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xiones y “tn en torno a los discursos sociales MERCEDES CALZADO 3. Entrada «creemos saber exactamente las cosas y qué piensa la gente por la sencilta razon de que no nos preocupa. Pero en cuanto tenemos el deseo de saber (..) entonces vernns un caleidescopiy vertiginoso en que ya no distinguimos nada», palbucea socioldgicamente Marcel Proust (2007, 104-105). Adentrarse enel mundo de la palabra, de las voces, de los signos, coloca al investigador enun camino sinuoso. Definir los obstaculos y las potencialidades del in- tercambio dialégico con el sujeto activo de su investigacién, establecer los limites dela interpretacién, son parte de los desafios que surgen. Aprender, sostiene Gilles Deleuze, es una tarea que se realiza a partir de la relacion del sujeto con los signos: «Aprender es [...] considerar una materia, un objeto, un ser, como siemitieran signos por descifrar, por interpretar. No hay aprendiz que no sea “egiptologo de algo”» (2002, 10). Elpeligro dela escucha es, a la vez, el gran dispositivo de composicién del objeto. Encontrar los signos en las expresiones de los actores, sin apartarse de una pretension totalizadora, objetivadora, es la amenaza que recorre el lento transito de la recoleccion de datos y, luego, del entramado de la escri- tura. Egiptdlogos de vocablos, egiptologos de los documentos. Egiptologos de nuestra propia practica, de sus riesgos y de su horizonte de posibilidad. El fin de estas lineas no es proponer herramientas metodoldgicas para elestudio de las significaciones sociales. El objetivo es reflexionar sobre el proceso de investigacién, el uso de las técnicas en el contexto de la palabra y las amenazas que atraviesan a los analistas de signos. La tarea sé realiza considerando momentos criticos del disefio de una investigacion en torno eee No se procura aqui elaborar ejes metodolégicos acerca de u eepyeuuial gue trabaja con las significaciones sociales. Mas bien ered pene desde la practica de investigacion, en modos de evitar $s s abordajes de los discursos, sus particularidades y las ONE al herramientas mediante las cuales es posible disefar una estrate; Amodo de ejemplo, resuenan en estas lineas algunas Particul reflexion alrededor del anAlisis de los discursos Punitivos. Elarticulo, por lo tanto, repiensa algunas Preocupaciones epistemolégicas y plantea los riesgos de una investigacion centrada en definiciones Propias del sentido comun. Se define un paradigma desde el que es posible partir en los andlisis sobre las significaciones sociales. A la vez, se Teflexiona sobre qué bases adoptar un enfoque metodolégico particular y algunas alarmas que pueden sonar a lo largo del proceso de anilisis de los discursos. Las herramientas que acompafian el disefio de investigaciones, las fuentes utilizadas y modalidades para encarar el relevamiento de informacién no pueden pensarse por fuera de las decisiones y tiesgos que se toman alo largo del proceso. Se vera, entonces, cémo el transito de la investigacién se revela como un camino de aprendizaje sobre la evolucién de definicién del objeto y, especialmente, de conformacién de la figura del perseguidor de signos. Bia de trabajo, aridades dela 2. Discurso y poder Sobre los cimientos del enfoque epistemoldgico se centran las perspectivas tedricas, se levantan los muros metodolégicos y se define la totalidad del bloque de la investigacin. La primera apuesta de toda pesquisa requiere una reflexién sobre este eje. Las técnicas deben apuntalarse a partir de los lineamjentos te6ricos. Es decir, al construir un objeto es preciso replantearse el paradigma epistemolégico desde el que opera la mirada del cientista social para, desde alli, articular los elementos tedricos y las técnicas. En esta linea, los andlisis sobre los significados sociales adquieren algunas caracteristicas particulares que vale la pena recorrer. Cuando el fin central del proceso investigativo procura captar las desigual- dades, el poder, sus causas y resultados, el cientista se posiciona desde un paradigma critico. La teoria critica releva los espacios donde se hacen expli- citas las distribuciones de poder y sus consecuencias. Su desafio, por ende, es desnaturalizar las discursividades sociales. Desde este posicionamiento se articulan abordajes materialistas e interpretativos para desenmascarar los rasgos ideolégicos presentes en los signos epocales (Valles 1997). Todo conjunto de relaciones sociales implica una dimensisn significante, desde la cual se observa el modo en que se construye —en el conflicto, pero Positivamente— el sentido. Esta concepcién no entiende a la comunica- cién como un acto de transmisién lineal y unidireccional de informacion; mas bien, supone una circularidad en los procesos de significacién. Una Posicién que no ignora la asimetria existente en la construccién de los cursos hegemonices, su recepcién y la potencial generacion de discursos discul hegemonicos. Como aaeguran Calsamiglia y Tuson Valls, se trata de Cralaanel interactivo mucho més complejo, que incluye la continua in- wraciot de intenciones expresadas verbal y no verbalmente, de forma directa 0 velada» (1999, 16) 7 Este proceso es producto del cruce y la reformulacién de los diversos sentidos percibidos, donde se mezclan los imaginarios, las culturas, las ideologias’ de cada uno de los actores intervinientes. Como miembros de grupos socioculturales, las voces analizadas se configuran en la compleji- dad de las redes de dominacién y resistencia y, desde su convergencia, se genera un territorio heterogéneo regido por distintas logicas significativas. Este planteo contempla las formaciones sociales desde alianzas, negocia- ciones y conflictos, que contribuyen a la construccién social del sentido. En dichas practicas, los medios masivos de comunicacién constituyen una parte indiscutible de la construccién de lo real, pero nunca implican la unica variable de abordaje. Los textos se analizan considerando que todo conjunto de relaciones sociales implica una dimensi6n significante. El acceso al objeto, siempre oculto, se realiza de manera indirecta por medio de marcas textuales. Para tomar palabras de Eliseo Ver6n: «Solo en el nivel de la discursividad el sentido manifiesta sus determinaciones sociales y los fendmenos sociales develan su dimensién significante» (1997, 126). Los rasgos significantes se recolectan a partir de indicios y se entrecruzan con el fin de Teconstruir el proceso que los originé de la manera mas completa posible. Asi, el cruce y la multiplicidad son centrales para generar una descripcién y un anilisis complejo. En los intercambios discursivos entran en juego relaciones, luchas por apropiarse del poder simbélico (Bourdieu 1993). Por lo tanto, en las inves- tigaciones sobre el sentido no se pretende develar la realidad ni mostrar que los discursos son reflejo de un exterior constitutivo. El discurso es un heterogéneo conjunto de actos lingtifsticos que significan un ambito de la Practica social desde una Perspectiva particular. Esto supone plantear la existencia de una relacién dialéctica entre las practicas discursivas y los 1 Laideologia, siguiendo a Althusser, tiene una existencia material: «Las ideas son actos materiales insertos en practicas materiales, requladas por rituales materiales definidos, 2 Su vez, por el aparato ideolgico material del que proceden las ideas de ese sujeto» (Althusser 1970, 62). Esta definicion se construye a partir de que «en la ideologia, los hombres expresan, en efecto, no su relacién con sus condiciones de existencia sino la manera en que viven su relacién con sus condiciones de existencia» (Althusser 1967, 193-194). Por ello, la ideologia es activa y refuerza 0 modifica las relaciones de los hombres con sus condiciones materiales oY ase ubican (Wodak 2003).L0s discury 18 de pasaje del sentido y no comp, erany de lasluchas que los da por correlaciones de f abandonar la nocién con enlosque ella dos como punt fuera del orden simbdlico ave 7 gene ‘Cada época se encuentra Eras ian Uerza entre jos suetos. Fta afirmacton tr nal y sustancialista)y conn depoder (Lem En ear i ogindividuoscomoun proc eoejo de los actos que atraviesan 2105 ‘OMO UN Proceso real. Sede fe los mecanismos ascendentes presentes en las pequefias pric zaddo desde as yefectivas. Lorelevante es como se ejerce el poder céms reales, Said de las relaciones de fuerza (y en un momento histérico dado) reo de practicas discursivas y ein (Foucault 1970) que constituyen activamente la subjetividad de los individuos a partir de efectog de verdad (que transmiten y teproducen los efectos de poder). Esta perspectiva abandona una nocion aprioristica de sujeto. Es decir, los agentes sociales no preexisten a sus practicas discursivas, Sino que se aes saituyen en ellas, estan atravesados por suactividad permanente en dis. positivos inscritos en lasrelaciones de poder. Bl sujeto no es quien originalos aescursos; antes bien, emerge de ellos. Fl desafio es entonces revelar cémo en un momento histérico determinado surgen los enunciados. «Todos los discursos se desartollarian en el anonimato del murmullo», asume Foucault, por lo cual «no importa quién habla» (1996, 43). En definitiva, el discurso es un campo: de lucha, de interaccién propia de las relaciones de poder, no lo dicho por un individuo —por ejemplo, un periodista— o una institucion —la empresa periodistica—. Si recorremos, por ejemplo, la discursividad punitiva, debemos apuntar que las campaiias de leyy orden no son generadas por individuos 0 agencias sociales (politicas ino que son desarrolladas en un proceso histérico al cual los Ambitos de accion msi Prendidos sont Jotanto. s atraviesan omediaticas), sujetos contribuyen, pero no modelan. 3. Discurso, naturalizacién y sentido comin Toda construccién discursiva se genera a partir de correlaciones de fuerza en las que el signo, en palabras de Voloshinov, se constituye como arena de la a de clases. El signo se encuentra mediado por un conjunto de leyes Economicas y sociales, no directamente determinado por la estructura social, Sino articulado a partir de una refraccién compleja. La interaccién entre ci uberestructura se hace manifiesta en él, situacion que demuestr4 Segiin Voloshinov. ala | telaciones sociales de produccién con la ee son leyes de cGladnibads pees dela realidad objetiva de los signos a }On semidtica determinadas directamente por tov? a os elconjunto de las leyes econémicas ¥ Sociales. 1 superestructura inmediata que surge sobre p, base econg lOBica es un, Este andlisis no significa que la estructura deters, eke i976, m pase, ya que dentro del signo se refracta la Tealidag se slusalmente ta compleja. En el signo ideolégico Se manifiestan los inert Se manera genera un caracter multiacentuado. Desde élse intervie, sentido, ala vez que laclase dominante Procura naturalizar ‘l ‘ yreducitlo aun signo monoacentual. Asi, «la clase dominay cia car al signo ideolégico un caracter eterno Por encima de las clas pretend apagary reducir al interior la lucha de valoraciones eso. se verifica en él, trata de convertirlo en Signo monoacentual» iil soy 1976, 33). En las construcciones discursivas, Por lo tanto, se expresstnnne logia dominante. Ideologia que subraya una verdad de mane ini Fealidad ideoys inte busca adjudj- percepcion legitima, Objetivar un hecho, hacerlo piiblico, revela et poder de determinados grupos sociales en la conformacién del sentido comin, es decir, de significacos que superan el grupo de pertenencia de las voces que lo emiten y generan un consenso enuna Parte importante del grupo social. El resultado de este proceso es la nominalizacién desde la cual se define donde se encuentra el orden y dénde el desorden, Osea, en el sentido comin. se establecen dicotomias, que si las pensamos en términos de los discursos punitivos, se desenvuelven en nominalizaciones tales como seguridad/ Iseguridad, victimas/victimarios. Modos de nombrar lo social que dan Cuenta de la emergencia de un tipo de categorizacién propia de una etapa en la configuracién de sentido. Desde este punto de vista, las relaciones de fuerza simbolicas contribuyen a la permanencia de las nominalizaciones en la totalidad del plano social. En la lucha por la imposicién de una vision legitima del mundo, los agentes demuestran qué forma proporcionan a su oder y qué capital simbdlico poseen ra buscar las corenoointnes, el cientista debe bucear en los textos y as en los cuales se expresan los actores. El perseguidor “ stele ‘os en las circunstancias historicas y sociales des mmitido, Desde esta perspectiva noes posible distan is realidad material del signo, ni apartar al signo de i aaunicacién social, ni separar las formas de comunicacige “one riales. Por lotantoafrontar as discusividades y sus nom i sve adentrarse en la red de relaciones sociales Dara compli so momento histOrico, Se expresa cada uno de los rer pertenecientes al entramado. . Carla ig ology 8s formas qo kia 4. Discurso, critica y comprension Para bajar al anilisis de las ee aa desde €sta dimensign epistemolégicay tedrica, elenfoque al que recurre e co Sociales e] det Anilisis Critico del Discurso. Esta teoria surge como imensién a partir dela década del ochenta con el fin de sonsiderar la articulacion entre el discursy de los medios y la sociedad, y su relacién con las ideologias dominantes ‘di 2004). Pein Meyer, el Andlisis Critico del Discurso €s un enfoque, no un método tinico. Al estar situado en la tradicion de la teoria critica, explicita las relaciones de poder ocultas: «Hace transparentes los aspectos. discursivos de las disparidades y las desigualdades sociales» (Meyer 2003, 58) emergentes del andlisis de los textos. Los textos se conciben como elementos materiales que perduran a las acciones lingiiisticas. El analista Critico, en lugar de con- centrarse solamente en la disciplina, las teorias y paradigmas, se interesa por cuestiones sociales relevantes: «Su trabajo esté mas orientado alos Problemas que alas teorias» (Van Dijk 2000, 49). Esta perspectiva permite adentrarse en una vocacién interdisciplinar capaz de describir el objeto dela investigacion desde una perspectiva heterogénea. Vale la pena, ademas, considerar dos elementos que terminan de delinear el modo Por el cual el investigador de los signos aborda el discurso desde una mirada critica. Por un lado, un enfoque critico asume que los discursos se lean desde la Optica de la comprensién, Una mirada desde la cual lo televante no son las explicaciones sobre lo social, sino las creencias, pens: de los actores, El método. comparativo busca similit cura efectuar interpretaciones queinclu amientos y percepciones udes y diferencias y pro- Glasery Strauss ison yen conceptos teoricos. Esto es lo que olalégicade raiae “enominan, separandose dela Presentacion descriptiva On, grounded theory, es decir, la construccién tedricaa Partir de la relacig : elacién constante con los datos empiticos. EI] cientista comprende, . 10s colores del contexto social en que ellas ~ 236 ~ pistorico. Estos sujetos interacttian desde sttuaciones ¢ nificaciones que resultan en estos escenarios i De alli que Se afirme que las ciencias sociales en la como etechologias de la interpretacions (Schuster 2002) enya ces de lectura de los procesos sociales. Las teorias conto, aaa organizadoras de la informacion recopilada por el anal sa no existe un método capaz de organizar los datos de fale dicho, la recopilacidn de informacién sin una clave de lect una organizacion de datos superficial, incapaz de alcanz de comprension del mundo circundante. Por otro lado, asumir una actitud comprensivista diluye | tension presente en las ciencias entre sistema y accion, Val praisareera tomia entre los hechos sometidos a determinaciones detlciulalesd . al ylas potencialidades de los agentes sociales en la creacién de su Tuna the {pola 2004). Con este enfoque, es posible un didlogo fructifero entre to instancias. Al examinar el objeto de estudio en tanto texto, el investi dot se inclina, por momentos, hacia el punto de vista del sistema, sin ine ello deje de lado la capacidad de los agentes de intervenir en el proceso. De esta forma, el sentido social no es una generaci6n unilineal, sino una construc- cién social de sentido asimétrica, incapaz de dominar a los receptores sin mediaciones practicas. Un objeto complejo como el discurso requiere perspectivas y técnicas que asilo consideren y que sean capaces de resolver la antinomia accion/ sistema. En esta linea, Pierre Bourdieu plantea: «Asi como el subjetivismo clina a reducir las estructuras a las interacciones, el objetivismo tiende unica sig ativas y las ¥en matri lan las directrices social. Sin teoria, ‘a certera. 0, mejor ura se convierte en ar niveles elevados se int a reducir las acciones y las interacciones a la estructura» (1993, 132). Enel analisis de las significaciones, el investigador puede incorporat la reflexion sobre un vinculo dialéctico entre ambas perspectivas yconsiderarla relacion entre las estructuras objetivas y las representaciones. Es decir, las relaciones objetivas y las posiciones que los sujetos ocupan en ellas y las ideas que los agentes producen acerca de tales relaciones. Por lo tanto, el camino de la reflexion sobre los discursos sociales impri- me la necesidad de recuperar un abordaje relacional de las estructuras. Los discursos no se generan por simismos, sino que lo hacen en relacion con los podetes sociales presentes en la lucha por el capital economico, cultural y simbélico, siempre en vinculo directo con la practica de los agentes. A la a lo subjetivo es estructurado por percepciones inscritas en las voces de os actores. Esta nocién de subjetividad rompe con las representaciones primers de los individuos y las articulan con las estructuras en las que ellos se ubican. Discurso objetivismo e interpretacion 5. . xion se impone al analizar discursos. Es la discusién acerca de} 7 an del otra i captar los datos Y las técnicas de interpretacion utilizadas Por e} modo ecal Como llegara la comprension mas cercana del objeto? Cima cientista e evitar el riesg0 que generan las posibles multiples interpretaciones Sobre * to? gcomo acercarse a las teorias y metodologias adecuadas un mismo tex! iE incompatibilidad epistemol6gica de posturas diversas sO win del consenso ortodoxo es posible utilizar definiciones y oe a ofl xibles. El método de andlisis del consenso ortodoxo se basa metodo de analogias organicas, en las que el organismo social se enel predomsnlo ‘librio respecto de su medio. Segiin Giddens y Turner, no cae a cias naturales y ciencias sociales «contribuy6 a fomentar crane de disposicion a observar de forma directa la logica de las cien- ales» 10). ene profundia6 lareflexi6n sobre el problema dela interpre- tacidn,entendida como la cuestion de la atribucién del lenguaje alo real. La critica al representacionismo repiensa las formas de establecer un vinculo no lineal entre observador y objeto, a partir del andlisis de investigaciones con particularidades de las ciencias sociales no igualables a las propias de las ciencias fisicas. Las teorias son mediadoras en la relacién entre lenguaje y realidad, sin ser un elemento de representacion ni de reflejo de los datos sociales. La ruptura hermenéutica, a través del denominado «giro lingiiistico», recupera la cuestion del sentido: el mundo pasa a ser entendido como cons- truccién simbélica. La realidad deja de ser capturable solo desde el aparato perceptivo. En alguna de sus dimensiones, la realidad social comienzaa ser examinada como hablada. En todo andlisis significante es preciso adoptar un enfoque epistemo- légico, en el que el cientifico ya no sea quien piensa la objetividad a partir de las mediciones que realiza con un método propio frente a una realidad exterior. Al contrario, el investigador se encuentra frente a un universo de significacin que lo interpela no desde el exterior, sino como semejante; y una dimensidn que también lo constituye en la superficie semantica por medio del componente linguistico de lo social. Ahora bien, gcomo captar la Palabra en este proceso?, gcdmo evitar las trampas que surcan el transcurso de la escucha? Ante estos peligros, el indicado por Bourdieu: la difcrencial a las ciencias n perseguidor de signos puede seguir el camino objetividad cientifica es alcanzable de un modo ‘aturales, a través de la «duda radical» (2005, 327) definici6n requiere trabajar con parametros de objetividad de lo social. De alse critican y se superan los enfoquesd Propios del espontanea al plantear la necesidad de una doble ruptura e i Sociologia Laprimera, respecto de las prenociones del sentido comin a publeeiea! primera segunda, respecto del subjetivismo—a Sociologia es; ae ence Romper con las prenociones significa abandonar «las opiniones primera, sobre los hechos sociales que se presentan como una coleccién f. feats sistematizada de juicios de uso alternativo» (Bourdieu Chacilareases passeron 2002, 28). Ello se alcanza a través de la critica del len; a ia sentido comin ysu sustitucion por nociones cientificas. O sea, nee la ees eee dihet 7 que en a las explicaciones de tipo ubjetivista: echo social sin objeti seve ino enjhents alii’ po lenis conte deta a + in de evitar el contagio de las nominalizaciones habituales de la realidad social. Con esta herramienta es posible alejarse de conceptualizaciones que tratan habitualmente problematicas de amplia raigambre mediatica, como lo son los discursos de la inseguridad urbana. El investigador que analiza este tipo de significaciones se enfrenta al riesgo de analizarlos a través de las mismas definiciones del sentido comun. Debe, en cambio, reflexionar sobre cada una de las conceptualizaciones con las que construye el objeto para evitar la influencia del lenguaje comin y de las miradas cotidianas respecto de su objeto de estudio. Para producir la ruptura entre el sentido comun y el discurso cientifico, se recurre ala vigilancia epistemoldgica, de modo de «enriquecer y precisar el conocimiento del error y de las condiciones que lo hacen posible y, a veces, inevitable» (Bourdieu 2002, 14). La mirada objetivadora del cientista descan- sa sobre la reflexividad de su practica de investigacion, es decir, «sobre un autoanilisis del socidlogo como productor cultural y una reflexion sobre las condiciones sociohistoricas de posibilidad de una ciencia de la sociedad», sefiala Wacquant (2005, 70). El andlisis de la practica intelectual es un com- ponente necesario para abordar cualquier objeto de estudio, especialmente si aquello que se disecciona es el discurso social. Mediante la doble ruptura, la reflexividad y el proceso de vigilancia epistemoldgica se objetiva tanto al objeto —con lo que se despega de las prenociones del sentido comun— como al sujeto objetivante (el investigador). Por ello, desde esta perspectiva, la mirada sobre nociones como las de orden y seguridad no se ubica en un vacio social; mas bien, se encuentra mediada por relaciones de poder de las que el analista forma parte. La objetivacion solo puede ser completa si se objetiva el punto de vista de la objetivacion, se ila la propia practica. De esta manera, hay que considerar Esta teflexiona y se vig - 239 - Josintereses ydisputas del campo intelectual que pueden co incluso 0s elorden simbslico. La mirada del analisa y sy al mane en forman parte de la disputa por las nominalizaciones reduc. eae ce interventor toma conciencia de que se encuentra ph sraaiputando una realidad desde el momento en que construye ¢| na de estudio. Esta caracteristica de la investigacion enel campo de la feed social posee ciertas especificidades sila relacionamos con las investigag, ia ines sobre significaciones, debido aque el cientista trabaja de forma tire io- pre el sentido. Esta es una de las claves para pensar, emoldgica del andlisis de los discursos en relacién, la io de la teoria social. con Neribuip nes s' con la reflexion so! particularidad epist elcampo mas ampli 6. Discursos y los riesgos de la palabra y de la escucha Cuando trabajamos con discursos, emergen los riesgos de la escucha del cientista, de sus ojos, de su posicionamiento en el contexto. Al analizar textos sociales, la mirada del investigador se ubica en una heterogeneidad, en la que debe explorar sin disiparse. Esta situacion se despliega con mas intensidad cuando el anélisis es realizado, por ejemplo, a través de entre- vistas. Debemos reflexionar sobre las voces de los actores, sus contextos de enunciacién y el escenario desde el que se realiza el andlisis. gCudles son los riesgos de la escucha? {Qué sucede con la interpelacion que estas voces realizan sobre los investigadores? ZEs posible objetivar los enunciados que surgen de las palabras de los actores? Pensemos en estos riesgos (y potencialidades) a través de investigaciones entorno de los discursos de seguridad urbana y dela captura de datos a través de la técnica de las entrevistas. Numerosas son las voces que integran una investigacin en torno de los discursos punitivos. Victimas, funcionarios, periodistas, entre otros. Cada uno, desde su espacio en el campo, revuelve la significacién sobre lo securitario y envuelve en los posicionamientos que adquiere en el momento de la entrevista. «{Qué opinas?, Zy vos, qué pensds?», son algunas de las preguntas comunes que los entrevistadores realizan en estas pesquisas. Aello se suma una dificultad mayor en la escucha de las victimas. La referencia epistemoldgica es mas relevante en el vinculo con estos sujetos. A lo largo de este tipo de investigaciones se realizan entrevistas en la que las pasiones de los actores se hacen carne en cada rengl6n. Pasiones a se transforman, en muchos casos, en argumentos persuasivos Pasiones que, en los intercambios con las victimas, se duplican: no solo intentos de seduccién y conviccién, sino también rabia contra los victimarios, dolor por la desaparicion de sus familiares y llanto a ser. Imposible es que este tipo de voces en la escucha del ctentista social. Los Ojo: su contencién— no dejan de provocar las miradas enrojecidas por el enojo también Pueden escucha; malestar en medio de la entrevista contra los iaiiiels ey ‘a y violentos argumentos de los entrevistados. Pret eee Rael ya se no podra volver doa en de manera especial TO}€Cidos por el llanto—o por desconsuelo al entrevistador. Pero dolor es |, s fi _Eldolor esta base sobre la cual se define la significacién de la seguridad. § victima, o serlo potencialmente, es constituirse e1 aries aeons é Nun actor de los escenarios clo 2 n entrevistas con period: istas, en cambio, los actores de objetvar su trabajo, pero ello no hace de: ae aaa lesaparecer los elementos de sen- 0 comun, las prenociones e el S u ae ' fc 's que emergen de sus palabras. Lo mismo sucede los consultado: : 5 cuand ados son funcionartos estatales. Entonces, como encarar un trabajo Con Una Felacion tan cercana con las prenociones securitarias? [a busqueda de objetividad en los procesos de investigacién va de la mano con la dilicultad de las interpretaciones de lo social. Las ciencias sociales ho estan predominantemente interesadas en la resolucién de problemas; Crean siqniticado y Contribuyen a nuestro autoconocimiento, Pero, {cudl es ycimiento social en relacion con una mirada 4l propio sentido comun del investigador, a Ja posibilidad de objetivar el co Gientifica que pone en tenst pastones del analista? cheutica esyrime que No existe solo una posible inter- vintinitud de ellas. La signiticatividad no es un las proptas La postura her pretacion, pero tampoco uns encional, sino un acontecimiento Linguistico, historic sentido subjetvo, 1 + riesuo de este abordaje es sobreestimar la con un autor ausente El pame f iene 30 Clausurar el lenguajes— y semuouzar el andlists de lo 506 I js alla del texto; disolver toda reflexion en el discurse (ce \isticran otras dimensiones analiticas, Como st NO tuese artis € las practicas) Els os, la brecha abterta a parr del horizonte : 4 ie es libres sobre fenomenos sociales?, st i 4a con elementos odjetivantes? La diferencia Anes Heller, es una herramienta valida ’ a ) La autora denomuna conocimiento puenas razones para : ese llega desde un punto de re estos elementos depende de la co social. O ; s co», elpulco prudencial. Los objetos —notimeno—,, plantea Heller si son construcciones que hacemos con los fenémenos tos que a su vez agrupamos segtin esquemas y categoria proviecs a propia subjetividad del investigador, y que son previos e independiern 2 la aparici6n de los fenémenos. Por su necesidad de alcanzar | elinvestigador da nacimiento a la objetividad cientifica, Desde el momento en que se aborda el discutso como obj como texto que puede ser interpretado y construido, inclus sujetos objetivables, el cientista se enfrenta a un mundo como participante. El peligro es descifrar ese mundo como poblado de actores activos. El riesgo es también pensar que cualquier modo de explicalo serg desde una exterioridad que no lointerpela como miembro de una comunidad, Pero es posible producit una investigacién que tealice un aporte sie leg, a reflexionar sobre un escenario del cual el analista forma parte espacial y temporalmente. El cientista no debe pensar que se encuentra ante una realidad matemética posible de ser explicada recurriendo amétodos légicos El perseguidor de signos debe posicionarse hacia el interior y exterior de lo social con la capacidad critica de juzgar ambos roles. Solo asi podra construir una investigacién que utilice herramientas te6ricas y metodolégi- cas —a su vez, como construcciones lingitisticas— y que pueda generar sus propios limites interpretativos para dar un salto respecto de las definiciones del sentido comin. Buiendo a Kan, dato sensorial” es de a objetividag jeto de estudio, 0 Por los propio Que lo interpela {. rane 7. Discursos y técnicas i leigh SC Las expresiones del sentido comin se reconstruyen a través de las significa- ciones producidas por los actores. Para analizar estas voces, estos textos, el investigador parte desde una premisa: hacer ciencia no es solo interrogarse sobre la eficacia y el rigor de teorias y métodos, sino que «es examinar alas teorias y los métodos en su aplicacién para determinar qué hacen con los objetos y qué objetos hacen» (Bourdieu, Chamboredon y Passeron 2002, 25). Asi, tanto la teoria como la metodologia pueden en muchas pesquisas ania wan. Set yeputen ay ‘Wha ey abe pe ser eclécticas, y es posible recurrir a ellas toda vez que resultan titiles para ati la comprensién de los problemas sociales sometidos a investigaci6n. Sai Al trabajar desde el Andlisis Critico del Discurso, se asume un encua- “Ob dre metodolégico cualitativo. En muchas ocasiones, el material de estas Ri investigaciones debe ser rastreado con una estructuracion que permita flexibilidades. Las primeras observaciones buscan informacién oral 0 es- vi crita a partir de pautas capaces de lograr un acercamiento inicial al objeto. gl fin de estos pasos es captar un elemento clave a analisis: la definicién de las practicas y la situaciéy gneste sentido, cuando reflexionamos en torn jadas con los discursos es preciso incorporar vo andlisis de las estructuras institucionales en qu ello, se requieren técnicas multiples de relevami la hora de interpretar el n generada por el actor. 10 a Significaciones vincu- ces multiples, asi como el ¢ elas se despliegan. Para i iento. Por ejem pueden captarse a través de entrevistas semiestructuradae ey ovine illas deben ser disehadas como pautas para la conversacién —con el fin de ob respuestas a preguntas abiertas comparables entre si— (Vieyt a son herramientas que relevan las voces de los actores y sus sipnife tons que evitan que el investigador asuma una mirada cerrada. El analsta debe permanecer abierto a las definiciones que aparezcan sin que ha sido previstas antes de comenzar el proceso de consulta. aaa El anAlisis de documentos también hace posible incorporar elementos textuales que no surgen tan claramente en las voces de las entrevistas. A través del trabajo con noticias periodisticas, leyes, textos institucionales es posible alcanzar una minuciosa busqueda de regularidades discursivas con el fin de construir matrices de pensamiento en un momento historico dado. La elaboracién conceptual realizada a partir de materiales textuales se efectita no solo de manera intuitiva, sino considerando las lecturas acumuladas, la vision presente en el marco tedrico utiizado y las investigaciones relevadas sobre la tematica. Este trabajo permite, ademas, enriquecer las matrices a medida que se incorpora nuevo material de andlisis y se establecen las relaciones interpretativas. Otra herramienta de recoleccién de datos interesante para pensar en la biisqueda de rasgos discursivos es el trabajo con materiales audiovisuales. Ello implica profundizar el andlisis de las palabras en relaci6n con su mar- co de enunciacién. Se trata de rasgos de la denominada comunicacién no verbal, que pueden rastrearse desde distintas dimensiones. Primero, esta es una técnica que permite analiza las regularidades proxémicas, es decir, las distancias fisicas entre los personajes ¥ las territorialidades desplegadas en los materiales audiovisuales. La territorialidad comunica la interaccion como la identidad construida en los acercamientos y las diferencias. Segundo, hace posible tener en cuenta las diferencias kinésicas, 0 sea, los movimientos corporales que transmiten intensidad, tales como las expresiones faciales, el contacto visual, la postura y el por- te. Tercero, las diferencias hapticas (los elementos que se revelan a traves del tacto) permiten analizat el contacto fisico que prevalece en el texto y ejania ~ social. Cuart como este puede revelar lazos de amistad, Iejania o estatus social. Cuarto, acompanan el lenguaje (el tond, el ritmo, entre los agentes, asi Ct los rasyos paralinguisticos que 243 flexion de las palabras, el volumen, el timbre de la voz) y 1a gestion de nterrupciones, las superposiciones, man al anilisis. Y, quinto, no lai la conversacién (como la duracion, lasi los silencios) también son elementos que su! r hay que dejar de lado los elementos de la comunicacion artifactual, desde Jos que se revisa el intercambio de los mensajes a través de los objetos. {como el maquillaje, el corte de pelo, los tatuajes, etcétera), a través de los cuales se determina la edad, la clase social, los elestilo de vida, entre otros. valores. la personalidad, el género, 8. Salida Estas paginas no buscaron enumerar técnicas de analisis ni describirlas. Son variadas las herramientas desde las cuales trabajar materiales discursivos a partir del andlisis verbal y no verbal de sus componentes. Pero cualquiera sea el método seleccionado, el cientista esta obligado a reflexionar sobre las caracteristicas del andlisis significant, sus riesgos y potencialidades. El perseguidor de signos se vale de las técnicas; ellas son necesarias para captar el mundo que lo rodea. Pero es en el proceso de investigacién cuando se relacionan las teorias con las técnicas y se aprehenden las huellas significantes. En este camino, elanalista que se adentra en el mundo de la palabra a través de su mirada y sus herramientas va poco a poco conociendo los desafios y los limites de su interpretaci6n. Sostiene Bajtin: «Los significados neutros (de diccionario) de las pala- bras de la lengua aseguran su caracter y la intercomprensi6n de todos los que la hablan, pero el uso de las palabras en la comunicaci6n discursiva siempre depende de un contexto particular» (2008, 275). El perseguidor de signos se enfrenta a significados inicialmente imparciales que ubica en un contexto social a través de su mirada, su interpretacin. Pero él mismo es parte de ese escenario que lo moldea y al que él mismo construye mediante su comprensi6n. Sigue Bajtin: Cualquier palabra existe para el hablante en sus tres aspectos: como palabra neutra de la lengua, que no pertenece a nadie; como palabra ajena, llena de ecos de los enunciados de otros [...], y, finalmente, como mi palabra, Porque como yo lauso enuna situacién determinada y con una intencion discursiva determinada, la palabra esta compenetrada en mi expresividad» (2008, 275). Esa expresividad se conecta dialégicamente con otros yen i Wen esa expresi- d surge la voz del analista. ‘cuando existe el deseo de saber, el investigador se enfrentaau copio vertiginoso de imagenes y enunciados ajenos a través de ut ate su escucha. Su palabra oe la interpretacion de su entorno; sola se transforma enun nuevo signo. De alli que el deseo de saber a i voluntad inicial. ¥ en los obstaculos aprende, siempre que veotces i los peligros. Toma riesgos, de hecho, que se transformanen Parte de 7 a pretacion entanto son descifrados. El producto final de toda ieee se encuentra tanto en la pretensién totalizadora, como enla lnetters oa del entorno y, claro, en el reconocimiento de las situaciones ineehteata que emergen a cada paso del andlisis; un horizonte de posibilidad que l analista encontrara en el lazo entre los peligros y la busqueda constante de Ja objetivacion del mundo circundante. Como resultado de su interpretacién del contexto, la expresividad de la palabra del perseguidor de signos se con- vertira en nueva discursividad capaz de construir y reconstruir su entorno. Bibliografia Attnusstk, L. 1970. «ldeologia y aparatos ideolégicos del Estado». En Ideologia, un mapa de la cuestion, §. Zizek, 115-156. Buenos Aires: Fondo de Cultura Economica Bayrin, M. 2008. Fstética de la creacion verbal. Buenos Aires: Siglo XXI1_ Boukpit, P, CHAMBOREDON, Cy PASSEKON, |C. 2002. El oficio del sociélogo. Buenos Aires: Siglo XX1 Bouxit, P1990. «Espacio social y genesis de las “clases"». En Sociologia y -246. Mexico: Gryalbo, cultura, 1993. «Espacio social y poder simbélico». En Cosas dichas, 127-142. Barcelona: Gedisa. Bournieu, Py Wacauanr, L 2005. Una invitaci6n a la sociologia reflexiva, Buenos Aires: Siglo XI CaLsaMIGLia, Hy TUSON Vatis, A. 1999. Las cosas del decir. Barcelona: Ariel. De fora, E, coord 2004. 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