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24 ideas para mejorar su enseñanza

Dr. Kenneth O. Gangel

4. TECNICAS DE INVESTIGACIÓN BÍBLICA


Uno de los propósitos principales de la educación cristiana a cualquier nivel es capacitar a los alumnos para que
se conviertan en investigadores independientes de la Palabra de Dios. La mayoría del conocimiento bíblico de
las iglesias actuales proviene de terceras personas, especialmente de pastores y maestros, pero rara vez, si es que
sucede, del análisis inductivo e individual de los creyentes.
Una de las formas en que podemos lograr esto es por medio de lo que llamamos “investigación bíblica”. Este
método permite a los educandos aprender cómo estudiar sus Biblias, usándolas en clase bajo la dirección del
profesor, quien a su vez es un escudriñador independiente.
La investigación puede hacerse desde varios acercamientos, uno de los cuales es el llamado de trampolín, que
consiste en analizar un determinado tema usando como base diferentes versículos bíblicos; otro es el deductivo,
que es desarrollar una teología sistemática partiendo de varios textos o el inductivo, que analiza los detalles de
un pasaje de las Escrituras para llegar a una conclusión. La mayoría de los eruditos bíblicos acepta que el
método inductivo es el mejor para hacer que los estudiantes aprendan a usar la Biblia de forma personal.
Este último método presupone que la persona sabe leer y que es razonablemente inteligente como para captar el
contenido y significado escritural, lo cual le permite entender lo que Dios espera que piense y haga. La misma
Palabra de Dios asegura que por medio del estudio personal uno puede discernir la verdad divina. Los cristianos
de Berea ilustran este principio y fueron felicitados por el Pablo porque: “...recibieron la palabra con toda
solicitud escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así” (Hechos 17:11)
El estudio inductivo difiere del deductivo en que no prejuzga el significado y aplicación de un determinado
pasaje. El resultado es una teología correcta, porque su objetivo es dirigir el pensamiento hacia una
presuposición. En vez de dividir la Biblia en versículos, el estudio va de libro en libro, siguiendo el orden en que
fue escrita.
Es importante observar que al hacer la investigación, se deben tomar en cuenta tanto el medio como el mensaje.
Queremos comunicar el meollo del asunto de cada lección. Sin embargo, también debemos demostrar cómo se
puede aplicar el mismo método de estudio bíblico a otro asunto en otro tiempo y lugar. Por ejemplo, al
considerar Juan 15, e1 discípulo puede aprender no sólo la enseñanza acerca de la vid y los pámpanos, sino
también cómo aplicar el proceso que siguió para estudiar Juan 16, Hechos 21, o cualquier otro pasaje.
Ventajas
Además de analizar el texto bíblico y escuchar su lección los alumnos deben hacer una investigación personal
del significado de las palabras de la Biblia. Puesto que una buena exploración bíblica también contempla la
inclusión de una discusión, en ella las personas pueden compartir su estado de ánimo y aumentar su
comprensión mutua no sólo por lo que dice el maestro, sino por lo que ellos mismos encuentran en la Palabra
Santa. Los educadores generalmente están de acuerdo en que los estudiantes aprenden mejor cuando descubren
la verdad por ellos mismos que cuando alguien se las digiere previamente.
El escritor de la epístola a los Hebreos reaccionó con dureza al descubrir el bajo nivel de madurez de sus
lectores. En una época en que ya debían ser instructores de otros, todavía requerían de una explicación de las
verdades más elementales acerca del Creador. En las escuelas dominicales que se encuentran a lo largo y ancho
del mundo, seguimos perpetuando esta situación en lugar de resolverla. Los discípulos no están aprendiendo a
usar su Biblia porque a menudo, los mismos mentores desconocen cómo hacerlo.
A través de la aplicación cuidadosa de los métodos de investigación, tanto el maestro como sus alumnos
aprenden juntos a llegar directamente a la fuente de la verdad divina para obtener el agua necesaria para vivir.
Esto puede lograrse no sólo dentro del salón de clase, sino individualmente también, si los estudiantes saben
aplicar el mismo patrón de estudio a su meditación personal.
Desde hace varios años, todos los jueves por la tarde mi esposa ha dirigido un grupo femenil de estudio bíblico.
Con frecuencia asisten mujeres inconversas que tienen un deseo genuino de conocer la Palabra de Dios. En
cierta ocasión mientras estudiaban el evangelio de Marcos, una de ellas interrumpió señalando cierto pasaje y
exclamó: “Si este versículo dice lo que creo que significa, entonces yo no soy Cristiana” La candente verdad de
las Escrituras había Penetrado en su corazón. Ninguna de las damas había expuesto el evangelio abiertamente,
sino que permitieron que la Palabra hablara por sí misma. Este es precisamente el enfoque que debemos tener en
mente cuando investigamos las Escrituras.
Desventajas
Existen menos debilidades en este método que en otros que dependen más de la actividad del maestro o del
alumno porque tiende a centrarse más en la Biblia que en los hombres. Sin embargo, existen algunos peligros
que deben evitarse.
Uno de los más comunes es la estrechez de criterio. Cuando llegamos a determinado pasaje, tendemos a pensar
que ya sabemos lo que dice. Entonces, el estudio se convierte en un repaso superficial de ideas preconcebidas.
Debido a que el objetivo del estudio inductivo genuino es destruir concepciones erróneas, puede parecer que
pone en peligro la armonía del grupo. Algunas personas se sienten ofendidas cuando la mayoría de los
miembros de la clase adoptan un punto de vista bíblico diferente al de ellas, por lo cual algunas veces se alejan
del grupo y de la iglesia.
Otro problema que encontramos cuando usamos este sistema de enseñanza es la tentación a descuidar nuestra
preparación. Si las preguntas que el maestro propone no son lo suficientemente profundas, el grupo puede
perder de vista el significado espiritual y la aplicación más relevante del pasaje. De la misma manera, si las
preguntas están prejuiciadas, se impide la comprensión real de lo que dice la porción bíblica.
Todos los problemas que afectan al método de discusión se aplican a este, haciéndolos aún peores. Por ejemplo,
una persona dominante cuyo pasatiempo es la teología, puede influir en la comprensión que el grupo tenga del
punto escritural. El maestro eficiente debe impedir cualquier intento de que esto suceda. Es más, cuando los
alumnos más extrovertidos comparten sus experiencias pueden también amenazar o desanimar a los más
tímidos. Aun un estudio bien estructurado puede degenerarse, propiciando la oportunidad para que algunos
exhiban sus trofeos espirituales. Por otro lado, debemos cuidar que la libertad y espontaneidad no nos lleven a
una superficialidad extrema o a la falta de reverencia por la Palabra Santa de Dios.
Recomendaciones para dirigir efectivamente una investigación.
Existen tres preguntas cruciales que deben entenderse perfectamente bien para poder realizar un estudio bíblico
inductivo con éxito. Estas deben aplicarse a cualquier pasaje:
1. ¿Qué dice?
2. ¿Qué significa?
3. ¿Qué me dice a mí?
Responderlas acertadamente con referencia a cualquier capítulo, párrafo, versículo o palabra, puede facilitarse si
seguimos los siguientes lineamientos:
Estar familiarizado con el material. El maestro debe tener el conocimiento suficiente de su material como para
poder propiciar un intercambio de ideas. Su propia reacción al pasaje determinará la dinámica de la discusión y
puede conducir correctamente o descarriar las conclusiones del grupo.
Las respuestas deben centrarse en las Escrituras. Asegúrese de esto. Un estudio bíblico inductivo no consiste
en compartir opiniones personales. Tampoco debe ser una manifestación colectiva de ignorancia teológica.
Cualquier sugerencia para explicar un significado debe ser considerada a la luz de la Palabra de Dios a medida
que el Santo Espíritu nos conduce a la verdad.
Los grupos deben ser pequeños. Esto es lo más deseable, ya que da oportunidad para una buena discusión e
interacción. Acomode las sillas en un círculo para que la idea de compartir se refleje aun en ese detalle.
No utilice obras que contengan referencias o notas explicativas, aun las que están al margen de la Biblia. Las
opiniones de los comentaristas vendrán después, pero por lo pronto utilice la iniciativa y conocimientos
personales bajo la dirección del Espíritu Santo. Recuerde la promesa de Cristo: “Pero cuando venga el Espíritu
de verdad, él os guiará a toda la verdad...” (Juan 16:13)
Prepare un orden para las preguntas. Es importante que las tres preguntas sugeridas arriba se den en el orden
correcto. Algunos estudiantes querrán llegar directamente la aplicación aun antes de haber establecido los datos
precisos acerca del pasaje. Para evitar este problema el maestro debe explicar con frecuencia (al menos cuando
comience a usar el método) el procedimiento correcto debe seguirse:

OBSERVACION - INTERPRETACION - APLICACIÓN


Evite ser demasiado estricto en cuanto a la obtención de metas. Aunque todos los métodos de enseñanza se
basan en la creación de objetivos claros y específicos, en éste debe existir suficiente flexibilidad como para que
sea el grupo el que trabaje encontrando los datos, determinando su significado y discutiendo la manera en que la
porción de la Palabra de Dios se aplica a ellos y a sus necesidades.
Por supuesto que el maestro dirige todo. En particular debe esforzarse por mantener al grupo dentro de lo que
dice el pasaje. Pero la investigación bíblica se caracteriza por una dependencia absoluta de la obra del Espíritu
Santo sobre el grupo y por la convicción de que la entrega a su dirección y a la Palabra los llevará a la verdad.
Bosqueje el contexto cuando se analice un pasaje fuera de la secuencia de lo que se está estudiando, manera que
el grupo pueda entender la situación en la cual se pronunciaron o escribieron las palabras. Es indispensable que
su bosquejo no contenga sus opiniones interpretativas personales o se anulará el propósito de esta técnica. Por
ejemplo, piense en una lección acerca de Juan 11 en la que usted quiere usar este método. Si la clase no ha
estudiado previamente el evangelio de Juan, usted debe hacer su introducción diciendo: “En este pasaje, Jesús se
ve confrontado con la muerte de un amigo cercano. Este incidente sucedió cuando su ministerio estaba muy
avanzado y la animosidad de los judíos estaba llegando a su clímax”. No debe decir: “Este pasaje enseña que
cada cristiano experimentará la resurrección física debido al poder y promesa de Jesucristo”. Aunque el pasaje
apoye esa idea, debe permitir que el grupo tenga el privilegio de descubrirlo.
Aquellos maestros que utilicen la investigación bíblica como método de enseñanza pronto descubrirán que surge
en su clase un interés y vitalidad que no se puede lograr por ningún otro sistema educativo.

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