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DANILO MARTUCCELLI
Cambio de rumbo
La sociedad a escala del individuoM
DANILO MARTUCCELLI
Cambio de rumbo
La sociedad a escala del individuoINTRODUCCION
En las ultimas décadas ha habido una renovacién del inte-
rés de la sociologia por el individuo. Un nimero creciente de
estudios hacen referencia a ¢l; algunos celebran lo que no dudan
en denominar un progreso teérico, otros recriminan el peligro
que ello representa para el andlisis social. Extrafio debate.
{4Cémo olvidar que el individuo jamés estuvo ausente en los
estudios de la sociologia clisica? {Que tomar en cuenta su
experiencia y su nivel de realidad fue una preocupacién constan-
te en el trabajo de Marx, Durkheim, Weber o Simmel, pero
también, y por supuesto, de Talcott Parsons? ,Qué hay entonces
de nuevo?
La centralidad actual del individuo en la sociologia
contempordnea es de otro tipo. Su importancia procede de una
crisis intelectual y testifica, sobre todo, de una transformacién
profunda de nuestra sensibilidad social. La sociologia en los
tiempos del individuo debe aftontar un hecho inédito: el indivi-
‘duo es el horizonte liminar de nuestra percepcién social. De ahora
‘en més, es en referencia a sus experiencias que lo social obtiene
‘0:n0 sentido. El individuo no es la medida de valor de todas las,
cosas, pero si el tamiz de todas nuestras percepciones. El eje de
a mirada sociolégica pivota sobre si misma y se invierte. Queda
por comprender qué impacto ello trae consigo y sobre todo @
qué tipo de andlisis ello nos fuerza. El niicleo central de este
proceso puede enunciarse simplemente. De la misma manera en
{que ayer la comprensién de la vida social se organiz6 desde las
nociones de civilizacién, historia, sociedad, Estado-nacién 0
clase, de ahora en més concieme al individuo ocupar este lugar
central de pregnancia analitica. Si los desafios se disefian asi en
direccién contrari, el problema, empero, es similar: el reto ayer
consistié en leer e insertar las experiencias de los actores dentro
yy desde las légicas grupales de los grandes procesos estructurales,
hhoy por hoy, a riesgo de romper toda posibilidad de comunicacion
entre los analistas y los actores, el objetivo es dar cuenta de los,
principales cambios societales desde una inteligencia que tenga
por horizonte el individuo y las pruebas a las que esté sometido.Dawno Masruccet
Esesta exigencia laque, como veremos, da una centralidad inédita
al estudio de la individuacién,
El personaje social
Uno de los grandes méritos de la sociologia fue durante
‘mucho tiempo su capacidad de interpretar un nimero importante
de situaciones y de conductas sociales, desiguales y diversas
con la ayuda de un modelo casi tinico. En tltima instancia, en
efecto, la verdadera unidad disciplinar de la sociologia, mas
alld de escuelas y teorias, provino de esta vocacién comiin, del
proyecto de comprender las experiencias personales a partir de
sistemas organizados de relaciones sociales. El objetivo fue el
de socializar las vivencias individuales, dar cuenta sociolégica-
‘mente de acciones en apariencia efectuadas y vividas fuera de
toda relacién social ~como Durkheim lo mostré magistralmente
con el suicidio-. La experiencia y a accin individual no estan
Jjamés desprovistas de sentido, a condicién de ser insertadas en
un contexto social que les transmite su verdadera significacién.
‘Ningiin otro modelo resumié mejor este proyecto que la
nocién de personaje social. El personaje social no designa
solamente la puesta en situacién social de un individuo sino
mucho mas profundamente la voluntad de hacer inteligibles sus
acciones y sus experiencias en funcidn de su posicién social, a
veces bajo la forma de correlaciones estadisticas, otras veces
por medio de una descripeién etnogrifica de medios de vida.
Es esta mirada la que durante mucho tiempo definié la gramatica
propiamente sociolégica del individuo. Cada individuo ocupa
‘una posicién, y su posicién hace de cada uno de ellos un ejemplar
a la vez tnico y tipico de las diferentes capas sociales. El indivi-
duo se encuentra inmerso en espacios sociales que “generan”,
a través un conjunto de “fuerzas” sociales, sus conductas y
vivencias (y poco importa la nocién empleada para dar cuenta
de este proceso-sistema, campo 0 configuracién)'.
Cierto, esta representacién, sobre todo en sus usos cotidianos,
y profanos, ha sido tanto 0 mas el fruto del realismo social
propio de la novela decimondnica que verdaderamente el resul-
tado del proyecto de la sociologia. Pero esto no impide ver en
esta ecuacién la gramética, la més durable a la cual se refieren
(Para vsiones eliscas de ent modelo, ef. Taleou Parsons The Social Sy
Glencoe, lini, The re Pres, 1951; Pieme Bourdieu, La dsinetion, Pai Min,
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RCSA OS
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Jos sociélogos, aquella que dicta sus reacciones disciplinarias,
Jas més habituales; ese saber compartido que hace comprender
{os rasgos individuales como factores resultantes de una inscrip-
cidn social particular. Sobre la tela de fondo de esta gramitica,
las diferencias, mas allé del narcisismo de rigor entre escuelas
y autores, aparecen como minimas. La lectura posicional
recorre, ayer como hoy, y sin duda mafiana, lo esencial de la
sociologia. Dentro de este acuerdo de principio, las diferencias
y los acentos no son sin duda minisculos, pero todos ellos
extraen su sentido en referencia a este marco primigenio segin
el cual la posicién de un actor es el mejor operador analitico
para dar cuenta de sus maneras de ver, actuar y percibir el
mundo. En breve, la mas venerable vocacién de la sociologia
reside en el esfuerzo inagotable por hacer de la posicién ocupada
por un actor el principal factor explicativo de sus conductas.
Comprender y explicar a un actor consiste en inteligir su
accién inserténdolo en una posicién social (y poco importa aqui
{que ella se defina en términos de clase o de modelos societal)
La fuerza de la sociologia reposé durante décadas en su capa-
cidad de articular orgénicamente los diferentes niveles de la
realidad social, al punto que entre el actor y l sistema la fusion
fue incluso, en apariencia, de rigor, a tal punto el uno y el otro
parecian ser como las dos caras de una misma moneda. El triunfo
de la idea de sociedad, ya sea por sus articulaciones funcionales
entre sistemas como por sus contradicciones estructurales, y la
nocién adjunta de personaje social, no significé pues en absoluto
la liquidacién del individuo, sino la imposicién hegeménica de
un tipo de lectura. Fue alrededor de esta pareja como se forjé
el auténtico corazén analitico de la sociologia,
Lac
de un modelo
Es este proyecto intelectual el que ha entrado progresiva y