Dokumen - Tips - Dworkin Como El Derecho Se Parece A La Literatura PDF

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COMO EL DERECHO SE PARECE ALA LITERATURA Ronald Dworkin Intentaré demostrar aqui que la practica juridica es un ejercicia de interpretacion y esto no sélo cuando un abogado interpreta un documento, una ley 0 un cédigo especifico sine de manera general. El derecho, asi concebido, es una cuestién profusa y profunda- mente politica. Abogados y Jueces no pueden evitar lo politico tal y como To entiende, en términos generales. Ia teoria politica. No obstante, las leyes, el derecho iampoco son un asunto de politiea personal o partl- dista. y una critica del derecho que no entienda esta diferencia ayudaré muy poco én fa comprension del problema y servird muchisimo menos como guia, Proponge pues, que podemos mejorar nuestra com- prension del derecho si se compara la interpretacion juridica con la interpretacién en otros campos del co- nnocimfento, en particular en la literatura, También ‘sospecho que el derecho, cuando sea mejor entendi- do, nos otorgaré un mejor entendimiento de lo que la interpzetacién significa en general. 143. LAS LEYES Y EL DERECHO. El problema principal de Ja jurisprudencta analitica es el siguiente: gqué sentide debe darsele al texto de la ley? Con esto quiera decir las muchas interpreta ciones y ascveraciones que los abogados hacen al in- formar sobre lo que la ley es respecto a esto 0 aque- Uo, El contenido de la ley puede ser muy abstracto y general, como la ley aquella en la que se afirma que en los Estados de la Union, es decir, en los Estados Unidos, cuando se trate de proveer con servicios ba- sicos a sus ciudadanos, no se puede diseriminar ra- clalmente. O dicho contenido puede tambien ser mas @ tens cancreto como aquel mandato en el que se establece que quien acepta un cheque en ¢l curso normal de una negociacién, sin previo aviso de irre- gularidad alguna por parte del titular, esta en su de- recha de cobrario contra el giradar, Por tiltimo, puede tambien ser muy conereto, como aquclla proposicién en fa que se establece que cl seior X debe pagar la suma de $1,150 délares por dasios y perjuicios acu- tides sobre el seflor ¥, al resbalar éste frente a la resbalosa acera del primero, ocasionando fractura de cadera. En cada uno de los casos surge un interro- gente, gSobre qué tata el contenido de ley? .Que demonios hace que una ley sea cierta 9 falsa? La pregunta surge porque los enunelacos de la ley parecen ser descriptivos —suelen tratar sobre cémo son las cosas frente a la ley y no sobre cémo deberian ser—y, sin embargo, ha sido sumamente dificil establecer de manera precisa qué es fo que deseriben. Los Juristas posilivistas consideran que, én efecto, las proposiciones juridicas son integral, mente deseriptivas: pedazos de historia. Para ellos una proposici6n juridiea sélo es cierta en el casa de que un hecho, de alguna manera legislative, haya tenido lugar, de lo contrario no. Esto, aparentemen- te funciona muy bien en casos en extremo sencillos, Si Ja asamblea legislativa del estado de Minois pro- mulga que “NingUn testamento sera valido sin [a 144 presencia de tres testigos", entonces la proposicion Juridica de que un testamento cn Ilincis necesita izes testigos pareceria ser clerta sélo en virtud de so historico, Tn Gh nes ea complicados dicho anilisis se derrumba, Constdérese la proposicién de que un plan especilico de discriminacién positive —que no ha sido atin puesto a prueba en una Corte— sea constitucionalmente valido. Si esto es cierto, no lo es tinicamente en virtud del texto de Ia Constitucién y de previas decisiones tomadas en alguna Corte, por- que entre abogados sensatos. que conocen bien Ia Constitucién y ios historiales de Jas cortes, aun entre ellos, podrian no estar de acuerdo en que dicha pro- posicién sea necesariamente clerta. (Es mas, tengo mis dudas respecto a la validez del andlisis positivis- ta incluso en el caso sencillo del testamento, pero ese es un asunto distinto que aqut no inleresa) zQué otras opciones surgen? Una seria suponer que toda proposicién juridica polémica. como la del plan de diseriminacian positiva, no es para nada des- criptiva sino mas bien expresién de lo que su vocero quisiera que la ley fuese. Otra opcién, mas ambicio- sa, serfa la siguiente: las proposiciones polémicas son intentos por deseribir alguna ley natural u objeti- va que existe en virtud de una verdad moral antes que en virtud de una decisién histériea. En ambos casos se necesttarian varias declaraciones juridicas para llegar a hacer una mera evaluacién que no fuera descriptiva: una de dos, la formulacin expresaria la preferencia del vocero —su posicién politica perso- nal—o lo que éste cree que son los requisites nece- sarios qué constituyen los principies de una moral politica ideal. Ninguno de los dos caminos es convin- cente porque alguien que afirma que un plan de dis- criminacion positiva —aiin no probado en una cor- te— es constitucional. lo que esta haciendo es descri- bir la ley como es antes de como quisiera o cree que, en ¢l mejor de los mundos pasibles, deberia ser. Puc- de incluso Degar a decir que el plan es constitucional 145 & Sul Pesar y que cree que, de acuerdo con la mejor teoria moral. no deberia serio, Eslste olra alternativa mejor: las proposiciones ju- Fidieas no son meras descripciones de Ip historia del derecho, en un sentido literal, ni tampoco son slime les evaluaciones de alguna manera separadas de di. cha historia. Son stempre interpretaciones de la his. toria Juridica, con clementos tanto descriptivos como Jalorativos, pero distintas de ambas, Esta sugerencis 4a aceptardin, por jo menos en primera inslancia, mu, Chos abogadlos y fildsofos del derecho, Estan aeoe. tumbrados a decir que las leyes son una euestion de intetpretacién. Ahora, esto ¢s cierto pero solo parque, Gules, catienden el Lérmino interpretacién de alguna manera especifica, Cuando una ley —o la Constitu. Entonees las abogacios dicen que la ley debe interpre- arse y proceden a apiicar lo que ellos Haman “ivi cas de inlerpretacion juridica", Casi toda la literatura gue existe asume que la interpretacién de un docu. Grento cspecifico es tuna euestion de descubrir lo que Sus autores —quicnes legisian los delegados a una asamblea constitueional— quisieron decir al utilizar los términes que utilizaron, Sin embargo, los aboga- (los admiten en muchisimos casos que el autor no tuvo ni ésta ni aquella intencion y que aun en otros casos es simplemente imposible descubrir la inten. cién. Otros toman posiciones mas esc&pticas. Afr. pan que siempre que un juez pretende haber dese. bierto la Intencion detras de alain para, lacion. Jo Unico que esti haciendo es levantar nna Cortina de humo detras de la cual el juez impone sit bunto de vista personal sobre lo que considera que la ley deberia ser. La Interpretacion como instrumento de andlisis Juridico es mucho menos frecuente cuando se train Gel derecho consuetudinario, aunque aun alli no eat Gusente del todo. Supongamos que la Corte Suprema del estado de Tlinots hubiera decidide, hace vara 146 aos, que un conductor irresponsable que atropellé 2 lun nif, era responsable del dahio moral que suifrio la madre de la criatura que presencié el accidente, que esto cobija también a la tia que supo del acci- dente, Ahora pensemos en una tla que demanda a otzo conductor iresponsable por darios y perjuicios morales cuando supa. gracias a una llamada telefo- nica, del aecidente, ocurrido a cientos de millas de distancia, en el que su sobrina habia side arrollada. gMene la tia et derecho a ser compensada por el dasio? Los abogados suclen: decir que éste es un pro- blema que cansiste en interpretar. de manera correc- ta, la sentencia original. {Acaso, entoness, la teoria uridiea sobre Ia que se Tespaldé el primer juez al ‘doer ester pobre ks alte lie reece el aceldente, cobja también a la tla que supo del acci- dente por telefono? De nuevo, muchos escépticas se- Aalan que os muy improbable que el primer juez tu- vera en mente una tcoria lo sullcientemente elatoora- coma par descr también on el caso dels Ho, de como para 2 de a a @ el segundo jucz, aquél que “interpre! Sialewi pris: bb queen cet hare ee Gear sobre la marcha. nueva legislacion de la manera que dio ella considera la mejor. 1a. idea de interpretation no puede serie para dar cuenta, de un modo general, de la naturaleza oe valor ce verdad de una proposicién juridica... a me- nes que se spare completamente de cunlgues aso ciacion re la intencion o sentido que hubiera feds oer ea saeeeen Pe By nena ce convertria en otra version mas de la tesis positivist que sostiene que !as proposiciones Juridicas no son mas que deeisiones por eserita tomadas en el pasado or personas © insliluciones. Si la interpretacion posa'a conforma: la base de una leoria diferente y mas ‘Yable sobre las propasiciones Juridicas, debe- mos entonces desarrollar una explicactén mas global sobre qué es la interpretacion. Esto significa que los abogados no deben seguir tratando la interpretacién Juridica como urs actividad sui generis. Debemos es- 147 tudiar la interpretacién como una actividad general como tun modo de conceer, ocupandase de otros con- textos que dicha actividad conlleva, A los abogados les vendria bien est udlar interpre- taciones ilerarias y arstcas, Puede no parton’ on buen conseja —salir de Guatemala para meterse en Guatepeor— ya que los mismos criticos estan muy dividides en cuanto a Io que la interpretacién literaria £5, e0sa que no mejora en las otras artes. Sin embar- 82, precisamente por eso los abogados deberian co- Nocer dichos debates. No todas las batallas que se han librado entre la critica tteraria han sido edifican- #5 y a veces nl siquiera intcligibles : ligibles, pero se han de- fendido muchas més teorias de la interpretacion en la Tteratura que en el derecho, y aqui se ineluyen feorlas que ponen en entredicho Ia distineén Tana la deseripeién y la evaluacion que tant bilitado la teoria del derecho. . vues LITERATURA La hipétesis estética Para que los abogados puedan sacar provecho de hina comparacién entre lo que es la interpretacion Juridica y Ta teraria, es menester que vean la se- funda desde cierta perspectiva. En esta seccion in- fentare decir cuales esta perspectiva, (Preferiria que lo que aqui se alirma sobre la litcratura na provoea- Fa polémica entre los académicos de esa disctplina aunque me temo que sila provecari) Los estudian. tes de literatura realizan muchos trabajos bajo titu- Tos como “interpretacion” y “hermeneutiea” y unos y otros eas! siempre también Jos Haman “descubrir el sentido de un texto". Solo me interesa incidental- mente algo que dichos estudiantes hacen y que con. siste en Intentar descubrir cl sentido en el que algun autor utilizé tal palabra o frase, Me interesan, por el contrario, los razonamientos que offecen alguna in- 148 terpretacion sobre el sentido de una obra en su con junto. Estas disquisiciones algunas veces se convier- ten en ascveraciones sobre algiir personaje: que Hamlet en verdad amaba a su madre, por ejemplo, 0 que en realidad la odiaba, 0 que en verdad no hay ningun fantasma y éste no es mas que una manifes- tacion esquizofrénica de Hamlet, Otras veces se tra- ta de aseveraciones sobre los acontecimientos que subyacen al argumento: que Hamlet y Ofelia eran amantes antes de iniclarse la pieza —o que no lo eran—. Con mayor frecuencia nos oftecen de mane- ra directa hipétesis sobre el “punto”, ol “tema”. o el “sentido y significado” o el “tono” de la pieza en con- junto; que Hamlet trata sobre la muerte, por ejem- plo, © sobre las distintas generactones 0 sobre politi- ca. Tales interpretaciones quizé tengan una luncion prictica. Pueden servir de guia a un director que piensa hacer un nueva montaje de la obra, por ejem- plo, Pero también pueden tener una importancia mas general, como ayudamos a entender de mejor manera aspectos importantes de nuestro entorno cultural. Ahora, por supurste que eiertas dificulta- des que pueden surgir sobre el sentido que tiene una palabra en el texto, inciden sobre asuntos mas globales. Pero. estos dillimos, finalmente, tratan del significado de la obra como un todo mas que del sig- nificado de una frase especilica. ‘Los eniticos no coinciden en Ja forma de sespander a tales preguntas. Quiero, en lo posible, no tomar partido sino intentar aprehender los clesacuerdos de un modo lo suficientemente general para intentar describir en qué no coineiden. Mi sugerencta aparen- temente banal —gue he llamado la “hipdtesis estéti- ca"— es la siguiente: lo que la interpretacion de un texto literario busca es mostrar que lectura —o voz 0 direccién, 0 actuacién— es capaz de revelarnos el texto como una verdadera obra de arte, Distintas teo- ras y escuclas de interpretacion no estén de acuerdo con esa hipéiests porque asumen muy diferentes teo- Has normativas. preceptivas, respect a qué es la li- 149 terauura y para qué sirve y qué hace que una obra literaria sea mejor que otra, Gasi con seguridad, esta sugerencia, con todo y gut aparente debilidad, sera rechazada por muchos aca- demicos porque. dirin, confunde la eritica con la In. terpretacién, o de cualquier modo, porque resulta re. lativista a ultranza y por Jo tanto se trataria de un frabajo escéptico que, en el fondo, lo que hace. es negar la posibilidad de hacer interpretacién, En elec, to, Ia hipétesis estetica puede no ser mas que relor. mular de nuevo una ¢eoria ahora en boga en la que se dice que, como la interpretacion es la que crea Ia obra de arte y esto sélo desde el punto de vista o dogma de una comunidad de criticos especifiea, en. {onces slo existen interpretaciones de poemas o now velas o piezas de teatro especificas, pero ninguna es mejor que otra. Con todo, la hipétesis estética no ws fan desmafiada, ni tan débil ni tan isremediablemen, te relativista come puede parecer en un primer mo. mento, Lo que Ia interpretacion de un texto pretende es mestrar “la obra” como la mejor obra de arte que {Puede sex”. El énfasis en la obra, se hace para seta, ler Ja diferencia entre explicar una obra de arte ¥ Simplemente convertirla en otra obra, distints. Quiza Shakespeare hubiera podido escribir una mejor pieza Uulllizando Tas mismas fuentes que us6, y que en esa mcjor pieza el héroe hubiera sido un hombre mis decidido para la accion. De esto no se desprende que cl Hamiet que en efecto eseribio, en realidad trate de un hombre decidicio para la accion. Es obvio que una tcorla de la interpretacién debe contener una subteo. tia sobre Jo que constituye a identidad de una obra de arte para que le sea posible ver la diferencia entre interpretar y simplemente cambiar, trastocar la obra, (Cualquier teoria til sobre dicha identidad sera pole. mica, de modo que esta seria la manera obvia en la que los desacuerdos respecio a la interpretacién, van a depender de desacuerdos mas gencrales contenidos en una teoria estética,} 150 Todas las teorias de interpretacién contempord. neas parecen ulilizar como parte de su respuesta al requisito arriba mericionado, la idea de un texto ca- nénica —o partitura en el caso dela musica, u objeto fisieo Linico en el caso de casi Lodo el arte plastico—, Dicho texto establece una estricla limitacion en Io que a su identidad concierne: todas las palabras alli contenidas deben ser tenidas en cuenta y ninguna puede cambiarse para asi hacer de ella —la obra— una supuesta mejor obra de arte. (Por aceptada que esta limitacién sea, no ¢s tan inexorable. Un ehiste, Por ejemplo, no deja de ser el mismo chiste aunque se cuente de distintas maneras, ninguna de ellas ca- nénica. Una interpretacién del chiste escagera una manera particular de contarlo y puede, incluso, ser completamente original, todo para resaltar su punto clave, “real”, 0 para develar por qué es en “verdad’ gracieso) De manera que el riodo de interpretacton que asume cualquier critico sc vera alectado por sus ereencias teéricas respecto a la naturaleza y a la ne- cesidad de un texto canénico —o no—, Un modo 0 estilo interpretative fansite se vera ctado o incidida por los conceptos que el interpre- nee sobre la coherencia o la integridad en el arte, Una interpretacién no podra aumentar Ja tmportan- cia de una obra de arte si hace que gran parte del texto que Ja compone resulle irrclevante, 0 si mucho de lo que ocurre en ella resulta accidental o si mu- chos tropos 0 cuestiones de estilo parecen desinte- grados y respondiendo a estandares aislados de lo que se considera escribir bien, De aqui que. de la hipotesis estétiea, no se desprende que porque una novela Sloséfica tenga mas valor estético que una no- yela de misterio, entonces una novela de Agatha Christie sea en realidad un (ratado sobre la muerte. Una interpretacién asi, fracasa no sélo porque una novela de Agatha Christie, tomada como un tratado sobre la muerte, seria un trataco muy pobre y con menos valor que una buena historia de misterio, sino Por que esta interpretacién hace estragos con la no- 151 vela: excepto una o das frases en Loda la novela, to- das las demas devenirian trrelevantes al stipuesto tema: lA ofganizacton, el estilo, las figueas retdricas no seria las apropladas para una novela filosbles sino para un género completamente distinto, Con todo, algunos libros originalmente ofrecidos al pit. ce como novelas de misteria © peliciacas —Incluso pensadas como tales por fos mismos autores, han sido en efecto “reinterpretadas” como algo de moyor Pretensién, El interés de la erilica actual por Ray. mond Chandler es un ejemplo. Pero que esta reinten. Bretacién fisncione en el caso de Chandler y no en el de Christie flustra las limitaciones 0 exigencias de Ia Coherencia y la integridad, Existe, sin embargo, mucho espacio para la discu- Si6n entre los eriticos respecto a lo que se puede eon. Siderar como untdad 0 coherencia, respacta a qué Spo de unidad seria descable y cual itrelevante one Geseable. 2SI se puede hablar en verdad de una ven, i2la cuando sc le pide al miisculo de la lengua del lector que al leer un poema o una narracion, “Inte” los movimlentos y/o direcciones que le exige l larto ‘al ¥ como esta expresado en ef pocina o la narra, cron? ¢Acaso la coherencia mejora agregando un ele. mento mas a toda la coordinacion? ¢Sera una venta, 42 cuando ocurre que Clertas eonjunciones y los fina. les de los versos se arregian de modo que el lector mientras “negocla” con el poema, va elaborando sus, posiciones y lecturas contradictarias que hartn que emer su lectura. lo que comprende sea muy distinto de lo que comprendié en tanto avanzaba e, Plejidad a la unidad del todo. 0 ser mis bien que Pone en peligro tal unidad porque wna obra literccia Geberia ser capaz de mantener su significado ¢ in Portancia al ser sometida a una segunda lectura? Distintas escuclas interpretativas surgiran y desapa- receran contestando a estas preguntas, que es preci samente Io que la hipotesis estética propane. Las grandes diferencias entre las distinias escue- 152 | i las son menos sutiles porque no a Sane si formales del arte sino mas bien su mac womulneuie arte en si, de manera ier eon ee Ia literatura —en principio o de ma- Pe standal- ene un niiceo cogntscitvo? 1Se ath donate es de alguna manera fe mejor arte cuando éste ences cans aprendemos de él algo sobre a modo de los hombres @ et mundo? Oe ser asi y sl a psleoandlisis es verdad —excusen la manera tan ru da de plantearlo—, entonces una interpretas aa ae coanalitica de wn obra Iterania podria mostrar por ué se tram de un arte que cumpld —o no— eon Site su cometido. Seri bueno el arte en tanto gre comunicar su susodicho cometida con oh = e sentido sencillo? En este caso entonces la fy a lerpretacién se centraria en las intenciones di = : ue Ta comuricaciin no puede Tamarse ea 2 Eevee de que exprese lo que quien rab Gulere ex: \y presar. gO mas bien, sera que el arte es bueno ae . My expresa én un sentido distinto, en tanto sea ee © las vidas de quienes se acer- ¢ estimular ¢ informar las vid: ee nae fe jectador— en ell pri- al lector —o escucha 9 espectador- a ane Desde esta perspectiva la lectura de la Io ms importante. ; . Ovtias tories ealdicas no eisten aisladas deaf |as teorias es sds o sofa, a psicologa, la soitloga, Ja cosmelegi. Un creyente probablemente tenga una teoria sobre arte distinta de la de un. saat e: gi te ae as como las mas recientes Leorias crit dein ip nag susceptible que es mt interpretaion ene s¢ entiende par significado, referent da téenicos de la Mlosofia del lenguaje. pt dtesis estética no pretende nf asume qu Ger persona que inerpeHcratre 106) ie eS arro- tear estética eompleta y sonseientenents esas Hada. Ni que todo aquel que interprete det = oe suscrito a una de las escuelas aqui resefiadas nera escueta. A mi modo de ver, los mejores ei niegan la existencia de una tnica fumcién o propés 153 en el arte. Una novela o una pleza de teatro pueden Ser valiosas de muchisimas maneras, algunas de las cuales aprehendemos al leer. 0 ver. o escuchar sin que medic tuna previa reflexién abstracta ‘sobre lo que el buen arte debiera ser. Con todo, quienquiera que interpreta una obra de arte cuenta con algunas opiniones de naturaleza te. Tica acerca de Ja identidad, la coherencia y otros as- Pectos formales de la obra de arte, asi como con al- BuNos conceptos mas especificamente preceptivos so bre lo que ¢s bueno en el arte. Ambus creentias 0 Preconceptos estin detras del juicio de que ésia o quella lectura es mas apropiada guc otra para bene- ficio del texto. Tales Spiniones o ereencias no tienen porqué estar articuladas, pueden ser “tacitas”. Esto no las hace menos genuinas —ni meras “renccio. nes"— ya que su fterza en action la puede cualquier lector 0 critico no sélo en me ties Cunstancia interpretatwa alsiada sino en cualquier niimero de eslas circunstancias. Adems, porque en efecto circulan y san capaces de convencer. Todo esto no afecta para nada la queja mayor que anticipé contra la hipdtesis estétiea: gue es trivial. Obvio que se podria decir que distintos modos de in terpretacion descansan sobre distintas teorias res. pecto a lo que el arte deblera ser, para qué sinve y qué lo convierte en buen arte, El asunto es tan banal, que bien podria plantearse al contrario: las distintas teorias estéticas provienen de distintas teorias inter- Pretativas. Si alguien considera que la estilistica e= fundamental para la interpretacién, pensari que una gbra de arte es mejor porque integra enunciacion, bronunciacién y tropo. Si alguien estA muy interesa, lo en la deconstruccién, fara caso omiso del referer te en el sentido convencional de la palabra y conside- Tara que no tiene mayor importancia al dar cuenta del lenguaje. Esta exposicion de mi hipotesis tampe- co ayudara en manera alguna a arbitrar entre las distintas teorias interpretativas ni a refutar Jos car- Bos que se le pueden hacer de nihilista o relstivisia, 154 \ Por el contrario. como Jo que la gente considera que To que hace que el arte se constituya en buen arte es por naturaleza algo subjetivo. la hipétesis estética no tiene la menor esperanza de rescatar objetividad al- guna en la interpretacién excepto, quizas, entre aquellos que piensen de manera parecida, Jo que no ayuda mucho. Sin lugar a dudas la hipétesis estética resulta ba- nal en mas de una manera importante: ene que ser abstracta para poder dar cuenta de las amplias dis- crepancias que éxisten entre las muchas teorias... pero quiza no sea tan débil después de todo. La hipé tesis tiene la importancia de haber incidido en que a Jas teorias interpretativas académicas ya no se les eonsidere como lo que con frecuencia ellas mismas alegan ser, a saber, andlisis de 1a idea misma de fa ‘interpretacién, sino mas bien como posibles candida- tas para dar la mejor respuesta posible a la pregunta sustantiva que la interpretacién plantea. Asi. Ja inter- pretacién se convierte en un concepto detrés de! cual lag distintas teorias son conceptos rivales. De aqui sel desprende que en realidad no existe una diferencia radical —sino sélo una en ef nivel de abstraccién—, entre ofrécer una teoria de la interpretacion y ofrecer la interpretacion de una obra de arte especifica, ES mis, Ja hipétesis niega que axistan las distincianes contrastadas que algunos académicos han eultivado. Ya no existe una division tajante entre la interpreta~ cién, concebida coma descubrir el significado real de una obra. y la critica, entendida como algo que eva- lia su éxito o importancia. Alguna diferencia persis- te, claro. porque no es lo mismo decir qué tan buena puede llegar & ser una obra especifica y decir qué tan bueno es hacer eso. Sin embargo, en ambos easos s¢ haee un juieio de valor a la obra de arte, La objetividad es oro asunio. Para mi, establecer si st pueden afirmar como verdaderos o falsos, valt- dos ¢ invalidos, les Juicios que hacemos sobre el arte. es una pregunta ablerta. Este asunto hace parte del problema fllasafice mas amplio respecto a la objetivi- 155 dad, cuestion hoy por hoy muy detatida, tanto por la euca como por fa Hilosolia del lenguaje y nadie que estudic el caso del Juicio estético en si, puede tomar una pasieién al respecto. Por supuesto que ninguna valoracién estética de importancia pucde ser “demos- trada” camo verdadera o falsa. Es imposible crear los argumentos que sostengan cualquier interpretacién dada de manera que ésia sea universalmente acata- a, ni siquiera entre los entendidos. Si esto es lo que sé quiere decir cuando se afirma que los juicios esté- ticos son subjetivos —que no se pueden demostrar— entonces son subjetivos. Pero esto no implica, por lo tanto, que ninguna teoria normativa, preceptiva, so- bre el arte pueda ser mejor que atra ni que una teoria no pueda ser la mejor hasta ahora generada, La hipétesis estética invierte —para bien, pienso yo— una conocida estrategia, ED. Hirsch, por ejem- plo, arguye que solo una teoria como la suya pucde hacer de la interpretacion algo objetivo y darle valider @ las interpretaciones particulares. Tal aseveracién me parece un error en dos sentides praximos, La in terpretacion es una empresa, una institueién publica ¥ No es correcto, por lo lanto, asumir a priori que las Propuestas claves de cualquier empresa, por piblica que sea, tengan que tener validez, Tampoco es co- srecto asumir demasiado respeto a lo que la validez én tales empresas de'eria ser —por ejemplo, si la validez exige como requisito la posibilidad de que se pueda demostrar. Me parece mejor proceder, en este caso, de manera mis empiriea. Se debiera, antes que nada, estudiar una serie de actividades en las que la gente asume que tiene buenas razones para decir lo que dice y que considera san ciertas de manera gene- ral y no sdlo en lo que va de uno a otro punto de vista individual. Entorces se podria juzgar qué es- landares acepta esta gente, en Ia prdctica, al pensar que poscen razones de esta indole. Tampoco el asunto de la reversibilidad —que una teoria estética puede depender de una interpretaciin y Wiceversa— puede utlizarse como argumento con 156 tra la hipétests estética. No defendienda aqui mings na explicacion especifica en cuanto a como la gente puede llegar a tener ya sea teorias interpretativas o estéticas, sdlo alego algo sobre las conexiones en el modo de argumentar entre tales teorias sin importar de dénde surjan. Clara que aun al nivel en el que polemizan 0 discurren, ambas teorias se refuerzan mutuamente. Esto da ple para dudar sobre cualquier teorfa que trate sobre qué constituye un objeto en arte, ya que todo lo que dicha teoria genere es una teorfa de la interpretacion a todas luces tonta. Mi punto es precisamente que la conexién es reciproca, de manera que cualquier persona que salga a defen- der una aproximacién particular al problema de la interpretacién, estaria obligado a recurrir a aspectos mas generales de una teoria estética, esté consciente de ello 0 no. Y esto puede ser cierto aunque lo con- trario, hasta cierto punto, también lo sea. Quiero agregar que seria un error considerar este hecho de Ja mutua dependencia como algo que offece, en si mismo, cualquier raz6n que dé cabida para hablar sobre eseepticismo 0 relativismo en lo que coneler- ne a la interpretacion, Esta parece ser la esencia de frases como “la interpretacién crea el texto", pero, de manera inmediata, no hay mas implicaciones cs- cépticas cn la idea de como deberia comportarse aquello que consideramos una obra de arte, en rela~ cin a lo que consideramos que debe ser la interpre- tacién de una obra de arte, que la idea analoga de que lo que consideramos que debe ser un objeto debe ajustarse a nuestra teoria del conscimiento... siem- pre y cuando agreguemos, en ambos casos, que la conexién sigue siendo clerta en el caso contrario La intencién del autor La prucba de fuego de la teoria estética no reside pues, en su capacidad para defenderse de estos ata- ques sino en su capacidad explicativa y. muy par- ticularmente. en su capacidad critica. Si coincidimos 157 en que las teorias interpretalivas no son andlisis au- ténomos de lo que significa interpretar algo sino que mas bien sc basan y dependen de teorias preeeptivas del arte, debernos entonces aceptar que son vulnera- bles a los reclamos que se le puedan hacer a la pre- ceptiva en la que estas Leorias nterpretativas des- cansan. A mi, certamente, me paréce que las mas acendradas y dogmaticas de las teorias que deficn- den la Inteneién del autor son vulnerables en el sen- tdo que acabo de exponer, Estas teorias tienen que suponer, respecto a esta hipdtesis, que lo que tiene valor en una obra de arte, lo que deberia conducirnos avalorar una obra mis que otra, estd restringido a lo que quiera que fuera, en algtin estrecho y limitado sentido, la intencién del aulor al poner io que alli puso, Tal alegato presupone. como ya lo dije. que el arte debe entenderse como una forma de comunica- cién del tipo vocero-auditorio, Pero aun esta sospe- chosa {esis termina, tras un breve examen, contradi- cfendo el presupuesio. Los intencionalistas objetarian lo anterior, Insisti- ran en que sui teoria de la interpretacin no es un informe sobre lo que ene valor en un libro, un poe- ma o una pleza teatral sino s6lo una explicacién de aquello que un libro, poema o pieza particular signifi- ca. y que debemos de antenvano entender Io que algo significa antes de entrar a clecidir si la cosa tiene ¥. lor y dénde reside dicho valor. También objetaran que jamas han clicho que sélo la intencién del autor, “en algin estrecho y limilada sentido”, sea relevante al cstablecer el significado de su obra. En la primera de estas objeciones, la teoria de la dntencién del autor se presenta no come el resultado final de la hipétesis estética —es decir, no como la mcjor teoria interpretativa dentro de los parametros que estipula tal hipétesis— sino mas bien como su Tval, una mejor teoria sobre qué es lo que es una interpretacién, Sin embargo, resulta en extremo difi- ell entender Ja teoria de la intencian autorial como rival de cualquier indole de la hipétesis que aqui se 158 trata, ,Cudl es la pregunta que se propone contestar mejor? Con toda seguridad no alguna pregunta sobre el lenguaje corriente 0 siquiera alguna sobre el signi- ficadlo técnico de las palabras “sentido” o “interpreta- clon”, Un intencionalista no puede suponer que to- dos sus criticos y a quienes él mismo critica, cuando usan la palabra “interpretacién” en efecto quieren. signilicar el descubrimiento de la intencién det autor. Tampoco puede aducir que lo que él reivindica des- cribe de manera precisa lo que todo miemlbro de la hermandad de criticos realiza sfempre que se hable de la “interpretacin”. De ser asi, sus criticas y polé- micas devenirian innecesarias. Pero. st su teoria no es semantica ni empirica en estos sentidos. gque cla- se de teoria es? Supongamos que un Intencionalista nos contesta: “Dicha teoria sefiala un aSunto muy importante en las obras literarias, iundamentalmente, ,qué quiso el autor que su obra fuera? Una cuestién a todas luces importante, aun en cl caso de que dicha importancia sea preliminar a otras cuestiones igual o mas impor- tantes sobre su significado y valor. De hecho, se trata de aquello que la mayoria de Ia gente. durante mu- cho tempo, ha dado en lamar una interpretacion. Sin embargo. cl nombre que le den no importa, siem- prey cuando se reconozea la importancia de la acti- vidad misma y se sobreentienda que, en principio, los acadé:micos estarian en eapacidad de producir res: puestas correctas y objelivas a la pregunta que la misma actividad plantea”. Tal respuesta st puede reducir a la siguiente: nos es posible descubrir ia inteneién de un autor, lo que tenia en mente —por la menos sacar conclusiones probables al respecto— y es importante hacerlo, ademas, por otras razones y propésites de tipo lite- rario. Pero, ¢por qué importante? {Qué otros propési- tos? Cualquiera que sea la respuesta, asumira que todo valor o significacién en el arte estara de alguna manera izedo a la intencién del autor por Ja sencilla 159 raz6n de que eso fue lo éste tuve en mente, De Io contrario, gpara qué evaluar lo que tal tipo de inter- Pretacion proclama ser una obra de arte? Con todo, Ja aseveracion de que este modo de interpretacion sca importante deseansa en una teoria estética pre~ ceptiva muy discutida; no en una observacién preli. minar imparcial de alguna evaluacién coherente. weces, incluso, se constituye en el centro del asunto Commo. por ejemplo, surge cuande sc plantea el pro. blema de qué quiso decir Shakespeare cuando ex Bi hawk distinto de handsaw, Sin embargo, esin Ro quila lo polémico que sigue siendo el que deba- mos saber si Shakespeare pensaba que Hamlet era un hombre cuerdo, 0 era un loco que se pretendia furloso para decidir qué tan bucna es su piesa tea. al. El Intencionalista, con toda seguridad, eree que Si necesitamos saberlo y precisamente por esto su {coria interpretativa no és Un rival de la hipétesis os. Létlea sino antes bien un pretendiente al trono que ella detenta Quiz mi segunda ebjecién contra las teortas in- tencionales resulte mas inicresante, Para los inten. Gionalistas el estado mental del autor es erucial para Ja Interpretacién. Pero no entienden bien, hasta Gon, de yo veo, ciertas complefidades en dicho estaco mental: en primer lugar, no aleanzan a ver cémo las {ntenciones “para” con una obra y Io que se “cree” @ piensa” que debe ser una obra son elementos que interactian, Estoy pensando en una experiencia que debe ser muy comin para cualquier persona que in. tente crear algo y es la de. de pronto, ver “en” ella Fis obra— algo que no sabia que estaba alli y no habia visto antes. Esto suele expresarlo —aunque no muy bien— aquel cliché frécuente entre los autores de que sus personajes parecen tener vida propia. continuaeién un ejemplo de la literatura popular. en palabras de John Fowles: 160 Sih li a ili adi conden que volviera inmediatamente a Lyme Regis, Pero no 12 set eee ee ania. Alt pero, dlrd usted, vamos amigo —lo que realmente £ wiera decir es qué mientras eseribia se me pas6 por la mierl- peed ee ee eee ee silanes i Tac romecee Stee tu apistriectaeee seats oe eerie ee ee ae ae De hacer caso a esta descripeidn, lo que acurrio es que Fowles cambia de parecer sobre el curso que “de bia” seguir la historia en La muyer del teniente francés mientras la eseribia. Pero quizi también pudo cam- biar de parecer respecto al meollo de la ore sil 7 a que en efecto chos aflos después, como se rumorea que en | ocurrié después de que él mismo viera Ta version cl- nematografica de su novela. Quizé viera las motiva- ciones de Sarah de moda muy distinto tras leer al guidn de Harold Pinter @ después de ver a Meryl Streep actuando en su papel: Pinter y Streep estaban interpretando su novela y una a ambas interpret fies panier faler Guasionado ote Sunny wis es 6 ropia obra tenia Fowles. la Interpretacion que de su prop’ Gund wae equivegue al suponer que esto ocurre con Irecuencia, pero con seguridad ocurre con suficien- te frecuencia y me parece importante ser claros en Sapigsquise ouanpeuniccsiionur El intencionalisia quiere que optemes entre be posibilidades. © el autor de pronto se da cuenta de que preexistia una “intencién subconsciente” qué os cack shia eon 8 ein Ea posteriori. Ninguna de las dos me satisface. Aqui el fuboonsclente corre el pellgo de entrar en combs fin espontinea = menos de que supongames uns

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