Un antropdlogo en Marte.
Siete relatos paraddjicos!
Olver Sacks
Un antropstogo en Marte, Siete relatos pas
rudéjicox del “ncuroantrapslogo” Oliver
Sacks, aparenta ser un libro un tanto ajeno-
al desempefio de muchos antiopélagos, No
lo es fale hecho, Ia misma cditorial estd por
publicar “La isla de los ciegos al color”, don
de Sacks actéa mejor su papel de
neuroMNtropaloue). Tampoco es, por cierto,
tuna obra. que persiga dar con una nueva teo-
ria del arte. tal como ha sugeride un erftive
cespafiol, aunque sea verdad que tres de sus
sieie relatos estén protagonizados por afec-
tados con admirables dotes artisticas (umn
Ue resultat por demas interesantes sus
disquisiciones sobre los idiots saveats)
Pero como Sacks mismo dice, cl alsibuir el
arte a uni afeccidin neural o espirityal.es toca
tna industria que no Je interesa alimentar
para estar ala moda, “E] arte es suftur", be
dice u Sacks um pintor ccm ef obsesiva te-
cnerda del pueblo de su inlaneia, un trastor-
no creativo conocido como Sindrome de
Bastoicuski, si bien Dastoievski no es la
‘inics eminencia actistica que lo ha experi-
mentado. Baste entonces concluir, para quien dlesec hacer tll lectura estética, que desde
que André Bruton publicd en 1924 su Menifeste du serréatisme, la relvindicacisn Ue la
creaci6n artistica libre de la imervencidn del yo, el team es wn asunto bastante manido,
sobre todo ahora que se discute la autcnticidad del arte cibernético, Asf las cosas, to que
aud me jnteresa resallur eg e4mo im neurdlogo se ha aproximado a la anteopologin eun
* Dltver Sacks, Un anrmpdlogo en dante. Siete relatos poreniijicoy, Barcwlone. Angin. 1997 /Culeeetén
unonentons) *eliciin env ingle (N95
Luis Maprinyd, “Tins peneras y ol oetor Sacks", an Ratefe, suplements us AI Pais, 8 ale novice de
WAT, 2a,210 ESTUDIOS BEL HOMBRE
fines comprensivos hacia sus pacientes, Valdria lap
de de
La primera vex que supe del libro de Sacks, gracias al eficax buscudor hibliogrifica
de Amazon Books, cref que su titulo estaba inspiradio en una frase irénica escrita por Karl
Popper en 19612 4 propdsito de su erftica de Ja objetividad conductista, esto es, la inuy
exiendida creencia de que la consecucién de objetividad en la ciencia ex asunto de un
comportamiento desapasionado y des-persenalizado.’ Refiere ahi una anécdota personal
que Ucherfan conocer y discutir todos fos antropéloges. Ein una reunién polémica a la que
habia side inivitado, cierto antropélogo social ~al que por despraciu nunca identifies, 6
mantuyo distante e impasible, observundo el eomporiamiento verbal de los oponentes, sin
participar en la acaloraela discusin sostenida, Dice Popper de él y otros como él:
ni, comm minimo, devalverleel gest
rencia,
El antropélogo neo es, frente a lo que a menudo sc piensa, un observador desde
Maric, rol social que con frecuencia intenta desempefiar (y no sin satisfaccién);
tampaco hay ningtin motivo para suponer um habitante de Marte nos yuri mis
“objetivamente” de lo que, por ejemplo, nex vernos noxotras mismos (yp..97-98).
Eistd de sobta decir que Ia objetividad popperiana es el resultado soci de la critica
recfproca, la critica racional, un método de biisqueda y eliminacién de errores al servicio
dle la verukud y Ta razdn. Rin su ironfa del “antropéiogo venido de Marie” reside una eritiva
de la objetividad antropolégica sustentada en un métody seudocivalifien de la observacién
desprendida, objetivada, como si estuviera hecha “descle fuera”, De mado que lo que po
dlria pasar on la disciplina como un progreso de la racionalidad cientifica, es mis
triunfo pfrtico: “un triunfo mils de este tipo, y estamos perdidox; cx decir, lo:
pologia y la soviologin” (p. 97)
Fs graciosn que en Sacks el titulo de su libro esté inspirado en las palabras que Ie
comunics una autista adulta, zodloga y académica de la Universidad de Colorado, quien a
diario debe de aprender los mods sociales y las sutilezas de comportamiento de las perso-
ras que la roean, “Casi siempre, dijo, me siento como un antropélogo en Marte" (p.318).
La pequefia diferencia en el uso de las preposiciones “de Marie” y “en Marte” son harto
significativas y de mayores consvcuenciss onlolégicas y epistemoldgicas. En el mismo
relate cliniea-paradéjieo, es decir, una narracién de Jo real, no una ficeién ¢reada por el
autor* Sacks reflexiona sobre la nueva sensacién de empalia que proy:
pacientes:
° Kail Popper, “Le igi de las siencias soviales", on En Busca de un mea mecjoe. Barcelona, Feliciones
Padé, (995, pp. 91-111
“ Notese de paso auc las posturas aubjetivistas en hoza se hasan en el lm lass moneshs objivesta
Cridaula- esti es, en In kbosinotacia y el