SOCIOBIOLOGIA

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I. BAJO EL PRISMA DE LA SOCIOBIOLOGIA Nuestra mirada critica a la sociobiologia se dirige fundamentalmente a sefialar la falacia de analizar el comportamiento de los hombres por su ser biolé- gico, condicién necesaria pero no suficiente, para entender la diversidad y la pe- culiaridad humana. En una obra posterior que publicara Wilson en 1980 y que titulara “Sobre la naturaleza humana”, reafirma su concepcién con estas palabras: “...ninguna especie, incluida la nuestra, posee un propésito mas all de los imperativos creados por su historia genética. Las especies pueden tener un vasto potencial para el progreso material y mental, pero carecen de cualquier propésito inmanente o una guia de agentes mas all4 del ambiente inmediato...”.(Wilson, 1980: 1 El autor contintia diciendo: “Si el cerebro evolucioné por la seleccién natural, aun las capacidades para seleccionar juicios estéticos y creencias religiosas parti- culares deben haber surgido por el mismo proceso mecanico. Son adaptaciones directas a situaciones ambientales del pasado en Jas que evolucionaron las pobla- ciones humanas ancestrales 0, en el mejor de los casos, construcciones determina- das secundariamente por actividades més profundas y menos visibles que en algu- na ocasién fueron capaces de adaptarse a este sentido bioldgico estricto”. (Wilson, 1980: 14.) El mensaje sugiere que el comportamiento humano, en toda su complejidad, puede ser explicado cabalmente por la biologia. La esencia del argumento es, entonces, que el conocimiento de nuestra so- ciedad debe ser construido en términos bioldgicos, en la medida que la naturaleza por medio de la evolucién no solamente disefié nuestros rasgos sino, ademas, nuestro comportamiento. El instinto agresivo, el odio hacia el extrafio, la facilidad para dejarse adoctrinar, serfan expresién de esquemas innatos para la supervivencia de la especie. La disposicién de la madre a cuidar a su hijo recién nacido, resulta inofen- siva; pero los intentos de explicar la tendencia de la gente a agredir a los extrafios o la posicién dominante que ocupan los hombres en la mayoria de las sociedades, a partir de imperativos biolégicos, resultan ideolégicamente peligrosos ¢ incorrec- tos desde un punto de vista cientffico, como se verd mas adelante. La premisa esencial de este discurso bioldgico serfa, en palabras de Eldredge N. y Tattersall L., criticos de la sociobiologia: “Somos quienes somos porque nues- tros antepasados fueron quienes fueron”. Y quiénes fueron esos antepasados de quienes heredamos nuestros comportamientos? Nada menos que el Australopithecus africano y sus descendientes que hace 3 6 4 millones de afios sobrevivieron en la peligrosas sabanas. “Debemos nuestra crueldad, al parecer, a este remoto antepasado. Vale la pena repetir que esto es 236 sacar el cuerpo, echarle la culpa de nuestras guerras y crimenes violentos a algtin antepasado remoto, en vez de cargar ja censura redondamente donde se debe, sobre las espaldas del Homo Sapiens, el hombre sabio”. (Eldredge N. Tattersall L, 1986,) \ Ass, pues, el punto de vista biologicista no deja nada fuera de su mirada. Se ocupa del comportamiento social de los primeros antepasados del hombre y a través de ese pasado interpreta el presente. Por otro lado, siguiendo esta linea de pensamiento, se afirma una _corres- pondencia entre la onducta genéticamente adaptada de los individuos\y las core eneieticas de las instituciones sociales que conforman la sociedad] La guerra cite grupos, tribus y naciones seria una expresién de tendencias agresivas in- natas. Desde una perspectiva diferente que incluye la cultura como dimensién exclusiva de la sociedad humana, puede sostenerse que ¢l comportamiento de los hombres /no puede ser interpretado sin tener presente la funcién transformadora de aquella, que en tanto dmbito de significados otorga sentido a dicho comporta- miento, — “51 conocimiento histérico y antropolégico nos sefiala y alerta sobre las dife- rentes motivaciones que empujan a los hombres a luchar entre sf: idealismo, ven- ganza, amor a la patria, intereses econmicos, por nombrar algunas de ellas. ‘Sahlins M. sefiala que “las razones por las cuales luchan los individuos no son las razones por las que se producen la guerras) Si se expusieran una tras otras las razones por las que lucharon millones de ‘americanos en la Segun- ga Guerra Mundial, no se explicaria la existencia o la naturaleza de esa guerra. ‘ampoco a partir del mero hecho de su lucha se podrian entender sus razones, ya que la guerra no es una relacién entre individuos sino entre estados (u otras formas politicas socialmente constituidas) y las personas participan en ella no en su condicién de individuos sino en su condicién de seres sociales y no exac- tamente esto sino en una condicién social especificamente contextualizada”. (Sahlins M.,1976.) Otro aspecto importante del pensamiento sociobiolégico esta relacionado con el reeuiveo de explicar la condieién humana observando el comportamiento animal, El uso del razonamiento analogico Neva a comparar propiedades 0 relaciones a partir de/sémojanzas aparentes entre las instituciones de los hombres y el compor- paenente de los animales! El uso de la misma terminologia para referirse a ambos Grdenes, nos introduce de otra manera, en el biologicismo., Tustremos con un ejemplo. El macho agresivo de una especie animal cumple la misma funcién que en la sociedad humana un grupo de choque, las “barras bravas” rivales en un partido de fatbol o un marido maltratando a su esposa; esta expresando de diferentes maneras aspectos de la misma propiedad biolégica sub- yacente! la competencia territorial o la dominacién sexual.) ‘Al examinar el discurso de la sociobiolégia penetramos en los dominios de la disciplina que ha logrado los avances més espectaculares de los dltimos afios, la biologia y a una de sus ramas mds exitosas, la genética, La posibilidad de desentranar los misterios del genoma humano, de “elonifiear” células embrionarias humanas y obtener artificialmente dos o mas enbriones donde solo se hubiera originado uno, de programar tecnol6gicamente la satuvsleza biolégica de los organismos, ubica a la biologia como la expresién mas acabada del conoeimiento cientifico de nuestra sociedad. 237 Lomi clog Pero, paradéjicamente, son a su vez los propios logros de esta disciplina, los que en tiltima instancia, nos permiten oponernos al determinismo biolégico. Cada hallazgo cientéfico es un avance de la cultura sobre los propios limites biol6gicos. “Pensemos que aquello que parecia imposible para una generacién pasada, se vuelve probable para la presente y efectivamente posible para la siguiente: la fertilizacién in vitro, los implantes de érganos, son ejemplo de ello. Evidentemente la naturaleza humana no puede desvincularse de su base biolégica, pero tampoco como lo expresan los bidlogos, est encadenada a ella. Y al mismo tiempo, no es infinitamente maleable por el medio ambiente y la educacion. “La sociedad humana sélo cabe con organismos dotados de un sistema ner- vioso tan extraordinariamente desarrollado como el humano. (Y sélo cabe tambien con organismos de talla razonable; los liliputienses de Swift son, por necesidad, mera ficcién, ya que los hombrecillos de diez centimetros no podrian levantar un instrumento suficientemente pesado para generar la energia cinética que requiere desbastar rocas 0 extraer minerales. Ni podrian tampoco controlar el fuego porque las ramitas que transportarian como antorchas se consumirian en un instante.)”.(Lewontin, 1984: 14.) No podemos dejar de preguntarnos, e6mo puede explicarse el interés desper- tado por la sociobiologta. En primer lugar, recordemos que habla con la voz de la biologia, subyugan- do no solo a los especialistas de las ciencias biolégicas, sino también, a muchos cientificos sociales dentro del campo académico. Y, por otro lado, a la prensa y los medios de difusién en general. Suponemos que el éxito del biologismo radica en la naturaleza de la propia explicacién del comportamiento social, de su afirmacién de que la sociedad huma- na, tal como la conocemos, es inevitable y el resultado de un proceso de adaptacién: “si el actual orden social es la consecuencia inevitable del genotipo humano, enton- ces nada que posea alguna importancia puede ser modificado”. (Lewontin et al., 1991: 28.) Ademés, la interpretacién desde el biologismo tiene las siguientes conse- cuencias sociales y péliticas. Si la organizacién social es un resultado de la heren- cia biolégica, entonces nada que altere el orden social puede ser modificado. Pre- cisamente por esto, la permanencia del statu quo es desde este modelo inevitable. Del mismo modo que el darwinismo social en la segunda mitad del siglo XIX pretendié justificar la explotacién racial en la teorfa de la evolucién de la especies, en la actualidad, en nombre de las leyes genéticas se racionaliza un orden econé- mico y social. Por lo tanto, la mejor adaptacién de la especie es el modo de orga- nizacién social y econémico vigente en el mundo contempordneo: el capitalismo. También pude decirse que la sociobiologia nos justifica. Como bien lo expre- san estos autores: “El gran atractivo del determinismo bioldgico se debe precisa- mente a que es exculpatorio. Si los hombres dominan a las mujeres es porque deben hacerlo. Si los empresarios explotan a los obreros es porque la evolucién ha desarrollado en nosotros los genes para la actividad empresarial. Si nos matamos en la guerra, es por la fuerza de nuestros genes para la territorialidad, la xenofo- bia, el tribalismo y.la agresion...También sirve, en el orden personal, para justifi- car actos individuales opresivos y para proteger a los opresores contra las exigen- cias de los oprimidos. Esto es “porque hacemos lo que hacemos y porque a veces nos comportamos como hombres de las cavernas”. (Lewontin et al., 1991: 288.) 238 Bs la propia ley de la naturaleza la que sanciona aquello que parecfa cruel- dad humana. ‘Veremos, a continuacién, los validacin cientifica del modelo piolégico del com, argumentos a partir de los cuales se busca la portamiento social. 239

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