Download as pdf or txt
Download as pdf or txt
You are on page 1of 1

Tita, La Biotita (por W.

Robles)

Esta era una biotita que vivía feliz rodeada de sus más entrañables
amigos: la ortoclasa, las amigables plagioclasas y Juan Cuarzo.
Su larga vida había transcurrido sin mayores sobresaltos y el granito
que la alojaba , tabular y terciario, los trataba cariñosamente a todos
ellos, sin importar cuán anhedral o pequeños fueran los cristales. En
realidad, el amor del granito era repartido homogénea y
pervasivamente a todos los cristales, cubriendo toda su fanerítica
descendencia. Los silicatos, agradecidos, se mostraban sanos y
frescos, sin siquiera una pizca de sericita que indicara desagrado o
aburrimiento.
La más feliz era la biotita. La más querida también, pues formaba
pequeños cristalitos que se acurrucaban tímidamente entre los
feldespatos más grandes. Ella era la preferida del granito, quién le
dedicaba sus mayores atenciones y cuidados, incluso cuando el granito
se presentaba ante otros intrusivos usaba su nombre y el de su amada
mica. De esta forma todos lo conocían como el Granito de Biotita.

Un día, producto de una fuerte lluvia que empapó la totalidad de los


afloramientos del granito, los feldespatos se hallaban algo alterados
(no tan alterados tampoco, podríamos decir que más que nada era
algo supérgeno). Esta alteración del estado de ánimo fue notado por
los demás cristales, los que evitaron cualquier diálogo con ellos. La
biotita, inocente y angelical, no se dio cuenta de la situación y quiso
entablar conversación con los feldespatos. Ellos la ignoraron.
Sumergidos en una profunda depresión ni siquiera la miraron. Biotita
intentó en vano que la tomaran en cuenta. Habló, cantó y hasta bailó.
Pero las plagioclasas no hablaron una palabra. Biotita, en un último
intento por llamar la atención, comenzó a molestar a los feldespatos.
Les dijo que tenían feas maclas, que sus bordes estaban corroídos,
que Juan cuarzo era mejor que ellos, pues tenía inclusiones y extinsión
ondulante. Los feldespatos enfurecidos, y alterados también,
decidieron vengarse. Le dijeron a Biotita cosas feas, cosas muy feas,
cosas antiguas, secretos antiguos, secretos dolorosos y pretéritos.

El granito no alcanzó a intervenir. El secreto mejor guardado, ese


terrible secreto que pesaba sobre su memoria radiogénica había sido
revelado. Ese día, día negro para el granito, biotita se entero de boca
de los insoportables feldespatos que ella no era magmática. Que el
granito no era su padre, que ella tenía origen hidrotermal, y su padre,
su verdadero padre, era un pórfido granodióritico que vivía al otro lado
de la falla.

You might also like