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1, La cobjetividads cognoscitiva de la ciencia social y de la politica social! (1901) ‘La primera pregunta que se suele ditigit «una revista de ciem- iat sociales ~y, mis todavia, de polities social en l mo ‘mento en que aparece o se hace cargo de ella una nueva re daccidn es la concerniente a su «tendenciay ® Tampoco nosotros ppodemos rehusar una respuesta, y en este lugar debemos dar- 1 Siempre que, en la primera pate de tas consideraiones que sigue, se habla ea nombre de los etores © se proponen las tars det ar ‘ho fir Srvaussrenchaft wad Soual polit‘ se tat, naturale {Ge opiniones privadas de autor sino de formuaciones expresimente trots pow los coeditore. La responsabilidad por ia segunda parte ‘eae exclsiamente sbte el autor, tanto en cuanto ala fora con aE contenido, El Archi jaf exer en el sectrismo de yna deteinada opin dow rfvien, poe lo estdgranteado por la divesidad de puntos de vist, fo slo atte an colaboradores, sino ineliso entre sus etoes, wn en Iuteria de metodalogta, Natrsnence, um acuerdo cn cianto a cera toncepeioncr fandamentale foe precrequnito de ln dseclon colecta Gonriste en pumictat, en In aecackn del valor del conocimiento fedrco esd puntos de vistatltealess, anf como en a exigencia (dela Tormacion de concepton precios In exten teparacion entre so Ser espnco'y jnclor eda como agul 6 la sore, AuSqoe sin que se pretenda dee con ello algo nuevo. Lat amoirud de fa disusion (en In semua pate) y Ia feevene re tiidn'de Tn sma idea siren al cxcinvo fin de aeansar con tals tonsideraciones el maximo posible de compronibidl. En ara de ete interes ha sactifiendo —espramos que fo eacesivamente= ch apt de la expresdn, y cn virtad de ello ambin se ha dado de Tada cl Incento de presenta, en lugir de Ia cjemplilctin de agus puntos de vista metoligcos, una investgacon sisfemafc Esta habla ex ‘io intrdcir ‘una mtd de problemas de teora del eonosimiento fue en povte se encuentran sivuados ef un nivel de profundidad toda sta maven, No ferns de tstar agul cuesiones de Hii, sino certos notoios resultadon dea Tien modsraa, afin de que los podanes apovesha tampon hos de resolver proBemay, singh demos ~mencionazé s6lo a Windelbund, Simmel y, para nuestos fine, fn espacial a TL Rickert advent en seguida ue aqu lo esencin fe reaciona con los, 2 Este eneivo se publigs en ol momento del teapso del Archiv far 39 1s, con rlacin a nuestra «Nota introductory, * dentro de un planteo mis fondamental. Con ello se oftece la oportunidad fe lustray, siguiendo varias dieeciones, la especiicdad de la labor de Is etiencia socal» tal como Ta entendemos, fo cual puede resultar til, si no para el expecialista, sf pars muchos lectores alejados de la prdtiea cienilica, a pesar de que se trata de anociones obvias», 0 quizds a causa de elo Propssito expreso del Archiv fue, desde su nacimicnto, junto 4 ta amplicién de nuestro saber acerca de las «condiciones 80 siales de todos los paises», y, por lo tanto, de los hechos de |a vida social, la formacin del jucio acerca de los problemas pricticos mismos y, eon ello —en la medida limitada en que semejante meta puede exigirse de estudiosos particulares—, la critica de la préetica politicosocal,incluida la egislacion’ A peser de ello, también desde el comienzo el Archiv ha sosten do que pretendia set una revista Exclusivamente cientlfca y 4que laboraria con los solos medios de la investigacién cient. inca. Surge, de este modo, una pregunta: zCémo se concilia en principio equel fin con fa limitaciin a estos medios? Qué significa que el Archiv dé cabida en sus columnas a juicios acerca de reglas legislativas o de administracisn, © proyectos de tales? eGuiles son las normes para estos juicios? gCal es 1a validez de los juicios de valor formulados 0 que determina do autor supone en los proyectos pricticos sugeridos por él? 2En qué sentido se mantiene este, con ello, en el terreno de fa dlucidacién cientifice, ya que io caractetistico del eonoci- miento cientfico ha de hallarse en la valider En contra de ello oper, ante tad, Is opinién de que los pro cesos econdmicos estaban prenidos por leyes naturales in mutables o por un principio de desartollo univoco, y que, en consccuencia, el deber ser coincidia, bien —en el primer ca so— con lo que inmutablemente es, 0 bien —en el seq on lo gue inevitablemente deviene, Can el despertar del se tido histérico, pass a predominar en nuestra ciencia una com binacidn de evohucionismo ético y de relativismo histdrico que buscaba despojar a las normas éticas de su cardcter formal Aeterminarlas ent cuanto a st contenido, intwoducienda lat talidad de los valores calturales en el dimbito de lo eético», con ello, elevar la economfa politica ala dignidad de una cia etica» sobre bases empiscas. En cuanto se aplicaba ala totalidad de los ideales de cultura posibles el sel de lo «ét com, se volatlizaba la dignidad especifica del imperative mo tal,'sin que por cllo se ganase nada en cuanto a la «objetivi dado de la valider de aduellos ideales. Por el momento pode mos y debemos dejar de lado una eonfrontacién de principe con est posign: os atendcemos senllaments al Becho de me, todavia hoy, 20 ha desaparecido la opinién imprecise Montes al contratio, es muy comin entre fos pricticos—~ di gue la economia politica deba produce juicios de valor a par tir de una «cosmovisién econdmica» especifca Nuestra revista, como representante de una diseiplina emp rica, debe —gqueremos establacerlo de antemano— rec por principio ese punto de vista, pes opts aus fn puede ser tarea de una ciencia empirica proporcionar norw»s € ideas obligatorios, de fos cules psn drivarse pres tos pata la prietica Pero, 2qué se slesprende de esa afirmacidn? En modo alganc 4 tue Jos juicios de valor hayan de estar sustratdos on general a i discusién cienifica por el hecho de que derivan, en ttima instancia, de determinados ideales y, por ello, tienen oxigen saubjtvon, Ya a pita y el fin miss de musta revista sdesautorizatian semejante alirmacisn. La ertiea no se detiene ante fos jucios de valor. Antes bien, la cuestidn es la siguien Qué significa y que se propone la critica cienilica de los idea- les y juicios de valor? Esto requiere una consideracién més stent Gualquier reflexién conceptual acerca de, los elementos silt nios de la accién humana provista de sentido se liga, ante todo, «as categorias de «fin y «medio». Queremos algo en c Seto aen virtud de su valor propio» o coma medio al servicio de aquello a To cual se aspira en definitiva, A la consideracién cientifica es asequible ante todo, incondicionalmente, la cues «ién de si Jos medios son apropiadog para ls fines dados. En nanio podemos (dentro de los limites de nuestro saber en e2- «la caso) establecer vilidamente cuéles medios son apropiados © ineptos para un fin propuesto, poxlemos también, siguiendo este camino, ponderar las chances de aleanzar un fin determi. rnado en general con determinados medios disponibles, y, a partir de ello, criticar indirectamente la propuesta de los fines ismes, soe a bse de a stun iti cerespondien ‘e, como pricticamente provista de sentido, o, por lo contra sio, como sin sentido de acuerdo con las citcunstancias dadas. Podemos, también, si Ia posibilidad de alcanzar un fin pro- puesto aparece como dada, comprobar las consecuencias que ‘endria la aplcacién del medio requetido, ademds del eventual logro del fin que se husea, a causa de la interdependencia de vodo acaccer, Ofrecemas de este modo a los actores la posibi- lidad de ponderar estas consccuencias no quetidas con las bus- cadas, y con ello de responder a la pregunta: ¢Cuinto «cues: ta» logro del fin deseado en los términos de la pérdida pre- visible expecta de otros valores? Paesta que, en la gran sa sorla de los casos, eualguier fin a que se aspize «cuesta» 0 jruede costar algo en este sentido, la auo-eflexién de hom- hres que actien responsablemente no puede prescindi de so- pesar entre s{ fines y consecuencias de Ja accidn; justamente, hacer posible esto es una de las funciones mas esenciales de critica #éeniea, que hemos considerado hasta aqui. Ahora bien, extract una decisién de aquella ponderacién 19 constita- ve ya una tarea posible para la ciencia; es propia del hombre jue quiere: este sopesa los valores en cuesti6n, y clige entee allos, de acuerdo con su propia eonciencia y su cosmovisibn 12 personal, La ciencia puede proporcionarle la conciencia de que oda accién, y también, naturalmente, segin las circunstancias, a fn-accién, implica, en cuanto a sus consecuencias, una toma de posicién ea favor de determinados valores, v, de este mo- do, por regla general en contra de otros —cosa que se deseo: nce hoy eon particular facilidad—, Pero practiar la seleseisn es asunto suyo. Respecto de esta devisién, podemos oftecerle todavia algo: el conocinriento del significado de aquella a que se aspira. Po: demos ensefiarle a conocer los fines que él procura, y entze los cuales elige, de acuerdo con su conexién y significado, ante todo poniendo de relieve y desartollando en sw trabazn 16- gica ls widens» que estin o pueden estar en la base del fin conerero, En efecto, una de las tareas esenciales de cualquier encia de Ia vida cultural del hombre es, desde luego, poner dle manifesto para Ia comprensién espiritual estas ideas» por las cuales se ha luchado y se lucha, en parte realmente y eo parte solo en apariencia. Esto no sobrepasa los limites de una Ciencia que aspire a un eordenamiento conceptual de la realidad empitiea>, ni los medios que sitven a esta interpretacidn de valores espirituales son «inducciones» en el sentido cortiente del término, No obstante, esta tarea, al menos en parte, rebasa Jos marcos de la economia politica como disciplina especial- ada dentro de la divisidn del trabajo habitual; ttase def bores propias de la filosofie social, Pero la fuerza histérica d las ideas ha sido y es tan predominante para el desarrollo de In vida social que nuestra revists no puede sustracrse a esta lnbor; antes bien, hard de su atencién uno de sus més impor tantes debercs, Paro el tratamiento efi de los ucos de valor peri ademis, no solo compeender y revivir los fines querides y lo= ideales que estén en su base, sino que también, y ante todo, fensefia a. «juzgatlos» crfticamente. Esta critica, por cierto, solo puede tener cardcter dialéctico, es decir que solo puede constitu un enjciamiento légico-formal del materia que se presenta en los fuicis de valor ideas histéticamente dados, ¥ un examen de los ideales con tespecto al postalado de la ‘ansencia de contradiccién interna de lo querido. En cuanto se propone este fin, ella puede proporcionar al hombre que quie te la conciencia de los axiomas ttimos que estén en In base del contenido de su querer, de los ctiterios de valor dtimos de los enales parte inconscientemente, o de los cuales, pars ser consecuente, debiera parti. Ahora bien, levar a la cor Ciencia estos criterios tltimos que se manifiestan en el juick B

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