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Comunicación: La Compresión Tiempo-Espacio en El Cine: Una Mirada Estelar
Comunicación: La Compresión Tiempo-Espacio en El Cine: Una Mirada Estelar
Introducción
Hace más de una década que David Harvey escribió su emblemático ensayo “La
Condición de la posmodernidad”. En su capítulo 17 el geógrafo encontraba en el cine el
mejor ejemplo para abordar la temática de la compresión tiempo-espacio. Lo hacía desde
el marco de dos películas, una del género de ciencia ficción y otra más ligada al drama
fantástico. En ese sentido veía en el film americano Blade Runner (Ridley Scott, 1982) y el
alemán Las alas del deseo (Wim Wenders, 1989) respectivamente, una manera de explicar
la dinámica del capitalismo en películas de corte distópico.
“La tradición marxista, por ejemplo, suministró la base a los primeros ensayos para
establecer un estatuto de cine considerado como aparato de la industria cultural de las
clases dominantes. Las contribuciones del húngaro Béla Balázs desde 1924, las de Walter
Benjamin y Sigfried Kracauer – y las menos importantes de León Moussinac- en Francia
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Gubern, Román (1982): “Il film come bene culturale”, Bienal de Venecia.
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caracterizaron al cine como un aparato ideológico controlado por la burguesía y a sus
productos como fenómenos superestructurales” (Gubern: 1982)2.
Desde esta perspectiva el cine y sus posibles narrativos quedan atrapados dentro de
los límites del lenguaje cinematográfico y su gramática. De esa forma reiteran tópicos
ligados a los argumentos universales del cine, por ejemplo los que apelan al amor
romántico para visualizar un futuro o pasado brillante o caótico. Entonces, la única forma
de trascendencia es de forma individual y no colectiva.
Harvey señala que los intentos de cine revolucionario que intentaron reflejar o
reconstruir la vida cotidiana no llegaron a la divulgación-distribución de aquel cine de
narración clásica individual, pese a los esfuerzos de autores por superar su propia forma y
contenido3.
Partimos de ese artículo para observar dos filmes que tiempo después intentaron
superar las propias limitaciones del soporte para abordar el futuro en tanto construcción del
pasado y vivencia del presente. Se trata del filme chileno “Nostalgia de la Luz” (Patricio
Guzmán, 2010) y la ficción europea “Melancolía” (Lars Von Trier, 2011).
Jorge Luis Borges solía impartir conferencias en Buenos Aires en los años ochenta,
rescatamos una ligada a la temática del tiempo. Entre las tantas citas del erudito autor
preocupado por la temática del tiempo y del espacio, nos remite a San Agustín: ¿Qué es el
tiempo? Si no lo preguntan, lo sé. Si me lo preguntan, lo ignoro. El maestro luego nos lleva
a la cuestión de la eternidad. Y subraya que, “lo eterno pertenece a todos nuestros ayeres,
todos los ayeres de todos los seres conscientes. Todo el pasado, ese pasado que no se sabe
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Harvey, D (1997): “La condición de la posmodernidad”. Amorrortu, Buenos Aires.
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Quian Quiroca, Rodrigo.(2018) “Neurociencia ficción”, Editorial Sudamericana, Buenos Aires
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cuando empezó. Y luego, todo el presente. Este momento presente que abarca todas las
ciudades, todos los mundos, el espacio entre los planetas, el porvenir. El porvenir, que no
ha sido creado aún, pero que también existe” (Borges:1998, 86)5.
Nostalgia de la luz
La sinopsis del filme de Nostalgia de la luz, rodado en 2010 por el director chileno
Patricio Guzmán, nos informa que: “Es un film sobre la distancia entre el cielo y la tierra, la
distancia entre la luz y los seres humanos, y las misteriosas idas y vueltas que se crean entre
ellos. A tres mil metros de altura, los astrónomos venidos de todo el mundo se reúnen en el
desierto de Atacama para observar las estrellas en el Norte de Chile. Aquí, la transparencia
del cielo permite ver hasta los confines del universo. Abajo, la sequedad del suelo preserva
los restos humanos intactos para siempre: momias, exploradores, mineros, indígenas y
osamentas de los prisioneros políticos de la dictadura. Mientras los astrónomos buscan la
vida extraterrestre, un grupo de mujeres remueve las piedras: busca a sus familiares6”.
La banda de sonido es diegética. Los músicos chilenos, Miranda y Tobar, nos hacen
sentir sus sensaciones con pausas de silencios y pulsaciones que acompañan cada
fotograma... Luego la cámara nos remite a otro viajero. Se trata de Darwin que estuvo allí
en 1835, mientras tanto, la voz de una nativa explica la belleza de los lugares invadidos por
los conquistadores-usurpadores.
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Borges, Jorge Luis (1988): “Borges Oral”, Alianza Editorial, Buenos Aires.
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https://www.filmaffinity.com/ar/film129257.html
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Es así como se van cruzando las reflexiones del cineasta con los astrónomos,
arqueólogos y los que sobrevivieron a la dictadura que pasaron por el infierno de los
centros de represión y tortura en Chile durante la dictadura.
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http://www.lafuga.cl/nostalgia-de-luz/586
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https://www.patricioguzman.com/es/pelicula/nostalgia-de-la-luz
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mujeres buscadoras, ellas son Victoria y Violeta, sus familiares fueron secuestrados y
desaparecidos, ellas saben que los restos de sus familiares están en el desierto. Sólo recogen
fragmentos óseos de sus familiares durante 28 años y no descansan en su vasta búsqueda.
Hija de padres desaparecidos, Valentina se siente hija de las estrellas. Su luz aporta
el contrapunto y un anticlímax necesario al filme de Guzmán. La joven nos remite a la cita
de Shakespeare, está convencida que estamos hechos del mismo material que los sueños y
las estrellas. Allí halla a sus padres.
Si para un astrónomo el tiempo viene del pasado porque la luz de las estrellas tarda
en llegar a la tierra, para los historiadores, arqueólogos, geólogos, paleontólogos y las
mujeres buscadoras, sucede lo mismo. Presente, pasado y futuro solo se comprenden si lo
vemos en un sentido circular y espiral.
Los personajes ven en el tiempo y espacio personal un sentido universal para com-
pren-der y no ol-vi-dar. Esa separación en silabas refiere a la tesis principal del filme, la
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concepción tiempo y espacio y la memoria es planteada en varias capas que se perfilan
como un solo camino en sentido universal. El autor chileno intenta desentrañar los secretos
y misterios desde la imagen, el sonido, el punto de vista de cada personaje.
Melancolía
Melancolía, película del danés Lars Von Trier del año 2011, está entre las últimas
realizadas por el autor emblemático del Dogma y L´enfant terrible del cine de autor
reciente. Una breve síntesis nos informa que: Mientras un planeta se dirige a chocar con la
Tierra, dos hermanas (Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg) se enfrentan de formas
distintas a los últimos días del mundo.
Como la anterior película nos sumerge en las aguas del océano cósmico.
Prólogo y Preludio
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https://www.patricioguzman.com/es/pelicula/nostalgia-de-la-luz
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suelo. El prólogo nos lleva a observar distintas secuencias discontinuas de indiscutible
belleza plástica.
Mediante la técnica del video-arte, en ocho minutos, las hipnóticas imágenes nos
llevan al centro del drama. Es así como los personajes se suceden en cámara lenta. Justine
corre sobre el parque que evoca 'El año pasado en Marienbad', de Alain Resnais, ahora en
color. Con su vestido de novia desgarrado, la joven, se hunde en un río o lago, citando la
imagen de Ofelia en la obra realizada por el pintor inglés John Everett Millais en 1852. En
este preludio también desde la inesperada y bella propuesta estética vemos a un niño
jugando en los jardines y bosques del palacio durante un claro de luna, en otra secuencia
observamos el parque enorme con sus pinos delimitando los entornos de un gran castillo.
Sobre el final del prólogo se desmorona o desvanece otra obra de arte, es nada menos que
Los cazadores en la nieve de Pieter Brughel. En el invierno representado del siglo dieciséis
los personajes se desdibujan desde su material. ¿Todo lo sólido se desvanece en el aire?.
Es así que cada figura humana, sus animales y árboles y todo el delicado equilibro
del paisaje nevado se diluye en un instante.
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palabras hacia su familia e invitados. En esa síntesis alocada se suman su hermana y esposo
con todo tipo de reproches hacia Justine.
En medio del festejo Justine discute con sus padres y no se siente nada cómoda con
los invitados a la boda. La chica se deprime mientras intuye el fin de los tiempos. Nada
tiene ya sentido; es momento de quitarse las caretas.
La joven decide ir a darse un baño caliente, luego toma a un invitado para hacer el
amor en el parque mientras deja a su marido dormir en el cuarto de boda y se pelea con su
jefe que, le ofrecía un ascenso. Es que Justine sabe que el fin se acerca y no valen ya los
protocolos. Después, sentimos en sus acciones la melancolía que la atraviesa. Sin embargo,
se mantiene firme hasta el final, en un estado casi de perplejidad y extraña emoción.
Claire
Claire quiere viajar a un pueblo cercano con su hijo para que el desenlace de la vida
los acoja en grupo junto a otros seres humanos que compartirán lo irremediable. Justine, en
cambio, no quiere salir del castillo y parque, entonces los consuela. Se la ve tranquila y
sabia. Las imágenes nos revelan que los animales y seres vivos del gran parque que rodea al
cinematográfico castillo comparten el mismo sentimiento. Aunque inquietos y violentos
están sintonía que la protagonista.
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“Hundido en una depresión feroz como las que dice padecer seguido, Lars von Trier
escribió y dirigió una película llamada Melancholia. Inesperadamente, no tiene un gramo de
su provocación habitual ni de su virulencia ni de sus devaneos formales. Con apenas una
novia, una boda, una familia y un planeta desconocido cuya órbita lo dirige hacia la Tierra,
Lars von Trier ha dado un golpe maestro en el que confluyen la ciencia ficción, la
psicología, Visconti, Kubrick y un diagnóstico lírico y descarnado del estado del mundo10”.
A esta introducción debiéramos agregar que el filme plantea una pregunta que
hacemos frente al final: ¿Qué podemos hacer en esas horas de vida consiente que nos
queda? ¿Tiene sentido resistir cuando todo se desmorona? El filme dialoga así con el
espectador y lo interpela.
El cine de Lars von Trier, acostumbrado a navegar en los límites de lo real e irreal,
conoce muy bien el deleite de la ilusión audiovisual. Principal referente del cine
denominado Dogma11, (en la década de los 90 surgió una corriente danesa que intentó
volver al cine iniciático, para quebrar la hegemonía establecida por Hollywood, el Dogma
95) su cine se va articulando entre el signo y referente para insuflar forma a cada película,
nunca vacías de contenidos. En Melancholia esta tensión aparece en su desmesurada
propuesta estética. Sus locaciones exteriores se realizan en el castillo de Tjolöholm, en
Suecia. Mientras que la filmación en interiores proponen una estética barroca, con un
manejo de cámara típico del dogma, en mano, errática, con sonido ambiente, etc.
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https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7528-2011-12-06.html
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https://hipertextual.com/2015/06/dogma-95
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En Melancholia lo sublime se impone el cine en su máxima expresión plástica, la
preciosidad de las imágenes, sorprenden y conmueven, de alguna forma nos sitúan en el
centro del imaginado universo.
Consciente de sus limitaciones Lars von Trier expresa los miedos a realizar un cine
más clásico y alejado de los postulados del dogma. “De reducir a mi película al mínimo
común denominador cinematográfico del cine mainstream, que abusa del romance de los
modos más tediosos? (...) Me siento confundido y culpable. ¿Qué hice? ¿Será este el ‘adiós
a Trier’? Solo me sostiene la esperanza de que en medio de toda esa crema haya un hueso
astillado que logre quebrar algún diente frágil12”.
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https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7528-2011-12-06.html
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inquietante para investigar desde las artes audiovisuales cómo se piensa el futuro en
tiempos recientes. Y cómo se resignifican las nociones de trauma y melancolía, en cada
filme.
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historias. Nada es nuevo bajo el sol pero debemos preguntarnos por el grado de epifanía de
las cintas.
Si Otto Rank, allá por los años veinte, veía en el cine un fenómeno capaz de
dilucidar en breves minutos lo que al analista le llevaba meses o años, proponemos
profundizar el debate sobre la compresión tiempo espacio en el mundo posmoderno,
moderno y pre moderno en el que nos movemos y observar con lupa a los hacedores de
sueños o pesadillas del mutante mundo de la imagen. Allí quizás hallemos una respuesta a
nuestros interrogantes o quizá solo encontremos más preguntas.
El universo remite al caos, el caos al orden; la cuestión está también regida en las
prácticas discursivas. En ese sentido, podemos pensar si dimos con una revelación o con la
rebeldía que cada obra artística anticipa o significa. El debate queda abierto, sin nostalgias
ni melancolías.
Bibliografía
Borges, Jorge Luis (1988): “Borges Oral”, Alianza Editorial, Buenos Aires.
Gubern, Román (1982): “Il film come bene culturale”, Bienal de Venecia., Italia.
Rank, Otto (1997): “El doble” Editorial Edisiones Orion, Buenos Aires.
Scolari, C. (2010): Ecología de los medios. Mapa de un nicho teórico. (Quaderns del CAC)
Barcelona.
Películas
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Paginas Web
https://www.filmaffinity.com/ar/film129257.html
http://www.lafuga.cl/nostalgia-de-luz/586
https://www.patricioguzman.com/es/pelicula/nostalgia-de-la-luz.
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-7528-2011-12-06.html
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