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Educación en la Cuenta Pública Presidencial 2018

Equipo de Políticas Legislativas, Nodo XXI, 01 de junio de 2018

“La educación es la madre de todas las batallas para conquistar el desarrollo y el instrumento clave
para el progreso de las personas, la igualdad de oportunidades y la derrota de la pobreza. Hasta
ahora hemos hecho muchas reformas, pero la más importante de todas, que es la calidad de la
educación en todos los niveles, ha quedado fuera de la Agenda Pública”​.

Con estas palabras, el Presidente Sebastián Piñera en su cuenta pública del viernes 1 de junio de
2018 introdujo sus anuncios en materia educacional. El afán de resituar la calidad como
preocupación central de la agenda educacional estaría expresado a su vez en cinco grandes
prioridades, que es preciso analizar para dimensionar su real significado.

1. Mejorar la calidad de la educación en todos sus niveles. Mejorando los contenidos,


modernizando las metodologías, introduciendo nuevas tecnologías y comprometiendo a
toda la comunidad educacional: directores, profesores, sostenedores, padres y
estudiantes en la misión de asegurar educación de calidad a todos nuestros niños y
jóvenes. Y esa batalla la daremos y ganaremos en la sala de clases.

Una declaración de objetivos genéricos, sin precisar mayormente a través de qué instrumentos
se busca alcanzarlos. Se plantea la necesidad de comprometer a toda la comunidad educacional,
pero tampoco se precisa si aquello implica la creación de espacios democráticos en la gestión
escolar que permitan materializar en los hechos dicho compromiso de todos los actores en la
misión de asegurar educación de calidad.

Se sitúa el logro de estos objetivos exclusivamente en la sala de clases, prescindiendo de toda


consideración sobre cómo la organización del sistema escolar –basada en la promoción con
recursos públicos de la educación privada, y el abandono de la educación pública- durante
décadas ha contribuido al panorama actual de segregación socioeconómica, baja calidad de la
educación chilena en general y la casi completa extinción de las escuelas públicas.

Por último, la historia reciente de la educación escolar chilena está cargada de la retórica de los
cambios desde “la sala de clases”, en esa idea también se sostuvieron las reformas de
“mejoramiento” de los noventa y de “aseguramiento de calidad” de los dos mil, que a la larga
han supuesto más bien la multiplicación de los mecanismos de rendición de cuentas externas
sobre las escuelas, incluidas la proliferación de evaluaciones estandarizadas como el SIMCE, que
someten a constantes presiones tanto a estudiantes y como profesores.

2. Avanzar hacia un acceso universal y gratuito a la educación temprana, incluyendo las


salas cunas, los jardines infantiles y la educación pre escolar, para todos nuestros niños.
Nuevamente, una declaración ambigua de objetivos sin mayor precisión acerca de los
instrumentos buscados para alcanzarlos. ¿Se fortalecerá la cobertura pública en la educación
preescolar o se privilegiará la generalización del ​voucher​ también en este nivel educativo?

Recordemos que ya la reforma del gobierno de la Ex Nueva Mayoría se sostuvo en la ampliación


de la cobertura de jardines mediante la instalación y renovación de infraestructura
principalmente en las instituciones ​Vía Transferencia de Fondos (VTF), organismos privados que
hacen las veces de sostenedores, en una condición similar a la de los colegios particulares
subvencionados en el sistema escolar, donde la mayoría del financiamiento se entrega vía
subvenciones por asistencia de niños(as).

La experiencia de masificación tanto de la educación escolar como de la educación superior nos


demuestra que no da lo mismo cómo se expande el acceso a los derechos sociales. Bajo el signo
del mercado y el Estado subsidiario que impera aún en la educación chilena, cuando se amplía
cobertura se expande la injerencia de los intereses privados en los ámbitos de derechos
sociales.

3. Mejorar la educación técnico-profesional, a nivel escolar, creando Liceos de Excelencia


Técnico-Profesionales, y a nivel superior, potenciando los Centros de Formación Técnica
e Institutos Profesionales, transformándolos en instituciones de calidad y articulados con
el mundo productivo.

Se plantea la importación a la educación escolar técnico-profesional de la política de los “Liceos


de Excelencia” promovida en el anterior Gobierno de Sebastián Piñera, y ampliamente
cuestionada por su carácter segregador y excluyente, contraria a la aspiración de una educación
pública de calidad e inclusiva.

En el nivel superior se plantea nuevamente un objetivo general sin precisar instrumentos. Hoy lo
que se conoce es la ampliación de la gratuidad centrada en los CFT e IP, omitiendo a la
educación técnico-profesional que se imparte en universidades –o que se articula con éstas-, y
prescindiendo de toda consideración acerca de las características de la plataforma institucional
de este sector, marcada por la desregulación absoluta, la virtual inexistencia de oferta pública y
la proliferación de instituciones con fines lucrativos.

4. Modernizar nuestro Sistema de Capacitación, a fin de entregar a nuestros trabajadores


los instrumentos y herramientas necesarias para enfrentar la revolución tecnológica y
ser ciudadanos en la sociedad moderna del conocimiento y la información. Esto a través
de un proceso de formación continua, que certifique las competencias en un marco de
calificaciones, que permita una ruta ascendente de educación, productividad,
condiciones de trabajo y salarios. Además, incluiremos en este desafío a los trabajadores
de las Pymes, y a los micro y pequeños empresarios y emprendedores.
Si bien es relevante la racionalización de nuestro sistema de educación técnico profesional, sean
en educación escolar como en superior, dicha racionalización debe tener como objeto un
desarrollo democrático del país, y no una orientación puramente empresarial-laboral, como se
expresa en el discurso.

En este objetivo subyace una comprensión de la educación como un proceso de desarrollo y


perfeccionamiento de capital humano al servicio de la productividad, al mismo tiempo que en la
definición del sentido de la formación continua se limita la participación de los trabajadores, y
sus organizaciones, a meros receptores de certificaciones de competencias.

De este modo, se propone un proceso de modernización del Sistema de Capacitación


asumiendo como propios los intereses y objetivos empresariales, a la vez que se restringe la
participación de los trabajadores en dicho proceso.

5. Enviaremos al Congreso un Proyecto de Ley que crea un nuevo Sistema Único de


Créditos, más justo y solidario para los estudiantes de instituciones acreditadas de
Educación Superior, que sustituirá al actual Crédito con Aval del Estado (CAE) y al Fondo
Solidario de Crédito Universitario. Este será un sistema administrado por el Estado, sin
intervención de la banca privada, con una tasa de interés del 2% anual. Los estudiantes
no pagarán mientras estudian y la cuota a pagar en ningún caso excederá el 10% de sus
ingresos. De esta forma, si la persona no tiene ingresos simplemente no paga. La deuda
comenzará a pagarse sólo cuando el alumno haya egresado y tenga ingresos, y
cualquier remanente se condonará después de 15 años de pago. Este Proyecto también
beneficiará a los actuales deudores morosos, cuya deuda impaga se agregará al final de
las últimas cuotas del nuevo sistema.

Se trata de un anuncio prácticamente idéntico a lo ya propuesto por el anterior gobierno de


Sebastián Piñera en 2012. Cabe señalar que, desde entonces, entre los años 2013 y 2017 se han
suscrito un total de 430.844 nuevos créditos con aval estatal, de acuerdo a datos de la Comisión
Ingresa.

Asimismo, también se debe consignar que el anuncio retrocede respecto a algunos aspectos
planteados en el proyecto presentado en los últimos días del gobierno de Bachelet,
estableciendo como horizonte de pago 15 años –en lugar de 10 que contemplaba el anterior
proyecto-, y no clarificando si la cuota a pagar contempla algún tramo de menores ingresos que
esté exento de pago, entre otros.

Por último, resulta un escaso beneficio para los actuales deudores morosos simplemente
incorporar la deuda impaga al final de las cuotas del nuevo sistema, sin una revisión clara acerca
de los montos abusivos, en deudas en muchos casos contraídas bajo intereses superiores al 2%,
con cláusulas abusivas y mecanismos de cobranza asfixiantes sobre los cuales el anuncio no se
pronuncia.
Asimismo, tales “cinco prioridades” esconden a su vez ​omisiones ​fundamentales en aspectos que
han sido relevados por la ciudadanía y los movimientos sociales. Algunos que se pueden señalar
son los siguientes:

● Educación no sexista: Aspecto que ha sido central en las demandas del movimiento
feminista y que estuvo también ausente de la llamada “Agenda Mujer” de Sebastián
Piñera. No se entrega respuesta alguna a reivindicaciones tales como medidas para
combatir efectivamente la violencia sexista en todos los niveles educativos,
transformaciones curriculares que apunten hacia una educación que no reproduzca los
roles femeninos y masculinos en la educación las profesiones, promoción de igualdad
sustantiva en las instituciones educacionales y carreras tanto en cuanto al acceso a éstas
como en la igualdad laboral y salarial de sus trabajadoras y trabajadores, y expansión de la
educación pública bajo estas orientaciones a partir de mecanismos de financiamiento
basal y directo que así lo permitan.

● Desmunicipalización Escolar​: Durante las últimas semanas ha sido de público conocimiento


la apuesta del Ministerio de Educación por excluir a algunas comunas de supuestos
“buenos resultados” y dilatar en general la implementación de una desmunicipalización
que ya desde su aprobación en el Congreso había sido extendida hasta 2030 y su
implementación durante este gobierno acotada a la constitución de apenas 11 de los 68
servicios locales originalmente planificados. La cuenta pública del Presidente Piñera omite
toda referencia a este respecto, permitiendo perspectivar la continuidad de esta
estrategia dilatante.

● Educación superior pública: ​El carácter subsidiario de la gratuidad impulsada en el marco


de la Reforma Educacional de Bachelet se ha visto reflejado en su adopción como propia
por la administración de Piñera, quien ha planteado –como fue señalado más arriba- una
apuesta por su ampliación focalizada en centros de formación técnica e institutos
profesionales. La reconstrucción y expansión de una Red de Educación Superior Pública,
masiva, democrática y de calidad no es una aspiración de este gobierno como tampoco lo
fue en los hechos del anterior.

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