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IV. EL ESTADO DE LA INVESTIGACION soBRE sisTeMAs | 1. Tres enfogues od 2. La controversia - Sartori. . ESTADO DE LA INVESTIGACION 3. Sit i SOBRE SISTEMAS ELECTORALES*. -dretar Wohlen E1 conlexto hace Ia difewnca: FelorroS nghitucwmales y el ; enboque histérico- empiric” | 5 mocrat ~Gapitule IV (Huntington, 1991), en euyo transcurso ha surgide un gran - HT-uNaM, 2003 \ mero de nuevos sistemas electorates. También en los paises . cidentales industrializados a cues -Pags. 61-79 diferencia de lo que yo mismo so lenta que en tres paises | ‘sealizaton_reformas elec \ expansién del campo de cos en la investign las ltimas décadas, izat los pro- de los sistemas electorales en afios ochenta, al cabo de un intento de exponer el state of the art nidad, Arend Lijphart (198: tentes. Desde entonces sido publicados varios trabajos que * Conferencia pronunciade dh Instituto Federal Electoral, en el dad d esta edi sd €1 24 de septiembre de 1996, Texto revisa a ee Z fee e DIETER NOHLEN pueden ser denominados como verdaderas contribuciones a la invest Electoral Systems and Party Sys- embargo, los déficits seftalados por modo han sido supe- Lijphart en aquella ope: rados. Por el contrati las terminolégicas y con- ceptuales entre los investigadores se han incluso acentuado ecuencia de la mayor diferenciacién de tos sistemas ‘clectorales a través de las nuevas cor mes. Ademés, en e] Contexto de la asesoria politica, a la cual se vieron convoeados los investigadores durante los procesos de democratizaci ro Comparative Constitutional Engineering, pu- atacé fuertemente a los investigadores, o me- Jot dicho al grupo que representa un enfoque critica, y puso en duda, en el fondo, la capacidad de la inves sién sobre siste- ‘Mas ¢lectorales de contribuir con resultados titiles a la consulto- ‘tla politica. En pocas palabras: pese a las valiosas contribucio- nes al campo de est disciplina parece estar més alejada isfactorio en cuanto a los resultados, ferirme principalmente a los trabajos més destacados en Naturalment muchos de los que y la p sistemas electorales no se encuentren al nivel actual de - cla, No me ocuparé aqui de tales escritos y opiniones. También cs lamentable el hecho de que en el campo de los sistemas elec- torales pareciera existir un as! fa sus conch resulta fatal en este caso es que aquellos que cultivan este ‘con. 1 ba tercera edicién corresponde al ao 2003, con el posfecio: “La tran- sioi6n en México, chacia dénde?” (N. de la E:) EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA @ ventional wisdom? por lo general piensan que ya saben todo lo que hay que saber sobre sistemas electorales, por lo que no yen Porqué deberian tener en cuenta los resultados de nuevas inves tigaciones. Esto es vélido con respecto a la mayor parte de los Politélogos. Aqui no me referiré més a este tema. Finalmente, hhay que considerar que las cuestiones relativas a los sistemas electorales son cuestiones de poder y ponen en juego intereses de poder, y que en el discurso puiblico sobre sistemas electorales no se trata tanto de llegar a un conocimiento més profundo o ‘una mejor perspectiva, sino més bien de imponer valores y pro- ‘Yeetos politicos y personales. En lo que sigue, tampoco profun- dizaré mis este aspecto, que incluso puede s bates cientificos (puede explicar porqué los cientificos cambian Su opeién por un sistema electoral en el transcurso del tiempo) 1. Tres enfoques distintos Primero distinguiré tres enfoques cién sobre ‘prender mejor las diferencias entre los im ‘les y entre distintos resultados investi de gran importancia para el andl cién de los sistemas electorales, én para la asesoria politica. La di rios: mormativo versus empirico y Desde una perspective teérico-cientifica, la primera distincién podria describirse en términos de procedimientos deductivos e induetivos; la segunda, en términos de métodos estadisticos y comparativos. EI primer enfoque se puede denominar normative? En el ‘marco de este enfoque los sistemas electorales se estudian a pare 2 El concepto normativo se refere aqu no a ronmas legales, sino avai sores € ideales, como se desprende bien de los elementos que cardcleriow 4] respeciivo enfoque, 6 DIETER NOHLEN ‘tire convicciones teéricas 0 casi axiométicas, vineuladas a teo- ‘Flas dela democracia o del buen gobierno. Asi, por ejemplo, la opcién por el sistema de mayoria relativa se fundamenta con el argumento de que sélo este sistema electoral refleja la esencia’ del gobi umentario 0 de la democracia con plena res- de los gobemantes, Un buen ejemplo de dominante durante més de un siglo a partir de los debates entre John Stuart Mill y Walter Bagehot, es el isofo Karl Popper, quien defendié su opcién por un deter- tema electoral recurriendo a un fimdamento de filoso- icjado de Ia experiencia empirica, pese a ser, en su epistemologia, un defensor a ultranza del examen empirico (mé- todo de ensayo y error). Es cierto: el enfoque normativo implica gener Pronunciarse en favor de uno de los pi “Tepresentacién y de un sistema electoral correspo: En este enfoque se sostienen certezas en cuanto a los efectos y ven tajas de determinados sistemas electorales, a menudo sin tomat ‘en cuenta lugar y tiempo, El tipo de afirmacién que lo caracte- riza es, por ej or mayoria es mejor sistema electoral de lidad es el que mejor se corresponde con la esencia de la la esencia del gobierno parlamentario”, eteéte- partir de un caso se hacen dedueciones que con- © todos los casos, es di con caricter de ley, tales como: dad conduce al sistema bipar El estudio teorico de los sistemas electorales, de las ventajas: -y-desventajas de los principios de representacién, su vinculacién ‘con la institucionalidad politica en general y con la dinémica de relativa; véase The Beonomist, el 23 de al EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA 6 os procesos politicos, sigue basiindose en los esc ‘que normativo, Es més, mucho de lo que el no-especialista en la materia cree saber sobre los sistemas elector les, se basa nor- ién en cuestiones nadas con los sistemas electorales que tienen una relevancia real ¥, asimismo, en no efectuar apreciaciones en fi ica de la propia metodologia estadistica, ‘un gran naimero de casos para llegar a resultados enfoque trata de incluir en el estudio la mayor c: de sistemas electorales, integrando para ello la dim: rica y la internacional vo, el enfoque em de tratarlos estadisticamente como ‘rlacién multicausal, Es tudio de los sistemas electorales y sus ef nuevo enfoque, como a Io largo de esta que mejor representan al enfoque empirico-esta pionero de Douglas W. Rae (1967) y la gran im le ‘Arend Lijphart, arriba mencionada, permite visualizar el progre- $0 hecho por este enfoque. Sin embargo, este enfoque se centra sen lo que se puede medir,e intenta preparar el material historieo- 66 DIETER NOHLEN de manera que sea apto para el andlisis estadistico. Este proce- dimiento puede Hevar a veces a resultados insatisfuctorios 0 in- ‘cluso falsos, como por ejemplo en el caso del sentacién proporcional personalizada de la Repabli Alemania, a cuyas citcunscripeiones Rae (1967, 46) adjudicé un tamafio promedio de valor dos‘ También puede bios conceptuales (por ejemplo, ampliando la defi pio concepto de sistema electoral), y llevar a reduccionismos en el anilisis de los sistemas electorales concretos para facilitar la clasificacién (por ejemplo, en el caso de Io: temas de partidos politicos), ast como los criterios generales dé. evaluacién y de contexto, impreseindibles para apreciar los ro- sultados empiricos. El tercer enfoque es empirico de orient ccentra en el estudio de los sistemas electorales concretos y en el “anilisis de su contexto socio-politico, 1o cual resulta indispensa- ble para comprender su funcions paracién con el empirico-estadisti vorindividualizante, lo cual es objeto de eriticas desde el eampo estadistico. No obstante, e! enfoque hi bién comparativo. Y de importancia del caso individual, dado que sélo a través del camino inductivo puede llegarse a un conccimiento tedrico, empiricamente fundado, Ademas de reco- surado al primer uno es igual a dos), sino correspondiente al amano del Parlamento, BL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA o nocer la importancia de la elaboracién de hipétesis y teorlas en la comparacién, este enfoque Coloca un énfasis especial en fa precisién terminolégica y en el trabajo clasificatorio. Es cierto que a veces, en los estudios nacionales, se desc comparativo, el cual es clave en el enfoque hist Al mismo tiempo, hay que reconocer que, en comparacién con los otros dos, este enfoque es el que mis se presta a la asesoria politica en el ambito de los sistemas electorales. Hay que desta- car en particular que esto implica no pronunciarse en favor de un sistema electoral antes de haber estudiado detalladamente los factores contextuales. El enfoque histérico-empftico puede ob- servarse, por ejemplo, en mis propios escritos (Noh versién castellana de 1981; Nohlen, 1991, versién cas 1994; Ne 1996; asi como —por supuesto— las subs tes reediciones, N. de la E.), Estos tres enfoques estén presentes en cientifico. No obstante, hay que acredit campo de investigacién de los sistemas electorales sobre todo @ ‘Tos dos enfoques empiricos, En realidad, el enfoque normativo esti agotado, Sus interrogantes no son de ninguna manera obso- letos; pero no son de esperarse nuevas 0 mejores respuestas que las que ya fueron dadas al cabo de los debates clasicos. En cuanto a los enfoques empiricos, no esté en absoluto des: scartado que el investigador de orientacion empirica tenga prefe- rencias normativas, Esto es respecto de Arend Lijphart, ‘cuya preferencia por la representacién proporcional es conocida por todos, o de Giovanni Sartori, quien recientemente se pro- nuneié en favor del sistema de mayoria absoluta en circunscrip- cciones uninominales. Dice Sartori textualmente: that if there is a ‘best’ electoral system, system wide range of adaptabi debate politico y GSTS ESSSTSNSD 80, to be sure, that no electoral system is best for En los tiltimos afios, yo mismo me he expresado crecientemente en favor de sistemas electorales combinados con efectos propor- 6 DIETER NOHLEN EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA % cionales, 0 sea, por sistemas electorales que cumplen con ciertas 2. La contvoversia con Arend Lijphart y Giovanni Sartori funciones y flexibles en su adaptaci6n a las circunstancias del lugar, aunque sigo sin tener mi sistema nas electorales que se adaptan mejor Y que mencioné anteriormente, los problemas conceptuales y de de acuerdo a las circunstancias, ‘otro tipo que hoy como en el pasado o incluso més que nunca jiguiente esquema resume telegréficamente las diferencias enfrenta la investigacién sobre sistemas electorales. Lijphart tra~ entre los tres enfoques: ‘baja, como es sabido, de modo comparativo, pero no en el tido histérieo-empirico, coherente con su valoras yates Nametve eee frente al método comparado, que expuso en dos articulos sobre Game Anolis Descriptive el método comparado publicados en 1971 y 1975 respectiva- Sechawns 7| sian | Ginpatemtaets | Garton neta, Roe OI Cet ve ol tatoo couuer ade deialecscs’ >| Werkleanios bvedis} tiene con el mismo valot que el estadistico y, en algu- ‘universal ‘nos aspec 180 un valor mayor, y trabajo por lo tanto con Grado de Desvinalcin, | Daas gregaies, [Esra a ‘0 del enfoque histérico-empirico (Nohlen, 1994). Una especificidad — | espacio-temporal stn cama parte de mi a t Se 14 en estas discrepancias ee |e ‘en cuanto al método y al enfoque. En lo que se refiere a Sartori’ Boag Baa") Seetiaceo ens cata (1992), estoy muy cerea suyo en varias de mis posiciones de vy universal metodologia y de légica de fa investigacién,’ pero no comparto algunos de sus supuestos cientificistas en €l campo de los siste- “mas electorales. accept, | Undimensona, | Malidimensions Mekiimensina El desarrollo de los sistemas electorales en la iltima década combinaiotio estuva marcado por el jento de cada vez mas sistemas ‘Alto Mediofalto ‘Medio/bajo _electorales combiniadds. Estos sistemas electorales colocan al in- vestigador frente a dific problemas conceptuales y clasifiea- Baja Media torios. En distintas oportunidades he expuesto las dificultades Bajo Mediofbajo que tuvo en sti moment desctipeién y Dicotomicas aleman de representa fcctecps cisamente el sistema electoral alemén es tomado como modelo epee peony | ace | oe a 5 Véase Giovanni Sartori en su muy acertado estudio La pol -y métodos en ciencias sociales, 1992, Véanse también ciones de Nohlen en el Diccionario de Metodblogia Politolégica, Noblen y Schultze, 2002 (N, de la E.), n DIETER NOHLEN por quienes, como dice ‘mayoria con la representacién proporeional. La misma formula- cidn del objetivo es problemética y genera confusién, pues la-re- ‘presentacién’ por mayoria:y-la repr tanto prine enfrentadas anti ‘ma electoral) que se combinan en un determinado sistema elec- total. Esto sucede en la Republica Federal’ de“Alemania, cuyo sistema electoral consiste en una combinacién de la uninomine- lided con la proporcionalidad. Sin embargo, en cuanto al efecto sobre la-composicién del Bundestag, del Parlamento alemén, el sistema electoral personalizado es empero de representacién ‘proporcional. En otros paises, como por ejemplo en México, Ja i paises de Europa , conformanda respect ‘muy distintos de sistemas electorales, en algunos casos i de represent que Arend Lijphart (como también Taage- pera y Shugart, 1989)* ibe al sis lectoral alemin como un ‘adjustment-system’, 0 sea un sistema compensatorio en vez de un sistema proporcional personalizado, le resulta dificil de- 6 Segtin estos autores, “the second vide compensatory seats to those partis w member districts the seat share proportional que nationvvide vote share" lado que el segundo voto constituye la base part dete EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA n terminar la diferencia clasificatoria entre tres tipos de sistemas lectorales combinados existentes en la actualidad: a La representacién proporcional personalizada. Pose a la uninominalidad de la eleccién de la mitad de los diputa- dos, las relaciones de fuerza de los partidos en el Parla ‘mento se corresponden con los porcentajes de votos. La adjudicacién de los escafios a los partidos politicos se produce a nivel nacional. Participan los partidos superado Ia barrera legal del 5% de los votos val efecto de las circunscripeiones uninominales reside princi- palmente en definir dentro de los pat (Candidato de circunseripcidn o ce un eseafio. Este sistema se aplica act nia y Nueva Zelanda, Los sistemas segmentados (0 paralelos). Una parte de los diputados se elige segin la representacién por mayoris, y ‘otra parte segiin la representacién proporcional, De acuer do a la estructura del sistema de partidos y a distrib del voto, el toral puede producir resultados ‘mayoritarios. Este sistema se aplica actualmente en Méxi- C0, Japén, Rusia, eteétera, Los sistemas compensaiorios. Asimismo, existen escatios uninominales y plurinominales proporcionales. Sin embar- 0, se busca compensar las desproporciones en la relacién entre votos y escafios originadas en la representacién por mayorfa a través de los escafios adjudicados de acuerdo a la representacién proporcional. Este intento puede llegar a tener éxito y conducir a resultados proporcionales siem- pre que los actores politicos y los ciudadanos se adapten bien a la mecénica del sistema, De no ser asi, pueden apa~ recer grandes desproporciones en la relacién entre vatos y n DIETER NOHLEN escafios.’ El sistema compensatorio se aplica actualmente en Hungriae Itali a distincién clasificatoria entre tres tipos de sistemas elec- torales combinados es importante pata iluminar le asi llamada categoria de los ‘mixed systems’, una verdadera caja negra en la que hasta ahora se ha venido arrojando todo lo que diferia con de iemas ‘truly mixed, identifica el pr interna, pero no presenta ninguna solucién tipolégica para traba- jar cientificamente con éxito en este universo de nuevos siste- mas electorales. Este trabajo clasificatorio en el campo de los sistemas electo- rales es asimismo importante para establecer tipos de_ sistemas electorates. Con Ia ayuda de estos tipos pueden evitarse dos pe- lado, ef de quedarse atrapado en la mera deserip- conceptos (como representacién por mayorfa y represent: proporcional) que —como se sabe— contienen demasiados ‘aif ferent sames’, de forma que una proposicién generalizante 0 tedrica con base en estas alternativas pierde verdadero contenido informativo. Un tercer peligro se presenta en el enfoque estadis- tico-empi la elevacién (art razones metodolégicas, Segin no cuestionaron el tipo de sistema electoral. Es interesante afla- dir que todas Jas propuestas de reforma que habrian cambiado el 7 Para més detalles y fundamentos de esta distincién clasificatoria véase Dieter Nohlen, 19953. BL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA 2 entonces de la existencia de cuatro sistemas electorales contraria completamente la comprensién hist6rico-politica de la historia electoral alemana de posguerra, En el caso de Lijphart, no electorales esti en funcién del mismo de sistema electoral. jo por un componente que puede ser tratado con precisién estad{stica: el tamafto del Parla- ‘mento. Segin Lijphart, es una variable importante que ejerce una fuerte influencia sobre la proporcionalidad y el grado de multipartidismo; sin embargo, no ha desempefiado hasta el pre- sente ningi papel en la doctrina de los sistemas electorales, puesto que en cierto sentido es autoevidente, El resultado esté determinado matematicamente y, por lo tanto, no constituye un itolégico, En el caso de la barrera de represente- la barrera natural (tamafio de las eircunscrip- la barrera de represen- que las barreras naturales provocan sin excepcidn efectos des- proporcionales entre los partidos representados en el Parlamen- to, mientras que esto en general no es asi en el caso de las ba- rreras legales, No daré més ejemplos. Las deci ynadas me parecen ju 20. Junto al gran recone al mismo tiempo recalear que roblemas conceptuale: icién en el campo de los sistemas ” DIETER NOKLEN relacién entre votos y escafios y les consecuencias ma de partidos. Mientras que los efectos de los primera dimensién pueden ser re- ivamente bien determinados y previstos, la relacién entre el sistema electoral y el sistema de partidos es més dificil de de- terminar 'Y es mucho menos estrecha de 1o que se supone nor- malmente, debido a lo cual no es posible formular proposiciones cuasi-deterministes de validez universal. En este sentido, y si bien Lijphart (1994, 141) la formula con los debidos recaudos, Ja siguiente afirmacién segiin la cual no existitia una “systema. tic relationship between the two (variables, ie. electoral and Party system) at all”, es digna de ser destacada, En una investi ”n que hice recientemente sobre Paquistin (Nohlen, 1995), llegué al resultado que el sistema de may. relativa en eircunscripeiones uninominales en los efectos opuestos a los que ‘caso que ha influid ‘minantemente sobre la teorizacién sobre sistemas electorales y sus consecuencias, En Paquistén, la presencia del sistema pluri- te, de los numerosos independientes y la repre- ersos partidos regionales en el Parlamento, se sentacién de deben en parte al sistema de mayoria relativa, Es més, de intro- duci elementos de representacién proporcional en el sistema ral mayoritario vigente, como por ejemplo una cional de cien diputados junto a las doscientas cireunscripciones inominales, saldrian beneficiados los partidos mAs grandes y se incrementaria la desproporcionalidad en la distribucién de es- caitos, La discusién que mantengo con Sartori se basa precisamente n cuestiones relativas a las consecuencias de los sistemas elec- torales. Como es sabido, Sartori intenté reformular las leyes de Duverger (1957)* sobre los efectos de los sistemas electorales § Sus “eyes socio licen: 1. La representaci6n proporcional con- duce a un sistema plus ta con partidos rigid, estables ¢ independien- my EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA 8 (Sartori, 1986). Quiz ya conocen las eriticas que hice al respec to (Nohlen, 1994, también 1998). En breve, conside leyes de Sartori estén tan det tan acotada de estas condiciones hace que las leyes estén tan ceflidas a casos canere- tos que pierden completamente el carécter universalista que te- nian en el easo de Duverger. En su escrito més reciente sobre ingenieria constitucional comparada, que mencioné antes, Sartori expresé nuevamente su inién sobre la cuestion sistemas electorales en el marco de la funcién de asesoria politica de los politélogos, precisando su posicion: w 1) Mientras yo subrayo que la relacién entre sistema electoral ¥ sistema de partidos es de tipo circular, que los sistemas eleo- torales son tanto variables independientes como dependientes, que la génesis de los sistemas electorales, es decir, los valores ¢ intereses que confluyen en la decisién sobre un sistema electo- ral, ya forman una parte de sus consecuenci variable independiente. Los paises que recién hicieron su transi- cin a la democracia constituyen un campo de investigacién que tes (excepto en el caso de movimientos repentinos). 2. El sistema de mi ‘con segunde vuelta tiende a sma de mayoria idista con partidos grandes © inde pendientes que se alteman, 9. Por ejemplo, la primera ley sartoriana dice: “Dado un sistema de par- ‘ides estructurado y una distribucién pareja de los votos en las cireunscripeio- nes electorales (como condiciones necesarias s_ de representacién por mayor Suficiente para) un sistome bipart un sistema de partidos con estructura particularmente fuerte es par si mismo la condicibn ne cesaria y suffciente para provoear una com labras, esta ley trnsmite como it ide dos grandes) aleanze la mayor nes electorales, el sistema de part ser bipartiista, 6 DIETER NOHLEN nfocar los sistemas elec como variables dependientes (véase Nohlen y Kasapovic, pone de manifiesto la importancia de torah 1996). 2) Mientras yo subrayo que las circunstancias hist ticas,-los factores como Ta cultura politica y las experiencias t6rico-politicas propias de cada pais restringen las opciones rela- tivas a los sistemas eleetorales, Sartori ve una libertad de opeién pricticamente su posicién, segtin la cual los sistemas electorales tendrian con- secuencias con eardeter de ley. Asimismo, en el campo de la tras Sartori (1994a, 29) opina que “a pro- Noblen, N. de la E.) yo estoy absoluta- Llegando al final de mi ensayo, deseo resumir lo que he ex- puesto: En el campo de investigacién sobre sistemas electorales se han logrado considerables progresos en los dltimos aflos, pro- inan los problemas fundamen y clasificato- rmentado, Las diferencias en los enfoques wersia que en el caso de Sartori culmina EL CONTEXTO HACE LA DIFERENCIA n tres enfoques distintos no deberia valorarse de ningiin modo ne- gativamente. El asunto si podria volverse problemético si los respectivos enfogues son adoptados de manera dogmatica y ex cluyente, si se afslan mutuamente, Algo diferente es la er la eritica que, desde la perspectiva pirico, he hecho aqui a Lijphart y a Sartor ss, vale la pena recordarlo una vez més, se cuentan indudablemente entre las contribuciones més valiosas sobre sistemas electorales y sistemas de partidos.

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