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MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAI I. Intropuccion Entre los términos de que. Aristételes se vale para referirse al «Ser» o ala «Esencia» (7d dv, obcia, tO sivan, etc.), hay uno que ha ofrecido mas problemas de interpretacién de lo que es habitual en los demas, y que por ello constituye para los estudios cldsicos una pequefia espina cla- vada, con la que podemos convivir, pero que de cuando en cuando da sefiales de su traumdtica existencia. Se trata de la locucién griega t6 ti fv elvai, combinacién sustantivada de elementos con que se designa algo que habitualmente suele traducirse por «esencia» al francés, inglés y espafiol, y por cosas bastante més com- plicadas al alemdn, Este término plantea no slo los habituales problemas de interpreta- cién hermenéutica de cualquier otro de los términos aristotélicos, sino también un problema propio, ya que no ha sido aceptado por todos los estudiosos de modo univoco cual sea la naturaleza de su formacién gra- matical. 16 ti tv eivar ofrece como objeto de estudio dos cuestiones: la inter- pretacin del imperfecto fiv, que se siente como cosa extrafia, chocante, y la inteleccién de la combinacién sintactica de las cuatro palabras que la componen, Quizd en parte la razén de estos problemas es que el propio Aristéte- Jes, que usa la formula con profusién como término técnico, no explica en ninguna parte de lo conservado de sus obras ni el origen, ni la combi- nacién exacta, ni el significado inequivoco de ella. Hemos de valernos, 86 ISABEL CONDE pues, para tratar de entenderla, de criterios lingiifsticos y de interpreta~ cidn filolégica y hermenéutica de Ia expresién en los contextos en que aparece, cosas todas ellas que no se han hecho juntas demasiado a menudo. Ya Trendelenburg, en 1828 (pag. 478), se queja del escaso trato que las gramaticas dan habitualmente a la lengua de los textos de Aristételes, compardndolo, por ejemplo, con la saturacién que a este respecto «pade- ce» Platén. Todavia hoy es curioso, en verdad, que en las gramaticas mds corrientes de 1a lengua griega no figure, sin ir mas lejos, esta nuestra expresion, 70 tf flv sive, ni como problema, ni como excepcién, ni como ejemplo de nada (y ello tanto en los apartados dedicados al estudio del imperfecto, como en los de la sustantivacién, interrogacion, etc.); y eso que en todos esos campos esta lejos de ser unanime la interpretacién que se le da. Por oposicién es Hamativa la atencién, raleada pero constante, con que de ella se ocupan cada cierto tiempo los exégetas 0 filésofos comen- tadores de Aristdteles. . En este panorama, resulta gratificante encontrar en un par de estudio- sos, E. Buchanan y E. Sonderegger, la proclama de que van a ocuparse por fin de esta cuestion desde un punto de vista lingiiistico: tomando el texto y las expresiones de Aristételes como lengua griega normal, sus- ceptible de estudio en si y de comparacién con otros textos griegos. A esta propuesta me adhiero calurosamente, y por tanto, procedo a ocupar- me también yo de los problemas lingiifsticos que suscita la locucién +6 ti flv eivat, que no considero resueltos, Tl. HISTORIA DEL PROBLEMA Sorprende, ya dije, que Aristételes en ninguna parte introdujera el término, o explicara su constitucién, vista la evidente importancia que tiene en la teoria de la Metafisica en particular, y en el conjunto de su obra en general. Quizd lo que sucede es que, sencillamente, nos falta la obra o parrafos en que esto se hacia; y no es desatinado pensar asi, dada la complejidad de la ordenacién cronoldgica y légica, y la mezcla de tipos distintos de trabajos y de épocas en lo que de Aristételes nos ha perdurado, Véase a este respecto el cldsico libro de Jaeger sobre Aris- toteles (1946). MAS SOBRE. IMPERFECTO: TO TI HN EINAT 87 Lo poco que sabemos acerca del origen de la expresién por el propio Aristételes, es que él la acufié, como parece deducirse de 987 b 34, don- de, después de hacer un repaso a las aportaciones de los fildsofos anterio- res en el terreno de la ciencia de la que él pretende ocuparse en su Metafi- sica, concluye diciendo que él ha sido el primero en ocuparse de este aspecto de la ciencia: 7d 88 ti tiv elvan Kai Thy Odatav, capac pev OdSe- ig Gnodé5mxe, «Pero la esencia y la sustancia, nadie las ha enunciado claramente», en traduccién de Garcia Yebra (1970, pag. 51). Solamente Platén, ha dicho un poco antes, se ha ocupado del tema de un modo aproximado (987 a 7). Al quasi-silencio de Aristételes hay que afiadir la concisién de los comentaristas griegos al ocuparse de este punto. Alejandro de Afrodisias, comentarista de Aristételes del siglo 1 (0 sea, suficientemente cercano co- mo para considerar el texto de Aristételes todavia como parte de su len- gua materna, y suficientemente lejano como para sentirse obligado a co- mentarlo a veces gramaticalmente) después de calificar a tO Ti iv elvan de término técnico que ha de tomarse corho un conjunto, sefiala que el imperfecto fv no estA usado aqui para significar tiempo pasado, sino que esta en lugar de un éoti, cosa que califica de «uso habitual», y para mejor ilustrarlo, pone como ejemplo de este uso una frase de habla coti- diana donde también puede usarse un fv por un éoti (C.A.G., II, 2, 42): 10 St 1 fy sive G¢ Ovopatixdy HEV ovAAaBdy seviivoye, onpaiver BE 8 1 Ti Lot 7d eivar onHaivay t Spiots", TOOT’ ott AdyOS Sndwrixds 105 ct notE gor TO elvan Exeive od Eat Spos’ 1H va Av 087g tob napedndnBétos xpdvov SndatiK® xéxontar vOv, AAA” vt Tob ‘Borw” avvins 8 A ToLAKT ypAes’ 6 yap Aéy@v “tobTo iv’ loov Aéya 1 ‘toto Eout', 16 “iv Avti to “Eo” ypauevos, Kal 6 dé Ug Av 6 KéntwV TiV Bbpay; dvti Tob “rig Eorw 6 KéRTOV Thy Oipav;* Reyer. Y¥ ya no dice nada més acerca de ello, En general, como digo, los comentaristas cuya lengua materna es el-griego, no sienten la expresién con tanta extrafieza como otros, y sobre ella, si dicen algo, es mas 0 menos lo mismo que Alejandro. En la Edad Media latina, en el siglo xi, Guillermo de Moerbeke tradujo literalmente la locucién por las palabras latinas correspondientes gramaticalmente: quod quid erat esse; y luego Tomas de Aquino, por el neologismo quidditas 0 por essentia, traduccién esta tiltima que, trans- 88 ISABEL CONDE crita convenientemente, ha tenido una gran aceptacion en la tradicién de las traducciones al inglés, francés y castellano, donde es practicamente unica, G. Budé, por su parte, en sus Commentarii Linguae Graecae de 1548 (pags. 101 sigs., 181 sigs.), habla un par de veces de 10 ti Hiv elvor en el capitulo en que se ocupa de los imperfectos que se usan donde debiera usarse en buena légica un presente. El toma esta construccién como nor- mal en la lengua, y la califica de Attice dicitur, siguiendo, probablemen- te,. la tradicién de los escolios. Justamente él utiliza esta nuestra expre- sién, junto con otros textos de varios autores (desde Homero hasta el Evangelista Juan, pasando por Aristéfanes, Platén, Luciano, etc.), para ilustrar este uso del imperfecto pro éot1, sin atribuirle mayores proble- mas, pues lo fia a la espontdnea comprensién del lector. Fue A. Trendelenburg quien en 1828, en un articulo publicado en Rheinisches Museum, levant6 la liebre de una posible interpretacion her- menéutica para ese imperfecto.%v, cuestién cuya polémica sigue abierta hasta hoy, dandose el caso curioso de que son los, autores ingleses y ale- manes (cuyas lenguas maternas, con una sola forma de pasado simple para el verbo, carecen de la oposicién de formas verbales de imperfecto y de aoristo) los que mayores problemas y mds alambicadas soluciones parecen encontrar para explicar la aparicién en la férmula de ese fv. Se ha Ilegado hasta el punto de inventar la expresién «imperfecto filosofi- co» para referirse a este tipo de casos, y el comin denominador de las interpretaciones que se han dado desde entonces, es que el imperfecto adquiere a partir de Aristteles un significado particular que constituye el nucleo de la expresién y que la hace especialmente oscura. El imperfec- to se ha entendido sin excepcién como un problema de la terminologia aristotélica que constituye una molestia desde hace 150 afios. Por lo comin, se agrupan este tipo de trabajos en dos grandes cam- pos: uno en que estén los que atribuyen al imperfecto un valor ontolégi- co, y otro en el que estan los que se lo atribuyen meramente dntico, Trendelenburg mismo parece adscribirse a este tiltimo, aunque no ignora el comentario de Budé sobre el uso de este tipo de imperfectos en la lengua coloquial. El propone para tO ti jv iva ta traduccién: Das, was war das Sein, das heisst, das gedachte Wesen vor der Wirk- lichkeit der Sache (pag. 481), «do que era el ser, 0 sea, la esencia pensada con anterioridad a la cosa». MAS SOBRE IMPERFECTO: TO Ti HN EINAL 89 El imperfecto expresarfa, pues, la anterioridad causal de la Forma en relaci6n a la Materia, siendo Forma y Materia entendidos en el sentido que tienen en la teorfa hilemérfica de Aristételes. Natorp da también su interpretacién en su conocido Platos Ideenlehre (pag. 2): was es fiir das jedesmalige Subjekt in allen vorkommenden Fallen iden- tisches ‘war’ oder bedeutete, wenn ihm das und das als Pradikat beige- legt wurde, «lo que resulté idéntico en su ser (0 significado) para cada sujeto, en cada caso habido, en que le fue aplicado como predicado». Y también para Ross, clasico estudioso de Aristételes (1937), este im- perfecto filoséfico se refiere a algo afirmado (stated) con anterioridad en el argumento; serfa una forma braquilégica de enlazar con algo ya dicho, sin empecer los tradicionales significados de duracién y preexisten- cia que de modo general sc-atribuyen al imperfecto, y que Ross recoge. La interpretacién de Tugendhat (1958, pag. 15) es mas enrevesada, y renuncio a traducirla: «das, was flir es sein Sein (vor allem Zusammen- gekommen sein) schon wary. Para F. Bassenge, la expresion se refiere al «Ser actualmente inheren- ten: «das jeweils zugehdrige Sein», y asi aparece reflejado en su traduc- cién de la Metafisica en 1960 en Berlin. El mismo afio, en un articulo publicado en Philologus, trata de aclarar con més precisidn el valor que lL ve en el imperfecto: Hv preguntaria por el conocimiento adquirido de la cosa en una definicién anterior: «nach der in der Definition frither gewonnenen Erkentnis der Sache [fragen soll}» La tradicion espafiola, escasa, sigue a la alemana: Garcia Yebra atri- buye a la expresién el significado de esencia considerada en abstracto, con anterioridad légica frente a la cosa constituida por tal esencia; en otras palabras, es el contenido abs- tracto de la definicién (1970, pag. XXXVIID. De Buchanan y Sonderegger ya dije que son los tinicos que ponen explicitamente en relacién la interpretacién de 1 ti fv sivar con cuestio- nes puramente gramaticaies de la lengua griega. El primero de ellos (1962) da por sentado que esta expresién, tal como la conocemos, es el resultado de la fijacién automatica de una expresién técnica que, en algin contexto determinado, desconocido para nosotros, 90 ISABEL CONDE tuvo su significado pleno y relevante alguna vez. En la ignorancia de este lugar, sugiere Buchanan, sélo puede decirse que la expresién signifi- caba originariamente, la respuesta que se ha dado a la pregunta expresa que incluye, «in other words, td ti fv eivat represents a definition al- ready agreed upon», «una definicién en la que previamente se ha conve- nido». Esta interpretacién del imperfecto, continta, supone mas una re- ferencia al significado que est implicado en un uso anterior de la pala- bra, que a algiin tipo de profundo significado metafisico. El imperfecto afiade poco, concluye, si es que afiade algo, al significado filosdfico de la locucién. Pequeiio problema que él no oculta, es que aqui, en td ti jv iva, falta el objeto de referencia, el uso anterior explicito. tT ti jv eivan significaria, pues, «the what-it-was-to-ben, i.c., «what it was for each thing to ben: «essential nature». Y es E. Sonderegger el ultimo de quien tenemos noticias por ahora de que se ha ocupado de este tema. En 1983 se encara con la locucién poniéndose como programa un tratamiento lingiiistico: el imperfecto de 10 ti fly ivan, afirma, no forma parte, o no estd basado, en Ia lengua especializada de Aristételes, como tantos otros términos, sino que:su in: teleccién es un problema de lengua coloquial («Umgangsprache»). Aris- toteles no habria dado un sentido especial al originario gov al usar el imperfecto en su lugar, sino que se habria valido de una asentada formu- la de pregunta en imperfecto para utilizarla en la formacién de su térmi- no, donde vendria a preguntar: «;Qué es el ser en su primer sentido?» (pagina 37). Mantiene Sonderegger Ia tesis de que la expresién ha sido construida bajo la aplicacién de la pregunta de habla corriente, habitual al menos desde época de Aristéfanes: tovti ti tiv; La expresién aristotélica, dice, ha de entenderse por si sola a partir de la situacién de habla en que seria usada la pregunta: ti tiv; Yo estoy de acuerdo en que esa relacin existe, pero no coincide en su interpretacion de la pregunta aristofanica, y ésa en parte es la razon de este trabajo. Para él, tovti ti tiv; se dice en una situacién en que se pregunta por algo que se tiene «ante los ojos», que siempre conlleva asombro, e inquiere por la cosa de un modo general; «de entre todos Jos posibles horizontes», dice un tanto abstrusamente, «se pregunta por la xp&tm odcia». Es claro, afirma, el uso de ti 8011; como pregunta filoséfica por exce- lencia; y si esté més justificado atin, es en este caso, en que se trata MAS SOBRE IMPERFECTO: TO Ti HN EINAL 91 de un discipulo, por lejano que sea, del mundo platénico, y socratico en ultima instancia (1078 b, 23 sigs.); queda entonces por aclarar sélo el imperfecto de la variante ti tiv; al que Sonderegger da la explicacion que aparece en la Syntaxe de Humbert para este tipo de imperfectos que aparecen donde se esperaria un presente: se trata de un «emploi fami- lier», en que se unen presente y pasado por un especial interés de la situacién o de los hablantes. Y queda todavia mas justificado el imperfec- to, sigue Sonderegger, si se tiene en cuenta que el gov: de la pregunta normal ti Zom1; es dtono, por lo que, colocado en la expresién completa v0 ti Hiv sivan, echaria el peso actistico de la pregunta en ti, no en got, y se desvirtuaria el sentido de la pregunta, que inguiere por la mpatn oboia, por un dott, no por un ser de elS0¢, por un Ti. Sin embargo, uno no puede sustraerse a la impresién de que, querien- do escapar en un principio a la investigacién hermenéutica, Sonderegger ha caido de Ileno en ella en este punto. En mi opinién, su interpretacién de la pregunta aristofanica tovti ti tiv: y de lo relacionado con ella no es correcta, 0, al menos, no es completa, Il, EL mMperFecto 3.1. tovti ti fv: He examinado uno por uno todos los ejemplos que he encontrado de uso de esta pregunta. Pues bien, una caracteristica muy especial, en la que hasta ahora no parece haber reparado nadie, puede apreciarse en el uso que se hace de estas preguntas, y es que no son preguntas en sentido estricto, primario; que no buscan de verdad obtener de labios del interlocutor la informacién de «lo que es esto», sino que son lo que llamaremos por ahora «preguntas retéricas», Esto es fundamental, por- que orienta totalmente en otro sentido el intento de explicarlas lingiiisti- camente. Los casos son en detalle los siguientes: En Avispas 1510, se presentan jos hijos del poeta Cércino a competir con Filocleén, al que, pasada su mania forense, le ha dado ahora por aficionarse a tragico y bailarin. El nombre propio del poeta y el nombre del «cangrejo» provocan un juego de palabras que se explota como moti- vo comico; y asi, ante la legada del tercero de los tales hijos de Cércino, 92 ISABEL CONDE exclama Filocleén: tovti ti iv 19 mpdoepnov, para luego «contestarse» a s{ mismo inmediatamente: d&i¢ A pada, «{Qué era eso que se arras- tra, una arafia o una vinagrera?». En Aves 1495, aparece Prometeo, que, embozado y con gran cautela, busca a Pistetero sin conseguir verlo, hasta que es éste el que se percata primero y exclama: &a tovti ti flv; tig 6 ovyKGAUMpoc; «jVaya! ZQué era €s0? ,Quign es el que se tapa?». Acarnienses 157: aparecen unos Odomantes a los que se acaba de anunciar, y Dicedpolis dice touti ti fv; cuando ve que estan circuncida- dos; y se pregunta a continuacién quién les’ ha hecho eso. Aves 1030: recién fundada la ciudad de las nubes, aparece una nube de burdécratas dispuestos a sacar provecho, y he aqui cémo Pistetero, que los conoce bien, da el 1c86¢ («pagan) prometido al inspector que acaba de ofrecerle sus servicios: con un mojicén; ante lo cual replica el inspector tovti ti iv; que no es, como podria parecer, una pura excla- macién de asombro 0 dolor, ya que irimfediatamente manifiesta su deter- minacién de tomar testigos’' de que se ha agredido a un inspector. Acarnienses 767: el megarense, muerto de hambre, trata de vender a sus hijas diciendo que son yoipor (palabra que significa tanto «cerdos» como «genitales de mujer»), y como Dicedpolis dude y se malicie de que hay algo raro, aquél le invita para que toque y se convenza por si mismo de lo gorditos y lustrosos que estén. Y al tocar, exclama: tovti ti fv 10 mpayna; Avispas 183: Filocleén, a quien se tiene retenido en casa por su enfer- miza mania de asistir a todos los juicios, intenta fugarse valiéndose de la estratagema de Odiseo y sus compaiieros: intenta salir atado al vientre de un asno. Pero es descubierto por un esclavo y por el propio Bdeli- cleon, que ya se lo esperaba, y que le dice: touti ti fy, tic st not’ GvOpean” éxéov; Liststrata 445: el magistrado ordena a un primer arquero que arreste a Lisistrata por insolente. Pero el arquero no cumple la orden, ya que el coro de mujeres, que defiende a Lisfstrata, le amenaza; entonces el magistrado pasa la orden a un segundo arquero que, como era de espe- rar, se inhibe por la misma raz6n: tovti ti iv; nod to&dtng; Lisistrata 350: el coro de mujeres se dirige a auxiliar a unas compaiie- ras, a quienes el coro de viejos se dispone a chusrrascar: tovti ti fv; Gvdpeg néveO novnpol. MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN BINAI 93 Ranas 438: en su viaje por los infiernos, Jantias, servidor de Dioniso, lleva a cuestas el hato de equipaje, y esta ya cansado de Ilevarlo y de casi no tener oportunidad de descargarse, pues apenas lo ha hecho en una parada, ya le esta diciendo su amo: «Cargalo y vamos». Y al repetir- selo por tercera vez, Jantias ya no puede contenerse: tovti ti fy 10 mpay- wa GX # Atds KépwOoc év toig otpdpyacr; En dos pasajes, Ranas 39 y Pluto 1097, la situacién consiste en que se llama a una puerta y, al abrirla y no ver a nadie, dice el de dentro: tovti ti iv; obdsig Eoucev. No de Arist6fanes, sino de Platén, es Banquete 213 b: Alcibiades, borracho, se acaba de echar en un lecho, y justo en ese momento se da cuenta de que se ha echado junto a Sécrates, a quien no esperaba alli: & ‘Hpdxherc, tovti ti tiv; Z@Kpérng odtoc; Todos éstos son los casos de touri tf fv; que yo conozco. Para que se vea el contraste con la situacién de verdadera pregunta, en que si se desea obtener informacion del interlocutor, veamos un ejemplo de ella: en Aves 1036, apenas acabado de echar a mamporros el inspector, entra un personaje nuevo que va leyendo ciertos términos legales en unos pape- lotes, y le pregunta Pistetero: touti ti Eotw ad KaKdv tO Bidiov; a lo que’el personaje le contesta pomposo que él es «vendedor de decretos». Después de observar y estudiar cada uno de los casos detenidamente, y de tratar de ver qué puede haber en ellos de comun que pueda ser Jo que propicie la aparicién del imperfecto, tratindose de una expresién tan tipica y casi automdtica para algo, he llegado a la conclusién de que a lo que de verdad equivale touti ti jv; es, no a una pregunta en sentido estricto que busque averiguar qué es esto, sino a algo como una apela- cién, parafraseable por un «ZQué les parece?». Pero no es eso todo; eso sélo no justifica el imperfecto de por si. En touti ti tv; hay que entender que, ademas de la pregunta, hay implicito un mecanismo de cita un «Qué decir de esto?», «{Cémo llamar o denominar o calificar ‘a este personaje, a esta situacién?». Y la prueba de que algo debe de haber de ello es que casi siempre el hablante se contesta por si mismo, haciendo él la calificacién. Creo que la pregunta seria propiamente, si pudiera notarse con nues- tra puntuaci6n: «j4Qué era eso?!», entonada como pregunta de algo que no se cree o no se admite; como si alguien hubiera pronunciado previa- mente, en un momento anterior, cl aserto: «esto es x», y luego se le 94 ISABEL CONDE pidieran cuentas de su aserto, que no resulté ajustarse a la situacién. El imperfecto seria entonces aqui un mecanismo de cita en estilo indirecto «libre», podemos decir. De hecho, ya Stahl (1965, pag. 106) lo interpreta de modo un poco parecido al comentar que con tovti ti fv; «auf eine als bekant vorausgesetzte Tatsache wird hingedeutet», «se sefiala con el dedo a un hecho que se presupone como conocido». Este tipo de construcciones de cita en estilo indirecto, basada sélo en el uso del imperfecto, no son ajenas al castellano y a otras frases del propio griego, francés, latin; incluso conozco algunos ejemplos en japonés. Cualquiera conoce, y no calificaria de agramaticales frases co- mo: «jgTU venias mafiana a las cinco?!», con el significado de «,Ta dijiste/Se dijo que ti vas a venir mafiana a las cinco?». Ya me ocupé del estudio de algunas frases de este tipo en griego, en un trabajo anterior (1985) que giraba en torno a la frase de Cérmides 159 d: 4 5 ye c@@pocbvn &ya8dv T fv; Alli trataba de demostrar que tal uso del imperfecto en frases atemporales, pedagégicas, era un. uso metalingiiistico, de cita de frase ya dicha: «jNo dijimos que la sensatez es una cosa buena?»; y efectivamente, puede rastrearse alli un parrafo elogioso anterior en el que quedé establecida por derivacién la bondad de la sensatez, a la que ahora se apela en cita por medio del imperfecto. El propio Aristételes, y Platén, y Alejandro de Afrodisias, por ejem- plo, se valen con profusion de este muy econémico instrumento de cita, Pues necesitan mucho, por la naturaleza lingiifstica de su obra, volver a traer afirmaciones o definiciones que ya quedaron establecidas, y de las que se necesita a cada momento echar mano como punto de apoyo para hacer avanzar la investigacién o el razonamiento, 3.2. La cita indirecta Pequefio problema se plantea, sin embargo, cuando es dificil ver, tras ese mecanismo de cita, el aserto que subyace a él. Incluso en algunos de los casos de la pregunta aristofanica tovti ti tiv; es dificil decir que esa pregunta esté hecha sobre un enunciado explicito anterior; por ejem- plo, cuando se hace tras oir los golpes de llamada a una puerta, es claro que resulta forzado interpretar parafraseando: «;Qué se dijo que es eso?» Sin embargo, esto no debe desanimarnos, pues para el uso del imper- fecto como mecanismo de cita indirecta, veremos que no es condicién indispensable que ese enunciado haya tenido que ser pronunciado en un MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAL 95 momento cronolégicamente anterior en la linea del tiempo al momento de ser enunciado el imperfecto mismo en Ia frase que hace la «cita», es decir, anterior al momento de enunciar: «x era y» Y el caso extremo que puede invocarse para solucionar esta aparente aporfa, es el de ejemplares de enunciados en que la frase 0 enunciado citados podran ser s6lo dichos después del momento del enunciado del imperfecto de cita (aparentemente pasado): se trata del muy frecuente caso, en castellano que yo sepa por ahora, del reparto de papeles entre los nifios cuando se disponen a jugar '. A los extranjeros les choca parti- cularmente, me consta, el ofr a nuestros nifios, decir cosas como: Yo era el sheriff, y ti eras el pistolero; y ut robabas un banco y yo te perseguia, Incluso mucha gente recordara sin duda aquella cancidn exitosa de hace algunos afios que decia: Cogete de mi, / vamos a jugar, / éramos un tren, / cha-ca-cha-ca-chd. Es claro que aqui wnicamente pucde entenderse el imperfecto si se considera como el mecanismo de cita de una frase © enunciado que puede ser. pronunciado en un momento que hay que calificar-de «futuro» en la linea del tiempo que se delimita respecto al momento de decir: éramos un tren; y que, mds 0 menos, si hemos de reconstruirlo con anterioridad, va a tener esta forma, podemos decir: Somos un tren, o bien, Fuimos un tren, segiin que se quiera hacer consta- tacién de una situacién, o bien hacer el referimiento de un suceso ocurrido. Siento no poder aportar ejemplos de algo igual en griego o en otra de las lenguas indocuropeas que tengan formas verbales de imperfecto, pero confio en que es sélo cuestién de tiempo y de buscar, el hallarlos ?, La cita indirecta puede hacerse no sdlo para repetir el enunciado tal cual, sino también para someterlo a proceso de negacién o de interroga- cién: Pl., Banquete 198 d, td 5é &pa tg Eoucev od todto Fv TO Karas énaweiv dtiobv. Veamos ahora otros ejemplos de imperfectos en usos considerados extrafios, que no son otra cosa que casos de mecanismos de cita también: En Pluto 406, dice Blepsidemo, hablando de la ceguera del dios Plu- to, y de la necesidad inexcusable de que se cure: odkovv latpév sioaya- ‘yéiv éxpiiv twa; que no es necesario traducir, como aparece en alguna version publicada: «No convendria lamar a un médico?», ya que en ' Debo esta sugerencia al profesor A Garcia Calvo, que me propuso tratar este aspecto del_imperfecto, ? Ya en prensa este articulo, encuentro alusién a este mismo uso para el francés en Léon Thomas: «Contribution a l'étude du parler mignard», BSL 77, 1982, 41-81. 96 ISABEL CONDE la traduccién se puede mantener en castellano el imperfecto con idéntico uso: «{No convenia llamar a un médico?». Aqui la pregunta es, como en el caso de tovti ti iv; retérica, inoperante en cuanto pregunta de primera instancia o lingilistica, y el imperfecto es un mecanismo metalin- gilistico otra vez, parafraseable por algo como: «;No es este caso uno de ésos en los que se pronuncia la frase ‘conviene llamar a un médico’?» Esto traduciria bastante ajustadamente el sentido del imperfecto, creo yo, Caso parecido es Pl., Banquete 190 c, donde los -dioses, que estan pasando un mal rato por las insolencias de los humanos (se trata del conocido mito del andrégino), se ponen a deliberar qué van a hacer para solucionar el problema. No les es posible («ote eiyov») matarlos, ai tywai yap adtoic Kai iepd ta napa tHv avVOpdxav Aaviteto, «pues en ese caso, los honores y los sacrificios que recibian de los hombres se hubiesen acabado», asi dice una conocida y estimada traduccién al castellano. Sin embargo, no es necesario traducir un irreal que no esta en el texto griego (tengo a la vista el reciente de Dover), donde hay sdlo Aoavitero y no dv hpaviteto. En miopinién, tatnbién puede mantenerse la traduccién con imperfecto simple en castellano, imperfecto que. expre- saria la misma idea que el griego; los dioses se decian en sus deliberacio- nes, podemos parafrasear: «No podemos matarlos, pues sé nos viene en- cima lo que tendria que ser calificado como ‘desaparecieron los honores y sacrificios que recibiamos de los humanos’». En Aves 1488-1493, hay unas frases con imperfecto en las siguientes circunstancias de contexto: el coro se encuentra hablando de la bondad de un pais (cpa) al que describe en términos elogiosos en presente ver- bal (GUvetou); sin embargo, inmediatamente y sin transicién, tras decir que también se puede pascar alli tranquilo, a excepcidn de por las tardes, sigue en imperfecto: ayvxaica 8° obkét" fv oars Evvwyxévew® ai yap évrdzor Tig fipe Ov Bpwrdy véKtwp ‘Opéstn, youvas iv ranyeig On” adtod navea tambétua. No puede entenderse de otro modo este fragmento sino como un caso mas en que también el imperfecto sefiala una traslacién de Epya a AGyoU como contenido de las frases; ahora ya no se habla en ellas de Epya, como se hacia antes, en el elogio en presente; no se habla de sucesos MAS SOBRE IMPERFECTO: TO Ti HN EINAT 97 o de situaciones, sino que se habla de enunciados, Adyot, que alguna vez son pronunciados. El imperfecto puede aqui, como en los casos ante- riores, ser parafraseado: «A estas horas, el caso que uno se encuentra es el que se dice como ‘ya no es seguro pascar’; pues si uno se encontrara con el héroe Orestes de noche, seria un caso de los de decir ‘salié desnu- do y molidito a palos’». Algo asi debe de ser la pardfrasis, en cuyo deta- He de entrecomillado no vamos a entrar ahora porque no deshace lo sus- tancial de la tesis. Cuando Odiseo (y vamos con otro de los ejemplos més lamativos) se encuentra con Ayax en el Hades y éste todavia le demuestra animosi- dad, le dice aquél en Od., XI, 553: «obK Gp’ Eueddes KANGOaL;», «ZAsi que no ibas a olvidar?»; parafraseable como en casos anteriores por un: «jAsi que no puede decirse de tu caso ‘esta dispuesto a olvidar’ / ‘se dispuso a olvidar’?». Y por wltimo, vamos a traer a colacién una frase que ya desde el propio Alejandro se relaciona con nuestra expresién 16 Ti fv ivan, y que es una breve noticia que aparece en Didgenes Laercio (VI, 6), acerca de Antistenes de Atenas, un filésofo admirador de Sécrates, a quien se- guia con entusiasmo. Dice la frase: «np@t6g te dpioato A6yov einwv, Aoyog éotiv 6 TO ti fv A Boul SNAG». La absoluta falta de contexto que tiene, ha desanimado a los estudio- sos de intentar hacer exégesis de tan extrafia definici6n. No obstante, una cosa parece clara, y es que, al aparecer el imperfecto, y no aoristo (€yéveto), parece que AGyog esta tomado aqui en el sentido, no de: «frase que refiere las cosas que sucedieron o suceden», sino en un cierto sentido ontolégico, metalingiiistico, con la idea de: «el AGyos manifiesta el ‘qué era o es’ (una cosa)». ,Cabe entender aqui el imperfecto en el sentido de cita indirecta que hasta ahora he mantenido, de un: «El Aéyo¢ mani- fiesta ‘lo que se dijo que es’ 0 ‘lo que es’»? Es dificil juzgar por la falta de datos. ;Estaba in mente la pregunta aristofanica cuando se escri- bid © pronuncié la frase? No podemos saberlo. 3.3. El estilo indirecto libre La vinculacién entre el estilo indirecto libre (término técnico que has ta aqui he usado con cierta timidez) y las formas verbales de imperfecto, queds establecida para el estudio de las lenguas modernas europeas desde que se usé con profusién la técnica de referir el mondlogo interior o 98 ISABEL CONDE los didlogos entre personajes, no por la cita directa, sino por medio del Hamado «estilo indirecto libre», moda que hizo furor en las novelas del movimiento conocido como Realismo, y que luego se ha usado con cierta asiduidad en la novelistica posterior (Cerquiglini, 1984). En la gramatica tradicional, el estilo indirecto libre se define como, la incorporaci6n al relato, por parte del narrador, de construcciones pro- pias del estilo directo, conservando la viveza de éste en exclamaciones, interrogaciones y demas elementos expresivos, pero previa transposicién de tiempos, personas y deicticos al status propio del estilo indirecto (Es- bozo, 1977, pags. 516, 517). Otra definicién se encuentra en Granados (1972, pag. 209): «el estilo indirecto libre reproduce lo dicho o pensado Por una tercera persona sin necesidad de verbo regente explicito o implicito». Es decir, el estilo indi- recto libre, como venimos anunciando, dice Kyou, «enunciados», no Epya, «sucesos, hechos». Esencial también parece el rasgo que le atribuye el profesor Rubio (1972, pag. 262): por oposicién a la subordinacién, que junto con su verbo regente va bajo un solo contorno entonativo oracional, la frase en estilo indirecto latino, que es del que él habla, dispone de un contorno entonativo oracional propio, haya o no explicito un verbo que lo rija semdnticamente, puesto que éste tendria entonces otro contorno propio. (En los textos escritos, ademés, las frases en estilo indirecto libre se notan con puntuacién fuerte cada una de ellas.) Asi que no es cierto, como sostiene Banfield (1979, pag. 9), que sea una «forme linguistique qui n’existe pas dans la langue parléen; lo que sucede es que, frases que son en realidad de estilo indirecto libre, y que se utilizan con mucha frecuencia en el habla cotidiana, se han tomado, por Io general, como enunciados lingiiisticos normales que «narran» al. 20; ello sucede sobre todo cuando la modalidad de la frase que transpo- ‘en es predicativa. Vamos a comparar algunos de estos casos de estilo indirecto libre ortodoxo, o sea del de las novelas «realistas», donde hay transposicion de frases de modalidad predicativa y no predicativa, y que efectivamente son imposibles de ser enunciados en la lengua hablada, lo que justifica la afirmacién de Banfield: Entretanto, no cesaba de hablarme y me hacia muchas preguntas sin esperar en cada una de ellas a recibir mi respuesta, por entero, a Hay MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAT 99 la anterior. Me pregunts, ante todo, por su pariente don Pedro Nolasco Y por su hija Mari Pepa, de la misma edad que ella, amiga {ntima desde la nifiez, casi su hermana, porque como hermanas se querian... Pues <¥ Lita, Lituca? Bra un serafin aquello, més que mujer. (Qué guapa, qué aguda, qué hacendosa! Si ella fuera hombre y mozo soltero, ya sabia con quién casarse, como Lita le quisiera (Pereda, Peas Arri- ba, cap. XI). Era un bromista y se habia hecho pronto cargo de lo que el capitan queria, Si; habfa comido muchos hombres. ;{Cudntos? No podia recor- darlos. Sf; blancos también. Eran sabrosos, muy sabrosos, a no ser que estuvicran enfermos (Jack London, «Las terribles Salomén», Nue- vos cuentos de los mares del Sur). A un rumor siguié otro, a cudl mds contradictorio. [...] {Se habia seguido la pista a los billetes y habian sido recuperados! jNo habian sido recuperados! jHabia desaparecido una fortuna en joyas! ;No ha- bia desaparecido ninguna joya! (A. Christie, «Problema en el mar», Problema én Pollensa). “Bs asi’, se decia, ‘debe ser asi’. [...] Un Atomo aislado pesaba, por ejemplo, 0,00035 unidades (R. J. Sender, Epitalamio del Prieto Trini- dad, cap. V1). casos, ademas, en que ciertas frases de modalidad predicativa, resulta dudoso adscribirlas al estilo indirecto libre si lo consideramos con los criterios habitualmente admitidos; dicho con palabras del profesor Rubio (1972, pg. 270): «gs el autor o su protagonista el responsable de las aseveraciones 0 de las ordenes cursadas?» Por ejemplo, ,a quién atribuir o en el las frases en cursiva en el siguiente parrafo?: Y al recibir en el dorso de la mano el frescor del lento orvallo frun- cid el entrecejo. ¥ no era tampoco que le molestase ta Hlovizna, sino el tener que abrir et paraguas, ;Estaba tan elegante, tan esbelto, plega- do y dentro de su funda! Un paraguas cerrado es tan elegante como es feo un paraguas abierto (Unamuno, Niebla, cap. 1), siguiente: {Dofia Felicidad estaba leyendo Rocambole| Iba @ dejarla porque se habla dado cuenta de que le aumentaba la indigestion (Eca de Quei- 168, EI Primo Basilio). 100 ISABEL CONDE 3.4, La Duracidn y el Tiempo Tradicionalmente se ha dicho del imperfecto que es la forma verbal usada en la narracién de hechos pasados cuando son, o se quieren presen- tar, como durativos; frente a los que son puntuales o neutros, que irian en las formas de aoristo. L’imparfait exprime V’aspect duratif dans le passé, d’une facon d’autant plus nette qu’il contraste ordinairement avec l’aoriste, dice Humbert (1982, pag. 138) a la cabeza del capitulo que dedica al imperfecto griego en su conocida Syntaxe. En el estudio tradicional de la gramatica castellana, se le asignan tam- bién parecidas cualidades al imperfecto, y parece que en la tradicién de las lenguas europeas que lo poseen, esta concepcién no varia sustancial- mente. Dice el Esbozo que expresa accién pasada cuyo principio y cuyo fin no nos interesa (pagina 446); la atencién del que habla se fija en el transcurso 0 continuidad de la accién, sin que le interesen el comienzo o el fin de la misma (pag. 462). Frente a los tiempos absolutos, que, medidos desde el momento en que hablamos, se sittian por si solos en nuestra representacién como presentes, pasados o futuros, sin necesitar conexién alguna con otras representaciones del contexto o de las cir- cunstancias del habla (pég. 462), Jos tiempos relativos, entre los que se cuenta el imperfecto, necesitan fijar por el contexto su situacién en la linea de nuestras representaciones temporales. En efecto, en un texto como Pl., Cdrmides 153 c: TapaKadeCopevoc obv honalouny tov te Kpitiav Kai tods &ALouc, kal Smyouumy adtoig ta dxd tod otpatonéSov Sti wé Tig AVEporto’ Hparav 32 Gog GAO, facilmente puede invocarse la pertinencia de expresar con aspecto durati- vo las acciones de saludar, preguntar, explicar, etc. Por su parte, en la frase de 154: atap odv Si Kal téte Exeivoc guol Bavpactoc épdvn MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAT 101 16 te Uéye00g Kai 79 KGAKOG’, parece coherente expresar con un aoristo puntual la aparicién de Carmides, stibita, que dejé a Sécrates pasmado. ‘Sin embargo, este apacible cuadro se ve turbado a las primeras de cambio cuando uno empieza a ver en los textos formas en imperfecto empleadas donde sélo muy violentamente puede alegarse «duracién» en el sentido en que habitualmente se entiende; por ejemplo, Pl., Fedén 59 d: éneiSh 5 cevoryBetn (10 Seoporiipiov), eiofpev; EI trece de mayo, el Embajador dejaba su carta de dimisién sobre la mesa del Ministro. Pero no es sdlo eso, sino que incluso el que parecia mds inapelable rasgo del imperfecto, su cardcter de forma verbal de tiempo pasado, pue- de también ponerse en entredicho como he tratado de mostrar ya con algunos de los ejemplos anteriores. Porque, puede decirse, el imperfecto es tiempo pasado grespecto a qué? El verbo, dicen las gramaticas, esta- blece la relacién temporal que hay entre el suceso que se refiere, la «ac- cién», y el momento del acto de habla que lo refiere: y en virtud de esa relacién, el verbo aparece en forma de pasado, presente o futuro, segtin los términos habituales. Pues bien, o el imperfecto no es una forma verbal de tiempo pasado, © su relacién con el momento de habla no es directa, puesto que no Je cuadran los valores que normalmente se establecen para la relacién entre el momento en que sucede Jo dicho y el momento del acto de habla. No se trata ya sélo del uso de yerbos en imperfecto en frases donde no cabe intentar situar lo que se dice en algiin punto concreto de la linea del tiempo que, para atrés y para adelante, se determina a partir del punto del acto del habla (el ejemplo citado de Carmides 159 d: # 5& ye cwppoatvn &yaGdv tI fv, y en general las frases pedagdgicas, claramen- te atemporales); sino que incluso aparecen imperfectos en frases cuya forma verbal propiamente se diria que debiera aparecer en presente (0, como maximo, en futuro), si nos cefiimos sdlo al modo indicativo; por ejemplo, el Pluto 406 ya citado: odkovv tatpov cicayayelv éypiv Twa: Y si todavia se admite, cabe invocar la aparicién de imperfectos en frases donde se diria que el hecho a que se refiere es claramente futuro respecto al momento del acto de habla: las frases de reparto de papeles en el Juego y el ¢No venias ti mafana a las cinco?, a que ya me referi anterior- mente, Resulta curioso por lo demas, el que haya un cierto mimero de frases en los textos griegos, donde el verbo, que va en imperfecto, ha suscitado controversia acerca de si la persona o personas a quienes se refiere esta- 102 ISABEL CONDE ban vivas 0 no en el momento en que fueron escritos. Puede verse Mav- rofidis (1983), que examina algunos de ellos. Si el imperfecto, pues, no indica ni pasado, ni presente ni futuro, en el sentido en que convencionalmente se entienden, o sea, directamente simulténeos, anteriores o posteriores al momento del acto de habla; y si tampoco indica duracién del modo inmediato en que habitualmente se entiende, gqué es lo que indica? {Qué valor unitario de uso puede extraerse a partir de la diversidad de casos que hemos analizado hasta aqui? Parece deducirse que no hay otra posibilidad, segiin eso, que atribuir- le al menos un valor expresamente negativo de esos valores, en el sentido de que no quiere marcar, a propésito, relacién temporal directa con el momento del acto de habla; que deja en suspensidn los valores tempora- les sin sustituirlos por otra cosa que por la pura atemporalidad. Quizd puede compararse, si se me permite el simil, a las situaciones de falta de gravedad a que, en los experimentos cientificos recientes, son someti- dos algunos seres humanos y objetos. Alli, el espacio deja de clasificarse en un «arriba» y un «abajo» para no ser més que un continuum, como podemos apreciar en las transmisiones visuales que se nos hacen de tales experimentos. Por eso ef imperfecto es la forma verbal por excelencia de los apélo- g0s, de las narraciones que son, o se quieren mostrar atemporales; pero no de la narracién de hechos histéricos en sentido estricto (que se vale del aoristo 0 del perfecto), salvo que esos hechos se quieran presentar como atemporales, suspensos en el tiempo, en cuyo caso ya se esté en otro género literario y en otro tipo de expresién lingiiistica. Y tal vez porque, aunque fuera de la linea del tiempo, no dejan de ser estos hechos mirados como «sucedidos», «sidos», cuando son corporeizados en los enunciados concretos, es por lo que se les ha atribuido la etiqueta de «tiempo pasado» que se les ha sentido més proxima (lo de «tiempo relati- vo» ciertamente ya dejaba entrever la vacilacién que provocaba la preca- tiedad en que se sentia hecha la clasificacién). Y lo de calificarlo de «durativo», por otra parte, no es inverosimil que se deba a un intento de reflejar del modo més aproximado esa sensa- cidn de «eternidad» suspensa que provoca el continuum atemporal a que antes me he referido. No obstante, esto deberia comprobarse con mas abundamiento del que yo ahora puedo dedicarle. El imperfecto, en resumen, he tratado de decir, es una forma que sirve de mecanismo de cita en suspensién atemporal, y que denota 26yo1, MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAL 103 no Epya. En la expresién objeto de nuestro estudio, con la que volvemos a enlazar después de este largo excurso sobre el imperfecto, ateniéndonos a las normas del cuadro general que hemos trazado, la forma jv da a la locucién un valor que se puede parafrasear: «El ser que se significa al decir ‘ot’. Esto, en cuanto a la interpretacién del imperfecto. IV. La TRABAZGN SINTACTICA La otra cuestién pendiente de resolverse en la interpretacién de td «i iv elvai es, como dije, la de la correspondencia sintactica con que estan enlazados sus miembros, y, en conereto, la de a quién se refiere el articulo neutro 16 que encabeza la expresion. Alejandro de Afrodisias, una vez mds, orienté de manera decisiva la tradicién al interpretar que el articulo t6 sustantiva la interrogacién, de modo que habria que entender, segiin eso, una trabazén que puede representarse graficamente: 10 ti dy civ Fl dice en su texto, como vimos: onuaiver 82 6 td ti éott tO elvan onuaivay tO Spictd, para luego afladir: todt” Zoi AOyos SNLoTUKoS rod ti noté gout tO evar (CAG, II, 2, pag. 42). En griego clasico, como se sabe, ni una oracién interrogativa, ni un infinitivo, necesitan del articulo neutro t6 para funcionar sustantiva- mente como sujetos 0 como complementos directos. Puede usarlo el infi- nitivo, especialmente si es necesario para deshacer ambigiiedades o para facilitar la interpretacién cuando va acompafiado de numerosos comple- mentos; pero nunca lo leva la oracién interrogativa si lo es en sentido estricto. Si en alguna ocasion lo lleva, y desde luego ése es el caso aqui, su aparicion se utiliza para sefialar que la pregunta no Io es en sentido estricto, lingiiistico de primera instancia, sino que aparece utilizada meta- lingiiisticamente, asi que t ti E071 significa: «lo que hay o resulta cuan- do decimos la pregunta ‘ti Zott’», «lo que se dice cuando se formula la pregunta ‘ti got’». Y estamos perfectamente autorizados a escribir entre comillas ¢l mensaje objeto de tratamiento metalingiiistico: 0 «ti ot. 104 ISABEL CONDE De este modo, justamente ti Zot (que es la expresién lingliistica que subyace a ti tiv, como he tratado de mostrar) aparece tratado en Aristé- teles, y en autores anteriores y posteriores, como 16 ti éott. ‘También 1 elvat aparece con cierta frecuencia con articulo en Aristé- teles y otros, especialmente en la conocida expresin 1d eivat évOpdnep 0 10 dvOpdmy elvan, que suele traducirse como «la esencia del ser huma- no». Por ejemplo, en 1030 a 3: «td ivati eivam, «la esencia del vesti- do», 0 «el ser del vestido» (No nos comprometemos ahora a interpretar si el dativo es subjetivo, «el hecho de que el vestido ejerce la esencian, u dbjetivo, «el hecho de que hay una esencia que tiene como resultado el vestido»). Pues bien, segiin la primera de las frases de pardfrasis de Alejandro que hemos visto, la estructura sintactica de tO 14 Av sivat puede interpre tarse como +6 xy © bien como 0 ie Oy donde x esta por ti five y por eiva. Y la cuestién entonces es decidir, puesto que x es una frase con verbo, si ejerce de tal oracién verbal y 10 y es su complemento (atributo en este caso), 0 bien si ejerce adjetiva- mente con el sustantivo tO y. En la segunda de sus frases de pardfrasis, sin embargo, no cabe duda de que Alejandro se ha decidido por la primera de las dos opciones: tO x wy Qdyos SndwtiKds Tod ti noTE dor TO elvat eKeivp od got Spoc). Y ésta es la interpretacién que por lo comin se ha mantenido tradicio- nalmente: que eivar es atributo de tiv. Como pequeiio truco que se permi- te Alejandro, podemos sefialar el invento de un segundo articulo (t6 civan) MAS SOBRE IMPERFECTO: TO TI HN EINAT 105 que en el texto aristotélico no aparece en los casos de empleo de la locu- cién (también Trendelenburg se vio precisado a echar mano de un segun- do articulo en su pardfrasis: tO ti fv td avOpdaq elvan). Efectivamente, si se interpreta que eivan es atributo de qv asi, a secas, resulta un poco violento; no deja de molestar la sensacién de que algo no suena bien en ese griego; no se le ve bien el sentido al desdoblamiento del verbo. De ahi la continua necesidad de revisarlo. Sdlo Sonderegger, una vez mas, se ha atrevido a poner a prueba tan asentada tradicion, sugiriendo que la relacién entre los elementos de tO

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