llamada Filomen,
iS
Rigoberto que casi siempre la retaba,
‘También hablaba con Augusta. Ella
fera una cuncuna que usaba sombreros
decoloresfuertes ycon muchos adorns.
Ademds, Augusta tenfa una inmensa
coleccién de zapatos que no podia usar
porque no tenia pies,
“Augusta era tan especial que, aparte
de vestirse con ropas tan raras, le
fascinaba cantar.
Feunque en el mismo lugar vivian
‘muchas cuncunas, ella casi no tenia
S6lo hablaba con su hermano‘Su cancion preferidaera La cuncune
yy latarareaba casi todo el dia.
Filomena pensaba que no tenia
amigos porque era distinta. Las otras
‘cuncunas comian todo el dia. Ella se
tepaba hasta la parte mas alta de las
plantas y coméa las hojas, desganada,
‘mientras mirabs al cel.
“BI Sol esté tan solo. Gnicamente
puede conversar con Ia Tierra y, algunas
‘veces, con Ia Luna”, pensaba.
—Filomena, jbasta! —decia su
hermano Rigoberto—. Come y deja de
‘mirar para arriba. Estés flaquisime.
Volvia a comer, pero no dejaba de
pensar en la soledad del Sol.mos casi iguales: yo hablo sélo
iga Augusta y, a veces, con.
to”, se decia.
‘uego, durante la noche, en su €asa,
sin hacer ruido y volvia a
Una mafiana, Augusta le dijo:
—Hlola Filomena. ;Que cansada te
ves!—.Y, sin esperar respuestaal saludo,
inmediatamente se puso a cantar:
Una cuncucne amariia
debajo de un hongo vivia,
All debajo de una rama,
tenia escondida su cama.