Alia Miranda Tecnicas de Investigacion para Historiadores PDF

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vooaoveca, 900100727 TECNICAS DE INVESTIGACION PARA HISTORIADORES Las fuentes de la Historia A302 mi fear COLECCION SiNTESIS_ © HISTORIA BRE AGES 2 TECNICAS DE INVESTIGACION PARA HISTORIADORES Las fuentes de la Historia Francisco Alfa Miranda EDITORIAL SINTESIS La edicién de esta obra ha sido posible gracias 2 una ayuda del Vicertectorado de Investigacion de la Universidad de Castilla-La Mancha Reseradostodes los derechos. Et prohibido, bajo ls sancones enales ye esarcimiento ev penton en ls eyes, reproduc regirar © tansmiiesta publeaion, negra oparcialmente por cualquier sistema de ecuperacién y po cualquier medi, sedmecirico, electronico, mapndico, dactroopico, po o.ocoola ‘0 po cualquier oo, sn fa autorizacign previa por esc Ge Et Sis, S.A (© Francisco Alfa Miranda (© £O1TORIAL SINTESIS, 5. A Vellobermoso, 4.28015 Madd Telfono $1 593 2098 hapuhwwwsintsi.com Is0N:04-9756347-6 Deposito Legal: M.-38.488-2005 moreso en spa = Printed in Spin indice Introduccion " Parte Teorta y prdctica de la investigacién histérica Capituto 1. El método y las técnicas de investigacién historica 21 1.1. Los erigenes del método cientifico de la historia en el siglo xix, ‘modo de introduecién : a 1.2, Bl método historico en la actualidad: defi jocedlniening eee eee 35 1.3, Las operaciones del método de investigacion historica 41 1.4, Las tenicas de investigacién: definicion y clasificacién ... 44 1.5, Técnicas cualitativas... —S 50 50 31 56 1.6. Técnicas cuantitativas 58 1.6.1. Técnicas mateméticas 58 1.6.2. Técnices erificas 59 Capitulo 2. El documento y las fuentes 69 2.1. El dozumento: concepto y clases 69 2.2, Formas y contenido del documento n 2.2.1. Bl documento de archivo ... n Indice = 5 2.2.2. El libro . 4 43:1. El proceso documental y el andlisis documental 186 22.3. Las revistas 87 4.32, Descripeién archivistica 188 2.2.4. Tesis doctorates 3 4.33, La catalogaciGn bibliogrifica 191 23. Las fuentes de la historia Io escrito. lo no escrito 95 4.34. Lenguajes documentales 194 24, Clasificacién de las fuentes .. 101 ‘Vocabulario basico ...... ernne 204 Parte IL: Informacién bibliogréfica y documental Pare II: Fuentes y documentacién Capitulo 3. Centros de informacion bibliografica y documental 109 Capitulo 5. Fuentes documentales 214 2. Archivos, hibitensy cents de documentcin, principles 5:1, Documentaciéa de ia Adrainistreci6a central 212 centros de informacién aes 109 53.2. Puertes fiscales 2s 3.2. Los archivos 12 5.21. Los origenes de la Hacienda Publica y su documentacion ... 215 3.2.1. Historia de los archivos y de la archivistica, Principales 5.22. Bl diez oun — : 216 archivos espafioles ua 5.23. Veeindasios del Donativo Real. 217 3.2.2. Objetivos, funciones, organizacion y lases de archivos «... 125 524, Catastros y amillaramientos 3.2.3. Normas de acceso 129 5.25. Matricula industrial y de comercio 3.3. Las bibliotecas... 131 3.3.1, Breve historia de las bibliotecas, a modo de introducci6n .. 131 3.3.2. Situacién actual de las bibliotecas. Principales bibliotecas espatiolas y extranjeras para la investigaciGn historica ..... 133 3.3.3. Los fondos bibliograficos hist6ricos, 142 3.3.4, Hemerotecas, cartotecas y fonot2C9$ vn. seonaenen 14M 3.4, Centros de documentacién : ig Vocabulario B8SiC0 nun 153 Capitulo 4. Descripcién, informacién bibliografica y documental 155 4.1. Instrumentos de descripcién archivistica 158 4.2. Fuentes de informaciGn bibliografica conn 158 4.2.1, Bibliografias, catélogos y boletines: definicin y clasificacién. 158 4.2.2. Los tepertorios bibliogrétic 160 4.2.3. Las bases de datos 170 4.3, RecuperaciGn de la informacién: t bibliografica y documental 186 6 Técnicas de investigacion para historiadores 53. Fueries juridicas 531, La Administracién de justicia y su éocamentacin 5.32. Los protocolos notariales : 533, La Causa General 5.4, Fuertes estadisticas 247 Tipologia documental 252 Capitulo 6. Fuentes bibliograficas 255 6.1. La descripcién de la realidad social. Corografias, diccionarios ‘geogrifico-historicos y enciclopedias 6.11. Las corogas cvolucin dela ues bibliog de carbeter deserptV0 on 255 6.12. Relaciones Topogréficas de Felipe I 259 6.13. Bl Diccionario de Madoz, ta obra més citada 261 6.14. Un césico: la Enciclopedia Espasa 262 6.15. El Diccionario del Movimiento: la obra cumibre del franquism 266 Indice 7 6.2, Fuentes estadisticas 6.2.1. La estadistca oficial... 6.2.2. Sinesis de estadisticas histoicas 63. Amuarios y guias 63.1. Bvolucién general 6.3.2. ElAnuario General de Espafa, uaa aventura editorial venida de fuera ... 6333. Guia Oficial de Espaia 6.4. Colecciones documentales 6.5. Literatura e historia. 65.1, Cuestiones historiog 652. La novela histérica fcas y metodolégicas 261 276 2m 217 29 286 287 292 Capitulo 7. La prensa 305 7.1, Historia de la prensa .. 305 7.1.1. Bvolucin técnica de la prensa 305 7.1.2. Los origenes de la prensa .. 307 7.13. Bl siglo xv 307 714, Bl siglo xxx 310 715. Bi siglo xX .. 314 7.2. Historiografiay fuentes de la prensa en Espatia 321 7.21. Despertar del interés por la prensa... 321 7/2.2; Fuentes para ol estudio de la prensa espaiola 324 7.3. Metodologia dela prensa . 326 73.1. El trabajo del historiador:requisitos metodol6gicos 326 713.2. La seevei6u y Ia alle.aciGn de la infoxmacién 329 73.3. Bl texto informativo . 333, 7.3.4, Tipologia del texto informativo - 334 Cronologia : 336 Capitulo 8. Fuentes orales 341 8.1, {Historia o fuente oral? as 341 8.2. Las fuentes orales en Ja historiografis 342 83, Las fuentes orales en Espatia noone 344 8:4, Metodologia de las fuentes orales: la entrevista 348 8 Técnicas de investigacion para historiadores 8.411, Tipologta de Ia entrevista 348 8.42, Preparacién de Ia entrevista 350 8.43, SelecciGn de entrevistados 351 8.44, Luger de la entrevista... 351 8.45, Duracion.. 352 8.46. Desarrollo de la entrevista 352 8.47. Transcripeién 353 Capitulo 9. Fuentes iconograficas y audiovisuales 355 9.1, La imagen como documento histérieo 355 9.2. La fotografia y la historia .. 359 9.3. Cartografia historia ... 363 9.3.1. Desarrollo histérico 363 9.32. Tipologia del documento cartografico 367 9.4, Nummismatica y filatelia 372 9.4.1. La moneda y su evolucidn histria an 9.42. La ciencia numismstica y la historia 395 9.43. El sello de comeos en Espatia 378 9.5. La telaci6n historiacine .... 379 9.5.1. Breve repaso historiografico y algunas consideraciones metodolégicas .. 9.52. El cine hist6rico: un intento de clasificacion . Capitulo 10. La documentacion digital y las bibitotecas virtuales 389 10.1. Lared de redes: Internet 10.2. Del libro electrénico a la documentacién digital. 10.3, El impulso hacia la digitalizacis 104, Del cambio a la confusién .. 105. 10.6. Las cbras de referencia y os proyectos de digitaizacién comerciales 10,7. Principales bibliotecas virtuales 10.7.1 Bibliotecas digitales y virtuales en Espafia.... 10.7.2. Principales proyectos internacionales ... Vocabulario bésico .. Indice 389 392 395 401 404, aul 419 419, 422, 426 PARTE IV: Organizaci6n y presentacién del trabajo cientifico Capituto 11. Organizacién del trabajo cientifico 431 Capitulo 12. Presentacién del trabajo cientifico 435 12.1. Normas ISO y UNE .. 435 122. Divisin y subdivisin de los capitulos 436 123. Citas, noisy referencias biblogéicas: Sein y sii 437 12.4, Citas bibliogrf5€@8 «0 439 125. Referencias bibliogréficas .. 445 Bibliografia 449 10 Técnicas de investigacin para historiadores Introduccion Espafa se interesa cada dia mas por sus tiempos pasados; comienza a regis trar sis archivos y a clasificar sus magnificas colecciones de documentos. Traba- Jjaimucho Lo hari mejor, silos autores tuvieran tanto método y critica, como bus- ra yeluntad, Pero el método histérico no lo entiende mas que un pequefio grupo de autores espafioles y In ertica no ha logrado todevia triunfar contra a hostilidad {que ba levantado siempre en Espatia (G. Desdevises du Dezert, Revue de Synthe- ‘se hittorique, 1904). 1, Desde el método lluliano, basado en la revelaci6n divina recibida durante su ret 10 en la montata en 1274, hasta los iitimos tratados de metodologfa de la investiga ci6n cientfica,lareflexin metodol6gica en Espafi, atin con muchas lagunas y defi- Ciencias, ha avanzado mucho. El pensamiento filos6fico y mistico de Ramén Liull (1235-1315) representa un final y un prinsipio: cl fin do la Eseoléstica y ol comicnzo del pensamicnto cicati- co moderno. Con el procedimiento del Ars Magna, lull pretendia resolver todas lat preguntas que surgieran de la mente del hombre, todas las verdades cognoscibles, Por medio de an sistema ldgico, pattiendo de todas las artes adivinatorias occiden- tales basadas en las cifas. Aplicando el arte, cosa que considers fécil de aprender incluso para gentes indoctas, y combinando letras que simbolizan nociones teol6gi- cas, morales, ec. siguiendo ciertas reglas, era posible alcanzar Ia ciencia universal tanto en lo que se refiee ala naturaleza como a fa moral 0 ala politica, La impor- tancia del arte del razonamiento y la demostraciGn del Ars Magna radica en que es Ja primera manifestacién conocida en Occidente del ideal algoritmico de reduir el razonamiento a célculo. Pero con el empirismo y el racionalismo (Bacon, Descartes) ellulismo emgez6 a perder su influencia, que desapareci6, salvo algunas excepcio- nes, en el sigle xvi. Introduccién 11 El conocimiento de nuestro pasedo también se ha realizado, en gran parte, basa do mas en la voluntad divina y en planteamientos filosficos que en la raz6n, en la critica y en la demostracién cientifica, incluso hasta en el siglo XX (“Todo hecho his- {6rico es efecto de varias eausas. La primera y principal, a la cual estén todas las otras subordinadas, es Dios, que con su providencia rige los destinos del mundo”, eseri- bia Zacarias Garcfa Villada en sus lecciones de metodologia histérica publicadas en 1912). Entre los siglos XV1 y XIX se escribi6 en Espatia una buena cantidad de trata- das de metodologia hist6rica, pero la mayor parte de ellos més consecuentes con el primer tipo de planteamiento que con el segundo. Entre los principales, pueden des- tacarse: De historiae insttutione dialogus (1557), de Fox Morcillo; De conseriben- da rerum historia libri duo (1591), de Juan Costa; De historia para entenderla y ‘escribirla (1611), de Lis Cabrera de Cérdoba; Norte crftico (1736), de Fr. Jacinto Segura; Bibliotheca crtica, sacra y prophana (1740), de Fr. Miguel de San Jo Observaciones sobre los principios de la historia (1756), del Marqués de Lli6. Elavance mas sobresaliente en este largo period tal vez podamos relacionarlo con el desarrollo del método critico del siglo xvii, con la influencia de los principa- les autores extranjeros al respecto, como Jean Bolland y Jean Mabillon. La de este ‘timo se dej6 sentir de forma destacada en Espafia en el libro de fray José Pérez, Dissertationes ecclesiasticae de re diplomatica (1688), publicado con el seudénimo de P. Bartolomé Gerién, La del primero fue manifiesta en la obra del erudito Nico- és Antonio (Bibliotheca Hispana Vetus, Bibliotheca Hispana Nova y Defensa de la Historia de Espafia contra el Padre Higuera) y en la del marques de Mondéjar, Gas- par Ibéiez de Segovia (Discurso histrico por el Patronato de San Frutos contra la supuesta cdtedra de San Hieroteo de Segovia, pretendida autoridad de Dextro y Disertaciones eclesidsticas), Durante el siglo X1X continu6 la publicacién de tratados metodol6gicos, pero has- ta]os nuevos planteamientos de Rafael Altamira (fundamentalmente La Enseftanca de la historia, publicada en Madrid en 1891 por el Museo Pedagégico de Instruccién Primaria, completada en una nueva version’ de 1895, edltada por Ia Librerfa de Vic- torino Suérez; De historia y Arte, Madrid, 1898; y Cuestiones modemas de histo- ria, Madrid, 1904), la mayor parte de las obras que por eltftulo parecen hablar de metodologia de Ia historia 0 no dicen nada al respecto, o son principalmentefiloso- fas de Ia historia. Es el caso, por ejemplo, de los textos de José Gémez de la Cort- na (Cartilla historial, o Método para estudiar la historia, Madrid, 1829) y de San Romén (Introduccién al estudio de la historia, Guadalajara, 1889). Con el romanticismo se avanza desde una historia escrita por cronistas o por eru- itos hecia una historia concebida para ser lefda por el mayor ntimero posible de ciu- dadanos. La historia debe cumplir una funcidn didéctica, pero esto no va en detri- mento de sn rigor. La preocupacién por el rigor metodol6gico no es incompatible con su accesibilidad al gran pablico. La historia nacfa como una disciplina con fines de ceducaciGn ciudadana, para dar ejemplos y lecciones a un pueblo, y para ello tenfan, 12 Técnicas de invesigacin para historiadores {que aparecer como protagonistas los propios ciudadanos. Pero unos ciudadanos que, ala vez.que heroicos, eran obedientes y moderados, industriosos y trabajadores, preo- ‘cupados porel progreso de las leyes y de las técnicas... Integrados, por tanto, en las ‘exigencias de 2sa nacién que constitufan y cuya hegemonfa estaba en manos de nota- bles, de propietarios y de juristas. Desde las décadas centrales del siglo XIX, el his- toriador (que hasta los afos de la Restauracién es un intelectual periodiste, abogedo, profesor, politico, archivero, bibliotecario) se debate entre dos pretensiones: lade fa objetividad con respecto al pasado y Ia de la explicacién del presente desde ese mis- ‘mo pasado. Sin embargo, el historiador adopta conscientemente el compromiso con los valores de su época, con la libertad, con la nacién o patria, con el progreso: “La objetividad como norma metodol6gica aparece en todos los casos en el prologo de la obra. El desarrollo de 1a misma, por el contrario, va deseranando las preocupa- ciones del presente que aparecen en las valoraciones de hechos y personajes y en con- sideraciones que a menudo se conviesten en auténticas extrapolaciones de un discurso politico” (Cirjano, Elorriaga y Pérez, 1985: 30). La objetividad como aspiracién metodolégica fundamental exigia la fidelidad al documento (de archivo) y el cono- cimiento de toda la produccién bibliogréfica referida al tema en cuesti6n. En suma, durante el siglo XIX, poca reflexidn tedrica y metodol6gica y recepcién del positi- -vismo, sobre todo Ia absesin por la objetividad y por une historia politica justifica- dora del Estado liberal y burgués. Los hombres de la Real Academia de la Historia y los de la Escuela Superior de Diplomética se convirtieron en los auténticos guardisnes de la historia, siguiendo la terminologia empleada por Ignacio Peir6. La Academia, depositaria de los docu rmentos nacionales necesarios para “ilustrar la historia nacional”, y la Escuela, cen- tro encargado de formar funcionarios para las biblioteca, los archivos y muséos del Estado, fueron Ios primeros centros donde se comeitzaron a disefar los principios de Ia iticahistérica, siendo la Escuela! tinico lugar donde se impartfa la ensefanza del método cizntfico, ‘Tras la publicaci6n do fos primeros trabajos cobre metodologta, como los ya cita- dos de Rafael Altamira 0 los de Zacarfas Garcia Villada (Cémo se aprende a traba- Jar cientficanemte. Lecciones de metodologta y crtica kistéricas, 1912, amapliado y reeditado en 1921) y Pio Ballesteros (Cuestiones histéricas, 1913), predoming la tra- ‘duccién de obras extranjeras en las que se incorporaban referencias y ejemplos espa- fioles: en 1923, Ia de Scignobos sobre Ia historia y las ciencias sociales; en 1937, 1a Introduccién al estudio de ta historia, sintesis de ia obra,de Bernheim; y, en 1944, 1a versiGn de la obra de Wilhelm Bauer de 1921 del mismo titulo, con amplias anota- ciones de Luis Garcia de Valdeavellano. Los historiadores prefertan, por término ‘general, dedicar més tiempo a absorber las corrientes fordneas que a reflexionar sobre su trabajo, eilexién que ha comenzado, sobre todo, a partir de la instauraciGn del sistema demecratico tras la muerte del general Franco y de la recepcién de la deno- ‘minada historia social, aunque en la década de los cincuenta se produjo Ta més impor- Intreduccién 13 tante ruptura con la historiografia y metodologia tradicional de la mano de Jaime Vicens Vives, que trae a la historiografia un aire fresco de renovacién, sacéndola del sislamiento internacional ala que el régimen franquista la habta sometido en una vuelta a los “valores patrios” de la vieja historiografi, En las diltimas décadas, la profesién de historiador en Espatia ha experimentado ‘una apresurada transici6n desde el viejo modelo (basado en el prestigio académico dl catedrético y del escalafn, en la preeminencia de guardianes como la Academia de la Historia 0 el Consejo Superior de Investigaciones Cientificas y en la autosufi- ciencia del método hist6rico) hasta otro de carécter mis democrético y menos cen- twalizado, més asociativo y menos individualista, més creativo y reflexivo. Esta nue- ‘va sensibilidad hacia los problemas epistemoldgicos se ha manifestado en la creacién de nuevas revistas especializadas y en la publicacién cada vez més frecuente de ar- ticulos y libros sobre historiografia y metodologia La fecha clave de la transici6n e8 la década de los setenta del siglo xx, en la que la profesién recupera, en palabras de Elena Hernandez. Sandoica (1998), la rensién del método, proceso normal y necesario como parte de la modemizaci6n y normal zacién que se precisa como comunidad cientifica, més que como cuestica ideol6gi- 20 politica de os autores, aunque estos factores no sean invisibles ni permanezcan en modo alguno inoperantes. El método se dituj6, por fin, como necesidad ineludi- ble, ¢irfa tomando formas diferentes, como producto natural de un incremento de intercambios entre historiograffasrealizadas en Espatiay de éstas, adems, con las diversas escuelas occidentales. En este proceso ha jugado un papel fundamental Manuel Tufién de Lara (1915-1997), hombre educado en el marxismo y en la pro- Obsenacn dea enensia (mesteayencisa, Goservacion crea innsiva (itervens, tess, tsenacn-patipact). Cuaniteacin: §— — Matneicas. = erties, Cuatro 1.3. Casticacion de tas técnias de investigacién hstérica ‘Aréstepu, 199 Cuaittvas: —~ Odsonacindocamenta: —* Arh. © Frese, + Publcaiones ois = Teos biogas, = Tenis equeligicas ~ Tessas tos: ots cone, Ease ngs — ines * ‘Historica + castor ‘uartatias: —— Tela eincoacin = Estadistica: © Deseriptva, a + Decamei — Andis nual cxzntiicato ~ Tenicas orcas 46 Parte: Teora y préctca de fa investigacion histérce «dad; y los fandticos de la cualidad estén obligados @ medir diariamente aunque s6lo sean sus medios de supervivencia”. El origen de la contraposicién cualitativo/cuantitativo surgié en la filosofia gtie- ga, especialmente en Platén y Arist6teles, Mientras Aristételes defiende una concep- én y una aproximacién de/a la Naturaleza que podemos denominar més pre-cuali- tatvista por lo cue tiene de més sustantvista, sensible y empitica ~en el sentido primero de empireia como trato directo con as cosas-, Platén defiende, a su vez, una aproxi- ‘macién més pre-cuantitativista de In Naturaleza por lo que tiene de mas formalist, jdealista, abstrcta y matematizable. Pero sus concoptos y sus desarrollos estén toda via llenos de aproximaciones rauy intitivas, anal6gicas,sustantivas, visto desde los paradigmas dominantes hoy en dia, , por tanto, son aproximaciones que estén toda- ‘ia inscritas en una perspectiva findamentalmente sustantivista y cuaitativista. Serfa durante la Edad Media cuando unas nuevas condiciones sociales, cultura- les y mentales posibilitaron que el proceso de formalizacién-matematizacién-cuan- tificacin de la Naturaleza conformara el actual paradigma cuantitativo dominante, ungue ya hoy declinante, en las ciencias sociales y naturales. Entre los siglos xi y ‘iV se desarrollan en el Occidente europeo un conjunto de transformaciones econs- ‘micas, sociales, ideol6gices, culturales, etc., que van a crear las condiciones socia- les y culturales para el nacimiento de la Ciencia Moderna y del paradigma cientffi-

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