El Poder - Puget

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: * Janine Puget (APdeBA) ** Ubicacién del tema : El poder del inconsciente en tanto obligado e soda tirano produc- , tor de formaciones talos como el suefio, el lapsus, el chiste, asf como de aquellas englobadas bajo el titulo de sintoma, ha dado nacimiento al psicoandlisis. El poder del inconsciente vincular en tanto sostenedor ‘ también obligado del espacio “inter” constitutivo de la subjetivacion es = aun menos conocido. Una de sus creaciones es el malentendido, capaz \: de promover el intercambio o de cercenarlo. El malentendido, indicador \; de una exterioridad irreductible, de la polisemia inherente a la comuni- cacién es un subrogado del inconsciente vincular y de su capacidad ti- rénica. Otro concepto que puede incluirse en el marco de Ja teorfa vincular #\' es el de los mitos de origen y su poder generador de historia y memo- rias, de conflictos vinculares, de : iento. Otro que cabalga entre la singularidad y la vincularidad es el de los “recuerdos” en tanto marcas que imponen repeticién 0 elaboracién. Constituyen la memoria singu- © lar, vincular y social que acttia como sostén del presente, del futuro y de la historizaci6n. De ella surge la funcién del historizador, aquella se- gun la cual el sujeto 0 los conjuntos intentan apresar uno de los mil- tiples significados de los vividos pretéritos, quedando siempre un resto -* por significar. En este trabajo me ocuparé especialmente del poder del inconsciente vincular y de sus diferentes manifestaciones. Estas son en algunas = circunstancias determinantes de una mayor riqueza significativa 0, por ’. el contrario, como cuando la bidireccionalidad vincular es interrumpi- ; da, condicionan un empobrecimiento vincular. La cuestion del poder y dé'su circulacién en los vinculos ofrece mu- chas dificultades para la teoria psicoanalitica. E) problema es mayor para * Direccién: Paraguay 2475, (1121) Capital Federal, R. Argentina. F-mail: post@janine.apd.org.ar ** Agradezco a la Dra. Julia Braun sus yaliosos y estimulantes comentarios. Janine Puget ‘el poder” i ee oe sustantivo que para “poder” en tanto verbo. En ie plinas se suele discriminar poder, poderio, el poder, poten- cia, fuerza, autoridad, autoritarismo, violencia, violacién, dominio, do- minaci6n, etc. No es mi propésito discutir aqu{ cada una de estas Posibilidades sino tan solo tomar algunas decisiones conceptuales que permitan diferenciar dentro de la teoria psicoanalitica “el poder” y “bo. der”. Este ultimo adquiere significado como capacidad y e n prende como potencia y suele adscribirse a un: RK 0 en el después: El exces: € plejo mecanismio segiin el cual tin sujéto sobreevaléa su potencia (ca- pacidad de realizar actos) torndndose omnipotencia, lo que se ibe como un 3 mo dé defensa. Cuando el ‘poder sustantivado sé ar- _ ticula con poténdcii” ‘fZafi ambos conceptos al unir una condi- ~ ion inconsciente con un accionar. “El poder” en tanto sustantivo fue paulatinamente ocupando un lugar en teorizaciones desde diferentes vertientes. , El trabajo en el encuadre psicoanalitico grupal ubicé el tema del poder en la perspectiva de su significado en tanto organizador inconciente de_ la zona de encuentro. En base a ello resulté necéSario crear un concep- to, el de monopolista (Puget, Bernard et al, 1980) y a partir de alli pro- poner una nosografia grupal. “Monopolista” es un término que da cuen- ta del personaje o de los personajes que ocupan aquel lugar y posicién 38 roponen o imponen una red radial- ‘grupo. Esta tiende a anular la comple- jidad de Ya red grupal que entroniza el malentendido debido a la polisemia inherente al acto de comunicacién y como consecuencia trans- forma la complejidad en una relacién dual, que se da en forma reite- rada y més alld o més acd de las necesidades terapéuticas en la medida en que esta organizacién es un exponente del inconsciente vin- un vinculo regido por un monopolista y otros nen una posicin comptomentaria entre sf on puede ser dircinstanctal 6 iniponérse con mayor fijeza: Cuando uno o varios sujetos ejercen inconcientemente “un poder” sobre otros a los que ubican a maneri 0 pri I je coro griego es factible pensar que se trata de un exceso de atributién. El significado propuesto adquiere las caracteristicas de univocidad. E] exceso se sobreinviste dando enton- ces origen a estados mentales invalidantes de un mayor despliegue de potenciales cualidades vinculares. En caso contrario, 0 sea cuando se in- viste eréticamente, facilita el despliegue de diversas posibilidades en la red grupal, e] monopolista no es mas que circunstancial y por ende no se instala en forma estereotipada y tan solo lo sostiene la negatividad, o sea aquello que por condicién de estructura queda siempre fuera. Del poder al poder 123 Entendemos por negatividad, en el contexto de esta investigacién, una manera de conceptualizar lo inconciente vincular. Otra puerta de entrada o marco terapéutico adecuado para reconocer el lugar que ocupa el poder sustantivado es el de los encuadres vinculares en los que circula violencia, sea ésta familiar y social. EI problema de la violencia social dentro del contexto de la violencia de Estado —como lo fue la que ejercié la dictadura-argentina— hizo im- prescindible ahondar en la comprensi6n del tema. f destacamos la situacién creada por la asuncién de un poder omnimodo de parte de un grupo, y la creacién consecutiva de victimas sumidas en diferentes estados emocionales que iban desde el estado de amenaza y sus deriva- dos psiquicos hasta el terror y la anestesia (desmentida). El poder en esta circunstancia se inscribe dentro de los excesos y se reviste de una cualidad aniquilante para uno de los polos del vinculo. Cabe preguntar- se si la aniquilacién es tan solo de uno de los poles o si el que ejerce Ja violencia, sea ésta social o familiar, no est también aniquilado en lo referente al despliegue de otras condiciones mentales. El violentador es un sujeto que se maneja con convicciones basadas en una ideologia totalitaria y un lenguaje de accién que cercenan a su propio yo o al grupo al cual pertenece la posibilidad de cuestionarse y pensar. En la situacio- nes de violencia social se impone la necesidad de investigar la cualidad de un vinculo en el cual la violacién de los “derechos humanos” es fundamental y produce la anulacién de una bidireccionalidad vincular. segin la cual uno de los fines es el de transformar a uno de los polos del vinculo en objeto y por ende despojarlo de su condicién de sujeto. Un sujeto pensante es un peligro para quien detenta el poder autori- tario. Si la subjetivacién requiere la activaci6én de una dinémica vincu- lar, el violador puede también considerarse como disponiendo de una capacidad de pensamiento limitada, y su practica tiende a quitarle el espacio mental necesario para la concientizacién de los conflictos inbe- rentes a la constitucién de su subjetividad. yaad Desde el punto de vista de la ética comprender el poder en tanto le- gislador de un dado orden agrega riqueza al tema. Asi lo destacé Freud en “jPor qué la Guerra?” (respuesta a Finstein) y en “El Malestar en la Cultura” (p. 94) cuando plantea el nexo entre Poder y Derecho en opo- sicién al Poder de la fuerza bruta (violencia bruta). La legalidad se torna condicién cultural al imponer un orden juridico donde la justicia tiene un lugar central. : Destle otra perspectiva nos ocupamos con Wender del poder referido a la posesién de un secreto y por ende a la fuerza del secretear. El poseer conocimiento que se preanuncia como no compartible otorga a quien lo posee una fuerza también secreta. misteriosa. por ende temihle wv atrac- Janine Puget de dependencia que tanto favorece su epi 5 lorosamente. Este es uno de los tacerianan eae oma be pee rimitiva y sus difere: , 3 are ti ee rates transformaciones, sostén de la epistemofilia El trabajo psicoanalitico en diversos encuadres de parej; de familia, asi como de lo que se ha dado en Hamar indieidna roy la posibilidad de reconocer la circulacién del poder como uno de los orga- nizadores permanentes de la vincularidad. Se trata entonces de preci- sar de qué tipo de poder se habla y reconocer sus efectos. Y Por supuesto dentro del contexto de la transferencia-contratransfe- rencia el poder del analista o el Poder de la transferencia en tanto sos- tenedor del vinculo analitico debe ocupar un lugar central. Una de las vertientes de la construccién de la autoestima, a la cual Namo “bisque. da ¢ de un reconocedor privilegiado” (Puget, 1993), ubica al poder rela: * cionado con esta insaciable nécesidad. Se torna un organizador vincu- lar en su doble significado dinamizante o aniquilante. Aquf el analist”:: dicién de reconocedor permanente di y el analizado en tan cedor “desu analista ntrato analitico, alg: una producto dal inconsciente vi Es factible aventurar la hipétesis dé que 6st@ thutua y reciproca : situaci6n podria estar en la base de algunos anélisis eternizados, Por! otra parte la cuestién del poder ocupa un lugar en el campo: transferencial-contratransferencial desde diversos marcos referenciales;: aunque a veces sin que el tema sea mencionado en forma explicitai, Lacan, desarrollando la idea del analista y del supuesto saber, otorga’ al saber imposible una cualidad particular que se torna cercenante del: conocer. 3 Resulta claro que si bien el poder pudo ser pensado como una fuerza (fuerza bruta) ligada a Jo pulsional y equiparado en sus comienzos a una cuestién de cantidad, poco a poco la polisemia del concepto le agregé nue+ vas cualidades. Esto es, el poder solo puede re-ingresar en la teorfa como una thanera de conceptualizar un aspecto de la vincularidad, una de-' terminada direccionalidad dentro de la misma y de las vicisitudes ae la zona de encuentro. Asimismo deberdn destacarse los diferentes signi-, ficados de este concepto, tales como el dominio-apropiacién, dominacién= tiranfa-manipulacién, ambos aludiendo a una imposible satisfacci6n ¥ por ello insaciable. En sfntesis se trata del poder referido al poseer en sus diversas variables o al controlar también en sus diversas variables. En todos los casos es de observacién también que el poder tiene una ca-, pacidad de autoengendramiento de poder, algo as{ como el producto de bf aete en el£n Manda ol dananheimiantn da wna nfirania ambriau ESERIES Nee: Del poder al poder 125 Los distintos enfoques hasta aqui mencionados intentan dar cuenta de una determinada ubicacién del tema. Se trata de situarlo en la vin- cularidad y reconocer la urgente necesidad, de otorgar al concepto un status metapsicolégico. Asi es factible entender que el pods rente a la comunicacién, siendo una de sus manifestaciones. A partir desu caracterizacion se discriminan modalidades y cualidades vinculares que van desde las que surgen del intercambio de conocimiento y signifi- cados hasta el ejercicio adictivo, alienante o perverso del poder. Parte también de una condicién necesaria, que es la que presume que es imposible no comunicarse y a la vez que todo acto de comunicacién deja al descubierto un imposible de conocer. La puesta en actividad de la funcién de la cual surge el poder proviene dé Ia capacidad de tno 0 varios _Sujetos de producir en un otro u otros un estado emocional-afec oO ‘cognitivo sostenido por los siguientes pares: nae Ydentificante-idea fasci: 2 opuesto a identificado-admirador- ejercicio del mismo es inhe- la _seduceién en sus dif facetas, teniendo un papel activador del circuito vincular, y Ja primitiva necesidad de apropiacién (poseer para ser), as{ como de su ndiente pertenecer a una estructura. ~ ree pares sostenidos por la “gacion de la existencia del otro y de su exterioridad . Es util diferenciar Poder como entidad psiquica de un poder, siendo que EI Poder se cualifica en funcién del cémo y dénde se ejerce. Como por ejemplo en lo manifiesto en tanto efectos del inconciente del poder del conocimiento, de las ideas, de la legalidad, o de la fuerza bruta, det misterio, de la religiosidad, etc. Freud y Ja pulsién de dominio Cuando Freud propuso el concepto de pulsién de dominio dio cuenta de una determinada modalidad de conexién de un yo con un otro u otros, atribuyéndola principalmente a una actividad pulsional de adquisicion tnrdia adscrita primera a ta analidad w Inads an 1000 « In muteihn An rane tapes reud y discrimina entre 1] el domi persona, mientras que “emprise” se relaci u aciona con la i dependencia que puede cargarse tandticamente : names = ere a un ataque contra otro. Dominar Para poseer, eee Es factible pr. it: iene sti ee ‘arse por qué el concepto del poder ha tenido tan poco a teoria psicoanalitica. Habra sido un fre1 Psicoanalistas que Freud indirect spans eee ‘ud se ocupara tan in ‘tamente del tema aun- oe de sus textos lo menciona. Tiene muy pocas entradas en ana Pian de la obra de Freud. También podria ser que el hecho a lepender el Poder de una pulsién como la de dominio Je hizo perder fuerza explicativa. Recordemos que Jo mismo sucedi6 con la pul- ne eregaria, creada por Freud para dar cuenta de la diferencia entre la constitucién de una masa y la constitucién del aparato psiquico sin- gular. Este concepto, el de la pulsion gregaria, le permitié diferenciar entre el sujeto social perteneciente al conjunto del sujeto miembro de la familia y el sujeto de las propias representaciones, que entonces po- dian pensarse como pertenecientes a lo que se suele llamar, con pleno derecho, su mundo psiquico. Poder y bidireccionalidad vincular Parto del supuesto de que la subjetividad se construye dentro de un acto vincular basado en un permanente intercambio entre sujeto deseante- sujeto deseado, identificante-identificado, agregandose a ello una corre- lacién y oposicién entre lugares y funciones que habrdn de ser ocupa- dos por los yoes dentro de la estructura vincular. De Ja cuestion de. la ocupacion de lugares depende la construccién del sentimiento inconci de pertenencia a una determinada estructura, basindose éste en Ta posi- del Y de valores que dan su cualidad al lugar bilidad del yo de hacerse cargo 1 _a ocupar. Para ello interviene un mecanismo, cién”, segtin el cual un sujeto debe atribuirse a [ atribuido en una constante relacién de intercambio. La atribuci6n lores tiene varias fuentes. Unas provienen del conjunto, y otras, de la al que llamo “de atribu- quello que le ha sido de va- estru ili : ictura familiar. Los complejos mecanismos mencionados son los que leterminan el cémo ser, tener _ t nel c : y cbmo pertenecer, y de ellos depend la intersubjetividad y los procesos de subjetivacion. Esta teense i un estado de delicado desequilibrio-equilibrio Face ee cetera rio rection etn (determinista) y también por medio de saltos-crisis impredecibles (no- determinista) que exponen a los miembros del vinculo ante la represen- tacién de la exterioridad ontolégicamente . En ambas situaciones, la que expone al vinculo a un permanente Dasa ee Pat equilibrio ° la que lo expone a lo no pensado y no pensable, reccionalidad vincular necesaria para el despliegue de quienes bas un lugar en é] puede alterarse moment4neamente o definitiva- ente. Muchos son los ejes posibles para analizar estas alternativas. Uno de ellos lo provee el andlisis del poder ejercido por un sujeto o un conjunto dirigido o sostenido por el deseo de resolver un problema y entonces aqui la cualidad del problema a resolver dard el significado a la modalidad de intercambio. Pero también otro eje es el detectar cudndo el poder tan solo es ejercido contra otro u otros que en ese caso se tornan meros obje- tos de la fuerza bruta. EI poder y su puesta en acto requieren como minimo dos entidades, sean éstas ocupadas por uno 0 varios sujetos o por ideas-teorias (cuales- quiera sean éstas). Bien conocido es el poder de las teorias sobre la mente de los psicoanalistas —del cual entre nosotros se ocupé Ricardo Bernardi (1989)- y el poder de las ideologias (Kaés, 1980), capitulo que aun falta trabajar en psicoandlisis. En sintesis el poder se ejerce siempre sobre o contra otro u otros y en uno de sus significados estd Tigado a potencia sé torha omnipotencia, ‘en algunas circunstancias, ubicando enton inerte-impote! mane! ncept lo nse : como ligado a la lucha sobre o contra un obstaculo que es necesario ven- cer y el obstdculo es tanto una idea, una necesaria realizacién oun otro u otros. Encarado desde el problema del obstaculo, la cuestién implicita gerd la de determinar el significado inconciente de obstaculo y la forma de resolverlo, anularlo, negarlo. : Una cuestién no menos importante y que por lo tanto debe conside- rarse es e] poder generado a partir de la vincularidad o sea el que proviene de la multiplicacién de las potencialidades de dos ° mas a jetos. Nuevamente aqui el poder surge de una articulacién particul se entre los miembros de un conjunto segtin ja cual la ee Lal para los excluidos pero dependientes de dicho vinculo un estado qu i iosi imulante. Un dicho come inermidad hasta una curiosidad estimul a os a ta fanera” ne tal voz una sabia captacion de la fuerza propia cularidad. Dicha fuerza proviene del inconciente vineular. 9 sea sello ligado a la particular alquimia creadora dela zona de nace como de la fuerza de aquello por siempre excluido de dicho que es lo que se negativiza al crearse dicho conjunto. Los anal trabajan en encuadres vinculares tienen con frecuencia la experiencia de vivir la exclusién de un conjunto que administra sus vivencias y sus secretos creando un cédigo intransmisible. E] componente iene de la constitucién de un vinculo refuerza la produccién del sentimiento de exclusion y la irracionalidad de ciertas conductas que se basan en una paradoja: incluir a un otro excluyéndolo. : nicuen- conjunto istas que ° Dominar y capacidad de eleccién El dominar es un término comprensible si se lo incluye dentro de un largo espinel que daria cuenta de diferentes transformaciones cualita- tivas. Para evaluarlas o categorizarlas un eje valido es el que provee reconocer las alternativas de la capacidad de eleccién (Puget, 1992) a partir del cual podremps analizar el destino que esta Ultima sufre. Pero antes es necesario puntualizar qué entiendo por capacidad de eleccién. La capacidad de eleccién es una condicién primitiva inherente a la cons- titucién de un sujeto, ligada a la capacidad judicativa, segun la cual para cada acto en la vida un sujeto habra de optar por lo menos entre dos posibilidades: aceptar o rechazar, tomar o dar. Hacer suyo lo que se le ofrece conserva una cualidad singular y no compartible. En la medida en que el ejercicio del poder en una de sus modalida- ; des reduce o anula en uno de los polos del vinculo esta capacidad a su minima expresi6n, ofreciendo significados ya pensados por uno solo, es de suponer que la circulacién unidireccional del poder dafia al sujeta sobre el cual se ejerce o contra el cual se ejerce. En algunas circunstan- cias la violenta atribucién de significados y su consecuencia, el cerce- namiento de la capacidad de eleccién, transforman a un sujeto en objeto del deseo del otro. Esta violenta atribucién de significados depende de la puesta en actividad del poder de uno sobre o contra otro. Algo de esto fue pensado por Piera Aulagnier cuando instituyé el concepto de violen- cia originaria. Desde la consideracién de la capacidad de eleccién se sigue caracte- rizando el poder y su ejercicio como determinante de un estado vincular en el que la bidireccionalidad sufre una organizacién especifica. Puede quedar practicamente anulada la posibilidad de generar significados ca- paces de crear los necesarios malentendidos inherentes ineludibles de la presencia de dox o miis yoes cuando en cali 2 se ¥e eercenado.o paralizade para tno de los poles del vinculo le capa, cidad de eleccién. También puede quedar referida al reconocimiento de una asimetr{a, sea ésta en conocimientos, fuerza, etc., necesaria para producir una representacién de la exterioridad de otro yo, algo as{ como el resultado de una suspensién momenténea de una actividad del pro- pio yo. En esta ultima, el yo elige tomar contacto con un otro. Cuando el quedar sujeto al dominio del otro proviene de una eleccién basada en el reconocimiento de que el otro es poseedér de algo que se desea tener, la circulaci6n del poder no impide sino que posibilita el crecimiento o despliegue de nuevas organizaciones. En cada una de estas situaciones el otro polo, sobre el cual recaen les efectos del ejercicio del poder, estaré ubicado en lugares diversos. Desde un estado de casi inermidad, pasando por dependencia extrema, victi- ma, dominado y anulado en su capacidad de metabolizar lo recibido, hasta legar a receptor active de lo que el otro puede dar. Poder y subjetivacién Sea por el ejercicio excesivo de una condicién, la que otorga el poder, © por ejercicio suficiente, en ambos casos se puede analizar una de las facetas de la subjetivacién a 1a luz de este estado vincular. Si por sub- jetivacién entendemos tanto una prActica como una conciencia cada vez més sutil de los propios estados mentales y de los estados vinculares derivados del cémo ser, tener y pertenecer, el exceso de poder habré de tener como consecuencia la paralizacién de la subjetivacién. En Atenas, una de las maneras de mantener un equilibrio democratico en el con- junto concebia la expulsién de aquellos que por su condicién sobresa- liente podrian descollar y entonces instituirse en lideres. Ello hubiera producido una organizacién monopolizadora que atentaria contra el libre intercambio. Es de suponer que toda organizacién que tiende a verti- calizarse o a determinar la ocupacién de lugares y funciones con alguna fijeza mas allé de la necesidad proviene de la puesta en actividad de un exceso de poder. UI 8 ages EL ii Poder y los diferentes encuadres También es Util para realizar una disc del estado vineular regido por la dindm: rencias sobre la base del i al espacio constituido por acne ees cual se habla. Me refiero subjetivo y por aquel contenedor de rep ae etivo, Por un vineulo tran- Tae propias del espacio intrasubjetivo. Hemet emer n lo que se refi i sige stunned x paral cee i var que cuanto mas anénimo es el ejercici ‘de pe oe eee tifero, mayor es su fu | ejercicio del poder en este caso mor- Pua erza destructiva. Y por anénimo me refiero al poder ejercido en y por los grupos, en las masas instituciones cuando éste es vehiculizade fee a Peas gaslasl a ubica en transmisor factico de ideas que D saiseata ees pease de un otro ° han sido establecidas sobre la base de un consenso de un conjunto inasible. En ese caso el portavoz no asume una responsabili- dad sino que solo se reconoce portador de un mensaje que proviene de la comunidad, la institucion, etc. Ello leva a relacionar la falta de asun- cién de una responsabilidad con un poder tanatico, de alguna manera también desorganizador de los vinculos. La relacién entre un yo singular y un conjunto del cual éste depende configura en ciertas ocasiones un estado emocional asimétrico. Cuan- do ello sucede transforma al yo singular en sujeto inhabilitado para desarrollar su singularidad. Un ejemplo de ello es el estado emocional en el que se encuentra un miembro de una institucién cuando, ante un reclamo suyo dirigido a un miembro dado de su institucién, éste dice no poder contestarle porque solo se reconoce transmisor del mandato de un grupo. Ello despierta en el que asume un reclamo un malestar que. lo conecta con impotencia o lo obliga a su vez a una puesta en acto donde también podria circular violencia. En el mejor de los casos genera la posibilidad de volver a pensar el cémo de su pertenencia en dicha ins- tituci6n. Mientras que en un vinculo famili tables, el poder depende de la puesta nes. Algunas parecen estar inevitableme! ‘ la estructura edipica dentro de una constelacién que va desde funcio- namientos narcisistas a funcionamientos triddicos. En los primeros el poder depende de una mutua fascinacién y en los segundos, del temor a la castracién y de una necesaria legalidad. Desde luego. no se trata de primeros y segundos sino de una manera de caracterizar dos moda- lidades vinculares. Otra vertiente del poder proviene del significado que timinacién més fina y puntual ica del poder, el reconocer dife- ar o de pareja a los que llamo es- en actividad de diversas funcio- nte ligadas al lugar ocupado en. agers nt EN aerepereegenpoee sy t $ i ¢ z a's fe sree panes ue poms la cultura otorga a las organizaciones estables, sean éstas parcja o fa- milia. La identidad de género estipulada por Ja cultura es también re- sultado de una atribucién transmitida por el conjunto que de alguns manera limita las potencialidades singulares ligadas a la capacidad de eleccién. Otra vertiente pasa por los permitidos y probibidos en tanto organizadores de una legalidad, y para l&s parejas la sexualidad en tan- to sostenedora de dicha vincularidad puede inscribirse dentro de la linea del poder. En el espacio intrapsfquico el poder organizador o desorganizador de- pende primordialmente de la capacidad de metabolizar-transformar-pen- sar las emociones, los sentimientos, las ideas. Se habla entonces del poder del mundo interior. Estado vincular de mutua dependencia En el estado vincular en el cual sobresale como significativa la circula- cién de poder se crea un estado mental de expectativa de un sujeto ante otro, expectativa que se torna insoportable, que impotentiza 0 Por lo contrario mantiene alerta y vive a quien espera de otro. La circularidad deseante-deseado lleva para uno de los polos una marca de posible satis- faccién y placer, mientras que para el otro polo se trata de mantener abierta la demanda basada en una expectativa de un plus insaciable. Fi ostablecimiento de ciclos de frustracién tolerable © intolerable alter: nando con satisfacci6n posible o | imposible determinaré Ja ‘cualidad dea ‘poder. ~ Se establece entonces una mutua dependencia inconsciente que de al- guna manera limita y focaliza la atencién de los miembros del vinculo. El poder en la vida cotidiana de los psicoanalistas Para los psicoanalistas no es facil detectar las formas de apropiaci6n pasivas o activas de ideas verbalizadas o pensadas por Ja mente de los pacientes y de} propio analista. Un concepto como el de los Mundos Superpuestos (Puget y Wender, 1982) intenta dar cuenta de cémo opera en la mente lo vivido por el analista fuera de su consultorio cuando ello esté o no en consonancia con !o mencionado por su analizado. En al- gunas circunstancias el analista deja de pensar para interpretar y pasa “ a a ‘Querer opinar y participar activamente en Ja direcci pase ado pero contrario Percibir que es su aie done 3 Gna direccién que tiende 5 meson eo prohis vida. La opinion vehiculica ‘ in que tiende a zanjar el cuestionamiento mient a 7 sepa itd Le interpretacién pudiera dirigirse a la emergentia de quevos signiticados sin cercenar la posibilidad de pensar. (i el oa sumido en el conflicto del mundo superpuesto es arias te fact me a recurra al ejercicio del poder que le otorga su funcién e inten lecidir para o por su paciente. De donde se deduce que una nueva ‘ iente para la comprensién de las multiples vicisitudes de la cues- tién del mundo superpuesto es Ja visualizacién desde la teoria del poder. Poder y potencia En un intento de sintetizar algunas de las ideas propuestas y adscribir el tema del poder en su significaci6én de potencia se abren varias posi+ bilidades. Adgcribirlo al deseo Ileva a reconocer el circuito deseado-deseante. Un eje basico aqui es Ia creacién de un estado de anhelo, expectativa en ambos polos del vinculo. Adscribirlo a la fuerza de las identificaciones lleva a ubicarlo en los circuitos identificantes-identificados. Aqui el eje es el de ofrecerse como «2, modelo a quien necesita de él. Melanie Klein —analizando la novela de Julian Green (1965) Si yo fuera usted. atribuye el poder al diablo y al deseo de su personaje de obtener bienes envidiados y deseados. El poder proviene de una conjunci6n entre el instigador, el diablo y el estado de malestar y sufrimiento por diver- sas causas en el que est4 sumido Fabian. En “Psicologia de las Masas...” Freud se refiere al poder ligado a la hipnosis (p. 109) en tanto promotor de una organizaci6n vincular en- tre “alguien de mayor poder y una impotente y desamparada” o (p. 119) que “alguien en posesién de un poder misterioso arrebate al sujeto su voluntad”. Ambos se complementan de alguna manera y requieren de algo mas que el poder manifiesto, o sea un componente inconsciente la- mado aqui misterioso. : La potencia del diablo, tal como introduce el tema Melanie Klein, la (der o la potencia del enamoramiento, de potencia del hipnotizador, del li la legalidad tal como lo menciona Freud pueden ser pensadas como determinante de un estado mental y vincular cuya caracteristica basi- ca es la puesta en evidencia de una modalidad de dependencia-expec- ae! ™ Wet poder at poder Wht tativa que tiende a recalcar una determinada cualidad: dominio referi- da _a una capacidad erética o dominio cargado tandticamente. Hay que agregar a ello la necesidad de un otro deseante que se torna impres- cindible para el ejercicio del poder de uno. Y por fin, adscribirlo a la cuestién\de Ja pertenencia Meva a reconocer los valores que hacen al proceso atributivo y comprender el poder capaz de otorgar un lugar posible o el poder que fija lugares imposibles de modificar. i6n ulterior del propio yo. éEs posible para un sujeto despertar en otro el deseo de apropiarse de él? Evidentemente un exponente de esta posibilidad es el estudiado por los medios masivos de comunicacién que consiguen poner en activi- dad el circuito de apropiaci6n. Proponen y otros toman. {Seré este método comparable con la seduccién histérica tanto en su componente atracti- vo como en el de frustracién? ZO sin ese ingrediente el resultado es otro? Alguna reflexién Es notable cudn importante es el concepto del poder en diferentes 4m- bitos tales como la sociologia, la educaci6n, las ciencias politicas, la lite- ratura, la historia, etc., y sin embargo cuan dificil ha sido ubicarlo dentro de la teoria psicoanalitica. Una hipétesis me leva a suponer que aun son pocas las teorias que sustentan las diferencias entre la constitucién del espacio intrasubjetivo, del espacio intersubjetivo y del espacio tran- subjetivo. Y entonces al ubicar necesariamente el poder como una cues- tion ligada a la intersubjetividad es légico suponer que se conciba el tema. como ajeno al psicoandlisis. Resumen En este trabajo se delinean diferentes ejes necesarios para la comprensién del com- plejo problema del poder sustantivada. Se lo ubica como capaz de interrumpir la bi- direccionalidad vincular en forma cireunstancial o permanente, capaz de cargarse “tandticamente. Se hace especial hincapié en la posible anulacién para une | 4 ~ de los polos de la vincularidad de la capaci c pacidad de eleccién, condicién la constitucién del sujeto y de la subjetivacién. Se reconoce el poder camo sostonide por el eae aie y sus diversas producciones siguiendo entonces la linea ya pensada por Freu: poder del inconsciente en ta: va peneeta por Eiwaa & n tanto formador de diversas pro- Janine Puyet Descrurrores: INCONSCIENTE / VINCULO / PODER / PULSION DE DOMINIO / SUJETO Résumé DU POUVOIR AU POUVOIR Nous reconnaissons différents axes qui s’avérent nécéseaires pour comprendre le probléme complexe du pouvoir en tant que sustantif. Nous Je pensons comme étant capable d’interrompre la bidirectionnalité du lien soit circonstantiellement soit de maniére permanente, et pouvant étre investi par eros ou par thanatos. Nous remarquons particuliérement l’annulation possible pour l'un des poles du lien de la capacité d’élection, condition nécéssaire pour la constitution du sujet et de la subjectivation. Nous reconnaissons le pouvoir soutenu par l’inconscient du lien et ses diverses productions suivant ce que Freud a développé du pouvoir de Vinconscient en ce qu'il est le moteur de diverses productions inconscientes. Summary FROM POWER TO POWER The author traces the different guidelines required for understanding the complex problem of substantivated power. It is situated as being capable of interrupting the bidirectionality of relationships, either temporarily or permanently, capable of receiving an erotic or a thanatic cathectization. Special emphasis is placed on the possible annulment, for one of the poles of the relationship, of the capacity of choice, a necessary condition for the constitution of the subject and of subjectivization. Power is recognized as being supported by the relational unconscious and by its diverse productions, in this sense continuing in the line taken by Freud concerning the power of the unconscious as a shaper of diverse unconscious productions. Resume DO PODER AO PODER Neste trabalho é apresentado um esboco dgs diferentes eixos necessdrios para a compreensao do complexo problema do poder\substantivado. Considera-se que tem capacidade para interromper a bi-direcionalidade vincular de maneira circunstancial ou permanente, passivel de ter carga erética ou tandtica. Sublinha-se, especialmente, a possivel anulacéo de um dos pélos do estabelecimento do vinculo da capacidade de eleigdo, condigao necesséria para a constituigao do sujeito e da subjetivacao, Reconhece- se 0 poder como sendo sustentado pelo inconsciente vincular e suas diversas produces, seguindo a linha jé pensada por Freud do poder do inconsciente como formador de diversas produgdes inconscientes. Bibliografia Bernardi, R. (1989): “El poder de las teorias. E} papel de los determinantes paradig- maticos en la comprensién psicoanalitica. Rev. DE PSICOANALISIS, XLVI, 6, 904-922. Dorey, R. (1983): Le Désir de savoir. Denéel. Paris, Cap. 5. Freud, S. 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