Estudios Latinoamericanos
DIRECCION
Walther L. Bernecker
Sabine Friedrich
Glan Luca Gardini
Sike Jansen
‘Andrea Pagni
Conse cieNTiFiCo
‘Anke Birkenmaier (Indiana University, Bloomington)
Sean Burges (Australian National University)
‘Ana Casas (Universidad de Alce
College, Auckland)
José del Valle (City University of New York, CUNY)
Vol. 55
José Manuel Gonzalez Alvarez (ed.)
La impronta autoficcional.
(Re)fracciones del yo
en la narrativa argentina contempordnea
IsEROAMERICANA - VERVUERT - 2018Giros del yo.
Los objetos de la infancia
en Aparecida de Marta Dillon
y Pequetios combatientes de Raquel Robles
Anna Forné,
Goteborg: Universitet
Con el agocamiento de las posibilidades del decir del género testimonial, que
en su formato canénico cancela las griecas y dislocaciones propias de la memo:
generacién de los hijos de los detenidos-desapa
3 en el marco de las “performances del ADN” exploradas por Diana
Taylor, reclama la reaparicién de los desaparecidos por medio de la recuper
ransformacién de diferentes ma
ica filiatorias” al referirse ala autonomia discursiva que otorga la co
familiar de un desaparecido. Sostiene Daona que los lazos
[n] para hablar del tema con solemnidad o irreverencia,
ignificar o recodificar la figura del desaparecido queriendo saber no solo dénde
sino también quiénes fueron realmente sus padzes. En esta indagacién
sgenealégica asoma la “subjetividad afectada” (Daona 2015: 171) del yo narrador
y de este modo se pone en prictica la bisqueda heusfstica que Laurent Jenny
(2003) ha sefialado como caracteristica de algunas autoficciones. Refiriéndose a118 Anna Fomé
que en esta suerte de
lad” para poner al dia
W ow le souvenir d'enfance de Georges Perec, Jenny sos
‘oma el peso de la real
obiographique s égare dans les suppurations imaginaires et
de Venfance, c'est la ction qui prend un
2 jour la vérité ensevee de ce que le petit Perec
Erimol6gicament
fein) y significa t
bien en su acepeién con-
igacin, o bien aa busqueda
8 del pasado, como hacia
cen el proceso de inventarse un
ia desencadena la invencién del
yo de esta subjetividad afectada por la ausencia y la desaparicién,
En este trabajo se propone una lectura de Pequetos combatienes (2013) de Raquel
Robles y Aparecida (2015) de Marta Dillon, que pretende pensar cémo en estos dos
relatos una seie de objetos evocan las memoria trauméticas de la infancia’, El estudio
aborda cémo en el proceso ificacién dela figura del desaparecido
seartcula la “subjeividad afeceada’en el encuentro con diferentes objetos de memoria,
‘objetos en el proceso de crear 5
de
3.0 utilizamos los objetos con el
ras ansiedades y moldear nuestas fantasas.
dos, o, parafraseando a
al organizar nue
cobjecos y cosas, reminis-
de Shklovski y en particular el concepto de ostranenie 0
tamiento, Brown plantea qu los objetos se revelan como cosas cuando hay un
a relacin entre sujeto y objeto, a parti del cual el objeto deja de cumpl
iana, Para Brown, la pregunta que hay que plantearse no es tanto silas
especificos el estado afectivo
cambi
ino qué hacen y cémo organizan en cont
posdicratoriales ya han sido abordadas en, por ejemplo, Blejmar (201
); Ros (201:
Giros del yo. Los objetos dela infancia en Aparecaay Pequertos combatientes 119
tunspecfable. Things lie
outside the grid of museal
iacorios auoficcionaes, el sujeto que se recrea narrativamence se
iempos. Sibi Jato a
n dos tiempos —el dela vivenca y el de la esc
‘sta see de eextos, la desintegracin temporal eel «je mismo del rato en el sentido de
‘que contamina también la relacién entre la realidad y la imaginacion hacia una construc-
im narrativa que explora lo que Salman Rushdie (1991) ha lado lo “imaginariams
verdadero” del relao del yo fragmentado y agujereado Por un lado, eté el nif que no
puede entender lo que vive y, por , dulto que, apare de sus memorias
personales, dispone de informacién documental y de una-yerign emblemética de la his-
‘oria, pero cuya memoria personal se encuentra todavia incompleta La necsidad de crear
una ‘iceidn sobre s mi entre lo fctual ylo
ina voluntad de saber y de conocerse hacia
‘bran por separado en esta reconstruccién
la dl familiar desaparecido, Resalea Eva Mariana Perez
code la exposici nados. Temporali-
dades de la infanci’, en la que Ana Adjiman, Lucila Quieto y Maria Giuffa exhiben una
ede obras en las que exploran las
imaginaro, crece por lot
ats y hacia delan
deuna
a mano que recorta y pega, que por la ejecucién no
la mirada sobre los objetos, dstanciada, exraiada
{que nos sugiere lade un nifio que no entiende lo que ve. O lo que copia, porque
la precisin con la que se
que nos ocupan aqui
en las que se desc420 Anna Foe
1. Aparecida, de Marta Dillon
En Aparecda, de Marta Dillon, el lector se encuentra con un exceso abrumador de
‘materalidad, expuesto por medio de un lenguaje poético que se distancia de la vor y
perspectva infantile. Se trata, por lo tanto, de una novela que podria describirse con
Jas palabras de la propia autora como “poesfa material” (2015: 49). Es
decalles materiales ¢ informaciones documentales acerca el relato de
de textos testimoniales sobre la dictadura, ai como a las pesquisas e informes de los
antropélogos forenses tan presentes en esta novela. Adverte Dillon sobre su bisqued
Buscar es una palabra pliaguda cuando se trata de desaparcidos, porque a decir
verdad no esti claro que los busquemos a ellos, ela en mi caso, Lo que se busca
es un material residual, el sedimenco desu vida antsy despus de converse en
esa enclequia que noes, que no est, que no existe (ibid 19-20)
En exe sentido, el cexto de Dillon se resiste a abandonar las certezas de las pruebas
_materiales, al mismo tiempo que dibuja el ambiguo gestoautofccional propio dela sub-
jetividad afectada del segunda generacién. En lo que sigue se abordar en primer lugar
‘oimo se reciclan los residuos materiales coneretos en la bisqueda heuristica narrativi-
zada en esta novela. En segundo lugar, se miraré amo la narradora recupera las memo-
rias de la infancia por medio de una écfrasis, es decir, la verbalizacin de una imagen.
El elo de Marta | marco de la estética fiiatoria no solo
por ser la narracién de
yn puede ecuperary entrrar sus huesos, se arma por medio de una
la ausenca” que expande narrativamente los fotomontajes de Lucila
dos como tal, en los que figura Marta Dillon en unos colla-
gesal lado de su ‘madre deapareida, En pate cet texto queserecseribe slnvena
cen Aparecida pot medio de una estérica similar de reciclaje intermedial:
‘Marea Taboada era abogada y malitance politica, Fue secuestrada en su casa de la
localidad de Moreno, junto a varios compasieros de su agrupacién, en presencia
de sus hijos. Continia desaparecida. Marta, su hija, es periodisa y escrtora
6Giros cet yo. Los objetos dela Infancia en Azarecida y Pequenios combatientes. 421
En la novela, la conjuncién de las imagenes personales del pasado y del presente
sc complementa con un rastreo de los archivos del Equipo Argentino de Antropologta
Fotense (EAAF) y una reconstitucidn geogrifico-tetimonial del lugar de desaparicién
de Marta Angélica Taboada, que incluye visitas alos sitios documentados donde se
recogen testimonios de los vecinos del bartio. Concluye la narradora
‘enti la euforia anegéndome la garganca, como si hubiera ganado algo, descu-
bierto algo, vencido al tiempo, 2 mi propia incredulidad. Y habia
ado en Aparecida, Estando en las oficinas del EAR,
pregunta si se puede ver la ropa que se habia rescatado de
ia, con Ia idea de que los
1a ropa hablar, la que te
las manos sobre ellas y entre ellas y emper6 nuestra tarea de
A ucinta y cinco afios de la desaparicién, se vuelve posible ver
y tocar las pertenencias de su madre, algo que le fue negado cuando de adolescente
éencontré tna bolsa con ropa en un placar en casa de sus abuclos. Hurgando entre
los pedazos de rela llenos de polvo, intentando reconstruit la ropa de su madre, la
protagonista-natradora se da cuenta de las lagunas de su propia memoria, que a pesar
dela lista detallada de la ropa de su madre que repite una y otra ver, no puede recor-
dar qu
snia puesto la madre el dia que cayé presa. Si bien en un primer momento
‘sta carencia provoca una duda con respecto a su entereza y compromiso testimonial
‘cémo iban a confiar mis her-
—'me parecia que filtaba a mi deber como te
manos en todo lo que si reniaen la memo:
no hi
(119)—, este vacfo en el mapa exacto del cestimonio
los afectas en el momento de reco
estaba atada
ue no tenfa que ver con la memoria...
certeza aunque ya habia aprendido algo de su peso expeciico, algo
0). Es una pollera azul, encontrada en122 anna Fone
Ja bolsa de ropa en el laboratorio del EAR, y descrta por una sobreviviente como
Ja que Marta Taboada tenia puesta en el cautiverio, que llega a consti
los huesos exhumados, la evidencia principal en el proceso de reconstruccién de la
figura dela madre, Por medio de un juego de imagenes palimpsésticss, propio de las
cstéticas fil se reconstruyen los estratos materiales de la memoria, desde las
fotos y anotaciones de la primera exhumacién de 1984 (116) ala revision presente
de la ropa, completada con el testimonio de Cristina Comandé (128), hasta la foto
que saca la narradora-protagonista de la prenda —“Me subi a una sila para sacarle
una foto cenital, para que no se me escapara ningtin detalle” (123)—. De este modo,
a natratvizada en Apareida se sostiene principalmente en los
cconeretos del pasado y explora en menor medida las posi
ahora con las foros que tenia en el celular”
Las eserategias narrativas empleadas en Aparecida con el fin de narrativizar las
:memorias de la infancia son complejas y variadas. En las primeras péginas de Apa-
recida, la narradora advierte que su memoria es esencialmente audiovisual, una pro-
recurso narrativo en el relaco. En la representaciOn narratva del
trabajo heuristicollevado a cabo por la aurora-narradora-protagonista, que comprende
varios niveles espacio-temporales ¢ incluye diversos materiales concretos, destacan las
descripciones textuales que producen una visualizacién del objeto representado. En
algunas de esas secuencias, a narradora se contemplaas misma, lo cual produce una
dluplicacién del yo autorial, escindido entre el momento de la evocacién y el pasado
evocado. Un ejemplo de esta suerte de desdoblamiento, producido por medio de la
verbalizacién de tna representacin visual —una écfrasis literaria— es la narativiza-
cién de una pelicula Siper-8, rescatada del archivo fa
La visualizacin de la Stiper-8 en Aparecda no es solamente verbal, dado que la
foto de la rapa es una instantinea de la cinta narrativizada en la novela, que adems
paratextualiza en mindsculas en la solapa final como procedente del archivo familiar,
piedad que
2 Véase Fomné (2015).
» En el campo de los estdios intermediales, desde hace unos veinteafios prolferan las teo-
rari, Sefiala Lindhé (2013: 7) que s bien todavia a mayorta
dos ebricos enfatizan el referent (el objeto percibido)exsten cada ver mis definiciones que
hacen hincapié en los efectos de la descripcién que hacen que el piblico pueda visualizar, eso
«5 imaginar al objeto desrito tal como s estuvera present, acereando as la conceprulizacn
‘ala idea de onergeia, poopia de la setéeica clisica.
rieaciones en torno ala of
‘ros de yo. Los objetos dea Infancia en Aparectay Pequerios combatientes. 128
Jo que paral lector atencoy competent inicialmente da pie a una lectua referencia
‘ temporal de la inseancia narratva,eexeualmente
insalada por medio de la deseripcién de la pelicula, seguidamente conlleva un des-
plazamiento de esta misma referencalidad. La funcién de la écfass es mate
abstracto y volver sensorialmente presente al objeto descrito para asi despertar los sen
timientos y la imaginacién del lector, que de esta manera se convierte en espectador.
De este modo se crea la sensacién de una presencia doble, la del objeto en el mundo
del espectador y la del espectador en el mundo del objeto (Agrell 2016: 114). En Apa-
recida esa verbalzacin de la representacién visual retrotrae al yo espectador-narrador
a la infancia en forma de una autocontemplacién que momenténeamente cancela la
distancia espacio-temporal entre ef momento de la exposicién y el de la filmacién. Es
royeccién narrativizada del proceso de percepcién de una escena cotidiana
4 pesar dela insistencia de la narradora en recuperarlo y enmarearlo en el eat:
‘Concave la respiracién, ful capaz de escuchar el viento que no se escuchaba de nin-
‘guna manera, van a acecarse, mam se ret el pelo de a cara pero todavia est muy
[ejos para vera, ef horizonte azul, las sombrilas de colores, otros chicos correteando
centre ells, At estaba, ntila y en movimiento aunque a la distancia, rogué que se
sostuviera la imagen, que se acercara, que llegara al primer plano pero no, siguen de
largo o caminan en ctculo, no sé es papa el que se adelanca, extiende su mano, el
horizonte se inviertey uta mancha rosada lo cubrerodo. Come (ibid: 171)
“ Segiin Alberca ete debe se un lector que “se delece en el juego intelectual de posiciones
cambiantesy ambivalentes y que soporte ese doble juego de propuestas contaras sn exigiruna
solucién total” (1996: 16).124 anna Ferme
La frustraci6n que provoca la imposibilidad de evocar el cuerpo de la madre —‘mit
jén porque no vi su cara, porque no me miraba, porque no vefa lo que queria
‘misma ilegibilidad es la que rompe Ia ilusin de presencia e inmediatez.
En Aparecida el pacto ambiguo propio de la autoficién no solamente se genera
por medio de un desplazamiento desde Jo referencial al terreno de la literatiedad,
woluera una exploracién intermedial. Estas estrategias narrativas
incitadas por la busqueda heuristica y textualmente evidenciadas,
invitan al lector a realizar una indagacin paralela para asi dar el paso junto con la
autora-narradora-protagonista del émbito seferencial al medi oy lo “imagi-
nariamente verdadero”. La inserci6n intermedia de evidencia material alo largo de la
roria que en otto lugar denomina-
rersibilidad’, sefialando la potencia-
ene
lidad creativa de la repeticisn y del arte del ‘como s
IL. Pequerios combatientes, de Raquel Robles
Lanarradora-protagonista de Pequeios combatientes nunca revela su nombre, dela
‘misma manera que tampoco nombra ditectamente el acontecimiento que marca un
pasar, es des
Al igual que la autora de la novela —Raquel Robles— I
cde Pequetos combaientes es hija de desaparecidos. Mis alld de
de Robles, que con facilidad condicionan una
un contrato de lectura ambiguo cuando en
centre el tiempo de la narracién y el tiempo de lo narrado y cémo esta determina las
rmodalidades dela escricura del yo. En esta dedicatoria a voz narrativa se facciona no
solo entre dos temporalidades, sino que evoca también un tercer momento, cuando
al yo narrativo puede escuchar su propia voz del pasado en el presente, cuando un
compafieo le le en vor alta el relato en el que se reinventa,
Indudablemente, la novela plasma a partir de la mirada y el lenguaje i
tun cuadro sugerente de una nia huérfana que erea su propio frente de resistencia en
casa de sus tios, donde vive junto con su hermano menor tras la desaparicién de sus
padres, El titulo dela novela alude precisamente a la necesidad que siente la nia de
6iros det yo, Los objetos dela infancia en Aparecida y Pequenos combatientes 125
continuat la lucha revolucionaria a pesar de la ausencia de sus padres, y se representa
deralladamente amo emula los obdigos lingiisticos y de conducta de los militantes
de izquierda de la época. En este sentido la novela invita, casi de manera tramy
a una lectura que depende del referente, en la linea de los testimonios de la mi
cia, en los que la verficacién de los dat
el proceso de lectura. No obsta
en esta obra también se produce una reinvencién del yo, que se manifiesta
serie de escenas en las que la percepcién dislocada de los objetos cot
¢ interrumpe el estado de normalidad que is
ie se examina una de estas escenas
ruccién dela memoria, sea esta testimonial o auroficcional. C
narradora-protagonista acerca del destino de sus padres comunicado por los familiares
Y la verdad parecié ser esa: nada de balas, nada de baricadas, nada de granadas
ni de armas largis. Mis padres, los combatients, convertidos en dos vecinos, an
‘matrimonio, un hombre y una mujer, encapuchados, subids a los empujones
«aun Falcon verde oliva. Me costé mucho reponerme de esa imagen. Noches de
Hasta que entendi: era
dejaron de romperme
‘Cuando la versin sobre los hechos transmitida por los familiares (un matrimonio
«ncapuchado y secuestrado en un Ford Faloin verde) no corresponde a a visién heroica
que la nartadora tiene del destino de sus padres (bals, armas latgas, baricadas y grana-
das), roma la decisién de desempefiar un papel, o sea, inventarse un personaje con e fin
de poder dedicarse a des de la organizacién. Este personaje que crea
ca explica que “Una vez que te past Lo Peor, no puedes andar
id. 66), @pesar de eso son los pormenores materiales de todos
Jos dias los que captan su atencién, desde los libros y las flores y plantas de la casa de
los tos hasta ls colores y estampados de los objetos (por ejemplo: “En el ropero de la
pieza pintada de celeste enconeré var id: 57). Em la mayorta de los casos,
«sts objetos no alteran la percep que Forman parte tanto de la notmalidad
conscuida dela eotidianidad como de la estrategia de combate
A pesar dela estrategia de disimulo y resistencia de la protagonista-narradora, hay
‘objetos que la perturban con su presencia insstentey a obligan a encontrarse consigo
smisma. Un momento epifinico dela novela se produce cuando en un cumpleafos de
repente un globo violeta hace que la protagonista-narradora picrda su auocontr:126 anna ome
De repente frente a mi aparecié una nena que sostenia un globo violet, pero
1 era un globo comin de campleaiios sino uno de esos que se van hacia arriba.
Fue como si me hubera tirado de un empujén hacia el centro de mi recuerdo
0 frente al espejo todo exo
70-71),
como prescribe el protocolo testimonial, equi el objeto disrumpe, trasladando el peso
de la realidad a otra dimensién. En este caso, el globo violeta puede pensarse como
que en este relato no son los objetos asociados a la resistencia que
disparan los procesos de memoria, sino que es el objeto frivoloe intrascendente de un
los zaneos y los malabaristas estaban mal porque ese dia en
que cclebrar a los Trabajadores porque era el Primero de Mayo”
épica militance no perdona la frvolidad, En esta escena, pos
tanto, se produce uno de esos momentos cuando el objeto se converte en cosa para
(eons xjeto humano por medio del afectoy las emociones porque, al decir
‘no funcionan como soporte de una verdad objetiva, sino que son los objetos que hacen
que el sujeto pueda iniciar la bisqueda heuristica propia del relato autofccional de la
segunda generacién, si bien en este caso concreto el giro subjetivo es involuntatio.
Las obras brevemente analizadas en este articulo pertenecen a la serie narrativa
idad afectada” del narrador-protagonista en el encuentro
con diferentes objetos de memoria. En las dos obras analizadas, el pacto ambiguo
de la auroficcién se produce como efecto de la narrativizacién de la indagacién heu-
ristca realizada por las narradoras-protagonistas con el fin de reconfigurar la figura
de sus padres desaparecidos y con ella la propia subjetividad. A pesar de un fuerte
anclaje material, vexualizado por medio de las abundantes descripciones detalladas
‘tros de! yo. Los objetos dela nfancia en Avarecday Pequetos combatientes. 127
de lugates, personas y obj
guracién del pasado cal cul fue segiin
Esta puesta en escena de la “co
tacién, En este sentido se inves al leetor a realizar una indagacin paralela, y
reside el activismo estético de esta
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Variaciones de la auto(r)ficcién en la narrativa argentina
SaBINE ScHLICKERS
Universitit Bremen
y lo fiecional. Des
presentaré
con Anna Caballé (2017:
Laclave deestas nuevas variantes auo(+)
y con la aucotextualidad,
sica se mod
relaro de fccién". La aucoficin resale la fcionalidad, por lo que tiene siempre una
ico rasgo pertinente que
textos no ficionales es el desdoblamiento de la stuacién de
2012b), por lo que no hay identidad entre auto imp
gue textos fccionales de
Este aforismo se cicaen la novela expvinu de mis padres sguesubiendo en lt lia de
Patricio Pron (2011: 198).