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Nee Md LINANIMIDAD oes a En agosto de 1940 un joven pastor evan- gélico, Roger Schutz, se instalaba en el pequefio pueblo de Taizé, cien kiléme- tros al norte de Lyén, cerca de Cluny. Una vocacién personal, completamente nueva en las Iglesias de la Reforma, lo Janz6 de este modo a la aventura crea- dora de lo qué habria de convertirse en la Comunidad de Taizé, cuya vida y actividades son en nuestros dias bien conocidas por los cristianos que actuan dentro de un espiritu ecuménico de tes- timonio comin. La Comunidad de Tai- zé no pretende ser un modelo de vi- da religiosa perfecta, sino que quisiera ser, para emplear una palabra que se repite con frecuencia en su regia, un signo en el mundo y en la Iglesia de hoy, un signo util a todos. En esa linea, los textos que la Edi- torial Herder presenta al ptiblico de lengua castellana y que son como la carta magna espiritual de la Comunidad de Taizé, inspiran la meditacién y la accion de todos aquellos, laicos, sacerdo- tes, religiosos, que intenten discernir las exigencias vitales de la fe cristiana. La Regla de Taizé fue escrita por el prior de la comunidad en 1951-1952 y refleja, por tanto, una experiencia vivida, la de los diez 0 doce primeros afios. Sa- ca, como es natural, sus raices de] Evan- gelio, y se inscribe en la linea de la tradicién monastica de todos los tiem- pos y de todas las confesiones cristia- nas, aunque esta decididamente pen- sada para los hombres de nuestra época. Unanimidad en el pluralismo consti- tuye una especie de prolongacién de la Regla, un libre comentario, escrito en 1966 por el prior y que, naturalmente, refleja también la experiencia de otras etapas del camino de la comunidad. «Taizé es una intuicién del mafana de Ja fe, del mafiana de la Iglesia. De ahi que esta tan en el hoy. Recordemos el Vivir en el hoy de Dios (por Roger Schutz, editorial Estela, Barcelona). De ahi también su _provisionalidad. Recor- demos la Dindmica de lo provisional (del mismo autor). »gNo sera ésta la fe del mafiana, la Iglesia del mafiana? {No estaremos, todos Jos cristianos, ya y por fin, queriendo intuir una Iglesia Unica, en la que vi- vamos de una manera tangible, con unos signos elocuentes y sugestivos, la gran seguridad del riesgo de la fe? »Esta fe del mafiana que, en balbuceos, apunta en Taizé. La que presienten, a su vez, centenares de jdvenes, al llegar a esta colina que comenzé su intuicién cuando ellos no habian nacido» (De la Nota det traductor, CanLos Castro Cu- BELLS). ROGER SCHUTZ Prior de Taizé LA REGLA DE TAIZE en francés y en castellano y UNANIMIDAD EN EL PLURALISMO en castellano j -{t - EAE G54 AQOtIOS Sr 8105 de art tn veg - zB @: ee 3? o ) ) 388 a . -eR a oe po oRe e Version espaiiola de C. Castro Curetis, de las obras de R. Scnutz, La Régle de Taizé y Unanimité dans te pluralisme editadas por Les Presses de Taizé Primera edicion 1968 Tercera edicién 1975 © Les Presses de Taizé (S.-et-L.}, Frame, 1966 © Editorial Herder, Provenza 388, Barcelona (Espana) 1968 ISBN 84-254-0503-3 Es PROPIEDAD DEePOstTo LEGAL: B. 40.475-1974 PRINTED IN SPAIN Graresa - Napoles, 249 - Barcelona A mis hermanos Rocer Scnutz Prior de Taizé ANT? WNOSTMGAT ORM Sid GGhi SNBYASS 30 Dei S17 TABLE DES MATIERES LA REGLE DE Taizé Préambule . Les actes de communauté La pritre.. 6 we ee ee Le repas. . 0 6 ee ee ee Le conseil . . - 2. 1 Lorde... 2. ee ee Les disciplines spirituelles Que dans ta journée labeur et repos soient vivifiés par Ja Parole de Dieu : Maintiens en tout le silence intérieur pour demeurer en Christ. . . Boe Pénétre-toi de l’esprit des ‘béatitudes: Joie 2 2. Simplicité Miséricorde Les engagements Célibat Communauté de biens . Acceptation d’une autorité: Les fréres en mission . Les nouveaux fréres Les hétes . Conclusion . : Exhortation lue & la profession . Engagements pris & la profession . le prieur | 6 Pags. 12 18 24 26 30 32, 34 38 42 48 52 54 58 60 62 64 66 72 INDICE LA REGLA DE TAIZE Predmbulo . Los actos de comunidad La oracién . La comida . El consejo. 2. 6 ee Elorden. . 2. 6 ee ee Las disciplinas espirituales Que en tu jornada, trabajo y descanso sean vivificados por la palabra de Dios. . . woe Mantén en todo el silencio interior para ‘permanecer en Cristo. . . . Foe ee eee Penétrate del espiritu de las. bienaventuranzas: Alegria . Sencillez Misericordia Los votos Celibato . . Comunidad de bienes . Aceptacién de una autoridad: Los hermanos en mision . Los nuevos hermanos Los huéspedes Conclusién . . sone Exhortacién leida en 1a profesion . Votos hechos en la profesién . el prior . Pags. 19 25 7 31 33 35 39 43 45 49 53 55 59 61 63 65 67 RB z g $ 2 S E 5 z HUY Sid COW SUNBNASS 30 Dd UNANIMIDAD EN El. PLURALISMO Liminar . Para una creacién comin «Para conocer a Dios, conocer al hombre» . Signo de unanimidad entre los hombres . Unanimidad o uniformidad . No herir nunca el amor . Vivir de su trabajo . : Hogares de dimension humana Hombres de apertura . Significar una gratuidad . Esperar el acontecimiento de Dios Espera y provisionalidad Ei hoy del Evangelio . Dialogo con Dios . Esperar juntos : E! estimulo comunitario . Mediocridad o santidad . . La pacificadora alegria del perdon . Compartir con Dios, compartir con el hombre . El consentimiento personal La decision de vida - «Todo les era comin» . Auténomos y solidarios . Fl Evangelio se vive también con le cuerpo . Una humanidad plena NOTAS.. 2 6 6 ee ee ee NOTA DEL TRADUCTOR . . 9 e. g? a a 2 SIINSYAOS 30 Dd Pass, 79 83 88 92 95 98 101 103 110 113 116 119 120 122 126 133 135 139 141 146 149 153 PREAMBULE Frére, si tu te soumets a une régle commune, tu le peux seulement a cause du Christ et de PEvan- gile?, Ta louange et ton service sont désormais intégrés dans une communauté fraternelle, elle-méme incor- porée & l’Eglise. En ta discipline intérieure, si néces- saire a ta vie chrétienne, tu es stimulé par l’entraine- ment commun. Tu n’es désormais plus seul. Tu dois compter en tout avec tes fréres. Aussi, loin de gémir sous le poids dune régle, réjouis-toi; car, renoncant a regarder en arriére?, porté avec tous par une méme Parole, tu peux chaque jour t’élancer 4 nouveau vers Je Christ. La présente régle renferme le minimum en dehors duquel une communauté ne peut s’édifier en Christ et s’adonner a un méme service de Dieu. Cette vo- lonté de ne fixer que les disciplines essentielles Jaisse un risque: que ta liberté ne devienne un prétexte a vivre selon tes propres impulsions. 12 PREAMBULO Hermano, si te sometes a una regla comun, so- lamente lo puedes hacer a causa de Cristo y del Evan- gelio'. Tu alabanza y tu servicio estan, de ahora en ade- lante, integrados en una comunidad fraternal, que est4, asimismo, incorporada a la Iglesia. En tu disci- plina interior, tan necesaria a tu vida cristiana, es- tas estimulado por la emulacion comin. De ahora en adelante, no estds solo. Debes contar, en todo, con tus hermanos. Por eso, lejos de gemir bajo el peso de una regla, alégrate; pues, renunciando a mirar hacia atras®, Ile- vado con todos por una misma palabra, puedes cada dia lanzarte de nuevo hacia Cristo. La presente regla contiene el minimo, fuera del cual una comunidad no puede edificarse en Cristo y entregarse a un mismo servicio de Dios. Esta volun- tad de no fijar mds que las disciplinas esenciales tiene un riesgo: que tu libertad se convierta en pretexto para vivir segtin tus propios impulsos, WO) oO? @ add vows ey Assuré de ton salut par l’unique grace du Seigneur Jésus-Christ, tu ne t’imposes pas une ascése pour elle- méme. La recherche d’une maitrise de ta personne n’a d’autre fin qu’une plus grande disponibilité. Pas d’abstentions inutiles, tiens-t’en aux oeuvres que Dieu ordonne. Porter les fardeaux des autres, accepter les mesquines blessures de chaque jour, pour communier concrétement aux souffrances du Christ, voila notre premiére ascése. Tu as peur qu’une régle commune n’étouffe ta personnalité, alors qu’elle doit te libérer d’entraves inutiles pour mieux porter les responsabilités, pour mieux user de toutes les audaces du ministére. Com- me tout chrétien tu dois accepter la tension entre la liberté totale donnée par le Saint-Esprit et les im- possibilités od te place la nature déchue, celle du prochain et la tienne. Tu rétrécirais ta compréhension de l’Evangile si, par crainte de perdre ta vie, tu te réservais toi-méme. Si le grain ne meurt*, tu ne peux espérer voir ta per- sonne s’épanouir en plénitude de vie chrétienne. Ne reste jamais sur place, marche avec tes fréres, cours au but sur les traces du Christ. Et sa trace est un chemin de lumiére: Je suis, mais aussi: vous étes la lumiére du monde...‘. Pour que la clarté du Christ te pénétre, il ne suffit pas de Ja contempler comme si tu n’étais qu’un pur esprit, tu dois tengager résolument de corps et d’Ame dans ce chemin. Seguro de tu salvacién por la Unica gracia del Sefior Jesucristo, no te impones una ascesis por ella misma. La busqueda de un dominio de tu persona, no tiene otro fin que una mayor disponibilidad. Nada de abstenciones inttiles, atente a las obras que Dios ordena. Llevar las cargas de los otros, aceptar las mezquinas heridas de cada dia, para comulgar con- cretamente en los sufrimientos de Cristo, he ahi nuestra primera ascesis. Tienes miedo de que una regla comin ahogue tu personalidad, cuando debe liberarte de trabas in- utiles para llevar mejor Jas responsabilidades, para ejercer mejor todas las audacias del ministerio. Como todo cristiano, debes aceptar la tensién entre la libertad total dada por el Espiritu Santo y las im- posibilidades en las que te coloca la naturaleza caida. La del préjimo y la tuya. Tu comprensi6n del Evangelio se reduciria si, por temor a perder tu vida, te reservases. Si el grano no muere*, no puedes esperar ver realizarse tu per- sona en plenitud de vida cristiana. No te detengas nunca, marcha con tus hermanos, corre hasta el fin sobre las huellas de Cristo. Y su huella es un camino de luz: Yo soy, pero también: vosotros sois la luz del mundo...‘. Para que la clari- dad de Cristo te penetre, no es bastante contemplarla como si no fueses mds que un puro espiritu, debes comprometerte resueltamente en cuerpo y alma en este camino. MAGS 70 Det WO) OO? @ Sois parmi les hommes un signe d’amour frater- nel et de joie. Ouvre-toi & ce qui est humain et tu verras s’éva- nouir tout vain désir de fuite du monde. Sois présent a ton époque, adapte-toi aux conditions du moment. O Pére, je ne te prie pas de les 6ter du monde, mais de les préserver du mal? Aime les déshérités, tous ceux qui, vivant dans Vinjustice des hommes, ont soif de justice: Jésus avait pour eux des égards particuliers; ne redoute jamais d’étre géné par eux. Apporte a tes parents une affection profonde: quelle les aide a reconnaitre par sa qualité méme. Vabsolu de ta vocation. Aime ton prochain quel que soit son horizon re- ligieux ou idéologique. Ne prends jamais ton parti du scandale de la séparation des chrétiens confessant tous si facilement l'amour du prochain, mais demeurant divisés. Aie la passion de Punité du Corps du Christ. Sé entre los hombres un signo de amor fraternal y de alegria. Abrete a lo que es humano y verds disiparse todo vano deseo de huida del mundo. Sé presente a tu épo- ca, addptate a las condiciones del momento. ;Oh Pa- dre!, no te pido que los separes del mundo, sino que los preserves del mal *, Ama a los desheredados, a todos aquellos que, viviendo en la injusticia de los hombres, tienen sed de justicia. Jesus tenia para con ellos atenciones par- ticulares. No temas jamas ser incomodado por ellos. Ten por tus padres un profundo afecto; que éste les ayude a reconocer, por su misma cualidad, lo absoluto de tu vocaci6n. Ama a tu projimo, cualquiera que sea su horizon- te religioso o ideoldgico. No te resignes jamds al escandalo de la separa- cién de los cristianos que, confesando todos tan fa- cilmente el amor al prdjimo, permanecen sin embargo divididos. Ten pasion por la unidad del Cuerpo de Cristo. 17 Schutz, Taizé 2 cue EY wo oun & FIN37 WOSTAL ‘SH GOW SUAZNACS F0 It span u LA PRIERE De méme que, pleins d’une grande joie, les dis- ciples se tenaient dans le temple, te louant §, je racon- terai tes merveilles, car tu as changé mon deuil en allégresse, tu m’as ceint de joie afin que mon Ame chante tes louanges et ne se taise point ’. La priére de l’office se situe dans la communion des saints. Mais pour réaliser cette communion avec les fidéles de tous les temps, nous devons nous livrer 4 une intercession ardente pour les hommes et PEglise, Le Seigneur pourrait se passer de notre interces- sion et de notre louange. Toutefois, c’est le mystére de Dieu qu’il réclame de nous, ses collaborateurs, de prier toujours, sans jamais se lasser®, Soyons attentifs 4 pénétrer le sens de I’action liturgique, cherchons & discerner sous des signes ac- cessibles & notre étre de chair, une réalité invisible de lordre du Royaume. Mais veillons aussi A ne pas multiplier ces signes et & leur garder la simplicité, gage de leur valeur évangélique. 18 La ORACION Del mismo modo que, llenos de una gran alegria, los discipulos permanecian en el templo alabandote °, yo contaré tus maravillas, pues ta has cambiado mi duelo en alegria, ti me has cefiido de gozo, para que mi alma cante tus alabanzas y no se calle ya’. La oracién del oficio se sitéa en la comunién de los santos. Pero para realizar esta comunién con los fieles de todos los tiempos, debemos entregarnos a una intercesion ardiente por los hombres y la Iglesia. EI Sefior podria prescindir de nuestra intercesion y de nuestra alabanza. Sin embargo, Dios, en su mis- terio, reclama de nosotros, sus colaboradores, que oremos siempre sin cansarnos jamas*. Estemos atentos para penetrar el sentido de la accién litargica. Busquemos el discernir, bajo los sig- nos accesibles a nuestro ser de carne, una realidad in- visible del orden del Reino. Pero velemos también para no multiplicar estos signos, y guardar su simpli- cidad, prenda de su valor evangélico. 19 7 WNOSTIAT : ORV S3Yd COM SUVBNAGS Fd Id i BT Le vétement liturgique est 12 pour nous rappeler que tout notre étre a été revétu par le Christ. II est encore un moyen d’exprimer autrement que par la parole la louange du Seigneur. La louange du Christ exprimée par la liturgie est efficace dans la mesure ou elle se continue A travers les besognes les plus humbles. Dans la régularité de Voffice, amour de Jésus germe en nous sans que nous sachions comment *. La prigre commune ne nous dispense pas de Poraison personnelle. L’une soutient l’autre. Chaque jour prenons un moment pour nous renouveler dans notre intimité avec Jésus-Christ. Et puisqu’auprés du Christ nous sommes com- blés de la bonne part", abandonnons-nous a la Parole vivante de Dieu, laissons-la atteindre les profondeurs intimes de notre étre pour s’emparer non seulement de notre esprit, mais aussi de notre corps. Le Christ, Parole faite chair, se donne 4 nous visiblement dans Je Sacrement. Aussi nourris-toi au repas d’actions de graces, la Sainte-Céne, et n’oublie pas qu’elle est offerte aux malades du Peuple de Dieu. Elle est 1a pour toi qui toujours es faible et infirme. A Poffice, il ne sert a rien de se crisper sur la difficulté des fréres & se mettre a l'unisson. Toutefois notre abandon dans une vie cachée en Christ ne si- gnifie ni paresse, ni accoutumance, il ne peut étre que participation de tout notre étre par Vintelligence et par le corps A l’ceuvre de Dieu. 20 EI vestido litirgico esta aqui, para recordarnos que todo nuestro ser ha sido revestido de Cristo. Es todavia un medio de expresar, distinto del de Ia pa- Jabra, la alabanza del Sefior. La alabanza de Cristo, expresada por la liturgia, es eficaz en la medida en que se continua a través de las tareas mas humildes. En Ja regularidad del oficio, el amor de Jestis germina en nosotros sin que sepa- mos cémo%, La oracién comin no nos dispensa de la oracién personal. La una sostiene a la otra. Tomemos, cada dia, un momento para renovarnos en nuestra intimi- dad con Jesucristo. Y puesto que junto a Cristo somos colmados con la buena parte, abandonémonos a la Palabra viva de Dios, dejemos que alcance las profundidades inti- mas de nuestro ser para que se apodere no sdlo de nuestro espiritu, sino también de nuestro cuerpo. Cristo, Palabra hecha carne, se entrega a nosotros visiblemente en el Sacramento. Por ello, aliméntate con la comida de accién de gracias, la santa Cena, y no olvides que es ofrecida a los enfermos del Pue- blo de Dios, Esta alli para ti, que siempre eres débil y enfermo. En el oficio, de nada sirve crisparse por la difi- cultad de los hermanos en ponerse al unisono. Sin embargo, nuestro abandono en una vida escondida en Cristo no significa ni pereza ni rutina; no puede ser mds que participacion de todo nuestro ser con la inteligencia y con el cuerpo en la obra de Dios. 21 oe. 334 = oS = mr S23 SBe 5 5 Bis a oie : Ese a a Q Ss yw Si tu es inattentif, rentre dans la priére dés que tu remarques ta distraction, sans pour autant te la- menter; si au sein de la prigre méme, tu éprouves ta faiblesse, tu possédes cependant les arrhes de la vic- toire de Dieu. Il y a des jours ot pour toi i’office devient lourd. Sache alors offrir ton corps puisque ta présence si- gnifie déja ton désir, momentanément irréalisable, de louer ton Seigneur. Crois a la présence du Christ en toi, méme si tu n’en éprouves aucune résonance sen- sible. 22 Si te has distraido, vuelve a Ja oraci6n, en cuanto te des cuenta de ello, pero sin lamentarte; si en el seno de la misma oracién experimentas tu debilidad, tienes sin embargo las arras de la victoria de Dios. Hay dias en que el oficio te sera pesado. Has de saber, entonces, ofrecer tu cuerpo, puesto que tu pre- sencia significa ya tu deseo, momentdéneamente irrea- lizable, de alabar a tu Sefior. Cree en la presencia de Cristo en ti, incluso cuando no tengas de ella ninguna resonancia sensible. uaffran ey uo) OUlo> @ ened LE REPAS Chaque repas devrait étre une agape ob se réalise notre amour fraternel dans la joie et la simplicité de coeur™, Le moment de silence ménagé parfois aux repas apporte rafraichissement 4 ta fatigue ou communion dans Ja prigre pour le compagnon qui, avec toi, mange le méme pain. Que le frére préposé au service des tables facilite par sa vigilance la paix du repas. La COMIDA Cada comida deberia ser un Agape en el que se realizara nuestro amor fraternal en la alegria y sim- plicidad de coraz6n ". El momento de silencio, dispuesto a veces du- rante las comidas, da descanso a tu fatiga o comu- nién en la oracién por el compafiero que, contigo, come el mismo pan. Que el hermano encargado del servicio de las mesas facilite, por su vigilancia, la paz de la comida. ea) UO?) OIO} @ pand ustioun ey LE CONSEIL Le but du conseil est de rechercher toute la lu- miére possible sur la volonté du Christ pour la mar- che de la communauté. La premigre démarche est donc de faire silence en soi pour se disposer a écou- ter son Seigneur. Rien alors n’est plus nuisible au jugement objec- tif que les liens des affinités particulitres, car nous risquons d’approuver tel frére, espérant peut-étre in- consciemment nous attirer en retour son appui occa- sionnel, Rien n’est plus contraire a l’esprit du conseil quwune recherche non purifiée par le seul désir de discerner le dessein de Dieu. Sil est un moment oi tu dois rechercher la paix et la poursuivre “, fuir les contestations et la tenta- tion d’avoir raison, c’est bien au conseil. Evite le ton sans réplique, les catégoriques «il faut». N’échafaude pas de bons arguments pour te faire entendre; expose, en peu de mots, ce qui t’ap- parait comme le plus conforme au plan de Dieu sans imaginer que tu puisses l’imposer. 26 EL CONSEJO La finalidad del consejo es buscar toda Ja luz posible sobre la voluntad de Cristo para la marcha de la comunidad. El primer paso para ello es hacer silencio dentro de si, para disponerse a escuchar a su Sefior. Nada es entonces mas nocivo, para el juicio obje- tivo, que los vinculos de afinidades particulares, pues corremos el peligro de aprobar a tal hermano, espe- rando quizd, inconscientemente, atraernos en corres- pondencia su apoyo ocasional. Nada es mds contrario al espiritu del consejo que una busqueda no purifica- da por el tnico deseo de discernir el designio de Dios. Si hay un momento en el que debes buscar la paz y perseguirla ®, huir las impugnaciones y la tentacion de tener razon, es precisamente en el consejo. Evita el tono tajante, los terminantes «es pre- ciso». No montes un tinglado de buenas razones para hacerte entender. Expén en pocas palabras lo que se te presenta como més conforme al plan de Dios sin imaginar que ti puedas imponerlo. 27 Pour ne pas favoriser l’esprit de surenchére, le Prieur a charge devant son Seigneur de prendre la décision, sans étre lié par une majotité. Dégagé des pressions humaines, il écoute le plus timide avec la méme attention que Je frére plein d’assurance. S’il se rend compte du manque d’entente profonde sur une question importante, qu’il réserve son. jugement et prenne, afin d’avancer, une décision provisoire, quitte 4 y revenir par la suite; car I’*immobilité est une désobéissance pour les fréres en marche vers Je Christ. Le prieur connait mieux les capacités de chacun; s'il s’agit de donner une responsabilité a un frére, il le propose en premier, Le conseil est formé des fréres ayant fait profes- sion, les fréres absents sont consultés par le prieur ou celui qu’il en charge. Para no favorecer el espiritu de competencia, el prior tiene la misiOn, ante su Sefior, de tomar Ja de- cision, sin estar atado por una mayoria. Desapegado de las presiones humanas, escucha al mas timido con la misma atencion que al hermano seguro de si mis- mo. Si se da cuenta de falta de acuerdo profundo en una cuestién importante, que demore su juicio definitivo y tome, con el fin de avanzar, una decision provisional, a reserva de volver sobre ello mas tarde. Pues Ja inmovilidad es una desobediencia para los hermanos en marcha hacia Cristo. El prior conoce las capacidades de cada uno mejor: si se trata de dar una responsabilidad a un hermano, él lo pro- pone en primer lugar. El consejo esta formado por los hermanos que han hecho profesién. Los hermanos ausentes son con- sultados por el prior o por aquel a quien se lo en- carga. LO) OLIg? @ pane uate 7 L’orDRE L’harmonie d’une communauté ne va pas sans un minimum d’ordre. Ainsi n’y a-t-il pas d’excuse a géner ses fréres par ses retards. Considére, dans tes négligences, ton manque de ferveur. Quand une raison majeure entrainerait ton ab- sence, vois avec le frére prieur si tu peux ne pas assister & un acte de communauté, et ne t’explique pas par un intermédiaire. De méme, ne t’en va pas de Ja maison sans lui en parler. Si tu es en mission, fais de méme avec le responsable. Ne sois jamais un obstacle par ton manque d’em- pressement a rejoindre des fréres avec lesquels tu t’es engagé totalement, de corps et d’esprit. EL ORDEN La armonia de una comunidad no se da sin un minimo de orden. Asi, no hay excusa para molestar a sus hermanos con sus retrasos. Considera en tus negligencias tu falta de fervor. Cuando una raz6n mayor implicase tu ausencia, mira con el hermano prior si puedes dejar de asistir a un acto de comunidad y no te expliques por un intermediario. Del mismo modo, no te vayas de casa sin hablar con él. Si estas en misién, haz lo mismo con el responsable. No seas jams un obstaculo, por tu falta de dili- gencia en reunirte con Jos hermanos, con los cuales te has comprometido totalmente, en cuerpo y espiritu. QUE DANS TA JOURNEE LABEUR ET REPOS SOIENT VIVIFIES PAR LA PAROLE DE DIEU Dans ta vie d’oraison et de méditation recherche Yordre que Dieu t’adresse pour le mettre aussit6t en pratique. Lis alors peu, mais attarde-toi. Pour que ta priére soit vraie, tu dois étre aux prises avec la dureté du travail. Si tu demeurais dans un abandon de dilettante, tu serais incapable de vraiment intercéder. Ta pritre devient totale quand elle fait corps avec ton labeur. Tends vers une grande continuité de travail aux heures fixées, respecte l’horaire des fréres et ne t’au- torise pas 4 les déranger par tes visites, A chaque heure la priére, le travail ou le repos convenables, mais le tout en Dieu. Ne te compare pas aux autres fréres dans l’exer- cice de ton métier. Sache garder, dans la simplicité, ta place toujours nécessaire au témoignage de tout le corps. 32 QUE EN TU JORNADA, TRABAJO Y DESCANSO SEAN VI- VIFICADOS POR LA PALABRA DE DIoS En la vida de oracion y de meditacién busca el orden que Dios te pone, para Ilevarlo inmediata- mente a la practica. Lee entonces poco, pero detente en ello. Para que tu oracién sea verdadera, debes enfren- tarte con Ja dureza del trabajo. Si permanecieras en un abandono de diletante, serias incapaz de in- terceder verdaderamente. Tu oracién Iega a ser total cuando hace cuerpo con tu trabajo. Tiende hacia una gran continuidad de trabajo en las horas fijadas. Respeta el horario de los her- manos y no te permitas molestarlos con tus visitas. En cada hora, Ja oraciOn, el trabajo o el descanso convenientes, pero el todo en Dios. No te compares con los otros hermanos en el ejercicio de tu oficio. Que sepas guardar, en la sim- plicidad, tu lugar siempre necesario al testimonio de todo el cuerpo. 33 Schutz, Taiaé 3 MAINTIENS EN TOUT LE SILENCE INTERIEUR POUR DEMEURER EN CHRIST Le silence intérieur réclame d’abord loubli de soi pour apaiser les voix discordantes et maitriser Je souci obsédant, dans Je continuel recommencement dun homme jamais découragé parce que toujours pardonné. Il rend possible notre conversation avec Jésus-Christ. Mais qui ne redoute ce silence, et ne préfére se divertir & Pheure du travail, fuir l'oraison pour se fatiguer 4 de vaines besognes, oubliant le prochain et lui-méme? Ton dialogue avec Jésus-Christ réclame ce silen- ce; si tu ne lui remets pas tout constamment, si tu ne lui parles pas avec une simplicité d’enfant, com- ment alors remettre de l’ordre en toi quand par na- ture tu es inquiet ou satisfait? Tu crains que le silence intérieur maintienne en toi une question irrésolue? Note alors le sujet de ton trouble ou de ton ressentiment pour trouver plus tard la solution. Il est des moments ot culmine le silence de Dieu 34 MANTEN EN TODO EL SILENCIO INTERIOR PARA PER- MANECER EN CRISTO EI silencio interior exige, en primer lugar, ei ol- vido de si, para apaciguar las voces discordantes y dominar Ja preocupacién obsesiva, en el continuo recomenzar de un hombre jamds desanimado, porque es siempre perdonado. EI silencio interior hace po- sible nuestra conversacién con Jesucristo. Pero zquién no teme este silencio, y no prefiere divertirse a la hora del trabajo, huir de la oracién para fatigarse en vanas ocupaciones, olvidando al préjimo y a si mismo? Tu didlogo con Jesucristo exige este silencio. Si no lo confias todo a El constantemente, si no le hablas con una simplicidad de nifio, gc6mo, enton- ces, poner orden en ti, cuando por naturaleza eres inquieto 0 satisfecho? gTemes que el silencio interior mantenga en ti una pregunta sin solucién? Anota entonces el motivo de tu desconcierto o de tu resentimiento, para en- contrar mas tarde la solucién. Hay momentos en que culmina el silencio de Dios 35 i ANZ? VNOSTSAAT OR SF INBNASS 30 Det oT dans ses créatures. Dans la solitude de la retraite, la rencontre d’intimité avec le Christ nous renouvelle. Il faudra donc réserver ces moments nécessaires. Le calme est une nécessité par amour pour les fréres qui prient, lisent, écrivent ou, le soir, se re- posent. La discrétion dans !expression de la parole et dans le mouvement n’a jamais empéché le contact humain; seul le silence muet risquerait d’opérer cette rupture. Il ne nous est pas demandé, parce qu'il n’en- traine pas de lui-méme le véritable esprit de silence intérieur. 36 ee en sus criaturas. En la soledad del retiro, el encuen- tro de intimidad con Cristo nos renueva. Hard falta, pues, reservar esos momentos necesarios. La calma es una necesidad por amor para con los hermanos que oran, leen, escriben, o por la no- che descansan. La discrecién en la expresién de la palabra y en el movimiento, no ha impedido nunca el contacto humano. Solamente el silencio mudo podria provocar esta ruptura. Este no nos es exigido, porque no lleva en sf mismo el verdadero espiritu de silencio inte- rior. yi ANS? WNOSTEAAT ORI Sd SHNSUACS 30 Det aIEy Jo1E Dans la communion des saints, jour aprés jour nous chantons les compassions renouvelées du Sei- gneur™, et sa miséricorde active notre ferveur. La vraie joie est d’abord intérieure. Jamais 1a bouffonnerie n’a renouvelé la joie. Rappelons-nous que Ja limite est imprécise entre I’hu- mour franc et Vironie qui fait grimacer le sourire. La moquerie, ce poison d’une vie commune, est per- fide parce qu’ travers elle sont lancées des soi-di- sant vérités que l’on n’ose pas se dire dans le téte-a- téte. Elle est lache parce qu'elle ruine la personne d’un frére devant les autres. La joie parfaite est dans le dépouillement d’un amour paisible. Cette joie n’a pas trop de tout ton étre pour éclater. Ne crains pas de communier aux épreuves d’au- trui, n’aie pas peur de la souffrance, car c’est bien souvent au fond de l’abime qu’est donnée la perfec: tion de joie dans la communion de Jésus-Christ. 38 ALEGRIA En la comunién de los santos, dia tras dia, canta- mos la renovada misericordia del Sefior® que ac- tiva nuestro fervor. La verdadera alegria es, en primer término, inte- rior. Jamas una actitud de bufén ha renovado la ale- gria. Recordemos que el limite entre el humor franco y la ironia que hace de Ja sonrisa una mueca, es impreciso. La burla, este veneno de una vida en co- mun, es pérfida, porque a través de ella se lanzan sedicentes verdades que no se tiene el valor de decir cara a cara. La burla es cobarde porque arruina la persona de un hermano ante los otros. La alegria perfecta esta en la limpieza y senci- llez de un amor apacible. Para que brote esta alegria, no le sobra todo tu ser. No temas comulgar en las pruebas ajenas. No tengas miedo del sufrimiento, pues frecuentemente es en el fondo del abismo donde se da la perfeccién ide alegria en la comunion de Jesucristo. | 39 e. 3g2 Aoo GF Bou g O34 3 282 G BBs ge 68 Si La joie parfaite se donne. Celui qui la connait ne cherche ni gratitude, ni bienveillance. Elle est émer- veiflement renouvelé face & la gratuité de Celui qui accorde abondance de biens spirituels et terrestres. Elle est reconnaissance. Elle est action de grdces. La alegria perfecta se entrega. Ei que la conoce no busca ni gratitud ni benevolencia. Es un mara- villarse renovado ante la gratuidad de Aquel que concede bienes espirituales y terrenos. Es recono- cimiento. Es accién de gracias. 41 2 c 4 & 3 Gi % Ze S a2 3 ae g¢ 7 =Tey SIMPLICITE Ta disponibilité implique une simplification con- tinue de ton existence, non par contrainte, mais par la foi. Fuis les sinuosités a travers lesquelles le diable te cherche. Rejette les fardeaux inutiles pour mieux porter au Christ ton Seigneur ceux des hommes, tes fréres. Dans la transparence de l'amour fraternel, recon- nais simplement tes faux-pas, mais n’en prends pas prétexte pour discerner ceux des autres. Ov qu’ils se trouvent, les fréres pratiquent entre eux le partage bref et fréquent. La simplicité est aussi loyauté envers soi-méme pour parvenir a la limpidité. Elle est un chemin d’ou- verture envers le prochain. Elle est dans la joie libre du frére qui renonce a Pobsession de ses progrés ou reculs, pour fixer ses regards sur la Jumiére du Christ. SENCILLEZ Tu disponibilidad implica una simplificaci6n con- tinua de tu existencia, no por apremio, sino por fe. Evita las sinuosidades, a través de las cuales el diablo te busca. Tira las cargas inutiles, para mejor Ievar a Cristo, tu Sefior, las de tus hermanos, los hombres. En la transparencia del amor fraternal, reconoce simplemente tus pasos falsos, pero que esto no te sirva de pretexto para discernir los de los otros. Don- dequiera que se encuentran los hermanos, practican entre ellos el compartir breve y frecuente. La sencillez es también lealtad hacia si mismo para llegar a la limpidez. Es un camino de apertura hacia el prdojimo. Esté en Ja alegria libre del hermano que renuncia a la obsesién de sus progresos o retrocesos, para fijar sus miradas en la luz de Cristo. Wo oUlgD 2° Ie MISEéRICORDE Comme la paix avec le Christ implique la paix avec ton prochain, réconcilie-toi, répare ce qui peut Pétre. Pardonne @ ton frére jusqu’A soixante-dix fois sept fois ™ Crains-tu de flatter Porgueil d’un frére en oubliant son offense: exhorte-le alors, mais toujours seul a seul et avec la douceur du Christ. Si, pour préserver ton besoin d’influence ou de popularité auprés de certains fréres, tu t’abstiens d’exhorter, tu es dans la communauté une cause de chute. Prépare-toi & toute heure a pardonner, N’oublie pas que l’amour s’exprime aussi dans les égards ré- ciproques. Pas de douceur miévre, mais pas non plus de paroles dures. Considére dans tes impatiences de langage la douleur faite au Christ. Refuse de t’abandonner aux antipathies. Elles ris- quent de s’entretenir quand, a cause du grand nom- bre de fréres, tu ne peux étre 4 découvert avec tous. 44 MISERICORDIA Como la paz con Cristo implica la paz con tu prdjimo, reconciliate. Repara lo que puede ser re- parado. Perdona a tu hermano hasta setenta veces siete ™. gTemes halagar el orgullo de un hermano, olvi- dando su ofensa? Exhortale, entonces, pero siempre a solas y con la dulzura de Cristo. Si, por preservar tu necesidad de influencia o de popularidad ante al- gunos hermanos, te abstienes de exhortar, eres en la comunidad una causa de caida. Prepdrate en todo momento a perdonar. No olvi- des que el amor se expresa también en las atencio- nes reciprocas. Nada de dulzura amanerada, pero tampoco palabras duras. Considera en tus impacien- cias de lenguaje el dolor causado a Cristo. Rehtsa el abandonarte a las antipatias. Existe el peligro de que perduren cuando, por el gran nimero de hermanos, no te es posible tener una relacién 45 fe { \ veatiran ey voy owen @ pond T o-F Ton penchant naturel peut te pousser & avoir au premier abord un préjugé défavorable, & juger ton prochain sous son mauvais jour, 4 te réjouir des fautes discernées en un frére, Laisse-toi plutét ga- gner par une surabondance d’amitié pour tous. Fuis les mesquines controverses entre fréres; rien ne divise autant que les continuelles discussions pour tout et pour rien. Sache au besoin les arréter. Re- fuse-toi 4 écouter des insinuations sur tel ou tel frére. Sois ferment d’unité. Si tu as des doutes sur l’attitude d’un frére et que tu ne puisses les lui exprimer ou ne sois pas écouté de lui, confie-les au prieur qui verra avec toi comment agir et aider ce frére. S’il refuse de vous écouter, par- lez-en a la communauté *. A cause de la faiblesse de ta chair, Je Christ te donne des marques visibles et répétées de son pardon. L’absolution te rend & 1a joie du salut *. Encore faut- il que tu la recherches. Le péché d’un membre mar- que tout le corps, mais le pardon de Dieu réintégre le pécheur dans la communauté. La confession se fait au seul et méme frére, choisi avec Je prieur. Celui qui vit dans la miséricorde ne connait ni susceptibilité, ni déception. II se donne simplement en s’oubliant luieméme, joyeusement avec toute sa ferveur, gratuitement sans rien attendre en retour. 46 abierta con todos. Tu inclinacién natural puede Ile- varte a tener en un primer momento un prejuicio desfavorable, a juzgar a tu prdjimo por sus malas apariencias, a alegrarte de las faltas percibidas en un hermano, Déjate, mas bien, ganar por una sobre- abundancia de amistad por todos. . Huye de las mezquinas controversias entre her- manos. Nada divide tanto como las discusiones con- tinuas, por cualquier pretexto. Tienes, cuando llega el caso, que saber cortarlas. Rechaza el escuchar insi- nuaciones sobre tal o tal hermano. Sé fermento de unidad. Si tienes dudas sobre Ja actitud de un hermano y no puedes expresarselas, 0 no eres escuchado por él, confialas al prior, que vera contigo la manera de actuar y de ayudar a este hermano. Si se niega a escucharos, hablad a la comunidad *. Debido a la debilidad de tu came, Cristo te da sefiales visibles y repetidas de su perdén. La abso- lucién te vuelve a la alegria de la salvacion ®. Con tal que la busques. El pecado de un miembro sefiala a todo el cuerpo, pero el perdén de Dios reintegra al pecador a la comunidad. La confesién se hace al hermano, y sdlo a ése, escogido de comin acuerdo con el prior. EI que vive en la misericordia no conoce ni sus- ceptibilidad ni decepcién. Se da, simplemente, olvi- dandose de si mismo, alegremente, con todo su fer- vor, gratuitamente, sin esperar nada a cambio. 4tCA w 47 coy voy oun @ pane uttieun ey %, % 4 o-F CELIBAT Si le célibat apporte une plus grande disponibilité pour s’occuper des choses de Dieu”, il ne peut étre accepté que pour se donner davantage au prochain avec l'amour méme du Christ. Notre célibat ne signifie ni rupture des affections humaines, ni indifférence, mais il appelle la transfi- guration de notre amour naturel. Seul le Christ opére ja conversion des passions en amour total pour le prochain. Quand ]’égoisme des passions n’est pas dé- passé par une générosité croissante, quand tu n’uses plus de la confession pour déjouer le besoin de te retrouver toi-méme contenu en toute passion, quand Je coeur n’est pas constamment rempli d’un immense amour, tu ne peux plus laisser le Christ aimer en toi et ton célibat te devient pesant. Cette ‘oeuvre du Christ en toi réclame infiniment de patience. La pureté du coeur est contraire 4 toutes les ten- dances de la nature, L’impureté, méme imaginative, laisse des traces 48 CELIBATO Si el celibato da una mayor disponibilidad para ocuparse de las cosas de Dios", no puede ser acep- tado sino para darse mas al prdjimo con el amor mismo de Cristo. Nuestro celibato no significa ni ruptura con los afectos humanos ni indiferencia, sino que llama a la transfiguracion de nuestro amor natural. Slo Cristo opera la conversion de las pasiones en amor total por ef projimo. Cuando el egoismo de las pasiones no se ha superado con una generosidad creciente, cuan- do no usas ya Ja confesién para desbaratar la nece- sidad de encontrarte a ti mismo que hay en toda pa- sion, cuando el coraz6n no est4 constantemente leno de un inmenso amor, no puedes dejar a Cristo que ame en ti, y tu celibato se te hace pesado. Esta obra de Cristo en ti reclama infinita pa- ciencia. La pureza del coraz6n es contraria a todas las tendencias de la naturaleza. La impureza, incluso imaginativa, deja huellas 49 Schutz, Taizé 4 WO OUIO} @ pand uoliean 6} Ie psychologiques qui ne sont pas toujours abolies sur- le-champ par la confession et l’absolution. Ce qui importe alors, c'est de vivre dans le continuel recom- mencement du chrétien jamais abattu parce que tou- jours pardonné, La pureté du coeur est en rapport étroit avec la transparence, Pas d’étalage de tes difficultés, mais pas non plus de fermeture comme si tu étais un sur- homme exempt de combats. Refuse toute complaisance a la vulgarité. Certai- nes plaisanteries avivent les difficultés des fréres qui juttent pour se maintenir dans la pureté du coeur. Il y a un laisser-aller qui voilerait le sens vrai de Yengagement difficile mais joyeux & la chasteté. Sa- che que ton comportement et ta tenue sont des signes, dont la négligence peut entraver notre marche com- mune. La pureté de coeur ne se vit que dans l’oubli spontané et joyeux de soi afin de donner sa vie pour ceux qu’on aime“. Et ce don de soi suppose l’accep- tation d’une sensibilité souvent meurtrie. Hi n’y a pas d’amitié sans souffrance purificatrice. Il n’y a pas d’amour du prochain sans la croix. La croix seule donne de connaitre l’insondable pro- fondeur de l’amour. psicolégicas que no siempre son borradas inmediata- mente por Ia confesién y Ja absolucion. Lo que im- porta entonces es vivir en el continuo recomenzar del cristiano, nunca abatido porque siempre es per- donado. La pureza del coraz6n est4 en relacién estrecha con la transparencia. Nada de ostentacién de tus di- ficultades, pero tampoco hermetismo, como si fueras un superhombre exento de combates. Rechaza toda complacencia en la vulgaridad. Cier- tas bromas avivan las dificultades de los hermanos que luchan para mantenerse en la pureza de corazon. Hay una especie de abandono que podria velar el sentido verdadero del compromiso dificil pero ale- gre de la castidad. Has de saber que tu comporta- miento y actitud son signos cuya negligencia puede entorpecer nuestra marcha comun. La pureza del corazon no se vive mas que en el olvido espontdneo y alegre de si, a fin de dar su vida por los que se ama “. Y este don de si supone la aceptacién de una sensibilidad frecuentemente he- rida, No hay amistad sin sufrimiento purificador. No hay amor del prdjimo sin cruz. Solamente la cruz da a conocer la insondable profundidad del amor. voy oun pand vatleun ey COMMUNAUTE DE BIENS La mise en commun des biens est totale. L’audace d’utiliser au mieux tous les biens d’au- jourd’hui, de ne s’assurer aucun capital sans peur de la pauvreté possible, donne une force incalculable. Mais si, comme Israél, tu réserves pour le lende- main le pain venu du ciel, si tu élabores des projets @avenir, tu risques de surtendre en vain les fréres dont la vocation est de vivre dans le moment présent. La pauvreté n’a pas de vertu en eile-méme. Le pauvre de l’Evangile apprend a vivre sans as- surance du lendemain, dans la joyeuse confiance qu’a tout il sera pourvu. Lesprit de pauvreté ne consiste pas a faire mi- sérable, mais a tout disposer dans la beauté simple de la création. L’esprit de pauvreté est de vivre dans lallégresse de V'aujourd’hui. S’il y a gratuité pour Dieu a dispen- ser les biens de la terre, il y a grace pour Phomme & donner ce qu’il a regu. 52 COMUNIDAD DE BIENES La puesta en comin de bienes es total. La audacia de utilizar del mejor modo todos los bienes de hoy, de no asegurar ningdn capital sin miedo a la pobreza posible, da una fuerza incalcu- lable. Pero si, como Israel reservas para mafiana el pan venido del cielo", si elaboras proyectos para el porvenir, corres el peligro de poner vanamente en tensién excesiva a los hermanos, cuya vocacién es vivir en el] momento presente. La pobreza no tiene virtud en si misma. EI pobre del Evangelio aprende a vivir sin segu- ridad del mafana, en la alegre confianza de que sera provisto de todo. El espiritu de pobreza no consiste en hacer las cosas a lo miserable, sino en disponerlo iodo en la belleza simple de la creacion. El espiritu de pobreza es vivir en la alegria del hoy. Si por parte de Dios hay gratuidad en dispen- sar los bienes de la tierra, por parte del hombre hay gracia en dar lo que ha recibido. 53 oun OF ot Uo> ould} @ 4X37 VUOSTSUT 3 2 aIey LE PRIEUR Sans unité, il n’y a pas d’espoir d’un service auda- cieux et total de Jésus-Christ. L’individualisme désa- grege et arréte la communauté dans sa marche. Le prieur suscite l'unité dans la communauté. Dans les questions de détails pratiques, il indique la voie, mais dans toute question importante, il écou- te le conseil avant de prendre la décision. Que les fréres restent spontanés avec lui; mais se rappelant que le Seigneur lui a confié une charge, quils soient attentifs & ce qui concerne son ministére. Par Jeur confiance, les fréres le renouvellent dans le sérieux de sa vocation pour la joie de tous; par leur esprit de petites revendications, ils immobilisent son ministére. Que chaque frére s’ouvre, en particulier, pour lui dire ses craintes. La révolte exprimée devant d’autres ne peut que contaminer. Satan a 1a ses meilleures armes pour diviser ce qui doit étre uni. Méfions- nous des réactions infantiles qui accusent alors 54 EL PRIOR Sin unidad no hay esperanza de un servicio audaz y total a Jesucristo, El individualismo disgrega y detiene la comunidad en su marcha, El prior suscita la unidad en la comunidad. En las cuestiones de detalles practicos, indica el camino, pero en toda cuestién importante, escucha al consejo antes de tomar la decisién. Que los hermanos sean siempre espontaneos con él; pero, recordando que el Sefior le ha confiado una misiOn, que estén atentos a lo que concierne a su mi- nisterio. Con su confianza, los hermanos renuevan al prior en la seriedad de su vocacin para alegria de todos. Con su espiritu de pequefias reivindicaciones, inmo- vilizan su ministerio. Que cada hermano se abra en particular, para con- fiarle sus temores. La rebeldia expresada ante otros no hace mas que contaminar. Satan tiene aqui las mejores armas para dividir lo que debe estar unido. Cuidado con las reacciones infantiles que acusan, 55 ne wtoun € voy oui) @ 8X37 VROSTSA ORYSHYd GOW SUAS 30 Dd IPT qu'il conviendrait d’abord de s’accuser soi-méme L’esprit de perfection, s’il consiste 4 imposer son point de vue comme étant fe meilleur, est une plaie dans ja communauté. La perfection est précisément de supporter les imperfections du prochain, et ceci par amour. Le prieur reste soumis aux mémes faiblesses que ses freres. Si ceux-ci l’'aiment pour ses qualités hu- maines, ils risquent de ne plus laccepter dans sa charge quand ils discernent son péché. Le prieur désigne un assistant pour le soutenir et assurer une continuité aprés lui. Prendre les décisions est une charge redoutable pour Je prieur. Dans cette direction des ames, qu'il veille a ne pas asservir, mais 4 édifier tout le corps dans le Christ. Qu’il recherche les dons particuliers a chaque frére pour les lui faire découvrir, Qu’il ne considére pas sa charge comme supérieu- re mais ne l’assume pas non plus avec fausse humilité, se rappelant uniquement qu’elle lui a été confiée par le Christ auquel il devra en rendre compte. Qu’il brise en lui tout autoritarisme, mais soit sans faiblesse pour maintenir ses fréres dans le plan de Dieu. Qu’il ne laisse pas les autoritaires s’impo- ser et qu’il rende confiance aux faibles. Qu’il s’arme de miséricorde et la demande au Christ comme la grace pour lui la plus essentielle. 56 cuando primero corivendria acusarse a si mismo. EI espiritu de perfeccién, si consiste en imponer su punto de vista como si fuera el mejor, es una calamidad en la comunidad. La perfeccién es preci- samente el soportar las imperfecciones del prdjimo, y esto por amor. EI prior esté expuesto a las mismas debilidades que sus hermanos. Si éstos le aman por sus cualida- des humanas, corren el peligro de no aceptarlo en su cargo cuando advierten su pecado. EI prior designa un asistente para ayudarle y ase- gurar una continuidad después de él. Tomar las decisiones es para el prior una mision temible. En esta direccién de las almas, que vele por no dominar, antes bien por edificar el cuerpo en Cristo. Que investigue los dones particulares de cada hermano, para que el hermano los descubra. Que no considere su cargo como Jo mis alto, pero que no lo asuma tampoco con falsa humildad, re- cordando tmicamente que le ha sido confiado por Cristo, al que debera dar cuenta. Que rompa en él todo autoritarismo, pero que no sea débil para mantener a sus hermanos en el plan de Dios. Que no deje imponerse a los autoritarios y que dé confianza a los débiles. Que se arme de misericordia y la pida a Cristo como la gracia m4s esencial para él. 37 4X37 VROSTSIM OR SF GOH IN RMASS 30 Je Ie LES FRERES EN MISSION Comme les disciples envoyés deux a deux", les fréres en mission sont des témoins du Christ. Qu’ils soient un signe de sa présence parmi tous les hom- mes et porteurs de la joie. Toujours et partout, ils représentent la commu- nauté; le témoignage de tous est engagé par leur at- titude. Ils tiennent réguliérement le prieur au cou- rant de leur vie. Qu’ils ne senhardissent pas dans une entreprise nouvelle sans son accord, car il a charge de consulter le conseil. Si les fréres en mis- sion ne veillent pas & cet étroit contact, bien vite ils brisent Punité du corps. Siils sont deux ou plusieurs, le prieur peut dési gner un responsable. La discipline spirituelle est celle de la commu- nauté avec une adaptation examinée en conseil. LOS HERMANOS EN MISION Como los discipulos enviados de dos en dos™, los hermanos en mision son testigos de Cristo. Que sean un signo de su presencia entre todos los hombres y portadores de la alegria. Siempre y en todas partes, representan Ja comu- nidad; el testimonio de todos est4 comprometido por su actitud. Regularmente tienen al prior al corriente de su vida. Que no se atrevan a emprender algo nue- vo sin su consentimiento, pues el prior debe con- sultar al consejo. Si los hermanos en misién no ve- Jan por este estrecho contacto, pronto romperan la unidad del cuerpo. Si son dos o mas, el prior puede designar un responsable. La disciplina espiritual es la de la comunidad con una adaptacién examinada en consejo. S3ild GOW HIFNASS 30 Det a LES NOUVEAUX FRERES Pour étre formé a l’école du Christ, Je nouveau frére a besoin d’une solide formation biblique et hu- mame. Qu’il se garde de l'illusion d’étre arrivé. Méme s'il assimile rapidement, il faut du temps pour com- prendre la vocation dans ses conséquences extrémes. Tant que nous ne sommes pas connus des nou- veaux fréres, nous sommes tentés de les accaparer pour nous-mémes. Rappelons-nous qu’un frére est désigné pour leur formation. Au conseil, il faut s’entretenir des nouveaux fré- res, se préoccuper de les faire progresser dans l’amour de Jésus-Christ. Le nouveau frére est admis a la profession au terme dune sclide préparation, aprés consultation des fréres par Je prieur. LOS NUEVOS HERMANUS Para ser formado en la escuela de Cristo, el nuevo hermano tiene necesidad de una sdlida formacion biblica y humana. Que se guarde de creer que ya ha llegado al final del camino. Aun en el caso de que asimile rapida- mente, hace falta tiempo para comprender la voca- cién en sus consecuencias extremas, Mientras los nuevos hermanos no nos conocen, podemos tener la tentacién de acapararlos. No ol- videmos que se designa un hermano para ocuparse de su formacién. En el consejo, es necesario ocuparse de jos nue- vos hermanos, preocuparse de hacerles progresar en el amor de Jesucristo. Ei nuevo hermano es admitido a Ja profesién al término de una sdlida preparacién, después de la consulta a los hermanos por el prior. e. 352 § 2°R g2 S25 Se RO Zz 2 B2e Ge nee gE as s-1PT Les HOTES Dans un hote, c’est le Christ lui-méme que nous avons A recevoir. Apprenons a accueillir, acceptons doffrir nos loisirs, que Ihospitalité soit large et exercée avec discernement. A table, que les fréres soient attentifs & la pré- sence d'un héte, qu’ils veillent & ne pas le désorienter par des entretiens particuliers. N’accapare jamais un hte. Certains fréres sont désignés pour s’occuper des hétes; ils s’en charge- ront alors que les autres fréres accompliront leur travail; cela pour éviter le dilettantisme qui nous menace et qui n’édifie ni les hétes ni les fréres. Los HUESPEDES En un huésped, es a Cristo mismo al que debe- mos recibir. Aprendamos a acoger, aceptemos el ofre- cer nuestros tiempos libres, Que la hospitalidad sea amplia y ejercida con discernimiento. En la mesa, que los hermanos estén atentos a la presencia de un huésped. Que cuiden de no desorien- tarle con conversaciones particulares. No acapares nunca a un huésped. Algunos her- manos estan designados para ocuparse de los hués- pedes. Se encargaran de ellos mientras que los res- tantes hermanos realizan su trabajo. Se evita asi el diletantismo que nos amenaza y que no edifica ni a los huéspedes ni a los hermanos. a UV SSUd Gi SIFNASS 90 Od Wo cule) @ pane vatican ey N37 WNOSTRMMT CONCLUSION Il y a danger & n’avoir indiqué dans la présente régle que Vessentiel permettant la vie commune. Mieux vaut courir ce risque et ne pas se confiner dans la satisfaction et la routine. Si cette régle devait étre regardée comme un abou- tissement, et nous dispenser de rechercher toujours plus le dessein de Dieu, la charité du Christ, la lu- miére du Saint-Esprit, ce serait alors nous charger d'un fardeau inutile; mieux vaudrait ne Pavoir ja- mais écrite. Pour que le Christ croisse en moi, je dois con- naitre et ma faiblesse et celle des hommes mes fréres. Pour eux je me ferai tout & tous, et je donnerai jus- qu’a ma vie, & cause du Christ et de ’Evangile a 64 CONCLUSION Existe el peligro de no haber indicado en Ja pre- sente regla mas que lo esencial que permita la vida comin. Mas vale correr este riesgo, y no confinarse en la satisfaccién y la rutina. Si esta regla hubiera de considerarse como un logro y dispensarnos de buscar cada dia mas el de- signio de Dios, la caridad de Cristo, la luz del Es- piritu Santo, seria el cargarnos con un peso initil. Mas valdria no haberla escrito. Para que Cristo crezca en mi, debo conocer tanto mi debilidad como la de mis hermanos, Ios hombres. Por ellos me haré todo para todos, y daré hasta ja vida, por Cristo y el Evangelio”™. 65 Schutz, Taizé 5 e 4 3 3 G g z B S$ a z = g EXxHORTATION LUE A LA PROFESSION Frere qui te confies en la miséricorde de Dieu, rappelle-toi que le Seigneur Christ vient en aide a ta faible foi et que, s’engageant avec toi, il accomplit pour toi la promesse: Il n’y a personne, en vérité, qui ayant quitté mai- son, fréres, soeurs, mére, pére, femme, enfants, ou champs & cause de moi et & cause de lEvangile, ne recoive cent fois davantage, maintenant dans le temps présent des maisons et des fréres et des soeurs et des méres et des enfants et des champs avec des persécutions et, dans le siécle a venir, la vie éternelle *. C’est 1a une voie opposée a toute raison humaine, mais comme Abraham tu n’y peux avancer que par Ja foi et non par la vue*, assuré toujours que celui qui aura perdu sa vie & cause du Christ Ja retrou- vera ™*. Marche désormais sur les traces du Christ. Ne te mets pas en souci du lendemain*. Cherche premié- rement Je Royaume et sa Justice *. Abandonne-toi, donne-toi, et il sera versé dans ton sein une bonne 66 EXHORTACION LE{DA EN LA PROFESION Hermano que te confias en la misericordia de Dios, recuerda que Cristo Sefior viene en ayuda de tu débil fe y que, comprometiéndose contigo, cumple por ti la promesa: No hay nadie, en verdad, que habiendo dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, mujer, hi- jos, 0 tierras, por mi y por el Evangelio, no reciba cien veces mas, ahora en el tiempo presente, casas, y hermanos y hermanas, y madres e hijos y tierras, con persecuciones, y en el siglo venidero la vida eterna”. Es éste un camino opuesto a toda razon humana, pero, como Abraham, no lo puedes recorrer mds que por la fe y no por la visién™, seguro siempre de que quien ha perdido su vida por Cristo, la volverd a encontrar. Marcha de ahora en adelante sobre las huellas de Cristo. No te preocupes por el majiana*. Busca primeramente el Reino y su Justicia®, Aband6- nate, entrégate, y sera derramada en tu seno una 67 BT mesure pressée, secouée, débordante, car on se servira pour toi de la mesure avec laquelle tu auras mesuré“. Que tu dormes ou que tu veilles, la nuit et le jour, la semence germe et croit sans que tu saches comment *. En priant, n’use pas de vaines redites comme font les paiens qui pensent étre exaucés en parlant beaucoup ™. Garde-toi d’étaler ta justice devant les hommes pour en étre admiré®. Que ta discipline intérieure ne te donne pas un air triste, comme un hypocrite qui affiche un visage tout défait pour se faire voir des hommes. Oins ta téte, lave ton visage afin que seulement ton Pére qui est dans le secret connaisse Lintention de ton coeur ®. Maintiens-toi dans la simplicité et dans la joie, la joie des miséricordieux, la joie de l'amour fraternel. Sois vigilant. Si tu dois reprendre un frére, que ce soit entre toi et lui seul®. Aie le souci de communion humaine avec ton prochain. Confie-toi. Sache qu’un conducteur doit veiller au salut de ton Ame dont il aura 4 rendre compte. Comprends-le pour qu’il s’acquitte de son ministére avec joie *, Le Seigneur Christ, dans la pitié et dans ’amour qu'il a de toi, t’a choisi pour étre dans I’Eglise un signe de l'amour fraternel. II veut que tu réalises avec tes fréres la parabole de la communauté. 68 medida apretada, sacudida, desbordante, pues se usa- r4 contigo la medida con que ta hayas medido”, Duermas o veles, de noche y de dia, la simiente germina y crece sin que sepas cémo™. Al orar no uses vanas repeticiones como hacen los paganos, que piensan ser escuchados hablando mu- cho *. Guardate de desplegar tu justicia ante los hombres para ser admirado®. Que tu disciplina interior no te dé un aire triste, como un hipdcrita que ostenta un rostro descompuesto para que los hombres lo vean. Unge tu cabeza, lava tu cara para que s6lo tu Padre que esté en el secreto conozca la intencién de tu corazén ", Manténte en Ja sencillez y en la alegria, la ale- gria de los misericordiosos, la alegria del amor fra- ternal. Sé vigilante. Si debes reprender a un hermano, que sea ti y él a solas®. Ten la preocupacién de la comunién humana con tu prdjimo, Confiate. Has de saber que un conductor debe velar por la salvacién de tu alma, de Ja que habra de dar cuenta. Compréndelo para que él cumpla su ministerio con alegria ®. Cristo Sefior, en Ja piedad y en el amor que tiene por ti, te ha escogido para que seas en la Iglesia un signo de amor fraternal: Quiere que realices con tus hermanos la pardbola de Ja comunidad. 6 voy oun @ sand vatican ey ey Ainsi, renoncant désormais a regarder en arriére™ et joyeux d’une infinie reconnaissance, n’aie jamais crainte de devancer l’aurore * pour louer et bénir et chanter le Christ ton Seigneur. Asi, renunciando en lo sucesivo a mirar hacia atras™, y gozoso de un infinito agradecimiento, no tengas nunca temor de adelantar a la aurora * para alabar y bendecir y cantar a Cristo tu Sefior. 4eCA p Bl, Mo Wyo b Tene @. 88 s Aog ge bi ge S235 3 am a3 gue Ge nes g 8 S68 Tey NGAGEMENTS PRIS A LA PROFESSION Veux-tu, par amour du Christ, te consacrer a lui de tout ton étre? Je le veux. Veux-tu accomplir désormais le service de Dieu dans notre communauté, en communion avec tes freres? Je le veux. Veux-tu, renoncant & toute propriété, vivre avec tes fréres non seulement dans la communauté des biens matériels mais encore dans celle des biens spirituels en t’efforcant 4 l’ouverture de coeur? Je le veux. Veux-tu, pour étre plus disponible a servir avec tes fréres et pour te donner sans partage 4 l'amour du Christ, demeurer dans Je célibat? Je le veux. 2 VoTOS HECHOS EN LA PROFESION éQuieres, por amor a Cristo, consagrarte a El con todo tu ser? Quiero. (Quieres realizar de ahora en adelante el servicio de Dios en nuestra comunidad, en comunién con tus hermanos? Quiero. (Quieres, renunciando a toda propiedad, vivir con tus hermanos no solamente en la comunidad de bienes materiales sino también en la de los bienes espiri- tuales, esforzandote en abrir tu corazon? Quiero. (Quieres, para estar mas disponible a servir con tus hermanos y para darte enteramente al amor a Cristo, permanecer en el celibato? Quiero. Wo. ould) @ AN2) VNOSTRUT HY STd GOW TBMASS 30 Jed Sy Veux-tu, pour que nous ne soyons qu’un coeur ét qu’une Ame et pour que notre unité de service sé réalise pleinement, adopter les décisions prises en communauté et s’exprimant par le prieur? Je le veux. Veux-tu, discernant toujours le Christ en tes fréres, veiller sur eux dans les bons et les mauvais jours, dans Vabondance et Ja pauvreté, dans la souffrance et dans la joie? Je le veux. 74 { Quieres, para que no seamos mds que un coraz6n y un alma y para que nuestra unidad de servicio se realice plenamente, adoptar las decisiones tomadas en comunidad y expresadas por el prior? Quiero. {Quieres, reconociendo siempre a Cristo en tus her- manos, velar por ellos, en los buenos como en los malos dias, en la abundancia como en la pobreza. en el sufrimiento como en la alegria? Quiero. 75 e. 82 = ASS eZ be Se o2G a Zhe ae mee ge paar s o-F UNANIMIDAD EN EL PLURALISMO La mouse poss @ Come Con Cada dia en comunidad se lee un fragmento de la Regla de Taizé o del presente libro que Ja actua- liza. Ambos expresan las lineas de fuerza de nues- tra vocacion. Este ultimo reproduce algunas citas esenciales de «Vivir el hoy de Dios» y «Dinamica de lo provisional». RS. Liminar EI pluralismo’ de las sociedades contemporaneas favorece y acentia también un pluralismo en la cris- tiandad. Este proceso no permite el suefio, es un hecho de nuestra historia. Pero aceptar el pluralismo por si mismo y permanecer sin una referencia central, sin una columna de Iglesia, sin una unanimidad en fo fundamental, es aceptar a mas largo 0 corto plazo, Ja muerte de Ja fe sobre la tierra’. Todo era comin entre ellos, no tenian mas que un corazén y un alma, una anima *. Sin unanimidad en Jo mas intimo de la comunidad, ésta queda socava- da, aunque no lo parezca. Entonces ya no hay signo de la continuidad de Cristo en la historia, ya no hay lugares donde acoger a cada hombre. La dis- persion entrega a los hombres a impugnacién reci- proca. Vivir la unanimidad, implantada en el corazén de un pluralismo, es adherirse a lo que permanece 79 primero para toda comunidad y para la comunidad de las comunidades, la Iglesia. Vivir la unanimidad en el pluralismo, es buscar cual es el eje comin para todos, en torno al cual se edifica Ia diversidad en un pluralisme de expresiones, en una libertad de existir, tanto mas grande cuanto que la unanimidad es mas cierta. PARA UNA CREACION COMUN c Z pand «PARA CONOCER A DIOS, CONOCER AL HOMBRE» En lo mas profundo, lo que nos quema, es el vivir a Cristo para el mundo. Lo que nos afecta, en lo profundo, es el hombre, su promocién a Dios, su promocién espiritual, al mis- mo tiempo que su promocién humana. Y, mds que nunca, lo que nos anima es encon- trar la comunicacién con el hombre de hoy. Este hombre de una sociedad dislocada y pluralista, ¢quién es?, jel hombre de la cibernética o el campesino de la India? Confrontados en conjunto con los grandes inte- rrogantes de este siglo, aprendemos a mirar mds alld de lo que nos es habitual y nos despertaremos un dia con corazones y espiritus ensanchados. Sin sa- berlo, nuestra mirada habra cambiado, Cristo Ja ha- bra transfigurado. Despiértate, ti que duermes, le- vantate de entre los muertos*, En el gran giro de la historia contempordnea, se hace ms necesario considerar nuestra vida comin en su especificidad. 83 @ Baa & Ago Go 3 Bou G3 Exe 4 3 Zz Bee ae Bee Qs Zo ~IBy Hay en la vida comtn una fuerza de apertura a los otros hombres. Replegarnos en nosotros mismos, volver la espalda al préjimo, constituye un proceso posible, pues la vida contemplativa nos orienta hacia el interior. Podriamos, en ese caso, llegar a buscar s6lo nuestra salvacion personal, olvidadizos de nues- tros hermanos. Una vuelta a lo esencial de la vida comin se impone, sobre la marcha, y uno de Jos elementos de esta reconversién se encuentra en la respuesta dada a la pregunta: {Quién es mi projimo? Por su naturaleza misma, toda vida en comuni- dad est4 vuelta hacia Dios y hacia los hombres. Si solamente favorece la pureza de vida, corre el pe- ligro de sucumbir a una lenta muerte. La vida de comunidad exige una capacidad de adaptacién a las renovaciones. Demasiado adelanto sobre la historia engendra febrilidad y vana impugnaci6n, pero los retrasos vie- nen a destruir el impulso de una vida entregada. Hoy, como nunca, si esa vida comun se carga de la savia que le es propia, si se lena del frescor de la vida fraternal que la califica, esa vida es un fermento en Ja masa. Contiene, en potencia, una fuerza explosi- va, Puede trasladar montafias de indiferencia y dar a los hombres una cualidad irreemplazable de presencia de Cristo. En los periodos mds sombrios, frecuentemente, un pequeiio namero de mujeres y hombres, repartidos a través del mundo, han sido capaces de invertir el 84 curso de las evoluciones histéricas, porque esperaban contra toda esperanza*. Lo que estaba condenado a la desagregacién ha entrado en la corriente de un dinamismo nuevo. La excepcional insercién de alguno de nuestros hermanos en organismos de promocién, no quiere ser més que un signo de nuestra participacién en la «so- cializacién» * del mundo de hoy, este mundo que se ha hecho pluralista y en el corazén del cual los cristianos, como los no cristianos, no podrén actuar mas que con otros muchos, y nunca los unos sin los otros, nunca los unos al lado de los otros, nunca los unos dominando a los otros. Si esta excepcional inserci6n suscitase un clima pasional y no pudiese ser asumida con una gran paz interior, seria necesa- rid preguntarse sobre ello. Si la oracion nos mantiene en un «espléndido ais- lamiento», se nos puede preguntar: gpara qué esta oracién? Pero nuestra oracién nos ha conducido a buscar una promocién humana para aquellos que son los mds desheredados, cerca y lejos. Es importante, entonces, no buscar ningun privi- legio cerca de los «poderes». Participar en la promocién humana no facilita nuestra tarea. ;Cudnto m4s comodo seria buscar sola- mente la reconciliacién entre los cristianos y entre los hombres! Pero esto significaria una huida y un camino de facilidad. Bajo el pretexto de tranquilidad se camina, sin querer, a una actitud de cobardia: esta falta de valor es la que lleva a la pusilanimidad 85 ANI) VNOSTUAAT ORY S3d GOW VFMAOS 30 Tat TET a hombres que al principio estaban decididos a dar su vida. Los cristianos de hoy lo saben bien: no pueden Separar la promocién espiritual y la promocién hu- mana. Entonces se impone sdlo una cosa: trabajar en medio de muchas fuerzas contradictorias, por el desarrollo espiritual y humano de los mas pobres y de todos, * # * Siempre hay una frontera en el conocimiento que el hombre tiene de si mismo. Sélo a través de Dios Uega el hombre a conocerse plenamente. Vastas extensiones de la persona no se penetran mds que por una percepcién situada en Dios. Sdlo Fl nos puede dar la posibilidad de sondear lo inaccesible que hay en todo ser. Y, sin embargo, se dice hoy que «para conocer a Dios, hace falta conocer al hombre» * y este texto quiere indicar con resolucién una voluntad de comu- nicar con el hombre. Pero si a causa de nuestra generosa apertura al hombre, Ilegasen a desaparecer de nuestra vocacién comun los signos de lo intemporal, habriamos ad- quirido Unicamente una capacidad particular de participacién en el mundo contempordneo. Nos de- tendriamos en una dimensién que alcanzan también los no creyentes. En cambio, estariamos en la inca- pacidad de hacer presentir al hombre el aconteci- miento de Dios y su trascendencia. 86 Todo estaria perdido, si con nuestra vida y ora- cién comunes no participaramos ya en las continui- dades de la Iglesia, y si a través de éstas no se de- jara ya presentir lo intemporal, cosa a la que los no- creyentes son, a veces, mas sensibles que los propios cristianos. ,No hemos sido descubiertos y reconoci- dos por tantos agndésticos a través de nuestra oracion litargica? En sociedades pluralistas y secularizadas, se im- ponen como nunca lugares donde la trascendencia sea mas sensible, lugares donde la ciudad de Dios en- cuentra la ciudad de los hombres. El cristiano quiere situarse hoy en el punto donde la vertical de Dios encuentra la comunidad humana. Una vida contemplativa no integrada, ya no es captada por el hombre contempordneo. Pero tampo- co es reconocido el cristiano que se ha dejado absor- ber enteramente por el medio humano. 87 MeSsd GOW BMASS 30 Dd ANT) FNOSTAAT SUT SIGNO DE UNANIMIDAD ENTRE LOS HOMBRES Viviendo la vida comtn, ,qué queremos nosotros sino reunir hombres empefiados tras las huellas de Cristo, para ser un signo existencial de la unidad de la Iglesia? Mientras que algunos, tomados aisladamente, no tendrian gran peso, esos mismos hombres, reunidos por la vida en comun, pueden mantenerse en pie en una fe capaz de trasladar montafias: estan enrique- cidos por el valor de Iglesia inscrita en toda co- munidad que vive lanzada hacia la autenticidad de su vocacién. Una comunidad constituye un microcosmos de Iglesia, recapitula en ella toda la realidad de la Igle- sia. Por eso, el humilde signo de una comunidad puede encontrar una resonancia, que rebasa con mu- cho los limites de los hombres que la componen. Nosotros no queremos, por tanto, hacer escuela en teologia o en liturgia, como tampoco en ciencias hu- manas, Hacer adeptos no significa nada hoy. Mas que de ideas, el mundo contemporaneo tiene 88 necesidad de imagenes y de realizaciones. No podria acreditarse ninguna idea sin ser sostenida por una realidad visible. Si no es asi, se convierte en una ideologia. Por débil que sea el signo de unidad, adquiere su valor cuando concretiza una vida, cuando es por- tador, en lo mas interior de si mismo, de una una- nimidad. Entonces produce conmoci6n. Pues la vida tiene tanta mas resonancia en la medida en que se realiza un acorde intimo. Que se multipliquen, en el coraz6n de las masas humanas, los signos de Cristo. Pero la obsesién del numero y del reclutamiento, en la vida comin o en el ministerio, va contra la calidad del signo. Que seamos setenta, y pronto mas, de diversas denominaciones protestantes, no ha provocado en ab- soluto una separacién entre nosotros. La unidad de fe se elabora serenamente, en concreto a través de la oracién de la Iglesia. Ademas, un signo generoso nos ha sido dado para animar nuestra esperanza de la unidad: una comunidad de vida con hermanos ca- tolicos y ortodoxos, presentes a nuestro lado con el consentimiento de Roma y Constantinopla *. La espera que algunos manifiestan con respecto a nosotros, constituye una fuerte exigencia. {Qué quie- ren? Que seamos consecuentes con la vocacién ecu- 89 W237 VNOSTRAT ORSHd GO SUABNASS 3 De ménica: hombres que buscan en todas las cosas el unir, y que realicen, alli donde se encuentren sobre la tierra, una simple fraternidad de vida. Si permanecemos atentos a esta exigencia, cada uno de nosotros se descubre personal y plenamente comprometido. Un hombre participa en la creacién comin mas por la perseverancia del ser que por Ja perseverancia del obrar, por las pequefias fidelidades cotidianas que preparan y sostienen las grandes fidelidades de toda una comunidad. Es necesaria la perspectiva de una existencia para comprender que quien se ha man- tenido aparentemente mds escondido, es el que ha sostenido verdaderamente la edificacion comén. Sin él nada se construiria. Por otra parte, mientras vivamos, no se sabe gran cosa de la eficacia de nuestra accién. Lo que pare- cia mds valioso quedar4 sin mafiana, fruto desecado. Por el contrario, lo que era aparentemente negativo, fracaso, madurara. Ser hermano de Taizé nos responsabiliza de ma- nera positiva. Por ello, no utilicemos este nombre de familia, Taizé, para un provecho personal. Esta tentacién egocéntrica impide asumir las pesadas res- ponsabilidades comunes, no buscando mas que las ventajas de su condicién. El] ecumenismo no compromete tan sdélo a los que tienen que hablar de él. Cada hermano es portador de la misién de unidad; empuja en este camino, o frena. La pacificacion de la oraci6n comtn es el mas 90 seguro apoyo de los hermanos que llevan, en forma arriesgada, el ardiente combate de la unidad. Para atreverse a Mamar a todos los bautizados a la unidad visible, comencemos por nosotros mis- mos, realicemos cotidianamente la unidad en nosotros y entre nosotros, Seria poner la carreta delante de los bueyes el querer invertir el orden. Pues en la medida en que la unidad interior hace retroceder la disgregacion que cada dia amenaza, se hace po- sible el trabajar por la unidad entre los hombres y esperar, con fervor, la unidad visible de todos los cristianos, Una constante busqueda de unidad armoniza al hombre, acompasa el pensamiento con. los actos, el ser con el obrar. Este equilibrio se adquiere en la medida en que tendemos, en pasos sucesivos, a ser consecuentes con lo mejor y también lo mas interior de nosotros mismos, Cristo en nosotros. Es verdad que siempre quedan presentes los po- deres de divisién. Nos impulsan a interpretar nues- tros propios gestos, nuestras propias intenciones, para desfigurarlos, e incluso caricaturizarlos en nosotros, hasta el punto que se disgrega la unidad de nues- tra persona y que es rechazado en nosotros el don de Dios. 1 pand uatieun ey ST UNANIMIDAD 0 UNIFORMIDAD {Por qué esta incesante confusién entre unani- midad y uniformidad? La uniformidad crea la apa- riencia de unidad. La uniformidad teje un vestido su- perficial y el Evangelio, entonces, es vivido superfi- cialmente. La unanimidad exige un acuerdo intimo. Supone el pluralismo de las expresiones personales. Por ejemplo, muchos quedan conquistados y expe- rimentan la continuidad de Dios en la Iglesia a través de la repeticion de gestos, de himnos, de formu- laciones invariables. Estos lugares privilegiados son, para muchos, irreemplazables tierras de Iglesia. Pero hay otras expresiones por las que Dios conquista al hombre. Lo que debe permanecer, incluso al precio del sufrimiento, es la unanimidad de todas las comuni- dades sobre e] fundamento comun. Si no, desaparece la visibilidad de la Iglesia en su unidad. EI pluralismo de las familias espirituales en la Iglesia es un factor de salud y de umidad. Pero se oponen a la unidad aquellos pluralismos cuyos par- 92 ticularismos no pueden subsistir mas que al precio de Ja separacion. No hay vida comtn mas que si todos tienen por referencia el edificar juntos. El signo de unidad que brillard entonces, entre los hombres, es mas impor- tante que la mas noble obra elaborada al margen de la comunidad. En la gran comunidad de la Iglesia, como en toda comunidad, cada miembro, dia tras dia, parti- cipa en la recreacion del cuerpo entero. Si un miem- bro, dominado por una pasion creadora, cumple su obra sin integrarla en la creacion comin, destruye sin saberlo. La creacion de una comunidad no se hace una vez por todas, en su comienzo. Sdlo una re-creaciOn, en cada hoy, permite a la comunidad no quedar va- rada en el estatismo o en la regresién. {Pero cuales son, entonces, las referencias esen- ciales, en torno a las cuales se re-crea la comunidad? Cuanto mas avanzan en edad un hombre o una co- munidad, mds aparece la aspiracion a no vivir sino de elementos indispensables, esto es, a no confundir lo secundario y fo esencial, lo provisional y lo fun- damental. Al igual que en el centro de todo Arbol se en- cuentra el coraz6n, madera muy dura, lo mismo 93 nuestra vocacién tiene un eje central, Cristo resu- citado, y referencias fuertes en torno a las cuales pueden elaborarse una diversidad de formulaciones, un pluralismo de expresiones, una adaptaci6n a lo particular. Slo la unanimidad en lo esencial autoriza una libertad audaz. 94 No HERIR NUNCA EL AMOR Quien hiere el amor no edifica la Iglesia de Dios. El cristiano se anuncia como hombre de amor hacia todo hombre. Pero, con mucha frecuencia, est4 reprimida en él mismo una voluntad de segregacién confesional tan grave como ja segregacién racial. Y, en el momento en que se habla tanto de uni- dad, la segregacién se insinda hasta en el interior de tantas instituciones y comunidades. Que nadie se haga ilusiones: no basta decir «ecu- menismo» o «didlogo» para vivirlos. Se ven des- puntar, por todas partes, instituciones de didlogo ecu- ménico. Pero podrian. instalarse en un didlogo ilu- sorio destinado a dar vueltas hasta el infinito. Cada uno expresa sus propias autojustificaciones confesio- nales, sin desembocar nunca en una co-responsabili- dad, en una participaciOn, en gestos concretos de unidad visible. Para muchos jévenes, el ecumenismo es ya una nocién superada. Se les aparece como una institu- cién més. Plantean la pregunta: ,Qué es este ecu- 95 ANT? VNOSTUMAT SWVSMAGS FO eh TET menismo que se refugia en las instituciones? El en- cuentro Unicamente de cristianos separados por un pasado hist6rico, despierta poco interés en aquellos que quieren vivir a partir de su hoy. No estemos, pues, eufdricos ante esta primera primavera ecumé- nica: no es mds que una etapa por cubrir con vistas a estar disponibles para ir al encuentro del hombre. ~No estamos apremiados por todas partes? Para recobrar el aliento, es urgente el reencontrar, en el interior del pueblo de Dios, una reciprocidad * perdida y recibir entonces el céntuplo de lo que apor- tamos. Estimula en él la actitud paternalista, el que sin reciprocidad no cree mds que en si mismo. Podemos cumplir obras admirables, las inicas que contaran son aquellas que vengan de la caridad de Cristo en nosotros. En la tarde de nuestra vida, nos examinaran de amor, de la caridad que hayamos dejado crecer y madurar en misericordia para todo hombre. El espiritu de misericordia dispone el corazén de piedra para que se haga corazén de carne’. Introduce en una caridad fuerte, excluye todo sentimentalismo, caricatura de la sensibilidad. Rechaza el dramatizar Ja subjetiv'cad de las situaciones. Invita a acoger, en una serena confianza, al acontecimiento y al prdé- jimo, sean los que sean. 96 Nuestra benevolencia ira. pues, hacia todos los hombres, sin excepcién, porque en cada hombre po- demos considerar los signos de Cristo, nuestro her- mano. Amar al projimo como a si mismo*: hace falta mucha benevolencia para consigo mismo para captar la amistad y la benevolencia de Dios, y para Ilenar, a nuestra vez, de benevolencia a los otros. 97 Schutz, 1 VIVIR DE SU TRABAJO Se nos impone, como una constante, el rechazar dadivas para nosotros, y vivir de nuestro trabajo. Cumplamos, pues, este trabajo con gran seriedad. Nuestras horas de trabajo no nos pertenecen y hemos de trabajar como asalariados, aceptando una atencion mutua que ayuda a cortar en seco el diletantismo que siempre amenaza. Con una infinita paciencia, entre- mos y perseveremos en los habitos de trabajo con- tinuo y regular. La apatia y la negligencia conducen inevitable- mente a la tristeza y a la tibieza. Debido a Ja vida comin, algunos cargan mas que otros, a veces, con los trabajos y los esfuerzos, aun- que todos estamos sometidos a la tensién que hay en la misma naturaleza del trabajo. Lejos de huirla nos corresponde el asumirla en una solidaridad ne- cesaria con todos los hombres. La vida comin no nos libera de la preocupacion del pan de cada dia, puesto que se nos exige no sola- mente vivir de nuestro trabajo, sino también. soste- 98 ner a otros hombres, para participar de manera no espiritualista en la oicumene, es decir en la comuni- dad de los hombres de toda la tierra. 99 4X37 YNOSTUGAT ORWS3ad OCH SWWSWACS 30 Het S| HOGARES DE DIMENSION HUMANA El gran numero puede ser carga pesada para una vida fraternal. Vale mas entonces, en el interior de la comunidad, reagrupar a los hermanos en pequefios hogares, donde Ja ayuda fraterna encuentra todo su valor. De esta manera, también la comida sigue sien- do este dgape simple, este momento de distensién que ritma nuestros dias. Los «talleres» de reflexion retinen a los herma- nos en pequefios grupos. Su composicién no coin- cide con la de los hogares. Sin querer entrar en un «sistema», una dindmica de grupo estimula la comu- nicacién y la participaci6n de todos en ja creacion comiun. No hay oracién litirgica particular en los ho- gares. La comunidad se retine en su totalidad para la oraci6n comtn, el consejo diario y algunas veladas. La composicién de los hogares se rehace perid- dicamente. 100 bo a HOMBRES DE APERTURA La vocacién ecuménica nos ha abierto, afio tras afio, cada vez mds a lo humano. Ha suscitado en nosotros un interés por aquellos mas lejanos de nos- otros, Sin la pasion por Ja unidad de la Iglesia, nunca hubiéramos descubierto esta dimensién de amistad hacia tantos hombres a través del mundo. Los que vienen a nosotros esperan pan. Si les ofreciéramos piedras* para contemplar, faltarfamos a nuestra vocacién ecuménica. Buscan hombres que irradien a Dios. Esto supone una vida escondida en Dios, para que se reanime en nosotros la presen- cia de Cristo. Preservando una vida profunda, evitando la dis- persion febril, sepamos permanecer en todas las oca- siones hombres de acogida y de apertura. La fami- liaridad deseada por ciertos huéspedes descalificaria muy pronto nuestra vocacién y defraudaria lo que el mismo huésped espera. El espiritu de camaraderia no es beneficioso ni para los unos ni para los otros, y pone un velo sobre la vocacion, desacreditandola. 101 voy our @ pane vaticunk ey S-HET Mantiene solamente una ilusidn de comunicacion. Y cuando en la vecindad de una comunidad, la presencia de mujeres * — Ilevadas por la ofrenda es- condida de una vida — viene a subrayar una comple- mentariedad, he aqui que la acogida se hace mas am- plia. Sin ellas, no hubiera sido posible. 102 SIGNIFICAR UNA GRATUIDAD Pequefios hogares de unidad, los hermanos en misiOn son portadores de Cristo con sdlo su presen- cia. Sin que sepamos cémo, Dios asume y transfigura este mundo lento para creer, por la simple presencia de los cristianos. En este tiempo de la historia de los hombres, im- porta significar una gratuidad y no ser «conquista- dores» en nombre de la razon de la Iglesia. Ser una presencia, mds que un instrumento de eficacia. Toda una misionologia se desprende de aqui, No est4 to- davia escrita y estamos, en este aspecto, en el tiempo de la espera. En misién, lo esencial es vivir la alegria de la oracion comtn y estar abiertos fraternalmente a los que nos rodean, Ahi esta nuestra razon de ser y todo lo demas es consecuencia. Que los hermanos en mision se acuerden siempre de que su vida pobre, privada de medios eficaces, tonifica a la comunidad. Mas alld de los conocimien- tos, frecuentemente intelectuales, esta presencia nos 103 c ; Baa 2 # 3 4 Eas 33 5 ' BGS TET concede el presentir sociedades que, si no, nos serian impenetrables. Las fraternidades viven en lo provisional. La opor- tunidad de cada una de ellas se replantea periddi- camente. Si los hermanos en misién toman, sin referencia al prior, decisiones concernientes a su orientacién, muy pronto la comunidad se reduciraé a pequefios conventiculos. Del mismo modo ,cOmo un hermano podria ser de una fraternidad si sugiriese a los her- manos el seguirle? La acogida, la constancia de la oracién comin, la prioridad de la vida fraternal sobre los ministe- tios, la comunicacién en profundidad entre los her- manos, todo esto en conjunto dispone a los hombres a ser hermanos de todos. Las vueltas periddicas a Taizé se imponen, ac- tivan nuestra unanimidad. 104 ESPERAR EL ACONTECIMIENTO DE DIOS TET ESPERA Y PROVISIONALIDAD El cristiano se sitta en el tiempo de la espera, espera de Dios, de su justicia, del acontecimiento que viene de El. Para el que no espera ya, para el que se instala dentro de si mismo, en sus privilegios o en su buen derecho, toda una dimensi6n de la fe se le pierde. «Como entonces pasar de una provisionalidad a otra provisionalidad? En Taizé lo que nos particulariza debera, quiza, desaparecer un dia. Nuestra liturgia estimula una unanimidad de fe y sostiene una fuerte esperanza, nos concede vivir, como en la tarde de Ematis, en presencia de Aquel que nuestros ojos no saben ver ”. Y sin embargo, {no es un don provisional, llamado a desaparecer en el dia de la unidad visible? El que vive en lo provisional ve reactivada su marcha hacia la unidad. La amenaza por excelencia, seria el bastarnos a nosotros mismos, el cerrar el circulo sobre un tesoro descubierto, y el instituir entonces para siglos estructuras que, una vez supe- radas, se convierten en factores de aislamiento y no 107 e. 382 = 280 Goa roe Se 3% a? 208 ae 3k 5 Qe Sy de comunicacién. El puro mantenimiento de estas estructuras consume todas las energias. En la historia de los cristianos, cudntas institu- ciones, para sostenerse a través de los tiempos, han perdido el cardcter provisional de su punto de partida. No sobreviven mas que en los repliegues de barre- ras protectoras. Los horizontes se reducen a dimen- siones locales. La onda ecuménica aparece como una amenaza de inseguridad. éHay reconciliacién sin renuncias reciprocas? En el dia de la unidad visible, sera necesario morir a una parte de nosotros mismos. Si el grano de trigo no muerte... ”, Lo que debera desaparecer, son ciertamente las particularidades de la familia y no los dones comunes a todos. Para los matrimonios cristianos, como para nosotros, hay fidelidad e inmutabilidad de la vocacién, en particular en lo referente a las promesas y com- promisos de por vida. Estos no se ponen de nuevo en cuestién; no solamente animan nuestra resolucién en el seguimiento de Cristo, sino que son una referencia constante con vistas a una marcha comin. Solamente aquel que tiene el sentido de las con- tinuidades puede aprovecharse de la dindmica de lo provisional. El entusiasmo concebido como un fer- vor, es una fuerza positiva, pero insuficiente. Se agota 108 y desvanece si no se comunica su impulso a otra fuerza, mds subterranea y menos sensible que nos empuja a caminar durante toda la vida. Aseyurar la continuidad es indispensable, pues toda vida esta entrecortada por tiempos de monotonia, atravesada por desiertos aridos. El juego de las alternancias es fuente refrescante, La perseverancia es la continuidad de Cristo que atraviesa lo gris de Ja vida. Es, por excelencia, una linea de fuerza en torno a la que se edifica ta vida del cristiano. Este camino hacia Cristo es el mas amenazado. 109 voy owe @ . 8X27 FNOSTAAT OR SR OOK SUVBMAGS 30 Set IB EL HOY DEL EVANGELIO Si el hombre mira al mafiana, hipoteca el dia que le es concedido. E} pasado y el porvenir le arrancan del presente. Es un hombre dislocado. Hace falta mucho valor para sostenerse en pie y no encorvados en nuestra marcha hacia Cristo. Para volver a tomar impulso, vivir el hoy del Evan- gelio, y, en cada amanecer, acoger al dia que llega. La desesperanza no se alza mas que para el hombre entregado a la soledad consigo mismo. A cada edad corresponde una novedad de alegria. La edad avanzada se recrea en un rejuvenecimiento interior, animado por una apertura a las palpitacio- nes del mundo y de la Iglesia: el mundo que es tam- bién el de Dios; y la Iglesia, este encuentro en el mundo de todos los que confiesan a Cristo Jesus. Estar atentos a aquello que nos colma. Intentar descubrir, incluso en los momentos desgarrados, lo que ilumina nuestra noche. Alegria en los asombros ante cada aurora de Dios. Hoy se multiplican nuevas estructuras. En una preocupacion de eficacia, las elaboramos, las cons- truimos, nos olvidamos a veces de que esas estruc- turas deberan vivir a lo largo del tiempo. Ahora bien, sclamente vive aquello que esta animado des- de el interior. No es que sea necesario profesar una posicion cmpequefiecida creyendo que cuanto menos visible sea el signo, tanto mas verdadero sera, y que sdlo corptsculos, capillas, minusculas comunidades, son capaces de irradiar el Evangelio. El grano de mostaza arrojado en tierra produce un arbol inmenso que se eatiende por toda la tierra, que alcanza una dimen- sién universal, Este Arbol es la Iglesia. En la historia, los cristianos que han creido poder prescindir de las estructuras visibles las han recons- tituide, sin saberlo. Ningin hombre puede hacer abs- traccién de Ja institucién. Nuestro propio cuerpo, 4no es vehiculo de una de ellas? Se expresa por un len- guaje, se comunica por signos convenidos, se reviste, y el vestido manifiesta una institucion En este tiempo, en el que Dios visita a su pueblo, {cuales son los vestidos superfluos que: hemos sobre- afiadido, unos a otros, hasta el punto de gravar nues- tra marcha, y cudles son los vestidos que hay que rechazar? Pero, a fla vez, gcual es el que ha sido 110 ili lil oo Bos BOR P 5 6ER8 [ gas roo Zee pier TET probado a través de los siglos y que debe ser con- servado a toda costa, porque ha comunicado siem- pre el Evangelio y dado a comprender la continuidad de Cristc, la eternidad de Dios? {Para qué perder demasiadas fuerzas en multipli- car las estructuras? Suscitemos, mds bien, en donde estemos, signos de la comunidad fraternal, signos de paz, de alegria, signos de la espera contemplativa de Dios. Impresionaran al hombre apesadumbrado por nuestras sociedades de abundancia. El espiritu de pobreza, el sentido de lo provi- sional, el hoy del Evangelio, son indispensables a la institucién, para que nadie nos arranque de la fres- cura del Evangelio. 112 DtfLoco con Dros El didlogo con Cristo conoce alternancias: la ora- cién gno seré, acaso, el mantenerse simplemente ante El, con o sin didlogo? Hay quienes viven hoy como el dia del sabado santo, en un sentido subjetivo de ausencia de Dios, frente al silencio de Dios, como si estuviese muerto. Su existencia discurre sin que se sientan amados, ni de Dios ni de los hombres, tan intima es la reci- procidad de estos amores. Uno de los més purifi- cados por la prueba escribia en el atardecer de su vida: «No sé si Dios me ama, ni si yo le amo» *. Sin embargo, incluso sin didlogo, El mira y siem- pre nos observa. Nos invita a no dispensarnos de la fe, a avanzar sin ver, alegres de creer sin haber visto, y esto por los hombres, entre los hombres. {Estaremos en el tiempo de la vigilia pascual, en la espera de una pascua nueva (pascua significa paso) para la Iglesia? Igual que en el sabado santo ha descendido Cristo hasta las regiones inferiores de la tierra ®, nos corresponde el aprovecharnos de 113 BIBLA, Schutz, Taizé 8 A be AERO ’ wS3d GOK HAGS 30 Jd (27 VROSTNT Uo?) OO’) e pane vatieun ey ECA a ve IB este tiempo de reposo para dejarle descender a las profundidades de nosotros mismos. A través de los acontecimientos, como a través de cada prueba, El cava en nosotros para alcanzar més profundidades. El, el unico que puede destruir las raices de amargura y permitir que un dia nues- tros comportamientos sean nuevos. «Hay en el hombre algo mas intimo, gracias a lo cual supera el mundo de las cosas y de lla organiza- cién social. En esta profundidad se encuentra cuan- do entra dentro de si mismo. Alli es donde Dios le espera. Aquel que escruta los corazones. Es alli don- de, bajo la mirada de Dios, se decide su propia suerte: Entonces no es el juguete de un mundo ima- ginario (...) sino que alcanza el hontanar de la reali- dad. Hasta tal punto no serviria de nada al hombre someter el universo, si se pierde a si mismo» ™. Dejar que descienda Cristo hasta las profundida- des de nosotros mismos, hasta Jas regiones de nuestra persona que todavia no estén habitadas y que resisten © que estan en la imposibilidad de adherirse a Cristo. El penetraré las regiones de la inteligencia y del corazon, alcanzaraé nuestra carne hasta las entrafias, de tal modo que también nosotros tengamos un dia entrafias de misericordia ". Hasta nuestro ultimo suspiro quedarén en nos- otros zonas de incredulidad, cuyo: descubrimiento, a veces, nos asombra. El tiempo de las lagrimas que humanizan no ha pasado aun. Pero nada de emocio- nes inutiles. El tiempo es demasiado corto y dema- 114 siado cargado de un potencial de encuentros para que nos entreguemos al subjetivismo de las emo- ciones, Nadie puede decir «yo creo», sin afiadir inme- diatamente «ven en ayuda de mi incredulidad» *. Pero, poco a poco, las zonas refractarias, las tierras secas y siempre sedientas, se iluminaran por la cer- teza de una presencia, la del Resucitado. El mantenernos ante Dios no supera nuestra me- dida humana. La presencia objetiva de Dios no esta ligada a Ja sensibilidad. Esta alli en los momentos en que el fervor se disipa y en los que se desvanece en nosotros Ja resonancia sensible de Cristo. Otra vez confirmados, y siempre de nuevo con- firmados por la amistad de Dios, por su benevolen- cia, llega el momento en el que reina en nosotros la certidumbre de una presencia. 115 cH WROSTSAAI ORVSHd GoW UAZNAGS 3 De ESPERAR JUNTOS Son fuertes los tiempos de oraci6n comin, en los que nos hemos comprometido ante Dios. Esta oracién no nos pertenece. Si el trabajo amenazase su regularidad, mds valdria abandonarlo o reducirlo. La tensién del trabajo nos invita a hacer mas densa la oracién comin. El hombre de hoy soporta- tia dificilmente el aumentar su duraci6n. La inten- sificacién de la vida de oracidn, no tanto en cantidad, como en calidad, hace mas auténtico el signo de una comunidad, permaneciendo juntos en la espera de Cristo. Para paliar los automatismos y para mantener una animaci6n interior, los largos intervalos de silencio ayudan al tiempo de la oraci6n a ser un acontecimien- to siempre nuevo. Por desmafiada que sea a veces nuestra alabanza, es importante que sea siempre el lugar de pacifica- cién interior. Las observaciones no constructivas dis- minuyen la paz y la alegria. Puesto que nosotros creemos en el encuentro de 116 a la oracion comin, el hermano que llega con retraso pide perdén a Dios y a todos, por perturbar este tiempo fuerte. En lo que concierne a la comunion frecuente, acor- démonos de los dos ejemplos, el del centurién: «Se- for, no entres en mi casa» ®, y el de Zaqueo: «Sefior, entra en mi casa» *, Por respeto, uno no se atreve a recibir todos los dias a Cristo y, por respeto tam- bién, el otro no se atreve a abstenerse de recibirle ni un solo dia*. Salimos de un large periodo en que las formula- ciones, simbolos y signos, en la oracién de la Igle- sia, se habian hecho inaccesibles a muchos. La re- peticion de gestos y de formulas idénticas a través de los siglos no traducian ya, para algunos, la conti- nuidad de Dios en la historia de los hombres. Ciertamente hace falta valor para salir de estruc- turas mentales, desterrar palabras piadosas que ale- jan de la comunicacién con Cristo en vez de con- ducirnos a El, y que retienen a Cristo cautivo en esas palabras. El sugerir que se haga tabla rasa de todo para acercarse a Dios, puede ser una reaccién contra lo que es ausencia de participacién, lenguaje estereotipado. Y, sin embargo, el que no ve en el comporta- miento cristiano sino seguridad, mito, alienacidén, se encierra en clisés y sistemas, creyéndose liberado. 117 ef J Llegamos hoy a un alba nueva, pero se presiente en ella que la relacién con Dios no acaba con el misterio ni prescinde de estas cosas escondidas a los sabios y prudentes®. Por el contrario, subsiste una linea de demarcacién, que nadie puede fran- quear, y mAs all4 de la cual permanece el misterio. En la vida de oracién, los gestos mas explicados no bastan para romper los automatismos. El fervor no puede alimentarse con la sola explicitacién. Si queremos explicitarlo todo, nos exponemos a no comprender nada: ;Qué verdad es que la inteligencia sola no puede captar el misterio de Cristo! Para pe- netrarlo, nada mas auténtico que actos, gestos, sig- nos humildes que, en la oracién comin, alcanzan las profundidades de nosotros mismos. En toda mujer y en todo hombre late una re- beldia, El que pierde el sentido de las cosas de Dios esté tentado de ironizar sobre ellas y hacer una ca- ricatura deformante. Una fuerza subyacen.e en ese hombre o mujer se hace mas intensa, para impedir todo avance de humildad, para evitar el hincarse de rodillas ante el misterio de Dios y de la Iglesia. 118 EL ESTIMULO COMUNITARIO jE] formalismo! Sucumbe a él, quien no percibe la creaci6n comun como promovida por el amor de Cristo y del prdjimo. Si es bueno el vivir juntos, te- niendo Ja oracion comin a las mismas horas, es por amor de Cristo, no por una ley. Cuando se extingue este amor, con él se disuelven los consentimientos. En- tonces todo empefio se hace carga. Adherirse al estimulo comunitario en las horas de sequedad, mas fielmente todavia que en los dias en que la fe lleva espontaneamente a la oracion, y acordarse de las gracias, de las horas plenas de una presencia. Superar la rutina, es permanecer fiel a una resolucién tomada, y por ello mismo poder reencon- trar un dia el fervor. En las horas de lasitud, referirse al empeiio pri- mero, gimiendo porque lo cumplimos sin alegria y sin amor. Y para aquel que le fuese imposible el vivir- Jo del todo, aun le quedaria el abandonarse a Cristo, en los desiertos habitados por los silencios de Dios. 119 e. 552 3 $25 can SCS oS Bae > Se aa MEDIOCRIDAD 0 SANTIDAD En este tiempo de la historia de los hombres en el que nadie esta protegido, en el que todo penetra en todos a través de las imagenes, las ideas, los me- dios de comunicacion audiovisuales, se hace mas pre- cisa la opcién entre la mediocridad y la santidad. Los tibios o los estrambéticos se excluyen a si mis- mos, son incapaces de mantenerse en pie, para reani- mar el medio humano en el que se encuentran. De las profundidades del dolor de los hombres, sube una Hamada. En nuestra vida cotidiana y en Nuestro trabajo, somos seres ordinarios. Lo extra- ordinario permanece: escondido, El mundo tiene ne- cesidad de seres de excepcion por la atencién de su caridad, mas que por sus cualidades naturales, Cada bautizado participa en el «sacerdocio uni- versal» y, a través de los dones recibidos, ejerce un servicio. Hay en la Iglesia de Dios tesoros escondidos, lamparas colocadas debajo del celemin, dones no em- pleados. La Iglesia de mafiana puede ser levantada por el descubrimiento y el reconocimiento de lo que 120 estaba escondido. Un talento negociado, {no pro- duce ciento? Fuera de la luz de Cristo, se extienden las som- bras. Esto es verdadero para todos. Pero, en nuestras noches, brilla una luz. Nos corresponde el fijar nues- tras miradas en ella, hasta que la aurora comience a apuntar y la estrella de la mafiana se eleve en nues- tros corazones®. Nuestras profundidades turbias, no habitadas, incrédulas, seran transfiguradas. Una planta no vuelta hacia la luz se marchita. Se condena a una muerte lenta el que se fija en las sombras. Mas que dejarse detener por las imposibilidades y las sombras, propias y de los otros, hay que con- siderar a cada hombre en Ia luz de Cristo. Por una paciente elaboracién, perceptible o no, lo que permanecia oscuro, incluso inquietante, queda atravesado por la transfiguracién de Cristo. El solo alcanza lo inalcanzable: esas voluntades rebeldes que no realizan lo que aman, sinc un mal que les es con- trario. 121 @. 382 = 28s O53 ace gg Eze a? 28s i BES a ee g 2S La PACIFICADORA ALEGR{A DEL PERDON Alegria y paz son una misma cosa. La alegria, por si sola, no seria mds que exaltacién de si mismo. Sin la paz, sin la alegria, en la Iglesia no se trans- mite nada. Cuando nos abandonan, debemos inte- rrogarnos. Tomando su fuente en la espera contemplativa de Dios, nuestra alegria interior transparece. Mul- tiplica y rejuvenece las atenciones reciprocas, que a su vez son fuente de inalterable alegria. También nuestra alegria se amplia, multiplicada por el don que hace de si misma. Y todos estos gestos de amis- tad no dejan jamés indiferentes, incluso en el cora- z6n del silencio, al que entra, al que pasa. La alegria es presencia atenta al lado de los her- manos. La broma necia degrada, y luego elimina la abundante alegria de una vida comtn. El hombre de hoy esté marcado por una culpabi- lidad larvada, enemiga de la alegria. Hay dos ma- neras espontaneas para librarse de esa cullpabilidad. O bien se hace recaer en otro la intolerable cul- pabilidad, fomentando en ese otro la mala concien- cia, Es una pedagogia peligrosa, frecuentemente uti- lizada por los cristianos. La mala conciencia activa ciertas fuerzas en el hombre y estimula momentanea- mente la voluntad. Pero nunca ha permitido esfuer- zos de continuidad. Nunca es el motor que suscita una marcha continua hacia Ja libertad alegre de Cris- to, que es quien nos ha liberado™. © bien el hombre se maltrata a si mismo y se destruye, como si creyese soportar asi mejor el peso de las falsas culpabilidades, como si lo que es des- atado en la tierra no lo estuviese también en el cielo*. La pacificadora alegria del perd6n viene a libe- rar al hombre de las tenaces impresiones de culpa- bilidad. Bl misterio de la piedad es grande*. Exi- gente la piedad sdlida del cristiano. Activa la ale- gra. Sefialarnos, los unos a los otros, la alegria del perdén, nos impulsa a actualizar en nuestras vi- das el don de Cristo muerto y resucitado, El anun- cic del perdén nos invita a rechazar toda austeridad, a recibirla en una casa iluminada y adornada. Pero 123 wey oun @ spond uaffcun €] }IN37 YYOSINAWT f OR S3d GOW S3W3NGCS 30 Dd que este anuncio se exprese en un lenguaje y con unos gestos de gran discrecién. Hay alegria mas densa que la del perdén de las ofensas? Dondequiera que se encuentre, sea donde sea, el cristiano reedita, cada dia y con todos, el en- cuentro con el Resucitado. Estando todas las puertas cerradas, Cristo, sin ser reconocido, se presenté en medio de los suyos. Anuncia la paz: «La paz esté con. vosotros.» Y da el medio de vivirla: «A quienes les perdonéis los pecados, les seran. perdonados, y a quienes se los retengdis, les seran retenidos» *. La paz de Cristo se extiende a las regiones heri- das de nuestro ser, a todo este conjunto que pesa y hostiga, a estas plagas donde fermentan los senti- mientos contradictorios, la amargura, los espejismos del amor imposible. La paz de Cristo requiere una maduracion para cubrir pruebas y sufrimientos, Pero éstas no desbor- dan ya. Son detenidas en el interior del hombre y su presencia escondida pone en accién las fuerzas vivas. La paz no es ni pasividad interior ni huida del prdjimo. No es tampoco la insulsa tranquilidad en la que los horizontes se reducen y terminan, poco a poco, por estrujar al que se ha confinado en ellos. No hay paz en el olvido del projimo. Todos los 124 dias suena la misma pregunta: ;Qué has hecho de tu hermano? *. Es ilusoria la paz que no suscita una comunicacién, una unidad fraternal. Pacificado, el hombre es conducido al prdjimo. En estos tiempos las tensiones aumentan: y entre los cristianos, y en el coraz6n de la vida de los hom- bres estalla la violencia. Nos sucedera, a veces, ser signo de contradiccion hasta el punto de poder decir: «He vivido demasiado entre gentes que odian la paz; la paz, la quiero, pero cuando hablo, para ellos es la guerra» ”, Todo camino de reconciliacién pasa por incansa- bles superaciones. Un hombre de paz prefigura en él la unanimidad. Arrastra hacia ella. 125 Uo?) ouiog @ TET ComparTIR CON DioS, COMPARTIR CON EL HOMBRE Compartir con Dios, compartir con el hombre: todo el Evangelio se recapitula en esta alternancia. Todo compartir con Dios, toda vida contempla- tiva esté condicionada por nuestra relacién con el hombre, El que no sepa escuchar al hombre no sabe escuchar a Dios. Quien esta bloqueado ante un hom- bre, tiene, en una regién de si mismo, un bloqueo ante Dios. No pasa la vida por alli. Para encontrar al que es el hombre por exce- lencia, hay que descubrir en todo prdjimo al Cristo hecho hombre. Todo hombre es un recuerdo de Cristo, incluso aquel que no explicita ninguna fe. Sin embargo, en- tre el hombre y Cristo, hay una cualidad irreempla- zable de alianza: gCémo vivir a Cristo resucitado, sin la eucaristia, sacramento y dinamica dela unidad? No hay esperanza de unanimidad entre bautiza- dos sin este encuentro comin con el Resucitado en la eucaristia. Poco importa que este encuentro se exprese a 126 través de un pluralismo litdrgico. Lo que cuenta es la fundamental certidumbre de la presencia real de Cristo. Compartir con Dios: la pacificacién es concedida a lo largo de toda una vida en la contemplacién: estos tiempos de silencio y de interiorizacién. ;Qué se ha de entender por contemplacién? No otra cosa que esta disposicién en la que el ser es captado en su totalidad por Ja realidad del amor de Dios. Cuan- do comprendemos, por la inteligencia, una verdad natural, a veces hay en nosotros un asombro, pero parcial. Por el contrario, podemos ser embargados totalmente, hasta en nuestra afectividad, por la ver- dad sobrenatural, por el amor de Cristo. Este amor produce una quemadura. Es la piedra de toque: en relacién intima con el amor de Cristo, la contemplaci6n nos leva al amor del préjimo. Juan, el apostol contemplativo, se pone en guardia contra la hipocresia del que confiesa con la boca el amor de Dios y, al mismo tiempo, odia a su hermano *. La contemplacién, este afecto del ser global por Cristo, se exterioriza en un compartir con el hombre. El amor que tenemos al otro es un signo de verdad. 127 B28 a % Re 2bs nae BGs En la espera contemplativa, nos introducimos en los consentimientos cada dia necesarios. Consenti- miento de nuestro estado de vida, de nuestro enve- jecer, de nuestras ocasiones perdidas, de nues¢ros fracasos. Y, en una situacién contradictoria, para que el consentimiento no se cambie ni en pesimismo ni en repulsa de los dones dispensados a cada uno, es importante el redescubrir el espiritu de «infancia espiritualy que no se confunde en modo alguno con el infantilismo. En la espera contemplativa de Dios, todo se con- vierte en deseable. El pesimismo se diluye y deja lu- gar al optimismo de la fe. jEsperar! Esperar la aurora de una vida en la que para siempre Dios nos acoja en su seno. Esperar la primavera de la Iglesia. Esperar en todo y con- tra todo que Cristo transfigure nuestros fracasos, nuestras amarguras en espiritu de misericordia, pues el amor que no consume no es caridad. Dios nos prepara un nuevo Pentecostés que in- flamaré a todo hombre con el fuego de su amor. El Espiritu Santo, siempre perturbador, trabaja a su pueblo. Le dispone para que encuentre a todos los hombres, para acudir juntos, delante del aconteci- miento que dara al traste con todos los prondsticos humanos y dara vida a nuestros huesos resecos*. 128 jAcudir, no huir! Acudir hacia el mafiana de los hombres, a la civilizacion de tecnicidad, cargada de un potencial de promocién humana para Jos més po- bres. Acudir para reanimar desde el interior, para pe- dir, suplicar, exhortar a tiempo y a destiempo a la unidad, y eregir en el mundo de los hombres el signo indudable de nuestro amor fraternal. 129 Schutz, Taizé 9 vS3d GOK BYISS FO See 7 PROSTNUI voy our) @ gang ualirue ey EL CONSENTIMIENTO PERSONAL PC DE SCER MOD PRES. INPRESORS LENE ~~] =| La unegen sued © Como Con LA DECISION DE VIDA Lo que es atado en la tierra, es también atado en el cidlo™, Cristo recibe nuestro empefio. El Espi- ritu Santo tiene el poder de reanimar nuestro si, has- ta el Ultimo suspiro. Cuando un hombre comprometido de por vida, atraviesa un periodo de tensiones, siente la tenta- cién de preguntarse si no le ha faltado lucidez en el dia de su compromiso definitivo. {Puede alguien tener toda la lucidez necesaria para determinarse? A través de toda su existencia, el hombre conoce lucideces sucesivas, Si quisiera es- perar a una total claridad para tomar una opcién de vida, no le bastaria su existencia. No habria ya acto de fe. Sdlo Cristo transfigura lo que, al comienzo, estaba oscuro e inacabado. Si el abandono de un compromiso esencial ha po- dido crear, en un primer momento, una ilusién de distension, las consecuencias de una ruptura no se comprobarén hasta mds tarde. ;Acaso no conduce Ja ruptura, tras un periodo euférico, a nuevos fra- casos? : 133 @ Baa i 28s : 2 By. ae pee QQ 6 MOR El sosiego momentdneo es, en definitiva, un em- pobrecimiento. La integridad de la persona en Dios es lastimada y ciertas evoluciones de las profundida- des, bloqueadas. La repulsa de un compromiso hecho de por vida delante de Dios quebranta al hombre, porque esta ruptura alcanza a un todo: la persona humana en su unidad. En efecto es el hombre global quien asume las grandes decisiones de una existencia plenamente responsable y solidaria. No solamente nuestra relacién con Dios est4 em- pefiada con el «yo quiero» de la profesion, sino tam- bién nuestra solidaridad con los hombres, nuestros hermanos. 134 «TODO LES ERA COMUN» ® Si la comunidad de bienes no se refiriese mds que a los bienes materiales, nos partiria en dos: nos abre a la comunidad de trabajos y alegrias. La transparencia de hombre a hombre no significa el desahogarse con el otro, sino limpidez de toda la persona. La amistad entre hermanos no es nunca neutra. O hace crecer al hombre, o le hace retroceder. La apertura a un hermano no se confunde con la confesién, Esta se hace al Sefior del cielo y de la tierra, en presencia de un hombre que ha recibido el ministerio. Si no conduce a un encuentro con Cristo, lejos de liberar, alimenta un peso de culpa- bilidad. En la direccién espiritual, el solo hecho de ser escuchado es ya mucho. Aqui, como en otras oca- siones, se deben combatir las impresiones y especial- mente Ja sensacién de que perdemos el tiempo. A través de una larga continuidad, la transparencia se hace més natural. A la larga algo se produce en lo mas intimo del ser. 135 228 ges 2E8 Bae eo El didlogo pastoral permite ante todo al que se expresa el revelarse a si mismo. El que escucha y sostiene este caminar termina por ser inutil si a su vez no es escuchado por otro, para clarificarse a si mismo. La exhortacién se realiza entre dos nada mas y con una infinita caridad. Humilla devastadoramente quien olvide esto. Si la comunidad de bienes nos condujera a la abundancia, nuestra vocacién esencial quedaria las- timada a mayor o menor plazo. El mundo est4 muy sensibilizado ante los signos exteriores de poder. Si su severidad traspasa frecuen- temente los limites de la equidad, no podemos per- manecer indiferentes a su manera de ver esto. Para mostrarnos al descubierto, rehusamos al- macenar reservas, guardamos un estilo de vida sim- ple y derribamos lo que pudiera quedar de una fa- chada de éxitos. Tendemos a una revision serena y continua de nuestros medios de trabajo y de existen- cia, con el fin de suprimir, poco a poco, lo que pu- diera atosigarnos o asegurarnos. Toda reserva cons- tituye, poco a poco, una capa de plomo. Aparte de las casas que nos cobijan, hemos re- nunciado a toda propiedad, especialmente la de la tierra. Este gesto nos recuerda nuestra voluntad de no asegurarnos ningun capital, sin miedo a la po- 136 breza posible. Pero, aqui no est4 atin la pobreza. La puesta en comin de los bienes alcanza su valor para el que vive de la audacia de Dios. Sopor- tarlo todo juntos. Si faltaran todos los recursos, con- tinuar nuestra mision en la desnudez. Atreverse a vivir peligrosamente, como Abraham, que no sabia adénde iba‘. Abandonarse en la confianza del que dia a dia serd abastecido, y asi atar corto al espiritu de posesién. En el Israel de Dios, la comunidad de pobres de Yahvé, desprovista de todo, se mantenia a la es- pera de una venida orientada hacia el cumplimiento inminente de la promesa. El acumular bienes hubiera contradicho la esperanza. La virgen Maria formaba parte de esta comunidad. Disponible, ha podido pro- nunciar el si de un coraz6n fiel. Saberse pobre de todo. La fuerza de Dios se cumple en la debilidad del hombre *. Los signos exteriores de pobreza no impiden el conservar para si una ambicin secreta, una necesidad de poder, un deseo de dominio del préjimo, que las apariencias camuflan. Presentar un ideal inalcanzable en una sociedad de abundancia, coloca en situacién de conflicto per- manente a los que quieren vivir la pobreza segun el Evangelio. Intentan alcanzar Jo inaccesible. El Evan- gelio no destruye Ja personalidad. No quiere sus- 137 citar mds que sanas inquietudes. Ciertas insistencias obligarian a llevar cargas inutiles, sumergirian en conflictos y en un neojansenismo. En este terreno, guardar un fuerte equilibrio hu- mano. E] espiritu de pobreza no es nada sin la ca- ridad, sombra sin claridad. ;Puede ser verdadero aquel que, en nombre de la pobreza, hace un juicio leno de suficiencia sobre el prdjimo? 138 AUTONOMOS Y SOLIDARIOS La autoridad en la Iglesia tiene por funcin el sus- citar Ja unidad. Esta alli para reunir, para re-unir a los que siempre se separan y se oponen. El que ha recibido la funcién de autoridad es, en primer lugar, servidor. Si lo sabe, huye de la tentacion paternalista. Su servicio es estimular la comunidad (este microcosmo de Iglesia que le es confiado) a que tienda hacia la unanimidad, a que no tenga mas que una sola alma, una anima, Si la Iglesia es ins- titucion, es primero comunidad fraternal. A pesar del numero creciente de hermanos, la autoridad permanece pastoral. No puede ser admi- nistrativa. También es tnica: los hermanos que tie- nen responsabilidades particulares, bien espirituales o de organizacién, ejercen una funcién delegada. Es- temos atentos a no imponernos a través de ellos. En lo que concierne a Jas decisiones, ciertamente, el ideal seria tomarlas por unanimidad. Pero el idea- lismo no es una nocién evangélica. Si fuera preciso, para avanzar, esperar al si de todos, pronto la comu- 139 ANT HNOSTAAL Oly S3d GOW UABWAGS Fd Dd “TB nidad seria estatica. Y el que no avanza, retrocede. El prior tiene una constante perspectiva de con- junto de la marcha comin. Tiene en cuenta las situa- ciones personales. Las presiones ejercidas sobre él, jno tienen con- secuencias regresivas en el conjunto? Para ser signo de unidad, el hermano lo recor- dard: la paz comtn exige que el prior esté en el co- raz6n de sus iniciativas. Ante un proyecto, por sugestivo que sea, que cada hermano se plantee, primero, la cuestién: Soy yo, siempre y cotidianamente, solidario de la creacién y de: la re-creaci6n comunes? La aceptacién de una autoridad no puede ser la abdicacién del sentido de la responsabilidad solida- tia. Por el contrario, esa aceptacién supone que se edifica en cada uno una fuerte personalidad en Cristo. Auténomos y solidarios: Ja vida cristiana nos co- loca en el corazén de una tensién. Y no se puede vi- vir m4s que en el consentimiento de una dialéctica interna, «El hombre, desarrollando su personalidad, se afirma al mismo tiempo auténomo y dependiente de Dios. La dignidad humana exige de él que obre se- gin una determinacién libre y consciente, movido por una conyiccién personal, de buen grado, y no bajo el solo efecto de condicionamientos y presiones exte- riores (...). Dios no quiere un mando forzado, y las humillaciones de esclavos no tienen para El ningin valor» *, 140 EL EVANGFLIO SE VIVE TAMBIEN CON EL CUERPO La llamada evangélica a la castidad lleva a vivir una pureza radical, y esto en condiciones de vida a veces expuestas. No es demasiado fuerte, entonces, hablar de una castidad heroica. en un combate que nos ata a Cristo con el cuerpo y el espiritu. La pertenencia a Cristo reclama una ruptura. La fidelidad conyugal, también es ruptura. Determina una eleccion, Fuera de Ja célula conyugal, esta elec- cién no permite otras intimidades idénticas. Y mas acentuada aun ¢s la ruptura operada por el celibato. Asi, matrimonio y celibato son signos. A través de ellos deberia alcanzarse el captar que las realida- des de Cristo son de un orden distinto a los con- formismos de las sociedades humanas. Dios califica como embajadores de Cristo, a pesar de las limitaciones adheridas a sus personas huma- nas, a aquellos que cada dia renuevan el si de su fidelidad. Nada penetra y alcanza mas las profun- didades del ser, que una fidelidad siempre reactua- lizada. 141 aficun ec] 31 WNOSTIT VS3d_ GOW BUGS 20 Dd voy ouios @ El si pronunciado a Ja Hamada evangélica se ac- tualiza en cada hoy. De lo contrario la castidad apa- receria como una ‘ley impuesta desde el exterior y se convertiria en una carga insoportable. La castidad abre a una dimensién ecuménica in- sospechada: ser a través de ella, hombres de tal ma- nera vueltos hacia la espera, que no desean guardar nada para si mismos. Hay aqui un ejercicio de aper- tura a Jo universal que permite asumir, con un cora- zon disponible, todo lo que viene a nosotros. ~No es vivir a Cristo para los otros, lo que importa en definitiva? Sin una espera reanimada en la contemplacién silenciosa de la persona misma de Cristo, la disponi- bilidad se hunde, hasta tal punto toda privacién de- finitiva y sin vuelta puede conducir a la sorda re- beldia. Descansar en la promesa de ver a Dios” muy pronto, ya en nuestra vida terrestre, sera solamente lo que cuente. Posar su mirada en Cristo, para su- perar todo un mecanismo interior capaz de remover el cortejo de imaginaciones. El coraz6n, la afectivi- dad, los sentidos, la humanidad, estan alli, siempre bien vivos, pero hay un Otro, distinto de uno mismo, que los transfigura. El Evangelio no conduce a un espiritualismo. Desciende a nuestra carne Aquel que nos llama en la totalidad del ser. El Evangelio se vive de manera global, con el cuerpo, y no, como se ha creido a menudo, con solas las facultades del espiritu y de 142 la inteligencia. Nos corresponde estar atentos a la integridad y a la autonomia del cuerpo. «Por su condicién corporal el hombre es un re- sumen de todas las cosas y una cima de la vida te- rrestre. En él los elementos del mundo material y todo lo que tiene vida sobre la tierra encuentran su plenitud y pueden alabar libremente a su Creador. Por él debe pasar la sinfonia del mundo. »Tal como esté constituido, el hombre no esta solamente inserto en el mundo en el que puede obrar por Ja fuerza de su espiritu, sino que expresdndose por su cuerpo, por él entra en comuni6n y en did- logo con los otros hombres. Como criatura de Dios, el cuerpo mismo es bueno, el hombre debe respe- tarlo y asumirlo cada vez mds en su vocacion per- sonal. El hombre entero, con todas sus fuerzas, cor- porales y espirituales, esta hecho para trabajar, no sin fatiga, para disfrutar, para esperar y para amar. No seria hombre si no fuese a fa vez carne y sangre. Pero en lugar de ser esclavo de Jas pasiones de su corazon, el hombre debe glorificar a Dios en su cuerpo. Que someta, pues, las fuerzas de su cuerpo al dominio del espiritu: «Mas vale, en efecto, entrar en el Reino mutilado o cojo, que tener dos pies o dos manos y ser arrojado al fuego eterno» *. 143 NTT WNOST OR S3d GOH WIBMISS 30 De Una buena parte de la energia del hombre se emplea en intentar vivir la plenitud afectiva. El hom- bre esta a la busqueda ardiente de una intimidad con otros seres. Y su btisqueda le obliga a desear re- laciones humanas sin barrera alguna, una comuni- caci6n sin reservas, La intimidad aparece como un objetivo sin el cual no habria felicidad terrena, y su imagen se aureola como ninguna. Todo descenso hacia uno mismo conduce a com- probar que cada relacién de intimidad, incluso en el matrimonio mas unido, supone limitaciones. Mas alla, una soledad humana. El que no admite este orden de la naturaleza Hega a conocer la rebeldia, conse- cuencia de su repulsa. El consentimiento de esta soledad fundamental abre un camino de paz y, para el cristiano, permite descubrir una dimension desconocida de la relacién con Dios. Consentir en esta parte de soledad, con- dicién de toda vida humana, estimula la intimidad con Aquel que nos arranca de la soledad abrumadora del hombre frente a si mismo. Decir a Cristo: «Yo te amo», nos invita a ma- nifestarle nuestra intencién con un gesto, un acto, Si no, la palabra se queda en tetra muerta. En cada combate tenemos que romper en nosotros, por El, lo que debe ser roto, aun a costa de quedar momen- 144 téneamente heridos en nuestras fuerzas vivas. Y la intimidad con El colmara nuestras soledades, en adelante pobladas. Con El, la soledad sera comunién y sostendré una fe capaz de trasladar montafias. 145 Schutz, Taizé 10 37 VROSTMUAT IVS3d GOW BHAGS FU Det Uo oUIO? @ ou UNA HUMANIDAD PLENA Hoy algunos no comprenden ya la llamada evan- gélica a dejar mujer, casas, hijos *. Los que asi pien- san se remiten a un deseo de humanismo integral —que nadie niega a nadie— como si no hubiese una plena humanidad posible en Ja castidad y, lo que es mas, una irradiacion de Cristo transfigurado, humanizando en nosotros lo que sin El quedaria en- durecido, cerrado, inaccesible. q Lo que califica al cristiano es estar plenamente humanizado, Cuando descubre que una opcién espi- ritual le deshumaniza, debe realizar los _restableci- mientos indispensables, sea su edad la que sea. gAcaso vamos a acusar a Cristo como si no pudiese ya dar la fuerza de reactualizar ei si pro- nunciado en el dia del compromiso? Lo mismo que en la amistad toda superacion en- grandece al hombre, asi en el celibato la amistad de Dios engrandece al hombre. iNos atreveriamos a decir que no son en‘era- mente hombres, que son menos humanos, quienes 146 en el celibato vivido por Cristo y por El solo, estan llamados a una apertura sin limites, a una compren- sién tan humana de cada situacidn, de cada préjimo? ‘E : ANS WUOSTAAL a2 89 oe 26 ae ai #5 1 2. aay 4, 5. 6. 7. 8. NOTAS REGLA DE TAIZE Marcos 10, 29. Filipenses 3, 13. Juan 12, 24. Juan 8, 12 y Mateo 5, 14. Juan 17, 15. Lucas 24, 53. Salmo 30, 12-13. Lucas 18, 1. Marcos 4, 27. Lucas 10, 42. Actos 2, 46. Salmo 34, 15. Lamentaciones 3, 22-23. Mateo 18, 22. Mateo 18, 17. Salmo 51, 14. Véase 1 Corintios 7, 32. Juan 15, 13. Véase Exodo 16. Lucas 10, 1. Mareos 10, 29. Marcos 10, 29-30 y Lucas 14, 26. 2 Corintios 5, 7. Mateo 16, 25. Mateo 6, 34, Mateo 6, 33. Lueas 6, 38, Marcos 4, 27. 149 4X37 WHOSII OUVSHd GoW SMMAGS FS 29. Mateo 6, 7. 30, Mateo 6, 1. 31, Mateo 6, 16.18, 32, Mateo 18, 15. 33, Hebreos 13, 17. 34. Filipenses 3, 13. 35. Salmo 119, 147. UNANIMIDAD EX EL PLURALISMO LIMINAR i, A comienzos del siglo el pluralismo se definfa: «Doctrina que prohibe la hrisqueda de la unidad y de las leyes universales.» Esta definicidn se ha transformado. Hoy se entiende mas por pluralismo ja coexistencia de una diversidad de tendencias. Perseguido como un fin en si, el pluralismo desemboca en rela- tivismo y, en el orden de la vida de la Iglesia, no conduce a la unidad orginica del Cuerpo de Cristo. Tomado en si mismo, en Ja es- fera del ecumenismo, podria prestarse a ilusién, como si la coexis- tencia pacifica de las comunidades significase unidad visible y fra- ternal en la caridad de Cristo. 2. Lucas 18, 8. 3. Hechos 4, 32. PARA UNA CREACION CoMGN 1. Efesios 5, 14 2, Romanos 4, 18, 3. Véase, por ejemplo, Juan xxrt1, enciclica Mater et Magistra. 4. Teéfilo de Antioquia, citado en el discurso de clausura del Coneilio. 8. Religiosos y monjes. 6. Reciprocidad, en particular, entre ministerio, laicado, y vida llamada «religiosa», 7. Ezequiel 36, 26. 8. Marcos 12, 31. 9. Mateo 7, 9. ESPERAR EL ACONTECIMIENTO DE DIOS 10, igiosas o miembros de institutos seculares. 11, Véase Lucas 24, 13-15. 12, Juan 12, 24, 13. Mateo 13, 31-32, 150 14, 15. 16. 17. 18, 19, 20. 21. 22, 23. 24, 25. 26, 27, 28, 29. 30. 31. 32. 33. 34, 35. 36. 37. 38, 39, 40. Carlos de Foucauld. Efesios 4, 9. Esquema x111, texto preparatoriv Colosenses 3, 12. Marcos 9, 24. Mateo 8, 5-13. Lucas 9, 1-10. S. Agustin, Epistola 54. Mateo il, 25. 2 Pedro 1, 19% Galatas 5, 1. Mateo 16, 19. 1 Timoteo 3, 16. Juan 20, 19-23. Génesis 4, 9. Salmo 120, 6-7. 1 Juan 5, 20. Véase Ezequiel 37, 1-14. EL CONSENTIMIENTO PERSONAL Mateo 16, 19. Hechos 4, 32. Véase Hebreos 11, 8. 2 Corintios 12, 9. Esquema x111, texto preparatorio. Mateo 5, 8 Esquema x111, texto preparatorio, Marcos 10, 29, y Lucas 14, 26. Lucas 18, 8 151 v0 00109 pane vatioun ey ANT? VNOSTRUWT Oltly Sat Coke HVBNACE 30 Je Ie NOTA DEL TRADUCTOR Debo, después de traducir estas pdginas, afiadir unas lineas para el lector espafiol. No tengo otro ti- tulo para ello que el de la amistad y comin espe- ranza. Si se me permitiese, tan sdlo, una sugerencia que advierta, diria simplemente que se vuelvan a leer, que se insista en la meditacién de cada una de las lineas, de las frases, de las palabras. Y... con toda sinceridad de traductor, también recomendaria que se Jeyesen... en francés. Lo que acaba de pasar ante los ojos del lector es una sintesis, un signo eliptico de toda una experiencia. Esa experiencia se llama Taiz£é. Su tiempo ya es de veintisiete afios. Aqui surge, obligada, una pregunta: {qué es TAIZE? Y... para contestar a esta pregunta s6lo puedo decir que, aparte de que sea otras cosas, mds importantes, mis esenciales, que a mi, por. supuesto, se me hayan escapado o pasado inadvertidas, diria que Talzé es una intuicion. 153 SH GOW FiZAASS F0 i Una intuicién del mafiana de la fe, del mafiana de Pero... por debajo de todo lo que se ve, una his- la Iglesia. De ahi, que esté tan en el hoy. Recorde- toria no escrita, una historia también inacabada. Si mos el «Vivre l’aujourd’hui de Dieu». De ahi, tam- queréis Hlamarle vocacién, destino o misién, y estas bién su provisionalidad. Recordemos la «Dynamique palabras os sirven, no habria por qué buscar otras. du provisoire». Para el que estas palabras le suenen a antiguas, Taizé, por intuicion del majiana, en el Espiritu, esta las sienta gastadas, le ofreceria un concreto existen- también afortunadamente inacabado. Se esta haciendo. cial, realidad respetada por el més intransigente «an- Pero, si es verdad que Taizz esté inacabado, sin em- ti-ideologismo» juvenil. Esa existencia concreta es: bargo no se esta «construyendo». Simplemente esta Roger Schutz, «Notre frére Prieur», en su fidelidad viviendo su aventura, sin programa. dinamica inacabada. Una intuicién es siempre un riesgo. Me permito preguntar al lector: gse ha dado cuenta de todos los Taizé, agosto de 1967. tiesgos fascinantes a los que ha sido invitado por es- tas paginas? Pero, a la vez, y precisamente por ello, CaRLOS CASTRO CUBELLS de estas paginas mana una firme seguridad. La gran seguridad del riesgo de la fe. éNo sera ésta la fe del majiana, la Iglesia del ma- fiana? ,No estaremos, todos los cristianos, ya y por fin, queriendo intuir una Iglesia Unica, en la que viva- mos de una manera tangible, con signos elocuen- tes y sugestivos, la gran seguridad del riesgo de la fe? Esa fe del mafiana que, en balbuceos, apunta en Taizé. La que presienten, a su vez, centenares de jo- venes, al llegar a esta colina que comenz6 su intuicién cuando ellos no habian nacido. Intuicion, presagio, presentimiento, si no fuera tan solemne, diria profecia. No busquemos mAs, no pre- tendamos definir mds. Al que estas palabras no le digan todo, tampoco se beneficiaria con las mejores definiciones. 154 155 od uotoun ey vo) OUIOD @ 4X37 VROSTUA ORVSRd GSW SI BHASS FO Ded

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