Professional Documents
Culture Documents
Economist As
Economist As
Economist As
Nació en el seno de una familia culta y acomodada. Su padre era amigo personal del filósofo David
Hume y estaba muy influido por el pensamiento de Jean-Jacques Rousseau, cuyas ideas sobre la
educación puso en práctica con su hijo. Éste recibió una cuidada formación en casa por medio de
preceptores, hasta que en 1784 ingresó en el Jesus College de Cambridge. En 1791 se doctoró en
Artes y dos años después fue elegido miembro del Jesus College. En 1797 se ordenó sacerdote de
la Iglesia anglicana, cargo que ejerció en la parroquia de Albury (Surrey). Un año antes había escrito
un opúsculo titulado La crisis (The Crisis), que no llegó a publicarse, en el que apoyaba las recientes
"leyes de pobres", que proyectaban la creación de talleres de trabajo para los más desfavorecidos.
En 1804, Malthus se casó con Harriet Eckersall y, dos años después, se convirtió en profesor de
historia y economía política en el colegio que la Compañía de las Indias Orientales poseía en
Haileybury (Hertford). Fue la primera vez que se instituyó en Gran Bretaña una cátedra de economía
política [1]
Malthus fue el primer economista en proponer una teoría sistemática de la población. Plasmó
sus puntos de vista con relación a la población en su famoso libro Essay on the Principle of
Population (1798), para el que recopiló datos empíricos a fin de defender su tesis. La segunda
edición del libro de Malthus se publicó en 1803, en la que, si bien modificó algunos de sus
puntos de vista respecto de la primera edición, su tesis original no cambió.
Sobre la base de una población mundial hipotética de 1000 millones de personas a principios del
siglo XIX y un medio de subsistencia adecuado para aquel tiempo, Malthus sugirió que existía la
posibilidad de que la población aumentara a 256 000 millones en el lapso de 200 años, pero que
los medios de subsistencia solo podían aumentar lo suficiente para alimentar a 9000 millones en
el nivel prevaleciente al comienzo del período. Por consiguiente, consideró que el aumento de la
población debía mantenerse en un nivel bajo en el que pudiera sostenerse mediante diversos
controles del crecimiento demográfico, que categorizaba como controles "preventivos" y
controles "positivos".
El principal control preventivo concebido por Malthus fue el de "restricción moral", que se vio
como una decisión deliberada por parte de los hombres de refrenarse de seguir el dictado de la
naturaleza de comprometerse afectivamente con una mujer en forma temprana, es decir, la
decisión de casarse a mayor edad que la habitual y solo cuando pudiesen sostener una familia.
Se previó que esto daría lugar a familias más pequeñas o probablemente a menos familias, pero
Malthus se opuso rotundamente al control de la natalidad dentro del matrimonio y no sugirió que
los padres intentaran limitar la cantidad de hijos concebidos después del matrimonio. Malthus
era claramente consciente de los problemas que podrían surgir a partir de la prolongación de la
soltería, como un aumento en la cantidad de nacimientos ilegítimos, pero consideró que
probablemente estos problemas fueran menos graves que los resultantes de la continuación del
rápido crecimiento poblacional.
Por otro lado, consideró a los controles positivos en el crecimiento de la población como
cualquier causa que contribuyera al acortamiento de la esperanza de vida. Incluía en esta
categoría a las condiciones de vida y trabajo deficientes que podían causar una baja resistencia
a las enfermedades, como también factores más obvios como las enfermedades en sí mismas,
la guerra y la hambruna. Algunas de las conclusiones que pueden sacarse de las ideas de
Malthus tienen, por lo tanto, connotaciones políticas, y esto explica en parte el interés en sus
escritos y, posiblemente, la mala interpretación de algunas de sus ideas por parte de autores
como Cobbett, el famoso inglés de ideas radicales a temprana edad. Algunos autores
posteriores modificaron sus ideas, al sugerir, por ejemplo, la implementación de una medida
gubernamental sólida para garantizar los matrimonios tardíos. Otros no aceptaron el criterio de
que el control de la natalidad no debía considerarse después del matrimonio, y un grupo en
particular denominado la Liga Malthusiana abogó firmemente a favor del control de la natalidad,
pese a que esto iba en contra de los principios de conducta por los que abogaba Malthus. [2]
La idea de los rendimientos decrecientes quedó plasmada por vez primera en los escritos de
Thomas Malthus.quien argumentaba que si la población crecía (mientras la tierra no variaba), a
cualquier país le sería cada vez más difícil cultivar suficientes alimentos. Si el producto marginal
del trabajo era decreciente, aunque un cultivo más intensivo de la tierra podría incrementar los
rendimientos, cada agricultor adicional añadiría menos al total que el anterior. En algún
momento, la producción de alimento per cápita (la producción media de un trabajador),
disminuiría cuando la población excediera cierto nivel.
A partir de este razonamiento, Malthus llegó a una dura conclusión: que la miseria era la
condición normal del género humano. [3]
KARL MARX
(Tréveris, Prusia occidental, 1818 - Londres, 1883) Pensador socialista y activista revolucionario de
origen alemán. Karl Marx procedía de una familia judía de clase media; su padre era un abogado
convertido recientemente al luteranismo. Estudió en las universidades de Bonn, Berlín y Jena,
doctorándose en filosofía por esta última en 1841. Desde esa época el pensamiento de Marx
quedaría asentado sobre la dialéctica de Hegel, si bien sustituyó el idealismo hegeliano por una
concepción materialista, según la cual las fuerzas económicas constituyen la infraestructura
subyacente que determina, en última instancia, fenómenos «superestructurales» como el orden
social, político y cultural.
En 1843 se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas
racionalistas de la Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un
demócrata radical, Marx trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le
obligaron a dejar Alemania e instalarse en París (1843).
Por entonces estableció una duradera amistad con Friedrich Engels, que se plasmaría en la estrecha
colaboración intelectual y política de ambos. Fue expulsado de Francia en 1845 y se refugió en
Bruselas; por fin, tras una breve estancia en Colonia para apoyar las tendencias radicales presentes
en la Revolución alemana de 1848, pasó a llevar una vida más estable en Londres, en donde
desarrolló desde 1849 la mayor parte de su obra escrita. Su dedicación a la causa del socialismo le
hizo sufrir grandes dificultades materiales, superadas gracias a la ayuda económica de Engels.
Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó de
ellos muchos elementos de su pensamiento (particularmente, de autores como Saint-Simon, Robert
Owen o Charles Fourier). Tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la
sociedad perfecta del futuro y a esperar que su implantación resultara del convencimiento general y
del ejemplo de unas pocas comunidades modélicas.
Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica
sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su
superación; la fuerza de la revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales)
sería la forma de acabar con la civilización burguesa. En 1848, a petición de una liga revolucionaria
clandestina formada por emigrantes alemanes, Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto
Comunista, un panfleto de retórica incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas
de 1848. [4]
El valor de las cosas para Marx reside únicamente en el tiempo de trabajo dedicado a
producirlas incluyendo en el mismo el utilizado para obtener los factores que requiere esa
producción. La medida del valor se realiza por consiguiente en unidades de trabajo con la
condición de que ese trabajo sea «socialmente necesario». En esa consideración ni los medios
naturales como el hierro nativo o la madera de una selva virgen, ni el capital incorporan valor
alguno al producto final.
Las alteraciones del valor así definido pueden producirse, porque los procesos técnicos, al
acortar las horas de trabajo socialmente necesario produzcan un descenso del mismo, o
también a través de la demanda que regula de hecho la necesidad social de la mercancía y por
consiguiente determina un aumento o disminución en las horas de trabajo destinado a una
producción determinada. [5]
Valor de cambio: que "x" cantidad de la mercancía A igual a "y" cantidad de la mercancía B
significa que algo hace equivalentes a ambas cantidades de mercancías diferentes. Lo que las
hace comparables, conmensurables, medibles es la sustancia del valor. La sustancia del valor
hace abstracción de la utilidad de un objeto porque es una característica cuantitativa, no una
cualitativa como el valor de uso. La sustancia del valor es el trabajo socialmente necesario para
producir cierta cantidad de una mercancía con las condiciones medias de trabajo. La magnitud
del valor es la magnitud de la sustancia del valor, que es el tiempo de trabajo invertido en la
mercancía.
El modo de producción capitalista surgió con posteridad a otros modos de producción que ya
habían desarrollado la fuerza productiva del trabajo. Por lo cual la cantidad de mercancías que
consume un trabajador por día pueden ser producidas en menos tiempo. Entonces, el tiempo de
trabajo necesario para que el trabajador fabrique las mercancías que consume es menor al
tiempo de trabajo que labora en la empresa que lo contrató.
JOHN KEYNES
Economista inglés (Cambridge, 1883 - Firle, Sussex, 1946). Recibió una educación de elite en
Eton y Cambridge, orientándose hacia la economía por consejo de su maestro, Alfred Marshall.
Tras un breve periodo trabajando en el servicio administrativo británico para la India, en 1909
entró como profesor en el King's College de Cambridge, donde enseñaría economía hasta su
muerte.
Keynes fue un hombre de vasta cultura, un humanista erudito y de prosa exquisita, gran orador,
contertulio y mecenas de intelectuales y artistas; pero también fue un hombre de mundo
interesado por los asuntos políticos y por la economía práctica, dedicando parte de su tiempo a
negocios ajenos y propios con los que llegaría a hacerse millonario. Todos sus escritos
económicos fueron respuesta a problemas acuciantes de la economía de su tiempo. Así, como
fruto de su trabajo en la administración colonial, escribió La moneda india y las finanzas (1913).
El tiempo demostraría, desgraciadamente, que sus previsiones eran acertadas. Keynes volvió
sobre el tema en Una revisión del tratado (1922); las cuestiones monetarias siguieron atrayendo
su atención en el Tratado sobre la reforma monetaria (1923) y el Tratado sobre el dinero (1930),
en donde criticó respectivamente la adhesión al patrón oro y la teoría cuantitativa de la moneda
[7]
Keynes trató fundamentalmente de subsanar algunos de los problemas del sistema capitalista, al
que defiende y considera el más apropiado. Sus teorías no sólo revolucionaron muchos de los
conceptos vigentes hasta entonces, sino que aportó soluciones a corto plazo, por ejemplo, en
materia de desempleo, una de sus mayores preocupaciones. Otras de sus aportaciones se
sitúan en el campo del consumo y de la inversión.
Partidario de la intervención del Estado en materia económica, se aparta de la concepción liberal
de la fiscalidad. Sus puntos de vista fueron aplicados por el presidente norteamericano Franklin
Delano Roosevelt, en su programa económico denominado 'New Deal'. [8]
Con esta obra dio una respuesta definitiva a la grave depresión económica desencadenada en
todo el mundo a partir del crash de la Bolsa de Nueva York de 1929. Retomando intuiciones
olvidadas de los teóricos del subconsumo (como Thomas R. Malthus), Keynes indicó que la
causa de la crisis era la insuficiencia de la demanda, debida a la creciente propensión marginal
al ahorro de las sociedades desarrolladas (esto es: que a medida que aumenta la renta, es
mayor la parte de ésta que se destina al ahorro y menor la que se dedica al consumo, con lo que
una parte de la producción no encuentra comprador). [7]
El planteamiento general que hizo Keynes en materia económica es que se debía incrementar
el Gasto público en los períodos de recesión -haciendo que el Estado incurriera en un déficit–
para generar demanda adicional que estimulara la inversión y disminuyera el desempleo. De
esta forma, Keynes confiaba en que el gobierno podía moderar y hasta eliminar los ciclos
económicos interviniendo en la economía.
La importancia de la Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero fue tal que, para
muchos, funda la Macroeconomía, una de las ramas de la teoría económica moderna, dedicada
a explorar las relaciones entre los grandes agregados de la renta nacional.
La principal innovación de Keynes consistió en afirmar que el desempleo puede deberse a una
insuficiencia de la demanda y no a un desequilibrio en el mercado de trabajo. Según
Keynes, cuando la demanda agregada es insuficiente, las ventas disminuyen y se pierden
puestos de trabajo, cuando la demanda agregada es alta y crece, la economía prospera. De este
modelo se desprendían como medidas para la disminución del paro permanente involuntario, la
adopción de una serie de políticas económicas intervencionistas: aumento de la creación de
dinero, lo que redundaría en un descenso del tipo de interés; aumento del gasto público,
especialmente en inversión en infraestructuras, con el fin de potenciar la demanda efectiva; una
activa redistribución de la renta y, por último, una política comercial proteccionista, para defender
los empleos de las industrias nacionales.
Así, cuando las expectativas de los empresarios son favorables, éstos están más dispuestos a
realizar proyectos de inversión, lo que provoca una fase expansiva y un gran crecimiento a la
economía. Por el contrario, cuando las expectativas son desfavorables, la contracción de
la demanda puede provocar una depresión. Y es precisamente ante esto que el Estado puede
impedir la caída de la demanda aumentando
sus propios gastos. [9]
En este sentido, los Keynesianos argumentaban que los salarios eran muy rígidos a la baja, lo
que reducía la capacidad de bajada de los salarios nominales que conlleven un aumento de la
oferta agregada de corto plazo y muevan la economía de la recesión (o depresión) al pleno
empleo. Esta teoría sostiene que se debe aumentar la demanda agregada directamente, a
través de la política monetaria (el aumento de la oferta de dinero) y a través de la política fiscal
(aumentando el gasto público, la disminución de los impuestos, o ambos). [10]
[2]
http://cgge.aag.org/PopulationandNaturalResources1e/CF_PopNatRes_Jan10ESP/CF_PopNatRes_Jan10ES
P8.html
[4] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marx_karl.htm
[5] http://www.filosofia.org/hem/dep/lah/ora0106a.htm
[6] https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_del_valor-trabajo
[7] https://www.biografiasyvidas.com/biografia/k/keynes.htm
[9] https://nocionesdeeconomiayempresa.wordpress.com/2012/10/29/237/
[10] http://economipedia.com/historia/biografia/john-maynard-keynes.html