21. ELSEREN ACCION
EN los capitulos anteriores hemos estudiado la estructura del drama, ana~
lizando el conjunto de variables que intervienen en el mismo. Vamos aho-
ra aadentramos en los capitulos dedicados al personaje, en los que exa-
minaremes su composicién y evolucién, ylos fundamentos culturales y
sociales en que se apoya.
Ta defiaicion del término -personajes ha estaclo sometida a todo tipo de
controversias2 lo largo de los tiempos, debicio a su dimensién polisémica
ya su trayectoria semintica. Enel lenguaje cotidlano se usa parasenalar a
‘una persona importante o destacada en algo Ges todo un personzjer, se di
ce), yen la literatura para desigaar a cada uno de los seres humanos, sim-
bélicos o sobrenaturales, que forman parte de la ficcién literaria. Por ex-
tensién se ha incorporada, con similar valor, al mundo del audiovisual
Gine, television, etc). Sus relaciones funcionales con otros términos co-
mo -persona+y spersonalidad- enriquecen, ycomplican, su campo semin-
tico,
Desdelos orfgenes mismos del teatro existen posturasenfrentadas res-
pect a suvalor y sentido =n Ia estructura teatral. Enfocado desde una u
otra 2erspectiva, es un elemento esencial para que las acciones dmmiticas
puedan exists, si entendemos ¢ltérmino en un sentido amplio y abierto, y
‘no con las limitaciones y fronteras en que le han situado diferentes movi-
tos y rorrientes estlisticas. Las acciones son realizadas por persona-
jes,y éstos existen y se manifiestan al realizarlas (incluso los personajes de
autores como Beckett, cara-terizados en ocasiones por una aparente inac-
tividad).
193,194 1a SSCRITURA DRAMATIC
LA IDEA DEL PERSONAE
Las distintas ideas sobre qué es el personaje han ido evolucionandoa
medida que lo hacia la mentalidad de los hombres, adaptindose a los
distintos compo:amientos aslturales y sociales; se ha modilicado su en-
torno en la representaci6n, su importancia dentro del conjunto, la for-
ma de interpretario, e incluso su entidad en la relacién actor-personaje,
etcetera :
Podemos distinguir cuatro grandes corrientes en la controversia sobre
el distinto valor y sentido del personaje:
1. PhlomDAD HELA TRAMA SOME EL PERSONAE: seg la teoria arstotélica los
‘caracteresson el resultado de las acciones, a las que estin subordi-
nados. Esta teorfa, bascda en el actiio, luego existo- del pensamien-
tw griego, ha tenido coatinuidad en distintas epocas, manifestindo-
se en formulaciones paralelas a Ia anterior, hasta nuestros dias. Los
defensores de esta tendencia, aunque reconocen que la accién por
siso.a no es nada, y que los personajes no tienen en la actualidad el
caricterfijo y estitico con que los definia Aristoteles, afirman que es-
tin sometidos ala accién, ya que ésta constituye el conjunto de sus
relaciones; es decir, engloba y determina los comportamieatos indi-
vviduales de cada personaje. Un representante de esta corriente seria
Bentley cuando nos dice, en su libro ya comentado:
Un personaje de ficeion noes un individuo en el sentido en que puede ser-
touns persona cuando ha sioretatad 0 frografiads, sino ms bin es una
jerza en uns historia.
2.4 ELPERSONAJE ESA ESENCIADEL Daas Ia accibn (a veces casi inexistente)
es secunditia, ¥ tiene como finalidad servir de fondo al andlisis dle
tun carictet, Esta ¢s la concepci6n de gran parte de la dramaturgia
clisiza, y mas concretamente de la tragedia francesa del siglo xvn.
Descartes con su maxima: ;Pienso, luego existoy, situé en un nuevo
enfoque el conocimiento del ser humano. El pensamiento se entien-
dea partirde entonces como wna accion singular del ser (y del per-
sonaje). Este pensamiento s6lo es valido, cramaticamente, si estére-
lacicnado con el conficto exterior o interior del personaje, que
‘manifesta asi su existercia en funci6n de Ia lucha que realiza porsus
deseos. Ura obra dramatica no haba del personaje en su vida coti-
» Bric Bea
‘a uida del drama, Barcelona, Fe Pais,
ELSER EN ACCION 95
diana, sino a partir del preciso momento en que un conflictale sin-
agulariza, Shakespeare no nos cuenta la vida de Hamlet de edoles-
Cente, 0 cuando era nifo, sino que escoge el momento en que ha
‘de producirse el enfrentamiento, y el coaflicto, com el statu quoque
“¢ rodea. En su posiciéin ms extrema, bay autores que eliminan al
indximo el valor de la trame, para centrarse en el desarrollo interior
el personaje. Racine, por ejemplo, lo plantea como wna fuerza mo-
ral, en la que su posici6n trigica le da validez suficiente sin tenet
ue pasar e Ia accién. Los personajes svanzan asi hacia sus desti-
fos, debatiéndose dessperadamente consigo mismo, aisiados mu-
has veces del mundo en e! que viven y del que forman parte.
Ta estética naturalista, en su defensa del individuo concreto y au-
t6nomo, abogars asimisms por la creaciGn del personaje individual
como la meta mas alta del necho teatral, por encima de los tipos y
lls abstracciones a que muchas veces ¢s forzado en funcién de las
necesidades de la trama, Defendiendo esta idea, dra Zola
El sistema es conecitlo: s2 necesita un desenlace y se cambia un carter
con:inuacén de una escent efeciista. [..J Coma valor de observacién estos
‘cambios bruscos son deplorables (..] la naturaleza no tiene esas rgideces ni
cenel bien aien el mal.[..] Yo quisiera que en lugar de abstraer al hombre, se
Je colocars en a naturaleza, en su propio medio, extendiendo el ands a t0-
daslas causas psiquicas y scciales que lo detemninan. En una palabra, la for-
‘mula clisica me parece buena con la condicién de que se utiice ei método
ciertifico para estudiar la sociedad actual
[32 LOS PEYSONAJES REALES SOW LAS CLASES SOCIALES: los personajes que repre-
sentan los actores sor. Solo eso: -representativos,, es decir, no en-
‘carmaciones individuales sino signos sociales acordados con el es-
‘pectador, que debe hacer una lectura histérica (y no individual) de
Jos acontecimientos (Piscator, Brecht, etcétera).
Frente al -actio, luego existo- griego, y al ~pienso, luego existo
de Descartes, el pensamiento marxista, en que se apoys el teatro
brechtiano, defiende: «mi condici6n social determina mi manera de
‘actuat, y de pensar. E! ser humano Cy el personaje) no es hijo de los
doses, ni de su voluntad irdividual, sino producto de su época y la
clasesocial donde esté inmerso: Un hombre —diré Karl Manx—es-
{i constimido por el conjunto de sus relaciones con los dems hom-
bres, YB. Brecht, afiade que el personaje individual, aislado, care
ce de importancia, Es necesario crear un nuevo espectador, con
+ mle Zola, EI Naturalisme, Barcelona, Bd. de Bolsito, 1972.196 1 ESCRITURA DRAMATICA
‘una nueva mentalidsd, que se comunique con el hecho éramitico
pcr medio del personaje, entendido éste como una fuerea en pug.
1a, frato de la dindmica de sus relaciones sociales dentro de su cla-
sedesde que nace hasta que muere. Dice B. Brecht
a 22 gue mbit ens alia los cabs no deben kaa
sélo el texto, actor o toca a represenacion exten, tambien el especie
dor debe ena en el proceso, su acid debe ser modifeca Aes chat
nace del espeeadorresponde la representa de acttudes hms,
nasenelescenaro i descompoaiton de os lemestes de a pantori ep
benefit des stuneione, indigo deja de ser el concede stenier
Seraisad no peovocs por solo una stato, ya surpon los gripesen er
Gualeso frente ls cuales, el individue adopia determinadas posictonce
gee! especador entuci nau crite de pate iegante dela as
3 LA/CCIONY BL PERSONAJE-ACTOR SON COMPLENENTAUOS (actantes): Se inte-
gran ambos dentro de las funciones. que se ejecutan en el espacio
escénico ante los espectadores (el aqui y ahora de la representa.
ci6n), Se definen, pues, en el terreno fisico y material de fa teatrali-
dad- queles une, 3 partir de la necesaria incorporaci6n del actor (ya
no del personaje) pan su realizacién,
Segtinia teoria actancial (Propp li963]y Greimas 1973), podemos
diferenciar: al actor en cuanto personaje-individuo, concreto y ca-
racerizado por las acciones que le son propias; al actante, como
tung fuerza general de accién colectiva en escena; y al rol, como al-
go figurado, anénimoy social, dentro de la representaciéa, Con to-
do ello se busca aver guar la profundidad de las funciones que se
ejecutan ante los espectadores, analizando diferentes niveles de rea-
lidad que van de lo mis general alo més particular.
El enfoque estructuralista funcional de esta corriente tiene su
punto de partida en La morfologia del cuenta de Viadimir Prop, y
‘en su estudio prototipico, en el que reflexiona sobre la dificultad de
aplicar métodos semejantes a los de las ciercias a un campo como
el de la literatura, en el que los materiales son, ya de por si, cificl-
mente clasificables. A pesar de ello, Prop intenta dotara Ia investi-
ac On sobre el personaje (del cuento en su origen, y de los demas
{8€neros Iterarios en su desarrollo posterio#} de unos instrumentos
Y unos métodos cientZicos y estructurados, que eviten el disperso y
contradiccorio munde de la subjetividad en el que se encuentran,
Dice Patrice Pavis
2 Bemolt Breck, tents sobre ento, Buenos Aires, Ed. Nocva Vision, 1985
SER EN ACCION 197
El personaje se identifice como actante de una esfera de accién que le per-
tenzce aélo a El la acci6n es diferente segiin sea realizada por el actante, por
el actor, opor el rol+
Los M@DELOS DEL SER
‘Yo.veremos a referimnos a estcs distintas corrientes sobre el personaje
al hablar en los siguientes capitvlos de los elementos y variables que lo
configuran, Vamos ahora, breverente, 2 dar tna panorémica general de
Jos modelos det ser. en que dichos personajes se fundamentan.
Laidea cultural de lo que «es: una persona ha infiuido a lo largo de la
hhistona en la mimesis que han realizado los actores draméticos al crear sus
personajes. Dice Aristoteles que una de las respuestas mils familiares del
hombre ante el contacto con lo real es su imitacién, dominando ast de al-
‘guna manera el objeto, comprendiéndolo, y llevandolo al terreno de lo
humaro. Las imitaciones deo que las cosas fy los demas seres) son se si-
tian de est: manera como intermediasios entre nuestro yo y la realidad.
Ello se manifiesta desde la infancia, en la que se adquieren los primeros
conocimientos por imitacién. En esto consists el aprendizaje observacio-
nal, omodelamiento, de eficacia eviclente para la formaci6n de la persona,
yy base de la socializaci6n y la incorporacién de signos culturales como cl
lenguaje
Esa mimesis nose ha realizado en el teatre Gnicamente a partirdel mo-
delo de las personas vivas (de came y hueso}, sino también sobre el con-
ccepto y la definicién de -persona- vigente ena sociedad de cada tiempo:
sus valores, sus creencias, Ia idea dominante de su composicién como ser
vivo, sus causas, principios, y destino... El ser humano se interroga, y se
comtesta, sobre la naturalezs de las cosas y de si mismo. A partir de las ex-
petiencias que nos proporcionan los sentidos, la raz6n organiza y-entien-
des lz existencia por medio de un mundo de concepts. Estos conceptos
influyen en a teoria del personaje reatral desde Grecia hasta hoy. Del -co-
nGcete a ti mismo, que SGcrates (470-399 .C.) tomé del frontispicio del
templo de Apolo como eje central para su pensamiento, y el hombre es la
‘medida de :odas las cosas- de Protagoras (485-411 2.C.), 3 los mis moder-
nos postulados sobre el modelamiento humano basados en las teorias de
Ia comunicacién, el personzje ha sido influido siempre por las diferentes
ideas existentes sobre el ser,
‘Desde los origenes de la tragedia, vernos reflejadas en ellas dos ten-
dencias opuestas del pensarniento sobre el sentido de lo humano: la co-
4 Patrice Pav, Diefonaria del eairy Batcelona, Bd, Paid, 198,