andlisis parcial es ldgicamente equivalente al general, ambos daran los mismos re- sultados, y el problema reside en identificar los supuestos precisos para que esto sea asi y valorar su grado de restrictividad. La tercera justificacién teérica del andlisis parcial corresponde al caso simplifi- cado en que en la economia sélo existen dos bienes. Si ello es asi bastara con analizar un solo mercado porque su equilibrio garantiza automaticamente el del otro. Existe, por iiltimo, una razén operativa en favor del andlisis parcial. Cuando una economia esté formada por muchos agentes y bienes, la obtencién de proposiciones de cardcter general relativas a los efectos que sobre el equilibrio puede tener la alteracién de un par4metro es extraordinariamente compleja. En este caso, el and- lisis parcial puede obtener proposiciones de forma asequible que, a su vez, consti- tuyen una buena guia para el tipo de teoremas que se considera conveniente probar si son correctos 0 no en un contexto de andlisis general. Como es claro, las diferen- cias entre andlisis general y parcial es que el segundo no tiene en cuenta los efectos indirectos de una variable sobre los restantes; pero si, como cabe suponer, en una amplia categoria de problemas, los efectos directos son mas importantes cuantitati- vamente que los indirectos, ambos andlisis dardn lugar a los mismos resultados en cuanto al signo de la variacién de las variables, lo que no es una informacién irrele- vante. El hecho de que hayamos discutido las diferencias entre andlisis general y parcial en términos de agentes individuales no debe hacer pensar que se hace andlisis ge- neral slo cuando se trabaja en estos tltimos. El modelo macroeconémico mas sencillo del tipo IS-LM de determinacién de la renta es un modelo de equilibrio general si la oferta monetaria se considera exdgena, porque todas las variables se encuentran relacionadas entre si. Se trata, eso sf, de un modelo muy simplificado en que todos los consumidores se representan por uno s6lo, al igual que todos los productores, y donde s6lo existen dos bienes (uno de consumo y uno de inversi6n). Pero esta simplificacién lo que indica no es que el andlisis sea de tipo parcial, sino que tiene un elevado grado de agregacién. Suponiendo una economia de «tamafio» real con, por ejemplo, millones de con- sumidores y algunos miles de bienes y de empresas, habria miles de millones de demandas de bienes... y la dimensién del problema serfa enorme. Esta dificultad ‘aumenta en el caso de la economia aplicada por las limitaciones tanto de la infor- macién estadistica fiable como de los tratamientos computacionales 0 econométricos de los modelos. Por ello, con frecuencia, se esta interesado en reducir la dimension del problema mediante la agregacién del comportamiento de varios agentes en uno s6lo, 0 tratando grupos de bienes como si fueran uno s6lo. El problema tedrico de la agregacién es, por tanto, el estudio de las condiciones bajo las que resulta ana- liticamente correcto reducir la dimensi6n de los problemas (en agentes y/o bienes). Introduccion 27 eee 6. Contenido del libro Este libro esté dedicado a la teorfa de la asignaci6n eficiente de recursos. Los capitulos 2 y 3 tratan respectivamente del andlisis del consumidor y productor indi- viduales que actéan paramétricamente respecto a los precios en condiciones de cer- teza. El capitulo 5 analaiza la teorfa de la eleccién bajo incertidumbre y la aplica a una serie de problemas tipicos (seguros, seleccién de cartera, demanda de mercado). Los capitulos 2, 3 y 5 se conectan directamente con los capitulos 6 y 7, que forman un bloque dedicado al estudio del equilibrio: general competitivo (EGC). Sobre la base de la teoria de los agentes individuales, el capitulo 6 estudia la existencia de EGC primero en una economia de intercambio puro formada s6lo por consumido- res, después en una economia que incluye también productores, y luego en una economia con incertidumbre, cerrdndose el capitulo con el estudio de los problemas clasicos de unicidad y estabilidad del EGC. El capitulo 7 trata algunos problemas relacionados con el EGC: el nticleo de una economia competitiva, la estabilidad sin recontratacién y el EGC en un modelo lineal, entre otros. Por otra parte, y con un enfoque algo distinto, los capitulos 2 y 3 se conectan con el 4, En este caso se trata de analizar aplicaciones de las teorias de los agentes individuales: formulacién de sistemas completos de demanda, oferta y costes orien- tados hacia el trabajo empirico, indices de bienestar y de coste de la vida, oferta de trabajo, eleccién consumo-ahorro, progreso técnico. En el capitulo 8 se analiza la existencia de fallos de mercado, es decir de situa- ciones en que el EGC no constituye una asignacién éptima y se trata el tema del disefio de mecanismos de asignacién que permitan recuperar, en presencia de fallos de mercado, las propiedades de optimalidad del equilibrio que en estado puro tiene el sistema competitivo o, incluso, propiedades de optimalidad mas amplias. Quiza algun lector se sorprenda de que exista un tinico capitulo —el 9— dedi- cado a la teoria de los precios en equilibrio parcial (monopolio, competencia imper- fecta, etc.). Algunos de estos temas se tratan en un marco de equilibrio general, pero la raz6n fundamental es que, dado el desarrollo que ha experimentado en los Ultimos afios la teoria de la econom{a industrial (véase, por ejemplo Tirole (1989) © Segura (1993)), cualquier intento de incluir su estudio en este libro habria dado lugar a un volumen de tamafo disuasorio o a un tratamiento muy esquematico de los problemas. Adicionalmente, esta divisién temética no hace sino plasmar la que se ha producido en la forma de ensefiar el andlisis econémico en segundo ciclo en los tltimos afios: frente a un curso de microeconomia superior y otro de equilibrio general, ahora lo normal es un curso de microeconomfa superior y otro de economia industrial. Este libro hereda muchas cosas de mi Andlisis microeconémico (1988). De hecho los capitulos 1 a 4 son versiones ligeramente simplificadas —y espero que mejora- das— de los capitulos 1 a 5 de aquél. Sin embargo, el capitulo 5 y las partes del 6 y 7 teferidas a condiciones de incertidumbre son totalmente nuevos. 28. Anélisis microecondmico 28_Anilisis mioroeconémmicg Bibliografia Sobre asignaci6n y optimalidad una lectura de dificultad intermedia es ARROW (1971). Un planteamiento literario muy claro de mecanismos de asignacién es HURWICZ (1969, 1974). Una reflexion sobre los limites de este enfoque ver SEGURA (1977, 1990). Un texto siempre magnifico para leer, de dificultad intermedia, es KOOPMANS (1957) Capitulo 2 TEORIA DEL CONSUMIDOR Y DE LA DEMANDA Estudiaremos en este capitulo cémo se modela la eleccién del consumidor individual que dispone de una renta monetaria dada (es decir cuya oferta de factores produc- tivos y precios de los mismos estén dados) para gastar en un conjunto de n bienes X = (X,, ..., X,). El consumidor toma los precios de los bienes como dados, tiene libertad plena para adquirir las cantidades que desee de los bienes y no existen costes de transaccién. Esto tiltimo significa que, como no existen ni descuentos por cantidades, ni limites al intercambio, la restriccin presupuestaria se convierte en la tradicional recta 0 hiperplano de balance, aunque en marcos institucionales distintos (ver capitulo 4) la restriccin puede tomar otras formas. Dados los precios de los bienes p = (p;, ..., p,) y la renta monetaria y, el con- sumidor elegiré el vector de consumo x que maximice su satisfacci6n y no exija un gasto superior a y. Por tanto, se necesita disponer de una representacién de las preferencias del consumidor que ser la funcién objetivo del problema de maximi- zaci6n condicionada. Se trata, pues, en primer lugar, de analizar las preferencias del consumidor individual para determinar bajo qué condiciones son representables por medio de una funcién que retina un conjunto de caracteristicas deseables. A lo largo de este capitulo, los conceptos de renta y gasto son sindnimos, no plantedn- donos qué parte de la renta se consume y cual se ahorra, una decisién que se estudiard en el capitulo 4. 1, La estructura de las preferencias in Denotemos por x un vector concreto de cantidades (no negativas) de los n bie- nes: x = (2), ..., X,): Sea > una relaci6n binaria entre vectores de consumo tal que x° > x! indica que x° es al menos tan satisfactorio para el consumidor como x'. Las posibles relaciones légicas entre cualesquiera x°, x! € IR’, seran: 30 Andlisis microeconémico Caso 1: x9 > xt y nox! > x° Caso xi>xynow>x! Caso 3: xe xt y xt x? Caso 4: no x? > x! y no x! > x? El caso 1 significa que siendo x° al menos tan deseable como x', este dltimo no es tan deseable como x! lo que significa que x° es estrictamente més deseable que x'y se denota como x? > x!, El mismo razonamiento conduce a que el caso 2 im- plique x! > x?. El caso 3 significa que x° es al menos tan deseable como x! y x! al menos tan deseable como x°, lo que indica que ambos vectores de consumo son igualmente deseables para el consumidor o indiferentes y se denota por x’ ~ x!. El caso 4 indica que las combinaciones de consumo x? y x! no son comparables entre sf. Supondremos que las preferencias son de tal tipo que la relacién binaria > ve- rifica los siguientes axiomas. Axioma 1 (completitud) Wei, xi RY, Ox > xy nox = Xx > x! 6x! > xy no xo > x! x! > x? 6x ext y x= xox? ~ xt es decir, ante dos combinaciones cualesquiera el consumidor es capaz de comparar- las, por lo que se excluye el caso 4.Esto implica que la relacién > es completa, no siéndolo evidentemente las ~ y >. ‘Axioma 2 (reflexividad) vx e Ry, x? > x? que postula la reflexividad de >. Resulta obvio que ~ es reflexiva pero > no lo es. Axioma 3 (transitividad) Vx, x, xe Rix a xty x= eo x= que postula la transitividad de la relacién >, propiedad que comparten también las relaciones ~ y >. Los tres axiomas postulados hasta aqui garantizan que la relaci6n > constituye un preorden completo débit® en Re. Completo por el axioma 1 y débil por admitir la relacin de indiferencia entre combinaciones distintas (por tanto, > no es antisimé- trica). © Algunos autores llaman a esto un orden débil. Mantendremos aqui la terminologia matemética usual segin Ia cual el orden califica una relacién que, ademas de reflexiva y transitiva, es antisimétrica, es decir que cumple: Wal, ate Ra? aly xl aon? Teoria de! consumidor y de la demanda 31 Los axiomas 1 a 3 permiten, para cualquier x°, definir dos conjuntos: H(x*) = {x € Ry/x® > x) B(x!) = {x € Rix > x°} cuya unién es el conjunto Rt en virtud del axioma 1, y cuya interseccién es el conjunto de vectores indiferentes con el x°, I(x’): H(x°) U B(x) = Ry H(x!) 0. B(x!) = {x/x ~ x9) = I(x) Los axiomas 1 a 3 permiten, por tanto, realizar una particién en el sentido estricto de IR, por ejemplo, mediante los conjuntos H(x°) y el conjunto {x € R/x > x°}, aunque los conjuntos H(x) y B(x) no constituyan una particion por ser de interseccién no vacia. Ademés de la particién, los axiomas postulados permiten, dado un x° cualquiera, descomponer Rt, en dos conjuntos cuya intersec- cin sea la clase de indiferencia I(x°). Axioma 4 (monotonia) Vx, xt e Ri, x? > x! x? > x! Es decir, si entre dos vectores uno de ellos tiene al menos un componente mayor y ninguno menor que el otro, el primero sera siempre estrictamente preferido al segundo. Esto significa que el consumidor preferir4 disponer de mayores cantidades de cualquier bien, ¢ implica la no saturabilidad del consumidor. Axioma 5 (continuidad) Wx? © RL Hx) = {x/x? > x} y B(x®) = (x/x > x°} son conjuntos cerrados. Este axioma postula la continuidad de las preferencias. La idea intuitiva es clara: entre dos combinaciones indiferentes, por préximas que se hallen, siempre puede encontrarse otra indiferente con ambas, y la relacién de preferencia estricta entre dos combinaciones no se ve alterada si en cualesquiera de ellas se varian en cuantia suficientemente pequefia las cantidades de los bienes La idea intuitiva de continuidad es clara. Veamos su relacién con la version formalizada del axioma 5. Supongamos x’ > x!. La continuidad exige que exista un entorno de x’ —e(x)— y un entorno de x! —e (x!)— que cumplan: Vx € (x!) x > x! Wx € e(x!) : x9 > x Supongamos que no existe ningiin «(x") con la propiedad postulada. Esto significa que en cualquier entorno de x° existiran combinaciones tales que x! > x que, por lo tanto, perteneceran al conjunto H(x'). El axioma 5 exige que H(x!) sea cerrado, 32 Andlisis microeconémico enn ce Iuego ha de contener a x°, por Io que x! > x°. Esto es contradictorio con el supuesto de partida x? > x!, En suma, que los conjuntos H y B sean cerrados para cualquier combinacién posible es equivalente a postular la continuidad de las preferencias. Axioma 6 (convexidad) Vx! € Ry, Vx!, x? € B(x), Va € [0, ax! + (1 — ax? € B(x!) que es el axioma de convexidad del conjunto B(x). Este axioma es esencial para garantizar que la representaci6n de las preferencias del consumidor es la adecuada, ya que garantiza que B(x°) tiene una frontera, que es la curva o hipersuperficie de indiferencia, con la curvatura adecuada para resolver el problema de eleccién del consumidor. El axioma 6, tal y como se ha formulado, permite que B(x) sea débilmente convexo, lo que puede presentar algunos proble- mas. Si se desea evitar esta posibilidad, el axioma puede reformularse exigiendo la estricta convexidad de B(x), es decir: Axioma 6" (convexidad estricta) Vx! € RY, Wx!, x2 © B(x), x! # x7, Wa € (0,1): ax! + (1 — a)x? > x? con lo que se impide la existencia de tramos lineales en la frontera de B(x‘). Si, ademas, se desea evitar la existencia de puntos angulares en las curvas de indiferencia, puede postularse un axioma adicional: ‘Axioma 7 (diferenciabilidad}. La inclinaci6n de I(x°) es tnica en cada punto. Formulemos, por iiltimo, un axioma que no se refiere a la estructura légica de las preferencias, sino al criterio de eleccién del consumidor. Supongamos que el consumidor slo puede acceder a las combinaciones pertenecientes a un subconjunto ‘Ac Rt. Sientre ellos elige x” —que denotaremos por Ex’— es porque las restantes combinaciones de A no son preferidas a x°. Es decir: Axioma 8 (racionalidad) Ex’ + Wx Ax > x El axioma 8 parece asegurar que el consumidor puede realizar una eleccién dado un conjunto A, pero ello no es cierto a menos que A posea ciertas caracteristicas. Por ejemplo, es trivial que A debe ser no vacio para que exista eleccién. Una propiedad menos evidente es que A ha de ser cerrado. En el gréfico 2.1 se repre- senta A como el conjunto rayado sin incluir la curva FF’, su frontera. Dado un x! € A cualquiera otro situado sobre el rayo vector OL en (x!, x'] sera preferido a ©) problemas respecto a la existencia de soluciones esquina, donde las cantidades de algunos bienes pueden ser nulas, o a la existencia de més de una solucién al equilibrio del consumidor individual Teoria de! consumidor y de la demanda 33 x! por el axioma 4 de monotonfa. Si el conjunto A fuera cerrado, x? serfa el preferido del segmento [x', x'], pero si es abierto x? ¢ A, y el consumidor no podria elegir ya que en [x!, x?) hay infinitos vectores, pero ninguno es preferido a todos los demas. RK Xs \ Dei\\ Grarico 2.1 Otro caso en que no existirfa eleccién serfa aquél en que A = R’,, porque el conjunto A no estarfa acotado. En resumen, para garantizar la eleccién mediante el axioma 8 es preciso suponer que el conjunto de combinaciones accesibles A es no vacio, cerrado y acotado. Veamos, de forma intuitiva, la funcién de los axiomas postulados para garantizar que pueda Ilevarse a cabo un proceso de eleccién formulable como un problema de optimizacién condicionada. Para ello discutiremos el caso de dos bienes por ser susceptible de representacién grafica. En el grafico 2.2a se representa el tipo de resultados que garantizan exclusiva- mente los axiomas 1, 2 y 3. En dicha figura, los puntos representan las combinacio- nes indiferentes con una dada x’, los tridngulos las combinaciones preferidas a la x? y todos los restantes puntos del primer cuadrante las peores que x’. Lo tinico que garantizan los axiomas 1, 2 y 3 es que todos los puntos en IR? pueden dividirse en dos subconjuntos. El H(x°) estarfa formado por IR? excepto los tridngulos, el B(x’) formado por los tridngulos y los puntos; la interseccién entre ambos serian los pun- tos y la unién de ambos [R?. En resumen, los axiomas 1 a 3 s6lo permiten asegurar que se puede definir de forma no ambigua 1(x°), que en el grafico 2a serian los puntos. El axioma 4 de monotonia garantiza dos propiedades fundamentales del conjunto 1(x°). En primer lugar, que sus elementos se sitéian en forma decreciente, ya que: x, x! e Ru: x? ~ x! no (x? > x!) y no (x! > x) A>x? GrarIco 2.24 Xs 7 A 7 A 2. A . 4 . 4 . 4 -) 4 24 UL 0 x A>x? GRArICO 2.26 > x Grarico 2.26 GrArico 2.24 Xp 7 Ba) 10°) (2°) = 0 x GRAFICO 2.2e GrArico 2.2f Teoria del consumidor y de la demanda 35 Ademés, garantiza que dos conjuntos 1(x°) e I(x!) (x° > x! 6 x! > x°) no pueden tener un punto en comiin, por lo que, dado un x° cualquiera, los puntos més alejados del origen son preferidos, y los situados més cerca del origen peores, que los del conjunto I(x’). En’términos del grafico 2.2b se observa que los puntos de /(x°) no pueden tener Ia posicién de 2.2a, sino que han de situarse en forma decreciente. El axioma 5 de continuidad garantiza que la clase de indiferencia 1(x°), frontera del conjunto B(x’), es continua y, por tanto, sélo puede tomar formas como las de la curva del gréfi- co 2.2c. El axioma 6 de convexidad no estricta exige algo més: que la curva de indife- rencia no sea céncava respecto al origen, es decir, que el conjunto B(x*) sea con- vexo. En el grifico 2.2d B(x) es débilmente convexo. Si se exige estricta convexidad —axioma 6’— la curva de indiferencia no puede ser como la anterior sino que ha de tomar una forma como la del grafico 2.2e. Por ultimo, el axioma 7 elimina puntos angulares como el x' de los gréfi- cos 2.2c-2.2e y garantiza que la nica forma posible de una curva de indiferencia es como la mostrada en el grafico 2.2f: decreciente, continua, convexa respecto al ori- gen y con inclinacién tnica en cada punto. 2. La funcién de utilidad como representacién de las preferencias Los axiomas 1 a 7, que dan lugar a unas curvas de indiferencia como las del grafico 2.2f, permiten pensar en un procedimiento de construccién de una funcién que represente las preferencias del consumidor individual. En el grafico 2.3 aparecen una serie de curvas de indiferencia I(x°), I(x!), 10), 108) y la bisectriz del primer cuadrante, que corta a cada curva de indiferencia respectivamente en los puntos x’, x!, x y »°. A cada curva de indiferencia le podemos asociar ahora un numero real que sea la abscisa del punto de interseccién del rayo vector con la respectiva curva de indi- ferencia. Asi, en el grafico 2.3, se asocia a cada curva de indiferencia un ntimero real U(x): U(x°) > U(x"); I(x!) > Ulx'); 10?) > UGE); IG?) > UC?) Si a todo punto perteneciente a la misma clase de indiferencia se le asigna igual néimero real cabe intuir que la construccién propuesta conduce a una funcién U(x) tal que: U: Ri R, Wx! © Ri, x ~ x9 U(x) = U(x) Wx! & Ri, x > x? U(x) < U(x) Vx! € Ri, x > x > U(x!) > U(x) Si esta construcci6n es posible, se habré conseguido una representacién ordinal de las preferencias del consumidor, ya que por medio de U(x) a cada vector de Te) 0 Uw) UG) UG?) UG?) xX GrArico 2.3 consumo x € Ri le correspondera un tinico nimero real, comin para todos los élementos de la misma clase de indiferencia, ntimero real mayor para combinaciones de consumo preferidas, menor para las inferiores, ¢ igual para las indiferentes. El hecho de que U(x) sea una representacién ordinal es claro si se tiene en cuenta que la asignacién de un numero real a cada curva de indiferencia ha sido totalmente arbitraria (puede cambiarse la bisectriz por cualquier rayo vector que pase por el origen, y el procedimiento de representacién seria igualmente valido). Esto es asi porque lo tinico que se precisa es una representacién de las preferencias que Pre- porve el orden de las mismas. En suma, el valor numérico de U(x) para cada x Soncreto no nos interesa en si mds que en cuanto sea mayor, menor o igual que el valor de U(x) asociado a otro vector. Formalicemos algo esta discusin. Resulta claro que para poder elegir entre un conjunto de vectores de consumo el mejor, o al menos uno tan bueno como cual- quier otro, s6lo se precisan los axiomas de completitud, reflexividad y transitividad, puesto que ni la monotonfa ni la continuidad de las preferencias es necesaria (aun- Gue si las propiedades del conjunto de cleccién A). Pero ambos son necesarios si Geseamos disponer —como es el caso— de una funciOn que asigne a cada vector un ntimero real de forma que dicho nimero sea igual slo para vectores indiferentes y mayor (menor) para cualquier vector mejor (peor) El que la continuidad es esencial puede comprobarse discutiendo el caso de las preferencias lexicograficas. Este tipo de preferencias implica que entre dos vectores Cualesquiera x? y x! se preferiré aquel que tenga mayor cantidad del primer bien; a jgualdad de ambas cantidades, el que tenga mayor cantidad del segundo bien, y asf Teoria del consumidor y de la demanda 37 sucesivamente. Es evidente que no existe ambigiiedad alguna en estas preferencias, ‘como no existe en el orden en que aparecen las palabras en un diccionario. La Gnica diferencia con el tipo de preferencias discutidas radica en que no se permite la indiferencia, ya que para que dos combinaciones sean indiferentes han de ser idén- ticas. En el grafico 2.4 se representan tres vectores x°, x! y x’, y con arreglo al criterio lexicografico es claro que x! > x° y x? > x!, Construyamos ahora otros dos vectores de coordenadas: 8 = (xt +a,x8) y x=] — 6,4) a, b>0 Grarico 2.4 siendo a y 6 tan pequefios como queramos. Es claro que x° > x! y x! > x‘, Pero x! > x? y x > x! para vectores x’ y x? tan proximos como queramos, y x? > x! y x? > x! para vectores x? y x! tan préximos como queramos, implican una discont nuidad, que es la evitada por el axioma 5. Sin embargo, sin continuidad la elecci6n racional se produce, porque sobre AA’ se elegirfa siempre A’. Para demostrar —simplificadamente— la existencia de la funcién de utilidad sobre la base de los axiomas 1, 2, 3, 4 y 5 formalizaremos primero la construccién de la funci6n utilizada en el grafico 2.3. Llamando i al vector de unos, asignaremos a cada vector x un ntimero real U(x) tal que: x > U(x)i 38 Andlisis microeconémico 38 _Anlisis MICrOCCOM TN Es decir, el vector x es indiferente con otro que tiene idénticas cantidades de todos los bienes (U(x), .... U(x)): en términos gréficos lo que estamos buscando es el vector indiferente con el x sobre la bisectriz del ortante positivo. Para que esta construcci6n resulte valida como funcién de utilidad sera preciso demostrar tres puntos: 1° que el nimero real U(x) existe 2.°. que dicho nimero es tinico para cualquier x ¢ Ry 3° que U(x) asigne valores mayores, menores, o iguales que U(x’) segdn que x > x’, x° > x, 0 x ~ x! respectivamente, Para un x € Ri cualquiera dado el conjunto H(x) es uno vacio porque el menos contiene el vector nulo y B(x) por el axioma 4 de monotonfa, ya que cualquiera que sea x siempre existiré un ntimero real c lo suficientemente grande como para que el vector ci sea preferido a x. El axioma 5 de continuidad implica que los dos conjuntos son cerrados y al ser IR, un conjunto conexo" existe necesariamente para cualquier x € (Ry un nimero real no negativo c tal que: x~ y este miimero real ¢ es, precisamente, el valor U(x) asignado a x, con lo que se demuestra el primer punto. ‘Ademés, para cualquier x € Rt, dado, dos vectores ci y di slo pueden ser indi- ferentes si ¢ = d, por el axioma de monotonfa, de forma que el mimero real asig- nado es tinico, con lo que se demuestra el segundo punto. Para que esta asignacién de ndmeros reales no negativos a vectores de consumo constituya una representacién adecuada de la utilidad seré, ademas, preciso que asigne respectivamente mayores, iguales 0 menores niimeros a vectores de consumo preferidos, indiferentes o peores. Supongamos que para dos vectores x y X: x~ ci U(x) X~di> U®)=d Supongamos que c > d por lo que ci > di y por el axioma de monotonfa se cumplira ci > di, lo que significa que simulténeamente x ~ ci, ci > diy di ~ %, que por el axioma de transitividad implica x > X, con lo que se demuestra el tercer punto. Se habré observado que el axioma de convexidad estricta no ha sido utilizado y, en efecto, nuestra construccién de la funcién de utilidad no se resentirfa por el hecho de que las curvas de indiferencia del grafico 2.3 fuesen céncavas respecto al origen. Pero es imprescindible para que exista un maximo de la funci6n de utilidad sometido ©) Un conjunto es conexo si no puede descomponerse en dos conjuntos no vacios disjuntos. Una condicién necesaria y suficiente para que cualquier conjunto definido en R" sea conexo es que cuales- (Guiera dos de sus puntos puedan unirse por una poligonal que pertenezca al conjunto, por lo que resulta evidente que Rj es conexo. Teoria de! consumidor y de la demanda 39 a una restriccién lineal. Y tampoco se ha utilizado el axioma de diferenciabilidad, pero es conveniente porque ello permite aplicar el cdlculo diferencial a la modela- cién del comportamiento del consumidor ideal. En resumen, el conjunto de axiomas 1 a 7 garantiza la existencia de una funcién de utilidad U(x) caracterizada por: (1) U(x°) > U(x!) & x? > x! U(%) = U(x!) @ x? ~ x! (2) ser continua y diferenciable (3) ser monétonamente creciente (4) ser estrictamente cuasicéncava. Las propiedades de la funcién de utilidad U(x) hacen patente que se trata de un indicador ordinal del grado de satisfaccién que al consumidor le reportan las distin- tas combinaciones de bienes. En efecto, la propiedad (1) exige que se conserve el signo de la diferencia del valor numérico entre dos combinaciones cualesquiera, pero nada dice respecto al valor de dicha diferencia. Si, por ejemplo, U(x!) = 10 y U(x!) = 20, la tinica informacién que esto proporciona es que x! > x°; pero si divi- diéramos por dos estos valores, U(x°) = 5 y U(x') = 10 significarfa lo mismo que lo anterior. Por tanto, si U(x) es una funcién que representa las preferencias de un consumidor, cualquier transformacién mondtona creciente de U(x) también las repre- sentard (ver, mas adelante, Teorema 2.1) Esta propiedad de ordinalidad queda también reflejada en el hecho de que si consideramos dado un cierto nivel de utilidad U(x) = U°, suponiendo que sdlo va- rian las cantidades de dos bienes (—dr)/dx)» = U,/'U, = RMS), que es la relacién marginal de sustitucién entre X, y X, que expresa la variacién necesaria en la can- tidad poseida de X; para compensar en términos de utilidad una variaci6n infinite- simal —dx,— en la cantidad poseida de X,, €s independiente de las unidades de medida U(x), por lo que no resultarfa afectada por la sustitucién de U(x) por una transformacién F(U(x)) monétona creciente (F" > 0). El hecho de que las curvas de indiferencia sean estrictamente convexas respecto al origen equivale a que la RMS sea continuamente decreciente, lo que significa que las cantidades en que hay que disminuir X, ante aumentos iguales y sucesivos de X, son cada vez menores para mantener el mismo nivel de utilidad, porque a medida que (X/X,) es menor, la valoraci6n relativa de X, en términos de X, es también menor. Esta propiedad —garantizada por los axiomas— no depende ni tiene rela- cién alguna con el decrecimiento de las utilidades marginales (con el signo de U,) que con frecuencia se considera como intuitivamente razonable. En efecto: ARMS, _ (UU) , 2(U/U) dx,__UPU, + U;U, ~ 2U,UW, dx, 3x, x, dx, U y el'signo negativo de la expresién precedente es compatible con cualquier signo de U, y U, sin mas que manipular convenientemente el de U,. Solo en el caso de funciones de utilidad de forma peculiar como las aditivas (ver epfgrafe 2.8) de tipo 40. Anélisis microeconémico lil U(x) = EF (x), el decrecimiento de RMS exige el de las utilidades marginales, por- que U, = 0(i ¥ j). La axiomética postulada permite pues cualquier evoluci6n de las utilidades marginales, pero garantiza el crecimiento de la RMS. 3. Equilibrio del consumidor: teoremas fundamentales Los axiomas 1-8 permiten ya formular el equilibrio como soluci6n al problema de maximizar U(x) condicionado al gasto de la renta disponible; ya que no tendria sentido no gastar toda la renta habida cuenta del axioma de monotonia. Siendo (Dy, «+1 Px) el vector de precios de los bienes" e y la renta nominal, el problema Max. U(x) s.a: phx = f en cuya funcién auxiliar de Lagrange es: L(x, #) = Uta) — wp ~ y%) 2.2) siendo 1 el multiplicador. Las condiciones de primer orden de maximo interior de (2.2) son: L(x, w) = Ulx) - uph=0 = 1...) (2.3) L(x, H) = Px + = 0 (2.4) sistema de (n + 1) ecuaciones con (m + 1) incdgnitas (x, 2) que permite despejar los valores de equilibrio de x y u. De las condiciones (2.3) y (2.4) se obtiene: w= a0) YO) i jel) (2.5.1) © bien: io # = RMS, (i,j = yen) (2.5.2) La expresi6n (2.5.1) se conoce también con el nombre de ley de la igualdad de utilidades marginales ponderadas y su significado econémico es claro: en equilibrio la aportacién que a la utilidad total hace 1a «iltima» unidad monetaria gastada en Por sencillez de notacién supondremos que el vector p es un vector fila y x un vector columna, de forma que px es el producto escalar de ambos. A partir de aqu{ los vectores seran fila o columna segin se desprenda del planteamiento del problema. Teoria de! consumidor y de la demanda 41 la adquisicién de un bien debe ser igual para todos ellos. La expresi6n (2.5.2) sig- nifica que en equilibrio la relacién de intercambio subjetiva entre dos bienes para el consumidor —que es la RMS— debe igualarse a la relaci6n real de intercambio, que es el cociente entre sus precios. En el caso de dos bienes susceptible de repre sentaci6n grafica, la condicién (2.5.2) indica la igualdad de inclinaciones de la curva de indiferencia —RMS = —dx,/dx-— y la restriccin presupuestaria —sobre la que dx,/dx; = —p//p-— en el punto de equilibrio, es decir, la tangencia entre ambas. Las condiciones de segundo orden suficientes de maximo de (2.2) son: (2.6) ce “ayse Uy Uy pf > —Pl PP Oj. expresiones en las que las U, estén evaluadas en el punto de equilibrio x’, y cuyo cumplimiento queda garantizado por la estricta cuasiconcavidad de la funcién de utilidad. Analicemos ahora algunas propiedades que se desprenden del equilibrio obtenido. Teorema 2.1 (ordinalidad). El equilibrio es invariante ante cualquier transforma- cién monétona creciente de U(x). Sea Z(x) = F(U(x)) y F’ > 0. Dado que Z, = F'U, las condiciones (2.3) no se alterardn al relacionarlas por cociente. Como Z, = F'U, + F"U,U,, siendo F" > 0, las condiciones (2.6) también se cumplirn ya que el determinante |U,U,| es nulo. Teorema 2.2 (existencia). Las cantidades demandadas de cada bien en equilibrio y el multiplicador son funciones de los precios y la renta monetaria. Considerando precios y renta monetaria como variables exégenas, la diferencia- cin total de las funciones que definen implicitamente las condiciones (2.3) y (2.4) permite obtener: Unde, + 22. + Updy — ppd = pid, — ... — =pydy udp, = 1, ...,m) = xdp — dy sistema que puede expresarse matricialmente: dr udp 2.7) pi du. xdp — dy El determinante de la matriz de (2.7) es no nulo por la estricta cuasiconcavidad de U(x), y dicho determinante es el jacobiano relevante para aplicar el teorema de las funciones implicitas, por 1o que existen en un entorno de (p°, y°): vey) (2.8) %=2(P,y¥) G= = UP, ¥) (2.9) Teorema 2.3 (homogeneidad). Las funciones x(p, y) son homogéneas de grado cero en (p, y). Definiendo nuevos precios y renta monetaria: las condiciones de primer orden no resultan afectadas, siendo 4° = ku*. Dado que la restriccién presupuestaria es idéntica, las condiciones de segundo orden (2.6) son iguales aunque orladas por kp?, Io que siendo k positivo no altera su cumplimiento. Este teorema indica que las variables relevantes son las relativas y que un cambio en la unidad de cuenta no modifica el equilibrio (ausencia de ilusién monetaria) al no alterar la restriccién presupuestaria. Por tanto, las cantidades demandadas en equilibrio dependen de los precios relatives —algo que se desprende de las relacio- nes (2.5)— y de la renta relativa. Teorema 2.4. El multiplicador de Lagrange es la utilidad marginal de la renta gastada. Puesto que x, = x(p, y), se pueden diferenciar respecto a la renta monetaria la. funcién U(x) = U(x(p, y)) y la restriccién presupuestaria: x, due) =X US a (2.10) ax, SS dy=d) 11 ay PY (2.11) y sustituyendo (2.11) en (2.10) y por (2.3): dU) dy A Teorema 2.5 (continuidad). Si se cumplen los axiomas 1-5, 6' y 7 para cualquier p>» 0ey>0, las funciones de demanda x(p, y) son continuas. La demostracién rigurosa es compleja, por lo que aqui haremos una demostra- cién simplificada que hace uso del llamado teorema del maximo. Segin dicho teo- rema, el problema: Max. f(x) } s.a: g(x, a) <0, Teoria de! consumidor y de la demanda 43 presenta una solucién x(a) que es continua en a* —valor de los parémetros— si f(x) y g(x, @) son continuas en (x*, a*), y el rango de f es compacto. Si, ademas, f(x) es estrictamente céncava en x y g(x, @) convexa en x, x(a) es una funcién. En el caso que nos ocupa, f(x) es la funcién de utilidad que si se cumple el axioma 6’ es estrictamente ‘c6ncava en x; g(x, a) es la restriccién presupuestaria, que al ser lineal es convexa en x; la funcién U(x) es continua y la restriccin presupues- taria también. Por tiltimo, el rango de U(x) es R,, que es compacto. Por tanto, podemos aplicar el teorema del maximo al equilibrio del consumidor, y la continui- dad de las funciones de demanda dependera de la unicidad de la solucién. Supongamos que la solucién no es tinica y que tanto x* como ¥ son soluciones al equilibrio del consumidor. Es claro que: Wee [0,1] : plix* + (1- ox} U(x") = UR) y esto tiltimo es contradictorio con el supuesto de que x* y X sean soluciones al equilibrio del consumidor. Por tanto, la solucién sera nica y las funciones x) = x(P, y) continuas. 4. Efectos de variaciones de precios y renta sobre las cantidades demandadas de equilibrio Supongamos, para comenzar con el caso més general, que varian en cantidades infinitesimales todos los precios y la renta monetaria, y que estamos interesados en conocer los efectos de esto sobre las cantidades demandadas. Es decir, queremos comparar el equilibrio inicial con el que se obtiene tras la variacién de precios y renta nominal. Puesto que el equilibrio inicial viene definido —como todo equili- brio—, por las condiciones de primer orden (2.3) y (2.4), la diferenciaci6n total de dichas expresiones permitira evaluar las variaciones experimentadas por las variables endégenas del problema (2.2). Esto es lo que se denomina un ejercicio de estética comparativa, porque compara dos equilibrios sin ocuparse de la senda temporal por la que se pasa del primero al segundo. Diferenciando (2.3) y (2.4) se obtiene la expresin conocida (2.7), y llamando D al determinante de la matriz del sistema y D, al adjunto correspondiente al elemento (i, j), se obtienen las expresiones: ES H dp; Dy + [= x n~a| Pa} (2.12) a é dx, 44 Andlisis microeconémico w= {> dp, Dyas + [Ss n- 6 | Da ~} 2.13) Las expresiones (2.12) y (2.13) indican por tanto las variaciones en las cantidades demandadas y en Ia utilidad marginal del gasto producidas por una alteraci6n simul- tanea de todos los precios y la renta nominal. Lo que nos interesa conocer son, sin embargo, los efectos de cambios en cada parémetro por separado, y para ello ana- lizaremos las expresiones anteriores para algunos casos particulares. () Variaciones de la renta monetaria. Supongamos que sslo varia la renta monetaria, por lo que en (2.12) y (2-13) dp, = ... = dp, = 0, es decir: ox) ay (2.14) ou Dysine 1 woe 15) by D (2.15) La expresi6n (2.14) tiene signo indeterminado ya que si bien sabemos que (~1)"D es positivo, nada puede decirse a priori del signo de D,,,,,, Cuando (2.14) es positiva se dice que el bien X, es normal respecto a la renta, cuando es negativa que el bien es inferior. En el grifico 2.5a aparece el caso de un bien normal y en 2.5b el de uno inferior, En ambos graficos los aumentos de renta implican desplazamientos paralclos de las rectas de balance alejandose del origen. Las curvas AA son las sendas de expansién renta-consumo. En el gréfico 2.5a las cantidades demandadas de ambos bienes aumentan con la renta y en el 2.5b lo hace la cantidad de X; (bien normal), pero disminuye la de X, (bien inferior) a partir de una cierta renta. Es evidente que un bien solo puede ser inferior a partir de un determinado nivel de renta —las curvas AA no pueden presentar una curvatura hacia atras desde el ori- gen—, y que ambos bienes no pueden ser simulténeamente inferiores. Esto tltimo, que es obvio intuitivamente ya que hay que gastar toda la renta, resulta inmediato si se diferencia la ecuacién de balance respecto a la renta: que es incompatible con la posibilidad de que todas las derivadas parciales respecto a la renta sean negativas. La expresin (2.15) es también de signo indeterminado, porque las condiciones de segundo orden (2.6) nada dicen respecto a D,y1,,41- Sabemos, no obstante, que si U(X) es estrictamente céncava (—1)"Dyy1,9:1 SeF4 positivo, por lo que en este caso D y Dy.1, 1 tendran el mismo signo y du/dy <0, indicando el decrecimiento Teoria de! consumidor y de la demanda 45 x Grarico 2.5a Gadnico 2.56 de la utilidad marginal de la renta gastada, Pero si U(x) no es estrictamente céncava, aunque si sea estrictamente cuasicéncava, nada puede decirse del signo de (2.15). (ii) Variaciones del precio de un bien cualquiera (efectos renta y sustitucin generalizados). Supongamos ahora que dp, = 0 (Wj # i) y que dy = 0, por lo que (2.12) y (2.13) se convierten en: oxy D, Dysi.j =pati+ np tie (2.16) ou Lins cu 17, oat (2.17) La expresién (2.16) puede formularse teniendo en cuenta (2.14) como: ex, _ Dy oy Sy Pe 2.18) 2p, “> (2.18) La expresién (2.18) es de signo indeterminado por serlo el cociente D,/D, pero el minuendo del segundo miembro tiene un significado econémico que conviene desvelar. Supongamos que el tinico precio que varia es p,, pero que también lo hace la renta monetaria con el objeto de que el consumidor, en el nuevo equilibrio, man- tenga fija su utilidad inicial. Es decir, se produce una variacién compensada de p,. Si dicho precio aumenta (disminuye) la variacién compensatoria de la renta exigiré él aumento (disminucién) de ésta ya que el aumento (disminucién) de ‘p, reduce (amplia) las combinaciones de bienes accesibles al consumidor. 48 Andlisis microeconémico Rane eC a Matematicamente el andlisis de los efectos de una variacién compensada como la descrita se hace diferenciando (2.3) respecto a p,€ y, y como, ademés, se exige mantener constante el nivel de utilidad: U(x) = Usd, +... + U pdt, = (por (2.3)) = mpd, +. + Mpadx, = 0 En consecuencia, el sistema de ecuaciones que define los efectos de una variacién compensada de p; es: que no es sino el sistema (2.7) sustituyendo la tltima ecuacién por la condicién dU(x) = 0y haciendo nulos dp, (j # i). De donde se obtiene: (3) Pilg que es el minuendo del segundo término de (2.18). En resumen, (2.18) puede expresarse: jeden) 3x, OP: 2x) 8x i =([4) - =y-5st 19) (& v ey expresién conocida como ecuacién de Slutsky, formula general de la demanda, 0 descomposicién del efecto total de la variacién de un precio en efecto de sustitucién (s,) y efecto de renta. Es claro que s, = sj porque D es simétrico. El sentido de esta descomposici6n es claro. Una variacién de p; produce sobre la cantidad de equilibrio de X, no s6lo un efecto de precio puro porque, como hemos visto, la capacidad adquisitiva de una renta nominal dada varia cuando lo hace algdn precio. Para tratar de aislar el componente de precio puro se define la variacién compensada del precio de X,, cuyo efecto sobre la cantidad demandada se denomina efecto de sustitucién porque refleja exclusivamente el efecto de abaratamiento re- lativo de un bien en términos del otro sin que la renta real resulte alterada. La recuperacién del nivel original de renta nominal provoca un efecto puro de renta que viene medido por el sustraendo de (2.19). Es importante tener en cuenta que si bien 9x,/@p; expresa la variacién de la cantidad demandada de X, en términos del comportamiento te6rico del consumidor, la descomposicién (2.19) es de cardcter analitico, no reflejando el comportamiento observable del agente. No obstante, es una descomposici6n relevante para el estudio de la demanda y de algunos aspectos de la teorfa del bienestar, como tendremos ocasién de ver. Teoria del consumidor y de la demanda 47 (iii) Variacién del precio del propio bien. Por (2.19): ox, D, St = yp vo 2.20) gt n) (2.20) expresin en la que el efecto sustitucién s, es siempre negativo ya que por (2.6) los signos de los determinantes D y D, han de ser opuestos. Esta negatividad implica que el efecto sustitucién del precio de un bien sobre la demanda del mismo hace variar en sentidos opuestos ambas variables. Pero el cardcter negativo de s, no hace inequivoco el signo del efecto total, aunque si permite especificar las condiciones necesarias para que tenga un signo u otro. Si X, es normal, el efecto total sera negativo por (2.20). Si X; es inferior pero el efecto s, es mayor en valor absoluto que el de renta, también el efecto total serd negativo. Sélo si X, es inferior y el efecto renta es mas fuerte que el de sustitucién, la relacién precio-cantidad sera creciente. Este dltimo caso es el conocido con el nombre de bien de demanda anormal o bien Giffen. Los grificos 2.6a-2.6c representan,-suponiendo dos bienes, los tres casos posi- bles. En ellos x? es el equilibrio inicial sobre la renta de balance HH’. La reducci6n de p, tiene como efecto desplazar la recta de balance a la posicion HH", por lo que el equilibrio final se encontrara en el punto x/, y la diferencia entre las abscisas de x’ y x mediré el efecto total (8x,/dp,). Una variacién compensada de p, exige una variaci6n de la renta nominal tal que el nuevo equilibrio se mantenga sobre la curva de indiferencia que pasa por x°: las rectas de balance correspondientes a una varia- cién compensada de p, serdn las JJ' y el equilibrio «intermedio» x‘. La diferencia entre las abscisas de x‘ y x? medira el efecto de sustitucion, entre x’ y w el efecto de renta, y la distancia HJ la variacién compensada de la renta nominal medida en términos de p,. En el grafico 2.6a ambos efectos son de signo puesto a la variacién del precio, aumentando la cantidad demandada del bien X,; en el grafico 2.66 X, es inferior por lo que el efecto renta es positivo, pero el de sustitucién es mas fuerte dando lugar a una demanda normal respecto al precio. Sélo en el caso 2.6c el bien es de demanda anormal porque, siendo inferior, presenta un efecto de renta mas fuerte que el de sustitucién. Relaciones entre los bienes: complementariedad y sustituibilidad Es evidente que los bienes presentan relaciones entre s{ desde el punto de vista de la satisfacci6n de las necesidades. La idea intuitiva de estas relaciones es inme- diata: existen bienes que satisfacen conjuntamente la misma necesidad (v.g. azicar y café para quien lo toma azucarado) y otros que lo hacen de forma alternativa (v.g. mantequilla y margarina). A los primeros se les denomina complementarios y a los segundos sustitutivos. La intuicién es clara, pero su especificaci6n rigurosa requiere alguna discusi6n. La formulacién de los primeros neoclisicos mantenia todo el sabor de la intui- 48. Andiisis microeconémico @) © ” " ° wo ky Grarico 2.6 cidn. Si dos bienes satisfacen conjuntamente la misma necesidad, parece evidente que la utilidad marginal de uno de ellos aumentaré si la cantidad disponible del otro aumenta; y, reciprocamente, la utilidad marginal de un bien disminuird si aumenta la cantidad disponible de otro que satisface la misma necesidad. Puesto que el signo de U,(x) refleja la direccién en que varia la utilidad marginal de X, cuando varia la cantidad poseida de X,, el criterio diferenciador comentado es: = 0. independencia U,x) {> 0 complementariedad <0. sustituibilidad El problema de esta definicién es que como las funciones de utilidad son ordi- nales, el criterio formulado depende del signo de segundas derivadas de U(x) que no son invariantes ante cualesquiera transformaciones monétonas crecientes de di- Teoria de! consumidor y de la demanda 49 cha funci6n. En efecto, por el teorema 1 sabemos que Z = F(U(x)) representa las mismas preferencias que U(x) siempre que F’ > 0, pero Z, = FU, + F'UU, y el signo de Z, coincidira con el de U, solamente si F” = 0 lo que hace que sélo sean validas las transformaciones lineales de la funcién de utilidad®). Un segundo criterio, también con fuerte contenido intuitivo, se basa en el signo de la elasticidad cruzada de la demanda entre dos bienes. Si ésta es positiva (nega- tiva) indica que, por ejemplo, al aumentar el precio p, se demandara mayor (menor) cantidad de X,, Si el bien X; es normal el aumento de su precio disminuira la cantidad demandada del mismo y, por ello, las cantidades demandadas de ambos bienes se moverdn en distinto (igual) sentido, caracterizando a los bienes como sustitutivos (complementarios). Puesto que la elasticidad cruzada ¢, tiene el mismo signo que 8x,/ap,, el criterio es: ox, (= X; independiente de X, “<0 X, complemento bruto de X, 9; |> 0X, sustituto bruto de x, La raz6n para calificar de brutas estas relaciones proviene de que por (2.19) sabemos que el signo de la derivada anterior depende de los efectos renta y susti- tucign, y el primero nada tiene que ver con la relacién entre los bienes, de manera que este criterio puede dar lugar a una caracterizacién’ anémala (v. gr.: X, comple- mento bruto de X; y este sustituto bruto de X,). Para eliminar esta ambigitedad, Hicks propuso el concepto de relaciones netas, basado en la misma I6gica que los anteriores, pero definido segin el signo del efecto de sustituci6n cruzado, s, que es simétrico, es decir: =0 X,y X;,son independientes 5,4 <0 _X,y X, son complementos netos >0 X,y X, son sustitutos netos Las relaciones existentes entre los conceptos brutos y netos puede analizarse fécilmente con (2.19) de donde se deduce que: () Si X, y X, son sustitutos netos y X, es inferior (normal), este ultimo es sustituto bruto (puede ser sustituto 0 complemento bruto) de X,. Por hipotesis s, > 0. Si dx/ay <0, necesariamente dx,/ap, > 0; pero si x,/y > 0, el signo de 8x,/ap, puede ser cualquiera. (ii) Si X,y X, son complementos netos y X; es normal (inferior), este iltimo es complemento bruto (puede ser sustituto 0 complemento bruto) de X,. Por hipotesis s, <0. Si dx,/8y > 0, necesariamente dx,/dp, < 0; pero si 9x//y < 0, el signo de éx,/dp, puede ser cualquiera Pese a ser la més estricta, la definicién de relacién neta sesga en alguna medida () Algo caracteristico de Ia cardinalidad en que hay que mantener invariante un origen y una unidad de medida, lo que no se requiere con la ordinalidad. en favor de la sustituibilidad, ya que todos los bienes pueden ser sustitutos netos entre si, pero no complementos netos. Esto es evidente en cuanto se tiene en cuenta que, por la homogeneidad de la funcién de demanda: ey + G@=1, 0,0) por (2.19): ax, _ 8x, oH, oH 5 0 ay? ay Pt Dm y por la restriccién presupuestaria: Dpsy=0 y puesto que s,, es negativo, los restantes efectos pueden ser todos posi no negativos. El resultado anterior se deriva del cumplimiento de la restricci6n presupuestaria, porque, dada la renta nominal, es claro que ante el aumento del precio de un bien, si todos fuesen complementos netos, obtendriamos el resultado ilégico de que la cantidad demandada de todos los bienes disminuirfa y, por tanto, la renta no se gastarfa, Pese a la Igica del resultado, el mismo se deriva del proceso de maxima- cién restringida de la utilidad del consumidor y no de que intrinsecamente sea ini- maginable que todos los bienes sean complementarios entre s{ en el sentido genérico de satisfacer conjuntamente el mismo tipo (0 tipos) de necesidad(es).. 0S, pero 6. Dualidad en el consumo: funciones de demanda compensadas El equilibrio del consumidor se ha planteado analiticamente como el resultado de maximizacién de U(x) sometida a la restriccién de balance. Ahora podemos hacernos una pregunta: si se fija a priori un determinado nivel de utilidad U° y los precios son datos, ;cuél ser4 el gasto minimo en que se habr de incurrir para alcanzar U"?; o, en otras palabras, qué combinaci6n elegir4 el consumidor de forma que a esos precios minimice su coste de obtencién del nivel de utilidad U°? EI problema anterior puede formularse como: min px 5 s.a: U(x) = @2) cuya funcin auxiliar de Lagrange es: S(x, A) = p'x — A(U(x) - 0) (2.22) Teoria de! consumidor y de la demanda 51 y cuyas condiciones de primer orden de minimo interior son: S(x, A) = ph - AU(x)=0 (= 1, nd (2.23) =U(x) + = (2.24) De (2.23) se obtienen condiciones idénticas a las (2.5), siendo yt = 1/A. Las condi- ciones de segundo orden de (2.22) exigen que sean negativos todos los menores orlados sobre la diagonal principal del hessiano de S(x, A), pero esto es idéntico a las condiciones de signo (2.6), ya que el hessiano de (2.22) es: (2.25) y que todos los menores orlados sobre la diagonal principal de (2.25) sean negativos implica D(—A)" > 0. Puesto que, por (2.6), D(—1)" > 0, la condicién se cumple por ser A>0. De nuevo es posible establecer una serie de teoremas relevantes. Teorema 2.6. Existen funciones de demanda del tipo x = h (p, u)- Para aplicar el teorema de existencia de las funciones implicitas diferenciamos respecto a p y u las funciones definidas implicitamente por (2.23) y (2.24): Eb] os EI determinante de la matriz (2.26) es no nulo por las condiciones de segundo orden del dual (2.22), luego existiran funciones de demanda del tipo: =Alp.u) G1, n) (2.27) Estas funciones de demanda, no observables, indican las cantidades de bienes que se demandardn para alcanzar un nivel de satisfaccin determinado a unos pre- cios dados de forma que el gasto sea minimo. Si en (2.27) dejamos solamente que varie p, obtendremos la variacién en la cantidad demanda de X, que, manteniendo el nivel de utilidad, minimiza el coste de adquisicién al nuevo precio de X,. Si consideramos que el coste de adquisicién es la renta que el consumidor ha de tener para poder acceder a dicha combinacién de bienes, es claro que (2.27) mide los efectos de una variacién compensada de los precios o el efecto de sustitucién cruzado. Esta es la razn por la que se llama funcién de demanda compensada. Por (2.26) y llamando A al determinante del sis- tema: 52 Andlisis microeconémico D, 1 Di Ay = Seen AT Looe (2.25) 2.26) Los resultados obtenidos hasta aqui respecto al problema dual de maximizacin de la utilidad pueden sintetizarse de la siguiente forma: Era de demanda y propiedades: li rina Moxa), | *7MOY? | rms memos : p’x = y? homogéneas de grado cero en (p, y) compensadas o hicksianas o | X=h(p,u) | no observables homogéneas de grado cero en p. Es intuitivamente facil observar en el caso de dos bienes que el primal y el dual tienen idéntica solucién si, para unos precios y renta dados (p’, y°), el nivel de utilidad maxima aleanzable en el primal es U(u°) = u’ y el gasto minimo en que se incurre en el dual es y. En efecto, la solucién del primal se produce en un punto en que la restriccién de balance —dada por pe y’— es tangente a una curva de indiferencia, que es la mejor de las factibles: u'. La solucién del dual consiste en, fijada la curva de indiferencia U(x) = u, y dados unos precios p? que fijan la incli- nacién de la recta de balance, situar ésta de forma que permita alcanzar u° con una ordenada en el origen minima. Esta propiedad, puede formularse rigurosamente para el caso general. Teorema 2.8. Dados los problemas: Max. U(x) s.a: px = y, y min. px s.a: U(x) = u, si x* resuelve el primal y U(x") = u", entonces x* resuelve el dual; y si x* resuelve el dual ¢ y* = px*, entonces x* resuelve el primal. Si x* resuelve el primal pero no el dual, este titimo seré resuelto, por ejemplo, por X, por lo que px < px* y U(X) = U(x*). Por el axioma 4 de monotonia existiré una combinacién x tan préxima a Wque px < px* = y y U(X) > U(x*). Pero en este caso x* no resolveria el primal, lo que es una contradicci6n. Si x* resuelve el dual pero no el primal, habra un X que resuelva este ultimo, por lo que px* = pXy U(®) > U(x*). Por el axioma 5 las preferencias son continuas, por lo que existira un a € (0,1), tal que cumpla apx < px* y U(ax) > U(x*). Pero en este caso x* no resolveria el dual, lo que es una contradicci6n. Formulado el teorema basico de la dualidad que garantiza la existencia e iden- tidad de las soluciones primal y dual si existe una u otra, es conveniente analizar los valores de la funcién objetivo en ambos problemas para ver el comportamiento de sus valores extremales. Es claro que: Teoria de! consumidor y de la demanda 53 U = U(x) = U(x, »)) = V(p, y) = Max. (U(x)/px = y) (2.28) y = px = ph(p, u) = G(p. u) = min. (px/U(x) = u) (2.29) donde en las funciones objetivo del primal y dual se han sustituido los valores de x por las correspondientes funciones de demanda normal y compensada provenientes de la solucién optimizadora. La funcién V(p, y) se denomina funcién indirecta de utilidad, y la G(p, u) funcién de gasto, y el estudio de sus propiedades tiene interés por dos motivos. En primer lugar, V(p, y) permite tratar directamente problemas de efectos de variaciones de precios y renta nominal sobre el nivel de utilidad del consumidor sin tener que repetir cada vez el primal, por lo que sera muy util en ciertos problemas de bienestar individual en los que la maximizacin de V(p, y) constituye un camino més directo de andlisis. En segundo lugar, las propiedades de G(p, u) permiten determinar di- rectamente las funciones de demanda sin tener que conocer la funcién de utilidad —una propiedad que comparte con la indirecta de utilidad—, y también garantizar que si las funciones de demanda cumplen la simetria de los efectos de sustitucién cruzados han de provenir necesariamente de una tinica funcién U(x). Analicemos pues las propiedades de ambas funciones. Teorema 2.9. La funcién indirecta de utilidad es continua para todo (p, y) >> 0; decreciente respecto a p; creciente respecto a y; homogénea de grado cero en (p, y) ¥ cuasiconvexa respecto a p. V(p, y) es continua por serlo U(x) y las funciones de demanda x(p, y). Creciente respecto a p porque el aumento (disminucién) de cualquier precio manteniéndose constante la renta nominal reduce (amplfa) el conjunto de combinaciones accesibles, disminuyendo (aumentado) por tanto el maximo nivel de utilidad alcanzable que, por (2.28), es precisamente V(p, y). De igual forma, el aumento (disminucién) de la renta con precios dados amplia (reduce) el conjunto accesible y aumenta (dismi- nuye) el maximo alcanzable, que es lo que representa el valor V(p, y). Es homogé- nea de grado cero en (p, y) por serlo las funciones x = x(p, y). (Teorema 2.3.) Para probar la cuasiconvexidad es preciso demostrar que el conjunto {p/V(p, y) < c} para We € R, es convexo. Sean p’, p' € {p/V(p, y) > 0, creciente respecto a p, homogénea de grado 1 y céncava en p. La continuidad se deriva de forma inmediata de la continuidad —no demostra- da— de las funciones compensadas de demanda. G(p, u) es creciente respecto a u porque s6lo pueden alcanzarse mayores niveles de utilidad con mayor gasto. Creciente respecto a p porque el aumento de un precio cualquiera exige mayor gasto para mantener el nivel de utilidad. Homogénea de grado 1 en p por serlo de grado cero las funciones h(p, u). Para demostrar la con- cavidad respecto a p supongamos que p? = ap? + (1 — a)p! para a € (0,1) por lo que: G(p?, u) = ap’? + (1 — @)p'x? pero por definicién de funcién de gasto: G(p’, u) Gp’, uw) px? < px? px! < px? de donde: G(ap® + (1 — a)p', u) = aG(p®, u) + (1 — a)G(p', u) que es la definicién de concavidad. Obsérvese que esta propiedad no depende de la cuasiconcavidad de la funcién de utilidad. La obtencién de funciones de demanda tanto normales como compensadas por medio de las soluciones de los respectivos problemas de optimizacién primal y dual es siempre dificultosa, Sin embargo, dos propiedades de las funciones V(p, y) y G(p, u) permiten obtener ambos tipos de funciones de demanda sin necesidad de conocer Ia funcién de utilidad. Teorema 2.11 (Hotelling). Si la funcion de gasto es diferenciable, las derivadas de la funcién de gasto respecto a los precios son las funciones de demanda compensadas: SGP. 4) = yp, u) G1, .,n) op, Sea xf = h(p*, u*) y definamos una funcién: T(p, u*) = G(p*, u*) — px* (2.30) Teoria de! consumidor y de la demanda 55 cuyo méximo valor (nulo) se alcanza en p = p* por definicién de la funcién de gasto. Las condiciones necesarias de maximo de (2.30) son: de donde: 3G(p*, u* o, =xf=A(ptsut) (i=, ....0) expresiOn valida para cualquier (p*, u*), como queriamos demostrar. Obsérvese que la concavidad de la funcién de gasto implica que &G(p, u)/2p} = dh{(p, u)/Ap, (por el Teorema 2.11) es negativa para todo i, lo que implica el decrecimiento de h,(p, u) respecto a p,, es decir, el cardcter negativo del efecto de sustitucién propio precio s,. Teorema 2.12 (Roy). Dada la funcién indirecta de utilidad V(p, y), las funciones de demanda marshallianas se obtienen de la expresin: = Vp. Wap, (P, y) ‘Vip. »y/dy (@= 1, ..,7) Derivando la funci6n indirecta de utilidad se obtiene: av 8 + >» U,= = [por (2.3)],= 0 Sp, op, ap, 7 8 av 8x, 3x, == DU = [por (2.3)] = w sail Oy > Oy [p I} Ds Pia Diferenciando la restriccién presupuestaria respecto a p, ¢ y, y sustituyendo las expresiones anteriores se obtiene: av ap u(-x) WL oy de donde resulta inmediato: como querfamos demostrar. ee 66 Analisis microecondmico La importancia de la teoria de la dualidad en el consumo es clara al permitir obtener en forma simple las funciones de demanda normales y compensadas, de- mostrar la semejanza entre el planteamiento del problema de maximizacion de la utilidad y de minimizacién de gasto, permitir obtener en forma inmediata el efecto de sustitucién... Pero, ademas, la dualidad permite resolver el llamado problema de la integrabilidad, es decir, el de la posibilidad de obtener la funcién de utilidad subyacente al proceso optimizador a partir del conocimiento de las funciones de demanda. El tema asi planteado puede parecer un mero formalismo, pero no es asi. No se trata de saber si se puede recorrer el camino inverso al que normalmente se sigue en el proceso de optimizacién —en el que las funciones de demanda se obte- nian a partir de la de utilidad—, cuanto de saber si un sistema de ecuaciones de demanda que cumpla las propiedades prescritas por la teorfa s6lo puede provenir de una funcién de utilidad que cumpla los axiomas postulados. Si esto es asi, al existir una relacién biunivoca entre funciones de utilidad y funciones de demanda —y, por tanto, de gasto—, no sera preciso conocer la funcién de utilidad, bastando con conocer las de demanda o gasto y teniendo la seguridad de que estas dltimas responderdn al proceso de optimizacién prescrito por la teoria. ‘A partir de las funciones de demanda compensada h(p, u), de las propiedades de la funcién de gasto, de una situaci6n inicial cualquiera (p°, y®) que proporciona un vector de equilibrio x” y un nivel de utilidad w° y teniendo en cuenta los teore- mas 2.11 y 2.8: n) 8G(p, uw) _ - ap, h(p, w) = x(p, G(p,w)) = 1, (2.31) G(p’, u°) = px? sistema de ecuaciones diferenciales en derivadas parciales. No todos los sistemas del tipo (2.31) tienen soluci6n, lo que tiene un sentido econsmico claro. Si cualquier sistema como (2.31) pudiera integrarse, una funcién de utilidad dada podria generar cualquier funcién de gasto y, por tanto, cualesquiera funciones de demanda com- pensada, lo que seria un resultado absurdo. La condicién matematica para que (2.31) tenga solucién es: Shp, w) _ dh(p, w) 8} op. j= hen) 55 = 55 (i,j = 1, -.,) que no es sino la condicién de simetria de los efectos de sustitucién cruzados. Por tanto, si las funciones de demanda cumplen la condicién de Slutsky, provienen ne- cesariamente de una funci6n de utilidad Gnica y de buen comportamiento. No es, por tanto, necesario conocer ésta, porque tanto la funcién de gasto como el sistema de ecuaciones de demanda que cumplan la simetria de los efectos de sustitucién Teoria de! consumidor y de la demanda ST cruzados se tiene la seguridad de que se derivan de una funcién de utilidad que cumple los axiomas postulados. 7. Restricciones de las funciones de demanda Las propiedades analizadas hasta aqui de las funciones de demanda normal y compensada, no s6lo constituyen teoremas significativos desde el punto de vista econémico, en el sentido de sefialar caracteristicas implicaciones del proceso de optimizacién del consumidor individual que acttia paramétricamente respecto a los precios, sino que, ademas, muchas de ellas pueden interpretarse como restricciones que la teoria impone a la especificacién empirica de los sistemas completos de de- manda de bienes de consumo. Desde esta perspectiva, la teorfa elaborada supone una guia al trabajo econométrico al sefialar propiedades que, desde el punto de vista analitico, deben verificar los sistemas de demanda. Presentamos aqui las cinco res- tricciones habituales. Las dos primeras se derivan del cumplimiento de la restriccin presupuestaria, mientras que las tres tiltimas provienen del proceso de optimizacin global del consumidor. Aqui las restricciones se formulan en términos de las fun- ciones de demanda marshallianas del tipo x,(p, y), aunque también puede hacerse sobre las de demanda compensada. En el capitulo 4 haremos uso de las restricciones sobre funciones h(p, u) al estudiar algunos sistemas concretos de demanda. (i) Condicion de agregacion de Engel. Puesto que la restriccién presupuestaria ha de cumplirse, toda variaci6n de la renta debe resultar absorbida en equilibrio en su integridad por la variacién en las cantidades demandadas de los distintos bienes. Partiendo de: Spat. yay y diferenciando respecto a la renta: De multiplicando y dividiendo el primer miembro de (2.32) por yx, y llamando s| al tanto por uno de renta gastada en la adquisicin de X,, se obtiene: Dd se, =1 siendo ¢, la elasticidad-renta de la demanda de X,. dy =dy (2.32) XY) (ii) Condiciones de agregacion de Cournot. EI cumplimiento de la restriccién presupuestaria implica que una variacién en el precio de un bien cualquiera debe ser absorbida totalmente por el cambio en la combinacién de equilibrio, de forma que el gasto total siga siendo el mismo. Dife- renciando la restriccin presupuestaria respecto a p;: 8xAP, ¥) dp, = : a, dp; + xp, = 0 multiplicando y dividiendo el sumatorio por pyx, y reordenando términos: G= hn) siendo ¢; la elasticidad-precio cruzada de X, respecto a p, (iii) Condicién de simetria. Puesto que el efecto de sustitucién cruzado es simétrico, las funciones de deman- da deben verificar: 5 =H (FHM, ) (iv) Condiciones de homogeneidad. Dado que las funciones de demanda x(p, y) son homogéneas de grado cero en (p, y), aplicando el teorema de Euler: y multiplicando el primer miembro por 1/x, se obtiene: oy (v) Condicién de negatividad. ey GEA) Como s, = &G/apap, y G(p, #) es concava, la matriz {sj} ha de ser semidefinida negativa. 8. Formas especificas de las funciones de utilidad: aditividad, homogeneidad, homoteticidad y separabilidad En este epigrafe se analizan las propiedades de formas funcionales concretas de la funcion de utilidad, lo que tiene interés desde tres puntos de vista. En primer lugar, casi todos los trabajos empiricos sobre sistemas completos de demanda, que se analizaran cn el capitulo 4, postulan formas de dichas ecuaciones Teoria de! consumidor y de la demanda 59 que se derivan de especificaciones concretas de U(x) cuyas propiedades conviene, por tanto, conocer. En segundo lugar, la posibilidad de agregar las funciones de demanda individuales en funciones para grupos de agentes o de bienes depende con frecuencia, como veremos en el siguiente epigrafe, de cual sea la forma de la funcién de utilidad. Por iltimo, el cumplimiento de ciertas propiedades deseables de los equilibrios, tanto en economfas de intercambio puro como de intercambio y produc- cién, depende de supuestos que exigen caracteristicas concretas de las funciones de utilidad, tal y como veremos en el capitulo 6. (A) Funciones aditivas. Una funcién de utilidad es aditiva si se expresa como: U(x) = x F(x) (2.33) Jo que implica que cada bien afecta a la utilidad con independencia de las cantidades posefdas de los restantes bienes. La caracteristica principal de las funciones aditivas es, por tanto, la independencia que presenta la demanda de cada bien, lo que in- tuitivamente las hace atractivas si los bienes considerados constituyen categorias amplias de gasto (v.g. «alimentacién», «vestido»...), en lugar de bienes muy deta- ladamente especificados (v.g. «entradas de cine de estreno», «de reestreno»...). Teorema 2.13 (Houthakker). La funcién de utilidad es aditiva si y s6lo si la relacién entre las derivadas de las cantidades respecto a la renta es igual a la relacién entre las derivadas de las cantidades respecto a los precios para todo par de bienes. Demostraremos la condicién necesaria. Es facil comprobar que: Oxfdy _ Davi ax/8y Dyan (k#i R= 1.0) teniendo en cuenta (2.19), Dy/Dy = s/s, y en consecuencia: ox Jy _ Sy ax/By _ ax/ap, ax/dy x ax Jay — ax/ap, (k #i, j,k =1,...,0) Obsérvese que este resultado no resuelve el problema de mantener la indepen- dencia sin recurrir a la aditividad, ya que formula una condicién necesaria y sufi- ciente para la misma, pero sf indica la linea para investigar propiedades «directa- mente econémicas» de las funciones de demanda que puedan conducir a la indepen- dencia de los bienes sin recurrir a la cardinalidad de U(x). @0 Andiisis microeconémico (B) Funciones homogéneas y homotéticas. Una funcién de utilidad es homogénea de grado k si cumple: U(x) = #U(K) We> 0 (2.35) Es inmediato sobre (2.35) que: Ye) UDG pat.) (2.36) Ulex) U(x) y (2.36) implica que, sobre rayos vectores que pasen por el origen, las curvas de indiferencia mantienen invariante su inclinaci6n, es decir, que el mapa completo de curvas de indiferencia es conocido a partir de una sola cualquiera de ellas, ya que las restantes son expansiones o contracciones a escala de la misma. En otros térmi- nos (2.36) implica que las funciones de demanda son homogéneas de grado ~1 en los precios, pudiendo, por tanto, escribirse: x= spy = 1, n) (2.37) lo que significa que todos los bienes son de elasticidad-renta unitaria ya que: 2S LY gi) =» x Oy x a 8(P)y gip)=1 f= on) Las funciones homogéneas tienen grandes ventajas desde el punto de vista de la facilidad de su tratamiento matemético por poser propiedades bien conocidas®, pero el supuesto de elasticidad-renta unitaria para todos los bienes es poco realista. Una posible ampliacién de la categorfa de funciones homogéneas es la de ho- motéticas. Una funcién de utilidad es homotética si puede expresarse como: F(0) = 0, F >0 fx) homogénea en x. U(x) = FOF) } (2.38) Es claro que todas las funciones homogéneas son homotéticas ya que la trans- formacion F de (2.38) es monstona creciente, pero la reciproca no es cierta. Lo que implica la homoteticidad es que para alguna normalizacin de la funcién de utilidad se puede conseguir que ésta presente «rendimientos constantes de escala». Pese a constituir una clase mas amplia que la de las funciones homogéneas, el problema antes comentado de elasticidad-renta unitaria subsiste. Sin embargo, una propiedad (© Las derivadas parciales son homogéneas de un grado inferior en una unidad y pueden expresarse cen forma de cociente entre variables, aparte del teorema de Euler. Teoria del consumidor y de la demanda 61 de dualidad permite resolverlo al menos en parte. Una funcién del tipo (2.38) tiene asociada una funcién de gasto del tipo: G(p, u) = ub(p) (2.39) siendo b(p) lineal homogénea y céncava en p. Siu = 0 es claro que el gasto es nulo, pero si interpretamos que el consumidor tendria que sobrevivir en cualquier caso admitiendo el dominio [0, #] para la funcién de utilidad, es claro que incluso u = 0 implica realizar algin gasto en la adquisicién de bienes, identificable con el minimo de subsistencia. Llamando a(p) a dicho gasto minimo de subsistencia asociado a u = 0, se puede proponer una modificacién de (2.39) debida a Gorman: G(p, u) = a(p) + ub(p) (2.40) propiedad que se denomina de cuasi-homoteticidad (referida a la funcién de utili- dad). De (2.40) se obtiene que la funcién indirecta de utilidad asociada es: Vip, y) =2= 2) (2.41) (p) y aplicando a (2.41) el teorema 2.12: ) _ (a(p)b(p) + b(p) & Vip, y) 5(p) 5(p) = a(p) + Fe) & — a(p)) (2.42) Sobre (2.42) resulta claro que las funciones de renta-consumo siguen siendo rec- tas Ja propensién marginal a consumir cada bien es constante— como en el caso de homoteticidad, pero no pasan por el origen: la propensién media parte del infi- nito y es decreciente por la existencia de unos «costes fijos» de supervivencia a(p). Todas las clasticidades renta tienden a la unidad a medida que la renta aumenta, pero no son unitarias para valores finitos de esta. (©) Funciones separables. Parece razonable suponer que si los bienes se definen de una forma muy precisa (v.g. diferenciando entre camisetas de algodén y sintéticas) existen grupos de bienes que presentan, entre sf, relaciones més intensas que otros. La pregunta inmediata es si existe alguna forma de tratar un grupo de bienes como si fuera uno sélo. Es decir, si se puede por ejemplo definir un grupo (X; ... X,) (F<) y tratarlo como uno solo bien X,(X, ... X,), de forma que la funcién de utilidad pueda expresarse en términos de (X4, X,., ... X,). En caso de que esto pueda hacerse, se dice que la funcin de utilidad presenta separabilidad débil en X. 62. Andlisis microeconémico Renee eee ener Teorema 2.14 (Leontief). Para que U(x) sea débilmente separable es condicién necesaria y suficiente que la RMS entre dos bienes cualesquiera de un grupo sea independiente de las cantidades posetdas de los bienes que no pertenezcan a dicho grupo. La condicién suficiente es muy trabajosa de demostrar, pero resulta facil obtener la necesaria. Para el caso més simple notacionalmente de que exista un solo grupo X, —es decir, que los otros «grupos» estén formados por un solo bien— hay que analizar qué implica el que la funcién de utilidad: U = U(X py oss Xen Seat 9 Ma) (2.43) pueda escribirse en la forma: OT = H(%ACy oes Bs Seats voy Ba) 2.44) en el sentido de que (2.44) conduzca a los mismos resultados que (2.43) si primero se optimiza respecto a los grupos de bienes y, luego, se asigna el gasto dptimo de cada grupo sobre los componentes individuales del mismo. Para que esto sea asf, las dos funciones de utilidad tienen que verificar: dU =dU (2.45) Obteniendo las diferenciales totales de (2.43) y (2.44): du = y Ude, + S Ud, a if a0 = 50,2, + S Or, & x, iam puesto que para j =r +1, ..., n, es claro que U, = U;, el cumplimiento de (2.45) exige: -, @ u,= 0,54 G=1wd y relacionando por cociente dos condiciones como las anteriores: dx4/3%, 8x4/8X, (qed (2.46) y puesto que dx,/8x, (i = 1, ..., 7) no depende de los bienes que no pertenecen al Teoria de! consumidor y de la demanda 63 grupo X,, el segundo miembro de (2.46) no depende de (x,., ..- x,)s y. por tanto, tampoco el primero que es la RMS} sobre la funcién de utilidad general (2.43) EI concepto de separabilidad débil permite un enfoque de los problemas de maximizaci6n de la utilidad conocido con el nombre de drbol de utilidad, con im- plicaciones teéricas y empiricas inmediatas que pueden discutirse desde el punto de vista intuitivo y sobre las que profundizaremos en dos contextos distintos en el proximo epfgrafe —en relacién con problemas tedricos de agregacién— y en el capitulo 4 —en relacién con los problemas de estimaci6n de sistemas compietos de ecuaciones de demanda. La idea es que si la funcién de utilidad presenta separabi- lidad débil para un determinado nimero de grupos, por ejemplo, X,, X» y Xc —alguno de los cuales puede estar formado por un solo bien— el proceso de opti- mizacién puede descomponerse en dos etapas. En la primera se asigna el gasto en forma 6ptima entre los tres grupos, y en la segunda se reparte el gasto en cada grupo entre los bienes individuales que lo componen. Esto permite, por ejemplo, tratar las funciones de demanda de los bienes de un grupo como demandas condi- cionadas al valor del gasto alcanzado en los otros grupos y, en general, descompo- ner, simplificando, los procesos de estimacién. Cabe por tiltimo sefialar que la condicién de separabilidad débil puede reforzarse exigiendo la separabilidad fuerte, segin la cual al RMS entre dos bienes de distintos grupos no depende de las cantidades mantenidas de los bienes que no pertenecen a ninguno de ellos. Como es evidente esto implica independencia total entre los grupos de bienes, que es una condicién mas restrictiva y conduce a que la funcién de utilidad sea aditiva por grupos de bienes. 9. Agregacién en la teoria del consumo +s funciones de demanda x = x(p, y) son n para cada consumidor, y si existie- ran H consumidores en una economfa, un sistema completo de ecuaciones de de- manda tendrfa una dimensin nH. Si se piensa que H pueden ser millones y n miles, la dimensin del problema resulta, en la préctica, inabordable. Por tanto, un obje- tivo eimpfrico importante consiste en reducir la dimensionalidad de este problema. Ademés, en general, los datos disponibles para este tipo de trabajos consisten en informacién sobre el gasto realizado en grupos de bienes afines por conjuntos de consumidores semejantes. Por ejemplo, el gasto se descompone en 10 categorias que, necesariamente, son muy amplias, y los perceptores-de rentas se clasifican en otros 10 grupos, lo que implica que s6lo existen datos respecto a 10 «bienes» y 10 «consumidores-tipo». Nada impide que se realicen regresiones sobre estos datos y los de precios disponibles, pero si la teorfa tiene que servir de guia al trabajo em- pirico, parece conveniente analizar las condiciones bajo las cuales un grupo de bie- nes puede tratarse como uno solo, y las condiciones bajo las cuales un grupo de consumidores pueden considerarse como uno tnico. La agregacién respecto a los bienes puede analizarse de dos formas distintas. Puede suponerse que la funcién de utilidad tiene alguna propiedad de separabilidad, como hemos comentado en el epigrafe precedente, o pueden tratar de encontrarse caracteristicas de la economia, ajenas a la configuracién de las preferencias de los 64 Andlisis microeconémico agentes, que permitan dicha agregacién. Por lo que respecta a la agregacién de agentes de consumo, es claro que si se postula que todos tienen las mismas prefe- rencias, el problema no existiria porque todos los consumidores del sistema podrfan representarse como uno de ellos cualquiera magnificado H veces. Por tanto, tendrén necesariamente que ser caracteristicas de la funcién de utilidad las que permitan obtener condiciones adecuadas de agregacién. (A) Agregacién de bienes: teorema del bien compuesto. Teorema 2.15 (Hicks). Si los precios de todos los bienes excepto uno —el X;— son constantes, la funcién U(x) puede expresarse como U(x, g~'), siendo g’ el gasto realizado en todos los bienes excepto et X,, de forma que la maximizacién U sometida ala restriccién y = g~! + px, permite obtener la combinacién de equilibrio. La demostracién se basa en comprobar que las condiciones de equilibrio (2.3) y (2.4) coinciden con las que se deducen de un proceso de optimizacién en dos etapé (1) la maximizaci6n de utilidad dados tanto el gasto g~i como la cantidad de X;; y (2°) maximizaci6n la utilidad respecto a X, suponiendo que se gasta g~/ en la ad- quisicién de los restantes bienes. Pese al parecido formal con los resultados comen- tados sobre arboles de utilidad, es preciso observar que este teorema no exige se- parabilidad alguna de la funcién de utilidad, sino constancia de los precios relativos de los bienes de grupo. Planteemos ambos problemas de optimizacién. 1." La maximizacién de U(x) dados x, y g7: Max. U(x) sa: Spm -g/=0 (2.47) que siendo @ el multiplicador de Lagrange da lugar a unas condiciones de primer orden: U(x) - ap,=6 G#)) (2.48) Spx - g/=0 (2.49) ii de donde se obtienen funciones de demanda del tipo: HAPs) CFD (2.50) indicando los superindices (—j) la eliminacién del componente j-ésimo del corres- pondiente vector. 2° La maximizaci6n de U(x) dado el gasto g~/, realizado tras la anterior opti- mizacién, por sustitucin de (2.50) en la funcién de utilidad permite expresar: Teoria del consumidor y de la demanda 65 DK 8) = Oy PI, BD, 5 Xp oy ay PV, BD) (2.51) por lo que el problema puede formularse como: Max. U(x, g-)) els _ (2.52) s.a: pay + BY = y, que, siendo f el multiplicador de Lagrange, proporciona tinas condiciones de primer orden del tipo: O(8, 8°) ~ Bo, = 0 2.53) OA 8) ~ B=0 (2.54) pat ery (2.55) y los valores que verifican (2.53) y (2.55), %, y 7, son soluciones de (2.52) y también de (2.47). Es preciso ahora demostrar que las condiciones (2.48), (2.49), (2.53)-(2.55) implican el cumplimiento de las de primer orden del problema de optimizacion general sin agregar”. Por (2.50) las derivadas de (2.53) y (2.54) toman la forma: ’d, G68, €9 = > UE) + Ufa) = (por 2.48) = ad, = aD Prat UY) (2.56) id, Oy iy 8) = UG) LE = (por (2.48)) = 7 8 od, = —_ 2.57) aD, Pops 257) Por (2.50), (2.49) puede expresarse como: Dpd(x, pi, 8) — 87 = 0 (2.58) expresién que diferenciada respecto a x, resulta ser: © Omitimos aqut el andlisis de las condiciones suficientes por su complejidad. No obstante su cum- plimiento en (2.47), es trivial y en (2.52) puede demostrarse que las curvas de indiferencia que relacionan x; con g”/ son continuas y estrictamente convexas respecto al origen de coordenadas. 68 Andlisis microeconémico 8d,(x,, p?, 8) ar (2.59) y respecto a gui: Sp chee) ea Sj ag7 La sustitucién de (2.59) en (2.56) y de (2.60) en (2.57) proporciona: (8, &) = UC) (2.61) OG, FD = (2.62) Relacionando (2.53) con (2.48): _ Ue) _ Di Tec Fy 7 Be 7 08 25 ¥ 2.82) = => = (por (2.61)) = (2.63) Por iiltimo (2.55) y (2.58) implican: Y pais, p. #)- y= Dpdi-y = 0 (2.64) Pero (2.63) y (2.64) son las condiciones de optimizaci6n del problema sin agregar ya que U;(x) en (2.63) proviene de (2.48) evaluada para las condiciones de equilibrio del primer problema. En consecuencia, los valores de equilibrio que proporciona (2.47) para x7 y (2.52) para x, y g”, dada la renta total y siendo constante p, son los que provienen de (2.48), (2.49), (2.53)-(2.55) que implican el cumplimiento de (2.63) y (2.64), siendo los valores de equilibrio. (B) Agregacion de bienes: separabilidad. Si ademas de cumplirse la separabilidad débil de la funcién de utilidad, ésta es homogénea (lo que se denomina separabilidad homogénea), un grupo de bienes puede considerarse como uno solo a efectos de agregacin. Puesto que el teore- ma 2.14 constituye condicién suficiente, es claro que lo que se acaba de formular no es més que un caso particular de dicho teorema. Sin embargo, como no se demostré dicho caracter suficiente, resulta util demostrarlo ahora en un caso particu- lar. Teoria de! consumidor y de la demanda 67 Teorema 2.16. Si existe separabilidad homogénea, el grupo de bienes que la pre- Senta puede tratarse como uno solo a efectos de optimizacion. Supongamos que el conjunto de bienes (X, ... X,) (r py =y io 68 Andlisis microeconémico Enna verifica las condiciones de! equilibrio desagregado. Siendo el multiplicador de Lagrange de (2.69), las condiciones de primer orden son: Oy - ma =0 (2.70a) O,-mp,=90 Gartly..n) (2.70b) paXa+ > pay= rat yay (2.70¢) ifn Como U, = U, (j= r+ 1, «+ m), las condiciones (2:70b) son idénticas a las de equilibrio sin agrégacion. Para los bienes del grupo X, y por (2.67): Px, = BYs = BpaX, (F=hi en es decir: Pa (i=1d 2.71) pero por (2.66): aXe aa ” (2.72) y sustituyendo (2.71) en (2.72): Pa= Bxaiae aD (2.73) y sustituyendo (2.73) en (2.70a): UO, oXa _ m=0 G=1,.47) (2.74) 3x, y como U,9X,/8x, = Ux), (2.74) son las condiciones de equilibrio sin agregacién. (©) Agregacién de consumidores. Dados H consumidores, cada uno de los cuales tiene funciones de demanda del tipo x" = x'(p, »*) (i = 1, ..., H), el problema planteado consiste en saber si la suma de las cantidades demandadas por todos los consumidores de un bien puede expresarse como una funcién de los precios y de la renta del conjunto de los con- Teoria de! consumidor y de la demanda 69 sumidores. Es evidente que si en vez de utilizar la renta de los consumidores se conocieran las rentas individualizadas, existirfa una funcién agregada trivial: n Z=DHeM=Z@Oy, wy) = .,n) pero el problema consiste en saber si existen funciones del tipo: 1" 20. ¥) = x40. »") (" : yr) Getun) (275) : La importancia de las funciones del tipo (2.75) es evidente no s6lo desde el punto de vista del trabajo econométrico, sino desde el punto de vista del andlisis macroe- conémico en que la renta nacional constituye una variable clave de todos los mo- delos y donde las funciones de consumo aparecen siempre formuladas en términos de la renta agregada. Es un tema, por tanto, directamente relacionado con los fundamentos microeconémicos de la macroeconomia, es decir, con el problema de si la forma de construccién de la microeconomia es transmisible a la teoria macroe- conémica de modo tal que las propiedades de las funciones agregadas encuentren un s6lido fundamento en el plano de los agentes individuales y no sean formulacio- nes ad hoc. La dificultad de la existencia de funciones Z(p, Y) radica en que han de ser vélidas para cualquier distribucién de la renta entre los agentes econémicos. Es claro que si esto no es asi, Z(p, ¥°) arrojaria tantos valores como distribuciones de Y° entre los consumidores hubiera y, en consecuencia, no existirfa dicha funcin. Por tanto, los supuestos bajo los que las funciones agregadas existiran habran de ser supuestos bien relativos a la forma de las funciones de renta-consumo, bien a la distribuci6n de la renta y la forma en que ésta se produce ante variaciones de la misma (bien ambos tipos de supuestos). Comencemos por formular las condiciones generales de existencia de (2.75) para luego analizar qué hip6tesis permiten garantizarlas. Por (2.75) y (2.19), Hamando s4 al efecto de sustituci6n del agente h-ésimo: 8Z, axt _y od Lan Lat ep, OP Ay sy M) (2.76) Las condiciones de existencia de (2.75) exigen que estas funciones se deriven de una funcién de utilidad global optimizada con una restriccién expresada en funcién de la renta agregada, y las condiciones de integrabilidad sabemos que exigen la simetria de los efectos de sustitucién cruzados (ver (2.31)). Por tanto, las condiciones de integrabilidad de (2.75) seran: s$=sf (i,j =1,..,7) (2.77) 70 Andlisis microeconémico ee eee siendo s4 los efectos de sustitucién definidos sobre (2.75). Por (2.19): Fig 2% ) ap, ay ” por lo que (2.77) toma la forma: az, , 0%, axt az, St asp =~ Dat t4ayt 2, Daye * Fay az, 8Z, ast Zs 8 7 Sy 7 - apt ae ~ Lat * ayt GjiH ln) y como Sf = sf las condiciones de integrabilidad de (2.75) pueden finalmente expre- sarse como: [Sata- pate]- [2-H )-0 (G.j=1-.m) (2.78) a 7 En la medida en que no existe un Gnico conjunto de hipotesis que constituyan condiciones necesarias y suficientes para el cumplimiento de las condiciones de in- tegrabilidad de Z(p, Y), hay diversos teoremas que postulan condiciones suficientes. En cualquier caso, es claro que los problemas de existencia de las funciones agre- gadas provienen de su formulacién en términos de una renta agregada y que exige, por tanto, condiciones bastante restrictivas bien respecto a su distribucién entre los agentes, bien respecto a la estructura de sus funciones de utilidad, de forma tal que los efectos sean lo suficientemente «similares» como para compensarse entre sf ante cambios en el nivel y/o distribucién de Y. En un extremo, si se postula que todos los individuos son iguales (U"(x) = U(x), h = 1, ..., H), es claro que resulta inne- cesario hacer supuestos adicionales respecto a la distribucién de la renta, porque todos los consumidores son representables por uno solo y el que existan funciones x'(p, y) garantiza que se verifique (2.78). En el extremo opuesto, si la distribuci6n de la renta sigue una norma muy rigida, los supuestos suficientes respecto a la estructura de las preferencias pueden ser algo relajados. Demostraremos pues un teorema de entre los muchos que constituyen condicio- nes suficientes para (2.78) y que tiene la virtud de ocupar una posicién intermedia en cuanto a las exigencias sobre la distribucién y la estructura de las preferencias individuales. Teorema 2.17 (Pearce). Si la distribucién de la renta es en proporciones constantes ¥y las funciones de renta-consumo toman la forma x} = a(y + b)y" — ay)? (i = 1, vay My h= 1, vy H), se cumplen las condiciones de integrabilidad de las funciones de demanda agregada. Teoria de! consumidor y de la demanda 71 Usando superayados para denotar valores medios, el supuesto de participacién constante en la renta total implica: dy" = y"Y = y'/Hy (2.79) Veamos ahora la expresi6n de las condiciones (2.78) bajo este supuesto: ae Di dy = YSvny G@=1,..0) y por tanto: (2.80) y sustituyendo (2.80) en (2.78) y reordenando términos se obtiene: axt axt = Oxy) - = ato) |=0 |=... 0) [ee iy 'y") ay & y Gi Una condicién suficiente para que se cumplan las condiciones de integrabilidad es que se verifique la expresién anterior para todos y cada uno de los consumidores, es decir: xt OF gh Ey! - Bota - (h : aye ayy") (xi — ¥Fly") = 0 ijeh en) (2.81) Veamos ahora cémo si las funciones de renta-consumo son como las postuladas por el teorema la condicién (2.81) se cumple. Sobre dichas funciones: axt oy" a(F +b) 2ayh — (G= 1, nh = 1, HD expresiones que sustituidas en (2.81) y tras simplificaciones triviales proporcionan unas condiciones de integrabilidad del tipo: ( pero sobre las funciones de renta-consumo propuestas: 1X — aX) "MF + b)— 20") = 0 if XH! = Ho (eo + b)yH — = 40 + db) — aH ON 7 72. Andlisis microeconémico aS por lo que: gals + by -aaH' SO" Gah. 0 expresién que conduce a: (i, j= 1, ) por lo que se cumplen las condiciones de integrabilidad (2.81). 10. La teoria de la preferencia revelada El sistema axiomatico 1-8 no es la tnica forma posible de modelar el comporta- miento racional del consumidor individual, y a veces se ha criticado que la teoria construida sobre dicha axiomdtica se basa en la funcién de utilidad que no es ob- servable. Si bien es cierto, como ya sabemos por los resultados de dualidad e inte- grabilidad, que no es preciso conocer U(x), ello en parte es un resultado debido a la aparicién de la teoria de la preferencia revelada como una forma de detectar las preferencias del consumidor sin recurrir, formalmente, a la existencia de una funcién de utilidad. La idea bisica subyacente a la teorfa.de la preferencia revelada es muy simple: el consumidor, cuando realiza una eleccién en el mercado a unos precios y renta nominales determinados, esté manifestando una parte de sus preferencias ya que la combinacién de bienes que adquiere se «revela» como preferida a todas las restantes que podfa, con esos precios y renta nominal, haber adquirido. ‘Supongamos que para (p’, y") el consumidor adquiere la combinacién de bienes x! —hecho que denotaremos mediante x’ (p’, y") y, como simplificacin notacional, como x’. Todas las combinaciones que al consumidor le resultaban accesibles cuando eligis x° eran las que cumplian p'x < y®. Por tanto, si para un x', p'x’ > p'x!, esto implica que x° se ha revelado como preferido a x! —algo que denotaremos mediante x°RPx'. En el gréfico 2.7 se representan distintas posibilidades de las que se deducen relaciones significativas. En efecto, suponiendo que sobre la renta de balance 00 se elige x°, sobre la 11 x! y sobre la 22 x’, se puede afirmar que: — x°RPx' ya que ambas combinaciones son accesibles para (p’, y") y se ha ele- gido la x°, Esto significa también que p'x! < p'x’, que en el grafico 2.7 se cumple con estricta desigualdad. — ¥RPx? por el mismo motivo, lo que significa que p*x’ > p*x’, que en el gra- fico 2.7 se cumple con igualdad. — as relaciones entre x! y x? son ambiguas. Para la situacién (p', y') la combi- Teoria de! consumidor y de la demanda 73 - ————— — ————OOO——— TEE nacién x? no es accesible, y para la situacién (p*, y2) no Io es la x!, es decir, se cumple simulténeamente p'x! < p'x2, y p’x? < p’x', lo que significa que x! y x no son comparables si los datos de que se dispone son sélo los tres representados en el grafico 2.7. No obstante, parece razonable suponer que si se dispusiera de mds observaciones adecuadamente elegidas, podrian com- pararse ambos vectores de consumo. Grarico 2.7 EI primer axioma bésico de la preferencia revelada simplemente formaliza la discusi6n realizada. Axioma débil de preferencia revelada (ADPR) Wx, x! @ RY, x? # x!, x9RPx! > no xIRPx? ©, expresado en otros términos: px! < px? p'x? > pix! (2.82) es decir, si x° se revela como preferido a x! no puede darse la relacién inversa. Como Para que x° se revele como preferido a x! es preciso que esta tltima combinacién sea accesible para (p°, y°) —primera parte de la relaci6n (2.82)—, es claro que si 74 Andlisis microecondmico a para (p', y!)*se elige x!, esto se deberd a que en dicha situacién la combinaci6n x? no es accesible —segunda parte de la relacién de (2.82). Postulando tan sélo el axioma (2.82) es posible demostrar con sencillez. dos pro- piedades fundamentales de las funciones de demanda individual: su homogeneidad de grado cero en precios y renta nominal, y la negatividad del efecto de sustitucion del propio precio sobre la cantidad demandada. Teorema 2.18. Si se cumple el ADPR, las cantidades demandadas son invariantes ante un cambio proporcional en todos los precios y la renta nominal. Sea: pe wl vk>0 por lo que p'x! = kp%x?, Supongamos que x? # x!, y por las expresiones anteriores obtendremos p'x! = p!x°, lo que trivialmente, implica: pix! > px? (2.83) y de igual forma se obtiene p°x! = p°x’, que implica: p'x’ > p*x! (2.84) Pero (2.83) y (2.84) son contradictorios entre s{ con el ADPR. En efecto (2.83) significa que se cumple xRPx° y (2.84) que x°RPx'. Por lo tanto, x’ = x! y las cantidades demandadas no variarén ante un cambio proporcional en (p,y). Teorema 2.19. Si se cumple el ADPR, el efecto puro de variacién de la cantidad demandada debido a su propio precio (efecto de sustitucién) es negativo. Para definir un efecto del precio puro con el instrumental analitico de la preferencia revelada, no podemos utilizar la variacién compensada de la renta en el sentido de Hicks, porque no puede definirse una alteracién de renta nominal que deje invaria- ble el nivel de utilidad, al no disponer de funcién de utilidad alguna. Por ello, en el contexto de la preferencia revelada, el efecto de sustitucién se define como el resultante de una variacién del precio y de la renta monetaria tal que permite al consumidor adquirir a misma combinacién de bienes que adquiria inicialmente. En términos gréficos, el 2.8 explica las diferencias entre ambos conceptos. El punto x! es la situaci6n inicial y el »° la final ante una disminuci6n del precio _ El efecto de sustitucién tipo Hicks implica un deslizamiento sobre la curva de indiferencia correspondiente a la posici6n inicial x', siendo la recta de balance «in- termedia» la HH" tangente en x a la curva de indiferencia inicial. El efecto susti- tuci6n en la teoria de la preferencia revelada se construye, por el contrario, sobre una nueva recta de balance paralela a la HH’, tal como la SS’, ya que la variacién Teoria del consumidor y de la demanda 75 — del precio p, es la misma, pero haciéndola pasar por el punto x', obteniéndose el equilibrio intermedio por el efecto sustitucién en x%. Como es facil observar, el efecto de sustitucin asf definido implica una mejora en el nivel de utilidad respecto a la posicién inicial (en caso de conocer la funci6n de utilidad, la curva de indife- rencia correspondiente a x% seria la de puntos del grafico 2.8 de indice superior a la que pasa por x!). Los dos efectos de sustituci6n son distintos, pero para variacio- nes infinitesimales de p, puede demostrarse que difieren en un infinitésimo de se- gundo orden. Intuitivamente es facil observar que la diferencia entre ambos efectos es la que existe entre un desplazamiento sobre la curva que pasa por x! y un des- plazamiento sobre la secante a dicha curva que pasa por x', por lo que en el limite, ambos tenderdn a coincidir. Grarico 2.8 Puesto que la restriccin de balance correspondiente al efecto sustitucion en la preferencia revelada debe verificar la elecci6n inicial x', resulta claro que px? = p°x', lo que implica: 0 (2.85) 76 Andlisis microeconémico 76_Andlsis microeconémicg pero como x*RPx', por el ADPR es claro que se cumpliré p'x? > p'x!, es decir: pix - x] >0 (2.86) Pero (2.85) y (2.86) conjuntamente implican [p — p'] [x? - x'] < 0 que en el caso de que varie un solo precio implica: ApAx, <0 con lo que el teorema queda demostrado. El ADPR permite demostrar dos propiedades fundamentales de las funciones de demanda —homogeneidad y efecto sustitucin propio negativo—, pero no es sufi- ciente para garantizar las restantes. La raz6n intuitiva de esta insuficiencia se en- cuentra en que el ADPR no garantiza la transitividad de la relacién RP, lo que resulta evidente inspeccionando el grafico 2.7. Para hacer frente a este problema se formula el llamado axioma fuerte (AFPR). Definamos una relaci6n binaria R* = {(x°, x*) | x°RPx, ..., x" 'RPx’} para algu- na secuencia {x° ... x'} tal que x°R*x’ si y sélo si (x°, x’) € R*, es decir, si y s6lo si existe una cadena de relaciones RP segin el ADPR que relaciona ambos vectores x’ y x’, Esta relacién R® se lee «revelado indirectamente como preferido a>: AFPR: ®R*x' > no x°R*x° (2.87) En términos del grafico 2.7 el AFPR significa que x*R*x' y, por tanto, que no se cumple x'R*x? lo que elimina la ambigiiedad que el ADPR presentaba ante la no comparabilidad entre x? y x! en forma directa. Si el AFPR resuelve el problema de la transitividad, cabe suponer que su cum- plimiento implica el de las condiciones que garantizaban la existencia de funcién de utilidad, es decir, el contenido I6gico de los axiomas del epigrafe 2 es idéntico al de (2.87). Esta equivalencia es la que constituye el contenido del teorema de integra- bilidad relativo a la preferencia revelada. Puede construirse una aproximaci6n grafica que permite ver intuitivamente lo dicho. En el grafico 2.9 partimos de una posicién inicial como la x° que es la com- binaci6n elegida sobre la restricci6n xA. Suponiendo que se pudieran observar su- ficiente ntimero de combinaciones precios-renta nominal, podria construirse una se- rie de rectas de balance tales como las W;, W;, Ws... sobre las que se clegirian respectivamente x-!, x-2, x-® ... vectores de consumo progresivamente peores que el x’. De igual forma podria construirse una serie de restricciones como la By, Bz, By ... sobre las que se elegirian x', x2, x° ... progresivamente mejores que x’. Estas dos series permiten dividir todos los puntos del primer cuadrante que se encuentran ala derecha y por debajo de x’ en tres zonas. La Z(W) que contiene vectores peores que x’, la Z(B) que contiene vectores mejores que x? y la rayada intermedia que contiene todos los indiferentes y algunos mejores —si bien peores que x'— y otros peores —si bien mejores que x-'— que x’. Parece claro que si, a partir de la restricci6n x°A pudiésemos tener observaciones del comportamiento del agente para precios de X, ligeramente inferiores y rentas Teoria del consumidor y de la demanda 77 nominales ligeramente menores (mayores), los puntos x-! ... (x! ...) se encontrarfan muy préximos entre si, y el drea rayada se reducirfa hasta que, en el limite, tenderia a una curva continua que seria la de indiferencia I(x°). x Grarico 2.9 APENDICE (A) Elasticidad de sustitucin La elasticidad de sustitucién entre dos bienes es la relacién existente entre la variacién relativa de la proporcién en que se demandan los bienes y la variacién relativa de la proporcién entre los precios de los mismos. Es decir: _ ax M(x). on aS apse pip)“ *? . En condiciones de equilibrio-es claro que (A.1) puede expresarse como: _ ex) 8) d(xjx,)/(%/%)) d(UJU)(UJU) ~~ dRMS/RMS, Gh (A.2) % = de donde se deduce una relaci6n entre el valor de a, y el grado de curvatura de las curvas de indiferencia. Cuando 0, = ~, las curvas de indiferencia son rectas y los bienes perfectamente sustitutivos. Cuando @, = 0, las curvas de indiferencia tienen un radio de curvatura nulo (son angulares) y los bienes son absolutamente comple- mentarios. La expresin (A.2) puede desarrollarse teniendo en cuenta que: 1 1 YU, ay bids = xr) = ~ ae a) dx, (A3) Ai) aac) U, —t)}= — idx, = 3) &, U; x, | = 4_ (-2U,UjU, + U,U? + U,U?dx, (AA) a1 uy 78 Teoria de! consumidor y de la demanda 79 sustituyendo (A.3) y (A.4) en (A.2) y generalizando para n bienes: X~y ane (A5) xx, D* siendo D* el determinante D orlado con (—U, ... -U,) en vez de con (—py ... ~Pa) y dividido entre 42, es decir, el resultado de la sustitucién en D de los precios por sus valores de equilibrio p, = U;/n. Ahora se puede expresar la férmula (2.19) de descomposicién entre efecto de sustitucién y de renta en términos de elasticidades, ya que multiplicando ambos miembros de la misma por p,/x;: a pa 4a (A) Pi Ademés, en condiciones de equilibrio: . _ px XU, y Sem Dau, i 7 expresién que sustituida en (A.5) da lugar a: Pi. - Ase, peau, 8% expresiOn que sustituida a su vez en (A.6) proporciona: 3 APH oy Pigg, 4 Pm SH (a7) % OP, U, x Oy Recordando que U, = up, en equilibrio, el primer término de (A.7) es la elasti- cidad-precio de X, respecto a p,, por lo que (A.7) puede expresarse como: r= S(O, + &) (EFI) (A.8) que es la anunciada expresién de (2.19) en términos de elasticidades. (A.8) indica c6mo el efecto de sustitucién depende de la relacién de sustituibilidad entre los bienes en el consumo medida por elasticidad de sustitucién. Como resulta claro, de Ia expresin (A.8) pueden obtenerse los signos de efecto sustitucin y las relaciones de cardcter complementario o sustitutivo neto y bruto en funcién del signo de la elasticidad de sustitucién y de su valor. 80. Andlisis microeconémico (B) Agregacién de consumidores Para completar la discusién del texto, es preciso analizar bajo qué condiciones las funciones agregadas verifican las restricciones discutidas en el epigrafe 7 (Engel, Cournot, simetria, homogeneidad y negatividad). Las condiciones de Engel y Cournot es intuitivamente claro que se cumplirén, porque si cada consumidor individual agota su renta ante una variacién de su renta nominal o del precio de algdn bien, el conjunto de la renta Y también se agotaré sea cual sea la distribucién de la misma. Las condiciones de simetria de las funciones agregadas son las de integrabilidad (2.77), que se cumplen por hipdtesis en las condiciones del teorema 2.17. Las otras dos restricciones plantean més problemas. Empezando por las condi- ciones de homogeneidad, estas exigen en primer lugar que las funciones agregadas cumplan: 8Z, 8, % + yao 7 Sp; oY expresin que se verifica ya que: Soa 35 (B.1) Pero la homogeneidad de Z(p, y, Y) exige también que sean estas funciones homogéneas de grado cero en (p, ¥, Y) lo que, por el teorema de Euler, implica: 8Z, 8Z, in yi g “ay * ay que seré normalmente incompatible con (B.1) y, por tanto, no se cumplira en con- diciones generales. La razén de este incumplimiento es que existe siempre un factor de distribucién aun cuando la renta total no varie. El efecto perturbador de este factor de distribucién puede calcularse diferenciando la funcién agregada: ox! 82, dZ,= Dy, et wit at axt dy* (Zeer SEF) 7 Teoria de! consumidor y de la demanda 81 donde el factor dy"/Y afecta en general a las cantidades demandadas globales ante redistribuciones de la renta total. EI supuesto particular que permite verificar la propiedad de homogeneidad es que la propensién marginal al consumo de cada agente sea independiente de su nivel de renta, lo que hace nula la expresién: Oxt dy _ ax, dy 3 Oy" Yay ¥ para el caso de una redistribucién en que: dy=> dy=0 Por tiltimo, las condiciones de negatividad de las funciones agregadas exigen que sea semidefinida negativa la matriz de los efectos de sustitucién. Puesto que, en notacién matricial: (sp = (s 4)- >((2) wy ) (82) 7 t "y como (s}) es semidefinida negativa, la primera matriz del segundo miembro de (B.2) lo sera, por lo que el cumplimiento de la restriccién dependera del caracter semi- definido positivo de la matriz del sustraendo del segundo término. En el caso de que las funciones de renta-consumo sean como las postuladas por el teorema 2.17 y, ademas, todos los coeficientes individuales sean iguales: apsay + byy-ar (i= 1,2, mh =1,..., HD) es facil demostrar que: donde 1’ es semidefinida positiva y, al ser el multiplicador positivo, resulta serlo también la matriz del sustraendo del segundo término de (B.2). La condicién exigida respecto a las funciones individuales de renta-consumo (igua- les coeficientes para todos los agentes) es muy restrictiva ya que implica funciones del tipo x* = aby(h = 1, ..., H), pudiendo demostrarse que basta con que las pre- ferencias de todos los consumidores sean homotéticas para que se verifique la nega- tividad. En resumen, las condiciones exigidas para la existencia de funciones agregadas de demanda para los agentes de consumo son bastante restrictivas. Se sugiere como ejercicio reflexionar sobre los supuestos precisos para que las funciones agregadas de consumo sean especificaciones con fundamento microeconémico, teniendo en 82 Analisis microeconémico cuenta que normalmente se agregan para todos los agentes y, también, para un solo tipo de bien —consumo— o una pequefia desagregaci6n dei mismo (v.g. duraderos, etc.). Es claro que la agregacién exacta es algo imposible de lograr en la realidad, pero es importante tener en cuenta que las funciones agregadas serén tanto mas inexactas cuanto més lejos estén de cumplirse los supuestos exigibles para la agre- gacién perfecta (v.g. mayores errores de las predicciones agregadas respecto a los bienes si los precios relativos son volatiles que si son mas fijos). Bibliografia La demostraci6n rigurosa de existencia de funcién de utilidad puede verse en DEBREU (1954a) y en ARROW-HAHN (1971). El tratamiento clisico de los temas fundamentales de demanda tiene su origen en SLUTSKY (1915) y la revision de HICKS-ALLEN (1934). Sobre dualidad el trabajo pionero es Roy (1942), una excelente exposicién avanzada DiEweRT (1974) y otra BLACKORBY-PRIMONT-RUSELL (1978). Sobre problemas de agregacién y forma de las funcio- nes de utilidad Hicks (1939) y LEONTIEF (1936) son las referencias iniciales. La separabilidad se debe 2 GORMAN (1959). Un texto general sobre agregacién es GREEN (1964). La teoria de la preferencia revelada surge en SAMUELSON (1941) y se desarrolla en SAMUELSON (1948, 1950) y HOUTHAKKER (1950), que constituyen las primeras soluciones al problema de la integrabilidad. Un articulo interesante més reciente es VARIAN (1982). Una revision avanzada excelente de estos temas es BARTEN y BOHN (1981). Capitulo 3 TEORIA DE LA PRODUCCION En este capitulo vamos a abordar los problemas relativos al comportamiento de un agente individual de produccién que acta paramétricamente respecto a los precios en un contexto institucional idéntico al sefialado en la introduccién del capitulo 2. Se supondré que el productor acttia como optimizador condicionado, tratando de maximizar su beneficio, sometido a las restricciones que impone la técnica produc tiva y/o la disponibilidad de unos recursos limitados para la adquisicién de factores productivos. La maximizacién del beneficio puede formularse directamente como maximiza- cién de la diferencia entre ingresos derivados de la venta de los productos y los gastos en que se incurre por adquirir factores productivos, o bien de una forma simplificada, suponiendo que si, por ejemplo, el productor tiene disponibilidades limitadas para adquirir factores productivos, maximizara su volumen de produccién. O, también, que si tiene como objetivo alcanzar un determinado nivel de produc- cin, minimizaré el gasto a realizar en la adquisici6n de los recursos necesarios para ello. Como puede observarse, existen analogfas I6gicas muy fuertes entre el tratamien- to descrito del productor y el realizado en el capitulo 2 para el consumidor indivi- dual; analogias derivadas del planteamiento de ambos agentes como optimizadores condicionados. No es dificil intuir que la obtencién de la maxima produccién con un coste dado y del minimo coste para una produccién dada constituyen problemas primal y dual, y que las propiedades de dualidad en lo relativo a las funciones de costes (gasto minimo necesario para alcanzar un nivel de produccién con unos pre- cios de los factores y una tecnologia dados), serdn similares a las ya conocidas de la funcién de gasto (desembolso minimo necesario para lograr un determinado nivel de utilidad con unos precios de los bienes y una estructura de preferencias dadas). Considerando el caso del coste dado, la maximizacién del volumen de produccién exige que se disponga de una representaci6n funcional de la tecnologia, de las com- 83 84. Andlisis microeconémico 84 Aniélisis rmicrO6COG TCO binaciones factores-productos permitidas por el estado del conocimiento, represen- tacién que jugaré un papel similar formalmente al de la funcién de utilidad en la teoria del consumidor individual, aunque ahora se trate de una funcién que mida cantidades fisicas y, por tanto, de cardcter cardinal. Comenzaremos pues por la formulacién de los axiomas relativos a la caracteri- zacién de la tecnologia para abordar después los problemas de optimizacién mencio- nados La representaci6n de la tecnologia Denotamos mediante y = (y, .--» Y,) € IR’ un vector cuyos componentes nega- tivos indican cantidades de factores adquiridos por el agente y cuyos componentes positivos representan cantidades obtenidas de productos. El conjunto de vectores factores-productos posibles, Y ¢ RR’, representa, por tanto, las combinaciones per- mitidas por la tecnologia existente, conjunto sobre el que formulamos una serie de axiomas. Axioma 1.—El conjunto Y no es vacio. ‘Axioma poco restrictivo: debe haber alguna combinacién productiva posible por- que, de lo contrario, no existiria actividad productiva alguna Axioma 2.—Y es un subconjunto cerrado de R’. ‘Axioma poco restrictivo también ya que exige que si una secuencia de vectores (y’) € Y tiene un limite y*, entonces y* € Y. Obsérvese que este axioma tiene una funcién semejante al supuesto de que el conjunto A de posibles elecciones del consumidor (capitulo 2, epigrafe 1) es cerra- do, ya que si Y fuera abierto se plantearfan problemas de no poder determinar un vector y € Y «mejor» que los restantes desde el punto de vista productivo. Axioma 3.Wy? € Y; y' y'€ Y. ‘Axioma llamado de eliminacién 0 disponibilidad gratuita que indica que si una tarea productiva y" es técnicamente posible, lo es también cualquier otra que impli- que iguales 0 mayores cantidades aplicadas de los factores e iguales 0 menores cantidades obtenidas de los productos. Este axioma significa que el ortante negativo de R° pertenece al conjunto Y. Tampoco es un axioma muy restrictivo, ya que significa tan s6lo que es posible desperdiciar capacidad productiva. Axioma 4.—Y 0 RY, = {0}- ‘Axioma que excluye la produccién gratuita ya que impide que un y? # {0} fac- tible sea tal que y° € R’,, que significaria la posibilidad de producir cantidades po- sitivas de algdn producto sin uso de factores, pero habilita a «producir» el vector 0, es decir, a no realizar actividad productiva alguna. Este conjunto de axiomas permiten una representaci6n grafica del conjunto de vectores posibles de produccién tal y como se hace en el grafico 3.1. En él se supone que existen dos bienes Y, e, Y;. La curva que pasa por los cuadrantes segundo y Teoria de la produccién 85 cuarto y por el origen es la frontera del conjunto Y, suponiendo que se puede utilizar bien Y, para producir Y,, bien Y, para producir Y,, siendo la superficie rayada del gréfico el conjunto Y. Es claro que en caso de que, por ejemplo, el bien Y, fuese el factor y el ¥, el producto, el conjunto Y se restringiré eliminando la parte rayada del cuarto cuadrante. Como puede observarse, el axioma 1 garantiza que Y tiene al menos un punto, el axioma 2 que la frontera PP’ pertenece a Y, que indica, por ejemplo, que para producir y} no es posible utilizar una cantidad de factor menor que y?. El axioma 3 seftala que y? puede conseguirse con cantidades mayores del factor, tal como, por ejemplo, la y}. Es claro que el axioma 3 de eliminaci6n gratuita garantiza el decre- cimiento de la frontera de Y. El axioma 4 impide que algin punto del primer cua- drante, que no sea el origen, pertenezca a Y; y garantiza que la frontera pasa por el origen. Grarico 3.1 De todo lo discutido resulta que la frontera de Y est4 formada por las combi- naciones técnicamente eficientes en el sentido de representar vectores productivos tales que no es posible producir mayor cantidad de Y,(Y,) con igual cantidad de Y,(¥,). Por iltimo, resulta claro que si se desea pasar del conjunto de producciones posibles Y al de factibles respecto a una dotacién dada de factor productivo, bastara en el grafico 3.1 con suponer una dotacién como J, con lo que sélo los puntos de Y situados sobre y a la derecha de la vertical que pasa por (—J,, 0) serdn factibles. 36 ‘microeconémico 86 Analisis MicroeCOOCm Vamos ahora a formular unos axiomas que afectan a las caracteristicas de escala de la tecnologia. Axioma 5.—Wy, ye Y, y+ yl Y. ‘Axioma de aditividad que supone que si dos vectores son técnicamente posibles su suma también lo es, es decir, que si con 3 unidades de y, pueden obtenerse 2 de yz y con 2 y, puede lograrse 1 de y., empleando 5 unidades del factor puedan obte- nerse 3 del producto. Axioma 6.—y" € Y, ly! € Y, WA € (0,1) ‘Axioma de divisibilidad del proceso productivo, que supone la posibilidad de reducir la escala de una combinacién productiva factible tanto como se desee. Es decir, si con 3 unidades de y, pueden producirse 2 de y, también son posibles los vectores (~3/2,1); (—1; 233); (1/2; 1/3), ete. ‘Axioma 7.—Wy', y' € Y, y° = ay’ + (1 — ay! € Y, Wa € (0,1) que postula la convexidad del conjunto Y. ‘Axioma 7'—Wy!, y' € Y, y= ay? + (1 — ay! € int, ¥, Wa € (0,1) que implica Ia estricta convexidad del conjunto Y. ‘Analicemos las relaciones entre estos axiomas y el tipo de rendimientos de escala que posee Ia tecnologia, ya que el conjunto de ellos son incompatibles entre sf y seré preciso postular solo algunos para caracterizar aquella. En el gréfico 3.2 supo- niendo que Y, es el tinico input e Y, el nico putput, y’ representa un vector técni- camente posible. Si la tecnologta productiva presenta rendimientos decrecientes de escala es claro que la duplicacién de la cantidad aplicada del factor conduciré a un aumento menor que el doble del producto, situando el productor en un punto como, por ejemplo, el y*, Resulta evidente que si prevalecen rendimientos decrecientes de escala la frontera de Y adoptara una forma como la de la curva OA, c6ncava res- pecto al eje de abcisas, y que el conjunto Y sera estrictamente convexo. Un razonamiento andlogo permite observar que si los rendimientos de escala son crecientes la frontera tomard la forma OB, convexa respecto a eje de abcisas, y que el conjunto Y no seré convexo. Por tltimo, si prevalecen rendimientos constantes de escala para cualquier volumen de produccién, la frontera sera una recta que pasa por el origen como la OC, y el conjunto Y sera convexo pero no estrictamente. Es facil también comprobar en el grifico 3.2 que sobre fronteras como la OA se cumple el axioma de divisibilidad, pero no el de aditividad, lo opuesto al caso en que la frontera sea del tipo OB. Si la frontera es la OC, se cumplen ambos axiomas. En resumen: — Los axiomas 5 y 6 conjuntamente garantizan la existencia de rendimientos constantes y, por tanto, son compatibles con el axioma 7, pero no con el 7’ que exige ia convexidad estricta de Y. — Los axiomas 6 y 7’ implican rendimientos decrecientes, siendo conjuntamente incompatibles con el axioma 5. — EI axioma 5, sin postularse el 6, es incompatible con los axiomas 7 y 7’, € implica rendimientos crecientes de escala. Teoria de la produccién 87 Yi -29f) -y 0 Grarico 3.2 Resulta evidente que si se desean excluir tan sélo los rendimientos crecientes de escala, se postularén los axiomas 6 y 7, pero no el 7’ que excluiria también los constantes. Cuando existen rendimientos crecientes 0 constantes de escala, la funcién de oferta puede bien no estar definida, bien no ser una aplicacién punto a punto del conjunto de precios en el de cantidades, sino una aplicacién punto a conjunto. Para evitar todos estos problemas, sobre los que volveremos mas adelante en el capitu- lo 6, supondremos que se cumplen los axiomas 1, 2, 3, 4, y 7’ que garantizan ren- dimientos decrecientes y, ademas, que la variacién del grado de sustituibilidad entre factores es continua. Estamos ya en disposicién de analizar el comportamiento del productor indivi- dual en el contexto descrito, y para ello s6lo es preciso formular un ultimo axioma —semejante formalmente al axioma 8 de racionalidad del consumidor del epigrafe 1 del capitulo 2— sobre el objetivo perseguido por el agente. Axioma 8.—Wy°, y' € Y, py’ > py! @ y"Py!. Axioma en el cual y'Py' indica la preferencia del productor por el vector y" frente al y! por el hecho de que el beneficio asociado al mismo py’ —siendo p = (p,, «.., P.) el vector de precios—, es mayor que el asociado a y'(py!). En suma, el axioma 8 define como regla de comportamiento la maximizacion del beneficio, en el sentido 88 Andlisis microeconémico de que a unos precios dados el productor tratar4 de elegir el vector que maximice la diferencia entre sus ingresos (suma de los componentes positivos de py) y sus costes (suma de los componentes negativos de py). Para Hlegar a la formulacién tradicional de la funcién de produccién simple s6lo resta hacer un pequefio cambio de notacin. Supongamos que existe un Gnico pro- ducto final X obtenido por la aplicacin de r factores (Y,,.... Y,) (7 + 1 = 5). Ahora el vector de producciones posibles se expresard como (x, —y,, ..., ~y,). Es claro que el conjunto de vectores que permiten obtener un determinado nivel de produccién prefijado x" es: H(x") = {y € Ri/(x", —y,, «..) —y,) € Y} y que si se desea aislar dentro de H(x") aquellos vectores que son eficientes, el conjunto relevante sera: 1 (y € HoeyWx > 2", y € HO) que es la expresién formalizada de una isocuanta. Los axiomas postulados (1, 2, 3, 4, 7’) garantizan, en suma, la representabilidad de la tecnologia por medio de una funcién: fi RL. > R, que proporciona el maximo nivel de produccién obtenible para cada vector de can- tidades aplicadas de factores. Los axiomas postulados garantizan que f: (i) Incorpora sélo las combinaciones productivas eficientes. (ii) Es continua y dos veces. diferenciable. (iii) Es estrictamente céncava. 2. EI equilibrio del productor individual: maximizacién del beneficio y funciones relevantes flO... ¥,) = fly) la funcién de produccién, por lo que el problema de n del beneficio puede formularse Max. a(y) = p'x — q'y = p'fly) — ay (3.1) siendo p el precio de X y q = (q,, .--, q,) el vector de precios de los factores. Las condiciones de primer orden de (3.1) son: 9) = Ph- G29 Galen) (2) que implican que el precio del factor debe igualar al valor de la productividad marginal fisica del mismo, y que, relacionadas por pares, conducen a la igualdad de Teoria de la produccién 89 la RMS entre factores con el cociente invertido de sus precios. Si. por ejemplo. Pf, > q €l aumento de una unidad aplicada de y, produciria un aumento del pro- ducto f, cuyo ingreso adicional pf,, seria superior al coste de dicha unidad q,, por lo que aumentaria el beneficio por la aplicacin de una unidad adicional de Y, Las condiciones suficientes del problema (3.1) exigen que: lm (K\(-1Ik> 0 (k= sD) (3.3) donde |2(k)| es el determinante formado por las k primeras filas y columnas del hessiano de x(y). Como por (3.2): My = Phy G= As) G4) (3.3) implica que las productividades marginales han de ser decrecientes, y, ademés, por (3.2): |x| = ptlF(K)| y si fly) es cOncava, su hessiano F es tal que los menores sobre su diagonal principal son alternados en signo y F(k) (—1)' > 0 (k < r), por lo que se cumplen las condicio- nes (3.3). Obsérvese que en este caso no basta con que la funcién de produccién sea es trictamente cuasicéncava, como sucedia con la funcién de utilidad en la teoria del consumidor individual. Ello es debido a que una funcién de produccién cuasicéncava permite la existencia de rendimientos no decrecientes de escala, y basta pensar en el caso de rendimientos constantes en que 0 el beneficio unitario es negativo —y el maximo de beneficio se obtendrfa para x = 0— 0 es constante y positivo, en cuyo caso el beneficio no est4 acotado. Veremos, sin embargo, més adelante, cémo el planteamiento de problemas ya acotados en su propia formulacién, tales como el maximo de produccién (mfnimo coste) para un coste dado (volumen de produccién dado), cumplen las condiciones de segundo orden con funciones de produccién cua- sicéncavas. Analicemos ahora una serie de proposiciones que se derivan del problema de maximizaci6n del beneficio. Teorema 3.1 (existencia). Existen funciones del tipo: yp) sot) G.5.1) x(q, P) (3.5.2) es decir, funciones de demanda de factores y de oferta del producto. Diferenciando totalmente las funciones definidas implicitamente por (3.2) Sap + pifrdy +. + fidyd — dq; = 90 Andiisis microeconémico es decir: (Fa) Lay] = 7 fda — fat 6.6) que por (3.2) puede expresarse como: (Fi) [ay] = (4(@/p)] 6.72 Como es evidente, el determinante de la matriz de (3.6) es el jacobiano del sistema de ecuaciones (3.5.1) y como F(—1)" > 0 es no nulo, las funciones (3.5.1) existen. Como x = fly) = fly(q. p)] = x(a, p), existiré (3.5.2). Teorema 3.2 (homogeneidad). Las funciones de demanda de factores (3.5.1) y de oferta (3.5.2) son homogéneas de grado cero en (q, p). Por (3.2) y explicitamente por (3.7) las funciones (3.5.1) s6lo dependen de los precios relativos, luego verifican la homogeneidad. Como x = fly) = fly(a, p)], tam- bién lo sera. Por el teorema 3.1 de existencia, los beneficios pueden ahora expresarse expli- citamente como una funci6n de todos los precios, sustituyendo (3.5.1) y (3.5.2) en G.I): a= px — ay = px(q, p) ~ ay(a, p) = TI(@, P) G8) funcién que indica para cada (q, p) el maximo beneficio obtenible y de la que se pueden obtener proposiciones significativas. ‘Obsérvese que (3.8) es formalmente semejante a la funcién indirecta de utilidad del capitulo 2. Esta dltima resultaba de la sustitucién de los argumentos (cantidades de bienes) de la funcién objetivo (de utilidad) por las funciones que determinaban las cantidades de equilibrio de dichos argumentos (funciones de demanda marsha- lianas). En (3.8) en la funcién objetivo (beneficio) se sustituyen sus argumentos (cantidades de factores y de producto) por las funciones que determinan las canti- dades de equilibrio (funciones (3.5)). Igual que V(p, y) proporcionaba el maximo nivel de utilidad alcanzable para (p, y), [I(q, p) proporciona el méximo beneficio para un (q, p) dado. Esta semejanza hace inmediata la demostracién de las propie- dades de las funciones de beneficio (ver teorema 2.9). Teorema 3.3. La funcién de beneficio [\(q, p) es continua para (q, p) >> 0, ho- mogénea de grado uno en (q, p), creciente en p, decreciente en q, y estrictamente convexa respecto a (q, p)- La homogeneidad es obvia por (3.8) ya que por el teorema 3.2 x(q, p) € y(q, P) lo son de grado cero y aparecen multiplicados en (3.8) por p y q respectivamente. ‘También son triviales las propiedades de crecimiento y decrecimiento respecto a los precios. Teoria de la produccién 91 La convexidad es también inmediata. Sean (q°, p®) y (q', p') dos combinaciones de precios maximizadoras del beneficio y definamos: & = aq! + (1- Oey 0.) ip? + (1 — ap! , por (3.8): T@, p?) = p22 q’y? = a(p’x? — a’y’) + (1 — @) (px? = a'y?) donde x! = x(q’, p') e y' = y(q’, p'). Pero por definicién de funcién de beneficios: Px? — gy? < [I(q°s p°) pix — aly’ > 0, x > 0, creciente res- pecto aq y respecto a x, homogénea de grado uno en q, y estrictamente concava en q. Las propiedades de crecimiento son obvias ya que C(q, x) incorpora siempre el coste minimo necesario para producir x a unos precios q. Si x aumenta ser preciso emplear mayor cantidad de algtin(os) factor(es); y si algiin precio aumenta, la com- binacién de menor coste sera siempre mas costosa. La homogeneidad se deriva de que en (3.17) las funciones 9(q, x) lo son de grado cero en q por (3.15), luego C = q§(q, x) sera homogénea dé grado uno en los precios de los factores. Supongamos, para demostrar la concavidad, que: @ = aq? + (1—a)q' Ware (0,1) siendo (q°, y°) y (q', y!) combinaciones que minimizan los costes. Por tanto: C(q°, x) = a’y? = aq'y’ + (1 — a)q'y’ y por definicién de funcién de coste: Ca’, x) < aty? cq', x) aC(q?, x) + (1 — a)C(q', x) 96 Andlisis microeconémico que implica la estricta concavidad®. Por ultimo, la continuidad de C(q, x) se deriva de la continuidad —no demostrada— de las funciones de demanda de factores §(q, x). Teorema 3.9. Sobre la funcién de costes C = C(q, x) las funciones de demanda de factores §,(q, x) puede obtenerse: 3,8) =2SD = fi Teorema de demostracién semejante a los de Hotelling, para lo que definimos una funcién auxiliar: e(a) = C(q*, x*) — ay” cuyo maximo (nulo) se aleanzard para q = q*, y en él se cumplira: S9(a) _ 8C(q*. x") _ ys = = yp=0 G= 84; 34; expresi6n valida para cualquier (q*, y*) minimizador del coste. El planteamiento de la dualidad en la teoria de la produccién permite tratar el equilibrio del agente en términos de costes y precios del producto, derivando la tradicional condiciGn de igualdad entre precio y coste marginal. En efecto, un agente que actiie paramétricamente respecto a los precios considera q como un dato y su funcién de costes puede expresarse como C(q’, x) = CT(x), por lo que el beneficio sera: a(x) = px — CT(x) cuya condicién de primer orden de maximo es: a(x) = p - 4CH = 9 dx que identifica la curva de oferta del agente —x(q°, p)— con la de costes marginales, que por el teorema 3.6 se sabe es creciente en p. Este crecimiento garantiza las condiciones de segundo orden de la maximizaci6n del benefici ry = - $M) <9 © De nuevo, postular el axioma 7 implica la concavidad y que las relaciones anteriores tengan signo de desigualdad no estricta, permitiendo la igualdad. Teoria de la produccion 97 que impide la existencia de rendimientos no decrecientes de escala, por lo que el problema de maximizacion del beneficio se encuentra acotado. Por tiltimo, cabe mencionar que el problema de la integrabilidad tratado en el epigrafe 6 del capitulo 2 tiene su paralelo en la teoria de la produccién (ver Apén- dice), Para terminar este epigrafe, representaremos grdficamente las soluciones primal y dual para el caso de dos factores y realizaremos algunos ejercicios de estatica comparativa. En el grafico 3.3 aparecen representadas las isocuantas del tipo ¥ = fly, y2) para distintos valores de la producci6n, y las rectas isocostes ¢ = qfy, + gy, para distin- tos valores de los costes. Las condiciones de equilibrio (3.15) se cumplen en los puntos de tangencia isocostes-isocuantas. Si en el primal se fijase T= ¢, la soluci6n serfa la representada en el punto B, correspondiente al maximo nivel de produccin obtenible (x,) y, reciprocamente, si en el dual el nivel de produccién a alcanzar se fijard en x,, el coste minimo para lograrlo a unos precios (qf, 48) serfa el asociado a la isocoste c;, siendo de nuevo el punto de equilibrio el B, lo que constituye un resultado conocido del teorema de dualidad ya analizado en el capitulo 2. La curva OABCD del grafico 3.3 es la senda de expansién de la empresa que indica, para unos precios dados de los factores, los puntos de minimizacién condi- cionada de costes, de maximizacién condicionada de la produccién y, en suma, de maximizacién del beneficio. Del grafico 3.3 puede derivarse con facilidad tanto las funciones de demanda de factores del tipo § = §(q, x) como las funciones de costes C = C(q, x). Cada punto de la senda de expansién permite relacionar su abscisa (ordenada) con el nivel de produccién asociado a la isocuanta correspondiente, ob- teniéndose de esta forma funciones del tipo J, = 9,(q, x) (9, = 9.(a°. x). De igual forma, cada punto de la senda de expansion permite relacionar el volumen de pro- duccién asociado a cada isocuanta con el de costes asociado a cada isocoste que pasa por el punto de la senda, obteniéndose asf la funcién C = C(q?, x). En el caso representado en el grafico 3.3 las cantidades aplicadas de ambos factores aumentan con la cantidad de producto. Esto no tiene, sin embargo, por qué ser asi dado que existen factores regresivos cuya cantidad aplicada dptima varfa en sentido inverso con el nivel de produccién a partir de ciertos valores de este ultimo. Esta posibilidad es evidente en cuanto diferenciamos las condiciones de primer or- den y despejamos dy, en (3.16): OF, dy, Die dq, + hide (Gj =1,.47) (3.18) y suponiendo que solo varia el nivel de produccién (3.18) se reduce a: oh ox expresin de signo indeterminado que puede ser tanto positiva como negativa ya que sdlo se sabe que (—1) F > 0. 98 Andlisis microeconémico 0 Clq, Clg Ca, Clay yy Grarico 3.3 Volviendo al grafico 3.3, un cambio en los precios de los factores se representaria mediante un cambio en la inclinacién de las rectas isocoste. Dado que en el caso de dos factores s6lo existe un precio relativo es claro que el aumento de, por ejem- plo, q3/q; reducira necesariamente la proporcién dptima y,/y, como se observa en a senda de expansion OA’B'C’D’ del grifico 3.3. De la expresion (3.18), suponien- do dx = 0 y que sélo varia q,: FO GFR hd también de signo indeterminado a priori, que permite clasificar a los factores como complementarios 0 sustitutivos segin que aquel sea negativo © positivo respectiva- mente. Si, por diltimo, en (3.18) se supone que s6lo varia el precio del propio factor, es decir qj: Teoria de la produccion 98 25, By = ag Oth (3.19) expresin negativa por la concavidad de la funcién de produccién. Resulta también evidente que todas las funciones analiticamente relevantes —de- manda de factores, oferta de producto, costes, etc.— pueden ser objeto de repre- sentaciones gréficas explicitas, pero aqui s6lo vamos a hacer una mencién al caso de las funciones de costes. Es claro que la funcion C = C(q, x) se convierte, para precios dados de los factores, en una funcién C7(x) que hace explicito el hecho de que la funcién de oferta del productor precio-aceptante es su curva de costes marginales, lo que hace de estos una curva de representacién gréfica relevante. Las funciones de costes totales del tipo C7(x) presentan una relacién inmediata con el tipo de rendimientos de escala prevalecientes en el proceso productivo. En el grifico 3.4 aparecen repre- sentadas las funciones de costes totales, medios (CM), y marginales (Cm) que se derivan cuando se supone que primero prevalecen rendimientos crecientes y luego decrecientes que, como es claro, es lo que da lugar a las funciones de costes medios y marginales en forma de U. La justificacién de este tipo de curvas sera més claro cuando tratemos el problema de los plazos de produccién, pero en cualquier caso, la geometria de las curvas del grafico 3.4 no merece especial descripcién por ser elemental. cr cm cM cm cM t ' ' 1 0 2 x Grarico 3.4(a) GrArico 3.4(b) 100 Andlisis microeconémico 4. Corto y largo plazos En la definicién que se ha hecho de conjunto de vectores de produccién técni- camente posibles, Y, asi como en la resolucién de los problemas de maximizacion del beneficio y de minimizacién de los costes, se ha supuesto que las cantidades aplicadas de todos los factores productivos podian variar como respuesta a un cam- bio en el precio de los factores y/o del producto final. Esto significa que el andlisis realizado se ha situado en el largo plazo. Sin embargo, ante una variaci6n del vector (q. p), el agente normalmente no puede cambiar las cantidades aplicadas de todos los factores alcanzando instanténeamente la combinacin de equilibrio global, por- que existen algunos cuya cantidad esta dada durante un cierto perfodo de tiempo. No es dificil pensar, por ejemplo, que si el cambio en (q, p) hace conveniente al productor duplicar el tamafio de su empresa, esto no puede hacerse de hoy para mafiana, ya que la adquisici6n de nueva maquinaria requiere un cierto periodo de espera, la ampliaci6n de locales el paso de un tiempo de construccién, etc. ©. Parece pues razonable suponer que, ante un cambio en las condiciones de precios que el productor considere como duradero, este se adapta primero en forma parcial, alterando las cantidades utilizadas de los factores variables a corto plazo y que, pasado un cierto tiempo, se adaptara de forma total, alcanzando la combinacion factores-producto mas adecuada de todas las posibles. Si fuesen fijos en cantidad a corto plazo una serie de factores como, por ejemplo, # = (F,s1, -.-, J,), el problema que el productor resolveria a corto plazo seria: M: Pfly*, @) — ay — ga (3.20) donde el superindice (—a) indica la eliminacién de los componentes que representan factores fijos en el vector afectado. O bien, planteando el problema de minimizacion del coste: Expresado en otros términos, la optimizacién del productor se realiza a corto plazo no sobre el conjunto Y, sino sobre un conjunto de produccién mas restringido Y(a) < ¥. Suponiendo un unico producto final, se optimiza pues sobre el conjunto: min. C' = q*y* + q' i s.a: fly’, @ ¥(@) = (x, -y)/x < fly, @} SY = {(x, y)/x < fy} Resulta evidente que de la solucién del problema (3.20) se obtendrdn funciones a corto plazo de demanda de factores y oferta del producto del tipo: ©) La expresién «no puede hacerse de hoy para mafana» significa que no puede hacerse sin que ‘ambien los precios. Siempre es posible comprar su empresa a un competidor hoy, pero no podria hacerse a precios que no ineluyeran la urgencia por Ia adquisici6n. Teoria de la produccién 101 ye = ye(q.p.8@) (GG = 1... x = x(q, P, y una funcién de beneficio del tipo: Te = Tq, p, 3) De igual forma, del problema (3.21) se obtendré una funcién de costes del tipo: c# = CH(q, x, 8) = a*y"(q, x, 8) + Qa (3.22) La funcién de costes totales a corto plazo (3.22) presenta una caracterfstica pe- culiar que es la existencia de un término constante (qa), independiente del volumen de producci6n, que representa los costes fijos a corto plazo. Por tanto, dado un vector de precios de los factores para el que especificar la funcin de costes en términos del volumen de produccién, (3.22) puede escribirse: C(x, a) = CV(x, a) + CF*(a) donde CV representa los costes variables y CF los fijos. Por la propia definicién de funcién de costes, es claro que los costes a corto plazo nunca pueden ser inferiores a los costes a largo plazo, es decir: C(x, a) > C(x) y que s6lo coincidiran cuando @ sea, precisamente, la demanda éptima a largo plazo de factores fijos a corto plazo para los precios a los que se ha individualizado la funcién de costes, es decir: C(x, 8) = C(x) a = 92) Lo anterior significa que sobre cada funcién de costes a corto plazo del tipo C(x, 8) s6lo uno de sus puntos coincide con un punto correspondiente a la funcién de costes a largo plazo C(x). Graficamente esto implica el bien conocido resultado de que la funcién de costes a largo plazo es la envolvente de las infinitas funciones de costes a corto plazo obtenidas variando los valores de 0, en forma matematica, que dada la expresin de la familia de funciones de costes a corto plazo C*(x, a), el valor éptimo en cada caso de los pardmetros a se obtiene de la expresin: aCr(x, a) _ 9 3a que permite obtener a en funcién de x, valor este que susti porciona la funcién a largo plazo C(x). Es claro que para el volumen de produccién para el que se cumple la igualdad entre costes a corto y a largo plazo para un valor de a concreto, también se produce jido en C(x, a), pro- 102 Anélisis microeconémico la coincidencia entre los costes medios en ambos plazos —lo que es trivial—, y la de los marginales, propiedad esta ultima derivada del cardcter envolvente de C(x) respecto a C(x, a). Este volumen de produccién se denomina volumen de produc- cién tipico de la dimensién correspondiente al valor de a fijado. Es claro también que la existencia de factores dados en cantidades fijas hace imposible pensar en rendimientos crecientes o constantes de escala para cualquier volumen de produc- cin una vez fijada una dimensién. Normalmente, dada una dimensién concreta, se producirén para reducidos voliimenes de produccién rendimientos crecientes y, a partir de un determinado punto, apareceran los rendimientos decrecientes, combi- nacién esta que da lugar a la conocida forma de U de las funciones de costes medios y marginales a corto plazo. En el grafico 3.5 se representan las funciones de costes totales, medios y marginales a corto y largo plazo para el caso en que prevalecen primero rendimientos crecientes y luego decrecientes en el largo plazo. , En el grafico 3.5(a) la curva de costes totales a largo plazo es C(x) y se repre- sentan tres curvas de costes totales a corto plazo correspondientes a distintas canti- dades de factores fijos a’, a! y a’. Para las tres «dimensiones» de la empresa, los puntos de tangencia A, By D del grafico 3.5(a) indican los volimenes de produc- cién tipicos para cada corto plazo representado. Para dichos voliimenes tipicos en el grafico 3.5(b) coinciden los costes medios y marginales a corto y largo plazo. En el grafico 3.5(b) puede observarse también cémo para unos precios del producto inferiores al OP las tres empresas representadas obtendrian necesariamente pérdidas ya que nunca podrian cubrirse ni tan siquiera los costes medios a largo plazo. Obsérvese por tltimo, que cuando los costes marginales son crecientes, y se cumplen por tanto las condiciones de segundo orden de maximizaci6n del beneficio, las funciones de costes marginales a corto son més rigidas que las de marginales a largo. Este resultado es significativo porque las curvas de costes marginales repre sentan la funcién de oferta de la empresa en condiciones precio-aceptantes, lo que indica que la curva de oferta a largo. plazo es mas eléstica que las de corto plazo. La l6gica intuitiva del resultado es evidente, ya que a largo plazo todos los factores pueden variar y, por tanto, es de esperar se produzca una adaptacién mas completa a la nueva estructura de precios que cuando dicha adaptacién s6lo puede hacerse sobre algunos de los factores productivos. El resultado es, por lo demés, generali- zable a cualquier distinci6n entre plazos formulada en otros contextos (por ejemplo, si hubiésemos considerado plazos de adaptacin en las demandas-flujo del consumi- dor, el resultado se mantendria). Teorema 3.10 (Le Chatelier, Samuelson). Las funciones x = x(p, @) de oferta de Ia empresa competitiva a corto plazo son més rigidas que la de largo plazo. Y tanto més rigidas cuanto mayor es el niimero de factores considerados fijos. Demostraremos el caso particular de un corto plazo definido por la constancia del factor productive Y, que define un conjunto de combinaciones técnicamente posibles ¥(V;). Es decir, habra que demostrar en particular que se cumple: ha

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