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Saturnino Sdnchez Preto El objeto de este trabajo es la reflexion sobre el entramado de la historia drigida principaimente al profesorado de Secundaria y a cuantas personas piensart dedicarse a la ugestva y dif tarea de su ensefianza y aprendizaje 0 S¢ aS 7¥ quéesla historia? € sienten simplemente atraidas por conocer los vericuetes del Reflexiones epistemoldgicas para : quehacer historico. 6 ed Be aqui, por consiguiente, un libito de divulgacién y sintesis profesores de Secundaria a de los fundamentos del conocimiento histérico que riuostra fas conexiones que se establecen entre éste y su aprendizale par alumnas y alumnos do 14 a 1B afias. Los profundos, Cambios tedricos y metodolégices que ha experimentado la historia en nuesto siglo ne deben quedarse sélo en el Ambito reducido de las especitistas; las class de Secundaria estan pidiendo también urgentes 1 transformaciones en el tipo de historia que se imparte. Si se lacepla que ésta es una forma especificaide conocimiento, les fepercusionos didécticas son tan importantes que suponen reconducir el proceso de su aprendizale por carinos diferentes a los normalmente establecidos. ‘hilo largo de la obra se transmite la perspectiva de un ‘ prolesor de Secundaria que, a la vez que reflexiona sobre las 1 ’nsefanzas de los grandes maestros de a historia tiene en. : ta mente al alummado al que hay que facltar caminos a fin de be que descubra "para qué sirve la historia’ desde el conocimiento de lo que la historia es. i Saturnino Sénchez es catedralico de historia de Instituto en i Zaragoza. Nacido en 1937, posee una dilatade experiencia ‘docente a la que dedica sus Investigaciones y afanes. Impuls6 a finales de los setenta las Semyanas Pedagégicas de Instituto. &s ponente habitual en cursos ‘de formacién para et prolesorado de historia de Secundaria. Ha publicado griculos., 4 Sobre didactica de la historia en distintas revistas.efy OM SSO9SS39E9O8 29658 H8E 9958848508088 pe ee eee eee ee ee ee Reflexiones epistemoldgicas para profesores de Secundaria or Sarvanino Sincuez Prter0 siglo veintiuno editores, sa sigo velntluno de espafia editores, sa ‘Tados fos deeehos reservados, Prohibida la reproducsién col o pucial de esta obra por cualasier provedinienso (vt sea grilice, elecesico, Svice, uaen, mecanico. Exocopia etc} y el smacenamiento o aansinisisn le 4 contenidos em sopores hove, soar, wstses 9 de engage ott pa ih perish expreso del eto Primera edit, octubee de 1995 © sG1o ANI DE FsPaRA EDITORES. S.A (Cale Plata, 5 28083 Madrid © Sstornine Sfachee Privo - DDERECHIDS RESEBVADOS CONFORME A LA LEY Timpreto y echo en Espede Printed and made in Spain Disefo dela exkiewa: Pedi Arjona ISBN: #4.523.0996.% Dpto legal M. 31.935-1995 Fatncomposicin: Fernindes Ciudad, 8. 1. Catalina Sire, 19. 28007 Mdrid Inmpreso en Clsas-Creaven, SL. Pollgono leas Prinowelos de jaeume (Mladed INDICE INTRODUCCION 1, sDESEMBALAR» LA HISTORIA 1. LOS PEQUENOS LIBROS DE REFLEXION DE Le TORIALORES 1. ACLARACION E RSTERSELACION DE TER Gia, EOREA, METODOLOGAA, TE Mo NL COMO SE HACE LA HISTORIA LA IMPORTANCIS DEL PRO- ces0) IPED LAPREGUSTA .QUEESLA Vi ELOWED2 CAMBIANI FEASONAS DE AFIE ELSUIETO Via FOLEMICA th 1S GRANDES HI. nbvosoreban ALO QUE SUSEAY #3 FOS rOREL AMOS DE SY vt YUL LOS HIGTORLADORES $0 DEL MIsTOMADOR| JX :PARAQUESIRVE La tlstowias X,_RLOGIH ¥ FEDVRE: PUNYDS DE AEFERENCia Pat NESBIDACHECAS Oe La RES DE LA HISTOR STORIA DE LA HHSTORTA EN EL S1GLO i ELAS FACETAS DE LA FISTOMLA SE PRECISAN EN EL HENPO EL FIN Db La HISTOMIA? EL FUTUKG, CONHGURADOR DEL, PASADO Y DEL PRESENTE. UL PASO; AS TENDENCIAS HOSTOR v DEL us Lay goad interpre oTopnbee sna Toe isl des ns Bova "No basta eon deseo h ves ai ‘cas: Spengler fea coutar” ia co- boot, La. hissvia sein, S152. Le historia Coantiativa, 43-1133. Susemido ene ala, 66 TL Los altibajos del matesialisme istdrico TIAL Max vito por itoriadores no marin, 48— TH Blenamago marsiy, 50-43 ba “ee rawedlecion” revsionin, 221144 Los escurae Toor dd dognasar extiy 38-103 La pro finde icrovnclon ter fe decslteacion, 33. HiNe EVmueviomo, nerdeate Iie des escatlo sat syntibia.Hlobubaw ante caacsoo de Ia fiiss. "58 nits La nuevg historia francesa y las suilezas de a his toria de las actitudes meatales LULs.1, Hlstori dela vids priv la defensa del espacio privado. ate. lay iojerencay del wnado, 3— Riso, La bistaria que, ai in, habia que escribir: Labi torsade las rjeren, nts La otra nueva historia del mundo anglosején HET. La eaiéa de un paradignn y la necesidad de un nuevo Mabillon wa La moderna historiograia y el aula ims, La history después del fon de le bistoria La ctisis de Jes historiadores LOS CONCEPTOS BASICOS DE LA COMPRENSION EN. HISTORIA [ LATUNCION DE LOS CONCEPTOS FSTRUCTURANTES IL DE NUEVO La POLENICA HAY UNA CAUSA DE TODAS Las CAUSAS LA EXPLICACION CAUSAL ut eAdénde se dirge la historia? 2 Los haces de ondas causslese:la muliicausslidad 3. Ls relacién cansa-efecto HU OFRA VEZ FL INDIVIDUG Y LA SOCIEDAD, LA EXPLICACION INTENCIONAL EA COMPRENSION DE LAS ESTRECTUNAS SGCIALES, LOS MO- BELOS. Ws Las estructura mersisea y Jn estructura braudeliana 12 Anilisis parciales de eseructura: del plano det historiador al plano del slamno que aprende his tora V._ EL PAPEL DE LOS PROCEDIMIENTOS Y NUESTRAS CLASES DE. HISTORIA Vi Le CONFLICTIVIDAD DE LA COYUNTURA 48 3 80 a al 8 a7 89 vu vu LA COMPRENSION DEL CAMBIO. TIEMPO VIVIDO, TEMPO DE LAWISTORIA ‘vit, Las diferencias de ritmos: los despegues y los es tancemiencos, Las permanencias ‘Wit2. Los “llegades tarde” y las aucosmisfacciones vita. La duracién histérica: los tiempos de Braudel los tiempos de Mane vying. Una conerecidn: los tiempos de la Republics EL TIEMPO MEDIDO: 14 CRONOLOGIA Y Li$ DIFICULTADES DE FUJARELTIEMPO VINIDO CONCLUSIONES | LA HISTORIA ES UNS FORA ESPECIFICA DE CONOCIMIENTO ENSE- RAR HISTORIA ES ENSERAR LO QUELA HISTORIA ES BIRLIOGRAFIA INDICE DE NOMBRES: 104 108 in a3 7 no 123 Be ¥ a Papd,explicame para qué sre la biseora’ pedi hace algunos aos 2 ou padre, que era bistrizdor, wr muchacito allegade mio {.).Al- ‘umnos pensarin sin duda que es una frm ingens, 2 mi, por el ‘contrario, me parece del todo pertinente El problem que plontes el mucbscbe cor la emburazouadesenvolture de esta edad implacable es ‘radia moo que el de ls legitimided de le bistoria Adige Beocs pod Estas paginas van destinadas al profesorado que, como el autor de cllas, dedica su tiempo 2 la ensefianzivaprendizaje de la Historia en la Ensefanza Secundaria, También a las universitarias y univer sitarios que piensan dedicarse « esta sugestiva y dificil labor, y cuantos se interesan por conocer los vericuetas de} quehacer his- trico. El titulo general configura lo que se pretende conseguir: refle. xionar sobre determinadas aspectos de la estructura interne de le digciplina y de su problemitica, con objeco de conocerla mejor y poder incorporar al aula alguna de estas reflexiones. Con el mis mo fin, constatar las aportaciones valiosas que las distintas co- rrientes historiogrificas han ido introduciendo en la teoria y en el método de esta ciencia peculiar a lo largo del presente siglo, en tanto que los enttesijos de la historia se perfilan y completan con las diferentes contribuciones de los historiadores en el tiempo, en su intento de interpretar el pasado. Haremos tambiga una somera incusién en fos ganeepg bic fo estrus) a confi jguran como los ejes vertebradores de la especiticidad y, por const guiense, de la comprension de los hechos hist6ricos. Finalmente nos detendremos en una obscrvacién de Ja que en este teabajo queremos solamente dejar constancia: [a historia ¢s una forma es- pecifica de conocimiento; hecho de muy importantes repercusio- nies didacticas, ya que, si lo acepiamos, supondré reconducic por caminos diferentes a los normalmente establecidos el proceso de Jn ensedianza y aprendizaje de nuestra disciplina. Efectivamente, si partimos det principio de que, en una primera fase, “snsciar his toria.es ensefiar la que le historia es", las implicaciones en e] aula que esta opzién eonlieva son de gran ealado. eTiene sentido la historia? :Tiene sentido ensefiar historia a chicas y chicos que no han entrado todavia en la adolescencia o x Saturnino Sénchee Prato estdn saliendo ya de ella? La historia tiene sentido, un sentido pe culias, y su aprendizaje también. De ahi el objeto de estas relle- xiones epistemoldgicas que nos atafien muy directamente; y de ant igualmente el intento de relacionarlas, siempre que nos ha si do posible, con el quehacer del aula a través de pequeitas referen- cias, toques de atencién de considcraciones didactices que tratan de evitar el que epistemologia y actividad docente vayan cada una por su lado. El abjetiva de este librito es la reflexién epistemolé gica en histotia, gue se concreta en un intento de divulgacion y sintesis de las bases del conocimiento histérico y en mostrar algu- nas de las conexiones que se establecen eon su aprendizaje; no es, pues, directamente el de la diddctica, aunque esté presente trans. versalmente a Jo largo de él. Desazrollar cémo se puede ensefiar Ia his oria para posibilitar la construccién de aprendizajes significati- bord: ca una linea eiminentemente prictica; der a una vertiente que consideramos necesatia para que e! profe- sor chonde en los fandamentos de su disciplina, pues los profun. dos cambios tedricos y metadalgicos que ha expeimentado la historia en nuestro siglo no deben quedarse slo en el ambito re- ducido de los especinlstas: auestras clases estan pidiendo tambien urgentes transformaciones en el tipo de historia que impartimos. A lo largo del trabajo hemos intentade wansmitir la perspectiva de un profesor de Secundaria que, ante la lectura de la reflexi de Jos grandes maestros, considera esas ensefianzas 9, a la vez, tie- re en [a mente —coma sus compaferss y companeros de docen cis— a los alumnos y alamnas con los que ttabaja y a los que in- tenta ayudar a que identifiquen algunos aspectos del entramado de la historia a través de lo que hacen en clase. La reflexién sobre los fundamentos del conocimiento histori- co y de sus métodos... Para ello nada mejor (seria pretencioso ha- cer otra cosa) que dejar hablar a los grandes protagonistas, 1os hse toriadotes de prestigio bien ganado, que en el estadio de su niadutez han medlizado sobre sit quehacer y nos lo han com: do. La profusion de citas, algunas amplias, cumplen esa misién: es- cucharlos. Bloch, Febvre, Braudel, Vilar, Collingwood, Edward Carr, Thompson, etc, han dicho cosas importantes que tenemos gue conocer. Debeis formar la base de ia configurncis Inanadnccise xu pensamiento histérico. ¥ ¢s apasionante comprabar cémo pueden relacionarse en muchos casos —sin forzar los significados— el plano adulto de la reflexidn y construccin del conocimiento his- rico con el plano del aprendizaje escolar si éste es adecuada- mente estimulado, Con todas sus diferencias, ambos planos, de historiador y de alumno que aprende, suponen formas de acceso 42 un conocimiento que pueden seguir en algunos puntos procesos similaves. Una de las tareas cel profesor consiste en propicar esas conexiones. - | aS A Los norteamericanos Ilaman asi al dificil ejercicio de conocer Tos .05 clave, los mecanismas doncepiuales sobre los que se isicnta una disciplina, asi como su organizacion, para poder llegar al conocimiento de su estructura interna. Ejercicio complicado pero necesario para el profesar que quiera aprehender el significa do profundo de la materia que explica, de manera que pueda mo- verse en alla con una relativa familiaridad que le permita disefiar actividades de ensefianze y aprendizaje destinadas a qute Jos alum nos encuentren el sentido de aguello que estudian, Y tal ocurre con la historia, De ahi la necesidad de conocer su estructura io- temnar si bien hay que ener. muy presente. que. insenso.ce. real sar este gjercicia de “a "es mucho mis.complejo —tam- bien debe ser mucho mas prudente— en este caso que en el de ‘ottas materias, en Ia medida en que uno de sus puntales es el cambio referido a las sociedades humanas, algo gue no se presta evidentemente a ser desmontado como las piezas de un mecano, senttaar el entramado sobre el que esti fundada une discipli za supone una reflexién epistemplégica de la ciencia objeto de es- zadio, reflesida tan rechaladiza como necesasia al referirnos a Ia historis, dadas sus catacteristicas muy peculiares y sus métodos 1, LOS PEQUENOS LIBROS DE REFLEXTON DE LOS GRANDES HISTORIADORE! ‘Muchos grandes historiadores, en su madurez, han escrito un pe- quedo pero valinsisimo Thro en donde reflexionan sobte lu histo tia con la autoridad que les confiere sus iargos aitos de analisis de 2 fos fenémenos histéricos y la experiencia acumulada en su vida personal; son introducciones a la historia. Asi Marc Bloch y su In- troduccién a la historia (Defensa de a bistoria o el ofici del bistoriador Lucien Febyre con sus Combutes por la historia, Fernand Braudel. en La historia y las ciencias sociales, Gordon Childe con su Teoria de la historia, Edward HL. Carr en Qué ex la historia? etc. Vi que siempre se ha sentido wemendamente atraido —nos dice— por escribir un uatado de historia (como hay otros tatados de botinics, anatomia, etc), ha renuncisde a hacerlo ante la inmenst dad y complejidad de la tarea; y se ha limitado —sefiala—a re‘le xionar sobre algunos términos fundamentales en historia: “isto: ia’, “esiructure’, “coyuntura’, “clases sociales"... La reflexién que han hecho estos historiadores {y otros} ser la base del desarrollo ce nuestra exposicion. Ul, ACLARACION INTERRELACION DE TERMINOS. EPISTEMOLOGIA. TFORLA, METOBOLOGIA, TEUNICAS AO Seri conveniente aclarar una serie de términos, utilizados con fre- cuencia y guizd no siempre adecuaclamente, que son meollo del te tna que Ros Ceupa; van todos ellos imbricacos: “epistemalogia, “to0- ia de Ja historia’, “metodologia", “método”, “técnicas de trabajo’. ‘La episiemologia es la zeflexida sobre los fundamentos y. mé- todos dei conacimieato cignifico en general, y en este caso de la iristoria en particular La epistemalogia buces por Las esteuceuras intexnas de Ja historia y la problematiea que ésta genera con si sliaridad. _de Ig historia? La bisqueds de sunas-leyes.{un hilo conductor, unas constantes, dirin otros) que ditigen el desarrollo. cle la historia, Esta busqueda ha sido un ob- jetivo para gran parte de los liscoriaderes; ottos han preferido re- nunciar a ella 0 rechazatla, La scotia esti ca funcién de la idea aque cf historiador tiene de la historia: hay tearias como hay tam bign historias, esto es, diferentes meneras de interpretar In reali dad de fos hechos historicos. Lat teoria difiere segin quien la ex- suaded te dew pei Gel de los hombres, de todos los hombres: e! ataque al posi 6B. Wa, Inciciinralvocabularin hii Sere reo, Barcelona, Critica, 2980, p. 7, Le Febvre, Combats por le biter Barcelona, Avie, 1975, p. 227 \y_ ELOBJETO CAMBIANTE: DE LAS AINORIAS DIRIGENTES ALAS PERSONAS DE A PIE determinada ts co por el objeto que estudia como por ef metodo que utiliza; pe » el objeto de Ia historia se ha ido tennsformando y completando «npliamente en nuestro siglo See necesavio, por tanto, que nos detengamos brevemente ante este hecho. Pata ln historia positivista de finales del siglo pasado y princi- pios de éste, el objeto se centraba fundamentalmente en ls mino Fea en ef poder, ¥ al conterir al documento oficial ja mixima auto- Tided no hacia sino reflejar precisamente la ideologia de la clase dominante, Con Annales se transforma el objeto de Ia historia, y, fen consecnencia, Ia metodologia y los temas: ef hombre, pero el hombre comin, empezd a centrar el interés de la historia. Bloch lo expresa en su conocida frase: «Detris de fos rasgas visibles del paisaje, los campos [nstese la jafluencia de la geografia humana Be Vidal de la Blache], de las hereamientas o de las miquines, de feds de los eseritos aparentomente mis fries (1 le historis quiere aprehender a los hombres» ®. ‘Annales amplié notablemente el objeto de la historia reseatin- dolo de las manos de las élives. El estructuralismo fij6 su centro de interés —su objeto de estudio— en el sistema de interzelacio- wes que se crean en las estructuras, en donde las colectividedes Zuedan fuertemente condicionadas. Los historiadores de metodo: Jogia marxista mostearon su rechazo a los «circeles de larga dura clone, estiticas o casi estiticas, muy queridas por Braudel, ¢ hicie fon hincapié en los cambios que experimenian esas estructuras gracias elas fuerzas culturales y espirituales de la ianovacion» ‘Dwros ditigieron su foco de atencién al terreno de las mentalid es, objeto ciertamente complejo y sutil cuyo andlisis s6lo puede evar a buen puerto un historiador con penctrante sensibilidad y, aia vez, solide conocimiento de las bases materiales sobre las que Gescansa una sociedad (tal el caso de Duby), La vida cotidiana, la Ghistoria desde abajo» (la de la «gente corrienter), la de las muje- Una ciencia viene M.Blech, ob cit, p25, ut Sitar Since Privo Fes lt del espacio eda de las personas.. han movilizado los es fustzos y stenciin 4: historindores anglosajones y farce Sen hoy temas dignos d= ser historiados: se han convertido en objetos de la historia. Lat tsoria totain defendida por Braudel represen ty aia anuchos el iGeal que hay que couseguie Pierre Vier acy alerts de Ia ambigicdad de ese término excesivamente ample ag, 2e debe confundirse «coo una lieratuta vaga que teateva de hablar de todo a propasito de todo, a sefinitivs, vemos cémo el objeto de le historia varia, se nati se complements a lo largo del siglo, tanto en funcidn de la concepeisn de ia historia que se profese, cuanto del inne. que despierta tal o cual aspecto de la vide colectva del prosde que ants Petmanecia ignorado, La peculiar sensibilidad de cada hig riador, su pertenencia a una determinada corriente historiografica, Unidas a las necesidades e interrogantes que plantes e presence configuran el interés por deterininados temas, desechando san Binando otros El objeto digna de estudio de la hstoriografia pone {usta a quedaclo ya enterrado. El aluvign actual de temas oben de estudio ha sido enorme. Et peligro denunciado cauibe atomizacion y dispersién, y por consiguiente la anulacién, de fe historia como fuente de conccimiento. La impresionanee civeae necesaria se ha ido perfilando pero, como sefala el historiadon to ples Peter Burke, todavia queda Iejana esa ambiciosa mone dey *oria toxal por ia que tanio hicharon Febvre, Bloch, Bras lel VL EL SUIETO Y LA POLEMICA INDIDLO.SOCIEDAD Si el objeto de la historia se enfocs hacia el estudio de! hombre en sociedad (Annales), 6, de forma mas precisa, en el mecanismo de Jas estructuras de una sociedad en donde los acontecimientos deben unirse «la dindmica de éstas (narsismo} ls pregums que se suscits inmediatamente es; ccudl es el papel de [oe individuos? gindividuo o sociedad? Toda disyustiva como ésta no tisne scone do, Para E. Care esti en le linea de qué fue antes, el hace salina Las diferencias aparecen en el éefasis que se ponga en uno de los dos tétminos, 6B sDeseinbalare le histones Asi, los historiadores de tendencia marxista conceden menos importancia en general al papel del individuo y matizan come en el caso de Chesneaux— sefialando que los Protagonismos dl individuo y de la sociedad se producen a niveles distintos: el indi- vido puede hacer variat el aspecto de los acontecimientos, pero no puede variar su ovientacin general En una de las interpreta copes mas geninaente muss ds I torn, Gordon Chile —de forma similar— pone el énfasis obviamente en la sociedad, y mas ouin en las herramientas ce produccién que le sociedad cea El genio es un producto social. Las motivaciones del individeo pricticamente no cuentan. Estos son algunos de sus ejemplos: emos, por ejemplo, el caso de Alejandro. Todo desarrollo del co: mercy is commeaones dee h Reed del Bone coca tis le oifcacion poles de un mundo del Meditrrdnea ovina, eo el qu ls cliversas partes se balluban cada ver mis fatimameateunidet por edadunes cmmrlery son pers Ie onlon eeees ‘ome Io explica el propio Herodetol En ene Poco os Rombres de habe helnica abitn desampetao un papel dis « di més importante gue deste el aio 600 2, fs moos, fos aesanoy, fos meteadoresy los mercenatios griegos habian viajado por lo menos hasta fein. Le 7 ayn texnlegs pegs bahion ceed ats us cnrespodicmes de Exit Feniia Babiloniay Psa Estos factors estas circu cis, non por semplo el amamsnto esta maceonios~ fe ron el producto de a eooperaciin de muchos indvidos a Y no obra de Alejandro. Ente aprovechs brilancemente la ventana vane role el camino que la iors estab erpezano «reeren i medificar # curso de a buster lo que brzo fue sequrin ™. (Las cursivas son mias] macedonios~ fue Del mismo: modo habla de fa obsa de Napoledu, sin negar aus fue feuto del propdrito consciente det conquistador ni minos valorat sut genio militar. En otro campo diferente, La invencin sélo un aspecto 0 factor del hecho histéricc: en el caso de a habia detras tocla tina serie de descubrimientos previos se pado utilizar para su maguins de vapor. Y, may importante, se le asegu 3 V.G. Childe, Touré dele hitoria, Busnos Ales, La Ptévade, 1976, pp. 69 70, De ahora em adelsave las cursivas en ls cits sevda tus, 6 un mercado consumidor de su producto. «En una palabra, ‘Wart estaba seguro de que una maquina adecuada seria aceptada y utilizada por la sociedad. Desde e! punto de vista del hecho his- torico, dicho uso és tan esencial como la invencién, Una invencin que nadie conoce ni utiliza no es un becho bistricon *, Los historiadores no marxistas (Febvre especialmente, Bloch), por el contrario, aun cuando tienen en cuenta —por supuesto— Jn atmésfera social, insisten en ef drama individual. Asi, no son de extrafiar las bellas paginas que sobre Lutero o Rabelais ha escrito Febvre. En Rabelais o el problema de la incredulidad en fa primera mix tad del siglo xvt indica que no existia atin el “utllaje mental” (cérmi- no muy querido por la escuela francesa de los Annales; nétese la diferencia del “mecanismo de la estructura” propio de la escuela marxista) para que pudiera producirse una incredulidad general {es decir, lo que no pudo haber sido y no fue; la personalidad artolladora de Rabelais no pudo fomentar la incredulidad social). La atmésfera del xvr no estaba preparada para ello: todavia no ha bia Hegado el momenzo del escepticismo ®, *Utillaje: mental" YG. Chile ob ct, pp. 2426. Aun enando la mayora de los historiadore ‘mariscosinen que noes esenil saber gud iniduosaparcen chal ce ena de a hstovin yu que de evalgier modo las repulardade Matstone contra siempre un iosurieno de accion en wind, ser el gar ses] oro senden a atchuir myer inportacia las personas espectessy ssegn aus fueron cxacamente Crom y Napolein qucneshigron que fe hechos Comaran va tumbo deteninado Sin ellos ol eurso de los eomtecitenes pot Baber sido basance distin J. Topol, coda de ls tons Maciek Coe di, 1985, 9. 200, Hay, pues, que muna ambi las inerpreciones marisa sabre el papel de ino ene tori eat a cin deo ins dead én gonera que eso aceptado por la maris— 9» pesonas especies con oo erinlidad deteraieada, que no gutdlan relegadsss sips nseumesoa, le fanor (18561918, historsdor marsica lars cinfidrtas sles groie hers bres que ambign unen fay acions de fos dermis homes in ells le toieded SF Topolty ob ce, p 202) 2 Deade ota etspectiv, hay un patsje de Marx muy conor alan soci dad no desaparece nunca antes de que san desanolladas tls eens poe dletors que puede contener;y la celaciones ce producelin nuevtsy superiors 1 se niayen amis ene antes de que las condiciones mteriaes de xiao Gia de xa relaconeshayan so fcubadas ene! seno de le sia sociedad Mars, Contucin a le rtca del economia poten ai, Albans Conon, Expresién favorita de Febvre: fos cimientos de la historia de las rmentalidades (a la que haremos referencia al final del segundo capitulo) estan ya poniéndose. La disyuntiva individuo-sociedad no tiene tazén de ser ®. Existe una interaccién: entre el lider politico o teligioso y sus contemporineos se crea un mutuo flujo y rellujo. «.Quign hang exactamente la divisién entre lo que vino de Alemania « Lutero, «9, inversamente, de Lutera a Alemania?», nos dice Febyre en su sagiz estudio sobre el reformador. Una fuerte personalidad nace cen na sociedad que le condiciona; y, a su vez, aquélla puede desencadenar determinados procesos que estan latentes en la co- lectividad e “iniciar" o acelerar determinados procesos histéricos que soa posible VIL “EL HISTORIADOR ENCUENTRA LO QUE BUSCA’: ESPOSIBLE LA OBJETIVIDAD EN LA HISTORIA? He aqui de nuevo un tema polémico, puesto que inevitablemen- te la historia construida participa de la interpretacidn que el his- toriador hace de ella. Efectivamente, es el historiador el que eli- ze el tema objeto de andlisis y los hechos que juzga relevantes, y prescinde de aquello que considers sin valor, De esia mancta podemos decir con Carr que «el historiedor encuentra lo que buscar. 1976, pp. 37-38 (ctado por P, Papés en Iniroduecté «te Historia, Barcelona, Bar ceanova, 1988, 9.268), 7, Viler ve despacha a gusto con la polémica de las antinomnias: «fl histo- riador de nuestros dias no malgasta eu tiempo en opones términos tales como s2ar contra necesidad, libertad contra determinisma, individuo cootea masas, es piritasl contra econdmico sina en reangjarsxs combineconess, P. Vilar, Historia mmaraita. ob. cit, p.8 2© Duby es clara en su manifestackSn:«[-] Uno se da eventa de que cada ge- neraciin de historisdores fobsézvese la dimensidn cofectiva} realiea una eleccion, descuida ciertas huellas y, pr el contratio, desenterta otras 2 las que nadie pres taba ctencion desde bela cierto tiempo, o desde siempees, G. Duby, Dislogo so bre le bistorie, Madd, Alianza, 1988, p39. 18 Yes que los hechos no se parecen realmente en nada a los pescados en el mostrador del pescadero, Mas bien se asemejan a los peces que nadan en un océano anchuroso y aun a veces inaccesible; y lo que el historia dor pesque dependerd en patte de la suerte, pero sobre todo de la zone del mar en que decida pescar y del aparejo que haya elegido, determina. dos desde luego ambos factores por la clase de peces que prevenda stra, par. En general puede decirse que el historiador encontrata la clase de hechos que busca. Historiar significa interprotar Dificilmente se pueden plasmar de una snanera tan expresiva todis las imbricaciones entre la teoria de la historia que profesa el historiador, por la que se elige un determinado tema; la metadolo- Bia (que viene configurada por Ia teoria) y las ftentes que el histo. Hiador selecciona. Estas imbricaciones en las que coinciden la me: yorla de los historindores podrian llegar a tener consecuencias peiniciosas para fa historia, puesto que provocan el peligro de ha, cerla caer en un relativismo total. Esto es lo que hacen tanto Benedetto Croce como Colling wood, Pata el presentismo de Croce (1866-1952), el hecho histori co es un producto directo de la actividad intelectual del sujeto Cuando en 1938 formula ests tesis, ejercid una gran influencis «La historia, en realidad, esté en relacidn con las necesidades 2c. sales y la situacién presente en que vibran aquellos hechos» * Desde esta perspectiva, toda Ia historia es contemporanea en tan. te que estf motivada por las necesidades que el presente plantes al historiador. En un sentido similar Fevbre habla de las fuentes economicas que dormian empolvadas en los archivos, como el a. pa de Bécquer, haste que la urgente necesidad de estudiar los fe. némenos econémicos —por causa, entre otras cosas, de los cicles de crisis inherentes al capitalismo— conllevé la buisqueda y mane. jo de ese tipo de fuentes, Collingwood (1891-1943) profundiza ain més en esta linea cuando afirma que es el historiador el que piensa la histotio, Es Su pensamiento e] que esta detras del hecho histético que analiza; de ahi su conocide afirmacién % EL. Gore, ob cit, np. 65-69, % B.Croce, La Bitora como bnzate de le liberiad, México, ¥c, 1960, p. 9, ctw do por P. Pag, ob. city. 44 aDerenbstare te bitte 9 1: Agustin vio la historia desde el punto de vista del cristina primici- vor Tone fe desde el ce un feds dl spo ns Gio deel cl de un inglés del xvu; Mommsen desde el de ua aleman del siglo 31x) a nada conduce preguncarse cual era el punto de vista adecuado. Gada uno de ellos era el dnico posible para el que lo adopté ”, «Aceptat la imposibilidad de la objetividad no implica que sea imposible la rigurosidad del producto histérico» *, concluye Pelai Pages. Cabria afadir que es gracias a la subjetividad —uni- da al rigor cientifico— como se enriquece, ampliandolo, el cono- cimiento de fa historia Para desenredarnos de ese relativismo disolvente, el historia- dor inglés Thompson sefiala que el hecho histérico ocurtié: Los procesos acabaclos del cambio histérico, con sus intrineadas tela- Cr ereeeer tee tect acai ee eee los o entenderlos mal, pero no puede en lo mas minimo moditicar el ‘estatuto ontolégico del pasado, El objetivo de fa disciplina histérica es sleanzar esta verdad en lt historia ®. La subjetividad, insistimos, no es un obsticulo; es un hecho no sélo inevitable sina positivo, para que los acontecimientos histéricos puedan ser modificados (en tanto que completados) por interpretaciones posteriores: Sado por E18. Cano iy p72 Calingwood pate amin de sre cease Yat a “eat celine ee tes ies ad ae escaped spay specs ples eae ese eee eee cee carers eceteee erat Catingwood, er dts hatin Mexico, sc, 1988, p 199) Frente sl tra come lnterpretacin, Colingwoed contapene la historia come resceckin del epson psa a acto episodes abe repo cit ln mismen protaos de pesamirto po lose psd determine personal dbl dela tore oslo ene atin en go haps io ten age conoc init Bstrco» Clio yp. 272 Estimarner que ls histor coma inrpceanién va ms ali de la Winoria coma reread, en leds c gi lune implica de orev massa elintento de comprnsrelenramacaHitca ene t persone ans Pages, of cis 3) * E-bompoon Maz de ov Bacsony, Gren 1981, 9.7 Coda époce, 0 cada investigador, puede proponer nuevas preguntas ¢ los datas histéricos [.]. En este sentido, Ia historia, considerada como Ja suma de los productos de Ja investigacion hist6rica, cambiacd, y deberd hacerlo, con las preacupeciones de cada generacién, de cada sexo, de cada nacién, de cada clase social. Pero esto no supone, ni ‘mucho menos, que los acontecimientos pasados en si mismos cambien con cada intertogador, ni que los datos empiticos scan indetermina- dose ® Los términos {aparentemente contradictorios) de objetivi. dad subjetiva o de subjetividad objetive se presentan no como un juego de palabras, sino como propios —y necesarios— de la peculiatidad de la historia, en tanto que ésta puede hacer re- ferencia 2 dos niveles distintos y complementarios: ademas del proceso histérico cacionalmente analizado —que proporciona lun conocimiento objetivo confrontado con datos empiricos de- terminados—, cabe también referirse «a la “significacién" de este pasado, su sentido para nosotros se trata de un juicio eva Iuativo y subjetivo, y a tales interrogantes los datas empiricas na pueden proporcionar respuesias» °% En este sentido cada historiador, cada generacion, puede y debe expresar su punto de vista «con tal que tengamos claridad en que esto se basa no en procedimientos cientificos sino en una ‘eleccién” de va'o: reso 2, ‘Thompson centra, pues, los términos del problema subjetivi- dad-objetividad de la historia. Se me permitisé que alargue la cita, clara y concisa, de este prestigioso historiador inglés, uno de los fecundos renovadores de la historiogralia merxista, con estas con- clusiones que extrae: El conocimiento histérico es, por natursleza, 2) provisional e incomple- to, aunque no por ello falso; b} selective, aunque no por ello falso: © li- mitado y defniclo por las propuestas formuladas 2 los datos empiricos ty los conceptos que informan estes propuestas} y, por lo tanto, sdlo “ver dadero” dentro del campo asi definido [.J. En este sentido estoy dis © Bit, ob ci, 9.70, Dil, ob. ei, 7 22 Tid obs cit, 9.7 puesto a admitir que la tentativa de designar la historis come “ciencia” ba siclo siempre poco provechosa y fuente de confusiones * El problema de la subjetividad ha sido también centrado ma- gisttalmente, desde otra perspectiva, por Care, La relacién del hombce con el mundo circuadante es la relaci6n del his toriador con su tema, El histriador no ¢s e! humilde sierve ni el tirani- o ducio dle sus datos, La celacién ensee el historiador y sus datos es de igualdad, de intercambio. Coma todo historiador activo sabe, si se cet ne a ceflexionar acerca de lo que esta haciendo cuando piensa y eseribe, tl historiador se encuentes en trance continuo de amoldar sus hechos a su interpretacién y ésta a aquéllos. Es imposible dar Ja primacia a uno u foto término [.). Conforme va trabajando, tanto Ia interpretacién como In seleccin y ordenacién de los datos van sufriendo cambios sucies y seaso parcialinente inconscientes, cansecuencia de la accidn reejproca centre ambas. ¥ esta mrsnna acc rociproce entrata reciprocilad enue el past- tdo-y el presnte, porque el historiador es parte del presente, en tanto que los be- thos pertenecen al pasada, El bistoriador y los bechos de la historia se som ru tuartente necesarios. Sin sus hechos, ¢} historiador carece de raices ¥ es huero; y los hechos, sin el bistoriador, muertos y faltos de sentido ¥ 2 continuacién lanza su primera y magnifica definicion de la historia que recogiamos al principio: «Mi primera contestacién a la pregunta de qué es fa Historia, sera pues la siguiente: un pro eso continuo de interaccidn entre el histotiador y sus hechos, ua diglogo sin fin entre el presente y el pasado ». 7 Thad, ab. cit, p 68 Por ello dice: a aocién mis antigua de Ie historia como Una de las “humanidades” somesida a disciplina fue siempre mis exacta, stungue fuera propia de aficionados» ip, 68 5B, H, Care, ob. cit, p76 i ae °5 Ege diilogo, esa ineracciin entre el pratente v el pasado, es una constanie fen muchos historiadores. Asi, estt alirmacién de Cacr dene su equivalencia coo lide Bloch cuando nos indica que ala historia ene necesidad de wnir el estudio cde los muertos con el de ls wivoos (M, Bloch, ob cit, p. 40) : hulippe Auiés lo exprestra también de forma parecida: cis Historia nace de fas relaciones que €] historiador peruibe ence dos estoucturas difererees en el siempo y en ef espacio [.}. Sn wsidn del pasido permanece ligada al presente, un presente que ya no es solamente una referencia metadoldgica. La Historia ha de filo descr uns ciencia serene e indiferente [.). Ya no es solamente una técnica 22 Saturna Sabet Prieto VIL LOS HISTORIADORES SON HOS Ds SU EPOCA, LAS “COJERAS" DEL HISTORIADOR Este es un hecho obvio que conlleva importantes consecuencias. Como decia Croce, el historiador se acerca al conacimiento del pasado a partir de su propio presente. Ya hemes visto —con aie vio los limites de ese subjetivismo con las puntualizaciones da Thompson y la interaccién de E. Cars. Yes que el historiadon como tambicn dice Carr, tiene que navegar sutilmente enire una injustiicada primacia del hecho sobre la interpretacdn [caso de los postvistas]y otra tears igualmeme insostenible de la historia como producto subjetivo de la mente dal has teriador [1 j entre una nociéa con cen'zo de gravedad en el pasnde» ‘tra con centro de gravedad en el presente Esta dicotomia (que no debe ser tal) se encuentra en fa refle- xin historica bajo diferentes ropajes: lo particular y lo general fl individuo y la sociedad), lo objetivo y lo subjetivo, etcétere Cuando el histarador inglés Acton, a principios de siglo, pro- nnancié una conferencia en la Universidad de Cambridge, lensabe Hn canto optimista en el que estaba a punto de conseguirse ana historia definitive, con todos los problemas susceptibies de sole ion. Por el contrario, sesenta afios mas tarde, otto gran histevis, dlot inglés sefielaba con pesimismo In imposibilidad de uns rec. clad histories objetiva, Los contrastes entre esas dos actituces acre la Bistoria no hacen sino reflejar los cambios suftidos en la socie, clad inglesa y occidental enice ambas informaciones, ,Gué habs gcurrido en el intervalo? Se habia pasado del eptimisino todavi imperante (vcrza fertil del positivisme) a principios de siglo de la ra victoriana en que Ingleterta dominaba atin el mundo a une Toglaterca con sa imperio roto y con la tragedia de dos gereas mundiales, en las que los ingleses suftieron en su propia picl los 45 beciiss, sno gue se converts en una manera de serene! tempo, provi del hombres, P. Aris, El tiempo de ls hisona, Buenos Aites, Pbdén 1989, oe 267-263 EH. Caer, ob, et, 75, ©. Presentar separada y sucesivamente los grupos de hechos de diferente natuealeza, politica, social, econémics, intelectual. Es lo que acostambro llamar “el sistema de la cOmoda’, de la vieja cémoda de caoba, ‘Tan bien ML Bloch, ob cits p38. Tid 1B. Via, Lnicacion af covabulavia del nile bistérco, Barcelona, Cetca, 1980, p12. ML Bloch, obit, p. 120. nea Susurnine Séncbee Prieto areglada, y en un orden tan bello! Cajén de aribe, la politica: “inte Hora la derecha, "a exterior” la izquierds, sin confashin, Segundle ca Jom: em el rincén dela derecha, “el movimiento de la poblacion” cy dl incdn de la izquierda, “a organizacién de la sociedad!" RZ Sats compattimeniaciones tradicionales ("Et espacio geogri- feof "La economia’. “La sociedad”. "La politica’. La cients ¢ cl fre) due llevan a la incapacidad de comprender. :Dinde eecin lis incerrelaciones que dan sentido? Esperemes que no se quede solamente en el papel uno de los objetivos genciales del ince de ciencias sociales, geografia e historia de la Educacion Secantacis Olbligntora: eldentificar y analizar las imeraciones que se prod cen enite los hechos politicos, econdmicos, cultrales, que conde, ionan la trayectoria histérica de las socieddes humanacs, Sobre los libros de enseitanza de historia 2uts les tos admit libros de lectura bien hechos y momentos preci ses, con Ia condicién de que todo lo que enseien a los nidos deecnia, aus en Ie vid Y si rainen bechos ie sean pocos pero bien excogidoy det Porters rea explicedos a fondo, de verdad. Con la condi, ate elo as fi6.22 busquen, sino que proseriban las férmals, las hottorosns Kins tes que se aprenden “de memoria” y dispensan para siempre ioe pere- 2oins el abajo de jurgar por si mismos, pesado trabajo ante el ape Ie inavoria de los hombres retroceden obstinadamente |], Lo que ina c fede incitar a pensar, a buscar, a leer, eso si Pevo los manuales "ae Gos 3 cusa ambiciSa se reduzca a describ todas ls cons desde fern cong! mayor miimero de detalles, vista la situacion: no, a0 y mal veene Estas reflexiones han sido hechas por dos grandes meesttos de la bistoris. Las hemos seleccionado pata mostrar las caens res que se establecen entre el historiador y las concepciones y ac, 1, Febvte, ob. cit, pp. 109.110, © Bid, p, 155, eDesemiales ls bittonie ” titudes necesarias para Ia adquisicin de un auténtico conoci- miento histérico; ponen de manifiesto lo que sefalébamos en la introduccién: el plano adulto del histotiador que reflexiona sobre su quehacer puede y debe orientar en muchos casos el plano del aprendizaje escolar de la historia. La labor del profesor debe con: sistix, entee otras cosas, en tender los puentes necesarios pata que las diferencias entre ambos planos tengan en ciertos momentos fe. ndos puntos de contacto. eM annals con Feovtey Bloch ala cabeza, loch por la intelig- bilidad de la historia. Y dio una respuesta, la suya, al “para qué sive Ia historia’. Como deciamos, la gran tenovaciOn histérica que supuso en su tiempo ha sido superada por la historiografia posterior en diferentes aspectos Pero Bloch y Febvee nos han de- jado excelentes piginas de historia, y sus reflexiones contindan siendo en la actualidad puntos de referencia ineludibles para re- plantearnos el tipo de historia que ensediamos en nuestras clases

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