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; Bs COMECHINGONIA N° 8 - 1995 Cada afio, cuando iniciamos nuestras clases de Arqueologia — Prehistorica’ en Ja Universidad Nacional de Cuyo, hacemos un — esfuerzo mayor por explicar a los alumnos de la carrera de Histo: de la Facultad de Filosofia y Letras qué es la Arqueologia, su] en el campo de las Ciencias Antropoldgicas, sus telaciones c« Historia y terminanos por adentramos en ‘un complicado ¢ cronoldgico, Telativo y absoluto, para explicitar el segmentot y el objeto de estudio de la Prehistoria, relativa y absol Parahistoria y de la Protohistoria. * CONICET (CRICYT) -Fac. de Fil. y Letras Univ Nac. de Cuyo — () Trabajo presentado al World Archaslozical Congress-3 (NewD F 1994) Claro esté que ejercitamos una determinada complementacién de posiciones tedricas y que la historia de la disciplina es aqui Paincipalmente la de su desarrollo europeo occidental, siguiendo algunas escuelas particulares. Toda esta estructura puede rebatirse sin duda y, lo que es peor, no estamos muy seguros que los alumnos hayan percibido tanta distincidn y, ya con cierta preocupacién, pensamos que en su futura actividad como profesores del nivel medio de ensefianza recurrirdn ai mds simple concepto de la Arqueologia como disciplina auxiliar de la Historia. Nosotros mismos nos sentimos extrafios cuando familiarizados con los estudios prehistéricos nos ocupamos de algun perfodo de la historia americana, como el incaico andino, y debemos Tecurmir, aunque sea en busca de hipéresis generadoras, como gusta decir un reputado colega del tema, a las fuentes escritas, documentos tratados e interpretados por la Etnohistoria (Antropologfa histérica) o la Protohistoria, segtin los autores. (Qué es esto que hacemos ahora?: ;Arqueologia protohistérica?, iArqueologia etnohistérica?, gArqueologia histérica? {Qué deberfa primar para esta caracterizacién?: iLos objetos que estudiamos, restos materiales de la cultura, datos en asociacion y contexto, evidencias socio-culturales pretéritas?, cel lapso considerado?, cla existencia de fuentes escritas?, ila posicin tedrica?; gla metodologfa y las técnicas?. Si pudiéramos precisar las fechas de los objetos: gserfan prehist6ricos los anteriores a 1525/27 AD.., es decir a los viajes y noticias espafiolas respecto del imperio inca, y prorohistéricos 7 emohist6ricos), hist6ricos, los posteriores?, o glo serfan después de 1532/33 AD., cuando los hechos de Cajamarca?, 0 atin mds adelante en el noroeste argentino y en el norte y centro de Chile actuales -1535/ 6 36 AD., viaje de Almagro; 1541 AD. fundacién de Santiago de Chile- 7, 0 jtodavia més tarde en Cuyo -San Juan y Mendoza, limite austral oriental del Tahuantinsuyo- que soporté la primera gran ingresién hispdnica en 1551 AD. y fundaciones de ciudades en 1561/62. jUnas culturas son prehistéricas y otras historicas segtin el descubrimiento y conocimiento de la escritura?, atin protohistéricas, siel vecino se digna escribir sobre ellas? ZY qué de los otros registros sociales de la historia? ;No es una Optica limitada, aunque ciensifica, segmentar el complejo decurso humano por uno de los artificios a disposicién y que nosotros reconocemos como tal? gLos aborigenes americanos son pueblos sin hisroria hasta el arrivo de la escritura hispdnica, portuguesa, inglesa? {O la tienen sdlo porque nosotros la reconocemos como tal?. Consideremos que en la base de nvestras definiciones, en particular en las delimitaciones del objeto de estudio, subyacen a su vez posiciones tedricas cuya carga conlleva contradicciones, particularmente en nuestras adjetivaciones de la orientacién metodoldgica Arqueoldgica. Existe una Arqueologia urbana, por lo tanto ghay una rural?, entonces ghabré una tercera de las tierras virgenes?, y sigamos... hay una Arqueologia industrial, probemos con una artesanal u otra folk... LaArqueologia urbana es gprehistorica, protohistdrica, histérica 0 todo a la vez?. La Arqueologia histérica, gdebe ignorar, no considerar, desechar, las posibilidades del registro prehistérico en los sitios que estudia?. {Qué es la Arqueologia sin adjetivos? U Deacuerdo con el camino que transitamos, en el préximo tramo, del Renacimiento, se acentiia la DUsqueda de las antigiiedades por su valor artistico, estético, y prima la erudicin, segtin una postura racionalista en torno de una parte del pasado. Los estudios se concentran en la Antigiiedad Cldsica, con los ejemplos tradicionales de lacivilizacidn griega y romana, surgiendo con fuerza e] humanismo, siguiéndose modelos persistentes hasta la actualidad. Esta orientacién, queademés de las nombradas se ocupa de otras culturas del 4rea de influencia del Mediterréneo, sigue hoy en la Arqueologia Clasica, segtin el campo de las Humanidades, y mantiene mucho de su conceptualizacion estética, en una clara relacidn con las denominadas Bellas Artes. Como bien se ha sefialado, ya en los origenes se presentan divergencias de los estudios arqueoldgicos, pues la Arqueologia clasica renacentista tendrd por contrapartida otra, americana, antropoldgica desde siempre. Esta estd presente en la obra de los cronistas de Indias -por llamarles de una forma corriente-, y muy pronto en otras y mds completas descripciones especificas, incluso excavaciones y explicaciones del pasado por ellas, aunque ala vez se haya generado el interés sobre y para el flujo de Jos objetos indfgenas con destino a Europa, segiin un coleccionismo preocupado por lo exstico. Elcoleccionismo delos bienes culturzles, antigiiedades, bellos y exéticos, sigue hoy con particular fuerza y perjuicio en la América de habla hispana y lusitana, donde compite con la Arqueologfa y conduce al vaciamiento de una parte del patrimonio cultural nacional. Otro interés por el patrimonio cultural arqueoldgico es el del Anticuarismo, con particular desarrollo en el siglo XVIII y en el occidente europeo. Con toda probabilidad no estaremos de acuerdo en forma absoluta sobre el particular. Sin embargo, en la actualidad parece que coincidimos en que es una disciplina cientifica, que Pretendemos, segtin una orientacion positivista, que se encuadre en relacion con las cemés ciencias, sociales en particular, aunque reconociendo sus caracterfsticas especiales, y que hace su campo de estudio de los restos Materiales, naturales y artificiales, sostén o producto de las acciones humanas, indicios pretéritos, socio-culturales en sentido amplio. De otro modo dicho, se considera la Arqueologfa como ciencia y suestudio el de los vestigios materiales pretéritos, trasel conocimiento 0 la reconstruccién de los modos de vida o la vida en el pasado, y se dice que se hace en funcién de la interpretacién historica ylo antropologica. Se trata entonces del estudio de los materiales, restos de la actividad de organizaciones socio-cuiturales de pueblos pre e histéricos. El propio derrotero de la Arqueologfa, la Historia de la Arqueologia, permite reconocer los elementos que hacen complejo su campo y accidn de estudios, que todavia merecen discusién como en el presente subtema, ‘‘Exploring Epistemological Problems: Questions of definition of the Subject’, del tema académico'N° 11 “Changing Perspectives in Historical Archaeology”’ del World Archaeological Congress - 3 (New Delhi, december, 1 994), Segitin nuestra perspectiva occidental la Arqueologia ya se encuentra en su estado embrionario en la preocupacién de las civilizaciones del Proximo Oriente y de griegos y romanos por sus propias antigiiedades y lo mismo puede decirse de las etapas histdricas siguientes: con toda probabilidad fuera este un fendmeno Taundial y de todos los tiempos. Aunque sus propios protagonistas no lo hayan podido relatar en los términos literarios que nuestra perspectiva Teconoce, también existen evidencias de interés por el pasado material y de prcticas de coleccionismo en muchos sitios de pueblos. agrafos extinguidos, develadas por el arquedlogo actual. Segtin los autores, esta modalidad tiene por base el nacionalismo en auge y la necesidad de perforar la barrera del mundo romano, ahondando en las profundidades histéricas previas aesta colonizacién. Este salto coloca otros pueblos y culturasen laéptica arqueolégica salvando paulatinamente la brecha con lo prehistérico, enriqueciéndose a la vez el clasicismo-esteticismo que nutria la Arqueologia de este signo, abriéndose camino los estudios arqueoldgicos de perfodos mds préximos como los de la Edad Media y de las expresiones del gético. Es la época donde excavaciones como las de Herculano y Pompeya permiten redimensionar la Arqueologia cldsica, segtin la escala urbana y de la cotidianeidad vital. Esla épocaasimismo donde, tanto en América comoen Europa, se abre paso la consideracion de la estratigrafia en los estudios arqueoldgicos. El camino estaba suficientemente despejado para que, sobre las contradicciones ideoldgicas y ya en el siglo XIX se elevaran las contrastaciones metodolégicas y la Prehistoria ocupara su lugar, zen la Historia?. A partir de entonces las cosas ya no serén lo mismo. Como sabemos, los estudios prehistoricos cientificos son posibles porlaconfluencia de métodose intereses, donde Arqueologia, Geologia y Paleontologia, entre otros, coadyuvardn adevelar una etapa, modos de vida y ambientes de la humanidad en determinados lugares del planeta, segtin una perspectiva que estd en la base de la multi e interdisciplina. Con la Prehistoria, la Arqueologia toma el rango de cientifica, al menos de gran proximidad con lo cientifico natural, y a sus herramientas habituales suma, especialmente para el abordaje de esa 10 extensa etapa de la vida humana, mucho otros aportes y perspectivas que, si bien no Je pertenecen en exclusividad, son aprehendidos y utilizados de un modo distinto, generdndose una disciplina cientifica distinta, la Arqueologia que, como Arqueologia, seré una metodologia relevante del estudio del pasado humano, tinica en ciertas etapas y condiciones del desarrollo del mismo. Claro que aqui aparece la colisién Humanidades/Ciencias Naturales -Ciencias a secas en algunas opiniones- segtin diferentes perspectivas tedrico-metodoldgicas y respecto de las condiciones necesarias y suficientes para el status cientifico. Probablemente sea esta discusién la que signe los estudios y se refleje mejor en sus dos principales orientaciones teéricas del evolucionismo y el historicismo. Enrealidad los autores sefialan la afirmacién del funcionalismo- normativismo respecto de la Arqueologia como Antropologia, y su relacién con la polémica dela Arqueologia como una ciencia histérica 0 como auxiliar de la Historia, o bien como una auténtica ciencia social. Por su parte, en la base de la afirmacion funcionalista esta la consideracién de la Antropologfa como ciencia -recurrencia y regularidad de los acontecimientos- y no historia y que se ocupa de Ja sociedad y la cultura. La siguiente reaccién que se sefjala es la de la dicha Nueva Arqueologia que, en efecto, aporta nuevos planteos considerando o avanzando las anteriores y también las més recientes perspectivas tedricas y metodoldégicas, de acuerdo con los avances de la propia Filosofia de la Ciencia y por la implementacién de la Teoria General de Sistemas. Se la ha contrapuesto a la Arqueologia Tradicional, disciplina histérica, y se ha destacado su cardcter de ciencia experimental, formuladora de modelos e hipétesis a contrastar, basada en la 11 cuantificacién del registro arqueoldgico y la mejor-especificacién de los artefactos, tendiendo a la generalizacidn en lo tipoldgico- morfolégicoo segtin modelos de comportamiento. Tiendea expresarse por un metalenguaje que refleje mejor las analogfas y facilite la relacién con otros Ambitos disciplinarios, recurriéndoseal simbolismo matematico y estadistico, facilitandose por este y otros factores el camino hacia la interdisciplina. En forma paralela al desenvolvimiento dela nueva Arqueologia, procesual segiin otra denominaci6n, se desarrolla la perspectiva sobre bases tedricas de materialismo histérico. Es también una reaccién a las posturas més tradicionales y reconoce algunas bases comunes con los procesualistas, aunque sus diferencias son importantes, como la que separa la apreciacién de neto corte cultural de los arquedlogos neopositivistas, de esta otracon fundamental incidencia de lo social. “Se ha Namado Arqueologia social a esta perspectiva tedrica y se ha considerado que su mejor desarrollo estd entre los investigadores latinoamericanos (Alcina, 1989). Ciencia social e historia cultural se contraponen en estos planteamientos, al igual que la visidn de la Arqueologfa orientada a su papel en el estudio de la historia de la humanidad, del desenvolvimiento social, frente a la concepcidn procesualista de la Arqueologfa como Antropologia, es decir del conocimiento y explicacién de la conducta humana, con base en los restos materiales del pasado de las sociedades humanas (ibid.). ' En rigor, la cuestién epistemoldgica parece saldada en la actualidad respecto de la inclusidn de la Antropologia y dela Historia entre las Ciencias sociales. Por lo tanto, considerando la inclusién de la Arqueologia en el campo de la Antropologfa, de la Antropologia 12 cultural en particular, tenemos que su estatus es el de una ciencia, cuyos planteamientos son de cardcter explicativo y nomotético y que van en pos de generalizaciones, reglas o leyes (ibid.:98). Aunque estos ultimos planteamientos hayan sido criticados, especialmente la cuestidn de lo que realmente sean las explicaciones nomolégicas y las condiciones de las leyes relacionadas, estd claro el avance, sintesis de un importante proceso en la historia de la ciencia, producto de la nueva Arqueologia. Esta coexistird en Ja Ultima década con orras arqueologtias, postprocesuales, posmodernas, al decir de los autores, que aplican el estructuralismo en sus andlisis arqueolégicos, y que proceden al andlisis contextual y la interpretacidn de los simbolos. Esta perspectiva reciente enriquece el proceso histdrico del desarrollo de la Arqueologia pues los contextos arqueoldgicos, depositacionales y espaciales segiin la concepcién procesual, son ala vez contextos culturales por lo que requieren de la ampliacin del andlisis por la/las disciplinas complementarias, comola Antropologia histérica (Etnohistoria en sentido amplio) o la Historia de indole antropoldgica. Los datos del registro arqueoldgicos estén en funcién contextual, segiin una determinada estructura de Ja situacidn 0 depositacidn que develan y a cuyo significado puede accederse como si de Ja lectura de un texto se tratara. Enocasiones esta lectura es fundamentalmente por la orientacion metodoldgica arqueolégica, en otras se interrelaciona por la complementacién disciplinaria etnohistérica, en todas el recurso amplio a la Antropologia/Historia es necesario. Especialmente importante son las referencias contextuales de acuerdo con su situacidn espacio-temporal_ 13 Seguin la sintesis precedente, habitual en los tratados de Historia de la Arqueologfa, esta disciplina es tanto una actitud, como es también aquello que los arquedlogos hacen y asimismo una ciencia ~Cdmo debemos, entonces, enfrentar los alcances epitemoldgicos de las subdivisiones que reconocemos en la Arqueologfa?, y Particularmente, {sobre qué base debemos reconocer una Arqueologfa histdrica?. La Arqueologia como actitud es una posicién y accién comtin a mucha gente que no es arquedloga Y que pude perseguir distintos objetivos no cientificos, desde los estéticos a los econdémicos; mientras que la practica arqueoldgica por los arquedlogos puede ser bastante dispar, mds all4 de algunos puntos bdsicos en comtin, dada su disimil profesionalizacién. Queda el aspecto netamente cientifico y es en esto donde debemos concordar. - Deberfamos ser arquedlogos para la Arqueologia y no para una determinada Arqueologia. Atn cuando esta claro que existen Arqueologias, que el devenir histérico nacional y mundial explican, que los gustos, modas, Posiciones e ideologias avalan, es-razonable buscar los aspectos comunes de una Arqueologia y que estos residan en el cardcter cientifico, explicitamente cientffico si se quiere, de la disciplina. Aunque las dramatizaciones sélo sirvieron de eso y fueron contraproducentes, parece claro, al menos debiera ser la justificacién de su tratamiento en un Congreso comoel presente, que la Arqueologia es-cientifica 0 no lo es. Sila Arqueologia es una ciencia y su campo epistemolégico es el de la sociedad y la cultura pretéritas, segiin los vestigios materiales dela misma, parece claro por un lado su adscripcién ala Antropologia 14 y por otro su relacién con la Historia, dentro de las denominadas Ciencias sociales, mientras que su base en los restos materiales implica tanto métodos y técnicas propios como la implementacién de relaciones con otrosauxilios metodoldgicos y técnicos, por disciplinas complementarias, segun estudios multi e interdisciplinarios. La materialidad residual de los resultados de las conductas y comportamientos humanos, de las estructuras, relaciones e interrelaciones sociales, de la produccién y el desarrollo econdmico, de la interaccién ecosistémica, en fin, la materialidad residual socio- cultural, segtin una perspectiva diacrdnica y tomandoen consideracién las relaciones espaciales, las asociaciones y contextos, y las transformaciones de los depdsitos, son el objeto de la Arqueologia. Esta ejercita entonces métodos y técnicas propios o provenientes de otras disciplinas, integrados en su acervo segun una modalidad particular y con una dindmica acumulativa de los desarrollos pertinentes de otras ciencias 0 técnicas, todos los que le permiten el abordaje y tratamiento de las unidades que son su objeto de estudio. ; Si estamos de acuerdo en que esto existe, que hay unidades de investigacién arqueolégica, que la excavacién estratigrafica, que el estudio de las superpo:' ‘on2s y perturbaciones, que la dilucidacién del proceso de formacién de los depdsitos, que la consideracién de las relaciones espaciales, asociacionales y contextuales, que el abordaje de artefactos, ecofactos y estructuras de planta en diversas _ matrices naturales, como asimismo el de la propia naturaleza de los artefactos, ecofactos y estructuras dichas, que el desarrollo e implementacion de las tipologias, entre otros, junto con los auxilios de otras disciplinas (ciencias de la naturaleza, ciencia fisico-quimico- mateméticas, cibernética, biologfa, geocronologia, estadfstica, informatica, etc.) son en la base de nuestra ciencia, podemos establecer la Arqueologia como Arqueologia y pasar a discutir las teorfas y definir las adjetivaciones. fe 15 Esta claro por otra parte que, explicita o implicitamente, abordamos los estudios con una(s) orientacién(nes) tedrica(s) y segtin perspectivas ideoldgicas. También lo estd que el perfil profesional de los arquedlogos, principalmente graduados universitarios dedicados ‘ala disciplina, es de lo més variado. Incluso, como vimos, el peso histdrico del desarrollo de las posiciones teéricas en este campo es relevante. i De cualquier modo, la teorfa se ha decantado arribandose en muchos casos a una especie de complementacién de orientaciones donde si el historicismo tiene una cuota de evolucionismo, este trocd por la multilinealidad, mientras la nueva arqueologia en su intento de hacer explicitamente cientffica la disciplina logré una discusién superadora, alcanzandosé otro nivel de /ectura tras el significado del simbolismo, en parte sobre las bases anteriozes. Probablemente la Arqueologia social sea la mds fuertemente comprometida con su proyecci6n en la realidad antropoldgica actual, aunque con una fuerte contradiccidn presente, por la anunciada muerte de las ideologias y segtin la importacién de los modelos Postmodernistas en las antiguas sociedades colonizadas por los €uropeos, con procesos descolonizadores mds o menos recientes. No obstante, siémpre fue esta Arqueologia de indole cientifica y rigurosa €n sus planteos teGricos. i.Qué hacer con las adjetivaciones? Podriamos rescatar y plantear la Arqueologia como una Orientacién metodolégica de la Antropologia, con claras relaciones con la Historia de indole antropoldgica, todas del campo de las Ciencias sociales. Con esta perspectiva buscarfamos la caracterizacién de la Arqueologfa como ciencia y acordarfamos sobre aquello que hace que la Arqueologia sea Arqueologia a fines del siglo XX. Después, 16 podriamos transitar un camino de concertaci6n en torno de los casos donde la adjetivacin del hacer arqueoldgico la merezca y respecto de las bases en que debiera fundarse. iQué decir de la Arqueologfa histérica? ag Seguin los manuales es la que tiene mds profundas raices en la historia de la arqueologia y que se ha mantenido de acuerdo con su antigua tradicién, en la Ifnea del anticuarismo y del clasicismo, renovada por el historicismo y en contradiccion con la nueva y con otras arqueologias. Considerada fundamentalmente como Historia suele cargar con una dosis de particularismo y trabajar en funcidn documental. Si estas fueran todas sus posibilidades, que no son pocas por Supuesto, no tendria mas razén de ser que una metodologia o una técnica de la Historia, habida cuenta de que hoy ya no pueden sostenerse seriamente las disciplinas cientificas como auxiliares de nada. Las ciencias tienen sus estatus como tales o son otra cosa. Ya no valen las declaraciones minusvalorantes sobre auxilios secundarios. La multi, inter y transdiciplinariedad nos han ensefiado mucho sobre la convergencia metodoldgica y la emergencia multifacética de los objetos de estudio. No puede mantenerse, nos parece, una Arqueologfa histérica en funcién de la Historia, sino en la convergencia con tales estudios. La materialidad residual socio-cultural pretérita, fuente de los estudios arqueolégicos, es un campo conspicuo, mucho mds completo y complejo segtin sus caracteristicas que el documental relacionado, y que precisa de las teorfas, métodos y técnicas que los estudios arqueoldgicos supieron aprovechar y construir perun largo esfuerzo: la Arqueclogia como ciencia arqueoldgica, en el més amplio campo fi de las Ciencias Sociales, antropolégicas e histéricas segiin perspectivas, y con una fuerte apertura, relacién y complementacién con otros campos cientificos. Nuestra posicién mds general condice, a pesar dela contradiccién de los tiempos, con una Arqueologia antropolégica, necesariamente orientada hacia lo social en los paises del sur; mientras en Jo particular, en el trabajo concreto de las unidades de anilisis, suscribimos una Arqueologia explicitamente cientifica, la Arqueologia como ciencia arqueolégica. Por lo tanto, nos parece, serd mds positivo abordar nuestro campo de estudio, en particular los objetos de estudio segtin su estructuracion e interrelaciones, reconociendo su fragmentariedad, su residualidad y representatividad incompleta, haciéndolo con aquellas herramientas, métodos y técnicas, etc., que el desarrollo cientffico, la prdctica y el tiempo han decantado, ejercitando la Arqueologia como tal. Si ésta existe, las adjetivaciones deberian holgar, salvo como un uso cuya explicitacidn corresponderia cada vez y en cada region segtin las propias necesidades cientificas. El marco teérico, ideologia, etc., ommipresente sin duda, deberia’ por su parte ser eso, un encuadre, orientacién/direccién sin duda, expresos, firme en su explicitacién/interpretacién de los datos, aunque limitado por el respeto a una presentacién de los mismos ajustada a los resultados del hacer de la Arqueolagia como ella misma. Desearfamos Ja concordancia en un corpus tedrico base, aceptable para la mayoria, al igual que sobre unos modos de hacer, un espectro metodoldgico y técnico sobre el que pueda acordarse, y también la concertacién con respecto a unos objetivos generales sustentables por el conjunto de arquedlogos. Esto mismo llevaria a precisar un perfil profesional del arquedlogo. ae) Quedaria después todo un campo de discusiones tedricas y de inclinaciones por las especializaciones reduciéndose, segtin nos parece, las adjetivaciones a las absolutamente imprescindibles y, cada vez en forma mas notoria, de acuerdo a términos que fueran perdiendo sus fuertes connotaciones tedricas, su carga ideolégica o el peso de su desarrollo histdrico. Podria avanzarse luego hacia tomas de posici6n y objetivos que la realidad socio-cultural actual y el propio pensamiento orientard en cada regién y casos concretos. Probablemente, y volviendo sobre el principio de esta exposicion, podriamos asi facilitar una explicacién escolar del desarrollo teérico de la disciplina, explicitando una Arqueologia cientifica con un hacer propio de tal indole. BIBLIOGRAFIA CITADA Alcina Franch, J. 1989 Arqueologia Antropolégica. AKAL Universitaria. Madrid. 223 pp. Almagro, M. 1973 Introduccion al estudio de la Prehistoria y de ta Arqueo- logia de campo. Ediciones Guadarrama, cuarta edicidn. Madrid. 238 pp. Barcena, J. R. 1989 La Arqueologia Prehistorica del Centro-oeste argentino (Primera parte). Xama, 2:9-60. Mendoza. eel 9. 1991 La Proteccién del Patrimonio arqueclégico. Programa Provincial de Montaii2. Gobierno de Mendoza.-38 pp. > Courbin, P. 4 ; 1982 ;Qu‘est-ce que l‘Archéologie?. Payot. Paris. 238 pp. Daniel, G. 1981 Historia de la Arqueologia. Alianza Editorial. segunda edicidn. Madrid. 303 pp. Lorandi, A. M. y M. del Rio. 1982 La Etnohistoria. Centro Editor de America Latina. Buenos Aires. 204 pp. Trigger, B. G. ; -1992 Historia del pensamienso Arqueoldgico. Editorial Critica. Barcelona. 475 pp. 20

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