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tras tls det autor en esta misma coleccion: [EXTRANAMEENTO DEL MUNDO [EL PENSADOR EN ESCENA, TEL MaTEAIALISMO DE NIETZSCHE EL DESPRECIO DE LAS MASAS. [BNsavO SOBRE LAS LUCHAS CULTORALES DE LA SOCIEDAD MODERNA ‘TeMBLORES DE AIRE. EN LAS FUENTES DEL TERKOR EXPERIMENTOS CON UNO MISMO Una conversacion con Carlos Oliveira Peter Sloterdijk ‘Traduccién, introduccién y notas de German Cano PRE-TEXTOS unas BIBLIOTECA CENTRAL ware 1B 242 num ave &3S443 La reproduccion total 0 parcial viola derecho resersudos, Cusiquies ut ‘previamente solic primers edicion: noviembre le 2003 iseno cubietta Pre-Textos (3. G. BD “iu de ein ui Sellstwersuch. sn erach mi Cros letra radon, woos ¥ 98 Ge © Ter, nse eg Minn Wien ‘ode proms eln re, 2003 va srg, 10 46005 Valencia ones BN SHANA / PRDNTED BS SAE sin 84-8191-570-X Davos toal: V-4695-2008 (GUADA IMPRESORES ~ 1 de este libro, no autorizada por los editores, Cualquier wilizacién debe ser iginal en lengua slemana: mxin Cano, 2005 pL 61519 60 - NONTCABRER 25-4960 ALDATACQALENCIAY 635473 INDICE INTRODUCCION Er, INDIVIDUO BAJO SOSPECHA CRITICO-CULTURAL 1, ULTIMOS HOMBRES ¥ ANGELES VACIOs TIL UN MUNDO sins DISTANCIAS IV. Tronla ruiz ¥ TEORA MODERNA YV. “Después De LA REVOLUGON”, EN EL TUNEL HACIA EL ANO 2000 V1. (Qué siGNIFICA VENIR AL MUNDO? EL. DESEO DE REVOLUCION VII. Pouca DE Las ESeERAS VIII. AMOR EN GENERAL, AMOR SANS PHRASE Moviuzacion sronica x X. CRINCA DEL APOGEO PURO XI. EN EL OJ0 DEL HURACAN RELIGIOSO XUL. UNA PALABRA SOBRE EL CUARTETO GNOSTICO {XIII LA 1DIOSINCRASICA INCLINACION ALEMANA POR LA SARA Y LA MISION DEL AUTOR XIV. Lo PESADO ¥ 10 LIGERO XV. THORIA DE 108 MEDIOS DE COMUNICACION 6: POR QUE DECIMOS ALGO Y NO MAS BIEN NADA OBSERVACION FINAL eee eee ere eeeeeeeen a eeeeeena et eeeeeeeeneeeeeeeeeae ee 2» 5 a a 95 105 m us 13 138 17 158 7 INTRODUCCION ‘COMO HABTTAR EN TIEMPOS VOLCANICOS LA SISMOLOGIA DEL ESPETU DE PETER SLOTERDUK "El que no es prisionero de su autodefinicton ns pri- sionero de su autonegacton es libre, El que conoce la Hbertad nace a si mismo como un niito nace al munda LJ Hace desu vida una expedietéin atlas regiones inex- Dloradas del Ser que se encuentran entre la sinceridad y el don de la invention”? 1. Elagente doble, sDénde estd Peter Sloterdijx? Qué habil dad, qué tipo de don especial posee este agente doble para apostar su vigilancia en medio de las fuerzas magnéticas mas vibrantes de nuestro presente? Acaso es s6lo un problema de transgresin de génetos, de mera diletancia? Demasiado inso- lente y mediatico para los resentimientos académicos, pero a la vez demasiado heideggeriano y orientalista para engrosar las filas de la teoria critica mas melancélica; demasiado meta- fisico para deconstructivistas sofisticados, pero demasiado neopagano para los adalides de la teoria comunicativa; de- masiado reaccionario y esotérico para los viejos izquierdistas, pero demasiado plebeyo y poco estoico para los arist6cratas del dolor... Como se ve, su singular enclave critico parece hur tarse a las cOmodas casillas preestablecidas del tablero filos6- fico contemporneo. Titular este vibrante didlogo con Carlos Oliveira Experimentos con uno mismo, :no es ya toda una de- claracién de principios de su negativa a resguardarse tras un rostro identificable? * Sloterdij, Peter, EI drbol mdgico, trad. de Ana Maria de la Pueate, Sei-Ba- tral, Barcelona, 2002, p. 338, n luntarias contra el sonambulismo. En 2 Ine aire? Stoterdgcrecure a una bella semblanza TembloreT Broch realizada por Flias Canetti. Quien aspire de Herm diagnostic correcto de su época no ha de en- a realiza® jos dlkimos reductos de su pureza, ha de salir a ol- corrarse SM nauseabundas que sean, todas las situaciones farear, PO's de decadencia, Broch cifra el valor de su obra en atmosferiee desenmascarar los falsos refugios, quiza validos un ere ocas, que protegen del fio de un mundo sin va- en otras * tos, Sonémbulo es el individuo que, insensible en ores abs" jamiento, no se atreve a mirar de frente la abrasa~ su encist de su realidad. Uno de los puntos de interés de dora (eos con tno mismo, conversaci6n mantenida en sep- ‘de 1994, en Miinich, reside en ¢l clima médico que tiembte &*y estos dos amigos. Se trata de un didlogo filosé- da cop ota de una modestisima inquietud: tanto Sloter- fico W* Ojiveiea reconocen su condici6n de “enfermos”, en ijk com? iduos modernos, de su mundo contemporineo. cuanto i je esta Optica experimerital significa haber testado Pensa eens las catgas, los dolores, las pasividades, todas istenc™ esiones provocadas y a la ver descuidadas por el esas OP ntinuo de aceleracion de la era moderna. Calibrar proces? 1 mundo, en definitiva, pero sin la desgana o sin el pes? ‘Fiia heroica de otros intentos semejantes, Sloterdijk 1a halte’™ si qué significado tiene el sano mundo movilizado Pre conciencia de la finitud humana. “Bs el a priori ewe] que a uno se le hagan tan dificiles las cosas mAs je la vida lo que [.-]abre crticamente los ojos. [-] etidos graves de la cultura los que con grandes es- acuentran algunos remedios curativos y hacen girar de del dol sencilld son Jos Fuerzos © Timi Tombs de are wad, de German Cano, Petes, vale st P2713 2 Ja mucda de la critica” A tenor de estas palabras, no parece extrafio que Slotercijk saque a relucir en este didlogo sus pro- pias heridas sexuales, politicas, existenciales. La “intoxicacién’” intelectual conscientemente asumida a la que hace referencia al abordar la misién del auténtico “autor” (efi. capitulo XI) alude a esa desnuda conciencia de herida cultural necesitada de defensa inmunol6gica, Bs esta situacién de vulnerabilidad Ja que le ocupa y aguijonea criticamente. Bajo este prisma, la buena marcha de la conversacién ha de crear un espacio re~ flexivo capaz:de sortear dos tentaciones. la primera, la caida en el embotamiento y la mala fe del ingenuo que se imagina sano para no mirar las perplejidades que le asedian. El segundo, comparecer ante los contemporineos jugando el papel histé- rico del intelectual apocaliptico, Frente al sonémbulo que sé defiende de su vacio huyendo hacia adelante, el horizonte experimental que da surge justamente en €l momento en el que el sujeto reconoce ‘que no puede acoplatse ya en.un cosmos arménico y abraza- dor, el sempiterno suefto de un regazo matemal. En Experi- ‘mentos con uno mismo Sloterdijx ahonda en esta nueva pedagogia de la conciencia contraponiendo sin veleidades alar- mistas el necesario ejercicio de intoxicacién y desintoxicacion del “autor” con la del single posmodesno, consumidor crepus- cular aislado en el banker de su yo. En el primero, el com- Promiso con los temblores del cuerpo y un fino ofdo para lo urgente ocupan el tradicional espacio reservado a la reflexion autista del indivicuo sobre sf mismo o sobre el fundamento. El segundo, ‘l...] es el consumidor mistico, el explotador inte- gral del mundo, esto es, un individuo que no busca su conti- nuacién, puesto que goza de su situacién como estado final * Slotertifi, P, Critica de la raz6n cintca, trad. de Miguel Kagel Vega, Si- ruela, Madrid, 2003, p. 28 1B de la evoluci6n’, La critica, de ecos adomianos, al concepto de “qutoconservacion” en el primer capitulo pone de relieve la ur- gencia de cvestionar y decelerar la marcha absurda de esa nuda ‘vida productiva que, tratando de anular obsesivamente la pre _Sencia angustiosa de la muerte, desentiza el marco cultural del futuro. "Ahora bien, reacio también a encarnar el ominoso papel de cura en tiempos neuroticos”, Sloterdijk sostiene que estamos condenados a partir del punto de vista experimental de la era moderna, Su planteamiento abona la conocida afirmacion de Benn de que lo importante es aquello que uno hace con su pro” pio nihilismo (cfr. capitulo 1. Pero Ia expulsion irreversible de In antigua esfera metafisica no impide que el individuo siga ol- vidando la necesidad de cultivar y constuir 2 tientas una nueva habitabilidad no depredadora respecto al entomo y Ia alteri- dad, “Sélo tuna vez que ef mito analitico ha llegado hasta sus {iltimas consecuencias, se puede desarrollar un saber sintético respecto al coste de Ia figura, de la forma, de Ja forma de vida, de los juegos locales de lenguaie, de todo aquello, en fin, de Jo que se compone la vida concreta’. Ante esta situaci6n és in til volver atrés, La antigua metafisica y Ia técnica moderna di- vergen en no pocos aspectos, pero ‘coinciden en un punto esencial: ambas abogan por un radical “extrafamiento del mundo”. De ahi las criticas a la vision cristiana de Virilio en. elca pitulo segundo y el continuo enfrentamiento on la izqulerda liberal alemana (cfr. capitulo XID. Frente al mundo como mi- sion y movilizacién, la propuesta positiva de Sloterdifk toma perfiles nitidos en su antropologia existencial del *nacimiento” Gels. capitulo VD y se corona en el planteamiento tonal 0 cli- matologico del mecenazgo cultural como cuidado del espacio wesférico” (eft. capitulo VID. Sin recaer en ilusiones totalitarias, 1 proyecto esférico busca justo ahondar en esa cercania me- diadora entre los seres humanos constantemente desatendida “4 por el ilusorio aislamiento del sujeto moderno. Frente a ‘un mundo sin distancias” (cfr. capitulo IID, desheredado y ato- mizado, la “hiperpolitica” de Sloterdijk se enfrenta a la tarea de transformar la sociedad de masas en una sociedad que acepte la carga de la mediacién ent : ‘én entre sus antepasados y des- cendientes. annie antl 3, Similia similibus curantur. Para realizar una intoxicacton voluntaria en las enfermedades de la época, imprescincible ‘como se ve, para realizar el posible diagnéstico, es obligado partir de esa tierra de nadie sondeada y auscultada por la me- dicina cultural de Nietzsche. Como es sabido, éste ya apreciaba positivamente la inhospitalidad a la que le condenaba su pro- bia enfermedad como laboratoro experimental para calat en terminos mas sutiles, casi sismolégicos, un problema siempre presupuesto mas nunca reflexionado: el de la vida. En subsa- nar este descuido valoraba su renovaci6n de la critica filos6fica bajo la figura del médico de la cultura. Pese a que Sloterdijk se sienta a veces a disgusto en sus pasajes mas heroicos, no duda en inocularse, tal como se reivindica en no pocos pasa- jes de Experimentos con uno mismo, la mision intelectual que reivindic6 el autor de Zaratustra frente al “Gltimo hombre", en frascado en su pequeiia felicidad sonémbula. é Lejos de veleidades catastrofistas, pensar a la luz de este mo- delo significa ademas desplegartentativamente una defensa in- munolégica més eficaz frente a las amenazas de enfermedad con la ayuda de procedimientos homeopaticos. Fs decir, la do- lencia no es vista como el mal enemigo a erradicar, sino como tun medio de autoexpresién y autoconocimiento. De aqui sur el interés de Sloterdijk por la figura de Samuel Hahnemann, “a padre de la homeopatia. Este original terapeuta ‘l...] estaba con- yencido de que el médico estaba obligado a intoxicarse a si mismo con todo lo que él mds tarde iba a prescribir a los en- 5 fermos. De esta reflexién procede el concepto de experimento con uno mismo: quien quiere-ser médico, necesita previameni® ser cobaya"* Bs decin, mientras que el buen experineniset aboga por tina suerte de selacién homeopatica con fas doles cias contemporaneas en las que est inmerso, el que Dusca conservaci6n ciega 0 el que s¢ limita a condenatlas moralmnen sin comprenderlas se inmuniza mal de las sustancias coxicas fl socaire de una defensa histérica frente al riesgo de contay fio, Estos dos altimos no entienden la desintegracion y Ta de- cadencia sino come terror © amenaza de invasién. is ia del presente. Las huminosas catastrofes de Hi- vosiima i ete han revelado ademas que la desgracia ba ejado ya de tener la valencia pedagogica tradicional: zen ave hhorizonte final reconeliar tanto dolor si el mundo ha dejado 4 ser un hogar? Nuestro héroe, sostiene Sloterdijk, ya no es Od seo, sino el Judio Errante. Desde entonces, dirs, perder Ia ino- cencia y hacerse adulto no es exactamente 10 mismo. Lo interesante radica en que, tras esta exposicion a Ia incempe rie, la antigua reflexiOn sobre el sujeto trascendental queda ‘Gefnitivamente socavada y desplazada hacia una suerte de sis: mologia intelectual. Ei nuevo intelectual-sensor no debe ya, & riesgo de resultar estéril, enclaustrarse 0 blindarse en fa a> tenticidad de su soledad frente a las circunstancias del entomo, sino tomarse epidérmicamente vigilante de los movimientos ss- micos del presente para crear espacios de inamunizacion. 2Y qué nuevo paisaje se revela al intoxicado cuando se 6 merge en su actualidad? Un mundo sumido en lo que Sloter- ijk llama, siguiendo con prudencia critica a Janger, Smovilizacion total’, Esta formula, neutralizando la diferencia TGowrdil Ps Henle, Ho}, Der Sonne und dle Ted Subskamp Franke fart as Main, 200, p. 8. 16 moral entre guerra y trabajo, “anula progresivamente la vieja distincion entre estar en reserva y preparado para entrar en ac- cién [... traslada al ‘frente’ todas las reservas, y convierte en efectivo todo lo que era potencial” Esto es, un mundo so- metido a acelerados procesos de produccion en donde las cotas méximas de aceleracion conviven para la gran mayorfa de ma- nera incuestionable con una reducci6n nihilista del spor qué? y el zpara qué?; un mundo embotado por una plétora de men- sajes sin destino ni remitente; un mundo donde la sexvalidad se moviliza asépticamente; donde la huida del mundo consti- tuye su rasgo mas definitorio de identidad. Es este concepto clave de la “movilizaci6n” el que en Experimentos con uno mismo mejor esclarece criticamente temas, entre otros, como la sexualidad contracultural del 68, el resentimiento de los me~ dios culturales alemanes, el deseo religioso de revolucién o las paradojas del mundo virtual... sintomas todos ellos necesita- dos de una medicacién mucho mas compleja que la propuesta hasta ahora Como se percibe enseguida, Ia herida de la que se hace eco sloterdijk no es otra que la conciencia moderna del desterra- miento (Heimatlosigkei?), esa misma de la que levanté acta Freud tras el giro copernicano, la teorfa de la evolucién y el descubrimiento del psicoandlisis. Una herida que intensifica nuestra fragilidad, pero que no por ello ha de hacernos mas, insignificantes... sino mas cuerdos. Dado que este paisaje ha reducido al absurdo toda coloracién idealista o toda figura existencial en aras de un movimiento nihilista circular “en busca de mas movimiento”, no es extrafio que el icono de nuestra modemidad sea para Sloterdijk el Cuadrado negro de Malevich, simbolo de nuestro vaciado paisaje tras la batalla 7 Sloerdie, P, Buroiaofomo, trad, Ana Masia de la Fuente, Sex Basal, Bas celons, p. 36. "7 Gfr. capitulo. D, pero también punto de partida posible de una nueva transfiguracion. ZNo era la intencién del pintor ruso precisamente la de expresar csta inversi6n nihilista de figura y fondo, la de pintar “el vacfo de los desiertos”? En un mundo de acero movilizador en el que el contexto otrora natural de vida deviene técnicamente explicito a la par que inhabita- ble, toda figura, todo cuidado por la forma vital no pueden por menos de oscurecerse en la pura y radical indiferencia. Frente a este fondo monocromo, abstracto, estétil, que ocupa todo el primer plano de nuestro presente, reacciona el pro- yecto esférico. Lo interesante del asunto es que, més allé de la posibilidad de la emboscadura heroica, ‘propia’, Sloterdijk. se abre 2 una original investigacién fenomenolégica del es- pacio como cuidado por Ia alteridad y el entorno. Pese a su critica a la movilizaci6n, en vano le encontraremos en las, sombrias trincheras de la antimodernidad apocaliptica 0 en las cavernas de la conciencia aristocratica retirada de! mundo. Experimentar en este sentido también se asemeja mas a una intensificacion de Ja escucha de las circunstancias que a un debate “propio” o de tintes expresionistas del individuo con- sigo mismo al borde del precipicio. De ahi la necesidad de dialogar con la experiencia religiosa y la tradicion metafisica, concebidas ahora como ilusorios farmacos alternativos. En- tender estos experimentos implica por tanto situarse en un escenario filos6fico posmetafisico.que, curlosamente, @ raiz del derrumbamiento de las ilusiones de la modernidad, esté en condiciones de comprender mejor la enorme capacidad de seduccion de la todavia viva necesidad metafisica de li- beracion (cfr. capitulo XI). En esta misma intemperie, la re- flexion de Sloterdijk aspira 2 experimentar en estos tiempos volcénicos otra manera de habitar y cuidar de los actuales campos de fuerza de Ja vida. S6lo en esa medida su filosofia adopia la figura de una pedagogia critica de la inhospitali- 18 dad, una sismografia de lo urgente.* Mas que partir a la btis- queda de los primeros principios, el intelectual ha de saber ir las detonaciones de su mundo. No valen las viejas canti: aelas moralizantes para los nuevos problemas. “Pensar en el siglo Xx no equivale ya a contemplar la totalidad del cos- mos, sino a reflexionar en medio de una explosion. Esta es la raz6n por la que a los intelectuales actuales que filosofan les sea imposible comportarse con jovialidad en el mundo. No hay teoria contemplativa de las explosiones." Ante este tel6n de fondo valdria la pena volver a analizar sin histeris- mos interesados Ia estéril controversia con la izquierda libe- ral alemana surgida a raiz de la conferencia en torno al “Parque Humano”, 5. Bsa berida llamada izquierda, Aqui hay que entender también la guerra entre el peso y la levedad discutida en el capitulo XIV. A causa de los cambios de orientacién, Sloter- dijk se pronuncia a favor de redibujar en colores mas mati- zados el tradicional mapa de la izquierda y la derecha politicas, A fin de lograr una buena oxigenaci6n, invita a que el viejo vino de la izquierda sea de nuevo decantado en odres nue- vos. Como buen “decantador’, este nietzscheano de izquier- das aboga por un matizado compromiso entre la conciencia twagica del peso de la realidad y el aligeramiento de la felici- “Hacer referencia, por ejemplo, a los “temblozes del aire* significa, de ene ada y a la Inz negra de las guesras y atrocidades del siglo xx, agudizat la sen sibilidad para captar esa inhéspita experiencia toxica (guerra de gases, propa. ganda bélica) que, al socaire de ung legitimidad técnica y no poces veces ingenuamente humanitaria, aroja luz ~'ilustra"~ sobre las cosas al precio de borrar, extrafias y abstraer de su arraigo natural a los mismos hombres oboe. ‘ados en iluminatla. Esta perspectiva implica romper con et suefo de los jus tos del htimanismo tradicional y trabar amistad con todos los “hombres maios” “Finger, Nietasche, Heidegger~ del dark side de la modernidad. 19 fic equilibsio que molesta tanto a la tadicién va~ de consesetdora como a Ios inputs moxilzadores de la politica izquierdista més socialdemocrata y enamorada mndmico. ; Pe pay que olvidar que la filosofia de Sloterdijk es hija rt tica de a experiencia del Sesenta y ocho. En Experimentos con veo mismo.se observa una cierta melancolia por la conver- sién comercial de los lemas contraculturales de la liberacion senut en mera descarga gansta de ejecutivds agresivas (di. capitulos VIII y IX), pero también un andlisis matizado {el concepto de revolucién (cfr. capitulos V y VD. Como fienbro de una comuna contracultural y discipulo del ex- céntrico maestro de sabiduria “Osho” en la India durante jos oes sesenta (cf. capitulo XID, Sloterdijk dio desde el prin- fipio de su carrera Kidicas muestras de su interés por des- Gent heave nda Coo pare conoer pone 2 oon eea pect canis van (51-050, depen en coe tis steno, va mpoane pon oer St sar ash sea endo eva aa bn ca examen cng gp de ton coke cn sins cnet cone odin dni Sey coy aa desea, Rach an 9 ies ara ch Se chy rcnes era ca uno pore Hag a en) apes Ao deo moe Zr ano de re Za um re ibs es Esme y poppe na sere de er es bona sel et Sa Elsa pot aan has pes on en ence ssa ioe on ora je org a hc ins hed de apecspunn lento sa ese acora om 50 mms cg ces ce uence nuno. Al pos tp conte so a ec earn Bo 198 bers pd cable se temantapnan pore de ono, pai go apes cao as salad ce nope ohne » marcarse de la influencia de la generacion anterior de la Es- cuela de Frankfurt y de su correspondiente derrotismo poli- tico. Incémodo ante esta “version de izquierdas del circulo gndstico al estilo de Stefan George’, el nuevo quinismo pare- cia responder mejor a la entusiasmada coyuntura del mayo se- sentayochista que al atrincheramiento te6rico de figuras como Adorno 0 Horkheimer. De ahi también su propésito de elimi nar las sombras teol6gicas que seguian haciendo de la felis dad material una reivindicacién politicamente indecente. ‘De manera sorprendente, Critica de la raz6n cinica alcanzé tun éxito de pUblico considerable para ser una obra filos6fica Incluso Jiirgen Habermas, en esa época mas sospechoso de radicalismo que hoy, mostr6 cierto interés por sus provoca- doras tesis, El mérito de Sloterdijk fue conectar con las in- quietudes generacionales de una juventud que, critica con la hipocresia de sus mayores, comenzaba a desembarazarse de la mala conciencia y la “hipermoral” de la generacién an- terior, traumatizada por la guerra y la complicidad peque- fioburguesa con el nazismo. Mas interesante filoséficamente es el dato de que su retrato actualizado del *quinismo” como ctitica del cinismo nihilista buscaba ya desmantelar de alguna manera la perspectiva ortodoxa de cierta critica de las ideo- logias, especialmente la dogmitica inherente a determinado marxismo: Hoy, afios mds tarde, puede decirse que uno de Jos aciertos de Sloterdijk consisti6 en que, sin participar en absoluto en una vision antiilustrada ni tampoco posmoderna, mind las bases de la vieja critica en-el contexto de una en- crucijada en la que la elecci6n filos6fica pasaba mas por la infidelidad creativa al concepto tradicional de Ilustracién que por el pesimismo obligado por la lealtad a sus origenes. En ese momento una de las apuestas polémicas era convertir a Heidegger en un posible “pensador de izquierdas”. Una “iz- quierda ~segiin sus palabras ya no considerada, al estilo de a Ja gran teoria dogmatico-marxista [..,] como la cOmplice del mundo, y que no apuesta incondicionalmente por la dog- mitica del desarrollo industrial”.* Aflos mas tarde ~1999-, la herida mediatica en la que hurgo Sloterdijk con Normas para el parque humano no fue, como se dijo, un simple pretexto para la lucha por el dominio acadé- ‘mico, Sin duda -como ya sucedia en la polémica de los afios sesenta entre el Foucault estructuralista y el Sartre humanista— el marcado tono ad hominem de la polémica dejaba traslucir algunos aspectos menos interesantes. Por ejemplo, e! problema del relevo generacional en la toma del poder intelectual. Pero no era esto Io decisivo. La resistencia, en términos psicoanali- ticos, del humanismo o de la Teorfa Critica dla Habermas frente al andlisis untropol6gico-cultural de Sloterdijk era, entre otras ‘cosis, sintoma de un tabti moral especificamente aleman: la dis- cusion en torno al tema educativo de la selecci6n Ia “cria” nietzscheana— en un mundo vaciado de toda distinci6n. El es- céndalo,’a falta de polémica real (Habermas no entr6 directa~ mente en la discusion, sélo la inspir6 entre bastidores), hurt al mismo tiempo una urgente reflexién sobre el sentido pos- metafisico de la cultura europea. Se equivocaron quicnes vie~ ron en lt conferencia un iresponsable y esteticista remake de Un mundo feltz sin ponderar en qué medida el escrito se si- tuaba en una linea clisica de reflexién ya iniciada en obras como Elnacimiento de Ia tragedta 0 El malestar de la cultura, Asimismo, se ignoré con buena o mala fe en qué medida Slo- terdijk polemizaba con e] bucolismo pastoril heideggeriano y abogaba por sustituir el planteamiento elitista en torno al pro- bblema del Ser por un anilisis orientado desde parémetros psi- col6gicos y antropologicos renovados. El lector tiene una buena introduccién de su planteamiento antropolégico de la “venida * Gritca de a razén céntca, op. cit, pp. 323-324. 2 al mundo” en las piginas de Experimentos con uno mismo. Al mismo tiempo, la cesaz6n humanista ante conceptos como “an- tropotécnica” no hacia sino llamar fa atencién sobre los peli- gros de intoxicarse con filosofias tan peligrosas como las de Nietzsche y Heidegger, dos autores no censados dentro de lo politicamente correcto. Este rechazo oscurecié totalmente la pregunta de si en el proyecto de Sloterdijk hay lugar para un nuevo “humanismo” a la altura de las realidades del siglo. Pre- cisamente Ia lectura de Experimentos con uno mismo pone de manifiesto cugn cargado estaba ya el ambiente de la izquierda alemana pocos afios antes. Las alusiones a Thomas Assheuer cfr. capitulo XID, uno de os instigadores de la polémica pos- terior, arrojan luz sobre esta lucha cultural que todavia es la nuestra A la vista de todo esto, se entiende por qué Sloterdijle con- vierte ~de manera premonitoria, se impone decir- fa funcion de chivo expiatorio de Botho Strauss (cf. capitulo XII) en un auténtico “caso” cultural.’ La resistencia a todas luces desme- surada de la sociedad mediatica a las incomodas preguntas que plantea todo “autor” fiel a su mision es aqui vista sintomética- mente como una reaccién defensiva a la desintegracién del planteamiento moral humanist y la negativa de entrada a de- batir un nuevo horizonte filos6fico posmetafisico. En el fondo, "La aparicion en febrero de 1993 del articulo del escritor Botho Strauss “Anschwellender Bockgesang” ((rad. castellana: “Premoniciones de tragedia, Et canto creciente del macho cabrio", en Debats, r? 45, septiembre 1993) abrio. ‘un encendido debate polttico-cultural en los medics alemanes. Lamentando la ‘muerte del espiitu trigico en Is anestesiada sociedad alemana actual, Strauss, antiguo izquierdista, reconocta aqui la supremacia de los valores culturales de bh “derecha" (el elitismo, “lo inchuidible’, Ia idea de sacrificio) frente a una ix- quierda mediatica “saturada de protestantismo intelectual?” y encerrada en los limites de lo politieamente correcto. 1a conversacin de Sloterdifk coa Olivet ra no hace sino ahondat en este planteamicato, 3 de emboscado provocader. La conversacion con Carlos Oliveira en Experimentos con uno mismo no hace sino testimoniat es- ta inusitada atencién, casi fenomenologica, 2 las cosas insigni- ficantes, al cuerpo, 2 Ia infancia, al milagro de la fascinacion humana, a la complicidad del rostro, a la ternura maternal, @ Ja amistad, al cuidado de vivir como experiencia de “venir-al- mundo”, Esta jovialidad nunca tomada a la ligera se hace pa- tente en toda la conversacion, prueba de que vivir es siempre vivir en una determinada atmOsfera, habitar “entre” seres hu- manos: inter bomines esse, “Pensar significa agradecer, babia dicho Heidegger. Yo opino, mas bien — \ Ye oe we ei? us un espacio hueco. El andlisis se revistelasi de‘una especialagu- EERE fst dice: soy un canal o una suere de ca- Jentador continuo de_sustancias publicas (chismes sociales, experiencias del exterior, materia arrastrada por el viento...) Pasan muchas cosas para que yo pueda forjarme un yo y, en la medida de mis, posibilidades, ‘si lo intento. En efecto, ast eS como sein todas aquellos en quienes Ta reflexion se ha tegminado volviendo contra sus propios cimicntos y topando con la confingencia del yo. Desde ese momento, Ios mas peis- picaces, esto es, los que se han desmontado a si mismos como ‘es debido, comprenden cygi_es su mejor fragmento, su yo-pre- ferido. Tras todas estas figuras subyace el Gay éste invade las formas, las ficciones. Bl teatro de mi caricier la imagen de mi mundo, mi compromigo... el,vacio en wulle todas estas for inas como sino fueran nada.,/Todos los experimentos ence- minades @ constmuir un yo estable partiends de lo social termi ando 4 una posicion. ‘exenta de autenticidad 0 sig isoria/La posmodernidad, dicho sea de paso, se distingue por ser la empresa encargada de rehabilitar todas ‘estas situaciones irtisorias. Ahora bienfo que existe de entrada yen primer término no es otra cosa que elvacia, up yacio que podemas y, quiza tambi ‘debemos conocer. Desde el punto de vista de la historia del arte, esta situacién evoca el famoso cuadrado negro que Malevich destil6 como tltima forma de re- duccién para el mundo de la imagen. Esta cosa sin forma pin- tada de negro es el telon de fondo de todo lo psiquico. Dicho en otras palabras, el alma que tealiza experimentos consigo misma, que s¢ descompore hasla Tegar a sus ullimas particu- {as se desCubre a simisma como una nada realmente existenie, (ina Sipecie de monocromig, una superficie indiferente.. Ia gu perficie en si, la pagina vacia en ef Nbro interior. Fate fondo puro puede ser redondo “Milevich mostro tambien variaciones redondas de esta pura negrura-, puede ser cuadrado, triangu- 2 Jar, puede tener tantas lados como se _quiera, 9 carecer com- letamente El punto decisivo radica en que esta mo- hnogromia interior no nada, €5 wna pantalla vacia. Una negrura —redonda 9 cuadrada—vacia: e310 es To que soy yo 2, imejor dicho, esto es lo que ¢s el yo ante cLyp- un simple fondo ‘sWofigura, und pantalla sin jexia Mi tesis es ésta: ta cultira ex- pesimental nO puede producit otra cosa que no sea esa posi cin iltima Tavania en el budismo: tov indidad. 0° toda_profndidad es superficie, todo contenido es forma. Un budismo made in Ge esto €5 precisamente lo que empieza a c tc st ieza a conocerse deste la década de los aflos veinte de este siglo, y ésta es la raz6n de que. Por qué precisamente a pantr de esta fecha? Porque los pioneros que formaban parte de estos experi- mentadores, los integrantes de la generacién expresionista, de la generacién constructivista, etc., habian alcanzado en esa epoca el punto final det andlisis como principio. El moder- nismo radical comienza, efectivamente, en el momento en el que se pretende llegar hasta las tiltimas consecuencias de tas posibilidades analiticas y constructivas. Piensa en érmi- nos escatol6gicos, milenaristas, puristas; en una palabra, piensa radicalmente. Tiene como meta llegar a estados finales mas alla de los cuales no se pueda ir. Desde la década de los afios veinte no podemos ignorar, por tanto, hasta dénde llega el moder- nismo. Boris Groys lo ha explicado con brillantez en sus tra- bajos en torno al vanguardismo ruso, sobre todo en su conocido: libro sobre Stalin como obra de arte total.‘ Pero el extremismo. apenas dura un instante, luego llega la hora de las revisiones “Bois roy, Gesamthonoo Sain, De gosaone Rul in tunon Monee, 1296 fst una nee econ eee a y En esa medida, en el Ambito concreto sarcomas ne ce de a bist geiosa si recordamos que, tas la década de los sin cultural O° nbito de las artes, a tenido lugar una gran a80$ vei adox han entraco en escena nuevos clasicismos, vet a cin, la ironia, Ia reconeiliaci6n, nuevos mitos, el !a omame mo, la figuraci6n... no hay nada en el conjunto sentimenpundo posmoderno que no haya sido probado con act oe Todo esto no puede emerger més que en el ex anterior ae a abstracci6n completa, del desarraigo nihi- toso conte rormulacién ms acendrada. Esta_salida del te hcals ica que fa cultura ¢s un modo de reponerse soe se define siempre por sex culeura tras el terror. Sélo ia cultura se define siempre por set cultura tras el terror Hau ito analitico ha Hegado hasta sus tltimas con- tuna ver ef puede desarrollar un saber sintético respecto al seen figura de la forma, de la forma de vida, de los jue- coste des de Lenguaje, de todo aquello, en fin, de lo que se 808 Joc vida concreta, Una situaci6n a la que accedemos Sas) que podamos impulsar ¢l pensamiento infinitamente orl de estas condiciones, ¥ cons: e todo lo.que Sehabla construido también puede deconstruirse. La reduccion Soe arr re asad ara las formas positivas de vida en el tel6n de fondo del nihi- Creo que estas ideas sélo se aceptaron a finales de la dé- a ie los aos veinte. Estoy pensando en la fenomenologia ca le Heidegger, inélita hasta ese momento; en la ex- del ted a disolucion de la forma en Benn y su inversion Prien ens primitivos; ef Ia famosa -¥ en su poca impres- ah ae sindiferencia creativa” propuesta por Friedlinder-My- a aed rimer Wittgenstein y su concepci6n de lo mistico FO eo ee’. O, en general, en miles de otras cosas que we Mocieron, 2 tnés tarda, alrededor del ao 1930. Fn el “4 muggo.actual todos.eses temas han terminado siendo. poy Jarizados por las artes, bigh and low, como la ultima religion ee Modemidad. | — u Gums Homones ¥ ANGruns vacios Tus explicaciones comienzan a ser esclarecedoras porque per- flan et marco bist6rico de las ideas y teorias gracias a las cua~ Jes el culta al individuo ba podido tomar el poder. Me gusiaria empezar con una segunda tanda de preguntas que, tal vez, podria completar lo que has desarrollado hasta este momento. No deberiamos pasar del nivel histérico-ideolégico al de la psi- cologia social para explicar el desarrollo del individualismo con- Fsioy pensando, icamente, en ese fendmeno actual que constituye la cultura delsingle. En torno a él surge, al margen de la ribrica“indi- vidualizacién", un vocabulario de conceptos como narcisismo, ego, cultura del yo, inclinacién.a la vivencia, ¢ to ficial... ¢Cémo relacionarias las ideas que bas expuesto anie- riormente con estos fendinenos? Bueno, de entrada haciendo una referencia a las estadisti- cas. Siguiendo tus indicaciones, y a tenor de las nuevas ten- dencias existenciales dominantes en las grandes ciudades, puedo decir algunas palabras sobre lo que cuentan las recien- tes investigacionés demogrificas. Hay ciudades como Nueva York, Berlin, Paris, Munich u otras que revelan las imagenes tipicas de las tendencias existentes en todo el hemisferio occi- dental. Desde la década de los aos ochenta, existen datos de erca del sesenta por cie Jos habitantes viven solos. en este contexto en las palabras de Nietzsche acerca de los " timos hombres”, Ahora bien, yo constato aqui un fenomeno no exento de ironia: el mismo Nietzsche, precisamente alli donde i pretende expresar una idea de altos vuelos, no pudo sino su- bestimar su propia observaci6n. En ese momento era incapaz de barruntar la importancia que revestiria en el transcurso de tun siglo su idea del ditimo hombre. Con sus excursiones a las cimas, Nietzsche pretendia ofender a la pequefia burguesia de ‘iltima hora, a ese sempiterno filisteo corto de miras, una pro- ‘vocacién que descansaba, por lo dems, en la conviccién eli tista de que la alegria de vivir de las gentes mediocres es siempre vulgar. En el mundo actual, mirese donde se mire, apa~ recen tipos totalmente diferentes de “tiltimos hombres” que hacen cidos sordos a las provocaciones de Nietzsche. ELtipo de-“iltimio hombre” en el.que estay pensando (caya forma pre- via, dicho sea de paso, puede encontrarse en los movimientos misticos del siglo xm, y que en el sigio x1v se manifest por vez primera como fen6meno de masas) ha pasado a convertirse con el_paso del tiempo en mayoritario. ELiltino hombre” es el consumidor miStc6, el explotador integral del mundo, esto es, up individuo que no sontinuacién, puesto que goza ituacién como io final de la evolucion. Este tipo es elgiiebibsia aliorala8 grandes ciudades de nuestro mundo. En este fenémeno se pone de manifies moderna, dicho de otro modo, el recogimic smo. Desde la perspectiva dé Ia Fistoita , podriamos considerar estos cultos contem- pardnens. det.ya como wn eco de [a devote modernar de Tos sigios x1v yxy, una especie de mistica Burgess qUe Sirgi6 antes Sistine eras Gudades Conterctatew det noroeste de ropa, Tanto en un caso como en eT Otto Teliids de VernGs- ‘Tas con egoistas refinados religiosamemte embelesados por lo existent®, Ellos se considera soclos junior dé Dios y estat 46 secretamente convencidos de que el angel de la Navidad en re- alidad habla de ellos. Todo tipo de vocaciones aparecen de este modo en medio de una poblacin laica, vocaciones encami- ngdas a llevar una vida’solitaria; vocaciones encaminadas a llevar Una existencia casi monacal, extética, feliz consigo misma, les, deambula por los bulevares, se ac agartamento,prowisto.de agua mineral y éxtasis, y deja que ojgs caigan seducides por.un_carnaval ine ie imagenes. Este es el tipo single por excelencia, aqui irumpe un tipo hu- an perfecto co- storia de Y que ahora vuelve a aparecer. en escena bajo ropajes seculares. 7 io se ihterpreta esta situacin de una forma excesivamente positiva? :No entran aqui en liza también nuevas postbilida- des de deshumanizacién? :Bntre los participantes e esta party de suicidas no se incorporan también otros invitades mas in- quietantes? Lo que toma ta palabra aqui, zno es lo que bay de mds terrible en nuestro propio yo? Quiz, s¢ muy bien que no todos los singles son misticos in- for istas refinados. El sinigle por aitonomasia que re falor limite dé'un fenomeno que causas arbitrarias. Pero 1d que mié ifiporta squejar 2 grandes lineas el tipo para que se vea qué es Jo que aqui esta en juego. Pienso sobre todo en todos aque- llos que conducen su vida en solitario copio una filosofia.y. que son algo asi como monjes incrédulos, monjes de la falta de fe laciones sociales. No hay mas que un axioma en la : Ios placeres del instante son, efectivamente,-placeres ieee! = del instante. El single és el monje vacio,-un.cuadrado. negro SoBe dos piemnas. El aspira @ Ser libre, y por ello se manifiesta a ocasiones tis a favor de que sus experiencias carezcan de consecuencias. Sin embargo, él quiere seguir disfrutando, y por esa raz6n opta por proseguir sus experimentos. Estas dos opciones han de ser equi- libradlas: la consecuencia logica en Ia inconsecuencia o la con- tinuidad en Ia sucesién de puntos de experiencia discontinuos, Aqui, sobre estas premisas, se podria desarrollar una ética pos- moderna, En este momento estoy estilizando a grandes rasgos conscientemente el tipo, y sin ignorar que toda estilizacién es limitada. Me viene a la memoria cémo |a_Jiteratura de la Re- publica de Weimar descubrio el tema, hoy tan atractivo, del né- hada. Ei Ger epoer muchos Iiterates déscribian el tipo del Vidigro sic solitario, del hombre sin hogar, del vaga- bundo, del viajero errante, del ‘maiginade> Piensa, por ejem- plo, en BI lobo estepario de Hermann Hesse o en sus colegas. Pues bien, todos estos lobas no fueron sino la encarnacion y sublimacién de un hecho real: después de 1918, y durante la gran crisis de 1923, en el contexto del Imperio aleman, exis- tian millones de personas sin techo. De ellos slo una mino- rfa insignificante estaba compuesta de vagabundos urbanos y rurales declarados, pero esta minotia, © mas bien, sus repre- sentantes en el ambito de la creacion artistica, crearon este ho- ceto y celebraron su estado de confusién como una nueva ningun tema de les affos och n venta que.no haya sido anlicipade ei la d€cada de los afios veinte. De esta cuestion se- guramente hablaremos mas Warde" En pocas palabras, la refe- rencia al tipo single por antonomasia deberia poner de manifiesto lo que constituye el fendmeno extremo de todo este desarrollo: el contemporaneo tipico ¢s este confeso “Altima hombre”, una paroae THEN religioso del monacato. Lo que habiy Gue aprender de la experiencia a soliS HEMET Dios 4a hha terminado convirtiendo en la actualidad en una estancia Saco convirtiende en Ja actualidad en una est solitaria urbanita en medio dé una nada amueblada. Brillante defimicion, Pero td tienes raz6n: esta situacién no se puede expresar tinicamente en términos positivos. Existe también una incon- mensurabl is roceso de mo- =rnizacion. Entre el cincuenta o el sesenta por ciento de solitarios urbanitas que acabo de mencionar se encuentra un tercio de personas de mayor edad que han perdido a su co paitero afiera ¥.que no quieren o no pueden voiver a maiitener.oisa.relacion. Estas personas tienen la oportunidad de constatar que Ja vida es un proceso de impregnaci6n ifre- vensible; una larga marcha hacia Ja o} lividual, hacia la soledad, La vida trabaja sobre nosotros como un cerrajero forjando una lave extremadamente complicada, todos los aii0s se afiaden en ella algunos dientes traicioneros. Cuando el com- Pafiero de tu vida desaparece, ti no tienes una llave de re- cambio para reemplazar a esa criatura perfectamente pulida y limada que ha vivido a tu lado durante veinte o cuarenta afios, y que ha sido capaz de abrir tu puerta, Una llave perdida de estas caracteristicas no puede volver a forjarse, s6lo es signo de una ausencia, Para mucha gente mayor la soledad es la consecuencia inevitable de sicesos biogriticos inreversible- mente ind ividalizantes Pero eS SUCede Cid vez mds tam bién entre la gente joven: ellos tampoco pueden reproducir enseguida a Su paicia en Ja ferreteria de la esquina. Echa una vistazo.a tu alrededor: ya a la edad de veinte 0 veini aiios la probabilidad de que te topes con una p haya leido los n s libros que ti, que haya oido mia Canciones, que comparta tus lugares de v: Ticulas €8 casi miniiia an Me parece que estas hablando abora de lo que antes se ba des- crito como el proceso de atomizacién de la sociedad. Si, la atomizaci6n, aunque, penséndolo bien, €l concepto no es aqui el mas correcto, ya que entonces hacemos referencia a una fase superada de las ciencias de la naturaleza. Habria que habiar mas bien de una neutronizaci6n de la sociedad. Si ha~ cemos caso a la fisica, ng somos ya aoios, sino particulas cle- mentales, de este modo descendemos 4 un nivel analitico algo mis profundo. Tai sombinaciones de partkilas elemeriales pueden llegar a ser todavia mas individuales. Fsio se puede ver con toda claridad ahora en cualquier biografia: los caminos hacia la singularidad comienzan muy pronto, ya hasta los niftos se comportan selecta y llamativamente como si fueran peque- fios reyes de la moda, Es esta reflexién, por otra parte, la que nos habia servido de punto de partida de nuestra conversaci6n, Latoma de conciencia de la individualidad es el individualismo auiéhticd. Esto no quiere decir que los individuos, @ tenor de Si disposicién genética, representen formas evolutivas invero- similmente extravagantes, formas de las que no existen dos ejemplares idénticos. No es éste el individualismo del que es- tamos hablando aqui. Me refiero a la aparicioa en estos cuer- pos singulares de un espiritu singular, de un ego que presiente algo de su caracter univoco. La Modernidad agota elindivi- dualismo objetivo de los genes como relacion subjetiva y re- flexiva, y hace prucbas con Ia posibilidad de determinar qué significa habitar ese abismo de singularidad Gn Ni GUE yo criencigs. despierto, yoluntatio, capa Antes de proseguir con el diagnéstico de nuestro tiempo y de adenirarnos en el tema de la transformacién de la relacion con ‘nuestra identidad, de nuestra comprensién de nosotros mismos, te pediria un comentario acerca de las consecuencias psicolé- <0 gicas de este desarrollo que has descrito de manera tan vivida. Estoy pensando sobre todo en fenémenos como la soledad, el ats lamionto, las neurosis por alejamiento, es dectr, ese “autismo ontolégico” condicionado por factores psicolégicos y sociales Acabas de acer referencia a ese cincuenta por clento de la poblacion que, como minimo, vive sola. También existen “soli tarios secuenciales” que pasan una parte de su tiempo en so- ledad para luego empezar un nuevo proyecto existenctal con otra pareja. Los socidlogos que conocen el fendmeno han actt- jiado aqui el concepto de “monogamia sucesiva” ~lo que sig- nifica en realidad una poligamia sucesiva-, y ban llamado Ia atencién sobre las problemas que se derivan de ello; por efem- Bo, conseuenciaseastcas respect ala cuestion de a des cendencia, etc. Imaginate que tienes que desempenar el de un Mietzscbe del siglo 2%, 0 de wna espece ‘he bondowrne un Nietasche y un Spengler de tzquierdas: :cudl seria tu valo- racion de las consecuencias a largo plazo de estos desarrallos, un fendmeno que algunos analistas tildan, al parecer con bue. nas razones, de “catastrofico”? Bueno, yo propondria poner entre paréntesis el calificativo de “catastr6fico”. Cuando utilizamos expresiones de este tipo aventamos temores profundamente discutibles, Asi es como suelen comportarse los intelectuales cuando practican la. cri- tica cultural: infunden miedo para Inego explotar las conse- : tiem- pos neurdticos, Es precisamente esto lo que no quiero ser. Esta muy Jejos de mi intencién pronosticar oscuras tendencias para luego poder explotarlas ¥ sacar provecho. Me disgusta el ne- See ea Bar Tea ores Mee goto de alain, BOFTS ee Aconse abate de este ipo de critica cultural. ;Puede ser que el fenémeno que aqui nos interesa no se haya mostrado en todas sus consecuencias? 31 bablemente, la complejidad de un fendmeno no se llega a des- velar en su totalidad mas que después de cinco o diez gene- raciones, tras observaciones conscientes y coherentes, algo ast, ‘digamos, como doscientos cincuenta aftos, gquién sabe? Podsia suceder que empeziramos a lanzar la alarma demasiado pronto. Podria ser que cl individualismo en su conjunto en- carnara una tendencia evolutiva terapéutica que, vista desde la perspectiva de un momento temporal tardifo, apareciera ‘como indispensable y l6gica, en ningiin caso como ese camino hacia la catistrofe que hoy sospechamos. Me gustaria dejar esta posibilidad abierta, de ahi que no suscriba @ priori la expre- si6n “catastréfico", aunque tenga claro qué es lo que quieres indicat con ella, También podria ser que dentro de cincuenta aos la expresion “catastr6fico” se convirtiera en un eufemismo. Inversamente, es posible que si nosotros utilizamos en Ia ac- nualidad este calificativo en un sentido ingenuo, aparezcamos mis tarde agarrotados como gente corta de miras, como arras- trados a disgusto dentro de un gran proceso en el que hemos pensado a la baja. Quiz4 estamos ahora demasiado limitados para pensar un salto evolutivo de este tipo. Por tanto, catas- tr6fico 0 no, prefiero dejar en suspenso la valoraci6n de esta tendencia. No por ello, sin embargo, voy a dejar de contestar a tu pregunta, Es un hecho que las personas que crecen en un régimen in- dividualista pasan por una especie de desheredamiento inte- gral; ésta es una idea con la que trabajo desde hace algin tiempo, puesto que es necesaria para describir ese extrafo modo en el que las jévenes generaciones se emancipan de los lazos paternos. En ninguna formaci6n cultural anterior ha exis- tido algo semejante. En el mundo actual el proceso de creci- miento tiene lugar de forma completamente distinta de como era habitual en las sociedades tradicionales, donde contaba la realidad de descender de una linea genealégica y de su res- 52 pectiva herencia, con su lengua, sus atributos, su lugar en el ser y en sus objetivos existenciales. Uno hereda todo un harizonte y, dentro de este horizonte, un mundo completo. Hoy nos senti- ‘mos monstruosamente alejacos de estas relaciones. En una so- ciedad que practica la experimentacién, no se accede a la condici6n de adulto sin un proceso de desheredamiento, de ahi que la madurez, como tal se haya convertido en una idea vaga. No existe ya ninguna "genealogia”, no tenemos ancestros ca- paces de transmitirnos como testamento una forma de vida y de mundo completas. Se suceden los hombres que no se en- (eran de nada, que no tienen gran cosa que transmitir salvo neu- rosis y cuentas bancarias, Estos son nuestros valores residuales, el resto no es més que hojas amarillentas, vagos programas que ya eran de poca utilidad en el dia de ayer. Cuando alguien he- reda, hoy se pregunta ¢cudnto?, ya no qué? Esto también és sin- toma del proceso de desheredamiento, Heredar millones es algo que s6lo pasa a gente muy pobre, quiero decir a personas es- piritualmente desheredadas, a personas existencialmente des- heredadas en el plano formativo, personas que junto 2 los millones heredan también la enigndtica pregunta de como han de vivir, una pregunta a la que la mayorfa de los herederos no sabe contestar. Su vida ser entonces el experimento en busca de esa vida que hubiera podido ser buena si, junto con los medios econémicos para disfrutarla, se hubiera recibido al mismo tiempo Ia forma de vivirla, Pero el desheredamiento es s6lo el comienzo; a esto se suma, en el plano espiritual, el desencantamiento, un fendmeno que va mucho mis lejos. Muchos son los hombres que pierden y olvidan sus propiedades mediadoras para convertirse en som- brios consumidores parasitarios de bienes e informaciones. Y los consumidores parasitarios siempre se encuentran cerca de tas cloacas. 33 2Qué es lo que quieres decir cuando hablas de las cualida- des mediadoras del ser bumano? En la actualidad se pasa por alto con demasiada facilidad el hecho de que los hombres funcionan como medios primarios. Los aparatos, en un primer momento, no hacen més que afa- dirse como amplificadares a estas cualidades mediales huma- nas. Ea cuanto medias, los hombres son siempre mensajeros, esto es, hombres entre hombres, intermediatios. Ellos informan a los demis hombres sobre algo de lo que a su vez han sido informados En estas transmisiones 0 recados se cifra todo el proceso de humanizaci6n. Esta es la raz6n por la cual todos los hombres son mensajeros potenciales (angeiot en griego, Engel en alemin), informantes del estado de las cosas, por mucho que este tipo de cosas sea mal visto por la teorfa dominante de los medios, que ensalza obsesivamente las imagenes y los aparatos. Por desgracia, los tinicos que siguen aplicandl el con- cepto de “médium’ al ser humano son los ocultstas, fo cual, sise mira bien, no deja de ser un fenémeno escandaloso desde el punto de vista te6rico, Siempre que se habla de medios, se hace referencia a aparatos y programas. Esta situaci6n arroja luz sobre lo discutible que es este desarrollo del problema y pone de manifiesto procesos de cosificacién a gran escala. Por decirlo de otro modo, si la palabra “catastr6fico” se revelase algain dia como correcta, seria sobre todo en la medida en que ilustrara la amenaza real de estos fendmenos de desencanta- ‘miento, Mientras los llamados medios roban masivamente a los seres humanos sus propiedades mediales, éstos desarrollan los, signos caracteristicos del “sltimo hombre” en el peor sentido de la expresion. Vivimos dentro de nosotros mismos la larga ‘agonia del angel. Los dltimos hombres son angeles vacios, anti- mensgjeros, hombres incapaces de articular palabra. Entién- deme: ahora no me.estoy refiriendo a los “altimos hombres" & del prélogo de Zararustra, que tienen su pequeao placer para el dia y su pequeno placer para la noche y que han inventado Ja felicidad. El Gltimo hombre que vive en el mundo contem- porneo es alguien que no tiene nada que contraponer a la infelicidad, El embotamiento es un estado que obliga al hom- bre a evadirse en la experiencia, en la diversi6n, en la actual dad, toda vez que éstas son las Gnicas formas disponibles en este momento que confieren algo asi como un sentido, Para los desheredados y los embotados no hay ninguna misiéa, ninguna transmision, ningtn mensaje que portar, :no es verdad? Fl in- dividuo individualista no es ni un enviado (Gesandter) ni un tipo habil (Geschick#), un conocido juego de palabras acufiado por Bismarck,’ ¢lo conocias?; el individuo es simplemente el hombre que carece de misi6n, el anti-mensajero, representa un producto defectuoso, esto es justo lo que quiere hacer la edu- cacién moderna del ser humano: productos defectuosos que, a través de su trabajo personal, han de lograr ser un producto finalmente utilizable, eso que casi nadie consigue completar, Es Sartre quien nos ha proporcionado el anilisis ideologico de este fenémeno cuando sostiene que lo que importa es hacer alguna cosa de lo que se ha hecho de nosotros. En las anota- ciones del diario de Kafia, fechadas en la época de la Primera Guerra Mundial, se encuentra un pasaje que se ha incluido en las famosas Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la es- peranza y el camino verdadero. Max Brod lo ha editado en las Obras péstumas de Kafka, El pasaje en cuestion reza asi # Se cuenta la anécdota que, durante una recepcién, la esposa de un emba- jador se quejé a Bismarck de la difculkad y ambigiedad de la lengua alexn- na, Para ello hizo referencia a expresiones como "senden” y “schicken” (on vat). Haciendo un juego de palabras, Bismarck supuestamente replicé con cierta soma a la sefiora diciendo que entre estas palabras si enistia una gran difereacia: su esposo era, clertamente un enviado (Gesandter, pero ea. abso- Juto un hombre hibil (Geschichten. (N. del T) 58 ' Se les ofreci6 la alternativa de escoger entre ser reyes o mensi- jeros de los dioses. Como nifios, todos ellos quisieron ser mensaje- ros, Esta es la raz6n de que'no haya mas que meros mensajeros, Y asi corren por el mundo; ¥ dado que no hay rey alguno, se gri- tan los unos a los otros sus mensajes, que, entretanto, se han vuelto absurdos. Con alivio pondtian fin a su vida miserable, pero prefie~ ren no hacerlo a causa del juramento de fidelidad contraido, No conozco una teoria mejor del embotamiento del sujeto ni tampoco una descripcién mas aguda de lo que significa el pe- riodismo modemo. Es un hecho que estos transmisores no paran de dar ruidosamente vueltas en el vacio, sin poseer el mensaje que deben transmitir. Mensajeros pueriles, es0 es lo que somos todos nosotros, los pretendidlos autores. No tenemos a naclie de- rds nuestro, a ningin rey cuya autoridad confiera sentido a muestra misin, Quién habla realmente? Estas son las pregun- tas modernas por excclencia. Kafka fue capaz de ver lo de sivo: somos Angeles sin un sefior. La crisis de la inteligencia contempordnea se expresa en esta misma perplejidad: estamos obligados a emitir mensajes cuya obligatoriedad sélo se justifica por su propio curso y su propia progresiéa, no porque trans- mitamos 6rdenes de un rey 0 los signos de un dios o porte- mos la palabra de un poder o de un maestro del centro a la periferia, Estas son reflexiones que no sé si habrian sido del ‘gusto de Nietzsche o Spengler. Temo que también estemos obli- gados a areglirnoslas sin el asentimiento de estos sefiores. mr UN MUNDO SIN DISTANCIAS De acuerdo, Veo que be tntroductdo de matute un precipitads prejuicto moral al extrapolar al conjunto de la argumentacion 36 algunos aspectos discutibles. Deberiamos demorarnos en reali- dad en el diagnOstico y, en la medida de lo posible, avanzar en él. Te propongo dos temas clave: gqué sucede con las trans- formaciones surgidas en nuestra relacion con el espacio y el tiempo? Hay tedricos como Paul Virilio (a quien no es ajeno, ciertamente, un cierto tone moralista) que afirman que esta- mos inmersos en un desarrollo abocado a una pérdida cultu- ral de nuestra identidad. Virilio abla, como ti sabes, de una situaciOn de ‘polucién dromosferica’, esto es, de una destruc cién del medio ambiente causada por la aceleracién de la ve- locidad. Tal vez se podria estar de acuerdo con esta apreciacion, al menos alli donde la potencia descriptiva de su andilisis per- mite dar nuestro consentimiento. Asi pues, cuando Virilio, por eienplo, habla de la pérdida de la distancia como una conse- cuencia de los nuevos medios de comunicacién de masas, en realidad esta hablando no s6lo de los medias basados en la ima- gen, sino también del auton, de la maquina de fax, del ielé- Jono 0 de artefactos similares. La catastrofe radicaria en el ‘momento en el que irrumpe la presencia simultinea de todas las casas y cuando, como Baudrillard sostiene, todas nuestras utopias se cumplen efectivamente, Es el momento en el que, sa- surados hasta las beces y encerrados en nuestros propios suefios cumplidos, damos wueltas sin rumbo. Entonces el espacio, afiade Virilio, se retrae hasta convertirse en un punto viscoso en el que nosotros moramos como si compartiéramos vivienda con espectros. Esta es la razén por la que, segtin su diagnéstico, abri- gariamos un sentimiento de pérdida del mundo que al mismo Hempo es una pérdida de nuestra identidad. zQué opinas ti de este diagnéstico? En qué aspectos ba cambiado nuestra re- acton con el espacio, con nuestra naturaleza interna y externa? Bueno, han pasado cinco siglos desde el viaje de Col6n, y la revolucion respecto a lo que entendemos por espacio ha 7 gleanzado desde entonces sus cimas ms altas, Sin embargo, no vider este dato: hablamos en este momento como debemos 01 furopeos, s6l0 como europeos y, por affadidura, como gente gue centro de poco escribird el alo 2000, Permiteme que Mea a la cuestion del tiempo mas adelante. Por lo que res- pects a Virio, me parece reconocer en précticamente la tot. fidad de sus planteamientos los ecos de un cristiano critico que tonsidera insoportables las consecuencias del cristianismo. Y que de ete modo. un momento, ve sn poco mds despacto, tienes que explicar esto con mas detalle. Lo que acabas de decir esta expresado de tin modo demasiado brillante, demasiado sutil, demasiado sor- prendente para seguir adelante como si nada. No sé silo he dicho de un modo brillante, Carlos, lo cierto es que lo veo asi la mayoria de las transformaciones surgidas res- pecto a nuestra conciencia espacial se remontan a la expansi6n re Europa en lz €poca después de Col6n, y en estas expansio- ‘res la misiGn auspiciada por la Cristiandad catélica fue uno de Jos factores que mas las impulsaron. Me viene a la memoria ‘como, hace tinos meses, Cuando yo participaba en una gira de Conferencias en Brasil, vi en una iglesia una escultura de San Francisco con un globo terriqueo en sus pies. Me di de bruces con esta figura en la iglesia franciscana de Salvador de Bahia, un tcelfcio monstnioso cuyo interior esté baftado totalmente en oro, tin show multimedia barroco en el coraz6n de la parte vieja negra dela ciudad, una construcci6a triuafal, perversa, en alguna me- ‘ida una sepresentaciOn del catolicismo de la era moderna, ‘Cuando uno ve el globo bajo los pies de San Francisco, no puede tomarse en serio sin mAs el habitual discuss predominante en teino ala globalizaciGn, [a mayoria de la gente que utiliza el oncepio no se han tomado el esfuerzo de reconstruir Ia histo~ 8 ria real de la idea de globo. El globo tiene a sus espaldas una antigua tradicion que se remonta a la Edad Media érabe, in- cluso a la Antigiiedad. Los hombres que a la saz6n disponian del poder utilizaban las imagenes dle los globos para representar la figura del cosmos y de la Tierra. Quien tiene poder, no puede por menos de saber qué aspecto tiene aquello sobre lo que quiere dominar. De abi que el primer globalizador real fuera desde siempre el Papa. No en vano, en las fiestas de Pascua, todavia hoy sigue utilizando en su bendici6n ese doble dativo tan bello: urbi et orbi. Para el Papa, el mundo es lo que se ve desde Roma en el momento en que se posa la mirada en de- rredor, desde el promontorio que domina la region a las esfe~ ras de lo existente... una ptica orbital. Quien puede ver de este modo es, e0 ipso, Pontifex maximus, un titulo, dicho sea de paso, que ya habia sido patrimonio de Julio César. En resumen, los Papas actuales siguen heredando ese imperialismo panéptico de los césares, por mucho que ellos bendigan ahora a las masas en la television. Hay que decir, por lo demas, que, en la televi- si6n, un Papa ve menos de lo que él ¢s visto, con lo que él mismo se convierte en una figura famosa entre otras. El globa- lismo, 0, por decirlo de otro modo, esa contraccién del espacio terresire en el globo que se encuentra encima dle mi mesa de tra- bajo, es un europeismo a gran escala. En ella Roma es su epi- centro; el Vaticano ha sido la primera central de recepcién de noticias procedente de un mundo cubierto por entero por las misiones. Esto explica por qué el Vaticano también es el pri- mer rincén del universo afectado por la poluci6n dromolégica en él ha comenzado el efecto de la implosién. El Papa moderno 5, por tanto, el primero en sufrir hasta la saciedad esta abso- Juta falta de distancia, Sin embargo, él no tiene derecho a ex- ppresar su pesar, tiene que bendecir lo que le repugna. Esto no tiene por qué hacerlo nevesariamente Virilio. £1 por suerte puede expresar su pesar, quiza Baudrillard pueda expresarlo también. 59 Hace poco hablé extensamente con Virilio y con Baudrillard yy me di cuenta de las grandes diferencias que existen actual- ‘mente entre estos dos tebricos de la velocidad. Puede ser. Con el paso del tiempo, el globo que est encima de la habitacién del seftor ha pasado a convertirse en una pan- talla de television. También en este caso se contrae el mundo; de ahi que cualquier persona que tenga televisién en su casa se sienta, sobre todo, asqueada. Los intelectuales cat6licos como Virilio harian bien en tomar conciencia de que es su religion Jo que esta en juego cuando se sienten asqueadios por las con- secuencias de la gran globalizacién, ese mundo viscoso sin dis- tancias, de noticias rpidas que aparecen por doquier, de miserias de todos los paises Hegando en tiempo real a la pro- pia vivienda... Me parece que lo que Virilio afirma no es sino una consecuencia de las entropfas romanas. Los monjes de Roma querian superar este mundo, :no? Bueno, pues ellos por fin lo han conseguido, La superacién del mundo segén pautas griegas conducfa en otros tiempos a replegarse en el desierto Ta superacién del mundo segiin pautas romanas ha produc do la vuelta al mundo. Virilio se queja con raz6n de que a tra- vés de las telecomunicaciones el espacio se encoge, pero la telecomunicacién es la esencia misma del catolicismo, ;no es clerto? Ella es el espiritu romano en accién, todos los caminos informativos conducen en primer lugar a Roma. Puedo muy bien imaginar que Virilio aqui no ha hecho sino proyectar un miste- rio cat6lico reprimido al mundo modemo en su totalidad. En cualquier caso, esto nos conduce a formular una pregunta que no es patrimonio exclusivo de los conservadores: gqué nos aporta la contracei6n del mundo auspiciada por el panopticismo cat6lico y por las informaciones capitalistas sobre el mundo, ese discurso taciturno, por consiguiente, que no hacen mas que re- petir por doquier los criticos de la civilizacién.... Cy Vv ‘TeORIA FELIZ Y THORIA MODERNA Perdona, geste qué.? s1.este discurso tacitumo, moroso, zbonita palabra extranjera, no? Este discurso malhumorado, esa queja de que las grandes miradas en lontananza ya no son motivo de alegria alguna. Ya no? de la familia a partir del espi- rift de la poesia recombinatoria. En esta temética todavia hay muchos restos de moho y miseria. No podemos dejar de re- cordar aqui los infiemos familiares de nuestros abuelos. Asi- mismo, lo que nosotros lamabamos IHustracién era en buena medida la promesa de no seguir arrastrando esta historia de mi- seria como novela por entregas a lo largo de las generaciones Para tal fin el andlisis y la individuaci6n eran factores impor- tantes. Tras pasar por el tinel analitico, son posibles de nuevo formas, sipiéticas mas libres, formas de vida dotadas con un suplemento de poesia y mas libertad de movimiento, Todo esto me suena muy autobiogréfico, me parece perctbir aqui Dios me proteja.. Tu nueva situacion vital. vit AMOR EN GENERAL, AMOR SANS PHRASE Peter, be de decirte que me lo acabas de poner facil, pues tenia Ja intencion de sacar a colacin un nuevo tema, un tema del que los intelectuales, los fildsofos sobre todo, bablan por lo ge- neral a disgusto. Me estoy refiriendo a la cuestién de la sexua- lidad y del amor, Ellos consideran ta vida amorosa como un 95 ‘asunto estrictamente privado. Yo afirmaria, en cambio, refor- ‘mulando un viejo planteamiento del sesenta y oclo, que fos pro- blomas amorosos, las cuestiones sezxuales, constituyen lo polftico ‘por antonomasia. Un amigo mio, que participé activamente ‘on las revueltas estudiantiles, tenta la costumibre de decir: ;Como ‘me va a preocupar Vietnam si tengo problemas con mis orgas- ‘mos! Esta es, a mi modo de vor, una frase sintomdtica que pone de manifiesto cudles eran las constricciones e inbibiciones con Tas que teniais que luchar entonces, in illo tempore: Gracias, Carlos, eres muy amable con nosotros, no te rias ‘si tomamos como punto de partida 1 biografia, Peter, creo quo nos da una oportunidad de desbrozar el camino. Bs este nuevo complejo de preguntas el que quisiera a partir de abora abordar contigo. ; “Empezaré con una tesis 0, para ser mds exactos, con una ob- servaci6n. Lo que me llama la atencion es que en un mundo donde todos los sistemas de referencia -lo politico, el borizonte de lo comunttario, la tendencia bistorica a gran escala...~ ban desaparectdo paulatinamente; que en un mundo semejante, digo, el amor~o lo que pueda considerarse como tal, esto es pro- bablemente algo indiferente-, haya terminado subsistiendo de repente, teniendo en cuenta sus perversiones ) sustitulos, como a tiltima instancta susceptible de conferir sentido. Lo que no- sotros llamamos “amor" parece ser la tinica instancta capaz de ofrecer a los hombres contempordneos, a los zombis némadas de Ia sociedad egocéntrica, tal como yo indicaba al co- imienzo del didlogo, algo asi como un asidero. éQué opinas de todo esto que acabo de sefialar? Se trata una hipétesis interesante, jesperémoslo al menos! Ex- presa en cualquier caso una idea que es perfectamente cohe- 9% rente con nuestras anteriores seflexiones. $i durante siglos se ha impulsado experimentalmente un tipo de investigacién so- cial analitica de las partes como el que ha existido en las socie- dades occidentales, es natural que surjan individuos en el sentido exiremadamente especifico que hemos comentado sistemas subjeti mmabre que ejerce sobre ellos una cierta atracci6n. Por doquier vemos que surgen individuos libres, dis- puestos a mantener relaciones, pero no individuos cuyos per- files estén definidos nitidamente de antemano. A modo de particulas elementales 0 Atomos de libre icia ellos se des- plazin ahora en el seno del marco social. Fl amor modemo, ésta Seti, mi fesis, no es otra cosa que la actividad de esta libre valencia, Cuando un individuo asi, en el proceso de reducci6n de si, descubre el cuadrado negro dentro, la pantalla vacia de su interior, no puede hacer otra cosa que preguntarse si este vacio atin tiene la oportunidad de emparejarse con otros va- cios. Ti te terminas reconociendo como un agujero en el mundo, y te ejercitas en la capacidad de jugar con roles. Un individuo de este tipo ha tocado el abismatico fondo de la pér- dida de identidad. Sabe que no hay ninguna respuesta real a sus preguntas existenciales en el fondo de vestuario del pasado, 2Qué es lo que queda de éP El dispone siempre de la accién de la libre valencia. Un individuo moderno medio normal, 0 smo, un ser humano que no invierte patologi- mc jadas Cantidadés de enerpia en su enquista- miento personal, no deja de atesorar fuerzas comunicativas, ultades créadoras de espacios esIericos; es Capay, por tant como hoy se dice, de entablar relaciones. Este individuo dis- ibién de una cierta fuerza de Combate, un poder ne- cesario para doitiinat los pasajes mis fatigosos de las relaciones fidelidad, en realidad, no es mis qué la pra que sitve para describir esta persistente inclinacién a combatir con el mismo adversario. El resultado del gran proceso analitico, es decir, la reduccién al individuo, libera mucha capacidad de amar, un amor en toda su pureza, si se quiere decirlo asi. Se trata de un proceso de abstracci6n en lo real, una suerte de des- tilacién o reduccin a Ja minima esencia. Este proceso puede compararse con lo que Marx puso de manifiesto en relacién ‘capitalsing y su. consiguiente abstracdoa d , generalidad, esa’cosa gris llamada trabajo. A te dinero, €l trabajo se convierte en una cosa incolora, sin sabor, inodora. universal; se convierte en algo concreto —lo que, en principio, tiene. que poder hacer cualquiéra~ én é] intercambio dé dinero. ina_cosa evidente. El trabajo modemo no significa hacer ino hacer dinero, de modo que el hombre activo de hoy cosa 2. n vo ¢ en dia ya no es til trabajador que tenga cualidades artésanalés, sing, up.hacedor general de dinero. Esto es lo que Marx des- cribi6 con su soberbia formula “trabajo en general”, “trabajo sans phrase”, un trabajo que carece de otto epiteto, Es esto pre- cisamente lo que ocurre con el amor. Hasta mediados del sigio XTX, por no decir hasta ayer mismo, el amor habia sido siem- pre_up.amor condicionado, Un amor singulatizado, ti amor te- flido de colores locales y" revestide de poderosos azémas comésticos. Solo el amor a Dios cejaba barruntar, desde la Edad Media, que también el amar conocéria 0 Whdencia a la gé- neralizacién; las Iglesias eran las plazas bursatiles dondé 88 ne- goctaba el amor mas absiracio. Salo después de la década de 98 los afios veinte.de nuestro siglo, conoe: ‘verbo “amar” come, expresi6n que designa una actividad absoluta: tra- bajamos para hacer dinero, amamos para entablat relaGiones~_. Esto es el amor en general, ‘Sans phrase. Fsto €3 ade- mas lo que corre por los mercados como una suerte de capt tal subjetivo susceptible de ser valorizado, De este modo, surge un nuevo régimen erdtico que se podria lamatun mercado libre de lo enético. Existen mercados del amor del moglo que existen mercados de trabajo. Hemos de preguntamos por lanto: si hay agencias de emipléo para los que buscan trabajo con pocas posibilidades de éxito, donde estin entonces las agencias institucionales para los que les es dificil buscar amor y no logran entablar relacién alguna? Sea lo que sea, la_capa cidad amorosa en el individuo moderno es una valencia libre ©, como se suele decir, tin potencial. Esta capacidad puede que- dar mutilada © especializarse tanto que no pueda comunicarse, pero, descle un punto de vista general, este potencial, con sus tendencias a crear vinculos, encuentra mas o menos modo de abrirse paso. Quiere experimentar flechazos, forinar esferas y desplegar comunidades de existencia, generar acoplamien- tos de corta o larga duraci6n; todo ello, como ya he mostrado, de un modo mas 0 menos experimental. Como siempre, de estos juegos, por otro lado, siguen surgiendo hoy las viejas con- secuencias conociclas del amor, me refiero a 10s nifios. Yast llegamos precisamente a tu caso personal. Has dado en el clavo, ésta es mi nueva situaciéa, éNo ha tenido algtin tipo de consecuencias filosdficas tu re- ciente experiencia de paternidad? ¥ en el caso de tenerlas, sha sucedido todo ello de la noche a la marana o mas bien se anun- ciaba desde hace bastante tiempo atras? 9 Bueno, yo pertenezco a una generacién que, por la situacién, que ocupaba en el conjunto de su época, en el contexto de la sucesién generacional, y por sus propias ideas acerca de la vida, no podia por menos de odiar a los nifios. Los nifios molestan, son ruidosos, sucios, no tienen medida, se entrometen en las conversaciones.... y, con ellos, al final uno come el riesgo de perder a sus mejores amigos. Esto me ha ocurrido en algunas ocasiones.. Yo tenia amigos de juventud muy brillantes, con los que podia discutir sobre las cosas decisivas, sobre Benn y Adorno, sobre Bense y Sartre, sobre Fichte y Luhmann, Un buen dia desaparecieron detris de pafales y madres sargentonas. Po- difa escribir toda una lista de buenas razones para detestar a los nifios. Pero con esto no dirfa toda la verdad del asunto. En nuestros afios jovenes estabamos dispuestos a conquistar un concepto de sexualidad libre de consecuencias. En ese mo. mento lo que importaba sobre todo era tenet libertad. La fa- hacer de Ia socieciad una gran orgia, Lo que anunciaba era una che 'sin temor alguno al mes siguié comme. me. Perk mieten a Su libre albedrio, ;No son en verdad las partes genita- les algo muy intimo de su propietario? Uno_no se separa del todo de ellos, sélo los presta. Es decir, ung los presta y deja también que alguien le preste los. suyos, aunque las inversio- neSa Tago pitas Son'mds bien un comportamiento contrario satisfacciGn, lo cual era, desde cierto punto de vista, un efecto extraordinario, En la medida en gue se in- tegra en una forma existencial orientada al experimento, este 100 iry yenir encierra una verdad no poco importante. Ahora bien, id privada genital no como es obvio, el concepi deja de ser al mismo tiempo una idea extravagante, una ideo. logia estéril que seca las fuentes de la vida. Pues el propio cuerpo come tal, cuando uno lo abraza, expresa algo distinto de lo que yo quiero expresar. eee Un momento, equé es lo que expresa el cuerpo cuando uno lo estrecha en sus brazos? :Tratas de decir que expresa algo di- ferente de lo que yo expreso como individuo que lo abraza? ;Qué es esta otra cosa que nuestros cuerpos pueden querer? 1a tendencia del cuerpo cha actos prepatatorios para la reproducciga. Pues li tepi ducci -xpresi6n corporal de la sexualidad genital, qué es si no? Sila reproducci6n no sicedé, nO BAST hala pero lo que est en juego entonces es otra historia, Nadie ha visto este fenémeno con tanta claridad como Schopenhauer, para quien los individuos no son mas que las mascaras de una voluntad ° woduccién. Lo que quiere expresar el sujeto, par.el.contrarid, €8 que el yo hace uso de sus derechos de po- sesion de Ia vida, como gusta tanto decir. “El afhr e3 tin pasa- tiempo para el que se utiliza el bajo vientre", se dice en Fabian, la novela de Frich Kistner. Por formular esto mismo en térmi- fos teéricos: en nosotros existe un conflicto entre la perspec- liva individualista posesiva y la perspectiva historica de la especie, Durante la década de los afios setenta y ochenta, hici- mos todo lo posible, primero, para no reconocer la existencia de este conilicto; y, segundo, para cuidar de que la perspec- tiva individualista, posesiva, se impusiera. Sin ella, uno no podria “soltarse” mas, no podia ya correr li bremente de aqui para alla. Pere 101 Claro. Para mi, el gran descubrimiento empezé cuando me di cuenta de que, con Ja Hegada de mi hija, el sindrome.expe- rimental entraba en crisis, Esto no quiero decir, naturalmente, que teniegue de los dias de mi vida anterior. Siempre he sido una persona inelinada a trabar relaciones estrechas y muy. pro- fundas, no jento en absoluto de esto. Pero con mi hija... c6mo To difa, se ha abierto de nuevo un-horizonte di ferente, Ha sido para mf la gran sorpresa, el hecho es que he termminado aprobando sin reserva alguna todo aquello que an- teriormente se me antojaba_insoportabl Bra por su cardcter espontaneo? Absolutamente espontineo, avasallador. Fue una experien- cia tan fuerte y ala vez tan didfana... illena de jibilo! Fue como Ja mafana de la creaci6n, no estoy exagerando. Ha transfor- el seno de una l6gica apocaliptica 0, tals To TS, Bost posapoca- estas formas de pensar esti muy ataigacas en la vieja Ha dejado constancia de que se encuentra sumido en una si- tuaci6n de permanente decadencia. A nosotros se nos ensefi6 a pensar siempre desde el final, en un final diferido o en tin final sin final. Todas éstas son formas propias del desconsuelo, ideas de hombres que han envejecido a causa dé sis expe- riencias. Pero yo no habia aprendido a pensar los momentos iniciales, no sab nada de amaneceres. Algunas Thuellas de esto intui en mf tras mi regreso de la India, cuando comprendi que los intelectuales europeos no eran capaces de ir al paso de lz vida en sus inicios ni en las nuevas iniciativas, sino que se habjan dejado llevar por la decepci6n. Es verdaderamente algo muy distinto ayudar a concebir y sostener una curva vital que 102 a-sus primeros pasos ya la vez contemplar el mundo por pri- mera vez como partiendo de I un nifio al que de ner en. cuenta ex ha _prometido todo. cleaners gs abs down ojon de ua howe en -guue-se.seflejan tres uulo de su propio cansa Es una teoria del pensamiento esta de la infancia que suena con ecos muy romanticos. Seguramente flota en el ambiente, porque en los tiltimos tiempos he escuchado no pocas veces este tipo de mensajes. No puedo dejar de reconocer que las experiencias positi- vas suenan de un modo roméntico, Ahora bien, para respon- der a tu pregunta: elrepliegue de muchos hombres en eLamor, entendiéndolo como una actividad pura encaminada al ‘acto, Como una suerte de trabajo relacional o accion encami sabia y completamente lepitima en vista.de la actual situacion, de _hecho gue s nifiesta_al hilo. de la gran experiment ci6n analitica, ¢no es verdad? Una persona que ha formado parte del juego de la Modernicad, es decir, un esclarecido ciu- dadano urbanita de los afios ochenta o noventa, no puede con- ferir validez a los componentes creativos del juego amoroso, el momento sintético, mas que a través de relaciones amorosas y apoyandose en un talento artistico quiz4 también necesario. De ahi que sea de la opinion de que la mejor manera de defi nuestra sociedad actual es poniendo de manifiesto sus scla- ciGnes amorosas, pues esta perspectiva responde a la pregunta: .cbmo_actiian los “neutrones sociales” despues dé Ta descom- posici6n analitica, después dél movinilenio centrifuso? 308 Estaria tentado a decir que, tras la huida del centro, surge de nuevo una tendencia hacia el centro. Son fuerzas centripe- tas que se vuelven a presentar. Fuerzas centripetas, ésa seria la expresi6n correcta, Las par- ticulas libres se transforman y tienden de nuevo ahora al cen= 110, exigen un punto medio, una figura. Es un hambre de centro que itrumpe en las particulas separadas. Pero estos medios no se heredan, no se imponen a través de un viejo dominio, son centros descentrados, lo cual constituye el elemento decisivo; son improvisaciones en juegos vitales corrientes, de los que sélo esperamos que no sigan siendo demasiado volatiles. Pero de estos nuevos centros que se crean a si mismos, hasta donde alcanzo a ver, no se forma ninguna corriente'generacional capaz de intervenit autoritariamente, habida cuenta de que esta si- tuacion es demasiado experimental y mévil, y de que asi con- tinuard siéndolo en el futuro, La fuerza de la familia clasica, capaz de integrar y pensar en los descendientes, se ha extin- guido en la actualidad. Por eso hoy en dia el concepto de fa- milia, en la mayorfa de los casos, s6lo se encuentra de manera deformada en boca de los politicos, dado que la politica es justo aquella dimension que en la actualidad posee el aliento mas como, Ella ya no puede construirse sobre la voluntad de per durar, la voluntad orientada a describir un gran arco. Los poli- ticos piensan en los periodos electorales, mientras que la familia, xe ser definida como Esto que dices parece boy inimaginable, Fs la utopia de una continuidad nacida de la libertad. 104 x MOVILIZACION EROTICA Acabas de realizar una suerte de inventarto de las formas que utiliza nuestra sociedad para dar forma a las relaciones amo- rosas y también bas deducido el nuevo orden -o desorden- amoroso de la tendencia analitica, proctive a la individualt- zacién, de la civilizacion moderna. Me parece importante que ahora demos wn paso més y que, en calidad de clinicos 0 ar- quedlogos del presente, ensayemos una mirada Clinica intere- sada en analizar nuestra relacién con el amor y la sexualidad en nuestro mundo occidental, El concepto arquedlogo del presente me gusta mis que ‘de enfermedades, sing de Sea como sea, ges tan desacertado abrigar una cierta sospe- cha de enfermedad frente al eros moderno? Contamos, sin em- bargo, con un hecho: los individuos padecen de ciertos tipos desconocides de confusién erética desde el momento en que ellos pierden la proteccién que se les aseguraba a través del iabti. Una erotizacién omnipresente se despliega en el escenario social a través de la publicidad y los medios de comunicacién: el mundo como zona narcisista panerigena, podria decirse. En su libro De la seducci6n, Baudrillard ha expuesto de manera muy bri- ante la oposicion entre ia erotizaci6n universal y, por ejemplo, Ia destruccion del erotismo. Bn este contexto presenta el amor _yla seduccién como dos concepios opuestos, con una preferen- cia manifiesta a favor de la seduccién entendida como un juego © Baudrillard, J: De la seduccisn, Machid, Citedra, 1967, tad, Elena Bena nach. (N. del T) 105 libre de los signos. Una posicién por complete distinta es la de Levinas, que aboga por un concepto pleno de amor: él com- prende como ral la disposicién a reconocer la primacia del otro sobre el amor propio. Qué es lo que piensas ta acerca de la conextén mencionada mds arriba entre la erotizacién total y la pérdida de la se- 2alidad? Naturalmente, al acer esia referencia a esta cues- tin tengo en mente fendmenos como la pornografia y el erorismo publicttario, pero también no dejo de lado a esa moda unisex, esa metafora de la desaparicion de las fronteras se- cuales. 2No son todos estos fendmenos sintomas de una crisis més general de fo seccual? Bueno, antes que nada me gustarfa comprender mejor qué sen- tido tiene en realidad tu pregunta. Tu tesis suena bien, y parece que también es la tesis que defiende Baudrillard: a medida que Jos signos de la sexualidad se multiplican, la sexualidad en cuanto tal entra en crisis, Es decir, con la inflacion de imagenes y la es- tetizacién del espacio pablico con signos exéticos, los individuos son afectivamente castrados y surge —sc6mo deberia llamarlo?— una tendencia a Ja existencia asexuada; las personas se obse- sionan con las imagenes y se convierten en seres estéziles, ;n0 3 as? En los Gitimos afios he ofdo muy a menudo a sexdlogos que sostienen tesis de este tipo: ellos dan la seftal de alarma con una llamada aterrorizada: jel sexo retrocede, el nivel des- iende! El viejo Borneman, entte otros muchos, ya hace tiempo argumentaba en esta direcci6n. En el mundo actual las perso- nas bienintencionadas estén preocupadas: el mundo libre se seca: esto comenz6 primero en Ia mitad-oeste de Estados Unidos, y ahora liega a las cosas del bajo vientre. Te estas burlando, 106 No, no, sélo quiero saber de qué estamos hablando, Me pa- rece mas bien que todas estas malas noticias acerca de la ‘i6n del sexo forman parte de una tegia_ global mhercializar terapias y. libros.con informaciones es ecolégicas. Las descripciones que has ne ponden exactamente al modelo de aviso uilizado para las catdstrofes ecol6gicas. Yo, cuando miro a mi alrededor, veo algo completamente distinto: aprecio una movilizaci6n de la sexualidad en todos los frentes. La se- xualidad cumple por doquier una funcién.muy_concreta de to dé Un enorme complejo médico-social. Esto se puede comprobar sobre todo en la sexualidad de aquellos que su- peran los cincuenta y, notablemente, en el lado femenino. dste efecto golden girls, no es omnipresente? Tanto los hom- bres como las mujeres se despojan de sus definiciones bio- logicas respecto a la edad, lo que supone también un triunfo del mito analitico. Uno es tan viejo como se siente, un cua- drado negro no tiene edad, no ha nacido, permanece eter- namente inaltetable siendo lo que era, un cuadrado sin atributos. Es_un fondo puro sobre el que se pueden site no importa qué figuras, de tal modo que quien pretende di- seflarse una vida sexual expansiva después de Jos cincu sin duda alguna también la pondré en practica. ;Qué le voy a hacer? Mis observaciones van en la direccién opuesta. Me parece que existe una movilizacion en el terre xyalidatl sobre t vaio el Signo previo de la medicaliza- cién. El sexo es, en efec No sé Carlos si ta has réfléxionado sobre esta cuestién con la seriedad que el tema requiere. Es una buena noticia que no la eludas. Buena cuestion... pero abora eres ti el que me estas entre- vistando a mi, 107 No te rfas, Carlos, podirfa suceder que cambiéramos nuestra forma de pensar. Nosotros dos pertenecemos, a pesar de nues- tra diferencia de edad, a la misma generacion pasada de moda, una generacion que ha visto en la sexualidad algo profunda- mente ruinoso, algo honorablemente ruinoso sin embargo. Yo, incluso, como espariol, algo pecaminoso. jRuinoso y pecaminoso, eso est Nosotros hemos sido educa- dos en la idea de que ta sexvalidad es ef comienzo de nuestra caida... aunque esta caida valga también como nuestra opor- tunidad, @Tit también? jHabiendo siclo educado en e! protestantismo? Bueno, en Ia subcultura huterana de la que procedo las cosas al principio son un poco mis suaves. Estas excitaciones son in- terpretadas como un don divino caido del cielo, algo que se afiade a nuesira vida decente, un placer terrenal en Dios. A pesar de esto, la caldera entr6 en ebulliciéa bajo la presion. En 1968, a més tarda, la teoria anarco-roméntica de la sexua- lidad estaba en pleno auge. En ese momento se decia que quien no se arruinaba por los caminos de la sexualidad, quien no se quemaba hasta el fondo, no vivia de verdad. Era, ta famosa liberacién Y la obligacion de consumirse por el Hombre Nuevo... ila realizacién de uno mismo! Entonces tomabamos como referencia las formulas de Wil- helm Reich y pensébamos que la libido fluia por la izquierda. 108 Para comprender qué es Jo que pasa en la actualidad hay que descabezar todo este erotismo anarco-romantico de pleamar y sus correspondientes mitos. Hoy en dia Jo que se anuncia es algo completamente distinto, un mensaje que nada tiene que ver con éste ruinoso modelo heroico de los fuegos de artificio de la sexualidad. Todo esto form6 parte de la contracultura, del frente hormonal surgido en el seno de la Gran Revoluciéa, una ‘experiencia maravillosamente insana y maldita formada por ma chos cabrios de pelo largo. Pero hemos de poder olvidar todo esto.si queremos entender cual ¢s el estilo. de sexi ha terminado conquistando ¢ cia medicalizada, dietética, i _gasmo est sitiado a la derecha, ésta es la experienci clave de la posmodernidad. Unas impresiones, por otro lado, que puedo apomar personalmente a raiz de mi experiencia en América, donde vivi durante un afio, en 1990, como fellow de un cole- gio de Nueva York. Todlo lo que pude ver de actividad erética en el campus con el rabillo del ojo sigue esta misma orienta- ci6n. El sexo como deporte En el campus se distinguen las modalidades deportivas con 0 sin body contact. > _ El sexo seria, por tanto, una gimnastica genital con body con- tact, Si, pos-consiguiente,..na modalidad deportiva de eaupo, un juego que requiere espiritu colectivo. Si en América t este asunto se vuelve particularmente interesante es porque, 2 Ja postre, cabe preguntar si se trataba de un asunto de viola- cién 0 no. — 109 Political correctness, por atadidura! Cuidado, éste es otro tema; yo no relacionaria de manera tan directa la correctness y el sexo, puesto que, segin mi ana- lisis, la potttical correctness es un fenémeno completamente ci- ferente del que los intelectuales europeos realizan. Bueno, pero yo me estaba refiriendo ahora a este dmbito se- xual Pienso que en este caso se trata también de un asunto com- pletamente distinto. Los americanos han descubierto la posi- bilidad de volver a utilizar Ta ‘sexualidad como una forma de angustia, Esto es lo que hace tan interesante ta histeria améri- cana: desde el punto de vista de las consecuencias juridicas, la sexualidad y el miedo han legado a adquirir una equiva- Iencia positiva. Una tiltima resistencia a la entropia ex6tica, no es cierto? También se puede ver esto desde otro punto de vista: una nueva variante de la hipocresia puritana anglosajona, Aqui se esconde el retorcido placer de hacer de lo natural algo ex- tremadamente complicado. Contra esto se revuelve mi vena me- ridional, y no me refiero precisamente a mi machismo bispanico. Pero volvames a nuestro argumento: si te he com- prendido bien, lo que tt quieres decir es que el descubrimiento del miedo en el contacto sexual puede ser un valor positivo. Suena como si quisieras atribuir a la sexualidad una dimen- ontolégice ae si No defiendo el miedo como tal. Bajo ciertas circunstancias, representa un respeto, prefiado de un sentido de verdad, ante una dimensién que sobrepasa el marco de lo ordinario. 110 Pero se podria ver también desde un plano negativo y decir que se trata de un desarrollo perverso. Hay feministas radica- les norteamericanas, algunas de.ellas traducidas al alemén, que afirman.realmente que_siempre-y.en todo. momento, toda penetracién del hom se eee ee! i Siquiera i i in conseguido que citemos sus ataques. No otto sentido tienen estos discur- sos histéricos, ésta es la raz6n de que no se puedan discutir sus contenidlos, Bueno, pasemos entonces a asuntos més positives... Muy brevemente: en el momento en el que se percibe el hecho de que las partes genitales son propiedad privada, el in- dividualismo americano no ha dejado de considerar el aspecto juridico del asunto, Nos adentramos en el estadio de la pena- lizacién de las wansacciones genitales. Si Sigmund Freud en su'tiempo dijo én alguna ocasi6n, en una carta a Fliess, creo re- cordlar, que él estaba habituado a la idea de interpretar siem- pre una relacién amorosa entre dos personas como un asunto que concernia a cuatro—en donde él, claro esté, veia como tras- fondo el modelo familiar de cada uno de los enamoradas-, no- sotros hoy también tenemos buenas sazones para interpretar todo.acto_amoroso entre dos personas como un astinto que concierne a cual" Ei el Borde dela cama de los dos enams- am rados se sientan ya desde el primer bog mento sus respectivos x CRETICA DEL APOGEO PURO Una tiitima pregunta en relacién con este complejo de ideas: ella abonda en un problema mas hondo y, en cierta medida, sondea un estrato intemporal. En el contexto de Ia filesofia con- tempordnea no puede decirse que la reflexion sobre este mo- mento excesivo, gonerador de miedos y transcendente de la sexualidad baya sido un tema desconocido. Estoy pensando en Foucault, pero sobre todo en Georges Bataille, dos autores que pertenecen a la misma 6rbita intelectual en la que tii mismo te mueves. La conexién entre el exceso seccual y el saber erético ba sido abordada por Foucault a la luz del andlisis del discurso yde la sociedad y, en el caso de Bataille, desde un punto de vista ‘més bien ontolgico, por no dectr teoldgico. iYo diria mas bien ateoldgico! Bueno, quizd ateolégico, pero con la voluntad de prolongar el exceso carnal en un exceso literarto. Probablemenie por ello Bataille én el fondo no puede por menos de caer prisionero del propio horizonte cristiano que él deseaba transgredir. mas fragil del mundo | esa prueba del Exito de la critica... Quizé no haya que sor- * prenderse tanto: zquién se ha tomado el esfuerzo de explicar- les la diferencia existente entre la ironia y la sana? Peter, hasia este momento no te conocia como polemista, tus bros producen siempre una tmpresion mucho mds serena. No tengo caricter de polemista, pero esto no impide que sea claro en deterrninadlos aspectos. El mal de ojo lo tengo en la dosis precisa que uno necesita para orientarse en el campo intelectual. a2 ees ésta una dosis elevada? Una muy elevada. Me voy a permitir también una pequena observacién psico- l6gico-social. Lo que agut echo de menos sobre todo es ciorto sen- tido para la ambivalencia, para la tronia. Esto es lo que se nos reprocha a menudo a los bombres del sur: nuestra falta de fia- bilidad y seriedad, aunque creo, en cambio, que se trata de una ventaja. El elemento catélico-romano, asociado a una menta- lidad meridional, es capaz de producir sus mejores frutos. Aqui todo esté a menudo tan concienzudamente encarrilado. Unas opiniones muy parecidas, Carlos, puedes también en- contrarlas en autores como Holderlin, o en Heine. Una pequefta pregunta mas que nos queda pendiente sobre Ja querella de los intelectuales alemanes en las paginas cultu- rales de los periddicos, Me parece evidente que una cierta cri- tica cultural instalada comodamente en la corriente liberal de tzquierdas apenas logra entender las agresivas transformacio- ‘nes de conciencia que ban tenido lugar en estos atios, los de la keneracion intermedia, Ellos se sienten superados, descubren, como la mayor parte de sus contempordneos que han alcan- 2ado cierta edad, que ban dejado de comprender las cosas esen- ciales, sea en el émbito que sea, y que por tanto. Es posible, pero yo lo expresaria de un modo diferente Un momento, Peter, me gustaria preguntarte més concreta- ‘mente como podriamos abordar fenémenos como el nuevo culto a la nacion, las loas a la sangre, elt, ‘iiésiiones sobre Tas que, bor ejemplo, Boiho Strauss nos “offece¢ ‘algunas indicaciones. En 143 él reaparecen todas estos temas, pero tertidos de tonos positives... equé babria que pensar de todo esto? ‘A menudo me be preguntacio si el debate surgido en torno a Strauss tras el Bockgesarig no fue un escandalo escenificado de antemano. ;No transcurrié todo como si fuera un movimiento ya preparado? Un test psicolégico preparado deliberadamente por el Spiegel: “;Cémo apretar el bot6n dirigiéndonos a los telectuales mas simples”. Los debates que surgieron tras la apa~ ricién del articulo me recordaban esos famosos shows filmados con una cfimara oculta: una nacin de gente engafiada dejan- en sus actos reflejos de indignacién. Desgraciada- mente, como suele ser la norma en este tipo de juegos, Strauss se negé a entrar él mismo en escena en un momento determi- nado, a dar a conocer su opinién y a explicar a todos esos po- bres autématas intelectuales ansiosos por ser fotografiados que se trataba de un test, de una forma superior de ensayo... El escindalo ha dejado lo suficientemente maltrecho a Strauss, de- Jando pasar la oportunidad de aprovechar la situaci6n y de mon- tor un escindalo mayor a su favor. Sea como fuere, yo no he encontrado en el contenido de su articulo nada que pudiera justificar toda esta histeria. El Gnico aspecto original en todo este asunto fue la puesta en escena medistica del escindalo, considerada en este caso,como-una forma de ensayo. — Aqui no puedo seguirte del todo. En el texto pueden encon- trarse ideas de este tipo: nosotros, consumidores superficia- les, estamos muy lejos de comprender ya que en otras épocas yen otros lugares se haya sacrificado sangre por la Nacion 0 (por otros grandes “ideales”. Esta vision no es tan inofensiva. Pero es que la mision del escritor no es ser inofensivo. iengo la sensaci6n de que hemos dejado dé comprent aad almente se consagra 4 escritores_son.experimentadores, su trabajo consiste esas sustancias sper llamadas temas, a5 Son prOCesa- srecompuestos Se tata, ¢0 ipso, de un, sales arriesgado, no se domina ningin problema s6lo pertrechado con buena yoluntad. Cuandé leo las tesis de Strauss acerca de los sacrificios de sangre, me pa- rece evidente qué es lo que esti haciendo, El organiza un ex- perimento en tomo a la siguiente pregunta: ;qué es la Realidad para el que lleva a cabo un sacrificio, y qué no es para noso- ros? Qué es lo que comprendemos de todo esto y qué es lo que no?

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