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Svivta Mottoy nacié en Buenos Aires, Es autorade ls nov breve creel (1981) y El comin olvido (2002) y del libro d ee Varia imaginacibn (2003) Reconocida por su trabajo de critic li, ‘tira ¥ Por sus publiciciones Acto de presencia (1996) y Las letras de Borges (1979). Bs coeditora de los libros Women’s Writing in Latin America (1991) Hispanism and Homosexnaliies (1998). Actualmente es Alder Schweitzer Profesor inthe Humantics de la Universidad de Nueva York, donde dirig ‘tura creativa en espafiol, - name Desarticulaciones tengo que escribir estos textos mientras ella esté viva, mientras no haya muerte o clausura, para tratar de entender el estar/no estar de una persona que se desarticula ante mis ojos. Tengo que hacerlo asi para seguir adelante, para hacer durar una relacién que continiia pese a la ruina, que subsiste aunque apenas queden palabras. Estos textos no tienen final salvo aquel que esta fuera del texto, el que no se dird en palabras. Identikie Cémo dice yo el que no recuerda, evil es el lugar de ‘su enunciacién cuando se ha destejido la memoria? Me cuentan que la tlkima vez que la Ilevaron al hospital le preguntaron cémo se llamaba y dijo “Petra”. Una 7 Savin Moutoy de las personas que estaban con ella vio la respues- ta como signo de que todavia era capaz de ironta, se indigné ante las pocas luces del médico que “no en- tendié nada”. Pienso: si es que hay ironia, y no un wishful thinking de creerla capaz de ironfa, se trata de una de esas ironfas que llaman tristes. gPetra, piedra, insensible, para describir quien se es? Retérica A medida que la memoria se esfuma me doy cuenta de que recurre a una cortesia cada vez més exquisita, como si la delicadeza de los modales supliera la falta de raz6n. Es curioso pensar que frases tan bien articuladas ~porque no ha olvidado la estructura de la lengua: hasta se diria que la tiene mas presente que nunca ahora que anochece en su mente—no perdurarin en ninguna me- ‘moria, Esta mafana cuando llegué dormia profunda- mente, después de la frenética alteracién de ayer. Abrié los ojos, la saludé, y dijo “Qué suerte despertar y ver caras amigas”. No creo que nos haya reconocido; indi- vidualmente, quiero decir. Hace dos dias, antes de la cri- sis, le pregunté cémo se sentia y me dijo “Bien porque te veo”. A la enfermera hoy le dijo “Estés muy linda, teveo muy bien de cara”, a pesar de que era Ia primera vez que la vefa y que la enfermera no hablaba espafil. Traduje, y la enfermera la amé en el acto. También la amé en el acto, recuerdo, una mesera negra dominicana 8 Desarticulacones que nos atendié un dia en un café, cuando todavia an- Gaba por la ciudad sin perderse, La mujer nos oy6 ha- blar espaiiol y cuando le dijimos de dénde éramos no jodi creerlo, dijo que no nos imaginaba latinoameri- canas porque éramos de “raza fina”. Como un rayo ella respondié “Raza fina tiene la gente buena”. ; ‘Auna amiga que no kz ve desde hace tiempo y a quien flevo a visitarla: “zQuerés que te muestre la casa?”. Y ante nuestra sorpresa nos lleva de cuarto en cuarto como si se acabara de instalar y nosotros la visitara- mos por primera vez. Légica Opera impecablemente por deduccién, con lo cual comprucbo, una vez més, que para pensar razona- blemente no es necesaria la razén, Como siempre me pregunta por E., aunque a estas alturas el nombre para ella se ha vaciado, cuando la ve igual me dice, cuando me despido, “carifios a E.”, como si no estuviese alli. Le contesto que E. esté bastante cansada, hoy tuvo un dia largo en el juzgado. Por supuesto, me contes- ta, es verdad que ustedes andan complicadas con ese juicio terrible. No, me apresuro a contradecitla, no, como para ahuyentar Ia posibilidad de que sus pala~ bras tengan poder convocatorio, no, qué esperanza, simplemente tuvo un dia largo en el juzgado porque alli trabaja, es abogada, Me parece que la desilusiono, ” — Sri, Mowtor Creo que su explicacién, en cierto sentido perfecta- mente l6gica (juzgado, por ende juicio), le gustaba mis. Era por cierto mas dramitica, Cuestionario Recuerdo otro ejemplo de logica, este poético, Cuan- do todavia Ia llevaba a la eliniea donde le hacfan estu- dios para evaluar la pérdida gradual de la memoria, le pedi un dia que me contara qué tipo de preguntas le hacfan. Me preguntaron qué tienen en comin un pa- jaro y un drbol. Yo, intrigada: z¥ vos qué contestaste? Que los dos vuelan, me dijo, muy satisfecha. Pensé que sin duda la pregunta habia sido otra, pero nunca legué a saberlo. © quizas no. Acaso algo tengan en comin, el drbol y el péjaro. Al recordar este incidente me vuelve otro en el que ella no participa. En una de esas visitas ala clinica, ‘mientras a ells le hacfan los estudios y yo esperaba, me tocé compartir Ia sala de espera con otra desmemoria- da, acompafiada por una pareja joven, acaso el hijo y su mujer. También esperaba a que le hicieran estudios. Es- cuché cémo le hacian preguntas, entrendndola para que contestara bien. ¢ Quign es el presidente de los Estados Unidos?

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