Download as pdf
Download as pdf
You are on page 1of 14
dixie TERESA CALDEIRA ‘boen je. ata noon prevalecé en ls peierias hasta a THELESS: Spco ycomenns a teanaformase oo por infer: Imovimicator sais en lar decasee de i970 e980. ‘cute ete ema en Calle, polien das srs cap 4 prscooRaria Racionais wc’s, Holocausto urbano, Zimbabwe, 1990. Racionais Mc's, Escotha 0 seu caminho, Zimbabwe, 1992. Racionais MC's, Raio X do Brasil, Zimbabwe, 1993. Racionais Mc's, Sobrevivendo no Infermo, Cosa ‘Nostra Fonogratica, 1997. Racionais me's, Nada como um dia depois do ‘tro dia, Cosa Nostra Fonogréfica, 2002. Un espacio pubblico cuestionado Muros, grafiti y pichagoes en Sao Paulo El espacio puiblico de Sao Paulo esti colmado de signos, Muchas de ellos pertenecen a las imagenes de consumo que identifican a toda Gludad capitalist: carteles,letreros, logos y ‘anuncios para todo, desde hierbas y curas mila- ‘grosas hasta la moda mas moderna y exclusiva, {Leer las multiples manifestaciones de desigual- dades sociales que ellos encarnan no es dificil ‘Sin embargo, hay algunas clases de signos que articulan de modos més explicitos la desigual- {dad social y la tensién social en el espacio pabli Co. Mientras que en las itimas décadas el Brasil se democratiz6, se produjo una proliferacién de signos y pricticas que promueven la distan social o impugnan las multiples formas de ‘desigualdad social que configuran a la socie- ddad y su paisaje urbano. Muros, grafitis y 126 1 teees4 emote pichagaes (pintadas) son algunos de los mis importantes. En este ensayo sostengo que, de ‘manera conjunta, éstos constituyen an espacio publico en el que la expresién yla negociacion de diversas formas de desigualdad son practi- cas estructurantes. MUROS: LO PUBLICO como RESIDES ‘Muros y cereas, ubicados en el espacio de la ciudad de Sao Paulo, son intervenciones priva- das que constituyen lo publico como un espacio residual. Estin justificados por el miedo a la delincuencia pero, de hecho, producen mucho ‘mis que seguridad. Representan sistemas de distineién y discriminacion.’ Aunque muros y cereas estan literalmente en todos lados en Sao Paulo, su modelo ideal son los enclaves fortificados. Se trata de espacios pPrivatizados, cerrados y monitoreados, para residencia, consumo, tiempo libre y trabajo, estructurados por el discurso de la seguridad. Pueden ser centros de compras, complejos de oficinas, condominios cerrados y zonas subur~ anas. Dependen de guardias privados y de 117 1 un tsracio pontce cuesrionaBD seguridad de alta tecnologia para proteccién y para hacer valer las précticas excluyentes que garanticen su exclusividad social. Reproducen la desigualdad como un valor y también como un hecho social. Lo que es cerrado y privado es tratado como una forma de distincién, Tal como lo expresa el anuncio para el condominio. cerrado Place des Vosges en Sto Paulo (Morumbi): “La dnica diferencia es que la plaza de Paris es publica. La suya es privada’ Los enclaves fortificados atraen a quienes sienten temor por el modo de vida y la hetero- seneicad social de los barrios urbanos mas antiguos y cligen abandonarlos a los pobres, los ‘marginales, los sin techo. Debido a que son ‘espacios cerrados con acceso controlado de ‘manera privada, incluso si tienen un uso colec- tivo y semipublico, ellos transforman profunda mente el earacter del espacio paiblico. De hecho, crean un espacio que contradice directamente 10s ideales de apertura, heterogencidad, accesibi- lidad e igualdad que ayudaron a organizar tanto el tipo moderno de espacio publico como las democracias modernas. En el nuevo tipo de cspacio publico, las diferencias no pueden pa- sarse por alto, tomarse como itrelevantes, dejar~ se desatendidas. Tampoco pueden ser | AaB 1 TeeesA cueed “disfrazadas para sostener ideologias sobre la igualdad universal o mitos de pacifico pluralis- ‘mo cultural. En este context, la desigualdad es tun valor estructurante, Cercas, rejas y muros son esenciales en la ciudad hoy en dia, no sélo para su seguridad y la ‘segregacion, sino también por razones esteticas ¥ de estatus. Todos los elementos asociados con la seguridad se-vuelven parte de un nuevo e6di- .g0 de expresion de distincién que yo llamo “estética de la seguridad’ Este codigo encapsula elementos de seguridad en un discurso de gusto yllos transforma en simbolos de estatus, En ef Sao Paulo contemporaneo, cercas y rejas se ‘wuelven elementos de decoracién y de expresion de creatividad e invencién, Deben ser sofistica- dos no sélo para proteger del delito alos resi- dentes, sino también para expresar su estatus social y garantizar la diferenciacién. Muros, suspicacia y ostentacion de riqueza generan un paisaje de desigualdad social que puede descri- bitse como ofensivo. Las casas separadas dela ‘clase alta se convierten en fortalezas. Estas desa- parecen detras de fachadas de alta seguridad en las cuales las inieas aberturas en los muros, cubiertas por vidrios a prueba de balas, indican Ja presencia de guardias privados. 319 | uv espacio poRiCe cuESTIONADE Mientras que las élites se refugian en sus nuevas fortalezas, esos espacios se convierten en Ja expresion mas prestigiosa de estatus y distin- ciGn, Inevitablemente, entonces, este nuevo Tenguaje de distincién alcanza otras zonas dela ciudad, incluida la periferia de Sao Paulo donde vive la gente pobre y donde las condiciones ‘materiales de los edificios son obviamente mu ‘cho mis precarias. Sin embargo, como predomi- naa estética de la seguridad, los residentes de ‘casas autoconstruidas en Sio Paulo ahora trans- forman sus fachadas y usan disefios de muros, cexcas y entradas para distinguirse también de En suma, aunque los enclaves segreguen, sepa- ren y ereen distancias, aunque estén construidos ‘como una negacién de lo publico, sus manifesta- ciones son publicas y generan un lenguaje publico yun repertorio comtin que impregna todo el tejido social. Estas manifestaciones y este c6digo compartido permiten la comunicacion entre grupos sociales y organizan el paisaje urbano de determinada manera, En tanto eédigo de distin- ion, reproducen la desigualdad ya jerarquia no sélo entre élite y grupos marginados, sino tam= bbign dentro de los grupos sociales mis diversos, incluidos los pobres. GRARITIS Y PICHAGORS: TRANSGRESIONES (Grafitis y pichagdes marcan la presencia en la csfera piiblica de los que viven en sus periferias. Estas inscripciones publicas han proliferado en toda la ciudad a medida que los muros se alza- ban y ahora pueden encontrarse en todos lados. De hecho, actualmente la pichagao es una de las seftales mas homogéneamente disteibuidas en la ciudad, uniformande los espacios més diversos fen cualquier direccién en que se transite. Artistas dle grafiti y pichadores toman toda la ciudad ‘como sitio de intervencién. Todo tipo de muros, piiblicos y privados, se convierten de manera ‘reciente en lienzos para estos pintores y escrito- res urbanos. Sus usurpaciones marcan la reins- ctipcion de lo publico en la ciudad privatizada. Contra el apartamiento de los enclaves privados yl encarcelamiento y restriccion autoimpues- tos, justificados por el miedo a la delincuencia, el srafiti y la pichagao reclaman las calles, fachadas Y muros como espacios de comunicacién y ‘cuestionamiento en lugar de separacién. La mayor parte de los grafiteros y de los pichadores son hombres jovenes provenientes de zonas periféricas que crecieron en condiciones de extrema pobreza, sin posibilidades de acceso # recursos institucionales, desde una buena educacion hasta un empleo regular. Muchos de ellos son negros. Mediante sus inscripciones en Jos mas diversos espacios de la ciudad, trascien- den sus éreas y condiciones originales, ‘Transgreden, ignoran limites, invaden todo tipo de espacios, los resignifican y se apropian de ellos para marcar la discriminacién que sufren. Constante y repetidamente cambian el espacio ublico en el que a menudo son perseguidos. Sus inscripciones son continuos recordatorios de las desigualdades sociales, Inundan la ciudad, no dejan espacio vacio, y de ese modo impiden que los ciudadanos tengan hacia dénde desviar la mirada. De manera mas radical, se hacen eco dela demostracién delos muros privados y proclaman que cualquier superficie vuelta hacia ‘fuera es publica, Sin embargo, ahora lo puiblico no debe dejarse de lado sino que, por el contra- rio, debe ser apropiado. Asi, desafian los limites de la propiedad privada y las distinciones entre iiblico y privado. Obviamente, muchos inter- pretan estas apropiaciones como vandalismo, delito y prueba del deterioro de un espacio Piblico donde éstos prefieren no vivir mas. Aunque tanto el grafiti como la pichagito son estos de transgresion y tienen rafces similares, constituyen diferentes tipos de intervencion en. eLespacio publico de Ia ciudad. Ambos pueden rastrearse en el estilo de los grafitis hip-hop y pintadas que marcaron Nueva York en los afios 1970 y 1980. Sin embargo, los anslisis sobre ‘grafiti por lo general concuerdan en que el ‘escenario de Sao Paulo es particular. Ademas de elaborar algunos estilos especificos, esta marca- do por una tension entre grafitiy pichagao. Los grafitis son grandes murales pintados muchas veces en superficies pablicas, tales ‘como viaduetos y tineles. El grafiti contempo- raineo de Sao Paulo todavia tiene referencias del grafiti de Nueva York, tales como la escritura estilizada de nombres y el uso de caracteres de los libros de historietas. No obstante, el grafiti de Sao Paulo ha innovado en cuanto a tipo de imagenes y técnicas. Mientras el tema principal del grafiti hip-hop de Nueva York era la escritu- ra de nombres con estilos de letras elaboradas y coloridas, el grafiti de Sao Paulo es mis figura~ tivo. Los artistas erean frecuentemente caracte- res increfbles y composiciones complejas con imagenes que van desde las de aspecto aniaado hhasta escenas elaboradas que muy bien podrian ser descritas como surrealistas, Las composicio- nes se aplican a espacios muy grandes, especial- 323 | uw ESPACIO PORLIGO cutstioN4B9 mente viaductos y pasos subterréneos, pero nunca se encuentran en coches de subterraneos yy autobuses pablicos, Aunque los artistas de Si0 Paulo usan aerosol, este medio es combinado ‘con muchos otros, tales como latex, acrilicos, rodillos, pinceles y plantillas. Por otra parte, el grafiti en Sao Paulo ha desarrollado tina vela- clon amigable con la municipalidad, exacta- mente lo opuesto a lo oeurrido en Nueva York, La administraci6n de la ciudad en S30 Paulo (obre todo durante Ia administracion del Pr) hha patrocinado con frectiencia los grafitis en lugar de reprimirlos y borrarlos, alegando que cellos pueden ayudar a mejorar, embellecer y recuperar espacios publicos. En este contexto, muchos grandes grafitis estén autorizados por Ja ciudad, la que designa y prepara los espacios cen los cuales serdn aplicados, y desvia el trénsito para que los artistas puedan trabajar durante el dia y de manera segura. En ocasiones, cl grafiti tambien ha recibido el patrocinio de institucio- nes privad. El grafiti en Sto Paulo se ha convertido asi en un tipo de arte publico relativamente permitido. alles, viaductos y muros publicos, desde la Avenida Paulista hasta oscuras paredes en las afueras de la ciudad, se han convertido en gale- ublicas en las cuales los artistas por lo general (no siempre) de las zonas pobres exhi- ben su arte y transforman el espacio puiblico. Sin embargo, el sistema que sostiene este arte differe claramente del circuito oficial de galerias priva- das y museos, aunque manteniendo relaciones ambiguas con él Sil grafiti puede ser asimilado dentro del imaginario del arte y la belleza, la pichagdo, en ‘cambio, no puede ser absorbida facilmente y ha permanecido mucho mds transgresiva. La picha~ sao es equivalente al ragging norteamericano, la ‘escritura en espacios publicos generalmente en. negro y sin figuracién. La pichagao de So Paulo tiene su propio y renombrado estilo: una cali- grafia hecha de largas letras verticales que usa eas derechas que se cree fueron inspiradas Por los altos edificios de Sao Paulo. La pichagao coneebida por sus usuarios como una inter- vencién andrquica y un deporte radical urbano. La idea es inscribir los lugares més imposibles, oniendo en riesgo la seguridad y bombeando adrenalina. Los pichadores escalan altos edificios por fuera y sin sogas de seguridad (que los artistas cle grafiti a veces usan, asi como em ~ plean también andamios construidos por sus Patrocinadores). Los pichadores wtilizan aerosol yescriben cabeza abajo, colgando desde lugares imposibles. Pintan todo, desde fabricas abando- nadas y espacios deteriorados hasta todo tipo de edificios y residencias, en el centro y en la peri- feria, Tienen preferencia por las partes més altas de los edificios. Los pichadores no se preocupan por la arquitectura, al contrario de los artistas de grafiti, quienes se restringen a superficies al ‘menos parcialmente preparadas, En este senti- do, los pichadores son como los skaters, que len. Ja arquitectura de modos peculiares en tanto se apropian de ella para sus propios objetivos.* Los ichadores nunca son patrocinados por la ‘Municipalidad. Mas bien, son blanco comen del acoso policial y del desdén generalizado de la poblacion, que piensa que deterioran —y no que ‘mejoran- el espacio publico. Las pichapées estén asociadas con la fealdad y Ia desfiguracién, n0 con el arte y la belleza, Para los pichacdores, en cambio, su intervencién sefiala el cardcter de tuna esfera publica a la cual tienen pocas formas alternativas de pertenecer. La mayor parte de los andlisis sobre grafiti destacan su tensa relacién con el sistema de ‘mercancias, produccién masiva y cultura de consumo que también encuentra numerosas expresiones en el espacio publico, sobre todo a 126 1 renesa cauorien través de los anuncios.* Esta relacién es diferen- te entre grafiti y pichagito, Ambas formas se apropian del imaginario de la cultura de consu- mo y muchas de las précticas de la produccién ‘en masa, aunque frecuentemente para revertir~ las, Estas inscripciones son répidas, repetitivas, distribuidas por todos ladoss son efimeras y en. su mayoria anénimas. Una inscripeién que se realiza hoy en un muro de tna calle publica puede desaparecer mafiana o ser atravesada por otra inscripeién. Esta falta de permanencia es tuna de las principales caracteristicas del grafiti y de la pichagao, sobre todo de esta ultima. La reputacién del autor proviene de la repeticién, dela capacidad de distribuir el mismo signo por toda la ciudad. Una inscripcion aislada no dura ‘mucho: Io que perdura es si presencia colectiva ‘y su produccién repetitiva El graft en Sao Paulo ha sido asimilado, al menos parcialmente, por el universo del arte y del discurso de la belleza. Sin embargo, en tanto arte publico inscrito en los muros publicos, desafia el sistema de valores que articula la pro- duceién de mercanctas en la ciudad: el arte en los ‘muros publicos es una antimercancta. Ademés, ‘come la mayor parte de las inscripciones andni- ‘mas, el grafti va en contra de latcorviente del 327 | uw EsPacia posuico cueztionaoe sistema de produccién de arte estructurado sobre elaura del artista individual. En los ultimos anos, sin embargo, mientras en Sdo Paulo se expandia la escena del grafiti, algunos artistas comenzaron. a ser reconocidos por su nombre —Osgereos son probablemente los mas famosos-, reciben con- tratos especiales de corporaciones tales como Nike, cobran fama internacional y son patrocina- dos por la Municipalidad y algunas ons. Aunque ‘su arte permanece en los muros y de esa manera contintia siendo en parte desmercantilizado, el ‘grafiti también ha comenzado a ajustarse al sistema de valoracion y los diseursos sabre la Delleza. Ast, algunos artistas de grafitilegan a las galerias de arte y, en las paginas de clegantes libros de arte, ya aparecen fotografias del grafiti de Sao Paulo, El grafiti tambien ha llegado a Internet, donde las imagenes de obras en los -muros dela ciudad obtienen una circulacin y una permanencia imposible de ser aleanzada en los muros urbanos. En la red, las obras adquieren otto cardcter mientras su escala, permanencia e insercién publica, cambian. ‘Uno de los rasgos mas distintivos del gratiti estadounidense es la elaboracién del nombre. En Sado Paulo, esta insistencia pertenece espe- clalmente a la pichagao. Las obras en los coches 228 | renesu cauoeina | | uit espace pupuice evesronmano del subterraneo de Nueva York fueron elabora- | clones de nombres. Mas que una afirmacién de In identidad individual, los nombres “grafitea- dos” son marcas. Las pichagdes en Sao Paula tienen un estilo completamente diferente, més | cercano a las pintadas norteamericanas, pero el uso del nombre es similar, Tanto en Nueva York como en las pichagdes de Sao Paulo, los nombres. son seudénimos, marcas, medios que los escti- 10s, como en la propaganda. Son creados y ¢laborados individualmente, pero también intercambiados, compartidos y regalados. Su ogica es opuesta a la logiea del nombre propio asociado con la personalidad, la intimidad y la vida privada, También se oponen a la logica del nombre del artista individual. Lo que estas marcas reclaman es la vida de un grupo, un grupo de gente que no tiene nombre en la esfera pliblica. Ademas, también reclaman macstifa. En la pichacao, como en el grafiti de Nueva ‘York, “ese signo de entrenamiento apropiado, disciplina y control puritano del cuerpo buena escritura— esté elevado a una vertiginosa perfec cién, un triunfo sobre las restricciones de los materiales y superficies."* A través de la picha- $0, los expulsados de las escuclas escriben en toda la ciudad, Con la pichagao y el grafiti, los que han sido mantenidos fuera de los sistemas culturales dominantes dominan la escritura y la pintura (del mismo modo que los raperos do: tores urbanos adoptan para circular. Son rétu | | minan la rima), inventan nuevos estilos 230 1 reaesa catocina ylos imponen en toda la ciudad, esparciendo los signas de su rebelisn, Los grafitis, y especialmente las pichacdes, son la mayorfa ilegibles, Pero la cuestién no es desci- frarlos, porque no portan un mensaje inmediato, especialmente un mensaje politico inmediato. Sus palabras no tienen necesariamente ni conte- nido ni mensaje, Sin embargo, como sostiene Baudrillard, en este vacio reside su fuerza. Su “ntuicién revalucionaria” proviene de la percep- ion de que la ideologia ya no funciona en el plano de los significados politicos, sino en el plano del significante. Grafiti y pichagao son ataques en el plano del significante.* uw Espacio PORLICO Muros, cercas, enclaves fortificados, grafitis y pichagdes configuran una cierta clase de espacio entsa catoeiag 293 1 ah esracio rontGo coesTioNsDe pUblico en el cual los signos de la desigualdad ¥¥ la tension social son inconfundibles, Los gestos de abandono de lo publica en favor de espacios | privados y protegidos coexisten con gestos que s© reapropian transgresivamente de lo publico para inscribir marcas que expresan la desigualdad social. En este contexto, sin embargo las tensio- través de los elementos que constituyen el espacio nie sociales y las desigualdacles no se expresan mismo: muros, certs, eificios, viaductos, y sus negocian en lengusjes politicos convencionales, inscripciones, Todos estos elementos tienen Eluniverso de la relaciones laborales y sus sind dliversassignificaciones en el espacio dela ciudad. catos as como las antiguas referencias de los [Los mutros y cereas protegen y excluyen simultd- partidos politics, derechac izquierda,no sirven reamente, imponen distancia y aticulan un para articular los elementos de esta tensi6n, sistema de distincion. Lo publico que éstos cons- ‘Tampoco pueden hacerlo cl lenguaje de la pobre- tituyen como eepacio residual esrepetidamente za frente ala riqueza o los movimicntos sociales inserito por hombres jvenes de las periferias. de algdn tiempo atrés. Mucho de ello se articula a ‘Sus marcas revelan la maestria en cédigos que no 234 | renesa canouine \ se Gperaba que dominaran: escritura, pintura y, ‘nas importante, los codigos de la sociedad de consumo y de produccién masiva, ineluyendo la produccién de signos. Desde una perspectiva, las inscripefones son vistas como contaminacién, como desfiguracio- nes de un espacio pablico a cuyo deterioro con- tribuyen. Desde otra perspectiva, algunas marcas pueden ser asimiladas y patrocinadas, domestica das de algin modo. La estética desempefia un papel central en esta transformacién. Reformulado como una forma de arte, el grafiti puede ser patrocinado. Ast, mientras la produc- ion cultural (escritura, pintura) se vuelve un ‘medio de protesta, la“estetizacion” se convierte ‘en un medio por el cual los hombres j6venes de las periferias, su pobreza y su revuelta pueden ser asimilados y mantenidos bajo control, Esta asimni- lacién es s6lo relativa el grafities patrocinado, pero permanece en el espacio residual de la calle, 1 devaluado espacio abandonado. En contraste, las pichagoes resisten la estetizacién y permanecen sin asimilacién, feas, contaminantes, incontrola bles. Imponen una exposicién de diferencias que Ja mayor parte de la gente no puede manejar, Muros, cercas, grafitis y pichacdes no son los ‘inicos elementos que constituyen el espacio 135 1 ov Espacio poste cuEstioNKoo publico en el Sao Paulo contemporaneo. Entre muchos otros, hay uno que debo mencionar en cesta conclusi6n: el sistema de anuncios. Los carteles son imagenes que compiten con el grafit y las pichagoes en el espacio de la ciudad. Son un elemento central en la circulacién de mereanefas y signos,y podrian decirse muchas cosas acerca de su estética y su sistema de signi- ficacién que iluminarfan més el anilisis sobre la produccién de grafitis y pichasées. Quiero cen- trarme en uno solo: Ia dindmica de genero que cllos representan conjuntamente con el grafiti y Ins pichagdes. Aunque hay unas pocas mujeres haciendo grafitis en la ciudad, los grafitis y las pichasoes son en su mayoria producciones mas~ ‘culinas, como lo son el rap, el breakdance y el skating. En otras palabras, muchas formas de ‘cultura juvenil contemporanea, y especialmente Jas que suponen un claro signo de transgresién ¢ intervencién en el espacio puiblico, son produc- ciones masculinas. En contraste, las mujeres reinan como imagenes en los carteles a través de las glamurosas apariencias de las modelos. ‘Mientras las mujeres jovenes estan presentes en el espacio publico como cucrpos mercantiliza- dos y sexualizados, los hombres jévenes esti presentes a través de la escritura y la pintura: 136 1 renesa catoeine mientras las mujeres jévenes son el epitome del mundo del consumo dominante, los hombres jévenes lo transgreden, Como resultado, una poderosa forma de impugnacisn termina crean- do de nuevo otra forma de desigualdad,’ En el espacio publico constituide por muros, cercas, rafitisy pichagaes, Ins desigualdades de clase y raciales se imponen y cuestionan simulténea- ‘mente, pero las desigualdades de género sola- ‘mente se reproducen y recrean sin ‘cuestionamiento, y sin expresiones slternativas 0 de transgresion, tlimiedo ale datincuencia, enclaves foripeadosy Siscriminncion soca ease Teese Ff Calle, City ‘mal Crime segregation and etzenahip i $0 Pel Beticey, University of Califor Per, ao (rad co inde de ro, Barelona, Ceion, oer. + Uncjemplo notable esl proyecto“Sio Poul capital de {rfl patrocinue por Is aciedad formad po a Fundacion Bank Boston, Cidade cs Aprendis Pincuras Swinil ya cudad de Sao Paulo (através de la \Coordenadora Bipecal da vente) en a003 2004. eb marco de este proyecto ve pntaton incnenta yu geile ‘ure dstbuidos por ua le chudadyselectonaos pot 237 | in esracio pontco cutsrionave trent y wns sbadministraciones de a sudad 13 Weate tin Bowden, Stateboering Space and the cy ‘Arcitrure andthe bod, Ono. Berg, 00) 4 Considero que slgunce da as interpectaciones ras Interesantes sobre pratt von ls de Susan Stewarts Cet ‘wer el: rate erie and are en John Fekete Cea), Life ater poromaderniim, Easy valu and ere Naya York, Se Mardi Pres 1987, pp 2680; Jean Baudrillard, "Koo lle ou a nssurseiao pelos signos en Revises Cinema Cine Otho, No af 573. 5 Stewart, “Ceci suerte graft as crme and art 274 ‘eave Baudrillard, "Kool kes ou a insaurveigao peloe 7 a desigualda de género es tambien una cacti explicit ‘eel rap, donde la eras constantementedesprecian aie

You might also like