CORONEL PERON
LIBRO
AZUL Y BLANCO
BUENOS AIRES
1946LIBRO AZUL Y BLANCO
El lamado'*Libro Azul’? norteamerieano, que acaba
de darse a publicidad, no es més que una mamobra clec~
toral, tendiente a salvar a la oligarquia argentina, amex
nazada por las primeras elecciones libres que se reatiza-
ran en la Repiiblica desde 1928, Hn los diez y siete aiios
transeurridos desde esa fecha, nunca habia manifestado
el Gobierno de los EE.UU. ninguna inquietud principis-
ta por eb sojuegamiento de la democracia en nuestro pats,
que'era; al fin de cuentas, una cuestion nuestra, Resulta
sorprendente, por lo tanto, que manifieste esa inquictud
ahora, en circunstancias en que él pueblo argentino, gra=
cias'a la Revolueién del 4 de junio, ha vuelto a gozar de
lo plenitud de su soberania y se encuentra en visperas
de manifestar libremente su voluntad; y ewando, veroste
miilmente, ese pronunciamiento democrético sdlo podré
resultar temible para los elencos corrompidos que, dux
rante la época oscura de referencia, usurparon el poder
mediante el fraude.
Quien lea este libro encontraré la explicacién de esa
anomalia, Et sefior Braden, ex embajador en ta Argenti-
na y actual Secretario Ayudante de Estado, es el outor
convicto del documento que comentamos. Las inexactitu-
des de hecho y las maliciosas interpretaciones que con
tiene son obra suya, Demostraremos acabadamente aqué
que el citado funcionario ha faltado a su deber de ine
formante leal, engaftando al Gobierno que deposits en &
su. confianza y haciéndolo ineurrir en wn traspits diplo-
mética que lo desprestigiaré ante América; que ha trai-
cionado ta politica de “buena vecindad’” y et espiritn y
1a letra de los pactos interamericanos, al. eomplicarse con
los agentes del nasisms y los enemigos tradicionales de
la democracia; que ha intervenido abusivamente en nues-
tra politica interna, y que dicha intervencién ha tendido
4@ favorecer @ las fuerzis que implantaron en nuestro pats
‘uri régimen andlogo a tos totalitarismos de Huropa, mien-
tras éalumniaba a los demécratas auténticos; que toda sw
actuacién, inspirada en un esptritu similar al del nazismo
invasor, tiende a obtener el advenimiento, en ta ‘Argen-
fina, de un gobierno titere, décit a la iiftuencia extran-
Jera, de acuerdo con tas modatidades det sistema derro-
cade por la Revolucién, y que para ello ha promovido la
alianza de fuerzas totatitarias, y comunistas, cuyos-inte-
reses son evidentemente contrarios a los del Gobierno de
tos Estados Unidos y g la civilicacién occidental,+ Nada ex més esenctal para tax nactones americanas, que exelulr tas permanentes
‘nveteradas antipatias contra determinadas naciones, asi como ta apustonada simpa-
‘por otras, deoiendo en cambio, cultivar sentimientos amistosos para todas. La na-
‘que Projesa @ otra un odio o un aecto habitual es, en cierto modo, esclava, Es
‘de tu animosidad 0 de su preferencia, Ambos sentimientos bastan para man
alejada de su deder y de sus tntereses, La antipatia de una nacién a otra, are
@ trroparse injurias y dafioe y @ tornarse aitanerds e intratables cuando se
reventan accidentalts Q futiles motivos de disputan
aFS
Ht
Jorge Washington,EL LIBRO AZUL
Ya nos referiremos —con pruebas, y no
¢on meras afirmaciones— a las andanzas del
Sefior Braden por nuestro pafs y haremos el
detalle de sus vinculaciones politieus. Concre-
témonos, por ahora, al documento que acuba
de dar a ‘publicidad por medio de 1a Secretaria
de Estado, Todo él se empefia en demostrar
con un prolijo alarde de informacién— que
el actnal régimen argentino es nazi y que
trata ae impuuer, en esta parte de América,
un sistema igual a los derrotados totalitaris-
mos europeos. por lo cual constituiria un pe-
ligro para la paz del Continente, Cualquiera
que lea con cuidado el “Libro Azul” podré ad
vertir: 1°) que la mayor parte-de sus denun
cias se refieren a la época en que goberi{aba ei
pais ¢l Dr.’Castillo, titimo representante de
In oligarquia fraudulenta; 2°) que las perso.
nalidades civiles mencionadas pertenecfan al
elenco que rodegtia al Dr. Castillo, y 3) que,
en resumen, dichas denuncias s6lo probarfan
que algunos allegados al Dr. Castillo teman
simpatias por el Eje y que el Gobierno argen-
tino, antes de romper relaciones con Alema-
hia, mantenia con ella, como es obvio, rela-
ciones amistosas y de comercio, tan legitimas
como las que mantuvieron los EE, UU. con el
Japon hasta el ataque de Pearl Harbor, cuando
va hacfa tiempo que ese pais estaba en guerra
‘con sus aliadas de hecho,
La politica de neutralidad del Dr. Castillo
—que no es del easo juzgar ahora— le pro-
porciona al Sr. Braden las premisas para en-
juiciar toda la accién de los gobiernos poste-
riores @ su derrocamiento,
FALSEDAD FUNDAMENTAL DEL PLANTEO
Aqui es donde el ex embajador incurre en
ccultacién maliciosa, que revelu un deliberado
propésito de engano. Porque de la lectura del
“Libro Azul” pareceria resultar que el go.
bierno militar que derrocé al régimen del Dr
Castillo, fuera una mera continuncién de éste
obediente a la misma ideologia, al influjo de
las mismag fuerzas sociales y administrado
Por el mismo elenco, El sefior Braden oculta
que el 4 de junio de 1943 fué barrida una ca-
marilla politica eorrompida, que habia abolids
la democracia en la Argentina; y oculta que
esta Revolucién, saludada con alborozo por
todo el pais, tenfa como principal finalidad el
establecimiento del sufragio libre y la de.
volucién al pueblo de sus derechos usurpados.
No es de] caso enumerar las causas de orden
interno y externo (situacién de guerra, ne-
cesidad de restablecer la moral publica y 1
orden subvertido) que retardaron hasta hav
el cumplimento de esa finalidad fundamen.
tal. La verdad es que la Revolucién del 4 de
junio significa la contradiecién total del ré&
gimen dérrocado; la abolicién de la influencia
oligdrquica en el Estado y el advenimiento
al poder de nuevas fuerzas sociales: fenémeno
de genuina esencia democratica. El ex emba-
iador da por inexistente este hecho trascen.
dental, que cambia la fisonomia de la Arg
tina. ¥ con una obcecacién dificil de calificar
sin crudeza, declara la guerra al gobierno re-
volucionario, que es como declardrsela al pue-
blo argentino, y empefia todo el poder de la
gran nacién que lo envia, en perturbar el
desarrollo normal del proceso de nuestra re-
* generacién. politica, aliéndose a los mismos
elementos de la oligarquia derrotada que ha-
bfan sostenido la posicién neutralista y prow
nazi del Dr. Castillo, y que-ahora blasonan de
una demoeracia que siempre escarnecieron,
-5-Ya veremos cémo son falsos los cargos
que hace el Sr, Braden al Gobierno que, en
una situacién politica extremadamente con-
fusa y obligado a desembarazarse paulatina-
mente de una herencia funesta, logré al fin,
de. acuerdo con los. términos de su proclama
inicial, poner a nuestro pais en Iineas con sus
hermanas de América, Nos‘corresponde, pre-
viamente, probar que las fuerzas a las que e!
sefior Braden.apoya en la Argentina, son las
mismas que practicaron siempre, entre nos-
otros, el fraude y la burla al pueblo, el nazis-
OLIGARQUIA
Dicha situacién se caracteriz6 por el some-
timiento popular y el predominio en el Estado
de los podérosos intereses econémicos —in-
versiones extranjeras, burguesfa terratenien-
te y gran industria—, cuyos érganos repre-
senitativos, como los departamentos comer-
ciales de las Embajadas, la Sociedad Rural y
la Unién Industrial, tenfan voz decisive. en
los consejos de gobierno, Los néicleos gober-
nantes, sostenidos en el poder por el fraude
electoral y olvidados de los derechos del pue-
blo, sélo obraban como agentes o apoderados
de dichos intereses, constituyendo, en conjun-
to, una vasta empresa de explotacién del pais,
tolerada y aprovechada por la prensa comer~
cial, dependiente de los mismos intereses por
los avisos.y las subvenciones, Esta situacién,
que se esiabiliz6 durante la presidencia del
General Justo, habfa aleanzado la perfeccién
durante el gobierno del Dr. Castillo hasta ¢!
punto de que parecfa imposible cualquier re-
‘ceién popular. El presidente preparaba la
sucesin de un chndidato repudiado por el
‘pueblo y que se impondria por los medios ha-
bituales, Podré parecer extrafio que, en esas
circunstancias bochornosas, la prensa del pafs
(salvo la pequefia prensa patri6tica) no haya
mostrado el exaltado principismo democriitico
que hoy la earacteriza: rio lo es, si se piensa
que no estaba en peligro Ja continuacién
de'su-comercio, A esta situacién, que configu-
mo y Ja neutralidad, Todo el mundo, recuerda
Ja reciente accion tumultuaria del ex embaja-
dor, continuada luego en la Secretaria de Es-
tado, Logrd, desde el primer’ momento, ia
adhesin de los elementos que representan en
nuestro pafs el privilegio social y econémico,
siempre déciles a la influencia del extranjero,
Cnalquiera que conozea nuestra politica, re-
conocerdi en esos elementos a los que promo-
vieron, sostuvieron y usufructusron la situa.
cién que impero en nuestro pais desde 1980
hasta 1943,
Y NAZISMO
raba un estado oligérquico, en el que una mi-
nora inescrupulosa hacia tabla rasa de toda
la Naci6n, puso Zin la revolucién militar del
4 de junio de 1943,
Si se tiene en cuenta la influencia real-
mente “totalitaria” que los intereses a que
hemos hecho referencia tenfan sobre el go-
bierno, es evidente que la politica de neutra.
lidad del D. Castillo —independientemente
de las razones de otro orden que podrian
justificarla— contaban con el auspicio de
dichos intereses y de sus rganos represen-
tativos, por lo menos, de los mis poderosos.
Asi era, en efecto, Las firmas de los miem-
bros mds prominentes de la burguesfa terra-
teniente y vacuna, militantes en los partidos
conservadores aparecen con frecuencia en los
manifiestos “pro-neutralidad” de Ia época, ast
como en Ja adhesin a Ia candidatura “conti-
nuista” de. Patron Costas. Una e
produce, sin embargo, en el bloque oligérquico,
reflejada en el Parlamento y en la prensa,
sobre la posicién internacional, bajo la cual
se advierte la existencia de intereses en con-
flicto, La posicién de Castillo se mantenia, no
obstante, firme en el momento, de su derro-
camiento. Y no es aventurado stribuirla al
predominio de una clase mas sencible al ren-
dimiento de sus negocios que a la influencia
de los grandes ideales humanos.
LAS FUERZAS VIVAS Y LA REVOLUCION
Cuando se produjo la revolucién militar con
la caida de Castillo y de todo el régimen de
fraude y soborno en que se apoyaba, resulté
visible que los intereses oligarquicos —con-
fiados en la politica cautelosa de'los nuevos
gobernantes en materia social y econémica—
ereyeron poder conservar-el predominio abu-
sivo de.que gozaban, La Sociedad Rural, 12
Unién Industrial, le’ Bolsa de Comercio y,
demés entidades en que se-agrupan Jas de-
nominadas “fuerzas vivas”, se acercaron al
nuevo gobierno ofreciéndole amplia colabora-
elén, Lo. mismo oourrié con los grupos polf-
ticos obedientes a dichos intereses, constitut-
dos por reducidas camariflas. desprestigiadas
y sin ealor popular, que se movilizaron ‘pars
recoger la sucesién. Pronto hubieron de des-
engafiarse unos y otros, al advertir que los
gobernantes revolucionarios no entendian que
su misiOn consist{a en entregarse a I geren-