Azua 2011 Dicc Artes 318-321 PDF

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Zama, 318 Una ver se ha tirado el televisor, regresan olores perdidos y personas desaparecidas. Tras una primera etapa de desintoxica francamente severa, se sorprende uno en compaiia de otros. Al lado. enfieate. © encima 0 debajo. En coro 0 todos juntos y revueltos. Se puede jugar al parchis, "T4,lector mio, has preferido leer estas piginas. Has hecho bien, permiteme que te lo diga 'Y ahora, adids. Hemos pasado un rato conversando. Yo hablaba y ti me discutias. Ambos imaginabamos. Entre los dos hemos pintado grandes tcl cuchado mtisica, hemos leido poemas, hemos viajado a ha Jerusalén Celeste, hemios visto el color de la orina de los condenados a mucr- te. Ni ti ni yo sabemas por qué nos hemos dedicado a una actividad tan improductiva, Una fiera nos espera acurrucada en el final de nuestro iempo y nada podemios hacer para que sts fauces dejen de ser tenebrosas. ero mientres hablabamos la fiera ha tenido que esperar. La he mos distraido © despistade, Ahora, por favor, no te calles. No te duermas. Sigue hablando ti Y¥ que pueda yo oirte y disputar contigor y sino puedes hablar, dibi Jjame algo que yo sea capaz de entender. O canta, 0 haz algo, ahora ‘que me ha llegado la hora de callar abstractas, hemos ex ‘Que haya justicia en este mundo, ya que en el otro, ots son his ‘medidas, otros son los jueces, Felix £ Derole, Apéndice para intelectuales Lo acuciante no es justificar o argumentar la muerte del Arte ni deseparicin o nulo interés cévico en la actuaidlad, sino mis bien todo Jo contrario, Lo que en todo caso deberia demostrarse constantemen- te, si fixera posible es la supervivencia y permmanencia del Arte,su valor pars sociedades y fragmentos sociales, 0 como sentido de nuestra ac~ tualidad. Que el Arte haya sido y sea un espejismo, un ornamento, una trivialidad, es lo razonable desde Platén. Que no lo haya sido ni lo sea es aquello que en codo momento debe demostrase.' ‘Tampoco es necesario que exe universal, el Arte (si lo hubien), actie como signo de la totalidad, a la manera de aguel fenémeno general que hoy llamamos «roménicor cuando era huella sensible de Ja exiimene cristiana de Occidente. Bastaria con que los productos del Arte fueran significativos (0 necesarios) para algunos segmentos de ht poblacién y que hicieran resonar voces capaces de alcanzar a unos cuantos mis, todos ellos interesados por el proyecto contenido esas obrasy su fterza fructificador sancione el fituro2 Pero si tan slo interesa a un eireulo de profesio- con independencia de lo que nales, como ha sido el caso en las sucesivas academias (los productos 1, Tabi, claw est, pede relucine el Arte # un discret asuato de plcer 4 dele on el gn ln y Cada tna do Tea prodiacclones a eaedal de Charen, el toeo, una dea eslva-— se igualan.y el sArte se dsuele en noche univers Ae ls stants sensnaes, tanec To libten de Garcia Calo, no 6+ an ente Abfnpick pana INTELECTUALIS 320 que comentan el dogma autorizado),entonces no cabe deducir nin- gin valor generalieable, sino tan s6lo un respeto religioso, fruto del temor la ignorancia. La existencia de las iglesias no son una prueba de la existencia de Dios. ‘Asi que convendria hablar de la nocion misma de Arte y com= probar si exe término dirige su fecha al mismo lugar adonde mira ‘mos cuando ofmos a palabra earter, a saber, a un constructo teérico del romanticismo que establece como universal una préctica pro- ductiva capaz de expresarsignificados sin concepto (no expresables con ventaja por ningiin otre medio) gracias a unos artefactos fnti mamente coherentes. Asi naci6 y se propuso la nocién de Arte (en~ teramente distinta y aun optesti a la de elas artess) como forma sensible de! Espiritu, desde In Revolucién francess hasta el final de tas vanguardias, De modo que el primer paso a dar serfa aceptar (0 n0) h super- vvivencia del llamado Arte en su sentido trascendental, como una necesidad que presupone un sensus commuuis, y si exe aspecto visible, audible y tangible de lo real y verdadero sigue siendo un objeto compartido; dando por supuesto que esa zctividad ha de formar un continuo desde las cuevis de Altamira hasta el cine de los hermanos, Kaurismiki.Y que no hay dspersi6n, ni caos,ni azar en ese colosal conjunto de productos, sino que todos ellos obedecen al unis tuna sola y tinica Razén.Y no sd ha de responder de las ares visu sica dela poesia y de los nuevos roportes aque vayan haciendo aparicién. les, sino también de | O bien todas esas actividades (desde la Prebistoria) forman «wn Conjunto de parecidos semAncicos y comparten un inmediato aire le familia que permite agruparks segin nz6n,o bien no son naila sobre Jo que pueda hablar razonablemente y sélo cabe ls deseripeidn y el catilogo de acontecimientos dispersos, sin proceder luego 2 ninysia interpretacion ni mucho menos a una valoracién generalizatle Si rechazamos ha posbilidad de un Arte entendiclo como activi dad consutstancial a la condici6n de los mortales,sujexa a razén 0 ley cognoscible, y por Io tanto objeto de tina historia raz wv no de una mer descripeiin contingste), si fo recluazan 301 Avfiypicn pans ivreiieruaLes (cartes en sentido riguroso) cuyos productos a veces adguieren po~ siciones extrac te significantes (como la ealigrafia en alin momento del ilam, la danza en Ball) gracias a los aparatos de po der que los eligen y financian, pero sin contenidos en verdad signifi- de los generados en cada coyumtira social por causas cefimeras. Pero entonces, spor qué habrfan de interesarnos desputs 0 lejos de? Como explicar la continuidad y permanencia de algunos valores artstcos, mis longevos y universales que cualquier otro va- lor? gHay 0 no hay un objeto filos6fico Imado Arte digno de dis- timo medio siglo ha sideraria incomprensible y, en consecuencia, intl El Arte se dice de muchas maneras y quiz’ por eso, porque se dice de excesivis manens, un segmento importante de la teor tual Gobre todo, en el Ambito anglosajén) se constrifie metodolégi- camente a determinar las condiciones de posbilidad de aparicién de lo artistico sin ocuparse de si aquello que aparece es algo mis que un puro suceso social de coyuntura, comparable a in efecto publictario de cierta complejidad, Investigan como es posible h funei6n «Artes, pero no qué sea el Arte cuya funcionalidad se investiga La continuaci6n del constructo tradicional Yamado Arte ponta Ja garantia de que hablabamos de algo razonable y necesario y no ceativos mi ctsi6n? El wado esta pregunta por con tan slo de prictieas eriviales, arbitearias y effmerss. Averiguar qué objetos son declarados Arte y e institucionales de la declaracién es asunto muy pertinente pero quiza subsidiario. Los motivos de una guerra no se explican median- tela deseripcién de cémo los ciudadanos fneren convertidos en sol- daclos y su claificacién en batallones de combate, Para fancionalistas ¢ institicionalistas, no importa lo que Arte sea sito lo que hice Arte El qué del Arte, dicen, no es formulabi. t les son los mecanismos funcionales 11 ahandono de Ta tradieisn fe omenologiea y hermensa- tica, las teorfas empiricas y pragmiiticas introdacen los iltimos pro- dlyetos (el arte contemporineos) en un terreno susceptible de ser Hamad Arte, pata to cut renuncian a ta buisqueda de su sentide (0 deste valor cts am continue sewrintien) y se centean en Ta extension de a hocidn solos de-artes y ety str ane Con elle ka eorin justitica ta Avinnice pana iretneruatis 322 La circularidad afecta a la propia produccién, Ia cual, a su vez, se ibor admirable de limpicza que adecua a lo definido y descrto, La Jos analiticos comenraron en los sos cineuenta parece haber lleza~ doa la misina circulatidad que las obras de ate euya presencia en el mundo del arte puso en marcha la operacién analitica capaz de i lucas. ‘Abandonadh la teoria tradicional, de inmediato la subversidn se insala como elemento privilegiado de la tapertura del conceptov Las artes tradicionales estaban sujetas 2 reglas y normas que permi- tian su aprendizaje, pero desd= Kant la diferencia entre ef Arte y las artes es justamente que el Arte aparece cuando se superan las re elas y las norms, de manera que no puede haber pedagogia del mis- ‘mo. El artis, descle Kant, es aquel que escapa a toda definicién es- tablecica, En consecuenci no puede cerrarse una definicién porque e Arte produce rupturas sin mediacidn posible, y de ese modo la rup- ‘tun en si misma se convierte en el elemento indispensable del Arte pars sostener teorfas abiestas y encmiigas de toda definici6n del Ar te, Pero quie la ruptura sea lo propio del Arte es algo que slo se privilegia en la era moderna, y desde su privilegio enjuicia coda la historia anterior, de manera que hay una endiablada coincidencia entre lo que los modernos consideramos Arte y una indefinicién teérica adecuada exclusivamente a esa peculiaridad moderna.’ Hay una notable coincidencia entre el abandono de Ia defini ci6n hacia los afios cincuenta y los objetos artisticos (comtinmente ados de teoria y reflexividad, que hoy ocupan la casi totalidad del mundo del are En las diltimas décadas, la tefactos cuyo caricter distintivo es el de querer escapar a la defi a, Desi Hamados scontemporineos), cada vez mis impre del Arte se ha abierto a unos cién de sobjeto artisticor mediante la-subversidn ontoldg los precursores ready-made de 1913 hasta has instalaciones y olyjetn 3. Ls exposicianes de los funciona y enaprius etal pn longar la metifra evolucionists poner wer Leber aine ca oP asleep de ati ues Doki pr cteiica y rn ky ep lee yi 223 APHNDICE PARA INTELECTUALES 34 propiamente reflexivos (conceptual al art, le objetos conscientemente extra-artisticos en busea de ‘una nueva definicién. La definicién leg6 como una no-defin (© sconcepto abietto», cuando no simplemente emuerte del Artes) ‘que permitia Ia inclusién de los nuevos objetos en un Arte no defi- te povera, land art, mini~ se ha producido una talistas, performances, body y ca nido pero detcrito con miouciowa exactitud. El precio de k opera | cién era el abundono del valor, el cual habria de coincidir con la seleccién del «mundo del arte, en cuyo interior todo lo real es ra~ onal Casi Gneventa afios de trabajos muy precisos y laboriosos ha definido un campo tedrico adecuado pari el arte contemporineo» husta aleanzar una tesonante coincidencia. Los ensayos de Weitz, de Goodman, de Searle, de Dickie, de tantos otros, a pesar de sus pro~ fiandas diferencias, han contribuiide de manera notable a la descrip ci6n de las condiciones que hacen posible en tanto que «objeto ar- tisticor (y no efiloséfico) una pieza musical como 4’ 33” de Cage (ca Ta que nada suena durante cuatro minutos y treinta y tres segan- dos). Ia rete siguiendo una tabla temporal) 0 hs pizarras (borradhs) de Beuys. nisinas, mis alli de st ‘materialidad, como una reflexi6n sobre el Arte, pero sin que esa re~ tep Piece deVito Acconci (en la que alguien sube a un tabu Todas ellas son obras que se proponen a si flexién le pertenezca a h Filosofia, sino al Arte, aunque es evidente la dificultad de diferenciar spensamientos artisticos» de «pensamien- tos en generals Ev esta interesante coineidencia de teoria y prictica cabe sitiar la reflexién sobre el «arte después de Ia muerte del artes, aunque quizd fuera mis esclarecedor escribir el segundo earte» con ma- yekcula Sabemos, en efecto, que ha sido posible una ampliacién de Ane, ‘exigencia de excelencia téenica,lo abare tuna ver desapareci ‘odo, pero no podemos saber qué es ese todo abareado. La asuncidy de una produccidn conscientemente extmartistica (0 me= taartistica, © reflexiva) confirnta hy coincideneia de la teoria con la produccidncy viceversa, yr que by prodiceiin es también tedviea, Ei sie iniciiele ere ef Atte sel alti eatin pes ey be lesteac ten te AvinvDICk PARA INTRERCTUALES 304 Y peictica de tun posible concepto de Arte.Aceptario implica, conse- ‘cuentemente, aceptar como principio ly muerte del Arte, incluso en. tanto que muerte perpeta del Arte Siendo asf que el aparato institucional descrito es ciertamente efectivo, se producen millones de vobras de arter adecuadas a la no- definicién y justficadas tan slo por la subversién, condicién nece- saria de la sobra de ater indefinida o metuartistica, Pero su carécter acumulativo convierte la ruptura en una norma por jurisprudencia. La indefinicién pasa entonces a actuar como consenso, con el resul- tado de una nueva academia y un manierismo adecuados al momen- toy lacoyuntura tedricas. Si el emundo del artes toma sus decisiones respecto a una filosofia que privilegia los artefactos adecuados a la no-definicién, entonces teoria y prictica cierran el cfrculo redin- dante de su vendad, El célebre paso de «qué es Arte?» a sgeudndo hay ‘Arte?r no garantiza en absoluto que lo recogido en el scuindo» sea Arte, sino Ja pura redundancia del scusndor. ¥ una redandancia no de- muestra nada. Ciertamente, en el otto extremo, en el continuo fenomenologi- co, tracendental o hermenéutico, la yariedad es extrenia y confusa Hay un Arte que es condicién substancial de sentido sin la cual Jos mortales descienden de categoria en la escala biol6gica y se con vierten en infrahumanos por pérdida de un elemento estructural del Logos. En otra redaceién, hay una sficeiGn supremar que combate nuestr: contingencia, Hhy un Arte que es el origen de todo conocimiento posible, porque es el estrato primero de la apertura del Mundo. O redaocioa -Hedtica'es condici6n de posbllldad de'is Buca ta cel loes de la Ciencia, Hay un Arte que sintetiza el variado conjunto de los oficios tecnoartisticos (cada uno de los cuales tiene poco que ver con le restantes) y que expresa una misma Idea unitaria en cada moment Esa Idea es verdadera aunque limitads a un espacio y un tiempo. Hi conjunto de los momentos, sin embargo, es rvzonable y nec Hay un Ar nnamientos insticucionales y variaciones culturales caps n otrt objeto de narraciones historias (rizonables), one 11 propia actividad autéinoma, haste ef panto de power predic 325 Avinpic R& INTELECTUALES 1 autoconciencia y levatlo a su sensiblemente el proveso mismo de autodisolucién. ‘Ante propuestas tan desmesuradas, es comprensible el retrai- ico. En contra de las anteriores, las posiciones pragina- ticas, cmpiticas o eicépiicas niegan la posibilidad de un continuo miento anal seméntico desde las cuevas de Altamira y s6lo se interesan por los ‘mecanismos de aparicién del fendmeno social Hamado «Artes, casi exclusivamente limitado a lo visual, Por ejemplo; Hay un Arte como efecto de mercado y de otras instituciones, cencargado de construir un imaginario social llamado «Artes, de tal manera que todo producto, por el hecho mismo de ser coniderido ‘Arte y producir un efecto «Artes (sea éste lo que 320), e8 real y ver- daderamente Arte Hay unas artes discretamente acotadis a perfodos activos muy bien delimitados en los que algunas pricticas técnicas son ele por lo: poderes piblicos y los intelectuales ongénicos ala citegori de «Artes, pero no hay Arte ftera de esos periodos o momentos his téricos, Fy un Arte que permite la separacién simbolica de las clases y oda Jos grupos sociales la identificacién tribal y e! intereambio piblico sa fimnei6n de valores sociales, y cuando cumple adecuiadarn puede considerarse real y verdaderamente Art ibn y no otra No se agota con estas familias ningéin catilogo, evidentemente, pero yo diria que éstas son algunas de las ahora més vivas y distintas, todas cllas comprometidas seriamente con e: proyecto, quiz’ trampantojo, quia’ polo dialéctico imprescindible de toda Episteme, quiz’ inevitable diferencia que permite distinguir entre animales y humanos, Thmado Arte. sca cl recorte que propongamos objeto huidizo, quiz ‘Como es de tazén, segtin cn el entramado de objetos filoséficos lamados «Arter, podremos decidir alin diagnéstico sobre el tiempo presente y el-varte con- temporineo». Asi, por ejemplo, si consiceramos que desde el neoli- tico lex miortales, en tode tiempo y condicién, han procedido a dar tina forma senndble no conceptual ass ideas, y quae ese sentide per Aviypice pana inreticruarns 4% historieas, entonces podemos decit que hay Arte y que ahora eneuentta cn un momento agénico o reffexivo, Esta serfa un dvi sidu de mantener el discurso teleolégico-histérico que Arthur ( Danto ere definikivamente muerto y que otros profongan indetin damente:! (© bien podemos considerr que un conjunto de pricticay ti nnicat (y, por tanto, mecénicas en sentido stricto) se intelectusliz at en Occidente a partir del gético, se unifican files6ticamente con vl romanticismo y acceden a la autoconciencia como objeto filoxities en la edad modema, para procedera su (propio) acabami edad econtemporinear en tanto que practica ya propiamente relle i va y filos6fica, Es lo que he defendido en algunas publicaciones, y aungue tiene relaciones fiatermales con la posicién Hegel-Danto, aparta de ella en el cierre 0 clausuia del discurso historico, es sev it cn el uso que se hace de la noci6n efin del arte». No creo que pula demostratse la incapacidad dle la narracién histbrico-artistiea pty proseguir el relato de su acabamiento, ya que se encuentra, com narnicién, iumersa en el proceso y no fuera del mismo. Es imyeniti comprender the art afer the end of art sin el contexto historicini le da sentido, es decir, como dikime capitulo de la misn que se niega Si,segiin defiende Danto, a narracin histérica del Arte hubiet Hlegado a su fin, entonces, en efecto, cabria hablar de amuertes, chy el relato del «arte después del fin del arten no escapa en absolut a narmicién del Arte. El acabamiento no es un proceso i te, como lo es a aniquilaci6n, sino tan significance como el o del mismo modo que el manierismo no fue insignificant 1« 4, Las momentos aginicos som cfelicesndterminabsy este movimiento perpetao perait, por ep, pense I prs sent by in ata sol vole (i aa qe el desarlo face ai Aiba se dean La pe vue pip Aetcunis eb pai anne sea 207 _ ApExDICH PANA INTELECTUALES to del clasicismo, sino su sombra necsari.” La narracién s6lo habra eoncluido cuando sea silenciosa. Danto es la prucba viviemte de que Ja narracign sigue contando. “Tan improbabl: es que Danto consign aumar esencialismo e his toricismo como que yo logre escuchar las Siete Ultimas Palabras del Arte, porgue, como he dicho al comienzo, el objeto *Arte» ni si duicers ha alcanzado la estabilidad suficiente como para poder comen- zara ser.Y el escéptico ahora dice, oni la aleanzara nuncas. Podria respondérsele que h esti alcanzando cada vez que se niega la posibi~ lidad de no aleanzasa, y que en eso consiste su continve (c inagota~ bie) alcance, en una asombrosa y desconcertante produccién que nos permite mantener vivo el interrogante del Arte, como si éste no hu~ biera comenzado a ser algo todavia, ver la cucsti6n desde sks artes» y no desde el Cosa distinta Arte, Las artes nacen, sobreviven o se extinguen. La orfebrer del mosaico, o el tapiz, géneros supremos en tiempos pretéritos, st fren un eclipse milenario.Y el arte de la fotografia nacié hice poco, ‘Otos,como la pintura de caballete, continéian sobwevivienddy a pesar de su escasa presencia en la tearia del Arte contemporinea. A veces se confunde el eclipse de algunas artes con el eclipse del Arte, pero son asntes enteramente distintos. Es cién que comenzé dando mis fuerza al segundo término que al primero.Ya no es una filosofia del Arte, como las de Schelling o He~ gel, sino una Filesafia del arte, como en los ensayos de Margolis © Dante, adecuada para ls descripeién de vobras de arter que se pre~ sentan ellas mismas como mis filos6fieas que propiamente artstcas. Aquello que comenz6 con los balbuceos de Diderot hacia 1765, naci6 con Kant en 1796, se afirmé sobre los piesa principios del x1xx con Schelling, comenzé a caminar con Hegel en 1830 y toms esta~ do en las bods de Nieersche y Heidegger, se encuentra ahora'con nuy pocos afios, la Filosofia del Arte ha invertido una posi 5, Frio saan (ono ere Snas) ane Abiixpicr Pana INTRLECTUALES 328 tuna pistola en fa sien, Para aleanzar un cierto conocimiento de si aismo es inevitable asumir la contingencia, pero el e hh finitud no provoca la muerte del conocedor. La muerte siempre queda fxera Quienes nos dedicamos a este minésculo problema nos move- mos en tornio a un objeto (0 espejisno de objeto) que apenas tiene oscientos afios de edad, junto a objetos ancianisimos como Politica © Religién, Por eso cuanto se diga con respecto al objeto Arte hay que decirio en condicional, Por ejemplo:yo ciria que actualmente el Arte se encuentra en trance de producit su acabamiento filosbfiee, tanto en la teoria como en la prictica, por Jo que se da una singular coincidencia de lo uno con lo otto. Después de haber pasado por la ‘oluntad hneroiea del romanticismo y las vanguardias, cuando el Arte sostenia sobre sus expaldas la conciencia moral de) universo, el héroe artistico coneibi6 la comedia, y es bien sabido que la carcajada es el primer paso hacia la autoconciencia, Las grandes’ obras del acaba ‘miento, sus clisicos, encarman el colapso heroico con una indisim hnda caresjada, como las de Duchamp, Cage 0 Beckett, aunque 10 falten oraciones fimebres cernidas sobre una indecisa supervivencia, como en los excritos de Mallarmé o de Joyce, Las obras epigomiles y manieristas (el sarte contemporineo») no dejan de pertenecer al contin. Yo surgidos de la academia, es decir, del temor y el respeto hacia lo autorizado, cuyo valor se reduce a repetic lo sancionado por la insti tucién que los hace eArter mediante un mecanismo similar al dle scorteecién politican Puestos a profetizar,yo diria que si se acepta la diferencia artes Arte, lo cierto es que hs artes estin en un proceso de intensa formaci6n téenica que a veces se asemeja a una agonia, pero el Arte, en cambio, parece estar siempre, y quizi ésa es su eondicién) a pun yeimiento de a que sélo escapan del continuo aquellos productos to de nacer, Del mismo modo que un humano no es plenamente hhumano si no coneibe y asume su propia nerte, el Arte ests ast miendo st acabamiento, Sila actual contraccidn reflexiva fuera am scahamtiento, entonces el proximo avatar narrative del Arte se i divs horizontalmente con ta Beligidn (cow ke que ba Lannie cone ayatanedas) y tealizania by propasic ins de Nieto 329 AvENDICE PARA INTELECTUALES ‘gin h cual el Arte defestperar a laVerdad, La propensidn a fundit las artes en Ja teoria le manera que lt actividad aristica aleance a cual- 4quiers eapaz de pensar (y no sélo a aquellos que son habiles y con alguna excelencia técnica), serfa el momento previo a esa expansi6n. Yo dria, ademiis, que una explosi6n horizontal encontraria su-espa- cio més propio y adecuado en el Tercer Entorno.! ‘Una sociedad que otorgue al Arte un lugar equipotente al de la Retigién (pew en un sentido spuesto al de los griegos) puede ser indeseable. Sin embargo, és ¢s otra cuestion. Fiirx pr Aza alah te bi slides a

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