Antijuridicidad PDF

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g £ a2 8 os fe i 2 2 ofa 8 ds : aula : EB 8328 3 98 z Bigg? af} #37 7 G2 fail 4 443 os 24 z) sei & He GP gg Hail Special alorscién sireunstancial 1) por deberes ‘apeciales | *) send seanpttog 15 | Causas conformadoras al derecho de las conductas tipicas, atendiendo al principio de fa, ausencia de interés Contenidceencia de interés, es necesario establecer en fey previa el cad deg lelconcepto que las fundamenta, 0 tex ele el signifi. cade de ausencia de raerds i armors juridica, de validea general, por hedio de los tipos erea is tutela de aquellos bienes o intereses caterahe que ha considerado dignos de su especial proteccién, La Jerarquizacipn de los bienes corres. Peas i lesislador, quien igualmente los eleva dv calgie ee bienes prnteg, dutidicos; ‘sin embargo, determinados bien’ Juridicamente seneficio particular del individuo,** y el nuevo principio rector debe iblecerse en funcién de los intereses individuales, Cuando se est en Vhipétesis como In planteada, en la que el interés individual es supe, sal social, puede ocurrir que las conductas t{picas que afecten tal srés no sean antijur(dicas, porque el individuo haya manifestado desin- és en la tatela del tipo 0, dicho en otras palabras, la ausencia de inte en estos casos vuelve conforme con el Derecho alas conductas tipicas. Para determinar la posibilidad de que la ausencia de interés legitime a conducta tipica, es necesario recurrir ala hipétesis abstracta conte- ta en el tipo; es decir, debe considerarse sila descripeion tipicarequiere ¢ la conducta se realice contra la voluntad del sujeto (por ejemplo, en Gelito de violacién), si se acta contando con Ja voluntad del sujeto Sivo, se estara ante una causa de atipicidad, por la imposibilidad de teast la conducta a tipo. En cambio, si la conducta es adecuable al so, pero el desinterés del titular del bien juridico se traduce en unacto Gieposicin del propio bien, faltard la nota de ilicitud en Ja conducta nica y por ello no habré delito, por ausencia de antijuridicidad.** ‘Cuando Welzel se ocupa de estudiar lo que él Zama actuacién sobre base del consentimiento del lesionado y que nosotros preferimos Tla- as del interesado, claramente establece el doble efecto que el consen- mmiento puede tencr en orden a su significacion en la teorfa del delito. hace la natural primera referencia a la exclusi6n del tipo, cuando éste lquiere que la actuacién sea contra la vohuntad del sujeto, y en segun- c termino se dice que puede excluir la antijuridicidad, dando por su- testa la adeeuacion de la conducta al tipo, y en estas condiciones apa- sce la cuestion del consentimiento como problema de justificacion.“” 205 Gustavo Labatat Glena (Derecho penel, tomo 1, parte general Editorial Juridica de ule 1988; bug, £88) ces "ta rela generale que eu uel (la protecesn al bin) se fade ee tietcs de orden pics toca y no en benefcio particular dels individaos, pore aoe eG tonsentimiento del ofendido caece de efleaciaeximente, y no puede Satis una nual de jstilecin. on co sce om principio general de ausencia de interés como hacemos seater ceetenente elas le opnian del maestro Porte Pett quen airma: “El consent aeeeT {fondle ene una doble func, pues puede erginar una stpicidad o una cs cate ier farses cuindo nos caconramos ante una y ota higteas, debemos invest eG Ea ca de apes, el Upo exge ura conducts contra a veluntad del eto ere ie Gannon cleeto del coneentmiente, cando el tipo require una conducts eee untad el ijeto paso, es el. de imped a adecuacion al po, Tevalments puede reer iade jnstcacon”. A ete respecte, Anolis exprest: “En otror casos, bs meses tbncntimiento es diversas hecho coresponde certarente ala hipétesis sbstae- aa te eee xaten todos Tos prarypueston exes por una norma inerminadora “Reet Selo oreleto del voluntd del tlar del bien protgio, Is puniad fs. 5) seca rere an tar hipotesy elimina en el hecho la nota del stud penal y contaye eenund junficecia” (Antoliei Menuale i Dintto Peal, pi. 201, Edi. Milo, 1955), ov i me Pore ei enn pit 44 George! el re Sipenat, Méxieo, S07 Conwitese de Hans Welel ou Derecho Pench parte general, Roque Depalma Editor, venot Aes 1996, pgs 98 8102. 72 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACIN La investigaci6n por realizar con el fin de ubicar correctamente den tro de la teoria del delito es sencilla, y en ella estéacorde Ia doctrina. ta ire ation basica resulta de Ta descripcién contenida cn el tipo particular Ge que se trate, ya que cuando éste requiera para Ia perfecta adecuacion oe ae ta conducta y la descripein legal que la conducta se realice sin el catsentimiento © contra Ta voluntad del sujeto, si no ze satisface esa cendicion apareceré la atipicidad, pues habré una notoria imposibilidad fara logra la adecuacion entre Ia conductay el tipo; en cambio, ciando Pe exista la condicion mencionada, si se satisface ademas todos los re Mists que Iuego se veran, el easo debe ser tratado dentro del campo Uintive @ la antijuridicidad y concretamente como conducta tipica con. forme a Derecho. Th este respecto, la Suprema Corte de Justicia de Ia Nacién ha preci- sado su criterio en los términos siguientes: Fs sabido que el consentimiento de! titular del bien jurfdico lesionado en stud del proceder delictivo, siendo anterior o coetnco ala accion, destruye [a TEfjuntickdad ol tipo; e+ ects, si el pasivo dela conducta delictiva presta antiartiicizato para que # alice, no resulta dafado el bien jurfdico quc se Face ree que el consentimiento recsiga sobre biencs juris disponibles. ren eento destruye el tipo, esto ex, impide que éste se integre, cuando ea ioncteripeian Tegal se consagra como elemento constitutivo del delito Ta au ca sete eonrentinicnto por parte del titular, Ejemplo de este iltimo et el Tek. y de lo primero el dafo en propiedad jena, en el cual se tutela el pati aete de les perronas, que es un bien disponible. En el caso, cstando demos Teds el consentimiento para que Ia destruccién de unos cuartos 3 llevara a Tipo, no puede tostenerse que Ia conducta realizada por los quejosos sea antiju- cae ne Pil delito sin antijurdieidad y no puede imponerse pena cuando l= ‘Conducta fealizada no es antijuridica, ‘Sonanario Judicial de la Federacin, tomo CXXI!, paginas 1 948-1 849, quinta épocs. Hecha la depuracién correspondiente, atendiendo ala descripeién del tipo particular de que se trate, puede afirmarse que la manifestacion {dal sujeto pasivo, titular del interés, en el sentido de renuneiar a la tute~ ta del tipo en Jos casos planteados, en que es mayor el valor que se atri- buye al interés individual respecto del colectivo, tiene como efecto la auyencia de interés y, por cllo, la conducta que afecte a dicho interés no podei ser calficada como antijuridica. La consecuencia final seré In Prexistencia de delito, por la aparicién de una causa que vuelve conforme ‘a Derecho a la conducta tipica individualizada, ‘Mezger sintetiza el principio general de ausencia de interés que fur damenta la inexistencia de antijuridicidad, al decir: “Una justilicacion ‘con arreglo al principio de ausencia de interés aparece cuando la volun- tad, que normalmente se entiende lesionada por la realizacién tipica, no existe en el caso concreto”.*"° 208 Tatedo, tomo spas 994 car. 15 AUSENCIADEINTERES 173 Por nuestra parte, simplemente agregamos que en estos casos tampo- co puede hablarse de la existencia de una lesién, recordando lo que antes se expresé,%” en el sentido de que para efectos de la antijuridicidad, Por lesién se entiende la desprotecci6n que se causa a.un interés juridi- camente tutelado en un tipo, como consecuencia de una conduct. En el caso del consentimiento, la desproteccién no existe, pues en estricta realidad lo que falta es la proteccién legal, ya que el sujeto que consiente validamente se ha excluido del ambito de la tutela del tipo penal. Una vez expuesto el principio rector para estos casos, se menciona- ‘in en detalle las formas especiticas en qute ellos se presentan y las con. ictones y requisites que deben reunir, ¥L.CONSENTIMIENTO.DEL INTERESADO (O DEL OFENDIDO) Cuando Meager estudié los casos de exclusion del injusto con arre- g2o al principio de la ausencia de interés, dijo: “EI sujeto no acta anti Juridicamente cuando el poscedor del bien juridico atacado presta de modo vilido su consentimiento a la accién"2#° De la existencia del "* funda su afirmacién en el contenido del articulo 5° det Codigo Civil jano, que prohibe los actos de disposicién del propio cuerpo cuando 220 petit (Derecho pena, pate genera 231 ELautoralemim dice: "Si se parte de ntingicided 739 Derecke pene tome t, pis. #41 CAP.16, AUSENCIADE INTERES 185 ocasione un disininucion permanente a la interida fica o sean eon ‘aris alaley, al orden pico o «las buenas coeunbrce Nosotros opinamos que, ratindose de las lesiones, es indispensable dejar asentado un principio que pueda srvt para reelver la chines ineficacia del consentimiento del interesado, En este sapecto vanicie we Sencia de una norma juridica ala cual relerimos, debernos comes sin naturalza dela antijurideidad en razon desu undamentacioncn eee ma de cultura. Bs cierto que la norma de cultura tiene mers oelanee Servacion de la integridad corporal, pero ese interes no puede i dene ser entendido en forma absota, ya que en cicttos cusoh eae eee ortante afsetac esa integrdad para preservar ottos loses ees Salturalmente ser de mas clevata jecangura: Por vis de ejena ean citar la extipacién de tumores, no nevesaiamente rslignes goes ee ¢zer en los problemas del estado le necesidad, pore sf ecttenons co tmpacin para la mejor exabiidad fisiea y emcociona dalechore Estos casos, noes indispensable, sino convemente lnalectacbeee tein fidad comporal, y el consentimiento dado por el intercanle co vine Para consierarjuridica la conducts tipica, BI indviduo goaa de cierta libertad de dsposicién de sa integpidad comporal cuando con ello no vulneraintereses superores de la eae dad, Bn este aspect, manifestamos nuestra adhesion a pines ido por Jiménez Huerta, quien considera que pueden oe wearers por el conentimiento del interesado aquelas conductas gue se chee, tos interes de la colectividad, por no imposibiitarcleaeliee ea [ns misiones que en la sociedad corresponden al individuo que otorga el consentimiento.2* ~ Con este criterio quedan legitimadas todas aquellas ¢: pin as ue alectan lr iagiidad corporal soe eae ee tuna intencis . Tina, ano Dench por razon ie salud, de moral’o de costumbrerper” “eT, cay Tas eee TB uiriigicas por razo- nes TE BsleTiea o de correccion de defectos; tampoco serd antijeiTdica Ir | ara a ce ae PETES To En conclusion, el sistema positivo mexicano permite que el consenti miento acetie como causa conforme con el Derecho a ciertas conductag Lipicas, tratndose de tipos en lox que el bien tutelado es la integridad corporal 2" La antiricida. pigs. 168-164. La iden ex comeapondiene, en csenia, a a sontenida tor Meuger cal reat al eumplimiente por parted lsonato desi lansionessotio fen Stes Tratedo, tome Ic pie 419}, 186 SEGUNOA PARTE, JuSTIFICACION Las diferentes formas que puede revesti la conducta tipica de false- dad documental se encuentran contenidas en el articulo 244 del Cédigo Penal. Estos tipos, en su descripeién objetiva, quedan satisfechos con la simple adecuaci6n de la conducta al tipo; por ejemplo en la fraccion 1, la conducta tipica consiste en poner una firma o ritbrica falsa aunque sea imaginaria, o alterar una verdaderas sin embargo, por disposicion ex- presa de la ley, la conducta no es antijuridica sino en aquellos casos en los que se ha actuado sin el consentimiento de la persona a quien resulte o pueda resultar perjuicio o sin el de aquella en cuyo nombre se hizo el do- cumento (articulo 245, 1). Lo anterior significa que cuando se realiza la conducta tipica con el consentimiento del interesado, ella (Ia conducta) queda legitimada al desaparecer cl matiz de antiuridicidad que le correspondia en razon de Ia tipicidad. 4) Que no exista consentimiento de la persona aquien resulte o pue- da resultar perjuicio con motivo de la falsificacién documental. b) Que no exista consentimiento de la persona en cuyo nombre se hizo la falsificacién documental, La segunda hip6tesis no reviste mayor problema, en razon del criterio cuenta de que el precepto se relaciona con el concepto de documento y éste, a su vez, con la eficacia juridica que le corresponde en funcion de las obligaciones a nombre de otro, que serfa el caso de quien suscribe un documento falsificando la firma de otro, pero con su consentimiento, Ia validez.jurfdica la da el propio consentimiento; en consecuencia, esa conducta tipica no puede considerarse antijurtdica. Mayor dificultad se presenta en Ia primera de las hipdtesis, pues la ley requiere que se actiic sin consentimiento de quien resulte afectado 0 pueda resultarlo, La potencialidad del perjuicio,o de la afectacién moti va las mis serias observaciones a este precepto; la falsificacion documen: {al no siempre va dirigida contra una persona cierta o determinada, sino que puede realizarse pensando el falsificador en aprovecharla bajo algu. nnas circunstancias que considere pueden llegar a presentarse, Considérese cl caso, bastante frecuente en el medio mexicano, de quien falsifica algun documento (credencial) con Ia idea de usarlo para identificacion perso. nal, si se ve en la necesidad de hacerlo. En esta hipdtesis, es imposible determinar quign es la persona que puede resultar afectada o perjudica- 4a por Ia falsificacién documental y, dado que'el artfculo 245 requiere CAP.15. AUSENCIADE INTERES 187 para la punibilidad de la falsificacion que concurran los requisitos con- tenidos en sus tes fracciones y Ia iltima de éstas dice que “el falsario haga la falsificacién sin consentimiento de la persona a quien resulte 0 pueda resultar perjuicio”, estarfamos ante la situaci6n ilégica de no po- der sancionar esa conducta tipica, por ignorarse si hay o no consentimien. to de quien pueda resultar afectado, Para los efectos que nos ocupan, lo cierto es que el consentimiento del interesado en los tipos de falsificacion documental vuelve conformes a Derecho a las conductas tipicas. Desde luego, debe distinguirse que la eficacia del consentimiento en estos tipos se reduce en razén de la natu. raleza del propio documento, o sea, s6lo se le concede eficacia cuando el interés es exclusivamente privado (documentos privados), ya que no es concebible que, tratindose de documentos piblicos, el interesado (Estado 0 sociedad) pueda consentir en la falsificacién. Tipos contra el patris En los tipos que tutelan los derechos del individuo al patrim mis claramente se presenta la eficacia del consentimiento como legi. timador de conduetas tipicas. Siguiendo el principio fundamental dela Aisponibilidad de los bienes juridicamente tutclados, destacan come plenamente disponibles 10s relativos a la propiedad y al patrimonio, en general, El régimen constitucional concemiente a la propiedad, reconoce y rca la propiedad privada (artfculo 27); se distingue meridianamente la existencia de este instituto que es antitético, en funcién de los intere- ses, de la propiedad que corresponde a la Naci6n; son dos campos, per. fectamente distinguidos y distinguibles. La confirmacién absoluta de ello resulta de Ia posibilidad que la Constitucién confiere a la Nacién de imponer al derecho de propiedad privada las modalidades que dice clinterés piblico, Si se separan los intereses (piiblico y privado), es evidente que el se- gundo corresponde en su esencia subjetiva a los individuos como tales, 0 sea, el interés privado es diferente del interés piiblico, salvo que la pro. pia ley los confunda intencionalmente por causas interesantes para la colectividad. De esto resulta que el bien juridicamente tutelado mas ca- racteristicamente disponible es el patrimonial.2* 285 bn cate sentido se expres Jiméner Huerta al manifesta, desde lego las revere cas devas de ia fialdad perveguida por el faliiader, Puede verse ceri en Isp as 166-167 de La enijarcidad. También pueden vers en lacién con cate tema as opiniones Ge Maggore (Derecho peal, tomo pig. 489] y de Marsico (Dito Fenale pie 200, ete rot Maggiore), los que, con dere tacin, consderan que no ee antjuidiea I falaitien nec con el con to dela persona inereada exprevamente lo ire: “Deen consderase, pues, como disponibles lot 188 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACION Debe buscarse la eliminacién de confusiones om one vol: eae eer rel tneprnee Sentimiento opera como renuncia a la tut tencia de delito por ser conforme a Derecho la conducta De lo anterior resulta que, contra lo que generalmente se considera, el consentimiento carece de relevancia legitimadora de la conducta tipi ca en los delitos contra el patrimonio que en seguida se enumeran: ‘iculo 367. Robo. La descripeién tipica requiere que el acto de apoderamiento de Inco aj mules eaice sm date 7 se consentimiento de la persona que puede disponer de ella conforme a laley. En estos casos, al actuar el sujeto con el consentimiento del interesado impediria la adecuacién tipica (tipicidad); por ello, habria “PRricule 368. Il Aprovechamiento indebido de energia elétrica erechoe patrimoniales..” (Derecko pene, tomo I, pig. 439); Jiménes Huerta afimat “Enel regimen de propa rad, gear cura de cto orden [sl civdadano plena libertad individual para conserar 0 deprendetee de 2) ‘nsjurieidd, pg, 168). En idéntico sentido tomo f pi, 408-407), quien sostene’ “Ent po, renunciabls. “ET En relaclin con In expuesto Nacion ya mencionad, publics en (que el Devecho sancona”. CAP. 15. AUSENCIADE INTERES 189 tet S9USLNI 30 vianssnv ‘ot evo (691 08 “popsuntive 27) woe son Youad oypoung) s0iBey¢ 9p H1G0 8 2 oudbooud pp OLDIE HOU EW 35094 Gye sroyaut ueoyidusy sapend soy ‘(oweSua o ezeusum ‘pepranmny “esu2[o1A) sopepeuns a1usureanexe? soalsiuoD sompawu so] ap WoDUN) ud vloueAd|Ox 2uen ou onustmUasu0>D [2 “(G65 O[N>,212) ofodsap 9p sost> so] uy exe FEN [91 Bf UO SaTIQOP SUDUTEIAgO 50] © Uorsaar01d sofa e} opueasng ‘ovustuNUDsUOD 289 ¥ Liopeoynsnl eouenapor Baye 43] vj oxad ‘zejnonsed Jap ouDpd oruayuuTuasUOD UN Keay sosea soisa uy vorutouose uoisens eeu ns o vIouEOUR ns 9p UgZeL v9 ‘souttinsn somuastog © soreiuos ap ugroesqajo9 | ered ojustuMUDS ‘uo9 ns ep onb pepardos e| ap soiquistur sojjanbe v aaSaq0rd “sepnoysed spuunuasuod fe ‘sods soso wy “Teroadso ojexsed un aoasour “einsn 10d 9p “neg peur] [P Squstpuodso1i09 "ge oppure [op TIA TDI PT sec OPHAUT S0 ovat Shussuod [9 ‘erey 2s wpa anb ua 0019 Po wuunasa e] a1Gos opedaydsop ouedua [© opiqap sand ‘osrea.uetd vioinbys ru apand ott ugnisano ey (Ul ‘sn sod apnea fe aXnjoxa) apnea 9p seat} sysop sey Ug, “amp UDI “eyrangy zaupuit[uos opsonoe ap aruauo) soLueise oj20dse 2959 UG “OA ised o.afns Jap 40129 |9p c1uatumeysaxoide tod sopiiowioa sopnely so] Ua 2ain2o oust of foperaia oyuarumudsuos un sos 10d “ropeuad9] oWlo> 2rou9 198 vapod vountt opesazaiut [ap owuatuLUasIOD [> anb a[qepnpt 52 ‘oa}squ09 ofpaus owo> ounsus Jo uasaibor anb pgg ofan [op #9 wadse seuso} sey A (ggg ofnozaze) apneay ap orjap Jap asopuPeIy “eHONT 95 pap uara4 ¥] Ua opHussios wey som0 n ono js o19d Loysox9p efonua ap piuattstianbar ja 2964 soumerdosdoo soy 2p oun oi ap 1 anb ws09 wun bf fe anb ap oseo Jo ua Tesuad 91 ap eqanrd owiog “ugysuaaai wy u2 aiuareuoD spx0qUr Jap BP epueva soartdesap ugmuoya! ¥% 2p pupruniBay ey “ole vied ‘oypazap wSitay uamnb 40d aotjeo1 25 onb Sosa ap oiuarunsonbas adwesoo rune ap wotsosod vy souaia1 sod azauio2 as “feioadso 2yusue nS WOlUDD) OP ‘ort|aP. 2369 ‘orD9}9 Ug “opesarmuN [OP oJUDHUIUDSUOD PP pms ua word! eiaNpuoD x ap UHEUNIE] UDIquM oNWOd ogg omen PP euoUIMt anb epiq—apul uoIUD}e op epeuNey, ean TY “onustup “wastog [e ePouEAda1 apaau0D sosenonsed sosara3Ut e eouaragar apg ~stpur ns 4 vordn sisonodry vaso ap euuioy or] “oanioe oyafhs fe pepardosd vepuodsaxi09 pepyreax U2 anb us ‘opesso0id un 9p [euoIoneD peLsDatt E sanueses anb oxssodap un ordord owoa ss9arede s20vy ap oyPoy Of0s P.20d arour0o as oap 9159 ‘opesazorut fap oyuotuTUBsHOD jop ELOpE LIT “Boy auesspps e| ued j,.¢g¢ oman oldoad [ap TI] uo!D>e4) eT NOIDVOISLISA SuvewaNNOIS OBL aap ae 4 eperoqs ope 9 a “asap na 199 s0109)2 so] ed vaeeue9 9p osNge oUdaD Epon “epunuas ap oagyout 9s apand ou ooxqnd gion [> anb oxsondxa Bi £4 4 aruaypuodsaiios pepuiomne vy spi= ut uD vi[ns9s UBIqUE “IP Rotured un sor opond anb ‘oyperap [ep symp pp suouDuoIpuads ‘soup soiso uo ‘onb auapia sq -sapeioge] o scantenstuupe + one zod sopeuiisap 0 sopetsipnf souvyisodap sod sopezites 9 torawsodsip ap soses uejdur>yto> siso.9diy seyso “ox02}2. ua ‘epesoin ur Slusure20up e] pepLome Bf s2 anb ap ugzer ua ‘seotdn seonpuo. 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Por lo que se refiere al delito de dao en propiedad ajena (art 397 a 399), el consentimiento del interesado en general opera causa de inexistencia de delito, salvo cuando el daiio se cause en bienes de es disponi Tipos contra la libertad ———— bertad. Por consiguiente, toda accién que tenga de este bien por més 0 menos tiempo (secuestz0 de personas, plagios, etc.) debe considerarse “EI consentimiento impide el n: iductas en qu ibernd, Dicho autor considera que Jarcino por el modo en que seria asec onan interes rds de la comand, eo Sininto evi en efiacia Nosotros conideanos que en ln alovaion cultural, Teo co mexican ertad, todo carece de sen re por el que reduzca o afecte en cualquier forma ese bien supremo podré ser legitimo, salvo que la propia ley asi lo esta: blezca, como ocurre en los casos de privacién de la libertad como pena impuesta legalmente. EI mejor fundamento a esta posicién lo da Ia misma Constitucién, 192 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION gue en su articulo 5%, pérrafo quinto, establece: “EI Estado no puede eve a'cfecto ningiin contrato, pacto © convenio que ten- menoscabo, la pérdida 0 el irrevocable sacrificio de la En este mandamiento constitucional se emplean s como menoscabo, que afirman id de cualquier sacrif bertad, aun por corta duracién y de perdida e dad, tratindose de En el conjunto de tipos que el Cédigo Penal enmarca baj comin de “delitos sexuales” debe dist para los posib del consentimiento, la naturaleza del bien juridicamente tutclado, ya gue, segin sea ésta, podré tener eficacia el consentimiento en algunos casos y en otros earecer de esa eficacia legitimadora. 12 Cuando la tutela del tipo reeae sobre la libertad sexual, el con- sentimiento tiene plena eficacia; Ia libertad sexual es un bien plenamente disponible, por su naturaleza subjetiva y personali ima, Por ello, en Ios easos de atentados al pudor sobre persona paber (articuld 260), c6pula por medio de violencia consentida sfculo 267) niega menor de 18 afios); validez en razon de Ia édad de al consentimiento del impiiber en los atentados al pudor, la ley violacién la copula con persona menor de doce afios, y de la im posibilitada de producirse voluntariamente de resistir Ia con- des), quien seid. pig. CAP. 16. AUSENCIADE INTERES 193 S61 S3¥SINI30¥IONSSNY “St~uvo -#89] vavoyo ns ezed oruotuunuasuos | seidope aqop anb wuLioy ey tse OPIPUAJO [2p sp1NVUT Uo aszezHPas 20d seumsBo| souoroemae Sey ap uortin ua “yseineyy aid jsuo> [pp eandy WET gp zeayjo vunio} ua A oqunsoxd opout ap 3 opeoesr oot sopessed [> opuens aqusurampyanftue emze 36 0; Pepi%p 2p 0129} ered wrovaxyaut © vonage ns & ontensead osuezutsuasuo> opeury [2 PmMpnise 95 EIOUY OLNOSEYd OLNAINLLNISNOO TE s019p212q, 214 o| nb opruaaaid u‘oyooey opuazpnd ‘fon ns epta us operuarand ON “optiafus niqny 2] 28 anb ap ropuotgus 0 veualo of opmied aingny 1pnbs “sppoojouate souossed sop 2p vlenb 2 puopuayo 21 ou “oprpuafo fop ovum “Day yo saxouzqun woos eluainye> e 0 UplseurE DY ‘= opteng, *ourusa4 60] 9p o e=ntarpuDatop toy ap sotupuadse ro] ap ‘an kuo> bap pma uw> Japaroxd papod ‘ouusiunettey ne ® sox0uDNs08 oso eRmumE> eo UpIEUIETD EL ul BY OPIPLAFG PTS “E ea ‘uotiod oy 2p efonb 0d ours ‘etaumye> © fay eum ap aoang je enuod sps20:d pspod ae ON “O9E OMSEY a [098 omens 1p 1 uopoesy nL 2p opunboe oped p tuonrodord vf uoseunye vnsonu ap esperd ugireunyuOD ey : ‘soda so[ ap orpaur iod wayeas 2s anb [ol 3] uowoaj0xd ¥] & spxeIUIsOP ap UoLIEIsa;TIeAI wun sa opesaezU f2 40d opriio}o onuayumuasizos [2 ‘e1ouanoasuoo ug “vppant Bf B BIOUAUdL Pf P pepriqiuodsip euajd ey usrnuzod ‘eanolqns vzapexnyeU 1p oydoou09 [op wurst [0 opziaaye asuaa vpand anb Jouoy un ey ou opuend ansixo apand ou ort{9p [2 ‘eotdia ezznpuOD e w oanse ovafns Jo ¥8u9} onb oumuy [pp a}uur.uspuadapuy “waryeuOU NOIDWOISLISN “SLuvs WONNOSS EL Pparm Ue opeouNUaT ey ‘roUOY fe MeIDa;E -euruuatop wooreas 26 Jp ¥ oxoadsas anb u> svuUsIsuo9 “xouoy [ep eu as anb vunssfeuosiod A vL upias ‘o1uspuaosennut s9 sono aed “osomuoysap © ered anb oy “wo8uup 26 womb enuoD onprampur -oszed un 9p uo.ouny wo peprpo vsa wassmnbpe soroauoysep sepninoe o soypay ‘so1ze Ary ou ordosd owoD wiozea oy os -afns un orueno us 2xstx2 rouoy [q vanalqns ezopeanteu op oarrexojeA ‘erdeouos un so souoy Jo “eperdaae spur uot 09 apranae 2q] ay OPT rns v208 orafns [2 anb ap U9! -hofgns owoo suey [3p Pe ap seuxou svj ap ancy opeisy |p anb eparm ef e wopuodsa: ‘enuo9 socin soy anb 1199p Te ordaauoo a eiusuia|dui09 souy sndarey 4 1009p jp “onnafqns zouoy fp [edioutid opow ap uvoete Worse Ip oD2q ep A eamieoruwnpeD souossad 30} ap sowoy Jo vsyuo? sods po} ap 290189 “oon apsap ~uud so] opuamnsits 2 s1usureuaid juasuo> ]2 “O[]> 20g "wus joo9p jw oadsaz ouarpe [9 Ug oupap pp asieen pe onverunussuos [9 zeayout eUsO} (eeu Ugipetuesio & adigso ey ap ezamd) >) e] uo sowiodns Wata Tyg “aiqtuodstp s9 ow sis93 32 U9 Opepaan uatq [gf “(JeRUOUE pepausajus) opesozarut [PP canyfos optuaruod oxapeprea un ap s290109 104 0 “#81010 Of uuamnb 2p wioustzadxour ej 10d wroeoya ns ua ou2id 19s ou sod uaiq ‘monout s2 ojuotumuasuos [9 ‘Sose9 $0189 UE “997 [NOFA US 02153} enuouapadurt 0 yeusu pepouusajua sod esonioqap eonp timadora ya se ha mencionado (expresa o técitamente otorgado); sin embargo, se presentan algunos casos en los cuales la actuaci6n que reali za en forma tipica un individuo no puede ser antijuridica, no obstante que el consentimiento no se haya otorgado en alguna de las formas vilidas. Con los ejemplos que proporciona Mezger, se aclararé la hipétesis de legitimidad de conductas tipicas, sin consentimiento real. 4a) Una persona lesion: , que esté a punto de ahogarse; se causa al realizar el salvamento. Jn sujeto irrumpe en casa de ot que esta descompuesta y que ¢) Un médico opera al que ha sid encuentra inconsciente, o amplia el campo operatorio te autorizado, por considerarlo conveniente. ») ,ausente, para reparar la cafe: naza inundar y daar. y quese icalmen- En todos estos casos, y otros que pueden facilmente presen un consentimiento eficaz y realmente otorgado; sin embargo, presunto, que si del bien juridicamente tu onsentido en renunciar « la tu- tela, de haber conocido las circunstancias objetivamente coincidentes de haber estado en aptitud de manifestar su consentimiento vélidamente. ‘Asi lo dice Mezger cuando afirma la desaparicién de la anti dad en estos casos, con arreglo al principio del consentimiento presunto ¥y lo define conceptualmente al decir que: “Supone un juicio de proba- bilidad, objetivo, del juez, que expresa que el supuesto lesionado, si hubie- 1a posefdo un completo conocimiento de la situacién de hecho, hubiera, desde su punto de vista personal, consentido en la aci 7 Desde luego, la eficacia del consentimiento presunto queda supedi- tada a la disponibilidad del bien tutelado normativamente; © sea, no puede presumirse el conse sto cuando el bien no puede ser motivo s por parte del titu ‘ualmente, pueden unificarse en su aspecto legitimador el y la actuacion en interés del ofendi dice Maurach, se ubica en que en el primer caso opera terés, mientras que en el segundo se actta en conservacion del interés. En algunos casos, el sujeto activo no realiza el despliegue de su con- ica partiendo del punto de vista del posible consentimiento del fo, sino buscando la preservacién o conservacion de un interés ‘manifiesto, momenténeamente inexpresable, pero que sin duda exist. 2353 Menger, Tratado, tom 196 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACIEN En estas hip6tesis, 1a conducta tipi tuarse eficazmente en proteccién de la tutela que la norma otorga. La ley no se refiere expresamente al consentimiento como caus existencia de delito por ausencia de antijuridicidad ena conduct 'No obstante ese silencio acerca del consentimiento que guarda cl ss tema positive mexicano, es indudable que existe como causa que puede provocar inexistencia de delito. Reconociendo, con Jiménez de Asia," fue no cs frecuente la presentacion de casos particulares en los que el icio valorativo a cargo del juzgador opere en razon del consentimiento presunto del interesado, basta la posi Sentarse cs0s casos, para que el cons dores de las conductas ti seré antijuridica, por ac- sulo 15 del Gédigo Penal ilidad”, ‘unidad conceptual Hamada delito. 9 Penal dice: “La intencién delictuosa se pre- pmacba en contrario”, y agrega que esa presuncion no se destruiré aun cuando el acusado pruebe: “VI. Que obré con el consen- timiento del ofendido, exceptuando el caso de que habla el artfculo 95". Esto quiere decir que, cuando se esté en el caso del articulo 93, el con: sentimicnto del ofendido operara como prueba contraria a la presu juris tantum del articulo 8° Ahora bien, el articulo 93, inchuido sis ‘maticamente bajo el rubro de de la responsabilidad pen ice que “cl perdén o el consentimiento del ofendido extingue la a penal cuando concurran estos req\ “L. Que el delito no pueda per- seguirse sin previa querella? ido otros dos requisitos, los refic- re al perdén, mas no al consentimient Independientemente de una redaccién antitécnica del precepto, cuan- do asimila dos conceptos diferentes, como el perdén y el la verdad es que existe tna absurda confusion al referir el concepto del lad neion deli presume el i miento podra existir en los campos de la tipicidad o dela antijuridicidad, CAP. 15, AUSENCIADE INTERES 197 661 S3USINI 30 vIONSSNY “St avo wage se 9p 1 opeisde "gerade angEH09 yz ap odure ono u> epuea a 2 tbe “aIAGG tre owo9 aj9sxpsopIsuo9 vpand anb osop ounig A sosazaiuy aSarord pepyeas wa & 308 fq Bioyy “opesoioney un cap s2 ‘uoqnSie 9p so: -sioud apuayoud vot og a fapordnuon uy “ue eae oppod ge 2p “ope quoge se au poomnds modes nya 9p tuuou © uo}o, et "HL BY anb toa fpeodso cose 0, ts Op NOIDVOLUSNF “sLuVs VONNOSS — g6E 1) 9P OLS [pokes a tna, pues 6-180 "Bed yg “o> :t[poemuniaus oy op PP 2s0puyses, | “sersendxa souoter oeoy2 ap a3am9 inf [2 wD eBay] as anb vuoi [91m Pe eoUnUD! 2p omnoU! 29s upIpod «das eiuarumussues [> :aiuerpuodsozz09 o snppu0s ef eysoytUELE sa woo unfuru ofeq 4 wa anb ‘89 oso proypuninue 9p Bun woo ‘sose9 s0189 ua Seionpuoo se] ap eiopeuay 99] esnes ow osuanun Pek wae, UOIPMOTEA Bf ‘SoIUBUDFe sn A onf>p Pop oIUDFUUTIeNC> soley Be Auinoop 2 © off 20d upon “ovat 3p ednoo 2 ou ouvorxour jeuag oFip9°) | RuuUED vred ‘oanyjsux09 ns K ordooo, ‘Pious pepyear ey ud rd 2189 opeuorouow ty 2g 16 Causas conformadoras al derecho de las conductas tipicas, atendiendo al principio del interés preponderante. Los deberes especiales A continuacién se estudiaran las causas que provocan ausencia de antijuridicidad y, por ello, inexistencia de delito, de acuerdo con el prin- Cipio del interés preponderante. La vida misma en sociedad produce frecuentemente situaciones con- flictivas, por oposicién de intereses juridicamente tutelados, Cuando se est ante ese caso, en que el juicio respecto de la antijuridicidad debe resolverse de tal manera que se afecte un bien juridicamente tutelado, el Juzgador puede acudir vélidamente al principio del interés preponderante. Ya ha quedado establecido que la norma juridica protege y trata de preservar bienes que han sido valorados por el Iegislador como acreedo- res a esta tutela; sin embargo, es frecuente que en tina escala erarquizada de valores tutelados, en un momento determinado y respecto de cierta conducta tpica, se considere de mayor importancia un bien jurfdicamen- te protegido que otro igualmente tutelado. En tal colision de intereses con identidad en su consideracién de ser intereses juridicos, necesaria- mente se recurre a los principios de Ia jerarquizaci6n, consistentes en determinar cuil de los intereses en conflicto es mas importante para el orden juridico. La determinacién del interés preponderante la realiza, por raz6n natural, eljuzgador, por ser él el titular en el juicio de laa Juridicidad de las conductas tipicas. Puede ocurrir, y en realidad ocurre, que la ley positiva contenga los principios para la jerarquizaci6n de los bienes, como ocurre en el caso de Ia defensa legitima, mediante Ia cual se autoriza cl dafi o la despro- teccién de un bien tutelado y que corresponde en su titularidad al que realiza el acto agresivo, en preservacién del bien superior que comes ponde ala victima de la agresién, que es el titular del derecho ala defen- sa. Sin embargo, la jerarquizacién carece de eficacia juridica hasta que el juez, en su juicio respecto de la antijuridicidad de la conducta tipica, 200 letermina que esa conducta tipiea fue conforme a Derecho. En este descr. Grocesl, se. actualizo cl principio de Jerarquicacion de los, Bienes, dando mayor preponderancia a uno sobre otro, en funcion del juicio valorativo que se realiz6. ‘Tratindose de las causas que provocan ausencia de antijuridicidad en funcién del principio del interés preponderante, debe tomarse como presupuesto invariable la existencia de una conducta tipica, esto es, una Conducta perfectamente integrada y que es relevante para el derecho pe- nal por su adecuacién a un tipo legal. Ya se ha dicho que toda conducta tipiea lleva consigo un matiz de antijuridicidad, el cual podré confirma se o desvirtuarse segiin sea el resultado del juicio valorativo que realice el juzgador en lo relativo a la antijuridicidad. 'AL hacer referencia al atributo de la tipicidad como correspondiente ala conducta, se esta afirmando que esa conducta afecta intereses juri dicamente tutelados, sea dafiindolos o simplemente desprotegi¢ ‘Ante esta lesién que se causa por medio de la conducta tipica pt. presentarse un interés de mayor importancia para el Derecho que just fica que se realizara la conducta tipica que servira de presupuesto para el juicio valorativo. En estas condiciones, opera un desplazamiento entre Jos intereses tutelados, que se traduce en que cl interés preponderante se conserva en el campo de lo juridico, no obstante su manifiesta cidad. ‘Al respecto, cabe emplear palabras de Mezger: “La justificacién con arreglo al principio del interés preponderanie se produce cuando frente al interés lesionado por la realizacién tipica aparece, en el caso concreto, un interés de mas valor que desplaza al primero”.**" a referencia hecha a los conceptos de intereses en conflicto obliga a establecer el criterio para la determinacién conceptual de ellos, ya que se han criticado esos sistemas determinantes de la legitimidad de ciertas conductas tipicas. El derecho penal es tutelador de valores y por medio de esa tutcla crea una relacién entre los sujetos titulares del valor y la norma juridica que los protege. Precisamente esa relacion crea el concepto de interés, en un plano meramente juridico, con abstracci6n total de cualquier otro concepto diferente que se tenga del término. No se puede establecer la jerarquia de los valores y por ello la de los intereses en confficto en wna funcién cuantitativa, sino que se realiza cualitativamente, y siguiendo lo que Welzel denomina concepciones éticas denominantes.™** Esto signi fica que en un momento determinado y con referencia a las circunstan- cias objetivas concurrentes con el hecho, al establecerse un conflicto centre intereses juridicos, puede conceptuarse como preponderante un 5, t00 I, pi. 385. rcpto de Welel en Ia pig. 88 y siguientes del Derecho pont, parte tr, Buenos Ales 1956. general, Rogue Depalma CAP. 16. LOSOEBERES ESPECIALES 201 0g saIwioassa sausaaasor 91 ava 16) Bed opm? 2140 y9¢ y] 9qu9s9 anb jeinyd yo onb assexejpe aqap ovund aise uy »,49), 2 uD sopeufisuos,, sourmup) soy op yeusy ofpoD p> sey onb o2dus [Pp epeatsop ‘ouueuOFoIpuod ns v eroua.D}a1 B9ey 9qUD seardyy seIOMpUOD Su] ap wlopeumyia] wsneo eso auawTEMdssu0D sezyeue 9p saUy ‘so104 aneno 2p pep suruewry “omueis zoreaty fandnyy “09/008 “a "Y “ap “Bed TAXXX. a ‘foron dour "euoxg tseqT Hew or “sfaeb “av “ea pd “A 104 one epundos “Woody wre 09 o> uais9 Soysorap & sassqap so] anb otes2o0N #9 ‘euad pepmEg sarap sajuadnyaxa so}oaja tne wozepoxd omaiap Un 2p OFYDIDP [> © 4qzp UA ‘3p ostatunyduins ye eave Uptoeaysnt ap esmeo wf anb eg. 2p saqusdnyax i 2p ezzmunjoy “oyaazp wn 2p epsouwle 0 1949p un 2p oquaunduny “eat -gg1 seutfigd ‘eyes ex0ut rag “21g epunfag “e961 ¥ L161 2P Sour So] UB soperoUNUEAd so[fe} SOT unos erouapaadsuinf ey suonuo9 anb ‘ugroouapag B} 2p yororpnf ouDuns -ag we aotpupdy p uo aaomde anb ‘7g rersuopnadsunt sisox vy unos ‘jeusg. 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En cons erse hincapié en qu ‘omprenden los derechos 9 deberes de naturalera more a, segunda parte, vol. IX, pig. 48, A. D. 9871/1537. J.J y Coagraviados. Unanimidad de euatto votos, leza misma de esta causa legitimadora se en. rntra en Ia finalidad de Ia ley, o sea, en el ide je 1a posible las relaciones entre los que estin sometidos a su . La ley pretende encontrar por medio de sus normas de com- Portamiento la solucién para los conflictos que la vida social presenta ncesante; para el , en determinados casos, deben resulta que, si se presenta icamente tutelados cuando se cumple un ‘dica ha impuesto, y de ello puede rest tutelado normativamente, es superior o prepon. ue la ley confiere al crearel deber de actuar, que aquel acién impuesta al estudio del cum; ecer también que se trata de un género ferentes especies. El género est constituido por el deber que y que al cumplitse produce afectacién a RN lados por un tipo penal o, To que es igual, la conducta tipica es causada por el deber cumplido y por otra parte, las especies que se estudiarn se refieren al fundamento mismo del deber y de ahi surgen los tres men- cionados en La clasificaci6n realizada: por la funcién publ lad de ser sujeto sometido a la ley y por la abediencia jerar ir la antijuridicidad en todas estas hip6tesis es Ia misma y se encuentra en la preponderancia de los intéreses, ya que, se vera en su oportunidad, el deber que se cumple y del que resul- ico y es la pro. snsertsads ue legiima la afectacion a hts de que es preponder cada caso ep aie te hace fefeencia se buscard el nto de la preponderancia, recordando que siempre se estar ante una situaci6n confictiva en la que, para clmpli el deer ur que impone la actuacion, debe afectase tm interes que tambien est ju ‘dicamente protegido y que esa propialey, bajo ia cual tone que resolve tal sinacion confi gando en su caso la ancjuidicidad de cada conduc tipica, La ey impone deberes a los individuos en iferetes Tormas, pero, en csencn, estou dberes se pueden clasifiear en tes grupos, @ sabe 12 En razén de las funciones piblicas del sujeto (deberes de 2 En razon de Ja simple calidad de persona suje 8° Por la obediencia jerérquica Deberes especiales en razén de las funciones iblicas del sujeto (dcheres de serv a ley que les corresponda. Casos ¢jemp jones son los que realizan s de juzgados civiles. No puede negarse que la conducta que realiza un poliefa al detener aun sujeto a CAP. 16. LOSDESERES ESPECIALES 205 toz — sswwinads3 9343930601 91 ev 7 uo ExonyL aupUNL eat anh ARIBUE [Pood ase ssaean Oe ‘08 ed “porn OF toe 49] e| 9p onodut pe o39fns 28389 204 ‘onpurpwr jap pepyeo opduns P PIINsa1 J9q—p JP ‘sorsondxa so] ap sa1uDIapIp ‘FOsED som0 Uy —_—_—, 491 21 ap ouadun je opriawios ovafns Tp popes ods eH dss SIR ‘opeziear oypay ja uo> soquose ~notto® seaniafqns & seanafqo seouejstmnon se] A soqap [op ezayemyeU ef ‘opwexaprstios ‘peprorpunfiaue e] ¥ oapepar ofan Jo aezyvor anb pxpuDy sopeient pp ‘osozdxa anu un ¥ozajqeys9 ou oiad “iaqap 2 ouBisuop Aa] 2 opueng “opejarm 2 fay Sot ap onuap 1S woxpyiMfaUe yr9s ppuodse1109 anb or>1A138 9p s9qap lumo J9 20d eo1dy2 e1npuo> wun doxfea1 98 opueny "ren}28 ap oydo.ap [9 wuBisuo> onb Ao} Iuis[ SO 9p viDNy 0 2p “osu ap se19 ‘pmyquoyd eumrxpur oss20ad [9 ‘soseo sois9 wg i ¥[ ap vuiscur ezapempeu | v opuaIpuare “>jqeUOZ 9 Japaord fp otreuoroury o1doad ap o19412 fe efop ‘eso esoadxo ou Aaj vj anb asreyzeosap aqap ou ‘oBieq ou [9 wzxfeax anb seoxdn) seionptiaa $8389 9p OLD jo] B| ered aiueuRUsOI9p $9 2993p Jap. 1p pepranatqo ey orp “av ‘91 ed UN Yap eraNsnf. red £3] od wy eaqo 249 anf [p “Sosoiaiut 9 sox0qea ap ugHezmbseso! e¥9 UG “edn eonpueD 21 9p pps onjosox wed “opeytust, sruatesa:dxo @ Ow oUep 289 opuEnd .2q2p [ap opMOLUNduMND 9 UD opesneD ouEP lapuaosen x] “aytureAte(go “eyuNd UD sau Froqop aadua%s 3p uppreasosoid vy & pe1D0s zed v] 2p ejuouuze rofeul e] ap epanbsn Uo atuajsisuoo “oyporag ap t2t “ope uatiews un ap onusp waa NpIovolalisnr “a4uvaYONNO35 — 90z ‘oureuorDuny [9 ‘sose9 sorso ug “raqop [ap s9rtuuy] Sof 9p varjalqo ugroeU swuLioy9p Tun ee £ uno ns © rapasaid 9p vy oueuorouny [> anb dso wn8o1 ou Aaj vf ‘soampyint sasaqap $0189 3p S201p opuens eyonyy zaupuuf esaidxa 2s eu) VIS snf soatusy| so} 9p oroodsaz 491 8 9p orouaps [> avue ‘onb oprsojqens9 ayuaureze[> erode 9s Jnby -s0108 00019 “202 wep onpea “98/125 °C -V ‘ze pd “AL ‘on ‘sumed epunas "wood “eropeu ef eaparod ainb we spusuoyenf souosst 19 operons opanb ow s2q2p 2 upssiio> Oye? eujuap onb soo} uptqug “erapets op [eSOU oy rodae. ‘org 8 aubiod “!aqap tn 3p (amo wo ope ~su2e and opensowap 789 oN “onuakryond otuoy sogep yop otha oIp UorseN FI ap eINsnf ap 1109 wuordng eI ‘o390ds04 [y ‘aymn 3s onb op vordn vionpuos ot o vqrazeqe ‘ortgnd zopyaios jap sagap [2 16 preurunoi9p “euuroUr-o4sa4 U!>>qpes}I09 2] 9p oanviofer orn j> sezqeax Te uatnb “sopesa 101 2q9p anb o| 30d “saq9p [ap 21 89 ou 49] v atuoueaoN awyeUE © UOT ap “opEsDTTE yeisay ered ‘iaqap Jo wBua (Poygnd va Bf uo E74 ‘ojduofo sod) euejusumepfo4 uotsoeastH eu ua U jod pp onb ml fA Pap seand ap xaqap ayjdwno ered ‘oueniae un anb resuod oysnt ep198 ou sy | wepanb onb seaidy se suatunpaaoig 2p 08%po 9 wperdume eympanb uorsemar ng ‘apuodsarios ouemse o1dord ye anb mo J9p taslap 2s anb exopeuiti#a, esiea v| 30d op viompto> 0] op uofoensape eysorew &] are) -sqo ou ‘epriowt 2p osuotureueype & uate pepatdoid uo oep 2p s01"19P seftouos ou we 2onpon a & ontop um oat 2p tnpei® Pun em2e4; ‘epepuew vpussriap run ap eanapad e ezed & TeompR! Uap “0 bun ap oyustudums u> ab SENET ‘squsureyzexa m[duino opey -dave ey 9 anb X atiodust 3] parrwonozg esoqfoa v] 2p peptanse ¥| 2841 anb ‘oiourejias jo anb .2qop Jap owuatum|dum> to Byoqod jo openise 9qeN HDs ou (feud 08:p99 Fp oe “9g elna;se) mmpuoD ws ‘ofsmqula urs fopluatap [ap Fo[EnpI yuered set -nSpe ‘oquauqeutios “ei297e onap un ap Uo'sHuOD ef uD 9ptosdios uwoInb En principio, la ley es de apticacién general; valen sus mandamientos ¥ sus prohibiciones para todos aquellos individuos queestansomecdns su mperio, En determinados casos, en forma absolutamente penton laley impone a los sujetos deberes que tienen que ser cumpldos, bae ig Conminacin de a sancién correspondiente. : Pl articulo 340 del Cédigo Penal constituye un claro ejemplo expuesio al establecer: 8” ny Constuye un claro cjemplo de Io ‘Al que encuentre abendonado en cuelguier sitio a un menor incopas de cevidari ai é ulate af mismo oa una persona todd, here omenaiada ete igen saws ea Sn is meted ae lee nem susie necetara, cuando pier haces Al sancionar la omision de abandonado cometerd delito alguno por obrar bajo cl amparo sansa legitimadora del cumplimiento del deber, Chasdercee a sues al caminar por I calle encuentra guna persona gravemente ar ane cauxilo necearo la sube aun atom estacionado marcha para transportarla hasta el puesto de el sujto habe tomado una cosa sna, sn legitimo poseedor, con cardcter temporal figura tipi del abo de uso (ariculo 80) argo, cl hecho realizado no es de- andjuridicidad necesaria. Se obré en eumpli- ignado en la ley y, por ello, la conducta tipica » se pueden destacar otr ivados de la ob ne toda persona. El cum den encuadrarse en alguna de las figutes n embargo, no podri haber delito; igual al que se refiere Ia fraccibn T del articulo stente en no procurar impedir la consuma, de oficio que sabe el sujeto van a cometerse a obligacion de actuar (procurar) cee set Gitamente el debery sien el evel serena ana ‘ : iento de éste se realiza una con. ducta tipica, previa la valoracion correspor paca dleclararse lv nexistencia de Pondiente pore jurgador, pods FY, se el caso’ al © se estin cometiendo, 208 SEGUNDA PARTE, JUsTiFICACION Jiménes. Huerta apunta** que, en estos casos, la ley normal no establece os limites del deber que se cumple, en relacin con el inte- yes que se vulnera en el cumplimiento, por lo que el juzgador endef que ‘alorar sila conducta tipica era ubicable dentro de un limite razonable para el cumplimiento del deber segiin el juicio que el juzgador leve a Eaho, dicha conducta sera juridica o antijuridica, ‘Para quienes. cjercen la profesionadcabogados, adquicre especial in- terés el cumplimiento del deber, cuando se esta en el caso del secreto profesional. La fraccién Jif del articulo 400 sanciona como encubridor faien “Tequerido por las autoridades, no dé auilio para la investign Gin de los delitos o para la persecucién de los delincuentes”. Las leyes dir testimonio (por ejem- jentos Penales)y el a ‘iento de esa obl por otra parte, los articulos 210 y 211 del Cédigo Penal sancionan la de secretos hecha sin justa causa. La situacion es, aparente- mente, contradictoria; por una disposicién, el profesionista esta obliga- do a guardar el secreto profesional y por otras esta obligado a auxiliar en [a persecucién del delito y del delincuente mediante Ia deposicién de Jos hechos que le consten. El concepto de justa causa que harfa impune la revelacién del secreto no esta suficientemente esclarecido, ya que no se determina quién realza la valoracién y cual es el sentido dela causa que se pretende sea justa, Evidentemente, el deber del abogado puede ser ilimitado si es él (ien valora el secreto profesional que le ha sido confiado; pero, el interés de la ley es que ningin delito quede im- pune, Asf, estamos'en un verdadero conflicto de deberes: la revelacion or causa justa, o la preservacion del secreto, justificando la confianza dada al abogedo. Islas Magallanes considera que el secreto profesional del abogado es inviolable, salvo los casos del interés preponderante."@* Al respecto, hace suyos los conceptos de Fernandez. Serrano (El seereto profesional de los abogados) y considera que si alguien puede perder Ia vida o la pa tria corre peligro, la ruptura del sgilo debe realizarse, Discrepamos de esta opinién. Para nosotros, el deber de conservar el secreto profesional es absoluto ¢ilimitados no puede romperse el prin- pio ético-juridico que hace al individuo conflarse en el abogado, bajo ningiin motivo. No puede haber interés preponderante cuando hay un 268 Et autor ctudo dice: “Los dcberesjurdco impuests a individu allan sn origen tanto en yes extrapenales como en los propos articuos el Codigo Penal Las fous, oon, sediosy limites en que dichosdeberes deben ser camplidosapareeen determinados et for, ‘onereta. Toda conducia,empero, que enmarque dentro de jm mangen adceuade ala propia Iaturalera del deber que ha de cumple, come lieta debe ser aloraca” (Ea sntjunicided, peg 208}, 446 olga sas Magallanes, Delite de revelacn de secretos, México, 1962, ple. 52. CAP. 16. LOSDESERESESPECIALES 208 Liz saivigadsa sauae2as07 “al ava 1-3P8 op6t 'oneayyI9 A sous Pas PO UPDIBOHET goo Fe rE at gti ea Eg erat a en emi trent tay aes ean y nap eaten we Binal SySiescherte ay neem a uopond anb of zod ‘2239 of anb euiou wun ap efotaisixo e| ap ugzes sqauSnfa uy 59 ayuswiejos oomprmnl 1ogop 14 ‘s939q9p ap UoraeaLD e] uEDHE -tul‘pepyjeax ws ‘seuuiou se] ‘erouanaasuo9 ua Sfeangett M3] U9 BLt19At09 98 4 [e295 2p euefop suasou vy ‘aruauipe;E} aydumno onb uDsOIAR) “sual ‘canesodu 2p anb oj uo euusou vf 3p soureyeurtsap tof ws anb “ugze1 uo asap epand anb yepe 2g oye" 2URIPAGO vf A wOKDETONAB] astUa weido 9p sooedeo sow w nap <9 “S2iqi so1Ds w eplinjox awuoUIelzess2=u S58, euusou Y ‘sepeunsap za sauoinb e soxotns sor 3p 2[oput v epEp “2;qes ouput eiouews 2p uoyduano 2s ou seuuiou se] anb wusnye zaUAeyy eyo, ‘sopeanaeu #9401 sey A eionpuo> op seuuow se] anu opuarndunsia, deqap un ap viousaxa vy “y ‘sootptan! sosorarur soy aniua vrouesopuodoad eun eyfnso2 om 2p gub 10d & yeipads9 saqop un ap wouaistxe P| sod seardn sexomp “Woo se11919 ¥ oypaieg auojuoD axjana onb wsneo tun ap voudsazd aiue vise 98 gnb sod seoydxa ‘eas o ‘epyynurios pesou98 uorseaqyise[> FL Ua worpeoiqn ns ap uzei yl & wouDs2;ar ass09ey yraqap eIAard eULIO§ UD O1ad ‘ov1ap op erouarstxout ap esneo eso ap ugioeiuaurepteny A orpnas> [e y29p ‘20rd 96 ‘eiouandasuo9 wy “peprompunfiyue ap woussne v} ap oseo [> UI -tuo1U09 95 U][9 ud anb EA ‘e1a9I—y | $9 orpnuso 2389 9p sor29F9 soy ezEd vsousiur anb seperounua se] anu2 9p stsrodry vy anb o1qo vipnsay, 59 UapH0 PT“ sdjnout 2p estes tun aye sowie $2 uepio eT“ uopa0 8] 2p wafiso ap praton et od “ou [oP osneSau oysodse uySuru 2spx9 ou “oumsla] ovepueu un woo UoNTaE te doundas un © s9>9paqo tos 0 ‘aseigdiy Wise tag “THR|L #2 uOplO Fy “F agcfOUDP [ap Bpx09 eT ap od ure uo aqua.2ymp uoiseorqn wun uayuutad SEopspia}seze9 sayeads9 STs NpIOvaLSILSAr “aLuvavoNnoas LZ. od anb ‘sssi9diy sees azeiussad uapand ‘onjep 9p euistxout op sne> owoa womnbryof eiouatpaqo ef ap uoroduissap ef & opuaIpuory "p1q9p Eloustpaqo ¥| ap sos 2 so] mpnaso ap pepts900u e] eanjous anb of oda jo 10d opepie ootpst anf spiout un e uo.oey29ye ey aIuourestoaud s9 anb vA Seat ean $9 of89 ayso uo sopeysifoj jo 3109p osinb anb of ‘aiuoumiago, -aqesuodsas ef ‘outed vino 10d “exnpoxa as onjap opuarqeu, 2sreuuio} © 103291 fe anaq] anb oyuoturesuad ayduus Jo opinsqe oy “tuyop elousyuas wun 9 euru9}9p Oo] jse ayuDIaduioa peoipnl pepLion 41 opuens oms aysrx9 ow ortfp 9 anb opiqes aatoureisajivd so on ek oup un edmpnstoo ovepuew ns opens Une,, euoruoul anb oydooand p 2ured ov SoUID}as FON, “ED2AI09 atUdUIEDTIDD| (u HpLLi99e $9 O4 01 aadse a1s9 uo jeudg o3{p95 [ap up!oDepox Bf anb AeUOISUILE OLESODoU 89 “ouep ap wrouagstxout ap esne> ws9 aqusure2n EME reIpmIs9 9p soIuy “yoo109 x] opernoe f2 nb sep un AnapsuOD enepAceML f Foudns un ¥ 1399p290 ‘eqonid 2t tu euorou $9 0 epumysinos 389 1 "8 opuena une ‘oambspraf uspao [2 us 0 sod pepitqesuodax vj epmnyoxe vpanb anb ao1p opueno ‘eainbrps -af e1oustpago outos eproouos jeusd pepriqesuodsos | ap uorsnp>xa 9p veeneo of © oxoyas 96 feu2g OFIPOD [ap [LA Wome ‘Gt OMT Ty vombaprat jaypaqo sod sajepsods saxoqagy OP [2p epuarstxouy ue “opus tod “A oysazoq_e auuiojuo9 svaidyy seiompuioa aque soure|seis9 ‘ose9 2180 Uy Teuotsajord oja1995 wa opeyjuos opis wAEY 21 anb oljanbe ap oradsat ofoueys repren ye vzouyna anb Jpnbe anb rynbresal sAeut 9p 4 ayuguTEAL FuLOU opzafiesues saqap uN woD opusyiduino vys> as anb vA toruowlls>4 -xpu24 9p ugioe3}[ qo B| 9p oTEDKSAp [2 0 nDUd [9 OuI6D sort}ap ap nansucd 19s apand ou (oprioq) Ip ‘0st 2389 ua) 4997 Bop oqwuarumpdums pp ‘oyja 10g “2]qROIAUL 2 ormYOSqE sa crAIDD6 fe aya ‘2p 959 ‘SoHOSoU ureg “PeuoIsajo1d 191995 [ap UO!DeIOLA T] v eIaIns 189 epend oxftfad wo uaiq jap ugeapes ey anb uo ‘(eued vy exed oifyjod 0 sHanu ap osbyjad) vouesepuodard expepioa ap Soseo ua sesued [Pp Sq touisyur Jo Bury as 0 oy23098 Jo aqULIEd a8 0 touepepNED jap PrP ‘tunBasu ey ue19 onb ‘2opur vis9 op souorsdaoxa sgaey aqap ou Aol PT ‘splanut ouistw jap souozex sod opedinour fop ugHs2juos vf 1oUago wied. oquarumeduios ap sopout ap o1ororala |p rey[navy v a1uaqeamba visas “1 -wexopuodaid spisiut 2p sotiozex od opeBoqe [ap jeuotsajozd 0121098 [op uorejenar | Roynsn! s9puryeig “eoumsuNoTD Jombpens aru omuals sepren8 yuna onb ‘Jesi9arun Zoprfea ap ‘oamposqe A yessual ovdiousd definirse deberes’ Ahora bien, todo deber impuesto por la norma es deber de alguien, © sea, tiene que existir un sujeto que se encuentre obligado por lan ma a cumplir con el deber que le corresponde, y ese sujet gado, debe realizar (0 ¢ lamado ol la conducta ordenada (o prohibida) por el in, refitiéndonos ya en forma concreta ala obe- diencia jerérquica, es inrebatible que si algiin sujeto tiene que obedecer, Porque existe una norma que le impone el deber de obediencia; 0 sea, ‘es justamente la persona a quien se llama obligado la que debe realizar {© evitar) la conducta ordenada (o prohibida) por el precepto que le im- pone la sumision. caracteristicas especiales que corresponden a todo el insti obediencia jeré de Ja imprescindible relacion superior- inferior, y a que ella debe provenir de un orden legitimo, el caso se ubica dentro del grupo derivado de los deberes especiales, Esto se afirma porque al ser el deber yncepto general, para los efectos de las hipétesis de inexis- que ahora se trata, el deber puede considerarse como quienes encuadren perfectamente en la hipdtesis de la en Ia obediencia jerarquica, Al ocuparse de establecer los limites de la obediencia, la Suprema Corte de Justicia de la Nacién utiliz6, como en seguida se verd las mis. mas ideas que se han expuesto, en cuanto al deber y al carécter de obli. gado que corresponde al sujeto. Se dijo: Obediencia erg 2 laley penal; de manera i un ato por el eaal oeblipate to no puede estar jag comprendido ve €spouble una orden jrteguiet de tal conten SemanerioJudicint dela Fedoacion, sexta EOC, segunda parte, Pig. 35, A.D. 5968/61. Alfonco Hetmindes Matiocs stone reek Inidad de Custos voto iese en del- ‘obligaciOn de servr; por tanto, no Gon Io precedente queda clara la raz6n de la ubicacién de la obe- diencia jerérquica dentro dél grupo en el que se ha incluido en la clit cacion general, s6lo cabe insistir en que se trata de deberes que tienen ez I definicn, visible en tpg 9 del. 1 deber como la necrsda de una aceon sic de as cortmbres) visible en las pias 277-278 det ‘ordenamiento arfdien exablece wn stu concieme ala geen de as Grdenes 212 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACION Lied . Esto se destaca con hae de alls) ‘si bien todas las normas imperativas implican un ie gue nd so de los obligados, para los efectos de la obe- bt de apelin eB cafe en'os sar seb mncia jerirquica interesan gue el deber de Settee comecueia de nares legen recone g ooioca al obligado en el lugar del inferior en la relaci6n jerdrquica, 2, Fundementacién conforme al principio interés preponderante Ahora se estudiar saa yo ee Cone cleared Se Ee eel Sper ec ama aap mee Guinta poet Suplemento de 1956, pig 247, A.D. 9616/50. Pablo Za nig. 247, A, D, 2874/50, Feliciano Macis Pérez. A.D. 4252/58. ee np ice de jurisprudencia de 1917 a 1965, Tesis 193, pag. 385, seccibn primera vol: penal 18 Sala Partiendo del supuesto de que existe legalmente establecida la vis lacién jerdrquica superior-inferior y qui Dusters en pcs plas, qe In propia ey, cated come jen tepecto de onsidera que el Estado , que corresponde al desarrollo arménico y pacifico de la sociedad y de todos sus miembros. CAP. 16, LOSOEBERES ESPECIALES 213, Siz ssivioaesa sauzgaaso7 81 wvo A 116 sonuins yous oysoup 2p eusidong 9 emamy 3p IN8UD ye -vpouatpago 2p saqap uel uauodus wainb ¥ ‘ono 21q0s opueu ap 12pod {un uatedie uoraio9 jb soya soko op ap atuataonote vf atuouien “4 "Aopep opt [op owustureiese Jo “ugistaljgo owa “ono e sauod tur epand wore anb o| fod worseznbasof eum sistxe nb uo soeiou 9 ssotdqox apt ap pepitiutes ef oxuourepuny owo sua anb “e10% UL ® fa1uotpago oxpas fa A atumpueur opeasg [2 onus ayucyass ef 9 0b ‘eonyjod ee ‘s09poqo gauapusosap fp A epueut ayuaqpuvore | nb Uy] ua "eonspuiop wprumy Howapuadap #] © asoior a “ist feuulor v2ody Elaprop entopie feen}o wousi9y whi wy Souorseuut ans uy 9180094 8g 2p ONSET ye'40110 ap o1zadsor soun 9p ug\TuINS] EHNAT Bo -uo1six9vdno ap “seybxpaf searonfp wozelqensund 6 eeaie 2p €>0d9 e| 2ps2¢] “eproowooay a1uauupeo oombreial uapio un ap DUNE “f uo}eaysnt wy ap o1uoumpuny pp vosnq ua ‘opepeuss oyusuia[> upe> yrmtpaysa 98 sjuourperedag ouoyut (op aued ap ugrooodsur ap zopod ap wrouareg {p ‘aouRyur fp sod epydumno uapio x] 2p PMIDITT (2 coombspraf zovoyt pe sotiadns Jap uspuo eum ap eouasTNg (4 ‘opioouosax ayuawieSoq oomnbryio{ uapzo un ap eouaysixa wy (2 wos seqpnys9 sod stsarodiy, wy uo vomb:viol wpubipaqo ef 9p soqrexSoiuy somuourapp $0] ‘seapt ap wapIo 2159 Uy “eu1ode peprotdiy vj anb Peppoipumiaue ap omapur [2 opuerzeosop 0 opuvorguiaa ‘oyporaq ordord Tr auojuoa so 15 0 oysoi9q & enuOD 59 Js s9ngosox exed *earpminue ¥usiqure 298 ap euerorpur ‘eordn eisnpuoo es mypmss anb gipust JOP Bon] a ‘aumoo oase opueng “voidya eisnpuoa wun eystxa anb “eas 0 “79 yi sisaigdiy ean 09 uoprensape vusjd anuanous INpuOD v9 snb & orofns un'ap epesfoiur piuaureus|d wonpuos owoo opezteaa opie VET, iP anb ouesooau so ‘opeain: aqusureorprm spiaiue un v uOD an opusrqey anb atoap ozomnb orsy “oaifio] uspso um ue u9p2 -aid 3] anb oinjap [pp soaueuioy> sof oyaaysies wey 98 eusd UD.IP P ‘ured otteagjex oysoy un ua anb e opiqap $9 “peplorpeanfiaue zB oxTEPa ‘orount jap aszedngo ap yiqey anb uo oviowow [v 2nojj aopeBzal [> 2nb ered ‘o13aja ug “peproidn eA wionpuoo x uos oseo 2189 u2 onb ‘50218, -9[soxsondnsaad sns zozejsres onesa9au s9 ugnsans uo sisoygdty P| F208 36 anb ured anb “reuorouour aqeo ‘e#ojoporstu wasonu B auLIOUOD | ‘Siwanpasqns sisqpue [9 uo preruaurepuny 4124 98 owoo peprompuniinue 9p wouasne ap ose un voqdurr stsa19di, esq “uorooadsut ap s9pod sou0y us “emdums ap uolsesy go woo 4 101:9;U P PRuDI ns ot 0 opuarDoudd “exiosIt 59 epep uDpz0 w] an aoxp amb eI $2 NolovOLSILSAP “suuvawanno3s Lz ZoIbapot epusrpago 9p somo sf uo pase 1 9 tp! 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Por su parte, la Comi 1871 afirmé en la correspondiente Exposicion de ‘adoptando en ese punto las doctrinas del célebre Or- ‘© como principio que la obediencia pasiva a un superior orden jerarquico, no ¢s punible aunque el mandato cons sino cuando esta circunstancia sea notoria 0 se prucbe que el acusado la conocfa; porque Ia presuncién esti siempre a favor del que obedece las érdenes de su legitimo superior”? Por su lado, el mencionado Ortolin expuso su docttina al decir que si alguien justifica que ha obrado por orden de sus superiores y, para objeto de Su jurisdiccién, queda exento de pena, es referido el caso ex lusivamente a funcionarios, agentes o empleados en cualquier forma 0 grado, vinculados con el orden juridico establecido.?”” Se traen a colacién estos antecedentes del actual precepto en razbn de que mucho se discutié acerca de la naturaleza de la jerarquia y hasta la fecha en algunos casos, pero siempre indebidamente, se pretende lle- var el efecto justificante de la obediencia jerérquica mas laciones que crea y determina la ley. Esto, que no es sino ejemy jorancia, debe eliminarse pues ¢s clara | Tarquia que puede crear la obe 1a obra de Lala Ravigue Romero opots, 1968, pig. 958) y lade F ten dice: “x abedienta jeer jor yes In nia queda lugar propiamente a est eure de ee “del Céigo Poul de 1871 dela Libre La "7 Véase M Ortolin, Tratedo del derecho pena, toma I, breria de Leoeadio Lp, Mads, 1995, 216 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION 2 historia de Ia recon VI dl atculo 18 el Cigo Pena! para Dis: le a casos en que tanto poder piblico; prueba de: Edarios de la obedienc Independientemente del jido de la ejecutoria « tenerse presente que a propia Suprema Corte establecié la te prudencial identificable con et nimero 193. y qu en el Apéndice de Jurisprudencia de 1917-1965, pagina 38: 18, Primera Sala, donde clarament “s6lo constituye la causa de yente de responsat cuando la dependencia jerérquica perior que manda y el inferior que obedece sea de cardcter 2. Existeneia de una orden del superior al inferior jerérquico. La indole misma de la excluyente es la que da motivo a que deba conside- rarse como elemento suyo la existencia de una orden dada por el superior al inferior, en una escala jerarquizada legalmente. Si nos atenemos ala interpretacién que sugiere la forma de redaccién de la fracc articulo 15, el inico sujeto que puede ampararse en ella es el inferior, pero siempre que al actuar obedezca una orden dimanada de su superior en el orden jerarquico oficial. Esto se ve con di ciado que especifica que es circunstancia que ‘un superior legi nas que Figen su actividad por las normas jurfdicas establecidas, como se ha dicho en el apartado anterior. Sin embargo, falta precisar, para efectos de una mejor comprensi Jo que debe entenderse por orden. ‘Una vez que se ha aceptado que la causa de inexis por ausencia idad que nos ocupa finicamente pecto de agu cuales hay un principio de autoridad determinado por el orden juridico general, puede afirmarse que la or "Respect al orien y naturlera de storicates pb CAP. 16. LOSDEBERESESPECIALES 217 61z sTTvoadsa saua4aa 507 “91 avo | a ap oun fp ‘ntandx> wy 9s ouca ‘aan epigopeBualpago et op tokeeunls sol Fost ‘optuede a4 vo ep or anb enbojus Jo “russ of uo mod ‘uortucuour ot and meted eanojuoa sone eno a soueng soup mae, cpus sats (71) pd | 2 umsiN9 ab F290) wu e © canes odura pu ub eeutabop sieson dons tum seid oe 0 deo MEGA “8p [9p s9190Ut Jap Lopeanour vas anb A opwzyyeax oayJoadso O19" Fe A 9} -en 95 anb ap pepuoine ej v apuodsas109 anb [v89] ugizeyngar Teroodso vy youare UB astenuoata aqap Te[no}}red oseD UpED e UOTONIOS BY “EHD { PUNY U2 22"7e23 pepLoany B anb sa]qusod 8039" soy Sopor w 28:139;91 ‘olsandxo soyue ordioutid [ap oplusiue ja uo ones ‘aqqisodust sy ‘OUDHTE yx9s ‘saPeH9q Sopernoey sus uos anb o] v oawsvoxo 0 OUafe “rouayur pe of[e euapro JoLzadns jo opuend "sy “praioyr ep rod opeayeut ‘erapistio9 as *pepuoine ef ap J11ed 20d sopeyfnaey ap uoTINgLHeoIne Eun ‘osnjaur o osnqe un ‘os35x9 un anbydunt anb oljonbe opoy, -“wesstju09 sey as soustpuodsoii0o so4j se] opuena vagwiadust perynsey e] ap seopa35 ‘od Uos of9s sopeptoine se] ‘fenBt se anb of ‘o epewuifap ayusurernaed 42159 onb suop sejnonzed jap soperreqy| ap exaJs9 v] nIpeaur ered pep ‘oint ef ap perpnoey e] anb sexapisuod [e aoaKe[>F> 98 UorEnS wy “ByDHI| owOD eprmdaouos 19s aqap souajut ns © pp amb uapso ef ‘auiaR anb se] ua ap “9x9 5 0 uapuodso1109 2f ou anb sapeyney aknqine 9€ oanou! je 10d 4 jeuoromnsuos ordaoaid je ugioejotn ua auinout oyuend ud ord $e} 59 £0U19}Ur Te Uapso ns foyso19q [2 rod sepepeUds sapeprTeUO} A seTUO} orodsar woo A pea] uorongmae ns op soxtusyy soy ap onuap ymor das | opuen anb zune ssanb as o> uOD “opruo!ouoHs ey 9s Puornansuco oyuaruepueus je oiadsas wo> axTuias oxad “eazapge7s9 iox99x 4a] vf anb ooze Jap o2uap of|> Epo) ‘2p4t918IX9 ibswiot op A coupyan{ uapuo fap aute){ns91 ¥] $9 Uo! NOUN wT -re{NONIEd O89 EPL? piss apuodss1109 anb) pepiye8a, ap uaundgz e opaowor spanb anb aig (pepuomne ugiquren) rousjut re epuew (peporne) so1zadns [9 FEN? P 10d 0430 [2 anb auepiso aoared ‘seapr ap wopio 2489 Ug “s2[e!2G0 5°P -eptioine ap “e3s 0 ‘eprpouenax aiuauifedoy eombrysof ugtseynoura wun © 1X9 anb $0} a sose9 sojjonbe uo osieyudsozd pspod ojos anb asieuy? Pr ‘Soiafns soy © oven 9 ‘squoumyaard opepulsop vy 2¢ rombsyI01 HI -uotpago e]® oanepar euioqqond 13 “pupruxnssay ns 9p s0}99]9 exed “ope4n) Su pxpuny saab on pepuoine v2 018 po) 2oage #1 omnogure [> ‘ugpmnsuoD e] s9 anb ‘oo1s9q [28s] eurereE onsoNU uarayas 2s ‘syudted s9 ouio9 ‘sequry “peoey eussful BU Os20%2 O EAH NOIOVOIsLISM® “siuvsvONNOSS — giz “(808 901A owas ‘oper ahup “oxpaing fod ep 00 (6 A320 1V ope 4) woneecrsedwes opeuans9p 2p -Poucies wfwwaudns 9p cts oped oer “Peleoer wocuaatn 9p “toyed o usual wind sea tn, ab Sues eoey 2p ouput ase a ‘rods pesmnoey ¥] ap wiousystxou :sorus.9}1p susmeo sop ows sous) ap -ond out 2359 9p pma no K opep ey 38 | a 2 orton Ae & sopesim nusitmsent soar eee WH & omeputa jo atenape fe and ougap oe ap Means BL ¥ au2yjar a8 anb of uo toy ner eee, ee veer aetopae Taare ant? 289 ap upaeaIGN ey uSuMAad repiMsan tect duno & epep uapro vf 9p pryroin ena opuodiaie® anb oprussucs pq sonaur fa 10 2 Opo4, “epi gp "9s 0 ‘orepueu jap op ¥ optuonsuos vpanb 10133 aagos aru ‘uan) uainb sod Tee 2teH “opeIOp v9 a1ayu09 9&3 ef nb sapeynoey sey v opuatp Para cualquier observador atento resulta obvia una aparente contra: diocién en lo que se ha expuesto, a saber: que el mismo acto puede ser ilicito para uno (el superior que manda) y Iicito para otro (el inferior que obedece), lo cual facilmente lleva ala idea de que se est lizando el contenido del juicio relative a la antijuridicidad, cuando en estricta realidad objetiva el acto es idéntico.** La cuestion problem& tica en verdad no existe si se considera que al inicio del presente apar. tado se hizo la observacién de que el enfoque en cuanto a la ilicitud 0 Jicitud de la orden dada y ejecutada partia del punto de vi rior, o sea, se trata de dos actos y de dos conduc: Lintas:_una, la del superior que manda, y otra, la del infer Jo cual permite analizar este aspecto bajo una doble forma de presenta, ion. P cita en cuanto al sostenible, como se puede apreciar en la hipé. en intervenga en la defensa legitima de otro adamente, pero que en un acto de repelimient f logrado colocar a su injusto agresor en la 9s diferentes de los empleados por el tercero ue interviene pudiera evitar el riesgo. En esta hipStesis, el que es injus. tamente agredido y repele el ataque se halla dentro del campo de la de. fensa legitima, que vuelve conforme a Derecho el daiio que cause en ambio, el tercero que acude en la defensa cuando ya no habya la nece de ella, puede ubicarse en el campo de la inculpabilidad (defensa error, o en el dela responsabilidad penal por exce- s0 de la defensa legitima, como dice ¢] articulo 16; pero en ambas ubi- caciones, la conducta del tercero seré antijuridica, a pesar de ser juridiea tesis de que agredido inju de la orden dada y ejecutada, se relaciona con el siguien- te elemento de la obediencia jerarquica que enseguida se estudiar. 22 sta cust ex analizada por Maurach en la pig 415 y sigulente del tomo det Tr ‘ade de derecho penal, donde apace también bao l numero 29 le nata deen Ooedoba ons, va 28. octrina es contraria lo que agai “ET derecho, en cuanta deriva unt jo quiere decir teliidn con ia aeefon del subordinate, sno gue inado el deber de obedienca ara ue la se. culate one to velinado os peti que ha imparido la orden” (De 220 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACIN i 4, Garencia de 1 la orden del superior ha si de por resolver In cucstion relativa a la Sea, resolver si el in ve y en toda condicion la orden que su superior le ha dado, En estos, Pe), ge presenta una verdadera colin de itereses, ya que por w parte existe sometimiento jerirquico de! posible abstencién en ito. Zaffaroni ap cer deber y, en es0s su 4 injusta la accion puestos, la ob del subordinado La cuestion problem: poder de inspeceidn, es dec far la obligatoriedad de cumplir a su cargo la orden Gon base en ideas expuestas por Kelsen, bajo el enunciado de que vacién absoluta del derecho de examen (0 poder de inspec n del Srgano eject imposible blece un lindero previo en el cual se afirma que el subordinado, mente, tiene la facultad de inspeecionar y verificar la le orden de su superior, en lo que se refiere a su conte: conforme al propio Kelsen, la privacién absoluta del poder de inspee- cién ¢8 ineoncebible, lo cual si : de excep ‘de funcionar. La primera afirmacién encuentra su apoyo ¥ fundamento en la organizacin de los estados modernos bajo mn permanente de ajustar va, por ser de excepcién, es la resultante de la forma mi Estado se ha organizado y la cual provoca que en algunos ries que se persiguen son distintos de los comunes a toda admi piiblica, como ocurre, por ejemplo, con el mantenimiento de I seno de las fuerzas armadas y con respecto a los ac idad de que en dete inferior no pueda, en porque el conflicto de interese: sentido de imponer como ob plimiento ejecutivo de Ja orden que le hay (Tretado, omer, tomada de El elemento subjetvo del dete, Roque De CAP. 16. LOSDEBERES ESPECIALES 227 ez svivigausa s3u3e3001 ‘01 avo fram oy 7d ID2L2P 2P OPEL yge IAL 3P Tar 2p fod odipe9 199 WOOTP oe souadns ja aquouresaqo opweno anb varus oy69 tsouorongune 9 | 9p tw9ze1 UD JOLJUT fe OMEpwEUI Ns U9 Oper $359 40% sondxo eqey 28 BA owiod ‘oiuDUManoaJa LioKOdns Jap wisin 9p oqund [9 apsap ‘eas 0 “usELIO ns ap uoroUny ua ayqsBizayut 298 spond 8198 epiqizan A epep uaps0 wap punt w| 2p oworou 9] “uatq eOYY ‘epigap e1uoxpaqo 9p peprumDERay ap worounsozd e{epypauy ered owo1yns s9 ou serourisunaio sepeure se39 9p vm 2p uotourede a “vas woo e] opesne jo anb eqpnud a¢ Wu wL eoursunoi e189 1, :224p sond ‘seoursuNoIED sequIE 3p LoE 2 a10mnbar eureayxout 49] | anb ap 01/994 Jp asseuo!ououe 9p OUR sq ___30u9}Ut [9p a170d 0d off ap eruarunBoU0D oY99}20d [pK uapio vf ap Brnroiq ef ap pepszionou vy ueqansd 2 opwend aXnnsop 3s onb ‘unjuoy sun sepeurey sey 3p ugrounsaxd eun o2qnbswiof sosadns ns ap ourys89] ovuoqurepureur |p wea" anb 20: any [euoIDeu ropeysay [ap opuaIUTEsUDd oox'ul? ® 280P lupt90se 4 o}98 [ap orua!UH1D0U09 o19251ad Wo> opesqo wjqeyf an aseqosd 96 #8 a{qund esas opempioqns janbe osad ‘pepyiqedino ou ap [eau insaxd eun Opeutpsoqns [2p 10425 ud PIqeY ose djuefoWsDS UE, of onb opeumprogns ye o1ssiqno v souod eed ‘Tos9us8 suse seq ou ootnbrpzaf souradns [9p orepueur Jp ‘ay P| BOLE sIMLOD eT “PLOUaIPAGO senfisae 9p eyes] 2s anb o| anbiod ‘ypeu sosJosar ot fu 0] $9 0489 o1ad teum%9] ¥9s wIOUOIpagO B| onb opuotixs pel 0 ug ‘peprunduyy ns ap somnlas said as ‘oyqesuodsoin $2 a9apaqo anb [> anb opusiqes 19 SoypN ¥ UoIseDO TEP K “eyEUIOIME OsOPUpIOA UN OOD NolowoIsuisnr “"aiuvs vONNOIS zzz dual [e resapisuos so 0789 orad SeunSie wor ssumou1> 009 luis ‘quodnpoxa wfouey sed epuatpaqo ej au0d 2s soStp9o sounde ug “sopeiqno anb & opeotjap ound resgsed eisuaepaqo e ap eq sofip rye & ‘arquiou ns esreuio) ofan} an cdxq ¥| groqeya onsep 2p zouryseyy ordoxd 1 “onseg ap zurpy ap owoa oprreti09 “1281 ap o8!p95 [pp uoloeS|nutosd ap rood eI psp sepeli sooiisomp soy amos any oz1y anb ootuy of ‘eainbapraf wouaip “240 Bf © syuaseyax of uo ‘TeuDg OB4poD jent>e Jo anb oysip ey 26 EA souayut [2p 178d 10d off 3p 0 ‘uayuryoouoo op eqanad ap wipe] w| A wopxo B| 3u911 oanaqpp ap anb o} ap epatiovou ap wipes 2 “e89] uoroduosap pl ua seprioe uadarede anb ua opto [9 uo ‘os seisq "Teuad pepyiqesuodsas x ap o1oreutun 1p uapidaut ‘iovarede Sp ‘anb seroueyaunana sey ‘e05 0 4 Sor0adse ooo resapisuo> apand 9s anb oj reuorDuow erpuaxpaqo e| jeu2g OBipop Jp UD wperaepax aoozede owoD UNO] ET 38S] uoHDORy, Bf P SOANOW ap pug oBip90 pp s5 opr wp 1A spoon na soprusnice Seagtn node sugpondsut ap x9p -od [pp eozaree sowajur yp anb ayqesuadsipur opisinbox so vusstus B] ap w9 vwerado vy ered ‘vas 0 teambrpral erousxpaqo zap aueaquisnt ‘any epanb ‘snourepensapeur 2284 0] 0 992919 of ou & uo) 2p sapod auap 2ou2yun ye opureno onb wscfp Buuioy ua sex199p agop ‘ezijeuT 35 anb o31fp ap trouaisixour ap snes v] ap s0122}9 So] ti¥g , x0Uadns [pp wopso P| 22017490 ered sapod yo ou o eyua1 2011944 aopeSant po pros “oquemouta esmbresof ef ‘uote “ejnotized ose ep apand out anb oxsadse un so ugwosadsut ap xopod ap exouarstxou “S189 Bf 2p or2:0u09 uo uoroeuTuDr9p Bl anb ugzE UoD EUAN 12105 opto e} 10d aiuaweuad sapuodsa1 ® op ‘eure 9198 ‘ypemneyy 29Ip OWIOD ‘Tp anb vA ‘o}uMpureKs LoURdHS Jo OD OW sat 0] 212090 oN “oysazaq{& aULOJUOD ayUDuuTENA! s9 “Ea;dh 69 sotzadns Te s200paqo fe eyonpto ns uaig fs anb vA ‘ortfop un TiaW0> e] 10d ueyyor9f9 2s anb soysong (2 ssodn 2 uspend peproipeninue ap emoussne sod owpp ap BUD ts apand orot>iafo ono soyssuop soy anb asreuuyye apang woiluo ap odure jap pragjdure e| epep eypouas wsardusa 53 ‘ou owpa19p [ap oppxla p asmmyuasand apand anb ua seuLl0 sovuDs94Ip S| atipnisa ered ugpezpeuiorsts eun zeosnq toorprmnf oyuaTUIBUDpI0 Fo OPO uw asrenuoata apond reno" ap peaynory v| 219yU09 anb oys9z9p [a ‘oypas nf yas e1npuoD ¥] ‘soseD $0959 Uy INST papod ou worsompenuo> v|“o499:9p [pp orsrar0f9 Jp ayIn98} anb euuLo BUN ‘hoy 1s teunroU ef & owpay po anu uoVsoqpesmuo> ew] uuLe anb o1sma! 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Esta facultad de obrar legitimamente puede presen- tarse en tres grupos, que a continuacién se mencionan. Hegocio™. En este precepto se establece claramente que todo individua Tene el derecho de intervenir en los negocios de otra, aun cuando para ello carezca de obligacién y de orden del interesado tiene que someter conforme a los intereses del dueiio del negocio, pero 10 varia en lo esencial, la facultad o derecho que se le confiere. La violacién a su formade comport responsabilidad correspondiente, in menoscabo del derecho genérica- "cer que, ejercitando el derecho conferida por el ar vil, se invada o vulnere el campo de los bienes ajenos tutelados normativamente; si se da el supuesto de haber actuado confor- siguientes del tomo 1V. El maestro espafl crea nuere gropos 10 Ib claifiacion mencionads, por encontarlu mas sustada a! Derecho 228 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION de este caso el mal hidréfobo piedad ajena; pero porque al obrar el (evitarle responsal con mandato expreso y sin tener ob] cho que legitima su conducta. ejemplo citado, el dafio causad lar aquel en cuyo contar para ello ejercité un dere- resulta afectado por Ia condueta tenderse que es requisito imprescindible que aquel en cuy tiia tenga, a su vez, el derecho de afectar exe bien que por la condueta del gestor.* No debe confundirse este problema de la gestién de negocios como causa legitimadora con el llamado consentimiento presunto; en efecto, en ambos casos se actia en funcién de intcreses del titular; pero Ta razin distintiva resulta de fn: en el consentimiento presunto, se presume que el dado su consentimiento, de haber conocido las circunstancias coneurrentes con la condueta, micn- tras que en la gestion de negocios se obra bajo el amparo de una facul ica es de un tercero, pero debe en. del gestor proviene de la norma, mas no del conse: La gestion oficiosa como causa que conforma con tas conductas tipicas debe manejarla el juzgador con todo euidado y pleno conocimiento de los limites derivados de la naturaleza del negocio fn que se interviene, ya que, al tener como fundamento legitimador una norma del derecho privado, no debe exceder este él Vias de hecho personales y reales lo 17, que “ninguna persona podré hacerse justicia por sf jercer violencia para reclamar su derecho”. CAP.17. EJERCICID DEUNDERECHD 229 Lez oHoausa Nn aa OIDIOWara “2h “avo euott vj ua epHszUCD peynsey esoudx: punt 9p oseo Jo onb vA ‘oypay ap seIA sey ap peprompunaue ‘uLioU e] 10d sepezuoine syuaumesaidxa upiso ou opwend ‘se>qp unlfaue upsos 0} mpuo> ua usanpen 2s anb o4pay ap seja Se 59 oy # 2 ou ‘sepeztiomne 2yusuress1dx9 Uys OpuEND ‘oyD24 2p svya se] 9p peproipunfinue vj anb asrexopisuos oqap ‘peplreuoroninsuooy -uw es9 vperepzop vos ou senuatp “oqsyord se] anb jeuo!smi|ysuoD eULIOL | ap Sera Sel Op oFDt>19!9 jo weyNoey anb seirEpund9s soo] anIUa 1 A sopeious® sordiouiad aaoiqes> 3p oratox9[9 [9 10d aquouesaxdxo owoo asrezepisuoo uapand “ jyoud vy aqueisqo ou ‘anb rune nsnf asopuprsey ‘oysoy ap ses uo seme ered perfnany F] “eoEgTER ioe USUIEpLMS BT “Voxp}IM{TUE 19s OW Xod wsom: In Se] 9p woronoalo up aoqqear as anb "9p uo ‘onb smdaze apand as ‘edoxd 1d vj aquersqo ou ‘onb wispisuon syueuIuIOp uorutdo ey uINDOp ¥] U9 OpRABAONUSD ayuouIEUMS ~ys9 OLUSTUL Js xod wIOUsAL ar No!Ovolslisnr “sLuvd waNNO3s Ez cages fp mpeatswney 9p 2053 sun ap orsfgo wos nb “oysoi9p [>p ‘epenpuala erousjora ej outoa ‘oueur vided ap eypoy uOD FT BP LT OMONW [9 uo OpIooqqurse o] 9p woz unique UatquTe) ss1e29pIeUoD wHApOd (ouafe pepardexd u> our ‘ronpuoo ns js reurMunIap uo ays[suo9 eMIDIGoxd [gq ~UOIPE] I qn Span Spa [ST -peprorpuntiaue nsx aquarpuodso.109 of ‘Ip ap ovoadsor asrezsfeas ap prgeyy os69 ona ua ‘edad ody un © 3) -2pe ves o “eoidn upiqume eyfnsas earnaala wanpuod v9 opuETD IUDs -oid 2s euzayqord [> ‘oypoy ap sea se[ 9p ordsouoa [a 180 opHoiqeisg svoneyqeuy eonp. suo ns woo vtonsnf ee aminsns apuayoad oyuemse o1afns Jo onb ours ‘opeaeg Jap pernses ef z axmsa1 9$ ou ‘opifinoxdsap oyparap earasard ey exed anb vorrtufis 0389 !feuoroIp Mad 12peq 2p UUBADIM 9p OUDSRY (p 2509 8 ombpeno v anb oxofns un v sojqmnquae squswrenst 195 wap id onb sesnvo 10d “(oxgjad ua opifaiosdsap ayyns: stinf peynoey ns ud uofabor st oipap an 2p a ‘uaisixo e] ap orsandnsaid jp o> :oypa9p une UORRDaze wEy (9 “ean “sot o wistuorsoooxd pepreuyy eso epeutueous ea aquENI>P oO: I ‘eas 0 ‘oupaiap, s28aq0xd ® ap: ;ndo[> e1onpuios BL 2: yea eI ud ayS\suOD -waNnoaf> MoRpUOD BUA, (2 :saquands soy soarmansto9 soruounp owes wuode uproRUyap es ‘opeisg Te apuodsasio9 anb jeuorooxp -sumnf pexmnse} 2] 9p uorouansoauy ms ‘warns ye 0 ofe 10d opesaape oxsax9p INser 0 sF>jo1d ered yuoumwannoot> vayfex 98 aNb vonpuoD e 9p ap opHUds jo ud sereuoruodexd apand oxoforafo 2389 9p oF daoties 1g “Soper { sopeuosiad oypay ap svya Se] ap oT>roxofs pear [> eoqueyd onb euroyqoxd pp woo uorseppa us ojdaoaud ays2 euo{ouaU 2g A efecto de ubjcar esta solucién, acorde con el sistema jurtdico mexi- cano completo, debe decitse que los tratadistas resuelven el problema de Ia juridicidad o antijuridicidad de las vias de hecho en funcién de la violencia, como medio empleado para hacerse autojusticia.™ Para no- sotros, tal solucién es imposible, ya que la Constitucién, en la parte re- lativa al artfculo 17, establece dos prohibiciones diferentes: “hacerse Justicia por si mismo” y “ejercer violencia para reclamar su derecho". Dicho lo mismo cn otras palabras, la autojusticia, sea cual fuere el me- io que se emplee para ella, esta prohibida, como también lo esté toda forma violenta de reclamacién del derecho; pero no se trata de que sin pueda hacerse autojusticia, como lo resuelven l extranjeros, por la razén dada de estar ante dos dil rales, como 5 se, en la que cf empleado en su fu tefiete dos conceptos distintos: ni autojus jinacién de la antijuridicidad de las vias de hecho, en ciertos casos, resulta de la expresa facultad conferida par la norma, y no del medio que se emplee. El ejemplo mas claro de la juridicidad de las vias de hecho en l condiciones expresadas lo proporciona ¢l articulo 865 del Cadigo Ci Articulo 865. Bs Keito a los labradores destruir en cualquier tiempo los imales bravios o cerriles que perjudiquen sus sementeras o plentaciones, Puede verse aqui que una con rerfectamente adecuable al tipo de dario en propiedad ajena se vuelve licita por dispasicién expresa de la ley civil (prucba adicional del concepto unitario de la antijuridicidad), no obstante que las vias de hecho en que se manifiesta (destruccién) se realizan sin intervenci6n del Poder Piblico. En otras palabras, éste es lun caso de autojusticia, ejereitada violentamente, que no puede llegar a constituir del -sar del dispositive constitucional, por tratarse del ejercicio de un derecho consignado en la ley En conclusién de este apartado, puede decirse que el ejercicio de las vias de hecho, en la forma que ha quedado expuesta, es causa de inexis- tencia de delito por ausencia de antijuridicidad, por estar ante una causa que vuelve conforme a Derecho a ciertas conductas tipicas que se reali- zan en ejercicio de] derecho conferido por la ley para actuar en esa for- 204 bn cl Tatado de Jiménex de Asis (tomo IV, pig. £28 y siguientes) puede vere que tes epoca d ‘yCarmignani ls jena y Maga propio macstre esprl dice!" lavista violencia) podemos afiemsr come lo hacen eh iatigo tos ‘que cuando no hay ete cementa coactivo, no ete (e831). 205'adems el caso cjemplifcader sue a ela ‘mueden men 232 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION esiones u homicidio causad, ae actividades deportivas | En el ambito de conductas autorizadas (por no estar prohibidas) que pueden provocar resultados tipicos, destacan las derivadas del cjer- ‘dcio o prictica de los deportes. [La actividad deportiva implica, por su propia naturaleza, el movi mento corporal correspondiente a la voluntad finalista; o sea, se trata fe una conducta perfectamente integrada. Es frecuente que esa con- ducta pueda asimilarse o adecuarse a un tipo! egal, ya que en todos aquellos deportes llamados de contacto personal, la conducta puede producir un resultado tipico, como ocusre en el boxeo especialmente 0 én cf futbol, en cl que wn golpe dado con el pie calaado de cial procluce frecuentemente raspanes 0 go, a pesar de tener acred Tesiones, lo normal es que el Poder Piblico no intervenga en la bisque da de la posible integracion del delito. Hasta donde lamemoria recuerda nunca en México se ha suscitado la intervencién de las autoridades judi- ciales con motivo de conductas lesivas surgidas durante la préctica de los deportes. Han ocurrido casos de muertes (en boxeo y futbol) y mu chos més de lesiones graves y la autoridad ha permanccido pasiva, La razén juridica de esta pasividad cs la que sc trataré de encontrar. Para ubicar correctamente el problema, se empezar por clasificar los deportes en dos grandes grupos: deportes que se practican con contac- to personal y deportes que se practican sin él. En este segundo caso, si ‘ocurre un acontecimiento lesivo, el mismo se puede estudiar vilidamen: te en el campo de la culpabilidad; por cjemplo, un lanzador de martllo 6 jabalina en una competencia a Iesiona a otro indivi {que se encontraba al aleance del objeto lanzado} indudablemente la con ducta serfa tipica, pero quedarfa fuera de cualquier concepto de culpa- bilidad por ausencia de dolo 0 de culpa. Para eliminar incluso la culpa previsible, considétese que cl lesionado fuera el juez de campo, encarga- do de dar la marca 0 puntuacién del competidor. En estos casos de deporte sin contacto personal, lo imprevisible y por ello inculpable es el acontecimiento lesivo; por ende, se desearta de este apartado, por cons tiie verdaderos casos de excepeién, que se resuelven en orden ala pabilidad. | Lo contrario resulta en los deportes de contacto personalsen éstos, es frecuente la aparicién de acantecimientos lesivos y en algunos casos como el boxeo, la finalidad perseguida es, precisamente, la de dai al con tendiente, Cabe mencionar los casos del beisbol y del futbol. En el dona con iguaesefe 1870 875 de propto eb legtimadres lor derechos que conteren los atfcalor 648, £66, (CAP. 17, EJERCIGIO DE UN DERECHO 233 S€z _ON9BUBANN 30 O1DIOWSra “LL vO “omop Avy 3s ‘soquoumeyfax soy wearasqo 96 ou 1g dun ap sopeiusurep war [3 ‘auodap eped p Se ap vIouEALasqo Key Ig (4 psuo> os ou souiodap so} 9p vonogid vj uo sepronpord seatdny sejanpuos sey ‘ayuoueuLON (2 e Sojuomfissavorsnyou09 se] as19uaxgo uapand “epearfeas sIs91U}s P| 9a. ene ugiutdo % opis ey eioye rsey, owo9 peprouninue ef Ud oi -1ho Y[ uo opEMIs anb Key ‘sand euD|Gox iquund ‘pus 10d ‘4 91q -edno spurope pias ootpsaniue oysoy [9 ‘sozuDUmPFox SOYDEP weAIDSqO 25 ow tg soquoure/801 soy aquoumeroINs9 Opepzen ey Zo‘onptioD fp opten> upn 9p saruaprooe so] ua uafims anb so] v fenBt ‘ovlmioy ose> oxapep 294 un $a opPoaeDe sauo!s9] 0 oIpronwOY ap operfnso1 [> ‘ofl op sean sey easasqo visniodsp [> 1g,, :201p oradsor [y “pepiqedind e| ap od “ure [> uD outs “uasne> soy 3nb svardn seyonpuod se] 9p peprompuninue ty to9 worsepO: U9 ou asrExeN aqap auiodap [2 ue sopesneD omproIuIoY s9u0}89] se] 9p wura|qoad Jp anb wraprsuos some oy>tp ‘ofrequID mg iP peprundum ap esnes vy wa0joo vizanyy ZuguRf ‘aUDMTULY “¢ ;puarasqo uos oBonf Jo wzed sepIoayquase sepsax se] oyuEND uD ‘S22 Soj Uo sepesnea sauotsa se], uadauasz0d odnufl mso eA sopeZt[eay pA pares ey mna9soo Pf UD SEA coc ULE UO ONBOUIKT 9p A ATYD UD waTig 2 ‘sq “osmeayp uepond anb serauondasuo9 sey woo tomse|ar uD ‘opes3z23 surf sod opefoyo oyuatumuasuos 9p 0198 un ud sonpen 28 ‘eporized uoHejuoure[sas ns 9p ouDTuRD0UED Jp o1.a1d ‘Te20K0Id apand o130d9P [p anb sejouona9sue> sey ap woroerdase wy -ewanaodop sefauajots se] UO? uo1oeper ua uarqurey opeoride ey 9s seatdn seiznpuoo seisaq> ap exOpeULE 1 RsMLED owoD opesaraTUT Jap orUBTUMUDSIOD [pp ePouEIado ET “E suad oypa19p [pp ayU9NY ap 1oTeA auaN ‘adins9 | ap ODIs} OTHE jurey ap emisod PI § NoWavolsiisnr “SLuvavaNNO3s vez oa ‘UGL RPC “AL owen “oper gop -21snqosap & resouruoroeonpo ap ompau owod searyiodap seyony o sepuoN ‘uoo se] 9p pepis9zou e] ap ¥sne> w opeuuioy vy 98 onb zeurdo op uNWOD ‘pou: un sa anb ‘oxquanasoo wyptgy “oyoe fe pnatoig zambeno eb 2] “(Aap BL © wueNUOD) w28e7 Dau0? opuats une anb ‘oaqums09 ey op w ouls ‘ounsje zoyes ouan ou ose> 2389 up onb “(ower 0g ommonare Jap eziony ua ou opeuuLizesap pi9s “o}9 “jBnNd Po sn ‘seannzodap sasquimso> sej ap sowustie[iox soy 9p som sodjol op ssopurreay,, :20%p a1ov83eqy “BEIT & s10188ey4 ‘sono anus ‘uoxorype as vimsod euisjur es9 y “o2qqnd 1p od p sod epeidooe oauouseuayd axqummaso9 eun ua optuiastioa ef 28 Fen of se.ouafor sexo opefinse> wey 2s ou aquauiqeuoropen anb 2p oy>ou [> w enuanoua as ugzer mf ‘2950 “niopounsfay 21quenyso9 epeRetoudp 7 ‘sxzodap yop wonayad x up sopesties oxprorwoy n £9u0%83] set 2p PEPE und ou Y[ uesiqn ‘wortry 9sof 4 Supsesy owtoa ‘saxoine sounSTY “Z “eoznposd vonopid ns anb souotsoy & sepouaqou soqqysod se] © oprpusqus azuaumeaneiopen so1rodns og ‘euowinyyezex ef ap 208 [2 A payes vj ap ortayuresofou [2 s2 at10dap PP peprteuy wy anb eiapystios some 1g joe',s9UDEq sO] 2p LOIDNTEA ef wo opo} aqos sourezzeseq sou upiqum) outs (239 ‘saxopey2ods9 so] anu uuspio pp suanueur 96 ‘omnapioado [9 u> soasandust uesqoo 28) 241 se] Asapepuomne se] xod ophrusrad v[fey 28 a1z0dap [2 anb ed ‘opersg fp 0d oppouooes uy un e saiusanptio> sore ap uoHezIfeaL ¥| ofos ou SoU -eilpe‘uotoeaignsnl w ua 4 po ne e[ wo reapunyord soures9 BOIBY ge’ ¥10O Onb 21 9p toa anb asiid9p apand ow ‘Aqfinr jp uo o toqiny [> ua aytduo uuoinb vo rutzad ado8 un ep uamb anbrod ‘9yu9sm Pp souodsp so] ap sized rokeu e} wg, “Sap ensy 9p zaUpUp “T yeaeisap spur seimsod sv sours, “eperdooe ayuataumueun LoINIOS ‘vypoj e] visey “uouDE ou peivIse peptused visa ap souozes se] soquanmosquose 9p 2sep> vIs9 Uy sand soyens soy ap soup ‘89% yur onb opezpeo Pug ‘Hopd ¥ 9p woroUDIa: Y] Ua seNI9 opf09ey zed (sour o seusaid “sozeaq) oLENUOD Bp odrono fs auounstoaid vasnq as ‘spur so ‘1ope8nf ono fo us BNP “e109 10d seprisy anboy> p uo rwooaoad spond sopeiaadso sovedez ap op -ezjeo anb ‘oid un ap oyuatureyueas] wos an}2959 98 oaTureZT|sap Jo anb s9 euou of ‘odmba ns ered vfequoa vundje s9uaqo ap ven uomnb “op 2100 [ap ojUsTurEZT|s9p ap sose> URUDsoId a¢ HUDWIAUMSUOD ‘ord Para nosotros, las conductas tipicas que surgen con motivo de la préctica o ¢jercicio de los deportes deben estudiarse en el campo rel vo ala antijuridicidad, y no en el correspondiente alaculpabilidad. Es previa ubicacién del problema de las violencias deportivas en el ambi que crecmos les es adecuado en la teoria del delito, nos permitiré expre- sar mas claramente nuestro criterio, Diserepamos de la opinion de Jiménez Huerta previamente expues. ta, en el sentido de que las lesiones u homicidio causados en la préctica de los deportes corresponden al caso fortuito cuando se observan k slamentos del deporte de que se trate, ya que la cotriente mas acep: SP icportes, Ia voluntad del sujeta activo esta la realizacién de la conducta que se vueh ido; valga el ejemplo clasico del boxeador qu quiere es daar a su contrincante y a es concebible pensar que en el caso mencionado pueda resultado dafino que sobrevenga como un mero acciden! dolo o de la culpa. Observando plenamente la reg! boxeador trata de hacer dao y frecuentem abe hablar de caso fortuito en estas ean: verarlo en Ia capacidad y técnica deportivas; por ejempl finalidad no es disminuir 0 abo: lir la capacidad combativa, sino lograr con mas habilidad superar al ad. versario, Sin embargo, aun en estos casos, es perfectamente previsible ' frecuentes contactos personales entre los jugadores, pueda sobrevenir algiin dafio para esos p: g0. Lo previsible puede ser imputado a titulo de culpa; luego, tampoco en este tipo de tencias deportivas puede recurrirse al caso fortuito como funda- de Ia impu no trata el caso fortuito en la fraccién X ‘digo Penal, que dice que es circunstancia exchi- idad penal, causar un dario por mero accidente, sin intencién ni imprudencia alguna, ejecutando un hecho licito con todas las precauciones debidas. Es obvio que en muchos casos, como se ha expuesto, el dafo que se causa es absolutamente intencional o cuando Inds preterintencional; no puede concebirse que el boxeador active sin intencién; en otros casos, la previsibilidad del dafio vuelve culposa aparicién. En ambas hipétesis, estamos totalmente fuera del marco del 236 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION ondientes, Iaintencién o la impridencia son manifiestas normalmente Poven verdad, ante la actitud que el Estado adopta respecto dela prictica del beisbo! no esta eglamentada y sin embargo se trata de un deporte ab no estar prohibido; en cambio, un reglamen- almente plena talquier persona tiene el dedicarse al esté 0 no reglamentado, por la aceptacién y fomento que de él realiza el Estado. Pastiendo de la base de licitud de las actividades deportivas, a conti- nuacion se estudiaran las conductas tipicas que surgen durante cllas. En los deportes de contacto personal deben distinguirse dos grupos diferentes: 2) Los reglamentados. b) Los no reglamentados. Respecto de los primeros, cuando ocurre un acontecimiento tipico (lesiones u homicidio) y el autor causal del resultado actud apegado a ls reglamentos aplicables, puede decirse que Io hizo en cjercicio de un derecho consignado en la ley. El concepto de ley antes referido y consagra la fraceién V del articulo 15 del Cédigo Penal incluye t jerarquia de la norma juridica y, consecuentemente, Ia reglamenta ica del deporte de que se trate d de deportes dicho, la finalidad es lesiva por sf misma y no obstante por medio de la reglam ,€l Estado, acepta esa pdsible consecuencia. Al cuestion; por ello, dias. jiento del interesado, por no ser disponibles los En tales casos, resulta irrelevante el consen\ como es el argumento de algunos autor bienes que se desprotegen de la tutela ju (CAP. 17. BIERCICIO DE UNDERECHO 237 ez OH93U30NN 30 O19IDUATS “LI evo operdorde ompaut yp outoa weyuasaid 25 anb 4 soprayoad aiwoumomprs caf sosa1a}ur ueoeye onb svionpuod sey “I2S"] UoA wIeg “preares A 125¢] toa sod vpeyuaysns $9 vjs001 visq “opeisy 2 10d oprsouoas wi vednvo sou onb eurayqoad ja ered peaBoqut 3 vun s9 ou ‘orMe 10d ZaplfeA 9p 200189 OJOS Js Jog “UoFoUBAL=IUL B mwaRDed ered “oI Bf uo opionse ap ‘oyarap auan tomb 9p 10: anb auduiais eropeuinr8o] eoeoys sua apond ope: 109 1 isHo}DEIeD ured epeztea: ugrousa1ay In ap Ugwex wo ZoprTeA op ¥1200189 OWWDTUNIUaSUED Ja ‘ePOEUNUIM s9u0!9 9p sosto sounsye wy ‘Teodio> pepufiozut vf o pnpes e] ayusurcu ye eropepsoa vsne9 owiod eBuat ou eyINpuoD z anb a1duID15 jussuo> 2 zeizdo apond 4s ‘ordouud ue ‘onb 1 seionpuos se11919 130] USN OWOD OPUOIUIUDSIOD [> gIpMs9 98 open ng A oweMy Uy fap ¥ISLA uP “eoIpnf wOUeIIp oed [op ojusrumuasues jo 10d wpeusuio Lap soanalqns « soxto{go soxa}2eze9 so] opuayusy uN ‘Sorfimamb-oo1p9ur uoiouaarstur e] onb $9 OME! orf ***oLsTTETTO [IP [Puorouny worDes9}7e Eun sonpord oyuEND ud ‘TeUOssad tots9f Bf ap SO” Soxoz0e1e9 so] sopor ausT yuBlep ap “oarwsno uy RS 9 Np BOIBBEA ~waLsmUIMb Ug!oUDATIUL 1b s9 anb ‘ayuaraed jap oquotumuasuos op uoZes uo BUITTAD] uy o1ad !eyanpuod ef ap peprordn vy ap vousrstxa vy BULLE ‘o10IBSeyy Jod sono axuo eptuaisos ‘sis9} visy “suayaed Jap oworEMUasNOD TZ "Z sJuOrSTPUOD $eI69 $9 ugiqure ‘oseoesy un any worsuaasonUT | Is “orquie Ua !oxfajoad a6 anb ye 105 opnd ou pnyes vf anb afgepnpuy s9 ‘opeiadso o11x) PP rousnravur e] ezyfeau anb J» opuend ‘aiuoueATI2}q “ept “sop 4 epeunsrope us vorfanumb woe ratp 9p aun anb pep -se0au ¥] ua womper sis9} 2389 mafqo 98 onb ef sod fooUDSD uo! T sxcomi2imamnb omorureen Jep prus uo exadnoaz 0 vaxosoxd 35 wisp aquoureroord A pnyes ey afanord odn yp ‘orsaya ua tsau0|s9] 2P od pp uo peuod epoim ey Jod epmBosiod peprpeuyy vp apidun exonpuo> tates onb [ap ei -epumny 9 ‘oueunres uo8t10 9p 1 38q “peprrdn op vouasny “T -syuoumurons treuorouout 2s epmiias uo onb seussyur ‘saquaistxo sejso9} se] s910212]1P NoIOWOIaLISMe “SLuvavaNno3s gee A seuea ttos anb ours “epeoygun $9 ou o1adsar a189 ® BUINZ0p eT so 9p iud wo ep ~1ouros opuens prerado o[9s oypax9p Jap ox>iou9f9 1g “SoT|> 2p souDUE SO] ‘ua pepissoau ap opeisa [9 ua { sose9 sol ap ersodeMt BI UD oy29x9p UN ap JONpUOD $eIS9 UD ORTfop ap FIOUDISTXIUL apesnes ey + eX 0 dyuDTUIIIUOD) woyBaUMb ajopu} ap ‘oompaur ojwatureyen un ap puta ud treztyeax 2¢ anb sey B soumI9j>1 SON, “seorpyminue uexaprsuoa os ou ‘omequia uss “onb A sauioisay 2p [e8a] ody, Te sepencope aiuourajqetseauy uos anb seyanpuoo ap asej> tun a981%% — o0Bayinb opuapumyou 1 pepypes wun 10d Ueyszofo as anb soypozoq ‘squptpuodso1z09 opmnf pp se7qvar pe xopesantj> reurutz>}9p B04 9p anb ‘uprmex0pen peroadso ¥| 9p ugrouNy Ud 0 ‘o3sta bY 28 OULOD ‘at ¥] 2p ug}ouaw esaxdxa ej rod asuoajosox apand seat 9 ‘ni89] ey “ofp ered ouan anb oysorep [a opunrtaial> aovy of ems" anb P ‘(operuouriax ou & soperusuresfo1 sojs0dap) sosva soquie wq ‘rorne ye sey, -ordas pspod opeyynsos p> ‘24eq [2 eqeundurs anb je swadjo3 ap woruarut [G09 opronpoad ony oyusrurezUE] [> onb vIIpa1de 36 1 stu Js uo ayzodap [ap wfowansasu09 7398 0} A ropeareg e eiojed vy woo vadyo# (19421 ‘aiqedqno spuiape & worpynlinue yids wi 3 av orth jap [eUuLKO uoTseaROW euN ep BENE oUIO9 OULA2Iq0$ ‘owstu 9}10d9p fap wouans ‘59 optuaa21qos ope) 894 JP 1S ayUouTeIoadso TesOpIs i eIDNpuoD wpeUNDISp ou suodap B59 oD WI “pares jonpuoa sep sepor aseq sppuaiaid ordozdun so anb v4 ‘sose> soy sopot ered v1 qe owio asreuio} aqop ou a2uapazazd uoDeULL Ey 2g ‘soatsyy 108% P ‘tysy 9p zou 109 & 428K] oR 204p of OUOD “onb v OpIgap ofp o1>d 4 spand saxzodap ap asey> epunias visa ua . 2p eIonpuoD FI 9p 24 “UDySos ap ound sopeiuaureyiox ou soviodap ap vo somuaqunpayuose ap asopurpresy, para la conservacién de un fin reconocido por el Estado deben conside- arse como actos legales y, como el Estado tiene interés en la conserva. cién de Ia salud, cuando la condueta vaya hacia ese fin no podré haber dclito."* Esta teorfa, aceptable en su contenido amplio, no es plena- mente satisfactoria ya que, al decir de Grispigni, “no ofrece un « ‘concreto y preciso para resolver las cucstiones dudosas en cada caso”. En efecto, en algunos casos de intervenciones quirirgieas, no existe en stricta realidad un fin reconocido por el Estado, como son las hechas por razones estéticas y, sin embargo, la conducta tipica no es punible. . Rail F. Cirdenas, después de ana teoria que resuelva todos ico criterio a seguir, para resolver s intervenciones curativ (que se funda en la causa supralegal de justiticacion’ Para obtener esta causa, se debe llegar hasta el anilisis de la norma de cultura, a la forma de Mayer y determinar que ella no ha sido violada ¥ que consideraba justificado el acto que se realiz6, en cuyo caso la con- Gucta tipica quedaré amparada por la causa supralegal insita en la nor made cultura, Esta afirmacion del distinguido autor citado es cierta en cuanto se refiere a Ja causa supralegal; sin embargo, en el camino que hay que re correr hasta Hegar a la norma de cultura, puede encontrar la solucion genérica que se busca, sin necesidad de llegar hasta esa causa supralegal, que, al ser plenamente valida, debe ser el iltimo refugio del jurista. 5. El principio de valuacién de los bienes. Mezger dice: “El prin. cipio de la valuacién de los bienes es determinante en el juicio juridico 1c ha de recaer en los casos de tratamiento curativo, Soio en virtud de hallar una solucién satisfactoria este problema tan discutido y Este principio se enuncia en el sentido de decir que no son antijuridicas las conductas tipicas que lesionan o ponen en peligro un bien juridico si émicamente por medio de esa conducta puede salvarse idico de més valor. Como es obvio y resulta incluso de la forma de ‘enunciar el concepto (tratamiento curativo), en estos casos desempefia un papel importante la valuacion de los bienes, siguiendo los dos valores: salud que debe preservarse y dafio abjetivo que resulta de Ia intervencién para efectos curativos. En estas condiciones, definitiva ‘mente se impone en la valoracién juridica el bien que trata de salvarse, © sea, la salud de quien sufriré la intervencién. icin del ectefo de Franz von Lit en las pins 850 y $51 del "to Pena, 28 ed, Editorial Reus 8. A ar, 1925 ta que eaia Jnénez de Asia de a obra de Gripigny, en Is psina 662 el tome TV {el Trateda de derecho penal 217 Devecho penal mexicano, parte especil, tomo I, pg. 182, Eitoral Jus S. Ay Mex en, 1962 318 Tratedo, tome t, 8.449. 240 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACION ‘Acorde con esta idea de Mezger se expresa Jiménez de Asta, al afir mar: ‘“Tiene razén Mezger cuando dice que s6lo'en virtud de ese principio (de valuacion de bienes o intereses) puede hallar una solucién satisfac- toria este problema”.°! Jiménez de Asia ubica la cuesti6n y precisa que la finalidad perseguida en la intervencién quirirgica es determinan. te para el estudio del tema; en efecto cuando lo que se busca con esa actividad es “‘curar”, independientemente que se consiga o no, la inter- vencién quirdgica realizada con “el fin de curar” es legitima en razén el principio de la valuacién de los bienes o intereses, sin descontar la influencia que también tiene el consentimiento| en estos mismos casos. Conformes nosotros con estas ideas, debemos agregar que tratindo- se del Derecho positivo mexicano, el problema debe enfocarse partiendo I supuesto de que la finalidad perseguida mediante la intervencién qui- riirgica no es maligna; asi, todo aquello que se realice con una finalidad benigna, como serfa para efectos curativos, o simplemente estéticos, se consideraré benigno, por no ser maligno; en cambio, como ejemplifican algunos autores, una mutilacién quirdrgica para cobrar un seguro, o una intervencién de cirugia plistica para ocultar a un delincuente, serin obviamente malignas, independientemente de quién sea el que realice la intervencién y de que actia con el consentimiento del intervenido. Expuesto lo anterior, se pueden considerar las intervenciones qui- ritrgicas bajo los aspectos siguientes: 4a) Realizadas por prafesionistas médicos. 6) Realizadas por personas que no son profesionistas médicos, en condiciones especiales. | A. En el primero de los catos, la conducta|ipica se vuelve juridica en raz6n del ejercicio del derecho del profesionista médico, complemen- tado por el consentimiento (real o presunto) del paciente, por operar en favor del autor de la conducta la preponderancia del interés, calificado de benigno, perseguido mediante la intervencién, Partiendo de la fundamentacién constitucional que da el articulo 4° (libertad para el ejercicio de la profesién), pasando por las leyes regla- ‘mentarias (Ley de Profesiones) y legando hasta los reglamentos corres. pondientes (Reglamento de a Direcci6n General de Profesiones) se vuelve claro el derecho de toda persona a dedicarse a Ja profesion médica, que ¢s Icita en principio, mediante la satisfaccién de todos los requisites re- amentarios de estudios, eapacitacién y obtencién del titulo correspon- lente. Conseguido el titulo médico, se tiene el derecho al ejercicio profesional y, consecuentemente, ala préctica de las funciones inheren- tes, entre las cuales estan las intervenciones quirtrgicas; basta recordar 519 Tratado, tomo IV, pgs. 668-664, (CAP.17. EJERCICIODEUNDERECHO 241 eve p ¥{ ‘searjgnd sopepazaos o yoerodioo sepeurunaiap uo anb 9p pepIssoau wy aa0tiogay 43] FY —————— ounuydiosip ooauocr roads x07ea um ap epanbsyq ef ua ‘seaqdyy seionpuod seo! eu 21 0 vaynsnf ssuoreroqes sapepadso sey aquexpous optrena A9p eidoad ep aod rap s9 wrouwsopuodard wisq “word! 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Tampoca puede conducta tipica por afectar el honor de al- al ir esa facultad de imposicién de la medida disciplinaria.™ Es dudable que en aun bien jurfdiea- mente tutelado, el primer ejemplo y honor en el segundo; sin embargo, aquellas conductas que son la causa de la despro- teccién no pueden considerarse antijuridicas en razén de que quienes Jas ejecutaron tenian el derecho, consignado en la ley, para actuar en esa forma. Ello vuelve a esa clase de actos Derecho, en virtud de que se estima preponderante el interés en la con servacion de la disc cio del derech estamos ante conductas tipicas conforme a Dere- cho y ante causas de inexistencia de delito, Derecho de correccién o ius corrigendi ———ee ee fculo 423 del Cédigo Civil dice que: nen la facultad de corregir a su los que ejercen la patria ademds, se establece potestad Tratao, tomo 1V, pig, 580 stor clemplos los proporciona Timénex Huerta en las pAginas 235 y 236 de Le ent 244 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION la posibilidad de que las autoridades auxilien a esas personas (las que cjercen Ia patria potestad), mediante el uso de amonestaciones y correc- clones que presten apoyo a la autoridad paterna. Igual derecho correc vo establece la ley en favor de los tutores, segtin se advierte enelartfculo 577 que dice El tutor tiene, respecto del menor, las mismas facultades que a los ascen lentes concede el rtieulo 423. Es indudable que los preceptos antes mencionados, todos ellos del iil, confieren en favor de quienes se encuentran dentro de sus yo ejercicio resulta de la funcién que a dichas sonas compete La meta final adecuacién de los menores, y, por razones sohradamente rec por dl expresamente a quienes ejercen Ia patria potestad y a que realicen esa funcién educativa, justficando, incluso, . Pero al mismo tiempo se porque ha de ser realizado mesuradamente. fica que lo que no implique el ¢ ferida quedara antes de las terpretaba en relacién directa con el entonces vigente articulo 294 del Cédigo Penal, que dec: parte primera del ar abusare de su derecho, corrigiendo con 1 De la telacién que entonces e: civil y la penal se obtensan las conclusiones sigu 1. Ambos sistemas reconoe: ccién en favor de quienes eerc inalidad educativa en Ia que el Estado ticne io del derecho de correcci6 derecho de correccién no ino que debia realizarse con mesura/e 3. El ejercicio rari ser absoluto y erpretarse con una (CAP. 17. EJERCICIODEUNDERECHO 245 eve otbauaa Nn 39 O19IQuarS “ZI avo. anb oyperap [9 opuerrarals aiuauepeoynsnl oafne jo remoe sod ont19p 3p wouaisix=ur uesonosd anb sesnea sel ap ompn}so [> ammfou00 wieg cn i Osogy t3a OnD aad TAC OTOWALS Va NI SALINTT “Leg ojnopue Pwo avextde owtos jer oseo jap uoravaign reniop vy ependapeut so ‘ansisuE 296 ‘onb o[ 10d ‘pepiordere vim "od 9 uoduo op enb es apuop 2p ‘auio9 ous 1opusjo apusnoad vounu ugIDo01109 ¥] v OYaIEp [> EI_DI91> uuomnb 4 ‘sepusyo 9p wolousjur uos uezaqur as anb aiombor 2s 591 leas sojduus serousjors sey 0 sadjo® soy anb exed anb -nolgns soruswap ap vypej 40d pepe snf Eun ap wien 3s OW. zonpuos ‘ugnsono vf opuo} v ezyfeue 9s 18 su ug ween ot hse] A eo{do8 For uoe on Bp oun ojesapd tg ea os ab A ugg cases [enbe tos oj aiuotnarun exoye A ugooouos sp ysoop 199 opsprafo us uegesnto oF anb son3y sauoma sO feraigns unroorb sbhue anb Wd ‘ogpaing # outiojuos wade eyameuon ef sod vou Cates 09 % 2p opeid > amutup ary ony 2 nb | pepteor anata wy “oul P59 0] opzioad (PP 2p odn ouspa uooueD 9p orp Dtgaenl ap ate opeatano ey as eae -rorgqund uor ost uproaus02 =p oypexep [ap oroialo ua soysory sapduas rerouapon ee & sepep saciod tery 204p anb ‘56 omnogum [op 01x21 Pp tioye sowausy soigeaqde souorsodsip seaanu se Uo "010939 "ty OUD [> wavd seagreusioy & seanieonpe souozes sod “uoroo0n109 ef ¥ oYparap [ap obrfoiaf fo [ever eu -30} uo asreurums ‘esre9 eyo xod ‘opand ou ‘oS requis sopHiautos uos 2yuouruono933 amb pe oon nb pe -08 rwofgoxd jo uo epeiueurepuny piso ‘soio1m “Soxporsn “eped Jod Sepuajut souotsy sey ep 491 euod Moy vj onb oruotumeyess ona fe Nolovolulisnr “siuva vaNnoss gb ‘ugra9a1109 ap oyparap Jap orDHa19F9 ua sepeztfear seaidn, seionpuoo se] ap Biopeutroyuo3 esne2 ¥| gxtssdo pews Ao[ yy anb orsnfur of ap ropeyumap oor [op onuap 7159 93 op -treno 0198 ‘209]quI89 Aay eydord vj anb souorse3tuU sey 9p WOES Ud ‘0199}9 ug “pris 98 onb ezopeumm8o] ese vj aod operedue sepanb ipod vounU vaNDILI09 UOTDUTY L{ US suBp as anb oYarp [Bp osneh 2] ¥| uD opeusis 9s 0 ‘GT Of 281109 ap oyD212p [ap oxoI9h id eperedae vy “ROHL PPP A UgPIey ©B1P99 PPP F9g O|MIFUL [pp | Uo!DoeIJ v] UD oprEDuO odty [e TIONp! 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La vida en socie dad provoca la necesidad de delimitar las facultades de libre comport miento, lo cual se realiza normativamente y previa la valoracién de los intereses protegidos porel Estado. Cuando la valoracion hecha jerarquiza cen tal forma esos intereses que permi guarda del otro, la conducta gue se realice no podré ser antijuridic: pero en aquellos casos en los qu mites valorados tard yo por ello, el individu caerd dentro de Ia an jerecho para actuar lo confiere o reconoce la norm fanciin de In que es la propi do derecho de correccién antes estudiad fire el derecho y al io mesurado un caso de extralimitacién 0 abuso del derecho, las conductas tipicas deberdn considerarse también an a que sera antijuril el juicio correspon por inoperancia de la preponderancia de lo culturalmente el derecho conferido. 248 SEGUNDA PARTE. JUSTIFICACION Del principio expuesto se puede obtener la forma para determinar el abuso del derechos en efecto, al ser la anti idad el resultado de: rativo a cargo del juzgador acerca de la exi entre el hecho y Ia norma, con referencia a una conduct: dudable que para llegar a esa declaraci ampararse en el ejercicio del derecho, analizar, con vista al caso concreto, cen ejerci para los intereses que le som propio, sino con ta Bnalidad de perjudicar jereses de un tercero. Si como se ha expuesto, la razon gencradora de la justificacion de Jas conductas tfpicas realizadas en ¢jercicio del derecho se encuentra na la preponderancia de los intereses, la solucién al pr tos emulativos debe encontrarse cn la propia norma de cultura, 0 sea, en intereses superiores de opi sistema normative interés social. Al atic Cuando litres peregldo pore acorde con Ja valoracién cultural, no podré pensarse en condu timas por haberse realizado en ¢jercicio del derecho que se tiene para widico el abuso del derecho. Ambos preceptos vas las conductas que se realizan por el propi exto de ejercitar un derecho, lesiona un derecho gundo. puede mencionarse que la ilicitud del abuso del derecho cstudia expresamente el artfculo 840 del Cédigo Civil el cu Derecho pena, parte pen ig. 895 y siguientes del ‘daDevecho pent, Eaitorai Temi, Boyots, 1958 CAP. 17, EJERCICIODEUNDERECHO 249 192 “(copeBznf) peprxpuntique oy e oasopes oxen yop sejman fo eztyeo2 e| UO!D su1ofPA BT “oDtpHant s2io1ut fe UoDexETEA PL Ud spuodsazz09 anb proodss epi wun ap ‘sond “eyynsax eppuexapuodaad ef ap ots21L9 [4 “BUN 89] 412s ‘ouesopuodssd ssiniuy fap ofdioutad ce ovary “osteo 9 96 onb ~epoaye xy anb oy sod ‘ean>xt09 Ugioemis uo ‘exo sod wpa vy & aured ‘eun 10d fenxas peprmgas vy 0 z9u0y fp ‘ojdursfo sod ‘owuesopuodasd tur 10) uo opezinbresof exsanut 36 ayuorede 2ofea souaus ap waIq uM ‘sose9 sono wo feno ej zearseoud ered eum ap oroytions pp aapansox A2p ef “(est0 ‘woo oyoyjuoo ue eueuiny wpa eun “oduialo xod) sopea fens 9p souatq ap soio14juo9 aru ‘sose> son uD anb wk “saus4G soy ap sopeprEnD sel Pe upiouare uo ous ‘squsureaneinUEnD ‘ouDIp vy 38 BA owIOD ‘suITIGO as ‘ou erouezapuodaid ef 9p ouss9us yg “peprqeo zoxiogur ap uatq [> axqos 1) s9 aqpp eroueepuodard soAvu: 9p uorq [9 anb vurwursiap 28 Teno e| sod ‘sopedait pp waurjuoo A oy vf ezxqeax ab persadso womsezopea Eun vanous ~ sop anus orsnpuos ap worsens aR oid “Sooep Lin! soUaLG Los soquTE fono aiqos eoueiapuodaid suas) oun anb opwvsiosad ‘sosozo1ur soy Ise ez nbiesal euxiow vp aig O10 e UorseI20Fe o ouWp fp xeuAD exed ‘ct 139] ‘eaueat 9p opeizaye 198 apond opiiooid aiususesipranl warq an “SoseD sopeuruiintsp uq Ao] etdosd e ezyfeax anb ‘sopeyaima sou9t9 so] ap WOLD -eambsesaf eum 9p vaqngai‘oysondxa By 9s owo9 ‘on sos2s934H $0] 2p eDUEL -2puiodaxd vy 2p otdioutd jo uo enuanoua as wsopeagisn! viou3s9 &] “eammno ap euuiou 2} ered eaysuajo sa ou epeste> wots9y ey onb 9 40d ‘oprayu09 awuatupepads> oypa.ap un vyoxofo emo womb optrens opejaima atuaureoaprant woeq un epesne> wots ey PUM!SO] 59 amb 3129p 2p optias [2 uo visunus 9§ ‘peproipLiniisue ap vioussne sod oxyop uodm “1su09 ou anb seotdn Seronpuco ap asypp wi89 9p xo1001 ordioutnd NOIOVOISISVTD A NOIONGOULNI SOpuajucs aluawjeladse soygeleq “eluelepuodaid saequl jap o:diouud {2 Opuaipuaye ‘seaidi sejanpuog sey ap OYgalep |e sesopewuojuod sesneq 8l ih Nolovatslisnr “siuvavaNnoas ose “pepwumtio] vinjosqe A vusjd wos osieyraf> apond oysorop jp onb lus sonruyy soy eusuuiorep ‘emo ap vunoU ¥] ap A euIsTuE Is 9p ‘oIpaur 4od ‘wisp anb v4 *Aal v] ua opeuBisuos oysaiop Jap o1staiale Ja sod sere ‘yhsnf uepuaraad seordn opuais anb seyonpuoo sejnbe seorpsaninu us JaRsBau0D oypax9p pp osnge Opor ‘sisaIUIs UY "TID ofPOD [9p 068 OL Aue [9 exo MMe ob je3a] UOKErTUN] L| v apuadssii09 oidasa4d 938%} ‘4 ‘ouriardoxd PepHn wis ‘ouoie1 un e sopsafied sesne anb opeysot oslo 9p of [2 ns anb eiouets ap pepardosd ap aysscep fo metaite PM 9 ON en atencién a los principios que le proporciona la norma positiva y la cultural. En estos casos, la ausencia de ofensa res conducta, no obstante afectar un bien juridicamente protegido, no es ofensiva para la norma de cultura. El bien juridico llega a tener esta ca: lidad juridica por medio de Ia valoracion que se inicia en la norma cul tural y, cuando en la esencia de la norma de cultura aparece autorizada la lesion al bien, en realidad no se esta afectando u ofendiendo a la pro- del hecho de que la El Derecho penal y, en consecuencia, la ley penal son realistas por naturaleza y no desconocen que ¢l ideal de paz entre los sometidos al imperio de la ley no pasa de set un valor idealmente buscado. La verdad que puedan presentarse, cuando le es imposible a ella misma proteger contemporaneamente todos reses y bienes que se encuentran enconilicto, Elmodo de resolver esta situacién conilictiva se obtiene si se sigue el principio de la preponderancia de los intereses, por el que re- sultan legitimas aquellas conductas realizadas en ejercicio de un derecho especialmente conferido. Para comprender mejor nuestra posicién, es necesario aclarar, profun- dizando, el concepto de derecho especialmente conferido, que es la carac- teristica comin de las causas de ausencia de a ficidad que ahora nos ‘ocupan. Por este concepto se entiende el de un derecho comin para todos los hombres en su aspecto abstracto y que se actualiza, con- virtigndose en derecho especial, sélo respecto de aquellos sujetos que en ‘un momento determinado se encuentran bajo la reuni6n de todos los re- 8 de naturaleza objetiva que la ley expresamente ha sefialado con anticipacién. El derecho que se tiene para actuar se obtiene de un cipio abstracto de validez. universal (por ejemplo, la defensa le; reconocido normatvamente y aceptado culturalmen del ejercicio del derecho motivara la Ic telado que, al manifestarse en una por faltar la ofensa a jo de la preponde: ura, derivado esto de rancia de los intereses."” 227 sta frma de plantcamiento se formula sigsiendo dos tess con elemento diferentes «qc hemos tatado de conjuntar; Meager hala de aguellae accones que 20m talizadas en viru s pre, Jiménez ala auencia o inexstencla de ofensa als noma cla en estas mamas exe 252 SEGUNDA PARTE, JUSTIFICACION En nuestra opinidn, las causas de licitud mencionadas son formas especificas del ejercicio del derecho consignado e: misma reconoce su impi 1d de proteger, siempre cireuns tancia, los bienes juridicos que se encuentran tutelados por ella. De ese reconocimiento expreso resulta el conferimiento a todos los individuos de la facultad de realizar conductas que se guian por una motivacion proteccionista hacia los mismos intereses ju dos y que, en un momento determinado, pueden encontrarse, dé » desprote- gidos por la ley. Se afirma que es una desproteccién de hecho, por la imposibilidad fisica de evitar el dafo, ya que de dere: subsiste desde que la ley autoriza el ejercicio de las med para la preservacién, La razén de la especialidad del derecho se debe a que, al crear tun principio abs en aquellos caso facerse todos los requisitos que se haya rma; 0. sea, el principio del derecho existe en forma ab actualizaci6n del ejercicio del derecho se justifica bajo las con previamente establecidas. Las casas que provocan ausencia de antijuridicidad en razén de corresponder a conductas tipicas que se realizan en ejercicio de derechos especiales y que no causan ofensa, se pueden estudiar en tres grupos: Enseguida se estudiarin separadamente estos grupos. Conductas tipicas realizadas en defensa legitima El derecho para actuar en defensa legitima lo consagra expresamen- te la ley en la fraccién IIT del articulo 15 det Cédigo Penal, ice que es causa que excluye la responsabilidad penal obrar el acusado en defensa de su persona, de su honor o de sus bienes, o de la persona, hi 0 bienes de otro, en las condiciones y bajo los supuestos que la mi ley sefiala, Planteada asi la situacién, puede afirmarse que la defensa legitima convierte en legitimo el dafio que se cause a un bien juridicamente tu: (CAP, 18. OERECHOS ESPECIALMENTE CONFERIDODS 253.

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