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el ‘aduciin de Bevesrina ne Crameourcht Plain, Vives, los jesuitas, Comenio, Locke, Rollin, Rousseau, Pestalozzi, Humboldt, Kerschensteiner, Decroly, Claparéde, Dewey, Montessori, Alain Estudios realizados bajo la direccion de Jean Chateau Los grandes pedagogos nr i uc, 3 ete a “a ph tng “loca gm pore ‘Edun Fes Chieu retin i Se Letanscame ewy287 a6 Silos Las pane xe 1 Ca Me ‘nteaern eterna om sissies hte de prea Abe ‘protien opens ct alte Isenorecarssom7 mgr en i Pe Lista de colaboradores Jou 8. Baveactien: Profesor ballckiano de histria y de flosofa de Ja educaclin en Ia Universidad de Yale. Publicaciones: Modern Philosophies of Education (McCraw; 1939; ef. rev, 1950), History ofthe Problems of Education (McGraw, 1947), 9 tr. Grovawna Gav6: Profesor en le Universidad de Florencia. Presidente ‘del Centro Pedagdgico Nacional. Miembro dela Academia Naco- ‘al dei Lincei, Vicepresidente dl Comité Fjecutive de la Oficina Internacional de la Educacié Bx subsecretario de Insteuclén Publica, Publicaciones: Corso di pedagogia (5 vols, Principales, ‘Mila, i947), Dal” umsanismo alla sola del lavor (2 vols; San- soni, Florencia, 940), etcéera Jean Cura: Catedritic de flosofia, Doctor en Letras, Profesor de pscologia y de pedagogfa en la Universidad de Burdeos. Public cones Le je de Fenfnt (Vein, 1947; 0 fe, 2955), Limaginaire at Te él danse jeu de Tenant (Wr, 1946), eter Roser Dorrans: Doctor en Sociologia, Profesor ondinaro de pe ‘dagogia en la Universidad de Ginebra. Codizector del Instituto de Clencias de la Educacién. Ditector de estudios pedagogicos en el Departamento de le Instrceién Publica. Publleaclone: Le pro- sd Tene (Delachaux, 1936), Lenseigiement indviduais (De Tachaus, 1936), yotras mis. ‘Wiis FLirwen: Doctor en Filosofia. Profesor de sofia y de pe- dagogia en la Universidad de Hambargo, Direct del Seminario para la clencia de la educacion y del Instituto Pedaghyico de la Universidad de Hamburgo. Publicaciones: Allgemeine Pidagogik 16 Sainte-Beuve, Causerles du Zao, vl. VI 1862. Millemai, Tableau de la itérature rangle au vn sil, Leclon X, 1838 ‘Woleker, Rollin als Pidagoge, 1880. VIL. Jean-Jacques Rousseau o la pedagogia de la vocacién (1712-1778) En los tratados de edcacion se nos da una palabreria inti y pedantesa sobre los deberes quiméricos de los nos. y no se nos dice wna palabra sobre la par- te més dif y mis importante de toda Ja edcacion a saber: a rss que sirve de trisito del infancia ala pubertad [mii ibs ¥, p. $28) 1 10 QUENO DEBE BUSCARSE EN ROUSSEAU ‘Aunque Rousseau se preocupé toda su vida, desde las Char- rettes hasta su muerte, del problema de la educacién, sin em- bargo, no puede considerarsele como un educador comparable 4 Pestaloati, Kerschensteiner o Dectoly. Fs més bien un filé= ‘sofo como Montaigne, a quien tanto debe. Por lo tanto, seria tun etror buscar en su obra técnicas pedagégicas concretas. El propio Rousseau nos advierte en varias ocasiones que se ha scontentado con exponer principios» (p. 25). y que su desig rio «no es entrar en detalles sino solamente exponer maximas sgenerales»(p. 88). Por otra parte, dichas téenicas no son complicadas, como se cree a menudo: ‘Se da gran importancla ala leccién de los melotes métodos para aprender a ler; se inventan escritories, mapas; se converte la "Naess lorie dit da cas Gari bch poe ‘hy Rcd, overex yl cmd pts ov este hbitacién del nino en sna imprenta. Locke qulere que apeenda 8 leer con dados. Qué ingeniso invent, verdad? {Qué lista Y siempre se olvda el medio mis seguro de todos, el deteo de sprender Dad al nfo ese deseo y dejad vucsteosescrtorlos y uestros dados; cualquler método seréeficaz(p. 16) No consideremos, pues, a Rousseau como un pedagogo de criteri estrecho en el eual podemos encontrar esas mecedadess {p. 117) que son les ténicas concretas. Si se comprenden bien Jos princpios, ésts se dedacixin fdilmente, Rousseau se ocpe ena ilosofia dela educaciin y no en ls didaetcasparticulares, Los ejemplos que nos brinda de su método no deben tomerse ‘munca mis que como ilustraciones —por otra parte, 8 menudo rediocres— y no como modelos que imitr. 2. LA UNIDAD DE ROUSSEAU. ELLUGAR QUE OCUPA BL EMILIO. ENSUFILOSOFIA (Oto error igualmente grave consiste en considerar como Gnica ‘bra del Rousseau pedagogo el Emilia, ya veces slo los prime- 108 libros del Ero. Ahora bien, son los dos wltimas libros las {que iluminan el sentido general de lz obra, y su propio signtica- cdo no puede ceptarse mis que en funcién de toda la dactrina pporlo tanto, hay que acudir también alos Discurso, ala fli, al Contrao y a los escritos menores. Hoy en dla ciertos notables trabajos’ han dejado muy atris la interpretacién sugerida anti- sguamente, segin la cual ef Fralo seria una excepcién en el con- junto de la obra, Pero Rousseau mismo ha insstido sin cesar en esta unidad de su obra, Observemos primero que el Emilia, el Contrato y la Julia fueron meditados.al mismo tiempo. Rousseau empez6 a pen- sar en el Emilio en 1753 0 1754 y habla de esa enueva empresa» * Puce ln de agen y Dene as ‘en una carta de 1757; pero no lo terming hasta 1759 0 1760, pues no se consaged a €) de lleno» hasta que acabé la Julia En cuanto al Contra a idea nacié en 1750-1751, y apareci ut mes antes que el Bio, que contiene un resumen de aqué (enellibroV). Por otra parte, antes y después de exe periodo y especial snenteen los Discursosy en la Carta al arobispo de Beaumont, se encuentran textos que seflan muy clarament la dependen- cia muta de sus ideas pedagdgicas, polices y foséias. En particular, Rousseau sefilae lazo que une see primer Disur- Soyelque versa sobre la desgualdad y el Tratado de la educucion, tas obras inseparable y que forman un mismo todo» (I+ Carta 4 Maleserbes)sen otro lng dice del Ero que es un etratado de In bondiad natural del hombre» (Diogo 1D), cita que nos trae de nuewo alos Discrsos Si es asi, se comprende que Rousseau haya podido dect desde el principio del libro I del Emilio: Nuesto verdadero es todo eel dela condicin humana» (p42) Se comprende tarn- bién que los dos siltimos libros sean los mas importantes, pues- to que contienen la Projesién de fe, el resumen del Contrato y toda la pedagogia referent al inclusion del hombre en la so- ciedad moral, que consituye la vocaién propiamente humana. Cuando Rousseau crey su manuscrito perdido por obra de los Jesuitas, lo que més le preocupé fue la suerte de ess dos tt ‘mos libros, los cuales emejor escrtos y cuya lecture ene mis interés, estin enos de cosas audacts y fuerte (C. Cor. VIL, 115) (véase a este sespecto Raver, L pp. 251 ys y Gudhenno, iy cap. 3 ibeos dels que no queria desigar la Profs de, diciendo: «No aceptaré nunca esa solucién sino me obligan @ ellos (Carta a Rey, 11 de marzo de 1762). EL problema que plantea el Eula ebase, pues el marco de Ja educacén infantil O mejor dicho as intenciones pedagéi- «as son inseparable de las intenciones loses, politica, reli sosas y morales. 3: LA VOCACION HUMANA, {Cuil es, pues, xa filosofia de a que depende el Emilio? 30 eval sla condicidn humana? Eneontramos la respuesta en a prime- fa pagina del Emifo, ue es como un indice de a flosofla de Rousseau ‘Todo est bien cuando sale de las manos dl Autor de las cosas». 5) eto equiva afrmar que el problema pedagegica ésth subordinado @ consideraciones que suponen la existencia de una teologia y de una fe en la Providencia. Alo que responde final dela Profi de fe Sin fe no exist verdaderavirtud Prescindi de ela, ysélo veo injusticia,hipocrsiay mentira en tre los hombres (pp. 385 389). Segui ala naturaleza seguir a virtad, es seguir a Dios. El culto «la naturaleza —recordado en ‘is todas las pginas de Emilio depende de unavisién prov ddencalista del mundo. El propio Rousseau deduce sin cesar de 41 un inalismo ingenuo, el que inspiara a su dseipulo Bernar- dino de Saint Perr. De ah la creenca en que la bondad su- prema que ha hecho del placer de los seres sensibles el instra- rento desu conservacién, nos hace saber por lo que agrada @ ‘uesteopaladar, qué eso que le conviene 2 puesto estémago.. {Acazo se vio jamés que a algulen le repugnaran el agua aie pant (pp. 164-165). E ejemplo de os salvajes y de los animales hos enseha de cuéntos inconvenientes nos librariamos si que sieramos Segue a a nataraleza, que todo lo hace bien» (p. 64); temor de la muerte (p. 66), médicos (p. 31), exceso de earnes {p.232),chupadores(p. 52), ete. Por lo tanto y de un modo ge era, nestra norma consisted en segoir ala naturaleza. ero semejante régimen sera posible para un salvaje que viviese en soledad (cf Discusos, que insisten sobre esta sole ed), no para un micmbro de wn grupo social. Ahora bieo, la integracin en la sociedad es para Rousseau, «un tiempo, la vor cacin del hombre y el equivalente del pecado original (Cara a Beaumont). Los dos Discrsos ban dentnciado las perversiones » nrenmen lps se encuentra lpn dal io (p56 sociales ye Emilio continba en la misma direcién: «Todo dege- zera entre las manos del hombre... no quiere nada tal como lo fio la naturaleza»(p. 6). En la raz de todos nuestros males se encuentran el wdesco de dstinguirse» del que hablabe el primer Discurso, el amor propio (p. 290 y nota et.) a opinién, la vani- dad: lo creard otro por su matrimonio coa Sofia (pp. 606-607; véase también p. 440). Pues hay que empezar por una sociedad limita- 4a, elo esencial es ser bueno com la gente con que se vives (P.). En estas ensofaciones respecto a la educacién el aspecto social sigue siendo la base, Desculdarlo es olvidar que la re- Aexidin de Rousseau se ha deserroliado a partic de los Discursas Yue se ha prolongado siempre sobre el plano social, tanto en la Carta a d’siemberto en la Julia como en el Contrato. El Emilio clerta y corona una serie de obras consagrades al problema de a ciudad; muestra c6mo «tomando@ los hombres tal y como son y alas leyes tal y como pueden ser», es posible enovar en certos, Iugares la condicién humana. El ideal del Contrato, tan poco factible en el plano de la ciudad, puede realizarse progresiva- mente en un plano mis restringido, Es en Ia rai en la infancia, onde hay que buscar remedio a los males que describen los Discursos. Rousseau comprendid, mejor que nadie en su época, hasta qué punto depende la vida moral del ambiente en que se esarroll a infancia. Sila Logica de su sistema lo Iev6 ala pe- dagogia a partir de las reflexiones politcas, comprendié que Jos esfuerzos en vista de una reforma, debian tomar, de prefe- > Bn un cat shore Rogue mart de 1764, Rouse cab: jung Sts yon Em se xo eed, enbrg, iene eh ‘sina en Sin yin oer Lec dec Seo a sel pepe de Wartenber con quen Ross canvas ro. rencia, la ruta contara. Sin duda conoca todas las dficultades, pero tal vee no era necesario refund primero a toda la soci ad para eeformer la educacién (como le deca, en 1757, 8 me dame dBpinay) ‘Se comprende por lo tanto por qué ls ideas mas importan- tes dels obra son, para el autor, as de las dos itis libres, Los objetivosfloséfcos que lan de lograrse no se encuentran sé en la Profesén de fey en el surmario del Contato inchid én ellbro V sino que esos dos itimos libros tatan del probe. ‘ma dela integracion social, del trénsto dela infancia ala puber- tad (véase el epigrafe de dicho estudio). Ahora bien, Rousseau afirma repetidas veces (y nosotros volveremos sobre ell) que ahi es donde empieza la verdadera educacion. Si el preceptor obliga a Emillo a dejar a Sofa y a viajar es en gran parte para aque la citada integracién social se realiceen las mejores con- diciones «Al ser jefe de familia vas a ser miembro del Estado 2Y qué es ser miembro del Estado... Crees que lo aprendite todo y alin no sabes nada antes de ocupar un lugar en el orden civil, aprende a conocerlo ya saber qué lugar es el que te con- viene (p. 572; el matrimonio es la primera insttuion social Emilio va & ocupar, por consiguiente, su sito en el orden s0- cial abi acaba su aventura, Incluso sino tiene «patra, end siempre un «pai» (p. 605), y uno de sus deberes es el afecto al Juger donde he nacido; ya adulto debe servr de ejemplo a sus compatriot (p. 606. {No se ve ben claro todo lo que queda tase ensue pee agbgico de ese apostolado que no falta nunca en Rousseau? EL Eni nos enseha a consitulren a xealidad ese Clarens que nos ha descrito Julia 6-LA VOCACION HUMANA EN LA INFANCIA, Responder ala vocacion humana es ocupae el lugar que nos co- sesponde: «Oh, hombre... permanece en el lugar que fa natura leza te ha asignado en la cadena de los seres»(p. 68). Pero ser hombre es sretirar el corazén en los limites de Ja propia cone ino (p. 568); es seguir sfendo uno mismo, negarse a extendes- se hacia fuera (pp. 67-69). En todas sus obras, Rousseau no deja Ge insistir en esa necesaria restriccin del ser en sf mismo; pero fa veces concreta también, como cuando le recomienda @ Eni {queta que no eintente alejrse desi misma» abandonando su pa- pelde mujer (Carta del 7 de mayo de 176s) 0 cuando leescribe ‘aun muchacho: «Trabaje usted en el estado en que lean puesto sus padres y la Providencia» (Carta de 1758). También Emilio cconservard las riquezas que le legaron sus padres (p. 606) vivi- sen su «pais natal. Cada uno de nosotros, por su nacimilento y su estado, tiene raices en algin lugar. No habré que formar a Emilio de acuerdo con ese sitio que seré mas tarde el suyo en ls sociedad? Esto es lo que se hace en una educacién puramente social, nspirada por nuestras sociedades cozrompidas: «En ese caso, ‘educacién s6lo es it sila fortuna concuerda con la vocacién de los padres» (p. 12). Pero esas distinciones sociales proceden dela desigualdad artificial denanciada en el segundo Discurso: de la opinién, En Ia educacion de Emilio s6lo pueden contar fos factores naturales, El pais, ya lo sabemos, es uno de ellos. Por ‘eso, en ef Gobierno de Polonia, Rousseau defiende una educa ‘idm que ponga ala patris en primer plano: «A lo 20 aos un po- laco.no debe ser otro hombre; debe ser un polacos; de la misma ‘manera antiguamente un espartano era un espartano, Pero este anclaje patridtico, en el que no intervienen més que factores ma- turales, y no factores de opiniém, carece de sentido hoy que «la Institucidn pablica no existex, hoy cuando no hay verdaderas le- yes ni verdaderas patrias. Deberemos, pues, considerar lo que hay en comin en la vocacién de todos los hombres, borrando las diferencias locals artficiosas*a fin de encontrar nuevamen- tela ewocaci6n comin» a todos en el orden natural (p. 12). * ote comparde its dey tn pls cn fu pe en nada congrats ater he edo ce ar Io ure eve Shrtly nde ci yoo coded aoe epemeste pop del ret ‘oqo mcm ado eo aque ep en clue cy ecole ct gu fre (306). ar AcQUHE ROUSSAW OFA Penal BEA YOEAEION Heenos, pues obigados a impedir un enraizamiento precor, ‘que seria nefasto, ya desarraigar a Emilio durante todo el tiem. po en que aprenda su oficio de horabre. «Antes que a la voce ‘ion de los padres la naturaleza lo llama ala vocacion humane, (p12). Emilio sera, pues, un discipolo abstracto, un huefano,y ‘aunque de buena cuna (p. 27), llamado a ser hombre antes de ser noble «... quiero darle una jerarquia que no pueda perder, ‘una categoria que lo honre en todos ls tempos: quiero elevarlo alestado de hombre» (p. 226) "Ademds vivimos en una época inestabe, «nos aproximamos, al estado de crisis yal siglo de as revoluciones» (p. 224). Por lo tanto debemos tener en cuenta, en todos nuestros cileulos, los posibles trastornas (pp. 224-225). Dicha inestabilidad social nos permite descuidar los factoresartifiiales, justfica una edu: cacidn segin la naturaleza, como si el colmo de fo social nos devolviera lo natura. Emilio, ue al salir de manos del precep- tor no seré magistrado ni soldado ni sacerdote, sino eantes que nada hombre» (p. 12), seré por eso mismo apto para abrazarto- dos los extados. No sélo ela educacin natural debe hacer a un hhombre apto para todas las condiciones humanas» (p. 27) sino cualquiera que haya sido bien educado para su vocacién de hombre no podré desempefar mal los dversos estados ie se relacionan con ella (p. 12)? Sin embargo incluso cuando queremos reducirnos alo que «8 comin ¢ todos los hombres, subsisten, por encima dela voes- cin de hombre, unas como vocaciones particularessubordins- das que no se pueden rechazar —las que dependen de la edad y del cardcter. eL-a humanidad tiene su sitio en el orden de cosas; él nifio tiene el suyo en el orden de la vida humana; hay que cone sierar al hombre en el hombre y al nitioen el nifio»{p. 63). Las diferencias de edad no son artifciales como las diferencias de clases, sino naturales: «La naturaleza quiere que los nios sean niios antes de ser hombres» (p. 78). En consecuenca, Is nifer tiene su papel, suluga y su autonomia relativa, Lo veremos mis tarde; en cierto sentido hay una «madurez»(p. 180) de la infan. * Laminaria lec sett dl matinee ia segs comm encaguer tainqueteecetece(p SU) ciasy in embargo, hay que tener en cuents a continudad entre fpinfancla, la adtescenca ya edad adulta (vease $8). ‘Lo que es, etd bien, la infact tee asimismo un papel aque desermpenaren el arden de as cosas, «Nos quejamos del es- fade de infanca: no seve que a riza humana hubiera precio, Sel hombre no hubiese emperado por ser alion (pp 6-7). Sel hambre nacieraadulto, era aun perfecto imbécl un automata, ao sabriasquiera comer ni andar (pp 40-3). Es en I infancin ‘cuando el nifo, utilizando los datos de sus sentidos," logra onsruir ala ver las condictas humanas yf azn. Hay, pues, swuna raz6n de ese estado de debilidad» (p. 69); sparece que los nos s6lo son pequenos y debiles para aprender sin peligeo {sas importantes lecciones (p. 6). Eng, imitado aun tem po en ss destosy en sus facultades est primero bajo la tutela ‘elos adultos, lo cual le permite un desarrollo mas cl (p. 69): Juego un aumento de energia le presta exe sobrante graces al cual —a la inversa de los animales puede tener ites expe- fiencias(p. 61). Vemos aqui le acién de la Providencia: «Al tnismo tempo que el Astor de la naturaleza da alos ninios ese principio activ, culda de que no sea moy pejuicial, dejéndo les poca fuerza para entregrse aes (p49). ‘Conviene, pues respetar Ia infanca, que tiene su lagar en el arden de las cosas, y no hacer como esos educadores que «bus- Gan sempre al hombre en el nifo, sn pensar en lo que es antes de ser hombres. La educacién debe adaptarse ala infanctae it~ tluso a cada edad de la infancia. Debe tener en cuenta el des- frvllo de las funciones. a pedagogia de Rousseau seré una pe- dagogta funcional Sin dua la idea de esa pedagogia fanclonal no era inédits estaba presente en Comenio ¥ en muchos otros. Lo mismo Eucede cola pedagoya ala medids, dela que vamos a halar,y {ue puede tain encontrarse en Montaigne oen Locke, La ort finalidad de Roussea reside en que, ex &, ses pedagogies de- Penden de una pedagogia de la vocacidn bumans; esti inclu das en un sistema mas vasto que las concuerda ¥ las justifice. 2 Rogen engin erence Conia hac einen oo beta Rech si De ahi su fuerza, Pero también de ahi proceden sus foquez, Sobre ls cuales no insistiremos aor. Como cada edad, cade indviduo responde «una vocacin, ay gue tener en cuenta las inteligecls, los temperamestosy lon caracteres ecada esprit ene st forma propia, sein feu neces ser gobernido» (p83) nose tala aq tan slo et Gierta maners, de diferencia cuanttatvas que cen que ada tno adelante més o menos de acuerdo const genio. (p-) fetta tambien de diferencias cuaitativas de oto orden: de diferencias que denominariatnos hoy scaractrolgica», ene Sentid ampli dela pala, englobsndo temperaments y ca ricer, Este no depende nicamente del medio, como lo preten- Aig erséneamente Hehvecio, shay caracteres que se anunclan casi al nacer» (iia, V, 3) y otros que se revelan mc mis tarde (i), pero no pueden ser transformados «sera tan dif como convertiea un moreno en rio, 0 un tonto en hombre Ge ingeniow pero tambien whan go ustedes dv sguna vez que un arebatado se baya vuelto flmtico, y que un e tnetbicoyfrio haya adqi imaginacin?» (i). Ahora bien, ‘todos los caractores som buenos sans ens mismos. I ne. turaleza no comete eroresm.." Por consguiene eno se rata de cambiar el caretr y de dobegae lo natal, sno al contro, de implsario tan lejos como sea posible... pues eal como an hhombe llega a ser todo lo que puede ser yes as como I obra dela naturalea ex acaba en por la edcaciony Gd). Rousseau no insist sobre Ia diversidad de las educaciones en fancion de los caracteres(y también dels gat, p 3) onteta con sealar que el problema se plantea sobre todo ena Adolescencia «Esperamos la primera chispa de razon, el In que hace surgi el carcter yl da su veradera forma (ula i), Pero entonces vepicea fa division cast infnta de los ca racteress que noes posible estudiar en deal (p. 260) Le contin el tet o sg de cance bln comin oe sites Tolono a noon del cons. ‘eta delle soy Seno prec eanen-auloewblen es pela ‘eb pnd dels pg deca, el cnn el Pe En ese terteno, como en el de la edad, lo més importante es clbservar, a a de poder respetar a natralea. Es preciso vace- ‘har a naturaleeas (p. 84) largamente,cestadiars los discipa- Jos Pero hay un arte de observar importantisimes como eb el terreno politico, shay que trazaseregls para esas observaco- zis (585). El maestvo debe aprender primero a estar alos emis y, por ejemplo, no tomar «el efecto de la ocasién» por ee] ardor del talento» (pigina 230}; debe saber que wes en las bago- teas donde el natural se descubes (p. 287), debe saber interpre facta fisonomia (p. 272) En resumen, hay que hacer todo wn estadio antes de estudiar los nifios: «Yo quisiera que un hom- tre sensato nos diera un tatado sabre el arte de observar @ los ros. Sela muy importante conocer ese art; los padtes y las anadres no poscen todavia siguiera sus radimento (p. 231. ‘La pedagogia funcional sera tambien la pedagogia dela el cidad, puesto que es la pedagogia de la vocacién, «Me mantuve, dijo el preceptor, en el camino de a naturaleza,esperando que ste me mostrase cl dela felicidad, Resulté que ers el mismo, y ‘ue sin pensero, lo habla seguido» (p. 365). Esta coineidencia nie natraleza y felicidad puede por s sola explicat la parte ‘torgada a ia espontaneidad ya la felicidad en a educacion de Emilio, En efecto, sla naturaleza coincide con la vitud, la vt- tud coincide con la felicidad; wel hombe no puede hacerse malo excepto cuando es desgraciadon (p. 563). La preacupacisn dela ficha en Rousseau puede por lo tanto jasicarse por el hecho de que ade los ninos que nacen, a lo sumo la mitad lege fa adolescencia»(p. 61) y que, en vsta de ell, no debe sacricarse fl presente a un futuro incierto (pp. 62, 280, 201 Y 532); pero existe una razdn més profunda, y esque I natralera no nos engafas shay que ser feliz, querido Emilio es alin de todo ser seasible; sel primer deseo que imprimid en nosotros la natura- Jeza, ye nico que no nos deja nunca» (p. 564). El goce tiene por si mismo un valor y el preceptor puede decir: «Yo no he © emis pole se laten cl Canto pr lama de vit oy ‘uta dtd y Rests ares hla am etn Pre a eo ‘ots pre nose pode comprender la poskin de Rouse nose nce Bowden ceducado a mi Emilio para desea ni para espera, sino para go- at» (p. 522). Pero ese gace adquiere un sabor moral con el ct immient, tanto, que gocey bien se confunden: [..] para qué pode Ena tener prise? Para una sola cosa: gozar dela Vida {Abadicé:y para hacer el bien cuando puede? No, porgue es Inismo es gouar de la vida» (p. 522). La felicidad es entonces la satisfaccign de si mismo, y «para mereceresastisfacién esta sos en later dotados de libertad, tentads por las pasionesy reptiles por la concienci»(p. 342). Colmar nuestra natura- era es por e30 mismo ser dichoso, pues «Qué oteo bien puede esperar un ser excelente sino el de existir segn su natura. zat» (p. 345). Cuando Rousseau escrbe: eHagamos, pues, feliz al hombre en todas las edadesy(p. 532) quiere deci tambien {que es preciso dar a cada edad sus propas vires. Cada edad tiene su virtd y su felicidad partcalares hay que tener en cuen- ta esos trozos de vida que la naturalea ha distinguido a tavés de la vida humana. Le corresponde a cada uno certo equilibria ‘entre las faultades los deseos, que corrsponde a «la praden- da humana o ruta de a verdadera felicidad (p. 6). 7-LA EDUCACION NEGATIVA ‘La sociedad actual es mal: a educacion«posiivas ques nsp ra.en ella tiende a socalzar al io demasiado pronto, a «fre mar su espirtu antes de tiempo» ya dar al nfo el conocimiento de los deberes del hombre (Carta a Beaumont), Beto esto es de hecho, ari la puerta a os vieios. Rousseau vuelve sin cesar bye ello: «Cuidémonos de anunciar la verdad al que no esti en situacion de orl, porque esto equvale a querer sustituela pot el erro. (p. 312) Se pretendeensenar al nite la moral adult: pero como no puede ain juagaria realmente, ni siquiera com: prenderla, el nlfto saca de esas lecciones hibitos de mentirs hipocresa,vaniad, participa precoamente de os vicos adultos en ve de partcipar en las vetdes. «Para simular que se les pre dica la virtud, se les hace amar todos los vicios: se les dan al eaters ousseay 014 rroAGOGIA BELA WOCKEION prohibisles que los tengan» (p. 96). Se les leva a aburrirse a la iglesia, y ese les obliga a aspiar als dicha de no rezale a Dios» (pp. 96-97). Se les obliga « hacer innumerables promesas y eso Jos induce a mentir(p. 98). No solo se es pone de esta manera «an siluaciones que son fuentes de vico; sino que, ademés, por Jncomprensidn, dan un sentido opuesto alas lecciones que reci ‘ben; «el mal no esté en Jo que entienden, sino en lo que creen entender» (p.207):asi, un nino demasiado pequeso saca de una ‘bula de La Fontaine lecciones de adulacién, crueldad, injusti- ia, itonia, desobediencia (p. 215), Puesto demasiado pronto en contacto con los vicios contra los cuales se le qulere proteger, {ncapaz todavia de condenarlos y de dominarse, los acepta, par- ticipe de las cadenas que stan, por Ia vanidad y Ta opinion, al hhomnbre moderno (p. 604). Se qulere formar su inteligencia, da Je opiniones morales, y por eso mismo se le pierde. Fn efecto el, (ibid, ,p. 8). See libre es conserva su puesto en el mundo, como Su puesto nati: rales seguir el orden; esemplea las fuerzas atutales y ic mente ésas(p. 68). «El hombre verdaderamente libre no quie- re més que lo que puede yen consecuencia, zac o que queces (0.63). Obedece, en el estado natural ala necesidad en ele tado civih ala ey dela cludad en que vive la cusl debe se gual- ment flexible" Son la opin, Ia Fantasia y la vanidad las gue lo alejan de ests eyes lo convierten as en un excavo -Aseguremos, pues, la libertad de Emilio y para ello, dejé- rmosle un campo suficiente para que hag l prueba. De)émosle ‘que se haga asi mismo, en vez de pretender formato, 0 mejor ‘cho, hagamos de suerte que se crea siempre libre en sus expe- fiencias, que imagine que choca sla con la necesidad, Per, sin ‘quelo parezca,culdaremos de que esta conducta no sea des {h por unos fetores no naturales; lo rodearemos de un medio favorable. De equi procede le famossdeclaracin: «Se han pro- ‘do todos os instrumentos, menos uno, precisamente el nico gue puede triunas a ibertad bien regulada» (p80). Tiberad Fisica, ante todas las cosas: nada de pafales «as crituras de pecho, juegos y diversions para los infantes Por la misma raz, cninguna especie de eccion verbal. ninguna e- pecie de castigo» (p. 81). Que el ni pueda disipar sus fuerzas tn actividades que le servirdn de ors tanta experiences eae catvas, sin dejar de sr juegos, Nada dejuguetes costosos(p. 52) nada de miquinas cients (p. 198), sino la necsidad pura y Talibertad de usar a su antojo de ella, Educado asi Emilio, que saborear wel bienestar de la libertad (p. 63) sera dichoso. Si experimenta el suvimiento, ser sin apesadumbrarse porque se Iehabré dejado solo con él, y asi conguistard més y mas inde- pendencia. Se desarrllard sein la naturaleza equelo hace todo Bien» (p. 6, sin haber ico en andaderas ni ser conregidoseré snds despierto y més lnteligente que sl se hublese pretendido forza la natralza {Se feme que permanezca amor, inert, alto de la incit- ciéa adulta? Tal temor equivaldria a desconocer totalmente la aturaleza humana. Lo que dstingue el hombre del animal, la azn desu grandeza y de su misera, es una sobra de facul tudes, un exceso de energia(p. 65: of tembién Discusos) que "ta esd le ncoes per te cro a de aren ‘edad que oss ingen oes vena depecenca de as hnbvee ‘ober con deacon sets a cepa toa I elt bt ‘stad ator on del eta ce mr heed que mans loot ‘Sete devicrcon ls moral gurls lesa gp no le impulsa a salir de le naturaleza primitiva, de la naturaleza dada, para experimentar y descubrir por su cuenta, Utilizando esta demasia, un nif, aparentemente abandonado a su suerte, puede interesarse en algo, por poco que se le guie en secrete (p.135). En cambio, usando ese remanent, se saldré, si su lt bertad no se ha regulado, de los caminos naturales, y buscars, por vanidad, extender su ser mas allt de sus fuerzas (p. 65) Su libertad no debe, pues, ser una licencia sino una discipling (p.63). Ei lo sabré dominarse, Seré capaz de ello porque, desde ‘un principio, habré experimentado ditectamente la necesidad de las cosas" e incluso la de los adultos, como veremos muy pronto; porque, falto de instrumentos y de maquinas se habré visto obligedo, como Robinson, a desarollar su buen sentido comin a fin de someterse alas leyes fsicas para construir ob- jetos que satisiciesen sus deseos: porque, habiendo sido for- ‘ado desde un principio por los hechos mas que por los ds- cursos (p. 301). seré ms apto, en lo sucesivo, para sacar provecho de sus lectures (p. 392): porque habra mediante afi- ciones indiferentes como la caza (p. 397), dominando asi. nes peligrosas. «Alimentado por la libertad més absolut sera ddueio de si mismo cuando legue el momento de plegarse vo- luntariamente a la ley del deber. Sabra entonces preferi los ‘derechos de a humanidads a su amor por Sofa (pp. 557-562) sabré incluso obedecer las Grdenes de preceptor (p. 572). por que de antemano se obligé a obedecer(p. 404). Poses la ver- dadera libertad, que consiste en obedecer la ley que se ha preserito mediante la razén, como en lainfancia a someterse a Ia necesidad,"* © Ses oe masto mia que abs eco ie ensedore # aera seeds ie ol all io 63)— * Hockado cond pecelocunvadacr put pein ~come ba vito map bien Rare Blo ems clade ser pop mueo ne sede Assen oa meses (p49). 9,108 MOVILES DE LA EDUCAGION EN LA INFANCIA Sigamos ahora Ia educacion de Emilio, Puesto que cada edad tiene sus caracterfsticas propias, tiene también sus xdeberess (p. 488) y sus améviles (p, 549). A cada edad corresponde, por lo tanto, un ipo propio de educeeién. 1. Pero es preciso tener en cuenta que no se dan en el des- arto del nifo unas a manere de sucesivas metamorfosis, cada una de las cuales ofteciera un ser auténomo. Indudablemente cada edad, cada estado de la vida tiene su perfeccibn conve- niente, una especie de madurex que le ex propia» (p. 174); pero ‘ada edad se prolonga también en la siguiente hasta la realiza- (p. 281), contrariamente alo que hacia hasta ahora Antes ‘de mostrarle¢] mundo es necesario que conozca alos hombres (260). Convendré, pues, emostrarie a los hombres desde lejos, ‘mostrrseos en otros tiempos o en ottoshgaes,y de modo que ‘pueda contemplar I escena sin poder interven» (p. 282). Yaha Tlegado el tiempo de las lecturas. Emilio leré a los historiado- res, preferentemente, alos que aportan hechos y no jucios (p, 284), en primer lugar, bidgrafas como Plutarco. También preferentemente alos antiguos.y no slo porque estin mis ljos ‘de nosotros, sino también porque son més veraces que nosotros, yy no llevan esa méscara que falsea al hombre de hoy (p. 286) Emilio obtendré de estalecturas un verdadero ecurso de fiosofia prictica»(p. 288) Emilio lerd también fabulas, porque cel er ‘podelas falas es también el tiempo de las fabulas o moralidadess (. 296), y ahora puede comprenderlas. Pero nada de ess extéril ‘educacién de los colegios, que se reduce a estudios puramente ‘especulativos, completamente inutile (pp. 298-299).” Que as lecturas enseiten a Emilio lo que son los hombres, y que desem pefen como tinico papel sup las defciencias dela prctica que fos alunos «no aprendan en los libros nada de lo que la expe- riencia puede ensefiarles (p. 301). Elobrar bien, la buena con- ‘ducta, es mas efcaz que lalectura spracticando el bien es como tuno se hace bueno; no conozco prictica més seguray (p. 299). De este modo, cuando estésuficientemente preparado por sus lecturas, Emilio pasar de ser espectador a ser actor (p. 298) Durante esta época ser cuando el preceptor haga conocer 8 Emilio el probleme religioso. Antes, toda religién no podia set més que idoltra (p. 308). Ahora Emilio ha desarrollado suf- cientemente su raz6n para apoyarse en su conciencia: induda- ose ss pene, Rexam see cn cleo exe pera ts raren cl Brie (pps, 059) Peo atresia [como sso de ml sexs por eld steer Jee Hosta des Sina como de Sch) eps ta, inulin pst por nen cde nage adel buen Ralls (p39). (Vata opt ‘sire Ran} blemente la conciencia puede guia aa rez6n ei mas lejos que tllas pero necesita dela raz6n para desarrollese sla razin nas taseia a conocer el bien y el mal La conciencia, que nos hace ‘mar al uno y odiar al otro, aunque independiente de la razon, tno puede, pues, desarrollase sin ellay (p. 48). inversamente, ‘demas, la sola'razdn es insuficiente: «Conocer el bien n0 ‘marl; el hombre no tene de él un conoeimiento innato: pero tan pronto como su razén se lo hace conocer, su conciencia lo leva a amario; este sentimiento es el que innato» (p. 354) Cuando el preceptor, en la Profesion de haga conocer a Emilio «estos sentimientos, aplard ala razin, pero lo hard con elocuen clay recordard qu es preciso shacer pasar por el coraz6n ellen susie del ingenio»(p. 401). En lo sucesivo el preceptor tiene sobre Emilio nuevas xin- fuencias. Inmediatamente después de la Pofesion, Rousseau scribe: «Al llegar aqui, jcudntos nuevos poderes se nos han dado sobre nuestro discipulo!;Cusintos nuevos meds tenemos de habla a su coraz6nt» (p. 389). Emilio seré justo en adelante, 10 solo por amoral orden, sino por amor hacia el autor de st ser para gozar del erigida por Rousseau cn torno de Emilio; para ellos, como para Rousseau, el alumno debe ser vigilado incesantemente, y es preciso adivinar todos sus pensamientos. Pero los jesuitas siguen siendo hombres de mundo, y saben que es preciso ser tolerantes en relacién con los pecados de ese mundo, Por el contrario, Rousseau, puritano de Ginebra, y pa- lurdo siempre mal desbastado (Barbarus hic ego sur, quia non intligor ills, dice el epigrafe dl primer Discurso: y esto no es tuna simple fanfarronada), carece de ese tolerancia, de ese sea~ tido de lo humano, sin el que la comunicacion social es siempre dolorose y mediocre —como lo probé Jean-Jacques alo largo de toda su vida—. No puede elevarse hasta ese punto en que el pen samiento se hace «lngenlos, en que se ercita en las relaciones. sociales y sin embargo puramente formularias. Rousseau es de- ‘epticismo que no excluye, en modo alguno, sino todo lo con- tearo, una entrega total Habia que escribir Céndido para defen- der a Calas, Pero Rousseau sigue siendo el Panglés dogmatico, seguro de su verdad, recisamente por carecer Rousseau de ese sentido sonriente de lo humano desconocis casi totalmente el valor de les humna- nidades. «Las cosas, las cosas!» Si peo el nifio zno conoce des de. principio el mundo humano, noha de crecer en un mundo hhumano a su acance, el mando infantil de la escuela? ;No debe telacionarse més con los grandes eemplos que con las ruedas de Jas maquinas? Emilio no abordaré las hummanidades propkamen- te dichas hasta la adolescencia, y leer pocas novelas. Si vija, serd para comprober que en todas partes existen las mismas deficencias sociales. Como Rousseau, Emilio pensaré que «el bueno vive solo. sta carencia de singenio», humanidades y comunicacién social escogida apenas puede desarrollar la tolerancia, Y esto nos lleva al tercer postalado.” > paver verdad dda: bes ven gd ge De stieccdere de vom igen re - te pubes, cas pnp lostcs pea cen des de Rosh pepe debs pose 8 peoapaanes lige ect i rnanAciqu USHEAU OLA PEDAGOGIA DHEA WOCACION Si seadmite que la libertad es la obedienciasbsoluta aly ley de a ciudad, es normal que la educaciin pblica —, en st defecto, a de un preceptor consagraco por entero sa disipy. Jo prepare al nino desde su naclmiento en las convkeciones gue seran mas tarde las suyas,indudablemente Rousseau, ena smorado de la edacaci espartan, evita, sin embargo los de. fectos de esa education, por su desconfianza en la cultura de tiempo. De ah que el Emilio nos presente, por lo menos hasta Ia adoleseencia, una educacidn que aparece como lade wna i bert bien reyulads. Pero el esprit de Rousseau es el de ung libertad «demasiado regulada>. Y los verdaderosdiscipulos de Rousseau hay que buscarlos en esos educadores que tlenden me- nos elibera» a nfo que a formaro, por une continua vighan- cia suinclusién en un grupo cerrado La edacacii descitaen l Gobierno de Polonia, recordando a Esparta, anuncia también clertas educaciones totalitarias modernas, Para los que las pre- dlican, como para Rousseau, wes mejor ser ahorcado que malta. do» (Respuesta a Bordes). Ellas también estimarian, con gust, que la tnice garantia del ibertad general reside en la uli. ion de les cdrcees contra los «malas, Rousseas adzmirabe este sentido, que la palabra Liberias ese eerta en el fontin dels circles de Genova (Contato, V,n). No hay que ve et tal filosofia moral una equivalente de Ia que antano sevié de base @ la Inquisicién 0 de la que, en nuestros dias, se completa en los campos de concentracin? Antes que eta suficienca de pontifce y que esta cruel seriedad de profeta, es prefeible la sonrisa de Candi, Jan Cura ‘vine de nance dl sig vu, mand» DescaresFtenell Moe {esque Vly or mcs Fee bn Jado tase aps an de yr unclrafa. Al en, Houses, gu ala ween 6 ‘stale is inane de oe pdaggss, Vote os cepts 0 Se BIBLIOGRARIA ‘Obras de Rousseau ‘Oeuvres completes, Hachette, Pars, en 1 vos, CCorespondance ginérae de J-J. Rouseau, publicada por Dufour y Plan, Colin, 20 vas. Cconaitense también los Analer de la Socité fof Rousseau, desde 1905, Obras eriticas ‘Acerca dela vida de Rousseau, la obra esencal es Inde Guéhenno, Jear-Jacques (los dos primeros volimenes en Grasset, el treero en Gallimard); evidentemente, as Conesiones. ‘Acerca de su ilosofi, a obra mas slides a de Burgelin, La ploso- hie detexistence de J, Rousseau, PUR, Paris, 1953. ‘Acerca de su doetina poltica, véase Derthé, J Rowseauet Ta welence politique de sor temps PUR Pais 1950. ‘Acerca del eligi, véase Masson, La religion de [-f. Rousseau, Ha chete Pars, 916, 3 vols: y Derethé, Le ationalisme de J-f. Rous sears, PUR Pati, 1948. ‘Unas notables bibliografisreferentes las obras en relacidn con la pe- ddagogia de Koasseeu se encuentran en Ja obra de Revie, tI (-tyfa) ylaediién del Emilo por Ey R. Richard (pero limitadas 1930 1938) Obras de pedagogia ‘Gapardde, el. Rousea et a conception fonctionnelle de enfances, articul de 1912 reproducido en L'édvcation fonction, Dear chaux & Niel Vial, La doctrine duction de J-. Rousseau, Delagrave, 1920. [A Ravies, ’éducaton de Thomme nowseau, Bose, Lyon, 2941, 2 vos. (el primera sobre el estudio histrico del Ei, el segundo sobre Js doctrina de Evi). = Kevorkan, UB de Rouse ot PE des cles norma, ele. VIIL. Heinrich Pestalozzi chaux & Nes (1746-1827) Yel exelent captlo sobre el Emi en la obra, y cad, de Bu 746-1827, tin, t « | Cuando wna ies simple toma everpo, se produce unarevolicin. —C.PEGuY | ‘Cuando el primer centenaio dela muerte de Pestalozz, Edouard Claparéde avo la curfosidad de contarel mero de lineas © ‘de piginasconsagradas a 14 pedagogos modernos (de Erasmo & Herbart) por os autores de as tes grandes enciclopedias peda fépieas (Buisson, Rein y Monrod), y de euteo historias genera- les de a pedagogta, publicadas entre 2910 y 1920, comprobs gue, en esta especie de concuso, Pestalozi legaba cinco veces primero, y que su cuota era casi el dobe dela de Rousseau, gue le seguia inmediatamente Este ese veredicto de los pedagogos el del hombre dela calles ain mis decisivo, De todos los educadoresyfildsofas de IWeducacién, Pstalozz es probeblemente el nico conocido en Tos cinco continents el inieo que hallegado as geanleza mi cade un Beethoven: el genio pedagogic. oasis Helih Petal racked enero e746 sea Nebo be +798 dsl oe gna aad y Grea, fesnars at, ps sound 785 rer 8 coat 1) de ag e192 eal csiadan ante Nein sree ra dentro ‘lenin de ln ham 17977 deme 8 ee dea al asd tun eon aacadr en eat. Ore de aap "aad ttt de Betoun oo 042 Mckee yoga ee {he Cmo tae Grates ios os Food oy Pear eed Insti de Yet aS se ect ens de Berge 46 | CA len eb Yoedon 3 orate Sac sss gs Gree ‘ern. 19 de steed i aap de aad oben eC 3 I eta de Peston eli Nev uc eat dey Mis dts, Mil 7d ees dey

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