; Bs COMECHINGONIA N° 8 - 1995
Cada afio, cuando iniciamos nuestras clases de Arqueologia —
Prehistorica’ en Ja Universidad Nacional de Cuyo, hacemos un —
esfuerzo mayor por explicar a los alumnos de la carrera de Histo:
de la Facultad de Filosofia y Letras qué es la Arqueologia, su]
en el campo de las Ciencias Antropoldgicas, sus telaciones c«
Historia y terminanos por adentramos en ‘un complicado ¢
cronoldgico, Telativo y absoluto, para explicitar el segmentot
y el objeto de estudio de la Prehistoria, relativa y absol
Parahistoria y de la Protohistoria.
* CONICET (CRICYT) -Fac. de Fil. y Letras Univ Nac. de Cuyo —
() Trabajo presentado al World Archaslozical Congress-3 (NewD F
1994)Claro esté que ejercitamos una determinada complementacién
de posiciones tedricas y que la historia de la disciplina es aqui
Paincipalmente la de su desarrollo europeo occidental, siguiendo
algunas escuelas particulares.
Toda esta estructura puede rebatirse sin duda y, lo que es peor,
no estamos muy seguros que los alumnos hayan percibido tanta
distincidn y, ya con cierta preocupacién, pensamos que en su futura
actividad como profesores del nivel medio de ensefianza recurrirdn
ai mds simple concepto de la Arqueologia como disciplina auxiliar
de la Historia.
Nosotros mismos nos sentimos extrafios cuando familiarizados
con los estudios prehistéricos nos ocupamos de algun perfodo de la
historia americana, como el incaico andino, y debemos Tecurmir,
aunque sea en busca de hipéresis generadoras, como gusta decir un
reputado colega del tema, a las fuentes escritas, documentos tratados
e interpretados por la Etnohistoria (Antropologfa histérica) o la
Protohistoria, segtin los autores.
(Qué es esto que hacemos ahora?: ;Arqueologia protohistérica?,
iArqueologia etnohistérica?, gArqueologia histérica?
{Qué deberfa primar para esta caracterizacién?: iLos objetos
que estudiamos, restos materiales de la cultura, datos en asociacion
y contexto, evidencias socio-culturales pretéritas?, cel lapso
considerado?, cla existencia de fuentes escritas?, ila posicin tedrica?;
gla metodologfa y las técnicas?.
Si pudiéramos precisar las fechas de los objetos: gserfan
prehist6ricos los anteriores a 1525/27 AD.., es decir a los viajes y
noticias espafiolas respecto del imperio inca, y prorohistéricos 7
emohist6ricos), hist6ricos, los posteriores?, o glo serfan después de
1532/33 AD., cuando los hechos de Cajamarca?, 0 atin mds adelante
en el noroeste argentino y en el norte y centro de Chile actuales -1535/
636 AD., viaje de Almagro; 1541 AD. fundacién de Santiago de Chile-
7, 0 jtodavia més tarde en Cuyo -San Juan y Mendoza, limite austral
oriental del Tahuantinsuyo- que soporté la primera gran ingresién
hispdnica en 1551 AD. y fundaciones de ciudades en 1561/62.
jUnas culturas son prehistéricas y otras historicas segtin el
descubrimiento y conocimiento de la escritura?, atin protohistéricas,
siel vecino se digna escribir sobre ellas? ZY qué de los otros registros
sociales de la historia? ;No es una Optica limitada, aunque ciensifica,
segmentar el complejo decurso humano por uno de los artificios a
disposicién y que nosotros reconocemos como tal? gLos aborigenes
americanos son pueblos sin hisroria hasta el arrivo de la escritura
hispdnica, portuguesa, inglesa? {O la tienen sdlo porque nosotros la
reconocemos como tal?.
Consideremos que en la base de nvestras definiciones, en
particular en las delimitaciones del objeto de estudio, subyacen a su
vez posiciones tedricas cuya carga conlleva contradicciones,
particularmente en nuestras adjetivaciones de la orientacién
metodoldgica Arqueoldgica.
Existe una Arqueologia urbana, por lo tanto ghay una rural?,
entonces ghabré una tercera de las tierras virgenes?, y sigamos...
hay una Arqueologia industrial, probemos con una artesanal u
otra folk...
LaArqueologia urbana es gprehistorica, protohistdrica, histérica
0 todo a la vez?.
La Arqueologia histérica, gdebe ignorar, no considerar,
desechar, las posibilidades del registro prehistérico en los sitios que
estudia?.
{Qué es la Arqueologia sin adjetivos?
UDeacuerdo con el camino que transitamos, en el préximo tramo,
del Renacimiento, se acentiia la DUsqueda de las antigiiedades por su
valor artistico, estético, y prima la erudicin, segtin una postura
racionalista en torno de una parte del pasado.
Los estudios se concentran en la Antigiiedad Cldsica, con los
ejemplos tradicionales de lacivilizacidn griega y romana, surgiendo con
fuerza e] humanismo, siguiéndose modelos persistentes hasta la
actualidad.
Esta orientacién, queademés de las nombradas se ocupa de otras
culturas del 4rea de influencia del Mediterréneo, sigue hoy en la
Arqueologia Clasica, segtin el campo de las Humanidades, y mantiene
mucho de su conceptualizacion estética, en una clara relacidn con las
denominadas Bellas Artes.
Como bien se ha sefialado, ya en los origenes se presentan
divergencias de los estudios arqueoldgicos, pues la Arqueologia clasica
renacentista tendrd por contrapartida otra, americana, antropoldgica
desde siempre. Esta estd presente en la obra de los cronistas de Indias
-por llamarles de una forma corriente-, y muy pronto en otras y mds
completas descripciones especificas, incluso excavaciones y
explicaciones del pasado por ellas, aunque ala vez se haya generado el
interés sobre y para el flujo de Jos objetos indfgenas con destino a
Europa, segiin un coleccionismo preocupado por lo exstico.
Elcoleccionismo delos bienes culturzles, antigiiedades, bellos y
exéticos, sigue hoy con particular fuerza y perjuicio en la América de
habla hispana y lusitana, donde compite con la Arqueologfa y conduce
al vaciamiento de una parte del patrimonio cultural nacional.
Otro interés por el patrimonio cultural arqueoldgico es el del
Anticuarismo, con particular desarrollo en el siglo XVIII y en el
occidente europeo.Con toda probabilidad no estaremos de acuerdo en forma
absoluta sobre el particular. Sin embargo, en la actualidad parece que
coincidimos en que es una disciplina cientifica, que Pretendemos,
segtin una orientacion positivista, que se encuadre en relacion con las
cemés ciencias, sociales en particular, aunque reconociendo sus
caracterfsticas especiales, y que hace su campo de estudio de los restos
Materiales, naturales y artificiales, sostén o producto de las acciones
humanas, indicios pretéritos, socio-culturales en sentido amplio.
De otro modo dicho, se considera la Arqueologfa como ciencia
y suestudio el de los vestigios materiales pretéritos, trasel conocimiento
0 la reconstruccién de los modos de vida o la vida en el pasado, y se
dice que se hace en funcién de la interpretacién historica ylo
antropologica. Se trata entonces del estudio de los materiales, restos
de la actividad de organizaciones socio-cuiturales de pueblos pre e
histéricos.
El propio derrotero de la Arqueologfa, la Historia de la
Arqueologia, permite reconocer los elementos que hacen complejo
su campo y accidn de estudios, que todavia merecen discusién como
en el presente subtema, ‘‘Exploring Epistemological Problems:
Questions of definition of the Subject’, del tema académico'N° 11
“Changing Perspectives in Historical Archaeology”’ del World
Archaeological Congress - 3 (New Delhi, december, 1 994),
Segitin nuestra perspectiva occidental la Arqueologia ya se
encuentra en su estado embrionario en la preocupacién de las
civilizaciones del Proximo Oriente y de griegos y romanos por sus
propias antigiiedades y lo mismo puede decirse de las etapas histdricas
siguientes: con toda probabilidad fuera este un fendmeno Taundial y
de todos los tiempos. Aunque sus propios protagonistas no lo hayan
podido relatar en los términos literarios que nuestra perspectiva
Teconoce, también existen evidencias de interés por el pasado
material y de prcticas de coleccionismo en muchos sitios de pueblos.
agrafos extinguidos, develadas por el arquedlogo actual.Segtin los autores, esta modalidad tiene por base el nacionalismo
en auge y la necesidad de perforar la barrera del mundo romano,
ahondando en las profundidades histéricas previas aesta colonizacién.
Este salto coloca otros pueblos y culturasen laéptica arqueolégica
salvando paulatinamente la brecha con lo prehistérico, enriqueciéndose
a la vez el clasicismo-esteticismo que nutria la Arqueologia de este
signo, abriéndose camino los estudios arqueoldgicos de perfodos mds
préximos como los de la Edad Media y de las expresiones del gético.
Es la época donde excavaciones como las de Herculano y
Pompeya permiten redimensionar la Arqueologia cldsica, segtin la
escala urbana y de la cotidianeidad vital.
Esla épocaasimismo donde, tanto en América comoen Europa,
se abre paso la consideracion de la estratigrafia en los estudios
arqueoldgicos.
El camino estaba suficientemente despejado para que, sobre las
contradicciones ideoldgicas y ya en el siglo XIX se elevaran las
contrastaciones metodolégicas y la Prehistoria ocupara su lugar, zen la
Historia?.
A partir de entonces las cosas ya no serén lo mismo.
Como sabemos, los estudios prehistoricos cientificos son posibles
porlaconfluencia de métodose intereses, donde Arqueologia, Geologia
y Paleontologia, entre otros, coadyuvardn adevelar una etapa, modos
de vida y ambientes de la humanidad en determinados lugares del
planeta, segtin una perspectiva que estd en la base de la multi e
interdisciplina.
Con la Prehistoria, la Arqueologia toma el rango de cientifica,
al menos de gran proximidad con lo cientifico natural, y a sus
herramientas habituales suma, especialmente para el abordaje de esa
10extensa etapa de la vida humana, mucho otros aportes y perspectivas
que, si bien no Je pertenecen en exclusividad, son aprehendidos y
utilizados de un modo distinto, generdndose una disciplina cientifica
distinta, la Arqueologia que, como Arqueologia, seré una metodologia
relevante del estudio del pasado humano, tinica en ciertas etapas y
condiciones del desarrollo del mismo.
Claro que aqui aparece la colisién Humanidades/Ciencias
Naturales -Ciencias a secas en algunas opiniones- segtin diferentes
perspectivas tedrico-metodoldgicas y respecto de las condiciones
necesarias y suficientes para el status cientifico.
Probablemente sea esta discusién la que signe los estudios y se
refleje mejor en sus dos principales orientaciones teéricas del
evolucionismo y el historicismo.
Enrealidad los autores sefialan la afirmacién del funcionalismo-
normativismo respecto de la Arqueologia como Antropologia, y su
relacién con la polémica dela Arqueologia como una ciencia histérica
0 como auxiliar de la Historia, o bien como una auténtica ciencia
social. Por su parte, en la base de la afirmacion funcionalista esta la
consideracién de la Antropologfa como ciencia -recurrencia y
regularidad de los acontecimientos- y no historia y que se ocupa de
Ja sociedad y la cultura.
La siguiente reaccién que se sefjala es la de la dicha Nueva
Arqueologia que, en efecto, aporta nuevos planteos considerando o
avanzando las anteriores y también las més recientes perspectivas
tedricas y metodoldégicas, de acuerdo con los avances de la propia
Filosofia de la Ciencia y por la implementacién de la Teoria General
de Sistemas.
Se la ha contrapuesto a la Arqueologia Tradicional, disciplina
histérica, y se ha destacado su cardcter de ciencia experimental,
formuladora de modelos e hipétesis a contrastar, basada en la
11cuantificacién del registro arqueoldgico y la mejor-especificacién de
los artefactos, tendiendo a la generalizacidn en lo tipoldgico-
morfolégicoo segtin modelos de comportamiento. Tiendea expresarse
por un metalenguaje que refleje mejor las analogfas y facilite la
relacién con otros Ambitos disciplinarios, recurriéndoseal simbolismo
matematico y estadistico, facilitandose por este y otros factores el
camino hacia la interdisciplina.
En forma paralela al desenvolvimiento dela nueva Arqueologia,
procesual segiin otra denominaci6n, se desarrolla la perspectiva
sobre bases tedricas de materialismo histérico.
Es también una reaccién a las posturas més tradicionales y
reconoce algunas bases comunes con los procesualistas, aunque sus
diferencias son importantes, como la que separa la apreciacién de
neto corte cultural de los arquedlogos neopositivistas, de esta otracon
fundamental incidencia de lo social.
“Se ha Namado Arqueologia social a esta perspectiva tedrica y
se ha considerado que su mejor desarrollo estd entre los investigadores
latinoamericanos (Alcina, 1989).
Ciencia social e historia cultural se contraponen en estos
planteamientos, al igual que la visidn de la Arqueologfa orientada a
su papel en el estudio de la historia de la humanidad, del
desenvolvimiento social, frente a la concepcidn procesualista de la
Arqueologfa como Antropologia, es decir del conocimiento y
explicacién de la conducta humana, con base en los restos materiales
del pasado de las sociedades humanas (ibid.).
' En rigor, la cuestién epistemoldgica parece saldada en la
actualidad respecto de la inclusidn de la Antropologia y dela Historia
entre las Ciencias sociales. Por lo tanto, considerando la inclusién de
la Arqueologia en el campo de la Antropologfa, de la Antropologia
12cultural en particular, tenemos que su estatus es el de una ciencia,
cuyos planteamientos son de cardcter explicativo y nomotético y que
van en pos de generalizaciones, reglas o leyes (ibid.:98).
Aunque estos ultimos planteamientos hayan sido criticados,
especialmente la cuestidn de lo que realmente sean las explicaciones
nomolégicas y las condiciones de las leyes relacionadas, estd claro el
avance, sintesis de un importante proceso en la historia de la ciencia,
producto de la nueva Arqueologia.
Esta coexistird en Ja Ultima década con orras arqueologtias,
postprocesuales, posmodernas, al decir de los autores, que aplican el
estructuralismo en sus andlisis arqueolégicos, y que proceden al
andlisis contextual y la interpretacidn de los simbolos.
Esta perspectiva reciente enriquece el proceso histdrico del
desarrollo de la Arqueologia pues los contextos arqueoldgicos,
depositacionales y espaciales segiin la concepcién procesual, son ala
vez contextos culturales por lo que requieren de la ampliacin del
andlisis por la/las disciplinas complementarias, comola Antropologia
histérica (Etnohistoria en sentido amplio) o la Historia de indole
antropoldgica.
Los datos del registro arqueoldgicos estén en funcién contextual,
segiin una determinada estructura de Ja situacidn 0 depositacidn que
develan y a cuyo significado puede accederse como si de Ja lectura
de un texto se tratara.
Enocasiones esta lectura es fundamentalmente por la orientacion
metodoldgica arqueolégica, en otras se interrelaciona por la
complementacién disciplinaria etnohistérica, en todas el recurso
amplio a la Antropologia/Historia es necesario. Especialmente
importante son las referencias contextuales de acuerdo con su
situacidn espacio-temporal_
13Seguin la sintesis precedente, habitual en los tratados de Historia
de la Arqueologfa, esta disciplina es tanto una actitud, como es
también aquello que los arquedlogos hacen y asimismo una ciencia
~Cdmo debemos, entonces, enfrentar los alcances epitemoldgicos de
las subdivisiones que reconocemos en la Arqueologfa?, y
Particularmente, {sobre qué base debemos reconocer una Arqueologfa
histdrica?.
La Arqueologia como actitud es una posicién y accién comtin
a mucha gente que no es arquedloga Y que pude perseguir distintos
objetivos no cientificos, desde los estéticos a los econdémicos;
mientras que la practica arqueoldgica por los arquedlogos puede ser
bastante dispar, mds all4 de algunos puntos bdsicos en comtin, dada
su disimil profesionalizacién.
Queda el aspecto netamente cientifico y es en esto donde
debemos concordar.
- Deberfamos ser arquedlogos para la Arqueologia y no para una
determinada Arqueologia.
Atn cuando esta claro que existen Arqueologias, que el devenir
histérico nacional y mundial explican, que los gustos, modas,
Posiciones e ideologias avalan, es-razonable buscar los aspectos
comunes de una Arqueologia y que estos residan en el cardcter
cientifico, explicitamente cientffico si se quiere, de la disciplina.
Aunque las dramatizaciones sélo sirvieron de eso y fueron
contraproducentes, parece claro, al menos debiera ser la justificacién
de su tratamiento en un Congreso comoel presente, que la Arqueologia
es-cientifica 0 no lo es.
Sila Arqueologia es una ciencia y su campo epistemolégico es
el de la sociedad y la cultura pretéritas, segiin los vestigios materiales
dela misma, parece claro por un lado su adscripcién ala Antropologia
14y por otro su relacién con la Historia, dentro de las denominadas
Ciencias sociales, mientras que su base en los restos materiales
implica tanto métodos y técnicas propios como la implementacién de
relaciones con otrosauxilios metodoldgicos y técnicos, por disciplinas
complementarias, segun estudios multi e interdisciplinarios.
La materialidad residual de los resultados de las conductas y
comportamientos humanos, de las estructuras, relaciones e
interrelaciones sociales, de la produccién y el desarrollo econdmico,
de la interaccién ecosistémica, en fin, la materialidad residual socio-
cultural, segtin una perspectiva diacrdnica y tomandoen consideracién
las relaciones espaciales, las asociaciones y contextos, y las
transformaciones de los depdsitos, son el objeto de la Arqueologia.
Esta ejercita entonces métodos y técnicas propios o provenientes
de otras disciplinas, integrados en su acervo segun una modalidad
particular y con una dindmica acumulativa de los desarrollos pertinentes
de otras ciencias 0 técnicas, todos los que le permiten el abordaje y
tratamiento de las unidades que son su objeto de estudio. ;
Si estamos de acuerdo en que esto existe, que hay unidades de
investigacién arqueolégica, que la excavacién estratigrafica, que el
estudio de las superpo:' ‘on2s y perturbaciones, que la dilucidacién
del proceso de formacién de los depdsitos, que la consideracién de
las relaciones espaciales, asociacionales y contextuales, que el
abordaje de artefactos, ecofactos y estructuras de planta en diversas _
matrices naturales, como asimismo el de la propia naturaleza de los
artefactos, ecofactos y estructuras dichas, que el desarrollo e
implementacion de las tipologias, entre otros, junto con los auxilios
de otras disciplinas (ciencias de la naturaleza, ciencia fisico-quimico-
mateméticas, cibernética, biologfa, geocronologia, estadfstica,
informatica, etc.) son en la base de nuestra ciencia, podemos
establecer la Arqueologia como Arqueologia y pasar a discutir las
teorfas y definir las adjetivaciones. fe
15Esta claro por otra parte que, explicita o implicitamente,
abordamos los estudios con una(s) orientacién(nes) tedrica(s) y segtin
perspectivas ideoldgicas. También lo estd que el perfil profesional de
los arquedlogos, principalmente graduados universitarios dedicados
‘ala disciplina, es de lo més variado. Incluso, como vimos, el peso
histdrico del desarrollo de las posiciones teéricas en este campo es
relevante. i
De cualquier modo, la teorfa se ha decantado arribandose en
muchos casos a una especie de complementacién de orientaciones
donde si el historicismo tiene una cuota de evolucionismo, este trocd
por la multilinealidad, mientras la nueva arqueologia en su intento de
hacer explicitamente cientffica la disciplina logré una discusién
superadora, alcanzandosé otro nivel de /ectura tras el significado del
simbolismo, en parte sobre las bases anteriozes.
Probablemente la Arqueologia social sea la mds fuertemente
comprometida con su proyecci6n en la realidad antropoldgica actual,
aunque con una fuerte contradiccidn presente, por la anunciada
muerte de las ideologias y segtin la importacién de los modelos
Postmodernistas en las antiguas sociedades colonizadas por los
€uropeos, con procesos descolonizadores mds o menos recientes. No
obstante, siémpre fue esta Arqueologia de indole cientifica y rigurosa
€n sus planteos teGricos.
i.Qué hacer con las adjetivaciones?
Podriamos rescatar y plantear la Arqueologia como una
Orientacién metodolégica de la Antropologia, con claras relaciones
con la Historia de indole antropoldgica, todas del campo de las
Ciencias sociales.
Con esta perspectiva buscarfamos la caracterizacién de la
Arqueologfa como ciencia y acordarfamos sobre aquello que hace que
la Arqueologia sea Arqueologia a fines del siglo XX. Después,
16podriamos transitar un camino de concertaci6n en torno de los casos
donde la adjetivacin del hacer arqueoldgico la merezca y respecto
de las bases en que debiera fundarse.
iQué decir de la Arqueologfa histérica?
ag Seguin los manuales es la que tiene mds profundas raices en la
historia de la arqueologia y que se ha mantenido de acuerdo con su
antigua tradicién, en la Ifnea del anticuarismo y del clasicismo,
renovada por el historicismo y en contradiccion con la nueva y con
otras arqueologias.
Considerada fundamentalmente como Historia suele cargar con
una dosis de particularismo y trabajar en funcidn documental.
Si estas fueran todas sus posibilidades, que no son pocas por
Supuesto, no tendria mas razén de ser que una metodologia o una
técnica de la Historia, habida cuenta de que hoy ya no pueden
sostenerse seriamente las disciplinas cientificas como auxiliares de
nada. Las ciencias tienen sus estatus como tales o son otra cosa. Ya
no valen las declaraciones minusvalorantes sobre auxilios secundarios.
La multi, inter y transdiciplinariedad nos han ensefiado mucho sobre
la convergencia metodoldgica y la emergencia multifacética de los
objetos de estudio.
No puede mantenerse, nos parece, una Arqueologfa histérica
en funcién de la Historia, sino en la convergencia con tales estudios.
La materialidad residual socio-cultural pretérita, fuente de los
estudios arqueolégicos, es un campo conspicuo, mucho mds completo
y complejo segtin sus caracteristicas que el documental relacionado,
y que precisa de las teorfas, métodos y técnicas que los estudios
arqueoldgicos supieron aprovechar y construir perun largo esfuerzo:
la Arqueclogia como ciencia arqueoldgica, en el més amplio campo
fide las Ciencias Sociales, antropolégicas e histéricas segiin perspectivas,
y con una fuerte apertura, relacién y complementacién con otros
campos cientificos.
Nuestra posicién mds general condice, a pesar dela contradiccién
de los tiempos, con una Arqueologia antropolégica, necesariamente
orientada hacia lo social en los paises del sur; mientras en Jo
particular, en el trabajo concreto de las unidades de anilisis,
suscribimos una Arqueologia explicitamente cientifica, la Arqueologia
como ciencia arqueolégica.
Por lo tanto, nos parece, serd mds positivo abordar nuestro
campo de estudio, en particular los objetos de estudio segtin su
estructuracion e interrelaciones, reconociendo su fragmentariedad,
su residualidad y representatividad incompleta, haciéndolo con
aquellas herramientas, métodos y técnicas, etc., que el desarrollo
cientffico, la prdctica y el tiempo han decantado, ejercitando la
Arqueologia como tal.
Si ésta existe, las adjetivaciones deberian holgar, salvo como
un uso cuya explicitacidn corresponderia cada vez y en cada region
segtin las propias necesidades cientificas. El marco teérico, ideologia,
etc., ommipresente sin duda, deberia’ por su parte ser eso, un
encuadre, orientacién/direccién sin duda, expresos, firme en su
explicitacién/interpretacién de los datos, aunque limitado por el
respeto a una presentacién de los mismos ajustada a los resultados del
hacer de la Arqueolagia como ella misma.
Desearfamos Ja concordancia en un corpus tedrico base,
aceptable para la mayoria, al igual que sobre unos modos de hacer,
un espectro metodoldgico y técnico sobre el que pueda acordarse, y
también la concertacién con respecto a unos objetivos generales
sustentables por el conjunto de arquedlogos. Esto mismo llevaria a
precisar un perfil profesional del arquedlogo.
ae)Quedaria después todo un campo de discusiones tedricas y de
inclinaciones por las especializaciones reduciéndose, segtin nos
parece, las adjetivaciones a las absolutamente imprescindibles y,
cada vez en forma mas notoria, de acuerdo a términos que fueran
perdiendo sus fuertes connotaciones tedricas, su carga ideolégica o
el peso de su desarrollo histdrico.
Podria avanzarse luego hacia tomas de posici6n y objetivos que
la realidad socio-cultural actual y el propio pensamiento orientard en
cada regién y casos concretos.
Probablemente, y volviendo sobre el principio de esta exposicion,
podriamos asi facilitar una explicacién escolar del desarrollo teérico
de la disciplina, explicitando una Arqueologia cientifica con un hacer
propio de tal indole.
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