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Congr HC MardelPlata2008
Congr HC MardelPlata2008
net/publication/316198133
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David Zubieta
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All content following this page was uploaded by David Zubieta on 18 April 2017.
Abstract
The North Subandean is an extended fold and thrust belt located at the north-western sector in
Bolivia. It is considered an area of exploratory interest; the present level of knowledge is useful to
identify the functioning of the Petroleum System associated to Devonian source rocks. Tequeje
and Tomachi formations are the main source of hydrocarbons. The organic matter contained in
such rocks is mixed kerogen types II and III. The genetic relationship between oil seeps and shale
extracts has a remarkable correspondence. Permo-Carboniferous Retama and Copacabana
formations present high quality rocks but there is no sufficient evidence to verify their relationship
with the analyzed petroleum. The North Subandean Tectonic styles are mainly controlled by
stratigraphy of Paleozoic sequences. Beni and Tuichi synclinoriums and Toregua-Palacios belt
represent well defined tectonostratigraphic units. Traps are in general fault propagation fold, fault
bend fold, subtrhust and backthrust structures. The constitution of ramps and imbricate structures
of the last subandean structural trends are associated to faults that move Beu Formation
sandstones to the surface in the absence of devonian shales. The interpretation of vitrinite
reflectance and data on apatite fission track suggest that the thermal history is not uniform in the
basin. Hydrocarbon expulsion and generation as well as the formation of traps are active during
the different tectonic pulses produced in the last 10 Ma. Erosion and sedimentation processes
related to deformation of orogenic fronts are associated with thermal maturity level of Paleozoic
source rocks. Additionally, the location of intrusive bodies in Devonian and Mesozoic series located
in the north-west sector of the area under study increases heat flow in the basin.
INTRODUCCIÓN
Las lutitas marinas devónicas constituyen la principal roca madre de las cuencas paleozoicas y
generaron la mayor parte de hidrocarburos de los principales yacimientos emplazados en el
Subandino Sur y la Llanura Chaqueña. Las rocas madres del Subandino Norte no son la
excepción. Aún cuando no se descubrieron acumulaciones comerciales, las formaciones Tequeje
y Tomachi presentan un potencial similar a sus equivalentes estratigráficos del sur (formaciones
Icla, Limoncito, Los Monos e Iquiri).
En la década de los 60’s la petrolera Gulf Oil Co. perforó los pozos Boya-X1 (BYA-X1), Sasasama-
X1 (SSM-X1) e Isiboro-X1 (ISB-X1); el primero con objetivos paleozoicos, no encontró reservorios
y los dos últimos quedaron colgados en la secuencia inferior del Cenozoico. En el año 1976 Sun
Oil perforó el pozo Tuichi-X1 (TCH-X1) que resultó sin rastros de hidrocarburos. Las compañías
Shell (1984) y Texaco (1991) desarrollaron programas de adquisición sísmica 2D, pero no
perforaron pozos. Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en la década de los 90’s perforó
dos pozos en el Sinclinorio Alto Beni, Lliquimuni-X1 (LQM-X1) y Tacuaral-X1D (TCR-X1D), ambos
atravesaron secuencias con pelitas ricas en materia orgánica (MO) de la Formación Copacabana,
pero no encontraron reservorios. Total Bolivia en el año 1993 perforó el pozo Yariapo-X1 (YRP-
X1), que reportó la presencia de petróleo en las secuencias del Cenozoico, pero el resultado fue
estéril. Los últimos pozos exploratorios perforados en la región son: Villa Tunari-X1 (VTN-X1) y
Eva Eva Sur-X1 (EES-X1), dos prospectos de Repsol-YPF de los años 1999 y 2001, ambos
descubrieron petróleo no comercial en reservorios del Mesozoico.
CONTEXTO GEOLÓGICO
El sistema petrolero de rocas paleozoicas se desarrolla en una amplia zona del territorio boliviano
entre los paralelos 13º y 17º de Latitud Sur. La configuración estructural actual del subandino es el
resultado de la tectónica compresiva que se inicia a partir del Oligoceno superior y continua activa
hasta el presente (Sempere et al.,1990a). Esta unidad morfo-estructural definida como una
compleja faja plegada y corrida (Roeder,1988; Sheffels,1988,1995; Baby et al.,1989,1993) esta
conformada por una pila de sedimentos paleozoicos a cenozoicos de más de 7000 m de espesor
(Figura 2).
La deformación se produce en respuesta a la subducción de la Placa de Nazca que se desplaza
por debajo de la Placa Continental Sudamericana (Cobbing,1985; Isacks,1988; Roeder y
Chamberlain 1995; Sempere,1995).
Las secuencias pre-orogénicas que participan de los corrimientos contienen rocas ordovícicas,
devónicas, carboníferas y pérmicas predominantemente marinas. Las sedimentitas del Mesozoico
yacen en discordancia sobre diferentes unidades paleozoicas, mientras que una espesa pila de
sedimentos sin-orogénicos se asienta en discordancia sobre rocas mesozoicas. Se identifican por
lo menos tres secuencias grano y estrato creciente asociadas a episodios tectónicos registrados
durante el Cenozoico (Zubieta-Rossetti, 2001).
Figura 3. Mapa tectónico del sector noroccidental de Bolivia. El Subandino Norte esta limitado al
oeste por el Interandino y al este con la Llanura Beniana. Se localizan en el mapa las secciones
estructurales A-A’ y B-B’.
El estilo tectónico y la geometría de esta faja plegada y corrida están controlados principalmente
por la paleogeografía de las secuencias paleozoicas (Sempere et al., 1989; Baby et al., 1993;
Dunn et al., 1995; Sheffels, 1995). Los niveles de despegue de los corrimientos tienen lugar en
lutitas del Ordovícico, Devónico y Carbonífero-Pérmico (Baby et al., 1993). En el mapa tectónico
del sector noroccidental de Bolivia (Figura 3) se identifican de oeste a este las siguientes
unidades: Altiplano, Cordillera Oriental, Interandino, Sistema Subandino y la Llanura Beniana.
En el Sistema Subandino del sector norte se pueden diferenciar tres áreas con características
estratigráficas y estructurales particulares. El Sinclinorio Tuichi, localizado en la parte oriental, la
Faja sobre-elevada de Toregua-Palacios en la parte intermedia y el Sinclinorio Alto Beni al oeste.
Los depocentros tienen relación genética con el desarrollo de cuencas tipo piggyback de edad
Neógena. Un modelado experimental realizado para el Sinclinorio Alto Beni refleja la analogía
entre la sección actual y el modelo generado. Este dispositivo muestra que la cuenca transportada
del Alto Beni se produce como consecuencia de la acomodación del acortamiento sobre la
superficie de un duplex desarrollado en profundidad (Baby et al., 1995).
El estilo estructural y la geometría de las estructuras emplazadas en los sinclinorios de Alto Beni y
Tuichi, se muestran en la secciones estructurales A-A’ y la interpretación de la sección B-B’, una
línea sísmica 2D perpendicular a las estructuras Madidi y Uchupiamonas (Figura 4).
Figura 4. La Sección estructural A-A’ muestra la geometría de la cuenca transportada del Alto Beni
(de Baby et al., 1995). Las estructuras Lliquimuni, localizadas en la Serranía de Marimonos y El
Pelado, en la serranía del mismo nombre, son activadas durante una fase temprana de la
deformación. En la sección estructural B-B’, en el Sinclinorio Alto Beni se observa la ausencia de
secuencias pertenecientes a las Formaciones Retama y Copacabana. (ver ubicación en la Figura
3).
La sección estructural A-A’ muestra la cuenca transportada del Alto Beni en toda su magnitud. Las
secuencias pre-orogénicas paleozoicas que participan en la deformación están conformadas por
rocas ordovícicas, devónicas y carbonífero-pérmicas. En la parte media de la sección el anticlinal
Lliquimuni (Serranía de Marimonos), es una estructura compleja con duplexes en la Formación
Copacabana y fallas de ajuste en secuencias del Cenozoico. En el extremo nororiental de la
sección, la estructura El Pelado, abierta en calizas y dolomitas de la Formación Copacabana,
representa el límite entre el Sinclinorio Alto Beni y la FSTP.
En la sección estructural B-B’ se observa la amplitud del Sinclinorio Tuichi. El flanco oriental del
sinclinorio está conformando por la Serranía de Caquiahuaca, que representa el límite entre el
Subandino Norte y la Llanura Beniana. En el sector suroeste se identifican el anticlinal Madidi, una
estructura superficial activada por una falla de retro-corrimiento y nivel de despegue en la base de
la serie paleozoica, mientras que el anticlinal de Uchupiamonas está asociado a un duplex
conformado por rocas ordovícicas y devónicas. Se destaca la ausencia de sedimentitas
carbonífero-pérmicas en el área de influencia del Sinclinorio Tuichi.
ROCAS MADRES
En el Sistema Subandino de Bolivia se identifican cuatro rocas madres paleozoicas (Baby, et al.,
1995a). Las secuencias pelíticas del Silúrico (Formación Kirusillas) y Devónico (Formaciones Icla,
Los Monos, e Iquiri) se desarrollan en el Subandino Sur y la llanura Chaqueña. En el área de
estudio rocas madres devónicas (formaciones Tequeje y Tomachi) y carbonífero-pérmicas
(formaciones Retama y Copacabana) contienen cantidades variables de materia orgánica y son
rocas madres potenciales como fuente de hidrocarburos.
La Formación Los Monos (Devónico superior) es considerada una de las rocas más prolíficas,
tiene un COT actual de 1 % y se puede asumir un Índice de Hidrógeno original de 500 y un COT
superior a 5 % (Moretti, et al., 1996). En el Subadino Norte, las formaciones Tequeje y Tomachi
tienen una amplia distribución regional. En columnas estratigráficas localizadas en el borde
occidental del Sinclinorio Alto Beni y el Interandino. Estas unidades registran en conjunto
espesores de hasta 1400 m. En la FSTP el promedio es menor a 850 m, mientras que en la
Serranía Caquiahuaca se reducen a 400 m. El mapa isópaco no restituido del Devónico muestra
que la disminución de espesores se acentúa en la parte sureste del área de estudio (Figura 5). La
ausencia de sedimentitas devónicas en las serranías de Eva Eva y Fátima, evidencian la erosión
progresiva de estas secuencias en el borde externo del subandino entre los paralelos 15º y 17º S.
En la Serranía Toregua los afloramientos de lutitas tienen MO variable entre 0.50 y 0.99 % de
COT y son consideradas rocas madres con potencial marginal. Datos puntuales alcanzan valores
de 1.0 a 2.8 % de COT y presentan un potencial variable de generación (S1+S2) entre 2,6 mg
HC/g y 15,66 mg HC/g como máximo.
Figura 5. Mapa isópaco no restituido de las formaciones Tequeje y Tomachi del Devónico en el
área de influencia del Subandino Norte. El corrimiento frontal de la zona subandina en color verde
marca el límite actual con la Llanura Beniana.
La materia orgánica está compuesta por una combinación de kerógenos de tipo II y III. El Índice
de Hidrógeno (IH) para rocas del Devónico es cercano a 230, el Índice de Oxigeno (IO) tiene
también valores bajos (ver Gráfico A de la Figura 6). Estos valores son consistentes con el grado
de madurez termal que presentan en general las rocas madres devónicas.
En el gráfico A de la Figura 6 se incluyen datos obtenidos del pozo Pando-X1 (PND X1), perforado
por Occidental Bolivia y Mobil Co. el año 1991. La calidad de la roca en el intervalo entre 1350 y
1590 mbbp es excelente, el contenido de COT llega a 16 %, y el potencial de generación
sobrepasa valores de 600 mg de HC /g (Peters et al., 1997). Estos valores corresponden a rocas
madres con un nivel de madurez termal incipiente.
Figura 6. Diagrama modificado de Van Krevelen para rocas madres del Devónico (A) y
Carbonífero-Pérmico (B). Los gráficos incluyen datos de los pozos Pando-X1 y Lliquimuni-X1, en
ambos gráficos los datos de pozo están identificados con triángulos verdes.
Teniendo en cuenta que la estructura Lliquimuni esta conformada por un sistema de duplexes, se
interpreta la presencia de al menos un nivel rico en MO, con un espesor promedio de hasta 70 m y
dos repeticiones producidas por apilamiento tectónico. El volumen de HC generado durante la
pirolisis proporciona valores máximos de hasta 40 mg HC/g y una media de 10 mg HC/g. Los
valores máximos de IH oscilan entre 600 y 700, el IO alcanza valores puntuales de 180, mientras
que la media es inferior a 50 (Gráfico B de la Figura 6). Las rocas madre en estos pozos contienen
una mezcla de kerógenos de los tipos I y II, similares a las obtenidas en muestras de
afloramientos.
Los oil-seeps de los ríos Mamuque, Uchupiamonas y Kerosen presentan dendogramas que
genéticamente no reflejan un origen común, de acuerdo a Core Laboratories, (1994), sin embargo
la presencia de rocas madres devónicas en las cercanías de los seeps sugiere un origen asociado
a estas rocas. Por otra parte de ha constatado que la concentración de elementos geoquímicos
registra importantes variaciones por procesos de alteración, haciendo mas difícil la correlación
entre petróleos y extractos. Esta consideración es importante teniendo en cuenta el alto grado de
biodegradación que presentan los petróleos del Subandino Norte.
La concentración de azufre en petróleos de manaderos y pozos es pequeña (entre 0.1 y 0.2 %),
mientras que la gravedad aumenta con la madurez termal. Los valores oscilan entre 21º y 34º API,
solo los petróleos del Río Flora, Serranía El Pelado y los pozos Eva Eva Sur-X1, Villa Tunari-X1 y
Pando-X1 (Cuenca Madre de Dios) tienen entre 30º y 37º API y son considerados como petróleos
livianos.
Las trazas de biomarcadores de un extracto de petróleo y gas obtenido de una roca madre en el
Río Enatagua y un manadero de petróleo del Río Flora (Figura 7), difieren solo en pequeños
detalles. El gráfico de ión-cromatograma muestra que son comparables y probablemente tienen un
origen común. La relación de otros elementos traza sugieren que el petróleo se generó de rocas
maduras con una reflectancia de vitrinita equivalente a 1.0 y 1.1 %.
Figura 7. Relación de las fracciones moleculares de los manaderos de petróleo localizados en los
ríos Enatagua y Flora. Presentan cromatogramas afines que sugieren un origen común. Pristano
(Pr) y Phitano (Ph).
La influencia de MO terrestre es evidenciada por la presencia de cyano-bacteria (alga verde-azul)
originaria de un ambiente continental perteneciente a rocas paleozoicas inferiores (Ordovícico). El
aporte terrestre se confirma también en los petróleos de manaderos asociados a rocas devónicas.
La presencia de terpano triciclicos (C19+C20/C23) que presentan una relación alta (>1.0) indica
MO terrestre.
La cromatografía de gases permite evaluar la relación entre petróleos y extractos de rocas, pero
también proporciona información sobre el grado de madurez a través de la relación de n-alcanos.
Ciertos isoprenoides como el pristano (Pr) y phitano (Ph) son elementos menos estables que C17 y
C18 n-alcanos y en consecuencia las relaciones Pr/n C17 y Ph/C18 son válidas para estudiar la
madurez. En la Figura 8, un grupo de muestras de oil-seeps de petróleo tienen (Pr/nC17 = 0,8 a
2,0; Ph/nC18 = 1,0 a 8,5) y aparecen con baja madurez, mientras que otros petróleos y la mayor
parte de los extractos de rocas devónicas y carbonífero-pérmicas presentan madurez creciente.
Valores de isoprenoides obtenidos del crudo y los extractos de rocas madres del pozo Pando-X1,
también se muestran en el gráfico de la figura 8. Los extractos presentan madures ligeramente
más baja que el petróleo obtenido en el pozo. Este comportamiento es compatible con los datos
de reflectancia de vitrinita (0.5 a 0.6 % Ro). Los valores demuestran que la roca madre en la
posición del pozo está en el inicio de la ventana de generación, por lo que es razonable pensar
que el petróleo es producto de la migración a distancias relativamente cortas.
La relación Pristano/Phitano es usado como un indicador del ambiente de deposito (Didyk et al.,
1978). Sedimentos con una relación menor a 1.0 reflejan un ambiente anaeróbico, mientras que
concentraciones de 1.0 y 3.0 representan condiciones con fuerte oxidación. Los cromatogramas 1
y 2 de la Figura 9 corresponden a bitúmenes de dos muestras de lutitas devónicas de los ríos
Enatagua y Yanamayu, ambos cromatogramas indican un origen común.
Figura 9. Correlación de cromatogramas de extractos de rocas devónicas (1 y 2). Correlación de
de extractos de rocas pérmicas (3 y 4). Los cromatogramas 3 y 4 corresponden a extractos
obtenidos de rocas madres de la Formación Copacabana. La relación entre los biomarcadores
Pr/Ph marcan la diferencia entre los registros de rocas devónicas de origen marino y mayor aporte
de MO continental en el caso de las rocas de la Formación Copacabana. Pristano (Pr) y Phitano
(Ph).
Figura 10. Correlación entre Ro y TAI en muestras de rocas obtenidas en el área de estudio. Se
observa el aumento progresivo de la madurez termal de edad ordovícica y devónica.
La interpretación de datos de madurez de diferentes sectores pone de manifiesto que los procesos
de sedimentación y erosión asociados a corrimientos y la activación de fallas durante la
deformación andina son responsables de las variaciones del régimen de madurez térmica de las
rocas madre devónicas y carbonífero-pérmicas.
Durante el tiempo en que las fallas están activas y los bloques altos se levantan, se produce
erosión y el enfriamiento de sedimentos. Cuando estos procesos son suficientemente
prolongados, la maduración de la materia orgánica se detiene. Este comportamiento es analizado
en la estructura Lliquimuni y el anticlinal El Pelado, en ambos casos la madurez termal de las
rocas madres está por debajo del pico de generación.
Figura 11. Mapa de localización de los sinclinorios Alto Beni y Tuichi. Se representan las
principales áreas de generación de hidrocarburos. Las secciones estructurales Lliquimuni (C-C’) y
Uchupiamonas D-D’) están señaladas con línea discontinua. Los ríos y localidades que se
nombran en el trabajo son: 1. Río Enatagua; 2. Río Yanamayu; 3. Río Flora; 4. Río Tequeje; 5. Río
Mamuque; 6. Anticlinal Uchupiamonas; 7. Estructura El Pelado; 8. Arroyo Kerosen.
En la sección estructural Lliquimuni localizada en la parte sur del subandino (Figura 12) se
observa el desarrollo de la cuenca piggyback del Alto Beni y las variaciones de madurez termal.
Este extenso sinclinorio contiene en su interior sedimentitas carbonífero-pérmicas con facies de
calizas y lutitas negras ricas en MO. La madurez termal de estas secuencias en el pozo LLQ-X1
varia entre 0.55 y 0.65 % de Ro, valores similares se registran en la Serranía El Pelado. Es posible
que las rocas madres devónicas y carbónico-pérmicas sometidas a un soterramiento profundo en
la parte interna del sinclinorio, presenten condiciones favorables para la generación de
hidrocarburos.
Figura 12. Sección estructural Lliquimuni mostrando la geometría de la faja subandina (de Baby, et
al.,1995a). Las variaciones de madurez tienen relación con la historia termal de los frentes de
corrimientos.
La sección estructural de Uchupiamonas (Figura 13) construida por Roeder (1988) esta localizada
en el sector norte del subandino (ver ubicación en Figura 11). Los rasgos más sobresalientes que
se observan en esta sección son: El amplio desarrollo del Sinclinorio Tuichi, la Faja Sobre-elevada
Toregua-Palacios, que pasa directamente al Interandino y la ausencia de sedimentos sin-
orogénicos del Cenozoico al oeste del anticlinal de Uchupiamonas.
Figura 13. Sección estructural Uchupiamonas (Después de Roeder & Chanberlain, 1995). El
desarrollo de las secuencias sin-orogénicas se localiza en la cuenca transportada del Tuichi. Las
rocas madre devónicas que afloran en la Faja Sobre-elevada de Toregua-Palacios presentan una
reflectancia de vitrinita variable relacionada con el apilamiento tectónico y la presencia de
intrusivos.
Las lutitas devónicas que afloran en la Serranía de Caquiahuaca registran valores entre 1.3 a
1.5% de Ro, mientras que la madurez termal de rocas madres devónicas en las serranías
localizadas al oeste, varían entre 0.6 y 0.7 de Ro. La historia térmica del Sinclinorio Tuichi está
controlada por la falla Caquiahuaca activada probablemente durante el Mio-Plioceno.
La migración de petróleo desde la roca madre hasta el reservorio es uno de los procesos más
complejos relacionados con la acumulación de hidrocarburos en el subsuelo. El contacto directo
entre lutitas devónicas y secuencias arenosas mesozoicas, representa la relación estratigráfica
más ventajosa en favor de una migración exitosa después de la expulsión de los hidrocarburos.
Esta relación tiene lugar en el Sinclinorio Tuichi, donde la Formación Beu se asienta en
discordancia sobre rocas madres devónicas, en ausencia de sedimentos carbonífero-pérmicos,
que son erosionados por la discordancia pre-Mesozoica.
El principal reservorio del Subandino Norte es la Formación Beu, esta unidad tiene una marcada
continuidad estratigráfica, está conformada por areniscas eólicas en la parte superior y depósitos
fluviales en la base. En el área de influencia del Sinclinorio Tuichi, estas areniscas se asientan
sobre lutitas devónicas, mientras que en la FSTP y el Sinclinorio Alto Beni, están en contacto con
las secuencias del Carbonífero-Pérmico. Por encima de esta unidad, las formaciones Eslabón y
Flora del Mesozoico representan los sellos de este reservorio. Sin embargo, la presencia de la
Formación Flora tiene una distribución restringida a dos depo-centros localizados en el sector
noroeste del subandino y la región de la serranía de Eva Eva.
La migración lateral del petróleo a distancias moderadas esta documentada en el pozo EES-X1.
Durante la perforación se registró shows de gases y la presencia de petróleo en reservorios de las
formaciones Beu, Eslabón y Flora. Impregnaciones de petróleo sólido (inactivo) descritos en los
bloques intermedio y autóctono de la estructura de Eva Eva Sur sugieren una movilización
temprana de hidrocarburos.
Otro ejemplo de migración lateral se registra en el pozo Villa Tunari-X1 (VTN-X1), en este pozo se
recuperó petróleo de 37.4º API de la Formación Beu, asignada al Mesozoico. Se concluye que el
petróleo descubierto en las estructuras Eva Eva y Villa Tunari es producto de migración lateral.
El estudio de biomarcadores del petróleo reportado en las formaciones Eslabón y Beu del pozo
EES-X1 confirma una relación genética con lutitas devónicas localizadas a algunas decenas de
kilómetros al oeste del pozo. El proceso de migración lateral se produce a través de la secuencia
arenosa de la Formación Beu que esta en contacto con la roca madre. El petróleo migra
lateralmente por este carrier bed y se moviliza en dirección ascendente hasta alcanzar los niveles
arenosos de las formaciones Eslabón y Flora.
TIPOS DE TRAMPA
El espesor de las formaciones Eslabón+Flora en la sección tipo del Río Flora alcanza 250 m. Esta
sección contiene intercalaciones de lutitas que representan un excelente sello para la Formación
Beu, sin embargo su distribución está localizada o es erosianada La ausencia de este sello, esta
contralada por la distribución de los depo-centros de es evidente en las serranías de Fátima y
Toregua
La presencia del sello superior es el factor crítico para la Formación Beu, principalmente en el
área de influencia de las Serranías Fátima y Toregua, donde las formaciones Eslabón y Flora
están ausentes por no-deposito o erosión asociada a la discordancia pre-Cenozoica. La
Formación Bala de edad Oligoceno superior, es otro de los reservorios potenciales, tiene amplia
distribución, pero su efectividad como reservorio está limitada por la presencia de sellos intra-
formacionales.
SISTEMA PETROLERO
A diferencia de los sistemas petroleros paleozoicos del Subandino Sur, donde las formaciones del
Devónico presentan rocas madres y reservorios con producción de petróleo, gas y condensado,
en el área de estudio las secuencias devónicas son predominantemente lutitas conteniendo
cantidades variables de MO.
El potencial exploratorio que presenta esta región esta asociado al Sistema Petrolero Paleozoico,
donde la Formación Tequeje del Devónico representa la roca madre que contiene kerógeno mixto
tipos II/III y es considerada una roca madre con pronostico de oil-prone y gas-prone.
El principal reservorio del subandino Norte es la Formación Beu del Jurasico. Este reservorio de
amplia distribución regional aflora en las diferentes serranías que componen la Faja sobre-elevada
de Toregua-Palacios, está presente también en los flancos de los sinclinorios Alto Beni y Tuichi,
en las serranías Marimonos, El Pelado, Fátima, Eva Eva y Caquiahuaca entre otras. Esta
secuencia presenta buenas características petrofísicas (Figura 15) y espesores que oscilan entre
350 y 750 m. El miembro superior compuesto por areniscas eólicas presenta propiedades
excelentes como roca reservorio, es de mejor calidad que la secuencia basal de areniscas
fluviales.
Las formaciones Retama y Copacabana contienen rocas con buen potencial de generación, muy
superior a las del Devónico, constituyen una excelente fuente potencial de oil-prone, pero no
existen datos roca-petróleo que avalen este origen.
Los estilos tectónicos que se observan en las diferentes unidades tectono-estratigráficas del
Subandino Norte definen las características de trampas con un nivel de complejidad diferente para
cada una de ellas. Por ejemplo, el flanco oriental del Sinclinorio Tuichi conformada por las
Serranías de Caquiahuaca y Eva Eva presenta un estilo de trampas potenciales que son
principalmente pliegues por flexión y propagación de falla. En la parte central del sinclinorio las
estructuras son producidas por bajo corrimientos o retro-corrimientos. En la Faja Sobre-elevada de
Toregua-Palacios, los reservorios mesozoicos, carboníferos y pérmicos están expuestos en
superficie conformando pliegues estrechos. El desarrollo de estructuras generadas en profundidad
por bajo-corrimientos puede dar origen a potenciales trampas asociadas no solo a reservorios
mesozoicos sino también a los reservorios paleozoicos pertenecientes a las formaciones
Copacabana y Retama. En el Sinclinorio de Alto Beni, el único tren estructural que aflora en
superficie es la Serranía de Marimonos, donde están emplazadas las estructuras de Lliquimuni y
Tacuaral. No se descarta el desarrollo de estructuras potenciales en el subsuelo del Sinclinorio de
Alto Beni, en su prolongación norte.
Algunos estilos de trampas y mecanismos de migración son analizados en los modelos que se
presentan en la Figura 15. En el caso de los modelos A y B las rocas madres están en contacto
directo con los reservorios, en ambos casos el factor crítico es el timing de generación y su
relación con la estructuración de la trampa.
Figura 15. Modelos de trampa asociados a la deformación andina. (A) Anticlinal generado por
duplex en secuencias ordovícicas y retro-corrimiento en la secuencia devónica. (B) Estructura
anticlinal preservada en profundidad. La reactivación tectónica afecta a la parte superior del
anticlinal. (C) Estructura conformada por propagación de falla, con reactivaciones fuera de
secuencia. (D) Suaves estructuras anticlinales generadas por la propagación de falla. En los
esquemas A y B la roca madre esta asociada al reservorio supra-yacente, mientras que en C y D
la roca madre esta ausente y el entrampamiento de hidrocarburos es por migración secundaria.
Los elementos y procesos que controlan el Sistema Petrolero Devónico del Subandino Norte
fueron integrados en la carta de eventos de Magoon & Dow, 1984 (Figura 16). El tiempo requerido
para la generación, migración y acumulación de los hidrocarburos abarca un periodo comprendido
entre el Mioceno medio y el actual. El Momento crítico del sistema corresponde al tiempo de
preservación que se extiende desde que los hidrocarburos son expulsados hasta el actual.
El Índice del Potencial de Hidrocarburos (SPI) está definido como la máxima cantidad de
hidrocarburos (en toneladas métricas) que puede generar un metro de columna de roca madre en
una superficie de un metro (Tissot et al.,1980). Este índice combina la roca madre, espesor y la
riqueza dentro de un mismo parámetro.
Las estimaciones calculadas sobre el potencial de rocas madres devónicas en el Subandino Norte
tienen un SPI de 6 t/m2, que corresponde a un valor moderado de SPI para un sistema de drenaje
vertical. Otros cálculos alcanzan un SPI de más de 10 t/m2 (Moretti et al., 1995).
CONCLUSIONES
Los resultados del estudio que presentamos sobre el Sistema Petrolero Paleozoico del Subandino
Norte son conclusivos en afirmar que el área presenta un potencial exploratorio de interés, aunque
quedan aún muchos interrogantes por resolver. La distribución paleogeográfica de las unidades
paleozoicas, los mecanismos de deformación y el avance del frente orogénico subandino están
directamente relacionados y son los responsables del timing de los procesos de generación,
expulsión, migración y entrampamiento de hidrocarburos.
Las rocas madres paleozoicas incluyen a las lutitas de las formaciones Tequeje-Tomachi del
Devónico y Retama-Copacabana del Carbonífero-Pérmico. Las formaciones devónicas son una
fuente probada de hidrocarburos, mientras que las secuencias de pelitas de las formaciones
Retama y Copacabana son consideradas como rocas madres potenciales.
BIBLIOGRAFÍA
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