Durante ei. sioto XIX el sur se convierte en una’ economia predominantemente exportadora de lanas. Esta conversién fue re- sultado no s6lo del desarrollo de 1a industria textil briténica; tam- bién contribuy6 a ello la crisis de fa produccién artesanal y la descomposicién del circuito comercial que describimos en el capftulo anterior. Hay una primera fase en la cual el sur, como todo el pals, se encuentra completamente fragmentado. A partir de 1830, el comercio lanero, vincularé nuevamente 2 Arequipa con Puno, Cusco e incluso Bolivia. La producci6n de Janas reposard fundamentalmente en los hacendados tradicionales, (gamonales) y en las comunidades campesinas. Pero la hegemonta arequipetia sobre la regién, a costa de la decadencia del Cusco s6lo se define a partir de la década de 1870 con la construccién del ferrocarril del sur. Paralelamente se crea el Banco de Arequipa. Esta tercera fase fue interrumpida por la Guerra del Pacifico. 1, LOS INICIOS DE LA REPUBLICA Las movilizaciones campesinas que habfan sacudido al sur en la década de 1780 no terminaron con la derrora de Topac Amaru II y los hermanos Catari. Estas movilizaciones se sucedieron esporédicamente hasta 1814 con el levantamiento de Pumacahua. Posterior mente viene un pertodo de relativo silencio indigena durante ef cual se producen {os enfrentamientos entre criollos y + 283* 284 ena aa peninsulares ‘por. Ia pikaticlas psig ies betas OP ay > a Con la indepeside Bolivia, se. pusd aun" oe en la €poca colonial ebitre’el indiscutible de Ia fuered Cruz por unificar' ah P (1836-1839), Et internationale¢'s& a8 ares y los nalts lo anotado sobre ‘ingresos de la. Caja de Arequipa de comercio y aleabalas. El nuevo Estado independiente fue incopaz de imponer su hegemonfa a nivel de todo el espacio tlamado Pert: Junto con el militarismo, el otro fenémeno importante de esos primeros afios republicanos fue la presencia de bandidos y bando- leros, que asolaban los caminos y que fueron un peligro inminente para los arrieros. Las exportaciones mineras ~no obstante lo seftalado en al- guna ocasiGn por Heraclio Bonilla- prosiguieron siendo importantes. Sin embargo, todos estos transtomes politicos y la imposibilidad de tecnificar la produccién, comensaton a ocasionar cl paulatino declive de algunas minas. “Bl desgobierno, las campafas llevadas de uno a otro confin del territorio, los motines, las montoneras y los bandidos crearon condiciones adversas para el fomento material y social”, ha afir- mado Jorge Basadre', El mismo historiador ofrece estas pruebas: “La situacién existente entonces queda evidenciada en. hechos incontrovertibles. Tres veces los espafioles, en el curso de la con- tienda, arruinaron las méquinas y Ievéronse los instrumentos de la Casa de la Moneda. El asiento principal de la minerfa en el pats, el de Pasco, fue hasta cuatro veces asolado entre 1821 y 1824, Ver las diverias informaciones existentes en le Biblioteca Nacional, Lima. * Jooge Basadse, Hicria de a Replica del Prd, tomo I, Ed. Univertitarie, 1968, pp. 167-168,