Articulo19 2

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Modelos de Demanda Residencial e Industrial de Electricidad para Colombia y Estimaciones de Elasticidades Precio* L Introduccién La especificacién de la curva de demanda juega un papel de gran im- portancia en la planeacién de la inver- sion y la escogencia de proyectos en el sector eléctrico. La talla de dichos Proyectos, y por tanto su impacto sobre la oferta, es en general sustancial. La entrada de un nuevo proyecto reduce entonces el precio de equilibrio. Como antes de la entrada del proyecto Jos consumidores estaban dispuestos a pagar por la electricidad un precio mayor al nuevo precio de equilibrio, este tiltimo no mide el beneficio que los consumidores obtienen del servi- cio. Bl beneficio adicional obtenido, 0 “excedente del consumidor” debe pues tenerse en cuenta al evaluar un pro- yecto que incremente el suministro de electricidad. Este “excedente del con- sumidor” depende del mayor o menor grado en que el precio de equilibrio + Bate eatudio fue realizado con spoyo del Banco Intersmericano de Desarollo (BID) 7 de la Fi. ‘nanciora Hicetrica Nacional (PEN), Jorge Pérez Arbeléez Carlos Eduardo Acosta caiga al incrementarse el suministro, lo cual es medido por la elasticidad precio de la demanda, En Colombia, al menos hasta fines de la década pasada, la relaci6n entre demanda y precio de la electricidad se habia descuidado en la planeacion de la inversion eléctrica, Desde entonces se ha comenzado a prestar mas atencion a dicha relacién, sobre todo cuando el pais se ve abocado a uh exceso impor- tante de capacidad instalada, conse- cuencia de errores pasados de planea- cién. En los tiltimos afios, se han efectua- do al menos tres estudios que contie- nen estimaciones de ecuaciones de demanda, como parte de un esfuerzo para mejorar las proyecciones de con- sumo en Colombia. Este articulo se inscribe dentro de dicho esfuerzo. Esté basado en Ja primera fase de un proyecto de investigacién que se leva a cabo en el CEDE, cuyo objeto prin- cipal es la obtencién de la elasticidad precio de la demanda de electricidad en Colombia para su utilizacién en la 2 planeacién de la inversién en el sector en areas tales como la evaluacién de proyectos de distribucién de elec- ‘tricidad. El articulo presenta un repaso metodologico de los modelos que se han utilizado para explicar la demanda residencial y comercial de electricidad y de las aplicaciones empiricas que se han hecho, de tales modelos en Esta- dos Unidos, Inglaterra, Colombia y algunos paises de América Latina. El articulo propone, ademés, una meto- dologia para estimar la demanda de electricidad en Colombia. EI plan general del artfculo es el si- guiente: en la seccién II se hace un reve repaso de los modelos que se han propuesto en la literatura sobre el tema para explicar la demanda de elec- tricidad y se examinan las variables y formas funcionales que se han em- pleado. En la seccién III se examinan més en detalle algunos problemas especia- Jes que se presentan en la estimacion de modelos de demanda de electricidad y que son el resultado del tipo de tari- ficacién, creciente o decreciente por bloques'de consumo, que se utiliza en este sector. En la seccién TV se hace un breve repaso de estudios econométricos de demanda de electricidad que se han hecho en Estados Unidos, Inglaterra, Colombia y dos paises latinoamerica- nos. Se examinan, muy especialmente, las estimaciones de elasticidad de cor- to y de largo plazo que han resultado de estos estudios. Se concluye que las, elasticidades precio que se han estima- do hasta ahora en Colombia han resul- tado ms bajas que las estimadas en otros paises de América Latina y mucho mas bajas que las estimadas en os Estados Unidos; ademés, la mayo- ria de los estudios en Colombia s6lo permite estimar elasticidades que son DESARROLLO ¥ SOCIEDAD esencialmente de corto plazo. Las bajas clasticidades encontradas en Co- lombia pueden estar relacionadas, segiin se argumenta en la seccién IV, con deficiente especificacién de las ecuaciones de demanda, ligadas muy en particular al problema de las tari- fas crecientes por bloques, tipicas en Colombia, Il, Los modelos de demanda de electricidad A.Los modelos de demanda de electricidad y sus variables explicatorias En general, los modelos de deman- da por electricidad para uso doméstico se han basado, mas o menos explicita- mente en Ia teorfa de la demanda del consumidor. Dicha teor‘a ve al consu- midor enfrentado a la escogencia de consumir ciertas cantidades q1, 42, sis «Gq de distintos bienes de consumo,”con un ingreso limitado. Cada individuo busca maximizar la satisfaccion 0 utilidad que dichos bienes le proporcionan sujeto al hecho de que su gasto esta restringido por su ingreso limitado. En términos alge- braicos el consumidor maximize una funcion de utilidad, cuyos argumentos son las cantidades de distintos bienes a consumir: UCd + a n= Mix (1) sujeto! a la restriceién que su ingreso, yr le impone sobre el gasto: 1 a tuneton de “Utidad” 7 ¢ 9 som Glertar rerteciones gue fratan de refer el somporamimto del canrumidor, Una de dlehat estieciones impone due a el coosumo de cual fuer bien gy tumenta, Ut) ambien DEMANDA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL DE ELECTRICIDAD x DEMANDARESIDENCIALEINDUSTRIALDEELECTRICIDAD 2 pay 2) B, : precio del bien i, La solucion de este problema indica que el consumo de un bien, por ejem- plo q,, 6 funcién de su propio precio, de 108 precios de los otros bienes y del ingreso del consumidor: GU F(PL Pa Pre-Pay) (3) De la misma manera, la firma, en- frentada al proceso de emplear eficien- temente sus insumos y minimizar sus costos para maximizar sus utilidades, demanda el insumo electricidad, por ejemplo, como una funcién del precio de esta p, los precios de los otros insu- mos y el nivel de produccién, ¥ (4) donde q y p serfan el consumo y el precio del insumo electricidad y los BP; los precios de otros insumos, tales como mano de obra y otras materias primas, T= FP PL Py Pn § ¥) La teoria simple del consumidor nos presentaria entonces Ia demanda de electricidad como una funcién de su precio, el ingreso del consumidor y los precios de otros productos, espe- cialmente sustitutos o complementos. De la misma manera, la teoria de la firma presenta la demanda de electrici- dad conto una funcién de su precio, el nivel de actividad de Ia firma y los pre- cios de otros insumos, especialmente sustitutos 0 complementos. Sin embargo, para el caso de la elec- tricidad, el modelo simple que acaba- mos de exponer resulta inadecuado. En efecto, el consumo de electricidad estd intimamente ligado al uso de bie- nes durables: electrodomésticos para el consumidor residencial y bienes de capital para el consumidor industrial. En el largo plazo el comportamiento del agente (consumidor, empresario) con respecto a la adquisicion de bie- nes durables consumidores de electri- cidad determinaré la capacidad de ‘consumo. El uso mis o menos intenso que el agente haga del stock de bienes adquiridos determinard, en el corto plazo, el consumo actual de elec- tricidad, Esta consideracién es fundamental para la estimacién de la elasticidad precio del consumo: en el corto plazo, con un stock de “bienes eléctricos” fijo, dicha clasticidad deberd ser ‘menor que en el largo plazo, cuando el consumo es afectado por la adquisi- cin o retiro de dichos bienes. Otra razén por la cual el modelo simple de demanda resulta inadecua- do es ei hecho de que, en general, las tarifas que se cobran por el servicio, es decir el precio del producto, tienen luna estructura compleja, que varia con la cantidad consumida. Asi en iertos paises 0 regiones (por ejemplo, en algunas regiones de EE.UU.), la ta: tifa se cobra por bloques de consumo con precio decreciente a medida que aumenta el consumo, En otros paises y en Colombia (para el consumo residencial), la tarifa se cobra también por bloques, pero con precio creciente a medida que se pasa a bloques de mayor consumo, El consumidor no enfrenta, entonces, un precio uniforme e invariable como en el modelo simple expuesto arriba, sino un precio variable; su restriccion pre- supuestal (ecuacién 2, arriba) deja de ser lineal, Ello introduce complicaciones en el andlisis que afectan tanto a los méto- dos econométricos de estimacién, como a las variables que idealmente deberian representar el precio’. Sobre esto volveremos mas adelante, 2 vease Tavlos (1975); Great, 1984), lordin (1976); Westley 2 Por ahora examinaremos cémo influyen los bienes durables en la for- ma de la ecuacién a estimar. Esta in- fluencia se puede considerar, y de hecho se ha considerado en la literatu- ra sobre el tema, de varias maneras. ‘Taylor (1975) presenta un repaso de Jas mas utilizadas’. Bl enfoque general consiste en ver las variaciones en la demanda de electricidad en el corto plazo como reflejos de variaciones en la tasa de utilizacion del stock de bie- nes que utilizan electricidad, y las va- iaciones en el largo plazo como refle- jo de las variaciones en dicho stock. Se asume que las variaciones en el stock deseado de bienes “eléctricos” depen- de de factores tales como su precio, el precio de la electricidad y de sus susti- tutos, el ingreso de los agentes, ade- mas de otras variables socio-economi- cas que mencionaremos mas adelante. Finalmente, se asume que el stock actualmente adquirido no se ajusta total e instanténeamente al stock deseado, sino de modo parcial y en el tiempo.” Algebraicamente la ecuacién que describe el stock deseado es de la forma general: S*= f(y, P,P .B,2)5 (5) donde: S*= Stock deseado de electrodomés- ticos y = Ingreso_del consumidor y nivel de actividad del productor P = Precio de la electricidad P’ = Indice de precios del stock de bienes “eléctricos” (bienes con- sumidores de electricidad) 9 Vease también Westley (1982), = __DESARROLLO ¥ SOCIEDAD B Vector de otros precios relevan- tes (de sustitutos y/o complemen- tos) z = Vector de otras variables socio- econémicas relevantes y el ajuste del stock actualmente ad- quirido, $, al stock deseado puede seguir un proceso como el llamado “ajuste parcial”: Si — Sea = 6 (9 —S,.4) (6) eliminando S¥ de tas ecuaciones (5) y (6) se obtiene que: Se E(Spas Yes Pes PisBes 2 M1) la tasa de utilizacién del stock, w,, se expresa como: He = Hy Ye Per Be Ze) @) entonces el consumo de electricidad: % = tH, S, se expresa, considerando. (7) y (8) como: Wy = Beas YeePe Pes Bes 20s Yeas Peay PravBers 22) (9) en el caso de asumir relaciones lineales en los logaritmos de todas las varia- bles, el stock deseado se expresaria como: S*= Ay"! pot (pt) 9 B°4 295 (10) 6 nS#=in A +a; ny ta Inp tasinp’ +a4 inp +ag Inz(11) donde in x indica el logaritmo natural dex! DEMANDA RESIDENCIAL E INOUSTRIAL DE E1 La ecuacién de ajuste parcial tam- bién puede expresarse en forma loga- ritmica lineal como: In $,—In $,. = 8 (InS— InS,.. ) (12) con lo que eliminando ain S¥ae (10) y (12) In, = (1-0) nS, +0 (nA +a, Iny, +a np, +03 Inpt +a In By tas Inz, ) ; (13) la ecuacion de utilizacion, (8) se pue- de escribir: Inu, = InB + by Iny, + by inp, + by inp, + bs Inz, ; a4) y por tanto el consumo de electricidad Ing, = Inu, + InS, tendria la forma: ng, =(1-8) Inga, tin B+OIA + (8a, +d, )iny, + (Oa, +b; )Inp, +843 inp’, + (Oa, +bs) nb, + (Das +5 Jin z, =(1-6){InB +b, ny, , +b; inp... +b InB. + ds In 2,1 | (14) Una hipdtesis que produce una ex- presion mucho més simple, utilizada con muy buenos resultados por Wes- tley en’ su estudio de demanda por electricidad en la Repiiblica Domini- cana (1984), es la de tomar la tasa de utilizacion como constante. Para el caso lineal logaritmico el modelo de STRICIOAD 13 aajuste parcial produce en este caso una expresién de la forma: tna, = (1-8) Indy +In(OA+u) +9 (amy, + a3 np, +03 In pt 4 Glu Dp, +05 luz.) (18) donde u es la tasa (constante) de utili- zacion. Fl modelo de ajuste parcial de stocks leva pues a expresiones del tipo general representado pur la ecua- cién (9), uno de cuyos casos especiales ‘mas utilizados es la forma lineal - loga- ritmica de la ecuacién (15). Pero ecua- ciones de demanda con la estructura de las ecuaciones (9) 0 (15) pueden también derivarse a partir de razona- mientos distintos al del ajuste parcial, tales como las hipétesis de ajuste de estado y de ajuste de flujo de Houtha- kker y Taylor (1965, pags. 821 y 25-29)*. A la manera de Houthakker y Tay Jor (1965) es posible hacer entrar el stock de bienes eléctricos directamen- te en la ecuacién de consumo (3) 0 (4), como una variable que puede representar no s6lo la influencia del inventario acumulado, como en el caso del modelo de ajuste parcial, sino por otro lado un proceso psicologico de aprendizaje 0 habito acumulado de consumo. Si_ se utilizan relaciones lineales, no es necesario interpretar la demanda de electricidad como el producto de un Coeficiente de utilizacién por et stock de bienes eléctricos. En efecto, en tal caso se tendria: 4 westey (1981), expone otros modelos dink ectativas adaptatives (Bags. 68-76). de = Bg + By Ye + be + ba B, +s 2% +65, (16) y sise toma el proceso de ajuste parcial: S.—S,.. =8(S#—S,.,) (6) y Sf=ag +a, % +02, tas Petayhtasz% (17) Reemplazando Sen la ecuacién (6): 1-8) Sy +9 (a9 +a, +02 Py +05 Pet ay By ta, 2%) (18) Por otro lado la ecuacién (16) pue- de escribirse: (Gea — bo = By Yer — O2Per bs Bey bs 21.4) (1/B,) (19) y_ si se toma el proceso de ajuste par- cial: (6) de (19) en la m (18) y la expresion resultan- te en la ecuacién (16), se obtiene un modelo lineal similar al modelo lineal logaritmico de la ecuacién (14): 4 = (1-8 Jara + (bo +005) +(b, +00, )y, + (02 +0 a3)p, +043 pt #04 +005 )B, + (6, +005) 2 C18 yoo — (1-8 yy yy #_____________nsannotto v sociepa9 TAM) ba Peg — (1-8) ba Be (1-8) bg 2p (20) Como se ve, esta ecuacién no utiliza la interpretacién del consumo de elec- tricidad como el producto de un coefi- ciente de utilizacion por el stock de bienes eléctricos. Pasemos ahora al examen de las variables que entran en la determina- cian de la demanda por electricidad. El examen de los modelos presentados indica que las variables centrales son, para el caso del consumo de hogares, el ingreso real de los hogares, y, el precio real de la electricidad, p, los precios reales de fuentes energéticas sustitutos B, el precio de los electrodo- mésticos p" y otras variables de tipo socio-econémico, representadas por el vector 2, que alin no hemos especifica- do. Es preciso ahondar mas en dos aspectos: en primer lugar, cules son las variables socio-econdmicas que pueden tener una posible influencia en el consumo y en segundo término cual es el precio o precios de electrici- dad relevantes como variables explica- torias, dado que existen tarifas en bloques. Este segundo aspecto lo trataremos més adelante en la seccién TH, cuando se examinen los proble- mas de estimacién. Para el consumo de electricidad in- dustrial las variables centrales son un indicador del nivel de produccion Y, tal como el valor agregado, el precio de la electricidad, p, precios de apara- tos eléctricos utilizados en la industria, precios de sustitutos energéticos (fuel oil,, gas y carbén esencialmente) y precios de otros insumos (en particu- lar mano de obra), 6, todas en térmi- nos reales. Otras variables de tipo econémico también pueden afectar al consumo industrial. Como para el caso de los hogares, ta variable precio de la electricidad se examinaré en la seccién IIL DEMANDA RESIDENCIAL € INDUSTRIAL DE ELECTAICIDAD 7 A continuacién analizaremos cuéles son las variables de tipo socio-econé- mico que pueden tener alguna influen- cia en el consumo doméstico e indus- trial y que se han utilizado en estudios sobre demanda de electricidad. Para el consumo doméstico, la pri- mera variable adicional es el néimero de hogares servidos. Esta variable pue- de aparecer en el lado derecho de la ecuacién como variable explicatoria 0 bien, puede utilizarse para expresar el consumo en términos de constimo por hogar servido. En el caso de utilizar cién, este iltimo procedimiento es més’ adecuado. Otra variable que puede tener un efecto en el consumo por hogares es el tamafio de la familia, dado por el niimero de miembros que la constituyen. El tamafio del hogar, dado por ejemplo por el area prome- dio 0 el niimero promedio de cuartos por hogar también puede influenciar el consumo por hoger. Otras variables (proporcién de ho- gares conectados, indice de construc: cién de nuevas viviendas) pueden reflejar la mayor 9 menor cobertura del uso de electricidad o la rapidez a la cual éste se esté expandiendo. E] consumo diferencial entre éreas rurales y urbanas se puede caracterizar mediante algin indicador del grado de urbanizacion, tal como la relacién entre el niimero de habitantes que viven en ciudades de mas de 10.000 habitantes, 0 en cabeceras de munici- pios, y la poblacién total. Para reflejar una mayor necesidad de consumo (de agua caliente o de alumbrado, por ejemplo) se pueden utilizar variables como las temperaturas promedio anuales y las horas de sol por afio. Finalmente, es necesario controlar Jos perfodos en los cuales ha habido racionamiento, por medio de variables “dummy” (binarias) o de algiin indice subjetivo u objetivo de la calidad del servicio’. Todas estas variables han sido utilizadas en una u otra forma en estudios empiricos de electricidad, en Estados Unidos, América Latina y Co- lombia’. Para el sector industrial, las varia- bles econémicas distintas 'a precios reales de electricidad y de sustitutos, precios reales de maquinaria eléctrica y valor agregado, son muy reducidas. Un insumo que de acuerdo con la teo- ria reflejada en Ia ecuacién (4) puede tener una influencia importante son Jos salarios reales pagados. Otra variable, relacionada con los precios de los sustitutos y los costos de cambiar combustible, es el costo de la electricidad autogenerada. Una varia- ble que puede reflejar la rapidez con que crece el uso es un indice de cons- truccién industrial. Finalmente es necesario controlar, como en el caso de los hogares, por periodos de racio- namiento 0 de servicio deficiente, bien sea mediante “dummies” 0 por medio de un indice subjetivo u objeti- vo de calidad. La lista de variables socio-econémi- ‘eas que acabamos de trazar es bastante exhaustiva. En el caso de estimaciones concretas, no siempre es posible utili zarlas todas por tres razones. La. pri ‘mera es que utilizarlas todas podria re- ducir los grados de libertad de la muestra mas alld de lo conveniente. En segundo lugar, muchas de estas variables presentan variaciones correla- 5 Weatley (986). por ejemplo, utiliza pam la Republics Dominicana an indice rubletiva de Ae este tipo. ‘Vente por clemplo a revision de once estudios dde_demmands en Estados Unidos © tnclaterrs en ‘Terlor (1070), los estudlon de Perapsey ye Eepautea Dominicana de Weatey (081, 1964), en Colombia el Eetudio del ENE ol de Eeonometrie Luda. (1982) y el de APEX Coo saltores C1989), = DESARROLLO Y SOCIEDAD mo ssn ratio ¥ sociepan cionadas y afiadirén poco a la explica- cion de “la variacion del consumo (fenémeno de multicolinearidad en Econometria). Finalmente, no siem- pre es posible encontrar datos estadis- ticos para todas las variables mencio- nadas. B. Un modelo general De Io discutido anteriormente se desprende que un buen modelo para estimar las demandas residencial e industrial de electricidad, deberia ser del tipo general representado por la ecuacion (9) 1 = BC Ge1, Ye, Pe, Ph, Be, 20, Yea, Per Pie, Bea Fr) (9) donde y, representa ol ingteso real por hogar para la demanda residencial o, alternativamente, el nivel de produc. cién para la demanda industrial. Para tuna estimacién econométrica determi- nada es preciso ensayar varias formas funcionales dentro de este modelo ge- neral, tales como la lineal-logarftmica representada por la ecuacién (15), 0 una lineal, representada por la ecua- ¢i6n (20) 0 su alternativa, més simple: % =o ey dey Her yy Hea Dy + cq Pt tes B, +e 2, (21) IIL Problemas de la estimacion de modelos de demanda de electricidad En esta seccién se discuten varios problemas que son particulares a la estimacion de modelos de demanda de electricidad, como consecuencia de la no uniformidad de las tarifas que se cargan por el producto. En la sub-sec- cion. A se discuten los efectos que tienen las tarifas crecientes sobre la demanda. En la sub-seccion B, se exa- minan los problemas econométricos de identificacién causados por las tari- fas crecientes, Finalmente, en la sub-seccién C se hacen algunas consideraciones sobre el tratamiento que idealmente debe dar- se a las variables de precios en los modelos econométricos, a la luz de las consideraciones hechas en A y B. A. Efectos de las tarifas crecientes El problema de las tarifas variables con el consumo de electricidad ha recibido gran atencion en la literatura anglosajona sobre el tema, donde el fendmeno es de tarifas decrecientes a medida que aumenta el consumo, de- nominadas “tarifas decrecientes’ por bloques”, puesto que las disminuciones de tarifas no ocurren continuamente, sino al traspasar ciertos umbrales que definen los limites de los bloques. En Colombia la tarificacién tam- bién se ha venido haciendo por bloques, ero las tarifas crecen con el consumo en vez de decrecer. Pueden, pues, de- nominarse “‘tarifas crecientes por blo- ques". Taylor (1975) ba resumido magis- tralmente las consecuencias que las ta- rifas decrecientes por bloques traen para las funciones de demanda indivi- duales de electricidad. Con dicho esquema, pequefios incrementos de la tarifa del bloque en que se encuentra un consumidor, pueden Nevarlo a una disminucién brusca (discontinua) del consumo, que lo coloca en un bloque anterior con tarifa mds alta. El mismo fendmeno puede ocurrir con una pe- queia disminucién del ingreso del 7 Bn Colombia se han ulittzado dos esquemas de tarifas erecientes Ea el primeco, slo el coms ‘mo incremental (0 “marginal") se carga al precio el bloaue. Ba el segundo, tode el consumo am lerlor se carga al precio’ del ultimo bloaue Vater “C19K5). denoraina ertas modalidades bloques "con memoria” 7 "xin memona'" te DEMAND A, consumidor. Finalmente el consumi- dor puede hallarse en posicién de equilibrio miltiple, en dos bloques ad- yacentes. Estos hechos implican que jas funciones de demanda y las curvas de Engel individuales son discontinuas y multivaluadas. Todo ello es conse- cueneia del hecho que, con tarifas de- crecientes por bloqués, la linea de presupuesto del consumidor es eOnca- va hacia el origen, como se muestra en la figura 1 que presenta un caso de equilibrio miltipie* Las tarifas crecientes por bloques que se utilizan en Colombia para el sector residencial conforman una linea de presupuesto del consumidor indivi- dual que si es convexa. Un caso de equilibrio con dicha linea de presu- puesto se muestra en la figura 2 para tuna tarifa de dos bloques. Se puede ver en dicha figura que la combinacién de la linea de presupues- to convexa y de la curva de indiferen- cia (que dadas las hipétesis usuales sobre la funci6n de utilidad del consu- midor es concava hacia el origen) excluye la posibilidad de equilibrios miltiples. Como dicha posibilidad esta a su vez ligada a los saltos brus- 0s (discontinuos) de un bloque de consumo al anterior debidos a una pe- quefia disminucién del precio o a un Pequefio aumento del ingreso, éstos ‘también quedan excluidos por ia con- vexidad de Ia linea de presupuesto. Sin embargo, es posible observar en la figura 2 que, dada la discontinuidad de la linea de'presupuesto en el vértice B, muchas funciones de utilidad ten- drin curvas de indiferencia tales que el Punto de equilibrio sera dicho vértice B. Notese que tal equilibrio no respon- derd a variaciones pequefas de la tari- fa del bloque 2. © Para mas detalles, véase Taylor (2978) pags as7 (LE INDUSTRIAL DE ELE ia DAD. Zz Puede entonces concluirse que las tarifas crecientes por bloques produci- rin curvas de demanda_individuales menos irregulares que las tarifas decre- cientes y sin consumos miltiples para un precio dado. Sin embargo, presen- tardn ciertas rigideces 2 las variaciones de precios alrededor de los puntos de cambio de bloque ?. Sin embargo, en ambos casos, tati- fas crecientes y tarifas decrecientes, la agregacién sobre todos los consumido- res suavizaré las discontinuidades e irregularidades de las curvas de deman- da individuales, por Io que la funcion de demanda del mercado tendré un aspecto bastante convencional. Las tarifas variables por bloques tienen una segunda consecuencia de gran importancia para la estimacion econométriea de funciones de deman- da: ésta depende no sélo del precio medio 0 del precio marginal sino, en cierto modo, de ambos. La manera mas simple de observar esto es cons- truyendo la ecuacién del presupuesto de un consumidor que puede comprar electricidad, q , u otro bien q . El precio de g es constante y dado por p . La electricidad, de otra parte, se vende bajo una tarifa creciente en dos bloques: Bloque I: consumo de 0 aq, kWh se factura al precio p, , Bloque If: consumo mayor que q; kWh se factura al precio p;, para el consumo adicional. F] consumidor tiene un ingreso to- tal y, Entonces su linea de presupuesto, bajo la hipotesis de que esta en equili- brio en algin punto del bloque HI, es: % ke decir podsian preseatar precios maltiptes para un consume dado. = __________psannoto y socteoao Figura 1 EQUILIBRIO MULTIPLE DEL CONSUMIDOR CON LINEA DE PRESUPUESTO NO-CONVEXA A CONSECUENCIA DE UNA TARIFA DECRECIENTE DE DOS BLOQUES a2 nw Curva do indiferencia ‘Linea de presupuesto céneava 1 (Blectricidad) Figura 2; EQUILIBRIO DEL CONSUMIDOR CON LINEA DE PRESUPUESTO CONVEXA ‘CONFORMADA POR UNA TARIFA CRECIENTE POR BLOQUES a Curva de indiferencia, ( Linea de presupuesto convexa © qi (Blectricidad) DEMANDA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL DE ELECTRICIDAD y RRA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL DEELECTRICIDAD Prd + Pi (aa) +P a=y¥ (23) donde q es la cantidad actualmente consumida de electricidad. Notese que la ecuaci6n (23) puede reescribirse: 4 PP) +P atPa=y ° Pud+P9=y¥—4;(Pr—Py) (24) es decir que la funcion de demanda del consumidor tendria como argu: mentos, tomando p como numerario @=U: 41 Pn, ¥— a (Pr—Prr) | (25) Tal como lo afirma Nordin (1976) en una demostracién gréfica del mis- mo punto: la ecuacin de demanda debe contener el precio marginal, p;,, el ingreso real, y, y una correceién por el efecto ingreso causado por el blo- que intramarginal, igual a: Pr Pir es decir la diferencia entre el pago intramarginal q, p, y lo que éste hu- biera sido si el precio marginal D1, ge aplicara para todos los bloques: Car Pu) Pero nétese que gy P;— 41 Pn puede escribirse: Pr UP ie = UP1~ 4Pr1— Px + Pu (apy + @— @) Pl — GP = (gasto total en electricidad) — gp, (26) si se divide la Gltima expresién por q se obtiene: 41 P11 Pr = (Pa Pre) (22) donde p, es el precio promedio ( Gasto total sobre q ). Es decir que la correecién también puede expresarse como el precio promedio menos el precio marginal multiplicada por q. En otras palabras, tal como lo propone Taylor, la inclusion de ambos precios, promedio y marginal, tomaria en cuenta el efecto sobre la demanda de la tarificacion por bloques variables" , Una variable alternativa para incluir en la ecuacién de demanda en vez del precio medio p,, y que esta mis de acuerdo con el “modelo representado por (25) serfa la variable y' definida como: (Py Pi) Ue = (Pa Pd (28) el coeficiente de y' en la estimacion deberia tener el mismo valor y signo contrario al coeficiente del ingreso, y, puesto que, por (25) se sustraé a éstel”. Notese que para tarifas cre- cientes y’ es negativa y para tarifas decrecientes es positiva; es decir en el primer caso incrementa el ingteso y en el segundo lo disminuye, En conclusién, si la informacién lo permite las ecuaciones de estimacién de la demanda de electricidad deben incluir al menos dos variables de pre- cio: el precio marginal y el precio medio, Si en vez del precio medio se incluye més adecuadamente una varia- ble como y’ en la ecuacion (27), el Coeficiente de ésta deberia tener el mismo valor y signo opuesto en la ecuacién estimada que el coeficiente del ingreso y. '2 Pero, contraramente 4 Taylor, eh precio pre- sedio Pg incluye el consumo del blogue tat ‘coal "1 tat come to anote Nordin, Taylor (1975) est errado al afrmar que el cceficiente de p, soley Gebe ser igual, pero de steno contrario, ti coe: ficiente det ingrar. ca B.Tarifas crecientes, simuitaneidad e identificacion Un segundo problema que causan las tarifas crecientes de clectricidad es el Hamado de simultaneidad, que crea complicaciones econométricas de iden- tifieacion de la ecuacin de demanda. En efecto, tal como se muestra en la figura 3, sise utilizan como observacio- nes el precio promedio p2 y el consumo g° correspondiente a dicho precio, no es posible decidir a priori si los coefi- cientes de la ecuacién estimada corres- ponden a la curva de demanda DD oa la curva de oferta SS que refleja Ia tari- fa creciente. Desde el punto de vista economé- trico, el problema consiste en que la variable p, en la ecuacién: (29) fp ¥2) +8 donde “" es el error aleatorio, no es exdgena, sino que depende de q (con DESARROLLO Y SOCIEDAD i’ : vector de precios marginales de la tarifa) Pa = Pa (a B') (80) Dicha dependencia hace a su vez que p* yelerror p (que influye sobre q ) estén cortelacionados y, por lo tanto, los coeficientes estimados utili- zando Ia ecuacién (29) por minimos ‘cuadrados ordinarios estén sesgados!*. Una solucién para este problema, tal como lo explica Westley (1984) es estimar la ecuacién de demanda por medio de minimos cuadrados en dos etapas, utilizando. tomo variables ins- trumentales todas tas variables real- mente exégenas de la ecuacién de demanda, mas los precios marginales 1? westiey (1984), apéndice A, protonta una expo: ie este problema ys Figura 3 DEMANDA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL DE ELECTAICIOAD a RRA RESIDENCIAL E INDUSTRIAL DEELECTRICIDAD Oat de los bloques que aparecen en los esquemas de tarifas efectivamente uti- lizados (que son también exégenos). Otra solucién propuesta por Taylor (1975) es utilizar un precio promedio, pero no el calculado ex-post, como Pesos totales sobre consumo total, sino utilizando las tarifas efectivamen: te usadas por las empresas. Asi la va- riable precio promedio es exdgena e independiente del error y no se pre- senta el problema del sesgo. C. Las variables del precio de la electri- cidad en un modelo econométrico ideal La discusién de las dos sub-seccio- nes anteriores muestra la importancia de la especificacién de las variables de precio en los modelos econométricos. Idealmente, para evitar el problema del sesgo de simultaneidad y capturar el efecto ingreso de los precios intra- marginales, serfa necesario incluir dos variables en, las ecuaciones: B] precio marginal, p’, y la variable y' de la ecuacién (28): y= (pop yas (1) donde hemos reemplazado la notacién del precio marginal p,, por p’ ;p' y p, deberian ser calculados, tal como su- giere Taylor, ex-ante, a partir de los esquemas de tarifas efectivas, Si esto no es posible, una solucién alternativa es la propuesta por Westley (1984): estimar los precios a partir de datos ex-post. y aplicar la técnica de minimos cuadrados en dos etapas para solucionar el problema de sesgo de simultaneidad. TV, Algunos estudios anteriores y sus resultados En las secciones anteriores hemos visto los problemas que se presentan en la estimacién de la demanda de electricidad y las condiciones que de- berian lenar modelos bien especitica- dos. En esta dltima seccién vamos a presentar algunos de los modelos que se han efectivamente estimado en Estados Unidos, Inglaterra, América Latina y Colombia, asf como los resul- tados que se han obtenido, en cuanto a elasticidades precio e ingreso, Este repaso nos permitird contrastar muy especialmente los resultados que se han obtenido en Colombia con los de los otros paises y regiones mencio- nadas. A.Estudios de electricidad en Estados Unidos e Inglaterra Taylor (1975), en su repaso de los estudios de demanda de electricidad en Estados Unidos e Inglaterra, pre- senta un resumen de las estimaciones de elasticidad para 8 estudios en Esta- dos Unidos y 2 estudios en Inglaterra. En el cuadro 1 reproducimos los re- sultados de ‘Taylor. A ellos les hemos adicionado los resultados de otros dos estudios en Estados Unidos: el de Mu- may, Spann, Pulley y Beauvais (Mu- rray et al. 1978), para Virginia y el de Griffin (1974) para la economia de los Estados Unidos en su conjunto!?. Puede observarse en el cuadro 1 que las elasticidades precio de corto plazo para el sector residencial varian entre 0.06 y —0.90, con un promedio aproximado de ~0.38. Las de largo plazo varian entre 0 y —2.00 con un promedio aproximado de —1.11. 13 1 modelo de Grttin no et especiticamente 46 demands de clectricidad, Se trata de un modelo el actor alectrico gue Incluye ceusciones ‘demands. Para una diseusibn detallada de low ‘diez studios examinados por Taylor teteritos ama artieulo (1979). Aqui now luuitersmor a Dreseatar los cesultaios (Wer cuadeo 1) 9 toe ar lat conclusionss de Taylor sobre diehos DESARROLLO Y SOCIEDAD 2 sopeisg 997 wo cor ovo- aw ‘weug -toqatana romREUANOH say oo oe, aaa wus] soprisg 080 aN zi aN vaa wosiopLy sopeisg ozo woo | oT WO gad toudy-wwudeyg-runoyy 0. aN oz aN vad SOSA (sn)opeiaty Fo ero eT sf0- ddd TOM soyUUNNOH, sopeyeg ouanbeq: oro. oO stO- dad uaskey-zoysi (insu IN ort EN ero van sePTRTON, 880 900 eg so (Fda a) ous oye popay, seary 690 09°010'T— aap} ious ouNsa op sata way 080 @'0—090— “uwP) (sous OUZAIAL! ap SOsaN seary uso 96°0—tr1— “pete seanyy euapisa ‘onmd O87 ‘omd op0g om O01 oad 0109 sop op ody, stapue ojsoid —upurutop ap ody, ep ods, vod pePIONTELE ‘opeid peppnerig ep odk, YUUILVIONI SOGINA SOV ISA VUVd SOITAISA ‘VOINIONTA VIOUANG Ad VONVASG VI ac OSSUDNI 4 O1DAUd SHAVAIOLISVIA SVT VUVd SVOINLANONOOT SANOIVNIIST Fd NAWNSA Tespeng, 83 DEMANDA RESIDENCIAL E INOUSTRIAL DE ELECTAICIOAD “odxo epetnowe ‘etagy usaus wf ud o1pomoig fou eM, (F) TwsuaARURA], O00 149 SodaLL, 9p 196 <1 (6) ‘nur-xe opoutord ojselg (2) ‘qus-x9 [eupzeut oparg (T) “(HL6L) tagsItD oP 19 {sazopne so] sod soyoy ‘spur soypnyse sop op souauunsar opipeue tny a] 26 201484, ap TeUBUO ompR {BL61) 199 Aexmnyy ap [2 wos sO|19 “(GL6T) 01M, ap OpeMIOL, -VLON LOLs say oFT— dad uewty uso sopeisg zat oad y-muideyo uno, wo sopersg +61 ‘aN aad wostepuy as (un)snsnpuy ost—, aN aad seay-rapxeg io ‘Soprisg I- aN dad ‘Wasdeyroysty 680 680 Iso woe ddd wu. dous oye [2 OpoL, seary wT ws T20-16'0— #9062 '0— Baa. Lous (OUND Op TesETE ar eO TET S@T 980 = BOUSeT— 90°0—8r'0— ne Ios OURSALT Op S990}] way LOT PLO Z90'8sD « FEOZ0T— ovo—sL0- vad va “wee Keun euysnpuy ommd 08] omdonog omtd of:e] ‘ommd on09 sop op od, semtyur oroaxd —epurwop ap ody, op oft, ‘osoufuy PEPIN ojoead pepPAmTy ep ody, T oxpmng wopenurueg as Para la industria, las elasticidades precio de corto plazo varian entre =0.98 y —0.04 con un promedio apro- ximado de —0.43. Las de largo plazo varfan entre —1.94 y + 0.08 con un promedio de 0.95. Sin embargo los niimeros anteriores son diffciles de interpretar por milti- ples razones, como lo anota Taylor. En primer lugar, la mayoria de los es- tudios han usado precios promedios caleulados ex-post, sin introducir si- multéneamente precios marginales, lo cual puede causar sesgos. demas, los estudios en general no utilizaron ecua- ciones explicitamente dindmicas, por Jo que su distincion entre corto y lar- go plazo no es totalmente clara, Se- gin Taylor, el estudio que puede pre- sentar mejores estimaciones es el de Houthakker sobre Inglaterra. Este fue hecho para una tarifa compuesta sola- mente de un cargo fijo y un precio marginal y Houthakker utilizé el pre- cio marginal en su estudio que muy probablemente no esta correlacionado con el cargo fijo. Por lo tanto la elasti- cidad calculada por Houthakker de —0.89 para el consumo residencial en el corto plazo es, de acuerdo a Taylor, Ja menos sesgada de su cuadro. Desa: fortunadamente, el modelo de Hou- ‘thakker no permite calcular una elasti- cidad de largo plazo. Uno de los estudios que hemos afiadido al cuadro, posterior al articu- lo de Taylor, el de Murray ct al. (1978) para Virginia, fue hecho con ei propésito explicito de corregir los pro- blemas que Taylor anotaba sobre los estudios que examiné en su articulo (1975). Se utilizé una variable de precio promedio calculada ex-ante y dos variables de precio marginales también tomadas ex-ante del esquema de la tarifa. Sin embargo, para el sec- tor residencial, no se utilizo una varia- ble de consumo rezagada, pues el pro- cedimiento de estimacién utilizado consider que el mejor valor para el DESARROLLO ¥ SOCIEDAD coeficiente de esta variable era cero, es decir, que el ajuste del stock de elec- trodomésticos de los hogares era ins- tanténeo. Para la demanda industrial si se utiliz6, ademas de las variables de precios promedios y marginales ex- ante, una variable de consumo de elec- tricidad rezagada. Bl estudio distin- guid ademds entre demanda de esta Ciones frias (otofio e invierno) y de estaciones calientes (primavera y vera- no). También analizé las demandas pico. De lo dicho anteriormente se des- prende que los coeficientes estimados por Murray et al., debieran presentar desde el punto de vista tedrico poco sesgo. Sin embargo, desafortunada mente en Io que respecta al sector resi- dencial, no es facil interpretar los resultados como elasticidades de corto © de largo plazo, o como intermedias. ‘Tal ver esta titima representacion es la mas adecuada pues incluye el efecto de variables de precio contemporéneas del consumo més variables de precio rezagadas un afio, con lo cual capturan algiin ajuste parcial, Los resultados del estudio de Mu- rray et al. aparecen en el cuadro 1 se- parados por meses ‘calientes” (de verano), “meses frios” (de invierno) y para todo el afio, Murray etal. esti- maron una ecuacin separada para cada uno de los 18 distritos que atien- de la electrificadora de Virginia. Los estimativos presentados en la tabla corresponden al rango de varia- cién de los resultados individuales, tal como los presentaron Murray et al. en sus cuadros 5 y 6. Puede observarse que las elasticida- des precio residenciales para todo el afio se situaron en el rango de —1.01 a —0.60, cuya media (en él sentido de punto equidistante) esta en ~0.80; las elasticidades en los meses de invierno fueron mas altas que éstas y las de los DEWANDA RESIDENCIAL E INOUSTAIAL DE ELECTRICIDAD 35 PEMANDARESIDENCIAL INDUSTRIAL DEELECTRICIDAD meses de verano mis bajas. Esto era de esperar dado que en esta zona se utiliza aire acondicionado de una manera ge- neralizada en el verano, Desafortunadamente, como se co- ment®, no es claro el plazo que refle- Jan estas elasticidades. Notese, sin em- bbargo, que se sitéan entre los valores de 0.38 y —1.11, que fueron los promedios de corto y largo plazo res- pectivamente en los Estados Unidos, observados en el cuadro 1 (promedios que excluyen a Murray et al.); estin ademés cercanas, aunque un poco por encima, del valor obtenido por Hou: thakeker. Para el sector industrial, las elastici- dades que reflejan el consumo de todo el aio se situaron, para el corto plazo, en el rango (—0.64, 0.29) con una media (valor equidistante) de —0.46, En el largo plazo se situaron en el ran- go (0.91, —0.21) con media “equi- distante” de —0.56. Los rangos de inviemo y verano son visiblemente mas amplios y se traslapan entre si. La elasticidad de corto plazo de todo el aio est cercana al promedio del cua- dro 1, pero la de largo plazo es bastan- te més reducida (en valor absoluto): 0.56 contra —0.95 del promedio. De todo lo dicho anteriormente no es ficil sacar conclusiones definitivas. Sin embargo, parece posible concluir tentativamente que los estudios resi- denciales en Estados Unidos e Inglate- rra han dado elasticidades precio en promedio de alrededor de —0.40 en el corto plazo y para el mejor estudio (Houthakker) ain mas altas (0.89). Las elasticidades de largo plazo han resultado todavia més altas, con un promedio de —1.11, Para el sector industrial, las elasti- cidades de corto plazo han sido tam- bién del orden de —0.43 y aun en el estudio que parece tener menor sesgo esta cercano a esta magnitud (—0.44), Para el largo plazo las elasticidades industriales han sido en promedio de —0.95, y, con el estudio que parece tener el menor sesgo (Murray et al.), algo por debajo de esa cifra: 0.56. En suma, los estudios anglosajones parecen indicar que la demandade elec- tricidad en los Estados Unidos e Ingla- terra responde, al menos moderada- mente, a los precios y responde mas fuertemente en el largo plazo que en el corto plazo. B. Los estudios en América Latina Los estudios que examinaremos so- bre demanda de electricidad en Amé- rica Latina cuyos resultados sobre elasticidades aparecen en el cuadro 2, fueron hechos por Glenn Westley dei BID, uno para Paraguay (Westley 1981) y uno para Repiblica Domini- cana (Westley 1984)'*. En el estudio sobre la demanda residencial y comercial de electricidad en Paraguay, Westley emplea lo que puede considerarse precios marginales ex-post y ademas corrige por el efecto ingreso de los precios intramarginales, tal como lo sugieren Taylor (1975) ¥ Nordin (1978). Utiliza ecuaciones con y sin rezagos y los datos son combina- Giones de series de tiempo y cortes transversales. Utiliza, ademas de las variables precio e ingreso, varias com- binaciones de otras variables socio- econémicas. El resultado constituye, segin Westley, un modelo con gran poder explicatorio del consumo resi- dencial y comercial, por lo que no es necesario recurrir a técnicas como va- nables binarias (“dummy”) u otras que se han propuesto para estimacio- *$ wo contamos con un tercer estudio de Westley bara Coma Ria, Sia embargo en el eva 12 del estudio paza Rep. Dominicana se mencior than Tas elasicldados precio « frereso Ge largo Diazo abteoldas en dieno estudio. Eas tasabien, Sparecen en eleuado 2 DESARAOLLO Y SOCIEDAD as0d-xo qwufiww ojoatg (9) TRrpuapsar 0] & pore oj odruf ojos un uo 9110} “podoxo epeyrono “oo9[ Bz0u9 HL xed orpawg tre Bee ( set 080 s90— eo ‘pouting ze'o-oser LOLs wuoiiey —ga'T'6TT vO CLT HEOHO- dado “a Sorisem ‘muroyuremog FomRDda evnpu ov0- oe dan waaID a Sonsom, oso orpowoag [pond aysnfe ep jeuosoa8 (aan Cppoutous A Tuoey a0 Teo os-oro- gy dd ‘a Sono, (9) Aendoseg $0 oso orpaworg Z08-096T —_RHO}as @yan (E)dous — Kmuowy 90 Lo'eo s90—ss0— yoeo— (aga warp ‘a Sans, ‘vurotuurog wonandea TeoUopIsoN somp op ogi, spavue ep ody ozeid ode] oxed oyog zed ofzey ‘ozeyd 07109, pend rprrp op 0, oseafoy PPA oped pepRRETE oP ody SONVOTUAWVONILV' SaSIVd SONAOTY NO VOIULOaTa VIOUING Sa YONVWad V1 aC (OSAUONI Z O10TUd SAV CIOMISV Id SVT VUVd SVOIULAMONOOS SANOIDVWLIsa Xa NAWNSaY z oxpeny DEMANDA RESIDENCIAL € INDUSTRIAL DE ELECTRICIDAD a PEMANDARESIDENCIALEINDUSTRIALDEELECTRICIDAD 8 nes de combinaciones de series de tiempo y cortes transversales. En el estudio del consumo residen- cial, comercial e industrial de electri- cidad en Repitblica Dominicana, Wes- tley emplea precios promedios calcu- lados ex-post, pero utiliza también precios marginales calculados ex-ante como variables instrumentals en la es- timacién de todas as ecuaciones por minimos cuadrados en dos etapas. Por tanto, sus estimaciones estén libres del problema de sesgo de simultancidad. Westley estima ecuaciones sin y con rezagos. Las ecuaciones se justifican por medio de un modelo de ajuste parcial como el presentado en la sec- mn TT. Los datos son series de tiempo para el perfodo 1960-1982. Utiliza, ‘ademis de las variables precio e ingre- so, varias combinaciones de variables socio-econémicas y demograficas. Para el estudio del Paraguay, Westley obtiene estimaciones de las elasticida- des precio del consumo residencial de corto plazo en el rango de 0.35 a —0.6 y de largo plazo, en el rango de <0.4 a —0.6. El valor preferido de Westley para el largo plazo es de —0.5. La cercania de los valores de corto y largo plazo se debe a que en su mode- Jo dinamico, del tipo de ajuste parcial, Westley encuentra que el coeficiente de ajuste es muy pequefio: entre el 81 y el 95% del ajuste se realiza en el corto plazo (un afio). Para el estudio de Repiiblica Domi- nicana Westley obtiene estimaciones de la elasticidad precio del consumo residencial de corto plazo en el rango de —0.3 a~0.4 y en el largo plazo de —0.55 a —0.65. Su valor preferido para el largo plazo es de 0.50. Para el consumo industrial encuentra elastici- dades precios de corto plazo en el rango 0.24" a ~-0.34 y de largo plazo de 0184 2 —1.72, Su valor preferido en el largo plazo es de —0.65. En la Repti- blica Dominicana Westley halla que el ajuste entre el corto y el largo plazo es, contrariamente al caso del Para guay, sustancial, En su estudio de la Repiblica Domi- nicana, Westley presenta un estimativo de ~-0.50 para la elasticidad precio del consumo residencial en Costa Rica en el largo plazo, En conclusion, los resultados en- contrados por Westley se pueden re. sumir entonces asf: = Elasticidad precio del consumo residencial en el largo plazo para tres paises de América Latina: —0.5, con un rango—0.4 a--0.65. = Blasticidad precio del consumo residencial en el corto plazo para tres paises de América Latina: un rango de 0.3 a —0.60 con un punto medio! de=0.45. — Blasticidad precio del consumo industrial en el largo plazo para Repii- blica Dominicana: un rango de ~0.64 a —1.72 con un valor medio escogido 0.65, — Elasticidad precio del consumo industrial en el corto plazo: un rango de —0.24 a~0.34 con un promedio de 0.25. Es interesante contrastar estos pro- medios con los que mencionamos para los estudios en Estados Unidos e Ingla- terra: para el consumo residencial en el largo plazo —1.11 y en el corto 0.38. La elasticidad de largo plazo resulta sustancialmente mayor en los estudios americanos que en los lati- noamericanos, aunque las elasticidades de corto plazo son de! mismo orden 5 Breogido por nosotros simplemente como la ‘media auitmetica de tos extremes dol rank, ‘cmos. Westley no prownta un valor medio Part Ins elsticicades de corte laze. 88 de magnitud. En todo caso, la respues- ta a los precios en ei consumo residen- cial sigue siendo importante, aunque no elistica. Para el consumo industrial las elas- ticidades norteamericanas son sustan- cialmente mayores tanto en el largo (0.95 contra —0.65) como en el corto plazo (~0.43 contra —0.25). En suma, suponiendo que los pro- medios de’ elasticidades presentados no estén lejos de la realidad, la respues- ta a los precios en América Latina pa- rece ser menor que en Norteamérica, aunque en ambas regiones es lejos de ser despreciable, C. Estudios en Colombia En Colombia se han realizado por lo menos tres estudios de demanda de energia eléctrica. El realizado por el Estudio Nacional de Energia, ENE, un resumen de cuyos resultados aparece en Otero y Obregon (1986). Estudios realizados por la firma Econométrica Ltda., cuyo resumen aparece expuesto en Trujillo y Ramérez (1982). Final- mente, un estudio realizado por APEX Consuitores para la Empresa de Ener- efa Eléctrica de Bogoté. Las elastic’ dades estimadas por esos estudios aparecen en el cuadro 3. El estudio del ENE dividié el pais en cuatro regiones y estimé ecuacio- nes de consumo para cada una. Para el consumo residencial, el estu- dio estimé dos ectiaciones: una ecua- eién de consumo por suscriptor que utilizé como variables explicativas el ingreso por hogar, la tarifa promedio, el precio de sustitutos, el tamafio de los hogares y el stock de electrodo- mésticos por hogar, rezagado en un afio. Una segunda ecuacién estimaba el stock de electrodomésticos por hogar como funcién del precio de los electrodomésticos, del ingreso por DESARROLLO Y SOCIEDAD hogar y el tamafio de los hogares. Ambas ecuaciones eran lineales en los logaritmos de todas las variables. Como no se introdujo la variable precio de electricidad en Ia ecuacién que expli- caba el stock de electrodomésticos, no es posible estimar la elasticidad de largo plazo de la demanda. Por otro lado, por razones no explicadas en el articu- lo de Otero y Obregén, las elasticid: des precio de corto plazo no fueron estimadas; se forzaron valores para estas elasticidades en elrango de—0.17 y —0.29 para las cuatro regiones, El estudio utilizé series de tiempo en las estimaciones. La variable precio fue la tarifa promedio de electricidad. Este estudio no da, entonces, indicios sobre la elasticidad’ precio del consumo de electricidad en el corto ni en el largo plazo. El consumo industrial, también fue estimado para las cuatro regiones y ademas para cuatro agrupaciones de industrias con. intensidades de uso energético (no sélo eléctrico) crecien- tes, Se utilizaron también ecuaciones neales en los logaritmos de todas las variables. Se emplearon, como varia- bles explicativas, la tarifa promedio de electricidad, el precio de sustitutos y el valor de'la produccién en el grupo industrial y region analizados. No se utilizaron ecuaciones dindmicas (con rezagos) pot lo cual las clasticidades obtenidas corresponderfan ante todo al corto plazo. Las ecuaciones se esti- maron por el método de maxima vero- similitud para un proceso autorregre- sivo de primer orden'®. Las elasticidades precio de corto plazo obtenidas para el consumo indus- trial global para las cuatro regiones estuvieron en el rango—0.002a ~0.48; 16 bs decir, comsgon por autocorrelacion (de pr mer orden) pero ao hay indici de que corsian ‘por slmultancidad’ ol precio promedio velisads feel ealeulado ex-post, pero se toma come la Variable exgena, DEMANDA RESIDENCIAL & INDUSTRIAL DE ELECTRICIDAD -{uojonysns ap soprpyqysod souow) (eiouad vo eyBs0u9 uo ostsuosuy souaud Z0y09s fe aptiodsext00 owTUN IOqEA #0 wa eys9 ovwd ovice ap ofsald peplonsea esau ua “ugHfou BUN wed auiMo9 Ojos OUKTUT IOTEA Ta usero wus ood resveasueny, 91309 39 ‘odutay, 9p 2496 “LS puso souojonssap 56] 8 vapuodsanOD sisaquaTed az}u0 SOUP YT Bou9 | wz¥d ofpooag WOU BUI, "ys0d-x9 upernoteo “eon: Waa iMp.ES THOS set evo e070 ze00— ad I0zINWOD XBaV wo- “99g "wosg 201A (use t'6e3'0) US Howey TEE TETSOTT g¥ro-—ert0— atta @ ¥0- ‘Aey uid 208A, acese) Is ruordoy 990"Tp928'0 eaLvo—e2000- asa (6) aNa eLge6t — PHO® (gov 670) IOUS —Aiovowoy OTE ETTOOO— sro vsr90T— a8a_ WHT HB UIOUED, usmpu SEERMOP IS HOIDAS wo 9080 wo S1V0- GIVEN ssioMueg XBaV Us rues verort wore aa ana 812961 Hoje (vr'st'goe's) (oor) (@) @ioas Stmuotou LOE TZS0T GIPOTO— — (Tad YON epAtOLODG papi omloimy ormdowog _ omid olny om ono sompep ody, seu opatd —epuewp 9p ody, ap ody omni POPP apa PNET spods, VIGHO'100 Na VORNLOWTa VIOWANA Gd VONVNGG VT AG OSTHONI d OLOaHa SHdVCIOLISV1E SV'1 VHVd SVOIIESNONOOT SANOIDVILISA Id NAWASTY 8 oxpeng 20 DESARROLLO Y SOCIEDAD 2 ____________ i (besarroito y socieoAo sin embargo, en tres de las cuatro re- giones, el rango fue de—0.40 a —0.48; se explicé la baja clasticidad de la otra region (que incluia el Valle, Cauca y Narifio) pot no _haberse tomado en cuenta el bagazo de la cafia, importante en esa region. Por tanto el valor mas probable de la elasticidad precio industrial deberfa tomarse en el punto intermedio del rango —0.40, —0.49, es decir, deberia ser —0.34, Este también es'el valor promedio de las cuatro regiones. Para el consumo nacional, para cua- tro grupos industriales, las elasticida- des precio de corto plazo estuvieron en el rango de —0.11 a—0.45; mos- traron la caracteristica de aumentar (en valor absoluto) con la intensidad energética del sector, lo cual es expli- cado, segiin los autores, por ser mayo- res las posibilidades de’ sustitucion en Jos sectores mas intensivos. (Recuér- dese que se trata de una intensidad energética y no sélo eléctrica). El valor medio de jas elasticidades fue en este caso de —0.24. En suma, las elasticidades de corto plazo del consumo energético indus- ‘trial segan el ENE estén entre —0.24 0.34, ‘si se combinan los resultados Por industria y por regién, con un pro- medio de aproximadamente —0,30, El estudio de APEX Consultores fue hecho sélo para el consumo resi- dencial, industrial y comercial de la Empresa de Energia Eléctrica de Bogo- té (BEEB). El consumo residencial fue estudia- do con cortes transversales y con series de tiempo. Se hicieron dos andlisis de corte transversal de los suscriptores de la EEEB, relacionando el consumo con el ingreso en un ejercicio, y con el estrato socio-econémico de las vivien- das de los suscriptores, en otroejercicio. El estudio de series de tiempo utiliz luna ecuacién dinimica que relaciona- ba: Ia tasa de crecimiento del consu- mo por cuenta con la tasa de creci- miento del ingreso actual y con un rezago de un afio; la tasa de crecimiento del precio setual y rezagado un afio; una variable de tiempo; y, finalmente, la tasa de crecimiento del consumo re zagado un afio. La variable precio uti- lizada es el precio unitario para una cuenta representativa de 500 kWh. bimestrales, definido como el valor de una factura por 500 kWh dividido por 500. Es decir, parece tratarse de un precio marginal calculado ex-ante, sobre el esquema de tarifa. No presen. ta por tanto el inconveniente del sesgo de ‘simultaneidad. Sin embargo, no hay variable que represente el efecto ingreso de los precios intramarginales. Para el consumo industrial, se esco- gi6 un modelo lineal en los logaritmos de todas las variables, que explica el consumo anual como funcién del con- sumo anual rezagado un afo, el PIB de la industria y la tarifa media del sector industrial. El ‘modelo corres- onde, pues, a una hipétesis de ajuste parcial del stock de bienes eléctricos industriales 0, alternativamente, a un modelo de expectativas adaptativas'”. Los resultados obtenidos por APEX para el consumo residencial, muestran una elasticidad precio de corto plazo bastante pequeiia, de 0.11. En el largo_plazo. dicha elasticidad pasa a 0.17, valor todavia bastante pequeiio. Para el consumo industrial las elastici- dades precio son todavia mas bajas: —0.08 en el corto plazo y —0.09 en el largo plazo. Estos valores contrastan con las elasticidades encontradas en el estudio del ENE, que para la industria en el corto plazo estimé valores 8 a 11 veces mas grandes. Mis adelante se ‘comentan estos resultados, "7 Vase Westley (1981), DEMANDA RESIDENCIALE El estudio de Econometria Ltda. siguié pautas muy similares al estudio del ENE. Tambien trabajé a nivel re- gional, pero més desagregado, con 11 Tegiones en vez de las cuatro del ENE. Las ecuaciones de demanda residen- cial de electricidad fueron similares a Jag wtilizadas por el ENE, con una fun- cién de consumo por suscriptor y una demanda del stock por suscriptor. Como en el caso del ENE, no es posi- ble entonces estimar elasticidades de largo plazo del consumo, por la estruc- tura que se escogid para estas ecuacio- nes. Las ecuaciones se estimaron para 11 regiones con datos combinados de series de tiempo y corte transversal. El modelo de demanda industrial de electricidad difiere de aquel del ENE. Se utilizé como variable dependiente el consumo de energia eléctrica por unidad de produceian (dada en pesos). Las variables explicativas fueron el empleo por unidad de produccion y la tarifa real de energia para uso indus- ‘rial, Se estimaron las ecuaciones por region y para cuatro sectores indus- triales, Como las ecuaciones no intro- ducen variables rezagadas, tampoco es posible estimar elasticidades de largo plazo a partir de elas. Los resultados que obtuvo el estu- dio de Econometria Ltda. para el con- sumo residencial son los siguientes: la elasticidad precio de corto plazo se situé en el rango de —0.14 a —0.41 con un valor promedio para las 11 re- giones de —0.33. Como se mencioné, no hay posibilidades de estimar las elasticidades de largo plazo. En resumen, los estudios colombia- nos de demanda de electricidad resi- dencial e industrial han dado elastici- dades precio de corto plazo para la de- manda residencial en el rango —0.11 a —0.42. Para la demanda industrial, las elasticidades precio de corto plazo han estado en el rango —0.002 a 0.480. DUSTRIAL DE ELECTRICIOAD ot Para el largo plazo, sdlo el estudio de APEX permite estimaciones de elasti- cidad, que resultan muy bajas, del orden de —0.17 para el consumo resi- dencial y —0.09 para el consumo in- dustrial en Bogota. Asi pues, las elasticidades precio esti- madas hasta ahora en Colombia han resultado més bajas que las estimadas en otros paises de América Latina y mucho mas bajas que las estimadas en Estados Unidos. Esto podrfa tomarse como una simple repeticion del fenémeno ya observado por Westley en sus estudios, que también muestran unas elasticida- des mas bajas en otros pafses de Amé- rica Latina que en los Estados Unidos Inglaterra; pero las elasticidades es- timadas en Colombia aparecen bajas aun con respecto a los resultados de Westley en general. ‘Una explicacién alternativa tiene que ver con el hecho de que los estudios colombianos adolecen de algunas fallas, relacionadas con lo comentado en las seceiones IT y III. Asi, el estudio del ENE utiliza una sola variable precio de la electricidad en sus estimaciones, un precio prome- dio calculado ex-post, y no utiliza tée- nicas tales como variables instrumen- tales o minimos cuadrados en dos etapas para corregir por el sesgo de simultaneidad. Ademas, como obser- vamos anteriormente, la especificacion de sus ecuaciones es tal que no permite estimaciones de elasticidades de largo plazo. Lo mismo puede decirse del estu- dio de Econometria Ltda., que utiliza una sola variable, también el precio promedio ex-post, para sus estimacio- nes y no corrige por sesgo de simulta- neidad. Para el caso de la demanda residencial, no formula una ecuacion realmente dindmica y por tanto tam-

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