centre nacionalismo
y universalismo?
En 1894, en las piginas de la influyente Revista Gris, cl
ven’ violinista Narciso Garay lamenta la ausencia de
“compositores nacionales» en nuestro pais y clama por la
idad de «un Chopin que depure los aires nacionales»,
-z que admite quela Gnica forma de hacerlo esa través
to. constante con I lisicos y los modernos.
autores c
is renombrados para procurar asimilarios a la esencia de
\ belleza musicaly. Garay, quien perteneeta a una familia
Je artistas profesionales (nicto de un fino escultor y ebanis
tae hijo de Epifanio, el pinton), pone sobre el tapete las dos
ftermativas que habrfan de consttuir la encrucijada para
Credencial Historie
Un siglo de misica
en Colombia: ~ 4
Olay Roots,
Carictura de Juan
Gérdenas, 1972.
La Lira Colombiana de Pedro Morales
Pino, Medellin, ca. 1901
Fotogrofia de Melitén Rodriguez
Biblioteca Piblica Floto, Medellin.
los miésicos colombianos de este siglo: el
Uuniverslismo y el nacionalismo,
Sin embargo, tal vez esta no era la
verdadera dlisyuntiva. Si nos pregunta
mos qué sabian hacer los profesionales (0
los aficionados) de la mtisica hace cien
aos, tenemos que responder que sabian
mas 0 menos tocar instrumentos y que
{estos eran viejos y la mayoria absoletos y
sin mantenimiento. Habian ofdo poco
Beethoven y Schumann y probablemen-
te nunca a Wagner. Los pianistas sabian
de Henri Herz y Chopin, algo de Listz y
los otros instrumentstas iban sélo un
poco mas al de las partes de partituras
de opera. La escuela que conocian en
cuanto a la misica europea era la de: la
pera y la misica de baile, Su tradicién era la de la masica
religiosa,trisagios, amentaciones y salves que balbuceaban en
el estilo del Stabat Mater de Rossini y alegres villancicos,
remanente de la cultura colonial, que acompafaban con
bandolasy guitarrasy que cantaban con entusiasmo y hasta con
vverdadera conviceién religiosa. As! pues écudl universaismo y
cdl nacionalismo? El primero apenas si lo conocian y el otro
estaba apenas en ciernes.
Lo cierto es que slo a comienvos del siglo XX se comenz6
a conocer un repertorio internacional de misica europea
diferente ala de baile 0 a las transcripciones de trozos operat
os pata piano, de marchas y piezas brillantes para banda y
sencilas obras instrumentales de autores que hoy no figuran en
Ediclin No. 120rhingin diccionario, La. miisica local te-
nigel pasillo como bast instrumental,
para piano y- grupo de cimara, y el
bambuco como modelo de cancién,
Pedro Morales Pino habia iniciado nue~
vas tendencias, adoptando la estudianti-
nv de cuerdas espariola como formato
instrumental y la poesia de inspiracién
‘alterana como texto, Igual hizo Emilio
Murillo usarel ropaje virtuosstico para
sus pasillos yen respuesta a las quejas de
Garay y ottos muchos. Los pasilos y
hambucos, predilectos de las tertlias y
ceniculoslteraros, constituian «éa mésica nacional, que para
muchos era la miisica por excelencia, la Gnica que habja
En 1910, Murillo habia sido el primer mésico colombiano
en hacer grabaciones en los Estados Unidos, aun antes de
perfeccionarse el nuevo sistema ortofénico, y en el momento
de conocerse éstas (pasillos, bambucos, el himno nacional) en
Bogots, Uribe Holguin organizaba corciertos con misica de
Fauré, Grieg y Debussy, unos meses después Lalo y Wagner y
por iiltimo Glinka, Rimsky-Korsakov y Mussorgsky. Las fuerzas
quedaban igualadas y la polémica sobre la misica nacional se
reavivé en la pluma de los intelectuales con el tel6n de fondo
de la Gran Guerra. Las posiciones eran itreconciliables: por un
lado Murillo y Guillermo Quevedo, xenéfobos y empenados en
Lniversalizar su provincialismo, y por otra parte Uribe Holguin,
‘mejor conocedor de la misica europea, pero prejuiciado y
desinteresado por la tradi
local. Sin embargo, habia posi-
clones més equilibradas, y cuan-
do en 1924 este ghimo gana el
Concurso Nacional con una obra
nacionalista, compositores ya
maduros como Gonzalo Vidal y
Luis A. Calvo lo felicitan y com-
paren su triunfo,
En la segunda mitad de la
década de los veinte se comien-
za a transformar el panorama
musical colombiano con los in
tentos cle integracién politica na-
ional y la consolidacién de los
medios de comunicacién, avia-
Ci6n, periddicos y revistas, luego
emisoras, y mastarde lacreacion
del mercado del cisco. Estos y el entusiasmo transtormador de
Jos. nuevos gobiernos liberales vieron proliferar canciones,
danzas, pasilos, midsica de baile norteamericano (for-trots,
‘hwosteps, etc); piezas de ocasidn avivaron el fervor nacional en
In guerra con el Peed al final de la década en la Costa surgieron
el porto y el fandango como la contraparte nacional a la
Olay Roots, director
de lo Orquesta Sinfonica
de Colombia desde 1953
‘haste su muerte en 1974
Dibujo de Roberto Pizano, Pars, 1926
reconocida misica de baile cuba-
na, Las polémicas entre Uribe Hole
guin y Antonio Maria Valencia so-
bre el Conservatorio Nacional ocu=
paban los periédicos e hicieron to-
‘mar patio a los misicos, pero no
afectaron ese arollador proceso.
FH establecimiento de Discos
Fuentes en Cartagena y su combi-
racién con una orquesta y una
temisora siguiendo el modelo nor-
teamericano tuvieron gran imp:
toy pronto lograron que en Bogota
se abriera el campo a estos nuevos tipos de entretenimiento,
Para el centenario de Bogota en 1938, Adolfo Mejia ganaba
Un premio con una obra orquestal nacionalista, mientras
que él y Alex Tobar, también misico prictico y compositor,
tocaban en varias orquestas
de baile, en la emisora Ecos
el Tequendlama, e impreg-
rraban su mésica con las ar-
rmonias del jazz y de las can-
Cones de Broadway, una tra-
dlici6n que s6lo perviviria con
Jaime Ledn después de los
aos sesenta, Aqui, sin em-
bargo, se presentaban ya en
cl seno de la masica popular
serios desniveles internos, ya
que los arreglos de Lucho
Bermudez 0 Alex Tobar y e!
nivel de Felipe Henao en el
piano estaban lejos dela ape
nas convincente musicalilad
de Garzén y Collazos 0 de
Guillermo Buitrago. Para
complementar el panorama, en esta coyuntura surgen
también la Orquesta Sinfénica de Colombia y primera
sfusién» musical colombiana, la rumba criolla de Emilio
Sierra, Diégenes Chaves y Miliadles Garavito, coneiliacién
del bambuco y el pasillo con la rumba y los ritmos cariberios.
ta Siniénica comenz6 siendo diigida por Guillermo Espi
rosa y tuvo en Olay Roots su mis importante director. Por
su parte, los ritmos caribefios (en especial el merengue) se
arreglaron en medios campesinos del interior, repertorio
‘explorado mas tarde en la «carranga» de Jorge Velosa.
Jess Bermédez Silva, Antonio Maria Valencia, Fabio
Gonzitez Zuleta y el mismo Uribe Holguin y sus seguidores
ro participan de este auge musical, Se defienden (a veces
tune del otro) como guardianes de los altos designios est
os contra lo que consideraban vulgaridad y chabacaneri
y, tal vez sin quererlo, cortan las alas a una buena parte de
Fabio Gonzélez Zuleto.
Fotogrofia de Rosas.
Conservaterio de Mésica
U. Nocianal de Colombia,
Diciembre 1999
Credencial Historia 9sus potenciales sucesores. Habria que es-
Petar los afios sesenta para que aparecie-
Fauna nueva generacion de misicos que
| pudieron estudiar fuera e intentarian oxi-
[Benar el convencional medio de la misica
cadémica, Atehortda, Escobar, Jacqueli-
‘ne Nova, German Borda y otros capital
fian el ensanchamiento del medio musical
y hallarian su tribuna en la nueva Sala Luis
Angel Arango, orquestas nuevas 0 remoza-
his con misicos extranjeros y las nuevas
enisoras cuturales. La mdsica antigua (re-
hacentista y barroca) aparece en escena
| gracias la cartera internacional de Rafael
| Puyana, dnico intérprete colombiano que
| participo en tendencias internacionales
como alumno de la celebrada Wanda
| Landowska; sus propuestas interpretativas
para la mdsica espafiola e italiana, por su
emotividad y alto nivel técnico, tuvieron
‘gaan acogida y hoy son vistas como una
Jmportante contribucion a este movimiento,
| “Latelevisin abrié ottas horizontes musicales, y los jéve-
&: buscaron modelos en el rock y el pop latinoamtericano &
intemacional; de alli surgieron los Speakers y Oscar Golden,
[Peto al mismo tiempo otros jovenes alternaban el twist, Palito
Ortega y Paul Anka con les compexitores del renacimiento
‘espanol e italiano, gracias los Clubes de Estudiantes Canto-
res que siguiendlo el modelo del coro universitario norteame-
ficano, se fundaron en varias ciudades del pais (Bogoti,
Bucaramanga, Barranquilla y Cali). Estos cambios no lograron
tocar el problema fundamental la falta de opciones musicales
en lt educacion primara ysecundata, visis ene orale
rmiento de cualquier medio musical
Medellin no s6lo descollaba en la industria text: el
terreno de los discos era también suyo (con participacién de
lis empresas costefas); gracias a buenos esquemas de
jpromacion y distribucién,logra integrar un mercado para la
‘isica colombiana de toda indole, porros, pasillos y bam
bucos, pasodobles y el inci-
piente vallenatoy,a finales de
los sesenta, nuevas tenden-
cas como la. misica bailable
ecachaquizaday de Los Gra-
gados 0 Los Hispanos. Un
‘neto crecimiento de la indus-
tia del entretenimiento y el
avance de la radiodifusién
yermitieron esta expansién,
ue en esos aftos hizo expos
sion con las grandes orquestas
| de Lucho Bermiidez, Pacho
Luche Bermidex y su Orquesta,
Ache de cartelera
Fundecién Lucho Bermidez, Bogots.
igual que con el vallenato como género
regional con pretensiones de nacional en
Ios afos setenta, EI pop nacional obtuvo
iogros con los trabajos de Ana y Jaime,
buena combinacién de textos y convin-
conte musicalidad.
Tl Conservatorio y las insttuciones
musicales del pats hubieran podido part-
paren este proceso y no lo hicieron, Los
prejuicios de quienes los orientaban y las
fates premisas el nacionalismo paterna-
lista no pesmitieron dare alos miscos a
formacién que a nadie hubiera sobrado,
nial misica de banda nial integrante de
{a extudiantina o el grupo ce salsa o rock,
Aquellassiguieon producienclo muy po-
cos instrumentistas de calidad y la. com-
posicicn siguié orientada por nacionals-
mos de toda indole, el indigenismo de
Jests Pinzén Urtea, incutsiones atonales
Y seriales wa la Ginastera» y también ten-
diencias universalstas y abstractas como las de Roberto
Pineda Duque o Germin Borda.
Las dos ultimas décadas han visto la continuacién de
estos procesos enmarcadas en una creciente globalizacién
y dependencia de las tendencias internacionales, La situa-
Gién ha mejorado en cuanto a la calidad de la musica
popular y parece haber una articulacién entre ésta y las
insbituciones musicales, ya que el rock, la salsa y el jazz
ccuentan hoy con insinimentistas de mejor formacién. Por
‘tra parte las tendencias universales revivalist y ret han
redescubierto boleros, «chucu-chucus, cumbias y vallena-
tos primigenios, et.
Afinales de los ochenta, bajo la tendencia de la World
music; también se redescubsié la midsica indigena y campe=
sina que todavia sobrevive en el maltratado campo colom-
biano, pero cuyos testimonios mas valiosos levaban afios
‘empolvéndose en algunas colecciones de grabaciones de
‘campo, de muy poca difusiGn, Hoy, étas han entrado a
formar parte de una gran gama de opciones musicales que
Comparten las vitrinas de almacenes de discos con la musica
electroacéstica, producciones independientes de composi
tores j6venes, ol rock progesivo, hey metal rap nacio-
rales € intentos de reconstruccién de nuestro. pasado
‘musical, Somprende ol hecho de contar con una gran
demanda de formacién musical y con jévenes que admiten
con desemvoltura que desean hacer de la misiea st
profesién. Sorprende también off en foros cercanos a la
ceducacién y formacién musicales las quejas de la falta de
atenciéna lo nuestro» y ls ingenuas y absurd propuestas
dde una educacién musical drigida por el viejo nacionalismo
de que hemos hablado as posible que a putrtas del siglo XX
‘08 estemos haciendo todavia las mismas preguntas? 6%
10 Credencial Historia
Edielén No. 120