You are on page 1of 5

1

Buenos Días
No tengo la intención de polemizar. Solo pretendo
aclarar algunos conceptos que se han mal
interpretado. No pretendo una escalada de
declaraciones.
Existe una realidad, de pecado, que es indesmentible,
y que se vive al interior de la Iglesia por estos días, no
reconocerlo, es taparse los ojos con las dos manos.
El pecado tiene una fuerza (que no es superior a la
gracia) pero que nos hace caer cuando menos lo
pensamos.
Se ha dicho que fui acusado de abusar de un señor
débil y vulnerable, que he hecho afirmaciones en
contra de las víctimas de abuso, en contra del
ministerio sacerdotal, del matrimonio y del
sacramento de la penitencia. Mi crítica no es a
la práctica de éstos, sino al incumplimiento que
hacemos cuando, por la infidelidad, caemos.
Creo en la santidad que se puede alcanzar en el
sacerdocio y en la vida matrimonial, no obstante la
debilidad humana permite la infidelidad y no alcanzar
perfectamente el objetivo final.
2

Resulta posible prometer vivir una situación para


siempre, pero ocurren circunstancias que inducen a
fallar, sin que ello signifique que seamos resilientes.
Lo anterior puede suceder con cualquier experiencia
vida, ¿por qué no en el ámbito de lo religioso?.
Me asiste el derecho a la defensa y al principio de
inocencia, lo mismo que al buen recuerdo de mi
acción pastoral, en todos los lugares que he servido.
Reclamo, entonces, este derecho, sobre todo cuando
por ejemplo el Sr. Pablovic me ha llamado depredador
sexual y ladrón.
La forma en que el señor Rojas ha llevado su denuncia,
querella y demanda de indemnización de perjuicios,
más me parece un montaje con fines de un lucro
ilegítimo. Él parece gozar con las fantasías sexuales
que relata, afirma que sabía todo lo que pasaba en la
pieza de arriba (refiriéndose a una dependencia, que
no es de acceso público) en circunstancias, que siendo
una dependencia privada no podría haber estado allí,
ni observar lo que ocurría en su interior y que, sin
embargo, afirma tan tajantemente en los relatos que
le hemos escuchado.
Nunca imaginé que ayudarlo, con la mejor de mis
intenciones iba a servir para crear esta tremenda
maquinación. Sólo omitió tratarme de traficante de
3

drogas, cuando afirmó falazmente que le serví un vaso


de agua que habría contenido droga. Se afirmó
también que yo tenía la costumbre de subir acólitos al
dormitorio, Daré prueba fehaciente de que siempre he
respetado a estos jóvenes a los que tan livianamente,
con la finalidad de incriminarme, se les mansilla.
Tengo conciencia de lo que significa un cáliz, por lo
tanto jamás cometería esa profanación de robarlo y,
para estos efectos, debo recordar que la causa seguida
ante la fiscalía terminó archivada provisionalmente, no
obstante esto, un periodista me ha tratado de ladrón.
Mi experiencia en la atención a personas que buscaban
orientación y dirección espiritual, los 25 años que fui
capellán del colegio de La Salle, mi paso como capellán
de carabineros, las tres parroquias que tuve en la
Diócesis de Santiago, las horas sentado en el
confesionario. Todo aquello me da el respaldo de
atreverme a sostener que al interior de la iglesia existe
un número considerable de homosexualidad de la que
formo parte, pero esta realidad por sí misma no se
relaciona con la crisis moral de la Iglesia, tanto es así,
que Monseñor Charles Scicluna la ha denomina “caja
de pandora”.
4

Después de 38 años de sacerdocio, constato el


abandono, el olvido por parte de quienes creí que eran
mi familia religiosa y el descuido de mis superiores.
Mi solicitud de ser reducido al estado laical, no es más
que el resultado de una profunda reflexión, madurada
por varios años, en que el cuestionamiento en el que
he caído, no me permite seguir ejerciendo este
ministerio sacerdotal.
Se han dado porcentajes a cerca de la homosexualidad
dentro de la iglesia, mis declaraciones se refirieron al
círculo en el que me he movido y de mí mismo, pero
urge detectar que porcentaje de nuestros ministros es
pedófilos y además dilapidadores, porque a lo menos
la pedofilia si es un delito en que el hechor es
irrecuperable y un peligro para la sociedad.
Al respecto durante mi experiencia, mi superioridad
tuvo como habito otorgar una segunda o tercera
oportunidad a aquellos sacerdotes que fueron
denunciados y fueron cambiados de parroquia o de
ciudad, olvidando por completo a las víctimas y
haciéndose entonces participes de los siguientes
delitos.
Creo necesario que las nuevas generaciones de
sacerdotes sean formados tomando en
5

consideraciones las experiencias vividas en el último


tiempo.
Ruego a Dios conceda a los sacerdotes como expresan
en su carta “Buscaremos estar más cerca entre
nosotros los sacerdotes”, que no quede este deseo
sólo en una buena intención, por el contrario que se
convierta en una realidad, que favorezca
verdaderamente la caridad y fraternidad sacerdotal.
Todos los antecedentes con los que cuento, no solo del
delito que se me adjudica, sino que además de los que
he podido constatar, los daré durante mi declaración
ante la fiscalía.
Me entrego con humildad al fallo de la Justicia
Ordinaria y solicito encarecidamente a los medios de
prensa que me permitan hacerlo en tranquilidad.
Finalmente, reafirmo mi confianza en el Señor y espero
que los frutos de esta experiencia, sirvan para
contribuir a un fin que aún no comprendemos en su
totalidad, pero que deberá ser mejor.

Santiago, 18 de marzo 2019

Pbro. Tito Rivera Muñoz

You might also like